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INTRODUCCION
El objetivo esencial de la utilización de un explosivo en el arranque de rocas consiste en disponer de una energía
concentrada químicamente, situada en el lugar apropiado y en cantidad suficiente, de forma que liberada de un
modo controlado, en tiempo y espacio, pueda lograr la fragmentación del material rocoso.
La explosión es, según Berthelot, «la repentina expansión de los gases en un volumen mucho más grande que el
inicial, acompañada de ruidos y efectos mecánicos violentos».
Los tipos de explosión son los siguientes: mecánicos, eléctricos, nucleares y químicos. Estos últimos, son los que
desde el punto de vista de este manual tienen interés.
Los explosivos comerciales no son otra cosa que una mezcla de sustancias, unas combustibles y otras oxidantes,
que, iniciadas debidamente, dan lugar a una reacción exotérmica muy rápida que genera una serie de productos
gaseosos a alta temperatura, químicamente más estables, y que ocupan un mayor volumen. Los gases producidos
acumulan el calor generado, dilatándose hasta un volumen que puede ser unas 10.000 veces mayor que el del
barreno donde se aloja el explosivo.
DEFLAGRACION Y DETONACION
Los explosivos químicos, según las condiciones a que estén sometidos, pueden ofrecer un comportamiento distinto del propio
de su carácter explosivo. Los procesos de descomposición de una sustancia explosiva son: la combustión propiamente dicha, la
deflagración y la detonación. Tanto la naturaleza de la propia sustancia como la forma de iniciación y condiciones externas
gobiernan el desarrollo de la descomposición:
a) Combustión
Puede definirse como toda reacción química capaz de desprender calor, pudiendo ser o no percibido por nuestros sentidos.
b) Deflagración
Es un proceso exotérmico en el que la transmisión de la reacción de descomposición se basa principalmente en la
conductividad térmica. Es un fenómeno superficial en el que el frente de deflagración se propaga por el explosivo en capas
paralelas a una velocidad baja que, generalmente, no supera los 1.000 mis.
c) Detonación
Es un proceso físico-químico caracterizado por su gran velocidad de reacción y formación de gran cantidad de productos
gaseosos a elevada temperatura, que adquieren una gran fuerza expansiva. En los explosivos detonantes la velocidad de las
primeras moléculas gasificadas es tan grande que no ceden su calor por conductividad a la zona inalterada de la carga, sino
que lo transmiten por choque deformándola y produciendo su calentamiento y explosión adiabática con generación de nuevos
gases. El proceso se repite con un movimiento ondulatorio que afecta a toda la masa explosiva se denomina onda de choque.
La energía de iniciación puede ser suministrada de varias formas, según el explosivo de que se trate. En los explosivos
deflagrantes o pólvoras basta con la energía de una llama, mientras que en los explosivos detonantes se necesita una energía
generalmente en forma de onda de choque.
PROPIEDADES DE LOS EXPLOSIVOS
INTRODUCCION
Los explosivos convencionales y los agentes explosivos poseen propiedades diferenciadoras que los caracterizan y
que se aprovechan para la correcta selección, atendiendo al tipo de voladura que se desea realizar y las
condiciones en que se debe llevar a cabo.
Las propiedades de cada grupo de explosivos permiten además predecir cuáles serán los resultados de
fragmentación, desplazamiento y vibraciones más probables.
Las características más importantes son: potencia y energía desarrollada, velocidad de detonación, densidad,
presión de detonación, resistencia al agua y sensibilidad.
Otras propiedades que afectan al empleo de los explosivos y que es preciso tener en cuenta son: los humos, la
resistencia a bajas y altas temperaturas, la desensibilización por acciones externas, etc.
POTENCIA Y ENERGIA
La potencia es, desde el punto de vista de aplicación industrial, una de las propiedades más importantes, ya que
define la energía disponible para producir efectos mecánicos. Existen diferentes formas de expresar la potencia
(Strength) de un explosivo.
Posteriormente, con la sustitución parcial de la nitroglicerina por otras sustancias, y la realización de ensayos
comparativos de laboratorio, se pasó a hablar de Potencia Relativa por Peso y Potencia Relativa por Volumen. Así,
es frecuente referir la potencia de un explosivo en tantos por ciento de otro que se toma como patrón, Goma
pura, ANFO, etc., al cual se le asigna el valor 100.
Existen varios métodos prácticos para medir la potencia o la energía disponible de un explosivo, todos ellos muy
discutibles debido a las peculiaridades, que presentan y a su repercusión en los resultados cuando se comparan
con los rendimientos obtenidos en las voladuras.
VELOCIDAD DE DETONACION
Es la velocidad a la que la onda de detonación se propaga a través del explosivo y, por lo tanto, es el parámetro que
define el ritmo de liberación de energía. Los factores que afectan a la "VD" son: la densidad de la carga, el diámetro,
el confinamiento, la iniciación y el envejecimiento del explosivo. Para los tres primeros, conforme aumentan dichos
parámetros las "VD" resultantes crecen significativamente.
En cuanto a la iniciación, si no es lo suficientemente enérgica puede hacer que el régimen de detonación comience
con una velocidad baja, y con respecto al envejecimiento, éste hace que la "VD" también disminuya al reducirse el
número y volumen de las burbujas de aire, sobre todo en los explosivos gelatinosos, ya que son generadores de
puntos calientes.
La densidad de la mayoría de los explosivos varia entre 0,8 y 1,6 g/cm3, y al igual que con la velocidad de detonación
cuanto mayor es, más intenso es el efecto rompedor que proporciona.
En los agentes explosivos la densidad puede ser un factor crítico, pues si es muy baja se vuelven sensibles al cordón
detonante que los comienza a iniciar antes de la detonación del multiplicador o cebo, o de lo contrario, si es muy
alta, pueden hacerse insensibles y no detonar.
Esa densidad límite es la denominada Densidad de Muerte, que se definirá más adelante.
La densidad de un explosivo es un factor importante para el cálculo de la cantidad de carga necesaria para una
voladura.
Por regla general, en el fondo de los barrenos, que es donde se necesita mayor concentración de energía para el
arranque de la roca, se utilizan explosivos más densos, como son los gelatinosos e hidrogeles, mientras que en las
cargas de columna se requieren explosivos menos densos; como son los pulverulentos y los de base ANFO.
La concentración lineal de carga q¡ en un barreno de diámetro D y una densidad P, se calcula a partir de:
Cuando los barrenos tienen una gran longitud, un fenómeno que suele estar presente es la variación de la densidad
del explosivo a lo largo de la columna del mismo, como consecuencia de la presión hidrostática
En la Figura se representan las curvas correspondientes a la densidad en el fondo del barreno y la densidad media de
toda la columna, en función de su altura, para una emulsión con una densidad de encartuchado de 1,02 g/cm3 y una
densidad básica de 1,35 g/cm3, cargada en barrenos de 250 mm de diámetro.
Los explosivos comerciales tienen una «PD» que varía entre 500 y 1,500 MPa, en rocas duras y competentes la
fragmentación se efectúa más fácilmente con explosivos de alta presión de detonación, debido a la directa
relación que existe entre esta variable y los mecanismos de rotura de la roca.
ESTABILIDAD
Los explosivos deben ser químicamente estables y no descomponerse en condiciones ambientales normales. Un
método de probar la estabilidad es mediante la prueba Abel, que consiste en el calentamiento de una muestra
durante un tiempo determinado y a una temperatura específica, observando el momento en que se inicia su
descomposición. Por ejemplo, la nitroglicerina a 80°C tarda 20 minutos en descomponerse. La estabilidad de los
explosivos es una de las propiedades que está relacionada con el tiempo máximo de almacenamiento de dichas
sustancias para que éstas no se vean mermadas en los efectos desarrollados en las voladuras.
RESISTENCIA AL AGUA
Es la capacidad para resistir una prolongada exposición al agua sin perder sus características. Varía de acuerdo con
la composición del explosivo y generalmente está vinculada a la proporción de nitroglicerina o aditivos especiales
que contengan, así las gomas, los hidrogeles y las emulsiones son muy resistentes al agua.
Las sales oxidantes, como el nitrato amónico en el ANFO, disminuyen intensamente la resistencia al agua pues son
muy higroscópicas.
La escala de clasificación generalmente aceptada va desde: Nula, Limitada, Buena, Muy Buena y Excelente. En la
primera, el explosivo no tiene ninguna resistencia al agua, mientras que la última, garantiza una exposición
superior a 12 horas.
SENSIBILIDAD
Esta característica engloba varios significados dependiendo del tipo de acción exterior que se produzca sobre el
explosivo.
- Acción controlada. La sensibilidad aquí es equivalente a la aptitud a la detonación por un iniciador (ej. un
detonador).
- Acción incontrolada. La sensibilidad es una medida de la facilidad con la que un explosivo puede ser detonado
por calor, fricción, impacto o choque.
Sensibilidad a la iniciación
Los explosivos deben ser suficientemente sensibles para ser detonados por un iniciador adecuado. Esta capacidad
varía según el tipo de producto, así por ejemplo, para la mayoría de los explosivos gelatinosos se emplean
detonadores, mientras que los agentes explosivos requieren en general de un multiplicador o cartucho cebo de
mayor presión y velocidad de detonación. El ensayo de sensibilidad a la iniciación se realiza sobre una placa de
plomo en la que se deposita un cartucho de explosivo con unas dimensiones determinadas y con diferentes
disparos se determina la potencia mínima del detonador que se precisa. Una clasificación que se emplea es la
siguiente: Explosivos sensibles al detonador n° 8 (Cap sensitives) y los no sensibles al detonador n° 8 (Non cap
sensitives). El citado detonador, que es el más utilizado, tiene una carga de 2 g mezcla de fulminato de mercurio
(80%) y clorato potásico (20%) o una carga de pentrita prensada equivalente.
Sensibilidad al choque y a la fricción
Algunos explosivos pueden detonar por efecto de estímulos subsónicos, tales como: choques o fricción. Por seguridad es
importante conocer su grado de sensibilidad frente a estas acciones, especialmente durante su manipulación y
transporte. El ensayo de resistencia al choque suele realizarse con un martillo de caída (Kast), que consiste en colocar
sobre un yunque una muestra de explosivo, generalmente de 0,1 g, sobre la que se deja caer un peso de acero de 0,5 a
10 kg, desde diferentes alturas, para observar si explosiona o no. A título de ejemplo, con un martillo de 2 kg, el
fulminato de mercurio detona con una altura de caída de 1 a 2 cm, la nitroglicerina con 4 a 5 cm, la dinamita con 15 a 30
cm, y los explosivos amoniacales con caídas de 40 a 50 cm. El ensayo de fricción más utilizado es el de Julius Peter, en el
cual se somete a un explosivo a un proceso de rozamiento entre dos superficies de porcelana sin barnizar sobre las que
se ejercen diferentes presiones. Tras la prueba se puede apreciar si ha existido carbonización, deflagración o explosión.
Los resultados se expresan en kg, que corresponde a la presión con la que actúa el punzón de porcelana sobre la plaquita
en la que se deposita el explosivo.
Sensibilidad al calor
Los explosivos al ser calentados de forma gradual llegan a una temperatura en que se descomponen repentinamente con
desprendimientos de gases, aumentando poco a poco hasta que al final se produce una deflagración o bien una pequeña
explosión. A esa temperatura se la denomina «punto de ignición». En la pólvora varía entre 300 y 350°C y en los
explosivos industriales entre 180° y 230°C. Esta característica es diferente de la sensibilidad al fuego, que indica su
facilidad de inflamación. Así, la pólvora a pesar de su buen grado de sensibilidad al calor es muy inflamable,
explosionando hasta con una chispa, lo mismo que la nitrocelulosa
Diámetro crítico
Las cargas de explosivo con forma cilíndrica tienen un diámetro por debajo del cual la onda de detonación no se
propaga o si lo hace es con una velocidad muy por debajo a la de régimen, a dicha dimensión se la denomina
«Diámetro crítico». Los principales factores que influyen en el diámetro crítico de un explosivo son: el tamaño de las
partículas, la reactividad de sus constituyentes, la densidad y el confinamiento de los mismos.
TRANSMISION DE LA DETONACION
La transmisión por «simpatía» es el fenómeno que se produce cuando un cartucho al detonar induce en otro
próximo su explosión. Una buena transmisión dentro de los barrenos es la garantía para conseguir la completa
detonación de las columnas de explosivo. Pero cuando esos barrenos se hallan próximos o las cargas dentro de ellos
se diseñan espaciadas, se puede producir la detonación por simpatía por medio de la transmisión de la onda de
tensión a través de la roca, por la presencia de aguas subterráneas y discontinuidades estructurales o por la propia
presión del material inerte de los retacados intermedios sobre las cargas adyacentes. En todos estos casos los
resultados de fragmentación y vibraciones se verán perjudicados seriamente.
Desensibilización
En muchos explosivos industriales, se ha observado que la sensibilidad disminuye al aumentar la densidad por
encima de un determinado valor. Este fenómeno, es más acusado en aquellas composiciones o agentes explosivos
que no contienen sustancias como el TNT, la Nitroglicerina, etc. Para los hidrogeles y las mezclas tipo ANFO la
variación de sensibilidad con la densidad es mucho mayor que para los explosivos gelatinosos, Ej, la Fig. 10.9, se
observa la influencia de la densidad del ANFO sobre la «VD». Por encima de valores de 1,1 g/cm3 la velocidad cae
drásticamente, por lo que a las densidades y a las presiones que producen esos niveles de confinamiento se las
denominan como «Densidades y Presiones de Muerte», La desensibilización puede estar producida por:
- Presiones hidrostáticas y
- Presiones dinámicas.
El primer caso sólo se suele presentar en barrenos muy profundos y no es por esto muy frecuente. En la
desensibilización dinámica pueden distinguirse a su vez tres situaciones:
Velocidad de detonación del ANFO en función de la densidad.
Desensibilización por cordón detonante
Los cordones detonantes de medio gramaje no inician correctamente a los hidrogeles y emulsiones e incluso pueden
llegar a hacerlos insensibles a otros sistemas de cebado. La explicación para los diferentes tipos de explosivos no es
siempre la misma:
- Para el ANFO, el cordón detonante, según su potencia, lo inicia parcialmente o no crea más que un régimen de
detonación débil.
- En los hidrogeles, los cordones son insuficientes para crear una onda de detonación estable comprimiendo las
burbujas generatrices de «puntos calientes» haciéndolas insensibles a los efectos de un multiplicador o una onda
de choque posterior.
- En las emulsiones, los cordones poco potentes pueden romper las estructura de composición pre-. vista para
aportar al explosivo su sensibilidad para un cebado posterior. Todos estos fenómenos dependen en gran medida
del diámetro de la carga.
Desensibilización por efecto canal
Efecto canal producido sobre un cartucho de explosivo dentro de un barreno de mayor diámetro.
Presión ejercida por cargas adyacentes
La desensibilización originada por la detonación de cargas adyacentes puede ser debida al:
Cuando la temperatura ambiente se encuentre por debajo de los 80 °C, los explosivos que contienen
nitroglicerina tienden a congelarse, por lo que se suele añadir una cierta cantidad de nitroglicol que hace bajar el
punto de congelación a unos -20°C.
HUMOS
La detonación de todo explosivo comercial produce vapor de agua, nitrógeno, dióxido de carbono, y
eventualmente, sólidos y líquidos. Entre los gases inocuos citados existe siempre cierto porcentaje de gases tóxicos
como el monóxido de carbono y los óxidos de nitrógeno. Al conjunto de todos esos productos resultantes se le
designa por «humos». De acuerdo con la proporción de los gases nocivos, se ha establecido una escala de
clasificación por grado de toxicidad para la exposición de los operadores después de las voladuras.
CLASES DE HUMOS
Según esa clasificación los explosivos de primera categoría pueden ser empleados en cualquier labor subterránea, los
de segunda sólo en las que se garantice buena ventilación y los de tercera SÓlO en superficie.
ACCESORIOS DE VOLADURA
INTRODUCCION
Paralelamente a la evolución de los explosivos los accesorios de iniciación han sufrido desde los años cuarenta un
fuerte desarrollo tecnológico con el que se ha intentado alcanzar los siguientes objetivos:
- La iniciación enérgica de los explosivos de las últimas generaciones, mucho más insensibles que las dinamitas
clásicas pero también más seguros.
- El control de los tiempos de iniciación para mejorar la fragmentación.
- La reducción del nivel de vibraciones, onda aérea y proyecciones producidas en las voladuras.
- El cebado puntual, en fondo o en cabeza del barreno, o el cebado lineal de toda la columna de explosivo.
- La mayor rapidez y flexibilidad de las operaciones de arranque manteniendo un elevado grado de seguridad
para el personal e instalaciones.
Constan de un tubo delgado de plástico transparente de 3 mm de diámetro recubierto en su interior por una fina
película de explosivo de 20 mg/m y una cápsula detonadora semejante a la de los detonadores eléctricos. La
velocidad de la onda de choque dentro del tubo es de unos 2.000 m/s y no es lo suficientemente potente para
iniciar a los explosivos en contacto con dicho tubo, por muy sensibles que éstos sean, por lo que también puede
efectuarse de forma efectiva el cebado en fondo.
1. Tiempos de detonación.
2. Características eléctricas, y
3. Aplicaciones.
De acuerdo con el lapso de tiempo transcurrido entre el momento en que se energiza el detonador y el instante en
que se produce la detonación de las cápsulas se agrupan en:
Detonadores instantáneos
Detonadores temporizados.
De retardo y de microrretardo.
En España la serie de detonadores de retardo (500 ms) fabricados por UEE consta de doce números, y la de
detonadores de microrretardo de 20 y 30 ms con 15 y 18 números respectivamente. Todos los detonadores eléctricos
presentan cierta dispersión en los tiempos de iniciación, siendo mayor "en los números más altos de la serie, tal
como ha demostrado Winzer (1979) en un exhaustivo estudio con cámaras ultrarrápidas. El rango de variación
normal suele estar comprendido entre el 5 y eI 10%. Birch (1983) da una fórmula para estimar la desviación típica en
milisegundos a partir del número de detonador «nd»:
Detonadores temporizados electrónicos
Desde mediados de los años 80, diversos fabricantes de explosivos comenzaron a desarrollar los detonadores
temporizados electrónicos. Estos accesorios permiten, por su gran precisión, un excelente control del proceso de
fragmentación, así como de las vibraciones y proyecciones. Los componentes principales de un detonador
electrónico se representan en la Fig. 13.18. En esencia consisten de una unidad de retardo electrónica y un
detonador instantáneo. Se distingue un circuito integrado, o microchip (4), que constituye el corazón del
detonador, un condensador para almacenar energía (5), y unos circuitos de seguridad (6) conectados a los hilos
que sirven de protección frente a diversas formas de sobrecargas eléctricas. El propio microchip posee unos
circuitos de seguridad internos. La cerilla inflamadora (3) para la iniciación de la carga primaria (2) está
especialmente diseñada para proporcionar un tiempo de iniciación pequeño con la mínima dispersión.
Detonador electrónico.
En cuanto a los tiempos de retardo, los detonadores electrónicos tienen unas posibilidades mucho mayores que
los convencionales. Los accesorios se fabrican con un determinado número de período o escalón, que no
establece el tiempo de retardo sino el orden en el que ocurren las detonaciones.
Los microchips proporcionan unos tiempos de retardo muy precisos, con una exactitud del orden del 0,1% del
intervalo programado.
Otras características de los detonadores electrónicos son:
El principal obstáculo hoy en día para el empleo de estos detonadores es el económico, pues hasta que no se llegue a
una fabricación masiva los costes unitarios serán altos.
En las grandes obras y explotaciones mineras ese sobrecoste quedará compensado con el aumento del diámetro de
perforación, haciendo que la repercusión de los accesorios sea cada vez menor por unidad de volumen de roca
arrancada, y también por las exigencias de seguridad en los trabajos de envergadura o de mayor complejidad.
DETONADORES ELECTRÓNICOS
Los detonadores electrónicos son la última evolución de los sistemas de iniciación para voladuras. Su desarrollo
comenzó hace bastantes años, pero todavía el uso de este tipo de sistema está centrado en ciertas aplicaciones
donde se buscan unos resultados específicos. La diferencia fundamental entre el detonador electrónico y cualquier
otro, bien sea eléctrico o no eléctrico, es que la pasta pirotécnica que determina el tiempo de retardo ha sido
sustituida por un circuito electrónico, en el cual, un microchips el encargado de realizar la descarga de un
condensador en el instante deseado. En los demás tipos de detonadores, el retardo viene fijado por el tiempo que
tarda en consumirse una pasta pirotécnica. Cada detonador electrónico está identificado inequívocamente con un
código alfanumérico que sirve para su posterior programación y disparo. En cuanto a la carga explosiva, es igual a la
que poseen los demás sistemas de detonación. De este modo, las características explosivas del detonador
electrónico, son las mismas que las de otros sistemas de iniciación. La precisión en los tiempo de retardo en los
detonadores electrónicos es del 0,02 %, mucho mayor que para detonadores de retardo pirotécnico. Tanto los
detonadores eléctricos como los no eléctricos tienen un casquillo metálico que aloja una sustancia pirotécnica que se
consume a una determinada velocidad. Sin embargo la precisión de estos sistemas es limitada. Se pueden encontrar
sistemas diseñados para ser iniciados en el mismo tiempo de retardo pero realmente, el tiempo de disparo no es el
mismo. Los detonadores electrónicos nos brindan:
• Mejora en la fragmentación. La precisión del sistema implica mejor
cooperación entre barrenos.
• Precio aún elevado porque su uso todavía no está muy extendido. Este hecho
hace que su uso sea rentable en aquellos casos en los que las ventajas destacadas superan con creces el
sobrecoste del uso de este sistema de iniciación.
El sistema está formado por un explosor especial conectado a los detonadores mediante un fino tubo de plástico que
cierra el circuito. El explosor introduce en J dicho circuito una mezcla gaseosa de dos componentes, oxígeno más gas
combustible, iniciando la explosión de la misma cuando toda la línea está llena de esa mezcla. la detonación se propaga a
una velocidad de 2.400 m/s, iniciando a su paso los detonadores pero no el explosivo en contacto con los tubos, por lo
que también hace factible el cebado en fondo. los detonadores son de tipo convencional, instantáneos o temporizados
con intervalos de retardo de 50 ms para los primeros números y 60 ms para los últimos,
J abarcando un tiempo total desde 50 ms hasta 850 ms. En estos detonadores la parte eléctrica se ha sustituido por dos
tubos de plástico que sobresalen del casquillo del detonador unos 10 cm para trabajos de cielo abierto y 4,8 ó 7,2 m para
voladuras subterráneas. la ventaja principal que presenta este detonador " frente a otros no eléctricos es la posibilidad
de comprobar que el circuito de la pega está bien hecho, ya que se introduce en el mismo un determinado caudal de aire
o nitrógeno midiendo a continuación la presión. En la Fig. 13.4 se representa un esquema de conexión.
Detonador Hercudet y piezas de conexión de tubos.
Relés de microrretardo en
superficie y en barreno
Este grupo de accesorios consta normalmente de un multiplicador convencional con una funda de plástico que dispone
de un orificio lateral, a modo de generatriz por donde pasa el cordón detonante de bajo gramaje de 3 a 6 g/m. El
«elemento de tiempo» va inserto en el multiplicador y está provisto de una cápsula iniciadora o sensor próximo al
cordón detonante, un elemento de transmisión y un detonador temporizado. Este tipo de multiplicador se utiliza
básicamente en aquellas voladuras donde las columnas de explosivo se seccionan e inician en tiempos distintos con el
fin de reducir las cargas operantes. los tiempos nominales de secuenciación dependen de las diferentes casas
fabricantes, entre las que destacamos:
- Deckmaster de Atlas Powder Co. de 25 ms y 50 ms de intervalos de tiempo con un retardo máximo de la serie de 400
ms.
- Austin ADP de 25, 50 Y 75 ms de intervalos de retardo.
- Slider de la Cll, Inc. Fi"g. 13.5 etc.
El número de intervalos puede ampliarse significativamente combinando este sistema con el clásico de cebado en
cabeza con detonadores eléctricos de microrretardo.
Elementos y ensamblaje de un
multiplicador temporizado Slider.
Estos cordones disponen de un núcleo de pentrita en cantidad variable (3, 6, 12, 40 Y 100 g/m) rodeado por varias
capas de hilados y fibras textiles, con un recubrimiento exterior de cloruro de polivinilo que permite que tengan unas
características adecuadas de flexibilidad, impermeabilidad, resistencia a la tracción ya la humedad. La velocidad de
detonación es de unos 7.000 mis. Los tipos de empalmes que pueden realizarse se indican en la Fig. 13.11. En el
cordón de 3 g/m deben eliminarse tales uniones, a no ser que se efectúen con cordones de gramaje superior. Si bien
la aplicación básica de estos accesorios es la de transmitir la detonación iniciada por un detonador a una carga de
explosivo, se emplean en otros usos como los que se indican en la Tabla 13.1
Para espaciar la carga a lo largo de los barrenos en "las voladuras de contorno se utilizan tubos de plástico abiertos
longitudinalmente en los que se introduce un cordón detonante y cartuchos separados. entre sí a la distancia
prevista.
En las voladuras de contorno el explosivo puede estar preparado en cartuchos especiales en cuyos. extremos
disponen de unos elementos de unión que permiten preparar con rapidez y seguridad las columnas de longitud
deseada.
Elementos centralizadores y de retención
Embudos
Paralelamente al desarrollo de los explosivos, la carga y el desagüe de los barrenos han sido objeto de una fuerte
mecanización impulsada por las numerosas ventajas que reportan a las voladuras y que pueden J resumirse en:
- Alto aprovechamiento del volumen, perforado en la J roca al conseguir que el explosivo ocupe todo el barreno y esté
en contacto con las paredes del mismo.
- Aumento de la densidad de carga dentro de los barrenos.
- Posibilidad de formar cargas selectivas de explosivo variando las densidades y energías específicas a lo largo de la
columna.
- Utilización de explosivos a granel de menor coste que los encartuchados.
- Reducción de los tiempos de carga de las voladuras.
- Disminución de la mano de obra necesaria para la carga de las pegas.
- Posibilidad de utilizar ANFO de menor coste que los hidrogeles y las emulsiones, tras el desagüe de los barrenos.
Mejor control del explosivo y autonomía en el suministro del mismo.
Todas esas ventajas se traducen en un menor costo de la perforación y voladura, debido fundamentalmente a que las
mallas de perforación serán más abiertas y los tiempos de carga se reducirán
SISTEMAS MECANIZADOS DE CARGA DE BARRENOS
Los sistemas mecanizados de carga se clasifican en dos grandes grupos, según que sean meros instrumentos de
carga o sistemas integrados de fabricación y carga. A continuación, se describen los métodos empleados en la
actualidad para los tipos de explosivos más importantes:
Explosivos encartuchados
Los equipos de carga neumática para explosivos encartuchados fueron desarrollados en Suecia en la década de
los años 50. Estas unidades permiten cargar barrenos con diámetros entre 35 y 100 mm, consi-. guiendo
densidades de llenado del orden de un 15 a un 20% mayores que las manuales con atacador, o incluso del 30%
si se utiliza en la operación un robot. Las capacidades de carga de estos sistemas para un equipo de 2 hombres
oscilan entre los 500 y 1.000 kg por relevo, dependiendo de las dimensiones de los cartuchos. En la Tabla 15.1
se indican, para diferentes diámetros de barrenos, los calibres de los cartuchos y tubos de carga recomendados.
Las cargadoras, Fig. 15.1, constan de una recámara tubular con una válvula de compuerta en cada extremo, un
embudo de carga por donde se introducen los cartu,chos, una manguera de descarga y un conjunto de válvulas
neumáticas.
El aire comprimido de alimentación llega a la cargadora a una presión máxima del orden de 1 MPa y con una serie de
reguladores se llega a reducir a 0,3 MPa. Se dispone además de una válvula de seguridad. Las mangueras de
descarga son de plástico flexible y antiestático, aunque en ciertos trabajos muy particulares pueden utilizarse tubos
metálicos. El calibre de estas mangueras es función de las dimensiones de los cartuchos y su longitud no debe
exceder de 50 m. En el extremo por donde sale el explosivo se disponen unas cuchillas que cortan la envuelta de
papel o plástico de los cartuchos ayudando a una mejor compactación de éstos en el barreno.
El atacado con estas unidades es manual, a no ser que se utilice un elemento acoplable a las cargadoras llamado
«Robot», Foto 15.1, que sustituye la tediosa y cansada labor que debe realizar eloperario, sobre todo' en barrenos
largos, y permite además conseguir una carga más uniforme y regular. .,1' Este complemento consta de un cilindro
neumático de doble acción con un pistón cuya parte posterior está unida a un empujador neumático, un tubo
espaciador delantero y un soporte que mantiene apoyado el aparato contra el barreno. El cilindro posee un
movimiento oscilante que se transmite por medio del empujador a la manguera de descarga, la cual, en su
retroceso, permite la salida de un nuevo cartucho por su extremo final. Los grados de retacado que se consiguen
con los movimientos de avance de las mangueras oscilan entre 1,4y1,6. El empleo de estas cargadoras resulta
especialmente interesante cuando las pegas están constituidas por barrenos horizontales o inclinados ascendentes
y de gran longitud. Las únicas limitaciones que se plan
SISTEMAS DE INICIACION y CEBADO
INTRODUCCION
La aplicación masiva de los agentes explosivos, como el ANFO, los hidrogeles y las emulsiones al arranque de rocas,
ha exigido un fuerte desarrollo de las técnicas de iniciación y cebado, debido, por un lado, a la insensibilidad relativa
de dichas sustancias y para obtener el máximo rendimiento de la energía desarrollada por los explosivos.
- Primer: Carga de explosivo potente y sensible utilizada para iniciar la columna principal alojada en el barreno.
Son explosivos sensibles al detonador y al cordón detonante, incluso al de bajo gramaje.
- Booster: Es una carga de explosivo potente que no contiene ningún accesorio de iniciación y que tiene dos
funciones:
1. Completar el trabajo de iniciación del «primer» en la columna de explosivo, y
2. Crear zonas de alta liberación de energía a lo largo de dicha columna.
INICIACION DEL ANFO A GRANEL
Cuando los barrenos tienen una longitud inferior a los 10 m y se mantienen secos, la iniciación del ANFO se puede
llevar a cabo con seguridad mediante un solo iniciador. Si la altura del banco es grande y los barrenos atraviesan
zonas con diferentes características litológicas y grados de fracturación de la roca, se presenta no sólo una posibilidad
de aporte de agua, sino incluso que durante la carga del barreno se produzcan discontinuidades en la columna de
explosivo. En estos casos, es aconsejable un cebado múltiple de la columna disponiendo un iniciador cada 4 ó 5 m, ya
que con este pequeño sobrecoste se elimina el riesgo de fallos en algunos barrenos de la voladura.
En la actualidad, los iniciadores más utilizados son los multiplicadores fabricados de pentolita, pues presentan
numerosas ventajas entre las que destacan:
Multiplicadores convencionales
Los hidrogeles y emulsiones que son sensibles al detonador o al cordón detonante pueden emplearse como
iniciadores primarios o cartuchos cebo, con la ventaja de que ocupan así toda la sección del barreno y resultan
muy eficientes. Cuando estos explosivos precisan para su iniciación de un multiplicador sólo pueden usarse
como «boosters» (iniciadores secundarios) a no ser que se utilicen accesorios especiales como el Detaprime de
Du Pont. Fig. 14.4.