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Jesús R. Dugarte M.

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La esperanza del agua y otras reseñas

JESÚS R. DUGARTE M.
LA ESPERANZA
DEL AGUA
Y OTRAS RESEÑAS

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Jesús R. Dugarte M.

Este libro se imprimió gracias a la participación de las siguientes


organizaciones, empresas y personas:

Ing. José Luis del Campo


Presidente de la Comunidad de Regantes de la Margen Izquierda
del Bembezar. Córdova, España.

Sr. Manuel J. Gómez N.


Director General

Ing. Julio C. Anzola D.


Gerente General

Sr. Alejo Hernández A.


Presidente

La esperanza del agua y otras reseñas


©Jesús R. Dugarte M.
Fundación Buría
Barquisimeto, República Bolivariana de Venezuela.
Marzo de 2021
Edición al Cuidado de:
Carlos Giménez Lizarzado
Diseño Editorial:
Reinaldo E. Rojas Merchán
Impresión:
R&R Imagen y Publicidad, c.a.

En cubierta: Valle del Turbio (detalle). Armando Villalón, 2019. Colección privada.

Depósito Legal: LA2020000022


ISBN: 978-980-7687-15-7

Impreso en El Eneal, estado Lara - República Bolivariana de Venezuela

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La esperanza del agua y otras reseñas

En memoria de mis padres:

José Andrés Dugarte Uzcátegui


María del Carmen Muñoz de Dugarte

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Jesús R. Dugarte M.

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La esperanza del agua y otras reseñas

ÍNDICE

Presentación. Prof. Carlos Giménez Lizarzado página 09


Prólogo. Ing. Miguel Nucete Hubner página 13
La Esperanza del agua y otras reseñas. Jesús R. Dugarte M. página 15

PARTE I: DIARIO EL IMPULSO


La Agricultura: Clave para elevar niveles de vida
en habitantes del Tercer Mundo página 19
Los ríos y el desarrollo de los pueblos página 22
La Desertificación: Enemiga del hombre página 24
Los milenarios instrumentos de riego página 26
La Ingeniería Agrícola fortalece la producción página 29
El sector Buría-Londres: Hacia el desarrollo nacional página 31
La nivelación de tierras agrícolas (I) página 33
La nivelación de tierras agrícolas (II) página 36
Los canales del desarrollo en Moroturo página 39
El riego futuro en el Valle de Quíbor página 42
El IUTAJS en las comunidades rurales página 45
La nivelación de tierras agrícolas (III) página 47
La nivelación de tierras agrícolas (IV) página 50
Participación de Venezuela en Coloquio
Internacional de Riego página 53
La dualidad Ambiente y Desarrollo página 59
El Riego de Rufino página 62
Las Organizaciones de Riego (I) página 65
Las Organizaciones de Riego (II) página 68
Turbio: El otro valle productivo página 71
Crespo: El nuevo municipio sediento página 74
El frenazo del Proyecto Yacambú-Quíbor página 77
En la recta final del trasvase Yacambú-Quíbor página 80
El reventón del Valle de Quíbor página 82

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Jesús R. Dugarte M.

El reparto del agua en el Valle de Quíbor (I) página 85


El reparto del agua en el Valle de Quíbor (II) página 88
El reparto del agua en el Valle de Quíbor (III) página 91
El Valle de Quíbor y la Constitución Bolivariana página 94
Nubes de fuego sobre el Valle de Quíbor página 96
Crespo, ante el abismo de la sed página 98

PARTE II: DIARIO DE LARA


El futuro Sistema de Riego Yacambú-Quíbor (I) página 103
El futuro Sistema de Riego Yacambú-Quíbor (II) página 106
El futuro Sistema de Riego Yacambú-Quíbor (II) página 109

PARTE III: LA VOZ DE CRESPO


El agua del municipio Crespo (I) página 115
Puntos clave de la LOE (I) página 117
Puntos clave de la LOE (II) página 119
El agua del municipio Crespo (II) página 121
La ingeniería en tiempos del chavismo página 123
El espejo de la historia página 125

PARTE IV: EL CAÑON


¡Ah, Quíbor, cuando era mundo! página 129
El Valle de Quíbor y la condición semiárida página 132

PARTE V: EL PUEBLO
La Cuenca del Tumaque y la existencia de Duaca página 137
La crisis de las aguas residuales en Duaca página 140

PARTE VI: TRES CASOS DE ESTUDIOS


El acuífero de Duaca: El poder político en la lucha por el agua página 145
Gente Sedienta Carabalí: La lucha comunitaria por el agua página 149
Sistema de Riego Yacambú-Quíbor: La esperanza de Lara página 157

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La esperanza del agua y otras reseñas

PRESENTACIÓN

Carlos Giménez Lizarzado

El tema del agua acompaña a la humanidad desde tiempos remotos;


los asentamientos humanos en pueblos y ciudades, están estrecha-
mente vinculados a la disposición, almacenamiento y domesticación
del agua, es la base de la vida por excelencia. Salud y economía van de
la mano con el abastecimiento o mal abastecimiento del agua. Desde la
Ilustración se le reconoce como un bien común y desde el siglo XX, es
ya un derecho fundamental.

El imperio español, en el proceso de conquista y poblamiento de las


antiguas sociedades aborígenes, base de la posterior Hispanoamérica,
no descuidó en la fundación de los nuevos pueblos y ciudades la
disponibilidad y calidad del agua; el derecho indiano dejó un cuerpo de
normas y reglamentos para la utilización y usufructo de este recurso
natural tanto en las colonias mineras como las agrícolas. Resulta
relevante que muchas de las ciudades surgidas en aquel proceso
deban su nombre a un rio o una naciente de agua; Barquisimeto
olvida su epónimo de Nueva Segovia para permanecer fiel a su génesis
hidropónica, de modo pues que, tanto en la búsqueda como en la
disponibilidad, las colonizaciones humanas están inexorablemente
ligadas al agua.

Juan Agustín de la Torre, venezolano nacido en Carora, quien fuera


rector de la antigua Universidad de Caracas y asesor del Real Consulado,
escribió en 1790 un “Discurso Económico” en el que establecía la
relación entre las letras, la agricultura y el comercio, especial atención
dio a la “ingeniería hidráulica”, el llamado es a aplicar la tecnología
para el uso del agua y evitar los estragos tanto en invierno como en
sequía, se quejaba del uso irracional de los ríos que se dejaban en
manos de ignorantes e interesados sectores, que con “mezquindad”

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Jesús R. Dugarte M.

aprovechaban los ríos; los pleitos por las acequias abundaban en los
cabildos de la época colonial.

Barquisimeto en su establecimiento hispánico definitivo hacia 1563 en


la actual planicie, logra tal asentamiento precisamente, por la presen-
cia del rio que da su nombre, la disponibilidad de esas aguas permiten
la consolidación del poblado urbano. Sin embargo, la incomodidad de
traer el agua del rio Turbio, llevó por 1790 a Miguel Canelón a plantear
al Gobernador de Caracas que la falta del vital líquido podía resolverse
trayéndola desde la Loma de León. Con la formación de la Provincia
de Barquisimeto en 1832 y su respectivo poder legislativo, el tema
del agua y sus diversos usos adquiere carácter político, dejando con
ello un conjunto de resoluciones sobre la protección de las nacientes
y bosques que garanticen el curso de los ríos y su debida utilización
racional, surgen así los jueces de agua; será entre 1876 y 1890 que las
iniciativas locales con sus juntas de fomento, alcancen el primer acue-
ducto por tuberías de hierro para surtir a la población barquisimetana.

En las primeras décadas del siglo XX, Barquisimeto y Quíbor se


reencuentran por la ruta del agua, comienza la historia de Yacambú,
historia que no se ha detenido hasta hoy. Es la mirada a los valles y sus
riquezas agrícolas, pero también la mirada al subsuelo en búsqueda
de agua; así, en los años 40 a los 60, la sociedad asume el asunto como
cuestión de vida y con sentido de futuro, personalidades como Raúl
Azparren, Francisco Tamayo, Casta J Riera y Froilán Álvarez Yépez,
asumen el liderazgo para garantizar a la ciudad en pleno crecimiento
urbano el agua potable y el desarrollo técnico de la agricultura de riego,
siempre con intenciones de proteger bosques y suelos. Ello no quiere
decir que el siglo XXI larense sea el logro de aquellas intenciones,
que fueron muy nobles; el grito ancestral de Lara, como lo llamara
Francisco Tamayo, sigue en nuestros oídos; en plena época de inusitado
desarrollo tecnológico aun los larenses piden a gritos, ¡“Agua”!

Ese trabajo no se ha detenido, el libro que ahora presentamos gracias


al esfuerzo disciplinado y sostenido del amigo Jesús Dugarte, da
cuenta de su visión como técnico sobre los asuntos del agua, el suelo y
la agricultura, pero también del investigador con una alta sensibilidad

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La esperanza del agua y otras reseñas

por lo público y por la calidad de vida de los habitantes de la entidad


larense. Combina la docencia, sus responsabilidades administrativas
en un organismo de Estado con su habilidad de organizador y difusor
de sus reflexiones. Ha hecho de los medios impresos su cátedra publica,
desde allí expone, motiva y organiza ideas para animar el desarrollo
humano en los lugares que le toca trabajar o vivir.

Así lo encontramos en Caracas, Maracay, Los Teques, Altagracia de


Orituco, Quíbor, Carora, El Tocuyo, Duaca, Cabudare, Siquisique o
en Barquisimeto, siempre alentando la organización y conciencia
ciudadana sobre agua y suelos, binomio que explica sin duda alguna el
sentido de la vida. El Dr. Rafael Rodríguez Rodríguez, experto en cambio
climático, lo ha llamado el maestro por excelencia. Ahora lo vemos
junto al Dr. Reinaldo Rojas y la Ingeniero Liana Arrieta de Bustillo,
ciudadanos estelares, organizando a los larenses para comprender
la complejidad del servicio del agua potable, y visualizar desde la
ciudadanía soluciones a la crítica carencia de este bien público.

Encontrará en este libro el lector especializado o el ciudadano inte-


resado, materiales de primera mano, son reflexiones de experiencias,
pero también de la observación del técnico con pasión social y humana
que no descansa en registrar a cuanta fuente o referencia consigue
en su camino para ilustrar el sentido de la lucha cívica; lo oímos en
sus programas de radio, lo leemos en sus columnas periodísticas, pero
también en las redes sociales, y muy a tono con la época crea su canal
YouTube para difundir su programa Perspectivas Agropecuarias, no
sólo desde lo técnico, sino desde lo histórico, lo cultural y lo social.

Esperamos que las nuevas generaciones de agrónomos, médicos


veterinarios, educadores y economistas, consigan en este libro la
esperanza del agua como sentido organizador del futuro. Gracias,
amigo Jesús Dugarte por ilustrarnos y darnos herramientas para
fortalecer el trabajo ciudadano en un contexto de enormes limitaciones
institucionales, la disminución significativa de la política plural y con
ello la disminución de la lucha cívica por un país democrático, por un
desarrollado humano sostenido y sustentable. Gracias por demostrar
que es posible el futuro.

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Jesús R. Dugarte M.

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La esperanza del agua y otras reseñas

PRÓLOGO DEL LIBRO


LA ESPERANZA DEL AGUA Y OTRAS RESEÑAS

Ing. Miguel Nucete Hubner

Conozco a Jesús Dugarte desde hace más de 40 años, pues a finales de


la década del 70, tuvimos oportunidad de compartir profesionalmente
formando parte de un equipo interdisciplinario e interinstitucional, en
el cual yo participaba como técnico de la Fundación para el Desarrollo
de la Región Centroccidental de Venezuela (FUDECO) y él como técnico
del Ministerio de Agricultura y Cría. Ese equipo trabajaba en una
propuesta de desarrollo bajo riego del Valle de Quíbor, con agua que
vendría del proyecto Yacambú.

Jesús Dugarte es un ingeniero agrónomo graduado en 1972 en la


Universidad Central de Venezuela, con un postgrado en 1982 en
desarrollo de tierras y aguas, opción riego y drenaje, realizado en el
Centro Interamericano de Desarrollo e Investigación Ambiental y
Territorial (CIDIAT). Además, consolidó su vasto conocimiento en
materia de riego, drenaje y ambiente con la realización de 25 cursos.

La mayor parte de su vida profesional la dedicó a trabajar en el sector


público, en el antiguo Ministerio de Obras Públicas, en el Ministerio
de Agricultura y Cría, en el Ministerio del Ambiente y de los Recursos
Naturales y en Sistema Hidráulico Yacambú – Quíbor C.A.

Quisiera destacar que además de su trabajo en el sector público, en el


cual demostró su excelente formación profesional y su capacidad de
relacionarse con los productores agrícolas, siempre desarrolló un gran
interés en compartir sus conocimientos, lo cual lo llevó a dar clases en
diversas materias durante muchos años en el Instituto Universitario
de Tecnología Antonio José de Sucre en Barquisimeto.

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Jesús R. Dugarte M.

Asimismo, como parte de ese interés de transmitir sus conocimientos


y experiencias y su preocupación por la necesidad del manejo eficiente
de los recursos hídricos, desde hace más de veinte años, comenzó a
escribir artículos en diversos medios de comunicación en Lara (El
Impulso, El Diario de Lara, La Voz de Crespo, El Cañón, El Pueblo),
que decidió publicar conjuntamente con tres casos de estudio en el
presente libro.

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La esperanza del agua y otras reseñas

La Esperanza del Agua y otras reseñas

El agua es crítica para el desarrollo sostenible,


incluyendo la integridad del medio ambiente y el
alivio de la pobreza y el hambre, y es indispensable
para la salud y el bienestar humano.
Naciones Unidas

La dualidad tierra-agua representa los bienes terrenales que hacen


posible el desenvolvimiento del hombre, no solo para la producción
de alimentos sino de la vida misma. En términos de fuentes de trabajo,
casi el ochenta por ciento de la población activa mundial, en mayor o
menor grado, depende del agua.

Para cualquier tipo de uso al que se destine, el agua requiere ser


domesticada, mediante su captación en las fuentes superficiales o
subterráneas, su encausamiento a través de canales o tuberías, su
distribución a los usuarios finales y el tratamiento en el caso del agua
potable, procurándose que los sobrantes de estos procesos, puedan
ser devueltos al medio ambiente en condiciones adecuadas, para dar
cumplimiento a las etapas que se contemplan en el ciclo del agua y que
dan permanencia a la vida del hombre sobre la tierra, convirtiendo a
ese preciado líquido en un recurso renovable.

Esas medidas de lo que significa el peso del agua en la vida del hombre,
ha sido definido en la década pasada por el Prof. Arien Hoekstra
(Universidad de Twente), como la huella hídrica, un indicador de la
sostenibilidad, que se mide en unidades de volumen (litros o metros
cúbicos), por unidad de producto fabricado o servicio consumido
y se componen de tres sumandos, conocidos como la huella hídrica
verde (la fracción que proviene del agua de lluvia); la huella hídrica
azul (fuentes naturales o artificiales) y la huella hídrica gris (agua
contaminada que es necesario sanear).

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Jesús R. Dugarte M.

Las nuevas tecnologías ponen a disposición los elementos básicos que


deben permitir el acceso permanente y seguro a un suministro de agua
y saneamiento, en los hogares, escuelas y lugares de trabajo, amén de la
garantía del recurso para cumplir con el desarrollo agrícola bajo riego
que hace posible la producción sostenida de alimentos. En la medida
que tales cometidos se logren, se impulsarán los cambios positivos en
la calidad de vida y en la creación de puestos de trabajo.

A lo largo de nuestras actividades profesionales relacionadas con el


uso del recurso agua, en diversas etapas de nuestro quehacer, nos
hemos valido de la oportunidad que nos ofrece la prensa escrita, para
dar a conocer las percepciones y apreciaciones que se entresacan de la
manera como se aprovechan mejor los recursos naturales disponibles,
con el propósito de abrir elementos de discusión, que permitan
una mejor utilización de esos recursos, especialmente en aquellos
aprovechamientos que, como el caso del Proyecto Yacambú-Quíbor,
siguen siendo la esperanza del agua para la región centrooccidental
y el país.

El Autor

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La esperanza del agua y otras reseñas

PARTE i
DiARiO EL iMPULSO

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Jesús R. Dugarte M.

El Diario El Impulso es el periódico de la ciudad


de Barquisimeto más antiguo de Venezuela,
avalado por una experiencia de más de un siglo
de constante labor periodística y publicitaria.
Después de 114 años de labor ininterrumpida,
el diario sale de circulación por problemas de
papel para imprimir, por lo que sólo se da a
conocer a través de su versión digital.

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La esperanza del agua y otras reseñas

La Agricultura:
Clave para elevar niveles de vida en habitantes del Tercer Mundo1

Los expertos en desarrollo y los planificadores nacionales del Tercer


Mundo están de acuerdo en que el sector agrícola es la clave para
aumentar la prosperidad y los niveles de vida de la mayoría de los
ciudadanos del mundo.

Las naciones en vías de desarrollo tienen inmensas reservas de


recursos humanos y naturales que son utilizados de forma incompleta,
pero si se aprovechan bien para los fines del desarrollo, pueden no
solo asegurar que los habitantes del mundo estén mejor alimentados,
sino que además pueden hacer posible la producción de un excedente,
el cual puede servir de base para una posterior industrialización.

A estas conclusiones se llegó en el Centro Egipcio Internacional para la


Agricultura (CEIA), en el curso de Servicios Agrícolas y Mejoramiento
de Suelos que se dictó en esa institución, al cual asistieron el Ingeniero
Jesús Dugarte, Jefe de la División de Saneamiento y Riego de la UEDA-
LARA y el especialista Manuel Gómez de la Fundación CIARA.

El CEIA está adscrito al Ministerio de Agricultura de Egipto y planifica


cursos en los cuales pueden participar técnicos y profesionales
universitarios, a objeto de que mejoren y nivelen conocimientos
referentes a la agricultura.

El CEIA ratifica que el desafío del futuro de todas las naciones es


llevar a efecto objetivos en un período de tiempo corto, acelerando el
ritmo del desarrollo agrícola. Es decir, deben aprovecharse todos los
adelantos de la agricultura que se han desarrollado en el mundo en
distintos ambientes y tiempos, para asegurar que los planificadores,
técnicos agrícolas y granjeros, tengan a su disposición todas las
técnicas e informaciones necesarias para aumentar rápidamente la

1
El Impulso Agropecuario. Diario El Impulso. 4 de noviembre de 1986.

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Jesús R. Dugarte M.

producción agrícola y que sus esfuerzos se vean compensados. No


obstante la tarea no es fácil ni sencilla, porque la “Revolución Verde” y
el aumento de la comprensión de los factores humanos son múltiples
y crecen constantemente.

Egipto: Sociedad Agrícola Antigua

Egipto, como una de las sociedades agrícolas más antiguas del mundo y
como nación que ha tenido la responsabilidad histórica, compartiendo
sus conocimientos y experiencias de campo, con otros países, tiene que
jugar un papel especial, facilitando la comunicación entre los países en
vías de desarrollo, en particular aquellas estrategias que propendan al
desarrollo económico.

Según análisis del CEIA, Egipto facilita investigadores agrícolas,


planificadores y técnicos a otros países que desean aprovechar la
habilidad egipcia en este campo. Desde la época de los faraones,
los países del Oriente Medio y de África en particular, han anhelado
aprovechar las habilidades y descubrimientos egipcios.

De la misma manera las universidades y los institutos de investigación


agrícola han abierto sus puertas a estudiantes de todo el mundo,
dándoles entrenamiento especializado en cada uno de los campos
respectivos. Este comportamiento histórico, se ha formado con la
creación del Centro Egipcio Internacional para la Agricultura, su
objetivo es ayudar a acelerar la marcha del desarrollo agrícola en
el Tercer Mundo, proveyendo entrenamiento especializado a los
profesionales que trabajan en los sectores agrícolas de países de
África, Asia y América latina.

Para ejecutar los programas el CEIA cuenta con la asistencia del


personal propio y de sus diez institutos, además de los Ministerios
de Agricultura, Irrigación, Planificación, Recuperación de Tierras,
Universidades y del Instituto Nacional de Investigación. Estas fueron las
principales instituciones encargadas de llevar a cabo la modernización
de la agricultura egipcia en recientes décadas.

20
La esperanza del agua y otras reseñas

Los cursos de adiestramiento los dictan destacados especialistas


agrícolas y se cuenta con entrenamiento teórico y práctico. El trabajo
práctico incluye laboratorio, estudios de casos, seminarios, viajes de
campo y giras de estudio.

El CEIA ofrece estos cursos y adiestramientos en tres idiomas: inglés,


francés y español. Además se planifica el dictado de clases nocturnas,
en las cuales los participantes aprenden los conocimientos mínimos
de estos idiomas.

Esta institución concede becas a cada país, por curso, las mismas
incluyen costos de enseñanza, manutención y pensión completa,
cuidados médicos gratuitos para dolencias menores, cierta cobertura
para gastos personales y el pasaje aéreo, ida y retorno.

Para optar a esta beca anual, el solicitante debe ser un profesional al


servicio del estado, pudiéndose obtener mayor información a través de
la Embajada de Egipto o los Consulados ubicados en el país interesado
en enviar a su participante.

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Jesús R. Dugarte M.

Los ríos y el desarrollo de los pueblos2

Pocas fuentes superficiales en el mundo ofrecen una relación más


estrecha entre su existencia milenaria y el desarrollo integral de un
pueblo, como el río Nilo. Sin su presencia Egipto no hubiera contribuido
en gran medida a la conformación de los hechos que derivaron en el
inicio del mundo civilizado.

Las anotaciones históricas y bíblicas convergen siempre hacia el Egipto


poblado y fértil, centro apetecido por gente de la paz y de la guerra.
Ningún documento proveniente de los orígenes del hombre, en el
llamado “Fértil Creciente”, puede obviar a Egipto en sus informaciones
más variadas y su condición natural y permanencia en el tiempo,
siempre se han mantenido constantes.

El río Nilo atraviesa totalmente el país de sur a norte, extendiéndose


desde más allá de la frontera con Sudán en el sur, hasta su
desembocadura en el mar Mediterráneo. El desarrollo de la antigua
civilización se fue ubicando adyacente al río, surgiendo así Egipto: “El
Regalo del Nilo”, como lo llamó el historiador griego Heródoto.

Hoy día el desarrollo agrícola de Egipto continúa dependiendo en


su totalidad del río Nilo; las tierras aprovechables no sobrepasan el
4% de la superficie total del país, existiendo atrayentes planes para
lograr la expansión horizontal y vertical de la frontera agrícola y así
posibilitar la alimentación de una población que sobrepasa a los 50
millones de habitantes.

El desarrollo creciente de todos los pueblos del mundo está


relacionado estrechamente con la fuente de vida: El agua, por lo que
ante la presencia de esa actividad agrícola continua en el tiempo, nos
permitimos evocar nuestro río Tocuyo en el estado Lara, sin pretender
establecer comparaciones en cuanto a su magnitud, pero sí en relación
con su localización estratégica.

2
El Impulso Agropecuario. Diario El Impulso. 3 de diciembre de 1986.

22
La esperanza del agua y otras reseñas

En dirección sur-este a nor-este, el Rio Tocuyo atraviesa el estado Lara,


como fuente de agua permanente y de óptima calidad para el consumo
poblacional, industrial y de regadío, estableciéndose así un reto para
su aprovechamiento racional.

Las tierras áridas y semiáridas ubicadas a lo largo de su recorrido


esperan poseer el verdor de los cultivos, lo cual será posible, al ser
ejecutados en un plazo perentorio, los proyectos de riego que, como
el área rio Tocuyo-Aregue (800 hectáreas), Vegas del río Baragua en
Siquisique (1.600 hectáreas), entre otros, permitirán la incorporación
de importantes núcleos de producción agropecuaria en el Estado Lara.

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Jesús R. Dugarte M.

La Desertificación: Enemiga del hombre3

En la Conferencia de las Naciones Unidas celebrada en Nairobi,


Kenia, en 1977, se discutió ampliamente sobre los diversos aspectos
involucrados en el proceso de desertificación, concluyéndose en
definirlo como la destrucción del potencial biológico de la tierra,
que puede conducir en última instancia a condiciones similares a las
encontradas en los desiertos. De acuerdo con tal concepto, no solo
pueden considerarse como tierras desérticas aquellas áreas cubiertas
por arenas estables o móviles, sino también las que sufren un deterioro
progresivo como consecuencia de una disminución en las bondades
físicas y químicas que ofrece el suelo, debido a procesos asociados con
la salinización, alcalinización o por cualquier otra razón.

El fenómeno de la desertificación siempre ha estado asociado con la


actividad agrícola del hombre, desde sus orígenes. Tenemos noticias
de la desaparición de verdaderas y desarrolladas civilizaciones
antiguas, cuyo decaimiento estuvo estrechamente relacionado con la
degradación de los suelos, originado precisamente con el manejo a que
estos estaban sometidos.

Uno de los factores determinantes en el fenómeno indicado lo


constituye el clima. En situaciones de clima árido, las condiciones
gradualmente van variando hacia estados de mayor aridez. Si
seguimos los cambios climáticos del pasado, vemos que en el período
pleistocénico, caracterizado por cuatro glaciaciones, se sucedieron
profundos cambios en las condiciones del paisaje. La temperatura bajó
a menos de cero grados, impidiendo el desarrollo de vegetación. Entre
los períodos glaciales la temperatura se incrementaba, ocurriendo
buen desarrollo vegetativo. Las áreas de la tierra ocupadas actualmente
por desiertos y semi-desiertos, recibieron en la era pleistocénica
grandes volúmenes de lluvia; la evidencia de estos períodos lluviosos
son los valles y lagos secos de las regiones áridas. En la península del

3
El Impulso Agropecuario. Diario El Impulso. 5 de febrero de 1987.

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La esperanza del agua y otras reseñas

Sinaí es común observar grandes extensiones con huellas claras, que


confirman el escurrimiento de grandes cantidades de agua en épocas
remotas y que hoy en día semejan amplios valles.

Por supuesto que la actividad humana no escapa como causa del proceso
de desertificación. El inadecuado manejo de los recursos naturales,
el sobrepastoreo, la tala indiscriminada, entre otros, ocasionan un
desequilibrio ecológico que motiva la aparición del desierto.

De acuerdo a datos manejados por las Naciones Unidas, la conversión


de la tierra a desierto, se establece a una velocidad de 44 hectáreas por
minuto. Casi el 35% de las tierras ubicadas en los cinco continentes,
quedarán afectadas por la desertificación de intensidad moderada a
severa, cuya distribución es del 55% en África, 34% en Asia y 20%
en América Latina. En el caso específico de Suramérica, 1.597.950
kilómetros cuadrados está representado en regiones semi-áridas,
lo que significa un 9% de la superficie total, las regiones áridas
ocupan 1.420.000 kilómetros cuadrados, para un 8% del total y
355.100 kilómetros cuadrados, ocupadas por regiones hiperáridas,
representando un 2%.

Concretamente en el caso de nuestro país, la relevancia del problema


descrito es palpable, especialmente en la región centrooccidental,
donde podemos observar grandes superficies con características de
aridez. Para el común de la gente es frecuente relacionar cualquier
manifestación cultural o social con expresiones gráficas elocuentes a
la condición árida o semi-árida, siendo el más común una planta de
cardón o cují, lo que indica la estrecha relación entre el hombre y la
condición natural del medio que lo rodea. Es más factible la aceptación
de políticas que conlleven a un mejor aprovechamiento económico
de las regiones áridas, mediante un manejo armónico que impida el
deterioro de los suelos.

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Jesús R. Dugarte M.

Los milenarios instrumentos de riego4

El hombre, en su afán de progreso, ha implementado desde épocas


milenarias los más variados métodos e instrumentos para el manejo
del agua, lo que ha posibilitado el desarrollo de notables civilizaciones
en zonas completamente desérticas. La ilimitada ingeniosidad
humana, se manifiesta en la agricultura de riego, que se encuentra en
pleno corazón del Desierto Occidental del Sahara Egipcio.

A una distancia de cien kilómetros de la ciudad de El Cairo, capital


de la República Árabe de Egipto, recorriendo una carretera asfaltada
que atraviesa tierras desérticas, tenemos ante nuestros ojos la
manifestación evidente de la presencia del agua: el verdor de los
campos de cultivo y un enorme reservorio de atrayente agua azulada;
es el lago Quarum, con una superficie aproximada de 2.500 hectáreas,
ubicado en el extremo norte del famoso oasis El Fayum, perteneciente
a la provincia del mismo nombre.

Las fértiles tierras del oasis fueron cultivadas desde la IV Dinastía


Faraónica, algo así como desde hace cuatro mil quinientos años, hasta
nuestros días. Los nombres bíblicos se confunden con la infraestructura
hidráulica: El canal de riego que conduce las aguas desde el río Nilo
hasta el lago, recibe el nombre de Bahr Jusef o Canal de José, en recuerdo
de aquel personaje que fue vendido por sus hermanos a mercaderes
egipcios (Génesis:37) y que, posteriormente llegó a ocupar el segundo
lugar en el gobierno faraónico de la época.

La agricultura en el oasis El Fayum evidencia prosperidad, los olivos


y frutales se destacan en los campos de cultivo. Un instituto de
especialidades agrícolas, se dedica a las investigaciones del olivo.
Diversas variedades han sido probadas y establecidas con gran éxito
en la zona del Fayum: calamata, hamon, waticon, ageezi, sevillano,
mishon, wottehn. La producción de este pequeño arbusto se inicia

4
El Impulso Agropecuario. Diario El Impulso. Abril de 1987.

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La esperanza del agua y otras reseñas

ente los dos a tres años, después del trasplante, estabilizándose su


producción en 150 kg/año/árbol, en promedio.

Las antiguas tecnologías aún se hacen presentes. En plena faena


observamos a la orilla del camino, a un equipo de bueyes que arrastra
la kassabia, implemento de madera de la época faraónica, con el cual
se ejecutan labores de micronivelación de tierras. Al observar ésta, al
instante nos preguntamos, si los altos costos que actualmente tenemos
en las labores de mecanización en la agricultura venezolana, nos
conducirá nuevamente hacia el uso intensivo de la tracción de sangre,
en las operaciones de preparación de tierras, siembra y laboreo, como
se observa en algunas zonas de los andes venezolanos. El futuro nos
dirigirá hacia lo que el agricultor determine como su mejor selección,
en aras de disminuir costos y aumentar el aprovechamiento de los
recursos disponibles.

Las bondades de la naturaleza nos brindan una sorpresa: límpidas


aguas brotan en los manantiales de Ain El Shaeer. Alguien nos comenta
que, al beber de esas aguas, estaremos garantizándonos una larga vida,
la transparencia del líquido nos invita a comprobar tal teoría. En un
aviso cercano, se anota un resumen del análisis físico-químico del
agua: trazas de vanadio, titanio, hierro y aluminio, destacándose como
especialmente profiláctica para la alta acidez gástrica, además de
poseer cualidades para controlar la arterioesclerosis e hipertensión.

Después del manantial nos ponemos en contacto con una de las


estructuras hidráulicas más curiosas, entre los variados instrumentos
existentes en Egipto y que se utilizan corrientemente en las labores
propias del riego. Tales instrumentos se conocen como norias y
tienen como función primordial elevar el agua hasta un nivel superior,
prácticamente haciendo la función de bombear agua sin la utilización
de combustible.

En un canal de riego de regular tamaño, con una capacidad aproximada


de diez metros cúbicos, se localizan cuatro grandes ruedas verticales
construidas de madera, localizadas en las porciones laterales de una
retención hecha de mampostería. Un par de ruedas, unas detrás de

27
Jesús R. Dugarte M.

la otra se colocan a cada lado de la retención. El giro de las ruedas


es impulsado por la velocidad del agua, cuyo incremento se produce
como consecuencia de la disminución de la sección transversal en el
punto de contacto con las ruedas. Con el impulso transmitido el agua es
conducida a un nivel superior, almacenándose provisionalmente en unos
recipientes de madera, adosados a las ruedas (arcaduces o cangilones)
y a través de unos agujeros laterales, el agua se vierte en los canales
terciarios de conducción y distribución, completándose así el proceso
de elevación del agua.

La continuidad en el funcionamiento de la noria, se garantiza mediante


dos retenciones que impiden el paso del agua por el centro del canal,
manteniéndose así un pequeño tirante o altura de agua sobre las
ruedas, Por supuesto que cuando la derivación no se encuentra en
operación, se deja abierta la retención, corriendo libremente el agua
por el canal principal.

Estas norias existen en Egipto desde la época de Saladino (Siglo


XII), aunque en documentos antiguos ya aparecen mencionadas y su
monótono sonido ha sido inspiración de poetas en todas las épocas,
tal vez de allí el origen de su nombre, cuyo significado proviene de la
palabra árabe na´ura, que significa gruñir.

El centro de la capital de la provincia es atravesado por un enorme canal


de regadío, como de veinte metros de ancho, rodeado de dos grandes
avenidas que se disponen paralelamente al canal. En el inicio de un
canal secundario, cuatro grandes ruedas verticales giran lentamente,
señalando el contraste entre el consumo de energía de los motores de
combustión interna de los automóviles que recorren a lo largo de las
dos avenidas y la energía que generosamente nos ofrece la naturaleza,
mediante la acción de la fuerza de la gravedad sobre el agua y que los
egipcios han sabido muy bien aprovechar.

28
La esperanza del agua y otras reseñas

La Ingeniería Agrícola fortalece la producción5

El hombre enfrenta uno de los retos más relevantes de su historia sobre


la tierra: la producción de alimentos que, en calidad y cantidad puedan
satisfacer las necesidades de una población en constante crecimiento
que en los actuales momentos sobrepasa los 5.000 millones de almas.

Las características de ese crecimiento geométrico con sus secuelas


de marginalidad, injusticia, desequilibrio en la ocupación espacial
del territorio, etc., exigen la presencia de una agricultura científica
en donde se combine armoniosamente el arte y a ciencia, que al
conjugarse nos brindaran los requerimientos alimentarios reclamados
por la población.

La aplicación de tecnologías en la agricultura tiene sus comienzos


desde la aparición del hombre sobre la faz de la tierra: El desarrollo
incipiente de rudimentarios implementos para roturar y nivelar las
tierras, sembrar y cultivar, constituyeron manifestaciones de avance
en la búsqueda de eficiencia en el uso de la mano de obra y aumento
en los niveles de producción y productividad.

La sistematización de todas las labores de tipo agropecuario, va


conformando el origen y desarrollo de una disciplina relativamente
reciente en nuestro país, pero que ve sus primeros pasos durante el
siglo XIX, en los países con mayor desarrollo tecnológico. La Ingeniería
Agrícola, como se le conoce actualmente, utiliza el basamento teórico y
práctico de la ingeniería en la búsqueda de las soluciones demandadas
por la agricultura moderna.

Es competencia de la Ingeniería Agrícola, todo lo relativo a la creación


y desarrollo de la Infraestructura Física o Agrosoporte Físico, como
apoyo a la producción vegetal y animal: vialidad agrícola, nivelación
de tierras, construcción de canales para riego y drenaje, mecanización,

5
El Impulso Agropecuario. Diario El Impulso. 2 de septiembre de 1987.

29
Jesús R. Dugarte M.

construcción de pozos profundos, manejo y procesamiento de produc-


tos agrícolas, construcción de lagunas y pequeñas presas, etc.

En Venezuela, el inicio de esta especialidad se remonta al año 1960


con la creación del Departamento de Ingeniería Agrícola en la Facultad
de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela. A partir de ese
año se establece lo que se conoce como la orientación en Ingeniería
Agrícola, que consistía en que el estudiante de la carrera de Ingeniería
Agronómica, seleccionaba a partir del cuarto año de la carrera, las
materias relacionadas con la disciplina, obteniendo así el título de
Ingeniero Agrónomo, con orientación en Ingeniería Agrícola. Tal
modalidad fue acogida por otras universidades, hasta que, en 1977 la
Universidad de Los Andes, al fundar el Núcleo Universitario “Rafael
Rangel”, con sede en Trujillo, organiza la Ingeniería Agrícola como
carrera independiente, iniciándose así el proceso de maduración
académica de una de las disciplinas que, en nuestro país, protagonizan
el reto de la producción y la productividad.

Actualmente, la importancia de la especialidad se constituyó en


marco de primer orden en la celebración del II Congreso Venezolano
de Ingeniería Agrícola que, con sede en Trujillo, se llevó a cabo entre
el 6 y el 9 de agosto del año 1987. El temario abordó elementos de
singular importancia, entre los que se mencionan: Política para la
Consolidación de la Ingeniería Agrícola en Venezuela, Planificación
y Desarrollo Físico de Áreas Agrícolas, Ingeniería de Suelos y Aguas,
Energía y Mecanización Agrícola y Manejo y Procesamiento de
Productos Agrícolas.

Siendo el Ministerio de Agricultura y Cría, garante en la aplicación


de las políticas dirigidas a la consolidación del Agrosoporte Físico,
el Congreso fue instalado por el Ing. Rómulo Sucre, actual Director
General Sectorial de Saneamiento y Riego, en representación del
ciudadano Ministro de Agricultura y Cría, Dr. Felipe Gómez Álvarez; en
sus palabras de apertura, disertó ampliamente sobre el papel actual del
MAC en el avance de las políticas relacionadas con la implementación y
ejecución de la infraestructura física requerida en el campo venezolano.

30
La esperanza del agua y otras reseñas

El sector Buría-Londres: Hacia el desarrollo regional6

En la diversidad de paisajes que conforman el estado Lara surge un


amplio sector caracterizado por presentar condiciones climáticas
atípicas, si lo comparamos con las condiciones existentes en la
mayor parte de la superficie ocupada por nuestra entidad, cuya
particularidad más resaltante lo constituye la escasez y en algunos
casos, prácticamente la total ausencia de agua para que el hombre
pueda conducir sus actividades productivas.

La zona en referencia se ubica al sur-este de la geografía estatal,


ocupando parte importante del distrito Palavecino y comprendiendo
además algunas porciones de nuestro vecino estado Yaracuy y que se
identifica en la geografía regional como sector Buría-Londres.

Llama la atención la acepción criollo-extranjerizante de su nombre,


el primero de los términos ligado estrechamente con los orígenes de
nuestra ciudad. En las cercanías las ruinas de Buría guardan testimonio
de los primeros pasos dados por la capital del estado Lara, cuando
asediada por la actitud defensiva de quienes ocupaban originalmente
sus tierras, los habitantes ancestrales de aquellas comarcas, presionan
al conquistador español, relocalizándose finalmente la comunidad
fundadora de Nueva Segovia de Buría, en el hoy Barquisimeto, después
de varios cambios ocurridos en un corto período de once años.

Aquel traslado histórico marca las ventajas de poder contar hoy en


día con vastas extensiones de tierras dedicadas a la agricultura y la
ganadería. Las avenidas y calles de la imaginaria urbe cosmopolita,
que pudo haberse asentado definitivamente en ese lugar, están
representadas por las veredas que separan los tablones de caña de
azúcar que se extienden en gran parte del área.

6
El Impulso Agropecuario. Diario El Impulso. 19 de abril de 1988.

31
Jesús R. Dugarte M.

Las características climáticas del sector Buría-Londres condicionan una


fase climática establecida en los sistemas Ambientales Venezolanos,
Región Centrooccidental, como Tropical Seco, cuyo comportamiento
natural está dominado por la ocurrencia de la precipitación, en
magnitudes que oscilan alrededor de los 950 mm, para un período de
registro de 20 años.

La distribución y magnitud de la precipitación conjuntamente con


los factores de baja pendiente, suelos con texturas medias a pesadas
y un nivel freático alto, conforman una panorámica particular,
cuyas decisiones de solución deben dirigirse en primera instancia
al saneamiento de gran parte de las tierras del sector, mediante
una adecuada distribución de los recursos económicos, dirigidos
especialmente a resolver el problema de drenaje.

Hasta el presente el Ministerio de Agricultura y Cría, a través de la División


de Saneamiento y Riego, ha realizado significativas inversiones en el
área, sin embargo, el potencial de sus tierras, la ubicación estratégica
que lo sitúa adyacente a las líneas de transporte y comercialización de
los productos agrícolas con el resto de la región y del país y en general
sus recursos físicos y humanos, exigen un esfuerzo mancomunado de
las instituciones, los agricultores y ganaderos asentados en el área, a
los fines de unir atenciones y recursos, para que las 42.000 hectáreas
del sector Buría-Londres, puedan convertirse en centro importante de
producción agrícola, enmarcado dentro de las normativas establecidas
en el Plan de Ordenamiento Territorial del estado Lara.

Finalmente, es imperativo que los lineamientos técnicos que


conduzcan hacia una racional explotación agropecuaria de la Zona
Buría-Londres, sean el producto de una identificación y delimitación
cabal de sus potencialidades, lo que conducirá hacia el planteamiento
de un esquema de ordenamiento que, armónicamente con los recursos
naturales implicados, pueda producir los renglones agrícolas y
pecuarios, acordes con la vocación enunciada por los factores suelo-
clima-agua y por supuesto el hombre.

32
La esperanza del agua y otras reseñas

La nivelación de tierras agrícolas (I)7

Cuando nos referimos a las características óptimas presentes en una


agricultura moderna, debemos contar siempre con una de las más
importantes labores que la ingeniería agrícola ofrece a la agricultura:
la nivelación de tierras, a pesar de que el origen de tal práctica se
remonta a los orígenes de la civilización.

Los antiguos egipcios, como labor previa a la siembra en las riberas del
río Nilo, ejecutaban una micronivelación de tierras mediante el uso de
un implemento de madera conocido como kassabia, que consiste en
una estructura triangular con la cual el agricultor de la época faraónica
efectuaba alisamientos ligeros del terreno, contando por supuesto con
la gran ventaja de poseer tierras de superficie bastante regular y de
baja pendiente.

Para quienes estamos inmersos en las actividades de tipo agrícola,


constituye una enorme satisfacción visitar el Museo de Agricultura
en la ciudad de El Cairo, capital de la República Árabe de Egipto. En
el recorrido se pueden apreciar las más variadas representaciones
de la agricultura faraónica: implementos como niveladoras y arados,
muestras de panes con diferentes formas y tamaños, porciones de
aceitunas, garbanzos, lino, tártago, semillas de patilla, remolachas,
calabazas, huevos de aves, trozos de carne de cordero y un sinnúmero
de diversos utensilios cuya perfecta conservación se debe a que han
sido hallados en las tumbas faraónicas.

Este acercamiento a lo que pudiéramos llamar la agricultura histórica,


permite reafirmar la importancia de la nivelación como labor de primer
orden en la obtención de eficientes cosechas. La nivelación de tierras
con fines de riego, tiene como objetivo fundamental el de proporcionar
a los terrenos una superficie en la cual el agua pueda ser distribuida
de manera uniforme en toda el área. Al especificar la palabra uniforme,

7
El Impulso Agropecuario. Diario El Impulso. 24 de mayo de 1988.

33
Jesús R. Dugarte M.

se relaciona tanto la cantidad de agua aplicada, como el tiempo que


la misma permanece en el suelo, de tal manera que cada una de las
plantas en un terreno nivelado reciba, durante un mismo período de
tiempo, la misma cantidad de agua.

De acuerdo con lo anteriormente mencionado, la nivelación de tierras


se constituye en el primer paso para establecer cualquier sistema de
riego superficial, proporcionando, entre otros, los siguientes beneficios:
distribución uniforme del agua dentro de la parcela, mejoramiento del
drenaje superficial especialmente en las regiones húmedas, control de
la erosión y fertilidad del suelo, uso más eficiente del agua de riego, lo
que permitirá la irrigación de una mayor superficie de tierra con una
disponibilidad de agua limitada, uniforme germinación de la semilla.

A pesar de ser una actividad muy conocida por los agricultores progre-
sistas, la nivelación de tierras requiere de estudios detallados durante
la etapa de construcción, además de un cuidadoso mantenimiento y
conservación, lo que permitirá un uso más prolongado en el tiempo,
evitándose el deterioro o la pérdida definitiva de tal labor.

Una de las condiciones más importantes a tenerse en cuenta al


programarse una nivelación de tierras, lo constituye el equipo
requerido para su ejecución. Esta actividad debe ser considerada
como una labor netamente agrícola y como tal debe ser manejada, en
aras de limitar la magnitud del movimiento de tierra, lo que evitaría
múltiples inconvenientes, especialmente en cuando a la pérdida en la
productividad de los suelos.

Los detalles enmarcados dentro de una nivelación de tierras con fines


agrícolas, fueron objeto de amplia discusión durante el día de campo
realizado en el sector Buría. Londres, específicamente en las Empresas
Campesinas La Fe y Barro Negro. Los agricultores asistentes escucharon
las explicaciones de los técnicos del MAC, quienes expusieron los
diversos aspectos a ser tomados en cuenta en una nivelación, además
de mostrar directamente en campo el equipo y las labores realizadas.

34
La esperanza del agua y otras reseñas

La División de Saneamiento y Riego del MAC está conduciendo


actualmente un amplio programa de nivelación de tierras en el sector
mencionado, habiéndose recopilado interesante información que
constituye tema para el Trabajo de Grado que adelantan las Bachilleres
Yajaira Pereira y Lissette Dávila, estudiantes del Instituto Universitario
de Tecnología “Antonio José de Sucre” de Barquisimeto.

Las tierras objeto de las obras de nivelación están incluidas en los


programas crediticios del Instituto de Crédito Agrícola y Pecuario
(ICAP), con la finalidad de ampliar las áreas de caña de azúcar en la zona,
aun cuando pudiera ser de interés que en las tierras recién niveladas,
se efectuara un cultivo de tipo anual, inmediatamente después de
finalizas las labores, a fin de detectar y corregir cualquier irregularidad
que pudiera presentarse en el terreno, motivado especialmente a los
asentamientos diferenciales que ocurren en las áreas de relleno.

En próximas oportunidades se darán a conocer otros aspectos de


importancia en la nivelación de tierras, especialmente lo relacionado
con el equipo utilizado, metodología empleada, rendimientos, costos y
algún otro punto que pudiera ser de interés para el agricultor larense.

35
Jesús R. Dugarte M.

La nivelación de tierras agrícolas (II)8

En notas anteriores nos referíamos a la nivelación de tierras, como una


de las más importantes labores que la Ingeniería Agrícola ofrece a la
agricultura y que la ejecución de tal actividad garantiza la distribución
regular del agua de riego por la superficie del terreno.

En algunos casos se prefiere el uso del término Habilitación o


Adecuación de Tierras, en sustitución de la expresión nivelación de
tierras, por cuanto, para la mayoría de los cultivos, las exigencias
relacionadas con la conformación del terreno, no se refieren a dejar
una superficie “a nivel”. Los planos definitivos de las parcelas, indican
que tendrán una pendiente determinada, lo que facilita la conducción
del agua de riego.

Sin embargo el término nivelación de tierras se ha popularizado en


Venezuela, para referirse a las obras de habilitar tierras con fines de
riego. La nivelación de los terrenos establece toda una gama de situa-
ciones de carácter técnico y económico, estrechamente relacionados
entres sí.

La relativa complejidad de la dualidad mencionada, exigen un


análisis detallado de los diversos factores determinantes en las obras
de nivelación de tierras. En las actuales circunstancias, el aspecto
económico es determinante para tomar una decisión adecuada, habida
cuenta que se trata de una obra costosa, si lo comparamos con el resto
de actividades agrícolas en la finca.

Los elementos de carácter técnico se relacionan con los siguientes


factores: clima, suelo, topografía, pendiente, cultivo, prácticas
agronómicas, conservación de suelos, drenaje, sistema de riego a ser
implementado y equipo requerido.

8
El Impulso Agropecuario. Diario El Impulso. 18 de junio de 1988.

36
La esperanza del agua y otras reseñas

Dentro del factor clima es fundamental la consideración de la


ocurrencia de la precipitación. Las características de intensidad y
distribución anual de la lluvia establecen los períodos en los cuales se
puede laborar, sin que la lluvia interfiera con las mismas. En ningún
caso es conveniente efectuar movimientos de tierra en presencia
de una alta humedad en el suelo, por cuanto ocasiona problemas de
compactación, lo que afectará las condiciones del suelo y dificultará la
preparación de la tierra para la siembra.

En las empresas campesinas ubicadas en el Valle de Quíbor y a través


del fenecido Ministerio de Obras Públicas, tuvimos oportunidad de
ejecutar labores de habilitación de tierras con fines de riego durante
el año 1976 con la ventaja, en cuanto al factor clima, de que se podía
trabajar durante la mayor parte del año, dada las condiciones climáticas
imperantes en la zona.

El factor suelo constituye uno de los elementos más importantes a ser


considerados. previo a la realización del proyecto de movimiento de
tierra, siendo necesario caracterizar con bastante confiabilidad las
condiciones del perfil de suelo. La cuantificación de la magnitud de
los distintos horizontes, será determinante en la fijación de los límites
máximos de los cortes a ser realizados.

En caso de que sea preciso la realización de grandes cortes de suelo,


se debe evaluar puntualmente el área afectada, mediante el uso de un
muestreador de suelos. Este muestreo se efectúa a una profundidad
determinada por el máximo corte encontrado en el punto, más la
profundidad media del cultivo a ser establecido, evitándose de esa
manera el contacto directo de la zona radicular de la planta, con un
horizonte de suelo con deficiencias en sus características físico-
químicas, desde el punto de vista productivo.

En las obras de nivelación de tierras actualmente ejecutadas por la


División de Saneamiento y Riego del Ministerio de Agricultura y Cría,
en la zona de Buría-Londres, en el estado Lara, la evaluación continua
del suelo ha impedido la realización de cortes en sectores donde se
presentan materiales calcáreos, a los que usualmente se les da el

37
Jesús R. Dugarte M.

nombre de “caracolillo”, materiales éstos que, al aflorar a la superficie,


ocasiona graves inconvenientes para el normal desarrollo del cultivo.

Hasta el presente hemos visto algunos de los factores técnicos más


relevantes, al considerar una obra de habilitación de tierras, lo que
exige una participación activa del personal debidamente entrenado en
dichas labores, garantizándose así una correcta toma de decisiones en
las diferentes etapas de las obras, teniendo como norte la garantía de
una adecuada productividad de la tierra.

38
La esperanza del agua y otras reseñas

Los canales del desarrollo en Moroturo9

Uno de los aspectos más llamativos incluidos en el documento que


conforma el Plan de Ordenación del Territorio del Estado Lara lo
constituye el capítulo siete, relacionado con la descripción que los
técnicos participantes en dicho estudio, prevén como la Visión del
Estado en el año 2010.

Para una persona escéptica tales afirmaciones esperanzadoras pudieran


ser utópicas o cuando menos muy difíciles de realizar, especialmente si
nos referimos a la intensificación de la actividad agrícola en las áreas
actualmente cultivadas, tanto por vía de un proceso de sustitución de
rubros, para adecuar éstos a la vocación de las tierras, como a través
de la incorporación del riego en algunas de estas áreas, tal como lo
describe textualmente el plan mencionado.

Vastos sectores del Estado Lara se han venido incorporando progresi-


vamente a la producción agropecuaria, mediante la tendencia hacia un
uso eficiente de los recursos naturales suelos y agua, en concordancia
con una participación activa de los productores agropecuarios.

Un ejemplo claro de lo arriba expuesto lo pudimos observar en la


visita de inspección que realizáramos al Valle de Moroturo, localizado
al norte de la entidad en territorio del Distrito Urdaneta, visita ésta que
cumplimos con los estudiantes de la cátedra de Hidrología del Instituto
Universitario de Tecnología “Antonio José de Sucre” de Barquisimeto,
jóvenes un tanto alejados de la realidad que se vive en el medio rural
y quienes constataron una situación muy particular en materia de
aprovechamiento de los recursos de agua subterránea.

El Ministerio de Agricultura y Cría a través de su División de Saneamiento


y Riego ha dado inicio, a partir del año 1984, a un desarrollo dirigido
en materia de irrigación, lo que ha posibilitado la explotación del

9
El Impulso Agropecuario. Diario El Impulso. 2 de septiembre de 1988.

39
Jesús R. Dugarte M.

vasto acuífero existente en el Valle de Moroturo y cuya disponibilidad


se estima en 23 millones de metros cúbicos de agua, calculado por
el método geohidrológico. Tal reserva inexplotada, nos da una idea
de lo que puede lograrse a corto plazo, si los proyectos iniciados se
continúan con el mismo entusiasmo con que se han comenzado.

Es altamente reconfortante palpar directamente el agua escondida por


largo tiempo en las entrañas del valle y cuya bondad fue cuantificada
y evaluada puntualmente por los propios estudiantes del Tecnológico
Sucre, encontrándonos con la sorpresa de conseguir un abatimiento,
definido éste por la diferencia entre el nivel estático y el nivel dinámico,
cuya magnitud no sobrepasaba los diez centímetros, en el aforo con
compresor realizado como práctica de campo, medida ésta que nos
muestra de manera fehaciente, no solo la función almacenadora
del acuífero, sino su función transmisora, lo que indudablemente
garantizará una adecuada suplencia de agua a los cultivos bajo riego.
Por supuesto que, al lado de este uso, deberá existir un adecuado
manejo y operación del acuífero, lo que prolongará su vida útil, para
beneficio de las generaciones futuras.

Paralelamente con la construcción y equipamiento de los pozos


profundos los técnicos de la División de Riego, proyectaron y
construyeron una red de distribución de agua, mediante la opción de
canales prefabricados, garantizándose así una conducción del agua de
riego, con mínimas perdidas por infiltración y operación. La presencia
reciente de esta infraestructura de apoyo a la producción agrícola
hizo exclamar a uno de los agricultores beneficiarios asentados en esa
área, la frase que inspiró el encabezamiento de este artículo: “Estamos
en presencia de los canales de desarrollo”, lo que indudablemente
llenará de orgullo a profesionales como el Técnico Agropecuario
Coromoto Andrade, funcionario del MAC, quien ha estado al frente de
la conducción directa de este proyecto, en los aspectos de Extensión y
Organización para el riego.

Directamente en el campo nos enteramos de los primeros logros


obtenidos en el proyecto Valle de Moroturo: los agricultores recibieron
su primera autoliquidación financiera, y cada uno de los miembros

40
La esperanza del agua y otras reseñas

del Comité de Riego recientemente creado, obtuvieron un promedio


de 70.000 bolívares netos por concepto de la venta de la primera
cosecha de algodón, siendo éste uno de los elementos que demuestran
que sí es factible el cumplimiento de las metas señaladas en el Plan
de Ordenación, cuando se introduce un nuevo cultivo con grandes
posibilidades económicas, permitiendo crear un mayor número de
empleos en el medio rural y estableciendo pautas para que al lado de tal
diversificación, pueda pensarse en las posibilidades agroindustriales
de la zona, lo que ampliaría el nivel de empleo y en consecuencia
el desarrollo del eje Santa Inés-Moroturo y por ende la expansión
económica del Distrito Urdaneta, una de las áreas más extensas con
que cuenta el Estado Lara.

Las bondades obtenidas en los inicios del proyecto han incentivado a


los usuarios del mismo en la fijación de nuevas metas y es así como,
conjuntamente con los técnicos de la Asociación de Cultivadores
de Algodón (ANCA), se tiene programada la incorporación de
más de quinientas hectáreas de algodón, lo que indudablemente
convertirá a Moroturo en uno de los más significativos centros
menores seleccionados en el plan, por su ubicación estratégica,
permitiendo nuclear a la población rural y consiguiéndose un mejor
aprovechamiento de los recursos disponibles.

En el Valle de Moroturo se ha dado inicio a un importante desarrollo


bajo riego. Cuando los hoy estudiantes del Tecnológico Sucre, se
encuentren ejerciendo sus actividades profesionales, recordarán con
emoción el contacto directo que tuvieron con el agua dormida, que ha
despertado para brindar vida y prosperidad a ese hermoso lugar del
Estado Lara.

41
Jesús R. Dugarte M.

El riego futuro en el Valle de Quíbor10

En el pasado año 1988 diversos sectores de la colectividad larense,


lograron cosechar los frutos de una lucha que perfectamente puede ser
definida como una campaña por la vida, dada la importancia que tiene
el proyecto Yacambú-Quíbor, en todos los órdenes de las actividades
económico-sociales de la Región Centrooccidental.

Las características de las campañas emprendidas han permitido


desplegar informaciones de diversa índole, en relación con las
bondades del proyecto y es así como el pueblo larense tiene claridad
sobre la necesidad de que, en forma definitiva las obras físicas del
proyecto mencionado, continúen con la celeridad y urgencia que se
requiere para consolidar nuestro desarrollo definitivo.

Sin embargo es conveniente referirnos a unos aspectos que aún no


han sido manejados con la debida prioridad y que se refieren al tópico
riego. En primer término, es conveniente insistir en la evaluación
del anteproyecto del sistema de riego, previsto para ser construido
en el Valle de Quíbor y, en segundo término, a las características de
la ocupación espacial actual del área objeto del Proyecto, en materia
de irrigación, dada las condiciones de aprovechamiento agrícola
que existen en el valle, mediante el uso de las aguas superficiales y
subterráneas propias.

En la oportunidad en que nos correspondió compartir, en un amplio


equipo coordinado por el actual Presidente de FUDECO, Dr. Miguel
Nucete, las responsabilidades de producir el estudio “Bases para el
Diseño del Sistema de Riego Yacambú-Quíbor”, se enfocaba con gran
claridad la necesidad de que se diera inicio inmediato a la elaboración
del Proyecto Definitivo del Sistema de Riego, lo que definiría las
condiciones de conducción y distribución del agua a lo largo y ancho
del Valle de Quíbor. Las actividades mencionadas fueron iniciadas en

10
El Impulso Agropecuario. Diario El Impulso. 8 de febrero de 1989.

42
La esperanza del agua y otras reseñas

lo que se definió como la Primera Etapa del sistema, área localizada en


las cercanías de la salida del túnel de trasvase.

A pesar del esfuerzo realizado tales estudios fueron paralizados, en


parte atendiendo al lento avance mostrado en la ejecución de las obras
físicas de gran envergadura (túnel y presa). En la actualidad con las
nuevas posibilidades que se abren para la continuación y conclusión
de tales obras, se requiere con urgencia reactivar los equipos técnicos
que hagan posible la obtención del más adecuado trazado de la red de
riego, con todos los detalles que esto implica.

La responsabilidad del estado en la ejecución de los estudios y de


la infraestructura hidráulica es primordial, si se tiene en cuenta el
esfuerzo intimado en la movilización de los contingentes humanos
demandados, el monto de las inversiones, la necesidad de conciliar
intereses en muchos casos contrapuestos de los diferentes usuarios
ocupantes del Valle de Quíbor, los largos períodos inevitables para
lograr los resultados esperados, el impacto socioeconómico ambiental
del Sistema de Riego, la identificación de los beneficiarios directos, las
políticas a ser cumplidas en materia de tenencia y otras.

Es de entender que cada aspecto mencionado, además de otros


relacionados, exigen proposiciones y discusiones en donde
debe participar activamente la colectividad beneficiaria. Para el
cumplimiento de tales acciones se tiene que llegar a lo que nuestro
Presidente Carlos Andrés Pérez plantea como la concertación,
que hagan posible la conjunción de esfuerzos e ideas, en aras del
aprovechamiento eficiente de los recursos agua, tierra y hombre.

Es conveniente mencionar que los proyectos de aprovechamiento


hidráulico demandan para su estudio, construcción y desarrollo,
períodos superiores a los veinte años, por lo que transcurre mucho
tiempo, antes de que un sistema de riego esté totalmente en producción,
además de la obra hidráulica, al poseer la condición de irreversibilidad,
hace prácticamente imposible la vuelta atrás, después de que se tomen
la decisiones técnicas y económicas relevantes.

43
Jesús R. Dugarte M.

Otro de los tópicos sobre los cuales es urgente acometer acciones se


refiere a la ocupación espacial del Valle de Quíbor. Si el desarrollo
urbano, conjuntamente con todo lo que ello implica (vialidad, servicios,
etc.), continúa con la misma dinámica como hasta el presente, al cabo
de varios años no contaremos con tierras disponibles para llevar
a cabo los planes agrícolas previstos y como consecuencia de ello,
seguramente se tendrán que habilitar tierras más alejadas de la salida
del túnel de transvase, con el consiguiente aumento en los costos de
conducción de agua.

En relación con este aspecto un equipo técnico interinstitucional


(FUDECO, MARNR Y MINDUR), produjo durante el año 1978, el
interesante estudio “Ordenamiento Físico-Espacial del Valle de Quíbor”,
en donde se hacía énfasis en la necesidad de que se dictaran pautas que
orientaran a las instituciones públicas y privadas, sobre las actividades
que pudieran ser desarrolladas y su localización en el Valle de Quíbor.
El modelo de desarrollo espacial urbano propuesto se dirigía, desde el
punto de vista del desarrollo agrícola bajo riego, a evitar el crecimiento
no planificado de los centros poblados, en detrimento de las tierras de
buena calidad agrícola.

Las expectativas creadas por el Proyecto Yacambú-Quíbor para el


desarrollo integral del Estado Lara y la Región Centrooccidental, en
materia de desarrollo bajo riego, debe constituirse en norte, que oriente
las prioridades de los programas a ser acometidos por los gerentes
de la administración pública nacional, la gobernación del Estado Lara,
los organismos de planificación regional, el Consejo Municipal del
Municipio autónomo Jiménez, y que permita la participación activa
de los campesinos organizados, las asociaciones de productores, las
comunidades establecidas y en general toda persona que se sienta
comprometida con el desarrollo de esta bella región larense que nos
ha permitido sentar las bases de nuestras vivencias.

44
La esperanza del agua y otras reseñas

El IUTAJS en las comunidades rurales11

El pasado sábado los estudiantes cursantes de la asignatura


Topografía I que dirige el Ing. Jesús R. Dugarte M., correspondientes
a las especialidades de Diseño de Obras Civiles y Tecnología de la
Construcción Civil del Instituto Universitario de Tecnología “Antonio
José de Sucre” (IUTAJS), visitaron la comunidad de El Obispo, localizada
en la vía que conduce de Barquisimeto a Bobare.

El propósito fundamental de la visita consistió en proseguir con la


política de acercamiento a las comunidades, que el Instituto Sucre ha
programado como parte importante del proceso de formación de sus
estudiantes, especialmente en aquellas actividades que se desarrollan
en el medio rural del Estado Lara.

Los estudiantes conocieron con detalle las relaciones de producción


agrícola y la importancia de las obras de captación y almacenamiento
de agua de lluvia, como factor primordial para la obtención de cose-
chas y abrevadero de animales. En este sentido, el Ing. Alberto Freitez,
quien gentilmente condujo la visita de estudio, explicó los pormenores
involucrados en la construcción de las lagunas, como elemento utiliza-
do para el almacenamiento del agua pluvial.

Cabe destacar la amplia colaboración del Sr. Andrés Unda, Presidente


de la Asociación de Productores de la comunidad de El Obispo, quien
acentuó sobre la importancia de las lagunas para el mantenimiento de
una economía agrícola activa en el medio rural.

En relación con el tema tratado, recientemente el IUTAJS hizo posible


la recopilación de las metodologías usualmente utilizadas en la
construcción de lagunas y pequeñas presas, publicándose el interesante
trabajo titulado “La Topografía en la Construcción de Lagunas”, cuya

11
El Impulso Agropecuario. Reseña de la Periodista Lucinda Perdomo. Diario El
Impulso. 23 de febrero de 1989.

45
Jesús R. Dugarte M.

autora, la Técnico Superior en Tecnología de la Construcción Civil,


Milagros López Zorrilla, logró acumular los detalles que sobre el
particular se encontraban dispersos o no se conocían.

El estudio en referencia sirvió de tema para el desarrollo de su Trabajo


de Grado, que fue aprobado por un Jurado conformado por el Ing. Jesús
R. Dugarte, actuando como Tutor y los Ingenieros Luis F. Domínguez
y Alberto Freitez Amaro, quienes cuentan con una alta experiencia y
experticia en la conducción de programas de construcción de lagunas
en la región.

46
La esperanza del agua y otras reseñas

La nivelación de tierras agrícolas (III)12

Hace poco tiempo, en notas publicadas en este diario, conversábamos


sobre las bondades de la nivelación de tierras con fines agrícolas,
haciendo especial mención a los factores relevantes que inciden sobre
esta importante labor de ingeniería.

La presencia de la época de verano como período de tiempo apropiado


para ejecutar tal actividad, nos mueve a continuar comentando sobre
algunos de los aspectos que deben ser tomados en cuenta cuando
se planifica la ejecución de tales obras. Al mencionar los factores
clima y suelo, recordamos la ausencia casi total de una investigación
aplicada que establezca de manera experimental, los parámetros
y recomendaciones a ser consideradas por el agricultor, para una
correcta aplicación de la nivelación de tierras agrícolas.

El vacío producido por lo anteriormente enunciado podría ser llenado


de alguna manera, si se dieran a conocer las experiencias recabadas
en los múltiples trabajos realizados por los agricultores progresistas,
ya sea a través de días de campo o de pequeñas publicaciones
extensionistas, que traten sobre algunos de los múltiples problemas
presentes en la nivelación de tierras con fines agrícolas.

Como ejemplo de experiencias recopiladas por amplios conocedores


de la materia, podemos mencionar los trabajos presentados hace
algunos años en el Seminario Internacional sobre Mecanización de la
Cosecha de Caña de Azúcar, en donde se destacaron las informaciones
relacionadas con la preparación de tierras, para el riego de este
importante cultivo.

La ponencia “Adecuación del terreno para la cosecha y diseño del riego”,


presentada en tal evento por los técnicos Jorge La Rosa, Francisco
Lozada, Carlos Zanatti, Manuel Figueroa, Noel Álvarez y Agustín Dupuy,

12
El Impulso Agropecuario. Diario El Impulso. 3 de marzo de 1989.

47
Jesús R. Dugarte M.

relaciona el concepto de adecuación de tierras, en concordancia con


la cosecha mecanizada y su diseño de riego, planteándose dos de los
casos típicos analizados para la adaptación del cultivo a las nuevas
técnicas hoy en uso en la zona cañera de los estados Lara y Yaracuy.

En primer término se especifica la adaptación de los campos de una


plantación de caña de azúcar, por simple agrupamiento de unidades
o tablones tradicionales continuos, sin renovación o reposición de sus
cepas y, en forma temporal o transitoria, sin cambios sustanciales. El
fin fundamental de este tipo consiste en conseguir, por agrupación,
áreas operativas de mayor superficie, con fines de hacer posible la
cosecha mecanizada, mientras llega la oportunidad de rediseñar la
plantación de caña de azúcar.

En segundo término se plantea el rediseño o sistematización de los


campos, lo cual involucra la reposición de cepas en una nueva unidad
operativa, que a su vez implica modificaciones en el dimensionamiento
de las áreas, orientación y dirección de las vías, acequias de riego,
canales de drenaje y surquería. Este tipo se adapta especialmente para
el caso de nuevas áreas a ser desarrolladas.

Algo importante lo constituye la definición de las unidades operativas


en el cultivo de la caña de azúcar, lo que se plantea como factor de
importancia en la disminución de los costos de explotación. Las unidades
operativas (con tamaños entre las 15 a 25 hectáreas), conforman el
tablón unidad rediseñado, facilitando un uso más racional y eficaz
de los núcleos de maquinaria y de servicios agrícolas en las labores
de preparación de tierras, siembra, cultivo y cosecha mecanizada. En
fin, la unidad operativa contará con un sistema integral de vías, riego
y drenaje, que lo delimita como un sector o unidad operacional de
producción y cosecha.

La implementación del segundo caso mencionado anteriormente


se destaca en la metodología de sistematización de campos para la
cosecha mecanizada y riego, e identificada como primer modelo, en
donde se detallan las características del diseño planialtimétrico de una
unidad operativa y la correspondiente nivelación.

48
La esperanza del agua y otras reseñas

Es indudable que la correcta planificación de las labores de nivelación,


preparación de tierras, labores culturales, cosecha, etc., redundará
en incrementos sustanciales de la productividad, factor de primera
importancia cuando se requiere con urgencia la consideración de
los aumentos verticales en la producción, dadas las limitantes en el
recurso suelo y la escasez de los recursos hídricos en nuestras áreas.
Sería de especial interés para los agricultores dedicados al cultivo de
la caña en la zona, el poder conocer detalles sobre las evaluaciones
realizadas en la puesta en marcha de los planteamientos llevados a
cabo por los especialistas mencionados. La discusión y confrontación
de ideas, redundará en beneficio directo para la economía agrícola de
la región.

En el sector Buría-Londres, específicamente en la Empresa Campesina


La Fe, la División de Saneamiento y Riego del MAC, ha llevado a cabo
planos de sistematización y nivelación de tierras, con la finalidad de
ampliar las áreas de caña de azúcar en la zona. Durante el presente
mes se dio inicio a la cosecha de los primeros tablones de caña, cuya
adecuación física se ejecutó durante el año 1988, sirviendo como
mecanismo demostrativo, de la adecuada distribución del agua de
riego en terrenos nivelados y de la eficiencia encontrada en el uso de
la mano de obra, específicamente en labores tan exigentes como el
regadío de las tierras agrícolas.

49
Jesús R. Dugarte M.

La nivelación de tierras agrícolas (IV)13

Dentro del sinnúmero de factores que deben ser tomados en cuenta en


el desarrollo de una agricultura moderna, se vislumbra la nivelación
de tierras como uno de los más relevantes, por cuanto proporciona a
los terrenos una superficie en la cual el agua puede ser distribuida de
manera uniforme en toda el área.

Cuando nos referimos a la expresión uniforme se está haciendo


referencia tanto a la cantidad de agua aplicada, como al tiempo en
que la misma permanece en el suelo, de tal forma que cada una de las
plantas sembradas en un terreno nivelado, reciben durante un mismo
período de tiempo, la misma cantidad de agua.

Si se logra que las obras de nivelación permitan la distribución uniforme


del agua en toda el área, el agricultor tendrá posibilidad de dar a
cada cultivo la cantidad de agua necesaria para su mejor desarrollo,
evitándose así desperdicios inútiles del recurso y consiguiéndose
un incremento del área cultivada, con la misma cantidad de agua
disponible en la finca.

Antes de analizar otro de los factores a tomar en cuenta en la consecución


de una adecuada nivelación, recordaremos los beneficios que obtiene el
agricultor en una tierra sometida al proceso mencionado: Distribución
uniforme del agua dentro de la parcela, mejoramiento del drenaje
superficial (especialmente en regiones húmedas y sub-húmedas, como
es el caso del sector Buría–Londres, en el Estado Lara), menor erosión
del suelo y por ende protección de su fertilidad, germinación uniforme
de la semilla y adecuada conservación de la humedad.

Los beneficios mencionados indudablemente que conducen hacia


la consecución de un aumento en la productividad y producción
agrícola y un mejor uso de los recursos de la finca, especialmente en lo
relacionado con la utilización más eficiente de la mano de obra.

13
El Impulso Agropecuario. Diario El Impulso. 1 de abril de 1989.

50
La esperanza del agua y otras reseñas

Las condiciones especiales de la nivelación de tierras definen a la


misma como una de las obras de ingeniería, cuya atención debe ser
más cuidadosa. Las implicaciones técnicas y económicas involucradas,
exigen un tratamiento ingenieril, cuyo basamento físico lo representa,
la claridad con que se recabe la información topográfica y es así como
se le debe dar la debida importancia al factor relieve-pendiente,
aspecto que se ampliará a continuación.

Las características de relieve-pendiente, son determinantes en la toma


de decisiones por parte del técnico, conjuntamente con el agricultor
interesado en mejorar el riego en su finca. Es de relevancia el análisis,
por cuanto sus decisiones implican la magnitud de la inversión a ser
realizada.

Si se toma en cuenta que la irregularidad del terreno es determinante


en el valor de la nivelación, puede al mismo tiempo convertirse en un
factor limitativo, para proceder a efectuar el mejoramiento deseado.
En los trabajos realizados en zonas del estado Lara, se considera que
un movimiento promedio de tierra que sobrepase los 300 m3/ha,
comienza a ser limitante debido a los alto costos unitarios de las obras,
generados por el uso de la maquinaria pesada, que usualmente se
utiliza en las labores comunes de movimiento de tierra.

Además de la irregularidad del terreno, la pendiente general dominante


es un elemento que tiene relación directa no solo con el costo, sino con
la operatividad del riego por gravedad a ser implantado en la finca.
Una condición de terreno, cuya pendiente sobrepase el 2 por ciento,
debe ser analizado muy cuidadosamente, buscándose si es posible,
opciones alternativas en función de la escogencia del método de riego
(goteo, aspersión, etc.) o en su defecto, pensar en un emparejamiento
general del terreno, lo que implica la eliminación de los montículos y
el relleno de los huecos presentes, sin acusar una uniformidad en la
pendiente.

El relieve-pendiente nos define de manera muy clara el tipo de


nivelación a ser utilizada, cuya complicación técnico-económica,
dependerá de sus características específicas. Es conveniente insistir,

51
Jesús R. Dugarte M.

en que la decisión que se tome, debe ser conocida en detalle por el


agricultor, quien será el que tendrá que afrontar no solo el costo del
proyecto, sino el manejo y operación del mismo.

En los sectores agrícolas del Estado Portuguesa el agricultor tiene


plena conciencia de las bondades de la nivelación y es así como tales
labores son comunes en las fincas, especialmente en aquellos cultivos
de riego, cuya rentabilidad responde positivamente a la inversión
realizada: caña de azúcar, algodón, arroz, girasol, soya, etc.

En el Estado Lara, la División de Saneamiento y Riego del MAC,


consiente de la importancia de estas labores ha continuado con
la implementación de las prácticas de habilitación o adecuación
de tierras. Actualmente en la zona de Moroturo en el Municipio
Urdaneta, se adelanta la ejecución de nivelación de tierras en el área
del Sistema de Riego. Las condiciones de relieve-pendiente y suelo,
fundamentalmente, existentes en Moroturo, facilitan la realización de
un movimiento de tierra que conduce hacia la obtención de terrenos
con pendiente uniforme y con un mínimo de corte por hectárea,
protegiéndose así el valioso recurso suelo, con que cuenta esa vasta
porción de la geografía larense.

Reviste carácter positivo el poder contar con un personal técnico de


vasta experiencia para el logro de las metas planteadas. El topógrafo
Juan Herrera, quien se encuentra al frente de las actividades de
inspección de campo en Moroturo, ha laborado desde 1970 en
actividades de nivelación de tierras en los Sistema de Riego Guanare
y Las Majaguas (Estado Portuguesa), El Cenizo, La Victoria y Zapatero
(Estado Trujillo), en la oportunidad en que el fenecido Ministerio
de Obras públicas (MOP), ejecutaba los ambiciosos programas de
adecuación de tierras con fines de riego.

52
La esperanza del agua y otras reseñas

Participación de Venezuela en Coloquio Internacional de Riego14

Venezuela participa en el “50° Coloquio Internacional de Estudios e


Intercambios para la Irrigación en países en vías de desarrollo”, que
comenzó ayer once de septiembre y concluirá el catorce del mismo
mes, en la ciudad de Bari, Italia.

En dicho evento, el Ing. Jesús R. Dugarte M., funcionario de la


División de Saneamiento y Riego de la Unidad Estadal de Desarrollo
Agrícola (UEDA-LARA), expondrá el trabajo “El Desarrollo del Riego
en Venezuela” y en entrevista que le realizáramos antes de partir
a Italia, donde se llevará a cabo este encuentro internacional, el Ing.
Dugarte precisó que Venezuela posee enormes potencialidades físicas
y humanas, para desarrollar una política de riego, a través de la cual
se incorporarían miles de hectáreas al desarrollo agrícola y pecuario
nacional.

Especificó que en la ciudad de Bari, Italia, se concentrarán estudiosos


en la materia de irrigación, donde se permitirán intercambios técnicos
entre países en vías de desarrollo, indicando que la característica
fundamental de la tierra es que la misma es fecunda y la fecundidad
es transmisión de vida, siendo esencial que los habitantes de un país,
capten y vivan la vitalidad de la tierra.

Venezuela ocupa el sexto lugar entre los países suramericanos en


desarrollo agrícola, considerándose un país transicional en este
subcontintinente, a mitad de camino entre los países del norte y del
sur del continente americano. En el país, se vienen haciendo intentos
por diversificar la producción y acentuar las exportaciones, así como
se ha intensificado el proceso de Reforma agraria, junto a una mayor
capacitación de la mano de obra.

14
El Impulso Agropecuario. Entrevista de la Periodista Lucinda Perdomo. Diario El
Impulso. 12 de septiembre de 1989.

53
Jesús R. Dugarte M.

Asimismo indicó que la repartición espacial del agua en el territorio


venezolano, se encuentra estrechamente vinculado a la distribución de
las lluvias. La ocurrencia de las lluvias es considerable, sin embargo,
sus condiciones fundamentales están asociadas con una distribución
irregular de la precipitación, tanto en el espacio como en el tiempo.

Mencionó que la ocurrencia de las aguas superficiales, es fiel reflejo de


las precipitaciones, de allí que en Venezuela se presentan dos épocas
muy bien definidas: la estación seca y la estación húmeda. El grado de
variabilidad entre los caudales medios de la estación seca y húmeda
es muy acentuado, existiendo un número considerable de cuencas
que van desde la sequía absoluta hasta el desbordamiento. Estas
variaciones son particularmente sentidas en la zona situada al norte
del río Orinoco, cuyas áreas planas sufren anualmente la problemática
de sequías e inundaciones.

El volumen total de agua superficial generado en el territorio nacional


es de aproximadamente 0,7 billones de metros cúbicos. De acuerdo
con la distribución indicada anteriormente, la zona de Venezuela
que está más desarrollada y poblada dispone de 126 mil millones de
metros cúbicos anuales y de ellos la mitad está concentrada en los
llanos occidentales, quedando así manifiesta la irregularidad en la
distribución espacial de nuestras aguas superficiales.

Con respecto a las aguas subterráneas indicó que, sin haberse


considerado la escorrentía subterránea en las zonas inundables, la
magnitud volumétrica es aparentemente insignificante al compararla
con el agua superficial.

Entre otros aspectos que expondrá Dugarte en este encuentro


internacional, figura el recurso suelo. Venezuela posee una amplia
variedad de suelos con diversos caracteres y cualidades, debido a las
variaciones en clima y vegetación (22 zonas bioclimáticas), que han
actuado en diversos lapsos, sobre una amplia gama de materiales
mineralógicos y en diversas situaciones de topografía y drenaje.

54
La esperanza del agua y otras reseñas

En Venezuela -dice- las clasificaciones de los suelos permiten resumir,


ordenar y dar una nomenclatura internacional a esa amplia gama de
suelos que posee el país, y todo ese manejo técnico también permite
interpretar las posibilidades de uso del recurso suelo y sus múltiples
propósitos, tales como uso agrícola, pecuario forestal, recreativo,
urbanístico, entre otros.

En relación con las disponibilidades de tierra explicó que los resultados


obtenidos del balance de tierras efectuado para los estudios de
ordenación del territorio, permiten identificar a 8.331.047 hectáreas
con grandes usos agrícola-vegetal, lo que representa el 15% total de las
tierras; en uso mixto-pecuario, hay 9.280.617 hectáreas, equivalentes
al 16,85%; uso pecuario, otras 17.978.580 hectáreas representando
el 32,65% y para uso forestal existen 19.479.291 hectáreas, con un
35,37%, para un total de 55.069.541 hectáreas, equivalentes al 100%
de la disponibilidad de tierras en Venezuela.

El Ing. Dugarte con amplia experiencia en desarrollos de sistemas de


riego en Lara y Venezuela, especificó que en la evolución histórica del
riego en nuestro país, se trata de demostrar siempre el mismo objetivo:
constituir parte importante del desarrollo agrícola y por consiguiente
se establezca en una de las bases del desarrollo económico-social del
país.

Aclara que los elementos que integran el sistema de riego nacional han
aumentado, tanto en número como en complejidad e importancia, pero
la esencia del problema siempre ha sido la misma, ordenar todo ese
conjunto de elementos institucionales, sociales, políticos, financieros,
naturales y humanos, a fin de lograr el objetivo fundamental, que es el
desarrollo.

Un poco de historia

Desde la época aborigen, cientos de autores han tratado de demostrar


la utilización de sistemas de riego, muy a pesar de que no se hayan
conseguido construcciones de cierta magnitud, que pudieran demostrar
el manejo del agua por el agricultor aborigen, tal como ocurrió con las

55
Jesús R. Dugarte M.

civilizaciones aztecas, incas y mayas. La revisión bibliográfica registra


que los Timoto-Cuicas, representantes del más alto exponente cultural
entre los indígenas, desarrollaron una agricultura con ciertas técnicas
avanzadas, entre las que se destacan las estructuras para evitar la
erosión, reservorios de agua en las partes altas y canales de regadío.

En relación con la época colonial indicó que los conquistadores españo-


les, herederos de una vasta cultura hidráulica, provenientes del imperio
romano y de la cultura musulmana, trataron de utilizar las aguas en pro-
vecho de las comunidades fundadas. El riego se efectuaba con técnicas
rudimentarias y resultados satisfactorios, originándose una conciencia
colectiva, en relación a la seguridad que brinda el riego, tanto para la
agricultura, como para el productor. Recordó la figura de los jueces de
agua, quienes tenían la responsabilidad de decidir sobre la distribución
de este importante recurso natural. Esa práctica o esa figura del juez de
agua, todavía prevalece en algunas zonas agrícolas del país.

Es durante la confrontación independentista debido a la prolongada


guerra, que se desarticula la actividad del riego y se paralizan los
incipientes sistemas que se habían puesto al servicio de la comunidad
agrícola. No obstante se reconoce que el Decreto promulgado en 1825
por el Libertador Simón Bolívar en Chuquisaca, Bolivia, es el fiel y
más inédito pronunciamiento sobre la importancia de preservar y
conservar las cuencas hidrográficas.

Concluidas las luchas independentistas se observa el abandono del


campo y la desarticulación de los sistemas de regadío. En 1874 se crea
el Ministerio de Obras Públicas, pero es en 1910 cuando comienzan
a definirse algunas Leyes, Decretos, Resoluciones, tendientes al
aprovechamiento de las aguas, con miras a cubrir las demandas de las
comunidades.

Un período histórico que marcó la pauta del desplazamiento de la


agricultura fue la aparición del petróleo. En ese lapso la ingeniería
se ocupa seriamente de las obras en los sistemas de riego, con lo que
se demuestra que los recursos provenientes del petróleo, podrían
utilizarse para desarrollar una política de riego en Venezuela.

56
La esperanza del agua y otras reseñas

Las primeras acciones oficiales destinadas a los aprovechamientos


hidráulicos con fines agrícolas datan de 1938. Es así como se construyen
sistemas de riego en Cumaná, Suata-Taiguayguay, Guataparo, San
Carlos, El Tuy, Neverí, Chirgua, El Cenizo, pero en general son sistemas
aislados, que carecían de planeamiento y programación a corto y
mediano plazo.

La situación anterior obliga a las autoridades del Ministerio de


Obras Públicas (MOP), a realizar las consideraciones básicas para
la elaboración de un Plan Nacional de Irrigación a ser desarrollado
desde 1950 hasta 1970, lapso en que se marca como la verdadera
racionalización y el planteamiento de la política nacional de obras
hidráulicas, para el mejoramiento de las tierras agrícolas.

A partir de ese proyecto basado en una política nacional hidráulica,


se vienen ejecutando algunos programas, así como también se han
incorporado diversos organismos del estado, sobre todo con la
promulgación de la Ley de Reforma Agraria, que marca el comienzo
del desarrollo agrícola durante el período democrático, instaurado a
partir de 1958.

Venezuela ha recibido amplios apoyos financieros de organismos


internacionales para desarrollar los sistemas de riego, como el Proyecto
Integrado de Desarrollo Agrícola (PRIDA) que se inicia en 1969, y que
recibe financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo Agrícola
(BID), en el mismo se estableció la integración de los programas de
investigación, extensión, crédito, riego, silos, vialidad, capacitación y
consolidación de asentamientos campesinos, metas cumplidas hasta
el año 1974.

Jesús Dugarte una vez más citó otro cambio estructural en el Poder
Ejecutivo, se refirió a la creación del Ministerio de Agricultura y Cría
(MAC) en el año 1936, organismo que absorbió las responsabilidades
de definir, planificar, proyectar y ejecutar los programas integrales de
los sistemas de regadío.

57
Jesús R. Dugarte M.

En los últimos años el MAC ha destinado recursos económicos para


la ejecución de obras de saneamiento de tierras para la actividad
agropecuaria. Como objetivo fundamental, se plantea abarcar todas
las regiones del territorio nacional, facilitando la adaptación del
beneficiario a las condiciones de empresa agrícola y preparándolo, al
mismo tiempo, para una etapa posterior de la agricultura bajo riego,
Ese es el gran reto, subrayó Dugarte.

Seguidamente afirmó que esos caminos fortalecen los planes y


programas de saneamiento de tierras, en aparente sustitución de las
obras de riego, pues el desarrollo físico comprende la nivelación de
las tierras y el trazado de las acequias de riego, drenaje y vialidad,
con lo que se cumple con el doble propósito de sanear y regar, bajo el
concepto de preservar esos dos recursos tan vitales para el hombre,
como son la tierra y el agua.

Actualmente los planes nacionales definidos por el MAC y el Ejecutivo


Nacional, comprenden como áreas prioritarias de desarrollo agrícola
a las cuencas de Unare, Uribante-Caparo, Guanare-Masparro, zona sur
del Lago de Maracaibo, Módulos de Apure, Valle del río Aragua y Mesa
de Guanipa.

Las fuerzas de la opinión pública del estado Lara también vienen


trabajando por la inclusión del Proyecto Hidráulico Yacambú, a través
del cual se incorporarían miles de hectáreas bajo riego, generándose al
mismo tiempo mejores ingresos para el productor, fuentes de empleos
directos, bienestar colectivo y en fin todas las garantías que ofrece un
desarrollo agrícola integral bajo riego.

58
La esperanza del agua y otras reseñas

La dualidad Ambiente y Desarrollo15

Con motivo del acto académico que confirió los Títulos de Técnicos
superiores en Construcción civil, a un grupo de disciplinados
estudiantes del Instituto Universitario de Tecnología “Antonio José
de Sucre” de Barquisimeto, tuvimos oportunidad de reunirnos bajo
el marco de una clase magistral final para conversar sobre uno de
los temas más controversiales para el desenvolvimiento del hombre,
como lo constituyen las expresiones Ambiente y Desarrollo.

Indudablemente que el centro de las actividades humanas lo conforman


la producción de bienes, alrededor de los cuales convergen todo el
resto de acciones sociales y culturales que lleva a cabo el hombre,
para hacerse sentir como ser actuante y pensante en su entorno.
Sin embargo, tales manifestaciones productivas inciden directa
e indirectamente en las condiciones ambientales, esta influencia
será mayor o menor, dependiendo de la intensidad y características
presentes en las modificaciones planteadas, con fines de explotación
de los recursos naturales.

Cuando se habla de ambiente se hace referencia a las interacciones


estrechas de todos los elementos físicos, biológicos y sociales, que nos
rodean y que, a lo largo de la historia del hombre, se ha constituido en
el medio en el cual desarrolla sus actividades diarias. Sin embargo, en
la mayoría de los casos, el hombre se constituye en un ser que, al no
entender el ambiente en toda su magnitud, lo afecta negativamente,
produciendo su deterioro y degradación.

Frente al ambiente el hombre actúa en primer término, ocupando el


territorio para realizar las actividades propias de su desarrollo, lo que
implica necesariamente la explotación de los recursos naturales. Esta
invasión de territorio, por decirlo así, puede generar un agotamiento
o transformación de esos recursos, en sentido positivo como un

15
El Impulso Agropecuario. Diario El Impulso. 15 de septiembre de 1989.

59
Jesús R. Dugarte M.

aprovechamiento conservacionista de los mismos. Sin duda que en


este proceso puede estar presente el deterioro o degradación del
entorno, si los desechos producidos por las acciones del hombre no
son contralados a tiempo.

El equilibrio de los factores del ambiente anteriormente enunciados,


da origen a lo que se conoce como la calidad ambiental, cuyo grado
de existencia tendrá variaciones, dependientes de la presencia de los
elementos contaminantes.

Esa presencia del hombre y sus necesidades establece el concepto


de desarrollo, que en conceptos bolivarianos –Como lo anota el Dr.
Arnoldo José Gabaldón, en su interesante obra, Política Ambiental y
Sociedad- se refiere al proceso que puede generar la mayor suma de
felicidad posible, dentro de una sociedad.

Al enumerar los factores que inciden en el logro de tal bienestar,


podremos darnos cuenta, que todos ellos dependerán en mayor o menor
grado de los Recursos Naturales Renovables y por ende del ambiente:
Riqueza material, salud propia y de nuestra familia, perspectivas
de un futuro mejor, recreación, el placer estético y la libertad. El Dr.
Gabaldón, al analizar cada uno de dichos factores concluye en que
“no puede haber confrontación entre ambiente y desarrollo, lo que es
necesario es determinar el conjunto de normas ecológicas, para que el
comportamiento del hombre, a través de la expresión de desarrollo, se
lleve a cabo en forma armónica con los valores del ambiente”.

La agricultura se convierte en uno de los sectores de la economía


en donde se hacen evidentes las contradicciones entre ambiente y
desarrollo, por cuanto la implementación de los planes que, a cualquier
nivel de magnitud, se establecen para hacer posible la obtención de los
productos requeridos por la sociedad, implican serias modificaciones
del entorno ambiental.

Tales actividades en ningún momento deben conllevar consciente o


inconscientemente, la degradación del medio. La población en general,
especialmente los habitantes de las comunidades rurales, deben

60
La esperanza del agua y otras reseñas

entender que la producción agropecuaria está íntimamente ligada al


aprovechamiento de los recursos naturales y, por ende, el futuro del
país, dependerá en gran medida de lo que hagamos con esos recursos.
Un agricultor progresista al plantearse la extracción de su producción
en la finca o parcela, debe actuar con la responsabilidad de un padre de
familia, al convertirse en un administrador de unos recursos naturales
que eventualmente está aprovechando para producir las bondades
que le brinda el desarrollo, pero que deben garantizar el mismo grado
de bienestar para sus hijos, nietos, bisnietos y todas las generaciones
que en el futuro, harán posible la continuidad de la existencia humana
sobre la tierra. Tal responsabilidad es inconmensurable, pero solo
comprendiendo su magnitud se podrá lograr el aprovechamiento
autosostenido de los recursos naturales.

61
Jesús R. Dugarte M.

El Riego de Rufino16

Cuando los historiadores hacen referencia a los orígenes del hombre,


inmediatamente surgen las interrogantes relacionadas con las formas
de mantener cada expresión de su cultura. Se presenta así la agricultura
como primer elemento vital de su existencia y con ella surgen las
diversas tecnologías que la acompañan.

Nos referimos en esta oportunidad al riego, una de las expresiones


culturales más importantes en la existencia del Homo agricultor.
Cuando el ser humano inicia sus labores agrícolas en forma
organizada, tiene necesidad de establecer modificaciones en el clima
y al sentirse impotente para dominar el agua que precipita en forma
de lluvia, se convierte en el inventor de la práctica del riego, como
forma de proporcionar a los cultivos, el agua requerida en cantidad y
oportunidad.

Nos movemos en la historia del riego y extraemos de las diversas


épocas los legados tecnológicos del hombre. Diversos métodos han
sido aplicados y en cada ocasión admiramos las ideas puestas en
práctica. Se crean detalles que pretenden hacer la práctica del riego
accesible y eficiente. Sin embargo, cuando se hace referencia acerca
de los aspectos de irrigación, es común que se mencione la palabra
tecnología como traducción de riego avanzado, tendente hacia la
imposición de energía representada por raros aparatos que nuestro
agricultor en pocas oportunidades podrá sufragar o manejar.

En relación con el avance en los métodos de riego, hace poco tiempo


tuvimos oportunidad de dialogar con uno de los pioneros del
conocimiento en el tradicional riego por gravedad. Nos referimos a
Rufino González, destacado técnico de la Fundación para el desarrollo
de la Región Centro Occidental (FUDECO), lamentablemente fallecido
en fecha reciente.

16
El Impulso Agropecuario. Diario El Impulso. 11 de septiembre de 1990.

62
La esperanza del agua y otras reseñas

Rufino siempre nos viene a la memoria no solo por sus avances llevados
a cabo en los aspectos de riego, su acuciosidad aún nos permite aligerar
algunas labores cuando, gracias a la colaboración de los técnicos de
FUDECO, nos hemos paseado por sus notas no publicadas, en donde
encontramos sencillas, pero claras referencias de lo que constituyen
los basamentos de nuestra agricultura.

En visita técnica de campo realizada en febrero del año 1989 a una


finca localizada en las inmediaciones de la carretera Barquisimeto-
Acarigua, en una plantación de girasol pudimos observar una manera
ingeniosa de poner en práctica el riego por gravedad; pudiéramos
hablar que se trata de un riego automatizado. Indudablemente que
Rufino no pretendía inventar este antiquísimo método de riego, sin
embargo, es bastante original la manera de plantearlo y ejecutarlo.

Lo interesante de lo que, en términos de familiaridad, hemos bautizado


como el Riego de Rufino, radica en que no se requieren equipos que no
estén al alcance de los agricultores. Los detalles que, por supuesto no
aparecen en los textos de riego, los puso en práctica Rufino, mediante
una habilidosa ubicación de las acequias o bucos de riego, combinado
con una disposición de los surcos, altimétricamente bien localizados.

Los pormenores del método planteado se recogen en la publicación


“Micro irrigación por surcos” (FUDECO, 1990), en donde se plantean
las bondades del mismo, tales como, reducción al mínimo de las
pérdidas por escorrentía y percolación, aumento de la eficiencia en el
uso de la mano de obra (300 a 900%), reducción del volumen de agua
aplicada por hectárea, mejoramiento de la operación, permitiéndose
períodos de hasta 24 horas con bajo volumen y ausencia de la atención
del regante.

En la oportunidad de nuestra visita de campo, recordamos cuando


Rufino con su natural emoción nos puso en contacto con uno de los
regantes. En ese momento, el roble campesino estaba encargado de
regar ochenta hectáreas de girasol y la antiquísima escardilla la había
reemplazado por una bicicleta, con la cual supervisaba la distribución
del agua de riego. Solo tenía necesidad de trasladarse por el campo, re-

63
Jesús R. Dugarte M.

visando que la basura no obstruyera las entradas a las acequias y sur-


cos, realmente quedamos impresionados por los logros obtenidos en
tan delicado e ingenioso aspecto de la producción agrícola bajo riego.

Insistimos que nuestro apreciado amigo no pretendía inventar el riego


por gravedad, a pesar de lo cual, por la ingeniosa manera de poner en
practica este antiquísimo método, merece que lo sigamos comentando
y utilizando en el argot de la irrigación como el Riego de Rufino.

64
La esperanza del agua y otras reseñas

Las Organizaciones de Riego (I)17

Al final del túnel de trasvase Yacambú-Quíbor, actualmente en


construcción, se encuentran las promisorias tierras del Valle de
Quíbor, cuya productividad y rendimiento han sido demostrados
perseverantemente, en la riqueza que hoy día se traduce en
toneladas y toneladas de alimentos que se distribuyen por todo el
país, como contribución importante a la solución de los problemas
agroalimentarios de nuestra población. La conclusión del túnel de
trasvase y por ende, la puesta en marcha del Proyecto Yacambú-Quíbor,
se acerca a pasos acelerados, demostrando con creces la contribución
de la ingeniería venezolana, con la incorporación de las técnicas
mundiales más avanzadas en materia de construcción de túneles, al
logro de una de las mayores obras de ingeniería de los últimos tiempos.
Para esta fecha solo faltan por excavarse 893 metros, en el corazón de
las últimas estribaciones de la cordillera andina. 
 
Pero es significativo reconocerlo, al final del túnel no solo se
encuentran las tierras fértiles, allí conviven un sinnúmero de actores
que son los que hacen posible la producción de esa riqueza agrícola,
encabezados por supuesto por los pequeños, medianos y grandes
productores del Valle de Quíbor, que con su esfuerzo mancomunado
han logrado convertir un erial en esas prometedoras tierras dedicadas
a la agricultura. Conjuntamente con sus acciones individuales, desde
el comienzo de los tiempos, a los agricultores los ha unido una causa
común: el agua, surgiendo así, conjuntamente, el dominio de la técnica
del riego e impulsándose una nueva forma de vida, más segura y con
menos riesgo que la vida errante del cazador. Este invalorable recurso,
que es reconocido en los debates internacionales como un derecho
humano, se aviene en una precondición indispensable para alcanzar
todos los demás derechos humanos. Es así como el agua se convirtió,
desde tiempos inmemoriales, en el instrumento que obliga a que
los habitantes aledaños a las fuentes de agua se pongan de acuerdo

17
A final del túnel. Diario El Impulso. 10 de julio de 2007.

65
Jesús R. Dugarte M.

para lograr su mejor distribución y aprovechamiento, surgiendo así


las organizaciones o asociaciones de usuarios, las juntas de riego,
los jurados de agua, etc., cuyo nombre y organización depende de las
condiciones particulares existentes en cada uno de los sitios.
 
Casualmente en el Valle de Quíbor hoy en día hace vida activa y
protagonista, una de esas organizaciones de regantes, cuyos orígenes
se remontan a la época precolombina, normada en épocas posteriores
por la influencia española, con algunos vestigios de la dominación
árabe. A través de un Reglamento emitido por el Concejo Municipal del
Municipio Jiménez, cuyo origen se remonta al siglo pasado, se establece
la  figura de un “Juez de Agua” que se ocupa de la administración y
servicio de las aguas, y de un “Guardabosque” para el cuidado de los
respaldos forestales de la quebrada y sus afluentes. La elección del Juez
de Agua se efectúa anualmente con la participación de los agricultores
que utilizan la quebrada con fines agrícolas y pecuarios. Esta elección
directa y secreta es supervisada por una comisión electoral designada
por el Concejo Municipal.
 
Las atribuciones del Juez de Agua son bastante amplias, se encarga de
la distribución del agua conducida por los bucos y las ramificaciones
representadas por acequias y venas; la magnitud de la entrega de
agua depende de la abundancia o escasez del recurso. Además, el
Juez tiene responsabilidad sobre la conservación de la infraestructura
de riego, para lo cual los usuarios deben concurrir a los trabajos de
carácter común, que garanticen el adecuado funcionamiento de la red
de distribución. El Juez de Agua tiene potestad para el nombramiento
de quienes, se conocen como “el repartidor” y “los recomendados”,
en personas que él juzgue convenientes, a fin de prestar un eficiente
servicio en la distribución, conservación y vigilancia del sistema. Para
el cumplimiento de las diversas obligaciones cuentan con el apoyo de
las autoridades civiles del municipio.
 
En el Reglamento mencionado se definen los bucos o acequias princi-
pales en el orden en que se encuentran desde aguas arriba; los mismos
se identifican mediante nombres comunes, cuyo origen tiene relación
con alguna particularidad del sector, tales como: la angostura, las com-

66
La esperanza del agua y otras reseñas

puertas, el totumo o rafelero, buco real de Cuara, etc. Al mismo tiempo


se establecen condiciones de manejo para algunas conducciones par-
ticulares.
 
En caso de conflictos que puedan presentarse entre los usuarios, por
motivos de prelación en los riegos o servicios en la distribución del
agua, el Juez de Agua puede actuar con carácter conciliatorio, para lo
cual puede solicitar la ayuda de personas idóneas aceptadas por las
partes, en caso contrario podrán acudir al recurso de los tribunales
competentes.
 
Como podemos observar, el Valle de Quíbor, a través de sus
organizaciones de regantes, ofrece una experiencia centenaria en el
manejo del agua con fines de riego, como un legado imperecedero
de lo que será a futuro la organización de los productores para la
distribución del agua proveniente del río Yacambú, cuando se ponga
en marcha el tan esperado Sistema de Riego Yacambú-Quíbor.
 
 

67
Jesús R. Dugarte M.

Las Organizaciones de Riego (II)18

En pleno corazón del Valle de Quíbor en el Estado Lara, pervive


centenariamente una de las organizaciones de regantes más
representativas en su tipo, no solo en Venezuela sino en Latinoamérica:
La Organización de Usuarios de la Quebrada Atarigua cuyo legado
imperecedero estamos seguros que orientará acertadamente la
distribución del agua de riego que, proveniente de la cuenca del río
Yacambú, refrescará las sedientas tierras del semiárido larense.

Cuando nos acercamos un tanto a las características y condiciones


bajo las cuales actúa esta Organización de Usuarios del Valle de Quíbor,
recordamos la visita que tuvimos la oportunidad de realizar al Tribunal
de las Aguas de la Vega de Valencia (España), captando directamente
algunos detalles que nos muestran la similitud en su estructura y
funciones, evidenciándose la transferencia de tales organizaciones
durante la conquista y colonización española.

Para el año en que se inicia la colonización española, el Tribunal de


las Aguas tenía más de quinientos años de antigüedad, por cuanto
los investigadores estiman que esta organización tuvo su origen
y fundación por los años 960, en la época en que reinaban los
musulmanes en España, bajo el Califato de Córdoba, con Abderramán
III El Grande. Luego de la reconquista de los territorios valencianos,
Jaime I El Conquistador en el año 1238, confirma los usos y costumbres
que existían cuando Valencia era Agarena y la tradición hace que el
Tribunal y lo que el mismo representa, perdure hasta nuestros días.

La trascendencia del Tribunal se toma en cuenta cuando el Rey Don


Alfonso XII en 1879 promulgó la Ley de Aguas española, ratificándose
así la existencia y privilegios del Tribunal, recogiendo su organización
para implantarla como modelo en los Jurados de Riegos de todas las
Comunidades de Regantes de España, convirtiéndose de esa manera

18
A final del túnel. Diario El Impulso. 10 de septiembre de 2007.

68
La esperanza del agua y otras reseñas

en modelo o patrón que ha inspirado a las organizaciones de regantes


de los países de habla hispana.

La estructura existente para la distribución del agua en la Vega de


Valencia, similar al de la quebrada Atarigua, se efectúa alrededor de la
fuente de agua representada en aquel caso por el río Turia, mediante
una distribución a través de acequias construidas en ambas márgenes
del río: Quart, Benacher-Faitanar, Mislata, Favara y Rovella, por la
margen derecha y Tormos, Mestalla y Rascanya por su orilla izquierda.
Las tierras regadas por una acequia-madre, mediante otras más
pequeñas, forman una Comunidad de Regantes cuyos miembros son
propietarios del agua de la acequia.

Para el reparto del agua, todos los regantes de una acequia son
propietarios en común del agua de su dotación, concediéndose la
misma en proporción a la cantidad de tierra que se posee, siendo
éstos dos bienes inseparables: Quien vende la tierra, vende también
el agua. Para repartir el agua, se ideó la fila, vocablo del árabe fil-lah
que significa parte sacada de un todo. La fila es un volumen variable
de agua según el caudal del río. Así, cuando el cauce del Turia alcanza
el arranque de la primera acequia, el agua se reparte en 138 partes
iguales llamadas filas, asignadas a las distintas acequias. Si el cauce
es abundante, las filas son gruesas; en caso contrario, las filas son
delgadas. En Quíbor, este concepto equivale a la teja de agua.

Lo más llamativo del Tribunal es que aún continúa reuniéndose de


manera ininterrumpida, en la puerta de los Apóstoles de la Catedral de
Valencia, a partir del momento en que suenan las doce campanadas del
mediodía. Los integrantes del Tribunal se convierten así en la máxima
autoridad del agua de la Huerta de Valencia, entrando a deliberar y
sentenciar un fallo que es inapelable y aplicado según las Ordenanzas
de cada acequia.

La trascendencia de las tradiciones que envuelven las actuaciones del


Tribunal, nos muestran que las diferencias religiosas existentes en
sus orígenes, quedaban solapadas por los intereses de la comunidad,
llegándose a los acuerdos que aún perduran, como el hecho de

69
Jesús R. Dugarte M.

reunirse en la puerta de la catedral para ampliar la asistencia a los


representantes de origen musulmán. Además, la reunión se realiza
en día jueves, víspera de la fiesta del pueblo musulmán y antes del
mediodía, hora en la que, zanjada cualquier discusión o pleito, ya se
podía dar inicio a la fiesta.

Estas y otras experiencias adaptadas a las condiciones específicas


de cada uno de los lugares en que se maneja agua para riego en
Latinoamérica, especialmente en el semiárido, han originado
particulares formas en la distribución del agua, cuyas peculiaridades
han sido analizadas por los técnicos que laboran en el diseño del
Sistema de Riego Yacambú-Quíbor, adoptándose en primera instancia
la modalidad de una distribución de agua conocida como dotación
por superficie, con lo cual cada una de las hectáreas de tierras que
conforman la geografía de la Zona de Aprovechamiento Agrícola del
Valle de Quíbor, tendrán la opción de contar proporcionalmente,
con una fracción del agua regulada en el embalse Yacambú-Quíbor
y de esa manera cada agricultor, dependiendo de la eficiencia con
que use el agua en su predio, tendrá la oportunidad de convertirse
en un verdadero gerente en el manejo del preciado recurso hídrico,
proveniente del otro lado de las últimas estribaciones de la Cordillera
de Los Andes.

70
La esperanza del agua y otras reseñas

Turbio: El otro valle productivo19

La sabia naturaleza ha posicionado en la geografía del estado Lara


otro valle promisorio, similar en lo productivo al Valle de Quíbor, tema
este obligado en nuestras crónicas por su cercanía afectiva. El Valle del
Turbio representa el cofre abierto de las riquezas que la sociedad en
su conjunto ha venido aprovechando a lo largo de los muchos años
de explotación agrícola y pecuaria, tiempo que se remonta a épocas
precolombinas.
 
En reciente trabajo auspiciado por el Concejo del Municipio Iribarren,
la Mancomunidad de Cronistas Municipales y Parroquiales de
Barquisimeto, daba cuenta documental de la vocación agrícola del
valle, en los testimonios de conquistadores, viajeros e historiadores y
sobre el particular anotan “Producen sus vegas cacaos, tabaco, azúcar,
papelones, algodón, maíz, con tanta abundancia que los más años
se abastecen de las ciudades y lugares circunvecinos. En las muchas
haciendas, hatos y fundos se crían caballos, yeguas, burros, ganado mayor
y menor de los cuales obtienen carnes, pieles, leche, cerdas y grasas”. Y
esta referencia histórica proviene de escritos que se remontan al año
1745, dándonos idea clara de la vocación agrícola agropecuaria del
Valle del Turbio, desde mucho antes del siglo XVI y a lo largo de los
siglos subsiguientes hasta nuestros días, como acertadamente anotan
los cronistas a los que hacíamos referencia inicialmente.
 
En nuestro medio agropecuario, el tema del Valle del Turbio sale
a colación con bastante frecuencia y no es para menos; el mismo
representa, y lo ha demostrado incuestionablemente a lo largo del
tiempo, el emporio del cual dependen multitud de familias campesinas
y agricultores vocacionales, amén de lo que su producción significa
para la garantía agroalimentaria regional y nacional.

En esta oportunidad, el estado venezolano ha tomado una serie de


medidas de tipo administrativo en algunos sectores del Valle de Turbio,

19
A final del túnel. Diario El Impulso. 6 de mayo de 2008.

71
Jesús R. Dugarte M.

cuyos detalles debe ser tema para abrir una amplia discusión sobre
los pro y los contra de las decisiones tomadas. En esta oportunidad
solo haremos referencia al argumento utilizado para la determinación
de la vocación de uso de la tierra rural, como reza en el articulado
que se aprobó mediante el Decreto No. 3.463 del año 2005, y que ha
sido tomado en cuenta para sustentar las decisiones que llevaron a la
ocupación militar de 32 fincas localizadas en el Valle del Turbio.
 
Entendemos que la vocación de uso de la tierra tiene como fin específico
la utilización óptima de las tierras, para lo cual se asigna a cada unidad
de tierra el tipo de uso apropiado, así como las prácticas específicas
que le correspondan con el propósito de obtener el máximo beneficio
económico, social y ambiental. Pero los redactores del Reglamento
se olvidaron, aunque ciertamente mencionan algunos elementos, de
discernir en detalle sobre los múltiples factores que deben conducir
bajo un análisis apropiado, a la determinación real de la vocación de
uso de las tierras.
 
En este sentido, en múltiples estudios básicos y aplicados, cuando
se toca este tema, normalmente se estructura una metodología
secuencial que se inicia por la definición de los requerimientos
agroecológicos de los cultivos, se continúa con el análisis de los
elementos meteorológicos en el área de estudio, se analizan las
variables agroclimáticas y fisioedáficas, después de lo cual se converge
en un análisis multifactorial en donde tiene cabida fundamental la
posición y la opinión del hombre que ha ocupado centenaria y hasta
milenariamente las tierras agrícolas, factor que normalmente se
traduce en la investigación y el análisis de lo que se conoce como uso
actual de la tierra.
 
Si volvemos al tema del Reglamento para la determinación de
la vocación de uso de la tierra, nos damos cuenta que ese factor
antrópico, traducido en términos de participación de los actores
que hacen vida en el Valle del Turbio, por cierto muy de moda en la
actual administración, ha sido dejado de lado totalmente y al final las
decisiones que se tomen estarán blindadas por los burócratas que
normalmente manejan esas decisiones trascendentales a la vera de

72
La esperanza del agua y otras reseñas

un ambiente de aire acondicionado, dejando de lado la opinión del


agricultor que ha sabido, desde el ambiente rústico del campo, tomar
sus mejores decisiones en aras de extraer la riqueza de la tierra, para
responder ante los compromisos con la sociedad, en términos de
proporcionar seguridad alimentaria.
 
Y es que el Reglamento va mucho más lejos, cuando los agrónomos
creemos que ha sido resuelto el problema de la definición  de la
vocación agrícola que conduzca hacia una zonificación agroecológica
de cultivos, nos damos cuenta que las ocho clases mediante las cuales
se clasifican los rubros potenciales, solo toma en cuenta el aspecto
suelo, dejando de lado todas las consideraciones mencionadas en
el articulado anterior y por supuesto sin profundizar en un análisis
multifactorial como sería lo deseable. Los resultados de estas
consideraciones es que en las clases I solo tendrán cabida los cultivos
de hortalizas y leguminosas. Estamos seguros que, con este criterio,
en las 2.250.000 hectáreas aptas dedicadas al sector agrícola vegetal
en Venezuela, tendríamos hortalizas y leguminosas para generar unos
enormes excedentes, en detrimento de dejar de lado importantes
rubros deficitarios para la alimentación del venezolano. Estos rubros,
dependiendo de la relevancia que eventualmente tengan, pueden y
deben ocupar con preeminencia los mejores suelos y de esa manera
se estará respondiendo responsablemente ante las exigencias
alimentarias de la población.
 
Volviendo al Valle del Turbio, si creemos que las revisiones sobre
la vocación agrícola deben ser prioridad de las autoridades
gubernamentales de planificación, también es muy cierto que esas
importantes decisiones deben ser consensuadas, tomando en cuenta
las tendencias agroculturales que se han generado a la vuelta de más
de cuatrocientos años de trabajo ininterrumpido en el labradío de la
tierra. El uso de las tierras es un producto histórico que se mueve un
tanto naturalmente como respuesta a la dinámica socio-cultural y que
pocas veces obedece a decretos o imposiciones inconsultas. Hacemos
un llamado a las universidades y a los especialistas en el tema, para
que se levante la voz del conocimiento en aras de la defensa del noble
trabajo del agricultor larense.

73
Jesús R. Dugarte M.

Crespo: El nuevo Municipio Sediento20

En los próximos días los larenses y por supuesto los que hemos
adoptado de hecho la distinción de llamarnos larense-metidos,
estaremos de pláceme: se unen definitivamente dos espacios naturales
con sus propias y particulares apariencias que lo separan en lo físico:
el valle estrecho por donde escurre el río Yacambú estará conectado y
para siempre, con ese otro valle amplio y fecundo que conforma parte
de la geografía centro-sur del estado Lara, como lo es el Valle de Quíbor.

El túnel de trasvase que forma parte importante del Proyecto Yacambú-


Quíbor, llega a su feliz culminación, dando forma así a un conducto de
un poco más de cuatro metros de diámetro, por donde discurrirá el
agua fresca que emana de las últimas estribaciones de la Cordillera
de los Andes, por lo que en cierta forma nos coloca a los que hemos
viajado desde los paisajes andinos para contribuir con granos de arena
en el desarrollo larense, como actores directos de este hito histórico.

El agua proveniente del río Yacambú, tendrá la gran tarea compartida


con los pioneros de la agricultura quiboreña, de contribuir con el
reverdecer productivo del Valle de Quíbor, garantizando así los
alimentos que, en cantidad y calidad, buena falta nos hace al pueblo
venezolano, mucho más en estos momentos de escasez y de ingentes
importaciones de productos agropecuarios, que solo traen prosperidad
a otras tierras lejanas, que se las merecen, pero que no son nuestra
prioridad.

En estos momentos de satisfacción en que el agua se aproxima a las


tierras del sediento Municipio Jiménez, no podemos olvidar que,
en otros sitios no muy lejanos de la geografía larense, existen otras
comunidades rurales y urbanas que carecen de los recursos hídricos
que garanticen un desarrollo sustentable en el tiempo. Nos referimos
en esta ocasión al Municipio Crespo, cuya naturaleza no le brindó

20
A final del túnel. Diario El Impulso. 3 de julio de 2008.

74
La esperanza del agua y otras reseñas

suficientes fuentes superficiales de agua con posibilidades económicas


de aprovechamiento para abastecer a las comunidades y la agricultura
que aún se sustenta en su suelo. La única fuente de abastecimiento,
hasta ahora segura, está representada por el acuífero de Duaca-El
Eneal, en el cual se identifican un total de 31 pozos profundos, la mayor
parte de los cuales pertenecen a Hidrolara (19 pozos).

En los últimos estudios que se han realizado en el acuífero mencionado,


se evidencia una sobreexplotación del mismo, lo que significa que se
extrae más agua de la que la naturaleza es capaz de almacenar en este
vasto embalse subterráneo, como lo es el acuífero Duaca-El Eneal. Esta
situación ha sido corroborada en los estudios que se han realizado en el
mismo, lo que debe llamar la atención a las autoridades competentes,
en el sentido de no permitir la apertura de pozos adicionales, hasta
tanto no se tenga claridad sobre el futuro de la explotación del acuífero.

Es necesario y fundamental que el acuífero de Duaca-El Eneal pueda


ser evaluado técnicamente con cierta frecuencia, a objeto de observar
su comportamiento y potencialidad futura, lo que garantizará la debida
operación del acuífero en cuanto a la determinación del equilibrio en
el balance extracción-recarga, que haga posible la sustentabilidad en
el tiempo y de esa manera garantizar la utilización del acuífero en el
largo plazo.

Para el logro de este aspecto, hace algún tiempo y en representación y


compañía de los directivos de los Consejos Comunales que hacen vida
en la población de El Eneal, intentamos conversar, vano esfuerzo, con
los representantes que conforman la Cámara Municipal del Municipio
Crespo. En esa oportunidad queríamos contribuir con algunas ideas
que pudieran conducir, si no a la solución, por lo menos a iniciar las
vastas tareas que se requieren para salvar el acuífero Duaca-El Eneal
de la debacle que se percibe ocurrirá, por la indiscriminada explotación
de este finito cuerpo de agua.

Si desde esta tribuna nos escuchan los representantes locales del


pueblo soberano duaqueño, estas son las ideas resumidas que
querían ser expuestas en esa oportunidad y que estimamos, deben ser

75
Jesús R. Dugarte M.

maduradas y puestas en práctica a la mayor brevedad para paliar la


situación que irremediablemente se avecina sobre el Municipio Crespo:
i)Registro y sistematización de la información litológica de los pozos
activos e inactivos; ii)Programa de mediciones periódicas del acuífero
Duaca-El Eneal; iii)Evaluación técnica del acuífero; iv)Creación de
una instancia colectiva para el manejo del acuífero, con participación
de los usuarios y de los entes gubernamentales; v)Diagnóstico
Conservacionista participativo de la cuenca aportante al acuífero; vi)
Propuestas ambientales y de Conservación de la Cuenca aportante,
entre otras ideas que puedan ser definidas por las comunidades y
entes especializados.

Casualmente, a través de las acciones que la empresa gubernamental


Sistema Hidráulico Yacambú-Quíbor CA ha motivado en el Valle
de Quíbor, se encuentra la creación y funcionamiento de una
instancia colectiva para el manejo del acuífero de Quíbor, conocida
como la Comisión Técnica de Suelos y Aguas del Valle de Quíbor
(CotesaguasVQ), con la toma de decisiones a corto y mediano plazo
que han traído la paz en las relaciones usuarios del agua subterránea-
estado, y que ha orientado la extracción del agua del subsuelo bajo
el concepto de la operación regulada de un embalse de gran riqueza,
en este caso subterráneo. Con esta instancia colectiva se evitaría que,
ante cualquier petición sobre actuar en la solución del problema del
agua en las comunidades, se responda con las fáciles promesas de
que “abriremos otro pozo profundo”, como le escuchamos decir a un
funcionario gubernamental, ante una protesta que protagonizara la
comunidad de Padre Orioni, localizada en las cercanías de la población
de Duaca, sin tomar en cuenta que el embalse subterráneo se agota
irremediablemente

76
La esperanza del agua y otras reseñas

El frenazo del Proyecto Yacambú-Quíbor21

Los que compartimos las gratas vicisitudes de este laborioso pueblo


larense, siempre hemos escuchado la trilogía que envuelve la sabiduría
popular al hacer referencia a los elementos más resaltantes de nuestra
región: la Divina Pastora, el Cardenales de Lara y el Proyecto Yacambú-
Quíbor. Es común que en nuestras conversas cotidianas se ofenda a la
memoria patrimonial, cuando se hace referencia peyorativa alrededor
de algunos de estos temas que forman parte interior de nuestra
herencia cultural.

Lamentablemente hemos presenciado con estupor el comportamiento


que oficialmente han ofrecido nuestros gobernantes ante la culminación
de la magna obra representada en este caso por el túnel de trasvase,
arteria aorta del Proyecto Yacambú-Quíbor. Las dos mil personas que
presenciaron, según reseña el diario El Impulso el 4 de diciembre de
1973, el acto simbólico que dio inicio a la construcción del túnel de
trasvase en las cercanías de San José de Quíbor, no se imaginaron que,
cuando felizmente se concluyera la construcción del túnel, ocurriría
lo que hemos titulado como el frenazo del Proyecto Yacambú-Quíbor,
por cuanto lo que se conoce técnicamente como el “cale”, que significa
la unión de los dos tramos del túnel en construcción, que debería ser
cumplida felizmente el 16 de julio de este glorioso, para Yacambú, año
2008, fue pospuesta su conclusión por decisión oficial.

La vibración contenida en todos los que comparten diariamente la


construcción de las obras del Proyecto fue ahogada por una decisión
gubernamental. Las emociones y gritos de alegría que, estoy seguro,
querían expresar espontáneamente los obreros y técnicos que ese
día memorable estaban casi, por ver la luz al final del túnel, fueron
apagadas porque el capricho presidencial quería ser protagonista
de la culminación de una obra que pertenece más a la conciencia de
los larenses, que a los que de manera eventual puedan ocupar en un
momento dado altos cargos burocráticos.

21
A final del túnel. Diario El Impulso. 8 de agosto de 2008.

77
Jesús R. Dugarte M.

Y en esa espera estuvimos por más de quince días, lapso en que los
obreros trataban de sostener los dos metros de montaña que separa-
ban los tramos abiertos del largo túnel, hasta que el pasado domingo 3
de agosto, anunciada como estaba la colocación de las últimas cargas
de dinamita que harían pedazos los restos enmohecidos de roca, inver-
timos parte de nuestro descanso dominical con la expectación puesta
en el programa del presidente que ofrendaría, por fin, la unión perpe-
tua entre esos dos espacios naturales: los valles de Yacambú y Quíbor.

Fuimos pacientes en la espera por la obra culminada, era necesario


compartir familiarmente estos acontecimientos, sin embargo las
sorpresas continuaban porque en plena atención del emotivo acto,
celebrado también en San José de Quíbor como en aquella mañana de
1973, tuvimos que explicar a nuestros hijos pequeños la larga perorata,
irrespetuosa para con la audiencia, que daba cuenta de los apuros que
pasó el presidente con sus efluvios digestivos en la culminación de
otra de las obras recientemente concluida. En desagravio a los héroes
anónimos, representados por los obreros y técnicos que en primera
línea han transformado un hecho eventualmente deformado, en la
esperanza de redención del agricultor quiboreño, rendimos honor a
la ingeniería venezolana de punta que ha hecho posible estos logros.

Pero las sorpresas de ese día disminuido no habían concluido, las


alegrías se truncan cuando escuchamos hablar de la intervención
intempestiva y sin orden de las tierras del Valle de Quíbor. Estamos
de acuerdo en la necesidad de una regularización de la tenencia de
la tierra que facilite la conformación de un proceso productivo con
equidad y justicia, pero de allí a despreciar con la amenaza, el esfuerzo
que día a día hacen los agricultores quiboreños por contribuir con el
valioso aporte de los miles de toneladas de alimentos que forman parte
de la dieta diaria del venezolano, debe mediar la consideración y el
reconocimiento de parte de cualquier gobierno amante del progreso.

Esas decisiones tomadas a la luz de una emoción populista, solo nos


recuerda la otrora decisión que llevó de manera improvisada y en
plena política cuarto republicana, a emitir en el año 1973, un Decreto
de expropiación en 10.000 hectáreas productivas del Valle de Quíbor,

78
La esperanza del agua y otras reseñas

decisión que fue recogida a tiempo por las mismas autoridades, al


darse cuenta del error que se había cometido al adelantarse a los
acontecimientos que posteriormente vendrían acompañados por
treinta y cinco años de espera

La incorporación plena de las tierras regables al desarrollo bajo


riego, pasa por procesos de maduración lenta (planificación, diseño,
construcción y puesta en marcha), cuyas fases deben ser respetadas
en aras de la obtención de productos eficientes y acordes con el ritmo
de crecimiento de la sociedad. En definitiva, esos programas no se
generan de manera automática, los organismos de planificación han
definido etapas de desarrollo acordes con las incertidumbres propias
de los procesos humanos y es mediante el cumplimiento de esas
etapas, que se deben cumplir con los diversos procedimientos que,
bajo la tutela de un estado organizado y responsable, hagan posible
el desarrollo armónico del Valle de Quíbor, evitándose así otro nuevo
frenazo al Proyecto Yacambú-Quíbor.

79
Jesús R. Dugarte M.

En la recta final del Trasvase Yacambú-Quíbor22

En días recientes comentábamos sobre la indefectible unión que se


producirá entre los dos espacios naturales que conforman el Proyecto
Yacambú-Quíbor: el valle estrecho por donde escurre el río Yacambú,
acompañado en su andar milenario por las quebradas Negra y Hon-
da que, naciendo en agrestes montañas larenses, acaban por modelar
estos dos valles con poco espacio por donde explayar sus ímpetus hí-
dricos; el otro espacio natural se corresponde con el amplio y fecundo
Valle de Quíbor, muy diferente a los anteriores, con una anchura y fe-
cundidad que lo hacen promisorio de abundancias, pero sin que pueda
generar la adecuada cantidad de agua propia que permita irrigar sus
tierras sedientas.

Esa abundancia y esa escasez de agua, se verán compensadas con la


potencialidad del vaso comunicante que se construye uniendo los
dos espacios naturales. Casualmente este mes de julio se convierte
en hito histórico para el estado Lara, cuando un conducto artificial
construido por la mano prodigiosa de obreros y técnicos venezolanos,
le proporcione una continuidad espacial que facilitará el transporte del
agua desde el inmenso lago que almacenará las aguas que precipitan
en la cuenca alta del río Yacambú, hasta las ávidas simientes que
subyacen anhelosas al otro lado de la cordillera andina.

Conceptualmente el magno Proyecto Yacambú-Quíbor, constituye lo


que se conoce como un trasvase, haciendo referencia a la desviación
del caudal de un río fuera de su curso natural. Por supuesto que la
construcción de los trasvases no es nada nuevo, los árabes y los romanos
ya habían dado pasos importantes para idear las maneras de trasladar
agua desde un lugar donde la misma abundaba, a otro sitio donde el
recurso era escaso. En la Extremadura de España, aún se mantienen
las obras romanas representadas por el embalse de Proserpina.
Similarmente eran comunes los grandes acueductos romanos, salvando
profundas depresiones con las remotas aplicaciones ingenieriles.

22
A final del túnel. Diario El Impulso. 19 de agosto de 2008.

80
La esperanza del agua y otras reseñas

Cuando nos acercamos aceleradamente a la disposición de ingentes


volúmenes de agua en el Valle de Quíbor, con la consecuente
producción de riquezas generadoras de bienestar para nuestra
población, vale la pena hacer referencia a uno de los trasvases que
modeló la transformación de uno de los territorios más deprimidos de
la España del siglo pasado: la Región Murciana. Hace 25 años se inició
el desarrollo bajo riego con el trasvase Tajo-Segura, transformándose
en una de las primeras zonas productivas de España, al pasar de una
zona semidesértica a una zona con una gran superficie de invernaderos
de última generación, cultivos hidropónicos, sistemas de riego con
fertirrigación y manejo eficiente del recurso hídrico.

El rápido crecimiento de los regadíos murcianos, que ha estado


acompañado por un intenso proceso de modernización y tecnificación,
ha hecho posible la calificación bien valedera de que actualmente
constituye en conjunto uno de los campos agropecuarios más
avanzados del mundo. En el período 1995-2001, la región murciana
logra el cuarto puesto en mayor crecimiento económico de España,
con una tasa media anual de 4,16%, medio punto por encima de la
tasa nacional y la más alta, junto a la de la Comunidad Valenciana,
Extremadura y Madrid y seis décimas por encima de la tasa media
nacional (3,6%). Todo esto se posibilita con la multiplicación de los
panes que se logra con la incorporación de tierras al riego.

Cuando vislumbramos con admiración a esta promisoria región


española en plena producción agrícola, 25 años después de haber
arribado a sus tierras las primeras gotas de agua procedentes del
río Tajo, podemos percibir las expectativas que se le ofrecen al Valle
de Quíbor frente al futuro trasvase del recurso hídrico. Ante el reto
que implica la inversión de grandes recursos financieros y humanos,
la sociedad venezolana y la larense en particular, debe prepararse
para acometer el esfuerzo conjunto con el gobierno nacional, regional
y local, haciendo posible una agricultura deseable y sostenible en el
Valle de Quíbor, creadora de progreso y avance.

81
Jesús R. Dugarte M.

El reventón del Valle de Quíbor23

Al final del túnel de trasvase Yacambú-Quíbor, por encima de toda


la belleza y amplitud del Valle de Quíbor, se encuentra un pueblo
laborioso que día a día entreteje con sus manos el camino a su porvenir
más auspicioso: agricultores y sus familias, que no saben de altos en el
camino para avanzar en el desarrollo de una agricultura de riego que
lucha contra las inclemencias del clima semiárido, para extraer de sus
entrañas los frutos que contribuyen a mantener los aceptables niveles
de alimentación, que muy bien benefician al conjunto de la sociedad,
en esta hora menguada de desaciertos y yerros gubernamentales.

Adentrarse en el Valle de Quíbor es compartir con sus hacendosos


pobladores toda la gama de sacrificios, inventivas, talentos e iniciativas
que han sido capaces de tejer a lo largo de su reciente historia
agrícola, y así podemos enumerar de manera muy rápida, al riego
por “chorrito” del recordado Sr. José Rodríguez en Los Jebes, o la finca
del Sr. Paco García, poblada de experiencias compartidas con todos
los que se interesen por lo agrícola, o el famoso “encadenado”, como
alternativa del riego por serpentín para lograr mayor eficiencia en el
manejo del agua en el cultivo de cebolla, o las maestrías que facilita
el Prof. Hugo Ramírez de la UCLA, para contribuir con su grano de
arena en la obtención de revolucionarias maneras de obtener cultivos
promisorios, en fin, pudiéramos estar haciendo una lista interminable
de invenciones que contribuyen en la práctica con la búsqueda de las
más apetecibles eficiencias en el manejo del recurso agua.

En esta oportunidad haremos referencia especial a lo que pudiéramos


bautizar como el Reventón del Valle de Quíbor, parodiando un tanto
aquel estampido que se produjo el 14 de diciembre de 1922, cuando
sucede el “reventón” del pozo Los Barrosos número 2, cerca de Cabimas
en el estado Zulia, que marca un hito en la historia venezolana, cuando
miles de campesinos cambiaron la agricultura por el petróleo, con

23
A final del túnel. Diario El Impulso. 11 de noviembre de 2008.

82
La esperanza del agua y otras reseñas

sus consecuencias positivas y negativas, cuyo análisis compete a los


especialistas.

Ese reventón en el Valle de Quíbor se produce cuando el Sr. Jacinto


Lara, en su finca Ojo de Agua, localizada en las cercanías de Palo Negro,
vía Guadalupe, construye el primer pozo profundo en el año 1957,
surgiendo así la alternativa de utilizar el acuífero como una fuente
de primer orden en el manejo del agua disponible, incorporándose
de esa manera las nuevas tecnologías y ampliándose las actividades
colaterales que generan la agricultura de riego hacia los constructores
de pozos de gran profundidad, fabricantes de tuberías y mangueras,
etc. Posteriormente, con la incorporación de la Finca La Guadalupana
a la explotación del acuífero, la construcción de pozos continuó y hoy
por hoy el acuífero del Valle de Quíbor constituye una fuente segura
del recurso hídrico, representando alrededor de un tercio del agua
disponible para las labores agrícolas bajo riego.

Por supuesto que esa aceleración en el uso del agua del acuífero, generó
al poco tiempo una depresión en los niveles estáticos del acuífero y por
ende una afectación en los caudales y la calidad del agua extraída. Sin
embargo, la comprensión de la problemática planteada y la necesidad
de continuar utilizando el agua almacenada en el acuífero, condujeron
a los propios agricultores a participar en la búsqueda de las soluciones
que brindaran sustentabilidad al uso del acuífero.

Como producto de esa preocupación, los agricultores agrupados en


Aprosela, contrataron con el Centro Interamericano de Investigación
Ambiental y Territorial (CIDIAT), ente adscrito a la Universidad de
Los Andes, un estudio hidrogeológico mediante el cual se formuló un
plan de manejo basado en el análisis de una zonificación en el uso del
acuífero del Valle de Quíbor y cuyos resultados fueron compartidos por
los organismos competentes, entre otros, el ente rector de la política
hídrica en Venezuela, el Ministerio del Ambiente, bajo cuya tutela se
instituyó la Comisión Técnica de Suelos y Aguas del Valle de Quíbor
(COTESAGUAS-VQ), con una amplia participación de los usuarios del
agua y de los organismos y entidades que contribuyen con la labor
productiva en la zona.

83
Jesús R. Dugarte M.

COTESAGUAS-VQ, tiene como propósito fundamental prestar asesoría


al Ministerio del Ambiente y demás órganos competentes en lo que
respecta a la administración, aprovechamiento y uso racional de las
aguas subterráneas y superficiales y el manejo conservacionista de
los recursos suelo y agua en el Valle de Quíbor. De acuerdo con estos
propósitos, COTESAGUAS-VQ emite opinión sobre las solicitudes para
el aprovechamiento de los recursos suelo y agua en el Valle de Quíbor,
considerando los criterios y parámetros señalados en los estudios
técnicos existentes.

A partir de ese Reventón ocurrido en el corazón del Valle de Quíbor


en la década de los años cincuenta, son muchos los millones de
metros cúbicos de agua que han sido transformados por la acción
mancomunada de los agricultores, en las toneladas de productos
agrícolas, especialmente hortícolas, que diariamente se han posado
sobre nuestras mesas culinarias y que representan el esfuerzo creador
de un pueblo que lucha en contra de las improvisaciones y ocurrencias
de los gobernantes de turno que, por lo general, exhiben soluciones
sin tomar en cuenta las realidades sociales que se asoman con sus
prácticas probadas del día a día.

84
La esperanza del agua y otras reseñas

El reparto del agua en el Valle de Quíbor (I)24

Ante la inminente llegada del agua proveniente del río Yacambú al final
del túnel de trasvase, las decisiones gubernamentales, conjuntamente
con la participación de los productores del Valle de Quíbor están obli-
gadas a garantizar un adecuado reparto del agua entre los agricultores
asentados en este espacio geográfico bendecido por los dioses. Los con-
ceptos fundamentales que deben conformar la dosificación del agua en-
tre los diversos predios localizados en el Valle de Quíbor, los podemos
encontrar en las experiencias acumuladas por los propios beneficiarios
del agua superficial, representada en este caso por el reparto del agua
en la quebrada Atarigua, que proveniente de las montañas sanareñas
hace su entrada a la planicie mayor, por el extremo sur del valle.

Más de ciento cincuenta años nos separan desde el momento en


que las necesidades de organizar el reparto de la bendita agua
que milenariamente penetra al Valle de Quíbor, le dieron carácter
institucional a la garantía con que deben contar los agricultores de
riego para producir sus cosechas. Esta institucionalidad la asumen las
autoridades municipales, mediante una ordenanza cuyos orígenes se
remontan al siglo antepasado.

Desde los inicios en que se pone en práctica el Reglamento que rige


el manejo del agua de la quebrada Atarigua, se establece la figura
de un “Juez de Agua” que se ocupa de la administración y servicio de
las aguas, y de un “Guardabosque” para el cuidado de los respaldos
forestales de la quebrada y sus afluentes, figuras estas muy ligada a los
usos y costumbres que los árabes invasores trasladaron a la Península
Ibérica, cuya demostración más ilustrativa es el centenario Tribunal
de las Aguas de Valencia en España, reconocido como la institución de
justicia más antigua de Europa y que la historia registra como uno de
los aportes organizacionales determinantes en el logro de los avances
que en materia de regadío se visualizan en los países europeos.

24
A final del túnel. Diario El Impulso. 19 de marzo de 2009.

85
Jesús R. Dugarte M.

Esta organización de avanzada que existe en el Valle de Quíbor ha


funcionado de manera ininterrumpida hasta nuestros días, la elección
del Juez de Agua se efectúa anualmente con la participación de los
agricultores que utilizan la quebrada Atarigua con fines agrícolas
y pecuarios. Esta elección directa y secreta es supervisada por una
comisión electoral designada por el Concejo Municipal.

Las atribuciones del Juez de Agua son bastante amplias, se encarga de


la distribución del recurso hídrico, la cual es conducida por los bucos
y las ramificaciones hidráulicas representadas por acequias y venas;
la magnitud en la entrega del agua dependerá de las condiciones
climáticas que posibilitan al mismo tiempo la ocurrencia de la
abundancia o escasez del recurso. Además, la máxima autoridad tiene
responsabilidad sobre la conservación de la infraestructura, para lo
cual los usuarios deben concurrir a los trabajos de carácter común que
garanticen el adecuado funcionamiento de la red de distribución.

El Juez de Agua tiene potestad para el nombramiento de quienes se


conocen como “el repartidor” y “los recomendados”, en personas
que él juzgue convenientes a fin de prestar un eficiente servicio en
la distribución, conservación y vigilancia del sistema. Esta actuación
y responsabilidad se incrementa sensiblemente cuando se trata de
época de crecientes con el fin de hacer más equitativa la entrega del
agua. Para el cumplimiento de las diversas obligaciones cuentan con el
apoyo de las autoridades civiles del municipio.

En el Reglamento se definen los bucos o acequias principales en el orden


en que se encuentran desde aguas arriba; los mismos se identifican
mediante nombres comunes cuyo origen tiene relación con alguna
particularidad del sector tales como: la angostura, las compuertas, el
totumo o rafelero, buco real de Cuara, etc. Al mismo tiempo se establecen
condiciones de manejo para algunas conducciones particulares y se
contemplan sanciones aplicables al Juez de Agua y a los funcionarios
del Juzgado de Agua por las faltas cometidas en el cumplimiento de sus
funciones, así como penas para los usuarios por incumplimiento de los
deberes establecidos en la normativa.

86
La esperanza del agua y otras reseñas

Los principios y fundamentos de esta notable experiencia centenaria


muy bien pueden ser utilizadas por los planificadores y diseñadores
del reparto del agua derivado del río Yacambú. Solo así se disminuirán
los conflictos que siempre acompañan a la distribución de un bien tan
preciado como el agua y en este sentido transcribimos algunas de las
frases que el Dr. Jesús Eduardo Canelón, Profesor de nuestra querida
Universidad Lisandro Alvarado, plasma en su interesante trabajo
sobre el Juez de agua: una forma tradicional de organización de los
trabajadores agrícolas para la distribución del agua de riego, cuando
nos dice, “es importante reconocer que la simple escasez del agua no
es generadora de conflictos y que la presencia de una figura como la
del juez, puede contribuir en mucho a que los desacuerdos se resuelvan
utilizando, tanto las antiguas y nuevas leyes y ordenanzas, como la
capacidad y la habilidad del juez y que además, es fundamental tomar
en cuenta este tipo de gestión tradicional, en la implantación de nuevas
formas de distribución de agua, a partir del funcionamiento de la represa
Yacambú-Quíbor y su futuro sistema de riego”.

Como ha sido puntualizado por el Dr. Canelón, la gestión en el manejo


del agua de la quebrada Atarigua, puede servir de ejemplo para las
otras fuentes colectivas de agua de riego en el Valle de Quíbor, entre
las que se cuenta el agua del río Yacambú, constituyendo así una
experiencia fundamental valorizada por todos los actores, aunque a
veces no sea considerada por funcionarios y expertos foráneos para
los planes de la región.

87
Jesús R. Dugarte M.

El reparto del agua en el Valle de Quíbor (II)25

Han transcurrido más de dos años desde que los valles de Quíbor y del
río Yacambú enlazaron para siempre sus esperanzas redentoras y se
acercaron aún más a la inminente culminación de ese extraordinario
conducto que posibilitará la conducción de una buena proporción de
agua que se genera en la cuenca del río Yacambú. Sin embargo, como
muchas personas conocedoras de la magnitud de esta obra lo comentan,
no existe una relación estrecha entre la perentoria salida del agua en
San José de Quíbor y las expectativas naturales que deberían manifestar
los productores de alimentos asentados en el Valle de Quíbor. Y no
es para menos, diariamente nos enteramos de las amenazas que se
ciernen sobre el sector productivo del campo venezolano, en donde un
lenguaje panfletario proveniente de las altas esferas del poder político
trata de crear clases irreconciliables, colocando marcas separadoras
en una sociedad acostumbrada a practicar la solidaridad y el trabajo,
orientado a dotar de alimentos a buena parte de la población.

Sin embargo debemos seguir conviviendo en este aporreado país,


confiando plenamente en que los hombres progresistas de nuestro
campo quiboreño seguirán trabajando sin desmayo, para hacer posible
la transformación milagrosa del paisaje árido en el vergel innovador,
que multiplicará con creces la corriente de agua en alimentos que
contribuyan a disminuir la acelerada fuga de divisas, que ocasiona la
institucionalizada agricultura de puertos de los últimos años.

Para alcanzar esos logros que fácilmente se vislumbran, es necesario


que el sector productivo del Valle de Quíbor participe conjuntamente
con los organismos competentes en lo que hemos titulado como el re-
parto equitativo del agua. La experiencia mundial en el manejo de sis-
temas colectivos de reparto de agua marca condiciones muy especiales
para que realmente el agua se convierta en factor de producción.

25
A final del túnel. Diario El Impulso. 10 de noviembre de 2010.

88
La esperanza del agua y otras reseñas

Las soluciones a las que han arribado los organismos encargados de la


operación y manejo de los sistemas de riego en el mundo occidental e
incluso en el oriental, prácticamente ha sido de pleno consenso, en el
sentido de que los nuevos y viejos sistemas de riego, para lograr sus
cometidos de operación, conservación, administración y producción,
deben estar en manos de los propios productores y es así como a nivel
del Instituto Internacional para el Manejo del Riego, IWMI, por sus
siglas en inglés, se ha institucionalizado el concepto de transferencia
de las actividades de riego a los usuarios, como el traspaso de la
responsabilidad y la autoridad sobre el manejo del riego del gobierno
a entidades no gubernamentales, en la cual se puedan incluir o no la
transferencia de la propiedad de los activos de los sistemas de riego.

El consenso en este sentido ha sido prácticamente mundial, cada


país lo señala a su manera, en Perú como Transición; en Senegal
como Liberación; en Sri Lanka, Manejo Participativo; en Nepal,
Manejo Conjunto; en Australia como Autogestión; Colombia, Toma de
Posesión; Nigeria, Comercialización; en Estados Unidos, Transferencia
del manejo del riego y aunque les extrañe a los que gobiernan este
país de contradicciones y de pocas informaciones, hasta los chinos han
sentido la necesidad de entregar los sistemas de riego a los usuarios
en lo que se conoce como sistemas de contrato por responsabilidad.
Por supuesto que, en el caso de los pequeños sistemas de riego,
prácticamente en todos los países del mundo, salvo en donde la
propiedad de la tierra pudiera estar en manos del estado, el énfasis en
la transferencia de los sistemas de riego ha sido total.

En estas tareas de transferencia de responsabilidades, México ha jugado


un papel destacado con la cesión de más de 6 millones de hectáreas de
riego, que anteriormente constituían una carga pesada para el estado
y que en pocos años la demostración palpable es que los cambios han
sido realmente atractivos desde el punto de vista productivo. En este
caso, más de 81 Distritos de riego, que agrupa a más de medio millón
de usuarios, ocupando 3,3 millones de hectáreas, han pasado a ser
administradas directamente por los usuarios. La superficie restante,
conformando más de 27.000 unidades productivas, con casi 3 millones

89
Jesús R. Dugarte M.

de hectáreas, completan el cometido asumido desde hace algunos años


en territorio mexicano.

En el caso del Valle de Quíbor, existen todas las condiciones favorables


para que el concepto de transferencia deba ser asumido desde un
principio, siendo la más importante de ellas la existencia de una
cultura ancestral de organización para el riego que se origina en los
repartos indígenas del agua de la quebrada Atarigua, pasando por las
incorporaciones culturales legadas por la sabiduría árabe, peninsular
y más recientemente la isleña canaria.

Las tareas son profundas, las decisiones a tiempo son valiosas y en


este cometido juega papel importante la sociedad civil, que en el caso
del Valle de Quíbor siempre se ha destacado por ser participativa y
combativa. En la organización de la producción bajo el concepto de un
sistema colectivo de reparto de agua en el valle, se ha venido manejando
la concepción de sectorizar geográfica y topográficamente el área
de riego, por lo que, en principio, en cada una de estas superficies
sectoriales pudieran actuar pequeñas organizaciones de usuarios,
cuya superficie oscilaría entre las 1.000 y 3.000 hectáreas, con lo cual
la magnitud se hace manejable desde el punto de vista administrativo
y organizativo. Los responsables de la política de riego en el país
tienen la palabra y para este inicio nada más avanzado y progresista
que apropiarse de la figura del Juez de Agua de la quebrada Atarigua,
para captar en toda su expresión la sabiduría quiboreña.

90
La esperanza del agua y otras reseñas

El reparto del agua en el Valle de Quíbor (III)26

En estos tiempos revueltos, en donde las aguas turbias de la


política vacía ocultan los productos y logros que obtienen nuestros
sacrificados productores de alimentos y bienes, es altamente
reconfortante reencontrarse con la esperanza de Yacambú, en una
interesante y profunda conversación sobre el Proyecto más ambicioso
que se haya llevado a cabo en la ingeniería venezolana. Nos estamos
refiriendo al Foro promovido por el Instituto de Formación y Estudios
de la Democracia Cristiana Arístides Calvani (IFEDEC), Centro para
la discusión de Políticas Públicas, el Instituto que en Lara dirige
acertadamente el Dr. Jesús Jiménez Peraza.

El panel estuvo conformado por la sapiencia del Ing. Miguel Nucete,


quien se paseó por los orígenes, objetivos y alcances del Proyecto
Yacambú-Quíbor, la precisa palabra de la Ing. Dácil Hernández, quien
nos recuerda el reto de lo que significa el incremento de las tierras bajo
riego en el Valle de Quíbor, continuando con las remembranzas, que en
diversas épocas ha jugado la sociedad civil organizada, en la palabra
del Periodista Félix Cordero Peraza, para concluir con la valiente
intervención del Diputado a la Asamblea Nacional, Dr. Guillermo
Palacios, quien escudriña sobre los aspectos administrativos que
rodean las contrataciones de las diversas obras que conforman el
proyecto.

Al tocar el tema del Sistema de Riego Yacambú-Quíbor, nuevamente


tenemos que pasearnos por lo que significa el reparto del agua en el
Valle de Quíbor, repartición ésta que indudablemente debe guardar
las mejores relaciones de equidad y justicia, para que ese esfuerzo del
estado venezolano pueda ser aprovechado de la manera más amplia y
profunda, teniendo como norte la famosa seguridad alimentaria para
el común de la población venezolana.

26
A final del túnel. Diario El Impulso. Enero de 2011.

91
Jesús R. Dugarte M.

Cuando palpamos el aspecto operativo del riego, no podemos olvidar


las condiciones bajo las cuales corresponde tomar decisiones en la
distribución del agua de riego, la atipicidad del Valle de Quíbor así
lo determina: con unos suelos medianamente productivos, su mayor
riqueza lo representa el marco climático bajo el cual se encuentra, cuya
situación ideal casualmente lo ofrece la insuficiencia de la precipitación,
lo que permite al agricultor quiboreño programar la entrega artificial
del recurso agua a las plantas, en el momento más oportuno.

Esas condiciones especiales del Valle de Quíbor, por supuesto que debe
generar una programación de riego atípica, para lo cual, después de
pasearnos por la experiencia de multitud de sistemas de riego en el
mundo, hemos recomendado la adopción de lo que se conoce en la
experiencia mexicana, como asignación de agua por hectárea, lo que
conduce hacia una distribución eficaz del agua de riego, por cuanto la
variable eficiencia queda en manos del productor y este es el que decide,
de acuerdo al cultivo, método de riego, época de siembra, etc., manejar
la variable que le conducirá a obtener una máxima productividad en
cada rubro, por volumen de agua utilizado.

Lo difícil de entender la metodología planteada, estriba en el hecho


de que tal planteamiento colisiona con las enseñanzas académicas
que obtuvimos en nuestras escuelas de Agronomía para el cálculo de
los requerimientos de riego, sin embargo la manera extensiva como
tales técnicas son de uso común en los modernos sistemas de riego,
garantizan la obtención de los mejores rendimientos en el uso del agua,
por cuanto el agricultor va modelando sus resultados, de acuerdo a los
insumos materiales y tecnológicos que aplique en su cultivo.

Atendiendo a los conceptos expuestos, es común que en esos modernos


sistemas de riego, los operadores estimen la asignación para cada una
de las temporadas de riego y en función de esa oferta, el agricultor
pueda hacer sus propios programas de siembra, atendiendo a una
operación a la demanda controlada que permita la más adecuada
distribución de agua entre los usuarios de riego.

92
La esperanza del agua y otras reseñas

En el caso específico del sistema de riego Yacambú-Quíbor, cada una


de las 26.120 hectáreas físicas disponibles el Valle de Quíbor, pueden
contar con una asignación garantizada de agua estimada, en el caso
más desfavorable de 9.000 metros cúbicos anuales de agua para
riego, entregada a puerta de finca con un 95 % de seguridad y con
la presión suficiente como para implementar internamente la mejor
entrega de agua a sus cultivos. Ante estas cifras, preguntaríamos a
cualquier agricultor de experiencia que familiarmente se mueva entre
estos números, si no sería atractivo producir sus cultivos bajos estas
condiciones de seguridad hídrica. El verdadero agricultor debería
tener la palabra.

93
Jesús R. Dugarte M.

El Valle de Quíbor y la Constitución Bolivariana27

El acercamiento profundo a la geografía del Valle de Quíbor con sus


gentes, sus problemas, sus esperanzas, sus expectativas, nos han
dado con propiedad la autoridad para opinar sobre lo que en ese
vasto espacio pueda ocurrir. Desde nuestra presencia imberbe hemos
podido conectarnos a lo que significa realmente el tan mentado
desarrollo endógeno de los que se autodenominan revolucionarios,
sin tener conciencia de lo que significa esa palabra. En ese verdadero
desarrollo, los agricultores quiboreños han sido baluarte en las
políticas alimentarías de nuestro país, al garantizar la alimentación
de los venezolanos sin que a nadie se le haya ocurrido levantarles el
homenaje que plenamente se merecen.

Siempre a la expectativa de lo que ocurra en el Valle de Quíbor,


recientemente atendimos una invitación, con su respectivo saludo
revolucionario, de las autoridades de la empresa Sistema Hidráulico
Yacambú-Quíbor, CA, para la presentación, del “Plan Prospectivo del
Territorio Yacambú-Quíbor para el período 2010-2030, y su Primer
Plan Estratégico Agrícola y Agroindustrial”, y es aquí cuando nuestra
sorpresa fue mayúscula, al escuchar los discursos de rigor con un
evidente cariz político, ajeno por completo de nuestros recuerdos
acumulados en 35 años dedicados a la administración pública. En boca
de los técnicos que actualmente están al frente de la formulación de
los programas y proyectos prescritos para el Territorio Yacambú, nos
enteramos que la orientación central del esperado desarrollo, se basa
en la “implantación del modelo productivo socialista, que se traducirá
en una reorganización del territorio (comunas y ciudades comunales)
a través de las relaciones existentes entre los factores de producción,
distribución, comercialización y consumo, en beneficio equitativo
de todos”, como textualmente reza la introducción del documento
“Yacambú-Quíbor-Análisis Situacional”, cuyo contenido fue distribuido
entre los asistentes.

27
A final del túnel. Diario El Impulso. 25 de enero de 2011.

94
La esperanza del agua y otras reseñas

De inmediato saltamos en nuestros asientos para preguntarnos, ¿Será


que los productores del Valle han sido consultados para llegar a esas
conclusiones?, ¿Será eso lo que lo productores del Valle de Quíbor
desean?, ¿La población del Valle de Quíbor estará enterada de que
la propuesta socialista fue negada en el referéndum del año 2007?
Y es aquí en donde nos replanteamos las miles de preguntas que no
tienen respuesta y que inevitablemente conducen a reflexionar sobre
la inmadurez política en la que nos hallamos sumergidos. En nuestras
propias narices nos violan la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela y en un documento oficial aparecen esas notas que
comprometen la seriedad y la entereza de los técnicos y de todo
aquel que haya avalado una vez más la violación flagrante de nuestra
Constitución, por cuanto los principios que sirven de introducción a
este importante proyecto venezolano, fueron negados por el pueblo
soberano en la consulta electoral del año 2007.

Como corolario de este frío y lamentable acto, desde el fondo del salón
escuchamos las vivas a un supuesto comandante que, según estos
imberbes actuales, está salvando la patria con su revolución troglodita
y que realmente solo conoce de cebolla o de tomate porque disfruta
de una ensalada financiada con los dineros de los contribuyentes.
Si realmente actuamos como venezolanos, ¿Será que seguiremos
brindando aplausos ante la violación de la Constitución?, o ¿En algún
momento entenderemos lo que significa la Carta Magna como el
documento central del Contrato Social entre el estado y la ciudadanía?
Solo nos resta decir ¡Viva la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela y abajo los violadores del documento sacro!

95
Jesús R. Dugarte M.

Nubes de fuego sobre el Valle de Quíbor28

La añoranza de los agricultores es esperar con ilusión que unos


nubarrones cargados con la bendita humedad se posen sobre el Valle
de Quíbor, porque en esa carga hídrica viene la esperanza de poder
contar con el preciado líquido que hace posible el nacimiento de la
simiente que inunda los mercados locales y nacionales de la prodigiosa
cosecha de hortalizas y frutas, para ser consecuente en la práctica más
realista con la tan cacareada seguridad alimentaria.

Pero en esta oportunidad las nubes no vinieron cargadas de humedad,


en su defecto, quienes deberían ser partícipes de un desarrollo
armónico para que nuestros agricultores quiboreños continúen con
su titánica tarea de producir alimentos, recientemente nos anuncian,
en palabras directas de su máximo jefe, desconocedor absoluto de lo
que significa la palabra producir, la intervención de más de tres mil
hectáreas “ociosas”, en la zona suroeste del Valle de Quíbor.

Si nos acercamos con lupa a ese vasto espacio de la zona anotada, po-
demos percatarnos del milagro que los agricultores han logrado al po-
ner en producción unas tierras yermas que incrementaron su produc-
ción cuando se inició la explotación del acuífero del suroeste, brazo
auxiliar del acuífero central del Valle de Quíbor. Por supuesto que para
incrementar su carácter de “tierras no ociosas”, se debe contar con
fuentes externas de agua y en este punto se tiene que tocar el tema del
Sistema de Riego Yacambú-Quíbor, y atendiendo a su evidente atraso,
si fuésemos consecuentes con las definiciones, tendremos que nece-
sariamente asomarnos a la incapacidad de estos nuevos-viejos gober-
nantes para buscar la verdadera causa del retardo del Proyecto Yacam-
bú y por supuesto la razón por la cual esas tierras continúan “ociosas”.

Entendemos y así lo hemos palpado con los propios agricultores, que


ante la magnitud de un proyecto como el que se vislumbra para el

28
A final del túnel. Diario El Impulso. 28 de febrero de 2012.

96
La esperanza del agua y otras reseñas

Valle de Quíbor, es imperativo una redistribución y normalización de


la tenencia de la tierra, porque las tierras que se encuentran ante un
derecho de posesión, deben ser calificadas con la debida propiedad
para que las inversiones requeridas puedan ser confiables en el tiempo
y realmente no es con un decreto de expropiación como tal situación
se resuelve. En otras épocas ese tratamiento no dio los resultados
esperados y en la fase de maduración del proyecto de riego, se
manejaron otras alternativas que efectivamente tomaban en cuenta la
opinión del propio productor del valle, en la cual se discutían diversas
opciones, entre otras, el famoso planteamiento de cambiar tierra por
agua.

En esta época en que se anuncia con bombos y platillos los elementos


de participación, no se puede dejar de lado al principal protagonista y
actor del proceso agrícola, como lo es el agricultor, tomando muy en
cuenta lo que con gran sacrificio ha realizado y lo que estaría dispuesto
a realizar para incrementar los productos agrícolas, que en un país rico
como el nuestro, deberían inundar nuestras mesas culinarias. ¿Será
que tendremos que seguir esperando un nuevo madrugonazo, al mejor
estilo del 4F, sobre el Valle de Quíbor?, o ¿Entenderán los mandantes
actuales la necesidad de tomar en cuenta a los verdaderos actores
del proceso agrícola?, amanecerá y veremos. El verdadero agricultor
debería tener la palabra.

97
Jesús R. Dugarte M.

Crespo, ante el abismo de la sed29

Hace algunos años visitamos la República de Cuba interesados en co-


nocer los supuestos avances logrados en tiempos de revolución, y en la
ciudad de Matanzas, en una conversa familiar con la Dra. Chang, fun-
cionaria del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos de Cuba, ante
nuestra interrogante por el futuro de sus hijos adolescentes, nos soltó
una fatídica frase; “En Cuba perdimos la esperanza”, esa frase retumba
nuevamente en mis oídos, en momentos en que el Municipio Crespo
ha sido agredido en lo más profundo de su desarrollo y crecimiento,
cuando los desarreglos generados por planificaciones inexistentes, ha
acometido inclementemente contra su única fuente de agua, el acuífe-
ro Duaca-El Eneal.

Hace apenas un año el Ateneo de Duaca “Kotepa Delgado” hizo llegar


responsables reflexiones a los organismos que ideaban extraer y
trasvasar 120 litros por segundo de agua adicionales del acuífero, para
satisfacer el requerimiento hídrico de las viviendas construidas por un
consorcio iraní para la Misión Vivienda, situada en las inmediaciones
de Tamaca y que se conoce como Aves de Yucatán o la urbanización Alí
Primera”.

En esa oportunidad diversos informes orientaban hacia el convenci-


miento de que el acuífero Duaca-El Eneal estaba llegando al colapso
debido a que, al haber sido explotado a ciegas, sin que existiera una
dirección de manejo que haya determinado cuál es el rendimiento se-
guro del mismo, se estaba produciendo una drástica disminución del
caudal de los trece pozos que maneja Hidrolara. La sobreexplotación
del acuífero significa que se extrae más agua de lo que la naturaleza es
capaz de almacenar en este “embalse” subterráneo, tanto así que dicho
organismo ya se había visto en la necesidad de realizar un racionamien-
to del recurso con la afectación de la calidad de vida de sus habitantes.

29
A final del túnel. Diario El Impulso. 2 de marzo de 2014.

98
La esperanza del agua y otras reseñas

Hoy día el recurso ya está siendo trasvasado hasta el desarrollo


urbanístico, sin que el organismo rector de la distribución de agua
esté enterado de cuánta agua se está extrayendo, porque a todas estas,
la aducción hacia Tamaca fue construida sin haber cumplido con las
normativas técnicas y legales, tanto así que el proyecto carece de un
estudio de Impacto Ambiental como lo establece nuestra carta magna,
de una licencia de aprovechamiento y pare usted de contar.

Recientemente nos enteramos que el ciudadano Alcalde del municipio


está “negociando” con los agricultores para expropiar las únicas
fuentes que posibilitan el desarrollo agroeconómico de Crespo y es
a partir de esas decisiones cuando, recordando la frase de la colega
cubana, pensamos ¿Será que en Crespo perdimos la esperanza?
  

99
Jesús R. Dugarte M.

100
La esperanza del agua y otras reseñas

PARTE ii
El DiARiO dE lArA

101
Jesús R. Dugarte M.

El Diario de Lara fue un periódico que circuló


en Barquisimeto durante más de 10 años, pero
dada la situación económica que embarga
actualmente a Venezuela, la cual ha incidido
de manera inclemente contra las empresas
periodísticas y medios de comunicación, desde
el 25 de agosto de 2018 cerró sus puertas al
público lector.

102
La esperanza del agua y otras reseñas

El futuro Sistema de Riego Yacambú-Quíbor (I)1

En el Valle de Quíbor, al que pronto lo podremos identificar como la


Huerta del estado Lara, converge indisolublemente la trilogía hombre,
tierra y agua, como factores generadores de productos agropecuarios y
por ende creadores de la riqueza contante y sonante, que nos muestra
el progreso y prosperidad avanzada de su población.

En primer término, hombres y mujeres, han empapado con el sudor de


su frente las simientes productoras de los frutos que generosamente
ofrece la tierra, cuyo factor, a pesar de las grandes dificultades que
ofrece su manejo, no se ha negado a ser espléndida para contribuir en
transformar la fertilidad de la tierra en la materia orgánica que, con su
materialización en legumbres, frutales y diversos productos, conforma
las diversas maneras en que esos productos llegan hasta la mesa del
venezolano.

Los logros enunciados en el Valle de Quíbor se completan con el tercer


factor de la trilogía: el agua, como el líquido preciado que, domesticado
por las manos prodigiosas del agricultor quiboreño, logra colarse
entre los espacios del suelo para ponerse a disposición de las raíces
que, mediante un efecto de bombeo, propulsa el vital líquido a través
del cuerpo de las plantas para crear las toneladas de alimentos que
pueden ser distribuidas a lo largo y ancho de la geografía del estado
Lara y del país.

Los agricultores de Quíbor, en su plan de domesticar el agua para su


provecho, han logrado emular el esfuerzo que el hombre descubrió
desde tiempos inmemoriales, cuando pasó de su condición nómada
a la vida sedentaria, unos 3.000 años antes de Cristo, al dominar la
conducción del agua, construyendo desde pequeños hasta grandes
reservorios, trasladando el agua a los sitios donde había buena tierra.

1
La Huerta de Lara. Diario de Lara. 15 de octubre de 2007.

103
Jesús R. Dugarte M.

Sin embargo, las extensiones de las tierras con potencialidad


agropecuaria existentes en el Valle de Quíbor, sobrepasa con creces
la disponibilidad natural de agua, surgiendo de esa manera la idea
de explorar nuevas fuentes hídricas que reafirmen la presencia de
una agricultura de riego continua y segura. Estas fuentes de agua se
identifican en el corazón de las montañas que dan origen al río Yacambú,
encauzándolo conforme a la voluntad del hombre y su ingeniería
utilitaria, para constituir la infraestructura que hoy en día forma parte
del Proyecto Yacambú-Quíbor, actualmente en construcción. Mediante
la puesta en marcha de este grandioso propósito, el río Yacambú
perderá parte de su libertad en aras de transmitir al pueblo larense la
independencia y la seguridad agroalimentaria.

La infraestructura central del Proyecto Yacambú-Quíbor, lo conforman


una presa que dará origen a un lago artificial con más de cuatrocientos
millones de metros cúbicos de capacidad, un túnel de trasvase con
veinticuatro kilómetros de longitud y varias obras complementarias,
entre las que se mencionan, una berma estabilizante localizada en
su estribo izquierdo, un aliviadero de gran capacidad, estructuras de
toma, etc. Estas obras de ingeniería posibilitarán el almacenamiento
y el transporte del agua desde las fuentes originarias, en la cuenca del
río Yacambú, hasta el Valle de Quíbor, donde le esperan las tierras del
semiárido larense con sus demandas urbanas y de riego.

Las obras mayores que conforman el Proyecto Yacambú-Quíbor están


próximas a ser concluidas. La ingeniería venezolana, en cumplimiento
de uno de sus mayores retos, estará pronto concluyendo el túnel de
trasvase, cuya longitud restante se sitúa alrededor de los setecientos
cincuenta metros. Sin embargo, la conducción del agua hasta cada
una de las fincas que se localizan en el Valle de Quíbor, requiere de
otra obra hidráulica de gran magnitud: El Sistema de Riego Yacambú-
Quíbor, cuyo diseño definitivo será iniciado próximamente por la
empresa Sistema Hidráulico Yacambú-Quíbor (SHYQ, CA).

El Sistema de Riego Yacambú-Quíbor estará constituido por un


conjunto de estructuras hidráulicas que deben garantizar la entrega
oportuna de agua, en cantidad y presión adecuada a cada una de las

104
La esperanza del agua y otras reseñas

fincas, lo que lo asemeja a un acueducto urbano, con la diferencia


de que la población a satisfacer, en última instancia, son plantas y
animales con necesidades hídricas bien identificadas y precisas, lo que
exigirá regularidad en la distribución como garantía para la obtención
de las cosechas y productos agropecuarios, que respondan efectiva y
positivamente a las grandes inversiones que se pondrán a disposición
de los usuarios del agua de riego.

Este usuario de riego representado por los agricultores que han hecho
vida de pioneros en la producción de alimentos del Valle de Quíbor,
debe hacerse partícipe en la disposición del diseño definitivo y de la
futura operación del Sistema de Riego Yacambú-Quíbor. La experiencia
obtenida por los agricultores en el manejo centenario de las fuentes
locales de agua, le confieren autosuficiencia para que actúen en el rol
complementario de entendidos en el arte de saber captar, almacenar,
conducir, distribuir y aplicar el agua de riego a las sedientas tierras del
Valle de Quíbor. Manos a la obra.

105
Jesús R. Dugarte M.

El futuro Sistema de Riego Yacambú-Quíbor (II)2

El Valle de Quíbor se encuentra en la cuenta regresiva a la espera del


torrente de agua que manará domesticada de las montañas donde nace
el río Yacambú; a través del túnel de trasvase, torrentes de esperanza
para las sedientas tierras que se tienden al otro lado de las últimas
estribaciones de la Cordillera Andina, lugar de trabajo de los pioneros
en la producción de alimentos del Valle de Quíbor.

Por supuesto que este torrente de agua que fluirá de la montaña


cumplirá otra etapa de su proceso de domesticación, será transportada
a través de los conductos cerrados que conformarán en definitiva el
extraordinario Sistema de Riego Yacambú-Quíbor, primero en su tipo
en el país en cuanto a sus características ingenieriles, adaptadas a las
condiciones un tanto atípicas presentes en el Valle de Quíbor.

Los que provenimos de otras regiones del país y hemos hecho vida
profesional en el desarrollo de la agronomía y la ingeniería agrícola
en esta extensa huerta del estado Lara, encontramos razonable hablar
de atipicidad, cuando nos topamos con un suelo cuyas propiedades
le confieren un comportamiento que pudiera adaptarse mejor hacia
otros usos complementarios a la explotación agropecuaria.

En este sentido, recordamos la remembranza de uno de los agricultores


pioneros en el valle, nos referimos al Sr. Emilio García fundador de la Ha-
cienda Caujaral, conocido popularmente como Paco el del estadio, quien
nos cuenta que en una oportunidad recibió la visita de un especialista
en el área de suelos y después de haber instalado sus instrumentos de
investigación y de haber conocido a fondo las características edáficas
de los suelos del Valle, el Sr. Emilio se acerca esperanzado por escuchar
algo reconfortante ante tal investigación, sin embargo el estudioso de
los suelos le responde en un tono un tanto ocurrente, “he logrado de-
mostrar que estos suelos son muy buenos para fabricar adobes y tejas”.

2
La Huerta de Lara. Diario de Lara. 28 de octubre de 2007.

106
La esperanza del agua y otras reseñas

Esa es la atipicidad a que nos referíamos anteriormente, los suelos


presentan condiciones bien difíciles para su manejo y solo la sabiduría
centenaria de los agricultores del valle han logrado hacer producir
estos suelos para alcanzar rendimientos en los rubros agrícolas y
pecuarios, adaptados a esas condiciones particulares, contribuyendo
de esa manera a mantener los altos niveles de producción agropecuaria
que caracteriza a la región y al estado Lara en particular.

La dificultad en el manejo de los suelos se origina en la caracterización


y distribución de las partículas que conforman el cuerpo suelo, lo
que los especialistas definen como la textura del suelo (distribución
porcentual de las partículas de arena, limo y arcilla), y la estructura del
suelo, para referirse a la disposición y orden con que esas partículas
mencionadas son capaces de relacionarse entre sí.

En este sentido podemos resumir que el 44 por ciento de los suelos del
Valle de Quíbor están agrupados en lo que el estudio de suelos identificó
como la serie Quíbor, correspondiente a lo que se conoce como cubeta
de desborde, con una pendiente general del 0,5 por ciento, y contentivo
de un horizonte superficial con una textura franco-arcillo-limosa, con
moderada estructuración, siendo los horizontes subsiguientes de
textura arcillosa y una estructuración débil con tendencia masiva.

Contra el comportamiento de los suelos marcados por esas condiciones


físicas del medio han luchado a brazo partido los agricultores
quiboreños, y es así como bajo ese entorno hostil, han logrado plantar
la simiente productiva demostrando ante las todas las investigaciones
realizadas, que los suelos del valle sí son capaces de producir los
alimentos que el país necesita con urgencia y que la metodología del
tanteo y error, tarde o temprano ofrece sus frutos como respuesta al
esfuerzo y la querencia por la tierra productiva.

Es importante insistir en la existencia de las dificultades en el


manejo del suelo, por cuanto en la medida que tales inconvenientes
se resuelvan, estaremos garantizando una agricultura sustentable
en el tiempo, que produzca la riqueza que nos brinda la naturaleza,
no solo para el beneficio de los actuales agricultores, sino para el

107
Jesús R. Dugarte M.

aprovechamiento de las generaciones futuras, porque eso sí tiene el


valle, que los agricultores, además de producir alimentos, generan las
nuevas descendencias con apego al trabajo agropecuario.

El manejo que el agricultor hace del conjunto suelo-agua-planta-


atmósfera, es lo que llama la atención a cualquier visitante del Valle
de Quíbor. Dentro de esta agregación de factores se destaca el natural
comportamiento atmosférico, traducido en las bondades que ofrecen
las condiciones climáticas del semiárido larense, lo que garantiza
que se le ofrezca a la planta un control de humedad manejado por el
hombre a través de la milenaria técnica del riego.

Las tierras aprovechables que se encuentran delimitadas


geográficamente por el Área Bajo Régimen de Administración Especial
(ABRAE), identificada como el Polígono de Aprovechamiento Agrícola
del Valle de Quíbor, cuya superficie total es de 43.395 hectáreas, se han
ganado con creces la oportunidad de participar en la bienvenida del
torrente de agua proveniente del río Yacambú y esas 26.120 hectáreas
aprovechables que se cobijan bajo el manto de la figura de esta ABRAE,
merecen ser consideradas dentro del perímetro del Sistema de Riego
Yacambú-Quíbor, aplicándose, para lograr tal cometido, el concepto de
dotación (m3/ha), en la distribución de agua a cada una de los predios
que conforman la vasta geografía del Valle de Quíbor. Sobre estos
detalles técnicos volveremos en los próximos días.

108
La esperanza del agua y otras reseñas

El futuro Sistema de Riego Yacambú-Quíbor (III)3

El ámbito espacial del Proyecto Yacambú-Quíbor está totalmente


cubierto por la aplicación de varias figuras jurídicas que regulan,
mediante el establecimiento de regímenes especiales de uso, las
actividades previstas en el desarrollo de este magno proyecto. A partir
de las primeras de cambio, de manera bien oportuna se comenzó a
legislar con el fin de dejar sentado los controles territoriales en las
áreas directamente relacionadas con el proyecto.

Entre las Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE),


promulgadas en el perímetro del Proyecto, se mencionan: Parque
Nacional Yacambú, Zona Protectora de la Cuenca del Río Yacambú,
Región de Desarrollo Integral y Reserva Hidráulica, Zona de
Aprovechamiento Agrícola del Valle de Quíbor y Plan Rector de
Desarrollo Urbano de Quíbor.

Para el desarrollo agrícola bajo riego del Valle de Quíbor con la puesta
en marcha del Proyecto Yacambú-Quíbor merece especial atención
la figura de la Zona de Aprovechamiento Agrícola, por cuanto en
consideración a la “obligación del ejecutivo nacional de defender y
conservar los recursos naturales del territorio nacional y dirigir la
explotación de los mismos para beneficio colectivo de los venezolanos”,
y tomando en cuenta “que los suelos de la región poseen comprobadas
condiciones y características agrológicas que los hacen aptos para su
aprovechamiento con fines agrícolas”, merecen ser preservadas como
áreas protegidas para el desarrollo agropecuario, teniendo como norte
la producción de alimentos que buena falta nos hace en estos tiempos
de escasez.

Los que hemos estado ligados de una u otra manera con el desarrollo
agrícola del Valle de Quíbor, valoramos altamente la existencia de esa
figura de protección, porque en múltiples oportunidades ha servido

3
La Huerta de Lara. Diario de Lara. 10 de noviembre de 2007.

109
Jesús R. Dugarte M.

como elemento jurídico de apoyo en la orientación del adecuado uso


de las tierras y es así como múltiples usos no cónsonos con lo agrícola,
han sido revertidos para beneficio de las generaciones futuras, como
es el caso de solicitudes para la instalación de plantas procesadoras de
arcilla, plantas de asfalto, desarrollos urbanísticos, etc.

La población que hace vida en las múltiples actividades del Valle de


Quíbor debe estar alerta ante cualquier desviación que se pretenda
hacer con el uso de las fértiles tierras de este hermoso valle, para lo cual
debe estar en conocimiento de la figura protectora de este territorio y
como decíamos recientemente, participar en la bienvenida del torrente
de agua que, proveniente del río Yacambú y gracias a la construcción
del futuro Sistema de Riego Yacambú-Quíbor, harán posible que las
benditas aguas de las montañas andinas larenses puedan bañar con su
frescura los parajes del semiárido regional.

La superficie total de la Zona de Aprovechamiento Agrícola es de


43.395 hectáreas, de las cuales alrededor de 30.938 hectáreas están
localizadas en la planicie del valle, estando la restante superficie
ocupada por colinas, lagunas, centros poblados y diversas instalaciones.
Dentro de la planicie se identifican 26.120 hectáreas arables, término
éste que las equiparan con la potencialidad para ser incorporadas en
la espera del manantial de agua de Yacambú.

Desde el punto de vista agronómico, la determinación tradicional


de las necesidades de agua para el riego que pueda satisfacer el
100% de las tierras disponibles con la esperada agricultura de riego,
sobrepasa con creces la oferta de agua del río Yacambú, por lo cual,
en la distribución del agua de riego, los técnicos han manejado la
innovadora idea de hacer un prorrateo del agua utilizable, cuya cifra
se sitúa alrededor de los 233 millones de metros cúbicos, entre la
superficie regable, poniéndose así en práctica una modalidad de
entrega de agua al productor, que en el mundo moderno del riego se
conoce como dotación por superficie regable y que proporcionaría un
caudal de agua seguro, en cuantía suficiente para que un agricultor
obtenga convincentes beneficios en su predio.

110
La esperanza del agua y otras reseñas

Las ventajas que comporta tal procedimiento las hemos conocido


de primera mano en los modernos sistemas de riego que hemos
tenido oportunidad de visitar: México, España, Israel, Brasil, Francia,
Estados Unidos, dan cuenta de las bondades de poner a disposición
del agricultor una cantidad determinada de agua y que sea el propio
agricultor quien se encargue de administrarla, con lo cual, en primera
instancia se gana en eficiencia en el uso del recurso, porque con lo que
han demostrado palpablemente los agricultores quiboreños, cuesta
creer que alguno de ellos derroche un agua tan valiosa como el agua
de Yacambú.

En la medida en que los agricultores del valle continúen apoderándose


de las modernas técnicas de riego que día a día tratan de estirar un
recurso tan escaso como el agua, año tras año el usuario experimentado
podrá hacer rendir cada vez más el agua disponible y de esa manera
se contaría con agricultores conservacionistas en el buen uso del
agua. Por supuesto que en primera instancia los técnicos escépticos,
acostumbrados al cálculo de las láminas de riego para determinar las
necesidades de agua de los cultivos, tendrán que pasearse por estas
nuevas alternativas que se vislumbran en pro del desarrollo armónico
del riego moderno en el Valle de Quíbor. El cálculo de las láminas de
consumo de agua por rubro, se estaría utilizando para estimar, bajo los
escenarios de cultivos que se planteen en la programación agrícola, los
caudales de entrega de agua a nivel de predio y las capacidades de las
redes del futuro Sistema de Riego Yacambú-Quíbor.

(*) Publicado en el Diario de Lara con el título: “La población del Valle de Quíbor
debe estar alerta ante cambio en uso de las tierras fértiles”

111
Jesús R. Dugarte M.

112
La esperanza del agua y otras reseñas

PARTE iii
lA VOZ de CRESPO

113
Jesús R. Dugarte M.

La Voz de Crespo fue un órgano al servicio de


la comunidad del municipio Crespo que tuvo
una existencia efímera, habiendo sido dirigido
por el Ing. Julio Anzola durante el año 2009
en que circuló en Duaca, capital del municipio
Crespo, del estado Lara. La responsabilidad
periodística del mensuario estuvo a cargo del
Lcdo. Alexander Cambero, destacado periodista
de renombre nacional e internacional.

114
La esperanza del agua y otras reseñas

El agua del municipio Crespo (I)1

No hace falta ser muy acucioso para darse cuenta de la problemática de


agua que se presenta en el Municipio Crespo, fundamentalmente en el
eje Duaca-El Eneal. Los que compartimos con nuestra familia la vivencia
en este atrayente entorno, también percibimos que generalmente esta
problemática se diluye ante otras dificultades eventuales que nunca
faltan.

En algunas oportunidades hemos abordado con diagnósticos y


planteamientos concretos la situación del agua en el Municipio, y es así
como tenemos a la orden de la comunidad crespense, un documento
donde se destaca la situación del agua en la población de El Eneal
(www.zonum10.blogspot.com), que aunque fue realizado en el año
2007, las ideas plasmadas siguen vigentes.

En esta ocasión queremos compartir con la comunidad crespense los


resultados del trabajo de investigación “Análisis de la disponibilidad
del recurso hídrico con fines de aprovechamiento urbano en el eje
Duaca-El Eneal, Municipio Crespo Estado Lara” (jul, 2009), que fue
realizado recientemente por el Br. Yovanny Landaeta, estudiante del
Instituto Universitario de Tecnología “Antonio José de Sucre” y que
aborda de manera directa el análisis de la disponibilidad del recurso
hídrico en el eje Duaca-El Eneal, tomando en cuenta un horizonte de
planificación de veinte años (2009-2029).

Ante un crecimiento poblacional siempre en progresión ascendente,


los resultados de la investigación del Br. Landaeta son realmente
preocupantes, incrementados de manera alarmante por la situación
que todo crespense conoce y es que en la zona solo se cuenta con la
suplencia de agua que proporciona la riqueza del acuífero que subyace
en las profundidades de los valles estrechos que conforman el paisaje
duaqueño y sus alrededores.

1
La Voz de Crespo. Septiembre de 2009.

115
Jesús R. Dugarte M.

Debemos tener claro que siendo el acuífero una especie de depósito


donde se almacena el agua subterránea, su tamaño es limitado y su
alimentación también es restringida, no solo por las condiciones físicas
de la cuenca circundante, sino por la carencia de un manejo adecuado
que oriente la preservación de esa importante y única fuente de agua.

Este tema, tal como se ha enfocado en el estudio mencionado, debe


permanecer en el tapete de los planteamientos que constantemente
deben ser esbozados por las comunidades ante las autoridades
competentes, y cuyas soluciones se traducirán con seguridad en un
mejoramiento de nuestra calidad de vida.

La urgencia en asumir remedios concretos debe llamar la atención


de las comunidades y por supuesto de las autoridades del Municipio
Crespo, tomando en cuenta que en el estudio se determina que a partir
del año 2012, los señalamientos estadísticos de la Disponibilidad de
agua vs. Demanda de agua, se cruzan indefectiblemente y nos expresan
claramente que el agua disponible no alcanzará para suplir del líquido a
la población creciente del eje Duaca-El Eneal y ante estas perspectivas,
¿Qué podemos hacer?, ¿Qué deben hacer las autoridades?, ¿Qué puede
hacer usted como habitante y ciudadano?.

116
La esperanza del agua y otras reseñas

Puntos clave de la LOE (I)2

El desenvolvimiento de una sociedad dentro de un régimen verdade-


ramente democrático, normalmente se encamina por rumbos de am-
plitud y tolerancia que atendiendo a los conceptos de participación
permite la confrontación de las diversas ideas que los individuos –
componentes de esa sociedad– tienen el derecho de forjar y expresar.
La manera como las sociedades democráticas pueden convivir dentro
de esos parámetros señalados, tienen su guía en la redacción de las
normas que rigen esas sociedades, representadas por las leyes y regla-
mentos, que una vez aprobados, se convierten en las pautas que tute-
lan el comportamiento de unos individuos frente a los otros, leyes que
en definitiva establecen los derechos y los deberes de los ciudadanos.

Atendiendo al carácter de interés colectivo que deben tener esas leyes,


es por lo que las mismas deben ser suficientemente consultadas y
discutidas por los diferentes estamentos de la sociedad, en la seguridad
de que tales consultas facilitarán la aceptación plena de las normas por
los ciudadanos, trayendo así la paz y armonía que deben prevalecer en
un pueblo que como el venezolano, siempre ha sido amante del trabajo
y la concordia, imprescindibles para desenvolverse en cualquier
entorno.

Con este preámbulo nos corresponde en esta oportunidad hacer


referencia a la recién sancionada Ley Orgánica de Educación (LOE),
cuya aprobación por parte de la Asamblea Nacional, ocurrió como todo
acto sospechoso, a la medianoche del jueves 13 de agosto del presente
año 2009. Desde un principio su discusión estuvo signada por diversas
faltas a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(CRBV), entre otras, por las siguientes razones: a)Solo tuvo una
discusión y no dos, conforme a lo establecido en los artículos 207, 208
y 209 de la CRBV; b)Tratándose de una Ley Orgánica, debía haberse
remitido a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia para

2
La Voz de Crespo. Septiembre de 2009.

117
Jesús R. Dugarte M.

que ésta se pronunciara sobre su constitucionalidad y rango orgánico,


antes de ser promulgada como obliga el artículo 203 de la misma, cosa
que tampoco se hizo; c)La propuesta de la LOE cocinada a espaldas
incluso de miembros de la Comisión de Educación, Cultura y Deportes
de la Asamblea Nacional, fue conocida por los diputados apenas una
semana antes de su aprobación definitiva; d)El público en general no
pudo conocerla y tampoco discutirla. ¿Así anda nuestra legalidad en
tiempos de revolución bonita?

118
La esperanza del agua y otras reseñas

Puntos clave de la LOE (II)3

En el número anterior hacíamos referencia a la manera irregular como


Ley Orgánica de Educación (LOE), fue aprobada por parte de la Asam-
blea Nacional, a la medianoche del jueves 13 de agosto del presente
año, en pleno período vacacional de escuelas, liceos y universidades,
impidiéndose el proceso de consulta contemplado en el artículo 211 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV).

Todo ese listado de incumplimientos e irrespetos a la ley, que pudieran


ser otros más, solo logró complacer al caudillo miraflorino, no impor-
tando la opinión de la gran colectividad de venezolanos que votamos
mayoritariamente en contra de la reforma a la CRBV, cuyo anteproyec-
to fue planteado a los venezolanos en las elecciones del 2 de diciembre
de 2017, prácticamente inspira los elementos primordiales de la LOE y
atendiendo a esa inspiración, llegamos a la conclusión de que la apro-
bación, entre gallos y medianoche de esta normativa representada por
la LOE, solo obedece a los propósitos doctrinarios e ideológicos de ese
arroz con mango que conforma el llamado socialismo del siglo XXI y que
ha sido creada como instrumento de control político, no siendo una Ley
para mejorar la educación, lo que se comprueba fehacientemente a tra-
vés de la reseña que acertadamente realizara Mariano Herrera, puntua-
lizando que, en las 9.114 palabras que conformaron el proyecto que lue-
go fue aprobado, solo aparece mencionada 9 veces la palabra “escala”;
la palabra “aprendizaje” se menciona apenas 5 veces y la palabra “en-
señanza” solo 3. Ante esta evidencia, recapitulamos lo anterior: ¿Es una
Ley para mejorar la enseñanza o es una Ley para adoctrinar?, indudable-
mente que la respuesta a esta última interrogante pretende conducir al
resquebrajamiento de la libertad para crear y producir en un país libre.

La lucha por los espacios de libertad es larga y dura, pero como vene-
zolanos que somos, amantes de la vida y no de la muerte, a mediados
del pasado mes de septiembre, enviamos a nuestros hijos a la escuela

3
La Voz de Crespo. Octubre de 2009.

119
Jesús R. Dugarte M.

con la frente en alto, con la certeza de que la escuela continuará siendo


el espacio formativo de nuestros hijos y ahora más que nunca debemos
estar pendientes de las enseñanzas que reciban. Confiamos en el carác-
ter democrático de la mayoría de nuestros maestros y profesores, con
quienes debemos mantener el contacto más intenso para impedir que
doctrinas externas a nuestra idiosincrasia, puedan minar sus mentes
infantiles. Mientras tanto, la discusión de los detalles de esta Ley y los
reglamentos por venir, debe continuar, teniendo como norte los precep-
tos libertarios legados por los creadores de la esencia venezolanista.

En estas discusiones se mencionan: a) El subsistema de educación


básica (artículo 31); b) El subsistema de educación universitaria
(artículo 32); c) La educación intercultural bilingüe (artículo 27); d)
La formación de los docentes del sistema educativo (artículo 37); e)
La carrera docente (artículo 40); y f) La evaluación estudiantil en los
niveles de educación universitaria (artículo 44). Adicionalmente, se
hace referencia a una variedad de reglamentos que habrán de normar
aspectos específicos del sistema, entre otros, la creación de Consejos
Estudiantiles (artículo 21) y la organización y funcionamiento de la
Comunidad Educativa (artículo 20).

Algo que en algunas instituciones se toma en un caso de suprema gra-


vedad es el control de la matrícula y demás erogaciones, especialmen-
te en instituciones educativas privadas, prohibiéndose “la constitución
de Fundaciones, Asociaciones Civiles, Sociedades Mercantiles, o cual-
quier otro mecanismo”, para cancelar montos superiores (artículo 6),
lo cual pone en entredicho la autonomía de las Asociaciones de Padres
y Representantes que, en muchos casos, incluyendo las escuelas públi-
cas, se ven en la necesidad de solicitar contribuciones para responder
por la cancelación de equipos, materiales, entre otros, necesarios en
la educación de nuestros hijos y que no siempre la responsabilidad
del estado venezolano se encuentra en capacidad de solventar. Solo
nos queda estar alertas en todo lo que pueda afectar la tranquilidad
de la familia venezolana y en este sentido le pedimos a los padres y
representantes crespenses, que estemos atentos a las múltiples ma-
neras como se pretende vulnerar el sosiego de la sociedad con miras a
complacer ideologías totalitarias.

120
La esperanza del agua y otras reseñas

El agua del municipio Crespo (II)4

Abordando nuevamente el tema del agua en el Municipio Crespo, en


esta oportunidad haremos referencia a la situación actual existente
en el control de las aguas servidas en la población de El Eneal, cuyo
conocimiento por parte de la comunidad es más difícil que darse
cuenta de la escasez de agua, dada las condiciones particulares que
envuelven su existencia: en primer término las lagunas de oxidación
no son accesibles al común de la gente y además el agua que fluye a
dichas lagunas lo hace en forma subterránea.

Pero amigos, lamentablemente el problema persiste de manera


evidente y para hacer esta afirmación de forma contundente, nos
remitimos a un estudio que nos correspondió asesorar en el transcurso
del año 2008, realizado por las hoy Técnicos Superiores Universitarios,
del Instituto Universitario de Tecnología “Antonio José de Sucre de
Barquisimeto, Lisbeth Asuaje y Zoryelis Prada, en el cual se detectó el
colapso del sistema de aguas servidas, evidenciado en el rebose que
presenta frecuentemente la aducción de agua y en el nulo control que
el sistema realiza a las aguas servidas provenientes de las poblaciones
de El Eneal y de la parte oeste de Duaca, patentizado en los malos
olores que se captan en el sector de la carretera El Eneal-El Toro.

Debemos recordar que este sistema, está conformado por dos lagunas
de media hectárea cada una, con una capacidad para atender a una
población de 20.000 habitantes, con un colector de 18 pulgadas de
diámetro, que conduce el agua servida desde la zona suroeste de Duaca,
cubriendo los sectores, Moroturito, Padre Oreni, parte de Calle Nueva y
sirviendo a las comunidades de la Menca de Leoni y La Pica, además del
Eneal y las poblaciones que se encuentran entre esta última y Carrizal.
El sistema lagunar se encuentra localizado en las inmediaciones de El
Milagro, en la vía que conduce a El Toro.

4
La Voz de Crespo. Octubre de 2009.

121
Jesús R. Dugarte M.

Este sistema de control de las aguas residuales provenientes de


nuestras viviendas fue construido en el año 1992. En el estudio en
referencia se aprecian las bondades del sistema lagunar en cuanto
a su construcción apropiada sin embargo, cuando se analizan los
parámetros que indican su actual funcionamiento, las investigadoras
concluyen que existe contaminación en las aguas que se vierten en la
quebrada El Toro, contaminando de esta manera la masa receptora
de agua de dicha quebrada y trayendo como consecuencia un peligro
latente para la salud de los pobladores que se encuentran asentados a
lo largo de la quebrada.

Un resumen de los resultados obtenidos en el estudio, puede ser


verificado en la siguientes página blog: www.zonum10.blogspot.com/
AGUAS RESIDUALES EN EL MUNICIPIO CRESPO, en el cual se menciona
la preocupación por los resultados, por cuanto los efluentes de agua
descargados a la quebrada exceden los límites permitidos por la
normativa legal vigente, especialmente con respecto a los parámetros
de coliformes totales y fecales.

Invitamos a las autoridades a quienes les competen estas


responsabilidades, especialmente a la Alcaldía del municipio Crespo,
Hidrolara y el Ministerio del Ambiente, a que se sensibilicen ante el
problema descrito, para los cual les sugerimos revisar el artículo 127
de la aporreada Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(1999): “…toda persona tiene derecho individual y colectivamente a
disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente
equilibrado…Es una obligación fundamental del estado, con la activa
participación de la sociedad, garantizar que la población se desenvuelva
en un ambiente libre de contaminación…”. Por favor, a nombre de
las comunidades del municipio Crespo, les pedimos asumir sus
responsabilidades en beneficio del pueblo que dicen representar y les
damos las gracias de antemano.

122
La esperanza del agua y otras reseñas

La ingeniería en tiempos del chavismo5

Desde tiempos remotos las aplicaciones prácticas de la ingeniería se


han convertido en uno de los apoyos con los cuales el hombre civilizado
resuelve, de manera expedita, sencilla y económica las dificultades
que se visualizan en las comunidades, de allí que se escuche hablar
con frecuencia de la ingeniería de la civilización, para referirse a un
concepto que más allá de la infraestructura sirve para encontrarse con
el hombre, las colectividades y sus necesidades.

La ingeniería se convierte así en un auxiliar de primer orden, como


el instrumento que los organismos públicos utilizan para resolver los
ingentes y frecuentes problemas que presentan las comunidades. De
esa manera se planifican caminos, carreteras, acueductos, tanques
de almacenamiento, edificios, escuelas, plazas, parques y un largo
etcétera, que comprende todo lo que signifique una modificación de
un elemento particular del paisaje, para facilitar el desenvolvimiento
de los pobladores.

En nuestros contactos recientes con las comunidades rurales que


luchan por sobrevivir en esta época de dificultades y de conflictos,
levantamos con asombro la vista para toparnos con una elevada
estructura metálica, representada por una clásica pasarela urbana,
construida para cruzar el cauce de la quebrada El Toro, en la carretera
que une las colectividades de El Toro con Los Quemados, en la Parroquia
José María Blanco, Municipio Crespo del Estado Lara.

¿Por qué razón nos quedamos pasmados ante este hecho cierto, a la
vista de todos los que transitan por esta vía?, por la sencilla razón de
que una pasarela, con las características de la estructura construida
por la Alcaldía del Municipio Crespo, entre los años 2007 y 2008, solo
se construye para atravesar vías de alto tráfico vehicular, generalmen-
te en aquellos sitios cercanos a entidades educativas o donde haya

5
La Voz de Crespo. Noviembre de 2009.

123
Jesús R. Dugarte M.

un gran tráfico peatonal, pero resulta que esta pasarela atraviesa de


extremo a extremo, una pequeña quebrada, que solo crece un par de
veces al año y solo por algunas horas, como para que alguien haga el
esfuerzo de prácticamente encaramarse en esa enorme armazón de
hierro. En conclusión, la inversión millonaria presupuestaria, contabi-
lizada en 350 millones de bolívares viejos, no satisface las necesidades
de esta comunidad hacendosa, porque continúan a punto de quedar
incomunicados, por la fragilidad que presenta el pequeño puente que
actualmente atraviesa la quebrada El Toro.

Y también nos preguntamos, ¿Existía otra alternativa para mejorar el


paso de El Toro a Los Quemados?, por supuesto que sí, los mismos po-
bladores de Los Quemados nos comentan que no hace falta ser inge-
niero para llegar a la sencilla conclusión de que la solución del caso en
cuestión se resuelve reemplazando el viejo puente a punto de caerse,
por un sencillo pontón o pequeño puente, que al mismo tiempo que
solucionaría el problema del cruce peatonal, remediaría de manera de-
finitiva la comunicación con Los Quemados, posibilitando así la salida
de los productos agrícolas que los laboriosos agricultores transportan
hacia los centros de consumo.

Ante tamaño disparate, difícil de ocultar, porque como dice la conseja


criolla, “los errores de los médicos se entierran, pero los errores de los
ingenieros quedan a la vista del público”, solo nos queda reflexionar so-
bre las razones para que se haya tomado una decisión que podríamos
calificar de un caso palpable de anti-ingeniería y así nos preguntamos:
¿Será para satisfacer a constructores especialistas en colocar arma-
duras de hierro?; ¿Para cumplir con la incorporación de una obra no
importando las causas ni las consecuencias, pero satisfaciendo el ego
del gobernante de turno?; ¿Para afectar la salida de los productos agro-
pecuarios, incrementando así las importaciones de alimentos como
política de estado?; ¿Para terminar de arruinar a los empobrecidos
agricultores crespenses?; o ¿Para fundar los estamentos de una nueva
ingeniería en tiempos del socialismo chavista del siglo XXI?. Por favor
señores gobernantes, hagan un alto en su camino electoralista urbano y
acérquense a las comunidades, los pobladores de Los Quemados siguen
esperando por una solución racional y por lo menos terrenal.

124
La esperanza del agua y otras reseñas

El espejo de la historia6

Cada generación que comparte su existencia en cualquier sociedad,


tiene hoy la gran oportunidad de volver su mirada retrospectiva al
espejo de la historia, esa especie de retrato que nos dejan los hechos
reales que cada uno de nuestros antepasados han protagonizado a
largo de sus vidas. Hoy día es oportuno repasar por un instante lo que
sucedió hace escasamente 20 años, un 9 de noviembre de 1989, en la
Europa que surcaba por la llamada guerra fría: la caída del muro de
Berlín, esa división física que existía entre el este y el oeste de la ciudad
de Berlín en Alemania y que partía en dos todo lo que puede significar
la hermandad entre los pobladores de una misma ciudad.

El muro se extendía por 45 kilómetros que dividían la ciudad de Berlín


en dos y 115 kilómetros que separaban los dos espacios territoriales,
la República Federal Alemana de la República Democrática Alemana,
este último con un nombre que pretendía tapar con la palabra
“democrática”, lo que realmente constituía un régimen totalitario
y terrorífico. ¿Y qué cosa defendían con tanto celo los alemanes del
este?, simplemente el mantenimiento de un pueblo bajo las cadenas
opresivas del pensamiento único, por cuanto el que no comulgaba con
sus ideas se consideraba un fascista y de hecho así bautizaban a la
referida muralla; “Muro de Protección Antifascista” (Antifaschistischer
Schutzwall).

¿Y qué tendrá de particular ese muro para nuestro presente como


venezolanos?, pues bastante, amigos, ese muro se instaló para tratar
de imponer por la fuerza una nueva modalidad de vida en el común
de la gente, una modalidad caracterizada por el pensamiento único, la
estatización de los factores productivos, la eliminación de la propiedad
privada, la limitación de la libertad individual y una buena secuencia
de etcéteras, cuyo número podemos enriquecer cuando escuchamos
con atención el discurso de nuestro presidente, porque realmente esta

6
La Voz de Crespo. Noviembre de 2009.

125
Jesús R. Dugarte M.

pesadilla que nos agobia por más de diez años, solo ha tenido cabida
para adentrarse en los cambios políticos que han llevado a la miseria
humana a países como Cuba y Corea del Norte, por nombrar los casos
más emblemáticos.

Lo que nos debe llamar la atención al ojear ese trozo de espejo histórico,
por el cual ha pasado la humanidad, es la manera como fue eliminado,
no hicieron falta revoluciones, ni tanques artillados, fueron las manos
propias de un pueblo hastiado de vivir bajo la opresión, que suprime
las libertades esenciales del ser humano, y así el 9 de noviembre de
hace veinte años, se abrió un boquete por el que escaparon, no solo los
berlineses, sino todo el conglomerado de comunidades que habitaban
los países que se encontraban amurallados bajo la cortina de hierro
impuesta por el comunismo ruso. Tanto así, que hasta los rusos
tuvieron que comenzar a aceptar que la libertad para vivir y producir
es un legado del hombre, que no está dispuesto a hipotecar y hoy día,
similar a sus vecinos chinos, han vuelto a aceptar las bondades que
proporcionan las economías de mercado, que surgen básicamente del
juego entre la oferta y la demanda y una determinada participación
normativa por parte del estado.

Así como vimos recientemente en televisión la remembranza de la


caída del Muro de Berlín, emulado en el desplome de grandes fichas
de dominó, tendremos pronto la oportunidad de ver el derrumbe de
los muros que, desde hace más de diez años, separan los afectos de los
venezolanos y en una nueva Venezuela tendremos la oportunidad de
ocuparnos de nuestros propios problemas, sin que estemos pensando
en guerras y en confrontaciones innecesarias, que se escuchan en las
consignas con una mescolanza de patria, socialismo y muerte.

126
La esperanza del agua y otras reseñas

PARTE iV
EL CAÑÓN

127
Jesús R. Dugarte M.

El Cañón es un boletín mensual que publica la


empresa Sistema Hidráulico Yacambú-Quíbor.
Su nombre hace alusión al Cañón de Angostura,
sitio emblemático donde se construyó la presa
de Yacambú, en el estado Lara. Venezuela.

128
La esperanza del agua y otras reseñas

¡Ah, Quíbor, cuando era mundo!1

Es común encontrar en nuestro pueblo la creencia de que todo tiempo


pasado fue mejor. En numerosas oportunidades nos encontramos con
la expresión popular y folclórica, cuyos orígenes tienen relación con la
remembranza de nuestros poetas ancestrales, la hermosa copla que en
labios de un quiboreño se escucha sonora y con dejos de esperanza:
“Ah, mundo, cuando era mundo, / y cuando en Quíbor llovía, / que si
piedras se sembraban, / hasta las piedras nacían”.

Sin embargo, en lo que se refiere al valioso recurso agua, la situación en


el tiempo no ha variado sustancialmente. El hermoso Valle de Quíbor
lamentablemente siempre ha carecido de agua en abundancia. En
una interesante relación de anotaciones históricas, el profesor Marco
Aurelio Vila nos trae a colación múltiples relatos de la problemática del
agua en nuestro país.

En su interesante revisión, el profesor Vila nos recuerda la no menos


importante fuente del Valle: “hay una fuente denominada quebrada de
Atarigua, que tiene su origen en las montañas de Sanare y es la que surte
de agua los pozos de la ciudad y de los campos circunvecinos. El consumo
de agua, por lo que respecta a la ciudad, puede aproximadamente
graduarse en 100.000 litros diarios”.

En aquella época la ciudad de Quíbor contaba con 3.571 habitantes,


por lo que el suministro regulado de agua era de 28 litros por día y
por habitante. La relación histórica siempre habla de poca agua. La
agricultura y la cría de animales, en este último caso representada
especialmente por los chivos, han dependido de las escasas
precipitaciones. Codazzi lo expresa en una de sus obras, fechada en
1939: “En este cantón (Quíbor), se crían numerosos rebaños de cabras
que están en terreno estéril”.

1
El Cañón. Junio, 1992.

129
Jesús R. Dugarte M.

La expresión popular siempre tiene significados de lo que se desea,


las coplas y cantares populares nos hablan de optimismo cuando
se refieren al agua, y no es que los venezolanos en general seamos
extremistas cuando hablamos de la escasez del recurso hídrico. En
otras regiones, especialmente Los Andes, Guayana y Los Llanos, es
evidente su abundancia relativa. El extremo en cuanto a la carencia del
preciado recurso que nos permite vivir diariamente, lo encontramos a
lo largo de la historia del hombre sobre la tierra.

Cuando nos acercamos a los lugares en donde realmente el agua es


el elemento limitante, nos damos cuenta de lo que él mismo vale. El
fértil creciente, el triángulo que hoy envuelve a Israel, Egipto y el área
que ocupan los sufridos palestinos, nos muestra históricamente la
importancia del agua. En ese devenir de pueblos nos encontramos con
la necesidad imperiosa del hombre: el agua en condiciones de extrema
escasez.

El agua aparece como expresión bíblica, los pueblos del fértil creciente
nacían siempre alrededor de una fuente de agua, un incipiente lago, un
manantial, un río o algo que tuviera relación con el preciado líquido y en
esas condiciones climáticas, no era mucho lo que se podría encontrar.
Hoy en día los pormenores de las disputas entre árabes y judíos tienen
en el fondo una discusión hídrica. El agua sigue siendo desde épocas
remotas, el sentido de la supervivencia y así seguirá siendo mientras
no se encuentre otra solución, por demás virtualmente imposible,
dada la conformación estructural de los organismos vivos que pueblan
la tierra.

Por supuesto que el desarrollo de las obras construidas por el hombre


ha variado, dependiendo de las costumbres y vivencias de la gente.
Hoy en día las ciudades se forman y desarrollan alrededor de las vías
de comunicación, por la sencilla razón que los avances tecnológicos
han permitido el transporte del agua a grandes distancias, a través de
las más diversas formas de conducción.

Casualmente las grandes distancias son las que han encarecido el


costo del agua y las dificultades se evidencian en ciudades como

130
La esperanza del agua y otras reseñas

Barquisimeto, en donde el agua es escasa. La esperanza de esta


comunidad centrooccidental continúa siendo la culminación de las
obras que conforman el Proyecto Yacambú-Quíbor, el cual permitirá
la suplencia de agua potable a lo que se conoce como el Sistema
Barquisimeto y servirá además para complementar la importante
actividad agrícola del Valle de Quíbor, lo que permitirá el cumplimiento
de la expresión popular modificada por los que creemos en la gran
esperanza larense: Cuando sembremos piedras, hasta las piedras
nacerán.

131
Jesús R. Dugarte M.

El Valle de Quíbor y la condición semiárida2

Una gran porción de la superficie del estado Lara se localiza bajo


condiciones de semiaridez, lo que limita en gran medida el potencial
de sus tierras agrícolas e impide la incorporación de tal potencial al
proceso productivo.

Como caso típico de la combinación baja precipitación-alto potencial


del recurso suelo, encontramos a nuestro Valle de Quíbor, relación que,
aunada a la existencia del otro componente del binomio que permite la
existencia de vida: el agua a distancia relativamente cercana, justifica
en gran parte nuestra presencia como empresa: Sistema Hidráulico
Yacambú-Quíbor.

Por supuesto que en tales condiciones no estamos solos, en Venezuela


se repiten situaciones similares en lugares como la Isla de Margarita,
el territorio falconiano, porciones de la goajira venezolana y de los
Andes. Y en el mundo, ni se diga, las zonas secas y semisecas, con
precipitaciones menores a 500 milímetros, ocupan cerca del 60% de
la superficie firme de la tierra, ubicadas especialmente a ambos lados
de la línea ecuatorial, en latitudes desde los diez hasta los 50 grados.

Sin embargo, a pesar de las dificultades que acarrea la marcada


ausencia de lluvia, es plausible mencionar que esas grandes zonas
áridas han sido asiento de las grandes civilizaciones que han ocupado
la tierra. En sus orígenes, la humanidad convivió fundamentalmente
en zonas áridas, siempre con la esperanza de las gotas de agua, como
lo relata el Profeta Isaías en el Antiguo Testamento (35,6):

“…Entonces saltará el cojo como ciervo, y la lengua del


mudo lanzará gritos de júbilo. Pues serán alumbradas en
el desierto aguas, y torrentes en la estepa, se trocará la
tierra abrazada en estanque y el país árido en manantial

2
El Cañón. Agosto, 1993.

132
La esperanza del agua y otras reseñas

de aguas. En la guarida donde moran los chacales verdeará


la caña y el papiro…”

Ese deseo de ocupar las tierras áridas se repite en la conquista


del territorio venezolano. El conquistador español, con mucho de
modelado árabe, va describiendo lo que el Profesor Saulo Olavarrieta,
menciona como la Ruta de la Sed: Coche-Cubagua-Cumaná-Coro-El
Tocuyo-Carora, “nombres que definen más que unas comunidades, un
paisaje común: los ambientes secos costaneros de Venezuela, la razón, su
cultura, sus hábitos, en fin, su organismo en cuerpo y alma se encontraban
adaptados a ese paisaje que recordaba muchas veces sus natales”.

Aunque el paisaje del semiárido impresione al principio a los que


provenimos de la montaña húmeda y fría de los Andes Venezolanos, al
poco tiempo vamos adquiriendo la gracia de admirar un bello atardecer
con un primer plano ocupado por la abundante y florida vegetación de
la zona seca, tal como hemos tenido la oportunidad de observar entre
otros lugares, en las famosas playas de Carora.

133
Jesús R. Dugarte M.

134
La esperanza del agua y otras reseñas

PARTE V
EL PUEBLO

135
Jesús R. Dugarte M.

El Pueblo-Semanario de Duaca, fue un


periódico publicado en Duaca, capital del
municipio Crespo, del estado Lara, bajo la
responsabilidad, como editora de la Lcda.
Constanza Catherine Gáfaro y de la Lcda.
Carmen Esther Chourio en la redacción.

136
La esperanza del agua y otras reseñas

La Cuenca del Tumaque y la existencia de Duaca1

Cuando abandonamos la ciudad de Duaca en dirección sur-este nos


encontramos con uno de los paisajes más hermosos, de los muchos
que rodean a esta bella población. Nos estamos refiriendo a la cuenca
alta de la quebrada Tumaque, cuya superficie, medida a la salida de
la cuenca, en las inmediaciones del sector Tumaque Abajo, posee una
superficie de 2.350 hectáreas y cuyo desarrollo altimétrico se sitúa en
el rango de los 940 a 1.400 metros sobre el nivel del mar, para una
longitud del cauce que oscila alrededor de los 11,54 kilómetros.

La zona identificada anteriormente, conforma un espacio geográfico


de vital importancia para el mantenimiento de una vasta población
rural asentada en la misma, posibilitando además el sostenimiento
del desarrollo urbano-rural del Municipio Crespo, por cuanto de allí
se derivan los recursos hídricos que alimentan el acuífero Duaca-El
Eneal, única fuente de abastecimiento de agua de la cual se surten las
capitales de las dos parroquias que conforman el Municipio Crespo
(Freitez y José María Blanco) y las comunidades aledañas, además de
proporcionar agua potable a las poblaciones que se localizan a lo largo
de la vía que comunica El Eneal con Tamaca, perteneciente esta última
al Municipio Iribarren.

Dada la importancia estratégica que posee el espacio señalado, en la


producción de agua con fines de abastecimiento urbano, es necesario
y urgente acometer medidas de mitigación que, paralelamente con el
uso adecuado de los recursos naturales por parte de los agricultores
asentados en la cuenca, garanticen la suplencia de agua en el eje
mencionado, dada la existencia de un déficit marcado de agua, producto
de una precipitación limitada.

En la parte alta de la quebrada Tumaque se localizan algunos sectores


que muestran un daño fácilmente identificable, dada la utilización de

1
El Pueblo. El Semanario de Duaca. 17 al 23 de julio de 2010.

137
Jesús R. Dugarte M.

suelos con fines agrícolas, con altas pendientes, mayores al 100%,


proliferando el establecimiento de cultivos desnudos, desde el punto
de vista del cubrimiento vegetal, como es el caso del tomate y del
pimentón. Esta situación evidencia un inadecuado manejo de los
recursos naturales renovables, ante la pasiva inercia de los entes
gubernamentales competentes.

La realidad enunciada anteriormente se agravó en el mes de marzo


del presente año, cuando los pobladores del lugar denunciaron varias
afectaciones de los recursos naturales localizados en las nacientes
de la quebrada Tumaque, en las cercanías del sector Los Volcanes,
precisamente donde se ubican los primeros manantiales que inician la
conformación de esta importante fuente de agua superficial.

El 22 de marzo del corriente año, se realizó una inspección al sitio,


alrededor del cual se encuentran asentadas las comunidades de Los
Volcanes, Quebrada de Oro, Santa Cruz, San Miguel y Tumaquito,
pudiéndose constatar que en la parte alta del caserío Los Volcanes,
conocida como La Montaña de la Cruz Blanca, en la orilla de la
quebrada Tumaque y al lado de varias nacientes de agua, se efectuó
una indiscriminada tala y quema de árboles en terrenos de altas
pendientes, lo que indudablemente trae como consecuencia la erosión
progresiva del suelo y la disminución de apreciables porcentajes de
agua que normalmente se infiltrarían para alimentar la escorrentía
subsuperficial y subterránea propia de una cuenca de tales
características.

Es conveniente resaltar que, las afectaciones de los recursos naturales en


la cuenca alta de la quebrada Tumaque, representan hechos continuos
en el tiempo, lo que aunado a la poca asistencia técnica brindada por
los organismos involucrados en la preservación de dichos recursos,
ha generado un deterioro sucesivo que se observa a simple vista. Los
daños puntuales identificados, conjuntamente con las afectaciones
ocurridas recientemente en diferentes puntos de la microcuenca Los
Volcanes y otras adyacentes, representa una superficie aproximada de
50 hectáreas.

138
La esperanza del agua y otras reseñas

En este sentido se destaca también la deforestación realizada en las


nacientes de la quebrada Grande, en las cercanías de San Miguel, con la
finalidad de establecer cultivos hortícolas, casualmente localizada en
la porción aguas arriba de la toma del acueducto de la comunidad de
San Miguel, con las consecuentes secuelas en la contaminación de la
fuente de agua de una importante comunidad.

Ante esta situación irregular, los crespenses y los que nos consideramos
crespensemetidos, debemos permanecer alertas, pendientes de lo que
pueda ocurrir con nuestra cuenca madre, para lo cual continuaremos
insistiendo con el tema en estas páginas periodísticas que amablemente
nos brindan su acogida.

139
Jesús R. Dugarte M.

La crisis de las aguas residuales en Duaca2

La extensión de la vida del hombre en el planeta tierra siempre


pasa por la observancia de las mejores condiciones para plantar sus
vivencias y es así como, en el desarrollo de las grandes y pequeñas
civilizaciones, encontramos que el destino del hombre va de la mano
con el desarrollo de los servicios mínimos que hacen posible una vida
digna, entre los que mencionamos como elemento esencial, el agua:
dadora de vida.

Para dar pruebas irrefutables de la permanencia del agua en la vida


del hombre, debemos recordar que en nuestro libro sagrado, La
Biblia, aparece mencionada la palabra agua más de trescientas veces
y otras ochenta veces, se menciona a la lluvia. La Biblia habla del agua
de manera controversial, usándola como símbolo de destrucción
(Génesis, 6-9), limpieza (Éxodo, 30-18), Bendición (Jeremías, 17-18) y
Necesidad Espiritual (Salmo 42).

Ante la presencia de esta gran sabiduría, ¿Cómo podremos catalogar


la situación por la que atraviesa actualmente el Municipio Crespo con
respecto al agua, como servicio primario de distribución del recurso en
cantidad y calidad adecuada?, o en la otra vertiente, ¿Cómo podremos
calificar a la incapacidad gubernamental para hacer posible que los
servicios de limpieza o purificación de las aguas servidas actúen de la
manera adecuada?

Recordamos a nuestros lectores lo que significa el servicio de las aguas


residuales: son las aguas usadas en los hogares, negocios, fábricas,
etc., que, conjuntamente con los sólidos se vierten en las cloacas y
son transportados mediante el sistema de alcantarillado, hasta los
sitios en donde el agua debe depurada, para que pueda ser vertida
a los cauces naturales de nuestros ríos y quebradas, evitándose así
afectaciones serias a la ecología y favoreciéndose un ambiente sano,

2
El Pueblo. El Semanario de Duaca. 31 de julio al 06 de agosto de 2010.

140
La esperanza del agua y otras reseñas

tal como lo establece el artículo 127 de nuestra de la Constitución


Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV): “…Toda
persona tiene derecho individual y colectivo a disfrutar de una vida y
de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado…”. “Es una
obligación fundamental del Estado, con la activa participación de la
sociedad, garantizar que la población se desenvuelva en un ambiente
libre de contaminación, en donde el aire, el agua, los suelos, el clima,
las especies vivas, sean especialmente protegidas, de conformidad con
la Ley…”.

La situación irregular que se presenta en Duaca y comunidades vecinas


a la capital del municipio es evidente. No hace falta acercarse hasta las
propias estructuras conformadas por las lagunas de oxidación, entre
otras, las de Duaca y El Eneal, para darse cuenta de que han llegado
al colapso total. Basta atravesar por las cercanías del puesto de la
Guardia Nacional en El Eneal o de la aldea Artesanal Paso Real, para
darse cuenta, por el ambiente de fetidez y pestilencia, que estamos en
presencia de una anormalidad incuestionable.

Ni que decir de las comunidades y ambientes que rodean las lagunas


de oxidación, ocurren graves perjuicios a la población que vive en sus
cercanías: El Eneal, las comunidades localizadas al suroeste de Duaca,
El Toro, Los Quemados, El Paují, donde se asientan seres humanos que
merecen el respeto de las autoridades locales, regionales y nacionales,
que se hacen de la vista gorda para solucionar los ingentes problemas
que acarrean tales irregularidades: enfermedades, deterioro de su
calidad de vida, amenazas sobre la sanidad del acuífero que nos
provee del agua potable, proliferación de zancudos y otras plagas, con
las probadas consecuencias sobre la multiplicación de afecciones a la
población, etc., y lo que es más grave que algunas de esas comunidades
se ven obligadas, por la carencia o escasez del recurso, de proveerse
del agua corriente de algunas fuentes superficiales, como es el caso de
los conglomerados humanos que se asientan a lo largo de la quebrada
El toro o Nonavana, en su camino hasta desembocar en el río Turbio.

El conocimiento del problema contribuye con el despertar de conciencia


ante la problemática planteada; no basta con la protesta puntual, la

141
Jesús R. Dugarte M.

sociedad civil, estableciendo patrones amplios de Unidad Colectiva


efectiva en otros ámbitos del quehacer crespense, debe hacer sentir su
voz y clamar en todas las instancias la solución del problema. Como nos
repetía siempre nuestro apreciado Profesor de Edafología, el Dr. José
Estrada, en nuestra Alma Mater, la UCV: “A grandes problemas, grandes
soluciones”. Son esos los desagravios que deben practicar nuestras
autoridades ante las grandes molestias que le ocasionan al ciudadano
común. Y ante tanta inconciencia, ¿Quién le pone el cascabel al gato?

Así es que, con la expectativa puesta en la solución del problema del


agua residual en el Municipio Crespo, imaginemos que algún ente
gubernamental despierte de su anomia y para no perder la esperanza,
soñemos con la sabiduría bíblica en Ezequiel (47:9-12): “Por donde
corra este río, todo ser viviente que en él se mueva, vivirá. Habrá peces en
abundancia, porque el agua de este transformará el agua salada en agua
dulce, y todo lo que se mueva en sus aguas, vivirá… Junto a las orillas del
río crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas no se marchitarán y
siempre tendrán frutos. Cada mes darán frutos nuevos, porque el agua
que los riega sale del templo. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas
serán medicinales”. Que así sea.

142
La esperanza del agua y otras reseñas

PARTE Vi
3 casos de estudio

143
Jesús R. Dugarte M.

144
La esperanza del agua y otras reseñas

El acuífero de Duaca: El poder político en la lucha por el agua1

Con gran pompa, el viernes 31 de octubre del año 2014, el Presidente


de la República inauguraba el urbanismo Alí Primera, localizado a
escasos quince kilómetros de Barquisimeto, capital del estado Lara,
en un sector conocido anteriormente como Aves de Yucatán, ese vasto
complejo habitacional está conformado por 168 edificios donde se
ubican los 4.032 apartamentos que integran el complejo.

Son múltiples las manifestaciones de complacencia que expresan las


personas que en ese momento reciben las llaves de su apartamento, sin
que estén enterados que a escaso un año antes de la fecha inaugural,
la empresa iraní Kayson, a cargo de la construcción del complejo,
desesperadamente exploraba las opciones para dotar de agua a lo
que se conocía hasta ese momento como el Proyecto Yucatán. Y en
esas diligencias apresuradas se asoman al territorio del municipio
Crespo, donde visualizan la oportunidad de extraer adicionalmente
agua del reducido acuífero que dormita en las entrañas del Valle de
Duaca, espacio por demás limitado en superficie (1.300 hectáreas) y
en profundidad del acuífero (promedio de 60 metros a la roca), que a
duras penas abastecía con bastante irregularidad la demanda de agua
de Duaca, El Eneal y comunidades vecinas.

La explotación del acuífero Duaca-El Eneal, para dotar de agua al


Proyecto Aves de Yucatán, implicaba la construcción de un trasvase
entre microcuencas, pero a pesar de todo, sin que mediara un estudio
técnico detallado que hubiese profundizado en la conveniencia de
tal trasvase, ni un análisis de carácter ambiental como lo contempla
en primera instancia la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, especialmente en su artículo 129 y la Ley de Aguas
vigente en diversos articulados, a finales del año 2013 la empresa iraní
emprende la construcción de la aducción Duaca-Aves de Yucatán en el
tramo Rastrojitos-Duaca.

1
Barquisimeto, noviembre de 2019. Sin publicar

145
Jesús R. Dugarte M.

La propuesta que para ese momento ejecutaba la empresa iraní, impli-


caba la exploración y desarrollo de siete pozos profundos nuevos en el
acuífero Duaca-El Eneal, la recuperación del pozo El Guapito (para ese
momento fuera de servicio) y la construcción de la aducción que po-
sibilitaría el trasvase de agua desde Duaca hasta la urbanización men-
cionada. Alrededor de esta decisión se evidencia un malestar creciente
en las comunidades afectadas por el proyecto de trasvase y en el mes
de marzo, el Concejo Municipal en pleno aprueba la paralización de las
obras, a fin de aclarar los detalles enmarcados en un proyecto de esa
naturaleza.

Ante esa decisión, el entonces Alcalde del Municipio Crespo, Sr. Miguel
Valecillos, decide convocar a una asamblea de ciudadanas y ciudadanos
que se celebró en el Teatro Rosina Grimaldi de Duaca, el 21 de marzo
de 2014, con la asistencia de las autoridades locales, encabezadas
por el Alcalde, representantes de las instituciones involucradas y la
comunidad en general, donde se expusieron los diversos argumentos
relativos a la conveniencia o no de realizar el trasvase en consideración.

En dicha asamblea, el Ateneo de Duaca “Kotepa Delgado”, asume la


defensa del acuífero y en el documento “El Ateneo ante la crisis de
agua”2, deja constancia de su posición en relación con la incertidumbre
que se ha creado en la comunidad crespense, con la información ya
confirmada de que un grupo iraní se propone el trasvase de agua desde
el acuífero Duaca-El Eneal hasta el desarrollo habitacional localizado
en Yucatán, destacándose que decisiones de esa naturaleza deben ser
analizadas en un contexto de planificación a mediano y largo plazo a
fin de evitar improvisaciones que ocasionan problemas de agua entre
comunidades aledañas.

En diversos informes y estudios realizados en la primera década del


año 2000, se insistía en que la suplencia de agua de Duaca, El Eneal y
las comunidades colindantes depende mayormente del acuífero Dua-
ca-El Eneal y en menor grado del acuífero Duaca-Camburito, no exis-

2
https://app.box.com/folder/3177396469

146
La esperanza del agua y otras reseñas

tiendo para ese momento otra alternativa viable con la que se puedan
solucionar los requerimientos hídricos diarios. El informe del Ateneo
concluía que, “en atención al comportamiento del acuífero, demostra-
do en la disminución uniforme de los caudales de los pozos que suplen
de agua a las poblaciones de Duaca-El Eneal, no existe la posibilidad
de transvasar agua fuera del territorio del Municipio Crespo, dada la
escasez persistente del recurso agua para solventar las necesidades de
la población y la carencia de fuentes de agua con suficiente garantía de
aprovechamiento”.

Ante esa disyuntiva, en la asamblea se decide nombrar una Comisión


de Agua para que en un tiempo perentorio se tome una decisión defini-
tiva sobre el planteamiento. Esta comisión recomienda la contratación
de un experto que analice los pormenores del problema, pero posible-
mente debido a que la contratación del especialista fue realizada por
un ente gubernamental, los resultados del análisis no satisficieron las
demandas de información requeridas, dado que el estudio solo se sus-
cribió al análisis y evaluación de los pozos de Hidrolara ya en funcio-
namiento, dejando de lado detalles relacionados con la oferta de agua
del acuífero y las demandas de la población.

Debido a esa respuesta, por demás incompleta, la Comisión de Agua


nombrada al efecto, en un informe entregado en la Alcaldía con fecha 22
de mayo de 2014, puntualiza que “la extracción de agua de los acuíferos
Duaca-El Eneal y Duaca-Camburito, debe ser ejecutada bajo el estricto
principio constitucional de la sustentabilidad, para lo cual se ratifica la
necesidad de que se elabore a la brevedad posible, un Plan de Operación
y Manejo de los acuíferos con participación de los usuarios urbanos y
agrícolas a quienes les compete tales responsabilidades”. En vista a que
el pronunciamiento de la Comisión no satisface los deseos del Sr. Alcalde
y para darle continuidad a las obras, este último ordenó a la Sindicatura
Municipal, la elaboración de otro informe, firmado por un grupo de per-
sonas que no pertenecían a la Comisión de Agua originalmente nombra-
da, lo cual sirvió de apoyo para darle continuidad a las obras.

La comunidad doliente del acuífero Duaca-El Eneal, continuó haciendo


diligencias para tratar de evitar los daños ambientales y patrimoniales

147
Jesús R. Dugarte M.

que finalmente se hicieron. Esas acciones pasaron por comunicaciones


ante los ministerios a quienes les compete la materia, Gobernación
del estado Lara, Consejo Legislativo del estado Lara, incluso se
tuvieron dos comparecencias ante la Comisión de Ambiente de la
Asamblea Nacional en Caracas, quienes alarmados ante la información
suministrada, prometieron enviar una comisión para analizar en
sitio el problema, decisión que nunca se cumplió, por cuanto más
pudieron las presiones políticas que, finalmente dieron al traste con
las manifestaciones razonadas de los representantes de la comunidad.

En conclusión, una vez consumados los trabajos de perforación de


pozos en los sectores Barro Negro y El Milagro, de un total de 12
exploraciones realizadas, solo se obtuvieron pozos productivos en
7 locaciones, con una producción por pozo entre 3 y 18 litros por
segundo (lps), para un total de setenta litros por segundo, muy por
debajo del planteamiento de los iraníes, que esperaban conseguir 105
lps. La primera consecuencia directa de esta manera arbitraría con que
se ejecutó el proyecto se produjo antes de los cinco meses de iniciado
el bombeo, cuando tres de los pozos con que Hidrolara mantenía el
consumo poblacional, quedaron completamente secos, al igual que los
pozos de las fincas vecinas se secaron o disminuyeron sensiblemente
su capacidad productiva.

La experiencia vivida en la lucha por el agua en Duaca, demuestra a


todas luces la manera como el poder político puede llegar a manipular
toda una realidad a conveniencia de lograr propósitos políticos, que
generalmente se orientan por la cercanía de unas elecciones, sin que
medien los razonamientos concretos que, en esta ocasión, dada la
información técnica con que se contaba para el momento en que se
planteó la construcción del trasvase, servía de base para ampliar la
discusión del tema y tomar mejores decisiones apegadas al contexto
en discusión.

148
La esperanza del agua y otras reseñas

Gente Sedienta Carabalí: La lucha comunitaria por el agua3

La suplencia de agua potable mediante la cual se abastece la conurbación


Barquisimeto-Cabudare depende de varios sistemas, entre los que se
mencionan Agua Viva, Guamacire-Agua Blanca, El Corozo, El Recreo,
Carabalí, pequeños sistemas rurales (Cabudare) y Dos Cerritos,
Titicare (Barquisimeto). En todos los casos, incluyendo a la fuente
representada por el embalse Dos Cerritos, la operación de los sistemas
depende de equipos de bombeo, imprimiéndole adicionalmente la
incertidumbre de los cortes eléctricos y de la relativa vulnerabilidad
del funcionamiento de los pozos profundos y de los correspondientes
equipos accionados por el fluido eléctrico.

Para nadie es un secreto que día a día los problemas en los servicios
públicos se agudizan cada vez más y constantemente los servicios que
en Venezuela se prestaban eficientemente y al alcance de la mayor
parte de la población, como ocurre normalmente en cualquier país del
orbe, como el transporte, aseo urbano, electricidad, agua, gas e internet,
se han visto menguados progresivamente, llegando al extremo que
muchos de estos servicios han desaparecido completamente en vastos
sectores poblacionales.

Esta situación ocurre a pesar de que en Venezuela el objetivo superior


para el desarrollo del sector agua potable y saneamiento, tienen su
marco de referencia en la Declaración de las Naciones Unidas sobre el
Derecho Humano al Agua y el Saneamiento y en la Agenda 2030 para
el desarrollo sostenible.

Entre los factores que, en el caso del agua, incide gravemente en la


prestación del adecuado servicio, se menciona la falta de planificación
por parte de los organismos encargados, estimándose que este es un
factor clave para el desarrollo y adecuado funcionamiento, habida
cuenta que el crecimiento poblacional no se detiene y el ritmo de

3
Barquisimeto, noviembre de 2019. Sin publicar

149
Jesús R. Dugarte M.

crecimiento, que puede oscilar entre un 2 al 3 % anual, introduce


nuevos usuarios demandantes del servicio de agua potable. El
desmantelamiento de muchos de los organismos de planificación ha
dejado huérfanas a las comunidades, que esperan que año tras año su
calidad de vida mejore sensiblemente.

Esa carencia de planificación conlleva a una serie de consecuencias


inmediatas como es el desperdicio de dinero: pérdida de recursos,
errores cometidos en las inversiones, gastos innecesarios e
improductivos, gestiones extrapresupuestos, etc. Además se presentan
graves problemas ambientales, destacándose la contaminación por
desborde y desperdicio de agua, lo que conlleva que la población
constantemente se vea influenciada por el estrés y el desperdicio de
tiempo útil.

En esta oportunidad para abordar el tema del agua, estaremos


haciendo referencia a la prestación del servicio de agua potable que
se recibe desde el Sistema de Producción y Distribución Carabalí, lo
que se conoce como Estación de Rebombeo Carabalí, que fue diseñada
para garantizar el abastecimiento de agua potable en las comunidades
localizadas en el este de Barquisimeto y en gran parte del territorio de
la ciudad de Cabudare.

El Sistema de Producción y Distribución Carabalí, a cargo de HIDROLA-


RA, como empresa administradora del agua potable en el estado Lara,
está conformado por cinco componentes esenciales: a) Campo de Po-
zos Carabalí, con 6 pozos profundos (Pozos 1, 2, 4, 5, 6, y 7), localizados
en un radio de 1.200 metros alrededor del tanque de Almacenamiento;
b) Estanque de Almacenamiento con una capacidad de 300.000 litros,
a donde converge el agua producida por los pozos profundos que con-
forman el campo de pozos Carabalí; c) Equipos de Rebombeo, com-
puesto originalmente por cinco equipos, dos para bombear el agua a
Barquisimeto (Motobombas N° 3 y 4), dos para Cabudare (Motobom-
bas N° 5 y 1) y un equipo de reserva (Motobomba N° 4). d) Sistema de
Cloración, mediante el cual se efectúa la desinfección del agua extraída
de los pozos profundos, a fin de garantizar la potabilidad del agua que
se envía a las comunidades; e) Sistema eléctrico, conformado por los

150
La esperanza del agua y otras reseñas

tendidos eléctricos provenientes de la estación eléctrica Carabalí, loca-


lizada en terrenos del club kilovatico.

Lo que debería trabajar normalmente, de hacerse un mantenimiento


preventivo con reposición eventual de equipos de ser necesario, se fue
deteriorando progresivamente, hasta que a inicios del año 2018 solo
quedó en funcionamiento una motobomba y tres pozos profundos,
haciéndose necesaria la implementación de un estricto cronograma
de distribución, alternándose de esta manera la entrega de agua entre
Barquisimeto y Cabudare, con las incertidumbres propias del servicio
y la amenaza constante de las interrupciones eléctricas.

Y es en este punto de vulnerabilidad en donde entra el accionar de las


comunidades. No es menos cierto que este es un punto de discusión que
ha estado muy presente en América Latina desde los años 70, cuando
la participación de las comunidades empezó a ser tema de discusión
en la búsqueda de la solución a los problemas que la tecnología o los
organismos no habían podido resolver. A partir de la Conferencia de
Hábitat en Vancouver en 1976 y de la Conferencia de Mar del Plata en
Argentina en 1977, la participación comunitaria se transformó en una
política. La gran ventaja de esta participación es que posibilita que la
gente no se sienta solo como beneficiaria, sino que actúe como gestora
y responsable en el desarrollo y sostenimiento de sus sistemas.

Algo así ha ocurrido alrededor del servicio de la Estación Carabalí.


Cuando las comunidades localizadas en los alrededores de los sectores
Río Turbio, Santa Elena (este de Barquisimeto) y en la Urbanización
La Hacienda (Cabudare), comenzaron a manifestar preocupación
y reclamos aislados ante el ente administrador del agua, llegó un
momento en que se dieron cuenta que su preocupación por la
existencia de un racionamiento intensivo en la entrega de agua en las
comunidades servidas era común, y que uniendo esfuerzos se podrían
lograr mayores productos.

Para el primer trimestre del año 2019 la situación era preocupante, el


déficit en la producción de agua era consecuencia de contar solo con
tres pozos activos (1, 2 y 5), adicionalmente aunado a la existencia de

151
Jesús R. Dugarte M.

una sola motobomba, lo que había obligado a Hidrolara a mantener


un estricto racionamiento, porque en la práctica era imposible contar
con la capacidad para bombear simultáneamente hacia los dos
grandes sectores servidos, generándose al mismo tiempo una gran
inseguridad, debido a que la única motobomba trabajaba de manera
continua durante las 24 horas del día, sin que se permitiera ofrecer el
mantenimiento adecuado exigido por un equipo electromecánico de
tales características.

La gravedad de la situación en el funcionamiento de la Estación


Carabalí, ocurre cuando se produce la emergencia originada por
la paralización del bombeo de agua, como consecuencia del daño
ocurrido en los impulsores de la bomba y en el mecanismo del motor
lo que ocasionó una suspensión del servicio que se mantuvo durante
12 días continuos, hecho ocurrido entre el 9 y el 20 de junio de 2019.

Los primeros pasos orientados al planteamiento de la gravedad del


problema detectado en la Estación Carabalí, se origina en la reunión
llevada a cabo en la Residencia Grisan el siete de abril de 2019 entre un
pequeño grupo de vecinos, en donde se definió su principal objetivo,
el cual era estructurar en una escala de pasos bien organizados, una
fuerza comunitaria de tal magnitud que permitiera ejercer una
intensa presión ante los organismos competentes para conseguir la
rehabilitación de la Estación Carabalí, lo cual fue el punto de partida
para que, ante la grave situación descrita en el aparte anterior, las
comunidades de Río Turbio y Santa Elena, convocaran a una asamblea
ampliada a otras comunidades, a la cual asistieron representantes de
algunos de los sectores que estaban padeciendo las deficiencias en la
entrega de agua potable, como Santa Rosa, Yacural, los condominios
localizados en el Parque Residencial Los Cardones y algunas
urbanizaciones de Cabudare.

Esta primera asamblea se celebró en el salón de reuniones de la


Parroquia Nuestra Señora de la Consolación de Santa Elena el 27
de abril de 2019, teniéndose como objetivos el de informar sobre la
problemática del agua existente en el sector este de Barquisimeto
y Cabudare, cuyo abastecimiento depende de la Estación Carabalí;

152
La esperanza del agua y otras reseñas

compartir experiencias de cada comunidad relacionadas con su


organización y sus formas de lucha por obtener agua y en tercer
término, definir en conjunto una estrategia acorde con la gravedad del
problema.

Con el entusiasmo puesto a la orden de las comunidades por la Ing.


Liana Arrieta de Bustillos, se compartieron amplias explicaciones sobre
la sistematización de la resolución del problema de abastecimiento
de agua, planteándose la idea de que los planes a seguir deberían ser
desarrollados en cinco fases: a) Lograr una organización comunitaria
por sectores; b) Integración y vinculación de los sectores a la lucha
intensa por lograr el adecuado servicio de agua; c) Integración con
los sectores de Cabudare, que también están conectados al sistema;
d) Registrar la problemática ante las instancias correspondientes:
Hidrolara y Gobernación del Estado Lara; e) Identificar las actividades
en el tiempo necesarias para alcanzar los objetivos (medición del
éxito/fracaso). En este primer encuentro se acordó continuar el
trabajo comunitario a través de una organización que se denominó
Este Sediento Carabalí (ESC), con el lema “Buscamos ser parte de la
solución, no del problema” y que posteriormente se cambió hacia
Gente Sedienta Carabalí (GSC), en virtud a la incorporación de las
comunidades de Cabudare.

Las propuestas que se hicieron llegar a Hidrolara, para solucionar en


parte el problema de abastecimiento, tenían relación con la inclusión
de al menos dos pozos profundos adicionales, dos motobombas para
la Estación de Rebombeo, transformadores y tableros necesarios
para el restablecimiento del sistema. Adicionalmente se planteaban
aspectos colaterales, como el mantenimiento general de la Estación
de Rebombeo Carabalí y la reparación de botes y filtraciones en las
comunidades servidas por el sistema.

Una de las primeras acciones llevadas a cabo por el grupo tuvo relación
con la documentación detallada del problema, especialmente dirigido
a las comunidades, gran parte de las cuales desconocía el origen del
agua que abastecía sus viviendas. Mediante la elaboración de un
vídeo de ocho minutos de duración, se documentaron los diversos

153
Jesús R. Dugarte M.

componentes del Sistema de Producción y Distribución Carabalí, con


el objetivo de dar a conocer a los usuarios y público en general los
detalles involucrados en dicho sistema. Dado su carácter público,
este documento se subió a youtube (https://www.youtube.com/
watch?v=SF42yWQ--CQ).

A partir del mes de octubre de 2019 la empresa Hidrolara,


conjuntamente con la Gobernación del estado Lara, efectúa las
inversiones necesarias para adicionar tres motobombas en la Estación
de Rebombeo, completándose así un total de cuatro equipos activos
(uno que bombea para Barquisimeto y dos para Cabudare) y dos
pozos profundos que estaban fuera de servicio (completándose
el funcionamiento de los seis pozos disponibles), haciéndose
simultáneamente un mantenimiento de los espacios ocupados por los
equipos y la incorporación de vigilancia permanente, por lo que a partir
de esa fecha se logra, después de un año, que exista simultaneidad en
la entrega de agua a Barquisimeto y Cabudare.

A pesar de las soluciones encontradas para normalizar la estación, la


oportunidad que nos brinda la conformación de estos grupos de tra-
bajo, conlleva varias ventajas, entre otras: a) Conformación de dos
grupos de chat (Barquisimeto y Cabudare), con la finalidad de tener
un contacto más directo con las comunidades involucradas en la or-
ganización, teniendo acceso permanente a los problemas que pueden
presentarse en la entrega de agua; b) Inclusión de los técnicos y per-
sonal directivo de Hidrolara a los grupos, con lo cual los mismos ob-
tienen información directa de parte de las comunidades; c) Conforma-
ción de grupos de trabajo en Barquisimeto y Cabudare, a fin de evaluar
el cronograma con el cual Hidrolara hace entrega del agua potable a
las comunidades, así como también la sistematización de los reportes
de botes y filtraciones en las redes; d) Reuniones periódicas con los
funcionarios operativos de Hidrolara involucrados en dar respuestas
oportunas a las comunidades, ante la presentación de los problemas
que frecuentemente ocurren, relacionados con la entrega oportuna del
agua y la existencia de los botes y filtraciones; e)Contribuir con las re-
paraciones de botes, filtraciones y colocación o reparación de válvulas,
atendiendo a las dificultades financieras por las que atraviesa la hidro-

154
La esperanza del agua y otras reseñas

lógica; f)Compartir con los miembros de la organización, aspectos que


tienen relación con la conservación y uso del recurso agua, desde la
fuente hasta la distribución en los hogares, motivando a la cancelación
del servicio de agua potable, como manera de contribuir con el sanea-
miento financiero del ente administrador del agua.

Vista la necesidad de contar con una organización de carácter formal


que posea un registro mercantil que le permita accionar en su ámbito
institucional, la organización existente lleva a cabo las diligencias
que conduzcan hacia la protocolización del registro correspondiente,
avanzándose en aspectos como: a) Selección del nombre de la
organización, que en lo adelante se llamará “Asociación Civil Gente
Sedienta Carabalí”; b) Definición del Organigrama de la Asociación; c)
Elaboración y discusión del Acta Constitutiva.

En el día a día, desde la organización Gente Sedienta Carabalí, se


han prestado diversos tipos de apoyo al personal de operadores
y maniobreros de la Estación Carabalí y del manejo de válvulas,
respectivamente, con el objetivo de facilitarle su trabajo, dada las
condiciones económicas existentes actualmente. La organización ha
participado activamente, mediante la movilidad de sus voluntarios,
con el traslado de los maniobreros, especialmente cuando se
distribuye agua en el este de Barquisimeto, Santa Rosa y Yacural,
debido a inconvenientes que Hidrolara ha tenido en los últimos días
para efectuar los traslados del personal correspondiente.

La experiencia obtenida a través del trabajo comunitario con el tema


del agua, nos hace un llamado de atención que posee relevancia en
cualquiera circunstancia en que nos estemos desenvolviendo como
sociedad y es que consideramos fundamental que exista un nexo
estrecho entre los entes gubernamentales que prestan servicio y las
comunidades servidas, solo con esta conexión se podrá realmente
ampliar una conciencia de desarrollo conjunto, que traerá múltiples
beneficios para ambas partes.

Esta grave situación por la que atraviesan los servicios de agua


potable y saneamiento en nuestro país puede ser revertida en pocos

155
Jesús R. Dugarte M.

años, mediante la aplicación de medidas urgentes que, a través de una


gestión profesional y de inversiones estratégicas prioritarias en la
rehabilitación de los sistemas, pueda normalizarse la producción en
las fuentes de agua, los almacenamientos adecuados, la distribución
del agua potable y las obras de saneamiento, sin olvidar que con
una adecuada conservación de las cuencas hidrográficas, podremos
garantizar una suplencia de agua para las generaciones futuras.4

4
Grupo Orinoco. Sept, 2018. Energía y Ambiente. Hoja de Ruta para recuperar los
servicios de Agua Potable y Saneamiento en Venezuela.

156
La esperanza del agua y otras reseñas

Sistema de Riego Yacambú-Quíbor: La esperanza de Lara5

En el mundo agrícola la existencia del semiárido ha sido determinante


en la obtención de los mejores rendimientos de los rubros alimenticios
e industriales. El desarrollo desde épocas milenarias del fértil creciente,
ese vasto espacio que se corresponde con parte de los territorios del
levante mediterráneo, Mesopotamia y Persia, así lo demuestran. En el
mundo vastos territorios se suman a estas condiciones particulares,
como el Valle Imperial al sur de California-USA; los productivos
desiertos del noroeste mexicano; las estepas de Kazajistán; el nordeste
brasileño; el sureste de España y el Valle del Ebro; el gran chaco
trinacional suramericano, el corredor seco centroamericano entre
muchas otras áreas geográficas.

Cuando hacemos referencia al semiárido estamos hablando de


una región donde prevalece un clima seco, con lluvias anuales que
oscilan entre los 500 y 800 mm y donde se compaginan las ventajas
de la radiación solar dominante, como energía que se acumula en los
órganos vegetales a través de ese maravilloso proceso productivo
representado por la fotosíntesis. Muchas de esas regiones carentes de
agua disponible cuentan con la eventual presencia del recurso hídrico,
proveniente de áreas húmedas o semi húmedas adyacentes que a
distancias razonables, bendicen esas tierras yermas haciendo que
florezcan para ventura de sus habitantes.

Por supuesto que el territorio venezolano no escapa a esa dualidad


productiva, lo que se corrobora cuando nos asomamos a los pequeños,
medianos y grandes valles que se entrecruzan en la geografía
venezolana y hacen su aparición en amplias fajas de los estados Falcón,
Nueva Esparta, Anzoátegui, Lara, Zulia y Mérida.

Pequeños valles intramontanos los encontramos a lo largo del río To-


cuyo, en las serranías de la cordillera andina y Nueva Esparta, así como

5
Barquisimeto, noviembre de 2019. Sin publicar.

157
Jesús R. Dugarte M.

también medianos y grandes valles como los de Baragua, Moroturo y


Quíbor en el estado Lara, fieles exponentes de un desarrollo agrope-
cuario, que en los últimos años se ha hecho sentir como fuertes proto-
tipos de esa bondad que encierra la conjunción energía radiante-agua.

En el Valle de Quíbor desde el año 1973, el gobierno nacional ha


invertido ingentes recursos financieros para hacer posible el trasvase
del agua desde el río Yacambú, que escurre a lo largo de las altas
montañas de los estados Lara y Portuguesa donde las precipitaciones
sobrepasan de los 1.500 mm anuales, hasta el corazón del Valle de
Quíbor en el mismo estado Lara, fiel representante de la condición
semiárida con isoyetas que oscilan alrededor de los 500 mm de
precipitación anual. A pesar de esa escasez del recurso hídrico, los
agricultores quiboreños han sabido aprovechar los pocos recursos con
que cuentan y este territorio ha representado en los últimos años la
despensa alimenticia en la región.

Las condiciones particulares del proyecto, relacionadas especialmente


con las dificultades propias encontradas en la construcción de un túnel
de trasvase de 24 kilómetros de longitud, han demorado la puesta en
marcha del proyecto, hasta su detención intempestiva en la primera
década del presente siglo con lo cual, la esperanza que el larense tenía
en poder apreciar la emergencia por el portal de salida del túnel de
trasvase de ese torrente de agua de 10.000 litros por segundo regulada
por el embalse Yacambú, ha quedado truncada por un largo período
que ya se extiende por más de diez años.

Ante tal panorama desolador que envuelve no solo la incertidumbre


de lograr bañar las tierras del Valle de Quíbor con el agua renovadora
de vida, ha cercenado también la suplencia del agua potable para
importantes poblaciones del estado Lara, cuya magnitud volumétrica
presentada por una oferta regulada de 3.000 litros por segundo que
ofrece el Proyecto Yacambú-Quíbor, garantizan una suplencia de agua
hasta los años 2040.

Esta última fecha se encuentra a la vuelta de la esquina y ante su aproxi-


mación inminente, algunos técnicos especialistas en el tema coinciden

158
La esperanza del agua y otras reseñas

en que, dada la magnitud de los recursos financieros para culminar


las obras del Proyecto Yacambú-Quíbor, es recomendable continuar las
obras del paralizado Proyecto Dos Bocas localizado en los límites de
los estados Lara y Portuguesa, con lo cual se estaría garantizando un
caudal regulado de 18.000 litros por segundo para ser compartidos
entre los estados Lara, Portuguesa y Yaracuy, con una oferta nada des-
preciable de 8.000 litros por segundo de agua potable disponibles para
el estado Lara y posiblemente en un tiempo menor a lo requerido para
culminar las obras faltantes del Proyecto Yacambú-Quíbor.

Indudablemente que una decisión de esta naturaleza dejaría en el limbo


las obras relacionadas con la incorporación al riego de las veinticinco
mil hectáreas aprovechables del Valle de Quíbor, sencillamente porque
ante la prevalencia prioritaria de la disponibilidad del agua para
el consumo humano, el agua con fines de riego queda relegado a un
segundo lugar, sin que en primera instancia se vislumbren opciones
claras para que el proyecto Yacambú-Quíbor pueda continuar solo con
fines de irrigación.

Ante este dilema las fuerzas vivas del estado Lara y de Venezuela
toda, deben abocarse a la tarea de promover la continuación de las
obras del Proyecto Yacambú-Quíbor, orientando su culminación hacia
el uso del agua con fines de riego en su totalidad, con lo cual esa
vasta superficie del Valle de Quíbor que indicáramos anteriormente,
tendrían asegurado su futuro para despertar la riqueza alimentaria
que dormita en sus entrañas.

Estas perspectivas que se avizoran para el Valle de Quíbor, deben


abordar opciones diferentes a las que se plantean de manera clásica
donde generalmente el estado asume la responsabilidad total, no
solo en la construcción de las obras de infraestructura requeridas,
sino en el aprovechamiento de las tierras, relegando en muchos
casos la experiencia acumulada por los ocupantes centenarios, que
con su esfuerzo propio han logrado obtener altas producciones
agroalimentarias, demostrado en el alto índice de aprovechamiento
que se detecta en este caso específico del Valle de Quíbor.

159
Jesús R. Dugarte M.

Y ante este planteamiento, debemos rescatar los lineamientos


formulados por la Secretaría Técnica del Consejo Nacional de Riego
y Saneamiento de Tierras (CONARSAT), organismo éste creado por
Decreto en el año 1991 cuando enumeraba sus planes específicos
resumidos en los siguientes aspectos: transferencia de propiedad de
los pequeños sistemas de riego a los usuarios agrícolas, promoción
del riego y saneamiento privados, concesiones para explotaciones
agropecuarias en grandes áreas de tierras nacionales despobladas,
cuyos planteamientos deben ser retomados para imprimir al desarrollo
del Valle de Quíbor, la fuerza creativa del verdadero productor
agropecuario.

En estas acciones que deben marcar el despertar del Proyecto


Yacambú-Quíbor con fines de riego, deben participar activamente
los agricultores progresistas, las empresas agroalimentarias y las
instituciones y organizaciones del estado venezolano, tanto a nivel
regional como nacional. Son muchas las experiencias que a nivel
mundial han demostrado que, con una amplia participación de actores
relacionados con el tema agropecuario, se han logrado sacar adelante
proyectos de riego que solo requieren la conjunción de voluntades con
ansias de progresar bajo las orientaciones de una agricultura moderna.
Venezuela y su gente lo reclama y se lo merece.

160
Lectura del discurso de orden en la clausura del
Curso de Servicios Agrícolas y Mejoramiento de
Suelos en el Centro Egipcio Internacional para la
Agricultura en El Cairo, en octubre de 1986.

El uso de las norias para derivar


agua desde el río Nilo hasta los
canales de riego.

Visita de estudio a las obras de


construcción de lagunas del MAC-
RIEGO, con grupo de estudiantes del
Instituto Universitario de Tecnología
“Antonio José de Sucre”,
de Barquisimeto.
La nivelación de tierras es una Las fértiles tierras del Valle del
de las labores agrícolas que Turbio entre los estados Lara y
facilita la mejor distribución del Yaracuy.
agua de riego sobre el terreno.

El revestimiento de los
canales de riego disminuye
sensiblemente las pérdidas de
agua por infiltración.

Visita al Tribunal de las Aguas


de la Vega de Valencia (España).
Trazado esquemático, en
perfil y planta, de las obras de
trasvase del Proyecto Hidráulico
Yacambú-Quíbor.

Sectorización de Riego del Valle de Quíbor,


importante componente del Proyecto
Hidráulico Yacambú-Quíbor en el estado Lara.

Portal de salida del Túnel de


Trasvase, componente del
Proyecto Hidráulico Yacambú-
Quíbor en el estado Lara.
Localización del acuífero Barro Negro en el Valle de
Duaca: Un caso emblemático de sobreexplotación
de aguas subterráneas en Venezuela.

Reunión de voceros de la Organización Comunitaria


“Gente Sedienta Carabalí”, en Barquisimeto, estado
Lara.

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