Modulo: 5 Materia: Sociología Grupo: Rojo “La infancia problema social”
EL ABUSO SEXUAL INFANTIL
Introducción El abuso sexual en menores de edad, a pesar de ser un tema conocido desde siglos atrás, es uno de los tipos de maltrato infantil cuya investigación inició hace apenas tres décadas atrás. A pesar de esto, el hecho de que la violencia sexual se haya convertido en un problema de carácter mundial, que se trate de una transgresión a los derechos humanos fundamentales y que es la forma de maltrato más traumática en los niños con repercusiones a corto y largo plazo tanto para la víctima, su familia y la sociedad, se ha llegado a posicionar como uno de los principales problemas de salud pública. Es pues un tema que le concierne no sólo a todo el personal de salud, sino también a maestros, policía, trabajadores en el ámbito penal y todo aquel que tenga contacto con los menores de edad de alguna u otra manera. La violencia no consiste únicamente en daño físico, psicológico o emocional, sino que incluye también la violencia sexual, de la que se hablará en este ensayo y cuya definición es toda aquella conducta que amenace o violente el derecho de cada persona a decidir y ejercer de manera voluntaria todo lo que respecte a su sexualidad. Se puede hablar de dos perspectivas en la investigación del abuso sexual infantil. La primera es la perspectiva centrada en la familia. La segunda es la perspectiva centrada en el abusador. Lo que facilita la existencia del abuso de menores es el manto de silencio que logra imponer el abusador sobre su víctima, y si a esto sumamos el hecho de que la mayoría no deja rastros físicos, tenemos las condiciones ideales para que la situación se mantenga oculta y perdure por años. Por esto los profesionales que trabajan en esta área plantean como necesario sensibilizar a la gente para detectar a tiempo el abuso sexual infantil. Los psicólogos es vital conocer este tema, por las implicancias psicológicas que con lleva a esta forma de abuso, y darle, de este modo una cobertura importante y poseer una preparación fundamental para manejar estas situaciones, brindándole el apoyo necesario tanto al niño como a la familia. Desarrollo Definiciones y conceptos básicos acerca del abuso sexual infantil El abuso sexual se define como cualquier clase de contacto sexual con una persona menor de 18 años por parte de un adulto desde una posición de poder o autoridad sobre el niño. El niño puede ser utilizado para la realización de actos sexuales o como objeto de estimulación sexual. El termino abuso sexual hace referencia al uso abusivo e injusto de la sexualidad refleja la idea de que no existe relación sexual apropiada entre un niño y un adulto, atribuyendo la responsabilidad de este tipo de acto exclusivamente al adulto. El acto sexual no sólo se reduce al aspecto genital, recoge todo acto o gesto por el cual un adulto obtiene gratificación sexual. Todo abuso sexual, aunque sea sin violencia física, es forma de maltrato psicológico, que tiene alta probabilidad de producir daños en el desarrollo y salud mental del niño/a, los que pueden expresarse en edades posteriores y ser de difícil tratamiento. Modelos explicativos del abuso sexual infantil Se puede hablar de dos perspectivas en la investigación del abuso sexual infantil. La primera es la perspectiva centrada en la familia, son basados en las relaciones incestas entre padres e hijos/as, la raíz de este abuso sexual se halla en una dinámica familiar distorsionada. La segunda es la perspectiva centrada en el abusador, la raíz del abuso sexual se encuentra en las características psicológicas y fisiológicas del perpetrador. Hay hipótesis que intentan superar la originalidad suposición de que los abusadores sexuales muestran una cierta patología psíquica, señalando la presencia de características personales tales como la inmadures, baja autoestima, sentimientos de inutilidad y otras. Tipos de abuso sexual Se puede expresar en cuatro categorías: 1.- Incesto: si el contacto físico sexual se realiza por parte de una persona de consanguinidad lineal o por un hermano, tío o sobrino. También se incluye el caso en que el adulto está cubriendo de manera estable el papel de los padres. 2.- Violación: Cuando la persona adulta es otra cualquiera no señalada en el apartado anterior. 3.- Vejación sexual: Cuando el contacto sexual se realiza por el tocamiento intencionado de zonas erógenas del niño o para forzar, alentar o permitir que éste lo haga en las mismas zonas del adulto. 4.- Abuso sexual sin contacto físico: se incluirán los casos de seducción verbal explícita de un niño, la exposición de los órganos sexuales con el objeto de obtener gratificación o excitación sexual con ello, y la auto masturbación en presencia del niño con el objeto de buscar gratificación sexual. Creencias Sociales y Abuso Sexual. Los padres de familia se ocupan en regir el desarrollo y la práctica de la sexualidad en la familia obstaculiza la introducción de cambios en las familias en las cuales existen creencias y comportamientos sexuales abusivos. Muchos profesionales todavía no asimilan el hecho de intervenir en los asuntos ligados a la sexualidad, cuando éstos se ejercen de forma abusiva. Incluso defienden la idea de que la mejor manera de ayudar a un niño víctima es hacerlo en el espacio privado. La sociedad en cierto punto prefiere negar la amplitud de los avisos sexuales, ya que en algunos casos el afectado siente vergüenza al hablar de lo que le paso y es por ello que lo reducen a casos aislados producidos por delincuentes ajenos a la familia. En este último caso se denuncia más fácilmente, lo que contrasta con el silencio que rodea a menudo las situaciones de incesto. Desgraciadamente, esta actitud está sobre todo destinada a reclamar justicia, y a menudo venganza, en vez de ofrecer una ayuda terapéutica a la víctima, que es silenciada por la presión provocada por la vergüenza de los adultos. La influencia de la televisión y los programas de educación sexual pueden ser también utilizados para descalificar el testimonio de niños abusados. Otro riesgo ligado a los factores culturales es el de la representación de "un niño puro e inocente" que debe ser protegido del tema sexual al mismo tiempo que se le vigila sin explicaciones para protegerla de sus instintos sexuales, transformando a la sexualidad. Este modelo cultural quita a los niños la posibilidad de conocer y aceptar su sexualidad como una característica humana, esta falta de información les impide también protegerse de los riesgos de agresiones sexuales de adultos abusivos. Consecuencias en las víctimas de abuso sexual El abuso sexual en menores de edad es una experiencia traumática que deja secuelas importantes de una amplia gama de variedad. En general no se puede hablar de un síndrome como tal, ya que la sintomatología siempre variará según los diversos factores que pueden influir la manifestación de un síntoma específico, desde aspectos genéticos hasta sociales, familiares y otras experiencias vividas posteriormente. Además, la víctima puede tener secuelas en una o varias áreas, o no presentar consecuencias del todo. Incluso la edad del niño puede evidenciar diferencias en el predominio de un tipo de secuela. Las consecuencias derivadas del abuso sexual en menores de edad podrían clasificarse en aquellas observadas a corto o largo plazo; o bien, dependiendo del área que se vea afectada, es decir si son de carácter físico, psicológico, mental, social o sexual. Consecuencias a corto plazo El abuso sexual en ocasiones se acompaña de otros tipos de violencia simultáneamente, por lo que, aunque infrecuente, no es del todo extraño observar lesiones físicas, como por ejemplo hematomas, quemaduras o fracturas. Además de las lesiones ya discutidas, están expuestos a la adquisición de enfermedades de transmisión sexual, si bien esta última también pueden contemplarse como secuelas a largo plazo, se discuten aquí puesto que algunas se manifiestan cercano al hecho. Estas entidades deben analizarse con cautela, ya que la adquisición de una enfermedad en un menor puede ser debido a abuso sexual.
• Consecuencias a largo plazo
Así como pueden existir manifestaciones inmediatamente posteriores al abuso sexual, existen consecuencias que únicamente se evidenciarán o empeorarán conforme el tiempo transcurra y que perdurarán por largos periodos o de por vida, se exponen las secuelas a largo plazo. Como problema social derivado del abuso sexual en menores se ha observado una predisposición para alcoholismo, tabaquismo, uso de drogas de abuso, prostitución, delincuencia, fuga del hogar, fracaso y deserción escolar, desempleo, embarazo adolescente o no deseado, conflictos familiares, dificultad para establecer relaciones interpersonales. La intervención psicológica El desarrollar la capacidad de escuchar y apoyar a los menores que revelan malos tratos es uno de los objetivos fundamentales en una organización que se propone ayudarles. Controlar una revelación quiere de decir ser capaz de escuchar al niño e interrogarlo en relación con nuestras inquietudes de una forma no presionante y respetuosa. Se trata de apoyar y dar protección al niño y ofrecer al mismo tiempo ayuda terapéutica para los padres y para él. Se debe romper la dinámica de la indiferencia, transmitiéndole al niño que la intervención no tiene por objeto dañarlo a él o a su familia sino crear condiciones para que cambie su situación de maltrato. Se le informa al niño que debe denunciar ese tipo de abuso. En la intervención inicial se efectúa una entrevista al menor y el/los adultos no abusadores que le acompañan. En el abuso llevado a cabo por familiares o conocidos, los miembros de la familia no abusadores también han sido víctimas de engaño por parte de personas en quienes confiaban y por ello necesitamos conocer cómo son capaces de elaborar esta situación. Habitualmente la entrevista se efectúa en presencia del menor, ya que permite observar cómo se relacionan además de atender a lo que manifiestan verbalmente La intervención psicológica puede tener diferentes objetivos. 1.- Determinar si el abuso se ha producido o no 2.- Validar el testimonio después de la intervención de otros profesionales que también lo han recogido 3.- Tratamiento en casos en que el abuso ya se ha comprobado 4.- Observación en casos dudosos, cuando el menor no verbaliza nada al respecto pero que en su conducta hay indicios que hacen sospechar abuso. Según las características de cada caso diseñaremos el tipo y contenido de la intervención. Seguidamente vamos a exponer, por una parte, las características de la intervención de evaluación y orientación y, por otra las de la intervención terapéutica A partir de los datos se elabora un informe psicológico en el que se incluye la orientación terapéutica. Para tomar las decisiones terapéuticas se tiene en cuenta: el tipo de abuso, el nivel de proximidad relacional con el abusador, la edad de la víctima, la duración de los abusos, el apoyo recibido por el/la menor en el momento de revelar lo ocurrido y sus características personales, capacidad cognitiva, nivel de adaptación anterior al abuso y recursos ante los conflictos. Conclusiones El abuso sexual en menores es una problemática alarmante que le atañe a todos los países del mundo, pero es un tema amplio del que aún hace falta investigar. Todo niño puede ser víctima de abuso sexual, independientemente de su género, físico, trasfondo socioeconómico, familiar y demás; al igual que cualquiera puede ser el perpetrador. Si bien en general se tienen datos acerca de la epidemiología y consecuencias de la violencia sexual, no es válido ceñirse a ellos o a los estereotipos que la población suele tener; siempre se deberá tener la suspicacia para no desapercibir posibles agresiones que se puedan detectar y denunciar a lo largo de la vida laboral o social. Los padres no evitan por completo que a sus hijos cuando están pequeños los violen sexualmente pero al tomar ciertas medidas reducen las probabilidades que alguien los violen sexualmente y que puedes hacer para identificar a un posible violador de niños, si ves que un hombre adulto que muestra más interés en los niños que en los adultos es especialmente gentil, las muestras de gentilidad hacia él o ella son exageradas se ofrece a cuidarlo, se ofrece a llevárselo al cine, a comer y en general lo hace objeto de especial en exceso , a cada rato lo llena de atenciones y que vas a hacer. Asegurar que ese quiere violar sexualmente a tu hijo, no te precipites a sacar conclusiones, tal vez las intenciones de él son inocentes, pero por cualquier cosa siempre es bueno estar sobre aviso, por otra parte, lo puede violar alguien que ustedes no conocen, eso difícilmente puede pasar, pero sí puede pasar y los que violan sexualmente niños no siempre son hombres, también son mujeres. Bibliografía Moreno Manso Juan Manuel. Revisión de los principales modelos teóricos explicativos de maltrato infantil, Enseñanza e Investigación en Psicología, 2 de julio de 2006, pág. 4. Petitbo María Dolores, Intervención psicológica en el abuso sexual a menores, pág. 3 Corwin, D. L. y Keeshin, B.R. Estimación de daños presentes y futuros después del maltrato infantil, 2011. Symes, L. Abuso a lo largo de la vida: prevalencia, riesgo y factores de protección, 2011.
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