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Asertividad en la adolescencia

La asertividad es un recurso psicológico que, ayuda a las personas a gestionar los


conflictos con los demás de la forma más óptima posible. Las personas asertivas, son
conscientes de sus derechos y se ocupan de que los demás los respenten y, a su vez,
conocen los derechos de los demás y se ocupan de respetarlos.

Es muy positivo que un adolescente cuente con un repertorio de conductas asertivas


para gestionar las diferencias que puede tener con otras personas, bien con amigos o
compañeros de clase; o bien con figuras de referencia como pueden ser padres y
profesores.

La asertividad, se encontraría en el medio entre la pasividad y la agresividad.

La pasividad supone la cesión de los deseos y necesidades de uno ante los deseos o
necesidades del otro. Cuando los adolescentes se comportan de forma pasiva, no
confrontan, hacen cosas que no quieren hacer por evitar un conflicto, y sacrifican sus
deseos y necesidades por preservar el vínculo con las otras personas. A corto plazo
evitan el conflicto pero, a largo plazo acumulan una enorme frustración bastante difícil
de tolerar.

En el otro extremo nos encontraríamos las conductas agresivas. Estas tienen que ver con
la imposición de los deseos y necesidades de uno ante los deseos y necesidades de los
demás. A los adolescentes que emiten conductas agresivas en la resolución de
conflictos, les cuesta empatizar, difícilmente ceden, y les cuesta tener en cuenta los
deseos del otro. Priman sobre todo sus necesidades y las imponen en el vínculo. A corto
plazo suelen conseguir lo que desean pero, a largo plazo se encuentran con vínculos
poco elaborados, en los que los demás suelen someterse y manifestar poco sus deseos.
Lo más común es que los demás acaben por abandonar el vínculo cansados de sacrificar
su bienestar por el otro.

La comunicación asertiva se caracteriza por ser clara y directa sobre los


deseos, pensamientos y sentimientos del adolescente. Pero, además, tiene
en cuenta los deseos, pensamientos y sentimientos del otro. Que el
adolescente aprenda a ser más asertivo implica que se comunique de
manera más respetuosa. Este estilo de comunicación le va a permitir obtener
con mayor probabilidad lo que pretende de una forma positiva, siendo
consciente que no siempre se gana, ya que existen circunstancias que
impiden que a veces se logren las metas que uno se plantea. Ser asertivo, por
tanto, es saber comunicarse pero también, es saber tolerar la frustración
cuando las cosas no van como uno quiere o espera.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE ENSEÑAR A
LOS ADOLESCENTES A SER ASERTIVOS?
Porque un adolescente asertivo es capaz de:

• Saber manejar situaciones difíciles utilizando la palabra oportuna, de


manera oportuna, en el momento oportuno.
• Está satisfecho con sus resultados o con lo que obtiene.
• Actúa de tal forma que, tanto si gana como si pierde, mantiene o conserva
su propia integridad o respeto hacia sí misma/o.
• Relacionarse con los demás de una manera sana porque respeta a los
demás respetándose primero a sí mismo.
• Saber colocar dónde está la responsabilidad de cada uno para así no
cargarse con todo o cargar con todo a los demás.

¿UN ADOLESCENTE PUEDE APRENDER A


SER ASERTIVO?
La asertividad es una habilidad que se aprende a través de entrenamiento.
Cuanto antes se empiece más fácil será que se interiorice y el adolescente
pueda expresarse asertivamente de manera espontánea y natural. Los padres
también pueden servir de gran ayuda ya que si ellos inculcan a sus hijos la
importancia de ser asertivo facilitará que el adolescente lo incorpore en su
vida diaria al verlo en casa.

La asertividad siempre se puede aprender independientemente de las


circunstancias de cada uno/a. Si a los adolescentes se les explica bien en
qué consiste suelen querer aplicarlo en sus vidas porque entienden que los
beneficios merecen la pena. La clave está en que el adolescente entrene los
pasos necesarios a través de una terapia individual o de grupo con un
terapeuta especializado en entrenar en asertividad.

¿CÓMO DEBE SER UN TERAPEUTA QUE


TRABAJA CON ASERTIVIDAD?
Por supuesto tiene que tener muy integrada la asertividad tanto en su vida
laboral como personal. No se puede ofrecer algo sin ser ejemplo porque
aunque el psicólogo lo sepa explicar de manera verbal si de manera no
verbal refleja otra cosa no va a saber motivar a los adolescentes en lo
importante que es ser asertivo. El terapeuta tiene que sentirse muy motivado
y contagiar al resto, tiene que saber expresarse de forma clara y firme. Tiene
que saber decir con calidez lo que piensa al adolescente si lo considera
necesario. Tiene que conectar con las emociones que le genera el
adolescente para saber regularse emocionalmente ya que en ocasiones va a
tocar trabajar con adolescentes desafiantes que le pongan a prueba. Por eso
es importante que el terapeuta no se vea afectado y reaccione como lo haría
una persona asertiva. Esto ayudará al adolescente a verle como un referente
a imitar.

De hecho un terapeuta debería ser asertivo en cualquier circunstancia para


el beneficio de la terapia.

¿MI HIJO ES MUY AGRESIVO COMO SE LE


PUEDE AYUDAR A SER MÁS ASERTIVO?
Primero habría que entender bien que es exactamente un estilo agresivo.
Significa manipular a las personas, salirse con la suya a costa de los demás.
Asegurarse de ser ganador sin importar lo que le sucede a los otros. La pelea,
la acusación, la amenaza son ejemplos típicos del modo en el que muchos
adolescentes se relacionan ante los conflictos. Este tipo de estilo
comunicativo se refuerza porque se sale con la suya. Es importante hacerle
ver que aunque eso es así también ocurre otra cosa: los demás no quieren
tenerle cerca.

Lo que habría que trabajar en este caso son las ideas previas de las que
parte su hijo. Probablemente muy relacionadas con la sensación de que la
culpa la tienen los demás y que para salirse con la suya a veces hay que pisar
a los demás. Es importante que el adolescente analice las consecuencias de
su conducta. Es probable que llegue a ver que no le compensa tanto como él
piensa pasar por encima de los demás si luego eso produce rechazo. Si se le
ofrece un modelo donde puede lograr cosas que él desea, si son razonables,
manteniendo una relación positiva con los demás, puede que se decida a
cambiar su estilo de comunicación. Hay que tener en cuenta que detrás de
esa agresividad muchas veces hay dolor por no sentirse aceptado o
comprendido. Por eso es importante que vea que la asertividad puede
ayudar a cubrir esa necesidad.

¿MI HIJO ES MUY TÍMIDO Y LE CUESTA


DEFENDERSE LE PUEDE AYUDAR SER
ASERTIVO?
Al igual que en el punto anterior habría que entender bien qué es
exactamente un estilo pasivo. Significa permitir que los demás se le
impongan, cuando no defiende sus intereses y cuando hace lo que dicen los
demás sin importar lo que él mismo piense o sienta al respecto. En definitiva,
supone soportar cualquier situación para evitar los conflictos, o discusiones
con los demás, castigándose posteriormente pensando en lo que debería
haber dicho o hecho. La ventaja del adolescente pasivo es que no suele
generar rechazo directo por parte de los demás. La desventaja es que los
demás acaban aprovechándose de él/ella, lo que hace que el adolescente
acumule resentimiento hacia los otros y hacia sí mismo.

Al igual que en el estilo agresivo, existen ideas erróneas en el adolescente


pasivo que hacen que no se relacione o comunique de otra manera. El
adolescente pasivo piensa que si se niega a hacer alguna petición de los
demás, le acabarán rechazando o le acabará generando una discusión donde
no se ve capaz de defenderse. Es importante que el adolescente vea las
consecuencias a corto y largo plazo de su conducta. Enseñarle que evitar le
genera un alivio a corto plazo, pero refuerza ideas como “el conflicto hay que
evitarlo” y la idea de “incapacidad de hacer frente a situaciones conflictivas”
puede ser de mucha utilidad para iniciar el cambio de conducta. Añadir el
resentimiento que se mantiene por sentir que los demás se aprovechan de
él.

Por tanto, si se le plantea un modelo asertivo donde puede decir que “no” sin
sentirse culpable donde además se mantiene el respeto hacia los demás, el
adolescente pasivo que lo pasa tan mal querrá aprender una manera nueva
de comunicarse donde obtendrá más beneficios de los que obtiene siendo
pasivo.
Independientemente del estilo de comunicación (pasivo, sumiso, agresivo)
del que un adolescente parta, siempre van a poder aproximarse a un estilo
más asertivo. Lo mantendrán en el momento que descubran que obtienen
más ventajas que desventajas.

MI HIJO ES AGRESIVO CON NOSOTROS


PERO FUERA DE CASA DEMUESTRA UN
COMPORTAMIENTO EJEMPLAR ¿POR QUÉ
PUEDE SER?
Los adolescentes pueden llegar a ser muy cambiantes. Hay que tener en
cuenta que las personas no nos comportamos de la misma manera en todas
las circunstancias. Muchas veces las circunstancias van a condicionar el estilo
de respuesta.

Si un adolescente siente que el amor es incondicional y que, por lo tanto, ser


agresivo no va a perjudicar que sus padres le sigan queriendo y dándole lo
que pide, no va a temer descontrolarse. Sin embargo, en otros contextos
como el colegio y los amigos, es consciente de que mostrarse agresivo sí le
puede conllevar consecuencias negativas como el suspender o que los
amigos se alejen. Es decir, el amor en estos casos no es incondicional.

Al final, funcionamos por consecuencias, y eso va a hacer que nuestra


manera de comportarnos dependa de las consecuencias que se obtienen.

Un adolescente sumiso que evita confrontaciones, cede y no expresa lo que


siente va acumulando rabia en su interior. Esto puede llegar a convertirse en
una bomba de relojería que estallará en cuando el adolescente sienta que se
lo puede permitir. Los padres muchas veces son esa diana porque el
adolescente sabe que sus padres no le van a abandonar.

Es importante que el adolescente, gracias a la terapia, aprenda a canalizar


sus emociones y a ser más asertivo para evitar ese tipo de situaciones. Si
aprende a expresar lo que siente y piensa de una manera asertiva, no
acumulará tanto resentimiento por lo que no llegará a explotar en casa. Los
padres también pueden ayudar a su hijo haciéndole ver que su conducta sí
genera repercusiones. Es bueno que el adolescente vea que a los padres les
afecta su actitud agresiva. Por ejemplo, si los padres le preguntaran a su hijo
cómo cree que se sienten cuando reacciona de forma tan agresiva ayuda a
que el hijo se ponga en el lugar de sus padres. Ayuda a que no vea a sus
padres inmunes a su agresividad. Esto favorece a la empatía y reduce las
probabilidades de descontrolarse con sus padres.

Si con esto no es suficiente, probablemente será necesario que los padres


reciban un entrenamiento para poner límite a su hijo. Que puedan poner
normas firmes en las que transmitan que en casa no se consienten
comportamientos agresivos, se hace necesario cuando el adolescente no
consigue controlarse. En muchas ocasiones, los adolescentes siguen
necesitando la contención adulta cuando se desbordan emocionalmente; y el
límite firme de los padres en este caso no sólo es útil, sino que se vuelve
necesario.

¿ES CONVENIENTE MEZCLAR EN LA


TERAPIA DE GRUPO ADOLESCENTES
PASIVOS CON ADOLESCENTES
AGRESIVOS?
Depende de cada caso. Lo primero que hay que hacer antes de formar el
grupo es valorar el impacto del grupo en cada adolescente. A veces es
necesario trabajar primero en terapia individual para que tomen consciencia
de cómo se comportan y las consecuencias de ser de una manera poco
asertiva. Cuando el adolescente es consciente de esa dificultad y tiene
motivación para el cambio entonces es el momento para que forme parte de
un grupo que les ayude a ser más asertivos.

Un grupo heterogéneo donde se mezclen los diferentes estilos suele resultar


bastante enriquecedor. Ayuda a los adolescentes a darse cuenta que los que no
se relacionan de la misma manera también sufren, lo que les ayuda a ser más
empáticos. Cuando se realiza algún juego donde se interpretan los diferentes
estilos siempre resultará más fácil si los estilos ya son de por sí diferentes. Otro
beneficio importante es que el adolescente descubre que se puede relacionar
con adolescentes de diferentes estilos ayudando a cambiar el concepto de
incapacidad que se tenía de sí mismos. Se aportan pruebas de realidad pues
cada miembro es partícipe de las consecuencias que tiene cada estilo de
respuesta lo que les ayuda a tener más claro dónde quieren estar.

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