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Alumna: Luciana Lopardo

Curso: 3A Inicial

Materia: Historia y Prospectiva de la Educación

Profesora: Cristina Peña

Año: 2022

Trabajo práctico n°1

El periodo en el que Juan Cassani redacta “La formación de la personalidad del niño” se caracteriza
por la confrontación de dos discursos entorno a la educación. Por un lado la pedagogía religiosa y por
otro, el positivismo.
Así se estableció el binomio educación-política que estuvo centrado en la búsqueda y la aplicación de
medidas que conformarán una Argentina Moderna. Al llegar a la década de 1930, la Argentina
comenzó su proceso de industrialización y en ese proceso, la educación desde la acción del Estado, a
partir del modelo de sustitución de importaciones, se fue fortaleciendo con la relación educación-
economía y educación- trabajo.
La corriente positivista, abrevaba en el pensamiento de Augusto Comte, cuyas notas fundamentales
fueron la valorización de las ciencias naturales, la aplicación del método experimental y la aceptación
del evolucionismo como explicación del origen del universo y del hombre, con desapego de toda
concepción religiosa. El positivismo tuvo su principal centro de difusión en la Escuela Normal de
Paraná y en las subsiguientes escuelas de esa modalidad diseminadas por el país, en las que se
originó una nueva corriente educativa conocida con el nombre de normalismo. Este se caracterizó por
la valoración de lo europeo frente a lo hispano-criollo, que es despreciado; la adhesión reverente al
mito del progreso cientificista, que se traduce pedagógicamente en un enciclopedismo; y el criterio de
que el magisterio es laico.
En cambio la enseñanza religiosa, pretende la colaboración orgánica en la educación, de la familia, el
Estado y la Iglesia. La Reforma Fresco-Noble, implementada en 1937, se basó en la segmentación del
sistema, en un nuevo reordenamiento curricular, en el refuerzo de las prácticas militaristas de la
escuela y en la imposición de la enseñanza religiosa. Esta resolución tomó fuerza con la ley 12978/47
en la primera presidencia de Perón (Posteriormente, en 1954, el enfrentamiento de Perón con la
Iglesia alcanzó su punto máximo de tensión y en 1955, el Congreso suprimió con la ley 14401 la
enseñanza de la religión en todo el país).
Para Pablo Pineau, la reforma estableció una íntima ligazón entre la nación, la salud y la religión, en
donde “cada una era consecuencia y condición directa de la otra, y se realizaban prácticas que así lo
evidencian: los actos patrios empiezan con Misas o bendiciones y terminan con desfiles o
demostraciones gimnásticas”.
Entre los docentes democráticos argentinos la exaltación de la libertad y la opción por la democracia
que caracterizó a los krausistas, se había combinado con la aceptación de algunos de los aportes del
positivismo, en particular el valor otorgado al pensamiento científico. El espiritualismo liberal
impregnaba a la Escuela Activa o Escuela Nueva.
La problemática educativa de este período estuvo influida por las demandas de participación en la
planificación, gestión y conducción de las políticas educativas. Los docentes escribían artículos y
manifiestos de protesta contra la burocracia y a favor de una educación nacionalista y democrática.
Para Juan Cassani, la educación debía superar las distinciones y lograr la "unidad del espíritu" del
maestro y el alumno. Destaca el poder de la educación para lograr que el alumno se adapte al medio
social y la tarea docente para comprender las manifestaciones del espíritu humano. Además sostenía
que la enseñanza se lograba cuando el alumno intervenía valorando o rechazando, a través de
fundamentaciones razonadas, los saberes que la acción educadora pone a su alcance.
Fue un espiritualista que entendía que la escuela debía ofrecer las bases para la formación de la
personalidad, uno de los problemas más importantes y delicados de la educación.

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