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Obediencia
Obediencia
OBEDIENCIA
— Maestro, hemos estado trabajando duro toda la noche y no hemos
pescado nada —le contestó Simón—. Pero, como tú me lo mandas,
echaré las redes. Lucas 5:5
Mientras Jesús estaba en la playa enseñando a la multitud, el corazón de Pedro se fue llenando de
asombro y encanto. El estaba delante de un maestro nunca visto antes en Israel. Poco a poco
Pedro va reconociendo la autoridad y la majestad de Jesús. Pedro fue percibiendo que, en
comparación con Jesús, él no era más que un muñeco de trapo. Entonces Jesús da una orden:
“Toma el bote más al fondo y lanza las redes”. Pedro responde: “Nosotros pescamos toda la
noche, somos pescadores, conocemos este mar y podemos decir que la marea no es para peces,
pero, como tú lo dices, lanzaré las redes”. ¿Que es eso? Obediencia.
En el discipulado de Jesús, la palabra obediencia es fundamental. El reconocer la autoridad, la
grandeza, la sabiduría y, principalmente, la distancia entre lo que somos y lo que Jesús es debe
llevarnos a la obediencia. Obedecer a Jesús es la esencia del discipulado. Ser un discípulo de
Jesús implica un compromiso de obedecer a Jesús.
La obediencia es una cosa muy difícil. Recuerdo cuando tuve que enseñar a mis hijos a obedecer.
Mi hijo, por ejemplo, me dijo que no era posible obedecer una orden que no entendía o con la que
no estaba de acuerdo. Y me encontré en dificultades, porque en el fondo, en el fondo, tenía razón,
o al menos cierta razón. Cuando alguien obedece una orden con la que está de acuerdo y una
orden que entiende, entonces no esta obedeciendo, sino siendo razonable. Uno esta siendo
obediente cuando dice: “Mira, no entendí, o no estoy de acuerdo; o, si entendí no estoy de
acuerdo; o, no entendí ni estoy de acuerdo, pero como reconozco tu autoridad, voy a obedecer”.
Así fue como Pedro se comportó con Jesús. Esto es obedecer.
Para seguir a Jesús, la obediencia es esencial. Quien quiere ser discípulo de Jesús, quien quiere
andar a los pies de Jesús, y quiere estar cubierto de polvo de los pies de Jesús, necesita obedecer.
Es el camino de la obediencia, reconociendo la autoridad de Jesús, que somos transformados y
nos convertimos en personas como él. Si no estamos dispuestos a obedecer, seguiremos siendo la
misma persona que siempre fuimos. Es en el camino de la obediencia que Jesús nos transforma y
nos hace personas semejantes a el.
AMEN.