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Salcedo Ortega Brisa Sunduri 625

17 de marzo del 2022

EL ESPACIO FRONTERIZO MÉXICO-ESTADOS UNIDOS

Los espacios fronterizos de nuestro tiempo han logrado tener una mayor
importancia, no sólo jurídica, sino también política, económica, social y cultural, de
cara al proceso globalizador.
Desde la década de 1970 la división internacional del trabajo fragmentó el proceso
productivo y con ello, permitió que el capital eligiera nuevos horizontes de
acumulación más flexibles, de acuerdo con la necesidad que requería el mismo. El
programa maquilador, ayudó a consolidar este proceso en la frontera norte de
México, por tanto, esta parte del territorio mexicano ha adquirido una importancia
estratégica dentro del proceso globalizador del capital, y en lo concerniente a la
fuerza de trabajo, que se ha introducido dentro del nuevo esquema productor de
mercancías.

La frontera norte de México se empezó a reconfigurar espacialmente hacia el


modelo neoliberal en la década de 1980, para recibir las inversiones necesarias,
con el tiempo estas ayudaron a la consolidación de un nuevo proceso productivo.

La creación de infraestructuras en la región ha jugado un papel trascendental para


la reconfiguración de este espacio, porque gracias a ellas se han logrado las
articulaciones necesarias que hoy existen entre cada una de las ciudades en ambos
lados de la frontera, y desde luego responden a diferentes modelos e intereses de
reproducción capitalistas en el contexto del Tratado de Libre Comercio para América
del Norte (TLCAN), ahora llamado TMEC.

El territorio ha adquirido una valoración material importante para explicar los


espacios ligados a procesos productivos específicos en la frontera México-Estados
Unidos, por ejemplo, la construcción de corredores industriales se ha constituido
como la parte más visible en esta reconfiguración espacial en la frontera norte. Su
producción espacial obedece a distintos intereses representados por grupos de
poder, entre los que destacan las inversiones públicas y privadas realizadas en
infraestructura para el desarrollo de las actividades económicas; los recursos
tecnológicos utilizados, y el interés de contar con una fuerza de trabajo contratada
bajo nuevos esquemas laborales.

El factor de la distancia ha sido una de las ventajas más atractivas para el progreso
y desarrollo de dichos corredores industriales en la frontera, lo cual ha permitido una
mayor integración entre ambos territorios. Sin embargo conviene agregar que esta
dinámica binacional en la frontera Norte se ve sometida a otras lógicas fuera de esta
escala; han existido un sinnúmero de factores que provienen de otros centros de
poder, como son las decisiones del poder político y económico emitidas desde las
ciudades capitales de ambos países, que han incidido en decisiones de suma
importancia, tales como la misma delimitación de la línea fronteriza en el siglo XIX
o en la imposición del cobro y recaudación de impuestos a las ciudades locales y
en sus aduanas, entre otras.

PERSPECTIVAS A FUTURO DE LA REGIÓN FRONTERIZA NORTE DE MÉXICO

Se prevé en los próximos años un escenario regional de crisis, que consolidará


nuevas relaciones de poder y dominación en el orden capitalista prevaleciente que
implique a ganadores y perdedores bajo el siguiente panorama:

• Estados Unidos de América incrementará sus inversiones en la Frontera


Norte de nuestro país a niveles sin precedentes vía sus principales
corporativos empresariales, con el propósito de consolidar la creación del
primer Estado Trasnacional del Mundo, y que políticamente estará separado
de México.

• Si el Gobierno Federal Mexicano opusiera resistencia a este proyecto


estadounidense, se implementaría por medio del Pentágono un mecanismo
de acción militarizada, es decir, se gestará la guerra e intervención armada
para echar a andar ciclos de destrucción y reconstrucción para acumular
capitales y hacer ganancias.

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