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José María Arguedas y su amor por el Perú verdadero

“Yo no soy un indio a culturado; yo soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz
habla en cristiano y en indio, en español y en quechua” José María Arguedas fue un escritor y
etnólogo, renovador de la literatura de inspiración indigenista y uno de los más destacados
narradores peruanos del siglo XX. Sus padres fueron el abogado cuzqueño Víctor Manuel
Arguedas Arellano, quien se desempeñaba como juez en diversos pueblos de la región, y Victoria
Altamirano Navarro. En 1917 su padre se volvió a casar (la madre había muerto tres años antes),
y la familia se trasladó al pueblo de Puquio y luego a San Juan de Lucanas. Al poco tiempo el
padre fue votado de su cargo como juez por razones políticas y tuvo que trabajar como abogado,
dejando a su hijo al cuidado de la madrastra y el hijo de ésta, quienes lo cuidaron de forma
horrible y lo trataban de sirviente. En 1921 se escapó con su hermano Arístides de la opresión del
hermanastro. Se refugiaron en la hacienda Viseca, donde vivieron dos años en contacto con los
indios, hablando su idioma y aprendiendo sus costumbres, hasta que en 1923 los recogió su
padre, quien los llevó por diversos pueblos y ciudades de la sierra.
La circunstancia especial de Arguedas de haberse educado dentro de dos tradiciones culturales,
la occidental y la indígena, unido a una delicada sensibilidad, le permitieron comprender y
describir como ningún otro intelectual, la difícil realidad del indio nativo, con la que se identificó de
una manera desgarradora.
Y aunque no era diestro en el manejo de las técnicas narrativas modernas, su literatura (basada
especialmente en las descripciones) supo comunicar con gran intensidad la esencia de la cultura
y el paisaje andino. Arguedas vivió un conflicto profundo entre su amor a la cultura indígena, que
deseaba se mantuviera en un estado "puro", y su deseo de redimir al indio de sus condiciones
económicas y sociales. Sus obras revelan el profundo amor del escritor por la cultura andina
peruana, y representa, sin duda, la cumbre del indigenismo. Dos circunstancias ayudan a explicar
la gran relación de Arguedas con el mundo campesino. La primera circunstancia, que naciera en
una zona de los Andes que no tenía mayor roce con los estratos occidentalizados; en segundo
lugar, que su madrastra lo obligara a permanecer entre los indios. De esa manera asimiló la
lengua quechua, y lo mismo sucedió con las costumbres y los valores éticos y culturales del
poblador andino. Como resultado de estas dos circunstancias, la vida de Arguedas transcurrió
entre dos mundos no sólo distintos, sino además en lucha. El resultado de este choque de dos
mundos que vivió Arguedas, son sus excelentes obras en las que nos describe el indigenismo a
través de sus ojos, y a la vez denuncia (de forma discreta) en forma de relatos los diferentes
abusos que sufría el indio por culpa del gringo.
Si bien “El Sexto” (publicada en 1961) al principio solo nos parecerá el recuerdo de Arguedas por
el penal el sexto, donde lo metieron, como resultado de unas protestas en contra del gobierno,
pero si seguimos leyendo nos daremos cuenta rápidamente de lo que él nos quiere compartir. En
esta cárcel se reúne lo peor del Perú, una cárcel es un país en miniatura y el sexto alberga todos
los conflictos sociales que están a punto de estallar…
-” ¡Están condenados! Y nosotros, amigos, estamos bajo los zapatos de los condenados”…
Esa cárcel en particular era demoledora muchos se volvían locos debido a las torturas, palizas,
las humillaciones y las matanzas que presenciaban a diario, y de hecho esta experiencia disparo
la vocación de Arguedas por entender el Perú…

-“ Aquí, en mi pecho, está brillando el amor a los obreros y oprimidos. ¿Quién va a pagar eso?
¿La muerte? No hay muerte, amigo. ¡No hay muerte sino para los que se tiran para atrás!

Dentro del sexto no solo hay ladrones y vagos sino que se trata de una prisión absolutamente
politizada que está llena de marxistas, comunistas, civilistas, apristas, fascistas y obreros, y como
en casi todas las novelas de Arguedas, el mal absoluto, el enemigo en común es el gringo.

-“Me han traicionado los apristas mucho. Pero odio a los gringos malditos y moriré luchando
contra ellos”

Todas las Sangres, es posiblemente de las mejores obras de Arguedas, ya que es un retrato de
todos los estratos sociales del país y precisamente el título alude a este país donde todas las
sangres se pelean rivalizan y se aman, el argumento de esta obra es el siguiente: dos hermanos
Bruno y Fermín Aragón de Peralta entran en conflicto a causa del descubrimiento de una mina de
plata. Fermín aspira a ser un importante hombre de negocios y quiere explotar la mina y traer el
progreso a la región, a él se opone su hermano Bruno que simpatiza con los indios y quiere que
se mantengan las viejas tradiciones, la rivalidad de estos hermanos es la misma rivalidad que
divide a los peruanos, entre las costumbres y el progreso.

-El Perú se sacude. Y lo que es Dios para algunos, para otros es el demonio…

Pero lamentablemente cuando se pelean el progreso y la tradición, el progreso siempre gana, la


cultura siempre pierde ante el progreso, ese es su destino terrible.

-Fermín quiere modernizarlo todo. Acaba de traer ganado fino europeo a su finca. Ha enviado
voceros a los pueblos ofreciendo veinte soles de jornal. Está formando otro nido de vicios, otro
pueblo del demonio.

Es imposible no sentir simpatía por lo que representa Bruno y Arguedas no puede ocultar su
simpatía por ese mundo, ese es el único problema de la obra, y es que, Arguedas pinta y
representa a Fermín como demasiado brutal, por momentos parece que hubiera una secta de
todo poderosos amos del capitalismo que controlan todo desde las sombras, incluso se refiere al
presidente de la compañía como el zar…

-“Los gringos, pues, no son de aquí ni de allá; son del billete. ¡Esa es su patria! ¡Estamos jodidos,
porque ellos mandan todavía en el mundo!”
Ojo no quiero decir que esa secta no existe, sino que el retrato que hace Arguedas termina siendo
demasiado exagerado.

-Son cobardes los indios actuales; degenerados por el hambre y los vicios del alcohol y la coca.
El próximo gobierno debe ser aún más fuerte. Tenemos que evitar que el Perú se desarrolle…
La triste verdad es que en estos supuestos ataques de los gringos, su principal arma siempre ha
sido la propia ambición de los peruanos, que quieren ascender socialmente a como dé lugar.

Los Ríos Profundos, es una historia mucho más idílica, aquí no hay grandes ambiciones son
simplemente un padre y un hijo recorriendo la sierra peruana. El argumento es súper sencillo
Arguedas relata los viajes que realizaba junto a su padre de pueblo en pueblo para ganarse la
vida.
-“Mi padre no pudo encontrar nunca donde fijar su residencia; fue un abogado de provincias,
inestable y errante. Con el conocí más de doscientos pueblos: Coracero, Puquio, Andahuaylas,
Cangallo…”
Aquí Arguedas describe una experiencia que todo peruano tenido que pasar, conocer le Cusco, el
contraste entre la realidad y esa imagen idealizada que hemos creado en nuestra mente debido a
tantas leyendas…
-Yo meditaba en el Cuzco. Sabía que al fin llegaríamos a la gran ciudad. ¡Sera para un buen
aeterno!
-¡Mira al frente!-Dijo mi padre- Fue el palacio de un inca.
El libro esta contado desde el punto de vista de un niño y esto le permite a Arguedas desplegar
toda la calidez de su alma, en los ríos profundo Arguedas se revela como un poeta, este libro es
en realidad un largo poema acerca de la sierra.
Estas y muchas obras más son el fruto del pasado oscuro que vivió Arguedas, y es este mismo
choque de mundos que hace que Arguedas sea el más indicado para describirnos esta geografía
de ríos, valles y montañas que son las venas de nuestro país. Mejor dicho Arguedas estaba
enamorado del Perú, ya que la única forma de llegar a conocer algo es estando enamorado.
Arguedas crea una visión perfecta de como es y fue la vida india o en la serranía, y es que
Arguedas vivió entre indios entre runas y aprendió casi todo de ellos. Es por esto que no se
puede comprender este país, sin haber leído a José María Arguedas. Arguedas te describe la
complejidad del Perú, los profundos conflictos sociales, pero sobre todo la belleza del andes, de
sus pueblos, de sus tradiciones, de su cultura, de su música, la belleza del quechua del aimara y
cuál fue la respuesta a la que llego, como entender pero sobre todo como querer a este país tan
distinto.

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