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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUMBES

Facultad de Ciencias Agrarias


Escuela profesional de Medicina Veterinaria y
Zootecnia

Tema:
Teorías del origen de la vida

Docente:
Dr. Mg. Ing. Héctor Alfredo Sánchez Suárez. 

Alumno:
Roberto Eras Nole

Curso:
Zoología

Ciclo de estudios:
II

TUMBES-PERÚ
2022
Evolución:
Los adelantos en las ciencias y las novedosas filosofías trajeron un profundo cambio en
la cultura occidental durante el siglo XVIII; con el Iluminismo se creyó que la raza
humana “iluminada por la luz de la razón” alcanzaría la felicidad; el motivo sustituiría a
la fe y la especificación científica al dogma. En este marco, Maupertuis y Buffon
expresaron varias ideas sobre el cambio de las especies, empero eran meras
especulaciones. La primera teoría evolutiva ha sido enunciada por Lamarck, en 1800,
explicándola como un fomento interno de habituación del organismo a las condiciones
del medio originando novedosas propiedades que heredaría la prole. Lamarck ha sido
refutado por Cuvier, que describía la desaparición de especies fósiles por continuas
catástrofes seguidas de novedosas innovaciones; esta teoría cayó rápido en descrédito
perdurando la de Lamarck extenso tiempo.1 En 1859, Darwin describió la evolución
basada en la batalla por la vida, la desaparición de los menos adaptados por la selección
natural y la supervivencia de los más aptos. La herencia de los letras y números
adquiridos quedó implícita, puesto que Darwin no expuso cualquier mecanismo de
transformación tomando la evolución como hecho dado, empero otorgó tan sólidas
pruebas que su teoría ha sido aceptada por alrededor de todos los biólogos, aunque
ciertos siguieron siendo lamarckianos. La teoría de la evolución generó la
contraposición del templo protestante y de la católica. A partir de objetivos del siglo
XIX hubo alguna voz en la jerarquía eclesial católica que sostenía la iniciativa de que la
evolución no era contraria a la ideología, empero por varios años el templo mantuvo una
firme contraposición al evolucionismo por miedo al racionalismo y por resistirse a
reconocer que se puede cometer un error en algunas ocasiones. De esta forma, aunque a
partir del siglo XVIII todos estaban seguros del sistema solar copernicano, hubo que
aguardar hasta mediados del siglo XX para que el Papa Juan Pablo II admitiera
públicamente el error del templo al haber sentenciado a Galileo. En 1900 se brindaron a
conocer las leyes de la herencia, y al poco tiempo se verificó que los letras y números
adquiridos por predominación del medio no se heredan. Todo ello ha sido un
desconcierto para el término de evolución y se necesitaron cincuenta años de esfuerzos
para concertarla con la genética. En la actualidad, el darwinismo ha superado inclusive
la bastante seria objeción referente a cómo describir la organización general y armónica
del sujeto en evolución: en 1980 se conoció la vida de los genes (Master-genes) que
controlan la acción de otros genes para la diferenciación concertada de monumentales
secciones corporal, determinando una adhesión orgánica. No obstante, persisten
preguntas sobre la causalidad elemental de la evolución. ciertos biólogos se resisten a
creer que el proceso se debería a mutaciones al azar y a la selección natural de los
mutantes, y postulan una ley biológica que induciría a los organismos a una
organización cada vez más compleja hacia una meta de perfección. Ésta es la evolución
ortogénica en la que reaparecen ciertos conceptos de Lamarck.

Creacionista:
Hay diferentes grados de creacionismo. El creacionismo dogmático rechaza toda
iniciativa de evolución y admite únicamente la letra de la Biblia. El neocreacionismo
sugiere la construcción de las especies originales que por una evolución subsiguiente
habrían dado distintas maneras de interpretar el Diluvio como un evento local. El
creacionismo teístico admite las explicaciones científicas sobre los principios de la vida
y la evolución, inclusive de las personas, con ciertas restricciones, pero postula el
proceso evolutivo como obra fundamentalmente divina sujeta a leyes dadas por Dios;
los procesos de procedencia de la vida y subsiguiente evolución podrían ser opinables,
puesto que piensan a la Biblia como libro profético y ético sin embargo no científico o
histórico.

Generación Espontánea:
A partir de la antigüedad este pensamiento sé tenía como aceptable, sosteniendo que la
vida podía surgir del lodo, del agua, del océano o de las combinaciones de los 4 recursos
primordiales: aire, fuego, agua, y tierra. resultado de relación de la materia no viva, con
fuerzas capaces de ofrecer vida a eso que no poseía. esta fuerza la llamo
ENTELEQUIA.
La iniciativa de la generación espontánea de los organismos vivos, perduro a lo largo de
un largo tiempo. Johann B, propuso la generación natural de ratas: "criaturas como por
ejemplo los piojos, garrapatas, pulgas, y gusanos, son nuestros invitados, pero surgen de
nuestro interior ya que, si colocamos ropa interior llena de sudor junto con trigo en un
recipiente de boca ancha, al pasar 21 días el olor cambia y penetra a graves de las
cáscaras del trigo, cambiando el trigo en ratones. Sin embargo, lo más importante es que
dichos ratones son de ambos sexos y tienen la posibilidad de cruzar con ratones
que hayan surgido de forma habitual..."
Ciertos científicos no estaban conformes con aquellas explicaciones y empezaron a
controlar a la experimentación cada una de aquellas ideas y teorías. 
A fines del siglo XVII, Antón van Leeuwenhoek, gracias al perfeccionamiento del
microscopio hallazgo robusteció los ánimos de los seguidores de la "generación
espontánea" Pese a los experimentos de Redí, la teoría de la generación espontánea no
fue rechazada enteramente, puesto que las averiguaciones, de este científico demostraba
los principios de las moscas, mas no de otros organismos.

Spallanzani y Needhad:
En aquellos mismos tiempos, otro científico denominado Needhad, sostenía que había
una fuerza fundamental que originaba la vida. Sus suposiciones se fundamentan en sus
experimentos: hervía caldo de res en una botella, misma que tapaba con un corcho, la
dejaba reposar diversos días y al divisar al microscopio muestra de la sustancia, hallaba
seres vivos. Él aseveraba que el calor por el que había hecho pasar el caldo era
suficiente para asesinar a cualquier organismo y que, entonces, la presencia de
organismos vivos era creada por la fuerza esencial. No obstante Spallanzani no se dejó
convencer como varios científicos de su etapa, llevando a cabo los mismos
experimentos de Needhad, sin embargo, sellada plenamente las botellas, las ponía a
hervir, la dejaba reposar diversos días y una vez que hacía visualizaciones no hallaba
seres vivos. Esto lo llevo a concluir que los organismos encontrados por Needhad
procedían del viento que penetraba por medio del corcho.

Pauster:
En 1862, Louis Pauster, doctor francés, hizo una secuencia de experimentos dirigidos a
solucionar el problema de la generación espontánea. Él pensaba que los responsables de
la putrefacción de la materia orgánica eran los microorganismos que se encontraban en
el viento. Para enseñar su premisa, creó unos matraces cuello de cisne, en los que coloco
líquidos nutritivos que luego hirvió hasta esterilizarlos. Más adelante, observo que en el
cuello de los matraces quedaban detenidos los microorganismos del viento y aunque
este entraba en contacto con la sustancia nutritiva, no había putrefacción de la misma.
Para comprobar sus visualizaciones, rompió el cuello de cisne de un matraz, y al entrar
en contacto él liquido con el viento y los microorganismos que tenía dentro él último, se
producía una descomposición de la sustancia nutritiva Tal cual quedo comprobada por
él celebre científico la falsedad de la teoría de la generación espontánea.

Panspermia:
Una iniciativa más para solucionar el problema del origen de la vida la presento Svante
Arrhenius, en 1908. Su teoría se sabe con el nombre de panspermia. Según esta, la vida
llego a la Tierra en forma de esporas y bacterias provenientes del espacio exterior que, a
su vez, se desprendieron de un mundo en la que había. A esta teoría se le tienen la
posibilidad de oponer 2 argumentos: Se tiene entendimiento de que las condiciones del
medio interestelar son poco favorables para la supervivencia de cualquier forma de vida.
Además, se conoce que una vez que un meteorito entra en la atmósfera, se genera una
fricción que causa calor y combustión destruyendo cualquier espora o bacteria que viaje
en ellos. Y tampoco soluciona el problema del origen de la vida, puesto que no explica
cómo se conformó ésta en el mundo hipotético del cual se habría desprendido la espora
o bacteria.

Oparin:
Con el lapso de los años y habiendo sido rechazada la generación espontánea, ha sido
iniciativa la teoría del origen físico-químico de la vida, popular del mismo modo como
teoría de Oparin – Haldane. La teoría de Oparin- Haldane se fundamenta en las
condiciones físicas y químicas que existieron en la Tierra primigenia y que han
permitido el desarrollo de la vida. Según esta teoría, en la Tierra primigenia existieron
determinadas condiciones de temperatura, así como radiaciones del Sol que
perjudicaron las sustancias que había entonces en los océanos primitivos. Dichas
sustancias se combinaron dé tal forma que brindaron origen a los seres vivos. En 1924,
el bioquímico Alexander I. Oparin público "los principios de la vida", obra en que
sugería que recién formada la Tierra y una vez que aún no había aparecido los primeros
organismos, la atmósfera era bastante distinta a la presente, según Oparin, esta
atmósfera primigenia carecía de oxígeno independiente, empero había sustancias como
el hidrógeno, metano y amoniaco. Dichos reaccionaron entre sí gracias a la energía de la
radiación solar, la actividad eléctrica de la atmósfera y a la de los volcanes, dando
origen a los primeros organismos vivos. En 1928, John B.S.Haldane, biólogo inglés,
planteó en forma sin dependencia una especificación bastante similar a la de Oparin.
Dichas teorías, influyeron de forma notable sobre todos los científicos preocupados por
el problema del origen de la vida.

Bibliografía:
1. Buican, D. (1963). L’evolution et les evolutionismes. Presses Universitaires de
France. París, pp. 5-12; 49-77.
2. White, A. D. A history of the warfare of science with theology in Christendon. Dover
Publ. New York 1960 (1986). Vol. 1, pp. 71-75; 97-100.
3. Palafox, E. (1991). Evolución y darwinismo. Editorial Ninos. México, pp. 79-81.
4. Cely Amezquita, A. (2009). Teorías del Origen de la Vida.
5. Wickramasinghe, C. (2009). Life from Space. Astrobiology and Panspermia. The
biochemical Society.

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