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ACTOS DE LECTURA

238
VI. EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA

gún lado) . Quienes ya vengan preparados y sean capaces


de hacer esta diferenciación, esperarán encontrar detenni_
nado tipo de oraciones en los textos escritos. Son eviden.
temente estos niños los que pasarán más fácilmente el trance
de aprender a leer con "libros de lectura". Como nota
final, citaremos la opinión de Mafalda (personaje creado
por el humorista Quino) coincidente con la nuestra: Hasta aquí hemos hablado principalmente de la lectura tal
comO el niño la concibe en el curso de su desarrollo, es
decir. de sus interpretaciones de un texto impreso o pro­
ducido por un adulto. Pero, obviamente, el niño es también
un productor de textos, desde temprana edad. En un niño
de clase media, habituado desde pequeño a hacer uso de los
lápices y papeles que encuentra en su casa, pueden r egis­
trarse intentos claros de escribir -<liferenciados de los
intentos de dibujar- desde la época de los primeros mo­
nigotes o aun antes (2 años y medio o 3 años).
Estos primeros intentos de escritura son de dos tipos:
trazos ondulados continuos (del tipo de una serie de emes ·
en cursiva), o una serie de pequeños redondeles o de líne3.s
verticales. Desde este momento ya hay escritura en el niño:
es la manera de escribir a los 2 años y medio o 3 y, aunque
la similitud del trazado con respecto a la del adulto no
pasa de ser global, los dos tipos básicos de escritura apa­
recen: los trazos ondulados continuos (con la continuidad
de la escritura cursiva); los redondeles y rayas verticales
discontinuos (con la discontinuidad de la escritura de im­
prenta).
Ahora bien: imitar el acto de escribir es una cosa, inter­
~re tar la escritura producida es otra. Una de las preguntas
lmpotantes a plantearse es la siguiente: ¿a partir de qué
lTlomento el niño da una interpretación a su escritura? En
otros términos, ¿a partir de qué momento deja de ser un
trazado para convertirse en un objeto sustituto, en una re­
PreSentación simbólica? Estas preguntas sólo pueden res­
~nderse mediante estudios longitudinales pormenoriza-
os, a partir de 2 o 3 años (cosa que estamos realizando
~ctualrnenle). Aunque no podamos dar aún los resultados
de ~stas investigaciones en curso, una cosa resulta clara
mes e ya: la gran importancia del nombre propio, por lo
ha~~os en niños de clase media. (Obviamente, es preciso
er estudios comparativos para deslindar el peso respec­

[239J
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA
241
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VI.!. CÓMlJ ESCRIBEN LOS NIÑOS SIN AYUDA ESCOLAR
tivo de las influencias ambientales Y de las concepciones
infantiles.) La exploración sobre la escritura del niño la realizamos de
En el comienzo de la interpretación de la propia escritura varias maneras: 1] pidiéndoles que escribieran el nombre
el niño puede acompañar sus dibujos de otros signos que propio; 2J pidiéndoles que escribieran el nombre de algún
representan su propio nombre. Si trabaja sobre . el modelo aJl1ig o o de algún miembro de la familia; 3] contrastando
de la escritura de imprenta (grafías separadas), puede po­ situaciones de dibujar con situaciones de escribir; 4] pidién­
ner varias graHas similares, pero de tal manera que en doles que escribieran las palabras con las que habitualmente
todas ellas, como conjunto, dice su propio nombre, pero se comienza el aprendizaje escolar (mamá, papá, nene, oso);
también en cada una de ellas, tomada separadamente, tam­ 5] sugiriendo que probaran a escribir otras palabras, que
bién dice su nombre. La hipótesis de que 10 que se escriben seguramente no les habían sido enseñadas (sapo, mapa,
son los nombres se generaliza luego, progresivamente, a los pato. etc.); 6J sugiriendo que probaran a escribir la ora­
nombres de objetos. Liliana Luryat (1974) cuenta así algu­ Ción siguiente: "mi nena toma sol". Aclaremos que estas
nos ejemplos de escritura de su propia hija : situaciones no se sucedían unas a otras de una manera
fija ni de un modo continuo: eran tareas que íbamos
A los 3 añ0S y 4 meses Elena dibuja dos rectángulos de la­ proponiendo en el curso de nuestra exploración con el niño,
maño diferente, uno representando una cama grande, y el
otro una cama pequeña. Cada dibujo va acompañado de un buscando los momentos más propicios. Como veremos, los
signo. El comentario es el siguiente: "marqué una cama grande, niños que se negaron a escribir son pocos y, generalmente,
marqué una camita". El signo utilizado es una curva semi-c~ estas negativas son interpretables en el marco de la evo­
rrada; lo notable es que la dimensión de es ta curva es propor­ ludón total. Varios niños dijeron, por supuesto, que no
cional a la de la cama: una curva grande para la cama gr3nde sabían escribir, pero bastó con aceptar este hecho e incita~
y una pequeña para la camita. El signo se separa mal del ob­ los a que lo hicieran "como te parezca, como vos pensás".
jeto, es próximo al ideograma, manifestando una confusión para obtener de ellos una respuesta escrita. Siempre hicimos
entre lo que es significado por el signo y el signmcantc mismo. leer el texto producido por el niño (inmediatamente después
Se puede citar otro ejemplo de la dependencia en la que se y también, en lo posible, algunos minutos después).
encuentra el signo con respecto al dibujo. Es la real ización de
una serie de circulos que representan bombones; cada uno de Los resultados obtenidos con los niños de 4 a 6 años
ellos está acompañado de un signo en forma de curva sem~ce­ de CM y CB nos penniten definir cinco niveles sucesivos
rrada y del comentario: "marqué". La correspondencia térmlJlO (~e proponemos, provisoriamente, como niveles ordenados,
a término del objeto y del signo es también una ilustración del SUjetos a las rectificaciones y complementos que nos p ro­
sincretismo inicial del dibujo y de la escritura (p. 84 ). Vean las actuales investigaciones. en curso ya que, como
veremos. los resultados obtenidos superaron en novedad a
(Aclaremos que, en francés, los niños utilizan de prefe~,ncl' ~cs tras previsiones, y las técnicas que empleamos queda­
las expresiones "j'ai marqué" o "j'aí fait des marques, : obn a.la zaga con respecto a )a información potencialmente
lugar de "écrire" . "Marquer" es a la vez más ampliO Y J11 o d Itenlble). Haremos una breve referencia a la escritura
vago que "écrire", porque abarca tanto a la escritura coJ11 r:al .nombre propio, en el contexto de todas las escrituras
a la realización de otras marcas , incluidos los númeroS.)_{)tI
c C1 qUe IZ¡das por el niño, pero luego volveremos sobre esto, ya
Este ejemplo de L. Lurr;at nos introduce a La pre5. !'t3 ue e nombre propio requiere un análisis particular.
de nuestros propios datos, ya que varios de los ntn?~ ¡q;st­
nosotros interrogamos están, a los 4 años, en un nt.. e Nivel 11
milar. cOs d 1 ~n este nivel escribir es reproducir los rasgos tlpi­
forlttae b ltl!0 de escritura que el niño identifica como la
áS 1ca de escritura. Si esta forma básica es la escri­
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EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA
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Está claro que aquí "un nombre más grande que el pato"
tura de imprenta, tendremos grafismos separados entre sí, quiere decir "el nombre de un animal más grande que el
compuestos de líneas curvas Y rectas o de combinaciones pato". Otro ejemplo de este tipo de conducta, al mismo
entre ambas. Si la forma básica es la cursiva, tendremos nivel que Gustavo . es el de David (5a es) quien, trabajando
grafismos ligados entre sí, con una línea ondulada como también sobre el modelo d~ la cursiva, acaba de proponer
forma de base, en la cual se insertan curvas cerradas o se­ una determinada escritura para "mi hermano va a la es­
micerradas. cuela" y cuando le pedimos , inmediatamente después, que
En lo que respecta a la interpretación de la escritura, escriba solamente "papá", nos dice: "Es más dificil porque
está claro que, a este nivel, la intención subjetiva del escri­ es más largo".
tor cuenta más que las diferencias obietivas en el resul­ tstc es un punto muy interesante: el niño espera que la
tado: todas las escrituras se parecen mucho entre sí, lo cual escritura de los nombres de personas sea proporcional al
no obsta para que el niño las considere como diferentes, tamaño (o edad) de esa persona, y no a la longitud del
puesto que la intención que presidió a su realización era nombre correspondiente. Veamos varios ejemplos: el mismo
diferente (se quiso escribir una palabra en un caso, y otra David piensa que " papá" se escribe "más largo" que David
palabra en el otro caso). Con esas características resulta Bernardo Méndez (su nombre y apellido completos).* En
claro que la escritura no puede funcionar como vehículo un contexto completamente diferente, una niña que acaba
de transmisión de información: cada uno puede interpretar de cumplir 5 años y que está en psicoterapia por un pro­
su propia escritura pero no la de los otros. Corno. lo dice blema afectivo leve, y que pide regularmente en cada
claramente Gustavo (4a CB) cuando le pedirnos que inter­ sesión, a su terapeuta, que le escriba su nombre, esta vez
prete una escritura nuestra: "No sé, porque uno sabe lo pide: "Escribíme mi nombre . Pero tenés que hacerlo más
que escribe, y yo sabía lo que escribía." Si uno mismo no largo porque ayer cumplí años." En otro contexto diferen­
sabe lo que escribió, mal puede preguntárselo a otro; la te, una niña mexicana de 5 años, llamada Verónica, escribe
escritura es ininterpretable si no se conoce la intención su nombre así: VERO; pero piensa que cuando sea grande lo
del escritor (véanse ilustraciones 1, 2 Y 3) . va a escribir "con la ve grande" (es decir, BERO, ya que en
Sin embargo, al mismo nivel pueden aparecer intentoS México la v es Llamada "be chica" y la B es la "be grande").
de correspondencia figurativa entre la escritura y el objeto Jorge (4a CM), que conoce sus propias iniciales (aunque
referido. Un ejemplo de esto nos lo da el mismo Gust3V~. no sabe escribir "Jorge") nos explica: "¡La (s) letra (s) de
Él trabaja sobre el modelo de la cursiva, y todas sus est:I1­ mi nombre es tan largo , . . ! Más que el nombre de mi
turas son líneas onduladas extremadamente parecidas en~re
sí. Gustavo acaba de escribir de esta manera "pato". n­
tonces le preguntamos:
rb
papá. El nombre de mi papá tendría que ser más largo
que es más grande, y el mío es más largo" ("y el mío"
\! e entenderse como "pero el mio" o como "y resulta
qU~ el mío", en función de la entonación).
¿ Podés escribir "oso"? t ~ t 5tOS ~atos y otros recogidos en los más diversos con­
¿Será más largo o más corto? Más grande.
(Gustavo comienza a hacer una ji!." us eVidencian una tendencia del niño a tratar de refle­
¿Por qué? escritura enteramente similar. ({ en .Ia escritura algunas de las características del objeto.
pero que resulta más larga qUe
la anterior, mientraS silabea) dc ~~, eJemplos de L. Luq;:at que citamos antes son también
lita Calegoría.) La escritura es una escritura de nomb res,
O.so. ¿Viste que sale más gran­
• f!., t
de?
Porque es un oornbr,~ rtl
1'.11¡ Iliiioocto el libro. hemos conservado los nombres
~l!rlJ d,.~·1?ero transformamos los apellidos en otros
originales
de igual
de
nú·
SI. pero ¿por qué? grande que el pato, Illt "",., co Silabas. para conservar el anonimato. Los nombres de­
-lIt), ,ob~~t:rva~e para poder present~r de manera fidedigna los
c.: eSCritura del nombre propIo.
CÓMO ESCRIBEN LOS NIÑOS SIN AYUDA ESCOLAR 245
244 EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA

damos en el capítulo n- sobre la distinción imagen/texto


pero los porladores de esos nombres tienen además otras en un libro: a las dificultades momentáneas de distinguir
propiedades, que la escritura podría reflejar, ya que la es­ "lo que es para leer" en un libro corresponden aquí las
critura del nombre no es todavía la escritura de una deter­ dificultades momentáneas entre las actividades de escribir
minada forma sonora. y dibujar: ambas son productoras de grafias interpr etables,
Lo notable es que, hasta ahora, no hemos encontrado pero el modo de remitir al objeto propio del dibujo no es el
excepción a esta regla: la correspondencia se establece ITlismo que el modo de remitir al objeto propio de la escritu­
entre aspectos cuantificables del objeto y aspectos cuanti­ ra (ni siquiera a este nivel).
ficables de la escritura, y no entre aspecto figural del Otro ejemplo interesante de esta problemática es el de
objeto y aspecto figural de lo escrito_ Es decir, no se buscan Edith (4a CH): ella acaba de escribir, sobre el modelo de la
letras con ángulos marcados para escribir "casa", o letras cursiva, varias palabras sueltas, y entonces le pedimos que
redondas para escribir "pelota", pero sí mayor número de escriba una oración.
grafías, grafías más grandes o mayor longitud del trazado
total si el objeto es más grande. más largo, tiene más edad, o ¿Podés escribir "mi nena toma
hay mayor número de objetos referidos. so1'" . ¿Mi nena toma sol? ¿Le hago
Esta búsqueda -momentánea y no sistemática- de c~ el sol?
rrespondencia entre objeto referido y escritura va de par (Repite la consigna) ¿Una nena? (Dibuja un sol) .
con cierta indiferenciación en tre dibujar y escribir que ¿Qué dice? So] dice.. . después voy a ha­
cer una nena.
puede presentarse -también momentáneamente- en este ¿Dice solo es un sol? El sol.
nivel. Veamos un ejemplo de S ilvana (4a CB): Yo te pedí que escribieras "mi
No. Di~ujar sé: una casa, una nena toma sol". ;Como esto? (señala una de
¿Sabés escribir? sus escrituras anteriores).
nena, un sol, una nube.
Como te parezca. (Hace una escritura muy simi­
(Hace un dibujo).
lar a las anteriores, sobre el
¿Esto es escribir o dibujar? Dibujar.

(Dibuja una casa). modelo de "mamá" en cursi­


Escribí una casa. va.)
¿Qué escribiste? Una casa. ¿Qué dice? Mi nena toma sol.

¿Dibujaste o escribiste casa? Escribí. ¿Y esto qué es? (el sol dibu­

¿ y si querés dibujar?
(señala su propio dibu jo).
jado previamente) Sol.

¿ Es lo mismo escribir o dibu­


¿Dice sol? No, un sol nomás.

jar? No.

¿ Qué hiciste en el papel? Dibujé.


Un último ejemplo que podemos citar y que muestra aún
(Escribe algo) ¿Escribo o di·
bujo? Escribe. más claramente los problemas de encontrar una diferencia
Dibujá un sol. (Dibuja un so\). ¡ recisa entre escribir y dibujar es el de Roxana, u no de
Escribí sol. o ,. No sé. os sujetos más pequeños de la m uestra de 4a CH:
¿Dibujaste o escribiste? Lo dibujé.
¿ Lo escribiste también? No. ¿Sabés escribi r ? Sí, un juguetito (dibuja un mo­
nigote).
¿.Dice juguetito o es un jugue­
Resulta claro que la dificultad de diferenciar las activida­
des de escribir y dib ujar es apenas momentánea: Sil
propone dibujar como una alternativa al escrib ir , que d
va
¡: lila?
~SCribí para que diga jugue­
hto.
Es un juguetito.

resulta demasiado problemático, pero no tiene difj~ultas_


(Debajo del dibujo agrega una
en identificar los actos del adulto en la oposición dibuJar~r_
escritura sobre el modelo de la
cursiva.)
cribir. Reencontramos aquí la misma problemática que a
CÓMO ESCRIBEN LOS NIÑOS SIN AYUDA ESCOLAR 247
EVOLUCIÓN DE 1.A ESCRiTUR.\
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(Dibuja otro monigote similar otroS (nuestras intervenciones, tratando de ver si el mno

Ahora escribl nene . al anterior, y dice): es lID nene. distinguía dibujar de escribir, iban más bien en sentido

(Agrega debajo una escritura contrario) . En Roxana, particularmente, el dibujo, que

Entonces escribí nene. tipo cursiva donde alternan siempre precede a la escritura, pareciera funcionar como

curvas con Lrazos ondulados, y un garante de la significación de esta última: como si la

que podría corresponder a escritura sola no pudiera "decir" tal o cual cosa. pero

enene.) aparcada con el dibujo puede servir para "decir" el nombre

Escribí mi nena torna sol. (Dibuja un sol.) de éste. Este apareamiento puede llevar, a veces, a intentar

(repite consigna). (Dibuja otro 50\.) insertar la escritura dentro del dibujo, como ocurre con

¿Ahí dice "mi nena toma sol"?


No. David (5a CB):

Yo quiero que escribas para

que diga "mi nena torna sol". (Arriba del dibujo de un sol
agrega una escritura tipo cursi· ¿Querés escribir? ¿Dibujo?

va, compuesta de trazos curvos, ¿Es lo mismo? No. Yo no sé hacer dibujos.

próximos a e ya.) Entonces escribí. Yo sé hacer una casa (dibuja

una casa con un árbol; agrega


¿Podés escribir "el nene come el humo que sale de la chime­
(Hace un Lrazado en espiral
un alfajor"? que se cierra sobre sí mismo.) nea).
Un alfajor. . ¿Qué dice? ¿Acá? Humo.

¿Qué es? (Agrega un teJleto tipo cursiva, Está dibujado.

¿Qué dice? ¿Dice o está dibujado?


como una serie de varitas e.)
¿Sabés escribir "casa"? A ver si me sale. . . acá den·

Mi nene come alfajor.


tro . . . (hace grafismo tipo cur­
(Dibujá cinco trazos vertica·
siva dentro de la casa. Cf. ilus­
¿ Podés escribir "palo"?
les.) tración 2; hay una prorimidad
¿Qué escribiste? Palos. marcada entre estos grafismos
¿ y para que diga palo?
(Agrega una escritura tipo cur­ y los corres.pondientes a la re­
siva, con trazos tipo e y tipo presentación simbólica del hu­
n.) mo).

Edith y Roxana tienen ya una manera de escribir bien Una limitación de nuestra técnica -que qUizás sea par­
diferenciada del dibujo. Cabría preguntarse si estos niñOS cialmente responsable de Ja aparición de estos dibujos- es
usan el dibujo como "escapatoria" a la difícil consigna de que, pidiéndole al niño que escribiera sustantivos aislados,
escribir, o bien si el dibujar cumple, además, una cierta y luego una oración, actuábamos con el supuesto de que
función con respecto a la escritura. Los datos que poseernos0 tales cosas pueden escribirse, sin haber indagado previa­
nos hacen preferir esta segunda interpretación. As! co111 nte
antes (cap . n) vimos que la imagen no quedaba totahne i11O
h ente la opinión del niño al respecto. Después de lo que
emos visto en el capítulo IV relativo a la diferencia de
excluida de 10 que "es para leer", y podía funcionar co estatus de las distintas clases de palabras con respecto a la
un complemento del texto; y de la misma manera que,!e­ escritura, esta objeción nos parece válida. En trabajos que
yendo un texto acompañado de una imagen (cap. IlI) .se~ CS~os realizando actualmente tratamos de explorar más
lamos que en un primer nivel el niño puede leer pasan or a ondo este problema.
del texto a la imagen y de la imagen al texto, con la rnaydo
fluidez, aquí también aparece el dibujo como proveye!, rti~
d' En lodos los ejemplos que hemos analizaJo, correspon­
l~entes. a este primer nivel, el tipo de escritura-modelo es
una apoyatura a la escritura, como garantizando SIl ~f~tO (SIV
tra a . Así escriben en total seis niños de nuestra mues­
{icado. La aparición de la representación gráfiC.3 del o nOS" tres de 4a CB, uno de 5a CB y dos de CM, de 5 y 6 años).
nos parece significativa, ya que no está sugenda por
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA CÓMO ESCRIBEN LOS NIÑOS SIN AYUDA ESCOLAR
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Pero la escritura-modelo también puede ser la imprenta. trabaja e1 mno, y acerca de cuya importancia tendremos
En este caso estamos en presencia de grafismos que se mucho que decir en lo que sigue: las grafías son variadas
aproximan a los números o a las letras. Liliana (5a CB) tan­ y la cantidad de grafías es constante.
to como Diego (4a CM) presentan caracteres mezclados (ade­ Los niños de este nivel parecieran trabajar sobre la hi­
más de múltiples inversiones). Simplificación y modillca­ pótesis de que hace falta un cierto número de caracteres
ciones en la orientación de los caracteres son la regla. L. -pero siempre el mismo- cuando se trata de escribir algo.
Luryat también lo señala (Elena tiene entonces 4;1): Que este "algo" sea una sola palabra o una oración entera,
poco importa. Así, Gustavo y José escriben siempre tres
Las primeras letras. aunque muy alteradas. se distinguen de los grafias, y Alejandro siempre cuatro (todos son de 4a en). Una
híbridos precedentemente utilizados en la imitación de la es· variación en la cantidad de grafías no surge por la oposición
critura [ . . . 1 Las esquematizaciones son frecuentes: las letras
son reducidas a sus elementos , barra y círculo, barra y dos palabra/oración, sino por la oposición nombre de un objeto
circulas; aparecen ángulos, rectángulos y triángulos que se"sus­ pequeño/nombre de un objeto grande, a la que aludimos
tituyen a las letras. Cuando las letras son identificables, las previamente.
inversiones de orientación aparecen (p. 87). Esas 3 o 4 grafías son diferentes entre sí (a lo sumo
aparecen dos grafías iguales en la misma linea) , aunque
Las razones de la aparición simultánea de letras y núme­ cuando el niño está fatigado , la variedad tiende a desapa­
ros han sido ya expuestas en el capitulo u. En lo que res­ recer. Así, por ejemplo, Diego (4a CM) utiliza desde el
pecta a la modificación de la orientación espacial de Jos principio 4 o S grafías para cualquier propuesta de escri­
caracteres. en este nivel y en niveles subsiguientes, señale­ tura, mezclando números con letras y múltiples inversiones,
mos que no puede ser tomada como índice patológico (pro­ pero cuidando ]a variedad. Al fina l de la sesión, obviamente
anuncio de dislexia o disgrafia), sino como algo totalmente fatigado, conserva la cantidad pero pierde la variedad: oso
nonnal. No solamente nonual, sino que en algunos casos da lugar a una serie de cinco círculos, y pato a una serie de
estas inversiones son voluntarias, y testimonian de un deseo cuatro 4 invertidos.
de exploración activa de esas formas difícilmente asi mila­ Señalemos, finalmente, que a este nivel la lectura de lo
bles. Así, por ejemplo, Cynthia (5a CM) nos escribe todos escrito es siempre global, y las relaciones entre las partes
los números que conoce, una vez con la orientación correc­ y el todo distan mucho de ser analizables: así, cada letra
ta, y otra invirtiendo las relaciones derecha/izquierda o vale por el todo, como lo veremos a propósito de la lectura
arriba/abajo. Esas inversiones son voluntarias. algunas apa­ del nombre p ropio.
rentemente gratuitas, y otras motivadas: así . cuando invierte
las relaciones izquierda/derecha en el número 2, dice que
así le sirve para hacer un pato; cuando invierte las rela­ Nivel 21 La hipótesis central de este nivel es la siguiente:
ciones arriba/abajo en el 9. nos explica que, en )a nueva [Jara poder leer cosas diferentes (es decir, atribuir signifi­
posición, no es más el 9 sino el 6. Cados diferentes) debe haber una diferencia objetiva en las
Que el modelo de escritura elegido sea la cursiva o la escrituras. El progreso gráfico más evidente es que la forma
imprenta parece poco importar para que uno de los rasgo~ de los grafismos es más definida. más próx:ima a la de las
distintivos de nuestra escritura aparezca ya: el ordelt 1,· let~as. Pero el hecho conceptual más interesante es el si­
neal. (Solamente Diego -4a CM- utiliza, en la l'riJIle~ ~lente: se sigue trabajan do con la hipótesis de que hace
entrevista, de una manera más libre el espacio de la h oja, SIn ~ ta una cierta cantidad mínima de grafismos para escribir
alinear los caracteres sobre una recta imaginaria. Véase ~gb~ y con la hipótesis de la variedad en los grafismos. Abo­
ilustración 3.) 'J1l' e len. en algunos niños la disponibilidad de formas gráfi_
Pero solamente cuando el modelo elegido es el de \es a~s es muy limitada, y la única posibilidad de responder
p renta se evidencian dos hipótesis de base sobre las cua a Vez a todas las exigencias consiste en utilizar la posición
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA
250 CÓMO ESCRIBEN LOS NI~OS SIN AYUDA ESCOlAR 251
en el orden lineal. Es así como estos mnos expresan la limitado. Aunque se niega posterionnente a interpretarlas,
dife rencia de significación por medio de variaciones de po­ propone como escrituras diferentes entre sí las siguientes:
sición en el orden lineal, descubriendo así, en pleno período
preoperatorio, los antecesores de una combinatoria, 10 cual R lOA
constituye un logro cognitivo notable. o A J R

Tres niños de 4a CM nos dan ejemplos impresionantes de ,\ R o

o 1 R A
la utilización de este recurso (cL ilustraciones 4 Y 5). (Para
facilitar la presentación haremos una transcripción de esas
escrituras en términos de la proximidad con el modelo aduL­ Nos parece que casos como éstos son particulannente
to, sin tomar en cuenta las inversiones.) La serie de escri­ instructivos para apreciar la eventual contribución del des­
turas de Marisela, con sus correspondientes interpretacio­ arrollo de la escritura al progreso cognitivo. Tratando de
resolver los problemas que la escritura le presenta, los niños
nes, es la siguiente: enfrentan, necesariamente, problemas generales de clasifi­
A 1 T 3 Marisela. cación y ordenamiento. Descubrir que dos órdenes diferentes
A 3 1 1 Romero (su apellido). de los mismos elementos pueden dar lugar a dos totalidades
A 3 1 Silvia (su hermana). diferentes es un descubrimiento que tendrá enormes con­
A 3 1 1 Carolina (su madre). secuencias para el desarrollo cognitivo en los más variados
A 1 3 1 = papá. dominios en que se ejerza la actividad de pensar.
En el curso de este desarrollo el niño puede haber tenido
A TIc oso.
A 1 1 3 perro. la oportunidad de adquirir ciertos modeJos estables de es­
critura, ciertas formas fijas que es capaz de reproducir en
Está claro que la combinatoria no es exhaustiva , por dos ausencia del modelo. De estas formas fijas el nombre propio
razones: primero, porque Marisela comienza siempre con es una de las más importantes (si no la más importante).
la misma letra (la A no está sujeta a variaciones de orden, y Hablamos de formas fijas porque, como veremos, el niño
quiz.ás funcione, como en otros casos que veremos luego, de este nivel tiende a rechazar otras posibles escrituras de
como indicador simbólico de comienzo de escritura); se­ su nombre que presenten las mismas letras, pero en otro
gundo, porque Marisela no tiene ningún método para com­ orden Pero la correspondencia entre la escritura y el nombre
parar entre si escrituras que no sean espacialmente próxi­ es aún global y no analizable: a la totalidad que constituye
mas (en otros términos, para saber cuáles de las c0lI'!~i­ esa escritura se le hace corresponder otra totalidad (el
naciones posibles han sido ya realizadas). Pero la inlenclon nombre correspondiente), pero las partes de la escritura
de usar las permutaciones en el orden lineal para expresar no corresponden aún a partes del nombre. Cada letra vale
diferencias de significado, manteniendo constante la can­ Como parte de un todo y no tiene valor en sí misma. (Esto
tidad y la exigencia de variedad, es indudable. Se verá más claro cuando analicemos en detalle las conduc­
Valeria hace algo similar: tas relativas al nombre propio.)
Lo que es importante subrayar aquí es que ]a adquisición
A r o n = sapo.
de ciertas formas fijas está sujeta a contingencias culturales
y Personales: culturales, porque una familia de CM ofrecerá
A o r n = pato.

1 A o n = casa.
más a menudo contextos para este aprendizaje (aunque más
r A o 1 = mamá sale de casa.
no Sea por el simple hecho de escribir el nombre del niño
. ","t' :n Sus dibujos, para identificarlos); y personales, porque
Finalmente, Romina es quizás quien más exhaustrv3t11;den e veces la presencia de un hennano mayor que comienza la
explora las posibilidades de las permutaciones en ~l ~Cf'lte s~~ela Primaria suele ser un factor de incitación compen-
lineal, con un registro de formas gráficas extrema a: Or de otras incitaciones culturales ausentes.
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA CÓMO ESCRIBEN LOS NIÑOS SIN AYUDA ESCOLAR 253
252
Pero también es importante observar que, a partir de esta "mamá, papá, oso, Laura. Laura me enseno mi mamá, y
adquisición (posibilidad de reproducir un cierto número papá, oso y mamá aprendi yo de un librito para empezar
de formas gráficas fijas y estables) aparecen dos tipos de a leer". La diferencia de origen de sus conocimientos se
reacciones de signo opuesto: a] bloqueo Y b) utilización refleja en la diferencia de letra: escribe Laura en mayúscu­
de los modelos adquiridos para prever otras escrituras. Va­ las de imprenta y el resto en cursiva (correctamente, excep­
mos a analizarlas separadamente. to papá que se convierte en "popó"). Se niega a escribir
El bloqueo parece responder al siguiente razonamiento:
las otras palabras que le proponemos porque "eso no sale
a escribir se aprende copiando la escritura de otros; en au­
en mi librito", Es interesante notar --con respecto a lo que
sencia del modelo no hay posibilidad de escritura. Por ejem­
veremos luego-- que Laura, en la situación de leer palabras
plo, Eugerua (4a CM) conoce solamente la inicial de su
acompañadas de una imagen, afinna que dice "oso" en un
nombre (dice "una que tenga todas las rayitas iguales" mien­
texto donde dice "juguete", en cursiva, pero que está apa­
tras dibuja una E con 6 lineas horizontales paralelas), pero
reado a la imagen de un oso de juguete; cuando le pregun­
dice "yo sé escribir papá y Laurita", y lo hace en mayúsculas
tamos si ella sabe escribir oso nos responde l/yo lo sé escri­
de imprenta así: PAPÁ, LAURA. Ella se niega a escribir cual·
bir de otra manera", y escribe correctamente oso, en
quier otra cosa con el siguiente argumento: "No sé. Ninguna
cursiva. Finalmente, en la segunda entrevista con Laura
cosa que no me enseña mi mamá no lo sé." (En la segunda
conseguimos romper su bloqueo: ella escribe atoao, en cur­
entrevista Eugenia nos dice que sabe escribir Ana. Comienza
siva, para representar "mi nena toma sol", utilizando así las
escribiendo AM, se detiene Y objeta: "le falta otra letra, a,
letras conocidas para anticipar una nueva escritura (véase
para poner Ana" , y la agrega: MM; pero tampoco está sa­ ilustración 6).
tisfecha Y diciendo "una erre primero" agrega M, de tal La utilización de los modelos conocidos para prever nue·
manera que el resultado final es MAAM. obviamente un inten­ vas escrituras comparte las características básicas de las
to de reproducción de MAMÁ. Lo que ocurre es que Ana es escrituras del nivel precedente: cantidad fija de granas y
el nombre de su madre, y Eugenia, como muchos otros variedad de grafías. Sólo difiere del precedente en que las
niños, creen que tanto el nombre propio como el nombre letras son fácilmente identificables (salvo raras excepcio­
genérico de la madre pueden leerse en la misma escritura:) nes) yen que la disponibilidad de formas gráficas es mayor.
Roxana (5a cs) sabe escribir mamá en cursiva y papá en Ejemplos:
mayúsculas de imprenta. pero se niega a escribir cualquier
otra cosa con el siguiente argumento: "mi mamá hizo asi Mario (5a CM), sabe escribir correctamente su nombre, papá
para saber las cosas, primero me hizo todo ella y me dio y mamá en mayúsculas de imprenta. Mantiene una cantidad
una hoja y lo hice todo yo", aludiendo, obviamente, a una Constan te de cuatro grafías para todas sus escrituras :
situación de copia de modelos escritos. OMop oso.
Ma ina (5a CM) sabe escribir su nombre en mayúsculas Mapa nene.
de imprenta Y papá en cursiva, y tampoco se arriesga a OMPB == sapo.
escribir otros nombres, aunque está siempre dispuesta a cO­ OPal == mi nena toma sol .
piar nuestras propias escrituras (así, copia espontáneamen­ ~/ael (6a CM) sabe escribir correctamente su nombre en ma·
31~
te. pero en espejo, GATO Y PERRO). Pr sculas de imprenta, pero conoce además otras letras, y
El bloqueo puede ser profundo (manifestando una oPone:
dependencia del adulto y una concomitante inseguridad ~. S'\IJ1A~ •
pecto a las propias posibilidades) o simplemente fDOm~nti° \11l/\r .
~s
-:::: papa.
-:::: nene.
neo (en la situación con el experimentador o por un ele 9)' ~anr
tiempo) . Un ejemplo de esto último nos lo da Laura (5a e 51: ~I del~ne as í un número constante de 6 letras, número Igual
Cuando le preguntamos qué sabe escribir responde a as letras de su propio nombre.
254 E\'OLUCJÓN DE L\ ESCRITUR.\
CÓ¡\IO ESCRIBEN LOS NIÑOS SIN AYUDA ESCOlAR
l\1arlÍlz(5a C\I, \~asc ilu$lración 7) sabe esc ribir, siempre en
255
mayúsculas de imprenta. su nombre, papá (escritura en espejo.
veces en la tarea de clasificación de taljetas.) Como esta
de derecha a izquierda) y mamá (= MIMI, por las confusiones
exigencia es puramente interna, es decir, es la expresión de
típicas entre las vocales, lomadas como mutuamente sustitui­
las ideas infantiles sobre la escritura (ya que ningún adulto
bles por formar un conjunto, y las alternancias propias a la
puede haber enseñado que palabras tales como "en/de/el!
escritura de este nombre) . A partir eJe estos modelos Martín,

conservando un número fijo de 4 o S grafías, propone:


la/a/y/es", cte., no se leen), nos parece extremadamente
importante haberla encontrado en los más diversos contex­
MiNM.\ sapo.
tos, lo que es, a nuestro juicio, índice de su fuerza.
MTMIT pato .
Para tenninar, señalemos que la adquisición de ciertas
OTIM oso.
formas fijas y estables que pueden servir de modelo de
onTMN conejo.
otras escrituras es -hecho previsible-- más frecuente en CM
MILTE mi nena toma sol.

que en C8, en función de influencias culturales exteriores


Gustavo (5a CM) sabe escribir su nombre en mayúsculas de
al niño mismo, y de pautas culturales que ya pueden haber
imprenta; papá, con la misma letra, pero con alteraciones del
sido incorporadas en el periodo preescolar_ Pero, además,
orden ( = -\PAP), Y mamá con una mezcla de cursiva e imprenta.
señalemos que la regla general es una preeminencia marcada
Sobre el modelo de las letras de imprenta propone:
de la escritura en mayúsculas de imprenta sobre la cur­
GAELF = sapo ()ee "sa-po", pero sin correspondencia entre siva. Preeminencia en dos sentidos: primero, porque las
f l'agmentos) . forma s estables en mayúsculas de imprenta preceden ma­
GEV¡\O palO (lee "pa-to", ídem). yoritariamente, en el total de la muestra, a las formas en
MNEO gato (lee "ga-lo", ídem). cursiva. indicando claramente el origen extraescolar de este
RLEO oso (escribe primero RLE , mira el resultado y ohjeta conocimiento (ya que, recordémoslo, en la Argentina la letra
"con tres letras no dice nada", y agrega o; lec "0-50' escolar es la cursiva) ; segundo, porque la calidad de la es­
ídem). critura es netamente superior en imprenta que en cursiva (en
AOVE mi nena loma sol (escribe primero AOV, como antes, términos de semejanza con el modelo reproducido) . L.
y luego agrega E; en A dice "mi nena" y en F. dice
"so)", sin que haya correspondencia para los elemen­ Lu rc;:at señala también este hecho, indicando que su hija, a
tos ccn t rales). los 4 años y medio, es capaz de copiar correctamente varias
palabras en imprenta pero no en cursiva, donde esas mis­
Este último ejemplo nos pone en la pista de una in te~:e­ ~as palabras "son rápidamente deterioradas", y concluye:
tación que se impone: basta aquí hemos visto que el nJOO la precedencia
clara" (p. 90) . del modelo en caracteres de imprenta parece
trata de respetar dos exigencias, a su juicio básicas, q~e
son la cantidad de grafías (nunca menor que 3) y la vaneo
dad de grafías. Pero ocurre que cuando le presenlamo~/I
niño otra tarea, no ya la de escribir algo sino la de dccl 11" ~jvel 31 Este nivel está caracterizado por el intento de
-sin interpretar forzosamente- cuáles cosas escritas p~: ar
I HQ un valor sonoro a cada una de las letras que componen
<¡l.v·
ti escritura. En este intento, el niño pasa por un periodo
den dar o no lugar a un acto de lectura (eL capít u 1o n. : S.
si~ ~a tnayor importancia evolutiva: cada letra vale por una
~i/:b~·
ción 1), encontramos exactamente las mismas Cxigcncl:ai
que hace falta cierta cantidad mínima de grafías (gc~t:das. Es el surgimiento de lo que llamaremos la hipótesis
mente 3 como mínimo) y que esas grafías sean vart~iñO t:° n ICa. Con esta hipótesis el niño da un salto cualitativo
Reencontrar estas exigencias en la propia escritura .d:
"co P ~I respecto a los niveles precedentes.
no hace sino reforzar su importancia. (Gustavo dIe!: ropUI etapa ~arnbio cualitativo consiste en que a] se supera la
tres letras no dice nada", empleando, para juzgar su, P'lidll~ )r la e Una correspondencia global entre la forma escrita
escritura, una expresión que hemos escuchado rlOr'" Qenctl(presión oral atribuida, para pasar a una correspon­
a ente partes del texto (cada letra) y partes de la
CÓMO ESCRIBEN LOS NIÑOS SIN AYUDA ESCOLAR 257
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA
256
por el criterio de variedad de caracteres, y tampoco puede
e'=.presión oral (recorte silábico del nombre); pero además poner una P porque es "la pe" y él necesita "la pa".
b] por primera vez el niño trabaja claramente con la hipó­ Juan propone AO para "palo", y luego escribe tambi~n
tesis de que la escritura representa partes sonoras del AO para "sapo", sin que la identidad de grafías le perturbe,
habla. ya que una de las A es "pa" en un caso y "sa" en el otro, y
La hipótesis silábica puede aparecer con grafias aún le­ una de las o es " 10" en un caso y "po" en el otro. El aplica
janas a las formas de las letras, lanto como con grafias el mismo análisis silábico para escribir la oración "mi nena
bien diferenciadas . En este último caso, las letras pueden toma sol", que da por resultado IEMAO (la única silaba no
o no ser utilizadas con un valor sonoro estable. Vamos a representada es "to", ya que, para Juan, M es "la ene" y, en
analizar cada una de estas variantes. el caso particular, funciona como representación de la si­
Que la hipótesis silábica pueda aparecer sin que haya. laba "na").
grafías suficientemente diferenciadas es absolutamente sor­ Mariano también escribe "sapo" como AO, pero escribe
prendente. Pero hay por lo menos un caso neto: Erik "palo" como PO; él hace un análisis silábico exhaustivo en
(5a CB) utiliza solamt:nte formas circulares, cerradas o sc­ la oración "mi nena toma sol" y escribe IEAOAO (véase ilus­
micerradas, a las cuales, ocasionalmente, agrega una linea tración 10).
vertical (dando como resultado algo próximo a p) . Con esas Si bien las vocales en su representación escrita tienen
formas, y trabajando con caracteres separados entre sí, Erik valor estable como tajes, en todos estos ejemplos, también
propone dos caracteres para "sapo" (leído silábicamente es cierto que pueden funcionar como representación de
como "sa/po", mientras los va señalando, haciendo una cualquier sílaba en la cual esas vocales aparezcan. Nuestros
clara correspondencia: para cada grafía una sílaba); escribe datos son insuficientes para responder a la pregunta equi­
también dos caracteres para "oso" (leído silábicamente valente en lo que respecta a las consonantes.
"o/so", como antes), pero escribe tres caracteres para "pa. Un punto interesante es el siguiente: estos cuatro niños
tito" (leído como "pa/ti/to", con el mismo método de co­ de 6a CM a los que nos estamos refiriendo utilizan la hipó­
rrespondencia). (Cf. ilustración 8.) tesis silábica para escribir las palabras que les proponemos,
Un ejemplo de utilización de hip6tesis silábica con gra­ a pesar de que todos ellos saben escribir correctamente el
ftas diferenciadas, pero sin utilizar las letras con valor so­ nombre propio y otras palabas (como "mamá" y "papá").
noro estable nos lo ofrece Javier (4a CB) quien escribe así; Cace entonces preguntarse cómo es posible que tal cosa
AO es "sa/po" y PA es "o/so". (CL ilustras;ión 9.) La escritura ocurra. Lo cierto es que estamos aquí frente a un caso
de "sapo" como Aa podría hacer pensar en una escritura evidente de conflicto potencial entre nociones diferentes
silábica basada sobre la correspondencia estable de las VO­ que llevan a resultados contradictorios: por un lado, las
cales, pero en el contexto total de los textos escritos pro­ ~~nnas fijas, provistas por estimulación externa, y apren­
ducidos por Javier no hay trazas de ello (así, la A aparecerá ¡das como tales, con una correspondencia global entre
frecuentemente, y asumirá los más diversos valores sano­ e nombre y la escritura; por el otro lado, una hipótesis
ro~. ) Construida por el niño mismo al intentar pasar de la ca­
Por el contrario, hay otros casos (todos ellos d~ 6a c~ rt~sPondencia global a la correspondencia término a tér­
donde la misma escritura ("sapo" como AO) adqUlere otro ~InO, Y que le lleva a atribuir valor silábico a cada letra.
significación, gracias a la estabilización del valor sonfes. orn? lo veremos a propósito de la lectura del nombre
de algunas letras, y, muy particularmente. de las vo ·be
ca
h: OP1 0 , la coexistencia de formas fijas de escritura con la

Facundo, que sabe escribir correctamente su nombre. escr~" ,,:fó~esis silábica es fuente de múltiples conflictos de )a ma­
"palo" como AO, y escribe otra A como comienzo de "flla~; qU~ ImpOrtancia para el desarrollo posterior del proceso
palabra que no consigue terminar de escribir por enf,ga t nos ocupa.
tarse a un conflicto imposible de resolver: no puede 3;r:ad
otra A ya que el resultado final sería AA, que es rcC <l
o Cuando el niño comienza a trabajar con la hipótesis
258 EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA COMO ESCRIBEN LOS NIÑOS SIN AYUDA ESCOLAR 259

silábica dos de las características importantes de la escri­ se encuentra un "sobrante" se hace la hipótesis de que están
tura anterior pueden desaparecer momentáneamente: las escritos otros nombres, pertenecientes a objetos congruen­
exigencias de variedad y de cantidad mínima de caracte­ tes con la significación total. En el caso de la oración "papá
res . ASÍ, es posible ver aparecer nuevamente caracteres idén­ patea la pelota" veíamos aparecer interpretaciones tales
ticos (por supuesto, cuando aún no hay valor sonoro estable como "cancha", "jugadores", "arco". Aquí vemos aparecer
para c/u de ellos) cuando el niño, demasiado ocupado "motor", una parte inherente al objeto, algo que "va con el
en efectuar un recorte silábico de la palabra, no logra automóvil", necesariamente, algo a lo que aludimos implí­
atender simultáneamente a ambas exigencias. Pero, una vez. citamente cuando lo nombramos.
ya bien instalada la hipótesis silábica, la exigencia de va­ Ahora bien: cuando las letras empiezan a ser utilizadas
riedad reaparece. (Cf. la escritura de Erik, y el caso de con un valor silábico fijo, el conflicto entre la hipótesis
Facundo, ya aludido, cuando evita la escritura AA como silábica y la cantidad mínima adquiere nuevas caracterís­
representación de "mapa".) ticas. Isabel (6a CM) lo resuelve de una manera muy origi­
En lo que respecta al conflicto entre la cantidad mínima nal, intercalando la letra U , como "elemento comodín", y
de caracteres y la hipótesis silábica, el problema es aún sin darle valor sonoro:
más interesante, en virtud de sus consecuencias. Trabajando
con la hipótesis silábica el niño está obligado a escribir AUO es "pato"
IEAOAUO es "mi nena toma sol" (va realizando una correspon­
solamente dos grafías para las palabras bisüabas (lo cual dencia silábica perfecta utilizando las vocales; cuando
en muchos casos, está por debajo de la cantidad mínima llega a "sol", en lugar de escribir simplemente la o,
que les parece necesaria), y el problema es aún más grave escribe uo).
cuando se trata de sustantivos monosílabos (poco frecuen­ TUE es "mate". La escritura es acompañada de las siguien­
tes en español, aunque "sol" y "sal" constituyan consabidos tes verbalizaciones: "no sé hacer la te. ¡Ah, sí! (escribe
ejemolos de las palabras iniciales en el aprendizaje tradi­ T). Mi mamá con esta letra pone 'tía' para el teléfono.
cional). El ejemplo más claro de conflicto lo hemos en­ Hay que agregar u (escribe u). Falta la e (escribe B) ."
contrado en un niño de 5 años, interrogado en México: él
dibuja un automóvil, y luego le sugerimos que escriba Antes de pasar al nivel siguiente es preciso subrayar tres
"carro" (la denominación habitual en México); el niño puntos importantes:
escribe cuatro letras AEIO y cuando le pedimos que lea lo O Ya hemos señalado, a propósito del reconocimiento
que escribió dice "ca/rro", señalando sólo AE; le pre~­ de letras individuales (cap. n), que una de las primeras
tamos entonces "¿Y acá?", señalando las restantes; él.vac;¡ Illaneras estables de identificar las consonantes consistía en
la, y luego dice "mo/tor" señalando 10 (en su dibUJO otorgarles un valor silábico en función del nombre al que
motor del automóvil era bien visible por transparencia, Y pertenecen (así. vimos cómo G es "la gu" para Gustavo;
a esa parte del dibujo le había dedicado la mayor atenci~n)~ F es "la fe" de Felisa, etc.). Esto, obviamente, también
No cabe duda que estamos aquí en presencia de un co nf1!ct a ruede ocurrir con las vocales, pero allí DO podemos testear
cognitivo: en virtud de la exigencia de cantidad mUllln a presencia de la hipótesis silábica, ya que las vocales
de caracteres (cuatro, para este niño) llega a cierto 70 COnstituyen sílabas por sí mismas. En este capítulo, por el
~on,~rario . hemos visto que A puede representar "pa", "ma" o
sultado; en virtud de la hipótesis silábica que utiliz~ cu.a~el'"
lee, se encuentra con un "excedente", que es preCiSO 111coP sa , en función del nombre que se desea escribir.
pretar ya que no lo puede eliminar (se quedaría r"· ,.,.9 la hipótesis silábica es una construcción original del
solamente dos letras, y con dos letras "no se puede le~ eJI }:I~Ito, que no puede ser atribuida a una transmisión por
Tratando de interpretar ese "sobrante" vemos reaparecee~oS est te del adulto. No solamente puede coexistir con formas

caracterizado como conductas de tipo F: cuando en e


f
este niño, una de las conductas que en el capítulo I V t~tO eSea~~~ aprendidas globalmente (Isabel, por ejemplo, sabe
tí Ir MAIÚA, PAUW, MAMÁ y PAPÁ, pero utiliza la hipótesis
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA
260
que puede aparecer cuando Ilustración 1
silábica para el resto), sino sentido estricto (como es el
aún no hay letras escritas en
caso de Erik).
O Cuando pasamos de la escritura de sustantivos a la
~
escritura de oraciones el niño puede seguir utilizando la hi­
r~~
pótesis silábica (casos de Isabel, Mariano Y Juan, ya cita­
~

~~
dos), o bien pasar a otro lipo de análisis, pero buscando

siempre las unidades menores que componen la totalidad

que se intenta representar por escrito. En otros términos

-4'"
el análisis lingüístico de la emi3i6n depende de la categori:

~G
zación inicial: si se parte de una palabra se trabaja con

sus constituyentes inmediatos (las sílabas); si se parte de


una oración se trabaja con sus constituyentes inmediatos
(sujeto/predicado o bien sujeto/verbo/complemento).
Erik (5a CB, ver ilustración 8), que propone sistemáticamente
tantos caracteres circulares como silabas para los nombres, es­
cribe algo así como OOC para "mi nena/toma/sol".
Ati,lio (5a CB) escribe 000 para "mi nena toma sol" y algo así ~~
como P65 (con el 5 rotado de 90° hacia la derecha) para "el
Alejandra (Sa CM)
sapo/mira/la flor".
Javier (4a CB, ver ilustración 9), utiliza regularmente dos le­
tras para los nombres bisílabos, Y también dos para las oraci~
nes, porque hace un recorte en sujeto/predicado. Así, escribe (\ f\ ~\ ./
OA para "mi nena/tomandO sol" y oW (en realidad w es un 3
invertido) para "los nenes juegan con la pelota" . En este último
caso, cuando lee su escritura 10 hace así: "los nenes (o) /juegan
(J ., ,/ '
\' ' 1
~.fV'-1
( __

(sin señalar nada)/con la pelota (w)". ,. \r", -'

Nivel 4] Pasaje de la hipótesis silábica a la alfabética. Va­


mos a proponer de inmediato nuestra interpretación de este
r0 " ;: :/J I.

~ J I"\.f\ ) ('
momento fundamental de la evolución: el niño abandona
la hipótesis silábica y descubre la necesidad de hacer url
análisis que vaya "más allá" de la silaba por el confl~C;
entre la hipótesis silábica y la exigencia de cantidad 1'71Í'u 11­
de grafías (ambas exigencias puramente internas, ~o el ~r'
\ ,b1 \J r)~
tido de ser hipótesis originales del niño) y el conflrctO en ra
las formas gráficas que el medio le propone ~ la lectflic­
-\.
(cc;>°r al
de esas formas en términos de la hipótesis silábtca teflO
to entre una exigencia interna Y una realidad ex Ximena (4a CM)

sujeto mismo). Ejemplos de escritura propias del nivel 1

Ilustración 2 Ilustración 3

~
~
1 EP
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r-o
~
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iYWO,

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~ 'OX!Y~ rrrT1.D{¿
Débora (4a CB)

~ oJ--j~ \\
David (Sa eB)

~~\ r¡ cNCfJ
~\?¿
Diego (4a CM)

Ejemplos de escritura propias del nivel 1

Ilustración 5
Ilustración 4

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It ( J I o (-~ "..--'-

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A t'l ¡\.~~(
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Ejemplo de escritura del nivel 2 (Marisela 4a CM )

\J ) ). !~.
Escritura de nivel 2 (Romina 4a CM)
f,

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Ilustración 10 Ilustración 11

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AMAM ~AOAO \ ../V'A,

InR' ·f ~ y n~n~ , ncnQ ,/ rbol , m~~a ~ prp~ t '~ 0 m~ ,nOn€ Y mesa


l d llr ~n t" 1" prImer" toma)
(~ur ~ntc Ir n r imern tom~1

Mariano (5a CM). Ejemplo de escritura de nivel 3 (silábica)



)~ ­
~. ~ .
5~ P O PALCJ -:m i tf1:">nu< !'ln l a ~a 5 0.,8. P"· t.o , snl y It'lc-SC (!'>o r unda toma

N1.~P~TQSN
- nl n t )
(dur:an te l A seeun d ~ o mr\ ,~

~~~
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NI [Ne N I\~ON\ ~~6t


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~

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't~ - fYY'v~_
,....,.,-<»..¿

~
~
- n~~~ , rl lnm~ y ~ ene :~ l r· , ~r l ~ to ~ o · os a , s o B J 5 01 y
(du r~ nt " l ~ tarcor~ tomo )
mi rn rqA 5J' l n l~ S Ona .
Alejnndra (6 ~noB . c8co1.rlznd~) (dur;'n t(' 1 ,. toreor " tomn I

Este ll a (6 aAo9 , o~eol~r17~d~

Mariano (6a CM). Ejemplo de escritura de nivel 5


CÓMO ESCRIBEN LOS NIÑOS SIN AYUDA ESCOLAR 261

Ilustración 12 El conflicto entre la hipótesis silábica y las formas fijas


recibidas del medio ambiente se evidencia con mayor cla­
ridad en el caso del nombre propio. Anticipándonos a lo
que veremos en la sección siguiente (VI. 2) es preciso mos­
trar aquf algunos datos, para que se comprenda la impor­
tancia de este hecho. María Paula (4a CM) nos ofrece un
l"\-cÍu
~
=momó =momó
excelente ejemplo. Tratando de componer su nombre con
letras móviles realiza la secuencia siguiente, que se desarro­
lla con una sola intervención del experimentador:
, I~'P =popó (Coloca una M y una P, bien separadas entre sí) "La pe. va en
~
=nene Ma-rí-a-Pa, Paula". (Refiriéndose a la M agrega) "María. la i,
me falta la i".
(Agrega A e I junto a M) MAl P. (El experimentador le pre­
''I-r-f =nene senta una R y le pregunta si va en su nombre). "¿La erre? sí.
=meso
r'ff\1.fí'\L Ma-rí-a-Pa-u-Ja; no sé . .. no va. ¿No ves? Maria Paula".
(Busca una L y ]a agrega): MAl PL (sobre c/u de las letras de
esa configuración lee así): liMa (M)-ri (A). la i (1); Paula (p),
n-re' =meso la /1/ (L)". ("Luego sigue reflpionando para sí) : "pau ... la a;
pau . . . Ia u .. . Maria Paula . .. " (agrega una U y cambia la L
~~ =polo de lugar): MAl LPU.
(Reflexiona sobre esta última configuración, cambia de lugar
~ =polo la L e introduce otra A) : MAIL PAU.
(Reflexiona nuevamente y dice, silabeando sobre c/u de las
letras iniciales): "Ma (M )-ri (1.)03 (1); esta ele no se encuentra
acá".
~ = oso (Cambia de lugar la L y la segunda A introducida, y lee así):
MA 1 A PUL.
"ma/ri/a pa/u/la ... la a. falta la a".
(Pero en lugar de introducir otra A saca una de las del pri­
mer nombre. y lee asO :
M 1 A
"roa/ri/a ... ino!" (corrige):
M A 1 A
"ro/a/rí/a".
Walter (6a CB escolarizado)
Griselda (6a CB escolarizada) (~uda largo tiempo entre una interpretación silábica o fo­
(primera toma) (primera toma) nética de las dos letras iniciales; varias veces pone y saca la
A que sigue inmediatamente a la M : cuando le quedan sólo
tres letras tiene tantas letras como sílabas. pero está obligada
a dejar de lado la imagen visual del nombre, en la cual sabe
~ue se. encuentran MA como las dos letras iniciales; cuando
le lrOduce esta A tiene dos maneras de leer el resultado. y ambas
rn resultan insatisfactorias: o bien tomar dos letras para la pri­
era sílaba y sólo una para las restantes. o bien realizar una
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA CÓMO ESCRIBEN LOS NIÑOS SIN AYUDA ESCOLAR 263
262
lectura que comienza siendo fonética Y prosigue como silábica )a desventaja de alejarse nuevamente de )a imagen visual
del nombre. que excluye dos M iniciales. (Señalemos a) pasar
-"m/a/ri/a".) que M también es "eme" para esta niña, como p es "pe" y
(Encuentra una solución de compromiso) :
MM!!.l!!. PUL L es "ele", sin que resulte ningún conflicto de este hecho.)
"ma/m/a/ri/a Pa/u/l . . . l·a".
El conflicto entre la hipótesis silábica y la exigencia de
(Le resulta también insatisfactoria Y vuelve a MAlA PUL, con
cantidad mínima de caracteres resulta más evidente cuando
la impresión de que María está bien escrito, pero Paula está
se trata de la escritura de nombres para los cuales el niño
incompleto. ) na tiene una imagen visual estable:
Resumiendo la serie de escrituras de María PauJa con
Pablo (6a CM), que trabaja básicamente con la hipótesis silá­

las lecturas correspondientes tenemos:


bica, logra escribir " mesa" como EZA.

M p "la pe, va en Ma/ri/a/pa, Pauta"


Gerardo (6a CM), en plena transición entre la hipótesis silá­

"María, la i, me falta la i"


bica y la escritura alfabética propone:

MeA "mesa" .

MAl P
"Ma/rí/la i; Paula, la /" MAP "mapa".

MAl
MAl
PL

LPU

p,u. = "palo".

P¡\U "Ma/ri/a; esta ele no se encuenrta acá"


MATL
"Majrí/a/Pa/u/la . .. la a. falta la a" Carlos (6a CM), al mismo nivel que Gerardo, escribe así:

MAlA PUL PAO "palo".

MT¡\
PUL "Ma/rí/a .. . ¡no!".
SANA "Susana", pero luego corrige SUANA.

MAlA PUL "M/a/rí/a"


SAB "sábado", pero luego corrige SABDO.

1\1MAIA PUL "Ma/ m/a/rí/a Pa/ u/l., . I·a".

MAlA Pl'L
Cuando pasamos de la escritura de nombres a la escritura
Hemos presentado en detalle - aunque de manera resu· de oraciones, la alternancia del valor silábico o fonético para
mida- esta larga serie de tentativas de escritura del nom­ las diferentes letras se hace patente:
bre propio porque nos parece extremadamente ilus trativa
Carlos escríbe "pato" de Ja misma manera que "pajo":
para comprender la cantidad de nociones que la ni ña trata PAO OMSO = "el pato/toma sol".
penosamente de coordinar: en la base, hay una hipótesis
silábica, que exige tantas letras como sílabas (por eso la Gerardo también ut iliza el espacio para separar sujeto/predi.
escritura de "Maria" pasa penosamen te de 3 a 4 letraS; por cado:
eso m ismo la escritura de "Paula" no supera nunca las MINENA TOMCSO = "mi nena/toma sol" (pero es de señalar
3 letras, y ello gracias a la disociación entre las dos vocales qUe TO es dado por el experimentador, a requerimiento de
de la primera sílaba). La hipótesis silábica en tra en con­ Gerardo que pregunta "Cuál es la to?") .
tradicción con el valor sonoro atribuido a las letras cuando so rartín (6a CM) escribe "pato" como PO, pero reconoce que le
MAl es la escritura de "Maria", puesto que en este c8
se ] ee l a SI'1a b a " n." sob re una A Y ] a SI'1 a b a ,, a " sO ~
b ,alta algo. La escritura de la oración "mi nena toma sol", con
"­ a lectura subsiguiente es ésta:
una 1; esta contradicción se resuelve con la escrituro. .N1J al " NI N A P o ?vIA s
Pero la escritura MAl es más próxima de la imagen vls~r' S
t,nilne/na/ lo/ma/s , . . no me acuerdo" (es decir, "no sé cómo
del nombre que la escritura MIA, a causa de la fuerza Pdas 19ue").
licular de las dos \ctras iniciales . El largo periodo de
entre MAlA Y MCA ñene un breve momento de ~esO uCdc!s­
fU iJI1
Z~ig/(el (6a CM) se enfrenta con los mis'mos problemas , pero
cuando se intenta MMAlA, que presenta la ventaja ,~C p~ro ~Ilelllás con otros, cuaDdo intenta escribir la misma oración:
~AT es leído como "mi/De/na/t. . . lleva o"; agrega OL así:
glosar los dos valores potenciales de 1\1 ("roa" Y "m .
264 EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA CÓMO ESCRIBEN LOS NIÑOS SIN AYUDA ESCOLAR
265
MINAT OL, con plena conciencia de que falta algo en el medio
(Confronta la tarjeta pi con la

pero, reflexionando sobre ello, cambia de hipótesis, como si l~


escritura anterior del niño

único que realmente hubiera que escribir, en este caso, es


papd).
"nena" y "sol", y tennina así:
¡Ah! Me olvidé la i. Si quiere
MI N ATENAOL , en donde la parte agregada ENA significa "nena"

10 hago de nuevo. (Escribe pipi,


y el final OL significa "sol".
en cursiva.) Ahí dice papá.
(Propone pepe, en cursiva). También papá, de otra forma.
(Propone pupu, en cursiva). También, de otra fonna.

Hemos querido presentar varios ejemplos para que se


perciba claramente la extraordinaria riqueza de este mo­ ¿Oué dice acá? (papa, escritu­

ra del niño?
Ahí papá pero de una fonna . ..
mento de pasaje y lo difícil que resulta al niño coordinar
las múltiples hipótesis que ha ido elaborando en el curso rara.
¿Y acá ? (pipi). ~sta es la que todos sabemos,
de esta evolución, así como las informaciones que el medio
le ha provisto. El niño ha elaborado dos ideas muy impor­ es la más fácil. ~sta (pepe) es
tantes, que se resiste -y con razón- a abandonar: que un poco difícil, Y ésta (pUpll)
¿Oué es esto? (mimi, en cur­ dificilísima.

hace falta una cierta cantidad de letras para que algo pueda siva) .

leerse (idea reforzada ahora por la noción de que escribir Mamá; ya me estaba olvidan­
do; pensé y me acordé.
algo es ir representando, progresivamente, las partes sono­ ¿Y esto? (mama. en cursiva).
ras de ese nombre), y que cada letra representa una de Otra fonoa de mamá; ésa es
la más fácil (agrega acentos
las sílabas que componen el nombre. El medio ha provisto sobre ambas a). .
un repertorio de letras, una serie de equivalentes sonoros ¿Y esto? (meme, en cursiva) . Mamá, ésa también la sé.

para varias de ellas (equivalentes sonoros que el niño ha ¿Y esto? (mumu, en cursiva).
Dice mamá. Todas las fonnas
podido fácilmeu!e asimilar para las vocales, que constituyen que haya a hay que ponerle
de por sí sílabas, pero que ha asimilado necesariamente de esto (= acento) . Si no hay, no.
una manera deformante en el caso de las consonantes), y una
serie de formas fijas estables, la más importante de las Obviamente, ni los padres ni la maestra de Alejandro
cuales es sin duda el nombre propio. le han enseñado eso. Pero lo que Alejandro cree tampoco es
Cuando el medio no provee esta información falla una ajeno a esa enseñanza del medio. Simplemente, lo que el
de las ocasiones de conflicto: por eso vemos llegar a los oiño retuvo es lo que pudo retener y no lo que se suponía
niños de CB hasta el nivel de la hipótesis silábica. pero que debía retener: "papá" y "mamá" se componen de una
no más allá.
Pero el medio, de por sí, no puede crear conocin;'iento ..
así como varios niños de CM, a pesar de la estlmula~.n
:s alternancia de caracteres, y mientras esta alternancia se
respete puede seguir diciendo "mamá". Pero, eso sí, como
o recalca Alejandro: ¡si escribimos "mamá" con la a, hay
del medio, aprenden algo diferente de lo que el ro :; que Ponerle el acento! (Señalemos, a los fines del análisis
supone. Alejandro (6a CM) es un ejemplo elocuente: s¡.. y Posterior, que esto ocurre en un niño que reconoce por
escribir su nombre en mayúsculas de imprenta, Y "~a!? en ~\t nombre varias letras, y que recita verbalmente, en su
"papá" en cursiva. Pero cuando ve la es~~tu~, pI , tal'" r¡t'de n , las vocales, y las diez primeras letras del abeceda­
cursiva, en una tarjeta (de la tarea de claslflcaclO n de ~.-o, como él dice, del "diccionario".) •
jetas) se inicia el siguiente diálogo: J'lu Inalmente, indiquemos que algunas negativas a escribir
"E s una parte de pa pá ' 1­ de e~en ser atribuidas a las dificultades propias a este nivel
b¡ tansición, Gustavo (6a CM) es sin cruda I!P ejemplo de
¿y qué falta?
primera parte, la de pa". , ...
"Otro uno, otra jorobjta y o de~ub eo por conciencia aguda de las dificultades imposibles
o repasar:
i".
CÓMO ESCRmEN LOS NIÑOS SIN AYUDA ESCOLAR 267
EVOLUCIÓN DE LA ESCRlTU~
266
(Sabe escribir GUSTAVO y M".
un excelente ejemplo para comprender el alcance de esta
MÁ, pero se niega a escribir
distinción:
"papá" y "oso".)

No.
¿Podés escribir mesa? (Escribe MESA.) Creo que va
¿Podés escribir "sapo"?
con ese.
¿Con cuál empieza?
Con la s. Pero no sé escribirla:·

¿ y si no es con ese? Con zeta.


(Le ofrece tarjetas con letras
¿Con cuál empieza zapatero?
Ésta es (z).
Creo que con zeta, no sé bien.
para que la busque)
No se. A lo último dice o.
¿ y si lo escribo con ese? No pasa nada.
¿ Cuál otra va?
Empieza con la ma.
¿Podés escribir palo? (Escribe PALO.) Ésta estoy se­
¿Podés escribir "mapa"?
gura que va así, porque no hay
MA A

Acá (espacio vacío) hay que


ninguna, ni otra pe, ni otra a,
hacer otras letras. ni otra ele, ni otra o, salvo que
Muchas.
sea en cursiva.
¿ Una o muchas?
Empieza con la a, después la
Escribí "yo me llamo Vanina". (Escribe LLO ME LLAMO VANINA,
¿Podés escribir "gato"?
silabeando mientras escribe.)
m; es al revés de mamá.

AM No estoy segura que vaya con


Acá dice ga; la o es la última. elle o con i griega (llO). Con
AM o las dos quiere decir lo mismo,
(no sabe qué falta en el m.... lo único que en distintas ...
dio; piensa que quizá otra M). Tratá de escribir "lluvia". (Escribe LLUBIA, duda.) No sé
con cuál va (duda con LL y con
B).
A esta misma época pertenecen, a nuestro juicio, los largos
La elle es como ye (pronun­
y a menudo infructuosos análisis sonoros de la palabra,
ciación rioplatense).
las múltiples preguntas y pedidos de reaseguramiento, pre­ ¿Qué letra es ésta (H)?
La hache.

guntas que a veces se refieren a una sílaba y a veces a un ¿Para qué sirve?
Por ejemplo, huevos, se escribe

fonema aislado (el mismo niño puede preguntar "¿Cuál con hache antes de la u.

es la to?" y poco después" ¿ cuál es la t?"). ¿Por qué?


Porque así se escribe.

¿Y cómo se lee?
Cuando la leo en huevos se

Nivel 5] La escritura alfabética constituye el final de ~sta


dice siempre huevos, pero

evolución. Al llegar a este nivel, el niño ha fqnqucado la


rrera del córugo"; ha comprendido que cada uno deo 05
r" cuando la leo en . .. en chapa,

se hace ch.

caracteres de la escritura corresponden a valores son : ESCribí huevos. (Escribe HUEVOS.) Sí está con

menores que la sílaba, y realiza sistemáticamente un ~b'r una ce delante se dice "chue­

lisis sonoro .de los f<:>nemas de las pala?~as


que va a escOsidO vos".

Esto no qUlere deCIr que todas las diflcultades hayan rcVI ¿Y así? (tapa H inicial, queda
superadas: a partir de este momen.to el ni~ío afro'~d" Visible UEVOS). Huevos también. La hache es

las dificultades propias a la ortografía, pero 1'10 ,te il1'" para escribir huevos, pero si

problemas de escritura, en. sen.tido estricto. Nos parL:ce col' vos no sabés que tiene la ha­

portante hacer esta distinción, ya que a me~,!do sdes


di che y no lo ponés también dice

huevos.

funden las dificultades ortográficas con las. d1fl(Ultac,....> ~C(EtO) ¿ Qué dice acá?
comprensión del sistema de escritura. VanlJ'la_ 6a Cielo.

foné(Í~··f {llay Otra manera de escribirlo? (SJELO). No sé si va con zeta

* Para no complicar el texto con una transcripción di':l'I tC5 , o con est!o
m, l., etc., representa el sonido de las letras correspon
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA EL NO~RE PROPIO 269
268
(CUBlE.RTO). O con ca (K) . Con y solamente cuando les sugerimos que hagan alguna se­
¿Podés escribir cubierto? ese no porque diría "subierto". paración indican que se podría separar (como una even­
¿ Podria ser de otra manera? (QUUBIERTO). La u es para que tualidad, pero no como una necesidad) . La única separación
diga k; sin la u no dice nada; que ellos proponen es la que consiste en distinguir el sujeto
es un globo sin la u. de la oración de su predicado (es decir: MINENA TOMASOL,
¿ Cómo te parece que se puede (ESA MEN). Pero puede ser tamo véase ilustración 10).
bién así (ECSAMEN) , o así (ÉK.. Todos ellos enfrentan problemas ortográficos similares a
escribir examen? ZAMEN), o así (EOUXAMEN). los de Vanina (Mariano escribe KESO y CAMIÓN, pero acepta
también KAMIÓN; Rafael escribe CUEJO por "cuello", etcé­
Cuando le preguntamos a Vanina cómo haría para saber
tera) .
cuál es la manera (convencional) de escribir una palabra
Todos estos niños escriben en mayúsculas de imprenta, lo
nos dice "le preguntaría a mamá"; ella lo sabe "porque
cual hace resaltar, una vez más, el carácter extraescolar de
se lo preguntó a su mamá cuando era chica; si no se lo
este aprendizaje ("La manuscrita no la sé bien; sé la de im­
enseñó en la escuela". prenta", dice uno; "No la sé en escursiva", dice otro).
Nos parece evidente que Vanina no tiene ya ninguna
dificultad relativa a las leyes de composición del código
alfabético; todas sus dificultades se centran en las grafías
que corresponden a varios valores sonoros o, inversamente, VI.2. EL NO~RE PROPIO
en las distintas grafías que corresponden a un mismo valor
sonoro. Cuando Vanina nos explica que para escribir "palo"
El nombre propio como modelo de escritura, como la pri­
todas sus dudas desaparecen "porque no hay ninguna, ni
otra pe, ni otra a, ni otra ele, ni otra o, salvo que sea mera forma escrita dotada de estabilidad, como el prototipo
en cursiva" , tanto como cuando nos presenta las distin tas de toda escritura posterior, en muchos casos, cumple una
escrituras posibles para "cielo", "cubierto" o "examen", nos función muy especial en la psicogénesis que estamos estu­
está explicando también, con la mayor claridad, cuál es diando.
la diferencia entre la comprensión de los mecanismos in­ La escritura de nombres propios pareciera haber jugado
ternos al código alfabético y las convenciones ortográficas. también un papel muy importante en el desarrollo de las
Aquí quisiéramos hacer una observación: Vanina no tiene escrituras a través de la historia. Así, Gelb (1976), estudian­
temor a cometer errores de ortografia (un temor que es do los comienzos de la escritura sumeria (aproximadamente
casi terror en muchos niños que comienzan la escuela pri­ hacia 3100 a.c.), sostiene esta tesis interesante:
maria) . Como ella misma 10 dice, si se escribe de otra los signos utilizados en la escritura Uruk más antigua son cla·
manera -diferente de la convencional- "no pasa nada", o, ramente signos verbales limitados a la expresión de nume­
en el caso de la hache, "si vos no sabés que tiene la hache rales, objetos y nombres de personas . Ésta es la etapa de la
y no 10 ponés también dice huevos". En otros términoS, a escritura que denominamos logografía o escritura léxica, Jo
los fines comunicativos, las diferentes formas de escrltú~ qUe debe ser diferenciado radicalmente de la llamada "ideo­
p~~a~ funcionar, porque "con las dos quiere decir 10 rfl~~ grafía". [ ... J
mo . San embargo, Vanina sabe que hay una manera b~ I E.n las fases más primitivas de la logografía resulta fácil
tual de escribir cada palabra, y seguramente no ha tenido ~1(presar palabras concretas, como una oveja por el dibujo de
mayores dificultades ortográficas futuras. 6 pna .Oveja o el sol por el dibujo del sol. pero pronto se hace
En total cuatro niños de CM (dos de 5 años Y dos de dt'ecISO imaginar un método que permi ta que los djbujos pue­
años) se ubican claramente en este nivel. Todos ellos (e~:: c~ expresar no solamente los objetos que originalmente des·
tia en, sino también palabras con las que pueden estar aso-
to Vanina) escriben sin dejar espacios entre las pala ) dos secundariamente. Así, un dibujo del sol puede repre­
cuando se trata de una oración (es decir, MlNENATOM AsOL •
270 EVOLUCIÓN DE LA ESCRITUIU\ EL NOMBRE PROPIO 271

sentar secundariamente las palabras "brillante, blanco", más teres convencionales con valor sonoro estable (como nues·
tarde también "día"; tic igual forma, el dibujo de una mujer tras letras), sino al principio siguiente: utilizar las identi­
y una montaña significa "muchacha esclava" -combinación dades o semejanzas sonoras entre palabras para representar
derivada del hecho de que las jóvenes esclavas eran llevadas nuevas palabras, como sería el caso de utilizar un dibujo
generalmente a Babilonia de las montañas en Lomo. que representa un palo combinado con otro que representa
La logografía de este tipo ofrece, por supuesto, inconve. el mar para expresar "palomar", o el dibujo de un sol con el
nientes por su incapacidad para expresar muchas partes de
la lengua y de las formas gramaticales; esto, sin embargo, no de un dado para expresar "soldado". Está claro que en
es muy grave, ya que el significado que se pretende puede ser estos casos lo que se escribe no remite al significado vincu­
comprendido con frecuencia por medio del "contexto de situa· lado con el objeto -y por eso, como señala Gelb, difiere
ción", para usar una expresión introducida por B. Malinowski radicalmente de la "ideografía"- sino a la sonoridad del
en su estudio sobre el significado en las lenguas primitivas. nombre correspondiente. Gelb señala que, una vez intro­
Mucho más serias son las limitaciones del sistema en cuanto ducido, este principio de "fonetización", se desarrolla muy
a la escritura de los nombres propios. El recurso primitivo de rápidamente, exigiendo, progresivamente: la convenciona­
los indios americanos para expresar nombres de personas puede ]jzación de las formas empleadas, una correspon dencia es­
haber bastado en las condiciones tribales, pero no hay duda table entre signos y valores silábicos, la adopción de
de que no podía satisfacer las exigencias de grandes centros convenciones relativas a la orientación y dirección de la
urbanos como los de Sumer. En una tribu india, donde lodos
se conocen, es normal que cada individuo tenga un nombre escritura. y la necesidad de adoptar un orden de los signos
exclusivo. En las grandes ciudades, a pesar de la proximidad que corresponda al orden de emisión en el lenguaje.
en que se vive, las gentes no se conocen entre sí y personas Finalmente, queremos también hacer notar que Gelb re­
muy diversas ostentan igual nombre. Por lo tanto, en los docu· chaza la hipótesis de que haya sido la necesidad de repre­
mentas, las personas de igual nombre tienen que ser identi· sentar los elementos gramaticales (tan difíciles de "dibu­
ficadas con mayor detalle por su filiación y lugar de origen. jar" como las ideas abstractas) 10 que habría conducido
Además, nombres del tipo indio, como " Búfalo Blanco" u "Oso hacia la "fonetización".
Grande", que pueden expresarse por escrito con cierta facilidad
[ .. .1, eran relativamente raros entre los sumerios, mien tras que El que la necesidad de indicar elementos gramaticales no luvo
nombres sumerios corrientes, del tipo de "Enlil·ha-dado-Ia·vida" gran importancia en el origen de la fonetización puede ser
son difíciles de expresar con el sistema indio (pp. 97·99). deducido del hecho de que incluso después del completo desa·
rrollo de la fonetización, la escritura dejó durante largo tiempo
Estas observaciones llevan a Gelb a la conclusión si­ de indicar adecuadamente los elementos gramaticales (p. 99).
guiente:
Este punto nos parece muy importante porque también en
La necesidad de una representación adecuada para los nombres ]a génesis individual, como hemos visto (cap. IV) el niño no
propios /levó finalmente al desa rrollo de la fonetización. Esto espera sino muy tardíamente que los elementos propiamente
se encuentra confirmado por las escrituras azteca y maya, qu~ gramaticales estén representados en la escritura. Sobre esto
utilizan sólo rara vez el principio fonético y en tales casos, caSI
cxcJusivam~nte.' . para expresar nombr~; propios. [ . ..J
La fonetlzaclon, por lo tanto, SUrglO de la neces l ad d~ c. .
'x'
volveremos más adelante.
El nombre propio, como dijimos, pareciera funcionar en
presar palabras y sonidos que no podían indicarse a proP la1:S n:uchos casos como la primera fonna estable dotada de
Significación. Sospechamos -aunque no haya datos precisos
mente con dibujos o combinaciones de dibujos (p. 99;
subrayados son nuestros) . al respect~ que una pauta cultural típica de clase media
Consiste en proveer al niño de ocasiones tempranas para
Hemos querido citar extensamente a Gelb por la cJarid~~ tal aprendizaje. Ya sea porque los padres marcan con nom­
de su argumentación. Cuando Gelb habla de pasaje ara e­ bre y fecha las reproducciones gráficas de sus niños (dibujos
"fonetización" no se refiere aún a la utilización de ca o Pinturas) , O porque marcan la ropa del niño. Pero además
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA
EL NOMBRE PROPIO 273
272
de escribir o de componer su nombre, tratábamos de ver
no debemos olvidar que todos los niños de nuestra muestra si podía reconocerlo cuando nosotros lo escribíamos.
asisten a un jardín de infantes (o al primer año de pri­ Puesto que además de los problemas relativos a la es­
maria), Y que en Argentina, donde el uso del delantal critura del nombre nos interesaba saber de qué manera el
escolar es la norma general, se pide a los padres que mar· niño podía proceder a leerlo, otorgando un valor a las
quen este delantal con el nombre del niño, para evitar distintas partes, agregamos a continuación las situaciones
confusiones. siguientes:
En el momento en que los interrogamos, muchos niños O ocultábamos, por medio de una tarjeta, una parte del
sabían escribir su nombre correctamente, Y siempre en nombre, y preguntábamos si, en la parte visible "dice to­
caracteres de imprenta mayúscula. Pero las diferencias so­ davía x" (x = el nombre del njño) ; si la respuesta era
ciales son evidentes en este punto, como lo muestra el nega ti va preguntábamos "¿ entorlces qué dice?";
cuadro siguiente: O procedíamos a efectuar diversas transformaciones, mo­
dificando el orden de las letras del nombre; estas nuevas
Escritura Escritura escrituras se realizaban debajo de la primera escritura del
correcta aproximada No saben nombre, indicando. al mismo tiempo, la nueva posición de
(algunas letras) cada letra ("ésta la pongo acá, ésta acá", etc.); preguntá­
bamos también aquí si "dice todavía x", y, en caso negati­
4 7 vo, "¿qué dice?", insistiendo en que todas las letras inkiaJes
4a CM 1 2 han sido escritas ("todas las de tu nombre están; ¿por qué
53 CM 13 no dice más x?").
19 1
63 CM 1 7 Vamos a presentar ahora los resultados relativos a la es­
43 CD 1 5
5 1 cntura y a la lectura del nombre propio (teniendo en cuen­
53 cn 9 ta que la lectura involucra tanto lectura de partes como del
6a CB
todo). así como las reacciones a las transformaciones
del nombre. Intentaremos presentar estos resultados de
Si bien a los 4 años ambos grupos se parecen, puesto que la manera que resulten comparables con los ruveles de escri­
mayoría de los niños de esta edad no sabe aún escribir SU tura presentados en la sección anterior.
nombre, independientemente del origen social, a los S años
las diferencias son marcadas, y a los 6 años son masivas:
todos los niños de CM saben escribir su nombre (exceptoo Nivel 11 La escritura del nombre propio es imposible, o bien
uno que conoce sólo algunas letras), en tanto que ningll
de CB lo sabe escribir. La diferencia entre los grupos e
d se realiza según las características de las otras escrituras,
~on un número indefinido o variable de grafismos de un
S y 6 años ca se debe, a nuestro juicio, al hecho siguiente:
l<?s niños de 6 años interrogados no habían asi~tido p~
lntento a otro. El nombre puede leerse tanto en la escri­
~ura del niño corno en la que propone el adulto, sin impor­
Vlamente, en la casi totalidad de los casos, a Jardín
infantes. Fuera de una estimulación de tipo escolar es~
a: que las grafías difieran sensiblemente. Más aún: en la
cífica, y en ausencia de una pauta cultural incitadora,. l~eg~\1
;lIs rn a escritura puede leerse tanto el nombre como nombre
a la escuela primaria DO solamente sin saber es~r:blr
e apellido completos, de una manera global, sin buscar
Ílcas es­ d~r-espondencia entre las partes. Cuando sólo una parte
nombre, sino también sin poseer otras fonnas gra 1'\0 nombre queda visible, también allí se puede leer el
tables. ~ a¡'zar lastnbre (por indiferenciación entre el valor del todo y el de
Aclaremos que, cuando el niño no era capaz de. re lar­ si s~irtes) . La única restricción que suele aparecer es que,
por sí mismo las grafías, le ofrecíamos letras roóvll~s ~p. o una letra queda visible, ya no se puede leer, por
que con ellas compusiera su nombre; si el niño era IPC
EVOLUCIÓN OC LA ESCRITURA. EL NOMBRE PROPIO 275
274
señalando W1a por una cada letra: en cada una dice Javier, y
intervención de la hipótesis de cantidad mlntma de gra­ en el todo también dice Javier_
fismos, que tan reiteradamente hemos visto aparecer. Las Le señalamos la marca de su delantal, donde está bordado su
transformaciones, del nombre son , por supuesto, irrelevan­ apellido, Baldomiro, y le preguntamos qué dice ahí; él responde
tes. Pero una variante que puede presentarse al leer esas que dice "Javier".
transfonnaciones, o al intentar leer partes del nombre, es Diego (4a CM) compone su nombre con letras móviles así:
la siguiente: de una transformaci6n del nombre propio re­ ZJ)MO; en las partes visibles del nombre no dice "nada" pero
sultan los Hombres de olros miembros de la familia. en las transformaciones del nombre (con todas las letras
Veamos ejemplos que nos ayudarán a comprender mej or: visibles) dice "otro nombre; no sé cuál dice",

Guillermo (6a ca) sólo sabe escribir, en cursiva, las vocales Lo que resulta de los ejemplos presentados no es, preci­
que nombra correctamente. Le escribimos su nombre, tambié~ samente, una perfecta homogeneidad de respuestas sino una
en cursiva, pero no lo reconoce. Cuando solamente la parte variedad de respuestas que comparten ciertos parámetros
final de su nombre queda visible, al1i dice "mamá", y dice que les son comunes. Ninguno de estos niños sabe escribir
"papá" cuando sólo la part\:! media del nombre queda visible. SU nombre ni lo reconoce cuando Jo ve escrito; cuando
A la primera transformación del nombre (Gulleirmo en lugar p roceden a escribirlo o a componerlo con letras móviles uti­
de Guillermo) "dice abuela" , y con las siguientes inten ta pro­
lizan una cierta can tidad que no deriva de un anáJisis de
seguir con otros miembros de la familia, sin que se le ocurra
la longitud sonora del nombre correspondiente sino de las
cuáles pueden ser. ideas del niño sobre la cantidad de caracteres necesaria
Sih,ia (6a cn) tampoCo sabe escribir su nombre. Se lo escri­
para que algo pueda leerse (ya que utilizarán la misma canti­
bimos en imprenta, Y no lo identifica:
dad para cualquier otra escritura) ; una indiferenciación entre
Ahí dice Silvia
Silvia Pereyra. las propiedades del todo y de las partes (el nombre puede
¿ Silvia solo? Sil-vía (sin seña- leerse tanto en todas las letras como en cada una de ellas, o
No, Silvia solamente.
lar).
en grupos de más de una letra) alterna con la idea de que
(SI 1.\ / / /) ¿Sigue diciendo Sil­
Silvia; un poquito nomú(s) las transformaciones del nombre pueden dar lugar a otros
via? porque está tapado. nombres , próximos al primero (es decir, nombres de otros
Silvia Pereyra. miembros de la familia); finalmente, allí donde está escrito
¿Y así? U/ //IA) el nombre propio p uede leerse también el nombre y ape­
¿Y así? (SfLV/J) . " Silvia.
Silvia. llido.
¿ Y así? U/ / /IA)
Este primer nivel está representado en proporciones bas­
Alejandra (6a CB) no sabe escribir ni reconoce su nombre.
t~nte similares a los 4 y 5 años en , CM y CB ; no hay ningún
Se lo presentamos escrito : en cualquier parte de dos Iclra~
o más -cualesquiera ellas scan- die\! su nomb re , pero SI ~Jem~!o de este tipo en el grupo de 6a CM , en tanto que todos
una sola letra queda visible, ya "no dice Alejandra". ~s nlOOS de 6a CB (con una sola excepción), se ubican ma­
Faviu (5a cn) utiliza siempre la misma cantidad de car:l~'
sIvamente en este grupo .
teres para escribir su nombre , pero no los mismos: en la rO­
mera entrevista compone su nombre con letras m~vilcs._~ .~
sulta 3VE (con el 3 en espejo); en la segunda entrevlsla c .. (;r~ . f'Ve1.2 ! Comencemos por dar un ejemplo intermedio entre
t!l su nombre y resulta 500 (con el cinco en espejo) . En afll !i Os nIveles 1 y 2, antes de caracterizar este nivel.
casos lee, globalmente, "Favio". .
, VI l ' .;10
Javier (4a CB) compone su nombre con letras mO l",; -~IIJ­ g~?ra (4a eB) escribe sobre el modelo de la cursiva, con va­
tener una anticipación ue la cantidad necesaria. Res~ll~ : ~t'qlle \'JfJCIOnes sobre la forma fija "mamá", que es la única que ca­
PKl'/\ (con dos inversiones de sent ido, y sin saber S I lIel~C v3 J'lr6~: Escnbe su nombre. también en cursiva, y resulta algo
continuar o no). Cuando le preguntamós dónde dice ] a V1 i!f Irno a I1sana, que lee como "Débora", globalmente. Pero
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA
EL NOMBRE PROPIO 277
276
fica -por lo que hemo visto antes-- que incluso niños de
con solo invertir la posición de la hoja lee en la misma escri_ 6a CM, que saben escribir su nombre, afrontan serios pro­
tura "Elena", su segundo nombre, y termina por leer "Débora
blemas cuando se trata de interpretar esa escritura. EUo
Elena" en cualquier posición. es así porque, obviamente, el nombre propio escrito es
Un poco más tarde, en la misma entrevista, le pedimos que

componga su nombre con letras móviles, y pone s610 dos le­


reci bido, inicialmente, como una forma global. difícilmente
tras (ez), una para cada nombre. Dos letras le parecen muy
analizable; en la dura tarea de encontrar un valor a las
poco, y agrega otras dos (EMCZ), con los consiguientes proble
partes compatible con el valor del todo, nada es obvio ni
mas para proceder a su lectura: lee "Débora" en la E y "Eleee­
inmediato.
na" en el resto, prolongando la vocal para hacer coincidir gesto
Veamos algunos ejemplos:
y emisión vocal.
Sobre esta última escritura, con letras móviles, procedemos David (5a cs) no sabe escribir su nombre, y elige letras móviles
a efectuar transformaciones, modificando el orden de las para componerlo. Elige inicialmente siete letras, pero luego se
letras o bien ocultando algunas. Es precisamente cuando sólo queda solamente con tres, y compone vsl (con la v rotada
dos letras quedan visibles (/ /cz) que la niña sostiene que allí de 180 0 ) , con la siguiente justificación: "David Bernardo Mén­
dice "Débora nomás"; con tres visibles ya dice "Débora Elena", dez ,. y nada más porque es cortito; entonces serían tres".
con las cuatro visibles dice "Débora Eleeena". Pero de pronto (El orden en que se ubiquen esos tres caracteres es completa­
la niña decide que una de las letras está demás, y, quedándose roen te irrelevante.)
con solamente tres lee "Débora Elena GÓmez". A partir de esta
configuración final (CZE) la niña es sistemática: si dos letras S ilvia (6a es) tratando de componer su nombre con letras
cualesquiera son visibles lee sus dos nombres; si las tres letras móviles elije TRS, donde dice "Silvia Beatriz Landeros", es decir.
un nombre para cada letra. (Es coherente con esta interpre­
están visibles, lee sus dos nombres y el apellido. tación cuando se procede a ocultar partes de esta escritura.)
José (4a CM) escribe su nombre como JLF lo que constituye,
El caso de Débora es muy ilustrativo de las razones que en real idad, una escritura de sus iniciales (José Luis Fernán­
conducen a este nivel 2: intentando encontrar un límite ra­ dez ) , Al escribir J dice "la jo de José, la jota", pero al leer la
cional para la cantidad de letras del nombre p ropio -y escri tura completa dice "Jo/sé/Luis". (Con letras móviles hace
un límite compatible con la hipótesis de la cantidad mínima la misma composición y lee de la misma forma.) Las transfor­
necesaria- el niño descubre la posibilidad de una corres~ maciones que consisten en modificar el orden de las letras no
pondencia término a término entre cada letra y una parte le pert urban en 10 más mínimo, porque él modifica su orden de
de su nombre completo. Insistamos en este p unto impoT­ lectura pa ra conservar las correspondencias entre J =jo, L= sé
tante: la correspondencia se establece entre las "partes-pa­ 'j F:::: luís. Así, en FJL también dice "Jo/sé/Luis", mientras indica
labras" del nombre propio y las letras, pero no entre las las letras en el orden 2-3-1; lo mismo hace en UF, señalando las
"partes-silabas" del nombre propio y las le tras (que eS, letras en el orden 2-1-3. Que la hipótesis de José es de nivel 2
justamente, lo que caracterizará al nivel siguiente). y no de nivel 3 queda claro cuando procedemos a tapar partes
Este nivel 2 tiene entonces, en común con el n ivel 1, que de la escritura del nombre : en (/LF) dice "Jorge y Luis"; en
la escritura del nombre puede ser, indiferenciada~ente, ~ (JL/) dice "Luis y Jorge"; en (/Lf) no dice "nada, porque hay
bién la escritura de todos )os nombres y apelhdos. d ~
Una sola letra"; y cuando las tres vuelven a estar visibles y
P'¡~guntarnos dónde dice José, se limita a señalar todo diciendo:
difiere del nivel 1 en que el niño comienza a desp~en ee las
de la lectu ra global y a intentar una corresponden~lal d s 111
ora la Fcrnández; falta la Femández".
partes entre sí. La limitación inherente a este nlVe ,~oro­ III l~\nivel que estamos analizando aparece de una manera
siguiente: la correspondencia se buscará entre parte~
nstltu ti"..s q~C o más pura en los niños de CB que son, precisamente,
pletas" del propio nombre, y no entre las partes co ht enes ignoran la manera convencional de escribir el nom­
de cada nombre (sus sílabas) . das 1¡aS p~ Propio. Los niños de CM q ue han recibido y asimila do
Este nivel es el único que está representado aS t~o sigtd­ tOlmente la escritura del nombre propio tratan esta
edades estudiadas, Y en ambos grupos sociales. s
EVOLUCIÓN DE LA ESCRfíURA EL NOMBRE PROPIO 279
278
forma fija como un todo compuesto de partes ordenadas. recorte silábico es más sistemático, y logra aplicarse a las
distintas partes visibles ' del nombre.
pero sin comprender las razones de este orden. Esta forma
gráfica estable jugará un papel muy importante a partir Veamos ejemplos del subnivel 3a:
del nivel 3, pero en el nivel que nos ocupa. ella pareciera Walter (5a cs) sabe escribir su nombre en mayúsculas de
bloquear toda posibilidad de análisis, ya que la cantidad imprenta. Cuando sólo el comienzo queda visible (wull/)
de letras escritas supera a cualquier intento de correspon­ lee "GuaJ", ya que él pronuncia "Guálter" , pero cuando solo
dencia entre letras y nombres. Es lo que ilustra claramente queda visible el final (/IITER) no puede leer. Si pasamos de
el caso de Mariano: (wALII/) a (WA/ / /1) y a dejar luego sólo la inicial visible, el
niño comienza a dudar: con una, dos o tres de las letras ini­
Mariano (6a CM) sabe escribir su nombre, pero lo reconstituye ciales puede leerse lo mismo, ya que w es, para él, "guá" o
como un orden arbitrario, sin conocer las leyes de composi­ "guál", por identificación entre la inicial del nombre y el eGo
ción de ese orden. Por ejemplo. después de escribir MA duda mienzo silábico del mismo.
Y dice: "creo que acá va la erre . .. o va así la a al lado de la Rosario (5a es) escribe su nombre correctamente, pero de
eme .. , creo que lo tengo escrito acá atrás" (en el delantal). derecha a izquierda: OIRASOR y 10 lee, también de derecha a
Finalmente lo reconstituye, pero apelando exclusivamente a izquierda "Ro/sa/ri . .. i, o", haciendo corresponder las tres pri­
una imagen visual y sin ningún análisis sonoro. En consecuecia, meras sílabas a las tres primeras letras. dejando sin corres­
en las partes visibles del nombre "no dice nada", y rechaza pondencia sonora a las dos siguientes, y nombrando correcta·
las transformaciones apelando al orden rígido memorizado. mente las dos últimas vocales. Cuando pasamos a la lectura de
partes del nombre, la niña da la primera silaba - "Ro"- para
cualquier parte visible (/11 ASOR; OlR/ / /; /l1/loR), pero luego
Nivel 31 Este nivel se caracteriza por la utilización s istemá­ cambia de hipótesis: con las cuatro letras iniciales visibles
tica de la hipótesis silábica aplicada al nombre p ropio. La <!/ JASOR) lee, silábicamente, "Ro/sa/ri/o", mostrando cada una
lectura tiende a limitarse al nombre con exclusión del apelli­ de derecha a izquierda; si sólo las tres iniciales están visibles
do. Sin embargo, la lectura de nombre y apellido n o está ex­ lee "Ro/sa/ri". El conflicto surge cuando cinco o más letras
cluida, y puede aparecer en dos casos: cuando el nombre quedan visibles, y su manera de solucionarlo es continuar le­
propio es bisílabo (ya que dos letras, como sab emos, es a yendo silábicamente, pero dejando algunas letras sin señalar
(por ejemplo, "Ro/sa/ri ... o", indicando las tres primeras y
menudo una cantidad demasiado pequeña para que "algo la última, cuando todo el nombre es visible), o bien repitiendo
pueda leerse") , o bien cuando el niño es capaz de escribir alguna sílaba (por ejemplo, "Ro/sa/ri/ri ... 0").
correctamente su nombre (ya que se encuentra co n un "so­ Atilio (5a CH) es, en realidad un caso intennedio entre los
brante" al tratar de leerlo s ilábicamente, es deci r , haciendo niveles 2 y 3; del nivel 3 comparte el cuidado en encontrar
corresponder una sílaba a cada letra). una correspondencia silábica para cada letra escrita, y sobre
La diferencia con el nivel anterior no se ubica, pues, en su nombre ~orrec tamente escrito por él- lee nombre y ape­
la mayor o menor corrección con q ue se escribe el nombre. llido para dar cuenta del sobrante. Tratando de encontrar una
sino en el cambio --extremadamente importante- del pa­ forresp?ndencia exacta procede a múltiples ensayos y, sobre
saje de la correspondencia entre una letra y un no~bredei a. esc~llura "TILlO lee, sucesivamente: "A/ti/U/o . .. A/ti/lio/
la correspondencia entre una letra y una parte (silábJca) R.
R.~/va/sl~. . . Atilio/Ri/vajsio... Ati/li/o/Rivajsio. . . Atijlio/
I va/slo".
oo~re. f~
E n virtud de la manera de abordar la lectura de J1los
(6 En CM no faltan ejemplos similares. Así, Gustavo y Rafael
mentos del nombre (cuando ocultamos una parte) podecual
ll~ CM) aunque escriben correctamente el nombre, sólo
I
distinguir dos subniveles: un primer subnivel 3a en el si e S
¡de den leer silábicamente el comienzo, y no tienen la menor
es posible leer silábicamente el comienzo del nombre, leer
ésta la única parte visible, pero se fracasa al inte~ta~al el (la a b~~ cómo puede leerse el final del nombre. Marcela
111 len 6a CM) da la primera süaba mar"- para cual­
_ lO
el final del nomb re; un segundo subnivel 3b en e e
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA [L ~OMBRE PROPIO 281
280
quier parte visible del nombre que eUa misma ha escrito la necesidad de ir "mas allá de la sílaba" para encontrar
correctamente. El ejemplo más claro de las dificultades una correspondencia satisfactoria. Eso es precisamente lo
inherentes a la tarea -incluso para un niño de 6a CM- es que ocurre en el nivel siguiente.
el siguiente:
Alejal1dro (6a CM) escribe correctamente su nombre. pero cuan·
Níve/41 Presentaremos de una manera muy breve este nivel
do s610 queda visible el comienzo se inician las dificultades:
y el siguiente, ya que 10 que hemos dicho a propósito de la
(ALEI I I / / /) Alejan-e; a.le·ja; alejá. escritura de otras palabras. en la sección anterior, es en­
(ALEJA/ / / /) A-le.já; ja-ooo. ¡No!. me quedo con ésta (seña. teramente aplicable aquí. Incluso analizamos allí, con de­
lando la ti final) . A-le·ja·já; con la já. jo. A-le·j6. tención, el ejemplo de Maria Paula (4a CM), relativo a la
Así me dicen a mí, Aléjo. escritura del nombre propio (pp. 261-262). Es típico de este
(///JANDRO) No sé. nivel la mezcla de lecturas derivadas de la hipótesis silábica
y de un comienzo alfabético. Esto, que lo vimos al analizar
En lo que respecta al subnivel 3b, es fácil imaginarse cuá­ la escritura del nombre propio de María Paula, también se
les son las conductas que lo caracterizan. ya que el avance evidencia en la lectura de partes del nombre, como en el
consiste en la posibilidad de encontrar un recorte silábico siguiente caso:
para el final del nombre. Dos ejemplos bastarán para dar
una idea de la magnitud de las dificultades encontradas. y Gerardo (6a CM) sabe escribir su nombre en imprenta y en
para distinguir estas conductas de las que veremos en el cursiva. (Cursiva es. para él, "la letra que escriben los gran·
des".) Sobre la escritura en imprenta lee así:
nivel 4:
(GE/////) Gc­
Emilio (4a CM) escribe las letras de su nombre (mayúsculas (GERAR//) Gera
de imprenta) en el orden correcto. pero invirtiendo M y L. Y (j/ / / /00) -deo

lee así las partes visibles:


(j /RARDO) .m·deo

(//RAR/I) -rra .

(EM / / / /) Emi

(/ /1 LIO) -milio

(/I /L10) Emili. emi·li ... mili

(EM/ LI/) Emi (ya que M es "mi", por hipótesis si lábica) . Nivel 51 En este nivel la escritura y la lectura operan sobre
Lorena (5a CM) escribe correcto su nombre; cuandO cam­ los principios alfabéticos y. como lo dijimos en la sección an­
biamos el orden de las letras del nombre. pero dej ando cons­ terior, los nuevos problemas que se presentan son de índole
tantes las dos iniciales (LOERNA - LONARE) responde que " no ortográfica. La lectura de partes del nombre no ofrece ya
dice Lorena. pero este cachito (LO) dice Io-re". La lectura de las ninguna dificultad:
partes da este resultado:
Mariano (Sa CM) lee así:
(LOR / / /) Lo

(/ / lENA) -re
MAR/ / / /) Mar

<! /REI J) No sé ésa.


(JI/l/NO) No; dice no.

(L/ / / / / ) Tampoco.

Con el nombre de su amiga Florencia, que también sabe


(/////A) -na.
eScribir :
. 1 3' la
1ve
Con estos ejemplos alcanzamos los limites del n. 'sde
hipótesis silábica. aplicada a una forma fija recibida d~ci' (PlORENClj) Florenci

fuera. entra continuamente en conflicto con ella. Es Pndra ['lO///f//) Flo

(¡ I fRENCIA)
samentc este conflicto el que, a nuestro juici o - eoge -encía.

EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA DISTRIBUCIÓN DE LOS NIVELES DE ESCRITURA 283


282
Los problemas ortográficos están muy bien ejemplificados jos de Ch. Read (1975), sobre la ortografía espontánea de
niños ingleses, que son altamente instructivos ya que mues­
por Miguel. tran de qué manera esta ortografía espontánea refleja los
Miguel (6a CM) escribe su nombre correctamente; cuando pro­ juicios fonológicos de los niños de esa edad.)
cedemos a modificar el orden de las letras de su nombre Nuestro diálogo con Miguel no termina aquí. En la se­
Miguel intenta leer el resultado de la transformación (cosa gunda entrevista Miguel nos increpa, devolviéndonos la
típica de este nivel, antes irrealizable): responsabilidad del "descubrimiento ortográfico" que él mis­
(MIUGEL) Miug-e; miug-e; miug-ele (rie). mo había realizado, y nos dice: "¡VOS me dijiste que Miguel
¡Ah! no dice Miguel! no se escribe con u, y sí se escribe con u!". Vuelve a escribir
(MIGULE) Mi-gue-u-le; mi-gu-el-le. Es así. su nombre como antes, pero se niega a leerlo ponnenoriza­
(el toma el lápiz Y escribe damcnte. La "forma estándar'" de su propio nombre ha
MIGUEL). vuelto a ocupar su lugar propio, obligando a la comprensión
Miguel, mi-g-u ... ; mi-gu-e-el ... de Miguel a efectuar un repliegue: es así, y tiene sus propie­
(totalmente desconcertado con
el resultado de su lectura) ... dades; como un objeto físico que sigue siendo como es, aun­
migu-e-el; migu-e-el ... que el sujeto no sea capaz de comprenderlo enteramente.
¿Dice Miguel o no? No, acá tiene que ir la e (al
lado de G).
¡Hacelo! (Escribe MIGlroL) . Miguel Mi­
g-e-u . . . Tiene que estar la ele VI.3. OlSTRffiUCIóN DE LOS NIVELES DE ESCRITURA POR EDAD Y
(al lado de E) . . . ¡y entonces la PROCEDENCIA SOCIAL
u no tiene! Mi mamá siempre
escribe con u, ¡está loca! Tal como lo hemos hecho en otros capítulos, damos aquí
(Escribe MIGEL.) ¡Acá si que
algunos resultados cuantitativos sobre la frecuencia y dis­
dice Miguel! tribución de los diferentes niveles q ue hemos caracterizado.
Insistamos una vez más en que el análisis cualitativo es.
Miguel es un bello ejemplo de aparición de una nueva para nuestro trabajo, la forma de análisis principal; los
problemática, una vez que otros problemas han sido resuel­ datos cuantitativos no pueden ser tomados como repre­
tos. Es obvio que él ha escrito su propio nombre durante sentativos de esos grupos de edad en el total de la población
bastante tiempo, sin problematizarse por la existencia de de Buenos Aires. Ellos sirven . sin embargo, para damos
esa u extraña, interpuesta entre G Y .E. Una' U que no tiene cierta idea global. Los cuadros que presentamos a conti­
razón de ser, puesto que para Miguel la G representa un nuación ubican a cada uno de los niños en los diferentes
único sonido y no dos. Queremos llamar la atención sobre
el hecho que ciertos "deterioros ortográficos", como és~,
niveles. Los totales corresponden , pues, al total de sujetos
y no al total de respuestas (algunos niños han producido
son en realidad índices de progreso: señalan el momento e llluchas escrituras, y otros pocas).
,d~ ~smas
pasaje entre una forma global repetida tal cual pero OnO ~n el cuadro I se presentan los datos relativos a la es­
analizada. Y una composición razonada esas f:; ~ttlu ra del nombre propio. Si consideramos los tres grupos
mas, en donde las convenciones ortografIcas no tienen, p te
el momento, cabida. (Afrontando un problema ent~rame~
Ia.e CM vemos que los niveles sucesivos se corresponden con
progresión en edad: la mayoría de los sujetos de 4 años
similar al de Miguel otro niño, que había aprendido crt
a ·bir
cribir QUESO. sin "errores", se pone un buen día a es roO ~ ubica en los niveles 1 y 2, Y ninguno llega al nivel 5; a
KESO, justamente cuando la forma gráfica heredada dr::ct
eoS S ~ños los sujetos se distribuyen en todos los niveles,
se~ CIerta tendencia a concentrarse en el nivel 3 (esto
no poseída cede su lugar a la forma espontáne;a protr3b B­ naja, entre otras cosas, las enormes diferencias que pue­
de la propia construcción del niño. Hay una serie de
284 EVOLUCIÓN DE LA ESCRlTUIt\ Lf\S TRANSFORMACIONES DE OTROS NOMBRES 285

den encontrars aún entre mnos de la misma edad y de igual edad CM y CB surjen algunas indicaciones interesan­
la misma procedencia social); a los 6 años no hay ningún tes. los pocos niños de CB que llegan a elaborar la hipótesis
sujeto que se ubique en el nivel 1, Y hay varios que se ubio silábica lo hacen con una escritura en la cual las letras en
can en los dos últimos niveles. Estos datos se corresponden sentido estricto están ausentes, o bien utilizando letras
parcialmente con los que hemos dado al principio de la seco pero sin ningún valor sonoro estable para cada una (o al~
ción anterior de este capítulo (pp. 271·272): allí indicábamos guna) de ellas; por el contrario. los niños de CM que elabo­
simplemente la cantidad de niños capaces de escribir el nom­ ran la hipótesis silábica utilizan ya l~ras bien dIferenciadas
bre propio; aquí tenemos en cuenta, además, cómo inter­ y con valor sonoro.
pretan las transformaciones del nombre y cómo leen partes Este punto es muy importante. Si solamente hubiéramos
visibles del nombre escrito. interrogado niños de CM hubiera sido fácil concluir que la
Los datos de los niños de CB son completamente diferen­ hipótesis silábica no es sino el resultado de una asimilación
tes: si bien a los 4 años están muy próximos a los de CM deforman te a partir de las informaciones provistas por el
desde los 5 años las diferencias son marcadas: ningú~ medio (por ej .. M sería "la ma" simplemente porque el niño
sujeto de CB supera el nivel 3; más aún, el grupo de 6 años conoce las escrituras MARiA y MM1Á, COn las lecturas glo­
presenta una regresión con respecto al grupo de 5 años. Dos bales correspondientes. de donde resultaría un intento de
razones principales nos parecen dar cuenta de esta regre­ encontrar valor sonoro a las letras). Pero el hecho de en~
sión : por una parte, el hecho ya señalado que la mayoría contrar en total ocho niños de CB que exploran la hipótesis
de los niños de 6a CB no habían asistido previamente a jar­ silábica (algunos en el nombre propio, otros en otras es­
dín de infantes; por otra parte, el hecho que por razones criluras. algunos de manera ocasional y otros de modo
ajenas a nuestra voluntad no nos fue posible tener más de sistemático). a pesar de no tener posibilidades de dar un
una entrevista con estos niños, en quienes el bloqueo masivo valor sonoro estable a las letras, nos parece ser un hecho
frente a cualquier situación de tinte escolar es la norma. que sugiere otra explicación: la independencia de la hipó­
En el cuadro II se analiza la distribución con respecto tesis silábica con respecto a las infonnaciones provistas
a otras escrituras, diferentes de las del nombre propio. En por el medio. Una hipótesis que surgiría por la necesidad
CM los resultados para los 4 y 6 años son enteramente con­ interna de coordinar el valor del todo y el de las partes.
cordantes con Jos del cuadro anterior (a los 4 años casi todos Ahora bien, el hecho de que se pueda llegar hasta la hi·
los sujetos se ubican en los dos primeros niveles; a J05 pótesis silábica a pesar del medio no indica que se pueda
6 años tienden a ubicarse en los niveles superiores); en cam­ seguir progresando sin tener nuevas infonnaciones --esta
bio, a los S años la mayoría de los niños se ubica en el Vez sí dependientes del medio-- para procesar. Y la manera
nivel 2. lo cual significa, por comparación con el cuadro 1, en que se haya llegado a la hipótesis silábica (con letras
que a los 5 años (en CM) hay un avance marcado de la cuyo valor sonoro es relativamente estable, o sin ellas) pue­
escritura e interpretación del nombre propio con respectO d.e ser detenninante para el resto de la evolución. Para saber
SI esto es así hacen falta otra clase de estudios, como los
a otras escrituras.
De este cuadro II hemos eliminado a los sujetos de 68 segi.'imientos longitudinales que estamos realizando ahora.
CB porque )a mayoría se niega a producir escrituras: se
aferran (casi diríamos, desesperadamente) a lo poco
están seguros de saber, y ya no se atreven a explorar or
qif.
\11.4. LAS mANsFORMActoNES DE OTROS NOMBRES
bremente otras posibilidades. Ya saben que no sabe,'; pe
aún, piensan que solamente copiando llegarán a saber. re-
En lo que respecta a los sujetos de 4 y S años cs, los o" Vamos a abordar aquí un problema que se sitúa a mitad de
~a~~no entre los problemas de producción y de interpre­
sultados de este cuadro lt son, en general, concordantes edi
los del cuadro 1. Pero de la comparación de los grupos aC10n de textos. La razón por la cual lo incluimos es
IV
00
CUADRO 1: Escritura del nombre propio. o­

[nt. 2-3 3 Int. 34 4 5


Nivel 1 /nt. 1-2 2
a b
Edad

4a CM
5 2 1 1
(Total = 12) 3

5a CM
3 '2 1 3 2
(Total = 15) 2 2

6a M
1 4 3 3 4
(Total - 20) 5 tl1
C5
t"'
~
(')
4a CB ""'o­
(Total = 9) 3 2 3 1 z
g
5a CB
!;
3 3 1
,Total = 11) 1 1 2

6a es ~
(rotal = 9) 8 1 ¡

t"'
CU.IDRO II: Escrifura de otros nombres.
'ti.
N ivel Nível 1 Nivel 2
Mode- Mode- Sin for- Con formas
11'11. 2-3
Sin
Nivel 3
Con
Nivel 4 Nivel 5
~ t:II
10 cur- Io im­ mas fi­ fijas letras letras a
siva prenta jas Pro- Pro-
ducen ducen niegan
Se Sin
valor
Con
valor ~....
(')
Edad otras sonoro sonoro

4a CM
~
(Total = 9) 3 3 2 1 g
Sa CM ~
o(1)
(Total = 11) 1 5 3 2

6a CM ~
(Total = 20) 3 2 4 4 5 2 5
rn
4a CB
(Total = 7) 3 3

Sa CB
(Total = 11) 1 2 2 3 1 J

IV
00
....¡
EVOLCCIÓN DE LA ESCRlTU ~ ¡,AS TRANSFOR!"lACIONES DE OTROS NO:V1BRES 289
288
porque es una de las tareas sobre la que podemos presen_ A] De 4 a 6 años, sin ayuda escolar
tar datos comparativos entre niños en etapa preescolar y
1. El nivel más primitivo está representado por aquellos
niños en curso de escolaridad primaria. Y, como veremos
niñoS (comparativamente pocos) para quienes todas las
los resultados son inesperados. . transformaciones son irrelevantes (en todas "sigue dicien­
Ya hemos presentado la técnica de la situación de trans­
do" la palabra inicial) , o bien que las aceptan o rechazan.
fonnaciones de palabras cuando hablamos de las transfor_
sin convicción. Pongamos en paralelo esto con lo visto en
maciones del nombre propio. Aquí se trata de lo mismo, pero
referido a aquellas palabras que constituyen el prototi po
el cap. 11 : cuando le presentábamos a los niños una serie
de tarjetas para clasificar en términos de "sirve/no sirve
de la iniciación a la escritura: mamá, papá, oso. La tarea
para leer", también encontramos un primer nivel en donde
propuesta puede ser considerada como una tarea de lectu­
todas sirven para leer, o bien una sí y otra no, pero sin
ra, ya que se trata de interpretar una escritura resultante
criterio objetivo. Aquí, todas las escrituras propuestas sir­
de una transformación a partir de otra. Pero lo hacemos a
partir de formas que constituyen los primeros modelos ven para leer mamá, si partimos de mamá; todas las escri­
de escritura. Lo que importa es tener claro el objetivo de turas propuestas sirven para leer papá, si partimos de papá;
la tarea: tratar de saber qué es lo que, en es tas formas y así siguiendo. O bien unas sirven en un momento, pero
elementales de escritura, es considerado como esencial para dej an de servir pocos minutos después, sin que haya cri­
que la interpretación no varíe. ¿Pensará el niño que "si terio objetivo para decidir por sí o por no.
están las letras de mamá", cualquiera sea el orden, seguirá
"dicien do mamá"? ¿Tendrá en cuenta la cantidad de grafías 2. Mucho más fnteresantes son las conductas que consis­
similares necesarias? ¿ Orden, cantidad, tipo y distribución ten en aceptar algunas transformaciones y rechazar otras,
de los caracteres serán siempre tomados en cuenta, o habrá pero sobre la base de algún criterio objetivo. Aquí es nece­
un orden jerárquico entre ellos? E.sas son algunas de las sario presentar ejemplos:
preguntas que nos planteamos. Los resultados nos obligaron
a plantearnos otras, que no sospechábamos. Gustavo (5a acepta solamente APAP = PAPÁ Y AMAM =
c~r)
"lAMA,por! exije alternancia de grañas y cantidad de grafías,
'!
Antes de proseguir recordemos brevemente la técn ica: le dejando d, ado el problema de saber con cuál hay que em­
pedimos al niño que escriba esas palabras; si no sabe ha­ pezar.
cerlo, tratamos de ver si las reconoce cuando otro las es­
Andrea (6a ni) es muy similar a Gustavo. Rechaza la trans­
cribe; una vez que acordamos sobre la interpretación de formación PPA!\, porque "no tiene que estar las dos pe juntas
la palabra escrita, procedemos a reescribirla, pero intro­ y las dos a juntas", pero acepta AMAM: "Dice mamá, pero le
duciendo ciertas modificaciones (así, de oso pasamos a OOS. falta el acento". iY lo agrega en la eme final! En MA "no dice
os, osos, SOS, etc.), y preguntamos si "es todavía" la palabra nada, porque son dos letras".
inicial, y en caso negativo, qué dice. Dos precaucione~ a J1l;' A~eimldro (6a CM) ya citado en la primera sección de este
todológicas : la escritura de la transformación se reahz J1l" capItulo (Nivel 4), piensa que mimi, meme y mumu son for­
siempre debajo de la palabra inicial, para facilitar la~ COras ~as alternativas de escribir mamá, pero que si se elije la
paraciones; además el experimentador verbalizaba rnl~n.te¡al °llna con a, hay que ponerle el acento.
escribía, para insistir en que se toma la pala bra lnl ni tloLau ra (5a ca) apela sucesivamen te a varios criterios, que
como punto de partida, pero sin nombrar nunca las let~ a a( llega a coordinar : alternancia de caracteres, presencia del
darle valor sonoro. (Así, por ejemplo, al pasar de V 1, ento y cantidad de caracteres:
osos se indicaba: "mirá, ahora la escrib o otra vez.·.. di~­ "J\I> {
pongo otra de éstas al finar '; al pasar de oso a oos s~ IndO ell
. . -Fa; no dice papá porque le falta el acento.
1>".\"
ba : "ésta la pongo aquí, ésta aquí, y ésta aquí", IllOs~la~
uón
No dice; porque hay dos .\ juntas y. .. le falta el
acentito.
cada caso la posición inicial de la letra en cues .
290 EVOLUCIÓN DE LA ESCRfiUR,\ ¡.AS TRANSFORMACIONES DE OTROS NOMBRES 291

P\ÁP Ahora dice papá. Leonardo (Sa CB):


PA P..\ l' \ Paaa, papáaaa; no dice papá porque acá es más PAPÁ - mamá

larga ... porque hay tres A. APAP = papá

Lo típico de todos estos casos es, entonces, que de todas


APPA
APAP
= tío

abuelo

las propiedades de la forma gráfica en cuestión solamen te APAPAP abuela.

algunas son retenidas como esenciales, o se alterna de una


a otra sin coordinación. No es tarea fácil retener a la vez Este tipo de respuestas no es de los más primitivos: no
el orden de grafías, la alternancia de grafías, la cantidad de 10 encontramos a los 4 años sino a partir de los 5 años, y
grafías, y la posición de esa grafía especial que es el en ambos grupos. En total 9 niños presentan sistemática­
acento. mente respuestas de este tipo, y otros tres las presentan
ocasionalmente. Es precisamente en el grupo de 6a CM que
3. Las respuestas más sorprendentes son las que consisten encontramos residuos ocasionales de ello, con auto-correc­
en suponer que las transformaciones a partir de una pa­ ción.
1abra dada corresponden a otros nombres, diferentes desde
el punto de vista sonoro, pero próximos desde el punto de Carlos (6a CM) trabajando con las transformaciones de NENE
dke, correctamente que en NE dice "ne", pero
vista semántico. Así, transformando MAMÁ o PAPÁ obtenemos NENENE dice nene; pero acá hay otra más de éstas
los nombres de los otros miembros de la familia . (otro par NE). ¡Ah, dice nena! .. . pero le
tiene que poner una A.
Walter (Sa eB) da la serie de equivalencias siguientes: NEl'<ENEA sí, así es nena.
mamá mamá

dmam papá
El mismo Dlno nos da el ejemplo más evolucionado de
papá hijo
esta variante: intentando leer las transformaciones de mamá
ápap hija
terminará proponiendo "madre", es decir. un nombre si­
mpapá primo
nónimo del primero, y no ya otro nombre semánticamente
¿Qué falta? prima.
próximo pero con distinto referente:
Alejal/dra (5a CM) da la serie siguiente, a partir de MAMÁ:
mamam mamé, máma, mamame, mamé . ..
AMAM papá
Inaam ma-má, mamá ... No. ¿Cómo era? Ma-ma . . .
.MAAM mucama
¡madre!
MAMAM hermano.

Martín (Sa CM): Dejamos por ahora la interpretación de este tipo de res­
puestas, porque como ya veremos, no son exclusivas de los
MAMÁ mamá
niños preescolares, sino que las encontramos también en
MAAM papá

~l .'\.MA.MA papá y mamá (tres letras para cada nom­ niños que están en curso de aprendizaje escolar de la es­
bre, ya que 10 encuentra demasiado largo critura.
para que diga una sola cosa).
4. Varios nInos de 5 y 6 años rechazan las transfonnacio­
Afilio (Sa ca) tambit:n toma en cuenta el aumento de loO"
gitud de la escritw'a por adición de caracteres, pero en lugar nes, sin intentar leer el resultado de la transformación, ba­
d~ introducir dos nombres agrega el apellido al nombre. pat;:t Sándose exclusivamente en la presencia o ausencia de las
él '\1 \:\tÁ, A~l;\.\1 Y 1\1\I1\IA son variantes equivalentes de "mamá, letras requeridas y en su posición. Todos estos niños saben
pero en ¡\{A(\1 ,\M.'\ dice "mamá Rivasio". eScribir la palabra que nos sirve de punto de partida. El
292
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA LAS TRANSFORMACIONES DE OTROS NOMBRES 293

saber escribir esta palabra es condición necesaria pero no B] De 6 a 7 años, con ayuda escolar
suficiente para rechazar las transformaciones. Algunos de
los niños que hemos citado en los tipos de respuestas pre­ Exactamente la misma propuesta de trabajo sobre las trans-­
cedentes también saben escribir la palabra, sin que ese formaciones de palabras conocidas había sido hecha a los
"saber-hacer" gráfico corresponda a un "saber<onceptual" niños que interrogamos en nuestro primer trabajo experi­
mental: niños de 6 a 7 años, de clase baja. que asistían
unívoco.
Un solo ejemplo basta para comprender cómo son estas por primera vez a primer grado. Estos niños fueron vistos
por nosotros, individualmente, a principios, a mediados y
respuestas:
a fines del año escolar. Precisamente a mediados de año
Laura (5a CM): les propusimos esta tarea. Para entonces las maestras les
habían presentado (y, supuestamente, enseñado a leer y
Mamá
MAMÁ
Mamá de vuelta, ¡ah no!, no sé, esperá . . . escribir) por lo menos seis palabras generadoras, entre las
MAAM cuales se encontraban las clásicas mamd, papd, nene, oso,
no dice mamá. Después de esta (A) viene
esta (M). ala. Las transformaciones que nosotros propusimos eran las
No, porque tiene que empezar con La eme. mismas ya presentadas (modificación del orden de las le­
AMAM
Está muy larga. Hay uno, dos, tres, cuatro tras, agregado o supresión de letras de la palabra) más una
MI\MAl\lA
(cuenta letras del modelo inicial), Y acá variante: agregar a una palabra conocida la inicial de otra
uno, dos tres, cuatro, cinco, seis. Es hasta palabra conocida (pasando así, por ejemplo. de oso a moso
acá (las cuatro primeras letras) . o poso). En todos los casos utilizamos la escritura cursiva,
que es la "letra escolar" en Argentina.
5_ Finalmente, algunos pocos niños (de 5 y 6 años CM) re­ Las respuestas obtenidas pueden clasificarse del modo
chazan las transfonnaciones. pero intentando leer el resul­ siguiente:
tado. Esta lectura puede sel" correcta o aproximada, pero
en cualquier caso el argumento para rechazar la t ransfor­
mación es siempre el mismo : no solamente se ha modifi~ 1. Utilización de las letras en tanto índices de la presencia
cado la fonna original sino que, al hacerlo, se ha creado de una palabra. Así, la p no es solamente una de las letras de
otra escritura que es "legible" Y diferente de la an terior. papá, sino el índice que confiere significación al todo.

Estela: oso transformado en poso es "papá", y transformado en


Mariano (5a CM): Inoso es "mamá".
oso = oso Gliselda: oso transformado en oos, osos y soso es siempre "oso,
soso dice soso por que está la s con la 0_"
osos osos, muchos osos.
Alejandra: papd, amá, mald, máma, alá son todas transfoI'llla­
D iego (6a C~l); ciones equivalentes a "mamá, porque hay dos a y el puntito",
es decir, el acento.
oso oso
os-o; so-o; no dice oso porque están nI revés
oos llos índices utilizados pueden ser variados: la inicial en
papá papá
paap paa-pa ~ ,caso de Estela, dos letras de la palabra en el caso de
ppaa pa ~selda, dos letras iguales, una de ellas con acento. en el
papap paaa. o de Alejandra. Pero 10 que es común a todos ellos es
~e. si el o los índices están presentes, poco importa el
si st~,. ya que es en función del índice que se decide de la
gnlflcación del todo.
294 EVOLUCIÓN DE LA ESCRI'ftIRA LAS TRANSFORMACIONES DE OTROS NOMBRES 295
2, Consideración de la cantidad de letras de cada tipon~ S, A un cambio gráfico- mínimo debe corresponder un cam­
cesarias para constituir la palabra. pero independientemen te b;o sonoro que no afecte la significación. En el e;emplo
del orden en que se encuentren, siguiente vemos empleados varios procedimientos diferen­
tes: alargamiento de la vocal, prolongación de la consonan­
Griselda piensa que mamá transformada en amam es tambien te, tratamiento por separado del elemento agregado y, acci­
"mamá. pero le falta el acento", Ese acenlo puede ir en cu.,I­ dentalmente. un pasaje por el tipo 4 anterior.
quier lado, ya que lo agregamos sobre la primera a y ella 'está
satisfecha (dmam), Las transformaciones de papá dan. el si­ Gladys, tratando de interpretar la transformación de oso en
guient~ resultado: osos hace los siguientes intentos: "oso-s; ososss; osa; 05000;
pa-pá oso-sss; osóss; OSoo " ,
ppda
ppa le falta una a Miguel lee bien "sol". pero al pasar a solo él alarga la vocal.
appá ahora dice papá leyendo "soool". lo cual quiere decir, simplemente, "sol",
Rubén lee así las transformaciones de "oso";
Damel acepta como transformaciones equivalentes a oso todas
las que consisten en modincar el orden (en sao y DOS también osos "osso, oso, o-sso"

"dice oso") , pero no las que consisten en modificar la cantidad soso "os~sso, la ese con la oso, ¡oso!"

de letras de cada tipo (en soso "no dice oso porque hay dos s")
6, Mezcla de los tipos 5) y 4). lo cual da Jugar, por mo­
3. Consideración del orden, pero úrlicamente en términos mentos, a bellas soluciones de compromiso en las que una
de simetría. Esto se ve claramente en el caso de oso, donde oración entera puede aparecer como respuesta a una trans­
algunos piensan, como Rosa, que oso y sos son dos variantes formación,
de la misma palabra, pero rechazan las otras transfonna­
dones, porque hacen falta dos letras iguales y una diferente Omar reconoce la palabra escrita nene, y lee la transformación
en el medio. pnene como "nenépa", lo cual quiere decir, según él, "un nene
Estos tres tipos de respuestas (1, 2 y 3) pueden presentar­ que ya es grande y es un papá" Pero la misma letra agregada a
Olra palabra da lugar a una interpretación distinta (y, por el
se en el mismo niño, alternadamente. al pasar de"una trans­ contraste, se ve que no está funcionando como índice):
fonnación a otra. Lo importante es que estos niños estaban,
desde el punto de vista de su desarrollo cognitivo, en el
0$0 "oso"
poso
mismo nivel : todos en nivel preoperatorio (es decir. en fun­ osos = "oso-pa"

"oso-p, osop",

ción de ]a prueba utilizada. en nivel de no-conservación


de ]a invariancia numérica), Después de presentar los otros Cuando le preguntamos qué quiere decir "osop" responde:
tipos de respuestas comentaremos sobre la relación que n~ "un oso que toma la sopa".
parece existir entre el nivel cognitivo y las respuestas o " Walter hace varios intentos para la transformación osos:
tenidas (cf, sección v1.5,) ?S~sa; oso-se; oso-e", sin quedar satisfecho; en cambio, la
Slgl.uente transformación. soso le resulta clara: "oso al revés.
¡osa!". Problemas similares se le presentan con las transfor­
4. A un cambio gráfico mínimo (agregado de . letra~ q~;. Illaciones de sol:
pertenecen a la palabra) debe corresponder un cambIO " Sol
nimo en el significado. "sol"

Solo
sotos
"sol-ol; 501-0; S(H)S; sol y nube"

.. . .. ". tí-l I1S "os. 05-01; 501-05",


Daniel piensa que oso transformado en osos es osa. J
formado en soso es "osito" as
Sandra también piensa que al pasar de oso a osos p3S
3J11 ltt~uevamente, hay un denominador común entre los que
en significación, de "oso" a "osa", Ihzan las respuestas de tipo 4, 5 Y 6: todos son niños
EVOLUCIÓN DE LA 'ESCRlTtTRA LAS TRANSFORMACIONES DE OTROS NOMBRES 297
296
Las respuestas de los niños de 4 a 6 años que analizamos
que, en el momento de interrogarlos, se encontraban en antes, relativas al nombre propio (que rara vez cumple con
nivel intennediario (pasaje entre el nivel preoperatorio y el tales requisitos de "facilidad"), parecieran sugerir que es
operatorio) . más fácil descubrir que existe un orden no-aleatorio de las
Vamos a dejar de lado los muy contados casos de res­ letras cuando los caracteres sao más variados que cuando
puestas correctas (dadas por niños de nivel intermediario se trata de los mismos caracteres repetidos. Por supuesto
o de nivel operatorio) para intentar una explicación global
que una cosa es reproducir una forma gráfica como una
de todos los resultados presentados.
sucesión de grafías en un orden fijo, y otra bien distinta
es dar una interpretación estable a fragmentos de esa serie;
pero, de todos modos, la gran mayoría de estos niños de
C] De 4 a 7 años, con o sin ayuda escolar 6 a 7 años, tanto como la mayoría de los de 4 a 6 años, están
aún bien lejos de las correspondencias sonoras estables.
El hecho más sorprendente es haber encontrado respuestas En la muestra de 6-7 años tenemos un dato clave: los
muy similares en niños preescolares y en niños a quienes niños que atienden a la cantidad de grafías con exclusión
se les está presentando, día a día, el código aUabético y del orden, o viceversa, son todos preoperatorios. Nuestra
sus misterios (pero como si no hubiera ningún misterio). interpretación será la siguiente: la escuela les obliga a un
Recordemos que los niños de 6 a 7 años estaban a mediados trabajo cognitivo que está por encima de sus capacidades.
del año escolar. ¿Cuántas veces las maestras habrán escri­ Es demasiado pedirles que trabajen al mismo tiempo con
to, descompuesto en letras y sonidos, combinado y recom­ disociaciones de un todo (la palabra) en sus constituyentes
binado esas palabras iniciales? Nada parece más simple; (sílabas y letras), con reconstituciones del todo a partir
m-a, ma; ma-ma, mamá. problema de análisis y síntesis, como de sus elementos, con la constitución de subclases de ele­
nos enseñaron siempre; como se sigue enseñando. Consta­ mentos semejantes atendjendo a la cantidad de elementos
tación elemental: mientras las maestras prosiguen con las de cada subclase (2 M Y 2 A; 2 s y una o; etc.), y, finalmente,
simplicidades aparentes del análisis (de la palabra en SUS con el orden de los elementos en el todo constituido. El
componentes), y con una síntesis presentada como obvia niño preoperatorio no puede hacer todo al mismo tiempo: o
y natural. los niños aprenden otra cosa. bien toma en consideración el orden (pero en ténninos
Hemos visto que algunos niños en edad escolar, tanto de alternancias o simetrías), ignorando el número de ele­
como otros preescolares, atienden a la cantidad de letraS mentos en cada subclase de elementos semejantes; o bien
de un mismo tipo, pero dejando de lado el orden dein05 .las toma en consideración las subclases. pero con independen­
letras, y que otros atienden al orden global (en ténn cia del orden de los elementos en el todo. Para el docente
de alternancia o de simetría) pero olvidando la cantidad de es evidente que las dos sílabas "ma-ma" derivan de un todo
grafías de cada tipo. Esta atención centrada sobre uno u al cual se puede volver, ya que el docente puede pensar
otro aspecto de la palabra escrita nos parece aún más com­ al mismo tiempo en el todo y en las partes. Pero, desde el
prensible cuando observamos la naturaleza de las palabras':;' PUnto de vista cognitivo, hace ya bastante tiempo que sa­
las oraciones) con las que un niño se inicia en la escue . te~os que los niños preoperatorios no son capaces de tra­
palabras que pueden ser leídas de la misma manera yendo }l~Jar al mismo tiempo con el todo y con las partes. (Cf.
de izquierda a derecha o de derecha a izquierda (ala, o~' laget y Szeminska, 1967, capítulo VII.)
ama, ese) o palabras con silabas permutables (m~má, pa~~ ¿Es acaso un defecto ser preoperatorio cuando se tienen
tura
nene) constituyen el universo inicial de la escn ..Endl) ~penas 6 años? ¿Será necesario haber franqueado el umbral
palabras han sido elegidas intencionalmente corno f~e ¡leS p~ las operaciones concretas -en ténninos de los estadios
palabras "fáciles". Ahora si podemos preguntarnos: ¿rt'~ de alagetianos- para poder aprender a leer y escribi-r? Para
para qmén? ¿Fáciles desde qué punto de vista, a pa 1 Prender de la manera en que la escuela supone, quizás sí;
cuál definición de "facilidad"?
LAS TRANSFORMACIONES DE OTROS NOMBRES 299
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA
298
janzas sonoras. Pero no es una mala hipótesis COD respecto
pero para aprender de otra manera, seguramente no: tal a sistemas de escritura aptos para veruculiulr significados.
como nos lo sugieren los niños preescolares que hemos Una vez más estamos aquí en la frontera inclerta entre
estudiado. Estos resultados indican que, en el caso de niños' dibujo Y escritura; y no cabe duda que en los orígenes
con muy pocas ocasiones de apendizaje extraescolar, y en históricos de la escritura se comenzó por representar los
nivel preoperatorio, la conducción del aprendizaje escolar objetos referidos (dando lugar. necesariamente. a una repre­
no estimula UD trabajo cognitivo, al propio nivel de ellos, sentación próxima para objetos similares entre sí) antes
que les permita abordar inteligentemente la lengua es­ que los signos lingüísticos como tales.
crita. Señalemos que hasta aquí nos hemos limitado a establecer
Insistamos sobre esto: para el docente es evidente que
tipos de respuestas y no, como en las secciones precedentes
de la palabra "mamá" se obtienen las silabas "ma-roa", y
o en otros capítulos, niveles sucesivos que corresponderían a
que de la silaba "rna" se obtienen los fonemas /ml y
etapas del desarrollo. Hay dos razones para eIJo: la primera,
/a/, asociados a las letras correspondientes. También le
que nuestros datos son muy variables de un niño a otro
parece evidente pasar de Iml y /a/ a la sílaba "ma", y de
del grupo preescolar. porque si bien casi todos tenían al­
la duplicación de esa sílaba a la palabra. Pero todo el quid
guna manera de escribir o reconocer el nombre propio (y
de la cuestión está allí: aprender a desconfiar de las evi­
a menudo los nombres de otros hermanos o amigos), no
dencias adultas. porque también es evidente para un adulto
ocurría lo mismo con palabras como las que estamos anali­
que si se llega al mismo nÚIDero contando dos colecciones
zando ahora; la segunda. es que rara vez un niño daba
de objetos eso quiere decir que tienen la misma cantidad de
exclusivamente respuestas de un solo tipo, y el único aná·
objetos. y sin embargo eso no es evidente para un niño
li~is compatible con los datos sería en términos de tipos
preoperatorio. de respuestas alternativos compatibles con un mismo nivel.
Pasemos a considerar las respuestas más sorprendentes: Esto es precisamente 10 que podemos hacer con el grupo
aquellas que imaginan que las semejanzas gráficas están de 6-7 años donde, gracias a la utilización de un criterio
asociadas a semejanzas en el significado. primera consta· externo (el nivel operatorio) podemos detectar la utiliza­
tación: esas respuestas no son privativas de los niños de <:8. ción simultánea de tres tipos de respuestas (con exclusión
La única diferencia entre CM Y CB consiste en que, de las de los otros) en niños preoperatorios. y una situación
transformaciones de "mamá" o "papá" puede obtenerse equivalente en niños intermediarios (es decir, en el período
"mucama", como un miembro más de la familia, en cM. en de transición que precede inmediatamente al nivel opera·
tanto que en CB nos limitamOS a los abuelos, tíos, primos Y tOrio) .
hermanos . Lo insólito es que aparezcan en niños que están En este sentido, las alternanciaS que los niños interme­
recibiendo una enseñanza escolar que se preocupa por esta­ diarios presentan entre dos hipótesis contradictorias son
blecer. desde el inicio. una correspondencia entre grafi~d
l1 a esclarecedoras. Estas dos hipótesis son: a un cambio
sonidos del habla. Aquí es donde surge con toda c1a a gráfico mínimo debe corresponder un cambio mínimo en
el abismo que puede existir entre el trabajo cognitiVO qU'
supo~e5
el significado; a un cambio gráfico debe corresponder
el niño está desarrollando y el que el maestroh · ' tcSI un cambio sonoro que no altere básicamente el signifi­
que está efectuando. Una vez más. se trata de un~ .1081
~
lpO 1 cado. Cuando trabajan sobre esta segunda hipótesis ve­
elaborada por el niño mismo. de una creación 0118 Tllos aparecer alargamientos vocálicos o consonánticos
podemos imaginamos un adulto (docente o no) respons~ ni­

~anlo como un tratamiento aparte del signo agregado
directo de haber dicho al niño que las palabras ~on ~~dc t del tipo "oso-se" para "osos"). tratamiento que consis­
ficado próximo se escriben de manera muY pareCl~r' 1 .ES. e en darle un valor sonoro aproximativo --de prefe­
pendientemente de las semejanzas sonoras entre e ~~~e(11' ~encia silábico- al final de la emisión de la palabra (inclu·
obviamente. una mala hipótesis para abordar un si scJilI 1) Cuando el signo agregado se encuentra al comienzo).
alfabético de escritura, ya que no trabaja sobre las

....

300 EVOLUCIÓN DE LA ESCRlTURA CÓMO ESCRIBEN LOS NIÑOS CON AYUDA ESCOLAR 301

Apelar al alargamiento vocálico o consonántico, en una primero Y en función de la propuesta metodológica en el se­
lengua como el castellano, es hacer uso de un recurso que gundo.
puede ser utilizado para introducir connotaciones afectivas La tarea propuesta. para la primera toma, fue la de es­
pero que no modifica la significación del mensaje (contra: cribir, sin copia, palabras enseñadas por el maestro y pala­
riamente a lo que ocurre en lenguas que hacen una distin. bras nuevas para el niño pero de dificultad semejante a las
ción entre vocales breves y largas). Es hacer uso del anteriores. es decir que respetaran las letras y el tipo de
conocimiento lingüístico que se posee para responder a la combinatoria de los modelos conocidos. Esta elección se
tarea. Una S agregada a oso es bien percibida como la duo hizo para evitar respuestas del tipo "ésa no la sé", "no
plicación de un signo previo, que da lugar a una prolonga_ me la enseñaron", etc. ]Jurante la segunda toma. se pidió
ción sonora, sin que el niño sepa aún si lo que ha-y que al niño la escritura de otras palabras. siempre con letras
prolongar es la consonante o la vocal. No es todavía una conocidas, y la escritura de UlléII oración. También durante
buena correspondencia grafema/fonema. pero es ya un in­ la segunda toma, se introdujo una variante en la situación
tento de hacer variar la pauta sonora para ponerla en que consistía en presentar imágenes a las que luego se les
relación con la variación visualmente percibida. asociaba una escritura. A esta variante de escritura con
imagen se llegó para que fuera el niño mismo quien deci­
diera (dentro de los límites impuestos por la imagen) qué
debía escribir. Había dos tipos de imágenes, una donde
VI.S . CÓMO ESCRIBEN LOS NIÑOS CON AYUDA ESCOlAR se representaban objetos familiares y otra donde aparecía
un personaje realizando una acción manifiesta. La tercera
Anteriormente nos hemos referido a las producciones cs­ toma se diferenció en función del nivel alcanzado por los
critas en Jos niños preescolares; vamos a analizar ahora la niños, teniendo la precaución, de todos modos. que escri­
evolución de la escritura en los 28 niños de nuestro estudio bieran tanto palabras como oraciones. A los más avanzados
longitudinal. Recordemos que se trataba de un grupo de ni­ se les propuso una tarea con otro tipo de dificultad. el
ños concurrentes a una escuela pública, todos provenientes plural, es decir la escritura de una marca morfo-sintáctica.
de clase baja que recibían enseñanza sistemática en iguales Para ello les presentamos una imagen donde figuraban dos
condiciones desde el punto de vista de los aportes metodQ­ niñas saltando a ]a cuerda.
lógicos: las maestras de las dos secciones de primer grado Después de la anticipación sobre la imagen les pedíamos
utilizaban el mismo método y el mismo texto de lectura. que escribieran. Cada una de estas situaciones fue solicitada
Recordemos también que este grupo fue entrevistado en tres en el momento más oportuno, de acuerdo a los niveles de
ocasiones sucesivas (durante un año, al comienzo, promediar los niños. Tuvimos siempre el cuidado de pedir, con la
y finalizar el curso). entonación natural de habla, todas las palabras u oraciones
Nuestro interés principal al presentar esta nueva se~e que deseábamos que escribieran. Como se ve la técnica de
de datos es estudiar de cerca la evolución de las hipóteSIS la situación no representa ni una novedad para el niño, ni
infantiles a medida que avanza el programa escolar. Al cO­ Comporta dificultades extremas. Lo que la diferencia de
mienzo de este mismo capítulo (VI. 1) ha quedado planteada las situaciones habituales a las que asiste el niño en la es­
una génesis de la escritura en el niño sin ayuda escolar, es Cuela, es la ausencia de corrección de nuestra parte y la
decir una génesis independiente de cualquier metodologf¡­ tnanera de interrogarlo.
Se trata , en lo que sigue, de ver cuál es el desarroU<? de : Nos interesa no sólo el análisis de la escritura en cada
escritura en casos de exposición a procedimientos Slst~TJl torna sino también la evolución de una toma a la siguien­
ticos de aprendizaje. La confrontación entre ambas SItU; te. Las respuestas están agrupadas en funCión de los avan­
ciones puede damos nuevas respuestas sobre las formas el ces entre una toma y otra. La categorización de las respues­
progreso en los dos casos: según un ritmo natural en tas en cada tOIDa fue hecha en función de los niveles
302 EVOLUCIÓN DE LA ESCRIT\iRA
CÓMO ESCRIBEN LOS NIÑOS CON AYUDA ESCOLAR 303
sucesivos que proponemos en este mismo capítulo. En cada enseñanza que los otros. Pero antes de dar una respuesta
una de las entrevistas se testeó también el nivel operatorio recordemos cómo hemos caracterizado los niveles 1 y 2. Lo
a través de la prueba de conservación de cantidades dis­ propio del nivel J es identificar la escritura con la repro­
cretas. ducción de los rasgos típicos del tipo de escritura recono­
Si observamos la evolución de estos niños, en función cida como modelo. Para todos el modelo elegido, de forma
de los niveles de escritura aquí establecidos, llegamo~ a preferente, es el propuesto por la maestra. Lo que caracteri­
las siguientes constataciones (el cuadro III resume esta ev(). za este modelo es la escritura cursiva y la elección de
lución) : pa1a bras .. c1ave "tipo ti ti" ( f cap. 1,
. . .mamá" , pap á" . oso. etc. c.
se<:ción 2). Los resultados, en la escritura del niño. son
siempre grafismos próximos a la.s letras del modelo docen.
CUADRO lII. Evolución de la escritura en los niños escolari;:aaos te, "m" y "p" combinadas con todas las vocales que el
sujeto recuerda. Ahora bien, en la reproducción gráfica no
Tamo 3
Tama 1 Tama2 se retienen sino algunos de los trazos que defínen los ca.
racteres. Por ejemplo, en el caso de "m" el número de
Nivel 5
~. I GrupalV I "1 Gru~lV I vueltas es inconstante de un sujeto a otro y hasta en el
..-----// mismo sujeto. Hay "m" con dos vueltas, con tres. con cuatro
Grupo IV . I ./
y hasta con cinco vueltas. La "p" también presenta repre­
NIvel ~ I Grupa IV ( ) Grupa 111 I :1 Grupa 111 I sentaciones variadas: rasgo vertical sin la vuelta semejante
/
./'
/
/ Grupal!
a un 1, rasgo vertical y vuelta separados, varias vueltas para
un mismo rasgo vertical, etc. (véase ilustración 11). En
Nivel 3
1 Grupa 111 I¿ "1 Grupa 111 I / /1 Grupa 11 ¡ lo que respecta al trazo gráfico, señalemos que una inter­
/"j~
1 Grupal! I~ pretación en términos de disgrafia nos parece limitada. En
-" Grupo I
efecto, si bien reconocemos que escribir supone cierto des·
NIvel 2
IGrupolIl ~ ~ arrol1o de coordinación viso-motora, la hipótesis que nos.
1 Gru~ I 1 - - -" 1Grupa I l . 1 Grupo I 1
...
otros formulamos es la siguiente: si escribir es la reproduc·
ción del modelo conocido y el modelo propuesto se reduce
NIvel t 1 Gru~1 I ;~ a dos consonantes y cinco vocales, ¿qué posibilidad tiene
--- el niño, cuyo contacto con 10 escrito proviene casi exclusi.
vamente de la escuela, de descubrir los rasgos pertinentes
Grupo 1 (TotaL 7 niños). Estos Dlnos tienen como nivel de cada uno de los caracteres gráficos? Trabajando con
inicial conductas del tipo J y 2: a mediados de año siguen "una letra por vez" se impide al sujeto encontrar las dis­
en conductas de tipo 2 y hacia fin de año cinco sujetoS se tinciones pertinentes entre las letras. (Por ej., para saber
estacionan en conductas propias al nivel 2 en tan t~ doS que la cantidad de rasgos es una variable fundamen tal, es
sujetos avanzan hacia conductas intermedias entre el n~vel)2 preciso saber que m se opone a n.)
y el nivel 3 (es decir, avanzan hacia hipótesis sil áblca~~ Otra de las características de este grupo es el valor dado
n
Constatamos, pues, que en cinco sujetos no hubo ava ¡; a los caracteres de la escritura: los sujetos reproducen siem­
y en dos de ellos un progreso mínimo. .~- ll.re m y p en cantidad variable, como si ambas funcionaran
El hecho de que este grupo presentara respuestas pro t ntualmente en el acto gráfico: "escribir equivale a hacer
mas para la primera, segunda y tercera toma es ba~t3~o emes", o bien "m significa que lo que sigue es escritura".
revelador. ¿A qué podemos atribuir este estacionarnrn stO (Una niña utiliza la m inicial en 9 casos sobre 10.)
No a la influencia del medio, ya que asistían. como c. re de 1 También encontramos en este grupo la utilización de
de niños, a la misma clase recibiendo el mismo upo etras con valor índice de la presencia de una palabra. (Si
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA CÓMO ESCRIBEN LOS NIÑos CON AYUDA ESCOLAR 305
304
está la m dice "mamá"; si está la p dice "papá", sin impor­ los casos de hipótesis silábica: a una grafía corresponde
una süaba de modo sistemático).
tar el resto.) También es posible que el tipo de aproximación a los
Señalemos, finalmente, que para la oposición palabras-
oración encontramOs las mismas respuestas que en el caso diferentes dominios sea semejante en la medida que es el
de los no-escolarizados. Las diferencias entre la escritura de sujeto quien interpreta el objeto, y que sea el mismo niño
una palabra y la escritura de una oración no son mayores quien pone límites a las propuestas del medio en función
de su nivel operatorio. En el caso de la enseñanza de la
que las diferencias entre escrituras de palabras distintas.
Los recursos utilizados por los niños son de dos tipos: o lecto-escritura, es evidente que lo que el maestro pretendía
bien cambian la variedad de los grafismos (hay ejemplos enseñar no es lo que estos niños "aprendieron". Y si los
estacionamientos en un dominio y en el otro, no pueden
de recurrir a letras de imprenta), o bien modifican la can­
tidad pero conservando las características de la escritura imputarse a la acción del medio, tendríamos que apelar
de palabras. y este hecho no puede sorprendemos puesto en el caso de la escritura (como en el dominio de las ope­
raciones 16gico-matemáticas) a factores internos al sujeto
que para los niños de este nivel la escritura es una escritura
mismo.
de nombres. Ellos hacen uso de los pocos recursos de que
disponen -variedad Y cantidad- para expresar un cambio Una comparación con las respuestas de los niños no-es­
colarizados puede servirnos para estudiar la influencia de
de significado. la enseñanza en este grupo l. Comparando las respuestas
Para evitamos una descripción detallada de las conductas
de los niños escolarizados con las obtenidas en el estudio
de este nivel. que nI) agregaría más a los datos ya analizados transversal encontramos, hacia los 4 y 5 años en clase media
con respecto a los niños preescolares, pasamos a comparar y clase baja, conductas de este tipo, que tienden a desapa­
estas respuestas con los resultados obtenidos en el dominio recer hacia los 6 años en clase media (véase cuadro u).
de la prueba externa --el nivel operatorio. Al respecto, com­ Esto, en lo que respecta a la distribución cuantitativa, pero
probamos que todo este grupo permaneció en nivel preope­ si hacemos un análisis cualitativo, vemos que hay diferen­
ratorio (MC) a través de las tres entrevistas en que fueron
cias notables entre ambos grupos. En efecto, en el caso
testeados! Seis niños permanecen en nivel NC Y uno solo
avanza hasta INT a fin de año. En lo que respecta a la acción de los niños escolarizados encontramos que la variedad de
iterativa de puesta en correspondencia, ninguno de estOS caracteres es mucho menor, hay una preeminencia de escri­
sujetos era capaz de hacer una correspondencia correcta turas Que conservan las m y p del modelo docente. La
en forma espontánea. Llegaban a ella después de múltiples disponibilidad de formas gráficas también es menor, en
sugerencias, aunque permanecían dando respuestas de Me tanto los modelos papá y mamá son más limitados que los
?odelos del mundo extraes colar. Con respecto a la variedad,
con respecto a la evaluación de la cantidad.
¿Qué significado tiene esta comprobación? Una serie~ t progresión seguida por el docente en la enseñanza ("una
etras por vez", comeruando por m, p, s) puede ser seguida
hipótesis, que aventuramos con prudencia, podrían se
para explicarla. podría pensarse en relaciones entr~ lOS Perfectamente en las producciones escritas de los niños. Así
avances en un dominio y los avances en el otro. R~la:lon: es que durante la primera toma, al comienzo del año, dos
claro está, no de filiación directa, sino de procediPUent n­ ~e los siete sujetos escriben todo lo que se les pide. según
subyacentes a ambos. Uno de ellos, la puesta en c~rrespO
eTO y
~ fórmula "m + vocal"; los cinco restantes escriben se­
dencia, es acción constitutiva en el caso del núDl en ~n la fónnula "m o p + vocal". Durante la segunda toma,
acción subyacente en la escritura (claramente expresada t~a1"ecen además s, 1, t Y ti; finalmente, en la tercera
. iJttcl'"
y tIla, algunos se estacionan usando las grafías anteriores
ca]Otro s agregan r y g, siempre en combinación con vo­
mediario Y conservación. respectivamente. en la prueba
vación de cantidades discretas. Para la descripción de a
te
.. De..c;ignamos con NC/INT/C los niveles de no-conservaClóndJnsC""

p~
es.
¿Cómo se pueden explicar estas diferencias con respecto
consultar Inhelder. Sinclair y Bovet. (1975).
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA
CÓMO ESCRIBEN LOS NIÑOS CON AYUDA ESCOLAR 307
306
posibilidades creadoras (el probar, el ensayar con todos
a los no-escolarizados? La única respuesta que encontramos los riesgos y errores que eso implica) creando una de­
es atribuible al moddo propuesto. Si el modelo se toma pendencia total del maestro que le enseña. Algo que es
del mundo circundante, se va a encontrar una mayor varie­ importante de notar, es que la resistencia a escribir se in~
dad en las grafías y en las combinaciones de grafíasj en crementa hacia el final del año escolar.
cambio, si el modelo se reduce a palabras con sólo dos
grafías que se repiten, la probabilidad de variación para
Grupo 11 (Total: 6 sujetos). Ubicamos en este grupo a los
escrituras nuevas es mucho menor. A esto se agrega la
niños que se encon traban al comienzo del curso en el ni~
escritura cursiva (como "letra escolar") que produce ca­
ve! 2, hacia mediados de año en el nivel 3 (hipótesis silá­
racteres mucho menos diferenciados. Hay entonces diferen­
bica) y a fin de año o bien continuaban en nivel 3 (tres
cias en función del modelo externo; pero esto no supone
niños) o bien avanzaban ubicándose en la transición entre 3
mecanismos conceptuales diferentes, pues en este grupo,
y 4 (tres niños).
como en los no-escolarizados, hay alternancia, cantidad

más o menos fija de caracteres, lectura global no-analiza­ Recordemos que en el grupo 1 tenemos sujetos que par­
ten de un nivel }-2 y que pennanecen en nivel 2 durante
ble, etcétera. todo el curso escolar; en el grupo 11 que analizamos aquí
Si los resultados después de un largo periodo de apren di­
zaje no se diferencian de las adquisiciones espontáneas . y hay sujetos que aun partiendo del mismo nivel inicial pue­
si el aprovechamieto ha sido casi nulo, cabria pregunt~e
den realizar progresos ulteriores.
Tenemos que señalar el hecho, importantísimo a nuestro
entonces qué han aprendido estos sUjetos. entender, de que el progreso se realiza según los niveles
Es importante tener en cuenta que, al finalizar el. curso es­
establecidos para los sujetos preescolares. Y esto es aún
colar, estos niños pueden escribir correctamente · algunas
de las palabras propuestas por el maestro (generalmente oso más sorprendente en los casos de exposición a una ense­
mamá, papá, nene), pero cuando aceptan abordar la escri­ ñanza sistemática. En efecto, es obvio que ninguna de las
tura de nuevas palabras, testimonian regresiones notables. dos maestras de nuestro grupo experimental enseñó que
Desde el punto de vista escolar han aprendido, al menoS, a para escribir "pato" era suficiente poner ao, como lo testi­
reproducir ciertos estímulos presentados, pero desde el pun­ monian los 6 sujetos de este grupo. Veamos un ejemplo
to de vista conceptual la evolución ha sido mín~ma. porque bien demostrativo (ver ilustración 12):
aprender la respuesta correcta dentro de un contexto no Grise(da escribe durante la primera toma:
~l
garantiza el progreso en el razonamiento mismo. Reconocer
y reproducir las grafías del código no implica conocer "mamá" como ma, "papá .. como mp, "mesa" como mo, "palo",
funcionamiento mismo del sistema alfabético- Frente a SI­ COmo mM, "nene" como mE y "oso" como mR (donde R es
tuaciones nuevas los sujetos reaccionan siguiendo las pautas Un grafismo confuso).
de una aproximación cognitiva al objeto, elaborando l~s Durante la segunda toma, escribe correctamente oso, mamá,
estimulas que pi medio escolar le propone segúp hipótCS~S papá; "pato" como ao, "florero" como oeo, "sol" como so, y
sapo" como so.
Otro hecho, también importante, fue la persistente (CS~;
propias. . "1 Durante la tercera toma, "paloma" es escrita como pama,
Mn leo y "nudo", ~Ieo.
H
,
tencia de estos niños a escribir palabras nuevas. Una o
ellos se justifica afirmando: "no sé, tengo la .cabcza.~°'de e .Griselda es un ejemplo claro de la progreslon propia a
un burro, ¡soy un burro!" Esto, en la boca de un ninO '1 pSt e grupo 11. Comienza en nivel 2 (combinaciones com
6 años, después de la experiencia de un año, es desolador.se­
revela dos de los problemas más graves del sistema dc ,en
efesta s de m inicial más algún signo distintivo que marca
b¡ carnbio de significado), pasa al nivel 3 (escritura silá­
ñanza: uno de ellos, que si el niño no aprende eS cU P SUS ca, Una grafía por gda silaba), y llega al nivel 4 (escri­
responsabilidad suya, y el segundo, el haber coartado
308 EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA
CÓMO ESCRIBEN LOS NIÑOS CON A YUDA ESCOLA~ 309
tura casi alfaoética con resabios silábicos). Afirmamos que
este hecho es sorprendente porque, a pesar de las propues.­ tas conductas de fluctuación enCOntradas en el campo de la
escritura, coinciden con las conductas típicas del estadio
INT, donde el sujeto puede dar diferentes tipos de ~espues­
tas metodológicas de escritura alfabética, la niña escribe a
mitad de año según un criterio silábico, y sólo posterior­
mente llega a una aproximación alfabética. Esto demues­ tas según qué aspectos de ]a situaCión tome en Cuenta. Los
tra, en primer lugar, el carácter interno de la hipótesis si­ sujetos de este grupo muestran un progreso en la concep­
lábica en tanto hipótesis construida por el niño y no tualización de la escritura paralelamente a lln avance en el
impuesta por el medio. Y, en segundo lugar, sugiere el ca. nivel operatorio. Si bien es cierto, aunque no podamos dar
el detalle del avance en cada toma y, por lo tanto, dar una
expücación exhaustiva de los mecanismos y razones de pa~
rácter necesario de pasaje por una etapa de hipótesis silá­
bica para comenzar a dar valor sonoro a la escritura.
Cuando pasamos de la escritura de nombres a la escritura saje, ]0 que queda claro es que las adquisiciones se realizan
de oraciones, se puede conservar la escritura silábica --es por vías que no son las esperadas escolannente.
decir, otorgar un valor sonoro a cada grafía- o intentar
representar otras unidades (siempre menores que la unidad Grupo 111 (Total: 12 niños). Encontramos a este grupo ya
de la cual se parte) pero sin otorgarles valor sonoro. Siga­ en nivel 3 (hipótesis silábica) al comienzo del año escolar.
mos, para ejemplifica., con Griselda. La propuesta de escri­ Hacia mediados de año algunos (seis sUjelos) siguen en
tura de oración se realizó en la segunda toma. nivel 3 en tanto otros (seis sujetos) pasan a nivel 4 (pasaje
entre la hipótesis silábica y la alfabética); pero los doce
"mi mamá sala la sopa" da lugar a una escritura de iamaaaa, niños se ubican en el nivel 4 a mediados o a fines del año
mientras que "la nena está comiendo" a: dma 0010 (la primera escolar. (Dos sujetos que se encontraban en nivel 4 durante
oración fue propuesta por nosotros, la segunda por la niña, a la segunda toma no pudieron ser testeados en escritura por
raíz de una anticipación sobre una imagen). tercera vez).
El progreso evidenciado por este tercer grupo no hace

Esta oscilación, claramente representada en Griselda, en­ más que confirmar lo expuesto respecto al segundo grupo:

tre dar un valor sonoro a las letras pero escribir sin dejar el carácter interno y constructivo de la etapa que denomi­

blancos, o bien realizar separaciones en lo escrito pero sin namos hipótesis silábica y la necesidad de Pasar par este

adjudicar valor sonoro a las grafías, es una de las carac­ rtivel. Pero agrega un dato más que queremos comentar.

terísticas de este grupo. De los seis sujetos ubicados en Este grupo se encontraba en el nivel 3 a comicnzo del curso

é], cinco de ellos proponen alternativamente una u otra y llega a nivel 4, masivamente, hacia fines del mismo. ¿Qué

solución. Esto indicarla que cuando el sujeto piensa ql!e nos dice este dato? Es evidente que si nos situamos en el

debe representar el valor sonoro (ya sea según hipóteSIS Punto final del proceso -acceso ~ la escritura alfabética_

silábica o hipótesis cuasi alfabética) no es capaz de pensar Su logro está en estrecha relación COn el pUnto de partida.

en las separaciones de la oración en unidades meD~res O, dicho en otros términos. un sujeto que Comienza su es­

(cf. cap. IV). Y, en tanto trabaja en el nivel de los CODStit1!­ colaridad ubicándose en el nivel 3 aquí deSCripto. tiene "buen

yen tes inmediatos (sujeto-predicado) no puede pensar SI­ pronóstico" con respecto al aprendizaje que se desarrollará

multáneamente en el valor sonoro de los elementos. ~n Un año escolar. y este "buen pronóstico" se debe a que

Comparando las respuestas de este grupo con las re~


puestas obtenidas en la prueba operatoria, constatamOS ~~
l~iciaron el aprendizaje Con una hipótesis específicamente

lIngUistica para abordar la escritura.


todos los sujetos se encontraban en el nivel lNT haC13 fIn 1 Con respecto al nivel operatorio. todos los SUJelos exceplo
de año, habiendo seguido las progresiones: Nc/nrr/I~ ",eIlas­ '"'o Se encontraban en INT o e hacia fin del afjo escolar. a
caso; Nc/ NC/INT, en 2 casos; y INT/IN:r/INr en 3 casOs.
*Es necesano
. ad ' que l ' . 'os en el '"
·vea ;~: habían hechohabíamos
~"'t+.detallado
,ISIS
progresos en el interior .de es te ni~el. En el aná.
diferenciado el m~c1 INT en INT_. INT e
vertlr os sUjetos estaClonan
EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA cóMO ESCRmBN LOS NIÑOS CON AYUDA ESCOLAR 311
310

pesar de grandes variaciones en lo que respecta al nivel formas de escritura que la escuela habla de "errores", ya
inicial. que trata las escrituras anteriores como un simple mama­
En cuanto a la escritura de una oración, las fluctuaciones rracho,o sea, como no-escritura.) Ahora bien, ¿es legítimo
descriptas en términos de otorgar valor sonoro a las letras llamar error al producto de un profundo trabajo intelec­
pero escribir sin dejar blancos, o realizar separaciones en tual? Cuando el niño aplica la hipótesis silábica hace co­
la escritura pero sin pensar en el valor sonoro de los ele­ rresponder una grafía a sílabas que, en su transcripción
mentos, se continúa en este tercer grupo, aunque son alfabética, pueden tener una letra (como en caso de las
características observadas solamente hacia mediados de año vocales en castellano), dos, tres y hasta cuatro letras. Es
Posteriormente los sujetos superan esta oscilación, regis~ evidente que ellos "omiten" escribir lo que desconocen : la
trándose una búsqueda más exhaustiva de las unidades cons­ transcripción alfabética de cada sílaba. Las inversiones, por
tituyentes del todo del cual se parte. Veamos un par de su parte, pueden ser tambien el resultado de la necesidad
ejemplos: de hacer una correspondencia gráfico-sonora, tarea de gran
dificultad, que comporta en muchas ocasiones la pérdida
Javier, escribe en la segunda toma, "la nena cocina" de la del orden. Un ejemplo, puede aclarar este punto.
siguiente fonna nana moisin. En la tercer toma, "un sapo salta
en la pileta" da lugar a usapo salta enlapileta. César, mientras trata de escribir "pato", se autodicta de la
Mareelo, escribe durante la segunda toma, "mi mamá sala , siguiente manera: pa·to, ]a t (escribe: pa), pa, la p otra vez,
la sopa", como mimamásabo/'lSa. Y, durante la tercera entre­ la pe, pa-to (agrega p, queda pap). Al escribir "pie", dice: pie,
vista, "un sapo nada en la pileta" como J sapo nada pi le. pie, ~. pie, (escribe p) , e la é, pie (agrega e a la izquierda de
p, queda: ep).
Como vemos, las respuestas de ambos en la segunda en­
trevista muestran claramente la fluctuación entre las uni­ Y, finalmente, también las sustituciones pueden ser expli­
dades que se están buscando. Javier separa la oración en cadas. Cuando el sujeto DO identifica el grafismo corres­
dos, atribuyendo a una parte el sujeto y a la otra el predi­ pondiente a cada valor sonoro o el valor sonoro de cada
cado de la oración. Marcelo conserva más la preocupación grafismo, inevitablemente produce sustituciones. De todas
por los valores sonoros que por las unidades menores de la maneras, es preciso advertir que aun desconociendo todas
oración, y escribe sin dejar blancos. Durante la tercera torna. las reglas de la transcripción gráfica, saben que se trata
ambos llegan a separaciones en unidades menores al mismo de darle valor sonoro a la escritura, o sea, han descubierto
tiempo que conservan, aproximadamente, los valores so­ el principio mismo de nuestro sistema de escritura. Estas
noros. Pero mientras uno de ellos -Javier- junta donde inversiones, sustituciones, omisiones, etc., aparecen tanto
tendría que ir separado. el otro, separa lo que tendría en la escritura de palabras como en la de oraciones. ¿Por
que ir junto. Y esta diferencia no es casual; si se analizan qué encontramos con tal frecuencia los llamados "errores",
las producciones anteriores vemos que Javier estuvo an­ evidenciados con claridad en este grupo del cual afirmamos,
teriormente más preocupado por las unidades a encontrar es el que mejor "pronóstico" ha presentado? ¿No estará la
mientras que Marcelo se preocupaba por las corresponden­ escuela tomando como resultados defini tivos los pasos cons­
cias gráfico-sonoras. La consideración alternativa de uno u tructivos intermedios de un proceso? Al contrario de lo
otro aspecto y los intentos de conciliación es 10 que carac­ que se ha sostenido hasta el presente, nosotros considera­
teriza este grupo y lo que explica el alto porcentaje de mos que esos "errores" ponen en evidencia los mecanismos
"errores" cometidos por todos los sujetos. En efecto, es de construcción del conocimiento.
entre estos 12 sujetos que encontramos la mayor cantid~?
de respuestas categorizadas por la escuela como "errores . Grupo IV (Total: 3 niños) . Este grupo, el más minoritario,
entran en esta categoría todas las omisiones, inversiones está constituido por niños que desde el comienzo de año
sustituciones, etc. (Señalemos que es sólo a partir de estaS se ubican en el nivel 4 (o entre 4 y 5) y que hacia fin de
312 EVOLUCIÓN DE LA ESCRlTUM
CÓMO ESCRIBEN LOS NIÑOS CON AYUDA ESCOLAR
año sabían escribir, es decir. conocían las reglas del código 313
alfabético. Presentan. sin embargo, dificultades con respeclo
(las /s/ finales no se pronuncian en muchos casos). Pero
a la ortografía y a la separación en tre palabras. Hay en
este grupo 3 sujetos, todos con nivel operatorio C hacia el plural más que un problema de transcripción sonora
es el descubrimiento de una "marca" con valor funcional
fin de curso. Las progresiones seguidas fueron las siguien­
dentro de la escritura. Que los niños ofrezcan soluciones
tes: 1m/c/c, 1 sujeto; INT/INT/C. 1 sujeto y c/c/c 1 sujeto.
diversas a esta situación es una demostración más de la
El hecho de que los miembros de este grupo. quienes aproximación cognitiva que ponen en juego. Como vemos
ya conocen en sentido estricto el funcionamiento del código el problema de cuáles son los elementos de] lenguaje que la
alfabético, presenten problemas ortográficos o de separa­ escritura representa y de qué modo los representa sigue
ción entre palabras, nos indica que es necesario distinguir estando vigente. El niño no hace, exclusivamente, un aná­
ambos aspectos. Haber descubierto la posibilidad de repre­ lisis en términos sonoros, sino que también hace un análisis
sentación gráfica de los sonidos del lenguaje, no es haber en función del contenido a representar. Es debido a este úl­
comprendido todo el sistema escrito. Y uno no implica. auto­ timo que nos ofrece soluciones bien originales: o bien
máticamente, el otro, porque la escritura no es solamente repitiendo el nombre dos veces -puesto que hay dos per­
la representación gráfica del aspecto sonoro del lenguaje. sonajes- o la oración completa dos veces. Pero también se
La escritura contiene "marcas" que tienen un significado puede agregar el número 2 como marca que adquiere un
específico. valor ideográfico dejando intacta la escritura alfabética
Pensemos, por ejemplo, en el plural. Sabemos que en del enunciado. Si presentamos estos últimos datos fue para
castellano muchos plurales de nombres se forman agre­ mostrar, una vez más, que la escritura no puede ser redu­
gando el morfema /s/ al morfema de base, representado cida a una transcripción del habla, pues tiene además de
por la grafía s . Aparentemente la escritura de un nombre las reglas de transcripción sonora, otras reglas propias
plural no tendría por qué presentar dificultades. Pero vea­ que el niño irá descubriendo paulatinamente.
mos qué ocurre cuando se lo proponemos a los niños. La Volviendo a nuestras preguntas iniciales, los resultados
situación consistía --como dijimos- en presentar una de este seguimiento han puesto de manifiesto algunos puntos
imagen donde figuraban dos nenas saltando a la cuerda, y que podrlan resumirse aSÍ:
en solicitar la escritura asociada a ella. Esta situación fue
presentada a seis sujetos: los tres sujetos del grupo IV Y O Mientras el docente sigue un programa utilizando una
tres sujetos, de los más avanzados del grupo In. Todos ellos metodología igual para todos los niños, no todos avanzan
describieron la imagen como "dos nenas saltan" o "las nenas al mismo ri tmo.
están saltando". De los seis sujetos entrevistados, sólo uno O Los que llegan finalmente a aprender a escribir durante

de ellos -ubicado en el grupo IV- pudo distinguir el el curso escolar, son aquellos que partieron de niveles

plural mediante la grafía s final, dando lugar a "nenas sal­ bastante avanzados en la conceptualización. Los que no

tando". El resto de los niños propuso soluciones muy curio­ aprendieron, en el curso del mismo tiempo. se ubican

sas: en dos casos se agrega el número 2 delante de la oración en los niveles iniciales de conceptualización.

escrita en singular; en un caso se repite "nena" dos veces, O No se observaron saltos bruscos en el aprendizaje. To­

quedando escrito "la nena nena salta"; hay un caso de ora­ dos los sujetos progresaron siguiendo los pasos en la

ción escrita en singular y un caso de repetición, dos veces. de conceptualización que hemos descripto en el niño pre­

la oración completa. escolar.


Es evidente que si se piensa en la transcripción gráfica (] Parecerla que la enseñanza sistemática. tal cual existe
del fonema /s/. ella no comporta dificultades para cs~os actualmente, se dirige exclusivamente a aquellos niños
niños. Podría aducirse que la transcripción no se realiza que ya han recorrido un largo camino antes de entrar
debido a las características dialectales del habla rioplatense a la escuela.
CJ No se encontraron diferencias muy marcadas en las res.
314 EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA

puestas de los niños escolarizados con respecto a los pre­


escolares. VII. LECTURA, DIALECTO E IDEOLOG1A

Recordemos que los datos aquí presentados sobre los ni­


ños en curso de escolarización fueron recogidos por nosotros
antes de realizar las investigaciones sobre los niños pre­
escolares. Nuestras técnicas no eran entonces suficien te­
mente finas como para pennitirnos observar el detalle mismo
de esta evolución. Estudios posteriores nos permitirán Es un lugar común insistir en que debe corregirse la pro­
volver a estudiar el desarrollo de las conceptualizaciones nunciación de los alumnos para evitar dificultades en el
sobre la escritura en niños de primer grado, pero de una aprendizaje de la lectura y la escritura. En este capítulo
manera nueva, gracias a lo que hemos aprendido con los sostendremos una tesis contraria: la supuesta "pronuncia­
niños preescolares. ción correcta" ignora las variantes dialectales, impone la
Queda en pie un problema importante que solamente norma de habla de la clase dominante (1a norma real o
estudios de tipo longitudinal podrá resolver: a partir de idealizada) y, al hacerlo, introduce un contenido ideológico
un mismo nivel inicial vemos a los sujetos del grupo 1 desde los comienzos mismos del aprendizaje de la lectura.
avanzar muy lentamente y a los del grupo II más rápidamen­ Muchas veces se ha puesto de manifiesto el contenido
te. Vemos también que los avances en escritura coinciden IdeolÓgico de los 1ibros de lectura, Jibros que rara vez ha­
con un progreso operatorio (hablamos expücitamente de blan del obrero y demasiado a menudo de la familia de
coincidencia y no de relación causal). Los problemas de rit­ clase media, una familia donde la mamá regularmente bor­
mo de desarrollo están vinculados p~ro son diferentes de da, teje y prepara la comida, mientras el papá lee el diario;
los problemas de secuencia de niveles o etapas en el desarro­ una familia que vive en una casa donde hay por lo menos
llo. Nuestro análisis está centrado en la sucesión de eta­ dos dormitorios y un salón, sin contar baño y cocina; una
pas. En este sentido, los resultados que presentamos son familia que las ilustraciones presentan bien vestida y pei­
sorprendentes, porque indican una progresión regular, con nada, con piel blanca y cabellos claros. En resumen, una
o sin intervención escolar. Más aún, con una intervención familia que no tiene nada que ver con las condiciones de
escolar que intenta hacer entrar de inmediato al sujeto al vida reales de la mayoría de la población de América La­
sistema alfabético de escritura, vemos a los niños avanzar tina. Un niño ideal de clase media elevado al rango de
a través de una serie de etapas no previstas por el método modelo de identificación para los niños del continente.
ni por el docente. Los docentes de primer grado (en su mayoría mujeres)
rara vez son conscientes de las incongruencias en las que
caen al transmitir los "clichés" ideológicos de la burguesía.
Valgan dos anécdotas a título de ejemplo. Una maestra de
Primer grado de una escuela de ia periferia de la capital
argentina está en su sexto mes de embarazo; enseñando ]a
famosa serie "mamá, papá, nene, nena" no duda en formular
a asu clase la pregunta "¿quién es el que trabaja en la fami.
li ?" esperando, naturalmente, que la respuesta sea "el
Papá". Entonces, ¿qué es lo que ella, maestra y futura
madre, está haciendo? ¿No es acaso un trabajo? ¿Por qué
la mamá deberá siempre "ocuparse de las tareas domésti.
cas", andar siempre atareada de un lado a otro, mientras
en ]a escuela otra mujer enseña a sus hijos que las mujeres
110 trabajan?

3J5

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