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Leonardo Escamilla Ballén

Reflexión en torno a la lectura: Un discurso sobre las ciencias


– Boaventura de Sousa Santos.

El centro de la discusión mostrada en el texto presenta la dicotomía entre


conocimiento científico: aquel que centra su atención en buscar una práctica
natural, que busca explicar y ejemplificar el conocimiento a partir de analogías y
formas de ver el mundo desde las ramas que permiten considerar a la ciencia
como la base de toda explicación, y por otro lado, el conocimiento “social” capaz
de centrar al hombre sobre las costumbres que le atañen en un mundo que
ejemplifica y representa su comportamiento en el mismo y permite hablar sobre su
virtud.

Inicialmente se logra distinguir una discusión sobre la virtud y la ciencia, sobre la


cual se busca responder a preguntas que atañen a la sociedad, considerando lo
que se aparenta y lo que se dice saber, a lo cual Rousseau responde con rotundo
no a cada una de ellas. Esto produce a su vez que la idea se transforme en una
profunda transición del pensamiento sobre la dicotomía que se aproxima entre
ciencia y sociedad, sobre la cual en varios aspectos se menciona que, aunque se
ha realizado la distinción a lo largo de la historia de la humanidad se pretende
también, en otro sentido, asumir que el componente del conocimiento científico y
el social son imposibles de desarraigar.

Se hacen acotaciones sobre la temporalidad de los pensamientos a partir de


aquellos que definieron en un momento la ciencia como un elemento clave para
sus descubrimientos y teorías: “Con todo no lo somos […] del mismo modo en que
lo éramos hace quince o veinte años” 1. A partir de esta idea es posible indagar en
torno al orden que precede a la dicotomía, de este modo se propone inicialmente
el sentido de la distinción entre las ciencias naturales y las ciencias sociales, en
1
Tomado de Un discurso sobre las ciencias, Boaventura de Sousa Santos, 1987, lecturas de Historia y
Epistemología de las ciencias, 2022, p. 73.
donde se analiza cuál es el paradigma dominante a lo largo de varias etapas del
tiempo; posteriormente se propone realizar una síntesis que opera como
catalizador a las ciencias sociales y por último un esbozo de lo que se plantea
como algunas necesidades que debe formular las ciencias sociales para poder
comprender y definirse como algo diferente a lo que en consecuencia se llamaría
como las Humanidades.

Es interesante tomar en cuenta que el modelo racional que predice la ciencia


moderna se constituyó en los siglos siguientes básicamente en el dominio de las
ciencias naturales2. Era notorio evidenciar lo que se comenta referente a las
prácticas y dinámicas teóricas que se mantenían en los periodos entre el siglo XIV
y siglo XVII, desde los cuales el autor del texto pone de manifiesto cómo
Descartes, Galileo, Kepler, entre otros, anuncian sus ideas con una confianza
epistemológica y conducían así mismo hacia un nuevo paradigma a aquellas
mentes que pertenecían a un dogma fuera de una serie de ideales racionales.
Inicialmente se confiaba en las experiencias inmediatas para anunciar evidencias
sistemáticas del mundo natural, a lo cual el autor manifiesta que fue desde el
rompimiento de ese tipo de ideas aristotélicas sobre las cuales la ciencia moderna
radica su intervención más agresiva3 para imponerse como una nueva corriente de
pensamiento que erradicaría prontamente las vivencias inmediatas para
practicarse con observación, confirmación y demostración de acuerdo con
Descartes.

Se menciona que, en el siglo XVIII, en la Ilustración, crecen las condiciones para


la emergencia de las ciencias sociales en el siglo XIX como consecuencia del
empirismo, relacionado a partir de las consideraciones de Bacon e ideas
mecanicistas sobre las características de las ciencias donde se tiene por un lado
la lógica y la matemática, mientras que por el otro se tienen las ciencias empíricas.
2
Tomado de Un discurso sobre las ciencias, Boaventura de Sousa Santos, 1987, lecturas de Historia y
Epistemología de las ciencias, 2022, p. 75.
3
Refiriéndose a la forma en la cual se propone una idea en contra de todo, y siendo esta una (unas)
consideración (es) que permeó gravemente el sistema ideal que llevaba la ciencia de antaño por un sendero
falaz.
Se reconoce que la para estudiar los fenómenos naturales y concebirlos como
eventos sociales es necesario reducir los hechos sociales a dimensiones externas
observables mesurables, sin embargo, los eventos sociales son de naturaleza
subjetiva y esto no deja permite ser captado por la objetividad de comportamiento
natural al cual la ciencia estaba acostumbrado. Sin embargo, Nagel fue un claro
partícipe que la “brecha” encontrada entre las ciencias naturales y las ciencias
sociales no era tan lineal como parecía y que por lo tanto era posible superar las
brechas y problemáticas diferenciales que les atañen. El argumento fundamental
es que la acción humana es radicalmente subjetiva 4.

Esto es consecuencia de la transición y revolución científica iniciado a comienzos


del siglo XX, donde se plantea un paradigma en crisis, una profundización que
permitió ver la fragilidad de los pilares que sostenían el edificio de la ciencia. Si los
eventos objetivos estaban sometidos a los eventos subjetivos de acuerdo con el
análisis de los sujetos que lo explicaban ¿cómo era posible diferenciar la ciencia
natural de la social? Esta dicotomía y gran problemática era heredada de las ideas
previas sobre la medición relativa de la posición y velocidad de una partícula de
acuerdo con la teoría propuesta por Einstein; principio que dejaría en tela de juicio
la simultaneidad de eventos a la cual la teoría mecanicista estaba tan
acostumbrada. También fue necesario poner en tela de juicio la matemática de la
época que permitía, eventualmente, observar algunos elementos y otros quedaban
fuera de su posibilidad.

Pone de manifiesto el autor también que la historia se posiciona por encima de la


eternidad, dada las nuevas teorías que imponen una nueva versión de los hechos
y condiciones sobre el determinismo que cada vez perdía peso frente a la
emprevisibilidad de los eventos.

Es prudente mencionar, para cerrar, que la distinción dicotómica entre ciencias


naturales y sociales dejó de tener sentido y utilidad de acuerdo con los

4
Tomado de Un discurso sobre las ciencias, Boaventura de Sousa Santos, 1987, lecturas de Historia y
Epistemología de las ciencias, 2022, p. 82.
planteamientos que pone de manifiesto la experiencia subjetiva y objetiva
encaminadas a la especulación de eventos naturales; como lo menciona el autor
con base en Haken, son los fenómenos naturales estudiados como fenómenos
sociales5. A su vez es curioso mencionar que “[…] a medida que las ciencias
naturales se aproximan a las ciencias sociales, estas se aproximan a las
humanidades”6. Es indispensable entender la relación comprendida entre las
ciencias naturales y las ciencias sociales, sin embargo, también se suma a esto el
análisis con las humanidades como agente catalizador de las sociales.

Es una plática demasiado extensa, dado que el texto reúne una gran cantidad de
comentarios y referencias ante la historia y epistemología del concepto, del
conocer, de la virtud. ¿Quién conoce más que el que desconoce? Claramente esto
sigue en discusión dado que se pone de manifiesto que el conocimiento
postmoderno no es determinístico, lo cual es un guiño ante la posibilidad de
cambio, de generalización o especificación de acuerdo a las pláticas futuras, a las
posibles concepciones inclusive dentro de este mismo seminario.

Se puede considerar al conocimiento científico como autoconocimiento 7, pero si se


pretende privilegiar uno por encima de otro se caerá en la falacia epistemológica
de la razón, de la validez y la verdad subjetiva. No representa algo más que un
juicio de valor, no representa más que una autojustificación.

5
Tomado de Un discurso sobre las ciencias, Boaventura de Sousa Santos, 1987, lecturas de Historia y
Epistemología de las ciencias, 2022, p. 95.
6
Tomado de Un discurso sobre las ciencias, Boaventura de Sousa Santos, 1987, lecturas de Historia y
Epistemología de las ciencias, 2022, p. 95.
7
Tomado de Un discurso sobre las ciencias, Boaventura de Sousa Santos, 1987, lecturas de Historia y
Epistemología de las ciencias, 2022, p. 101.

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