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Curso - Lenguaje inclusivo y no sexista en el ámbito sanitario Anna Sales Boix

Tema 1. El sistema sexo-género y su


influencia en el lenguaje y la comunicación

Objetivo
Propiciar una reflexión acerca del lenguaje que utilizamos y su
relación con el sistema sexo-género, para así situarnos en una
posición correcta para comenzar a construir una opinión
crítica y fundamentada sobre los llamados “usos sexistas del
lenguaje” y las alternativas inclusivas que se proponen para
evitarlos.

En este primer tema se tratará de promover una reflexión


sobre el lenguaje que utilizamos con la finalidad de ver si
tiene relación con el sistema sexo-género y si causa
desigualdades entre mujeres y hombres. Se favorecerá
una aproximación a los conceptos clave para poder
entender el sexismo en el lenguaje, así como diferenciar
sus principales manifestaciones. Para finalizar se
abordará la neutralidad o no de los diccionarios y las
instituciones que regulan la lengua en relación con esta
cuestión.
1
.

Sumario
1. ¿Qué tiene que ver el lenguaje con la igualdad, las mujeres y los hombres?
1.1. El lenguaje como constructo social
1.2. El lenguaje inclusivo
1.3. El sistema de género y sus consecuencias en las relaciones entre mujeres y hombres
1.4. Cambios sociales y cambios lingüísticos
2. El género gramatical
2.1. Género gramatical versus sexo natural
2.2. La formación del género según la gramática de la Real Academia Española (RAE)
2.3. El masculino como género no marcado
2.4. La concordancia y el género gramatical
2.5. Formación e introducción de nuevas palabras para nombrar a las mujeres
3. Sexismo y Androcentrismo lingüístico
3.1. Androcentrismo lingüístico
3.2. Sexismo social y sexismo lingüístico
3.3. El sexismo y sus consecuencias: de la sociedad al lenguaje
4. Sexismo, gramáticas y diccionarios
4.1. La Real Academia Española (RAE) y el Diccionario de la RAE (DRAE)
4.1.1. Las mujeres en la RAE

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1. ¿Qué tiene que ver el lenguaje con la igualdad, las mujeres y


los hombres?
Antes de comenzar a leer los contenidos del Tema 1 debe dedicar unos minutos a la realización de
las Actividades de reflexión Inicial que puede encontrar en el curso. No hay que remitirlas al aula
virtual, pero sí es importante que se tome un tiempo y las reflexione a nivel personal.

1.1. El lenguaje como constructo social


Durante demasiado tiempo el lenguaje se ha estudiado como si fuera un cadáver.
1
Lomas García, Carlos [2014]

La comunicación es el intercambio de información entre dos


partes, una parte emisora, que envía un mensaje, y otra
parte receptora, que lo recibe y lo comprende, porque para
que exista comunicación debe darse el entendimiento.

Aunque hay muchas definiciones, de una manera simple, se


podría decir que el lenguaje es la capacidad que todos los
seres humanos tenemos para comunicarnos y que la lengua
es el sistema abstracto de signos en el que se concreta esa capacidad, ya que la facultad de
comunicar puede ser instrumentada también por otros sistemas de signos distintos a las palabras,
como el dibujo, el gesto, etc. En todo caso, necesita ser aprendido y retenido para permitir que las
personas se comuniquen entre sí. 2
El lenguaje 2conforma nuestra percepción de la realidad, la manera de ver el mundo y, al mismo
tiempo, es el instrumento que nos permite interpretarla, relacionarnos e interactuar con el resto de
la sociedad. Nos sirve para entender la realidad y para comunicarla a través de nuestras
percepciones, pensamientos y sentimientos.

Si lenguaje permite expresar nuestros pensamientos, ideas, sentimientos o estados de ánimo en


relación con el mundo en el que vivimos, entonces, a través de él no sólo se transmite
conocimiento e información objetiva, sino también cultura, expectativas, valores, ideas,
emociones… Las personas conformamos la realidad a través del pensamiento que, a su vez,
formulamos gracias al lenguaje.

Las características de esa realidad social (valores, ideologías, modas, creencias, normas, etc.), por
consiguiente, impregnan también el lenguaje y sus usos, y las aprendemos en ese marco cultural
concreto.

El lenguaje, con su capacidad de denominar e interpretar aquello que nos rodea, se convierte, por
tanto, en un elemento clave y muy potente en los procesos de socialización y determina la
construcción de la identidad personal, la mentalidad colectiva, la conducta social y la concepción de
la realidad.

1
La educación lingüística, entre el deseo y la realidad. Competencias comunicativas y enseñanza del lenguaje. Octaedro.
2014.
2
Entendido, a partir de ahora y en el contexto de este curso, como la capacidad que tiene el ser humano para
expresarse por medio de la palabra

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1.2. El lenguaje inclusivo


Las lenguas evolucionan con la gente que las habla y son un espejo del momento histórico, de los
debates presentes en el seno de la sociedad, así como de viejas convenciones que han quedado
fosilizadas en el habla, al lado de las formas de referirse a problemáticas emergentes, nuevas
identidades, colectivos que reclaman reconocimiento y sectores de la población que reprueban
formas de calificación obsoletas.

Llibre d’Estil de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació [2017]

Nuestra lengua y su expresión a través del habla es la manifestación de la estructura de


nuestra ideología, de nuestra forma de entender y sentir el mundo, de interpretar la realidad que
se nos presenta. Si en el lenguaje no nombramos y no tomamos en cuenta a todas las personas,
nuestra representación de la realidad estará sesgada 3.

La comunicación inclusiva 4 tiene como finalidad romper con aquellos esquemas culturales
estereotipados que nos quieren hacer creer que lo diferente es peor y, por tanto, tiene menos
valor, para dar un giro en la concepción de la comunicación entendiendo la riqueza de la diversidad
e incorporándola en todos los elementos de la comunicación. Para hacer un uso inclusivo y no
sexista de la comunicación y el lenguaje debemos atender a dos objetivos prioritarios:

 Desproveer de usos excluyentes y sexistas


 Proveer de diversidad, pluralidad y simetría.
3

Campaña del Comité Institucional de Seguimiento y Evaluación para Introducir la Perspectiva de Género en los Órganos de
Impartición de Justicia de la Ciudad de México [2018]

El lenguaje inclusivo o incluyente es en sí un proceso porque parte de la necesidad de repensar lo


que se está enunciando, para reflexionar sobre a quién se está incluyendo y a quién se excluye o de
qué manera se incluye [Babiker, Sara 2018].

Por “lenguaje inclusivo en cuanto al género” se entiende la manera de expresarse oralmente y por
escrito sin discriminar a un sexo, género social o identidad de género en particular y sin perpetuar
estereotipos de género. Dado que el lenguaje es uno de los factores clave que determinan las
actitudes culturales y sociales, emplear un lenguaje inclusivo en cuanto al género es una forma
sumamente importante de promover la igualdad de género y combatir los prejuicios de género.
5
ONU

3
Lenguaje incluyente: ¿por qué “sirvienta” sí y “presidenta” no? (2016)
4
Gemma Escrig Gil (2013)
5
Lenguaje inclusivo en cuanto al género (ONU)

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Procurar que las palabras que utilizamos tengan en cuenta la manera como las personas quieren o
prefieren ser nombradas, así como huir de determinadas palabras y expresiones que están
connotadas muy negativamente y evitar ciertas asociaciones, son pasos fundamentales para
recoger y reconocer la diversidad 6.

Los usos excluyentes son imprecisos y simplifican la realidad, sostienen generalizaciones,


estereotipos, invisibilizan o descalifican, se refieren a defectos o virtudes de un colectivo,
contraponen el nosotros/as con ellos/as, no utilizan la terminología adecuada…

El estudio de la inclusión/exclusión en el lenguaje puede hacerse extensivo a muchísimos ámbitos,


como por ejemplo la raza (trabajar como un negro), la etnia (parecer un clan gitano) 7 , la
nacionalidad (trabajo de chinos), la clase social (vivir como un señor, ser un esclavo o una criada), la
discapacidad (minusválido, inválido, subnormal), la inmigración (ilegal, moro, sudaca), la
orientación sexual (marica, bollera), la diversidad familiar (firma del padre y la madre), la religión
(terrorismo islámico) o incluso los animales8 (no ser rata, comer como un cerdo).El factor común de
todos estos términos no es otro sino que se utilizan para menospreciar, desvalorar, insultar o
comunicar algo visto como negativo.

No obstante, a lo largo de este curso, “lenguaje inclusivo” se utilizará como equivalente a lenguaje
no sexista, lenguaje con sensibilidad de género, lenguaje con perspectiva de género o lenguaje
inclusivo al género y se centrará en el reflejo que las relaciones sociales entre mujeres y hombres
tienen en los procesos lingüísticos. 4
ONU mujeres señala que se debe prestar especial atención al uso de vocabulario que se refiere a la
identidad de género y la orientación sexual. Un lenguaje inclusivo no tiene que segregar,
discriminar o criminalizar y debe contribuir a eliminar prejuicios sociales sobre las personas LGTBI.
Para ello es preciso evitar el uso de términos denigrantes u ofensivos, que puedan generar burla o
atentar contra la dignidad de las personas LGTBI. 9

Especialmente hay que tener conciencia de la orientación sexual y de género. Al escribir sobre una
persona transgénero, hay que utilizar los sustantivos y pronombres consistentes con la identidad de
género del individuo, independientemente de su sexo al nacer, utilizando el pronombre preferido
por dicho individuo 10.

Aunque la conceptualización del género actualmente se entiende más allá de la dicotomía hombre-
mujer y el debate sobre el sujeto político del feminismo está en el punto de mira, esta acción

6
Llenguatge inclusiu (2016). Esplac.
7
Para ampliar: Recomendaciones para el tratamiento de la comunidad gitana en los medios de comunicación y Guia de
llenguatge inclusiu. Immigració ,racisme i xenofòbia
8
Hay numerosos recursos en internet para profundizar en el lenguaje especista, por ejemplo: Discriminación a través
del lenguaje: lenguaje especista como analogía del racista o sexista o Prohibido decir "hijo de perra": los animales
también se ofenden
9
Guía de buenas prácticas para el tratamiento de la diversidad sexual y de género en los medios de comunicación,
Federación de Servicios a la Ciudadanía CCOO (FSC-CCOO) y Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y
Bisexuales (FELGTB). Al final del documento se incluye un glosario de términos muy clarificador
10
Guía para el uso de un lenguaje inclusivo al género. Promover la igualdad de género a través del idioma. ONU Mujeres

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formativa no se va adentrar en el análisis del tratamiento lingüístico de las diversidades afectivo


sexuales, puesto que se considera central, primeramente, entender las discriminaciones de género
en el lenguaje en función del sexo biológico de las personas.

Fuente: Rafael Ballester Arnal - Salusex - Unisex-SIDA (2018)

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1.3. El sistema de género y sus consecuencias en las relaciones entre


mujeres y hombres
Antes de comenzar con este apartado es importante hacer un breve paréntesis e introducir algunos
conceptos que es importante clarificar:
SEXO: rasgos físicos, bilógicos, innatos que diferencian a las personas en
hombres y mujeres al nacer (lo biológico e innato).

GÉNERO: rasgos construidos social y culturalmente que atribuyen


determinadas características y cualidades, roles, comportamientos y
actitudes a las personas en función de su sexo biológico, estableciendo lo
que es o se considera “de mujeres” o femenino y “de hombres” o masculino
en una cultura determinada (lo cultural y aprendido)

PATRIARCADO: ideología que genera un sistema (familiar, social, ideológico y


político) en el que a partir de una diferencia sexual se atribuye a los hombres
una condición de superioridad y a las mujeres una de subordinación.

ANDROCENTRISMO: consideración del ser humano de sexo masculino como


el centro del universo, como la medida de todas las cosas (tomando como
universal lo que es propio y característico de este)

Las relaciones entre mujeres y hombres, como constructo cultural, no escapan de esta transmisión,
se reflejan en el lenguaje, y el lenguaje, a su vez, contribuye, como veremos a lo largo de este curso, 6
a proyectarlas y a mantenerlas.

Vídeo. ¿Qué es el género?


Para todos la 2 (2012). Parte 1 de un
debate muy interesante en televisión española
sobre qué es el género y su relación con el
sexo, con Jorge de los Santos, María Jesús
Izquierdo y Gerard Coll-Planas. Un debate que,
como puede comprobarse, no es para nada
reciente.

Una mirada al entorno más inmediato a modo de diagnóstico dejará entrever, con total seguridad,
algunas de estas desigualdades que cotidianamente se dan entre mujeres y hombres a causa de
este sistema de género y que nada tienen que ver con lo biológico.

Pues bien, algunas de estas situaciones de desequilibrio entre sexos también aparecen reflejadas,
de distintas maneras, en el lenguaje.

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Cuando aprendemos una lengua ésta no sólo nos permite comunicarnos, sino que adquirimos un conjunto de
conocimientos, valores, prejuicios, estereotipos, actitudes, ideología... que nos sirven para organizar e interpretar
nuestra experiencia, para construirnos como personas. Es decir que constituye un producto social que acumula y
expresa la experiencia de una sociedad concreta actuando asimismo sobre la forma en que se percibe esa realidad.
Además, la lengua no sólo refleja, sino que a su vez transmite y al transmitir refuerza los estereotipos marcados
socialmente. En consecuencia, las relaciones asimétricas, jerárquicas que se dan entre los sexos en nuestra sociedad
se muestran en la lengua y la lengua contribuye a que estas relaciones se mantengan o transformen.
Así, es bien cierto que el sexismo y androcentrismo presentes en el uso que hacemos de la lengua sólo tendrán una
solución definitiva cuando cambien las estructuras sociales que producen y potencian esta utilización. Pero, sin
embargo, se puede incidir paralelamente en la realidad y en la lengua y establecer una influencia entre ambas.
Sobre todo, si partimos de que la lengua arrastra mucha inercia y va, la mayoría de las veces, a remolque de los
cambios que se producen en la sociedad.
11
Teresa Meana Suárez [2002]

El lenguaje se ha ido desarrollando y ha evolucionado paralelamente a la historia con una


perspectiva androcéntrica que incluye estructuras, términos, normas y perversiones que
influencian el día a día de la comunidad hablante. Se trata de remanentes sexistas y androcéntricos,
en ocasiones muy evidentes, otras más sutiles, ocultos o, incluso, gramaticalmente aceptados. Por
tanto, el lenguaje reproduce y contribuye a transmitir las desigualdades de género.

Aunque los cambios políticos y sociales han favorecido una evolución de las mujeres como
ciudadanas y como sujetos plenos de derecho en nuestra sociedad, la conquista de estos derechos
no ha sido fácil y han sido necesarios muchos siglos para lograr equiparar “legalmente” los
derechos de los dos sexos (derecho al voto, mayoría de edad, autonomía legal…). La existencia de
una legislación firme y clara en materia de igualdad 12,como la que tenemos en la actualidad, no 7
garantiza la ausencia de desigualdades y discriminaciones entre mujeres y hombres en los distintos
ámbitos de la vida (igualdad de derecho versus igualdad de hecho).
La desigualdad jurídica entre los cónyuges era evidente, existiendo la llamada licencia marital –que no fue derogada
hasta la Ley 14/1975, de 2 de mayo– que obligaba a la mujer casada bajo régimen de gananciales –que era el que
regía el derecho común– a que su marido firmara antes que ella autorizándole, por ejemplo, a abrir una cuenta
corriente, solicitar un pasaporte, y firmar una escritura o cualquier contrato. Incluso con respecto a la disposición de
sus bienes propios, la mujer casada necesitaba la autorización marital. Además, el marido era el administrador único
de la sociedad de gananciales atribuyéndole el Código Civil la facultad de enajenar, a título oneroso, los bienes de la
sociedad de ganancial.
13
Mª Ángeles Moraga García [2006]

Olympe de Gouges en 1791 redactó la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana. Esta
declaración se inspiró en la decretada por la Asamblea Nacional Francesa en 1789 pero se
diferenciaba únicamente de aquella por el género gramatical en el que estaba escrita: en femenino.
Este atrevimiento lingüístico que tuvo por objeto incluir y visibilizar a las mujeres en el lenguaje le
costó la vida 14.

11
Porque las palabras no se las lleva en viento… Ayuntamiento de Quart de Poblet
12
Desde la Constitución Española, hasta Leyes Orgánicas de Violencia (1/2004 de 28 de diciembre), de Igualdad Efectiva
(3/2007 de 22 de marzo), leyes autonómicas en materia de igualdad, etc.
13
La igualdad entre mujeres y hombres en la Constitución Española de 1978. Feminismo/s, 8, diciembre 2006, pp. 53-69
14
Anàlisi crítica del discurs en l’esfera pública valenciana des d’una perspectiva de gènere. Inmaculada Navarro Tomás
(2015).

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Para ampliar
La conquista de los derechos de
las mujeres. Consejería de Educación,
Juventud de Igualdad del Cabildo de Tenerife

1.4. Cambios sociales y cambios lingüísticos


La lengua y todo lo que ella supone: reflexión, crítica, conceptualización, creación,
es un arma todopoderosa.
Adrienne Rich

Las palabras importan. Aunque creamos que estamos utilizando el lenguaje, es el lenguaje
quien nos utiliza. De forma invisible moldea nuestra forma de pensar sobre las demás
personas, sus acciones y el mundo en general.
Ana González y Carlos Lomas [2002]

En una lengua intervienen toda una serie de factores 15 que, pese a no ser lingüísticos, es necesario
tener en cuenta para poder estudiar y entender los procesos comunicativos en toda su 8
complejidad.
Se enriquece la lengua a medida que hay nuevos elementos (ideas, herramientas, formas de mirar el mundo,
conceptos, juguetes, comidas, etc.) que se introducen en nuestras vidas. Parece claro que si entra cualquier cosa
nueva, para que podamos hablar con pertinencia y facilidad nos llega la cosa y el nombre de la cosa (es muy pesado
y complicado hablar de un objeto que no tiene nombre).

Por motivos muy similares, hay aspectos de la vida que cambian y, por lo tanto, hay palabras en alguna época
plenamente vigentes que tienden a desaparecer del habla habitual.
Eulàlia Lledó Cunill [2011]

Ya se ha dicho que la lengua es un modo de representar la realidad que no sólo permite la


comunicación, sino que además nos ayuda
a posicionarnos ideológicamente y a definir
nuestra manera personal de sentir y pensar,
que interiorizamos cuando la aprendemos.
Aunque es una herencia cultural, la lengua
está en constante evolución y es un sistema
que no puede entenderse fuera de su
contexto social. Lenguaje y sociedad están
en constante interacción.

15
Eulàlia Lledó Cunill:Manual de Llengua per a visibilitzar la presencia femenina

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El sistema de ordenación patriarcal 16y el androcentrismo 17han dado lugar a actitudes, a


comportamientos y a situaciones discriminatorias y desiguales que, de distintas maneras y en
distintos grados, aún se manifiestan en nuestra cultura en las relaciones entre mujeres y hombres.
Estas relaciones son cambiantes. Por ejemplo, desde hace algunas décadas han tenido lugar
numerosos cambios sociales que han favorecido una mayor igualdad entre los sexos: incorporación
masiva de la mujer al ámbito laboral, mayor acceso a los puestos de responsabilidad, mayor
ocupación del espacio doméstico y reproductivo por parte de los hombres, etc.

La lengua está viva, la creamos y recreamos cada día. Todas las lenguas evolucionan y deben
hacerse eco también de estos cambios sociales y nombrarlos adecuadamente.
Una de las características más definitorias de la lengua es que es un cuerpo vivo, en evolución constante, siempre
en tránsito. Una lengua que no se modifica sólo está entre las lenguas muertas. Si la lengua no cambiara todas las
personas que hablamos castellano, catalán, francés, o cualquiera de las lenguas románicas, continuaríamos
hablando latín. Las lenguas vivas tienen un carácter evolutivo. El cambio está inscrito en la naturaleza misma de la
lengua. La lengua cambia. Cambia la propia realidad y también la valoración de la misma o las formas de
considerarla o nombrarla.
18
Teresa Meana Suárez [2002]

Por tanto, el lenguaje también tiene un papel relevante en los cambios que la sociedad está
demandando en relación con la promoción de la igualdad efectiva de mujeres y hombres, y puede
contribuir a ella, posibilitando y creando usos más justos, sensibles e igualitarios para la sociedad.

La realidad construida no será verosímil si una lengua no se


9
mantiene viva y dinámica y si no tiene la capacidad de
adaptarse a las nuevas necesidades, a los cambios sociales y al
progreso. Los avances sociales comportarán siempre cambios
en los usos del lenguaje. Las lenguas han de adaptarse, en la
medida de sus posibilidades, a las necesidades de quienes las
utilizan (son modificables).

El lenguaje es, por tanto, una construcción social que no sólo


refleja y transmite un modelo social vigente no igualitario, sino
que, haciendo un mal uso, puede contribuir a reforzarlo. Si los principios de la democracia y las
políticas institucionales reclaman con urgencia que las mujeres participen y estén presentes en
todos los ámbitos de la sociedad, también tienen que estarlo en el lenguaje. No hay que olvidar que
el lenguaje es un instrumento que está al servicio de la comunidad para facilitar la comunicación y
por tanto, debe representar la realidad de manera adecuada y precisa.

La incorporación de tecnicismos o anglicismos en la lengua son procedimientos institucionalmente


sencillos, naturales y aceptados, que permiten adaptarse a los cambios sociales y a las necesidades
de una sociedad en constante transformación. Si hay neologismos o nuevas acepciones que se han
incorporado a nuestro vocabulario a causa de avances tecnológicos que antes no existían (internet,

16
Asignación de roles, capacidades y valores diferentes a hombres y a mujeres, desvalorizando lo que hacen las
mujeres y relegándolas al ámbito doméstico- reproductivo sin valor económico-social frente al ámbito público-poder de
los hombres
17
Tomar al varón como centro, medida y modelo de toda la humanidad (sujeto de referencia)
18
Porque las palabras no se las lleva en viento… Ayuntamiento de Quart de Poblet

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chip, teléfono móvil, blog, tuit, lápiz–usb-, memoria –usb-, página–web-, chat, etc.) o a usos
generalizados entre la comunidad hablante (gayumbos, espanglish, friki, gorrilla, papichulo, birra,
mileurismo) 19 hay que suponer que no deberían haber reticencias en realizar modificaciones
lingüísticas en pro de las nuevas conquistas y derechos sociales, como se hizo en su momento, por
ejemplo, con matrimonio, tras legalizarse el matrimonio entre personas del mismo sexo 20:

Como señala Eulalia Lledó Cunill (2011) no es extraño que cueste admitir nuevas palabras y
construcciones. En un principio, no suenan bien, no resultan familiares porque no se ha tenido
relación con ellas anteriormente y no las hemos hecho “nuestras”. No obstante, con el tiempo esta
relación cambia. Valga como ejemplo la palabra AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos
y Alumnas). Hoy en día resulta difícil escuchar APA en su lugar. Con esta modificación… ¿ha
cambiado la lengua?, ¿han cambiado estas asociaciones?, ¿las madres antes no participaban y
ahora sí? Nombrar es el primer paso para visibilizar, reconocer y hablar de una realidad. Para existir
plenamente hay que estar en la lengua. Actualmente ya se está dando un paso más allá en pro de la
diversidad familiar y se está introduciendo el término AFA (Asociación de Familias del Alumnado) 10
para denominar a esa misma realidad.

Es por ello por lo que se dice que el lenguaje no es sólo una herramienta de comunicación sino
también de poder. El mantenimiento de las desigualdades de género, en cualquier ámbito, dificulta
y retrasa el camino hacia la igualdad. Por pequeños que puedan parecer los cambios en las
conquistas sociales, siempre suman y son significativos. También en el lenguaje.
Acompasar los cambios sociales con los cambios lingüísticos, y lograr, gracias al carácter preformativo del lenguaje,
que éste se convierta en el cauce sobre el que sedimentar y legitimar la presencia de las mujeres en los espacios del
poder y de la autoridad.
Lenguaje Administrativo No Sexista. Instituto Andaluz de la Mujer [2006]

Si en el lenguaje no se nombra y no se tiene en cuenta a todas las personas, nuestra representación


de la realidad estará sesgada.

19
Términos aceptados e incorporados en el Diccionario de Lengua Española de la Real Academia Española
20
Definición actualizada en 2014 en la 23ª edición del Diccionario de la Real Academia Española
(DRAE):http://dle.rae.es/?w=diccionario Puede compararse con la edición anterior, vidente desde 2001 en
http://lema.rae.es/drae2001/

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2. El género gramatical
Aunque pueda parecer que se viaje al pasado a una clase de lengua castellana, es importante
refrescar y reflexionar sobre algunos conceptos y aspectos relacionados con el género gramatical
que se dan por supuestos y que, con toda seguridad, ayudarán a entender mejor el resto de los
contenidos del curso.

2.1. Género gramatical versus sexo natural


En primer lugar, hay que señalar que es importante no confundir este término con el concepto
género que hemos visto en el punto 1 de este mismo tema (género en construcciones como
violencia de género, estudios de género, perspectiva de género, sistema de género, etc.).

Pese a la diferencia semántica entre ambos términos, en este caso, también resulta necesario y
clarificador contraponerlo con el sexo para así evitar confusiones.
11
En la lengua española la concordancia se establece por género y no por sexo, aunque gran parte de
la sociedad hispanohablante identifica género con sexo. Tomando el ejemplo de Álvaro García
Meseguer [2001] 21, la oración Todas eran varones no es incorrecta. No obstante, en ocasiones, es el
sexismo que impregna nuestro imaginario colectivo lo que no nos permite encontrar contextos en
los que sí encaje. Pensemos, por ejemplo, en la oración Aquella noche nacieron cinco criaturas en la
clínica. Todas eran varones.

Por tanto, una de las premisas a tener en cuenta para profundizar en el estudio del sexismo
lingüístico es dejar clara la diferencia entre género gramatical y sexo.

Aunque en español todos los sustantivos tienen género gramatical no todos aluden a machos o a
hembras, lo que nombran no siempre tiene un sexo. Por tanto, no hay que identificar el género
gramatical con el sexo natural. Vaso, puente o libro, son sustantivos masculinos y silla, tienda o
botella son sustantivos femeninos, pero ninguno de ellos hace referencia a una realidad sexuada
(macho/hembra). No obstante, muchas veces esta asociación con el sexo está tan interiorizada que
puede dar lugar a situaciones tan insólitas como la descrita a continuación:

21
¿Es sexista la lengua española? CSIC. Panace@ Vol.2, Nº 3.

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El género gramatical es una convención, es algo arbitrario, un acuerdo entre hablantes: les
llamamos accidentes gramaticales, le llamamos LA mesa pero le podríamos haber llamado
EL mesa. Pero cuando el género gramatical se refiere a seres sexuados, forma en nuestra
mente, sobre el género masculino, seres de sexo masculino, y sobre el género femenino,
seres del sexo femenino. Un día pusimos a dos escuelas a hacer un ejercicio: que niños y
niñas de 5 años dibujaran la boda del tenedor y la cuchara. Una escuela era castellana y la
otra era catalanoparlante. Los primeros pusieron a la cuchara de novia y al tenedor de
novio, pero los catalanes tienen la cullera y la forqueta, ambas de género femenino,
entonces les dio igual, a veces la cullera era la novia o al revés. Entonces por eso me parece
tan importante nombrar.
22
Teresa Meana Suárez (2012) .

12
Guía de lenguaje inclusivo del CEIP-PIE. Colectivo de Estudiantes de Psicología

El género es una categoría gramatical inherente a la palabra que clasifica a los nombres en
masculinos y femeninos y que permite establecer la concordancia con el resto de los elementos de
la oración.
Como tal categoría no se asocia a ninguna realidad extralingüística. Todos los sustantivos en nuestra lengua poseen
género gramatical, tanto si se refieren a cosas como a personas; pero no siempre coincide con el sexo de la persona
a la que designan; así se puede comprobar si observamos los siguientes grupos de palabras cuya relación género-
sexo no es unívoca:
a) Existen palabras con género masculino que aluden tanto a los hombres como a las mujeres. Por ejemplo:
personaje, bebé, ser.
b) Otras son de género femenino y designan también a los dos sexos. Por ejemplo: persona, víctima, criatura.
c) Algunas tienen una forma única para referirse al femenino y al masculino, en cuyo caso, adquirirán el género de la
palabra que las determina (artículo o adjetivo). Por ejemplo: el testigo/la testigo, el colega/la colega, el artista/la
artista.
Por tanto, es un error identificar la categoría gramatical de género con la referencia extralingüística al sexo
biológico.
Manual de Lenguaje Administrativo No Sexista. Ayto. Málaga [2002]

Llegado este punto se va a profundizar en algunas puntualizaciones que también señala García
Meseguer (2001) 23 sobre las relaciones entre género gramatical y sexo:

22
Toda lengua es política. Página 12.
23
Se han dejado los ejemplos que figuran en el texto original ¿Es sexista la lengua española? aunque algunos sean
sexistas

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Desde el punto de vista del género los nombres en español se pueden dividir en dos grandes grupos según la forma
de la palabra. De un lado, encontramos palabras de doble forma que son aquellas que, con una misma raíz, se
desdoblan en dos según terminen en ‘-o’ o en ‘-a’ (muchas, aunque no todas; pero lo relevante es que la raíz es
común), como por ejemplo ‘amigo- amiga’, ‘hermano-hermana’, ‘pintor-pintora’, etcétera. De otro lado,
encontramos palabras de forma única que son aquellas que no tienen pareja, son palabras morfológicamente
aisladas, como por ejemplo ‘mesa’ (no existe ‘meso’), montaña (no existe ‘montaño’), ‘lápiz’, ‘papel’, etc.

La mayor parte de las palabras de doble forma pertenecen al mundo animado y sólo una pequeña parte pertenece
al mundo inanimado (como ‘farol-farola’, ‘charco-charca’, ‘cesto-cesta’). Inversamente, la mayor parte de las
palabras de forma única pertenecen al mundo inanimado y sólo una pequeña parte (como ‘bebé’, ‘víctima’,
‘persona’) pertenece al mundo animado. Como aquí nos interesa tan sólo este último, dejaremos de lado el mundo
inanimado y pasaremos ahora a clasificar (siempre desde el punto de vista del género) las palabras del mundo
animado en dos grupos, el segundo de los cuales posee tres subgrupos. Tras clasificarlos, veremos qué valor
semántico tiene el género en cada grupo.

Grupo 1: Palabras de doble forma


En este caso, una forma es de género masculino y la otra de género femenino. Ejemplos: ‘amigo-amiga’, ‘hermano-
hermana’, etc.
Grupo 2: Palabras de forma única
Grupo 2.1: de género masculino. Ejemplos: ‘semental’, ‘cura’, ‘comandante’, ‘ejército’.
Grupo 2.2: de género femenino. Ejemplos: ‘odalisca’, ‘ninfa’, ‘institutriz’, ‘tropa’.
Grupo 2.3: de género común. Ejemplos: ‘testigo’, ‘joven’, ‘inteligente’, ‘periodista’.

Las palabras del grupo 2.3 admiten ambos artículos, es decir, pueden funcionar con género masculino o con género
femenino.

Pues bien, las relaciones entre género y sexo en español son las siguientes:

En el grupo 1, la voz femenina designa siempre mujer y la voz masculina puede designar, según el contexto, varón o
13
persona (sexo no marcado), tanto en singular como en plural.

En el grupo 2.1, todas las palabras son de género masculino. Las que designan a un colectivo (‘ejército’, ‘comité’,
etc.) evidentemente no marcan sexo (el hecho de que el ejército de muchos países no admita a mujeres no cambia
lo dicho; cuando las admita, la palabra no cambiará, lo cual prueba que la palabra ‘ejército’ no marca sexo en sí
misma). En cuanto a las que designan a individuos, el sexo del referente de estas palabras puede ser cualquiera, ya
que se dan las tres posibilidades:

• ‘Semental’, ‘cura’ y ‘eunuco’ designan varones.


• ‘Penco’, ‘putón’ y ‘marimacho’ designan mujeres.
• ‘Personaje’, ‘bebé’ y ‘ser’ designan persona (sexo no marcado).

En el grupo 2.2 sucede algo muy parecido pero complementario. Aquí todas las palabras son de género femenino.
Las que designan a un colectivo (‘clase’, ‘comisión’, etc.) evidentemente no marcan sexo. En cuanto a las que
designan a individuos, el sexo del referente de estas palabras puede ser cualquiera, ya que se dan las tres
posibilidades:

• ‘Institutriz’, ‘ninfómana’ y ‘amazona’ designan mujeres.


• ‘Maricona’, ‘mariposa’ y ‘santidad’ designan varones.
• Persona’, ‘víctima’ y ‘criatura’ designan persona (sexo no marcado).

En el grupo 2.3 pueden suceder dos cosas. Si estas palabras llevan artículo o cualquier otra palabra concordante que
les otorgue género, se comportan semánticamente como las del grupo1; así, por ejemplo, ‘el testigo - la testigo’ se
comporta igual que ‘el amigo - la amiga’. Pero si no llevan artículo ni otra palabra que les otorgue género,
mantienen su valor de género común y, por consiguiente, no marcan sexo.

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2.2. La formación del género según la gramática de la Real Academia


Española (RAE)
Los sustantivos en español pueden ser masculinos o femeninos.
Cuando el sustantivo designa seres animados, lo más habitual es que exista una forma específica para cada uno de
los dos géneros gramaticales, en correspondencia con la distinción biológica de sexos, bien por el uso de desinencias o
sufijos distintivos de género añadidos a una misma raíz, como ocurre en gato/gata, profesor/profesora, nene/nena,
conde/condesa, zar/zarina; bien por el uso de palabras de distinta raíz según el sexo del referente (heteronimia),
como ocurre en hombre/mujer, caballo/yegua, yerno/nuera; no obstante, son muchos los casos en que existe una
forma única, válida para referirse a seres de uno u otro sexo: es el caso de los llamados «sustantivos comunes en
cuanto al género» (→ a) y de los llamados «sustantivos epicenos» (→ b).
a) Sustantivos comunes en cuanto al género. Son los que, designando seres animados, tienen una sola forma, la
misma para los dos géneros gramaticales. En cada enunciado concreto, el género del sustantivo, que se corresponde
con el sexo del referente, lo señalan los determinantes y adjetivos con variación genérica: el/la pianista; ese/esa
psiquiatra; un buen/una buena profesional. Los sustantivos comunes se comportan, en este sentido, de forma análoga
a los adjetivos de una sola terminación, como feliz, dócil, confortable, etc., que se aplican, sin cambiar de forma, a
sustantivos tanto masculinos como femeninos: un padre/una madre feliz, un perro/una perra dócil, un sillón/una silla
confortable.
b) Sustantivos epicenos. Son los que, designando seres animados, tienen una forma única, a la que corresponde un
solo género gramatical, para referirse, indistintamente, a individuos de uno u otro sexo. En este caso, el género
gramatical es independiente del sexo del referente. Hay epicenos masculinos (personaje, vástago, tiburón, lince) y
epicenos femeninos (persona, víctima, hormiga, perdiz). La concordancia debe establecerse siempre en función del
género gramatical del sustantivo epiceno, y no en función del sexo del referente; así, debe decirse La víctima, un
hombre joven, fue trasladada al hospital más cercano, y no La víctima, un hombre joven, fue trasladado al hospital
más cercano. En el caso de los epicenos de animal, se añade la especificación macho o hembra cuando se desea hacer
explícito el sexo del referente: «La orca macho permanece cerca de la rompiente [...], zarandeada por las aguas de
color verdoso» (Bojorge Aventura [Arg. 1992]).
14
c) Sustantivos ambiguos en cuanto al género. Son los que, designando normalmente seres inanimados, admiten su
uso en uno u otro género, sin que ello implique cambios de significado: el/la armazón, el/la dracma, el/la mar, el/la
vodka. Normalmente la elección de uno u otro género va asociada a diferencias de registro o de nivel de lengua, o
tiene que ver con preferencias dialectales, sectoriales o personales. No deben confundirse los sustantivos ambiguos
en cuanto al género con los casos en que el empleo de una misma palabra en masculino o en femenino implica
cambios de significado: el cólera (‘enfermedad’) o la cólera (‘ira’); el editorial (‘artículo de fondo no firmado’) o la
editorial (‘casa editora’). De entre los sustantivos ambiguos, tan solo ánade y cobaya designan seres animados.
Si el referente del sustantivo es inanimado, lo normal es que sea solo masculino (cuadro, césped, día) o solo
femenino (mesa, pared, libido), aunque existe un grupo de sustantivos que poseen ambos géneros, los denominados
tradicionalmente «sustantivos ambiguos en cuanto al género» (→ c).
Diccionario Panhispánico de Dudas. RAE. [2005]

Señalar además la existencia de sustantivos genéricos y abstractos que nombran o se refieren a un


grupo de personas sin hacer referencia explícita a su sexo, independientemente del género
gramatical que tengan. Tanto alumnado, ejército, claustro, equipo, vecindario, reparto, personal,
consejo (que son masculinos) como gente, ciudadanía, población, nación, infancia, dirección,
gerencia (que son femeninos) incluyen a mujeres como a hombres. De la misma manera, palabras
como secretaría, abogacía o administración permiten incluir en el leguaje sin hacer referencia
explícita al sexo de la persona que ocupa un cargo.

También puntualizar que no siempre existe una relación entre el género y la desinencia de una
palabra. Es el caso de mujer (no presenta ninguna terminación propia del femenino y es una
palabra femenina), sistema (termina en a, desinencia que se añade normalmente para formar el

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femenino, pero es una palabra masculina) o mano (que termina en o, como muchos masculinos,
pero es una palabra femenina).

El masculino no es la raíz para formar el femenino. Hoy en día todavía es posible encontrarse con
libros de texto o gramáticas tradicionales que definen la formación del género femenino a partir del
masculino.

Por ejemplo, la palabra costurera entró en la lengua antes que costurero, lo mismo sucede con
enfermera, cocinera, matrona, etc. de manera que no pudieron formarse a partir del masculino,
porque no existía.
15
Para simplificar, a modo de resumen:
En castellano los sustantivos tienen un género (= accidente gramatical), un rasgo inherente que los clasifica en
masculino y femenino: ayuntamiento (m) solicitud (f).

En los adjetivos y los determinantes el género no es un rasgo inherente, existe para poder realizar la concordancia
gramatical con el sustantivo: la funcionaria ascendida (f); los hombres desempleados (m).

Cuando los sustantivos hacen referencia a seres animados:

 El género gramatical puede coincidir con el sexo del ser animado al que hace referencia: perro (m) perra (f);
hombre (m) mujer (f).
 Una misma forma puede ser masculina o femenina y utilizarse para referirse a seres animados de ambos sexos,
marcando así el género del sustantivo los adjetivos y determinantes que lo acompañan: el demandante extranjero (m),
la demandante extranjera (f).
 Los sustantivos, siendo solo masculinos o femeninos, pueden designar indistintamente a personas o animales de
ambos sexos (sustantivos epicenos): mosca, hormiga, víctima, persona (f); cocodrilo, tiburón, personaje, ser humano
(m).
 Hay sustantivos colectivos genéricos y abstractos que permiten nombrar a seres animados sin hacer referencia
explícita a su sexo, independientemente del género gramatical que tengan: alumnado, claustro, ejercito, equipo,
vecindario, personal, consejo, rebaño (m); gente, ciudadanía, población, infancia, dirección, gerencia, manada (f).
 Si el referente es inanimado, el sustantivo lo normal es que sea solo masculino o solo femenino, aunque también
existen una serie de sustantivos “ambiguos en cuanto al género”: mostrador (m) mesa (f) mar (m /f).

Guía de tratamiento no sexista del lenguaje administrativo. Fundación Isonomia - UJI [2016]

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El género gramatical de una palabra puede comprobarse en las entradas de esa palabra en un
diccionario, por ejemplo, el diccionario de la Real Academia Española (DRAE), fijándonos en las
abreviaturas de las distintas acepciones (m- masculino, f- femenino, amb- ambiguo, com-común):

16

2.3. El masculino como género no marcado


USO DEL MASCULINO EN REFERENCIA A SERES DE AMBOS SEXOS

En los sustantivos que designan seres animados, el masculino gramatical no solo se emplea para referirse a los
individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin
distinción de sexos: El hombre es el único animal racional; El gato es un buen animal de compañía.

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Consecuentemente, los nombres apelativos masculinos, cuando se emplean en plural, pueden incluir en su
designación a seres de uno y otro sexo: Los hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales; En mi barrio
hay muchos gatos (de la referencia no quedan excluidas ni las mujeres prehistóricas ni las gatas). Así, con la
expresión los alumnos podemos referirnos a un colectivo formado exclusivamente por alumnos varones, pero
también a un colectivo mixto, formado por chicos y chicas.

A pesar de ello, en los últimos tiempos, por razones de corrección política, que no de corrección lingüística, se está
extendiendo la costumbre de hacer explícita en estos casos la alusión a ambos sexos: «Decidió luchar ella, y ayudar
a sus compañeros y compañeras» (Excélsior [Méx.] 5.9.96). Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de
referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención
discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva; así pues, en el ejemplo citado
pudo —y debió— decirse, simplemente, ayudar a sus compañeros. Solo cuando la oposición de sexos es un factor
relevante en el contexto, es necesaria la presencia explícita de ambos géneros: La proporción de alumnos y alumnas
en las aulas se ha ido invirtiendo progresivamente; En las actividades deportivas deberán participar por igual
alumnos y alumnas. Por otra parte, el afán por evitar esa supuesta discriminación lingüística, unido al deseo de
mitigar la pesadez en la expresión provocada por tales repeticiones, ha suscitado la creación de soluciones
artificiosas que contravienen las normas de la gramática: las y los ciudadanos.

Diccionario Panhispánico de Dudas. Real Academia Española [2005]

Las convenciones y normas gramaticales de la Real Academia Española (RAE) en relación con el
género gramatical señalan, como se ha expuesto, que cuando hablamos de seres animados el uso
del género masculino puede designar también a las mujeres, puede referirse a ambos sexos, es lo
que se conoce como género no marcado. Frente a este valor genérico, el femenino sólo tiene un
uso, el específico (género marcado). Y va más allá, puntualizando que es la única forma aceptada 24:

El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es 17
incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada
sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número
de alumnas sea superior al de alumnos varones.

Subrayar, como se indica, que este uso normativamente parece estar justificado por motivos de
economía lingüística y para “mitigar la pesadez en la expresión”.

No obstante, en ciertos contextos, el uso no marcado del masculino puede crear ambigüedades y
confusiones en los mensajes, además de, como veremos más adelante, invisibilizar y ocultar a las
mujeres. Tomemos otro ejemplo de oración de García Meseguer (2001): Alicia Larrocha, única
española de los “Grandes Pianistas del siglo XX”. Al decir “única española” ¿se refiere a “única
mujer española” o a “única persona española”? La cuestión no es baladí, ya que con este titular nos
quedamos sin saber si entre los grandes pianistas del siglo XX hay o no hay algún varón español.

Aunque indemostrable, no es arriesgado suponer que quien bautizó por primera vez a los géneros gramaticales con
los adjetivos ‘masculino’ y ‘femenino’, lo hizo así pensando que el primero era propio del varón y el segundo de la
mujer. A partir de ese momento y teniendo en cuenta que el varón ha sido hasta hace poco quien ha impuesto
todas las reglas, no es de extrañar que las gramáticas de las diferentes lenguas, salvo rarísima excepción, otorguen
al género masculino el doble valor de genérico y específico, habida cuenta además del principio universal de
economía lingüística.

Este hecho histórico resulta hoy muy dañino, en mi opinión. Si los géneros gramaticales, en lugar de llamarse
masculino y femenino, se hubiesen llamado desde un principio ‘género eme’ y ‘género efe’ (o de cualquier otro
modo que no aludiese para nada al sexo), las cosas hoy serían más fáciles y se vería mucho más claro que el género

24
http://www.rae.es/consultas/los-ciudadanos-y-las-ciudadanas-los-ninos-y-las-ninas

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gramatical en español no es más que una marca que divide a los nombres en dos familias e impone reglas de
concordancia.
García Meseguer, Álvaro (2001)

Así pues, ante un masculino plural, las mujeres nos tenemos que preguntar si estaremos
incluidas o no, porque son posibles ambas cosas. Tenemos que acostumbrarnos a esa
duda y, además, a una identidad cambiante, a que unas veces se nos nombre en femenino
y otras, en masculino, como pasaba en mis clases de gimnasia; nada raro ni especial, por
otro lado. En las clases de gimnasia a las que asistía hace unos años, la mayoría de las veces éramos todas
mujeres y la monitora, claro, nos hablaba en femenino:
Venga, chicas, todas juntas. Muy de vez en cuando se dejaba
caer por la clase algún hombre y entonces, con que un solo
varón se nos uniera, ¡zas!, nuestra identidad cambiaba y
pasábamos a ser chicos: Venga, chicos, todos juntos. Aquel
solo hombre nos transformaba a todas. A los hombres no les
pasa ni una cosa ni otra: siempre saben cuándo los nombran,
siempre tienen claro cuándo están hablando de ellos y
cuándo no, y su identidad es firme y siempre la misma, no
varía en cuanto aparece una señora25.

2.4. La concordancia y el género gramatical


En los adjetivos, determinantes y demás palabras que modifican los sustantivos en el lenguaje, el
género gramatical no es un rasgo inherente, existe para poder realizar la concordancia gramatical
con el sustantivo, puesto que, de acuerdo con las normas gramaticales de le lengua española,
tienen que adoptar el género y el número del sustantivo al que acompañan.
18
Normativamente, también se señala aquí que cuando se acompañe a varios sustantivos, si estos no
son del mismo género gramatical, se utilizará de nuevo el valor globalizador del género masculino
para referirse a ambos (masculino genérico) si no se quiere desdoblar: Juan, María y Rosa llegaron
cansados después del viaje.

El artículo tiene un papel esencial para señalar el género en aquellas palabras que tienen una única
forma para los dos géneros, puesto que si no está el artículo no sabemos si se refiere a un varón o a
una mujer: el pianista premiado o la pianista premiada.

2.5. Formación e introducción de nuevas palabras para las mujeres


A la hora de introducir un neologismo para referirse, por ejemplo, a nuevas profesiones que ahora
ocupan las mujeres (hasta el momento ocupadas por hombres y que todavía no existen como tales
referidas a la mujer) que no están recogidas en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE)
se pueden dar distintas opciones26:

 Feminizar la forma masculina: crear una palabra para el masculino y una para el femenino
(por ejemplo siguiendo el ejemplo panadero-panadera)

25
http://docemiradas.net/lengua-sexismo-y-mi-dia-a-dia-en-todo-esto/

26
Álvaro García Meseguer (2001)

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 Se puede comunizar la forma masculina: utilizar una misma palabra en masculino y en


femenino (como en el periodista – la periodista)
 Se puede androginizar la forma masculina: palabras masculinas sin marca de género (como
sucede con el personaje)

La tendencia más común es la primera opción y la menos común la última de ellas. Los usos dela
comunidad hablante y el tiempo marcarán cuáles son las preferencias y cuál es la opción que va a
permanecer en la lengua.

A algunas personas les resulta raro el uso de


médica o presidenta, sin embargo, para que estas
voces existan sólo hace falta que haya mujeres que
ejerzan la medicina o que presidan y hablantes que
tengan la voluntad de expresarlo explícitamente.
Cabe preguntarse, por ejemplo, por qué estas
personas no ponen en duda, palabras como
“sirvienta”, que sí les suena “natural” 27.

Todas las lenguas son igualmente sexistas ya que el androcentrismo y el patriarcado son
universales.

A principio de la década de los 70, Sandra L. & Daril L. Bem 28ya analizaron la influencia del lenguaje
sexista en las ofertas de empleo y sus estudios indican que tanto la redacción sexista en los
anuncios de trabajo como la colocación de ofertas de empleo sexistas en columnas de periódicos
segregadas por sexo desaniman a hombres y a mujeres a presentarse a trabajos "del sexo opuesto" 19
para los que podrían tener cualificación. Ambos estudios se realizaron y se presentaron como parte
del testimonio legal en casos reales de discriminación sexual. Los anuncios se presentaban en
lenguaje sexista (se buscan mecánicos), en lenguaje neutro (se buscan profesionales para reparar
vehículos) y en un lenguaje contrario a las expectativas sociales (se buscan mecánicas) pudiéndose
observar cómo la presencia por sexo cambiaba notablemente en ellos (5% de mujeres en el
primero, 25% de mujeres en el segundo, 65% de mujeres en el tercero).

Se ha comprobado también que las imágenes elegidas para ilustrar libros de texto representan a
muchas más mujeres cuando más inclusivo es el lenguaje que las acompaña: no es lo mismo decir
hombre neolítico que sociedad del neolítico, por ejemplo. Cada frase produce una representación
distinta de la realidad en quien interpreta el mensaje.

Nuestro inconsciente sexista también nos traiciona en el ámbito de la traducción, puesto que cada
lengua incurre en peculiaridades sexistas diferentes según su naturaleza 29. Sucede, por ejemplo, al
traducir del inglés al español. Seguramente, los equipos profesionales de traducción no se

27
Lenguaje incluyente.¿Por qué sirvienta sí y presidenta no?

28
(1973). Does Sex‐biased Job Advertising “Aid and Abet” Sex Discrimination?

29
En palabras de Teresa Meana: el masculino que a veces es específico y a veces es genérico, les pasa a las lenguas que
provienen del latín. En inglés, si digo “my friend”, no sé si estoy hablando de un amigo o de una amiga, pero ¿y esa lista
de palabras terminadas en man? Cameraman, milkman, barman... En Toda lengua es política. Página 12.

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cuestionen traducir “doctors and nurses” al español como “médicos y enfermeras”. En otras
ocasiones incluso se traduce en masculino un término que tiene una referencia mayoritariamente
femenina en la realidad, como puede ser “maestra” en el campo de la educación:

Por tanto, queda demostrado que la representación en nuestra mente no es la misma cuando
nombramos en masculino genérico que cuando incluimos a través del lenguaje a ambos géneros y
que los vestigios androcéntricos y patriarcales, como veremos a continuación, condicionan el uso
del lenguaje y la interpretación que hacemos de la realidad.

Cuando el lenguaje niega o entra en contradicción con la realidad existe el riesgo de creer antes al
lenguaje que a la propia realidad.
20

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3. Sexismo y Androcentrismo lingüístico


Como se ha venido viendo, la lengua es una construcción humana. También se ha comentado que
hasta hace relativamente poco, las personas "autorizadas" en sociedad eran sólo los hombres. De
esta situación surgen dos conceptos que es esencial tener presentes:

 La existencia de actitudes discriminatorias cuya pretensión es marcar diferencias entre los géneros,
usualmente despreciando todo lo que tenga que ver con "lo femenino". Se fundamentan en una
ideología dominante, el machismo, que socialmente oprime a las mujeres.
 La práctica de ver el mundo desde una sola perspectiva, la masculina, como si estuviera formado
sólo por hombres, obviando la pluralidad y diversidad de la realidad. La visión de los hombres se
plantea como la única válida, posible y universal.

La lengua constituye, como mínimo, el reflejo de la realidad, de la sociedad que la utiliza. Así como la sociedad es
racista, clasista, heterosexista, la lengua también lo es. Y por supuesto recoge las desigualdades derivadas de la
situación de discriminación de las mujeres y refleja todo el sexismo y androcentrismo existentes.
30
Teresa Meana Suárez [2002]

3.1. Androcentrismo lingüístico


Primero (la niña) aprenderá que se dirigen a ella llamándola “niña”, por tanto,
si oye frases como “los niños que terminen pueden ir al recreo” permanecerá 21
sentada en su pupitre contemplando impaciente la tarea concluida en espera
de que una frase en femenino le abra las puertas del ansiado recreo. Pero
estas frases no suelen llegar nunca, es más probable que la maestra diga al advertir que ha
terminado: “Fulanita, he dicho que los niños que
hayan terminado...” y si sigue sin darse por aludida,
entonces le explicará que cuando dice “niños” se
está refiriendo también a las niñas. Pero si incurre
en el error de creer que la palabra “niño” concierne
por igual a los dos sexos, pronto verá frustradas sus
ilusiones igualitarias. La hilaridad de sus
compañeros ante su mano alzada le puede hacer
comprender, bruscamente, que hubiera sido mejor
no darse por aludida en frases del tipo: “Los niños
que quieran formar parte del equipo de fútbol que
levanten la mano”. En casos como éste, la maestra
suele intervenir recordando: “He dicho los niños”,
ante lo cual la estupefacta niña pensará: “¿Pero no había dicho los niños?
31
Montserrat Moreno [1986]

Como se ha comentado brevemente con anterioridad, el androcentrismo es una perspectiva en la


que predomina el masculino como medida y modelo universal con la pretensión de englobar al
conjunto de la humanidad, tanto a hombres como a mujeres.
30
Porque las palabras no se las lleva en viento… Ayuntamiento de Quart de Poblet.
31
Como se enseña a ser niña: el sexismo en la escuela.

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Es una percepción “centrada” (como la etimología de la propia palabra indica) y basada en normas
masculinas. Este punto de vista está orientado por los valores patriarcales presentes y dominantes
en la sociedad, lo que es bueno para el hombre es bueno para la humanidad, la experiencia
masculina es la experiencia humana, el hombre se toma como patrón para todo: El hombre
prehistórico vivía en las cuevas o La historia y la evolución del hombre.

En el lenguaje aparece reflejado muchas veces con el uso del masculino como neutro y genérico, el
uso abusivo del masculino para referirse tanto a mujeres como a hombres: Los trabajadores han
hecho huelga; Los médicos reclaman una revisión de los horarios de atención al paciente; Los
usuarios registrados ya pueden pasar a la sala.

En palabras de Mercedes Bengoechea 32, el androcentrismo se basa en dos reglas fundamentales:

1. Toda persona es del género masculino, a no ser que se


especifique lo contrario. Esta regla hace que nuestra mente vea,
antes que nada, varones en las personas nombradas en masculino
(imagen en nuestro pensamiento de un ser masculino): Cansados,
llegaron los tres al pueblo; Los bomberos han convocado una
huelga.

2. Las mujeres quedan borradas de la lengua. El uso del masculino


hace que se tienda a pensar únicamente en varones y cuando se
visibilizan las mujeres éstas aparecen como una desviación o
excepción a la regla.
22
Por tanto, una de las consecuencias directas de este fenómeno es una presencia comunicativa del
masculino (varón) y una invisibilización e infrarrepresentación de lo femenino (mujer). Mientras
que los hombres, gracias al masculino genérico, están sobrerrepresentados, se oculta y se
invisibiliza a las mujeres.

El discurso se constituye como si únicamente existiera un sujeto referente, el varón, y las mujeres
existen únicamente en relación con él: Los nómadas se trasladaban con sus enseres, mujeres,
ancianos y niños de un lugar a otro; Se organizarán actividades culturales para las esposas de los
congresistas o Los técnicos de igualdad son mayoritariamente mujeres 33.

Por tanto, se puede concluir que la visión androcéntrica del mundo también sesga el lenguaje y,
aunque, puedan ser correctos (de acuerdo con las normas establecidas), estos usos lingüísticos dan
una visión parcial e inexacta de la realidad, ocultan a las mujeres en el lenguaje olas presentan en
una situación de subordinación, pudiendo causar ambigüedades y estando basados en una
ideología patriarcal y discriminatoria.
"Por lo se refiere al masculino genérico cuando dicen "profesores" no me siento representada. Yo además creo que
está un poco demostrado el hecho de que hablar en masculino o te excluye o es que no estás, que a veces no lo sabes...
¿Eh? Si no estás o estás simplemente invisibilizada".
34
Eulàlia Lledó Cunill (2020)

32
Sexismo y androcentrismo en los textos administrativo-normativos. Universidad de Alcalá.
33
En el tema siguiente se abordará con profundidad el salto semántico.
34
El Llenguado- El català de totes. CCMA. (4/03/2020)

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3.2. Sexismo social y sexismo lingüístico


De acuerdo con la RAE el sexismo se define como la discriminación de personas de un sexo por
considerarlo inferior al otro. Aunque según la RAE los dos sexos pueden verse discriminados, el
sexismo afecta mayoritariamente a las mujeres (debido a la influencia que el patriarcado todavía
tiene en nuestra sociedad). Veamos otras definiciones.

SEXISMO

Conjunto de todos y cada uno de los métodos empleados en el seno del patriarcado
para poder mantener la situación de inferioridad, subordinación y explotación del sexo
dominado: el femenino. El sexismo abarca todos los ámbitos de la vida y las relaciones
humanas, de modo que es imposible hacer una relación, no exhaustiva, sino ni tan
siquiera aproximada de sus formas de expresión y puntos de incidencia.
35
Victoria Sau [2000: 257]

Recomendación CM/Rec (2019) del Comité de Ministros a los Estados miembros para prevenir y combatir el
sexismo (Adoptada por el Comité de Ministros el 27 de marzo de 2019 en la reunión nº 1342 de los delegados de los
36
ministros)

A los efectos de esta Recomendación, se entiende por sexismo: Cualquier acto, gesto, representación
visual, manifestación oral o escrita, práctica o comportamiento, basado en la idea de que una persona o
grupo de personas es inferior por razón de su sexo, que tenga lugar en el ámbito público o privado, en línea
23
o fuera de ella, cuyo propósito o efecto sea:
i. Vulnerar la dignidad intrínseca o los derechos de una persona o grupo de personas; o ii. Provocar daño o
sufrimiento físico, sexual, psicológico o socioeconómico a una persona o grupo de personas; o
iii. crear un entorno intimidatorio, hostil, degradante, humillante u ofensivo; o
iv. constituir un obstáculo a la autonomía y la plena realización de los derechos humanos de una persona o
grupo de personas; o
v. preservar y reforzar los estereotipos de género. 37

De este campo de incidencia no escapa el lenguaje.

Cuando se usa el lenguaje, tal como afirma García Meseguer [2001] puede incurrirse en dos tipos
principales de sexismo:

35
Diccionario ideológico feminista (2002). Icaria.
36
https://rm.coe.int/def-26-09-19-recomendacion-consejo-de-europa-sexismo/1680981feb
37
(incluida en la cita) "Los estereotipos de género son modelos o ideas sociales y culturales preconcebidos que
atribuyen a las mujeres y a los hombres una serie concreta de características limitada en función de su sexo. Dichos
estereotipos suponen un serio obstáculo para alcanzar la igualdad de género real y alimentan esta forma de
discriminación. También pueden limitar el desarrollo del talento y de las habilidades naturales de las niñas y los niños,
de mujeres y hombres, sus preferencias y experiencias educativas y profesionales, así como las oportunidades que les
ofrezca la vida en general." (Estrategia de Igualdad de Género 2018-2023 del Consejo de Europa, Objetivo estratégico
1)

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 Sexismo lingüístico: cuando se emite un mensaje que, debido a su forma (es decir, a las
palabras o estructuras escogidas o al modo de enhebrarlas) y no a su fondo, resulta
discriminatorio por razón de sexo.
 Sexismo social: cuando la discriminación se debe al fondo del mensaje, a lo que se dice, y no
a su forma.

El mismo autor lo ilustra con los siguientes ejemplos: Quien diga que «Las mujeres son menos
inteligentes que los hombres» incurrirá en sexismo social pero no en sexismo lingüístico
(gramaticalmente la oración es correcta); en cambio, la frase «Los varones y las hembras son
inteligentes por igual», no incurre en sexismo social pero sí en sexismo lingüístico, por emplear la
voz ‘hembras’ en vez de ‘mujeres’ (el término hembras no es equivalente a varón, lo sería a macho).
La frase «A la manifestación acudieron muchos funcionarios y también muchas mujeres» describe
una situación no sexista con una frase sexista (no se expresa correctamente la realidad); en cambio,
la frase «El consejo estaba compuesto por once varones y tres mujeres» describe una situación
sexista con una frase no sexista (el sexismo está en la realidad pero no en la manera de expresarla).
En el primer caso es la forma, las palabras elegidas o el modo de encadenarlas, lo que hace que el
mensaje sea discriminatorio; en el segundo caso, es el fondo del mensaje lo que discrimina, no la
forma en que se emite.

En el marco del presente curso, relacionado con el lenguaje, se va a focalizar principalmente en el


sexismo lingüístico:

El sexismo lingüístico sería el diferente tratamiento que por medio del lenguaje concedemos a las personas según
su único factor: su condición sexual.
Álvaro García Meseguer (2001)
24
El uso discriminatorio del lenguaje o el tratamiento desigual que damos a las personas según su
sexo en los procesos lingüísticos (sexismo lingüístico), no está en la lengua misma, sino en el uso
que hacemos de ella. Algunos de estos usos no han evolucionado paralelamente con los cambios
sociales y proyectan lingüísticamente valores de una cultura que todavía muestra remanentes de
normas patriarcales y androcéntricas que discriminan y tratan de manera desigual a las mujeres
(sexismo social). Son usos generalizados y admitidos lingüísticamente que ocultan y desvaloran lo
femenino.

El sexismo es una actitud que se caracteriza por el menosprecio y la desvalorización, por exceso o defecto, de todo
lo que son o hacen las mujeres. El androcentrismo, en contraste con el sexismo, no es tanto una actitud como un
punto de vista. Consiste fundamentalmente en una determinada y parcial visión del mundo.

38
Eulàlia Lledó Cunill

El sexismo lingüístico se produce cuando se presenta a las mujeres en el discurso, pero no de una
manera neutra, sino sesgada, parcial, discriminatoria o haciendo alusiones a tópicos, cualidades y
situaciones que responden a la influencia de los estereotipos de género (características
“tradicionalmente” femeninas, mujeres como madres o esposas, tratamientos, etc.). Esto sucede,
por ejemplo, en:

38
Nombrar a las mujeres, describir la plenitud del discurso. Claves para tratarse bien en la lengua, claves también para
caer en la cuenta cuando esto no ocurre y entender por qué y cómo. Emakunde. Fondo Social Europeo.

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Si fuera chica se pondría (o la pondrían) de largo si fuera ciudadano iría a votar (titular, refiriéndose
al aniversario de la Constitución).
En el accidente fallecieron 15 personas, 5 mujeres y 6 inmigrantes
Colau debería estar sirviendo en un puesto de pescado 39
El uniforme de la Merkel andaluza.
La señorita nos ha puesto deberes.
Rosana Marcos y el señor Pérez firmaron el acuerdo la semana pasada.
La primera ministra dio en todo momento muestras de inteligencia y simpatía.

El sexismo lingüístico causa asimetría,


desequilibrio y genera violencias hacia las
mujeres mediante tratamientos
discriminatorios, transmisión de estereotipos,
etc. que también tienen lugar en el lenguaje.

El castellano no es sexista 40, sí lo es el uso que


hacemos de él, un uso dirigido por las manos
invisibles de una cultura patriarcal heredada y
todavía, aunque no lo parezca, muy arraigada
en nuestro día a día. La responsabilidad de
que exista este sexismo se encuadra en las
relaciones que se establecen entre el hablante y el oyente, cuando se proyectan en el lenguaje los
estereotipos sexistas, las desigualdades y las discriminaciones de género. El lenguaje es un reflejo
de la intención y el pensamiento de la persona que escribe o habla. 25
En el libro de Morant, Peñarroya y Tornal, Mujeres y lenguaje (1997), se plantea si hay una mirada
femenina y otra masculina, por ejemplo, cuando un hombre dice “He arreglado un armario”
pensamos en una tarea de bricolaje, en cambio si una mujer dice “He arreglado un armario”
pensamos que ha ordenado la ropa. Si decimos de un hombre que “tiene buenas piernas, estamos
pensando muy posiblemente en piernas para correr o para el fútbol y si decimos que una mujer
“tiene buenas piernas” pensamos que tiene unas piernas bonitas. 41

De la misma manera, el dibujo también puede ser de utilidad para reflejar las correlaciones
existentes entre el género gramatical y la representación de la realidad. Así, por ejemplo, se pueden
estudiar los dibujos obtenidos en distintos grupos tras utilizar frases en lenguaje sexista y lenguaje
inclusivo para describir una misma situación comunicativa, tales como: Los médicos llevan un nuevo
uniforme, los médicos y las médicas llevan un nuevo uniforme, el personal médico lleva un nuevo
uniforme… Seguro que los resultados no serán los mismos en las distintas opciones.

En ocasiones resulta muy complicado darse cuenta de dónde residen los usos sexistas de la lengua.
La costumbre, la tradición, la educación recibida, los numerosos mensajes que se transmiten a
nuestro alrededor y la cantidad infinita de información que consumimos hacen que no sea fácil
analizar todo lo que se dice o escucha, hay usos evidentes que están muy naturalizados y que no se
detectan y otros muy sutiles que pasan desapercibidos.

39
https://www.eldiario.es/rastreador/RAE-Felix-Azua-Ada-Colau_6_500859921.html
40
En otras lenguas no sucede así, por ejemplo en el inglés. Véase ¿Es sexista la lengua española? Panace@ Vol.2, N.º3.
Marzo, 2001
41
Citado en Inmaclada Navarro.

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El sexismo lingüístico puede detectarse aplicando la regla de inversión, que consiste en sustituir la
palabra dudosa por su correspondiente de género opuesto y analizar si la situación descrita es
equitativa para ambos sexos o si perjudica, ridiculiza, infravalora… a uno de ellos. Si la frase resulta
inadecuada, es que el enunciado primero era sexista.

Los trabajadores de este ayuntamiento tendrán gratuidad en el servicio de guardería


municipal.

Inversión

Las trabajadoras de este ayuntamiento tendrán gratuidad en el servicio de guardería


municipal.

Vaya por delante, como ya se ha dicho más arriba, que la lengua es totalmente inocente de cualquier sesgo
ideológico se mire como se mire, es decir, tanto en general como en todo lo que se mostrará y analizará en este
capítulo. A continuación, se verá que la lengua se limita en todo momento a poner de manifiesto lo que piensan,
sienten, desean, etc. una serie de personas a partir de lo que articulan en sus textos. Es decir, la lengua se pone al
servicio de sus ideologías, de sus alcances o de sus limitaciones; de sus intenciones, ya sean conscientes o
conscientes. Esto quiere decir que la lengua abre todas las posibilidades del mundo a quien la usa, para que pueda
transmitir fielmente lo que piensa: al escoger una palabra u otra dirá una cosa u otra, matizará y precisará; y, aparte
de explicar el caso, es más que posible que también dé su opinión sobre dicho caso.
Eulalia Lledo Cunill (2013)
26
El sexismo lingüístico no radica en la lengua española como sistema, sino que se halla en algunos de los usos
consolidados y aceptados como correctos por la comunidad hablante. Pero los usos cambian, y lo que antaño se
consideraba en las gramáticas y diccionarios como error o desviación se convierte en norma. Esto nos lleva
evidentemente a la concepción de la lengua como realidad en continuo cambio, en continua ebullición. Es más, no
hay que olvidar que la lengua evoluciona en cada época para responder a las necesidades de la comunidad que la
utiliza, de ahí que en una sociedad como la nuestra, en la que se demanda una mayor igualdad entre los sexos, la
lengua, como producto social, no solo ha de reflejar esa igualdad, sino contribuir a ella.
Manual de LenguajeAdministrativo No Sexista. Ayto. Málaga (2002)

El lenguaje es cultural, todo lo cultural es añadido y, por tanto, susceptible de ser modificado.
Cambiando los usos de la lengua se puede modificar la concepción de la realidad. Mientras
intentamos cambiar el lenguaje de manera consciente ya estamos también replanteando y
cambiando nuestra concepción del mundo. Se verá cómo hacerlo en los temas siguientes.

Para ampliar
El mundo en femenino. María S. Martín Barranco (2012). Pikara online magazine.

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3.3. El sexismo y sus consecuencias: de la sociedad al lenguaje

¿Es posible ser padres sin tener hijos? Pregunta Teresa Meana… Las respuestas a una pregunta
aparentemente tan simple de responder llevan a pensar antes situaciones enrevesadas
relacionadas con la diversidad familiar y sexual antes que en tener hijas. Algo similar sucede con el
acertijo siguiente:

Vídeo.
El acertijo que puede mostrarte algo de ti
mismo que quizás no sabías | BBC Mundo

Victoria Sau (2001) ya destacó hace algún tiempo en su Diccionario ideológico feminista que el
sexismo abarca todos los ámbitos de la vida y de las relaciones humanas, señalando el lenguaje
como uno de los mejores ejemplos para estudiarlo.
El sexismo social, y sus todavía remanentes de una sociedad androcéntrica y patriarcal, afectan de
manera muy particular y significativa al lenguaje utilizado en los distintos actos comunicativos y
27
genera algunos problemas en lo que al tratamiento y la representación de las relaciones entre
mujeres y hombres se refiere.
Al proyectar este plano social sobre el lingüístico nos encontramos con distintas situaciones que
realizan un tratamiento discriminatorio de las mujeres en el discurso, bien sea por los términos
utilizados (o no utilizados) o por la manera de construir la frase.

Los efectos que producen en la lengua el sexismo y el androcentrismo se podrían agrupar en dos fenómenos. Por un
lado el silencio sobre la existencia de las mujeres, la invisibilidad, el ocultamiento, la exclusión. Por otro la expresión del
desprecio, del odio, de la consideración de las mujeres como subalternas, como sujetos de segunda categoría, como
subordinadas o dependientes de los varones.

Teresa Meana Suárez

Algunas de las principales consecuencias que estos usos pueden tener son las que figuran a
continuación:
 Invisibilidad: visión masculina del mundo y ocultación de las mujeres. Las mujeres no están. si
Se oculta, se silencia a las mujeres o se obstaculiza su identificación, proyectando en el
lenguaje una visión androcéntrica del mundo, a través del uso sistemático del masculino
como genérico, de vocablos androcéntricos o de la predominancia del masculino como el
modelo universal (ausencia de formas femeninas). Por ejemplo sucede en expresiones como
las edades del hombre, los derechos del hombre y el ciudadano, el hombre es bueno por
naturaleza

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 Desequilibrio: omisión o menor presencia de formas femeninas y/o masculinas (en ámbitos
como los oficios, titulaciones, cargos...). Las mujeres aparecen menos. Perpetúa la
segregación horizontal y vertical. Hay una ausencia habitual de formas femeninas
(presidenta, juez, árbitra) o de las masculinas (ama de casa 42, azafata, prostituta,
limpiadora, modista), por ejemplo, en el ámbito profesional.
 Asimetría: se produce por el uso normalizado y sistematizado de fórmulas que evidencian el
distinto tratamiento basado, únicamente, en el factor del sexo de las personas y la
consideración de lo masculino como hegemónico y superior. Las mujeres no son nombradas
en la misma calidad que los hombres. Estos usos de tratamiento asimétricos aparecen a
través de la marca del estado civil, nombre de pila y diminutivos frente al uso del apellido,
aposiciones redundantes, orden de presentación, etc.
 Violencia simbólica: Imposición a las mujeres de una imagen estereotipada, descalificadora,
peyorativa, ofensiva o denigrante. Las mujeres y, a veces los hombres, aparecen en el
lenguaje de una manera no respetuosa y igualitaria. Por ejemplo, con menciones
estereotípicas que proyectan en el lenguaje una identificación con roles y papeles
tradicionalmente asignados a mujeres y a hombres, o se identifica lo masculino con lo
bueno/positivo y lo femenino con lo malo/negativo, refranes, etc.

Vídeo.
#WhipIt Campaign | Pantene

28

4. Sexismo, gramáticas y diccionarios


Las lenguas, ya sé que decirlo es una obviedad, son sencillamente sistemas de comunicación, sistemas
que permiten afinar muchísimo a la hora de compartir información, sentimientos, conocimientos... Con
la lengua podemos decir mentiras, y no por eso decimos que la lengua es mentirosa; podemos reprimir
a una persona, y no por eso atribuimos a la lengua la represión; podemos animar, y no por eso decimos
que es especialmente alentadora. Lo que la lengua hace es radiografiar con extrema precisión lo que se
piensa; se lo deberíamos agradecer: es un sistema de conocimiento extraordinario; es muy práctica, ya
que sólo escuchando a una persona sabemos de qué pie calza, si interesa o no, si se comparten sus
ideas o no; da datos valiosísimos. [ ... ]
Eulalia Lledó Cunill (2013)

Desde el mismo momento en que empezamos a usar un lenguaje verbal y a comunicarnos


empezamos a interiorizar una gramática y un diccionario que actuarán a modo de guía en nuestro
proceso comunicativo, marcando las incorrecciones, las preferencias y las pautas para alcanzar la
intuición y la fluidez lingüística.

La existencia del sexismo lingüístico comenzó a difundirse en España a principios de la década de


los ochenta. A mediados de esa década empieza a ser abordado desde el movimiento feminista con

42
El término “amo de casa” aparece por primera vez en la 23ª edición del RAE (2014), al igual que otros como
“matrón”.

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propuestas y recomendaciones que han ido generalizándose hasta el momento actual, en el que se
ha hecho evidente un conflicto entre quienes defienden esos intentos por eliminar el sexismo en el
lenguaje y quiénes no ven necesario.

No hay que olvidar que el lenguaje está al servicio de la comunidad hablante y será la misma quien
determine, mediante sus usos y costumbres, los cambios sociales y, por ende, los cambios
lingüísticos, añadiendo o incluso modificando lo que ya existía.
Aunque el diccionario es el instrumento al que recurrimos en primer lugar cuando se nos plantea cualquier duda
relacionada con cuestiones ortográficas, gramaticales, de significado, etc. y lo consideramos como un objeto de
máxima fiabilidad, no debemos olvidar que todos los diccionarios están hechos por personas, que la lexicografía es
una rama de la lingüística y por lo tanto no es ajena a la mirada androcéntrica que informa al resto de la sociedad en
la que se produce un diccionario.

El lenguaje sexista se manifiesta tanto en lo que se dice (designando a las mujeres de modo distorsionado,
peyorativo, despectivo, dependiente...) como en lo que no se dice, encubriendo la presencia de las mujeres en el
mundo, interiorizando de este modo sus ausencias de todos los ámbitos públicos y sociales.

Esta diferencia no es ni inocente ni inconsciente, sino que es uno más de los reflejos que la sociedad patriarcal ha
operado. El lenguaje ha potenciado, construido, sostenido y reflejado las diferencias sociales que se dan entre
varones y mujeres en detrimento de estas últimas.

Gloria Rodríguez Hevia -Instituto Asturiano de la Mujer

4.1. La Real Academia Española y el Diccionario de la Real Academia 29


Española
Aunque existen distintos diccionarios y gramáticas, las obras de referencia en la Lengua Española
suelen ser el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) y la Gramática de la Real Academia
Española. Aunque desde la RAE se formulan reglas y pautas de uso, no hay que olvidar que es
siempre la comunidad hablante de la lengua la que normaliza y enriquece ese uso.

Tal como Yolanda Carrillo Castaño, señala en la reseña de Cuadernos


de Pedagogía 43, la educación lingüística debe fomentar un uso de las
palabras al servicio de la comunicación entre las personas, así como “la
convivencia armoniosa entre las personas y los pueblos”.
El uso de la lengua puede estar cargado de buena intención, no se juzga su moralidad
sino su grado de adecuación a los valores sociales actuales, en los que el derecho a la
igualdad se ha convertido en un axioma imperturbable
44
Mª Ángeles Antón Sierra

43
Marzo 2015, 454, Cuadernos de pedagogía.
44
No da igual. Uso no sexista del lenguaje. Otro lenguaje para una sociedad de iguales. Consorcio Palencia Social.

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Recurrir a la presencia o no de expresiones o términos en los diccionarios académicos o las normas


gramaticales aprendidas en la escuela suele ser el indicativo para la corrección lingüística. No
obstante los diccionarios y las gramáticas no reflejan solo la lengua sino también el poder de quien
las hace.

Todo ello en un diccionario ordenado alfabéticamente donde maestro aparece antes y precede a
maestra.

Vídeo. La RAE y el lenguaje no sexista (2012). Filóloga de la Facultad de Filosofía y


Letras de la Universidad de Alcalá de Henares de la que ha sido durante 8 años decana.

30
Hay muchísimas palabras que no están aceptadas porque una de sus normas es que no podemos cuestionar
las normas, o que no podamos preguntarnos para qué existen. Hay un lingüista que en 1921 decía “si nos
queremos dar cuenta de la diferencia entre masculino y femenino, no podremos hacerlo más que
remontándonos a la situación social respectiva de mujeres y hombres en la época en la que se forjaron estas
normas”. Cuando lo cuento nadie me lo cree, pero la última edición revisada del diccionario de la RAE que
tiene palabras como piercing, en la definición de huérfano/a dice “a quien se le ha muerto el padre y la
madre, o solo uno de los dos, preferiblemente el padre”. El diccionario no refleja la lengua, refleja el poder de
quien hace diccionarios.
45
Teresa Meana Suárez [2010]

Uno de los fenómenos más graves (por su extensión) de discriminación y subordinación lingüística radica en
un aspecto gramatical que articula tanto el castellano como otras muchas lenguas y que consiste en el uso
del género masculino como neutro, como genérico. Es decir, utilizándolo como si abarcara masculino y
femenino. Esta regla, que como el resto de reglas gramaticales, no es de orden natural, eterno e inmutable,
sino un claro reflejo de la visión androcéntrica del mundo y de la lengua, habitualmente se transmite en
cualquier tipo de textos o documentos, normalizando uno de los ejes vertebradores del androcentrismo más
claros, constantes y habituales en la lengua: el que refuerza la presencia del género/sexo masculino y causa
la desaparición del género/sexo femenino.

Eulalia Lledó Cunill

45
Toda lengua es política. Página 12

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Vídeo. Anuncio aniversario


de la RAE (2013).Academia de la
Publicidad

Para ampliar
En el año 2018 desde la Vicepresidencia del Gobierno se solicitó a la RAE la
aprobación de un informe que tenía la finalidad de introducir cambios en la
Constitución en aras a mejorar el lenguaje inclusivo. En 2020 la RAE remitió al organismo solicitante
el "Informe de la Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas" en el
que defiende como correcta la redacción actual de la Constitución. Aunque se reflexionará sobre
este tema en el foro del curso con más profundidad, se puede ampliar información en los siguientes
enlaces:

Resumen de la intervención del director de la RAE en la rueda de prensa celebrada el día 20 de enero de
31
2020 para presentar el «Informe sobre el lenguaje inclusivo en la Constitución»

Las razones de la RAE contra un lenguaje inclusivo en la Constitución

4.1.1. Las mujeres en la RAE


Si hablamos de igualdad efectiva de mujeres y hombres en la RAE uno de los hechos más llamativos
es el número de mujeres que incluye en sus sillones. Actualmente, únicamente 8 mujeres forman
parte de ella, lo que representa el 17,3%. Precisamente, se eligió al dramaturgo Juan Mayorga
como nuevo académico para ocupar la Silla M, puesto al que aspiraba junto con la filóloga Dolores
Corbella. Me pregunto yo ¿no hubiera sido éste un buen momento para favorecer una presencia
más equilibrada en la composición de este órgano con tanta infrarrepresentación de mujeres?
En su historia figuran 32 directores frente a ninguna directora. Desde la creación de la RAE, en
1713, sólo 11 mujeres frente a 478 hombres han ocupado uno de sus 46 asientos, lo que representa
el 2,3%. En su Junta de Gobierno sólo hay una mujer entre sus 9 integrantes, que ejerce como vocal
adjunta, y en el Patronato de la Fundación pro-RAE sólo 6 de sus 29 integrantes son mujeres. Y el
Consejo rector está compuesto por 4 hombres y 1 mujer, que ostenta el cargo de secretaria.

Hasta 1979 fue una institución exclusivamente conformada por hombres. La primera fue Carmen
Conde Abellán, ni Emilia Pardo Bazán, María Moliner, Rosa Chacel, María Zambrano, Carmen
Laforet o Carmen Martín Gaite se consideraron cualificadas para formar parte de ella.

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Después la siguieron las fallecidas Elena Quiroga de Abarca (1894) y Ana María Matute (1998).
Posteriormente se convirtieron en académicas Carmen Iglesias (2002), Margarita Salas Falgueras
(2003), Soledad Puértolas Villanueva (2010), Inés Fernández-Ordónez (2011), Carme Riera Guilera
(2013), Aurora Egido Martínez (2013), Clara Janés (2015) y Paz Battaner (2017).

Para ampliar 32
¿Cuántas mujeres hay en la RAE? Las 11 académicas de la Academia entre los casi
500 miembros desde su fundación. Europa Press 8/2/2020

Tal vez podamos empezar a buscar por aquí algunos de los porqués del sexismo del español y de las
resistencias ante el lenguaje inclusivo de la RAE.

Durante mucho tiempo la RAE ha ignorado el campo de los estudios feministas y de género. Sin ir
más lejos, la acepción de género como categoría de análisis no se introdujo formalmente en el
diccionario hasta el 2014 y la definición de feminismo que figuró hasta esa fecha fue: “Doctrina
social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los
hombres”. 46

Fueron necesarios muchos años de reivindicaciones del movimiento feminista para que se fueran
tenidas en cuenta algunas de sus muchas demandas para eliminar términos, acepciones y
tratamientos sexistas en la edición revisada en 2014 (23ª edición) 47.

Nada que ver, por ejemplo, con la facilidad con la que se ha eliminado, por presión social y tras una
campaña mediática iniciada en un centro de educación secundaria la acepción sexista de fácil:

46
DRAE (22 edición), vigente desde 2001 hasta 2014: http://lema.rae.es/drae2001/
47
Para ampliar: Eulàlia Lledó Cunill (coord.), Mª Ángeles Calero y Esther Forgas. De mujeres y diccionarios. Evolución de
lo femenino en la 22ª edición del DRAE (465 pàgs.) Instituto de la Mujer. Madrid, 2004.

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"Dicho especialmente de una mujer: que se presta sin problemas a mantener relaciones sexuales"48
o con la naturalidad con la que se cambiaron normas ortográficas como la eliminación de la tilde de
la palabra guion 49.
50
ONU Mujeres señala que si bien el uso del masculino como forma generalizadora para referirse a
mujeres y hombres ha sido la norma prescrita por la tradición académica y las instituciones que
reglamentan la gramática del idioma castellano como elemento fundamental de la comunicación,
las transformaciones sociopolíticas y culturales de los últimos años reclaman el uso del femenino
sobre una base de igualdad con el masculino, como un reflejo mismo de la lucha por alcanzar la
igualdad de género en todos los aspectos de la sociedad. Por otra parte, dado que el idioma
castellano reconoce al género femenino en su vocabulario, no debería haber motivo, entonces,
para omitirlo.

La trampa está en el hecho de hacer creer que los usos de un lenguaje excluyente responden a
cuestiones estrictamente lingüísticas y gramaticales, despreciando continuamente otras razones
que determinan el comportamiento de las personas en la sociedad y que, literalmente son las que
transforman el mundo: las razones ideológicas 51.

La lengua está viva y es de quien la habla, las transformaciones van de abajo para arriba, primero
las personas hablan, después las instituciones regulan y sistematizan, no al revés 52.

Relación de María Moliner con la Real Academia Española 33


[Wikipedia 2021]
El 7 de noviembre de 1972, el escritor Daniel Sueiro entrevistaba en el Heraldo de Aragón a María Moliner.
El titular era un interrogante: «¿Será María Moliner la primera mujer que entre en la Academia?». La habían
propuesto Dámaso Alonso, Rafael Lapesa y Pedro Laín Entralgo. Pero el elegido, a la postre, sería Emilio
Alarcos Llorach. Entre los posibles motivos para no aceptarla se han apuntado el hecho de no ser filóloga de
formación, su condición de mujer o, incluso, que su diccionario incluyera voces malsonantes.f Ella comentó
así el tema:
Sí, mi biografía es muy escueta en cuanto a que mi único mérito es mi diccionario. Es decir, yo no tengo
ninguna obra que se pueda añadir a esa para hacer una larga lista que contribuya a acreditar mi entrada en la
Academia (...) Mi obra es limpiamente el diccionario. Más adelante agregaba: Desde luego es una cosa indicada
que un filósofo -por Emilio Alarcos- entre en la Academia y yo ya me echo fuera, pero si ese diccionario lo
hubiera escrito un hombre, diría: «¡Pero y ese hombre, cómo no está en la Academia!25

Las propuestas no prosperaron y fue otra mujer, Carmen Conde, la que ocupó el sillón.26 El proceso llegaría
a ser glosado en una de sus necrológicas titulada «Una académica sin sillón».26
Violeta Demonte, profesora de Lengua Española en la Universidad Autónoma de Madrid comentó acerca del
diccionario de Moliner: «El intento es importante y novedoso. No obstante, como la fundamentación teórica
los criterios de su análisis no son siempre claros y sus supuestos fundamentales tienen origen intuitivo, la
utilidad de su obra es desigual».26

48
http://www.publico.es/culturas/facil-rae-rae-rectifica-elimina-acepcion-machista-mujer-facil.html
49
http://www.rae.es/sites/default/files/Principales_novedades_de_la_Ortografia_de_la_lengua_espanola.pdf
50
Guía para el uso de un lenguaje inclusivo al género. Promover la igualdad de género a través del idioma. ONU Mujeres
51
Inmaculada Navarro
52
http://antesdeeva.com/lenguaje-incluyente-sirvienta-presindenta/

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Su más reciente biógrafa, I. de la Fuente, resume así las causas:


Porque era una intrusa, en cierto modo. Porque estudió historia en la universidad de Zaragoza, pero había
encarrilado su vida por el mundo de los archivos y bibliotecas y no estaba considerada filóloga. En aquel
momento sí que influyó el que fuera mujer. Una mujer que se pone a hacer un diccionario, pero no el
diccionario que inicialmente quería hacer, sino un diccionario que además cuestionaba el de la RAE. Creo que
fue admirada, pero no valorada.27

En junio de 1973 la Real Academia Española le otorgó, por unanimidad, el premio Lorenzo Nieto López «por
sus trabajos en pro de la lengua».28 María Moliner rechazó el galardón.
En 1981, L. Permanyer escribió una crítica sobre la actitud de la mayoría de los académicos,g y en 2021, por
el 40.° aniversario del fallecimiento de Moliner, el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, afirmó:
«Me apeno de que no fuera académica cuando bien lo merecía por el trabajo que hizo, y me alegra celebrar y
reconocer los enormes méritos de su obra» y además agregó «No es la RAE la culpable de un machismo
recalcitrante que existía desde hace mucho y que se podía haber paliado cuando apareció María Moliner.»29

Con todo lo que se ha estado exponiendo en este primer tema, antes de pasar a identificar usos sexistas y
buscar alternativas en los temas posteriores, se propone una pregunta abierta para la reflexión: si la lengua
está al servicio de la comunidad hablante… ¿debería entonces facilitar la incorporación de nuevos vocablos y
estructuras o la modificación de las ya existentes si con ello se consigue un lenguaje más acorde a los
cambios sociales y culturales? ¿Estaría este hecho justificado?

34

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35

FUENTE: Porque las palabras no se las lleva el viento... Ayuntamiento de Quart de Poblet (2002)

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Bibliografía y fuentes de consulta:


Antón Sierra, M. Ángeles: No da igual. Uso no sexista del lenguaje. Otro lenguaje para una sociedad de
iguales. Consorcio Palencia Social.

Ayala Castro, María Concepción et al. (2002): Manual de Lenguaje Administrativo No Sexista. Ayto. Málaga y
Asociación de Estudios Históricos sobre la Mujer de la Universidad de Málaga.

Sandra L. & Daril L. Bem (1973): Does Sex‐biased Job Advertising “Aid and Abet” Sex Discrimination?. Journal
of applied social psychology.

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