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Objetivo
Propiciar una reflexión acerca del lenguaje que utilizamos y su
relación con el sistema sexo-género, para así situarnos en una
posición correcta para comenzar a construir una opinión
crítica y fundamentada sobre los llamados “usos sexistas del
lenguaje” y las alternativas inclusivas que se proponen para
evitarlos.
Sumario
1. ¿Qué tiene que ver el lenguaje con la igualdad, las mujeres y los hombres?
1.1. El lenguaje como constructo social
1.2. El lenguaje inclusivo
1.3. El sistema de género y sus consecuencias en las relaciones entre mujeres y hombres
1.4. Cambios sociales y cambios lingüísticos
2. El género gramatical
2.1. Género gramatical versus sexo natural
2.2. La formación del género según la gramática de la Real Academia Española (RAE)
2.3. El masculino como género no marcado
2.4. La concordancia y el género gramatical
2.5. Formación e introducción de nuevas palabras para nombrar a las mujeres
3. Sexismo y Androcentrismo lingüístico
3.1. Androcentrismo lingüístico
3.2. Sexismo social y sexismo lingüístico
3.3. El sexismo y sus consecuencias: de la sociedad al lenguaje
4. Sexismo, gramáticas y diccionarios
4.1. La Real Academia Española (RAE) y el Diccionario de la RAE (DRAE)
4.1.1. Las mujeres en la RAE
Las características de esa realidad social (valores, ideologías, modas, creencias, normas, etc.), por
consiguiente, impregnan también el lenguaje y sus usos, y las aprendemos en ese marco cultural
concreto.
El lenguaje, con su capacidad de denominar e interpretar aquello que nos rodea, se convierte, por
tanto, en un elemento clave y muy potente en los procesos de socialización y determina la
construcción de la identidad personal, la mentalidad colectiva, la conducta social y la concepción de
la realidad.
1
La educación lingüística, entre el deseo y la realidad. Competencias comunicativas y enseñanza del lenguaje. Octaedro.
2014.
2
Entendido, a partir de ahora y en el contexto de este curso, como la capacidad que tiene el ser humano para
expresarse por medio de la palabra
La comunicación inclusiva 4 tiene como finalidad romper con aquellos esquemas culturales
estereotipados que nos quieren hacer creer que lo diferente es peor y, por tanto, tiene menos
valor, para dar un giro en la concepción de la comunicación entendiendo la riqueza de la diversidad
e incorporándola en todos los elementos de la comunicación. Para hacer un uso inclusivo y no
sexista de la comunicación y el lenguaje debemos atender a dos objetivos prioritarios:
Campaña del Comité Institucional de Seguimiento y Evaluación para Introducir la Perspectiva de Género en los Órganos de
Impartición de Justicia de la Ciudad de México [2018]
Por “lenguaje inclusivo en cuanto al género” se entiende la manera de expresarse oralmente y por
escrito sin discriminar a un sexo, género social o identidad de género en particular y sin perpetuar
estereotipos de género. Dado que el lenguaje es uno de los factores clave que determinan las
actitudes culturales y sociales, emplear un lenguaje inclusivo en cuanto al género es una forma
sumamente importante de promover la igualdad de género y combatir los prejuicios de género.
5
ONU
3
Lenguaje incluyente: ¿por qué “sirvienta” sí y “presidenta” no? (2016)
4
Gemma Escrig Gil (2013)
5
Lenguaje inclusivo en cuanto al género (ONU)
Procurar que las palabras que utilizamos tengan en cuenta la manera como las personas quieren o
prefieren ser nombradas, así como huir de determinadas palabras y expresiones que están
connotadas muy negativamente y evitar ciertas asociaciones, son pasos fundamentales para
recoger y reconocer la diversidad 6.
No obstante, a lo largo de este curso, “lenguaje inclusivo” se utilizará como equivalente a lenguaje
no sexista, lenguaje con sensibilidad de género, lenguaje con perspectiva de género o lenguaje
inclusivo al género y se centrará en el reflejo que las relaciones sociales entre mujeres y hombres
tienen en los procesos lingüísticos. 4
ONU mujeres señala que se debe prestar especial atención al uso de vocabulario que se refiere a la
identidad de género y la orientación sexual. Un lenguaje inclusivo no tiene que segregar,
discriminar o criminalizar y debe contribuir a eliminar prejuicios sociales sobre las personas LGTBI.
Para ello es preciso evitar el uso de términos denigrantes u ofensivos, que puedan generar burla o
atentar contra la dignidad de las personas LGTBI. 9
Especialmente hay que tener conciencia de la orientación sexual y de género. Al escribir sobre una
persona transgénero, hay que utilizar los sustantivos y pronombres consistentes con la identidad de
género del individuo, independientemente de su sexo al nacer, utilizando el pronombre preferido
por dicho individuo 10.
Aunque la conceptualización del género actualmente se entiende más allá de la dicotomía hombre-
mujer y el debate sobre el sujeto político del feminismo está en el punto de mira, esta acción
6
Llenguatge inclusiu (2016). Esplac.
7
Para ampliar: Recomendaciones para el tratamiento de la comunidad gitana en los medios de comunicación y Guia de
llenguatge inclusiu. Immigració ,racisme i xenofòbia
8
Hay numerosos recursos en internet para profundizar en el lenguaje especista, por ejemplo: Discriminación a través
del lenguaje: lenguaje especista como analogía del racista o sexista o Prohibido decir "hijo de perra": los animales
también se ofenden
9
Guía de buenas prácticas para el tratamiento de la diversidad sexual y de género en los medios de comunicación,
Federación de Servicios a la Ciudadanía CCOO (FSC-CCOO) y Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y
Bisexuales (FELGTB). Al final del documento se incluye un glosario de términos muy clarificador
10
Guía para el uso de un lenguaje inclusivo al género. Promover la igualdad de género a través del idioma. ONU Mujeres
Las relaciones entre mujeres y hombres, como constructo cultural, no escapan de esta transmisión,
se reflejan en el lenguaje, y el lenguaje, a su vez, contribuye, como veremos a lo largo de este curso, 6
a proyectarlas y a mantenerlas.
Una mirada al entorno más inmediato a modo de diagnóstico dejará entrever, con total seguridad,
algunas de estas desigualdades que cotidianamente se dan entre mujeres y hombres a causa de
este sistema de género y que nada tienen que ver con lo biológico.
Pues bien, algunas de estas situaciones de desequilibrio entre sexos también aparecen reflejadas,
de distintas maneras, en el lenguaje.
Cuando aprendemos una lengua ésta no sólo nos permite comunicarnos, sino que adquirimos un conjunto de
conocimientos, valores, prejuicios, estereotipos, actitudes, ideología... que nos sirven para organizar e interpretar
nuestra experiencia, para construirnos como personas. Es decir que constituye un producto social que acumula y
expresa la experiencia de una sociedad concreta actuando asimismo sobre la forma en que se percibe esa realidad.
Además, la lengua no sólo refleja, sino que a su vez transmite y al transmitir refuerza los estereotipos marcados
socialmente. En consecuencia, las relaciones asimétricas, jerárquicas que se dan entre los sexos en nuestra sociedad
se muestran en la lengua y la lengua contribuye a que estas relaciones se mantengan o transformen.
Así, es bien cierto que el sexismo y androcentrismo presentes en el uso que hacemos de la lengua sólo tendrán una
solución definitiva cuando cambien las estructuras sociales que producen y potencian esta utilización. Pero, sin
embargo, se puede incidir paralelamente en la realidad y en la lengua y establecer una influencia entre ambas.
Sobre todo, si partimos de que la lengua arrastra mucha inercia y va, la mayoría de las veces, a remolque de los
cambios que se producen en la sociedad.
11
Teresa Meana Suárez [2002]
Aunque los cambios políticos y sociales han favorecido una evolución de las mujeres como
ciudadanas y como sujetos plenos de derecho en nuestra sociedad, la conquista de estos derechos
no ha sido fácil y han sido necesarios muchos siglos para lograr equiparar “legalmente” los
derechos de los dos sexos (derecho al voto, mayoría de edad, autonomía legal…). La existencia de
una legislación firme y clara en materia de igualdad 12,como la que tenemos en la actualidad, no 7
garantiza la ausencia de desigualdades y discriminaciones entre mujeres y hombres en los distintos
ámbitos de la vida (igualdad de derecho versus igualdad de hecho).
La desigualdad jurídica entre los cónyuges era evidente, existiendo la llamada licencia marital –que no fue derogada
hasta la Ley 14/1975, de 2 de mayo– que obligaba a la mujer casada bajo régimen de gananciales –que era el que
regía el derecho común– a que su marido firmara antes que ella autorizándole, por ejemplo, a abrir una cuenta
corriente, solicitar un pasaporte, y firmar una escritura o cualquier contrato. Incluso con respecto a la disposición de
sus bienes propios, la mujer casada necesitaba la autorización marital. Además, el marido era el administrador único
de la sociedad de gananciales atribuyéndole el Código Civil la facultad de enajenar, a título oneroso, los bienes de la
sociedad de ganancial.
13
Mª Ángeles Moraga García [2006]
Olympe de Gouges en 1791 redactó la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana. Esta
declaración se inspiró en la decretada por la Asamblea Nacional Francesa en 1789 pero se
diferenciaba únicamente de aquella por el género gramatical en el que estaba escrita: en femenino.
Este atrevimiento lingüístico que tuvo por objeto incluir y visibilizar a las mujeres en el lenguaje le
costó la vida 14.
11
Porque las palabras no se las lleva en viento… Ayuntamiento de Quart de Poblet
12
Desde la Constitución Española, hasta Leyes Orgánicas de Violencia (1/2004 de 28 de diciembre), de Igualdad Efectiva
(3/2007 de 22 de marzo), leyes autonómicas en materia de igualdad, etc.
13
La igualdad entre mujeres y hombres en la Constitución Española de 1978. Feminismo/s, 8, diciembre 2006, pp. 53-69
14
Anàlisi crítica del discurs en l’esfera pública valenciana des d’una perspectiva de gènere. Inmaculada Navarro Tomás
(2015).
Para ampliar
La conquista de los derechos de
las mujeres. Consejería de Educación,
Juventud de Igualdad del Cabildo de Tenerife
Las palabras importan. Aunque creamos que estamos utilizando el lenguaje, es el lenguaje
quien nos utiliza. De forma invisible moldea nuestra forma de pensar sobre las demás
personas, sus acciones y el mundo en general.
Ana González y Carlos Lomas [2002]
En una lengua intervienen toda una serie de factores 15 que, pese a no ser lingüísticos, es necesario
tener en cuenta para poder estudiar y entender los procesos comunicativos en toda su 8
complejidad.
Se enriquece la lengua a medida que hay nuevos elementos (ideas, herramientas, formas de mirar el mundo,
conceptos, juguetes, comidas, etc.) que se introducen en nuestras vidas. Parece claro que si entra cualquier cosa
nueva, para que podamos hablar con pertinencia y facilidad nos llega la cosa y el nombre de la cosa (es muy pesado
y complicado hablar de un objeto que no tiene nombre).
Por motivos muy similares, hay aspectos de la vida que cambian y, por lo tanto, hay palabras en alguna época
plenamente vigentes que tienden a desaparecer del habla habitual.
Eulàlia Lledó Cunill [2011]
15
Eulàlia Lledó Cunill:Manual de Llengua per a visibilitzar la presencia femenina
La lengua está viva, la creamos y recreamos cada día. Todas las lenguas evolucionan y deben
hacerse eco también de estos cambios sociales y nombrarlos adecuadamente.
Una de las características más definitorias de la lengua es que es un cuerpo vivo, en evolución constante, siempre
en tránsito. Una lengua que no se modifica sólo está entre las lenguas muertas. Si la lengua no cambiara todas las
personas que hablamos castellano, catalán, francés, o cualquiera de las lenguas románicas, continuaríamos
hablando latín. Las lenguas vivas tienen un carácter evolutivo. El cambio está inscrito en la naturaleza misma de la
lengua. La lengua cambia. Cambia la propia realidad y también la valoración de la misma o las formas de
considerarla o nombrarla.
18
Teresa Meana Suárez [2002]
Por tanto, el lenguaje también tiene un papel relevante en los cambios que la sociedad está
demandando en relación con la promoción de la igualdad efectiva de mujeres y hombres, y puede
contribuir a ella, posibilitando y creando usos más justos, sensibles e igualitarios para la sociedad.
16
Asignación de roles, capacidades y valores diferentes a hombres y a mujeres, desvalorizando lo que hacen las
mujeres y relegándolas al ámbito doméstico- reproductivo sin valor económico-social frente al ámbito público-poder de
los hombres
17
Tomar al varón como centro, medida y modelo de toda la humanidad (sujeto de referencia)
18
Porque las palabras no se las lleva en viento… Ayuntamiento de Quart de Poblet
chip, teléfono móvil, blog, tuit, lápiz–usb-, memoria –usb-, página–web-, chat, etc.) o a usos
generalizados entre la comunidad hablante (gayumbos, espanglish, friki, gorrilla, papichulo, birra,
mileurismo) 19 hay que suponer que no deberían haber reticencias en realizar modificaciones
lingüísticas en pro de las nuevas conquistas y derechos sociales, como se hizo en su momento, por
ejemplo, con matrimonio, tras legalizarse el matrimonio entre personas del mismo sexo 20:
Como señala Eulalia Lledó Cunill (2011) no es extraño que cueste admitir nuevas palabras y
construcciones. En un principio, no suenan bien, no resultan familiares porque no se ha tenido
relación con ellas anteriormente y no las hemos hecho “nuestras”. No obstante, con el tiempo esta
relación cambia. Valga como ejemplo la palabra AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos
y Alumnas). Hoy en día resulta difícil escuchar APA en su lugar. Con esta modificación… ¿ha
cambiado la lengua?, ¿han cambiado estas asociaciones?, ¿las madres antes no participaban y
ahora sí? Nombrar es el primer paso para visibilizar, reconocer y hablar de una realidad. Para existir
plenamente hay que estar en la lengua. Actualmente ya se está dando un paso más allá en pro de la
diversidad familiar y se está introduciendo el término AFA (Asociación de Familias del Alumnado) 10
para denominar a esa misma realidad.
Es por ello por lo que se dice que el lenguaje no es sólo una herramienta de comunicación sino
también de poder. El mantenimiento de las desigualdades de género, en cualquier ámbito, dificulta
y retrasa el camino hacia la igualdad. Por pequeños que puedan parecer los cambios en las
conquistas sociales, siempre suman y son significativos. También en el lenguaje.
Acompasar los cambios sociales con los cambios lingüísticos, y lograr, gracias al carácter preformativo del lenguaje,
que éste se convierta en el cauce sobre el que sedimentar y legitimar la presencia de las mujeres en los espacios del
poder y de la autoridad.
Lenguaje Administrativo No Sexista. Instituto Andaluz de la Mujer [2006]
19
Términos aceptados e incorporados en el Diccionario de Lengua Española de la Real Academia Española
20
Definición actualizada en 2014 en la 23ª edición del Diccionario de la Real Academia Española
(DRAE):http://dle.rae.es/?w=diccionario Puede compararse con la edición anterior, vidente desde 2001 en
http://lema.rae.es/drae2001/
2. El género gramatical
Aunque pueda parecer que se viaje al pasado a una clase de lengua castellana, es importante
refrescar y reflexionar sobre algunos conceptos y aspectos relacionados con el género gramatical
que se dan por supuestos y que, con toda seguridad, ayudarán a entender mejor el resto de los
contenidos del curso.
Pese a la diferencia semántica entre ambos términos, en este caso, también resulta necesario y
clarificador contraponerlo con el sexo para así evitar confusiones.
11
En la lengua española la concordancia se establece por género y no por sexo, aunque gran parte de
la sociedad hispanohablante identifica género con sexo. Tomando el ejemplo de Álvaro García
Meseguer [2001] 21, la oración Todas eran varones no es incorrecta. No obstante, en ocasiones, es el
sexismo que impregna nuestro imaginario colectivo lo que no nos permite encontrar contextos en
los que sí encaje. Pensemos, por ejemplo, en la oración Aquella noche nacieron cinco criaturas en la
clínica. Todas eran varones.
Por tanto, una de las premisas a tener en cuenta para profundizar en el estudio del sexismo
lingüístico es dejar clara la diferencia entre género gramatical y sexo.
Aunque en español todos los sustantivos tienen género gramatical no todos aluden a machos o a
hembras, lo que nombran no siempre tiene un sexo. Por tanto, no hay que identificar el género
gramatical con el sexo natural. Vaso, puente o libro, son sustantivos masculinos y silla, tienda o
botella son sustantivos femeninos, pero ninguno de ellos hace referencia a una realidad sexuada
(macho/hembra). No obstante, muchas veces esta asociación con el sexo está tan interiorizada que
puede dar lugar a situaciones tan insólitas como la descrita a continuación:
21
¿Es sexista la lengua española? CSIC. Panace@ Vol.2, Nº 3.
El género gramatical es una convención, es algo arbitrario, un acuerdo entre hablantes: les
llamamos accidentes gramaticales, le llamamos LA mesa pero le podríamos haber llamado
EL mesa. Pero cuando el género gramatical se refiere a seres sexuados, forma en nuestra
mente, sobre el género masculino, seres de sexo masculino, y sobre el género femenino,
seres del sexo femenino. Un día pusimos a dos escuelas a hacer un ejercicio: que niños y
niñas de 5 años dibujaran la boda del tenedor y la cuchara. Una escuela era castellana y la
otra era catalanoparlante. Los primeros pusieron a la cuchara de novia y al tenedor de
novio, pero los catalanes tienen la cullera y la forqueta, ambas de género femenino,
entonces les dio igual, a veces la cullera era la novia o al revés. Entonces por eso me parece
tan importante nombrar.
22
Teresa Meana Suárez (2012) .
12
Guía de lenguaje inclusivo del CEIP-PIE. Colectivo de Estudiantes de Psicología
El género es una categoría gramatical inherente a la palabra que clasifica a los nombres en
masculinos y femeninos y que permite establecer la concordancia con el resto de los elementos de
la oración.
Como tal categoría no se asocia a ninguna realidad extralingüística. Todos los sustantivos en nuestra lengua poseen
género gramatical, tanto si se refieren a cosas como a personas; pero no siempre coincide con el sexo de la persona
a la que designan; así se puede comprobar si observamos los siguientes grupos de palabras cuya relación género-
sexo no es unívoca:
a) Existen palabras con género masculino que aluden tanto a los hombres como a las mujeres. Por ejemplo:
personaje, bebé, ser.
b) Otras son de género femenino y designan también a los dos sexos. Por ejemplo: persona, víctima, criatura.
c) Algunas tienen una forma única para referirse al femenino y al masculino, en cuyo caso, adquirirán el género de la
palabra que las determina (artículo o adjetivo). Por ejemplo: el testigo/la testigo, el colega/la colega, el artista/la
artista.
Por tanto, es un error identificar la categoría gramatical de género con la referencia extralingüística al sexo
biológico.
Manual de Lenguaje Administrativo No Sexista. Ayto. Málaga [2002]
Llegado este punto se va a profundizar en algunas puntualizaciones que también señala García
Meseguer (2001) 23 sobre las relaciones entre género gramatical y sexo:
22
Toda lengua es política. Página 12.
23
Se han dejado los ejemplos que figuran en el texto original ¿Es sexista la lengua española? aunque algunos sean
sexistas
Desde el punto de vista del género los nombres en español se pueden dividir en dos grandes grupos según la forma
de la palabra. De un lado, encontramos palabras de doble forma que son aquellas que, con una misma raíz, se
desdoblan en dos según terminen en ‘-o’ o en ‘-a’ (muchas, aunque no todas; pero lo relevante es que la raíz es
común), como por ejemplo ‘amigo- amiga’, ‘hermano-hermana’, ‘pintor-pintora’, etcétera. De otro lado,
encontramos palabras de forma única que son aquellas que no tienen pareja, son palabras morfológicamente
aisladas, como por ejemplo ‘mesa’ (no existe ‘meso’), montaña (no existe ‘montaño’), ‘lápiz’, ‘papel’, etc.
La mayor parte de las palabras de doble forma pertenecen al mundo animado y sólo una pequeña parte pertenece
al mundo inanimado (como ‘farol-farola’, ‘charco-charca’, ‘cesto-cesta’). Inversamente, la mayor parte de las
palabras de forma única pertenecen al mundo inanimado y sólo una pequeña parte (como ‘bebé’, ‘víctima’,
‘persona’) pertenece al mundo animado. Como aquí nos interesa tan sólo este último, dejaremos de lado el mundo
inanimado y pasaremos ahora a clasificar (siempre desde el punto de vista del género) las palabras del mundo
animado en dos grupos, el segundo de los cuales posee tres subgrupos. Tras clasificarlos, veremos qué valor
semántico tiene el género en cada grupo.
Las palabras del grupo 2.3 admiten ambos artículos, es decir, pueden funcionar con género masculino o con género
femenino.
Pues bien, las relaciones entre género y sexo en español son las siguientes:
En el grupo 1, la voz femenina designa siempre mujer y la voz masculina puede designar, según el contexto, varón o
13
persona (sexo no marcado), tanto en singular como en plural.
En el grupo 2.1, todas las palabras son de género masculino. Las que designan a un colectivo (‘ejército’, ‘comité’,
etc.) evidentemente no marcan sexo (el hecho de que el ejército de muchos países no admita a mujeres no cambia
lo dicho; cuando las admita, la palabra no cambiará, lo cual prueba que la palabra ‘ejército’ no marca sexo en sí
misma). En cuanto a las que designan a individuos, el sexo del referente de estas palabras puede ser cualquiera, ya
que se dan las tres posibilidades:
En el grupo 2.2 sucede algo muy parecido pero complementario. Aquí todas las palabras son de género femenino.
Las que designan a un colectivo (‘clase’, ‘comisión’, etc.) evidentemente no marcan sexo. En cuanto a las que
designan a individuos, el sexo del referente de estas palabras puede ser cualquiera, ya que se dan las tres
posibilidades:
En el grupo 2.3 pueden suceder dos cosas. Si estas palabras llevan artículo o cualquier otra palabra concordante que
les otorgue género, se comportan semánticamente como las del grupo1; así, por ejemplo, ‘el testigo - la testigo’ se
comporta igual que ‘el amigo - la amiga’. Pero si no llevan artículo ni otra palabra que les otorgue género,
mantienen su valor de género común y, por consiguiente, no marcan sexo.
También puntualizar que no siempre existe una relación entre el género y la desinencia de una
palabra. Es el caso de mujer (no presenta ninguna terminación propia del femenino y es una
palabra femenina), sistema (termina en a, desinencia que se añade normalmente para formar el
femenino, pero es una palabra masculina) o mano (que termina en o, como muchos masculinos,
pero es una palabra femenina).
El masculino no es la raíz para formar el femenino. Hoy en día todavía es posible encontrarse con
libros de texto o gramáticas tradicionales que definen la formación del género femenino a partir del
masculino.
Por ejemplo, la palabra costurera entró en la lengua antes que costurero, lo mismo sucede con
enfermera, cocinera, matrona, etc. de manera que no pudieron formarse a partir del masculino,
porque no existía.
15
Para simplificar, a modo de resumen:
En castellano los sustantivos tienen un género (= accidente gramatical), un rasgo inherente que los clasifica en
masculino y femenino: ayuntamiento (m) solicitud (f).
En los adjetivos y los determinantes el género no es un rasgo inherente, existe para poder realizar la concordancia
gramatical con el sustantivo: la funcionaria ascendida (f); los hombres desempleados (m).
El género gramatical puede coincidir con el sexo del ser animado al que hace referencia: perro (m) perra (f);
hombre (m) mujer (f).
Una misma forma puede ser masculina o femenina y utilizarse para referirse a seres animados de ambos sexos,
marcando así el género del sustantivo los adjetivos y determinantes que lo acompañan: el demandante extranjero (m),
la demandante extranjera (f).
Los sustantivos, siendo solo masculinos o femeninos, pueden designar indistintamente a personas o animales de
ambos sexos (sustantivos epicenos): mosca, hormiga, víctima, persona (f); cocodrilo, tiburón, personaje, ser humano
(m).
Hay sustantivos colectivos genéricos y abstractos que permiten nombrar a seres animados sin hacer referencia
explícita a su sexo, independientemente del género gramatical que tengan: alumnado, claustro, ejercito, equipo,
vecindario, personal, consejo, rebaño (m); gente, ciudadanía, población, infancia, dirección, gerencia, manada (f).
Si el referente es inanimado, el sustantivo lo normal es que sea solo masculino o solo femenino, aunque también
existen una serie de sustantivos “ambiguos en cuanto al género”: mostrador (m) mesa (f) mar (m /f).
Guía de tratamiento no sexista del lenguaje administrativo. Fundación Isonomia - UJI [2016]
El género gramatical de una palabra puede comprobarse en las entradas de esa palabra en un
diccionario, por ejemplo, el diccionario de la Real Academia Española (DRAE), fijándonos en las
abreviaturas de las distintas acepciones (m- masculino, f- femenino, amb- ambiguo, com-común):
16
En los sustantivos que designan seres animados, el masculino gramatical no solo se emplea para referirse a los
individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin
distinción de sexos: El hombre es el único animal racional; El gato es un buen animal de compañía.
Consecuentemente, los nombres apelativos masculinos, cuando se emplean en plural, pueden incluir en su
designación a seres de uno y otro sexo: Los hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales; En mi barrio
hay muchos gatos (de la referencia no quedan excluidas ni las mujeres prehistóricas ni las gatas). Así, con la
expresión los alumnos podemos referirnos a un colectivo formado exclusivamente por alumnos varones, pero
también a un colectivo mixto, formado por chicos y chicas.
A pesar de ello, en los últimos tiempos, por razones de corrección política, que no de corrección lingüística, se está
extendiendo la costumbre de hacer explícita en estos casos la alusión a ambos sexos: «Decidió luchar ella, y ayudar
a sus compañeros y compañeras» (Excélsior [Méx.] 5.9.96). Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de
referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención
discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva; así pues, en el ejemplo citado
pudo —y debió— decirse, simplemente, ayudar a sus compañeros. Solo cuando la oposición de sexos es un factor
relevante en el contexto, es necesaria la presencia explícita de ambos géneros: La proporción de alumnos y alumnas
en las aulas se ha ido invirtiendo progresivamente; En las actividades deportivas deberán participar por igual
alumnos y alumnas. Por otra parte, el afán por evitar esa supuesta discriminación lingüística, unido al deseo de
mitigar la pesadez en la expresión provocada por tales repeticiones, ha suscitado la creación de soluciones
artificiosas que contravienen las normas de la gramática: las y los ciudadanos.
Las convenciones y normas gramaticales de la Real Academia Española (RAE) en relación con el
género gramatical señalan, como se ha expuesto, que cuando hablamos de seres animados el uso
del género masculino puede designar también a las mujeres, puede referirse a ambos sexos, es lo
que se conoce como género no marcado. Frente a este valor genérico, el femenino sólo tiene un
uso, el específico (género marcado). Y va más allá, puntualizando que es la única forma aceptada 24:
El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es 17
incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada
sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número
de alumnas sea superior al de alumnos varones.
Subrayar, como se indica, que este uso normativamente parece estar justificado por motivos de
economía lingüística y para “mitigar la pesadez en la expresión”.
No obstante, en ciertos contextos, el uso no marcado del masculino puede crear ambigüedades y
confusiones en los mensajes, además de, como veremos más adelante, invisibilizar y ocultar a las
mujeres. Tomemos otro ejemplo de oración de García Meseguer (2001): Alicia Larrocha, única
española de los “Grandes Pianistas del siglo XX”. Al decir “única española” ¿se refiere a “única
mujer española” o a “única persona española”? La cuestión no es baladí, ya que con este titular nos
quedamos sin saber si entre los grandes pianistas del siglo XX hay o no hay algún varón español.
Aunque indemostrable, no es arriesgado suponer que quien bautizó por primera vez a los géneros gramaticales con
los adjetivos ‘masculino’ y ‘femenino’, lo hizo así pensando que el primero era propio del varón y el segundo de la
mujer. A partir de ese momento y teniendo en cuenta que el varón ha sido hasta hace poco quien ha impuesto
todas las reglas, no es de extrañar que las gramáticas de las diferentes lenguas, salvo rarísima excepción, otorguen
al género masculino el doble valor de genérico y específico, habida cuenta además del principio universal de
economía lingüística.
Este hecho histórico resulta hoy muy dañino, en mi opinión. Si los géneros gramaticales, en lugar de llamarse
masculino y femenino, se hubiesen llamado desde un principio ‘género eme’ y ‘género efe’ (o de cualquier otro
modo que no aludiese para nada al sexo), las cosas hoy serían más fáciles y se vería mucho más claro que el género
24
http://www.rae.es/consultas/los-ciudadanos-y-las-ciudadanas-los-ninos-y-las-ninas
gramatical en español no es más que una marca que divide a los nombres en dos familias e impone reglas de
concordancia.
García Meseguer, Álvaro (2001)
Así pues, ante un masculino plural, las mujeres nos tenemos que preguntar si estaremos
incluidas o no, porque son posibles ambas cosas. Tenemos que acostumbrarnos a esa
duda y, además, a una identidad cambiante, a que unas veces se nos nombre en femenino
y otras, en masculino, como pasaba en mis clases de gimnasia; nada raro ni especial, por
otro lado. En las clases de gimnasia a las que asistía hace unos años, la mayoría de las veces éramos todas
mujeres y la monitora, claro, nos hablaba en femenino:
Venga, chicas, todas juntas. Muy de vez en cuando se dejaba
caer por la clase algún hombre y entonces, con que un solo
varón se nos uniera, ¡zas!, nuestra identidad cambiaba y
pasábamos a ser chicos: Venga, chicos, todos juntos. Aquel
solo hombre nos transformaba a todas. A los hombres no les
pasa ni una cosa ni otra: siempre saben cuándo los nombran,
siempre tienen claro cuándo están hablando de ellos y
cuándo no, y su identidad es firme y siempre la misma, no
varía en cuanto aparece una señora25.
El artículo tiene un papel esencial para señalar el género en aquellas palabras que tienen una única
forma para los dos géneros, puesto que si no está el artículo no sabemos si se refiere a un varón o a
una mujer: el pianista premiado o la pianista premiada.
Feminizar la forma masculina: crear una palabra para el masculino y una para el femenino
(por ejemplo siguiendo el ejemplo panadero-panadera)
25
http://docemiradas.net/lengua-sexismo-y-mi-dia-a-dia-en-todo-esto/
26
Álvaro García Meseguer (2001)
La tendencia más común es la primera opción y la menos común la última de ellas. Los usos dela
comunidad hablante y el tiempo marcarán cuáles son las preferencias y cuál es la opción que va a
permanecer en la lengua.
Todas las lenguas son igualmente sexistas ya que el androcentrismo y el patriarcado son
universales.
A principio de la década de los 70, Sandra L. & Daril L. Bem 28ya analizaron la influencia del lenguaje
sexista en las ofertas de empleo y sus estudios indican que tanto la redacción sexista en los
anuncios de trabajo como la colocación de ofertas de empleo sexistas en columnas de periódicos
segregadas por sexo desaniman a hombres y a mujeres a presentarse a trabajos "del sexo opuesto" 19
para los que podrían tener cualificación. Ambos estudios se realizaron y se presentaron como parte
del testimonio legal en casos reales de discriminación sexual. Los anuncios se presentaban en
lenguaje sexista (se buscan mecánicos), en lenguaje neutro (se buscan profesionales para reparar
vehículos) y en un lenguaje contrario a las expectativas sociales (se buscan mecánicas) pudiéndose
observar cómo la presencia por sexo cambiaba notablemente en ellos (5% de mujeres en el
primero, 25% de mujeres en el segundo, 65% de mujeres en el tercero).
Se ha comprobado también que las imágenes elegidas para ilustrar libros de texto representan a
muchas más mujeres cuando más inclusivo es el lenguaje que las acompaña: no es lo mismo decir
hombre neolítico que sociedad del neolítico, por ejemplo. Cada frase produce una representación
distinta de la realidad en quien interpreta el mensaje.
Nuestro inconsciente sexista también nos traiciona en el ámbito de la traducción, puesto que cada
lengua incurre en peculiaridades sexistas diferentes según su naturaleza 29. Sucede, por ejemplo, al
traducir del inglés al español. Seguramente, los equipos profesionales de traducción no se
27
Lenguaje incluyente.¿Por qué sirvienta sí y presidenta no?
28
(1973). Does Sex‐biased Job Advertising “Aid and Abet” Sex Discrimination?
29
En palabras de Teresa Meana: el masculino que a veces es específico y a veces es genérico, les pasa a las lenguas que
provienen del latín. En inglés, si digo “my friend”, no sé si estoy hablando de un amigo o de una amiga, pero ¿y esa lista
de palabras terminadas en man? Cameraman, milkman, barman... En Toda lengua es política. Página 12.
cuestionen traducir “doctors and nurses” al español como “médicos y enfermeras”. En otras
ocasiones incluso se traduce en masculino un término que tiene una referencia mayoritariamente
femenina en la realidad, como puede ser “maestra” en el campo de la educación:
Por tanto, queda demostrado que la representación en nuestra mente no es la misma cuando
nombramos en masculino genérico que cuando incluimos a través del lenguaje a ambos géneros y
que los vestigios androcéntricos y patriarcales, como veremos a continuación, condicionan el uso
del lenguaje y la interpretación que hacemos de la realidad.
Cuando el lenguaje niega o entra en contradicción con la realidad existe el riesgo de creer antes al
lenguaje que a la propia realidad.
20
La existencia de actitudes discriminatorias cuya pretensión es marcar diferencias entre los géneros,
usualmente despreciando todo lo que tenga que ver con "lo femenino". Se fundamentan en una
ideología dominante, el machismo, que socialmente oprime a las mujeres.
La práctica de ver el mundo desde una sola perspectiva, la masculina, como si estuviera formado
sólo por hombres, obviando la pluralidad y diversidad de la realidad. La visión de los hombres se
plantea como la única válida, posible y universal.
La lengua constituye, como mínimo, el reflejo de la realidad, de la sociedad que la utiliza. Así como la sociedad es
racista, clasista, heterosexista, la lengua también lo es. Y por supuesto recoge las desigualdades derivadas de la
situación de discriminación de las mujeres y refleja todo el sexismo y androcentrismo existentes.
30
Teresa Meana Suárez [2002]
Es una percepción “centrada” (como la etimología de la propia palabra indica) y basada en normas
masculinas. Este punto de vista está orientado por los valores patriarcales presentes y dominantes
en la sociedad, lo que es bueno para el hombre es bueno para la humanidad, la experiencia
masculina es la experiencia humana, el hombre se toma como patrón para todo: El hombre
prehistórico vivía en las cuevas o La historia y la evolución del hombre.
En el lenguaje aparece reflejado muchas veces con el uso del masculino como neutro y genérico, el
uso abusivo del masculino para referirse tanto a mujeres como a hombres: Los trabajadores han
hecho huelga; Los médicos reclaman una revisión de los horarios de atención al paciente; Los
usuarios registrados ya pueden pasar a la sala.
El discurso se constituye como si únicamente existiera un sujeto referente, el varón, y las mujeres
existen únicamente en relación con él: Los nómadas se trasladaban con sus enseres, mujeres,
ancianos y niños de un lugar a otro; Se organizarán actividades culturales para las esposas de los
congresistas o Los técnicos de igualdad son mayoritariamente mujeres 33.
Por tanto, se puede concluir que la visión androcéntrica del mundo también sesga el lenguaje y,
aunque, puedan ser correctos (de acuerdo con las normas establecidas), estos usos lingüísticos dan
una visión parcial e inexacta de la realidad, ocultan a las mujeres en el lenguaje olas presentan en
una situación de subordinación, pudiendo causar ambigüedades y estando basados en una
ideología patriarcal y discriminatoria.
"Por lo se refiere al masculino genérico cuando dicen "profesores" no me siento representada. Yo además creo que
está un poco demostrado el hecho de que hablar en masculino o te excluye o es que no estás, que a veces no lo sabes...
¿Eh? Si no estás o estás simplemente invisibilizada".
34
Eulàlia Lledó Cunill (2020)
32
Sexismo y androcentrismo en los textos administrativo-normativos. Universidad de Alcalá.
33
En el tema siguiente se abordará con profundidad el salto semántico.
34
El Llenguado- El català de totes. CCMA. (4/03/2020)
SEXISMO
Conjunto de todos y cada uno de los métodos empleados en el seno del patriarcado
para poder mantener la situación de inferioridad, subordinación y explotación del sexo
dominado: el femenino. El sexismo abarca todos los ámbitos de la vida y las relaciones
humanas, de modo que es imposible hacer una relación, no exhaustiva, sino ni tan
siquiera aproximada de sus formas de expresión y puntos de incidencia.
35
Victoria Sau [2000: 257]
Recomendación CM/Rec (2019) del Comité de Ministros a los Estados miembros para prevenir y combatir el
sexismo (Adoptada por el Comité de Ministros el 27 de marzo de 2019 en la reunión nº 1342 de los delegados de los
36
ministros)
A los efectos de esta Recomendación, se entiende por sexismo: Cualquier acto, gesto, representación
visual, manifestación oral o escrita, práctica o comportamiento, basado en la idea de que una persona o
grupo de personas es inferior por razón de su sexo, que tenga lugar en el ámbito público o privado, en línea
23
o fuera de ella, cuyo propósito o efecto sea:
i. Vulnerar la dignidad intrínseca o los derechos de una persona o grupo de personas; o ii. Provocar daño o
sufrimiento físico, sexual, psicológico o socioeconómico a una persona o grupo de personas; o
iii. crear un entorno intimidatorio, hostil, degradante, humillante u ofensivo; o
iv. constituir un obstáculo a la autonomía y la plena realización de los derechos humanos de una persona o
grupo de personas; o
v. preservar y reforzar los estereotipos de género. 37
Cuando se usa el lenguaje, tal como afirma García Meseguer [2001] puede incurrirse en dos tipos
principales de sexismo:
35
Diccionario ideológico feminista (2002). Icaria.
36
https://rm.coe.int/def-26-09-19-recomendacion-consejo-de-europa-sexismo/1680981feb
37
(incluida en la cita) "Los estereotipos de género son modelos o ideas sociales y culturales preconcebidos que
atribuyen a las mujeres y a los hombres una serie concreta de características limitada en función de su sexo. Dichos
estereotipos suponen un serio obstáculo para alcanzar la igualdad de género real y alimentan esta forma de
discriminación. También pueden limitar el desarrollo del talento y de las habilidades naturales de las niñas y los niños,
de mujeres y hombres, sus preferencias y experiencias educativas y profesionales, así como las oportunidades que les
ofrezca la vida en general." (Estrategia de Igualdad de Género 2018-2023 del Consejo de Europa, Objetivo estratégico
1)
Sexismo lingüístico: cuando se emite un mensaje que, debido a su forma (es decir, a las
palabras o estructuras escogidas o al modo de enhebrarlas) y no a su fondo, resulta
discriminatorio por razón de sexo.
Sexismo social: cuando la discriminación se debe al fondo del mensaje, a lo que se dice, y no
a su forma.
El mismo autor lo ilustra con los siguientes ejemplos: Quien diga que «Las mujeres son menos
inteligentes que los hombres» incurrirá en sexismo social pero no en sexismo lingüístico
(gramaticalmente la oración es correcta); en cambio, la frase «Los varones y las hembras son
inteligentes por igual», no incurre en sexismo social pero sí en sexismo lingüístico, por emplear la
voz ‘hembras’ en vez de ‘mujeres’ (el término hembras no es equivalente a varón, lo sería a macho).
La frase «A la manifestación acudieron muchos funcionarios y también muchas mujeres» describe
una situación no sexista con una frase sexista (no se expresa correctamente la realidad); en cambio,
la frase «El consejo estaba compuesto por once varones y tres mujeres» describe una situación
sexista con una frase no sexista (el sexismo está en la realidad pero no en la manera de expresarla).
En el primer caso es la forma, las palabras elegidas o el modo de encadenarlas, lo que hace que el
mensaje sea discriminatorio; en el segundo caso, es el fondo del mensaje lo que discrimina, no la
forma en que se emite.
El sexismo lingüístico sería el diferente tratamiento que por medio del lenguaje concedemos a las personas según
su único factor: su condición sexual.
Álvaro García Meseguer (2001)
24
El uso discriminatorio del lenguaje o el tratamiento desigual que damos a las personas según su
sexo en los procesos lingüísticos (sexismo lingüístico), no está en la lengua misma, sino en el uso
que hacemos de ella. Algunos de estos usos no han evolucionado paralelamente con los cambios
sociales y proyectan lingüísticamente valores de una cultura que todavía muestra remanentes de
normas patriarcales y androcéntricas que discriminan y tratan de manera desigual a las mujeres
(sexismo social). Son usos generalizados y admitidos lingüísticamente que ocultan y desvaloran lo
femenino.
El sexismo es una actitud que se caracteriza por el menosprecio y la desvalorización, por exceso o defecto, de todo
lo que son o hacen las mujeres. El androcentrismo, en contraste con el sexismo, no es tanto una actitud como un
punto de vista. Consiste fundamentalmente en una determinada y parcial visión del mundo.
38
Eulàlia Lledó Cunill
El sexismo lingüístico se produce cuando se presenta a las mujeres en el discurso, pero no de una
manera neutra, sino sesgada, parcial, discriminatoria o haciendo alusiones a tópicos, cualidades y
situaciones que responden a la influencia de los estereotipos de género (características
“tradicionalmente” femeninas, mujeres como madres o esposas, tratamientos, etc.). Esto sucede,
por ejemplo, en:
38
Nombrar a las mujeres, describir la plenitud del discurso. Claves para tratarse bien en la lengua, claves también para
caer en la cuenta cuando esto no ocurre y entender por qué y cómo. Emakunde. Fondo Social Europeo.
Si fuera chica se pondría (o la pondrían) de largo si fuera ciudadano iría a votar (titular, refiriéndose
al aniversario de la Constitución).
En el accidente fallecieron 15 personas, 5 mujeres y 6 inmigrantes
Colau debería estar sirviendo en un puesto de pescado 39
El uniforme de la Merkel andaluza.
La señorita nos ha puesto deberes.
Rosana Marcos y el señor Pérez firmaron el acuerdo la semana pasada.
La primera ministra dio en todo momento muestras de inteligencia y simpatía.
De la misma manera, el dibujo también puede ser de utilidad para reflejar las correlaciones
existentes entre el género gramatical y la representación de la realidad. Así, por ejemplo, se pueden
estudiar los dibujos obtenidos en distintos grupos tras utilizar frases en lenguaje sexista y lenguaje
inclusivo para describir una misma situación comunicativa, tales como: Los médicos llevan un nuevo
uniforme, los médicos y las médicas llevan un nuevo uniforme, el personal médico lleva un nuevo
uniforme… Seguro que los resultados no serán los mismos en las distintas opciones.
En ocasiones resulta muy complicado darse cuenta de dónde residen los usos sexistas de la lengua.
La costumbre, la tradición, la educación recibida, los numerosos mensajes que se transmiten a
nuestro alrededor y la cantidad infinita de información que consumimos hacen que no sea fácil
analizar todo lo que se dice o escucha, hay usos evidentes que están muy naturalizados y que no se
detectan y otros muy sutiles que pasan desapercibidos.
39
https://www.eldiario.es/rastreador/RAE-Felix-Azua-Ada-Colau_6_500859921.html
40
En otras lenguas no sucede así, por ejemplo en el inglés. Véase ¿Es sexista la lengua española? Panace@ Vol.2, N.º3.
Marzo, 2001
41
Citado en Inmaclada Navarro.
El sexismo lingüístico puede detectarse aplicando la regla de inversión, que consiste en sustituir la
palabra dudosa por su correspondiente de género opuesto y analizar si la situación descrita es
equitativa para ambos sexos o si perjudica, ridiculiza, infravalora… a uno de ellos. Si la frase resulta
inadecuada, es que el enunciado primero era sexista.
Inversión
Vaya por delante, como ya se ha dicho más arriba, que la lengua es totalmente inocente de cualquier sesgo
ideológico se mire como se mire, es decir, tanto en general como en todo lo que se mostrará y analizará en este
capítulo. A continuación, se verá que la lengua se limita en todo momento a poner de manifiesto lo que piensan,
sienten, desean, etc. una serie de personas a partir de lo que articulan en sus textos. Es decir, la lengua se pone al
servicio de sus ideologías, de sus alcances o de sus limitaciones; de sus intenciones, ya sean conscientes o
conscientes. Esto quiere decir que la lengua abre todas las posibilidades del mundo a quien la usa, para que pueda
transmitir fielmente lo que piensa: al escoger una palabra u otra dirá una cosa u otra, matizará y precisará; y, aparte
de explicar el caso, es más que posible que también dé su opinión sobre dicho caso.
Eulalia Lledo Cunill (2013)
26
El sexismo lingüístico no radica en la lengua española como sistema, sino que se halla en algunos de los usos
consolidados y aceptados como correctos por la comunidad hablante. Pero los usos cambian, y lo que antaño se
consideraba en las gramáticas y diccionarios como error o desviación se convierte en norma. Esto nos lleva
evidentemente a la concepción de la lengua como realidad en continuo cambio, en continua ebullición. Es más, no
hay que olvidar que la lengua evoluciona en cada época para responder a las necesidades de la comunidad que la
utiliza, de ahí que en una sociedad como la nuestra, en la que se demanda una mayor igualdad entre los sexos, la
lengua, como producto social, no solo ha de reflejar esa igualdad, sino contribuir a ella.
Manual de LenguajeAdministrativo No Sexista. Ayto. Málaga (2002)
El lenguaje es cultural, todo lo cultural es añadido y, por tanto, susceptible de ser modificado.
Cambiando los usos de la lengua se puede modificar la concepción de la realidad. Mientras
intentamos cambiar el lenguaje de manera consciente ya estamos también replanteando y
cambiando nuestra concepción del mundo. Se verá cómo hacerlo en los temas siguientes.
Para ampliar
El mundo en femenino. María S. Martín Barranco (2012). Pikara online magazine.
¿Es posible ser padres sin tener hijos? Pregunta Teresa Meana… Las respuestas a una pregunta
aparentemente tan simple de responder llevan a pensar antes situaciones enrevesadas
relacionadas con la diversidad familiar y sexual antes que en tener hijas. Algo similar sucede con el
acertijo siguiente:
Vídeo.
El acertijo que puede mostrarte algo de ti
mismo que quizás no sabías | BBC Mundo
Victoria Sau (2001) ya destacó hace algún tiempo en su Diccionario ideológico feminista que el
sexismo abarca todos los ámbitos de la vida y de las relaciones humanas, señalando el lenguaje
como uno de los mejores ejemplos para estudiarlo.
El sexismo social, y sus todavía remanentes de una sociedad androcéntrica y patriarcal, afectan de
manera muy particular y significativa al lenguaje utilizado en los distintos actos comunicativos y
27
genera algunos problemas en lo que al tratamiento y la representación de las relaciones entre
mujeres y hombres se refiere.
Al proyectar este plano social sobre el lingüístico nos encontramos con distintas situaciones que
realizan un tratamiento discriminatorio de las mujeres en el discurso, bien sea por los términos
utilizados (o no utilizados) o por la manera de construir la frase.
Los efectos que producen en la lengua el sexismo y el androcentrismo se podrían agrupar en dos fenómenos. Por un
lado el silencio sobre la existencia de las mujeres, la invisibilidad, el ocultamiento, la exclusión. Por otro la expresión del
desprecio, del odio, de la consideración de las mujeres como subalternas, como sujetos de segunda categoría, como
subordinadas o dependientes de los varones.
Algunas de las principales consecuencias que estos usos pueden tener son las que figuran a
continuación:
Invisibilidad: visión masculina del mundo y ocultación de las mujeres. Las mujeres no están. si
Se oculta, se silencia a las mujeres o se obstaculiza su identificación, proyectando en el
lenguaje una visión androcéntrica del mundo, a través del uso sistemático del masculino
como genérico, de vocablos androcéntricos o de la predominancia del masculino como el
modelo universal (ausencia de formas femeninas). Por ejemplo sucede en expresiones como
las edades del hombre, los derechos del hombre y el ciudadano, el hombre es bueno por
naturaleza
Desequilibrio: omisión o menor presencia de formas femeninas y/o masculinas (en ámbitos
como los oficios, titulaciones, cargos...). Las mujeres aparecen menos. Perpetúa la
segregación horizontal y vertical. Hay una ausencia habitual de formas femeninas
(presidenta, juez, árbitra) o de las masculinas (ama de casa 42, azafata, prostituta,
limpiadora, modista), por ejemplo, en el ámbito profesional.
Asimetría: se produce por el uso normalizado y sistematizado de fórmulas que evidencian el
distinto tratamiento basado, únicamente, en el factor del sexo de las personas y la
consideración de lo masculino como hegemónico y superior. Las mujeres no son nombradas
en la misma calidad que los hombres. Estos usos de tratamiento asimétricos aparecen a
través de la marca del estado civil, nombre de pila y diminutivos frente al uso del apellido,
aposiciones redundantes, orden de presentación, etc.
Violencia simbólica: Imposición a las mujeres de una imagen estereotipada, descalificadora,
peyorativa, ofensiva o denigrante. Las mujeres y, a veces los hombres, aparecen en el
lenguaje de una manera no respetuosa y igualitaria. Por ejemplo, con menciones
estereotípicas que proyectan en el lenguaje una identificación con roles y papeles
tradicionalmente asignados a mujeres y a hombres, o se identifica lo masculino con lo
bueno/positivo y lo femenino con lo malo/negativo, refranes, etc.
Vídeo.
#WhipIt Campaign | Pantene
28
42
El término “amo de casa” aparece por primera vez en la 23ª edición del RAE (2014), al igual que otros como
“matrón”.
propuestas y recomendaciones que han ido generalizándose hasta el momento actual, en el que se
ha hecho evidente un conflicto entre quienes defienden esos intentos por eliminar el sexismo en el
lenguaje y quiénes no ven necesario.
No hay que olvidar que el lenguaje está al servicio de la comunidad hablante y será la misma quien
determine, mediante sus usos y costumbres, los cambios sociales y, por ende, los cambios
lingüísticos, añadiendo o incluso modificando lo que ya existía.
Aunque el diccionario es el instrumento al que recurrimos en primer lugar cuando se nos plantea cualquier duda
relacionada con cuestiones ortográficas, gramaticales, de significado, etc. y lo consideramos como un objeto de
máxima fiabilidad, no debemos olvidar que todos los diccionarios están hechos por personas, que la lexicografía es
una rama de la lingüística y por lo tanto no es ajena a la mirada androcéntrica que informa al resto de la sociedad en
la que se produce un diccionario.
El lenguaje sexista se manifiesta tanto en lo que se dice (designando a las mujeres de modo distorsionado,
peyorativo, despectivo, dependiente...) como en lo que no se dice, encubriendo la presencia de las mujeres en el
mundo, interiorizando de este modo sus ausencias de todos los ámbitos públicos y sociales.
Esta diferencia no es ni inocente ni inconsciente, sino que es uno más de los reflejos que la sociedad patriarcal ha
operado. El lenguaje ha potenciado, construido, sostenido y reflejado las diferencias sociales que se dan entre
varones y mujeres en detrimento de estas últimas.
43
Marzo 2015, 454, Cuadernos de pedagogía.
44
No da igual. Uso no sexista del lenguaje. Otro lenguaje para una sociedad de iguales. Consorcio Palencia Social.
Todo ello en un diccionario ordenado alfabéticamente donde maestro aparece antes y precede a
maestra.
30
Hay muchísimas palabras que no están aceptadas porque una de sus normas es que no podemos cuestionar
las normas, o que no podamos preguntarnos para qué existen. Hay un lingüista que en 1921 decía “si nos
queremos dar cuenta de la diferencia entre masculino y femenino, no podremos hacerlo más que
remontándonos a la situación social respectiva de mujeres y hombres en la época en la que se forjaron estas
normas”. Cuando lo cuento nadie me lo cree, pero la última edición revisada del diccionario de la RAE que
tiene palabras como piercing, en la definición de huérfano/a dice “a quien se le ha muerto el padre y la
madre, o solo uno de los dos, preferiblemente el padre”. El diccionario no refleja la lengua, refleja el poder de
quien hace diccionarios.
45
Teresa Meana Suárez [2010]
Uno de los fenómenos más graves (por su extensión) de discriminación y subordinación lingüística radica en
un aspecto gramatical que articula tanto el castellano como otras muchas lenguas y que consiste en el uso
del género masculino como neutro, como genérico. Es decir, utilizándolo como si abarcara masculino y
femenino. Esta regla, que como el resto de reglas gramaticales, no es de orden natural, eterno e inmutable,
sino un claro reflejo de la visión androcéntrica del mundo y de la lengua, habitualmente se transmite en
cualquier tipo de textos o documentos, normalizando uno de los ejes vertebradores del androcentrismo más
claros, constantes y habituales en la lengua: el que refuerza la presencia del género/sexo masculino y causa
la desaparición del género/sexo femenino.
45
Toda lengua es política. Página 12
Para ampliar
En el año 2018 desde la Vicepresidencia del Gobierno se solicitó a la RAE la
aprobación de un informe que tenía la finalidad de introducir cambios en la
Constitución en aras a mejorar el lenguaje inclusivo. En 2020 la RAE remitió al organismo solicitante
el "Informe de la Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas" en el
que defiende como correcta la redacción actual de la Constitución. Aunque se reflexionará sobre
este tema en el foro del curso con más profundidad, se puede ampliar información en los siguientes
enlaces:
Resumen de la intervención del director de la RAE en la rueda de prensa celebrada el día 20 de enero de
31
2020 para presentar el «Informe sobre el lenguaje inclusivo en la Constitución»
Hasta 1979 fue una institución exclusivamente conformada por hombres. La primera fue Carmen
Conde Abellán, ni Emilia Pardo Bazán, María Moliner, Rosa Chacel, María Zambrano, Carmen
Laforet o Carmen Martín Gaite se consideraron cualificadas para formar parte de ella.
Después la siguieron las fallecidas Elena Quiroga de Abarca (1894) y Ana María Matute (1998).
Posteriormente se convirtieron en académicas Carmen Iglesias (2002), Margarita Salas Falgueras
(2003), Soledad Puértolas Villanueva (2010), Inés Fernández-Ordónez (2011), Carme Riera Guilera
(2013), Aurora Egido Martínez (2013), Clara Janés (2015) y Paz Battaner (2017).
Para ampliar 32
¿Cuántas mujeres hay en la RAE? Las 11 académicas de la Academia entre los casi
500 miembros desde su fundación. Europa Press 8/2/2020
Tal vez podamos empezar a buscar por aquí algunos de los porqués del sexismo del español y de las
resistencias ante el lenguaje inclusivo de la RAE.
Durante mucho tiempo la RAE ha ignorado el campo de los estudios feministas y de género. Sin ir
más lejos, la acepción de género como categoría de análisis no se introdujo formalmente en el
diccionario hasta el 2014 y la definición de feminismo que figuró hasta esa fecha fue: “Doctrina
social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los
hombres”. 46
Fueron necesarios muchos años de reivindicaciones del movimiento feminista para que se fueran
tenidas en cuenta algunas de sus muchas demandas para eliminar términos, acepciones y
tratamientos sexistas en la edición revisada en 2014 (23ª edición) 47.
Nada que ver, por ejemplo, con la facilidad con la que se ha eliminado, por presión social y tras una
campaña mediática iniciada en un centro de educación secundaria la acepción sexista de fácil:
46
DRAE (22 edición), vigente desde 2001 hasta 2014: http://lema.rae.es/drae2001/
47
Para ampliar: Eulàlia Lledó Cunill (coord.), Mª Ángeles Calero y Esther Forgas. De mujeres y diccionarios. Evolución de
lo femenino en la 22ª edición del DRAE (465 pàgs.) Instituto de la Mujer. Madrid, 2004.
"Dicho especialmente de una mujer: que se presta sin problemas a mantener relaciones sexuales"48
o con la naturalidad con la que se cambiaron normas ortográficas como la eliminación de la tilde de
la palabra guion 49.
50
ONU Mujeres señala que si bien el uso del masculino como forma generalizadora para referirse a
mujeres y hombres ha sido la norma prescrita por la tradición académica y las instituciones que
reglamentan la gramática del idioma castellano como elemento fundamental de la comunicación,
las transformaciones sociopolíticas y culturales de los últimos años reclaman el uso del femenino
sobre una base de igualdad con el masculino, como un reflejo mismo de la lucha por alcanzar la
igualdad de género en todos los aspectos de la sociedad. Por otra parte, dado que el idioma
castellano reconoce al género femenino en su vocabulario, no debería haber motivo, entonces,
para omitirlo.
La trampa está en el hecho de hacer creer que los usos de un lenguaje excluyente responden a
cuestiones estrictamente lingüísticas y gramaticales, despreciando continuamente otras razones
que determinan el comportamiento de las personas en la sociedad y que, literalmente son las que
transforman el mundo: las razones ideológicas 51.
La lengua está viva y es de quien la habla, las transformaciones van de abajo para arriba, primero
las personas hablan, después las instituciones regulan y sistematizan, no al revés 52.
Las propuestas no prosperaron y fue otra mujer, Carmen Conde, la que ocupó el sillón.26 El proceso llegaría
a ser glosado en una de sus necrológicas titulada «Una académica sin sillón».26
Violeta Demonte, profesora de Lengua Española en la Universidad Autónoma de Madrid comentó acerca del
diccionario de Moliner: «El intento es importante y novedoso. No obstante, como la fundamentación teórica
los criterios de su análisis no son siempre claros y sus supuestos fundamentales tienen origen intuitivo, la
utilidad de su obra es desigual».26
48
http://www.publico.es/culturas/facil-rae-rae-rectifica-elimina-acepcion-machista-mujer-facil.html
49
http://www.rae.es/sites/default/files/Principales_novedades_de_la_Ortografia_de_la_lengua_espanola.pdf
50
Guía para el uso de un lenguaje inclusivo al género. Promover la igualdad de género a través del idioma. ONU Mujeres
51
Inmaculada Navarro
52
http://antesdeeva.com/lenguaje-incluyente-sirvienta-presindenta/
En junio de 1973 la Real Academia Española le otorgó, por unanimidad, el premio Lorenzo Nieto López «por
sus trabajos en pro de la lengua».28 María Moliner rechazó el galardón.
En 1981, L. Permanyer escribió una crítica sobre la actitud de la mayoría de los académicos,g y en 2021, por
el 40.° aniversario del fallecimiento de Moliner, el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, afirmó:
«Me apeno de que no fuera académica cuando bien lo merecía por el trabajo que hizo, y me alegra celebrar y
reconocer los enormes méritos de su obra» y además agregó «No es la RAE la culpable de un machismo
recalcitrante que existía desde hace mucho y que se podía haber paliado cuando apareció María Moliner.»29
Con todo lo que se ha estado exponiendo en este primer tema, antes de pasar a identificar usos sexistas y
buscar alternativas en los temas posteriores, se propone una pregunta abierta para la reflexión: si la lengua
está al servicio de la comunidad hablante… ¿debería entonces facilitar la incorporación de nuevos vocablos y
estructuras o la modificación de las ya existentes si con ello se consigue un lenguaje más acorde a los
cambios sociales y culturales? ¿Estaría este hecho justificado?
34
35
FUENTE: Porque las palabras no se las lleva el viento... Ayuntamiento de Quart de Poblet (2002)
Ayala Castro, María Concepción et al. (2002): Manual de Lenguaje Administrativo No Sexista. Ayto. Málaga y
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