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Juan Rivera Saavedra EXPO

Dramaturgo, profesor de teatro e investigador peruano nacido en Lima. Forma parte de la


generación de dramaturgos de la década de los 60, cuando empieza a surgir un nuevo teatro
peruano, popular y nacional, cualitativamente distinto al teatro tradicional que existía en las
décadas anteriores. Un teatro que representa historias y personajes que proceden de las canteras
del movimiento popular en auge. Un teatro que reivindica y eleva al trabajador agrario, al obrero,
al migrante, al mendigo y al desocupado, como personajes protagónicos en la escena teatral. El
contexto que existe como telón de fondo está signado por la crisis agraria, las grandes migraciones
del campo a la ciudad, el crecimiento caótico de las barriadas, la desocupación, el hacinamiento
urbano, el crecimiento de los índices de extrema pobreza y la agudización de los conflictos
sociales. Este teatro popular, del cual forma parte Juan Rivera Saavedra, tiene sus raíces en el
desarrollo de una conciencia colectiva de un grupo de dramaturgos que, al adherirse o
identificarse con los intereses y objetivos de los sectores populares, forjan una determinada visión
del mundo y producen sus obras teniendo como eje de sus discursos dramáticos la compleja
problemática que padecen los sectores populares de la sociedad peruana. Los Ruperto (1965), es
la obra emblemática de Juan Rivera Saavedra, que da inicio el teatro urbano en el Perú. La historia,
de clara filiación absurda, de humor negro, nos representa las penurias de una familia
extremadamente pobre que carga con el sostenimiento de una inmensa prole que habita en un
tugurio de un callejón limeño, en donde la promiscuidad, el hacinamiento, la miseria y la
irracionalidad sexual, se fusionan para entretejer la tupida, pero frágil, red que sostiene a esta
familia como a otras, en este submundo de la marginalidad peruana. El Congreso de la República
lo condecoró por ser el más fecundo creador literario del siglo XX. Está considerado por la Wayne
State University de Estados Unidos de Norteamérica, como el autor más distinguido y prolífico de
América Latina.

El sábado 17 de abril (2021) se escenificó la obra de teatro Los Ruperto en homenaje a su autor
Juan Rivera Saavedra, realizado por el Teatro Nacional del INC y bajo la dirección de Ruth
Escudero. El espectáculo fue transmitido por el canal de Youtube. Juan Rivera Saavedra (Lima,
1930), dramaturgo, profesor de teatro, investigador y prolífico creador de más de 180 obras de
teatro, 500 cuentos y textos de técnica dramática, traducido al inglés, francés y alemán. Premiado
y reconocido por el INC (Premio Nacional de Dramaturgia), por la UNMSM, el Ministerio de
Educación y la Asamblea Nacional de Rectores. El Congreso de la República lo condecoró por ser el
más fecundo creador literario del siglo XX. Es considerado por la Wayne State University de
Estados Unidos de Norteamérica, como el autor más distinguido y prolífico de América Latina. Sus
obras de teatro más conocidas son: Los Ruperto, Me moriré en París, Flora Tristán, ¿Amén? El
general no tiene quien lo mate, Alberto el bueno, El retrato de Oscar Wilde, ¡Ya viene Pancho
Villa!, La mosca doméstica, El Cristo amarillo, Napoleona, Mariátegui, entre otras.

Juan Rivera Saavedra forma parte de la generación de dramaturgos de la década de los ’60,
cuando empieza a surgir un nuevo teatro peruano, popular y nacional, cualitativamente distinto al
teatro tradicional que existía en las décadas anteriores. Un teatro que representa historias y
personajes que proceden de las canteras del movimiento popular en auge. Un teatro que
reivindica y eleva al trabajador agrario, al obrero, al migrante, al mendigo y al desocupado, como
personajes protagónicos en la escena teatral. El contexto que existe como telón de fondo está
signado por la crisis agraria, las grandes migraciones del campo a la ciudad, el crecimiento caótico
de las barriadas, la desocupación, el hacinamiento urbano, el crecimiento de los índices de
extrema pobreza y la agudización de los conflictos sociales. Este teatro popular, del cual forma
parte Juan Rivera Saavedra, tiene sus raíces en el desarrollo de una conciencia colectiva de un
grupo de dramaturgos que, al adherirse o identificarse con los intereses y objetivos de los sectores
populares, forjan una determinada visión del mundo y producen sus obras teniendo como eje de
sus discursos dramáticos la compleja problemática que padecen los sectores populares de la
sociedad peruana.

Esto explica por qué se impone un estilo realista en el teatro, y por qué la temática de la
dramaturgia está enfáticamente localizada en un determinado contexto social y sus objetivos
estéticos e ideológicos están explícitamente manifiestos. Surgiendo de esta manera un teatro
urbano (Juan Rivera Saavedra, Hernando Cortés, Grégor Díaz, César Vega Herrera) y un teatro
campesino (Víctor Zavala, Aúreo Sotelo). Los Ruperto es la obra emblemática de Juan Rivera
Saavedra, que da inicio el teatro urbano en el Perú, fue estrenada en 1965 por el grupo Histrión
Teatro de Arte. La historia, de clara filiación absurda, de humor negro, nos representa las penurias
de una familia extremadamente pobre que carga con el sostenimiento de una inmensa prole que
habita en un tugurio de un callejón limeño, en donde la promiscuidad, el hacinamiento, la miseria
y la irracionalidad sexual, se fusionan para entretejer la tupida, pero frágil, red que sostiene a esta
familia como a otras, en este sub mundo de la marginalidad peruana.

LOS RUPERTO, (1960) Considerada como la primera pieza de humor negro escrita por su autor.
Trata sobre el problema de la natalidad y el hambre. Mamá Ruperto, acaba de dar a luz, su 384
hijo, y los hermanos no están contentos. ¿Podrán éstos evitar que nazca el 385...?

Juan Rivera Saavedra pertenece a los dramaturgos de la generación de los 60’, conjuntamente con
Edgar Pérez Luna, Alonso Alegría, Julio Ramón Ribeyro, Hernando Cortés, Grégor Díaz, Víctor
Zavala, César Vega Herrera y Áureo Sotelo, entre otros.

Esta generación sentó las bases para la renovación del teatro peruano, con ellos el teatro fue
cualitativamente distinto al teatro tradicional que existía en las décadas anteriores. Surgieron
nuevos personajes y escenificaron nuevas historias: reivindicaron y elevaron al trabajador agrario,
al obrero, al migrante, al mendigo, al desocupado, al habitante de los tugurios, etc. como
personajes protagónicos en la escena teatral. En suma, este nuevo teatro se caracterizó por la
incorporación de los signos de la cultura popular en el discurso dramatúrgico de las piezas
teatrales.

Una de sus primeras y la más emblemática de sus obras es Los Ruperto, que fue estrenada en 1965
por el grupo Histrión Teatro de Arte, su historia, de clara filiación absurda, nos representa las
penurias de una familia extremadamente pobre que habita en un tugurio y tiene que cargar con el
sostenimiento de una numerosa prole.

La producción teatral de Juan Rivera es difícil de ser clasificada; en sus inicios desarrolló un teatro
urbano, luego hizo un teatro del absurdo, de humor, de ficción, social, histórico, etc.

Entre los premios recibidos destacan:

El Circe (1973), otorgado por los especialistas culturales al autor más representado.3

Primer puesto en el concurso nacional de obras de corto reparto, organizado por la universidad
nacional Mayor de San Marcos, con su obra Pasteles verdes y jugosos (1977).3

Premio Nacional de Teatro (1987) otorgado por el Instituto Nacional de Cultura.2

Ha recibido también premiaciones del Ministerio de Educación del Perú, de la Asamblea Nacional
de Rectores, una condecoración del Congreso de la República del Perú, entre otras distinciones.2

La Wayne State University de Estados Unidos, lo ha considerado como el autor más distinguido y
prolífico de América Latina.2

Entre sus obras teatrales más importantes están:8

Los Ruperto (1960)

¿Por qué las vacas tienen ojos tristes? (1966)

La mosca doméstica (1967)

Un dolor agudo y punzante (1967)

El espejo de las verdades aproximadas (1969)

El pájaro (1969)

La justicia tarda, pero... ¡qué calor hace! (1974)

Miguitas de ternura (1976)

¿Amén? (1981) - junto a Alondra, Grupo de Teatro 9

½ kilo de pueblo (1982) - junto a Alondra, Grupo de Teatro 10

El lucero de Belén (1982)

La anciana y la solterona (1984)


El general no tiene quien lo mate (1987)

El Cristo amarillo (1989)

La leyenda (1991)

Me moriré en París (1991)

Las orejas de burro del rey (1993)

La casa de las bolas redondas (1993)

El retrato de Óscar Wilde (1994)

Samuel... Samuel o "el otro lado de la luna" (1995)

La alternativa (1995)

Juan Rivera Saavedra (Lima, 1930) es profesor y director de teatro, investigador teatral y
dramaturgo, ha escrito más de 180 obras de teatro, más de 500 cuentos y textos de técnica
dramática. Varias piezas de su teatro han sido traducidas al inglés, francés y alemán. En 1987 el
Instituto Nacional de Cultura le concedió el Premio Nacional de Dramaturgia y, en dos
oportunidades, fue premiado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Asimismo, ha
recibido premiaciones por parte del Ministerio de Educación, de la Asamblea Nacional de
Rectores, Condecorado por el Congreso de la República, entre otras distinciones. Es considerado
por la Wayne State University de Estados Unidos de Norteamérica, como el autor más distinguido
y prolífico de América Latina. Ha sido nombrado hijo predilecto de varias ciudades como Santiago
de Chuco, lugar que vio nacer a nuestro poeta César Vallejo, y sobre quien escribió la obra de
teatro Me moriré en París.

Juan Rivera Saavedra pertenece a los dramaturgos de la generación de los 60’, conjuntamente con
Edgar Pérez Luna, Alonso Alegría, Julio Ramón Ribeyro, Hernando Cortés, Grégor Díaz, Víctor
Zavala, César Vega Herrera y Áureo Sotelo, entre otros.

Esta generación sentó las bases para la renovación del teatro peruano, con ellos el teatro fue
cualitativamente distinto al teatro tradicional que existía en las décadas anteriores. Surgieron
nuevos personajes y escenificaron nuevas historias: reivindicaron y elevaron al trabajador agrario,
al obrero, al migrante, al mendigo, al desocupado, al habitante de los tugurios, etc. como
personajes protagónicos en la escena teatral. En suma, este nuevo teatro se caracterizó por la
incorporación de los signos de la cultura popular en el discurso dramatúrgico de las piezas
teatrales.

Una de sus primeras y la más emblemática de sus obras es Los Ruperto, que fue estrenada en 1965
por el grupo Histrión Teatro de Arte, su historia, de clara filiación absurda, nos representa las
penurias de una familia extremadamente pobre que habita en un tugurio y tiene que cargar con el
sostenimiento de una numerosa prole.

La producción teatral de Juan Rivera es difícil de ser clasificada; en sus inicios desarrolló un teatro
urbano, luego hizo un teatro del absurdo, de humor, de ficción, social, histórico, etc. PACARINA
DEL SUR a través de Mary Oscátegui (actriz y directora del grupo de teatro Pegaso) logró la
presente entrevista.Fuente: Pacarina del Sur - http://www.pacarinadelsur.com/home/figuras-e-
ideas/942-juan-rivera-saavedra-una-vida-dedicada-al-teatro - Prohibida su reproducción sin citar
el origen.

“Los Ruperto” (1960) es la obra más relevante y representada del dramaturgo peruano Juan Rivera
Saavedra. Cuenta los avatares de una particular familia de 354 hijos que vive, como muchos
peruanos y latinoamericanos, en la miseria absoluta. Esta trágica realidad se exacerba con el
hambre de los miembros de la familia. Ellos viven compartiendo diariamente un té y tramando
alguna estrategia para que papá y mamá Ruperto dejen de seguir procreando e incrementando la
familia que ya no tiene lugar en la casa. Los ágiles textos cargados de ironía, sugieren un montaje
al estilo del teatro del absurdo y envuelven a los personajes en situaciones tragicómicas.

Los 60s fueron un período de significativa renovación para el teatro peruano. Si bien las creaciones
escénicas de vanguardia de autores nacionales se remontan a los años 20 (sin haber sido
publicadas ni puestas en escena en el país) puede afirmarse que la eclosión de formas teatrales
experimentales en el Perú se produce recién a partir de 1960, cuando empiezan a subir a las tablas
numerosas propuestas innovadoras, de la mano de un conjunto de autores peruanos influidos por
tendencias internacionales de quiebre con las convenciones del teatro realista y aristotélico. Al
final de esta década se consolidaría el vuelco más significativo en la concepción de la actividad
teatral, particularmente en la de las vanguardias, que empezó a privilegiar las creaciones
colectivas de contenido sociopolítico. Dicha tendencia devendría en la más importante de la
escena del teatro de arte hasta finales del siglo XX.

la influencia del absurdismo en las obras dramáticas de algunos autores de la década de los
sesenta, periodo en el cual el Teatro del Absurdo representaba una de las tendencias más
innovadoras de la dramaturgia internacional. Tomaremos como material de referencia una serie
de obras cortas de autores representativos del período: Ipacankure de César Vega Herrera, la serie
de piezas cortas contenidas en Pasos, voces, alguien de Julio Ortega, Los Ruperto de Juan Rivera
Saavedra y El buzón y el aire de Gregor Díaz. Todos estos autores iniciaron su producción en los
sesenta

En esta pieza se muestra a una familia numerosa que crece constantemente, sin control (¡los hijos
suman 354!).

Sin duda Juan Rivera es un importante referente en la dramaturgia peruana, conocido por ser el
autor más prolífico del Perú tiene escritas más de 200 obras, en la gran mayoría el uso del humor y
la ironía está presente como una característica propia de su estilo. En el año 1960 su obra Los
Ruperto propone una situación profundamente irónica cuando la desafortunada apetencia sexual
de los padres traerá al mundo al hijo trecientos cuarenta y cinco, y por consiguiente a la
acentuación de las miserables condiciones de vida de la familia.

Tercer Acto (p., 57)

ABUELO: Iván, la maternidad no es novedad ni para tu padre, ni para nosotros.

IVÀN: ¿Pero se ha detenido a pensar lo que significa para Los Ruperto? ¡Ahora que conoce el
origen de la especie, tendrá hijos como las gallinas; cada 21 días! (p., 57)

Primer Acto (p., 23)

NADINA.- ¿Y mamá?

ABUELO.- Con la abuela. No saben qué nombre ponerle al bebé.

AMADO.- Por qué no le ponen Romeo, es lindo.

ABUELO.- No estaría mal.

SALLE.- (Asomándose) Más mujeriegos en la familia.

NADINA.- A mí me gusta César, no sé, me suena más aristocrático, más juvenil. (SE QUEDA
PENSATIVA).

SALLE.- A mí me gusta trecientos cincuenticuatro. Es más original. Más fácil de recordar.

Segundo Acto (p.,35)

SALLE.- Nuestro error hasta este instante ha sido querer sacar de su cama … de su lecho… de su
tálamo a nuestra madre…a la causa de nuestra aparición en este mundo. A al origen de nuestra
especie, cuando aquí de lo que se trata, era de extraer, de succionar de entre las sábanas a
nuestro padre…

AMADO.- ¿A nuestro padre?

SALLE.- Sí: al colaborador de nuestra madre.


TRENZADOS NO CONSECUTIVOS

Se trata, simplemente, de una de las Variables anómalas del diálogo conversacional

(ver, en MATERIALES, Tipos de diálogo), que consiste en entrelazar de un

modo caótico (o, mejor, en un orden no lógico) las réplicas de cada uno de los

personajes, de modo que ninguna de ellas se corresponda con el sentido de la

inmediatamente anterior. Se deriva del concepto, ya comentado, de la línea múltiple

del pensamiento (ver Ej. 21), y consiste en producir un efecto de “turbulencia”

comunicativa, expresión más que probable de la alteración emocional de ambos

hablantes. Reaparecen, sí, los temas ya tratados en anteriores secuencias del

diálogo, pero sin respetar el principio de cooperación ni las máximas que deberían

regir una situación conversacional (ver, en MATERIALES, DECIR ES HACER). En

cualquier caso, la tal variable solo se incluye en Ej. 19, que propone precisamente

un “diálogo no lineal”.

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