Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Palabras: 4765
Pregunta de investigación
Diferentes investigaciones señalan patrones de asesinatos extrajudiciales conocidos como
“limpieza social” por parte de distintos actores armados que participaron en el conflicto
armado colombiano (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2015; Amnistía Internacional,
2004; Serrano-Amaya, 2013; Gallego-Montés; 2020). De los distintos actores, los
paramilitares son los que más se han involucrado en estos asesinatos. Frecuentemente, ellos
amenazaron con tales actos de violencia a través de panfletos, que distribuyeron en sus zonas
de dominio. En ellos se perseguía a personas marginalizadas, que según el informe Limpieza
Social (CNMH, 2015), se pueden agrupar como: delincuentes, consumidores de drogas,
improductivos, y trasgresores de la sexualidad (personas LGBT y trabajadoras sexuales). En
estos panfletos los paramilitares construyen a estos grupos como peligrosos e indeseables
para la sociedad. Estas amenazas parecen suponer que dichas personas incumplen con ciertas
normas morales y de convivencia. Los paramilitares, entonces, se asignan la tarea de restaurar
el orden que imponen esas normas al emprender un proyecto de aniquilación contra dichos
grupos. Ante esto, me pregunto: ¿Qué orden de género construyen las narrativas que se
manifiestan en los panfletos? ¿Qué lugar ocupan los paramilitares en ese orden de género?
1
aniquilación de los sujetos que son percibidos como diferentes, a quienes los paramilitares
aspiran a “corregir moralmente” mediante la violencia. Ahora bien, a pesar de que ambas
investigaciones reconocen que la masculinidad de los paramilitares se construye en relación
con otros, dejan inexplorada la cuestión que nos ocupa en este proyecto sobre cómo la
configuración de masculinidad paramilitar se construye en relación con otras masculinidades
y, en general, con otras subjetividades que no sean únicamente las de las mujeres. Por otro
lado, respecto a la pertinencia social del proyecto, creo que un análisis sobre la configuración
de masculinidad de los paramilitares puede dar luces sobre por qué catalogan a unos grupos
de personas como indeseables y por qué emprendieron un proyecto de aniquilación en su
contra. A partir de este conocimiento, quizá sea posible formular algunas acciones que
prevengan estas violencias.
Objetivos
• General:
Comprender la construcción de la masculinidad paramilitar en el marco del
conflicto armado, en relación con un proyecto de aniquilamiento de unos grupos
definidos como conflictivos por este actor.
• Específicos:
Revisión de literatura
Partí de la definición de Connell (1995) de la masculinidad como una posición en una red de
relaciones de género, con la que los hombres se comprometen mediante unas prácticas. En el
2
caso de los paramilitares, Theidon (2009) y Neira y Cruz (2021) afirman que su configuración
de masculinidad les asigna las tareas de dar seguridad a las mujeres y a su familia, proteger
la propiedad privada, ser los proveedores del hogar, y sacrificarse por un proyecto nacional.
Esto supone la encarnación de ciertas características, como ser trabajador, racional,
emocionalmente controlado, dominante y heterosexual activo. Estos rasgos permiten
subordinar a otras masculinidades y, en general, a subjetividades que no los personifican
(como las mujeres). Los paramilitares dominan a estas subjetividades en tanto que se
conciben a sí mismos como guardianes de las “buenas costumbres” y consideran que estos
sujetos deben ser corregidos moralmente.
Todas estas prácticas descritas por las autoras suponen una división sexual del trabajo,
que señala que la masculinidad se configura a partir de unas relaciones con otras
subjetividades presentes en el ordenamiento de género. Sin embargo, la relación de la
configuración de masculinidad de los paramilitares con otras masculinidades y, en general,
subjetividades que no sean las mujeres no es examinada en sus investigaciones. Este es un
vacío teórico que esta investigación contribuye a llenar.
Así pues, a partir de esta información sobre las prácticas de las masculinidades
paramilitares, hay que preguntarse por el lugar que ellas ocupan en un orden de género donde
hay un reparto desigual del poder y se dan relaciones de dominación y marginación. Esto
remite a preguntarse si estos hombres ejercen una masculinidad hegemónica, definida por
Connell (1995) como una configuración de prácticas que garantizan el lugar de dominación
en una red de relaciones de género, que supone una dimensión de coerción y violencia, pero
también de consenso (Szurmuk, 2009). La violencia, según Connell (1995), permite
mantener esa posición, pero, y es algo que quiero resaltar, también crea esa posición. El
terror, como ya lo sugieren Theidon (2009) y Neira y Cruz (2021), permite exigir y afirmar
formas de masculinidad que establecen fronteras que excluyen al otro. Algo similar proponen
Núñez y Espinosa (2016) cuando afirman que la dominación y violencia de género por parte
de los narcotraficantes no es un efecto de su poder dentro de la sociedad, sino que es un
mecanismo para obtener el poder. En este sentido, las prácticas violentas de la masculinidad
paramilitar permiten reclamar una posición hegemónica de poder que siempre está en disputa.
3
Ahora bien, la hegemonía también implica una dimensión de consenso que en este
caso está presente. Este consenso se dio por parte de las comunidades que veían con buenos
ojos los crímenes de limpieza social (CNMH, 2015), pero también por parte de una élite
política que se alió con estos combatientes en lo que se denominó “parapolítica” (Álvaro,
2007). En este sentido, los paramilitares llevaron a cabo una disputa por la hegemonía que se
dio en el plano de la fuerza, con su administración de violencia, pero también en el del
discurso, con la construcción de legitimidad de su accionar entre la población. Recalco en
este punto la palabra disputa, pues la hegemonía no es un rol o papel que se tiene, sino una
posición que se actualiza y sostiene constantemente a partir de unas prácticas de coerción y
consenso.
Por último, hay que señalar que la hegemonía en el orden de género es funcional a
unos intereses y proyectos políticos y económicos del actor armado. El CNMH (2015) afirma
que los crímenes de limpieza social perpetrados por los paramilitares en el barrio Ciudad
Bolívar (Bogotá) permitieron que tomaran control del lugar y, así, pudieran tener el control
de las redes de tráfico de drogas en la zona y reclutar jóvenes para los enfrentamientos
armados. Amistía Internacional (2004) reporta que las normas de conducta que los
paramilitares impusieron mediante la violencia en sus zonas de control les posibilitaron
controlar a la población y, así, avanzar en su lucha por el control del territorio. Gallego-
Montés (2020) señala que la violencia hacia trabajadoras sexuales en el departamento de
Caldas se dio por la sospecha de que estas fueran informantes de la guerrilla. Entonces, se
puede señalar que los discursos y prácticas de las masculinidades surgen en unas condiciones
materiales específicas de lucha con otros actores por el territorio y el dominio de la población.
Metodología
Decidí hacer un análisis de narrativas de los panfletos distribuidos por los paramilitares, en
repuesta a un vacío metodológico identificado por Georgakopoulou (2006), que señala que
la literatura del análisis de narrativas se ha enfocado principalmente en entrevistas. Este tipo
de narrativas tienen características comunicativas excepcionales que no necesariamente se
aplican a otras. Estas suelen tener un orden temporal y causal cerrado porque suelen ser
4
interpretaciones sobre un pasado al cual ya se le ha dado sentido. Además, presentan una
información muy completa, pues cuando hay vacíos en el relato el entrevistador suele pedirle
al entrevistado que elabore. Los panfletos, en cambio, son narrativas menos conscientes,
completas y cerradas, ya que son fuentes producidas en el momento mismo que se está
estudiando y no interpretaciones de un pasado por parte de quien narra. Además, son fuentes
que, a diferencia de las entrevistas, presentan poca información y asumen que el interlocutor
entiende el contexto del mensaje que expresan. Analizar los panfletos permite contribuir a
llenar ese vacío, así como el vacío de información de la relación de la masculinidad de los
paramilitares con otras subjetividades.
Los panfletos que analizaré en este proyecto pertenecen a la revista Noche y Niebla,
que desde 1996 hasta la actualidad ha denunciado casos de violencia sociopolítica.
Seleccioné panfletos entre el 2002 y el 2010 que circularon en distintos lugares, en aras de
poder cubrir una diversidad de contextos espacio-temporales y examinar, si se presentan, las
diferencias entre estos. Definí este marco temporal guiada por lo presentado por Serrano-
Amaya (2013) de que estos fueron años donde circularon muchas amenazas, especialmente
entre 2009 y 2010. Hice una tabla con los datos primarios de cada panfleto (anexo 1).
Para la selección, hice una búsqueda de palabras clave en cada número de esta revista,
como “prostituta”, “indigente”, “panfleto”, y “travesti”. A partir de esta búsqueda, hice una
primera selección de las entradas que eran de mi interés. Terminé con aproximadamente 70
panfletos. Luego, filtré de ese gran número los que tuviesen más información, para tener más
datos y así facilitar mi labor de análisis. Por esto, debí ser cautelosa al formular mis
conclusiones sobre la forma de narración que se da en los panfletos, pues la muestra que
estoy analizando sobrerrepresenta a los que tienen más información. Después de esta segunda
selección, quedé con una lista de aproximadamente 25 panfletos. Hice la selección final de
mi muestra de 6 panfletos teniendo en cuenta que quería una muestra diversa, que cubriera
varios años y regiones, y en la que aparecieran distintos sujetos victimizados.
Ahora bien, es necesario señalar que el registro que Noche y Niebla hace de los
panfletos no es una transcripción exacta del texto, sino reportes de su contenido por parte de
quienes los recibieron. Este reporte supone, en muchas ocasiones, la traducción de unas
5
categorías locales a otras más generales. En este proceso se pierden algunos sentidos de las
palabras usadas por los paramilitares e, incluso, puede pasar que se trasladen a grupos que
no son quienes el panfleto realmente señala.
Consideraciones éticas
Esta investigación tiene como punto de partida el reconocimiento de la injusticia de las
violencias hacia las personas mencionadas en los panfletos y los daños que estas produjeron
en sus vidas. En este sentido, no es una investigación neutral de lo sucedido, que busca
simplemente registrar unas prácticas violentas de los paramilitares hacia unas subjetividades
particulares, sino que es un trabajo que tiene una intención de denuncia y visibilización de
esas violencias. Al señalar los modos en los que operaron estas narrativas y las maneras en
las que fueron reproducidas por algunos actores de su contexto, quiero hacer una
interpelación ética a la sociedad que permitió que esto sucediera. Esta interpelación no la
formulo meramente como un reproche a los actores armados que perpetraron estas violencias,
sino como una crítica más amplia al orden de género de la sociedad que puso las condiciones
para que se dieran estas violencias.
6
Comunicabilidad
7
La gran diversidad en los grupos de sujetos perseguidos por los paramilitares frecuentemente
se ha explicado apelando a las distintas identidades que tienen estos grupos (CNMH, 2015;
Gallego, 2020; AI, 2004). No obstante, esto introduce algunos problemas. En primer lugar,
no es claro que todos los grupos presentes en los panfletos sean colectivos con identidades
definidas. Las identidades suponen cierto grado de articulación y politización que podría no
estar presente en grupos amenazados como los habitantes de calle o las personas infieles. En
segundo lugar, como afirma Serrano (2013), “las lógicas que aplica un actor violento para
victimizar a diferentes colectivos no son las mismas que las sustentadas en las políticas de la
identidad” (p. 56). De igual forma, no operan las mismas separaciones y clasificaciones, por
ejemplo, la diferencia entre identidad de género y orientación sexual. Por esto, para entender
los motivos por los cuales los paramilitares persiguen a estas personas, decidí enfocarme en
los comportamientos de cada grupo que infiero que son rechazados por este actor. Esto
permite alejarme del esencialismo y de la manera abstracta en que la categoría de identidad
suele presentar al sujeto y, de esta manera, ver las relaciones y situaciones específicas de
vulnerabilidad que llevan a que los paramilitares persigan a estas personas.
Teniendo esto en cuenta, en el anexo 3 agrupé los términos que se usan para referirse
a diferentes grupos de personas en los distintos panfletos según la similitud en sus
significados. Estos suelen ser términos y calificativos despectivos, algunos incluso son
usados como insultos en otros contextos, como “puta” o “malandro”. Las connotaciones
negativas de estos términos contribuyen a la fuerza expresiva de las amenazas y, así, hacen
que estas intimiden aun más a la población. Caractericé por separado el comportamiento
rechazado por los paramilitares para cada grupo y, así, encontré unas similitudes en los
motivos que permiten clasificarlos por grupos. Además de las similitudes, las agrupaciones
se ven respaldadas por el orden en que los paramilitares introducen los términos en sus
panfletos (anexo 2). Las palabras que denotan a los delincuentes y a los consumidores y
expendedores de drogas solían estar juntas. De igual manera, suelen ir en conjunto las que
denotan a población LGBT y a las trabajadoras sexuales.
8
En primer lugar, hay personas, como los delincuentes, los consumidores y
expendedores de drogas y los habitantes de calle, cuyo comportamiento es percibido por los
habitantes como un peligro. Los paramilitares, entonces, capitalizan esa amenaza percibida
por la población para vender seguridad. En este primer grupo, se podría hacer una subdivisión
entre las personas que les disputan el monopolio de la fuerza y de los negocios ilícitos
(delincuentes y expendedores de drogas, respectivamente) y las que, bajo los términos de los
paramilitares, no son productivas para la sociedad (consumidores de drogas y habitantes de
calle). El CNMH (2015) ya ha reportado que los asesinatos a expendedores eran una vía para
obtener el monopolio del negocio, y los asesinatos a los delincuentes, consumidores y
habitantes de calle eran una forma de proveer “seguridad” a los pobladores y, a cambio,
cobrarles una “vacuna”. Vemos, entonces, que los asesinatos a estas personas sirven a los
intereses económicos de los paramilitares.
Un segundo grupo serían aquellas personas que socializan de manera que incumplen
los toques de queda y las regulaciones impuestas sobre el espacio público. Los paramilitares
imponen restricciones sobre los horarios de las personas y sobre los espacios que pueden
transitar. Así, imponen pautas respecto a cómo se puede interactuar con otros y, en este
sentido, cambian y moldean el tejido social de su zona de dominio. Es interesante, además,
que estas restricciones son también limitaciones al tiempo de ocio de las personas, pues para
el momento en que acaba su jornada laboral, la forma en que pueden disponer de su tiempo
libre se ve limitada.
9
en un espacio marginal de la sociedad (similar a lo reportado por el CNMH, 2015). Además,
son personas que, para el actor armado, son disfuncionales y problemáticas para la sociedad,
y tienen conductas que están por fuera del límite de lo considerado como aceptable. Así
mismo, son personas que viven en municipios o barrios con niveles de pobreza significativos
(ver anexo 5). Adicionalmente, son personas que viven en departamentos en los que, según
Viáfara (2001) , hay una presencia significativa de personas racializadas.
Topos y tropos
Los topoi presentes en los panfletos presentan algunas lógicas comunes que se pueden
clasificar en grupos. Para cada uno de estos grupos hay tropos que condensan lo que los topoi
quieren expresar. El primer grupo está compuesto por los siguientes:
1. Tropos de la “mala imagen”: expresa el topos de que se debe asesinar a las personas
que dañan la reputación de la región
10
2. Tropos de la “limpieza social”: su topos es que es necesario exterminar a las personas
que son consideradas como despreciables, como una mancha en la sociedad.
3. Tropos de la “peste”: comunica el topos de que las personas que son vistas como una
desviación son dañinas para la sociedad y, por tanto, hay que aniquilarlas.
Estos tropos expresan un topos según el cual hay grupos de personas que están generando
malestar en la sociedad y, por tanto, deben ser asesinadas.
Así pues, un tema común presente en los tres grupos de topoi son los dictámenes,
justificaciones y principios que dan los paramilitares sobre quién tiene derecho a vivir y quién
debe morir. Por esto, se puede afirmar que la forma en que los panfletos lanzan amenazas
tiene una dimensión de coerción pero también de persuasión. En ellos, los paramilitares
11
imponen órdenes y amenazas a la población, pero también presentan, usualmente de manera
implícita, algunas justificaciones para su actuar. Estas justificaciones muestran no solamente
que la acción del actor armado no fue arbitraria, sino también que se inserta en una red de
creencias y conocimientos o, si se quiere, en el sentido común. Las amenazas de los panfletos
son inteligibles en la medida en que hacen uso del sentido común de la población, es decir,
usan un lenguaje que no es extraño para los pobladores. Las dinámicas de coerción y
persuasión de los panfletos están relacionadas con el hecho de que los actores armados están
presionados a ganar simpatía entre la población que quieren dominar (CNMH). Las
justificaciones implícitas, al hacer uso del sentido común de la población, permiten que el
actor armado gane legitimidad ante los habitantes de una zona, pues muestran a los habitantes
que su accionar es razonable y deseable. Se podría decir, entonces, que la distribución de
panfletos es una estrategia del actor armado para luchar por la hegemonía (que, según
Szurmuk et. al 2009 supone tanto coerción como consenso) en sus zonas de control o de
disputa territorial.
Mediante los panfletos, los paramilitares despliegan su poder sobre los cuerpos de las
personas que habitan sus zonas de control o disputa y, de esta forma, contribuyen a su lucha
territorial, pues cuando imponen efectivamente unas normas sobre la vida cotidiana de los
habitantes de un territorio, demuestran o manifiestan que ellos son quienes dominan la zona.
En este sentido, los panfletos actúan como un dispositivo de poder que les permite avanzar
en su lucha por el territorio contra otros actores armados. En esta lucha, el campo de batalla
son los cuerpos de los habitantes de los territorios, que se intentan disciplinar para ganar el
control efectivo de la zona (similar a lo sugerido por Segato, 2014, respecto al cuerpo de la
mujer como campo de batalla). En el contexto de esa lucha se da un disciplinamiento
cotidiano y constante de los cuerpos, los espacios, los tiempos y las prácticas sociales, así
como una vigilancia constante a partir de la cual se castiga a quienes retan esa disciplina.
Así, se domina a la población mediante toques de queda y castigos para quienes los
incumplan. La presencia constante de este control en la vida cotidiana produce en las
personas un miedo generalizado que rompe el tejido social, pues el temor de que cualquiera
podría ser un delator frente a los paramilitares mina la confianza entre cohabitantes. Esto
12
evita que se den procesos organizativos de las comunidades (que podrían ser adversos a sus
intereses) y, por tanto, es funcional a sus intereses.
En los panfletos se crea una relación de subordinación de los hombres que delinquen
y que venden o consumen drogas frente a los paramilitares. Los panfletos construyen a los
primeros como peligro y desviación moral, y postulan a los segundos como los defensores
frente a esa amenaza. Esto está relacionado con el oficio de seguridad que los paramilitares
se asignan a sí mismo en tanto hombres, que los identifica como protectores de las mujeres
y la comunidad, así como guardianes de las “buenas costumbres” (Theidon, 2009; Neira y
Cruz, 2021). La subordinación y subsecuente aniquilación de estos hombres contribuye a los
objetivos económicos de los paramilitares, pues les deja el terreno libre para obtener el
monopolio del comercio de la droga y del crimen organizado (como ya lo ha reportado el
CNMH).
13
género, sino que, como se señala en el anexo 5, también viven en contextos donde hay niveles
de pobreza significativos y donde hay una presencia importante de personas racializadas.
Referencias
Colombia. https://ideas.repec.org/p/bdr/region/142.html
14
Jimeno, M., Pabón, C., Varela Corredor, D., Díaz, I., & Universidad Nacional de Colombia
(Eds.). (2016). Etnografías contemporáneas: Las narrativas en la investigación
antropológica. III (Primera edición). Universidad Nacional de Colombia.
Núñez Noriega, G., & Espinoza Cid, C. E. (2017). El narcotráfico como dispositivo de poder
sexo-genérico: Crimen organizado, masculinidad y teoría queer. Revista interdisciplinaria
de estudios de género de El Colegio de México, 3(5), 90-128.
https://doi.org/10.24201/eg.v3i5.119
Pollaroli, C. 2014. Tropos y topoi: los esquemas argumentativos en los anuncios publicitarios. In
Goes, J., Mangiante, J., Olmo, F., & Pineira-Tresmontant, C. (Eds.), Le langage
manipulateur: Pourquoi et comment argumenter ? Artois Presses Université.
doi:10.4000/books.apu.14058
Serrano-Amaya, J. F. (2013). Contribución a la historia de las violencias por orientación sexual e
identidad de género en la violencia sociopolítica de Colombia. Revista Controversia, Núm.
201, 61-97.
Vega Naranjo, J. (2015). Análisis de la pobreza monetaria en la ciudad de Cali según las
características del hogar y el jefe de hogar (2012-2013).
15
ANEXO 1
Muestra de panfletos
Panfleto 1
Panfleto 2
16
tatuadas, personas con gorras nocturnas,
personas con cabellos pintados y
“extraños”, miembros de pandillas,
personas que estén por fuera de su casa
más allá de las 10:00 pm.
¿Amenazas individuales? Paramilitares afirman que tienen un listado
de personas a quienes asesinarán, pero no
se publica esa lista.
Mensaje del panfleto Los paramilitares amenazan con
exterminar a personas pertenecientes a esos
grupos y con asesinar a personas que
ronden el espacio público después de las
10:00 pm.
Distribución Solo se sabe que el panfleto circuló en el
municipio.
Panfleto 3
17
los habitantes de estos barrios a llegar
temprano a sus casas, pues se amenaza con
asesinar a quien llegue tarde.
Distribución Solo se sabe que el panfleto circuló en el
municipio.
Panfleto 4
Panfleto 5
18
Lugar Valle del Cauca: municipios de Jamundí,
Yumbo, Buenaventura, Zarzal, Florida,
comunas 12, 14 y 18 de Cali
Cauca: Puerto Tejada
Grupos amenazados Trabajadoras sexuales que consumen
drogas y viven con VIH, expendedores de
droga, consumidores de droga, ladrones,
secuestradores, personas que se encuentren
en bares después de las 10:00 p.m.,
personas que transiten el espacio público
después de la franja horaria 8-10:00 p.m.
¿Amenazas individuales? Sí
Mensaje del panfleto Se amenaza de muerte a estas personas y
se pone un toque de queda entre las 8:00 y
las 10:00 p.m.
Distribución Panfletos y listas de personas amenazadas
se reparten en las calles, se pegan en los
postes, se deslizan debajo de las puertas y
se envían por internet.
Panfleto 6
19
cantinas, prostíbulos o centros de
distribución de drogas.
¿Amenazas individuales? El panfleto afirma que tiene una larga lista
de personas a quienes van a asesinar, pero
no muestra la lista.
Mensaje del panfleto Se amenaza de muerte a las personas de los
grupos mencionados arriba.
Distribución Panfletos distribuidos en todo el municipio
20
ANEXO 2
• Panfleto 1
1. Ladrones
2. Atracadores
3. Vendedores de vicio
4. Drogadictos
5. Homosexuales
6. Prostitutas
• Asociaciones: personas que delinquen, expendedores y consumidores de drogas,
personas con prácticas sexuales distintas
• Panfleto 2
1. Personas fumando marihuana
2. Personas saltando paredillas
3. Personas atracando
4. Personas realizando actos delictivos de vandalismo
5. Personas indocumentadas
6. Personas tatuadas
7. Gente con gorras nocturnas, el cabello pintado, cortes de cabello extraños
8. Pandilleros
21
9. Marihuaneros
10. Atracadores
11. Menores de edad capturados a altas horas de la noche
• Asociaciones: personas que delinquen, consumidores de drogas, personas
indocumentadas, personas con expresiones de personalidad diferentes, personas
que no cumplen con el toque de queda.
• Panfleto 3
1. Delincuentes
2. Jugadores de dominó
3. Parches de esquina
4. Rateros del sector
5. Marihuaneros
6. Prostitutas
7. Viejas chismosas
• Asociaciones: personas que delinquen, consumidores de drogas, personas que no
cumplen con los toques de queda, personas que viven su sexualidad de forma
distinta
• Panfleto 4
1. Jíbaros
2. Fumones
3. Prostitutas
4. Gays
5. Lesbianas
6. Grupos reunidos en la calle tomando después de las 10:00 p.m.
7. Cachonas
8. Cachones
9. Roba hombres
10. Roba mujeres
11. Malandros
22
12. Corruptos
13. Pordioseros
- Asociaciones: expendedores y consumidores de droga, personas que viven su
sexualidad de forma distinta, personas que socializan incumpliendo el toque de
queda, habitantes de calle
• Panfleto 5
1. Malparidas putas bazuqueras y sidosas
2. Vendedores de droga
3. Ladrones callejeros
4. Apartamenteros
5. Jaladores de carros
6. Secuestradores
7. Jóvenes consumidores
8. Personas que se encuentren en los bares después de las 10:00 p.m.
9. Ladronzuelos
- Asociaciones: trabajadoras sexuales, personas que delinquen, consumidores de
droga, personas que incumplen con el toque de queda.
• Panfleto 6
1. Jóvenes menores de 25 años que estén después de las 10:00 p.m. en la calle,
en las esquinas o en la puerta de su casa
2. Maricas
3. Lesbianas
4. Prepagos
5. Periqueros
6. Familias que tengan casas que funcionan como cantinas, prostíbulos o
centros de distribución de drogas
23
- Asociaciones: personas que incumplen el toque de queda, personas que viven su
sexualidad de una forma diferente, consumidores de droga, expendedores de
sustancias psicoactivas, facilitadores del trabajo sexual.
ANEXO 3
Grupo Subgrupo
Ladrones, atracadores (x2), personas
saltando paredillas, personas
atracando, personas realizando actos
delictivos de vandalismo, pandilleros,
delincuentes, rateros, malandros,
corruptos, ladrones callejeros,
apartamenteros, jaladores de carros,
Términos secuestradores, ladronzuelos
Grupos que, en tanto cometen
Personas crímenes (lo que supone usar la
que les fuerza), les disputan el monopolio de
Personas disputan el Comportamientos la fuerza a los paramilitares.
sobre cuya monopolio
amenaza los de la fuerza Vendedores de vicio, expendedores,
paramilitares y de jíbaros, vendedores de droga, familias
pueden negocios que tengan casas que funcionan como
vender ilícitos cantinas, prostíbulos o centros de
seguridad Términos distribución de drogas
24
Grupos que son un obstáculo para el
monopolio de los paramilitares del
Comportamientos negocio de la droga
Drogadictos (x2), personas fumando
Personas marihuana, marihuaneros (x2),
que no son fumones, jóvenes consumidores,
productivas Términos periqueros
para la Comportamientos Consumen sustancias psicoactivas.
sociedad Términos Pordioseros
Comportamientos No trabajan.
Homosexuales, gays, lesbianas (x2),
Términos maricas
25
Formas de vestir y adornar el cuerpo
que se salen de las formas de expresión
Comportamientos permitidas por los paramilitares
Jugadores de dominó, Parches de
esquina, Grupos reunidos en la calle
tomando después de las 10:00 pm,
Personas que se encuentren en los
bares después de las 10:00 p.m.,
Jóvenes menores de 25 años que estén
después de las 10:00 p.m. en la calle,
en las esquinas o en la puerta de su
casa, Familias que tengan casas que
funcionan como cantinas, Personas que
se encuentren en los bares después de
Personas que las 10:00 p.m., Menores de edad
socializan en Términos capturados a altas horas de la noche
formas que Socializan en el espacio público a
no son horas o de formas que no son
permitidas Comportamientos permitidas.
por el actor Términos Viejas chismosas
armado: Socializan de una manera no aprobada
Comportamientos por los paramilitares.
Sin grupo:
“Personas indocumentadas”
Comportamiento: probablemente son perseguidas porque, como no tienen documentos, es
más difícil controlarlas.
26
ANEXO 4
Panfleto 1
Julio 17/2002
En este panfleto, a pesar de que no se afirma de manera explícita mediante, por ejemplo, un
conector de causalidad, se puede distinguir como justificación de la amenaza el que estos
grupos de personas le den una mala imagen a la región del municipio de Ovejas. Entonces,
está presente un topos “se debe asesinar a las personas que dan mala imagen a la región”.
Examinemos qué quiere decir “mala imagen”, usado de manera figurativa en este contexto.
27
Podemos inferir, entonces, que el que estas personas den una “mala imagen” a la región
significa que están haciéndole un daño a su reputación o prestigio. Entonces, si conectamos
el tropos con el topo, podemos decir que los paramilitares amenazan estos grupos de personas
porque creen que tienen unos comportamientos o cualidades que le hacen un descrédito a la
región.
Panfleto 2
Marzo 09/2004
En este panfleto hay múltiples tropos que refuerzan la comunicabilidad y expresividad del
topos que se argumenta (de manera implícita). Empecemos por examinarlos para poder
identificar los topoi.
28
Propiedades proyectadas de “limpieza” Borrar una mancha, sanitizar, eliminar
virus y bacterias, higienizar, eliminar la
suciedad
Propiedades proyectadas de “social” Lo que se da en sociedad, lo colectivo, lo
que se comparte, lo que compete a todos
El término “limpieza social” es una metáfora que supone que existe en la sociedad una
mancha o una suciedad que debe ser eliminada. En el contexto en el que se da la frase, la
mancha son los que pertenecen a pandillas, los que consumen sustancias psicoactivas y los
que delinquen. Entonces, se puede inferir que se presenta el topos “Es necesario exterminar
(“limpiar”) a las personas pertenecientes a pandillas, consumidores de droga y delincuentes
(la “suciedad”)”.
El panfleto amenaza a las personas que consumen marihuana o cometen actos delictivos
con “ajusticiarlos” o darles un “castigo”. De esto se podría seguir el topos “consumir
marihuana o cometer actos delictivos es un agravio que debe ser enmendado a partir de un
castigo, a saber, el asesinato”.
29
En este dicho se presenta un contraste entre los “hijos sanos” y los “hijos ladrones”. Se
puede inferir que en los primeros están incluidas las personas que no solo no delinquen,
sino que tampoco consumen sustancias psicoactivas porque el panfleto ya ha caracterizado
a ambos grupos de personas como desviaciones de la sociedad y merecedores de castigo.
Los segundos se definen por oposición a los primeros, entonces se puede inferir que son
aquellas personas que sí cometen los actos descritos. De hecho, se observa que en el orden
en que se presentan los sujetos amenazados en los panfletos suelen estar los consumidores
de drogas seguidos de los delincuentes, se percibe una asociación entre ambos grupos
(anexo 2). El topos que expone este dicho sería, entonces, el siguiente: “para evitar la
muerte, hay que evitar consumir drogas o delinquir”.
Propiedades proyectadas de “varilla más Algo inflexible, algo que opone resistencia
dura” a ser moldeado, algo que no es maleable,
algo que es indomable, algo rebelde, algo
que es difícil de someter
Propiedades proyectadas de “se ablanda” Se vuelve dócil, se vuelve maleable, se
domestica, se domina, se somete
Propiedades proyectadas de “a fuego lento” Dolor prolongado, castigo sostenido,
tortura
El decir “la varilla más dura se ablanda a fuego lento” se relaciona con otros tropos
utilizados en el panfleto, como el de “limpieza social” y “ajusticiar”. En este contexto, tal
decir puede tener como significado el dominar o volver dócil algo que previamente era
rebelde e indómito a partir de un castigo que se aplica de manera sostenida. De acuerdo con
los otros tropos presentes, el “rebelde” o “indómito” serían los miembros de pandillas,
consumidores de drogas y delincuentes.
Panfleto 3
30
Agosto 23/2008
El dicho es un tropo que genera una diferencia o binario entre los “sanos” y los “ladrones”.
Se puede inferir que los sanos son quienes no solo no delinquen, sino que tampoco
consumen sustancias psicoactivas, ni son trabajadoras sexuales, ni incumplen los toques de
queda. No se incluye a las “viejas chismosas” en este grupo, pues dado que el dicho habla
sobre “hijos”, el imaginario al que apela es a personas jóvenes. Las “viejas chismosas”, en
31
cambio, parecen ser mujeres de mayor edad. Los “ladrones” serían quienes sí tienen estas
conductas, pues este binario se construye en una relación de negación del otro término
(“sanos”). Entonces, se puede inferir el siguiente topos: “Todo aquel que sea delincuente,
consumidor de drogas, trabajadora sexual, irrespetuoso del toque de queda, será asesinado.
Si no se pertenece a estos grupos, igualmente hay que acogerse a un toque de queda”.
Panfleto 4
Septiembre 08/2008
Paramilitares de las AUC del Frente 40, de las autodenominadas Águilas Negras,
amenazaron mediante un panfleto a varios habitantes de la población venezolana de
Rubio, en la frontera con la ciudad de Cúcuta . Según la fuente en dicho comunicado en el
cual advierten el inicio de una «limpieza social», se lee: «Si quiere a su hijo, guárdelo
temprano y si no lo quiere, cómprele un ataúd (...) no queremos jíbaros, fumones,
prostitutas, gays, lesbianas, grupos reunidos en la calle tomando después de las 10:00 de
la noche, cachonas y cachones, roba hombres, roba mujeres, malandros, corruptos,
pordioseros (...) Haremos cumplir esto, en pocos días verán los resultados. Grupo AUC.
Águilas Negras-Frente Urbano 40».
32
El tropos “limpieza social” es una metáfora que supone que existe en la sociedad una
mancha o una suciedad que debe ser eliminada. Entonces, sugiere un topos según el cual
“Es necesario exterminar (“limpiar”) a las personas que son la “suciedad” de la sociedad”.
Panfleto 5
Marzo 01/2009
Desde las primeras semanas del mes de marzo, miembros de un grupo paramilitar
amenazaron de muerte a través de panfletos y listados, a habitantes de los municipios de
Jamundí, Yumbo, Buenaventura, Zarzal, Florida, así como a los habitantes de las comunas
12, 14 y 18 de la ciudad de Cali, en el departamento del Valle del Cauca y en el municipio
33
de Puerto Tejada al Norte del Cauca, los panfletos repartidos en las calles, dejados por
debajo de las puertas o pegados en algunos postes o enviados por Internet, tienen el mismo
contenido, sumiendo a la población en un estado de miedo y ejerciendo control
obligándola a permanecer a sus casas después de una hora indicada, afectando el derecho
a la libre movilidad, los horarios varían desde las 8 hasta las 10 de la noche, causando así
una gran dificultad a quienes trabajan hasta altas horas de la noche. Algunos apartes de la
amenaza son: "Llego la hora para la limpieza social ahora le toca el turno a las
malparidas putas bazuqueras y sidosas, vendedores de droga, ladrones callejeros y
apartamenteros, jaladores de carros, secuestradores y jóvenes consumidores, ya los
tenemos identificados (...)
Todo malparido que se encuentre en estos bares después de las 10:00 p.m. no respondemos
si caen inocente, no más ladronzuelos dejen trabajar a la sociedad, pilas que están
pillados… juicio o muerte, usted lo decide…,” en uno de los listados donde escriben el
nombre y el alias de los jóvenes que posteriormente asesinaran dice "acuesten a los niños
buenos, que a los niños malos los acostamos nosotros".
El término “limpieza social” es una metáfora que supone que existe en la sociedad una
mancha o una suciedad que debe ser eliminada. En el contexto en el que se da la frase, la
mancha serían las trabajadoras sexuales, los consumidores y vendedores de droga, y los
delincuentes. Entonces, se puede inferir que se presenta el topos “Es necesario exterminar
(“limpiar”) a las personas pertenecientes a los grupos mencionados (la “suciedad”)”.
34
El contexto del tropos muestra que este está relacionado con quienes incumplen los toques
de queda con quienes no trabajan y no “dejan trabajar”. El tropos está seguido de la
expresión “usted decide”, lo que implica que los paramilitares consideran que las víctimas
de sus panfletos tienen un margen de decisión sobre lo que les acontece, es decir, que
pueden elegir evitar su muerte. El “juicio” se refiere a respetar unas normas que, en este
contexto, se puede inferir que son el toque de queda y el cumplir con el trabajo. Entonces,
el topos que expresa este topos podría ser “Las personas pueden decidir si viven o si
mueren al elegir acogerse o no a las normas impuestas por los paramilitares”.
Panfleto 6
Abril 20/2010
35
Propiedades proyectadas de “peste” Enfermedad presente en una sociedad,
infección, epidemia, desviación,
corrupción
Cuando se refiere a “cuentas por saldar” lo hace en relación con jóvenes que estén por fuera
de sus casas durante el toque de queda impuesto. El “agravio” que implica este tropos sería
irrespetar el toque de queda y el “pago” o “saldo” sería una lesión o la muerte. Entonces, se
puede identificar el topos “Incumplir el toque de queda es un agravio que debe ser
castigado con daños corporales o el asesinato”.
36
ANEXO 5
Panfleto 1
Municipio: Ovejas
Departamento: Sucre
IPM: 51,5
Panfleto 2
Municipio: Soledad
Departamento: Atlántico
IPM: 18,6
Panfleto 3
Barrios:
Siete de abril – Personas viviendo en la pobreza: 38,1% - 55,0%
Las américas – Personas viviendo en la pobreza: 38,1% - 55,0%
Santo Domingo de Guzman – Personas viviendo en la pobreza: 38,1% - 55,0%
Santuario – Personas viviendo en la pobreza: 38,1% - 55,0%
Carrizal – Personas viviendo en la pobreza: 38,1% - 55,0%
Municipio: Barranquilla
Departamento: Atlántico
Panfleto 5
Municipios:
37
Jamundí – IPM: 14,9
Yumbo – IPM: 15,6
Buenaventura – IPM: 41,0
Florida – IPM: 18,9
Puerto Tejada: IPM: 16,6
38