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AGUA SUBTERRÁNEA

HIDROLOGÍA
UNIDAD IV – AGUA SUBTERRÁNEA
IV.1. Conceptos generales
Agua subterránea: recibe esta denominación toda agua que se encuentra por debajo
de la superficie del suelo, por lo tanto, comprende tanto la zona de aireación o
evapotranspiración como la zona saturada. La mayor parte del flujo en corrientes
permanentes de agua proviene del agua subterránea.
Acuífero: Se llama así a toda formación geológica que contiene agua ocupando la
totalidad de los vacíos y que la transmite de un punto a otro en cantidades suficientes
para permitir su desarrollo económico.
Acuicludo: Es una formación que almacena agua, pero tiene nula transmisión. Ejemplo
de ello lo constituyen las formaciones con neto predominio de las arcillas.
Acuifugo: No puede retener ni transmitir el agua. El ejemplo característico son los
granitos o las cuarcitas no fisuradas.
Nivel freático: en los acuíferos libres, es el lugar geométrico donde la presión
hidrostática es igual a la presión atmosférica. Por encima del nivel freático se encuentra
la zona de aireación, de evapotranspiración o no saturada. Agua higroscópica es la
denominación que recibe la que se encuentra contenida en la partícula de suelo; agua
capilar es la que se encuentra en la zona de aireación, ya que es retenida por las fuerzas
capilares que actúan en los espacios de aire formados entre las partículas de suelo y
agua gravífica es la que forma parte del acuífero, ya que ha llegado por gravedad hacia
la zona saturada. En la Figura 1 se muestra la disposición de la zona no saturada.

Figura 1. Estructura de la zona no saturada

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Acuífero cautivo: se denomina así cuando el agua subterránea está comprendida entre
estratos impermeables, uno de ellos actúa como “piso” y otro como “techo”, estando este
último en una situación que evita el ascenso del agua hacia niveles superiores, por lo
tanto, con una presión del agua superior a la atmosférica. Si un pozo llega a penetrar la
capa confinante, el agua subirá hasta alcanzar el nivel piezométrico. Si ese nivel
piezométrico se encuentra por encima de la superficie del terreno, el pozo descargará
como un manantial o pozo surgente. En la Figura 2 pueden observarse los diferentes
acuíferos y el área de recarga de los confinados.

Figura 2. Diferenciación entre acuíferos libres y confinados.

En la Figura 3 puede observarse con mayor detalle la diferencia entre pozo artesiano
surgente, cuando el nivel topográfico del terreno es inferior al nivel piezométrico, y pozo
no surgente, cuando la topografía es lo suficientemente elevada como para que el nivel
piezométrico quede por debajo. En cualquier caso, la topografía de la zona de recarga
es marcadamente superior a la de desarrollo del acuífero, por lo que está garantizada la
alimentación de la zona saturada.

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Figura 3. Acuífero libre y acuífero cautivo, con zona de recarga foránea o externa.

IV.2. Los parámetros hidráulicos del acuífero


El Coeficiente de almacenamiento (S) y el Coeficiente de permeabilidad (K) son los
parámetros que permiten realizar la caracterización hidráulica de un acuífero.
Porosidad: Relación entre el volumen de vacíos y el volumen total del material:

P% 
W
100
V
Rendimiento específico (Sy): relación entre la cantidad de agua que puede drenar
libremente y el volumen total de la formación. Es menor que la Porosidad, y es conocido
también como porosidad eficaz.

Acuífero de textura fina (arcilla)  Sy pequeño


Acuífero de textura gruesa (arenas o gravas)  Sy mayor
Retención específica (Sr): es la parte de la porosidad total de un acuífero que no puede
ser fácilmente extraída.

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P%  S y  Sr
Los materiales típicos que forman los acuíferos tienen las siguientes propiedades, como
valores promedio, según se muestra en la Tabla 1, donde puede observarse, por
ejemplo, que la alta porosidad no se condice con una buena permeabilidad, como sucede
con las arcillas.

Tabla 1. Propiedades de los materiales típicos de los acuíferos.

Rendimiento Permeabilidad
Material Porosidad [%]
específico [%] [m³/día/m²]

Arcilla 45 3 0,0004

Arena 35 25 41

Grava 25 22 4100

Grava y arena 20 16 410

Arenisca 15 8 4,10

Granito 1 0.5 0,0004

Coeficiente de Almacenamiento (S): es el volumen desplazado por una columna del


acuífero de superficie unitaria (1 cm²) cuando la superficie freática desciende un valor
unitario (1 cm) en un acuífero libre, (porosidad eficaz).
En acuífero confinado, implica el descenso en un valor unitario de la presión
hidrostática en la columna del prisma acuífero considerado. Es un coeficiente
adimensional, ya que representa el cociente entre dos volúmenes. En la Figura 4 puede
verse la diferencia en el procedimiento de estimación según el tipo de acuífero.
Los valores dentro de los cuales oscila el coeficiente de almacenamiento son los
siguientes:
S = 0,3 a 0,05  acuíferos libres
S = 0,001 a 0,0001  acuíferos semiconfinados
S = 0,0001 a 0,00001  acuíferos cautivos o confinados
La razón de los valores bajos del Coeficiente de Almacenamiento en los acuíferos
confinados, cautivos o artesianos, se debe a la compresión sufrida en el estrato saturado
por el peso de las capas superiores, por lo que al aumentar la profundidad es esperable
una disminución en los valores de este parámetro.

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Coeficiente de Permeabilidad (K) o Coeficiente de Conductividad Hidráulica: Es la


velocidad promedio del flujo subterráneo a través del medio poroso saturado que
compone el acuífero.
En los sistemas de llanura, el coeficiente de almacenamiento está ligado a la recarga en

Figura 4. Coeficiente de almacenamiento en acuífero libre (no confinado) y en acuífero confinado.

Figura 5. Variación del nivel freático según el régimen de lluvias, Estación Meteorológica Campus
UNNE, para el 2º semestre del año 2012.

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los acuíferos freáticos, por lo que el régimen de precipitaciones impacta en las


oscilaciones del nivel de estos acuíferos, como se observa en la Figura 5.

IV.2.1. Métodos para determinar la conductividad hidráulica en campo


Método del sondeo con barreno (auger hold method en la bibliografía inglesa): se basa
en medir la recuperación del nivel freático de una perforación de la cual se ha extraído
en forma casi instantánea el volumen de agua en ella contenido, registrando la evolución
de los descensos (y) en el tiempo (t), como se observa en la Figura 6.
La Fórmula de Ernst generalizada permite resolver el cálculo de la permeabilidad:
∆𝑦
𝐾 =𝐶.
∆𝑡
4,62  r 2  H
C
20  r  H  2  H  y 
y: Descensos medidos a partir del nivel estático [m] (en la Figura 6 aparece como h);
H: Desnivel entre el fondo de la perforación y el nivel estático [m];
r: Radio de la perforación [m];
D´: distancia entre el fondo de la perforación y el punto de medición (Figura 6);
W´: distancia entre el nivel estático y el punto de medición (Figura 6).
∆𝑦
Debido a que los valores del gradiente pueden variar durante el ensayo, se
∆𝑡
recomienda finalizar el mismo cuando se ha recuperado 1/3 del nivel estático original, ya
que el gradiente hidráulico se ve reducido en las zonas cercanas al pozo de ensayo por
disminuir la altura entre el nivel estático inicial y el nivel dinámico. Respetando esta
∆𝑦
consigna del procedimiento, pueden promediarse los distintos valores de que
∆𝑡
puedan surgir en el tiempo de mediciones, porque los mismos no van a diferir
notablemente y el resultado será consistente con un valor realista del Coeficiente K.

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Figura 6. Esquema gráfico para el método del sondeo con barreno.

En las Figuras 7, 8 y 9 se muestra el equipamiento necesario para realizar el ensayo.

Figura 7. Perforación realizada para el ensayo de sondeo con barreno.


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Figura 8. Operación con pala barreno para profundizar la perforación.

Figura 9. Cinta métrica y base de boca de pozo para orientar la medición de niveles.

Cuando se realiza una perforación encamisada desde la superficie y ranurada en la zona


que atraviesa el acuífero, es posible realizar el ensayo agregando un volumen conocido
de agua durante un cierto tiempo, y midiendo los descensos que se producen a partir de
un nivel inicial (dinámico) hasta que el agua alcanza nuevamente el nivel estático, como
se muestra en la Figura 10.

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Figura 10. Perfil de perforación con estrato permeable y planilla para registro del ensayo.

Al procesar la información obtenida en campo, el cálculo del Coeficiente C puede


simplificarse utilizando un ábaco que combina las dimensiones físicas del acuífero con
el radio del sondeo, según se observa en la Figura 11.

Figura 11. Ábaco para realizar la determinación del coeficiente C (Fuente: ILRI1, Holanda).

1
Institute for Land Reclamation and Improvement, 1977.
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IV.2.2. Formaciones acuíferas que presentan estratificación


Permeabilidad media, horizontal y vertical
Las formaciones acuíferas que presentan estratificación pueden tener distintos valores
de permeabilidad, como consecuencia de que la diferente composición textural y
constitución del empaquetamiento, determina variaciones en el comportamiento del flujo
en el medio poroso.
Los acuíferos estratificados tienen Isotropía cuando mantienen constantes sus
propiedades hidráulicas, en especial la permeabilidad. Cuando por el contrario varían
sus propiedades hidráulicas, presentan anisotropía, resultando estratos con distintos
valores de permeabilidad (K), y en esos casos resulta necesario determinar un valor
único de K para el acuífero, que puede resultar como permeabilidad media,
permeabilidad vertical o permeabilidad horizontal, según se muestra continuación.
Permeabilidad media: Cuando hay componentes horizontal y vertical del movimiento
del agua, lo cual incide en la determinación de un valor resultante de ambos, que se
interpreta como una media geométrica:

𝐾𝑚 = √𝐾ℎ . 𝐾𝑣
Permeabilidad vertical: Es el caso en el cual el flujo de agua circula en sentido
perpendicular a la estratificación, por lo tanto, el Q unitario que atraviesa la formación es
constante, y lo que varía en cada estrato es la pérdida de carga o presión hidráulica.
El esquema gráfico de la Figura 12 nos muestra la disposición de la estratificación del
acuífero en relación a la dirección vertical del flujo.

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Figura 12. Acuífero con flujo vertical con respecto a la estratificación.

El espesor total del acuífero en la suma de los estratos que lo componen:


𝑩 = 𝒃𝟏 + 𝒃𝟐 + 𝒃𝟑

Siendo el caudal constante, entonces el caudal que atraviesa cada estrato también lo es,
por lo que puede expresarse según lo siguiente:
𝐾𝑣 . 𝐻 𝐾𝑖 . ℎ𝑖
𝑞 = =
𝐵 𝑏𝑖
Siendo
Kv = permeabilidad vertical correspondiente al acuífero en su conjunto;
Ki = permeabilidad del estrato i;
hi = pérdida de carga del estrato i;
bi = espesor del estrato i;
H = pérdida de carga total en la trayectoria B;
B = espesor total del acuífero, que en este caso constituye la trayectoria del flujo.
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Si despejamos de la ecuación anterior la pérdida de carga en el estrato i:


𝐾𝑣 . 𝐻 . 𝑏𝑖
ℎ𝑖 =
𝐵 . 𝐾𝑖
Y como la sumatoria de los valores hi = H, entonces puede hacerse la simplificación que
permite obtener la expresión para estimar la permeabilidad vertical:
𝐵
𝐾𝑣 =
𝑏𝑖

𝑘𝑖
Esta ecuación puede resolverse pues la exploración estratigráfica permite conocer el
espesor de cada estrato y los ensayos de campo o de laboratorio permiten conocer la
permeabilidad de cada estrato.
Permeabilidad horizontal: En este caso el agua circula en sentido paralelo a la
estratificación, entonces el gradiente hidráulico es igual para cada estrato, variando los
caudales por estrato, según se observa en la Figura 13.

Figura 13. Acuífero con flujo paralelo a la estratificación.

Siendo ∆l la trayectoria del fluido en el acuífero y ∆h la perdida de carga total que permite
el movimiento del flujo, el gradiente hidráulico es el mismo para cada estrato y lo que
varía es el caudal por estrato. Por lo tanto, el caudal total del acuífero es la suma de los
caudales de cada estrato, expresándose como un caudal por unidad de ancho del
acuífero:

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∆ℎ ∆ℎ
𝑞𝑖 = 𝐾𝑖 . 𝑏𝑖 . ; 𝑞 = ∑ 𝑞𝑖 = 𝐾ℎ . 𝐵 .
∆𝑙 ∆𝑙

Y finalmente, para obtener la permeabilidad horizontal, se obtiene:


∑ 𝐾𝑖 . ℎ𝑖
𝐾ℎ =
𝐵

IV.3. Hidráulica de pozos


El análisis del movimiento del flujo subterráneo cuando se extrae agua por bombeo de
un pozo de captación que atraviesa una formación acuífera, recibe el nombre de
hidráulica de pozos.
IV.3.1. Ecuaciones de movimiento: flujo establecido y flujo no establecido
Para el estudio de la hidráulica de pozos se emplean dos grupos de ecuaciones de
movimiento: las que consideran un flujo establecido y aquellas que asumen que se dan
condiciones denominadas de flujo no establecido.
Cuando estamos en presencia de un acuífero homogéneo con capa freática inicialmente
horizontal, es necesario que se genere un gradiente hidráulico para establecer un flujo
de agua hacia el pozo: es lo que se llama lograr la formación del Cono de depresión.
Cuando el descenso es pequeño y el pozo atraviesa totalmente la formación, entonces
las líneas de corriente del flujo se suponen horizontales.
Así es posible deducir una fórmula aproximada que relacione el caudal del pozo con las
características del acuífero.
IV.3.2. Métodos de equilibrio
Están desarrollados a partir de la Ley de Dupuit y sus hipótesis. Pueden darse
situaciones de flujo en dos dimensiones, donde se aplica al caso de una trinchera de
captación o zanja de drenaje, y de flujo en tres dimensiones, que resulta aplicable a una
perforación o pozo para extraer agua de un acuífero mediante bombeo. Las fórmulas que
se utilizan son las de Thiem en el caso de acuíferos confinados y de Dupuit en los
acuíferos libres.
DUPUIT (1863) formuló su teoría para acuíferos libres y luego THIEM (1906) la adecuó
para acuíferos cautivos.
Flujo en dos dimensiones: manto cilíndrico
Una de las aplicaciones frecuentes de los métodos de equilibrio es el caso del sistema
conformado por la trinchera de captación (zona de extracción) y la trinchera de
alimentación (zona de recarga) como se presenta en la Figura 14. También es análogo
al caso de una zanja de drenaje que se diseña para bajar el nivel freático en un área con

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cultivos donde el ascenso de la tabla de agua subterránea resulta perjudicial para la


producción agrícola.

A B
Trinchera de

Alimentación
Trinchera de
R
Captación

Plano


À A
t
Q upui
de D
Curva
Pendiente y H
dy/dx
h
B' B X

X R
CORTE A-B
Q = k X L (H²-h²) / 2 R
y²-h² = 2 Q x x / k x L
DUPUIT
Figura 14. Esquema de flujo en dos dimensiones o manto cilíndrico, aplicando la Ley de Dupuit.
Flujo en un manto cilíndrico
Flujo de dos dimensiones
En este caso se asume la validez de la Ley de Darcy, la cual propone lo siguiente:

𝑉 = 𝐾 .𝑖
donde:
V: velocidad del flujo subterráneo;
K: coeficiente de conductividad hidráulica o de permeabilidad;
∆𝑦
i : gradiente hidráulico, como relación entre pérdida de carga y recorrido, 𝑖 =
∆𝑥

Asumiendo que la zanja de drenaje propuesta debe recorrer una distancia L hasta
descargar en un cauce de escurrimiento permanente, y aplicando la expresión de caudal
como producto del área por la velocidad, la ley de Darcy permite deducir la expresión
para calcular la Curva de Dupuit:

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𝑑𝑦
𝑄 = 𝐾 .𝐿 .𝑦 .
𝑑𝑥
donde:
y es una variable, entre la profundidad de la zanja de drenaje h y la altura de la zona de
recarga H;
x es otra variable, que indica la distancia medida hacia la zona de recarga R a partir del
origen 0, ubicado en el borde de la trinchera de captación. Por lo que integrando y
haciendo los reemplazos de variable correspondientes, se obtiene la expresión de la Ley
de Dupuit:

( 𝐻 2 − ℎ2 )
𝑄 = 𝐾 .𝐿 .
2 .𝑅
Esta misma expresión utilizando las variables originales (x e y) permite construir la Curva
de Dupuit, según puede observarse en la Figura 14.

Flujo en tres dimensiones: manto de hilos convergentes


El flujo de una superficie cilíndrica de radio x (el pozo de bombeo), con altura del cono
de depresión y (distancia entre el nivel dinámico en el pozo y el fondo de la perforación),
debe igualar el Q extraído del pozo de bombeo. Éste es el principio de los métodos de
equilibrio: la recarga compensa la extracción realizada por bombeo, con lo que el
perfil de la superficie saturada alcanza a estabilizarse cuando se está bombeando un
caudal constante. En esta situación el tiempo en que se mantiene el bombeo es una
dimensión que no influye en las condiciones hidráulicas de funcionamiento, por lo tanto,
no interviene en las ecuaciones que se utilizan para caracterizar el problema.
𝑑𝑦
Ley de Darcy: 𝑄 = 𝐾 .𝐴 .𝑖 𝑄 = 𝐾 .2 .𝜋 .𝑥 .𝑦 .
𝑑𝑥

Reagrupando términos, e integrando en base a las variables x e y, trabajando con dos


pozos de observación ubicados a distancias r1 y r2, con h1 y h2 como alturas de agua
medidas sobre la base del acuífero, se logra la expresión:
( ℎ12 −ℎ22 )
Acuífero libre (DUPUIT) 𝑄 = 𝜋 .𝐾 . 𝑟1
ln ( )
𝑟2

La Figura 15 permite interpretar las condiciones de funcionamiento de un acuífero libre


ante una extracción por bombeo de un caudal constante sin límite de tiempo.

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Figura 15. Esquema hidráulico para un acuífero libre, con la ubicación de los pozos de observación y la
red de flujo con líneas de corriente y equipotenciales que muestra el flujo hacia el pozo de bombeo.

La situación que se presenta para el caso de un acuífero cautivo, confinado o artesiano,


se puede analizar con un esquema similar al presentado para el acuífero libre, con la
diferencia que aquí interviene el espesor del acuífero (e) como un factor constante que
condiciona las dimensiones de la sección de flujo subterráneo hacia la perforación. Thiem
(1903) fue el investigador que analizó el caso de este tipo de acuíferos, también sobre la
base de la Ley de Darcy, por lo que con la diferencia arriba señalada, la expresión para
calcular el flujo subterráneo hacia el pozo se resuelve con:

h0  h 
Q  2   K  e 
lnro / r 
Acuífero cautivo (THIEM)

En el caso del acuífero confinado el gradiente hidráulico queda definido por la diferencia
entre los niveles piezométricos de los puntos de interés dividida por la distancia que
separa los puntos donde se midieron dichos niveles.
Con dos pozos de observación ubicados a distancias ro y r, con ho y h alturas de agua
medidas sobre el techo del acuífero, puede despejarse a partir de la ecuación anterior el
valor de la permeabilidad.

 ln o 
Q r
K
2    e  ho  h   r 

En la Figura 16 puede observarse el planteo para el caso de un acuífero confinado,


donde rw representa el radio de la perforación y h w constituye la profundidad del nivel
dinámico medida hasta el techo del acuífero.
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Figura 16. Esquema del funcionamiento hidráulico para un acuífero confinado ante la extracción de un
caudal constante Q, siendo el nivel estático inicial ho.

Hipótesis de la Ley de Dupuit


Para aplicar las ecuaciones propuestas por Thiem y Dupuit, deben cumplirse las
siguientes hipótesis
• Ocurrencia de flujo en régimen permanente;
• Tanto el agua como la roca acuífera resultan incompresibles;
• Las superficies equipotenciales que conforman la red de flujo son planas;
• Tienen validez las premisas que establece la Ley de DARCY;
• La componente vertical de la velocidad en la red de flujo es NULA;
• Se trata de un medio homogéneo e isótropo;
• El espesor (e) en el caso de acuífero cautivo y el radio de influencia (R) son
constantes.
Al inicio del bombeo, el mayor Q se obtiene del almacenamiento contenido en la parte
del acuífero que se deseca a medida que se desarrolla el cono de depresión.
Los análisis en condiciones de equilibrio producen valores muy altos de la
permeabilidad, porque sólo una parte del caudal total proviene del flujo a través del
acuífero hacia el pozo.
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IV.3.3. Métodos de No Equilibrio


Fórmulas de Theis y Jacob para proceder al análisis de ensayos de bombeo
Por la sobreestimación de los métodos de equilibrio, se han desarrollado métodos de
evaluación que tienen en cuenta el no cumplimiento de algunas de las premisas de la
Ley de DUPUIT, en particular porque no se produce una transmisión permanente entre
la extracción de agua y la recarga, influyendo entonces en la dinámica del proceso la
variable tiempo. Como el cono de depresión continúa aumentando con el tiempo de
bombeo, nunca se alcanza a estabilizar y por ello queda configurado dentro de los
métodos de no equilibrio.
THEIS (1935) tuvo en cuenta el efecto del tiempo y las características de
almacenamiento del acuífero, basándose en una analogía con la termodinámica en la
que se evalúa el flujo de temperatura en los medios porosos, realizando las adaptaciones
correspondientes, dando lugar a las ecuaciones siguientes:

Q W u 
s
4  T

e u
W u    .du
u

r2  S
u
4  t T

T  K e
donde:
t: tiempo en días desde la iniciación del bombeo;
S: coeficiente de almacenamiento del acuífero;
s: depresión o abatimiento de un pozo de observación a una distancia r del pozo de
bombeo;
Q: caudal en m³/día;
T: Transmisibilidad en m³/día/m;
u: variable de pozo;

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W (u): función de pozo;


K: Permeabilidad;
e: espesor del acuífero.
La Función de pozo u puede evaluarse a partir del desarrollo en serie de potencia:

u2 u3
W u   0,5772  ln u  u   ...
2  2! 3  3!
Ésta función está resuelta analíticamente y puede ser representada gráficamente como
función patrón, contribuyendo a la aplicación del método de coincidencia o de
superposición gráfica entre la Curva patrón W (u) vs. u y la Curva experimental
obtenida de los datos de campo. Por lo tanto, queda claro que para aplicar los métodos
de No Equilibrio deben realizarse ensayos de bombeo con una duración suficiente (24 a
48 hs) que permitan obtener la evolución de los abatimientos (s) en el tiempo (t) según
la estructura y características hidráulicas del acuífero.

Figura 17. Aplicación del método de superposición entre la curva patrón y la curva experimental.

De la superposición de ambas curvas manteniendo sus ejes paralelos, se ajusta un tramo


o al menos un punto de superposición (punto común).

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El uso del método de Theis para resolver un problema de pozos en un acuífero


determinado, aplicando el método de superposición según se muestra en la Figura 17,
permite obtener las coordenadas del punto denominado “común” a ambas curvas, del
cual resultan los cuatro valores que se muestran como ejemplo:

r2
 5,3.104
u  0,4 W u   0,7 Z  3,4 t

Las coordenadas de ese punto común se utilizan para obtener T y S por medio de las
siguientes ecuaciones:

Q  W u1  2
r1 S
s1  u1  
4  T t 4 T
El subíndice 1 indica las variables que se obtienen de las gráficas de curva patrón y curva
experimental, donde los demás elementos son constantes. Con la ecuación de la
izquierda, y conociendo el caudal constante de bombeo (Q) utilizado durante el ensayo,
se obtiene el valor de la Transmisibilidad (T). Conocida ésta, y despejando en la ecuación
de la derecha, se obtiene el valor del Coeficiente de Almacenamiento (S).
Tanto la curva patrón, como las curvas experimentales son representadas con papel en
escalas logarítmicas, y las dimensiones de los ciclos logarítmicos utilizados en ambas
deben ser las mismas, con las escalas que corresponden para cada variable
representada.

 r2 
log s  log 
 t   (para un tiempo fijo t, representando a todos los piezómetros)

log s  log t  (para cada piezómetro de observación)

log s  log r 2  (con varios piezómetros)

Esto demuestra que hay una gran variedad de gráficas experimentales las que pueden
ser representadas, permitiendo obtener un conjunto de pares de valores (T; S) que luego
son promediados para finalmente adoptar los parámetros hidráulicos del acuífero
ensayado.
Aproximación logarítmica de JACOB
Cuando el valor de la variable de pozo u es pequeño, los términos que resuelven la
ecuación de la función de pozo W (u), después de ln u son también pequeños y pueden
ser despreciados.
La ecuación para calcular el abatimiento de pozo s indica que u será pequeño cuando el
tiempo t sea grande, de lo que resulta una solución modificada del Método de THEIS
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W u   0,5772 ln u  ln(0.5615/ u)
Q  0,5615 
s1   ln 
4  T  u 

2,3  Q t  t 
T  log 2  log 2   1
4    s  t1   t1 
Siendo ∆s el abatimiento entre t1 y t2, que se corresponden con un ciclo logarítmico y por
lo tanto el logaritmo del cociente entre ambos es igual a la unidad.
Utilizando un gráfico semilogarítmico, donde el abatimiento s se representa en escala
decimal y el tiempo t en escala logarítmica, a partir de un tiempo suficientemente largo
como se muestra en la Figura 18, la relación se hace lineal y permite con su extrapolación
determinar el valor del tiempo para un abatimiento s = 0, que se denomina to.

Figura 18. Representación gráfica para aplicar el Método simplificado de Jacob.

Al hacerse = 1 el ciclo logarítmico citado, de la gráfica se obtiene el valor de ∆s, lo que


permite resolver el valor a asignar a la Transmisibilidad T. Conocido este parámetro y
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asumiendo que el valor de to que se obtiene de la prolongación de la gráfica se asocia


con un abatimiento s=0, de la ecuación de la variable de pozo puede despejarse el valor
del Coeficiente de Almacenamiento S.

2,25  T  t0
z  0  t0 S
r2
De ese modo se obtienen los parámetros hidráulicos del acuífero, Transmisibilidad (T) y
Coeficiente de Almacenamiento (S), con lo cual se pueden representar las diferentes
condiciones de explotación de un acuífero para determinar sus posibilidades de un
aprovechamiento ambiental y económicamente sustentable.

IV.4. Ejemplos para determinación y uso de Transmisibilidad y Almacenamiento


Problema 1.
 A partir de los datos de un ensayo de bombeo se han determinado los parámetros
hidráulicos de un acuífero confinado, resultando con Transmisividad: 54 m2 /día y
Coeficiente de Almacenamiento S= 3ꞏ10-5. Se necesita bombear un caudal constante
de 4,2 litros/seg. para suministrar agua a una pequeña población rural.
Se requiere calcular el descenso producido a 150 metros de distancia del sondeo donde
se encuentra la bomba, tras 5 horas de bombeo, para conocer el abatimiento que se
produce en esas condiciones.
Solución:
Calculamos en primera instancia el valor de la variable de pozo u mediante la fórmula ya
presentada en el método de Theis, convirtiendo el tiempo de horas a días:
𝑟 2 .𝑆 1502 . 3 .10^−5
𝑢 = 𝑢= = 0.015
4 .𝑇 .𝑡 4 .54 .5/24

Luego evaluamos el valor de la función de pozo W(u) correspondiente a un valor de u =


0,015. Mediante la tabla que ofrece la bibliografía de referencia (Custodio-Llamas, Tomo
I) el valor correspondiente es W(u) = 3,637
Finalmente, calculamos el descenso mediante la fórmula de Theis, ya presentada:
𝑄 4,2 .86,4
𝑠= . 𝑊(𝑢) 𝑠= . 3,637 = 1.94 m
4 .𝜋 .𝑇 4 .𝜋 .54

El caudal se expresa en lts/día y el resultado muestra la profundidad a la que se


encontrará el nivel dinámico del acuífero a una distancia de 150 metros del pozo de
bombeo y luego de 5 horas de iniciado el proceso. También debe tenerse presente que
se supone un nivel piezométrico estático inicial horizontal, lo que requiere tener

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AGUA SUBTERRÁNEA

determinados los niveles topográficos2 de la boca del pozo de bombeo y de los pozos de
observación que se utilicen, a fin de contemplar las posibles diferencias basadas en las
singularidades topográficas del terreno.
 Para el mismo problema arriba planteado se puede calcular el descenso mediante la
fórmula de Jacob.
Solución:
Primero debe hacerse la comprobación que da validez de aplicación al método, o sea
que u sea lo suficientemente pequeño de modo que permita la simplificación. Como esto
ya fue calculado, y se obtuvo que u=0,015, se puede afirmar que sí es aceptable la
simplificación de Jacob, cuya condición exige que u < 0,03.
Se calcula el descenso mediante la fórmula

Q  2,25.T .t 
s  0,183  log 
T  r ².S 
4,2 .86,4 2,25 .54 .5/24
𝑠 = 0,183 𝑙𝑜𝑔 = 1.94 m
54 1502 .3.10^−5

Como resultado se obtiene el mismo valor que por la fórmula de Theis, ya que el valor
de u era muy pequeño, cumpliendo la condición de su aplicación, y demostrando que no
existen diferencias entre una y otra forma de resolución.
Problema 2.
 Un sondeo bombea en un acuífero confinado un caudal constante de 12 litros/seg. Tras
2 horas de bombeo estando en régimen variable, se miden los descensos en tres
sondeos próximos, que han sido abiertos en el mismo acuífero:
A 30 metros: descenso=7,05 metros
A 75 metros: descenso=3,69 metros
A 135 metros: descenso=1,54 metros
Se representan estas parejas de valores en un gráfico “descensos-log(distancia)”:

2
Se toma un plano de referencia que en nuestro país es el fijado por el Instituto Geográfico Nacional (IGN).
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AGUA SUBTERRÁNEA

Figura 19. Representación gráfica del ensayo en papel semilogarítmico


Aplicando en la ecuación propuesta dos parejas de valores, se despeja la Transmisividad
T. (Aquí vamos a utilizar dos puntos de los tres medidos, mejor usar dos puntos de la
recta):
𝑄 𝑟22
𝑠1 − 𝑠2 = 𝑙𝑛
4𝜋 𝑇 𝑟12

12 .86,4 135²
7,05 − 1,54 = 𝑙𝑛 T = 55,9 m²/día
4𝜋 .𝑇 30²

Ahora se puede obtener el coeficiente de almacenamiento.

Prolongando la recta hasta el eje de abcisas superior, correspondiente a un descenso =


0, se obtiene el punto de coordenadas: r =200 metros; s = 0 metros. Esa distancia (r
=200) es el radio R del cono a las 2 horas de bombeo.

Aplicando la ecuación en este punto de abatimiento nulo, se obtiene:


𝑄 2,25 𝑇 𝑡
0=( ) . (𝑙𝑛 )
4𝜋𝑇 𝑅2𝑆

Se han incluido los paréntesis para mostrar que el producto de estos dos factores es
igual a 0. Como el primer factor no es 0, debe serlo el segundo. Por tanto, la fracción
dentro del logaritmo debe ser 1 (ya que ln 1 = 0):

2,25 𝑇 𝑡 2,25 55,9 .2/24


=1 =1
𝑅 2𝑆 2002 .𝑆

El valor del almacenamiento resulta S = 2,6 ꞏ10-4, que se ubica en el rango de los
acuíferos cautivos o confinados.

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AGUA SUBTERRÁNEA

IV.5. Caracterización del agua subterránea en las Provincias de Chaco y Corrientes


IV.5.1. Hidrogeología de la Región Chaqueña Argentina
El área que se ha de describir corresponde a la región geográfica chaqueña y un sector
de la región noroeste de la Argentina, abarcando la totalidad de las provincias de
Formosa y Chaco, este de las provincias de Salta y Tucumán y norte - centro de Santiago
del Estero. Al norte limita con las repúblicas de Bolivia y Paraguay; al este con el río
Paraguay; al oeste con las Sierras Subandinas y Pampeanas y el límite austral constituye
un lineamiento que atraviesa el norte de Catamarca, centro de Santiago del Estero y
norte de Santa Fé (Figura 20).
De acuerdo a las características y/o comportamientos distintivos de las aguas
subterráneas controlados por el comportamiento geológico (mineralógico, texturas y
granulometría de los sedimentos), morfológicos, clima y el comportamiento biológico; el
área de estudio corresponde a las regiones hidrogeológicas (RH) de Piedemonte y
Llanura Chaco-Salteña, Llanura Chaco-Pampeana árida y Llanura Chaco-Pampeana
húmeda para las provincias de Salta (sector este), Formosa, Chaco y este de Santiago
del Estero y la RH Pie de monte y llanura Tucumano-Santiagueña para el sector
correspondiente al límite interprovincial entre Tucumán y Santiago del Estero (Figura 21).

Figura 20. Cobertura de la Región Chaqueña Argentina.

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AGUA SUBTERRÁNEA

Figura 21. Regiones Hidrogeológicas del Norte Argentino.

En la Región Chaqueña de la República Argentina existen dos sistemas de acuíferos de


edad terciaria y cuaternaria. Los primeros se encuentran constituidos por niveles
confinados y semiconfinados en donde predominan sedimentos limo arenosos y arenas
cuarzosas de edad paleógena y neógena3. Los acuíferos cuaternarios se encuentran
relacionados principalmente con abanicos aluviales de extensión regional como los
de los ríos Pilcomayo, Bermejo, Salado y Salí-Dulce. Estos acuíferos presentan niveles
libres, semiconfinados y confinados con espesores que en sectores cercanos a las
sierras del oeste del área pueden alcanzar los 150 metros, con potenciales mínimos de
50 metros en las zonas cercanas al río Paraguay. La orientación del flujo subterráneo
coincide con la pendiente topográfica regional, de NO a SE (Figura 22).

3
El Paleógeno o terciario temprano es una división de la escala temporal geológica que pertenece a la Era
Cenozoica; dentro de esta, el Paleógeno ocupa el primer lugar precediendo al Neógeno. Comenzó hace unos 66
millones de años y acabó hace 23 millones de años, cuando empezó el Neógeno.
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AGUA SUBTERRÁNEA

Figura 22. Red de flujo subterráneo en la Región Chaqueña Argentina.

Los acuíferos terciarios que se encuentran bajo explotación corresponden a depósitos


del Mioceno superior-Plioceno, en el sector oeste del área de estudio (Subgrupo Jujuy,
formaciones India Muerta y Las Cañas), y a depósitos continentales oligocenos-
pliocenos (Formación Chaco) y pliocenos (Formación Ituzaingó) en el sector este. Los
depósitos de la Formación Chaco se pueden ubicar por debajo de las secuencias
marinas del Mioceno medio en algunos casos o, en aquellos sectores en donde los
sedimentos marinos no están presentes (NE-E de Santiago del Estero y SO de Chaco,
las secuencias tendrían una edad miocena superior-pliocena.
En la provincia de Santiago del Estero, los acuíferos del Terciario Superior (Plioceno-
Mioceno superior) son los de mayor rendimiento y explotación. Constituyen acuíferos
confinados a semiconfinados y surgentes (éstos últimos se encontrarían en la llanura
semiárida de Santiago del Estero). Asimismo, en la ciudad de Termas de Río Hondo,
estos niveles productivos constituyen un Sistema de Acuíferos Termales con
excelentes caudales e hidrotermalismo. Actualmente es un recurso natural de alto
interés económico para la provincia.
Los acuíferos cuaternarios constituyen en general depósitos de abanicos aluviales de
edad pleistocena en donde los niveles productivos se encuentran ubicados entre los
70 y 150 metros de profundidad. Tienen un buen espesor y presentan sectores de
surgencia.
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AGUA SUBTERRÁNEA

El sentido del flujo lateral regional de los acuíferos cuaternarios es NO-SE con
potenciales hidráulicos máximos de 300 metros en el sector occidental, en donde se
produce la recarga, disminuyendo a 50 metros hacia el sector oriental en la zona del río
Paraguay.
A la altura del río Bermejo, las aguas siguen una evolución geoquímica natural en el
sentido del flujo (NO- SE) que van desde aguas bicarbonatadas sódicas y cálcicas (en
áreas pedemontanas) a sulfatadas sódicas y cloruradas sódicas en el área de llanura
sugiriendo que la zona de recarga se encontraría en el sector serrano en donde afloran
depósitos terciarios (Figura 23).

Figura 23. Distribución de los distintos tipos de agua según composición química y conductividad.

La principal fuente de recarga la constituyen las lluvias y cursos fluviales en los tramos
de carácter influente.
La calidad de las aguas es muy variable dentro del área de estudio. Hacia el oeste y
norte de la provincia de Santiago del Estero y la región central de la provincia del Chaco,
los valores de conductividad aumentan por encima de los 3.000 μS/cm ingresando dentro
de una facies salina clorurada sódica que impide su utilización. En la zona chaqueña
de Taco Pozo, donde el acuífero se forma por las precipitaciones y los cursos fluviales,
la recarga de acuíferos del Salado o Pasaje/Juramento es lo que alimenta al acuífero del
que se extrae agua para Taco Pozo, en cantidades importantes, a 90/100 m de
profundidad. Subsiste un problema de relevancia en la calidad de las aguas de los
acuíferos dentro del área de estudio, que es el elevado contenido de arsénico (Figura
24) que presentan numerosos pozos en la región.

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AGUA SUBTERRÁNEA

Figura 24. Distribución del contenido de arsénico en los acuíferos de la región.

IV.5.2. Hidrogeología general de la Provincia de Corrientes

Entre los aspectos trascendentes que deben ser tenidos en cuenta al analizar la
hidrología subterránea provincial, se debe mencionar la estrecha relación entre los
recursos hídricos superficiales y las amplias dimensiones geográficas que abarcan los
sistemas acuíferos, vinculados en la recarga por parte de los primeros hacia los
segundos.
Sistema Acuífero Guaraní
El denominado Sistema Acuífero Guaraní (SAG) se reconoce por los niveles arenosos
permeables con agua que se intercalan o subyacen al basalto de Serra Geral en Brasil,
Paraguay, Argentina y Uruguay (Araujo et al., 1995; Robouças, 1976; Santa Cruz, 1999;
Montaño, 2066; Dapeña, 2006). Este nombre fue acuñado por el geólogo uruguayo
Danilo Antón quien señaló que la extensión del mismo es aproximadamente similar al
que ocupara la nación guaraní en épocas prehispánicas (Figura 25).
Este acuífero se instala en una serie de formaciones pre-basálticas de origen eólico y
fluvial de las cuales la más importante es Botucatú, aunque no dejan de ser consideradas
como reservorios otras tales como Piramboia, Rosario do Sul y Bella Vista, en Brasil o
Rivera y Tacuarembó en Uruguay.

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AGUA SUBTERRÁNEA

Figura 25. Cobertura regional del Acuífero Guaraní.

El nombre del reservorio fue acordado por los cuatro países que lo comparten, cubre
una superficie de 1 190 000 km2, con un volumen de aproximadamente 40 000 km³, un
espesor de entre 50 y 800 m y una profundidad máxima de aproximadamente 1800 m.
La distribución aproximada de su superficie por países es: en Brasil 840.246 km² (70,2
%); en Argentina 225.424 km² (18,8 %); en Paraguay 72.540 km² (6,1 %) y en Uruguay
58.545 km² (4,9 %).
Si bien ha sido descrito como uno de los mayores reservorios de agua del Mercosur se
sabe que en el ámbito mesopotámico, particularmente en la provincia de Entre Ríos, hay
una notable abundancia de aguas salobres, por lo que resultan no potables; aunque si
explotables para otros usos, relacionados fundamentalmente con el hidrotermalismo.
Sistema Acuífero Ituzaingó-Puelches
Con este nombre se designa al acuífero de aguas dulces que está incluido en la
formación geológica de igual nombre y que ocupa gran parte del territorio de Corrientes,
Entre Ríos y partes de la provincia de Buenos Aires (Figura 26). El reservorio está

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AGUA SUBTERRÁNEA

constituido por las arenas fluviales que depositó un antiguo y amplio cauce del Pre-
Paraná durante el Plioceno. La recarga del mismo tiene su origen principal en el actual
sistema hídrico del Río Paraná, sus humedales y tributarios.

Figura 26. Formaciones hidrogeológicas que dominan la Mesopotamia Argentina.

Es un acuífero libre o semiconfinado por lentes de arcillas con rendimientos de bombeo


medios estimados entre 4 y 5m³/hr/m, pudiendo llegar a 10m³/hr/m (SEGEMAR, 2006).
En el oeste y suroeste de la provincia de Corrientes inmediatamente por debajo de las
formaciones areno-arcillosas Toropí/Yupoí se desarrolla un importante espesor de
arenas finas blanquecinas y pardo amarillentas, que puede asignarse a la Formación
Ituzaingó, que conforman el principal acuífero regional. Estudios llevados adelante
mediante perforaciones en el área de Santa Rosa, entre los esteros del Batel y Batelito,
reconocieron que el acuífero se desarrolla en estas arenas en profundidades mayores
de 30 metros disponiendo de aguas de buena calidad. Los niveles arcillosos que suelen
intercalarse tienen mucha importancia en cuanto a la hidráulica confinante que se
observa en algunos sectores (Agua y Energía Eléctrica, 1978).

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AGUA SUBTERRÁNEA

La recarga del acuífero Ituzaingó en la Provincia de Corrientes no sólo es provista por el


sistema fluvial actual que involucra ríos, lagunas y pantanos, sino también por la
infiltración pluvial en la zona de planicies del norte y del oeste.
Los estudios llevados adelante por Agua y Energía Eléctrica (1978,1981) para el proyecto
Paraná Medio, desde Goya a Paraná, indican que tanto las formaciones Paraná e
Ituzaingó se comportan como acuíferos en todo el oeste entrerriano. De ellos las
perforaciones hechas en la zona de la capital entrerriana penetran en la unidad de la
capa marina a profundidades del orden de 70 a 100 metros detectando la existencia de
niveles de arenas finas de color gris claro o pardo-amarillentas que constituyen un
importante acuífero (sub) continental (Aceñolaza, 2000).
La recarga de las formaciones Paraná-Ituzaingó tiene un componente importante en el
sistema fluvial actual el cual no sólo es alimentado por el río Paraná sino por los arroyos
que en su recorrido las exponen (Tujchneider, 2000).
Sistema Acuífero Salto-Salto Chico
Montaño (2004), asigna el nombre Acuífero Salto a los sedimentos arenosos y
conglomerádicos que constituyen la formación homónima y que se disponen en una faja
de unos 15 a 20 km en territorio uruguayo paralelo al río Uruguay desde la ciudad de
Bella Unión hasta inmediaciones de Paysandú.
Las perforaciones en Guaviraví y Yapeyú proveen importantes caudales provenientes de
este acuífero. En el primer caso la explotación del primer nivel se realiza desde niveles
acuíferos a 6 y 31 metros de profundidad cuyos rendimientos se encuentran entre 6.100
y 14.200 lt/hr de agua de buena calidad. En el caso de Yapeyú, a la profundidad de 80
metros se determinó la existencia de cuatro niveles con agua de buena calidad, cuyo
rendimiento varía entre 4.500 y 5.500 lt/hr (Dirección Nacional de Geología y Minería,
1970).
Sistema hidrogeológico controlado en basaltos y areniscas
Este sistema se da en lugares donde afloran los basaltos Serra Geral y sus
intercalaciones arenosas. Básicamente ocurre en la Meseta Misionera y en sectores de
la Meseta de Mercedes hasta el noroeste de Entre Ríos. Este ambiente hidrogeológico
incluye reservorios que disponen de aguas gracias a la permeabilidad secundaria
generada por la fisuración de las rocas basálticas o de las areniscas cretácicas.
Generalmente son perforaciones para uso local o domiciliario que llegan a profundidades
medias de 120 metros, con caudales erráticos y que alcanzan máximos de hasta 100
m³/hr. En general el agua es de buena calidad.
La perforación hecha en Guaviraví determina la existencia de dos niveles con aguas de
buena calidad en el basalto a 111 y 147 metros de profundidad. Allí los caudales son 750
y 161 lt/hr de agua, apta para el consumo humano (Dirección Nacional de Geología y
Minería, 1970).

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IV.6. Bibliografía consultada

“Hidrología para Ingenieros”, Linsley, Kohler y Paulus. Capítulo 6: Agua Subterránea.

“Hidrología Agrícola Aplicada”, Jorge A. Luque. Capítulo VIII, págs. 278 a 287.

“Hidrología”, R. Springall, UNAM (México). Unidad VII: Agua Subterránea.

“Principios y Aplicaciones del Drenaje”, ILRI, Wageningen (Países Bajos). Tomo III:
Estudios e Investigaciones, Unidad 24, págs. 294 a 303.

“Hidrología Subterránea”, E. Custodio y M. R. Llamas. Capítulo 8.1: Homogeneidad,


isotropía y anisotropía, págs. 457 a 460.

“Aguas subterráneas – Acuíferos”, Global Water Partnership (GWP). Sociedad


Geográfica de Lima. Cartilla Técnica, 44 hojas. 2011.

“Contribución al conocimiento hidrogeológico de la región chaqueña argentina”,


Instituto de Geología y Recursos Minerales. Anales Nº 57, Buenos Aires. 2019.

“Propuesta de gestión de recursos hídricos subterráneos para la Provincia de


Corrientes”, Olga M. Sosa. Maestría en Gestión Integrada de los Recursos Hídricos,
Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas, UNL, Santa Fé. 2015.

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