Aprendizaje práctico de la medicina en entornos clínicos para alumnos de tercer curso. Consecución de objetivos de conocimiento La vertiente práctica en la educación de la medicina es una necesidad persistente, que se ve reforzada por las tendencias recientes y exigencias que suponen la adhesión de nuestra universidad en el Espacio Europeo de Enseñanza Preeminente (EEES). En este sentido, en los programas de educación de la medicina recientes, los contenidos prácticos adquieren un más grande peso específico. La reforma curricular iniciativa por la fijación del Marco Europeo de Enseñanza Preeminente ha abierto un extenso debate en las facultades de medicina españolas sobre el propósito importante del Nivel en Medicina, llegándose al consenso de que hablamos de 'conformar expertos competentes en el campo fundamental, con unas bases correctas para la subsiguiente formación en cualquier especialidad médica y según con las funcionalidades que los doctores logren ejercer en el sistema sanitario. Estas competencias deberían integrar el razonamiento y la comprensión de las ciencias primordiales, clínicas y sociales y del comportamiento, incluyendo la salud pública, la medicina comunitaria, y la ética médica importantes para la práctica médica, las reacciones y capacidades clínicas (anamnesis, establecimiento del diagnóstico, métodos prácticos en general, capacidades de comunicación, procedimiento y prevención de la patología, promoción de la salud, rehabilitación, argumento clínico y capacidad para solucionar problemas) y la destreza para realizar un aprendizaje a lo largo de toda la vida y un desarrollo profesional constante conveniente y sea como sea tienen que estar perfectamente interrelacionadas con la formación posgraduada', de consenso con la Sociedad De España de Enseñanza Médica. Una vez superado el lapso inicial de formación, desarrollado a lo largo de ambos primeros años de la licenciatura, y antecedente de pasar a los cursos de formación clínica, afrontando el trato directo con pacientes dentro de los centros de atención sanitaria (hospitales, centros de salud, unidades de urgencias, etcétera.), el alumno de medicina debería disponer de la probabilidad de conseguir las competencias y habilidades correctas para iniciarse en el ejercicio de la profesión médica por medio de la ejecución de ocupaciones prácticas que afiancen y contextualicen el aprendizaje de las materias a aprender. La reforma curricular que perjudica a los planes de análisis de la carrera de medicina indica que éstos se centren más en la compra de competencias que en la transmisión de información y de conocimientos teóricos, lo cual influye indudablemente en el modo de comprender la educación y, más que nada, en la metodología profesor. Un componente clave para este objetivo es el contacto precoz del alumno con la verdad médica y el trabajo en grupo interdisciplinar. En este entorno, el fin de las prácticas podría ser enriquecer la formación elemental, complementando los aprendizajes académicos (teóricos y prácticos) con la vivencia formativa, ligada a los aprendizajes que poseen sitio en los centros de trabajo [6]. Por medio de la supervisión clínica, un instructor experto da al alumno su vivencia profesional, a la par que orientación sobre un caso que está siendo objeto de atención profesional. El plan de innovación profesor (PID) nombrado 'Iniciación clínica elemental centrada en la práctica médica' se propuso como un complemento de la educación teórica y práctica que reciben los alumnos a lo largo de el tercer año de licenciatura, en la asignatura de 'Enfermedad general', que es una asignatura troncal, anual, de 24 créditos, 10 de los cuales son prácticos. Descripción y fines del plan - Conocer el valor clínica y valoración de los indicios más prevalentes en la enfermedad médica (disnea, dolor torácico, dolor abdominal y déficit neurológico) y su trascendencia en los enormes síndromes, dentro de medicina primaria y de urgencias. - Conocer y ejercer de manera práctica los protocolos de actuación para la adecuada valoración de estas señales y el síndrome en que permanecen inmersos. - Conocer y ejercer en casos concretos las guías clínicas de procedimiento de la disnea, dolor torácico, dolor abdominal y déficit neurológico. - Conocer e indicar de manera correcta las exploraciones complementarias simples para la valoración clínica de estas señales. Metodología de la indagación evaluativa Al principio y finalmente del PID se solicitó a los alumnos que respondieran a un cuestionario de autoevaluación (Tabla II), en el cual se les preguntaba sobre el nivel de entendimiento que tenían de diversos puntos involucrados con las metas de entendimiento del curso en todas las zonas concretas, y en otro apartado se pedía una autovaloración de las capacidades que cada uno gozaba anteriormente del inicio del curso. Dichas diferencias han resultado ser enormemente significativas (p continuamente más grande puntuación finalmente que inicialmente, lo cual sugiere la efectividad del procedimiento de docencia aplicado.