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El octavo mandamiento, prohíbe la mentira y todo lo que atente a la fama y al honor del prójimo.
En el evangelio según San Marcos indica claramente que el sanedrín los judíos presentaron falsos testigos que acusaban
de muchas cosas para condenarlo. Ante aquellos testimonios falsos y contradictorios, Jesús permanecía en silencio.
Sólo habló cuando el Sumo Sacerdote le preguntó: “¿eres el Mesías, el Hijo de Dios?” (Mc. 14, 61)
El octavo mandamiento: “No levantarás falso testimonio ni mentirás” es muy necesario, sobre todo cuando las relaciones
entre los hombres se ven enturbiadas por tantas mentiras calumnias, difamaciones y falsos testimonios.
A todo esto el cristiano ha de oponer el amor a la verdad y el respeto a la buena fama de los demás.
Jesús dijo: “yo soy la verdad” (Jn 14, 6). Esto significa que el Señor no sólo anuncia la verdad, sino que la posee en la
totalidad de su plenitud. Por el contrario , el demonio es “el padre de la mentira”(Jn 8, 44), pues en sí mismo niega a Dios
y todo en su actuación tiende a oscurecer o apartar de la verdad.
Por eso enseña Jesucristo: “Sea vuestro modo de hablar: sí, sí o no, no. Lo que excede de esto, viene del Maligno”
(Mt 5, 37.)
Entre los bienes que posee el hombre se encuentra la capacidad de expresar y comunicar los pensamientos y afectos a través
de las palabras. Para usar rectamente de esta capacidad, ordenándola a nuestro fin , los hombres debemos vencer dos
tendencias que son consecuencia de las heridas causadas por el pecado original:
La dificultad para discernir lo verdadero de lo falso.
La inclinación a ocultar o deformar la verdad.
PECADOS DE PENSAMIENTO.
1. La sospecha temeraria.
2. El juicio temerario.
Las causas de estos pecados son la precipitación que lleva a juzgar sin examinar ante las cosas.
La malicia del corazón, inclinada a juzgar fácilmente mal de los demás.
El orgullo, que busca en las debilidades ajenas un modo de sobre salir.
PECADOS DE PALABRA.
La difamación.
La murmuración.
La calumnia.
La susurración.
El falso testimonio.
La burla.
Es necesario refrenar con esmero la lengua porque es un mal difícil de reprimir y llena de veneno mortal; es pequeña per de
tremendo alcance Sant. 3, 5 – 6.
“Así también la lengua es un miembro pequeño y puede gloriarse de grandes cosas. Mirad qué pequeño fuego abrasa un
bosque tan grande. Y la lengua es fuego, es un mundo de iniquidad; la lengua, que es uno de nuestros miembros, contamina
todo el cuerpo y, encendida por la gehenna, prende fuego a la rueda de la vida desde sus comienzos”.
Elabora una conclusión y argumenta lo dicho en ella. partir del tema de clase
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Evaluamos la clase
Evalúa la clase en base a la siguiente pregunta ¿Cómo consideras que se dio la clase? Marca según tu parecer, luego
desglosa y entrega a la docente dicha
evaluación sin nombre TEMA: La verdad signo de paz: 8 mandamiento. ni apellidos. Gracias.
GRADO Y SECCIÓN: 4°….. FECHA:……………………..