Está en la página 1de 4

¿La obediencia a Dios?

Salmo 32:9

¿Qué es obediencia?
Recibir instrucción, corrección, provisión y protección por medio de la jurisdicción Bíblica de los padres, las
autoridades civiles, los líderes de la iglesia y los patrones.

Significado de obediencia: La palabra hebrea es Shama, que significa escuchar inteligentemente; estar atento;
responder a un llamado; dar consentimiento.

I. Entendiendo la obediencia.

1. Obediencia es la sumisión sabía a la voluntad de aquellos a quienes Dios ha puesto sobre nosotros.

2. La verdadera obediencia es una actitud más que una acción.

3. No requiere que ejecutemos órdenes que violarían la Ley superior de Dios.

4. La obediencia es motivada por el hecho de que Dios obra por medio de estructuras de autoridad, y que cada
persona ha de dar cuentas a Dios por cada decisión que toma.

5. En La Biblia Dios usa el caballo no domado y el mulo obstinado como ejemplos de terquedad: Salmo 32:9.

6. El mulo ha llegado a ser sinónimo de un espíritu contrario a la obediencia. De ahí la expresión terco como
una mula.

7. La obediencia implica un doloroso quebrantamiento de la voluntad, pues aun Jesús, aunque era Hijo, por lo
que padeció aprendió la obediencia. Hebreos 5:8.

8. La reina Ester ilustró el espíritu de obediencia cuando vino a la presencia del rey, quien además era su
esposo. Lo escucho con atención e hizo una apelación sabia que iba en contra de las órdenes originales del rey.

II. ¿Como ordena Dios la obediencia?

1. Se obediente a Dios. Hechos 5:29.

2. Se obediente a tus padres. Ef. 6:1-3.

3. Se obediente a tu conciencia. Rom. 13:5.

4. Se obediente a los ancianos de tu iglesia. Hebreos 13:17.

5. Se obediente a tus autoridades civiles. Tito 3:1.

6. Se obediente a tu patrón. Col. 3:22.

Conclusión:
Dios nos ayude a entender esta actitud de la obediencia y ponerla en acción para beneficio de nuestras vidas.
La obediencia
La palabra obediencia, que en el hebreo original significa “escuchar a”, “oir”, y que literalmente era tomado como
“oir bajo”, nos expresan la manera en que Dios quiere que nosotros oigamos su voz, y estemos atentos para
actuar conforme a su perfecta voluntad. La desobediencia de Adán, el primer hombre representativo, y la
perfecta obediencia del segundo, Jesucristo, constituyen factores decisivos en el destino de todos.

Cuando Adán ignoró la obediencia, sumergió a la humanidad en la conciencia de culpa, condenación y muerte
(Romanos 5:19; 1 Corintios 15:22).
La inquebrantable obediencia de Cristo “HASTA LA MUERTE” (Filipenses 2:8; Hebreos 5:8; 10:5-10) obtuvo
justicia (aceptación para con Dios) y vida (comunión para con Dios) PARA TODOS LOS QUE CREEN EN ÉL
(Romanos 5:15-19).

La obediencia nace de la gratitud por la gracia recibida (Romanos 12:1) y no del deseo de obtener mérito y
justificarse a uno mismo a la vista de Dios. Además la obediencia significa:
Imitar a Dios en santidad (1 Pedro 1:15)

A Cristo en Humildad y Amor (Juan 13:14; Filipenses 2:5; Efesios 4:32;5:2) Pero cada uno de nosotros
inconversos o cristianos, pertenecemos a un nivel de obediencia, ¿no sabes en cuál te encuentras?, te invito a
que los conozcas conmigo:

1. No conocimiento de la ley de Dios:


En este se encuentran las personas que no han conocido de Dios. Pues el argumento de algunos es la negación
a seguir mandamientos. El cristianismo nos promete hacernos libres; Nunca nos promete hacernos
independientes. Características como:

Falta de FE, pues la fe es obediencia, nada más; literalmente nada más.

Actuó de acuerdo al conocimiento humano, pero este es limitado y relativo.


No actúo pensando en las demás personas ni en Dios. Puede ser que aún siendo “cristianos”, personas tengan
esta manera de vivir, es importante evaluar si estoy demostrando y reflejando con mi vida y actitudes la nueva
criatura en Cristo que soy.

2. Conozco y empiezo a seguir:


Es cuando me estoy dando cuenta de que mis actos afectan e influyen en las demás personas. Pero aún tengo
que dejar otras cosas. Aceptar la voluntad de Dios, nunca nos dirige a ese miserable sentimiento de que es inútil
seguir luchando. Dios no nos pide esa desanimada, débil y adormilada complacencia de la indolencia. Dios nos
pide algo, y algo fuerte. Nos pide cooperar con Él, activamente desear lo que Dios quiere, nuestra única meta
es su gloria. Nivel con características como:

Renuncio a pecados y ataduras

Empiezo a conocer el camino de la obediencia


Más falta morir a mí mismo

3. Morir a mí mismo:
Es el camino y la meta a la que Dios quiere que apuntemos, pues Dios no tiene necesidad de marionetas. Dios
le da al ser humano el privilegio de vivir como elija. Pero si vive sin Dios en esta vida, entonces también debe
vivir sin Dios en la próxima. El verdadero sentido del cristianismo es tener una comunión perfecta, continua y
personal con Dios, pero para poder obtenerla, es necesario que también nosotros tomemos la cruz, y nos
neguemos, a nuestras metas, deseos y sueños, para que Dios empiece su obra. Sólo de esta manera llegaremos
al verdadero camino de la obediencia. LA ÚNICA CARACTERÍSTICA DE ESTE NIVEL ES: “YA NO VIVO YO,
MAS CRISTO VIVE EN MÍ”

Conclusión:
Podemos seguir viviendo fuera de la voluntad de Dios, en efecto, solamente nosotros perdemos, no pierde Dios,
no pierde el pastor, no pierde mi líder, sólo soy yo, quien puedo perder hasta la salvación.
La obediencia como estilo de vida
Prédica de Hoy: La obediencia como estilo de vida

Lectura Bíblica: “Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra
inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo
sabio y entendido, nación grande es esta…” Deuteronomio 4:6

Introducción
Todos anhelamos alcanzar el éxito y esto es inherente al favor de Dios sobre nuestras vidas, buscamos
respuestas ya conocidas pero ignoradas a propósito por no querer llevar a cabo sus exigencias. De eso se
trata este mensaje, de recordar verdades conocidas, de avivar la llama de la obediencia, de volver al sendero
antiguo.

Hay un versículo bastante conocido de la Biblia, que dice así: “Mi pueblo perece por falta de
conocimiento…” (Oseas 4:6). Pero el contexto de esa porción bíblica va más allá de una ignorancia
involuntaria; analicemos el verdadero enfoque: Dice a continuación la Biblia: “Por cuanto desechaste el
conocimiento…”

Ese es el verdadero enfoque, un acto voluntario de ignorancia, podríamos reducirlo a buscar otras respuestas
acordes a nuestra propia voluntad, desechando la palabra y orden de Dios.

Jesús dijo: “Hágase tu voluntad y no la mía…” Hay una recompensa grande al ser obediente a la Palabra de
Dios, todo lo que anhelamos, lo que soñamos, e incluso cosas que ni aún imaginamos, ya que su voluntad es
primeramente buena, es agradable, pero sobre todo perfecta.

Dios tiene pensamientos de bien y no de mal, hay que comprender eso para obedecerle, para ver sus
mandamientos con la actitud correcta, ya que sus mandamientos no son gravosos.

La obediencia – Cosas que debemos saber

 Todo lo que deseo está al alcance de mi obediencia

Salmos 37:4… “Deléitate así mismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón…”

 Todo lo que desciende del cielo es bendición

Santiago 1:17… “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el
cual no hay mudanza, ni sombra de variación…”

Malaquías 3:10… “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto,
dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré bendición sobre vosotros
hasta que sobreabunde…”

 El deseo de Dios para nosotros siempre será de bien

Jeremías 29:11… “Porque yo se los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos
de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis…”
Cristo es el mayor ejemplo de obediencia
Introducción: Desde el comienzo el hombre ha tenido dificultades para obedecer a Dios, lo vemos desde Adán,
quien a pesar de conocer el consejo divino hizo lo que deseaba y vemos los tristes resultados. Hoy día Cristo,
el postrer Adán, vive en nosotros y por él podemos obedecer a Dios…
Sermón: Cristo es el mayor ejemplo de obediencia.
El Señor Jesús con su vida terrena nos enseñó la obediencia, Hebreos 5:7-8
“Y Cristo en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar
de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la
obediencia”.
Comentario 1: En el versículo siete se nos permite ver la faceta humana de Jesús, en donde siendo Dios ruega
a su Padre por fortaleza y ayuda ante el momento difícil que tenía que vivir, y fue oído es decir atendido.
Comentario 2: El versículo ocho nos enseña que en Dios no hay excepción de personas. Pues “aunque era
Hijo” padeció y aprendió la obediencia, es decir en Dios no hay atajos, ni podemos engañarlo, ni los argumentos
ni las excusas pueden evitar los procesos que forman parte del plan divino.
Comentario 3: La expresión “por lo que padeció aprendió la obediencia” nos dice varias cosas:
a) La palabra “padecer” también significa: pasar por una experiencia que implica dolor. Esto nos habla de su
sufrimiento en la cruz.
b) La palabra “aprender” no significa que el Señor tenía que aprender algo que no sabía; más bien hace
referencia a la vivencia de la cruz en su naturaleza humana, cosa que nunca antes el Verbo (Jesucristo) había
vivido. Es decir ésta experiencia lo llevó a vivir la obediencia al máximo, ésta fue la mayor evidencia de su
obediencia al Padre celestial.
c) La palabra “obediencia” aquí se traduce del término griego “jupakoe” que significa también “escuchar con
atención”. Entonces la primera fase de la obediencia está en el oír la palabra de Dios, ya que ésta viene cargada
de poder para hacer aquello para lo cual es enviada. El terreno ideal es un corazón manso, pues la tierra dura
hace resistencia a la semilla de la palabra.

Comentario 4: Es muy interesante ver que Jesús oró tres veces en el huerto de Getsemaní diciendo las mismas
palabras: Mateo 26:44-46 “Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras.
Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del
Hombre es entregado en manos de pecadores. Levantaos, vamos, ver se acerca el que me entrega”.
Como podemos ver Jesús no fue la cuarta ni la quinta ni más veces. Tengamos presente que en la Biblia el
número tres significa: “perfección en testimonio”, cuando el Señor se levantó la tercera vez tenía absolutamente
clara la voluntad del Padre (creo que allí nuevamente el Padre le confirmó la necesidad de dar su vida en
sacrificio). Debía ir a la cruz, y fortalecido allí salió a hacer la voluntad divina.
Conclusión: Como nos enseña Jesús, quizá vivamos momentos difíciles en la vida, debemos ir a la presencia
de Dios y fortalecernos en oración, el Señor bueno y poderoso nos fortalecerá para seguir adelante, y lograr de
su mano resultados maravillosos.

También podría gustarte