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INTEGRANTES
Bohorquez, Gustavo
C.I: 27.818.353
Sansonetti, Gabriella
C.I: 27.020.245
Sisiruca, Andrea
C.I: 28.001.591
En septiembre del año 2015, más de 150 líderes mundiales dieron el primer
paso para lograr un futuro diferente basado en la sostenibilidad, al aprobar la Agenda
2030 para el desarrollo sostenible, impulsada por las Naciones Unidas, así como al
adoptar los 17 objetivos para el desarrollo sostenible (ODS). Dichos propósitos buscan
potenciar los 8 objetivos de Desarrollo del Milenio, establecidos en el año 2000, de
forma de adaptarse a los desafíos actuales tomando en cuenta una perspectiva más
amplia y aplicada a todos los países del mundo.
En su libro “La Era del Desarrollo Sostenible”, Sachs (2015) señala que la
definición de desarrollo sostenible, aceptada por las Naciones Unidas, es tomada del
Informe de Brundland (1987) y se refiere a “aquel que satisface las necesidades del
presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las
propias. (Brundtland, 1987, 41)”(p.22). Por este motivo, el desarrollo sostenible es uno
de los temas principales en los que se enfoca cada una de las áreas del campo
profesional. Entre estas áreas se encuentra la ingeniería, que busca contribuir al
cumplimiento de los ODS y con ello al bienestar de la humanidad a través del uso de la
ciencia y tecnología. No obstante, ¿es posible que un planeta superpoblado logre
alcanzar los 17 objetivos de desarrollo sostenible propuestos?, ¿cómo puede la
ingeniería contribuir a generar soluciones?, ¿será necesario el planteamiento de más de
17 objetivos en un futuro?
También, las Naciones Unidas (2019) aseguran que “los sectores de energía
renovable actualmente emplean a más de 2,3 millones de personas; el número podría
llegar a 20 millones para 2030”(párr.6). Dicha aseveración, efectivamente, establece una
relación directa con el papel que realiza un ingeniero de producción dentro de sus
funciones. Como es sabido, este tipo de ingeniería, entre todas sus responsabilidades
dentro de una industria, se encarga de organizar el capital humano. Por ende, los
ingenieros de producción son, y van a ser en un futuro, la pieza fundamental dentro del
rompecabezas que incluye una eficiente y óptima distribución de trabajadores. Además,
van a establecer una mayor apertura con respecto a este sector energético para una gran
cantidad de masa poblacional laboralmente activa. A partir de esta acción, la reacción
en cadena produciría un incremento en la economía de dichos países y una notable
disminución de la pobreza debido al establecimiento de nuevos empleos.
Por ejemplo, según las Naciones Unidas (2018):
En muchos países, la tecnología de energía renovable está
ayudando a las comunidades que nunca estuvieron conectadas a una red
eléctrica a dar el salto a un futuro energético más limpio y seguro. Ya sea
biogás en Botswana o energía eólica en Uruguay, estamos utilizando
tecnología probada con el fin de garantizar una energía sostenible para
todos.(párr.5)
Por ende, está explícito que, a medida que se va innovando dentro del área
industrial y tecnológica, y se va incluyendo una mayor cantidad de capital humano
dentro de este campo, los efectos positivos que se reflejan en las comunidades superan
nuestras expectativas para un desarrollo sostenible en el futuro.
Dicho todo esto, podemos inferir diciendo que se ve claramente el gran papel y
la importancia que poseen los ODS como modelo para la transformación de nuestro
planeta Tierra en un lugar óptimo y sostenible para las generaciones futuras. De esta
manera, se buscará que todas las personas puedan disfrutar de una mejor calidad de vida
y de prosperidad. Debemos tomar muy en cuenta lo que nos establece Sachs (2015),
quien nos dice que “los ODS deben ser la brújula y la estrella polar del desarrollo del
planeta en el futuro” (p.21). Sin ellos, sería prácticamente imposible conseguir en los
años próximos unas mejores condiciones a las actuales, ya que,como es generalmente
conocido, para poder llevar a cabo un proyecto es esencial tener claramente definidas
las metas y objetivos que se quieren alcanzar, así como el plan de acción que se debe
cumplir para el logro de las mismas.
Sin embargo, a pesar de que los ingenieros de producción son esenciales para
llevar a cabo todo esto, no queda solamente por parte de ellos el conseguir para el 2030
los objetivos establecidos por la ONU, sino que cada uno de los habitantes del planeta
deben estar dispuestos a ayudar y esforzarse por lograr verdaderamente un cambio y así
garantizar un futuro mejor para las generaciones venideras, uno en el que no exista un
desperdicio tan alto de los alimentos producidos anualmente, en el que haya una mejor
conservación de los ecosistemas y un aprovechamiento casi total de los recursos
renovables existentes en el mundo. A pesar de que los 17 ODS tienen el 2030 como
fecha para cumplir cada una de sus metas y constituyen una realidad ambiciosa a la que
la humanidad difícilmente podría llegar sin la colaboración de distintos organismos y
personas a nivel mundial, muchas empresas se han sumado al cambio mediante
procesos de producción sostenibles y responsables. Por ello, el primer paso es tomar
conciencia de los problemas a enfrentar, de esta manera, mediante un esfuerzo global, es
posible lograr un resultado beneficioso para todos los países del mundo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Sachs, J. (2015). La Era del Desarrollo Sostenible. Barcelona, España: Deusto.
Disponible en:
https://www.primercapitulo.com/pdf/2016/515-la-era-del-desarrollo-sostenible.pd
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