Está en la página 1de 15

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey

Ciudad de México
“Ensayo final”

Conflicto y reconstrucción
Grupo: 302 Maestra: Evelia Reyes Díaz
Alondra Fernández Calderón

Emilio Pérez Calderón

Michel Alexander Thijsebaard López

Renata Barajas Sánchez


¿Cómo fue la relación entre los refugiados guatemaltecos y México apartir 1981?

La nación guatemalteca tuvo conflictos internos asociados con un gobierno dictatorial


desde los años de 1940. A partir de entonces la población guatemalteca había migrado para
mantener su seguridad, libertad y en busca de mejor calidad de vida. La relación entre
México y refugiados venía ya hace tiempo, sin embargo, entre los años de 1980-1983 hubo la
mayor fuga de ciudadanos por las condiciones de peligro en el país.
En este trabajo de investigación buscamos entender e indagar más sobre la relación
entre los migrantes guatemaltecos y México: su calidad de vida económica, social y cultural
junto con las acciones tomadas por el gobierno a partir de 1981. Excluyendo años anteriores,
revisaremos testimonios, fuentes gubernamentales, y documentos de investigación para
conocer las condiciones guatemaltecas en México.

¿Qué pasaba en Guatemala?

United Fruit Company fue una compañía estadounidense fundada en 1899 con el
propósito de producir y comercializar fruta, específicamente plátanos. Esta empresa controló
la producción de fruta en Centroamérica, el caribe y la zona de las Indias Occidentales.
United Fruit Company se convirtió en un monopolio, explotando a las repúblicas bananeras
como Costa Rica, Honduras y Guatemala. United Fruit Company tenía una gran presencia
política de las repúblicas bananeras. En 1954, los directivos de United Fruit Company
convencieron al gobierno estadounidense de que el gobierno de Jacobo Árbenz, presidente de
la época, se aliaría al bloque del este y la Unión Soviética. Esto sucedió porque Jacobo
Árbenz quería aplicar políticas más estrictas contra United Fruit Company y realizar una serie
de reformas agrarias que hubieran expropiado gran parte de los terrenos de la compañía. La
compañía pidió apoyo del gobierno de los Estados Unidos para forzarlo a dejar el puesto
mediante una operación militar que apoyó el presidente estadounidense y la CIA. Se llamaba
“Operation PBSuccess” e instaló el gobierno de Carlos Castillo Armas que fue un dictador
con afiliaciones estadounidenses. (Molden, 2015) El gobierno de Carlos Catillo Armas fue el
que empezó con el genocidio maya. En el genocidio maya se perseguía a esta y muchas otras
comunidades indígenas de la región de Guatemala por las diferencias culturales, étnicas y de
creencias. Human Rights Watch define al genocidio como “un suceso extremadamente cruel”.
Esto fue una gran causa para que los mayas que vivían en el norte de Guatemala migrarán
hacia Chiapas.

1
En noviembre de 1960, unos militares intentaron derrocar al gobierno de Ydígoras
Fuentes, pero no tuvieron éxito. Aunque no lo tuvieran, este evento se conoce como el inicio
de la Guerra Civil Guatemalteca. En Guatemala estaba presente un descontrol y un desnivel
económico y político abismal. Guatemala fue parte del juego cruzado causado por la Guerra
Fría. Según Jorge Ramírez en su página web, menciona como Guatemala estaba repleta de
asesinatos, desaparecidos y víctimas desde antes de la guerra. (Ramírez, 2001) La cifra de
desaparecidos en la guerra llegó a ser de doscientas mil personas. Además, la mayoría de los
productos se dejaron de producir en Guatemala y la mayoría de los recursos se desviaban
hacia el conflicto armado. En 1963, tuvo éxito un golpe de estado que derrocó al presidente
Fuentes. A partir de ahí, Guatemala solo tuvo gobiernos que se centraban en la militarización
hasta 1986. (Molden, 2015). Como menciona la Universidad de Costa Rica y el investigador
González en 2001 se puede observar como la situación en la que se encontraba Guatemala
fue uno de los detonantes de la ola de migración masiva. Los guatemaltecos no podían
soportar las condiciones extremas en las que se vivía y el descontento de la población era
general. Otra razón de la ola de migración masiva fue el inestable gobierno que regía
Guatemala, inundado por la corrupción y la guerra civil. Por último, otra causa de porque las
comunidades guatemaltecas migraron en esa época fue la persecución de ideales no apoyados
por el gobierno. (Gonzalez, 2001) (Molden, 2015)

Estadísticas de Migración de Guatemala

Las estadísticas son secciones muy importantes para conseguir información porque
ayuda a conseguir un acercamiento a la población y a lo que sucedió importantes para el
trabajo de investigación. Un ejemplo es lo que nos muestra el trabajo de investigación de
“Los procesos migratorios como expresión de integración territorial en México y
Centroamérica.” nos muestra la cantidad de refugiados que existen en la zona de Chiapas y se
muestra que la población de Guatemala había crecido antes de la guerra civil y ahora muchos
de ellos huyen para intentar sobrevivir del ejército. (Mosquera, 1988). También existe un
trabajo que muestra la población de hombres y mujeres en los refugios de Chiapas y Quintana
Roo. Del cien por ciento de la población de hombres y mujeres, el 55 por ciento de la
población tiene menos de catorce años. También se muestra que muchos de esos niños son
huérfanos que lograron escapar del ejército- (Quezada, 1986)
Con las mismas estadísticas (CEPAL, 1991), también podemos entender que las
personas que emigraron eran más jóvenes que viejos, con una proporción entre personas

2
menores de sesenta y cinco años contra personas mayores a sesenta y cinco años de cuarenta
personas jóvenes a una persona vieja. Con esta comparación podemos inferir que los viejos
ya no buscaban una mejor vida o una salida puesto a que no iban a vivir mucho tiempo y no
habría tantas oportunidades para ellos a diferencia de los jóvenes.
Como lo menciona la CEPAL (1991), al igual que Montejo (1999), partiendo de la
inmensa migración que hubo, de 1980 a 1989, ya había más de 23000 personas las cuales
habían regresado y se habían repatriado debido a la ayuda de la comisión especial de ayuda a
repatriados. Con esto, podemos decir que todos los migrantes buscaban una oportunidad de
trabajo y una mejor calidad de vida, ya que más de 190000 personas Guatemaltecas migraron
de manera ilegal. Al haber una migración de esa escala, no todos lo llegaban a conseguir y al
verse obligados a regresar a su país de origen, llegaban a condiciones peores a cuando se
fueron, debido a que su lugar en Guatemala ya había sido ocupado. Entonces, podemos
concluir que al migrar fuera de Guatemala, estaban apostando todo con el sueño de que
lograran escapar de esa miseria. La gente que conformaba a estos migrantes que rechazaban
eran niños desnutridos, mujeres en espera de bebés y personas de alta edad. Otra cosa que
cabe recalcar es cómo impactó la migración en la producción de bienes a Guatemala. Se
calcula que todos estos grupos de personas que migraron de Guatemala eran parte esencial de
esta producción. Por eso, los repatriados tuvieron la oportunidad de conseguir trabajo de
nuevo pero había casos donde lo habían perdido todo.
Continuando con el tema de los grupos que migraron, según las tablas sobre datos de
migración Guatemalteca (CEPAL, 1991), Los Guatemaltecos que sí consiguieron trabajo
generaron alrededor de 21 millones de dólares directamente a la economía de los países a los
que llegaron, 20 de estos 21 millones de dólares son generados por migrantes ilegales en
México. Algo que cabe recalcar es que México no fue el que se vio más beneficiado de esta
“mano de obra” de otros países como Costa Rica que consiguió generar 28 millones de
migrantes ilegales.
Yendo más a fondo, continuando con las estadísticas de CEPAL (1991) y
comparándolas con el texto de Veronica Ruiz (2021) y Hanlon, C. L. N., & Lovell, W. G.
(1997), el desempleo era una preocupación y problemática de la época, y con toda la
migración del momento, los trabajos eran cada vez más escasos y el desempleo solo
aumentaba. Con la llegada de los grupos de migrantes, se estima que hubo un aumento de
hasta 20000 personas desempleadas, la mayoría de estas, parte del grupo de los migrantes que
no llegaron a encontrar un trabajo y se vieron obligadas a volver a su país de origen. Hubo
tanta demanda de trabajo en esa época que ya no había lugares que se pudieran ocupar y no se

3
estaban creando nuevos puestos de trabajo. En Costa Rica se estima que hubo también un
aumento de desempleo, mayor que el de México, de más de 32000 personas sin trabajo.
En la fuente CEPAL (1991) también se nos muestra un mapa (figura.1) que demuestra
cuántos migrantes viajaron de Guatemala hacia México, sin embargo, hay una tabla
posteriormente en el documento la cual da mejores datos y más precisos y un estimado de
donde fue que llegaron. En el mapa podemos observar que los migrantes que llegaron a
México fueron un estimado de 290000 migrantes de toda centroamérica , posteriormente en
la tabla se nos menciona que de todos los migrantes que llegaron a México, 200000 fueron
migrantes ilegales, y 190000 fueron guatemaltecos que llegaron a la frontera sur de México.
Comparando la cifra con Costa Rica, llegaron 100000 migrantes más a México, sin embargo,
llegaron menos ilegales a Costa Rica, siendo 80000 los que llegaron de esta manera. Se
estima que más de 100000 de los migrantes que llegaron a México buscaban en
Una cosa que cabe recalcar es que las estadísticas de migrantes en México no son
correctas del todo debido a que aunque se proclame en las estadísticas de CEPAL (1991) que
tienen estadísticas de personas migrantes ilegales, no hay manera de que estos datos sean
exactos, sino que hay que ver estas estadísticas como una aproximación de lo que estaba
sucediendo y las consecuencias de lo sucedido. Incluso, en la mayoría de las tablas viene
escrita la leyenda “Por falta de información precisa, estas cifras deben considerarse como
aproximativas y el centro de intervalos de estimación.” (CEPAL,1991)

Economía en Guatemala

La economía es una parte esencial para el desarrollo de las comunidades. En estos


casos, el desarrollo económico fue muy complicado para los migrantes guatemaltecos en
México. La primera gran ola de migrantes guatemaltecos llegó a inicios de la década de los
80s. Desde ahí, la situación migratoria se descontroló. En 1980, México crea la Comisión
Mexicana de Ayuda a Refugiados. El gobierno mexicano reconoció a los migrantes
guatemaltecos como refugiados temporales y les dio una visa “agrícola temporal”. Gracias a
la comisión de refugiados de las Naciones Unidas y a la Comisión Mexicana de Ayuda a
Refugiados, cuarenta mil de los aproximados cien mil guatemaltecos refugiados en la época
fueron reconocidos con esa visa. Los guatemaltecos empezaron a llegar a Chiapas y después
hasta Campeche y Quintana Roo. Se tienen muchos registros de personas guatemaltecas que
lograban salir adelante económicamente como se ve en el trabajo de Scielo. (Lerma
Rodríguez, Enriqueta & Lerma Rodríguez, Enriqueta, 2016). Se tiene registro que la situación

4
económica de los guatemaltecos variaba depende de sus condiciones. Normalmente eran los
guatemaltecos más adinerados los que lograban salir adelante sin muchos problemas porque
ellos realizaban su migración de manera legal. Los guatemaltecos que no hicieron eso
tuvieron muchos más problemas para conseguir y mantener un trabajo formal en México a
excepción de los trabajos de agricultores y campesinos.

Migración en México

Como fue revisado en los apartados anteriores podemos observar como parte de la
ideología promovida por los gobiernos conservadores de Guatemala en el siglo XX,
promovieron sistematicamente un sentimiento antimexicano no sólo para justificar los errores
cometidos en los tratados de límites de 1881-1895 que crearon la frontera moderna, sino para
detener la influencia de los revolucionarios que derrocaron la dictadura de Porfirio Díaz y que
concluyó en el proyecto nacionalista revolucionario de Lázaro Cardenas.
El estado guatemalteco trataba de censurar a toda costa el liberalismo mexicano,
especialmente los repartos agrarios y su adopción del mestizaje como referencia para el
desarrollo de una cultura nacional; puesto que estaba totalmente sumergido en una cultura
anticomunista. México, al ser un país liberal fue una gran impresión para los guatemaltecos
migrantes, que después de vivir en un régimen dictatorial, llegaban y podrían admirar libros o
revistas que si llegabas a poseer en Guatemala eras detenido y sancionado.
Los ochenta representaron la época con mayor violencia y represión de todas
causando una fuga masiva por refugio indígena que se suma al asilo político. Las cifras
reconocidas y registradas deberían de multiplicarse por miles. La figura del refugiado en
cualquier gobierno es una figura compleja porque significa aceptar a esta persona perseguida
por su gobierno y su reconocimiento. Según Gustavo Meoña, (2000).
“Entonces, para el gobierno de México, resultó más fácil, mucho más sencillo autorizar
refugiados que autorizar asilados políticos, y el ACNUR facilitó las cosas. El Gobierno de
México, a través de la COMAR, estaba colaborando con el ACNUR de una manera casi sin
reservas... Fue un acuerdo tácito, una mutua conveniencia. Hubo una buena prensa, muy
favorable a los refugiados en general, y una condena muy grande a los regímenes militares en
Guatemala que estaban cometiendo estos crímenes contra la población civil y las
comunidades indígenas en particular” (Meoña,2000)
En México las organizaciones del guatemalteco abundan para la conspiración contra
su gobierno, y aunque todo era hecho fuera del conocimiento de las autoridades mexicanas,

5
estas tenían un margen de tolerancia, en verdad nunca fue totalmente desconocido y según
Gustavo Meoño (2000):
“nunca sufrimos represión”, de lo que fue muy celoso el gobierno de México fue que no
hubiera involucramiento en política mexicana, o sea que los guatemaltecos podrían estar
conspirando para actuar en su propio país, pero que no debían involucrarse en política
mexicana”. (Meoño,2000)
Entonces el movimiento guerrillero empieza a tener una presencia que el gobierno mexicano
tolera y también sanciona cuando sorprende actividades ilegales como el trasiego de armas
para abastecer la guerrilla, “ fueron por lo menos unos 20 casos.” (Meoño, 2000)
A finales de la década, en 1988 y 1989 ya el proceso de negociaciones en práctica entre la
guerrilla y el Gobierno de Guatemala fue facilitado por el gobierno ofreciendo estatuto legal
y hasta una dirección en el DF, en la avenida Universidad para los refugiados.

“Eso facilitaba la posibilidad de que el conflicto armado en Guatemala terminara y volviera la


paz, pudieran regresar los refugiados, etc. Tuvieron pasaportes, documentos y los
comandantes guerrilleros que vivían en México y viajaban en razón de las negociaciones de
paz. Ya no sólo es tolerancia, sino prácticamente un estatus casi semi-diplomático, que les
permitía entrar y salir y hacer unas actividades. La URNG conformó un llamado equipo
político diplomático para vincularse con la prensa y comunicar sus mensajes. Estos
representantes eran totalmente legales en México.”(Meoño, 2000)

Dos fenómenos corrieron en favor de entender los avances de las negociaciones por la paz.
La actitud del gobierno de México que aceptó e incluso promovió las actividades de los
dirigentes guatemaltecos en la Ciudad de México y por otro lado, la apertura del Gobierno de
Guatemala abrumado por la presión de la comunidad internaciononal, que condenaba la
violación de los Derechos Humanos. Según Oscar Edmundo Palma, dirigente político de
izquierda, maestro y periodista:
“Yo nunca me sentí aquí en México extranjero. Yo trabajé siempre con mi propio nombre, con
mi nacionalidad, muy pocos adoptaron la nacionalidad mexicana, en la capital, porque en
realidad, no ha hecho falta, ¡fíjese ! El exiliado, el emigrado aquí tiene derecho a todo menos
a votar y a ser votado, puede tener un negocio, trabajar donde quiera, salvo en la frontera, en
un área, por razones de seguridad de la propia nación mexicana. Tengo el pasaporte de la
Embajada de Guatemala, moviéndome con toda libertad. Estuve trabajando, participé en
debates y escribí un libro sobre periodismo, una crítica muy fuerte ya que hablo ahí de la
censura de la prensa. Me siento guatemalteco, informado, participó en la cultura
mexicana.”(Palma, 2000)

6
Históricamente el gobierno mexicano se ha caracterizado por la acogida de muchos asilados y
refugiados de todas partes del mundo, a través de una política de carácter humanitario, que
proporciona seguridad y refleja solidaridad. Usando los testimonios de Gustavo Meoño
Brenner (GM), ex guerrillero del partido de Izquierda en Guatemala y director fundador de la
Fundación Rigoberta Menchú Tum en México Distrito Federal analizaremos los
comportamientos del gobierno hacia los refugiados.
“Prácticamente todos los exiliados regresan, porque además, no solamente se presentaban
condiciones en Guatemala para su regreso sino allá se les necesitaba y todos llegan
directamente a ocupar puestos o participar activamente en política. Era gente mucho mejor
preparada que la que había dentro. (GM) todos los grupos, las diferentes organizaciones, las
diferentes tendencias de la izquierda guatemalteca se estaban reorganizando en México. El
Gobierno de México hacía la vista gorda en cuanto no se ultrapasar los límites de la
tolerancia” (Meoño, 2000)
El hecho de que en Guatemala no se reconozca la categoría de “prisionero político”
hizo que para muchos el exilio fuera un viaje sin retorno mucho más drástico que en otros
lugares en donde los períodos electorales o los cambios de gobierno permiten que los
exiliados puedan regresar al país natal y ver a sus seres queridos aunque sea por unos pocos
días. A pesar de que en México muchos nunca se sintieron exiliados, para los guatemaltecos
toda estancia forzada en el exterior ha sido prolongación del exilio interior en el que viven los
ciudadanos del cual nunca salieron. Ese exilio interior opera de una forma más compleja pues
implica vivir ausentes de sí mismos dada la supresión del derecho a la libre expresión.
El sector más vulnerable del exilio guatemalteco en la Ciudad de México fue la gran
mayoría silenciada con documentos en perpetuo trámite y con pocos o nulos recursos para
pagar un abogado. Sin embargo, tenemos el otro lado de la moneda, donde no hay casos
exitosos como el de Óscar, donde no sólo se analiza la información a partir de las personas
que tuvieron la oportunidad de tener papeles.
En 1982 con la ayuda de los organismos de vocación humanitaria así como la
Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y el Alto Comisionado de Naciones
Unidas para los Refugiados (ACNUR) cuyo objetivo era atender principalmente a los
aislados sudamericanos, especialmente de Guatemala. Sin embargo, estas sólo fueron
consecuencia de los constantes problemas socio-económicos y culturales que México tenía
con Guatemala a partir de la integración de Chiapas a la República Mexicana en 1824.
A partir de lo antes mencionado sobre la crisis en Guatemala, México decidió apoyar
la decisión de ACNUR de situar campos de refugiados a una distancia razonable de las

7
fronteras con la supuesta intención de garantizar la seguridad de los refugiados y crear
programas de solución durables para hacer su estadía más favorable. Según cifras oficiales de
la COMAR, entre 1981 y 1982 sólo ingresaron a territorio mexicano 40 mil refugiados
guatemaltecos. A diferencia de la versión oficial, la Diócesis de San Cristóbal registró el
ingreso de cuando menos 100 mil refugiados (más del doble de lo registrado) a los cuales
brindó alimento y atención médica ante la indiscutible pasividad del gobierno mexicano que
no enfrentaba la emergencia humana, y que incluso prohibía el ingreso de la población que
buscaba escapar de los ataques del ejército guatemalteco (Montejo, 1999).
Después de que se reubicaran a los refugiados un año después de su llegada en
campamentos a Quintana Roo y Campeche en 1984 tras los ataques del ejército guatemalteco,
estos se tuvieron que readaptar e integrar, esto hablando principalmente de los migrantes
ilegales. ¿A qué nos referimos con esto? México aceptaba migrantes con sus debidos papeles
de acreditación como guatemaltecos, sin embargo, debido a la constante incertidumbre y
pobreza que presentaba Guatemala desde inicios de la Guerra Cívil en los años sesenta,
muchos no cumplían con el requisito, lo cual significaba que no eran reconocidos ni como
guatemaltecos ni como mexicanos. Y su situación una vez que llegaron a México no mejoró.
La pobreza, exclusión social, discriminación, falta de empleo y pago mínimo de sueldo no
perimitía que estos tuvieran la mejora de vida que se les prometió. A diferencia de los
migrantes registrados, los cuales recibían ropa, comida, vivienda y se les llegó a dar
educación por parte de la COMAR.
Muchos inmigrantes ilegales ya que no tenían hogar o vivienda, ingresaron a
comunidades indígenas para subsistir. “Se conformaron como minorías étnicas que muchas
veces son discriminadas por el resto de la población local; se les exige cumplir con trabajos
colectivos o cuotas económicas, pero sin derecho a decidir o participar en la vida política
comunitaria.” (Lagier, 2018) No pueden trasladarse a ninguna ciudad por miedo a ser
detenidos por las patrullas de migración, no tienen recursos ni capital cultural para gestionar
sus documentos migratorios; y, por no estar organizados ni tener contacto con el resto de la
población refugiada, no acceden a los beneficios de campañas extemporáneas de
regularización migratoria. No son ni de aquí ni de allá. Se encuentran en condiciones de total
vulnerabilidad y sin documentos lo que los mantiene en un constante círculo de marginalidad.
“Aunque tienen hijos y nietos nacidos en Chiapas, con frecuencia el registro civil rechaza
registrarlos, perpetuando así las condiciones de marginación.” (Lagier, 2018)
Un problema similar les sucede a las personas que regresaron a Guatemala en el
Programa de Retorno Colectivo (desde 1994) y después tuvieron que regresar a Chiapas ante

8
el incumplimiento de acuerdos y la falta de seguridad. Y más desde que México permitió la
repatriación y nacionalización de los refugiados, la cual muchos buscaban porque se
garantiza una mejora en la calidad de vida. He aquí un caso del señor Marco Tulio Miguel
Mateo, q’anjobal de Nuevo Huixtán:
“Nací en la aldea Momola, en Barillas, Guatemala. Aproximadamente tengo 35 años. A los 18
años empecé a buscar maneras [de naturalizarse]. Cuando vino el llamado del [programa]
extemporáneo participé, pregunté, anduve, sacaba constancias con las autoridades de aquí,
pero ni por eso [aceptaron las autoridades de migración]. Me decían que tenían que tener
papeles mis padres, pero ellos no tienen, no se puede. Quiero luchar para salir adelante pero
no puedo. Yo diría que es como una cadena gruesa que me tienen tendido en el paso y no
puedo cruzar ¿qué hago? ¡No puedo! Le digo sinceramente, porque lo sé… son cinco años
que fuimos a Guatemala cuando nos fuimos a retornar y durante los cinco años no me gustó,
así que la mayor parte de mi vida la he vivido aquí en Huixtán. Yo me siento que soy de aquí,
me siento que aquí nací, y creo que aquí voy a morir. Yo lo diría de esta manera: mis padres
decían que son de allá, ¡pero yo no! Por eso digo, aquí donde vivo me siento bien, si aquí no
me corren, nunca me iré.” (Lagier, 2018)
Este caso sólo es uno de los cientos de familias migrantes. Pero, ¿cómo es posible
reconfigurarse como actores sociales en México cuando se encuentran en condiciones
constantes de discriminación, marginización e inmovilización política y cultural?

Conclusión

Como pudimos admirar los ciudadanos guatemaltecos han vivido en condiciones extremas
que los han llevado al exilio obligatorio de su país. Al llegar a México nos hemos podido
encontrar con dos escenarios de vida post-migración, una favorable, en la que los migrantes
son recibidos de forma humanitaria y logran el objetivo de una mejor vida. Así mismo,
podemos ver la otra cara de la moneda en donde los migrantes se siguen encontrando en
situaciones vulnerables que los limitan en su desarrollo social, económico y cultural ante una
cultura xenófoba y racista.

Con esto podemos reflexionar que nosotros al ser un país que tiene un historial de recibir
migrantes a gran escala debemos tomar la responsabilidad de recibir a los refugiados con
respeto y la dignidad humana que se merecen, sin mencionar que es un derecho humano.
Luego de que deban tomar la difícil decisión de abandonar sus raíces, sus hogares, familias y

9
amigos, a lo que debemos de comprometernos como sociedad es a acogerlos como seres
humanos que son, sin importar la nacionalidad que posean.

Imágenes

Figuras 1-4: Mapa y tablas creadas por la CEPAL (1991) representando la migración de
centroamérica durante 1980-1989

10
11
REFERENCIAS
● Berthold Molden. (2015). La Guerra Civil guatemalteca: historias y memorias
cruzadas en el entorno global de la Guerra Fría. Anuario de Estudios
Centroamericanos, 41(1), 67–91.
https://0-doi-org.biblioteca-ils.tec.mx/10.15517/aeca.v41i1.21840
● Big Fruit (Published 2008). (2022). The New York Times. Retrieved from
https://www.nytimes.com/2008/03/02/books/review/Kurtz-Phelan-t.html
● ‌Castillo, Manuel Ángel y Toussaint, Mónica, “La frontera sur de México: orígenes y
desarrollo de la migración centroamericana” en Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre
Centroamérica y el Caribe, Vol. 12, No. 2 Julio-Diciembre, 2015, p. 59-87
● Castillo, Manuel Ángel y Mónica Toussaint, “Seguridad y migración en la frontera
sur” en Arturo Alvarado y Mónica Serrano (coordinadores), Seguridad nacional y
seguridad interior, México, El Colegio de México, 2010, p. 269-300.

12
● Castillo, Manuel Ángel, “La política de inmigración en México: un breve recuento”
en Alfredo Lattes, Jorge Santibáñez y Manuel Ángel Castillo, Migración y Fronteras,
México, El Colegio de México, p. 425-452.
● Comisión Económica para América Latina y el Caribe (1991) El impacto económico
y social de las migraciones en centroamérica , biblioteca Naciones Unidas México.
Recuperado de:
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/26940/LCmexR288_es.pdf?seque
nce=1&isAllowed=y
● Cruz Burguete, Jorge Luis (2000). Integración de los refugiados guatemaltecos en
Campeche. Estudios Sociológicos, XVIII(3),555-580.[fecha de Consulta 13 de
Febrero de 2022]. ISSN: 0185-4186. Disponible en:
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=59854305
● Gil-Garcia, O. (2017, August 7). US and Mexico immigration: Portraits of
Guatemalan refugees in limbo. Retrieved February 14, 2022, from The Conversation
website:
https://theconversation.com/us-and-mexico-immigration-portraits-of-guatemalan-refu
gees-in-limbo-74497
● Hanlon, C. L. N., & Lovell, W. G. (1997). Huida, exilio, repatriación y retorno:
escenarios de los refugiados guatemaltecos, 1981-1997. Mesoamérica, 18(34),
559-582.
● Lerma Rodríguez, Enriqueta, & Lerma Rodríguez, Enriqueta. (2016).
“Guatemalteco-mexicano-estadounidenses” en Chiapas: Familias con estatus
ciudadano diferenciado y su multiterritorialidad. Migraciones Internacionales, 8(3),
95–124. Retrieved from
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-89062016000100
095#B8
● Mosquera Aguilar, A. (1988). Los procesos migratorios como expresión de
integración territorial de México y Centroamérica. Estudios Fronterizos,
https://doi.org/10.21670/ref.1988.17.a02
● Nathalie Ludec, «Voces del exilio guatemalteco desde la ciudad de México»,
Amérique Latine Histoire et Mémoire. Les Cahiers ALHIM [En línea], 2 | 2001,
Publicado el 16 junio 2006, consultado el 19 marzo 2022. URL:
http://journals.openedition.org/alhim/599; DOI: https://doi.org/10.4000/alhim.599

13
● Quezada, S. A., & O’Dogherty, L. (1986). Los refugiados guatemaltecos en
Campeche y Quintana Roo. Foro Internacional, 27(2 (106)), 266–295.
http://www.jstor.org/stable/27738134

14

También podría gustarte