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CARCINOMA BASOCELULAR.

Se define como un tumor de invasión local y crecimiento lento, que rara vez produce
metástasis; cuyo origen son las células epidérmicas de los folículos pilosos o las células
basales de la epidermis.

Etiología.
El carcinoma basocelular se origina a partir de células madre indiferenciadas y
pluripotentes de la capa basal epidérmica y folículos pilosebáceos. En su origen intervienen
factores extrínsecos (factores medioambientales) e intrínsecos (factores del huésped o
genéticos). La radiación ultravioleta acumulada juega un papel etiopatogénico fundamental.
También se consideran factores extrínsecos las radiaciones ionizantes, los agentes químicos
(hidrocarburos policíclicos aromáticos, clorofenoles y arsénico). Como factores intrínsecos
intervienen síndromes genéticos asociados a sensibilidad a ultravioleta, así como el
Xeroderma pigmentosum (Es una afección hereditaria caracterizada por una sensibilidad
extrema al sol, que conlleva un riesgo muy alto de cáncer de piel). Las formas infiltrantes
se relacionan con aumento del número de filamentos de actina y DNA tetraploide,
colágenas tipo IV, disminución de la producción de amiloide (La proteína amiloide es una
proteína anormal que generalmente se produce en la medula ósea y que puede depositarse
en cualquier órgano o tejido), aumento de la producción de los glucosaminoglicanos
fibroblásticos y aumento de la adherencia de las células tumorales a los fibroblastos.

Epidemiología.
• Predomina en los grupos de mayor edad de la población. La mayor proporción de
casos de epitelioma basocelular se presenta en la sexta y séptima décadas; sin
embargo, es posible el desarrollo de este tumor en jóvenes y aun en niños.
• La edad de presentación más frecuente es a los 60 años; se conoce que entre 55 y 75
años el carcinoma basocelular es 100 veces más frecuente que en menores de 20
años, aunque actualmente se observa un incremento importante en personas jóvenes
menores de 40 años, principalmente en el sexo femenino.
• En otras áreas geográficas, como Japón y Filipinas, también se ha observado mayor
frecuencia de carcinomas basocelulares en las mujeres.
• Se presentan con mayor frecuencia en el sexo masculino, con una proporción de
2:1, presumiblemente relacionado a una mayor exposición solar por motivos
ocupacionales.

Manifestaciones clínicas.
El carcinoma basocelular generalmente se manifiesta en las partes del cuerpo expuestas al
sol, especialmente en la cabeza y el cuello.
El carcinoma basocelular aparece como un cambio en la piel, por ejemplo, un bulto o una
llaga que no sana. Estos cambios en la piel (lesiones) generalmente tienen una de las
siguientes características:
Existen unas variantes clínicas:
• Carcinoma basocelular nodular: se presenta como una pápula o nódulo traslúcido
(perlado), del color de la piel o rojizo, superficie lisa con telangiectasias (Son vasos
sanguíneos pequeños y dilatados en la piel), bien delimitado y de consistencia firme.
 Carcinoma superficial: Aparece en tronco y hombros, lento crecimiento de meses
o años, neoformación plana de aspecto eritemoescamosa bien delimitada.
• Carcinoma basocelular pigmentado: puede ser de diversas coloraciones, desde
marrón a azul o negro. La superficie es lisa y brillante, de consistencia indurada. El
pigmento del tumor se debe a melanina que se acumula tanto en los nidos de células
epiteliales basaloides malignas como en la dermis alrededor del tumor (en forma de
melanófagos).
 Carcinoma morfeiforme: usualmente conocida como esclerosante o infiltrativa, se
presenta en zona medio facial, puede infiltrar a nervios cutáneos.

Diagnóstico.
En la actualidad, se cuenta con procedimientos no invasivos que orientan a su diagnóstico,
no obstante, se considera siempre necesario la toma de biopsia para la obtención de manera
inequívoca del diagnóstico histopatológico de carcinoma basocelular.
Se recomienda el uso de la dermatoscopia para el diagnóstico clínico del carcinoma
basocelular. Se debe realizar biopsia de piel cuando el diagnóstico clínico está en duda o
cuando las características histológicas pueden influir en el tratamiento.
En general el diagnóstico no es difícil, por lo que generalmente presenta un aspecto típico
que permite el reconocimiento del tumor especialmente el borde brillante acordonado
(perlado) característico.

Diagnóstico diferencial.
En los casos dudosos deben ser considerados en el diagnóstico diferencial otros tumores
como el carcinoma espinocelular, el queratoacantoma y tumores de los anexos cutáneos.
Las lesiones pigmentadas pueden confundirse con queratosis seborreica, nevos y melanoma
maligno. El principal diagnóstico diferencial del carcinoma basocelular superficial es la
enfermedad de Bowen; también puede prestarse a confusión con queratosis actínicas, lupus
eritematoso o psoriasis.

Tratamiento.
Para elegir el tratamiento más apropiado, debe considerarse el tamaño del tumor, su
ubicación, el tiempo de evolución del mismo y el tipo histológico que presenta. Otros
factores importantes a considerar, son la edad del paciente, patologías concomitantes y la
calidad de la piel peritumoral; así como también, la experiencia del médico tratante.
Dentro de los tratamientos que existen, tenemos:
• Cirugía Convencional.
• Cirugía de Mohs o Microcirugía de Mohs.
• Curetaje y electrocirugía.
• Radioterapia.
• Criocirugía.
• Terapia fotodinámica.
• Imiquimod al 5%.

Cirugía convencional: Consiste en extirpar la totalidad del tumor, dejando en lo posible un


margen lateral libre de lesión de 2 a 5 mm en los CBC primarios y de 5 a 10 mm en los
CBC recurrentes. En el margen profundo, la extirpación debe extenderse hasta el tejido
celular subcutáneo; si se observase infiltración de capas profundas, la resección debe
extenderse hasta la fascia muscular.
Cirugía de Mohs o Microcirugía de Mohs: Consiste en la extirpación de tejido con el
análisis histológico del mismo, para lograr la completa resección tumoral, disminuyendo la
pérdida de tejido sano, a través del análisis histológico.
Curetaje y electrocirugía: Es un método sencillo que consiste en extirpar el tumor con una
cureta, hasta llegar a tejido sano y posteriormente, electrocoagular para destruir los posibles
restos de tumor.

Radioterapia: Consiste en aplicar radiación en la zona afectada con la consecuente


destrucción del tejido, 90 a 93%, pero actualmente se encuentra en desuso. El tratamiento
con radiación es una buena opción para aquellos tumores que se encuentran ubicados en
áreas anatómicas difíciles (párpados, nariz, por ej.), y que se desee preservar el tejido
alrededor de la lesión.

Criocirugía: Este es un método físico, que consiste en la destrucción de tejidos


sometiéndolos a temperaturas subcero, mediante el flujo continuo de Nitrógeno Líquido.
Se puede realizar en sus dos modalidades: el método abierto o en “spray”, utilizando puntas
con diferente apertura o el método cerrado con probetas o puntas cerradas. En tumores muy
grandes, puede realizarse la criocirugía en forma fraccionada, que consiste en aplicar varios
ciclos de tratamiento, en distintas sesiones.

Terapia fotodinámica: Es una técnica que consiste en la administración de sustancias


fotosensibilizantes, ya sea por vía sistémica o tópica, que posteriormente se activan con la
irradiación de luz visible en una dosis de 75 J/cm2, que activa especies de oxígeno,
produciendo destrucción selectiva del tejido tumoral.

Imiquimod al 5%: Es una sustancia química sintética de uso tópico, que tiene un efecto
inmunomodulador que estimula la respuesta inmune del individuo, así como una acción
antitumoral. Se utiliza en los CBC superficiales y nodulares pequeños, menores de 2 cm, en
áreas de bajo riesgo y en adultos inmunocompetentes.
El imiquimod en los CBC, incrementa el interferón, aumenta la inmunidad innata, estimula
las células de Langerhans, disminuye la angiogénesis y produce apoptosis de las células
tumorales. Está indicado en personas con múltiples tumores, ancianos o con
contraindicaciones quirúrgicas.

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