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Nombre de la actividad:
1RV1
Los tiempos modernos han cambiado bastante con los años y en un tiempo
casi que récord en toda la historia humana, con una revolución industrial que se
presento hace poco más de dos Siglos, nos encaminamos a una revolución
tecnológica y del pensamiento que, como toda revolución, exige una reinvención
casi que total en los futuros integrantes que le darán bases a la misma. En este
contexto los ingenieros toman un papel importante, y, con ellos, los centros de
formación por excelencia de las ingenierías, hablamos de universidad y empresa,
deben plantearse una reformación de lo que en los últimos dos siglos han venido
enseñando y exigiendo respectivamente.
El nuevo ingeniero debe de reemplazar la forma sistemática de trabajo e
implementación con la que sus antecesores fueron “amaestrados”, y es que si bien
fue útil en una anterior época de maquinas y procesos estrictos, la modernidad
exige, más que nada, la implementación de un pensamiento innovador por parte del
que desarrolla la ingeniería, un pensamiento capaz de buscar soluciones, que no
se limite a los procesos existentes, sino que se arriesgue a encontrar nuevos y
mejores procesos, soluciones y formas, un pensamiento que deje atrás la idea de
la producción como eje primordial de la aplicación de la ingeniería, y que dé paso a
la innovación como eje central de una nueva y avanzada ingeniería. Es en estas
anteriores ideas que, en mi opinión, el ingeniero del Siglo XXI toma un papel más
humano que sus antecesores, un papel en el que las habilidades escritas, orales,
de liderazgo, entendimiento, comprensión y empatía se hacen cada vez más
importantes, y es que ¿Para qué es útil el ingeniero sino para servir, apoyar y
mejorar el mundo que lo rodea y del que se hace participe? Por lo mismo, el
ingeniero debe saber colaborar y formar vínculos con todo el que lo rodea.
De igual manera el ingeniero debe de ser un ente de cambio y liderazgo en
el lugar en el que se encuentra, sea cual sea el lugar. Podemos remontarnos a
aquellos no muy lejanos tiempos del Renacimiento Italiano, y nos vienen a la cabeza
figuras de peso como Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, Juanello Turriano,
ingenieros que, si analizamos a profundidad, compartían una personalidad en
común, mas estrictamente, una forma de funcionamiento cognitivo común, me
refiero a la diversidad de técnicas y conocimientos, es decir, un conocimiento
extenso no en una sola área, sino de áreas diversas que, en su conjunto, lograban
y daban forma a las mayores invenciones de cada uno de estos ingenieros tan
recordados y a los que se admira pragmáticamente. Como ellos, encontramos
multitud de ejemplos a lo largo de la historia, ingenieros que a través de su
innovación lograron un cambio en la historia y la evolución del hombre, todos ellos
con una mezcla de conocimientos que hacían de sus personalidades justo las
necesarias para lograr los respectivos cambios en sus tiempos.