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A partir del análisis de la problemática derivada de la existencia de diferentes

entendimientos y prácticas relacionados con el control interno, este capítulo analiza las
distintas perspectivas que existen sobre el particular. Resalta de manera especial las
perspectivas profesional, reguladora y académica. Con base en ello aborda las distintas
estructuras conceptuales o criterios de control y resalta que a nivel internacional las que
más reconocimiento tienen son las de COSO (Estados Unidos), GRC (Estados Unidos),
Turnbull (Reino Unido) y CoCo (Canadá), si bien de hecho existen otras y podrán surgir
muchas más. para efectos de la auditoría del control interno, el criterio de control que mejor
se adecúa es el de COSO y que de hecho es el que más se está aplicando en el presente.
Qué es Control interno
La importancia y la necesidad del control interno siempre han sido apreciadas y cada día se
resaltan más. Sin embargo, han existido dificultades inmensas habida cuenta principalmente
de que cada quien lo ha entendido según su propia manera. Y en consecuencia, ha surgido
un rango amplio tanto de conceptos como de aplicaciones.
COSO lo explicó así en 1992: El control interno significa cosas distintas para diferente
gente. Ello origina confusión entre personas de negocios, legisladores, reguladores y otros.
Dando como resultado malas comunicaciones y distintas perspectivas, lo cual origina
problemas. Tales problemas se entremezclan cuando el término, si no es definido
claramente, se escribe en leyes, regulaciones o reglas.1
El control interno se define de maneras diferentes y por consiguiente aplicado en formas
distintas. Esa es, posiblemente, su mayor dificultad inherente. En la búsqueda de soluciones
a ello, se ha intentado recoger en una sola definición los distintos elementos comunes que
permiten alcanzar consenso sobre el particular. De esos esfuerzos, el que más éxito y
reconocimiento internacional ha tenido es COSO, si bien hay otras alternativas entre las
cuales se destacan GRC (Estados Unidos), Turnbull (Reino Unido) y CoCo (Canadá).
COSO define el control interno como un proceso, ejecutado por la junta de directores, la
administración principal y otro personal de la entidad, diseñado para proveer seguridad
razonable en relación con el logro de los objetivos de la organización.
Tales objetivos son: eficacia y eficiencia de las operaciones; confiabilidad de la
información financiera; cumplimiento de normas y obligaciones; y salvaguarda de activos.
Este último objetivo fue incorporado por la adenda realizada en 1994 y no corresponde a la
estructura conceptual original habida cuenta que responde a la necesidad específica de
entidades que tienen que controlar activos que no son de su propiedad pero que constituyen
parte de sus objetivos de negocio. El proceso de control interno lo separa en cinco
componentes: ambiente de control; valoración de riesgos; actividades de control;
información y comunicación; y, monitoreo. La actualización realizada en 2013 mantiene
estos objetivos, amplía su alcance (sobre todo en relación con otras presentaciones de
reportes) y concreta los mismos componentes a partir de los principios que asocia a cada
uno de ellos.
Cómo ha evolucionado el control interno
El control interno no siempre ha sido igual. Ha cambiado en la medida que se han
transformado los mercados y el entorno.
Tales cambios no son únicamente en las definiciones. Se perciben con mejor claridad en
las denominadas generaciones que se han ido dando a lo largo de la historia como
respuesta a las condiciones organizacionales y del entorno. Si bien el control interno
nació en un nivel organizacional bajo, los controles contables y administrativos, ha ido
ascendiendo en la escala organizacional: sistema de control interno (COSO), comités de
auditoría y gobierno corporativo. Está planteado el control interno de las relaciones
económicas (control interno de los grupos económicos, de fusiones y adquisiciones,
consolidaciones, negocios conjuntos, matrices y subordinadas, entidades de propósito
especial, etc.). En el plano exclusivamente práctico, las metodologías también han
cambiado. Ya el énfasis no está en revisar las transacciones, sino que es imperativo
administrar el conjunto de los riesgos de negocio. La perspectiva de procesos
(sistémica), ciertamente tiene la clave.
Con claridad se diferencian las tres generaciones del control interno, se señala cuáles
son las mejores prácticas en el presente y qué se vislumbra en el próximo futuro. Se
analiza cómo se ha ido ampliando el alcance, ascendiendo en la escala organizacional y
las transformaciones en las metodologías que se usan en la aplicación práctica.
Control interno basado-en-principios.
Cuando empieza a culminar la década del siglo veintiuno, esta claro que el control
interno se entiende a partir de un enfoque de procesos. De ninguna manera se trata de
un ‘parche’ o de una incrustación ajena a la organización, sino que es parte inherente
del logro de los objetivos organizacionales y de negocio. El presente capítulo hace una
síntesis de los principales elementos que respaldan ese entendimiento: cuáles son los
objetivos (principios) que orientan el control interno; cuáles son los roles y los procesos
que están asociados a ello; cuál es su aporte a la generación de valor para el cliente y a
la agregación de valor para el accionista (propietario), así como los trasfondos teóricos
que le dan respaldo. Se trata, ciertamente, de una aproximación, un intento por ayudarle
al lector a introducirse en estos asuntos. De ninguna manera se pretende que todo quede
agotado. Por consiguiente, surgirán cantidades de inquietudes y preguntas, las cuales
requerirán avanzar a partir de otros respaldos. Lo que sí está claro es que lo que aquí se
recoge está siendo acogido prácticamente de manera universal tanto para la justificación
teórica como para la implementación práctica del control interno.
sus objetivos (principios), los roles y procesos asociados, su aporte a la generación de
valor para el cliente y la agregación de valor para el accionista (propietario), así como
los trasfondos teóricos que le dan respaldo. Ciertamente se trata de una aproximación
que pretende ayudarle al lector a entender los elementos que están siendo acogidos
prácticamente de manera universal tanto para la justificación teórica como para la
implementación práctica del control interno.
El impacto del COSO
El Committee of Sponsoring Organizations of the Treadway Commission (COSO)
[Comité de organizaciones patrocinadoras de la Comisión Treadway] está compuesto
por cinco organizaciones profesionales: American Accounting Association (AAA)
American Institute of Certified Public Accountants (AICPA) Financial Executives
International (FEI) Institute of Management Accountants (IMA) The Institute of
Internal Auditors (IIA)
Estas organizaciones tienen su sede principal en los Estados Unidos pero cada una
constituye una red con amplio alcance mundial, gracias principalmente a sus capítulos y
vinculados. COSO es completamente independiente de sus organizadores
patrocinadoras e incluye representantes de la industria, contaduría pública, firmas de
inversión y la New York Stock Exchange (NYSE). COSO es una organización
voluntaria (sin ánimo de lucro) del sector privado dedicada a orientar, sobre una base
global, a la administración ejecutiva y a las entidades de gobierno hacia el
establecimiento de operaciones de negocio más efectivas, eficientes y éticas. Patrocina
y difunde estructuras conceptuales (frameworks) y orientación (guidance) con base en
investigación en profundidad, análisis y mejores prácticas. Fue constituido en 1985 para
patrocinar la National Commission on Fraudulent Financial Reporting [Comisión
nacional sobre información financiera fraudulenta], que es una iniciativa independiente
del sector privado que estudia los factores causales que pueden conducir a la
información financiera fraudulenta. También ha desarrollado recomendaciones para
compañías públicas y sus auditores independientes, para la SEC y otros reguladores, así
como para instituciones educativas.
Lo interesante de todo esto es que el mundo del control interno continúa evolucionando
y será necesario estar atentos a los nuevos desarrollos. Ciertamente, hay futuro por
construir.
Mantilla Blanco, S. A. (2013). Auditoría del control interno (3a. ed.). Bogotá, Ecoe
Ediciones. Recuperado de https://elibro.net/es/ereader/uniminuto/114316?page=168.

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