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El calor de reacción solo depende de los reactivos y los productos y el calor de reacción es una función de
estado; en este sentido la ley de Hess es la aplicación a las reacciones químicas del primer principio de la
termodinámica. El propósito de este planteamiento es analizar de forma muy breve las bases de la
termoquímica como una solución a problemas de transferencia de calor en dichos procesos.
Calor como una forma de energía absorbida o desprendida está presente en una reacción, la misma juega un
papel muy importante de los cambios químicos; en todo cambio químico hay ruptura y formación de nuevos
enlaces químicos y para que haya esa ruptura, se requiere energía y algunas veces en la formación de los
nuevos enlaces se requiere de menor energía para su formación y por tanto se desprende la energía
sobrante, el estudio del calor y de su relación con los cambios químicos resulta muy importante. Es
necesario conocer si el proceso depende no solo de si el cambio se efectúa a volumen o presión constante,
sino también de las cantidades de sustancia considerada, su estado físico, temperatura y presión.
La cantidad de calor obtenida en una reacción depende de la cantidad de sustancia que intervino en ella.
Esto es, que en vez de especificar la cantidad producido por gramo de sustancia para una reacción particular,
es usual hacerlo de la siguiente manera:
La ley de Hess se utiliza para deducir el cambio de entalpía en una reacción ΔHr, se puede escribir esta
reacción como un paso intermedio de una reacción más compleja, siempre que se conozcan los cambios de
entalpía de la reacción global y de otros pasos. En este procedimiento, la suma de ecuaciones
químicas parciales lleva a la ecuación de la reacción global. Si la energía se incluye para cada ecuación y es
sumada, el resultado será la energía para la ecuación global. Este procedimiento se apoya en que ya han
sido tabulados los calores de reacción para un gran número de reacciones, incluyendo la formación a partir
de sus elementos constituyentes de buena parte de las sustancias químicas conocidas. Un caso relevante de
este tipo de aplicación es el llamado ciclo de Born-Haber.
Morcillo, Jesús (1989). Temas básicos de química (2ª edición). Alhambra Universidad. p. 196-199.