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NORMALIZACIÓN

Se considera normalización al establecimiento, por vía de autoridad o de


consentimiento mutuo, de una serie de especificaciones sobre cualidades, módulos,
métodos, unidades de medida o condiciones, que deben ser adoptadas o tenidas en cuenta
como modelo a seguir, o mínimo a obtener, en la elaboración de productos, tanto
materiales como intelectuales.
Por lo tanto, la normalización es un conjunto de especificaciones, más
comúnmente llamadas normas. Se entiende por normas las diversas pormenorizaciones
técnicas o documentales, que contienen un conjunto de condiciones que deben cumplirse
en la elaboración de productos. Las normas afectan en la fabricación de cualquier
producto para facilitar la comercialización o intercambio entre países, con garantías de
uso en cualquiera de ellos.
Las normas suelen estar producidas por organismos internacionales, nacionales,
regionales o locales, aunque también pueden ser elaboradas por asociaciones particulares
e, incluso, empresas. Unos producen normas generales; otros, específicas para un
actividad concreta.
Normalización en la Información
En el ámbito de las bibliotecas, archivos y centros de documentación, las normas
surgen ante la necesidad de disponer de la información en el entorno mundial, y por el
auge y desarrollo que adquiere la cooperación entre estos organismos. Lo que hace la
normalización es, pues, facilitar las operaciones documentales y agilizar los intercambios
de la información, mediante la disposición de las normas correspondientes. Dentro de la
información, hallamos la normalización en los más diversos ámbitos:
a) En la descripción: ya sea bibliográfica (ISBD)
de documentación de archivo (ISAD-G)
de nuevos documentos (web, multimedia…) (FRBR)
de autoridades (persona-título-entidad) y de referencia (GARR)
de autoridades de materia (GSARE)
de autoridades (entidad-persona-familias) de archivo (ISAAR-CPF)
de Requisitos Funcionales de Registros de Autoridad (FRANAR)
b) En los formatos automatizados de intercambio: bibliográfico (MARC, UNIMARC)
de autoridades (UNIMARC-Autoridades)
de metadatos (DUBLIN CORE, EAD, RDF, etc.)
c) En la gestión de documentación electrónica: ISO 15489, preservacción y acceso
OAIS, preservación y acceso
c) En los códigos de identificación internacionales: libros (ISBN)
publicaciones seriadas (ISSN)
partes de publicaciones (BIBLID)
números de una serie, o contribuciones (SICI)
grabaciones audiovisuales (ISRC e ISAN)
música impresa (ISMN)
informes técnicos (ISRN), etc.
publicaciones electrónicas (DOI)
entradas de autoridades (ISADN)
d) En las redes: Interconexión de Sistemas Abiertos (OSI):
Protocolos de transmisión (TCP/IP; nivel 3º y 4º de OSI)
Préstamo interbibliotecario- Interlibrary Loan (ISO 10160)
Interfaz de usuario/a (X.25)
Conexión múltiple a OPACs (Z39.50)
OAI-PHM, protocolo de recuperación de metadatos
e) En la recuperación de la información: ISO 23950
f) En la elaboración: de resúmenes (ISO 214)
de tesauros (ISO 2788)
de índices (ISO 5963-85)
de referencias bibliográficas (ISO 690)
de referencias de documentación electrónica (ISO 690-2)
Citaremos, ahora, los organismos normalizadores que más han influido en el
campo de la documentación:
De cobertura internacional:
- ISO: Organización Internacional de Normalización (International Standard
Organization). Se le considera como el máximo organismo internacional sobre
normalización. Su actividad en el ámbito de la documentación se refiere a todos
los campos de la ciencia y de la técnica. Se organiza en comités, siendo el Comité
Técnico ISO/TC 46, con sede en Berlín, el encargado de normalizar en el campo
citado. Sus realizaciones más señeras son: ISBD y MARC (adoptadas), ISBN
(elaborado), ISSN (regulado), OSI (Interconexión de Sistemas Abiertos)
- IFLA : Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas
(International Federation of Library Associations and Institutions). El trabajo de
su grupo de Expertos en Catalogación dio como resultado las normas ISBD, y las
recomendaciones de las GARE y GSARE. Impulsa, a su vez, el programa CBU,
desde donde se lleva el desarrollo de UNIMARC y UNIMARC-Autoridades (para
nombres de personas, entidades, referencias, materias)
- UNESCO: Organización de las Naciones Unidad para la Educación, la Ciencia y
la Cultura, en especial con su programa Programa General de Información
- ICA: Consejo Internacional de Archivos. Se ocupa de la documentación de
archivo. Su realización más explícita son las ISAD.
- FID: Federación Internacional de Información y Documentación. La citamos aquí
por el papel que ha jugado en las actualizaciones de la CDU. Remonta sus
orígenes a 1895, pero ha desparecido como tal en el verano de 2001, quedando sus
grupos de trabajo integrados en IFLA.
De cobertura nacional. Entre las más significativas, se hallan:
- Alemania: DIN, Deutsches Institut für Normung
- España: AENOR, Asociación Española de Normalización y Certificación. Sus
normas van precedidas de la sigla UNE (Una Norma Española)
- EE.UU: ANSI, American National Standard Institut. En este caso se trata de la
organización privada más influyente
- Francia: AFNOR, Association Française de Normalisation
- Reino Unido: BSI, British Standards Institution
Hemos aludido a las normas que más nos interesan aquí. No obstante, existen
muchas otras, abarcando aspectos en principio insospechados. Como ejemplo, sirva la
norma ISO 9706-1994, en la que se nos especifica los requerimientos del papel utilizado
en la producción de documentos; o la ISO 8601, el estándar para la notación de la fecha
(aaaa-mm-dd); o algo que utilizamos con frecuencia, la ISO 9660, el formato con el que
grabamos datos o imágenes (canciones) en los cedés para poder escucharlos en cualquier
reproductor. Las aplicadas a la información científica y técnica inciden en varios
aspectos, tales como:
- La forma de presentación de los documentos para su publicación (un libro de
texto, un artículo, tesis doctorales, resumen de una publicación, referencias y citas
bibliográficas, etc.)
- El tratamiento de los documentos para que puedan ser almacenados, recuperados y
distribuidos (reglas de catalogación).
- La transliteración o cambio de escritura de una lengua a otra (cambio de los
caracteres de los alfabetos ruso, árabe, griego, chino... por los latinos)
- Sobre locales y equipos (superficies y distribución de las bibliotecas, estantes y
equipamientos necesarios para su funcionamiento)
- Sobre producción (normas sobre microcopias)
- Sobre terminología (normas relativas a vocabularios controlados)
- Informática documental (especificaciones relacionadas con el tratamiento
informático de la documentación: formato IBERMARC)
-
Normalización en la Descripción bibliográfica
Para hacer accesible la información se establecieron las normas de catalogación -
descripción bibliográfica-, que constituyen el primer paso del tratamiento intelectual de
los documentos. A través de ellas, se extraen los datos descriptivos de las diferentes obras
para expresarlos según las normas establecidas por los grupos profesionales de los
distintoss países. Con ello, se identifica el documento. En España, el primer código de
catalogación fue Instrucciones para la redacción de los catálogos en las bibliotecas
públicas del Estado, de 1902.
El conjunto de datos extraídos constituye la descripción bibliográfica, plasmada en
un asiento, o registro (si se automatiza). El propósito es proporcionar la representación del
documento de forma única, con lo cual queda identificado, permitiéndonos,
posteriormente, localizarlo, incorporarlo a ficheros, catálogos y bibliografías, que facilitan
su recuperación cuando es necesario.
La descripción bibliográfica se desarrolla en una serie de áreas o conjunto de datos
en el que cada uno de ellos describe un aspecto del documento. Como es lógico, los datos
varían según el tipo de documento que se describa. Dichos datos se toman de
determinadas partes del documento, ya prescritas.
ISBD
La operación de describir se basa en las normas ISBD (Descripción Bibliográfica
Internacional Normalizada), publicadas por la IFLA ante la diversidad de formatos
MARC aparecidos después de la 2ª versión del mismo. Pero no constituyen una guía
rígida y detallada de catalogación, sino que dan pie para que cada país las adapte a sus
características. En el caso de España, se denominan: Reglas de Catalogación, publicadas
por el antiguo Ministerio de Cultura, cuya última edición es del año 1.999, reimpresa en
el 2.000, 2002 y 2003. Estas reglas españolas, además de en las ISBD, se basan en otros
códigos nacionales, caso de las AACR2 (Anglo-American Cataloguing Rules, 2nd ed.)
Estas normas se conciben como un instrumento de comunicación internacional para la
información bibliográfica, ya que su utilización:
- Determina cuáles son los elementos necesarios en la descripción bibliográfica, e
indica el orden de presentación y puntuación necesario para las diversas
operaciones bibliográficas, no solo relativas a la catalogación bibliográfica en las
bibliotecas
- Permite, también, el anuncio o difusión de las nuevas publicaciones y la
adquisición y distribución de los libros y su gestión, tanto en las bibliotecas como
en el comercio del libro
- Permite el intercambio de información o noticias procedentes de fuentes diferentes
- Facilita la interpretación de la información, a pesar de las barreras ligüísticas
- Permite la conversión de la información, haciéndola apta para la mecanización
Se han publicado ediciones de Normas distintas, dependiendo del tipo de material al que
se aplican: ISBD-M Aplicables a Monografías (1971, 1974, 1978)
ISBD-G Para todo tipo de materiales (1977)
ISBD-S Aplicables a publicaciones seriadas
ISBD-NBM Aplicables a materiales no librarios (audiovisuales)
ISBD-CM Aplicables a obras cartográficas: mapas, planos
ISBD-PM Aplicables a partituras musicales impresas
ISBD-A Aplicables a publicaciones antiguas
ISBD-ER Aplicables a recursos electrónicos
ISBD-CP Aplicables a partes de una publicación
ISBD-CR Aplicables a recursos continuos (actualizables)
La aplicación de las normas ISBD debe conducir al Control Bibliográfico
Universal (UBC-CBU), es decir, a la descripción uniforme de los materiales
bibliográficos, que deben cumplir los organismos encargados de producir las bibliografías
nacionales. Las normas están recomendadas tanto para quienes se ocupan de la
catalogación como para quienes elaboran las bibliografías.
A pesar de que existe una tendencia bastante generalizada que propugna una
revisión de las ISBD, que simplifique su normativa (incluso se habla de suprimir los
encabezamientos), basada en la facilidad de recuperación que ofrece la automatización,
no se ha llegado a ninguna concreción.
GARR y GSARE
Pasada la década de los setenta del siglo anterior, establecidas las normas para la
descripción bibliográfica, quedaba por regular la forma en la que debían elaborarse los
encabezamientos, tanto de personas, títulos y entidades como de materias. Por ello, en el
ámbito de CBU y de MARC-Internacional, la IFLA emprendió la tarea de elaborar unas
directrices que sirvieran de pauta para ello. Lo que conocemos como Autoridades. Así, en
1984, publica las GARE (Guidelines for Autority and Reference Entries), las
recomendaciones para la creación de ficheros de autoridades, que tienen una nueva
versión en 2001, denominadas GARR. Completándola en 1993 con las GSARE
(Guidelines for Subject Authority and Reference Entries), las pautas para entradas de
autoridad de materias y nombres geográficos. En 1991, se publica el formato UNIMARC-
Autoridades, que es adaptado para Ibermarc en 1999.
Autoridad es el encabezamiento normalizado de nombre de persona, entidad,
congreso, título, nombre geográfico o materia, establecido por la agencia bibliográfica,
para que pueda ser utilizado en los registros bibliográficos. El control de autoridades
ayuda a la normalización de los puntos de acceso, necesario para el intercambio
internacional de información y para mantener la consistencia interna de los catálogos.
Podemos definir el registro de autoridad como el conjunto de informaciones
acerca de un encabezamiento para su definición, uso y control, en el que se justifica la
terminología escogida, las formas desechadas, las fuentes consultadas y las relaciones con
otros encabezamientos. Las GARR no prescriben la forma del encabezamiento, ni las
referencias, ni la puntuación. El registro contiene notas explicativas para el/a usurio/a, e
instrucciones para el/a catalogador/a. Tiene la siguiente estructura (ver esquema):
- Encabezamiento de autoridad
- Nota de información
- Nota de referencia Véase (equivalencia)
- Nota de referencia Véase además (relación)
- Nota del catalogador
- Fuente: Agencia catalogadora, Reglas de catalogación, Fecha de creación (En
GSARE, en vez de Reglas de catalogación es Lista de encabezamiento utilizada)
- ISADN, Número Internacional Normalizado de Datos de Autoridad (en España no
se utiliza)
Se dan tres clases de registro:
- Autorizado
- De referencia
- De referencia explicativa general.
El control de autoridades implica 3 tareas:
- la definición y redacción de los encabezamientos
- la creación de registros de autoridad y de relaciones entre los términos
- el control de la aplicación de esos encabezamientos en los registros bibliográficos.
En España, es la Biblioteca Nacional la que se ocupa de la elaboración de los
registros de autoridad, los cuales publica en una base de datos, de acceso restringido.
Además, otras entidades crean sus propias bases de datos, según su especialidad, siendo la
más conocida la del CSIC, accesible en línea desde su página web (www.csic.es). Incluso
los programas de gestión integrada, empleados en la catalogación en bibliotecas, crean
sus propios listados de autoridades.
ISAD-G e ISAAR-CPF
El ICA (Consejo Internacional de Archivos=International Council on Archives),
en su empeño por establecer unas pautas de descripción normalizada para la
documentación de archivo, propuso en 1994 (2ª ed. 1999) como normas marco las ISAD-
G (International Standard of Archivistical Description) y las ISAAR-CPF en 1997
(Norma Internacional sobre los Encabezamientos Autorizados Archivísticos Relativos a
Entidades, Personas y Familias), pero faltan aún unas pautas uniformes, a nivel
internacional, para la automatización de los procesos de descripción. Sin ellas, no resulta
posible el intercambio de información entre archivos. De ahí, que surjan continuamente
propuestas particulares en espera de llegar a una solución definitiva.
Las ISAD-G constituyen un sistema de descripción de los documentos a distintos
niveles (multinivel), que va desde el nivel de fondo documental a cada una de sus partes.
Establece 26 elementos de descripción, agrupados en 7 áreas de información.
La numeración internacional normalizada: el ISBN y el ISSN
El ISBN (International Standard Book Number) es el número de control de los
libros en general. El código fue elaborado por la ISO para aplicarlo en el contexto de un
sistema internacional normalizado, lo que supone numerosas ventajas, pues acompaña a
todas las obras (libros en general) en el mundo, en cualquier soporte. Queda regulado en
la norma ISO 2108-1978. En la descripción bibliográfica conforma el área nº 7 de las
ISBD, y el área nº 8 de las Reglas de Catalogación españolas.
Es un código compuesto por 10 caracteres, que las editoriales asignan a los libros
que editan. Se implantó en el Reino Unido en 1967 y, posteriormente, lo fueron
adoptando los demás países (España en 1972). Los 10 caracteres se dividen en cuatro
partes o grupos, separados por guiones (Ej.: ISBN: 84-86864-50-X). En la actualidad,
entre 2005-2007, se pretende que tenga 13 dígitos. Cada uno de estos grupos tiene una
dimensión variable, y se especifica de la siguiente manera:
- El primero identifica el ámbito nacional, geográfico o lingüístico de las
editoriales. La Agencia Internacional de ISBN es quien asigna el número a cada
ámbito geográfico. En el caso de España es el número <<84>>
- El segundo identifica una editorial concreta. A las editoriales con un gran volumen
de producción se les asigna un número breve. En el ejemplo expuesto, se trata de
una Fundación (Anselmo Lorenzo) con un volumen discreto, por lo que tiene un
número extenso: <<86864>>
- El tercer grupo identifica un título específico dentro de cada editorial. En este caso
es el número <<50>>
- El cuarto está formado por un solo carácter (número del o al 9, o letra X [la única
que puede incluirse en todo el número]), que es de comprobación y control, para
garantizar el buen uso del sistema. En nuestro caso es la <<X>>, pues la operación
de calcularlo ha dado como resultado el número <<10>>.
La ampliación y diversificación de soportes ha propiciado que el ISBN, destinado en
sus inicios para los libros, se adjudique a otros productos no librarios: folletos, anuarios,
publicaciones multimedia, películas educativas, vídeos y diapositivas, libros en casetes,
software de microordenadores, publicaciones en material electrónico (tanto cintas legibles
por ordenador, como CD-Rom), publicaciones en microformas, publicaciones en Braille,
mapas y otra serie de productos cuya venta se realiza a través de los canales propios de la
distribución de libros. Esta ampliación se lleva a cabo cuando el producto citado cumple
dos de las condiciones siguientes:
- Estar producido por una editorial de libros
- Venderse en librerías
- Ser accesorio a un libro
- Que contenga información
- Que esté regido por la legislación de depósito legal
- Que se acepte como libro por la Biblioteca Nacional
Quedan excluidos del ISBN: publicaciones periódicas (excepto anuarios); material
impreso de carácter temporal (agendas, calendarios, etc.); material impreso con fines
publicitarios y comerciales; guiones de cine, radio y televisión; estatutos y memorias de
sociedades; programas de estudios; álbumes de cromos, fotos, sellos, etc.; obras impresas
en multicopista; tebeos; recortables; impresiones artísticas; carpetas sin portada ni texto.
Dentro de un misma obra, el ISBN cambia cuando: hay una edición diferente (no
cuando son reimpresiones que no alteran el contenido) o una edición con modificaciones;
a las ediciones facsímiles que se publican en diferentes editoriales; los libros del mismo
título, pero con formato distinto (tela, rústica, etc.); las publicaciones en varios volúmenes
tienen varios ISBN (uno para la obra completa, otro para cada uno de los volúmenes);
obras editadas por varias editoriales (cada editorial pone el suyo).
Sin embargo, no se duplica el ISBN: cuando una obra es editada, por el mismo editor,
en varios lugares; el cambio de precio tampoco supone cambio de ISBN. También es
importante señalar que el ISBN se utiliza sólo para una obra, es su número de identidad, y
no se vuelve a reutilizar.
En el caso de software (programas, bases de datos, obras, etc.), al igual que sucede en
los productos impresos, deberá darse nuevo ISBN cuando se producen o existen
diferentes versiones (en distintos soportes, en diferentes lenguajes, etc.). También se
duplicará si son obras en varios volúmenes, si dos o más unidades pertenecen a un mismo
paquete de software y pueden utilizarse separadamente. No obstante, el producto
informático y el manual requerido para su funcionamiento tendrán un solo ISBN si ambos
se venden de forma indivisible.
El ISBN debe aparecer de forma clara y visible, a ser posible en el verso de la
portada. Por lo general, las editoriales lo ponen también junto al código de barras que
identifica comercialmente al libro, y que es leído en forma OCR (Optical Carácter
Recognition-Reconocimiento Óptico de Caracteres) por medio de escáneres ópticos. En
este segundo caso, va colocado en la parte posterior de la cubierta. Los códigos
comerciales citados, en el caso de libros o publicaciones periódicas, llevan los prefijos
<<978>> y <<977>>, respectivamente, los cuales reciben el nombre de <<bookland>>.
La incorporación de España al sistema ISBN se produce en 1972, mediante el
Decreto 2984, de 2 de noviembre, por el que se obliga a todas las editoriales a consignar
el ISBN en libros y folletos. En 1987 se crea la Agencia Nacional de ISBN, dependiente
de la Dirección General del Libro y Bibliotecas, en el Centro del Libro y la Lectura, que
es quien asigna los números a cada editorial.
Los libros aparecidos con este número quedan recogidos en la base de datos:
ISBN. Libros españoles en venta, en la que se incluyen los editados desde 1972.

ISSN
El International Standard Serial Number (ISSN) es el número de control de las
publicaciones periódicas y seriadas, siendo un código normalizado que se les adjudica a
éstas. A diferencia del ISBN, el ISSN no es obligatorio asignarlo a las publicaciones
seriadas. En la descripción bibliográfica, forma parte del área nº 8 de las ISBD. Queda
regulado por ISO 3297-1975 (revisada en 1986).
Se asigna una vez a cada título (título clave) para identificar una publicación de
forma inequívoca. Tienen códigos de identificación ISSN: las revistas, diarios, boletines,
etc. Se compone de 8 dígitos, divididos en dos bloques de 4, separados por guión, de los
cuales el último es un dígito de control (que, en ciertos casos, puede ser una <<X>>).
Ej.: ISSN: 1575-6475
Debe ir colocado en un lugar preeminente de la publicación y precedido de sus siglas.
Este número normalizado forma parte de estas publicaciones, sin que pueda
modificarse, a no ser que se produzcan cambios en la obra que obliguen a ello. Será el
caso cuando: el título de una publicación varía de forma significativa (ello sucede cuando
cambia el título-clave); cuando la obra inicial comienza a editarse en otras lenguas (hay
un número para cada lengua); cuando hay suplementos que se adicionan a la obra básica
(los volúmenes mensuales, y el volumen anual). Cuando una publicación impresa tiene
versión electrónica, llevará un ISSN distinto en cada una de ellas.
El ISSN y el ISBN son compatibles entre sí, con lo que una publicación puede
recibir los dos números normalizados al mismo tiempo, ya que una obra monográfica
lleva ISBN, como obra individual, y puede llevar ISSN como volumen de la planificación
seriada de la que forma parte. En este caso, el ISSN será el mismo en toda la serie, y el
ISBN será distinto en cada una de las obras.
Como en el caso del ISBN, la aplicación del ISSN ha supuesto un gran avance en
el control de las publicaciones periódicas y seriadas, facilitando los procesos comerciales
y los bibliotecarios. Al tiempo: elimina las barreras ligüísticas, evita el riesgo de
equivocar la identificación de las publicaciones, y permite identificarlas, sea cual sea el
país o la editorial que tengan.
El ISSN surge en 1971, estando regulado por la norma ISO 3297/1986, en su
última revisión, y recogida en España en la norma UNE 50-107 (1989). Este código
tenemos que situarlo en el contexto del ISDS (International Serials Data System-Sistema
Internacional de Datos sobre Publicaciones Seriadas), creado por la UNESCO. Cuenta
con una Agencia Central en París -ISDS- y más de 50 centros nacionales. Este centro es
responsable de la creación y mantenimiento de una Base de Datos de publicaciones
seriadas con ISSN. Igualmente se ocupa de adjudicar el número a publicaciones
internacionales, así como a países que todavía no cuentan con agencias nacionales. Se
publica en dos soportes diferentes:
- CD-Rom: ISSN-Compact
- En Internet: ISSN Online (es necesario suscribirse, aunque se permite un período
de prueba gratuita de un mes)
En España, el Centro Nacional de ISSN se creó en 1978, y está integrada en la
Biblioteca Nacional, en el Departamento de Control Bibliográfico.
Depósito Legal
El depósito legal (D.L.) es la exigencia, por vía legal, de depositar, en una o varias
agencias específicas, varios ejemplares de todo tipo de publicaciones, reproducidas en
cualquier soporte y por cualquier procedimiento para la distribución pública, alquiler o
venta de las mismas. Es obligación de las imprentas, tanto la solicitud del número de D.L,
como el depósito de los documentos.
Su antecedente en España, son las ordenanzas que fijaban las condiciones y
exenciones que el rey Felipe V otorgó a la recién creada Biblioteca Real en 1712
(posteriormente, 1836, Biblioteca Nacional). En la actualidad se rige, a nivel nacional,
por el decreto de 1971 y su modificación de 1973, aunque las comunidades autónomas
han desarrollado sus propios decretos, al haber asumido las competencias en el tema.
Su aplicación permite:
- Identificar el lugar de impresión de las diferentes publicaciones.
- Conocer anualmente el volumen editorial de cada zona y de toda la nación.
- Elaborar las bibliografías regionales y la bibliografía nacional.
- Establecer las estadísticas nacionales de la edición.
- Abastecer de fondos a la Bibliotecas Públicas y Regionales del Estado.
- Crear y mantener la colección de préstamo interbibliotecario de la Biblioteca
Nacional.
- Fomentar el canje a través de los ejemplares múltiples depositados.
El código está compuesto por letras y números con significados establecidos:
- Tiene una letra inicial, que identifica el lugar geográfico donde se imprime (M)
- Un número de varias cifras, que indica el orden secuencial, o número correlativo,
que le corresponde a la publicación durante el año. Cada año se inicia una nueva
serie (14385)
- El año que se efectúa el depósito de la publicación (2000)
Ej.: D.L.: M-14358-2000
Hay debates sobre qué materiales deben estar sujetos a depósito legal. Por un lado,
es necesario revisarlos continuamente, por la aparición de nuevos soportes; por otro, el
gran volumen de producción hace que los espacios dedicados a depósitos se queden
pequeños para albergarlos. Visto ello, se consideran que deben llevarlo:
- Libros (cualquiera que sea su formato o impresión, destinados a la venta o no)
- Folletos (escritos de más de 4 páginas y menos de 50)
- Separatas de artículos de extensión acotada
- Hojas impresas para difundir
- Publicaciones periódicas
- Partituras musicales
- Planos y mapas
- Carteles publicitarios
- Postales, naipes, transparencias, fotogramas
- Impresiones o grabaciones sonoras
- Todo tipo de publicaciones cinematográficas.
No obstante, en España, no todos estos documentos van a estar recogidos en la
Bibliografía Nacional corriente. Se excluyen: “las publicaciones menores” (programas de
fiestas, carteles, prospectos, etc., así como la literatura de consumo popular conocida
como literatura de quiosco); los materiales especiales (partituras, mapas y planos,
estampas, etc.), alguno de los cuales tiene suplementos aparte; las publicaciones
periódicas se describen en suplemento propio; tampoco se incluyen las reimpresiones de
las publicaciones cuya descripción haya aparecido previamente.
No se consideran objeto de Depósito Legal:
- Los sellos de correos
- Las publicaciones de circulación restringida en un ámbito local: comunidad
religiosa.
- Los impresos de oficina
- Las tarjetas de visita
- Los impresos de carácter comercial sin grabados o textos artísticos o explicativos
- Por el momento, no están incluidos los programas de ordenador, pero sí los
productos de las nuevas tecnologías, como los CD-Rom.
Número de Identificación de las Publicaciones Oficiales: NIPO
Es un código identificador que se constituye como dato fundamental para el
control de las publicaciones emanadas de las Administraciones Públicas y, al mismo
tiempo, facilita la coordinación del sector.
Fue creado por Orden ministerial de Presidencia de Gobierno, en 1985, y
reformado, por el mismo procedimiento, en 1993, siendo obligatorio desde 1986 para las
publicaciones de nueva creación (hay publicaciones, como el BOE, que no lo tienen). Lo
asigna la Junta de Coordinación de Publicaciones Oficiales, y de él quedan excluidas las
publicaciones con carácter reservado y las restringidas al ámbito interno de la
Administración del Estado. En las demás, es obligatorio su uso (monografías,
publicaciones periódicas, mapas, normas...).
Se compone de nueve dígitos, distribuidos en cuatro grupos, separados por guiones:
- El primer grupo, de tres dígitos, identifica la unidad u organismo editor.
- El segundo, de dos dígitos, indica las dos última cifras del año de publicación.
- El tercero, de tres dígitos, el número correspondiente a la obra.
- El cuarto, el dígito de comprobación, para tratamiento informático
Ej.: NIPO: 101-89-037-X
Su asignación se hace: individualmente, a cada publicación unitaria, y a sus
sucesivas ediciones; por series, a los folletos, mapas u hojas sueltas, agrupadas;
anualmente, a las publicaciones periódicas para todos los números que corresponda a un
mismo año. Una misma obra puede llevar dos NIPO en el caso de que exista coedición
entre dos organismos oficiales.
Número de control de partes de publicaciones: BIBLID
El BIBLID permite identificar capítulos de libros o artículos de revistas. Cada vez
es más frecuente que los liabros aparezcan firmados por vario/as autore/as, responsables
cada una/o de ella/os de la parte que le corresponda; igualmente, los artículos de revistas
están firmados por distintas colaboraciones. Esta diversidad obliga a quienes utilizan estas
publicaciones a identificar y recuperar unívocamente un trabajo concreto o específico.
Para ello, se aplica el BIBLID, código normalizado por la norma ISO 9115, a la que
corresponde la norma UNE 50-127.
Es un código de extensión variable, con signos de puntuación determinados. Toma
como punto de partida el ISBN o el ISSN, según corresponda a parte de libro o de revista.
Añade el año de publicación entre paréntesis, y los números de las páginas que quiere
identificar:
Ej.: BIBLID 84-4586-734-7(1998)p.512-536.
Si son publicaciones periódicas, se añade el número de fascículo, numero de
volumen, etc., separados por dos puntos: BIBLID 0172-9926(1998)12:6:p.7-26.
En USA, se utiliza el SICI (Serial Item and Contribution Identifier Standard),
fijado en la norma ANSI/NISO Z39.56-1996, el cual facilita un mecanismo extensible
para la identificación de cada uno de los números de una serie o de cada contribución
(p.e., un artículo) contenida en una serie, independientemente del medio de distribución
(papel, electrónico, microforma, etc.).

Otros números normalizados


Otros números internacionales normalizados, menos significativos, son: El ISMN
(Internacional Standard Music Number) se reserva para música impresa, y lleva la letra
<<M>> mas 9 dígitos, en estructura similar al ISBN. A destacar, también: ISRN
(International Standard Report Number) destinad a identificar los informes técnicos.
ISRC (International Standard Recording Code), establecido por ISO 3901-1986, como
código internacional normalizado para la identificación de grabaciones de audio, vídeo o
audiovisuales. Tiene 13 caracteres, divididos en 5 grupos.
A pesar de la existencia del anterior, la ISO 15706 (TC46/SC9) ha establecido un
sistema de numeración voluntario para audiovisuales: ISAN (International Standard
Audiovisuals Number), que identifica trabajos, no publicaciones (como hace el ISBN, por
ejemplo), independientemente del soporte en el que se distribuye el trabajo (DVD, Vídeo,
etc.). Lo forman 16 dígitos, divididos en dos segmentos, uno de 12 y otro de 4. Fue
aprobado en septiembre de 2002, para iniciarse en 2003 (todavía desconocemos si ya
están las agencias de registro). Se pretende identificar un trabajo de forma distinta al
título, pues ello tiene cambios en las traducciones del mismo, lo que lleva a situaciones de
piratería, al registrar los nuevos. No obstante, el ISAN no tiene implicaciones legales con
respecto al copyright o a la propiedad de un trabajo. Se extiende desde películas hasta
anuncios, pasando por retransmisiones en directo o capítulos de series.
Nombraremos en último lugar uno de los números de creación más reciente: DOI
(Digital Object Identifier), basado en el estándar ANSI/NISO Z39.84, impulsado por las
editoriales para preservar sus derechos. El desarrollo del sistema (que asigna, mantiene,
resuelve y utiliza identificadores permanentes) corre a cargo de la Fundación
Internacional de DOI, con sede en New York y Ginebra. Su objetivo es facilitar el
comercio digital, manteniendo lazos permanentes con el/a titular de los derechos de un
objeto digital. El identificador es una cadena con un prefijo y un sufijo, separados por una
barra. El prefijo tiene dos elementos, separados por punto; el primero identifica al
administrador de directorios o autoridad de direccionamiento, y el segundo al editor o
agente responsable del sufijo (DOI: 10.1080/0034340022000033394).
Puede asignarse un DOI a un trabajo (un artículo), a una parte de un trabajo (una
foto en un artículo) o a una colección (el número de una revista); es decir, a cualquier
objeto al que se le quiera controlar los permisos de forma separada.
El ISADN (Internacional Standard for Autority Data Number/Número
Internacional Normalizado de Datos de Autoridades). Se utiliza para identificar el número
asignado a cada una de las entradas de autoridad, con el fin de facilitar el intercambio y
control internacional. Lo asignan las agencias bibliográficas nacionales de los países que
colaboran con el CBU. En España no se utiliza todavía; la Biblioteca Nacional se vale del
número del registro de la base de datos. Cuando va en el formato automatizado
UNIMARC-.Autoridades, se coloca en la etiqueta 021.

Organizaciones
Ya hemos mencionado los organismos internacionales más significativos en
labores normalizadoras: IFLA, ISO, UNESCO e, incluso, FID (CDU), desaparecida en
2001, dentro del ámbito de las bibliotecas y la documentación. Entre las asociaciones
españolas, tenemos que hablar de:
ANABAD (Asociación Nacional de Archiveros, Bibliotecarios, Museólogos y
Documentalistas), creada en 1948, que extiende su actividad a campos variados:
organización de congresos, formación profesional, grupos de estudio. Su órgano de
expresión es el Boletín de la ANABAD, trimestral, publicando, también, números
monográficos de interés.
AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación). Es miembro de la
ISO, siendo la encargada de la normalización y certificación en España. Traduce y adapta
las normas internacionales ISO, pero también elabora las suyas (UNE = Una Norma
Española). Su Comité Técnico de Documentación es el 50. Publica Catálogos de Normas,
y Revista UNE.
FESABID (Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía y
Documentación), creada en 1988, para servir de punto de encuentro entre lo/as
profesionales de la documentación, estimulando la cooperación entre las asociaciones, y
propiciando la proyección internacional. Es miembro de FID, IFLA y EBLIDA (European
Bureau of Library, Information and Documentation Associations), y organiza las Jornadas
Españolas de Documentación Automatizada, cada dos años. Desde 1995, tiene su sede y
archivo en los locales de SEDIC (Sociedad Española de Documentación e Información
Científica).

Burgos, marzo de 2003 (Curso Auxiliares Bibliotecas y Centros de Documentación)

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