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Tras una vivienda que sea sismorresistente

Después de los terremotos de 2001, Japón


ha colaborado en el país en materia de
desarrollo. Entre sus programas de apoyo
está el Proyecto Taishin para el
mejoramiento de la vivienda de adobe
tradicional. En los últimos años se
realizaron ensayos en una mesa inclinable
para mejorar el método de construcción.

Escrito por Byron Sosa


Lunes, 15 noviembre

El Salvador es uno de los países que más ha


sufrido por los sismos. Los terremotos han
dañado mucha de la infraestructura de la nación
más pequeña de Centroamérica, muestra de ello
fueron los terremotos de 2001, cuando se
observó que en las zonas rurales y en varios
cascos urbanos del país el 80% de las viviendas
estaban construidas con el sistema de adobe
tradicional, por lo que muchas de las casas
colapsaron.

Uno de los motivos por los cuales los sismos, a


parte de su magnitud, han sido de gran impacto
en nuestro país es debido a los materiales con los que se han construido las viviendas.

Las de adobe han sido por tradición las que han adornado –en cuanto a infraestructura
habitacional se refiere– a lo largo y ancho del país, pero de igual forma muchas de estas han sido
objetos letales para la vida humana, ya que por su antigüedad y peso son causantes de muchas
muertes.

La construcción con adobe, de uso popular, no cuenta con un reforzamiento adecuado, por lo que
cae al suelo fácilmente por un sismo. Sin embargo, otras solo quedan con algunos daños que son
reparados, pero muchas veces no de manera adecuada.
Esas características y necesidades llevaron al país en 2001 a solicitar ayuda extranjera para poder
trabajar en el tema de la vivienda segura.

Una de las entidades buscadas fue la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA),
que comenzó a desarrollar diferentes proyectos en El Salvador, entre estos el Proyecto Taishin.

Este busca fortalecer la administración gubernamental del sector vivienda y promover la difusión
de la “Vivienda social” mejorada y sismorresistente.

“Después del terremoto de 2001, nosotros recibimos solicitud de El Salvador para que los
pudiéramos apoyar con cooperación técnica en el campo de la sismorresistencia. Iniciamos este
proyecto con la fase uno para cuatro sistemas de vivienda popular sismorresistentes: el adobe
mejorado, bloque concreto, suelo-cemento y el manual técnico del sistema prefabricado bloque
panel; estos han sido investigados desde 2003 a 2008”, dice Minoru Kobayashi, representante
residente adjunto de la JICA en El Salvador.

Actualmente, en la fase dos el trabajo es complementado con diferentes actores de la sociedad


para fortalecimiento, principalmente del Viceministerio de Vivienda, y normalizar los sistemas
de construcción.

A esto se suma la colaboración de contrapartes como la Universidad Centroamericana José


Simeón Cañas (UCA), Universidad de El Salvador (UES), FUNDASAL y el Instituto
Salvadoreño de la Construcción (ISC).

Manuales listos
Desde adentro del Viceministerio de Vivienda, la JICA hace su función con Taishin. “Trabajo en
asesoría de fortalecimiento institucional, en la difusión del conocimiento de la sismorresistencia.
Ahora se estudia en el sistema de aprobación de construcción”, agrega Naomi Honda, quien llegó
al país en junio de este año para colaborar con el proyecto.

Gracias a los estudios e investigaciones que se han realizado en el país, en colaboración con
arquitectos e ingenieros ex becados por la JICA en los últimos años, ya se tienen manuales para
vivienda de cuatro sistemas investigados.

“Con este manual, las personas pueden –con apoyo de la comunidad– construir su propia casa,
con sus recursos humanos”, reitera Kobayashi.

Casas a prueba
Ensayos para la vivienda mejorada se han realizado en el Laboratorio de Estructuras de la UES,
analizando el comportamiento sísmico en vivienda de adobe tradicional, el comportamiento de la
pared en su plano perpendicular y la resistencia en uniones entre las paredes.
En este laboratorio se ha construido una mesa inclinable que está sobre una plataforma de acero
y concreto, la cual se levanta en uno de sus extremos de manera que hay tendencia a volteo.
Gracias a este volteo se generan fuerzas perpendiculares al plano de la misma, en función de su
propio peso y del ángulo de inclinación de la plataforma.

Su resultado es fundamental para evaluar la propuesta de reforzamiento de aquellas viviendas


que resulten dañadas por sismos y que sean reparables.

Son primordiales “los estudios que se han hecho en El Salvador por expertos salvadoreños
capacitados en Japón, como ex becarios. Ellos han venido, se han preparado y trabajan en la
investigación de estos sistemas de viviendas de interés social sismorresistente”, afirma Jorge Cea,
vicepresidente de la Asociación Salvadoreña de ex becarios del Japón (ASEJA).

Cea agrega que sobre “la vivienda social sismorresistente desarrollada aquí (en el país), todas las
investigaciones se ponen al servicio de la población en general (a escala regional), pero como
estamos en la misma región, prácticamente las condicionantes son las mismas”.

Nuevas tecnologías
En la zona rural es donde se puede encontrar una gran cantidad de viviendas que han sido
elaboradas generalmente sin ningún criterio o estándar de construcción, pero siempre siguiendo a
las viviendas de adobe.

“Este es el segundo de una serie de cinco modelos que se van a investigar y experimentar para
poder evaluar el comportamiento utilizando un refuerzo adicional a esta estructura. Este refuerzo
es conocido como malla electrosoldada”, cuenta Carlos Escobar, ingeniero docente de la UES y
ex becario de la JICA.

“Esta (malla) se coloca en las esquinas, las más vulnerables y frágiles (en la prueba realizada) y
generan un desprendimiento súbito en la pared. Llevan un arreglo, en medio del adobe van
amarradas. De alguna manera va a permitir una reducción en el daño o por lo menos lo que va a
permitir es que se tenga un tiempo prudencial para abandonar la casa”, reitera el ingeniero
Escobar.

Kobayashi aclara que si bien por el momento se tienen como componentes de difusión estos
sistemas de vivienda, “también es importante normalizar estos sistemas de construcción
legalmente”.

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