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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIO DEL NORTE


CARRERA DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES
ABOGACÍA Y NOTARIADO

HISTORIA DE LA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

HISTORIA JURÍDICO Y SOCIAL DE GUATEMALA

LORENA GUADALUPE CAMPOSECO SAM 202141604

PLAYA GRANDE IXCÁN, EL QUICHÉ

OCTUBRE DE 2021
HISTORIA DE LA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE
GUATEMALA

Datos relevantes: La Universidad de San Carlos de Guatemala (también conocida y


llamada por sus siglas: USAC) es la universidad más grande y antigua de Guatemala,
siendo además la única nacional en este país centroamericano. Esta es la cuarta universidad
fundada en América. Fue establecida en la Capitanía General de Guatemala durante el
periodo virreinal y se mantuvo como la única de Guatemala hasta 1954. Para el año 2006
la USAC ocupó el lugar 191 en el QS Latin American University Rankings de la
clasificación académica de universidades de Latinoamérica.

La universidad ha tenido cinco épocas:

1. Real y Pontificia Universidad de San Carlos Borromeo (1676-1829): Establecida


durante la colonia por la Corona española en el siglo XVII, aprobada por la Santa
Sede y dirigida por las órdenes regulares de la Iglesia católica. Tras la
independencia de 1821 se llamó únicamente Universidad Pontificia.
2. Academia de Ciencias (1834-1840): institución laica creada durante la Federación
Centroamericana por el gobernador liberal Mariano Gálvez.
3. Nacional y Pontificia Universidad de San Carlos Borromeo (1840-1875): institución
eclesiástica dirigida por las órdenes regulares durante los gobiernos de Rafael
Carrera y de Vicente Cerna y Cerna, ratificada por el Concordato de Guatemala de
1854.45
4. Universidad Nacional de Guatemala (1875-1944): Institución laica positivista
dividida en las escuelas facultativas de Derecho y Notariado, Medicina y Farmacia.
Brevemente, entre 1918 y 1920 se llamó Universidad «Estrada Cabrera».
5. Universidad de San Carlos de Guatemala (1944-presente): Institución laica con
orientación social instituida tras la Revolución de 1944.

La tradición universitaria de Guatemala y Centro América se remonta al siglo XVII, cuando


bajo distintas denominaciones se crearon instituciones, estudios y cátedras de las ciencias
de la época: fundada el 31 de enero de 1676 por Real Cédula de Carlos II, la Real
Universidad de San Carlos se convirtió en la tercera universidad real fundada en la América
hispánica; sin embargo, sus actividades fueron interrumpidas después del proceso de
independencia de Centro América en 1821. En esa ocasión, cada provincia de la antigua
Capitanía General de Guatemala impulsó la creación de una universidad local. La
universidad permaneció como institución, pero fue cerrada en 1829 y en 1834 fue
convertida en la «Academia de Ciencias»; y en 1840 nuevamente en la «Pontificia
Universidad de San Carlos Borromeo»; incluso por un corto período entre 1918 y 1920, se
llamó «Universidad Estrada Cabrera», en honor al entonces presidente de la República,
licenciado Manuel Estrada Cabrera. Tras la revolución guatemalteca de octubre de 1944, la
USAC logró obtener la total autonomía, pero a partir de 1954, con el resurgimiento de la
educación católica y la fundación de universidades privadas, se inició una proceso de
desgaste contra la institución, que incluyó el constante incumplimiento del pago del
porcentaje presupuestario que le corresponde a la Universidad -y que está estipulado en la
Constitución de la República-, y la persecución de líderes estudiantiles y docentes durante
todo el tiempo que duró la Guerra Civil de Guatemala (1960-1996).

Primera época: Universidad Real y Pontificia de Guatemala


El proceso de colonización implicó la creación de una sociedad, para lo cual se
establecieron instituciones de gobierno civil y eclesiástico. Con el paso del tiempo, los
vecinos de la ciudad exigieron un lugar en la burocracia de la corona para sus
descendientes, como premio a las hazañas de conquista llevadas a cabo por sus
antepasados. Sin embargo, no existían centros educativos para que los jóvenes obtuvieran
los conocimientos necesarios para servir como ministros.

Fue hasta la segunda mitad del siglo xvi cuando aparecieron las primeras iniciativas para
establecer estudios más allá del adoctrinamiento religioso y la alfabetización que
acompañaba a ello. El primer obispo de Guatemala, Francisco Marroquín, solicitó
aprobación real para fundar una cátedra de gramática, en ella se enseñaría latín, que era la
lengua utilizada por la cultura letrada de la época. Este hecho ha sido el argumento más
utilizado para perpetuar el mito fundacional que vincula directamente al primer obispo de
Guatemala con los antecedentes de la Universidad de San Carlos.
Hacia el final de su vida, en 1562, Marroquín decidió dejar en su testamento un caudal para
fundar un colegio, el de Santo Tomás de Aquino, en donde se impartieran cátedras de
gramática, artes o filosofía y teología. Los beneficiarios de esta obra pía sería los hijos de
españoles pobres, ya que éstos no podían trasladarse a ciudades donde había universidades
reales, como México. La heredad del obispo ha sido interpretada también como el origen de
la universidad. Sin embargo, el prelado tenía muy clara la diferencia entre un colegio,
residencia de estudiantes, con o sin cátedras y una universidad de Estudio General, donde
se otorgaban grados. Al respecto, el historiador John Tate Lanning afirma que: Este
testamento es tan bien conocido que algunos que ni siquiera lo han visto han leído en él
muchas cosas que no están allí. En ninguna parte menciona Marroquín una universidad,
mucho menos declara intención de establecer alguna. Lo que sí está documentado es que el
alcalde Pedro Crespo Suárez al morir, donó veinte mil pesos para la institución de cátedras
de la universidad que se estaba gestionando.

Según el historiador Domingo Juarros, Marroquín dejó rentas para fundar un colegio en que
se recibieran doce colegiales y que hubiera cátedras de Filosofía y Teología, nombrando
como encargados al deán de la Iglesia Catedral y al prior del Convento de Santo Domingo.
Los dominicos cedieron un área en el atrio de su templo para que se construyeran algunas
aulas y la Real Audiencia propuso que los frailes impartieron cátedra en las mismas sin
cobrar por algunos años, pero los eclesiásticos se opusieron e inclusive no permitieron que
los franciscanos lo hicieran.

En 1598, el tercer obispo de Guatemala fray Gómez Fernández de Córdoba y Santillán,


O.S.H., siguiendo las directrices eclesiásticas del Concilio de Trento y apoyado por las
reales cédulas que se emitieron tras dicho concilio, autorizó la fundación del Colegio y
Seminario Tridentino de Nuestra Señora de la Asunción, el cual fue la primera institución
de educación superior en el Reino de Guatemala. Por su parte, los jesuitas, quienes ya
tenían el Colegio de San Borja y querían para sí el Colegio Tridentino se interpusieron a la
fundación de la nueva institución ya que no les agradaba que ninguna de las otras órdenes
regulares - mercedarios, franciscanos y dominicos o el cabildo catedralicio secular tomase
la iniciativa en cuestiones religiosas y educativas.
Entre tanto, el presidente de la Audiencia autorizó el inicio de las lecturas en 1620 de
colegio Santo Tomás, mientras se recibía la autorización para la construcción de un colegio
para los alumnos, pues sólo tenían las aulas en un solar perteneciente al convento dominico
donde, en teoría, debían leerse las cátedras de artes, teología y cánones. Los primeros
catedráticos fueron:

Felipe Ruiz del Corral, decano de la Catedral,


Ambrosio Díaz del Castillo, provincial de Santo Domingo
Fray García de Loayza
Dr. Pereira11

El rey Felipe IV autorizó al colegio de Santo Tomás para que se aprobaran cursos y se
otorgaran grados en la institución, lo que aprovechó el obispo Juan Zapata para otorgar
grados de doctores al déan Felipe Ruiz del Coral y a los frailes Francisco Cevallos y Alonso
Guirao, O.P., y de bachilleres a los hermanos Tomás y Ambrosio Díaz del Castillo.

Tras varias décadas, alegatos y peticiones, el rey Carlos II expidió una real cédula, con
fecha de 31 de enero de 1676, que dio licencia a la capital del Reino (situada entonces en la
Antigua Guatemala) para fundar una universidad real o Estudio General, como se
denominaba también a este tipo de instituciones. Esta sería la tercera universidad real y
pública de la América hispánica, y la segunda en la Nueva España. Tras un conflictivo
proceso de organización y cinco años después de expedida la cédula real, la Universidad de
San Carlos inició las lecciones de cinco de sus nueve cátedras, el 7 de enero de 1681, con
más de sesenta estudiantes matriculados y siendo rector el Doctor José de Baños y Soto
Mayor, arcediano de la Catedral, Predicador del Rey de España y Doctor de la Universidad
de Osuna.10d La universidad fue inaugurada bajo el patrocinio de San Carlos Borromeo,
dictando sus estatutos don Francisco Saraza y Arce, copia de los de México que, a su vez,
eran adaptación de los de la Universidad de Salamanca en España.

Algunos de los catedráticos electos no tomaron posesión de sus sillas, debido a sus
ocupaciones como procuradores y su pronta salida del reino, otros porque consideraron que
su nueva categoría, como "interinos" y no como "propietarios" de la cátedra, no eran digna
de su prestigio, y uno más, el catedrático de medicina, nunca llegó a Guatemala porque se
encontraba en la Real Universidad de México leyendo otra cátedra.

La constitución universitaria exigía la libertad de cátedra, asimismo obligaba a que se


leyesen doctrinas filosóficas contrarias para motivar la dialéctica y la discusión de ideas.

Las primeras cátedras de la Universidad de San Carlos fueron:

 Cánones
 Leyes
 Medicina
 Teología Escolástica
 Teología Moral
 Dos cursos de lenguas

La Real Universidad de San Carlos Borromeo recibió la aprobación papal por bula del 18
de junio de 1687, diez años después de su fundación y seis años después de que
comenzaran las clases.

La admisión a la Universidad no era sencilla: estaban excluidos de ella los negros, los
chinos, los morenos, los mulatos y los que hubieren sido penitenciados por el Santo Oficio
o que ellos mismos hubieren incurrido en esa desgracia, los aborígenes sí tenían derecho a
matricularse y a obtener grados y consta que hubo entre ellos algunos que lucieron su
talento en las materias que cursaron.

PRIMEROS GRADUADOS Y ENSEÑANZA DE CIENCIAS.

En 11 de julio de 1717, treinta años después de su aprobación papal, se presenta el primer


candidato de Doctor en Medicina, Vicente Ferrer González. El siguiente doctor, Pedro
Palacios y Cóbar se presentó a examen dieciséis años después; cuarenta y siete años
después de este se presentó a examen el insigne doctor José Felipe Flores.

En 1763, el provincial de la Orden Franciscana recibió una carta de sus superiores en donde
se le ordenaba implantar nuevos métodos en los estudios regulares; 16 en esa carta se
recomendaba el texto de Physica experimental del fraile Fortunato Brixia y el provincial
escogió al fraile franciscano José Antonio de Liendo y Goicoechea para reformar la
educación de la Universidad e introducir la ciencia química, física, anatomía y matemática,
y la tecnología de su época a la misma.

TRASLADO DE LA ANTIGUA GUATEMALA A LA NUEVA GUATEMALA DE


LA ASUNCIÓN Y LA VEZ EL TRASLADO DE LA UNIVERSIDAD:

Después de los terremotos de 1751, se renovaron muchos edificios y se construyeron


numerosas estructuras nuevas en la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, de
tal modo que para 1773 daba la impresión de que la ciudad era completamente nueva. La
mayoría de las casas particulares de la ciudad eran amplias y suntuosas, al punto que tanto
las puertas exteriores como las de las habitaciones eran de madera labrada y las ventanas
eran de finos cristales y tenían portales de madera labrada. Era frecuente encontrar en las
residencias pinturas de artistas locales con marcos recubiertos de oro, nácar o carey, espejos
finos, lámparas de plata, y alfombras delicadas. Y los templos católicos eran magníficos:
había 26 iglesias en la ciudad, y 15 ermitas y oratorios; la catedral, era la estructura más
suntuosa: tenía tres espaciosas naves, con dos órdenes de capillas a los lados, con enormes
puertas de acceso que eran labradas y doradas. Los principales edificios públicos de la
ciudad no se quedaban atrás en lujo y ostentación: el Palacio de los Capitanes Generales, el
Palacio Arzobispal, la Casa de Cabildo y la Casa de Moneda, asimismo, estaba la Real
Universidad de San Carlos, dos seminarios de niños, un seminario de niñas, la Real
aduana, ocho conventos de monjes y cinco de monjas, tres beaterios, dos hospitales, dos
cárceles de varones y una de mujeres.

La Real y Pontificia Universidad de San Carlos, reconocida en todo el Reino de Guatemala


por el notorio nivel académico de sus estudiantes, estaba conformada por ocho preceptores
que regenteaban las cátedras en las diversas facultades y tres rectores: dos franciscanos y un
dominico.

Los Terremotos de Santa Marta de 1773 destruyeron la capital del reino de Guatemala y el
Capitán General Martín de Mayorga decidió el traslado de la capital a un nuevo solar. Las
autoridades universitarias se opusieron al traslado a una nueva ciudad, debido a que todos
los bienes de la institución estaban en la antigua capital del reino, y un traslado significaría
una considerable pérdida económica; el edificio de la Universidad y Colegio Tridentino,
construidos por el Dr. Juan González Batres sufrió pocos daños, los cuales se pudieron
reparar. El único peligro que tenía la estructura era la pared sur de la Catedral, apenas del
otro lado de la calle, y que había quedado inclinada hacia la Universidad.

No obstante, el Capitán General ordenó el traslado a la capital y en 1776 la universidad


empezó la enseñanza en la Nueva Guatemala de la Asunción. Los retablos, muebles e
instrumentos de la catedral de Antigua Guatemala fueron removidos y almacenados en el
edificio de la Universidad de San Carlos, ubicado frente a la catedral en 1783. Los
gigantescos muros del edificio continuaron en pie, pero sin techo; el interior era utilizado
como cementerio y las tumbas yacían bajo árboles que sobresalían por encima de los
muros.

A finales del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX existían además de tres actos
académicos de ordenanza, los siguientes requisitos para optar al capelo de doctor:

1. Solicitar al rey que legitimara el título por escrito

2. Permitir que el claustro eclesiástico de la universidad verificara que el candidato a


doctor no tuviera mezcla alguna de sangre hebrea o árabe; para el efecto, una
comisión de doctores inspeccionaba la biblioteca del candidato para verificar que no
hubiera ningún libro que contuviera doctrinas heréticas, o sospechosas de serlo.

3. Soportar el «vejamen», que consistía en dejarse injuriar, ofender e insultar para


demostrar su humildad.

Una vez cumplidos los requisitos anteriores, se fijaba la fecha para la Apertura de Puntos,
en la cual un niño abría al azar una página de la Instituta del emperador Justiniano I, y
sobre ella debería disertar el candidato; este era encerrado en el general de la Universidad
que era el salón de actos de la institución, y allí, incomunicado, escribía su disertación en
latín. El siguiente acto era «La Fúnebre», que se realizaba en la sala capitular de la Iglesia
Catedral, el que accedía al recinto previa requisa de posibles armas; cuando el acto concluía
satisfactoriamente, generalmente a eso de la media noche, se quemaban cohetillos para
celebrarlo. Por último, se realizaba el acto de «la Borla», que era el acto solemne en el que
el nuevo doctor recibía su capelo en la nave central de la Catedral, apadrinado por un
prominente caballero de la sociedad colonial y tras presentar una oración en latín ante el
público que quisiera asistir.

En 1806, el presbítero Rafael José Luna, cura de San José, tuvo la idea de utilizar las ruinas
de la antigua catedral como parroquia; en 1814 el cabildo eclesiástico resolvió aceptar la
petición y en 1819 se iniciaron algunos trabajos de remodelación del edificio, derrumbando
partes arruinadas, como los campanarios. Los trabajos se detuvieron por un tiempo, hasta
que se reiniciaron en 1832. Al terminar los trabajos, la parroquia de San José se trasladó del
antiguo edificio de la Universidad de San Carlos a la antigua catedral, en donde ha estado
desde entonces.

Como no disponía de bienes en la nueva ciudad, la Universidad requirió de donaciones


pública para construir un nuevo edificio y obtener cátedras; el rector José Simeón Cañas le
hizo saber de la difícil situación de la institución al capitán general Antonio Mollinedo y
Saravia en 1803.36 El edificio universitario quedó a medias cuando sobrevino la
independencia en septiembre de 1821.

SEGUNDA ÉPOCA: ACADEMIA DE CIENCIAS

Tras la Independencia de América Central en 1821 la Universidad pasó a llamarse


simplemente Pontificia Universidad de San Carlos Borromeo y quedó en una situación
precaria, ya que su nuevo edificio estaba en construcción y el ambiente político de la región
centroamericana era muy inestable. En 1825, fue elegido rector el Dr. Juan José de
Aycinena y Piñol quien mantuvo la educación religiosa en la Universidad. Sin embargo,
tras la derrota de los conservadores y la expulsión de las órdenes regulares, en 1829, la
Universidad quedó en suspenso. En 1834, siendo Jefe del Estado de Guatemala el doctor
Mariano Gálvez, se creó la Academia de Ciencias en el Estado, sucesora de la Universidad
en Guatemala, eliminando la educación religiosa completamente, e implantando la
enseñanza de Álgebra, Geometría, Trigonometría y Física; y también se comenzaron a
otorgar títulos de Agrimensores. La Academia de Ciencias funcionó hasta 1840, año en que
con el triunfo de los conservadores y bajo el mando efectivo del general Rafael Carrera
volvió a transformarse en Universidad teológica y se llamó Pontificia Universidad de San
Carlos, Borromeo, el Dr. Aycinena fue nombrado nuevamente rector de la institución.

TERCERA ÉPOCA: UNIVERSIDAD PONTIFICIA

El poder de la Iglesia Católica y del Clan Aycinena -al que pertenecía el rector y un buen
número de funcionarios del gobierno de Carrera- en el régimen conservador quedó
ratificado con el Concordato de 1854, por medio del cual Guatemala otorgaba la
educación del pueblo guatemalteco a las órdenes regulares de la Iglesia Católica, se
comprometía a respetar las propiedades y los monasterios eclesiásticos, autorizaba el
diezmo obligatorio y permitía que los obispos censuraran lo que se publicaba en el país; a
cambio de ello, Guatemala recibía gracias para los miembros del ejército, permitía que
quienes hubiesen adquirido las propiedades que los liberales habían expropiado a la Iglesia
en 1829 las conservaran, percibía impuestos por lo generado por las propiedades de la
Iglesia, y tenía el derecho de juzgar con las leyes guatemaltecas a los eclesiásticos que
perpetraran crímenes. Este concordato fue planificado por Juan José de Aycinena y Piñol,
entonces ministro de gobierno y rector de la universidad, ratificado en primera instancia por
el ministro de gobernación justicia y asuntos eclesiásticos, Pedro de Aycinena y luego por
el presidente de la República, el capitán general Rafael Carrera, que en 1854 fue elegido
presidente vitalicio de Guatemala.

Los doctores de la Pontificia Universidad de San Carlos Borromeo vestían traje talar en los
días de ceremonia. Usaban capelo y borla, precedidos por los maceros y seguidos por
bedeles. En la Pontificia Universidad se enseñaban las ciencias teológicas y las escolásticas,
así como el derecho romano y las ciencias médicas. Se cursaba allí mismo la filosofía y el
latín, y en algún tiempo la lengua K'ach'ikel.
En la clase de lógica los estudiantes defendían el pro y el contra, y aprendían latín sin
ningún atisbo de positivismo. El estudio de la historia de Guatemala era mínimo y no había
sino conocimientos muy superficiales de geografía, gramática y matemáticas.

Ya con el título de Bachiller en filosofía, se emprendían nuestros estudios mayores que


solamente eran tres: clérigo, abogado o médico.

Dado el Concordato de 1852 con la Santa Sede, la carrera clerical era la más conveniente.
Con un poco de aplicación, fortuna e influencias, los sacerdotes seculares podían obtener
un buen curato, lo que les representaba renta cuantiosa, buena casa, criadas, regalos,
dominio absoluto sobre los feligreses, y participación activa en el gobierno del lugar. El
resto de estudiantes se dividía entre Derecho y Medicina.

No existía la carrera de ingeniería como tal, pero sí había agrimensores que tenían que
recurrir a maestros particulares, pues la profesión era lucrativa. Las cátedras de la
Universidad de San Carlos se obtenían por oposición, sistema de que tuvo que prescindirse
después porque convenía apartar de ellas a ciertos catedráticos renuentes a las ideas
modernas.

La teología dogmática y el derecho canónico estaban en su apogeo. Santo Tomás de


Aquino era el filósofo de referencias y la Suma el compendio más utilizado. Basados en
esta doctrina, los teólogos de la universidad eran intolerantes, y en los círculos dominantes
predominaban las ideas que hicieron de Guatemala el país más teológico y reaccionario a
los cambios del positivismo en América.

La física y la química se enseñaban teóricamente, sin aparatos ni cartas explicativas ni


experimentos. En aquel tiempo no existían ni laboratorios ni gabinetes y no había anfiteatro
anatómico. Los estudiantes carecían de libros de texto y la Biblioteca era inaccesible para
los estudiantes. El texto de física de Avendaño -libro de unas cien páginas- sirvió de texto
de física, mientras que en química se estudiaba hasta los metaloides.

En la Universidad Pontificia no se estudiaba historia, ni derecho de gentes, ni economía


política, ni derecho constitucional, ni literatura; pero sí derecho romano, historia del
derecho civil y derecho canónico.
CUARTA ÉPOCA: LA UNIVERSIDAD DURANTE LA REFORMA LIBERAL

Tras la Revolución de 1871, la derrota de los conservadores hizo tomar un rumbo distinto a
la enseñanza técnica superior: nuevamente se expulsaron las órdenes regulares, se
confiscaron sus bienes y la educación tomó un carácter laico que perduró hasta 1944. En
julio de 1875 Barrios extinguió la Pontificia Universidad de San Carlos Borromeo y en su
lugar creó la Universidad Nacional de Guatemala, con las Facultades de
Jurisprudencia y Ciencias Políticas y Sociales, y Medicina y Farmacia; la ley orgánica
y reglamentaria de instrucción pública decretaba que, en esta última, el estudio de la
fisiología debía efectuarse de una manera filosófica, con todas las teorías modernas sobre la
ciencia y, en cuanto fuese posible, de modo experimental. En 1877 el gobierno fundó la
Universidad de Occidente, la cual contaba con la Escuela Facultativa de Derecho y Notario
de Occidente. Y en 1879 fundó la Biblioteca Nacional de Guatemala. Y en 1879 se
crearon las facultades de Ingeniería, Filosofía y Literatura.

Durante la presidencia del general Manuel Lisandro Barillas Bercián (1885-1892) se fundó
la Escuela Facultativa de Medicina de Occidente y se otorgaron becas para estudiar en el
extranjero a los mejores estudiantes de la Facultad de Medicina tanto de la Universidad
Nacional como de la Universidad de Occidente.

El 21 de marzo de 1893, durante el gobierno del general José María Reyna Barrios, el
decreto legislativo 193 dispuso que las juntas directivas de las facultades de la Universidad
Nacional serían nombramientos del ejecutivo lo mismo que los catedráticos de las escuelas
facultativas. Las facultades no procederían a elegir sus juntas directivas y no podían sacar
cátedras a oposición.

En 1897, debido a la crisis económica derivada del embellecimiento de la infraestructura y


el fracaso de la Exposición Centroamericana, Reyna Barrios empezó a ahorrar en
educación, cerrando las escuelas y la Universidad Nacional. A fines de ese año, Salvador
Mendieta regresó a Guatemala para iniciar sus estudios universitarios, pero debido a la
inestabilidad política de Guatemala luego de las revoluciones de Oriente y Occidente tras la
extensión del mandato del presidente Reyna Barrios, y al cierre de la Universidad, decidió
trasladarse a México a principios de 1898. Pero tras la muerte de Reyna Barrios el 8 de
febrero, el gobierno decretó la apertura de los establecimientos públicos de enseñanza,
aduciendo que la instrucción era la base de las instituciones liberales; Mendieta entonces
ingresó a la Facultad de Derecho y Notariado de la Universidad Nacional.

En abril de 1899 la Asamblea Legislativa envió al presidente licenciado Manuel Estrada


Cabrera (quien obtuvo su título de abogado de la Escuela de Derecho y Notariado de
Occidente en 1881) un decreto declarando la autonomía de la Universidad para elegir a sus
autoridades; Estrada Cabrera respondió a la Asamblea que dicho decreto no procedía
porque no cabía la autonomía de las Facultades ya que el Estado proveía a su
sostenimiento y manejo en todo sentido por lo que eran dependencias oficiales del
gobierno. Así entonces, las Facultades de la Universidad dependían del Ejecutivo
completamente y el Secretario de Instrucción Pública incluía a las escuelas facultativas de
educación superior en su reporte anual a la Asamblea Nacional Legislativa, y también
recomendaba al presidente de la república el listado de los docentes de las mismas. Era
potestad del presidente la designación final de los profesores. Mediante el decreto emitido
16 de junio de 1900, Estrada Cabrera militarizó todos los centros educativos. Los
estudiantes universitarios recibían instrucción militar durante los primeros seis meses del
primer año de su carrera.

QUINTA ÉPOCA: LA UNIVERSIDAD DESPUÉS DE LA REVOLUCIÓN DE


OCTUBRE

No fue sino hasta la caída del gobierno del sucesor de Ubico Castañeda, general Federico
Ponce Vaides, el 20 de octubre de 1944, que se otorgó la autonomía universitaria definitiva
a la Universidad Nacional; el 11 de noviembre de 1944 se emitió el Decreto No. 12 que
otorgaba Autonomía a la entidad y ésta pasó a llamarse «Universidad de San Carlos de
Guatemala». La Universidad fue concebida como rectora de la educación superior, y a la
vez, fue encomendada con funciones de cooperación en el estudio y solución de los
problemas nacionales.

En ese año se crearon las siguientes facultades:

 Facultad de Humanidades: fundada por el entonces presidente de Guatemala Dr.


Juan José Arévalo el 17 de septiembre de 1945. Entre sus fundadores estuvo
también como catedrático honorario fundador el Dr. Eduardo García Máynez que
era catedrático emérito de la UNAM. Los estudios humanísticos que se incluyeron
fueron: Filosofía, Historia, Literatura, Psicología y Pedagogía.
 Facultad de Agronomía
 Facultad de Arquitectura
 Facultad de Ciencias Económicas

TRAS LA CONTRARREVOLUCIÓN DE 1954

Cumpliendo con el mandato constitucional, la Universidad de San Carlos tuvo


participación activa en la vida del país, presentando propuestas concretas sobre temas
económicos, políticos y sociales. Con el advenimiento de la Guerra Fría entre los Estados
Unidos y la Unión Soviética, países que se repartieron la hegemonía mundial tras su
victoria en la Segunda Guerra Mundial, la contrarrevolución de 1954 del Movimiento de
Liberación Nacional, la Revolución Cubana en 1959 y con el influjo de estudiantes de
todos los estratos sociales, el pensamiento marxista se radicalizó en la Universidad. Por
otra parte, el entonces Arzobispo de Guatemala, Mariano Rossell y Arellano se encontró
con que era urgente que se recuperara la posición de la Iglesia Católica en Guatemala,
perdida desde el gobierno liberal de Justo Rufino Barrios en 1872, y por esa razón se alió a
los intereses de la United Fruit Company por intermedio del Movimiento de Liberación
Nacional para derrocar a los gobiernos revolucionarios a los que tildaba de ateos y
comunistas. El 4 de abril de 1954, Rossell Arellano emitió una carta pastoral en la que
criticaba los avances del comunismo en el país, y hacía un llamado a los guatemaltecos para
alzarse y pelear contra el enemigo común de Dios y de la patria. Dicha pastoral fue
distribuida por todo el país; y aunque publicara que la Iglesia católica no buscaba
privilegios en su lucha contra el gobierno de Arbenz, Rossel y Arellano consiguió que, tras
el derrocamiento de este en junio de 1954, el gobierno del coronel Carlos Castillo Armas
incorporara en la Constitución de 1956 lo siguiente, por primera vez desde 1872.

 La capacidad jurídica de la Iglesia Católica para tener propiedades


 Que se declarara la educación religiosa de interés público
 Que el Estado contribuyera al sostenimiento de la educación religiosa
 Que se declarara la independencia académica de las universidades privadas
respecto de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

De esta forma, la Iglesia Católica recuperó una parte del poder que perdiera en 1871, luego
de que la Reforma Liberal le expropiara de sus tierras, bienes y privilegios, en un ataque
directo contra ella, ya que era el principal miembro del Partido Conservador de Guatemala
de entonces.

ACONTECIMIENTOS QUE MARCARON LA HISTORIA DE LOS


ESTUDIANTES Y DE LA UNIVERSIDAD

Quema de la Embajada de España en Guatemala:

El 31 de enero de 1980, estudiantes de la Universidad de San Carlos asesoraron al grupo


campesino del Quiché que quería hacer público su precaria situación. Cuando los
periódicos del país no se atrevieron a publicar sus demandas y luego de que se agotaron
todas las vías legales para ser escuchado, el grupo decidió tomar las instalaciones de la
Embajada de España y utilizar dicha toma como palestra de sus demandas. La reacción del
gobierno del general Fernando Romeo Lucas García fue enérgica: la policía rodeó las
instalaciones de la Embajada y tras varias horas de asedio, la situación terminó con el
incendio de la habitación en la que se habían refugiado todas las personas que se
encontraban dentro de la embajada, incluyendo a todo el personal de la misma y a algunos
visitantes fortuitos.

Asesinato de estudiantes en el campus central

El 14 de julio de 1980, Molina Mejía llegó antes de las 7:00 a.m. a la Rectoría de la
Universidad de San Carlos para cumplir con el mandato del Consejo Superior Universitario
de que asumiera, interinamente, como Rector Magnífico. Guatemala se encontraba en
medio de una fuerte represión; agudizada después de los sucesos de la embajada española.
Procedieron a preparar la firma del acta de traspaso de funciones; y justamente, cuando
Molina Mejía estaba a punto de firmar una de las copias del acta, se escuchó lo que parecía
la explosión de muchos cohetillos conocidos como ametralladoras entre los juegos
pirotécnicos guatemaltecos en las afueras del Edificio de la Rectoría. Pero no era tal;
durante varios minutos, fuerzas de seguridad del gobierno provenientes de la zona 7
dispararon en contra de todas las personas que ingresaban o circulaban por el acceso a la
ciudad universitaria desde el Anillo Periférico, muy cerca de la Rectoría. Hubo docenas de
heridos de bala y el saldo fatal fue de ocho estudiantes muertos, todos ellos estudiantes del
curso de vacaciones de la Facultad de Ingeniería. Se trató del primer ataque en los recintos
universitarios desde 1962; la explicación oficial fue que esa mañana un grupo guerrillero
había matado al jefe de la estación de policía de la zona 7 y que, en venganza, y en función
de la acusación pública del presidente Lucas García de que la universidad era «centro de
subversión», integrantes de ese contingente habían decidido atacar a los universitarios en la
ciudad universitaria, en forma inmediata e indiscriminada.

La universidad declaró tres días de duelo, cerró todas sus actividades académicas y sostuvo
una conferencia de prensa para hacer conocer su posición a la opinión pública.

Protestas populares de 1985 y toma militar del Campus Central

Durante el gobierno de Mejía Víctores nació el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) liderado
por Nineth Montenegro y también cobró una fuerza considerable la Coordinadora de
Estudiantes de Educación Media -CEEM-, formada por estudiantes del Instituto Nacional
Central para Varones, el instituto Normal Central para Señoritas Belén y el Instituto Rafael
Aquecher- la cual organizó masivas protestas en septiembre de 1985 en contra del alza de
los precios de los transportes públicos. Al menos diez personas murieron en la Ciudad de
Guatemala en la oleada de disturbios urbanos más extensos desde las protestas contra el
gobierno de Fernando Romeo Lucas García en agosto de 1978. Los disturbios se iniciaron
con manifestaciones populares contra el alza del precio del transporte público, pero luego
se generalizaron contra la situación económica que vivía el país en ese momento. Incendio
de autobuses urbanos, toma de calles y manifestaciones masivas que resultaron en
destrozos de la infraestructura pública ocurrieron casi todos los días.
El gobierno respondió con tres mil soldados del Ejército, apoyados por blindados ligeros, y
con fuerzas del pelotón antimotines de la Policía Nacional, quienes fueron desplegados en
áreas céntricas y periféricas de la ciudad. También, la noche del 3 de septiembre la
Universidad de San Carlos de Guatemala fue ocupada militarmente y se dijo que en su
interior se encontró un polígono de tiro subterráneo y propaganda subversiva.

Varios centenares de personas fueron detenidas y el general Mejía Víctores se dirigió al


país mediante una alocución radiotelevisada en la que anunció medidas para atajar la
agitación social reinante. El general Mejía anunció el cierre de centros docentes hasta
nuevo aviso y la congelación de precios de los artículos de consumo; al final, como parte
de la solución del proceso se otorgó un bono estudiantil para que los estudiantes de
educación primaria y media se transportaran gratuitamente en los buses urbanos, y se
promovió a los estudiantes por decreto. Los estudiantes que se graduaron por decreto en
1985 fueron recibidos de manera brutal en los tradicionales bautizos que las diferentes
facultades organizan cada año lo que eventualmente motivó a regular estos tipos de
actividades dentro de la Universidad.

MUERTE DE DIRIGENTES ESTUDIANTILES

En 1987, el presidente de la Asociación de Estudiantes «El Derecho» (AED), Willy


Ligorría, fue expulsado de la Asociación de Estudiantes Universitarios por malversar
fondos del Comité de Huelga de Dolores, por su participación directa en un desfalco de
dinero de la asociación y por usurpación de funciones actuando y firmando como Secretario
General en diversas actividades y documentos internacionales. Después de su salida
empezaron las amenazas contra los miembros de la directiva de la AEU, en 1989 hubo una
constante escalada de amenazas, parte de ellas firmadas por escuadrones de la muerte como
«la Dolorosa», el «Jaguar Justiciero» o el «Ejército Secreto Anticomunista». A pesar de su
expulsión, Ligorría, mantuvo un perfil muy alto y combativo, mientras que un amigo suyo,
Marco Tulio Montenegro, seguía siendo parte de la AEU.

En 1989, regresaron a Guatemala del exilio varios estudiantes universitarios con la


intención de lograr un resurgimiento de la coordinación estudiantil, que estaba
prácticamente desmantelada. Pero el 21 de agosto fue detenido y desaparecido Iván Ernesto
González; al día siguiente, Carlos Contreras Conde, máximo dirigente del Movimiento
Estudiantil Universitario (MEU), fue secuestrado en las cercanías de la Universidad. Ese
mismo día Hugo Leonel Gramajo fue secuestrado siendo introducido en un pick-up rojo
con placas extranjeras. El día 23 de agosto, Víctor Hugo Rodríguez Jaramillo y Silvia
Azurdia Utrera fundadores del MEU, fueron secuestrados y conducidos en medio de una
fuerte violencia a dos carros que les cerraron el paso. Mario De León salió de la
conferencia de prensa que hizo la Asociación de Estudiantes Universitarios que se hizo ese
día y a las 19:45 horas fue detenido en un puesto de registro de la Policía Nacional y nunca
más se supo de su paradero, Aarón Ubaldo Ochoa desapareció al día siguiente. Durante
unas reuniones en las que estaba discutiéndose la respuesta que iban a dar los estudiantes,
Willy Ligorría llamó aparte a otro dirigente para decirle que sabía en dónde estaban
escondidos Hugo Gramajo y Aarón Ochoa y que si quería podía llevarle hasta ellos. En el
mes de septiembre otros miembros del movimiento estudiantil, Carlos Chutá Camey,
Carlos Humberto Cabrera y Carlos Palencia fueron secuestrados y aparecieron muertos
poco tiempo después.

Luego del asesinato de los estudiantes universitarios, Ligorría fue orador en algunos
mítines en la Universidad y participaba en las concentraciones que se realizaron. El sábado
15 de septiembre a las 14:15 horas salió para Panamá junto con Marco Tulio Montenegro y
Byron Milián Vicente. Montenegro regresó a Guatemala el 11 de noviembre de 1989 a
integrarse en la AEU, pero ya se sospechaba de él, y poco después fue asesinado con un
arma tipo bayoneta. Por su parte, Ligorría fue nombrado Jefe de Investigaciones del
Ministerio Público. El 12 de septiembre de 1997 la Unidad Revolucionaria Nacional
Guatemalteca, convertida en partido político tras los acuerdos de paz, acusó formalmente a
Ligorría por su participación en el asesinato de los estudiantes, aduciendo que era miembro
de la inteligencia militar.

El 29 de mayo de 1996 el Consejo Superior Universitario Centroamericano (C.S.U.C.A.)


acreditó como carreras regionales las licenciaturas en Medicina Veterinaria y en Zootecnia.
Universidad de San Carlos de Guatemala

Escudo Universitario
La frase en latín significa: «La Academia Guatemalteca de San
Carlos, notable entre las demás del orbe

BIBLIOGRAFIA

https://es.wikipedia.org/wiki/Universidad_de_San_Carlos_de_Guatemala

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