Está en la página 1de 2

TEMA: LOS CAMBIOS

En esta mañana vamos a ver como muchas veces los cambios en nuestras vidas dan lugar a una gran
batalla, entre el dolor y la bendita gracia de Dios.
Pero para el desarrollo de este tema vamos a responder 3 preguntas:
1. ¿Porque los cambios son dolorosos?
2. ¿Porque nos resistimos?
3. ¿Valdrá la pena esforzarse por realizar cambios?

¿Porque los cambios son dolorosos?


Simplemente porque nos cuesta aceptar que cualquier cambio, por pequeño que sea, implica una
renuncia, una pérdida.
Y es que para entender un poquito más sobre los cambios en nuestras vidas hay que saber que son
inevitables, son imparables. El filósofo griego Heráclito lo expresó en una imagen genial hace cientos de
años:
“Nadie se baña dos veces en el mismo río”.
Debemos aceptar que es una pelea que debemos abandonar (porque está perdida) y tenemos que
enfocarnos en cómo “surfear” la ola del cambio.

¿Porque nos resistimos?


Simplemente porque no queremos perder. Es que muchas veces nos encontramos a nosotros mismos
tratando, justamente, de hacer todo lo posible para que las cosas permanezcan igual, para que nada se
modifique. Queremos retrasar el cambio, disminuirlo o deshacerlo. Y cuando todo esto parece no funcionar
acudimos a nuestro último recurso: "negarlo" (Acá no paso nada).
Las pérdidas duelen. Nuestra resistencia a los cambios no es otra cosa que un intento de no enfrentarnos
con el dolor de perder algo que nos ha acompañado algún tiempo en nuestra vida aun cuando ya no lo
deseemos más.

¿Valdrá la pena esforzarse por realizar cambios?


Perder, dejar atrás, cambiar, es doloroso… Pero también puede ser liberador. Esta es la maravilla del
cambio: que nos entrega un universo de posibilidades. Ante la pregunta de si la gente puede cambiar,
respondo rotundamente: por supuesto que sí.

Puede ser difícil, doloroso, pero es posible. Nada nos ata al pasado. Somos alguien nuevo cada día y
podemos elegir, cada día. Para afrontar los cambios que vendrán y aceptarlos, debemos estar dispuestos
a renunciar, pero en retribución ganaremos un abanico enorme de opciones y caminos.

Ilustración
La historia de las Águilas y la de nosotros es muy parecida, ambos tenemos que vencer difíciles
obstáculos, en el transcurso de nuestras vidas, ambos tenemos que tomar decisiones que determinarán el
cumplimiento de nuestros objetivos.
¿Qué es lo que te impide avanzar? ¿De qué te cuesta desprenderte?
¿Cambiar un hábito? ¿Recuerdos? ¿Algún pecado acariciado? ¿Dolor?
La palabra de Dios en Isaías 40:27,31 dice:

27» Pueblo de Israel,


¿por qué te quejas?
¿Por qué crees que Dios
no se preocupa por ti?

Dios está atento a tus angustias, a tus preocupaciones, está dispuesto a ayudarte en el proceso del
cambio solo tienes que confiar en Él.

31 pero los que confían en Dios


siempre tendrán nuevas fuerzas.
Podrán volar como las águilas,
podrán caminar sin cansarse
y correr sin fatigarse».

¿Confías en Dios? ¿En su poder transformador?


Si sientes en tu corazón un llamado a dejar en las manos de Dios todo aquello que quieras cambiar, pero
por alguna razón no podes y te causa dolor quiero invitarte a que te pongas de pie. Sin lugar a duda Dios
quiere hacer cambios en Vos, quiere lo mejor en tu vida, Él te ama, y te ofrece cambios con recompensas
eternas.
Déjame orar por Vos.

También podría gustarte