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La reutilización del patrimonio industrial en Europa: criterios, problemas y

ejemplos

Los criterios que hay que tener en cuenta antes de tomar una decisión acerca del
futuro de un monumento o terreno industrial, son, en gran medida, muy similares a
las que usualmente se utilizan en los casos de protección o salvaguarda de
cualquier patrimonio de este tipo; de todos modos, no todos comparten los dos tipos
de pasos, que, por cierto, ocurrirán normalmente uno tras otro. Diremos también
que, incluso si el orden lógico que hay que seguir nos lleva de la protección a la
reutilización, cada vez más a menudo ocurre que se intenta que la reutilización se
defina y se planee desde el principio, como garantía de una protección estable a
largo plazo. En todo caso, la esperanza de que el resultado tenga éxito se basa en
una combinación de varios tipos de criterios, más que en una argumentación
elaborada a partir de uno solo.

En ambos casos, parece ser que la mejor base para tomar


una decisión acerca de la reutilización es la referida a laa,
"deseabilidad" del monumento o terreno a los ojos de la opinión
pública (o, al menos, a los ojos de algunos sectores de esa
opinión): en razón de sus valores arquitectónicos O estéticos,
tales como los definidos por la intervención de un arquitecto
o ingeniero de prestigio, o bien porque hay una similitud con
el gusto de una época o la tradición de una región, o, al
contrario, porque resulta tremendamente novedoso en sus
formas o técnicas de construcción. O porque existe un deseo
de guardar la memoria de su significación en la historia local,
laboral e industrial en las mentes de los ciudadanos, y se
constituyen en hitos en la vida diaria de la comunidad. Esta
ha sido precisamente una de las inspiraciones del 1.B.A.
(Internationale Bau Ausstellung) en la década de 1990: el
desarrollo del proyecto Emscher Park, un hito tal como, por
ejemplo, la fábrica de gas Oberhausen, el depósito Gute
Hoffnungs Hútte o el Zollverein Schacht XII de Essen, que han
sido reutilizados al mismo tiempo para varios fines, y se han
restaurado cuidadosamente como los "faros" de la gloriosa
historia industrial del valle del Ruhr. En un caso semejante, la
reutilización parece significar que puede existir una nueva vida
tras la muerte para estos testimonios del pasado, una segunda vida enraizada tanto
en la historia como en la recreación de un nuevo estilo de vida.

Algunos ejemplos significativos en la historia reciente son


los referidos a estaciones de ferrocarril. Todo el que se mueva
en el mundo de la arqueología industrial recordará obviamente la agitación que hubo
en Londres con ocasión de la estación Euston. Más recientemente, hubo una
encarnizada
batalla en Bruselas a causa del la integridad del extraordinario
complejo del Tour y Taxis, bajo la dirección del director a
asociación "La Fonderie", que se ocupa de la memoria socia
e industrial de la capital de Europa. Además, bastantes
estaciones que ya no se usan como tales se han reutilizado
como museos del ferrocarril, en Gijón por ejemplo, O bien
como centros comerciales o centros de ocio, una practica
común en los Estados Unidos.

Ello implica, además, que el monumento o terreno en

cuestión está localizado en un lugar integrado en UN área activa


y habitada, preferentemente conectada con una gran ciudad.
De hecho, el problema de la reutilización a menudo va unido
a la existencia de un grupo de monumentos más que a un

monumento aislado, es decir, a la supervivencia de un antiguo

barrio industrial completo. Ejemplos como el de Lowell,


Massachusetts, o el de Norrkóping, Suecla, SON prueba de que
esos barrios se pueden convertir con éxito en la asociación de

un distrito histórico con la renovación urbana.

De todos modos, los criterios técnicos tienen,


probablemente, gran importancia. Una buena condición y Un
mantenimiento activo después de que haya cesado la actividad,
son requisitos previos de enorme importancia para la resistencia
a la destrucción y para que la reutilización sea adecuada:
disponer de un monumento desocupado y más o menos vacío,
con un periodo intermedio de seguridad, es sin, ninguna duda,
un buen método que hay que generalizar, a fin de evitar
decisiones injustificadas o inapropiadas.

Pero, en primer lugar, un monumento industrial tiene que


ser capaz de resistir cualquier adversidad gracias a sus
características básicas como edificio, lo cual pude facilitar todo
tipo de sugestiones de reutilización. Estructuras de acero o
cemento, fuertes y cuidadosamente diseñadas, acompañadas
de ladrillo o de acero y cristal, pueden echar atrás intentos de
demolición, y apuntar en cambio a una reutilización segura
que ahorre dinero. La prestigiosa fábrica de coches de Fiat an
Lingotto (Turín), directamente inspirada por el estilo ameri
industrial de los años 1910-1920, ha sido preservada por los Agnelli como un
monumento único y simbólico que creían podría ser un incentivo para el desarrollo
de un nuevo centro urbano. Otras técnicas de construcción más antiguas y
tradicionales, que han hecho uso masivo del ladrillo o la piedra o de cualquier
tipo refinado de albañilería, y hayan recurrido de manera adecuada a las
innovaciones en la seguridad de la era industrial, parece que han dado lugar hoy a
un tipo de arquitectura de estilo fortaleza: ese es especialmente el caso de la
típica arquitectura de almacén, que ha resistido con éxito en muchos grandes
puertos los daños de planes de
recuperación que no tenían ningún sentido, planes extraños
a la consideración del patrimonio industrial marítimo. Desde
hace años se ha comprobado que la categoría de edificios
industriales es especialmente atractiva para su reutilización,
tanto en Liverpool, en Hamburgo como en Marsella. Una
especial calidad arquitectónica y de estilo aseguraron la
restauración del Mulino Stucky en Venecia, a solo kilómetro
y medio de San Marcos, una vez que unos inversores privados
Se decidieron a planear allí un centro de congresos y alojamiento
e lujo.

En lo que se refiere al tamaño de la piezas del patrimonio


industrial, es cierto que las más pequeñas son aparentemente
más fáciles de reutilizar después de una adaptación barata y
con la iniciativa de negocios modestamente capitalizados, y
sin las limitaciones referentes a la división artificial de espacios
interiores (me refiero aquí a los llamados "hoteles industriales”).
Este es el modo por el cual, especialmente en los centros de
grandes ciudades europeas, los lofts y actividades terciarias
han tomado la delantera a anteriores actividades industriales
pequeñas o de tamaño medio. De todos modos, las plantas
de gran tamaño tienen grandes ventajas, a pesar de que la
relación tamaño/costes sea peor. Los grandes volúmenes, los
grandes espacios vacíos entre paredes, son muy adecuados
para numerosas necesidades de equipamientos colectivos de
todo tipo, necesidades expresadas por los habitantes o las
autoridades municipales en muchas ciudades antes fuertemente
industrializadas, cuyas prestaciones han ido durante muchos
años por detrás del crecimiento de la población. Esta es un
arma muy eficiente en la lucha para llegar a un nuevo acuerdo
entre el entorno social y su patrimonio industrial, recientemente
promovido a tal categoría. Tomemos ejemplos de los Estados
Unidos (¡de su fachada más "europeizada”, en todo caso!). En
Boston, los almacenes navales del río Charles, que se remontan
a principios del siglo XIX y que crecieron durante décadas
hasta convertirse en una pequeña ciudad con docenas de
construcciones, algunas de ellas enormes salas, se han
reutilizado para levantar un nuevo distrito residencial cercano
al centro de la ciudad. En Baltimore, cerca del viejo "Inner
Harbor" histórico, que se remonta al siglo XVII, un amplio
espacio comprendido entre una antigua central de energía
eléctrica y la estación de ferrocarril Baltimore 8 Ohio Railroad
Company, que incluye un enorme almacén, se ha reconvertido
en un centro de comercio, ocio y deportes, que une edificios
recientes de un moderno "Harbor Centre" con la interesante
arquitectura de ladrillo del siglo XIX-principios del XX.

De todos modos, el camino hacia la reutilización del patrimonio industrial está


siempre sembrado de obstáculos y problemas, que no deberían ser menospreciados

En primer lugar, la disponibilidad de edificios que merezcan ser reutilizados puede


ser excesiva con respecto al tamaño de una comunidad o de una región, y a sus
medios financieros y a sus necesidades. Esto puede ocurrir especialmente en grandes
áreas mineras o metalúrgicas, ven grandes centros textiles, dotados de un gran
numero de restos industriales de gran valor tecnológico o de un estilo
arquitectónico interesante.

En segundo lugar, a menudo tienen que ser explicados de


nuevo (y posiblemente por primera vez) a la población Y a
administradores y políticos los valores culturales inheren
al patrimonio industrial, y demostrar al mismo tiempo ie
mejora del patrimonio industrial va a convertirse en un Mec 10
para crear actividad económica y Nuevos puestos de trabajo;
habrá que redifinir también la imagen de un lugar o de un
distrito de tal modo que la comunidad pueda estar orgullosa
de sus logros anteriores y cuide su pasado y utilizarlo como
instrumento de re-desarrollo: aquí se sitúa la nueva "economía
del patrimonio" que todavía hoy tiene que ser más seriamente
investigada y tenida en cuenta.

En tercer lugar, los proyectos y esfuerzos para llegar a lo


que se llaman hoy "buenas prácticas" en materia del tratamiento
del patrimonio industrial, se enfrentan a menudo con fuertes
presiones de diferentes tipos. Algunas de esas presiones, como
todos saben, vienen de especuladores deseosos de conseguir
grandes beneficios de los terrenos usados y no de los rest
de las edificaciones, en vista a jugosas operaciones de vivi y
o equipamientos urbanos, de | ONO
conseguirá la inversió inicial O EOICUCIeS
ón Inicial más un alto interés. Añadamos

que esos grupos pueden encontrar una di :


entre las autoridades locales, a discreta complacencia

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