Tres veces Juan, rol de una singular presentación (Ap 1,1.4.9) El estudio en cuanto al libro del apocalipsis se deduce al influjo apropiado que ejerce sobre los lectores, la obra hace de su autor sobrentendido y tal presentación cumple diversas funciones. Una de ellas es aquélla de toda introducción a una obra literaria promoviendo su lectura e información sobre el autor, en esta línea se hace mención al estudio que lleva como título tres veces el nombre propio del apóstol Juan, en cada ocasión asociado a un rol diverso, pero complementario, se asegura no solo el incentivo para leer y escuchar la revelación profética contenida en el libro, del mismo modo también la cifra principal para su auténtica comprensión. El empleo del nombre propio del apóstol Juan para designar formalmente al autor de la obra evoca desde el primer versículo el título kata Ioannen, ya en uso en las comunidades cristianas del área efesia para identificar el cuarto evangelio. El autor del Apocalipsis recapitula de esta manera la escritura (graphē) del discípulo hon egapa ho Iesous y reclama para sí implícitamente una igual aceptación. En este sentido la primera bienaventuranza de la obra no sólo se sitúa en continuidad con los dos macarismos del cuarto evangelio (13,17; 20,29) y con su primera conclusión (20,30-31) donde se muestra además uno de los objetivos de su autor, en ambiente litúrgico. Se enfoca así desde el prólogo del libro un primer argumento de validez para la obra y de clave de interpretación para su lectura y audición. El autor del libro corrobora en (cfr. Jn 19,35; 21,24). Donde el autor se auto designa servidor de Dios y de Jesucristo. Juan se presenta, como san Pablo, con un rasgo esencial constitutivo de identidad cristiana. En ambos el servicio es fruto de una misión conferida desde lo alto de modo que también comparten con sus hermanos de fe las vicisitudes propias de testimoniar fielmente la palabra de Dios en una situación percibida como de conflicto sea al interior de las comunidades que frente al imperio. Al igual que Pablo, Juan quien se encuentra en Patmos se muestra con un conocimiento de las situaciones propias del evangelizador itinerante, se coloca en una misión paralela a la desempeñada labor. Ambos evangelizadores se presentan como autores epistolares, pero con una diferencia: Juan es el único escritor neotestamentario que recibe el mandato expreso de parte de Cristo tanto de escribir lo visto y oído, como de enviarlo a concretos destinatarios, y sus hermanos son servidores cristianos miembros de una única Iglesia. El servicio profético se asemeja al de Moisés también éste servidor de Dios y profeta. trasmitir y enseñar la revelación de Yahveh, escribió sobre Cristo (peri garemou ekeinos grapsen Juan recibe la revelación divina directamente de Cristo y enseña, en lo mejor de la tradición profético-apocalíptica y sapiencial, como su portavoz, a desentrañarla y aplicarla a la vida según el aglomeración cultural judaico de su época.