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1 - A MODO DE INTRODUCCIÓN.
4
"quamvis non sola anima, nec sola caro, sed utrurnque sit horno."
En la naturaleza del hombre están incluídas estas dos maneras de se r cuerpo y alm a0 El
cuerpo recibe del alma la animación o vivificación .
7
" Ergo, iam scio te constare ex corpore et vita."
1
- C:fr C:OUTIJRIER, Ch, La Structure melapahysique de / 'homme dápres sainl Agustín. Augu sunus ma giskr
C:ommunication s du C:ongres Intermationel Agustinien, Paris 21-24 Sep 1954. Tomo 1, 1p 543
2
- "Pues me parece que existe una substancia que participa de la razón, adaptada a regir un cuerpo·' S .-\G UST I\',
De quatitate Aniae XII,22 . ·
3
- " El hombre, tal como aparece al hombre, es una alma raci onal que usa de un cuerpo terreno y mortal " S
AGUSTIN, De moribu:-:,· Ecclessiae 1, 27, 52 Cfr l~jJístola 137, 11 , 5, De (;e 11esis ad l.illrwn IX 19, l k C',v /)e1
XXII,24, 4; De Ord . II, 2, 5.
., - "Porque no sola el alma ni solo él cuerpo, si no ambos (uno y otro) so n el hombre" S AG USTIN , !Je A11. Ft m is
Orig. II, 14, 20. Cfr Ob. Cit IV, 2, J De beata Vita I,2, 7.
5
- "Au nque son dos, el alma y el cuerpo, a ninguna se le llama hombre si no está la otra , ( puesto el cuerpo no podría
ser el hombre, si no estuviese el al rna, ni tampoco el alma sería hombre, si el cuerpo no fi.ie se ani rnad o )" S
AGUSTCN, De Mor.Eecc/ Cath. 1 4 6
~ - S AGUSTTN De Orig. Anim. Ív, 2, 3
r
- "P or tamo, ya conozco que constas de cuerpo y vid a" S AGUSTI N, / Je líeata ¡ ·,/et, /, 2, 7_
3
"Qui vero eius substantjam vitam quamdam nequaquam corpoream,
quando quidem vitam omne vivum corpus animantem ac vivificantem esse
reperuerunt. " 8
Será aún bueno añadir un texto en que se habla de que, en el hombre, el alma y el cuerpo
son una sola substancia:
''Coi1stat totus lLonlQ, una quaedam res atque una substanti a." 1º
Despué s de esta enumera ción, no es de extrañar se que nos sintamo s agobiados con
la
duda. Y nos veamos obligad os a pregunt amos nuevam ente con Couturi er: ¿se contradi
ce? ¿está
escaso de metafísi ca? o ¿ha elaborad o una doctrina original? 11 .
Una vez enumer ados los anteriores textos es fácil entende r que entre los estudios
os se han
multipli cado las explicac iones y, muchas veces, habría que preferir la lectura concien
zuda de las
fuentes agustini anas Es verdade ramente notable la diversidad de explicac iones posibles
a la
supuest a bifurcac ión.
Tambié n traerem os a cuentas algunos ejemplo s de lo que se acaba de decir.
De la exposic ión de Fraile podemo s puntualizar lo siguiente:
• El hombre como compue sto de dos substancias distintas .
• Subraya fuertem ente su compos ición y distinción radical.
Afirma la unidad del compue sto humano.
• Destaca la superior idad del alma respecto al cuerpo.
• El alma penetra y vivifica todo el cuerpo
• El alma está entera en todas partes.
• El alma es simple y no tiene cantidad .
• El alma es racional.
• No la concibe como forma del cuerpo
• Es un misterio la unión de las dos substancias.
• La unión no es violenta sino natural.
• Al alma corresp onde animar y vivificar, mover, regir y conserv ar al cuerpo 12 .
De una explicac ión al mismo tema de Etienne Gilson podemos apuntar lo siguiente :
• El hombre es un alma que se sirve del cuerpo.
• Cuando habla como cristiano adopta la unidad del cuerpo y alma en el hombre .
• Cuando filósofo retoma al primer punto.
• Trascen dencia jerárqui ca del alma sobre el cuerpo
8
. - " Los cuales encontrar on que es una subsancia de vida
no corporal, puesto que todo cuerpo vivo posee una vida
que lo vivifica y anima" S. AGUSTIN, De Trinitate X, 7, 9.Cifr.De inmort. Anim . IX,
16; Y, 9. De Ord XIl, 6, 19.
De dot. Christ. I, 27, 28 . De Mo. Ecc/. I, 4, 6.
9
- Cfr. S, AGUSTIN, Sol. Il, 19, 32. De lnmort. Anim.
0
VII, 13 .
' - "Consta que todo el hombre, es una cosa y una sola
11
substancia" S. AGUST[N /Je Orig. Anim. IV, 13, 19
- COUTURIER, Lug. Cot , cfr. Nota(!).
12
- FRAíl,E, JM J-{istoria de /afi/osofi a,T 11, 11, 1, 11.
4
• No se le une el alma al cuerpo sino por la acción que ejerce sobre él
para vivificarlo.
• Hasta el alma repercute el efecto de la sensación y en ella está su sede
verdadera.
• Sin recibir nada por parte del objeto puede formar una semejanza a
él por su actividad natural
• Las sensaciones son acciones que ejerce el alma, y no pasiones que
sufre 13_
En las opiniones de J. Hirshberger el problema se presenta así :
• El hombre como unidad .
• Hombre nueva substancia resultante de la fusión de otras dos.
• El hombre posee al cuerpo, usa de él y lo gobierna.
• El hombre es, hablando con propiedad, sólo el alma, el cuerpo no
es constitutivo esencial de
igual rango.
• El alma está en todo el cuerpo como una tensión vital.
• Platonismo 14
Una última opinión a añadir, que por ser breve dejaremos completa,
es:
No se puede dudar que decir "una persona" implica no sólo compenetr ación sino verdadera
unidad de ser.
Sin embargo, retoman las dudas al son del texto siguiene:
"par son corps chame!, 1' ame est liée pour un temps au monde
terrestre, dans le que) elle doit vivre et surmonter l ' epreuve de sa destinée.
" 18
Con expresiones como ésta, es como se hace dudar de la auténtica intención del Santo. Se
perfila como necesario, explicitar que el ser del hombre se sitúa en condición temporal por su
cuerpo, y esto en su modo de constitución intrínseca. Lo violento para él, es su estado de
separación que es la muerte. Ahora, si quiere subrayarse la condición de esa parte de su ser q~e
goza de inmortabda d, aún cuando en su situación temporal aparezca como breve, en comparac1on
a la subsj stencia perenne dc-1oe spiritual, debe in~istirse en el total s~r del hombre, cuya
restauració n total viene a ser el tema "REVELACTQN "(abre la oportumda d para co lmar sus
17 - " de qu é mo do puede mezclarse el alma con e l cuerpo para que una perso
na pueda ll egar a ser hombre" S .
AGUSTTN , Epístola 137, III, 11 . . .
18 - " Por su c uerpo carnal, e l
alma está ligad a po r un tie mpo al mund o te rrestre,_ en la que debe v1v1r Y remo ntar la
prueba de su destino'' C OUTURIER, Lug . Cit , C fr . Nota ( 15).
6
aspiraci ones). En el criterio de Santo, no es el bombre para un mejor estado en la separac
ión, sino
para el mejor encuent ro de dimensi ón verdadera, esto es, disfruta r de la semejan
za de Dios
percibie ndo el flujo de su comunic ación en él , y cuya activida d sólo se realiza gracias
a la parte
superior del hombre; esto es: el cuerpo es para que el hombre subsista como tal, cumplie
ndO-Su
mis.ióJJ trascend ente? Esta revalida rá todas las demás dimensi ones pertenec ientes a
su modo de
vida.
Contra la explicac ión de Fraile de que el alma no es forma, Gonzále z Alvarez dice que
en
la doctrina de San Agustín, la relación alma-cu erpo es suscepti ble de interpretarse en
una unión
substanc ial según la fommla materia -forma. Profund izar esto sería el intento del presente
trabajo.
Antes de presenta r las ideas claves de este trabajo, convien e hacer un intento
de
explicac ión a las expresio nes difíciles de S. Agustín , de modo que, al menos
, tengan la
posibili dad de ser interpre tadas como partes de un sistema coheren te.
Habría que explicar , qué significa : el hombre como alma: el alma como substancia:
y en
sus relacion es con el cuerpo; que lo posea, lo vivifique, lo use , el cierto modo
en que lo
construy e, por razón de qué pacto cuida de él.
g
Posee al cuerpo y usa de él.
Quizá sea esta la expresió n más difícilmente inteligible y se debe a que, para el
modo
actual de pensar, aparece con una fuert e dosis de instrnment alidad y suena a c:rns:.1 exrrinse
ca En
S. Agustín es un modo de presencia u esp__Q,Dsabilidad c.umo ..:.entro de.- fluJ u
. .k tvJ..15 ~.1s
19
.- Cfr Nota (10)
20
.- CfL Sto. TOMAS , .s·. Th. l, q 76, a 1, ad 5um
7
operaciones vitales, como alcance hasta las condiciones espacio- temporales del cuerpo. Hay que
hablar de las dos modalidades del ser que abarca la naturaleza humana, y para ambas tendrá el
alma el papel unitivo y fundamental. Entre las cosas que S. Agustín expresamente quiere saber
del alma es cómo explicarse:
"Quid habeat propium quod alternat in utramque naturam." 21
fil
El alma en cierta manera fabrica el cuerpo:
El cuerpo viene a ser conducto de manifestación para el alma, y así, en su dinamismo , viene a
ser controlado por ella, dígase del crecimiento , de sus expresiones , del complejo que es la
personalidad, moldeado todo bajo el impulso fundamental que llamamos alma.
21
"qué tenga como propio que alterna en una y otra naturaleza .. " S AGUSTlN , De Ord. n , S, 17
-
22
"¿Tú qui én eres? Y respondí : un hombre y he aquí que tengo en mí prestos U!1 cuerpo y un alma, el uno exterior
-
y el otro interior" . S. .AGUSTIN, Conj. X, 6, 9_
8
IV- LAS RELACIONES ALMA- CUERPO EN LOS CAPJTULOS XV Y XVI DEL "DE
/NMORTAL/1'AT E ANJMAE."
Estos capítulos de una obra ciertamente profunda y de dificil interpretación, proporcionan
un material céntrico e importante en cuanto al modo como S. Agustín entiende las relaciones
a lma y cuerpo. Puede apreciarse cómo sin utilizar la palabra fonna sino una vez, (palabra que usa
más bien para el mundo inanimado) ,entiende muchas características de su esencialidad.
Un parentesco con las eternas razones, descubre la dimensión trascendente del alma y la
sitúa en su modo propio de ser, que se tiene que unirse al lugar que ocupa el cuerpo, no lo hace
loca lme nte ( porque su ser es de tal manera que no está sujeto a las condiciones materiales), sino
¡2.[oporc iona al cuerpo un modo de estar él , una manera-i nsólita de unidad que se ha de explicar
más adelante 23 .
A lo largo de estos dos capítulos, por cinco veces encontramos la afirmación de que el
a lma · da la especie al cuerpo, una de la características de la forma substancial, tal como la
entiende la escolástica al adoptar el aristotelismo.
¿No es también éste otro efecto de la causalidad formal? Y con toda claridad el " per" de la
ex pres ió n se ñala la intención verdadera del a utor: es en el alma donde el cuerpo afianza su
suhsistencia
Y ya puede concate nar ambas ideas en una sola expresión:
"corp us per ill am subsistit dantem spec iem " 26
Mas trat ándose de un a lma, es su fruto, hasta por su significado mi smo, la vita li zación de
un c uerpo.
''Nec invenitur aliquid quod sit inter summam vita.in, quae sapie nti a
et veritas est incommutabili s, et id quod ulrimurn vivifí catur, id es t corp us,
ni si vivificans anima" 27
Aún sin despreciar la vida animal o vegetal, el concepto de vida se remonta a la Suma, a
la absolutamente sobresaliente, y es la sabiduría y Verdad inconmutables. O sea, en esto consiste
el modo de vida más perfecto. Ser verdadero infinitamente y saberse infinitamente verdadero y
no ser otra cosa que conocimiento verdadero de su ser verdadero en un infinito de plenitud que
prescinde, de suyo, todo proceso; eso es ser por excelencia la Vida ¿Qué hacer para que un
cuerpo, sin dejar sus condiciones materiales, participe de la vida? No se puede incorporar la "vida
por sí misma", en cuanto quedaría ésta degradada , admitiendo limitación de un proceso para
llegar a ser "algo". Tampoco podemos otorgarle a su corporeidad la posibilidad de llegar a
viviente, pues no todos los cuerpos lo consiguen. Es así necesario para que un cuerpo se
vi vi fique, una consubstancialización con una realidad que participe de la vida y, tratándose del
hombre, un alma racional, que participe al cuerpo su condición esencial de viviente, y decimos
"participe" como forma de ser compartida. Sólo así podemos decir con verdad, que el alma
vivifica al cuerpo.
En las líneas siguientes, claramente se ve que, una vez que ha resultado la realidad
hombre, de tal manera está presente el alma en el cuerpo y le da subsistencia, que incluso hace
que sea cuerpo y tal como es, haciéndolo ~ su especie.
No va, pues, a perder lo que da, sino que constituirá al otro en lo que aa___y que ya le
pertenece por entero, sjendo así su esencia.
Nos adentramos ahora en el capítulo XVI, donde, en cierto modo, se continúa la
argumentación. Debemos, sin embargo, interpretar sólo aquellas cosas que se relacionan con el
tema del presente trabajo.
Empieza por explicar que el alma no puede disminuir de categoría al dar la especie pues
debe hacer de cualquier cosa al darla, que se forme a su condición y rango y no al revés. De tal
manera es el orden de la cosa que, lo que da la especie asume en su mejor rango las inferiores
implicadas en este mejor modo de ser.
Principalmente porque no dan la especie para perderla .
"Et utique cwn tradunt, non adimunt" 29
Este tipo de explicación no encuentro cómo podría caber si no se considerase la uni ón
alma-cu_erpo como _substancial, aunque el que _Ia ¡ redique no la no~bre así. El cuerpo se ha1~a
nada, s1 no rec1b1ese por el alma la especie 3 . ¿No es acaso esta una profunda relac1on
ontológica?.
Uno de los temas favoritos de S. Agustín es el de "presencia", que no es só lo un
accidental ocupar lugar, sino una verdadera implicac ión que puede adquirir varios matices, desde
el influyente hasta la relación esencial , y en este cuadro, nos explica casi fí sicamente cómo
resultan las relaciones alma-cuerpo y el cómo de su presencia de aquélla en éste :
28
• '·Porque si al darl e el alma al cuerpo la especie, para que sea el cuerpo que es, ciertamente
no pierde la especie al
darla" Ibid .
29
• "Y ciertamente al entregarlas no las pierden". lbid .
.io - Thid
10
"Anima vero non modo universae moli corporis sui, sed etiam
uniquique particul ae illius simuÍ adest" 3 1
Desde luego no se trata del mismo modo de estar de los cuerpo s con distribu
ción de partes
en el espacio , sino de una manera especia l de estar, que provoc a una
unidad con un idéntic o
centro de conver gencia esencia l para todas las partes distribu jdas en el
espacio diferenci adas en
él. No es, pues, una presen cia mecáni ca, nj tampoc o solame nte dirigida, sino
una esencia l, con un
valor total en cada parte. Un ejempl o fisico permite entend er esto.
11
- " E l a lm a no está presente a su cuerpo al modo
de todas las mo les . si no al mi s mo ti empo en ..:acta una de las
f artícu las de aqu él" S AGlJST fN, Ob . C it , XV l, 25 .
2
- ·'C omo cuando algo d uel e en el pi e, lo loca liza
el ojo, lo exp resa la le ng ua, y lo qui ta la mano , v que no
sucederí a, si no estuviera el alm a e n todas esas partes, y lo sint iese e n
el pi e, y no podría se nt irlo si estu vi era ausente
de alli . , porque el pad ecimien to que sucede no se des li za por la co
ntinu idad de la mo le co mo las dem ás partes
animad as po r el alma que están situadas a un lado , no lo pem1 ite n; mas
aque ll o que est á en la partecilla del pie lo
s ie nte !Oda el alma e n aqu e l lugar do nd e sucede; por tant o, está toda
en tera al mi smo tiem po en todas partes, la que
toda sie nt e al rrn smo tie mp o en cada parte» lbi cl ,, Cfr !;.Q 166, 11 . 4
11
Palpa un a fuerza casi in fi nita queJ! uye de su_interi or, y_Ja siente mezclad a a su honda
miseri a ... 1y esto en sí mis mo! Este hombre , entre los paladeos de la nostalgia de lo
altD y el
abatimi ento del derrum be, tiene que encontrar su destino. Este hombre , es el que descubr
e el
hombre Agustín en sí mismo, y lo regala al hombre de todos los tiempos .
Es en nuestro ser donde experimentamos , más bien, convivimos con esa doble face ta
de
nuestro ser, " impensa ble" porque es como si dos mundos di stantes llegaran a pc-rtcncc
c-rse
mutuam ente .
Despué s de deslumb rarse con el fulgor de la trascendencia y de perci bir el va lor de
lo
inteligible, este escollo no lo llegó a resolver Platón, que de alguna manera, se ve
impelido a
33
- T ARAPE, A, San Agustin. _en patrología T IU, Vi,2, J, b El hombre
34
- fbid
_1s - Ibid .
12
borrar de la realidad a la materia. S. Agustín acept
a del platonismo la trasce nden cia y
supt:..ri oridad J 0-lo espiritual sobre el mund o mate rial ,
más concede pleno derecho a lo materi al de
oG-upa, su lugar en la rca.lida<l, y al cuerpo huma no, el
pertenecerle al alma en la reafídad hombre.
ir, - !bid
37
- !bid .
1X
- TRAP E, Ob Cit. VI, IV, 2, 1.
13
precedente, ni moneda de paso, mucho menos estorbo del otro, aunque sea de categoría más
humilde como el cuerpo. Es la forma negativa de expresar la substancialidad única, pues ¿tendría
sentido oponerse a cualquiera de aquellas teorías si no se aceptase como real y completa la
unidad de ser en el hombre?
Así encontramos, en la obra de S. Agustín, las exposiciones llanas, pero también las otras,
con el platonismo de base, sensible a los volares trascendentes, vividas dramáticamente por él y
después vaciadas en esas fórmulas que impactan y que parecen exageraciones. Mas son una de
las medidas de la magnitud y el misterio de cuanto nos rodea, de la grandeza del don que hemos
recibido y el eco de todos los ecos que tienen su principio en el Verbo de Dios.
S. Agustín no sólo dice las cosas y las organiza: las contempla, se extasía en ellas y trata
de vaciarlas, en lo posible, de modo que sean representación en su excelsitud intrínseca, usando
fórmulas que van más allá de la simple repetición y explicitación.
¿Exageraciones? ¿No es más exageración el misterio del ser y la unidad hombre, que le da
cabida a éste, en la vibración de su propias potencialidades?
Quien tiene esto en cuenta, ha dado el primer paso para entender el matiz de verdad
encerrado en el testimonio del obispo de Hipona.
El diseño del hombre implica una orientación a su fin, desde la base, un fin intrínseco que
nos anticipa la atracción y la dimensión del extrínseco "Fin de fines ". Pero esto sólo puede
entende rse desde el punto de vista de la trascendencia.
39
- ''El fin próximo del cuerpo humano es el alma racional y sus operac iones,
puesto qu e la materia es por la for ma.
y los instrume nt os a fa vor de las acc iones del agent e Digo, por ta nt o, que Di os co nstitu yo t~I cuerpo
humano en la
n,
mejor dispos ición, según le co nve nia a tal fo rma y a tal operación" Sto T01'. 1:\ S, S. 1, q l) 1, a 3, e
14
"Necess e est dicere id quod est principium intellectuali s operatio nis,
quod dicimus animam homini s, esse quodda m princip iwn incorpo reum
et
subsistens." 40
No creo que esté en duda la import ancia y la polariz ación del alma en todo
el compu esto
humano. Mas toda ella está volcada hacia la verdad y en ella realiza su felicida
d.
Es aquí donde se hace impres cindibl e la labor del filósofo que tratará de señalar
el carru no
al reconocimiento, hasta el umbral del misteri o que persiste aún en el hombre
, criatura formad a a
imagen y semeja nza de Dios, en lo que consist e su verdad ero ser, su gloria,
y su proyec ción hacia
lo eterno. Esto nos recuerdan los Santos padres y los doctore s, que se nos
han adelant ado en la
búsque da.
Pienso que el verdad ero filósofo es aquél que sabe recono cer las briznas
de verdad donde
quiera que ésta se encuen tra. Lo han hecho los grande s como Sto. Tomás
y otros, que no han
desprec iado las aportac iones de los que les precedieron. Insisto nuevam
ente; el verdad ero
filósofo es más redento r que verdugo. Una gran humild ad y compre
nsión sobre la ya tan
maltrat ada human idad, proyectará un valor más justo a las aprecia ciones sobre
el tema, tal como
la han hecho Sto . Tomás y S. Agustín.
Siguien do el consejo del santo:
40
- "Es necesario decir que aquello que en el principio
de la operación intelectu al a la que nombram os alma del
hombre, es algún principio incorpóreo y subsistente" . Sto. TOMAS, S. Th. I,
41 q 75, a 2, c.
- S AGUST fN, De Cath. Eccl. II, III, 327,
42 5.
- ·'Haces bi en, y no solo lo apruebo , más aún amonest
o a que te deleite más tener cu idado de las rea lidades que de
las palabras " S AGU STTN , De quant. Animae VI, 11.
43
- " Aun qu e tenga mos que preocup arnos menos acerca
de las pa labras" S AGUST íN, Ob Cit XI. 18
15
Así mismo, la condición ardua de los problemas y, por último los vuelos y la profundidad de una
mente privilegiada.
Reconozco los limites del presente trabajo, que son muchos y que, además, podría señalar
muchas pistas para futura elaboración; vgr: el alma como principio y factor de unificación, el
cuerpo como cierta prolongación del valor del alma hacia el mundo de la materia; el
perfeccionamiento y felicidad del hombre incluyendo a su cuerpo; En fin , una antropologia
básica, quizá pudiera incluir una que otra idea genial del obispo de Hipona.
Caminando en pos del maestro de Occidente, espero haber hecho un homenaj e de
reconocimiento y congratulación a esta criatura tan singular y de la que tenemos experiencia tan
cercana, aún cundo no haya dejado de esconder sus misterios. Como hecho es innegable, pero
explicarla ... A pesar de lo que se ha dicho sobre ella, no ha dejado de padecer dudas y angustia
cuando se enfrenta a si misma, y no pocas veces padece terror al verse deleznable ; pero hay en
dla un gran tesoro escondido que es un recurso hacia la inmortalidad. ¿Quién podrá entenderlo
plenamente?
Tal es el ser del hombre, que se admira de su propia grandeza, tal su grandeza que se hace
admirable para su penetrante modo de ser.
Una mirada al Universo nos coloca en la zona de lo indescriptible, una mirada al hombre
nos coloca al borde de lo desbordante y abismal ; después todos los esfuerzos nos colocarán
siempre en condición de exclamar :
"Grande profundum est ipse homo."45
4
J - '·Porque este otro modo, como los espíritu s se adhieren a los cuerpos y llegen a hacerse animales, es
totalmente
admira ble, y no puede ser comprendido por el hombre, y éste es el mi smo hombre" S AGUST IN. ne· C1v. Dei XX I.
10, 1
4\ .
- "El l1orn bre mi smo ts un gran abismo" . S. AGUSTI N, ('011/l!s. IV, 14, 22