Está en la página 1de 15

LAS RELACIONES ALMA-CUERPO

SEGÚN EL PENS!\M lENTO DE SAN AGUSTÍN

1 - A MODO DE INTRODUCCIÓN.

Hay determinantes personalidades, cuya fuerza de espíritu


se ha impuesto a las
generaciones, de modo que son figuras, y, de alguna manera,
se sabe su noticia aunque sea por
leyenda, mención información o comentario. Así ha suced
ido con los grandes pensadores
cristianos que, de una manera o de otra, llegan al corrillo de bocas
entre estudiosos, o hasta el
gran público.
Esta situación es muy riesgoza , puesto que la mayoría de las veces
, esa fama merecida. se
toma en demérito, por razón de que se conocen por datos de segun
da mano, o interpretaciones de
"especialistas" que, a veces, desvirtúan el pensamiento origin
al ·ya parcializándolo, ya
debilitándolo, ya deformándolo.
Quizá sea éste el caso de S. Agustín. Creo que ninguno pone en
duda que se trata de una
inteligencia superior a la común, que tuvo intuiciones brillantes,
que persiguió con toda su alma
la Verdad; pero, en cuanto a la atingencia de sus explicaciones
o su interpretación, las opiniones
se multiplican indefinidamente.
Las escasas oportunidades que uno tiene para acudir a su pensa
miento original, por el
vértigo de la vida y por la abundantísima obra que ha
dejado, complican aún más el
esclarecimiento final.
Creo, a pesar de todo, que un esfuerzo, puede hacer avanz
ar la investigación, aún
contando con determinados límites. Por esta razón, y por sentir
que puedo hacerle justicia a un
esforzado luchador de la verdad, me he propuesto realizar el presen
te trabajo sobre un tema, hasta
cierto punto candente y muy discutido, en referencia al pensamient
o del obispo de Hipona.
Imploro la intervención del Santo, para llevar a feliz término, aún
cuando sea limitado, el
objetivo que me he propuesto.
2

II- EL PROBLEMA DE LA DOCTRINA AGUSTINIANA SOBRE LAS RELACIONES


ALMA- CUERPO.
Bien hace ver Charles Couturier que, enlistando los textos agustinianos sobre el terna
aparecen corno dictados por dos tendencias diferentes: una en la que c;c so<;tíenc la unilrn
substancial, y otra, en la que parece desconfiar di..: cll a.J Sin llegar a la crudeza de la teoría
platónica del espíritu encarcelado violentamente, sus expresiones hacen pensar en algo como
"unión accidental."
Presentamos como ejemplos:

"Nam mihi videtur, esse substantía quaedarn rationis particeps,


regendo corpori accomodata." 2

"Horno igitur ut hornini apparet, anima rationalis est mortali atque


terreno utens corpore. " 3

En oposición a éstas, existen afirmaciones como:

4
"quamvis non sola anima, nec sola caro, sed utrurnque sit horno."

Y subrayando la relación esencial:

"Quamqaam enim duo sint, anima et corpus, et 11 eutrum vocarelur


horno, si non esset alterurn (nam neque corpus horno esset si arnm a 110n
esset, nec rurs us anima horno, si et corpus non animaretm) ." 5

En la naturaleza del hombre están incluídas estas dos maneras de se r cuerpo y alm a0 El
cuerpo recibe del alma la animación o vivificación .

7
" Ergo, iam scio te constare ex corpore et vita."

1
- C:fr C:OUTIJRIER, Ch, La Structure melapahysique de / 'homme dápres sainl Agustín. Augu sunus ma giskr
C:ommunication s du C:ongres Intermationel Agustinien, Paris 21-24 Sep 1954. Tomo 1, 1p 543
2
- "Pues me parece que existe una substancia que participa de la razón, adaptada a regir un cuerpo·' S .-\G UST I\',
De quatitate Aniae XII,22 . ·
3
- " El hombre, tal como aparece al hombre, es una alma raci onal que usa de un cuerpo terreno y mortal " S
AGUSTIN, De moribu:-:,· Ecclessiae 1, 27, 52 Cfr l~jJístola 137, 11 , 5, De (;e 11esis ad l.illrwn IX 19, l k C',v /)e1
XXII,24, 4; De Ord . II, 2, 5.
., - "Porque no sola el alma ni solo él cuerpo, si no ambos (uno y otro) so n el hombre" S AG USTIN , !Je A11. Ft m is
Orig. II, 14, 20. Cfr Ob. Cit IV, 2, J De beata Vita I,2, 7.
5
- "Au nque son dos, el alma y el cuerpo, a ninguna se le llama hombre si no está la otra , ( puesto el cuerpo no podría
ser el hombre, si no estuviese el al rna, ni tampoco el alma sería hombre, si el cuerpo no fi.ie se ani rnad o )" S
AGUSTCN, De Mor.Eecc/ Cath. 1 4 6
~ - S AGUSTTN De Orig. Anim. Ív, 2, 3
r
- "P or tamo, ya conozco que constas de cuerpo y vid a" S AGUSTI N, / Je líeata ¡ ·,/et, /, 2, 7_
3
"Qui vero eius substantjam vitam quamdam nequaquam corpoream,
quando quidem vitam omne vivum corpus animantem ac vivificantem esse
reperuerunt. " 8

Por último: "el alma da su fonna y especie al cuerpo"9

Será aún bueno añadir un texto en que se habla de que, en el hombre, el alma y el cuerpo
son una sola substancia:
''Coi1stat totus lLonlQ, una quaedam res atque una substanti a." 1º

Despué s de esta enumera ción, no es de extrañar se que nos sintamo s agobiados con
la
duda. Y nos veamos obligad os a pregunt amos nuevam ente con Couturi er: ¿se contradi
ce? ¿está
escaso de metafísi ca? o ¿ha elaborad o una doctrina original? 11 .
Una vez enumer ados los anteriores textos es fácil entende r que entre los estudios
os se han
multipli cado las explicac iones y, muchas veces, habría que preferir la lectura concien
zuda de las
fuentes agustini anas Es verdade ramente notable la diversidad de explicac iones posibles
a la
supuest a bifurcac ión.
Tambié n traerem os a cuentas algunos ejemplo s de lo que se acaba de decir.
De la exposic ión de Fraile podemo s puntualizar lo siguiente:
• El hombre como compue sto de dos substancias distintas .
• Subraya fuertem ente su compos ición y distinción radical.
Afirma la unidad del compue sto humano.
• Destaca la superior idad del alma respecto al cuerpo.
• El alma penetra y vivifica todo el cuerpo
• El alma está entera en todas partes.
• El alma es simple y no tiene cantidad .
• El alma es racional.
• No la concibe como forma del cuerpo
• Es un misterio la unión de las dos substancias.
• La unión no es violenta sino natural.
• Al alma corresp onde animar y vivificar, mover, regir y conserv ar al cuerpo 12 .

De una explicac ión al mismo tema de Etienne Gilson podemos apuntar lo siguiente :
• El hombre es un alma que se sirve del cuerpo.
• Cuando habla como cristiano adopta la unidad del cuerpo y alma en el hombre .
• Cuando filósofo retoma al primer punto.
• Trascen dencia jerárqui ca del alma sobre el cuerpo

8
. - " Los cuales encontrar on que es una subsancia de vida
no corporal, puesto que todo cuerpo vivo posee una vida
que lo vivifica y anima" S. AGUSTIN, De Trinitate X, 7, 9.Cifr.De inmort. Anim . IX,
16; Y, 9. De Ord XIl, 6, 19.
De dot. Christ. I, 27, 28 . De Mo. Ecc/. I, 4, 6.
9
- Cfr. S, AGUSTIN, Sol. Il, 19, 32. De lnmort. Anim.
0
VII, 13 .
' - "Consta que todo el hombre, es una cosa y una sola
11
substancia" S. AGUST[N /Je Orig. Anim. IV, 13, 19
- COUTURIER, Lug. Cot , cfr. Nota(!).
12
- FRAíl,E, JM J-{istoria de /afi/osofi a,T 11, 11, 1, 11.
4
• No se le une el alma al cuerpo sino por la acción que ejerce sobre él
para vivificarlo.
• Hasta el alma repercute el efecto de la sensación y en ella está su sede
verdadera.
• Sin recibir nada por parte del objeto puede formar una semejanza a
él por su actividad natural
• Las sensaciones son acciones que ejerce el alma, y no pasiones que
sufre 13_
En las opiniones de J. Hirshberger el problema se presenta así :
• El hombre como unidad .
• Hombre nueva substancia resultante de la fusión de otras dos.
• El hombre posee al cuerpo, usa de él y lo gobierna.
• El hombre es, hablando con propiedad, sólo el alma, el cuerpo no
es constitutivo esencial de
igual rango.
• El alma está en todo el cuerpo como una tensión vital.
• Platonismo 14

Dado que hemos seguido varias de sus anotaciones me parece justo


añadir la opinión de
Couturier.
• ¿Unidad a pesar de la disparidad de elementos?
• El cuerpo como servidor, imagen del matrimonio.
• Busca en la unidad de Cristo la plenitud y el ideal.
• Ni accidental , ni substancial, sino hipostática en la conjunción
de dos naturalezas en una
('Persona.
• Se liga temporalmente a su cuerpo y al mundo terrestre.
• Junto con él recibirá la transformación definitiva 15 .

Una última opinión a añadir, que por ser breve dejaremos completa,
es:

"para S. Agustín, el alma se une al cuerpo por aplicación de


su
virtud vital y valiéndose de los elementos corporales menos
alejad os de
su naturaleza espiritual . Debe sin embargo advertirse que esta
doctrin a es
susceptible de ser interpretada según wrn unión substancial en la que
el alma hiciese de forma y el cuerpo de materia. S Agustí
n afirma, en
efecto que Dios eomun ica a1 cuerpo su fonna al darle el alma." 16

Sigui endo las anteriores opiniones, caemos en la cuenta de que,


coincidiendo en algún
fondo común, hay discrepancias en cuanto a puntos substanciales de
la interpretación y de los qui::
desearíamos proporcionar un camino razonable de comprensión
, apoyados en razonamientos
suficientemente válidos y no con intención de aumentar la discordia
.
Las líneas obvias en las que todos están de acuerdo son el platon
ismo de S. Agustín, la
superioridad del alma en relación al cuerpo, el hombre como una
unidad resultante de cuerpo y
alma, pero sin especificar el tipo. Las expresiones en que tratan de
explicar el modo de uni ón son
ambiguas y no sacan de duda. ·
13
- Cfr. GILSON E La phi/osophie au moyen age 11,Il p. 128.
14
.- Cfr. HIRSSHBERGER, Historia de la.filosofia T I,TI, 1,S . Agustín
15 , el alma. pp. 304-305 .
- Cfr COUTURIER,,Ob. Cit. No.7,pp 549 ySS0.
16 _
- GONZALEZ AL VAREZ, A, Manual de Historia de la Filosofía
Parte I, Cap I. A VI, S.
s
Así Fraile, por ejemplo, dice del alma que penetra y vivifica todo el cuerpo, más aún, está
entera en todas y cada una de sus partes y no la concibe como forma ¿de qué otro modo puede
concebirse el estar así? Es cierto que S. Agustín aplica la palabra "forma" para lo inanimado,
pero no parece que le guste la expresión para una realidad que coloca el ser en una situación
trascendente. ¿Qué otro modo puede sugerir una unión encargada de animar, vivificar, mover,
regir, conservar el cuerpo?.
Me gustaría preguntar a Gilson, cuándo S. Agustín habla cristiano y cuándo filósofo , pues
claramente , en su actividad fundamental sabemos que es tanto filósofo cuanto cristiano; o que,
según su sistema, no se entiende la filosofia sino resultando cristiana. También le preguntaría si
la acción que ejerce el alma para vivificarlo es como para echar a andar un autómata y qué clase
de virtualidad necesitaría para hacerlo; con más apremio lo hacemos si tal unión está implicada
no solo en el mismo destino sino en la mutua necesidad.
También sería muy bueno saber cómo se debe entender la frase de Hirshberge r: "el cuerpo
no es un constitutiv o esencial de igual rango"; pues puede entenderse el cuerpo es un constitutivo
esencial, pero no de igual rango", o también: "no es un constitutivo esencial por no ser de igual
rango." Es claro que siguiendo a S. Agustín solo puede aceptarse el primer sentido. Además me
atrevería a corregirle, que el hombre no es sólo el alma, sino que el hombre es primera Y
fundament almente el alma.
Aceptamos la explicación de Couturier como válida y agradecem os su aportación, pero somos
sinceros diciendo que no es la única explicación, sino que debe incorporars e a la visión total de
explicacio nes. En la actitud platónica de S. Agustín debe terminar con la absorción en la totalidad
de las explicacion es particulares para encontrarse la dimensión de una verdad.
En concreto, S. Agustín dice:
"Quomodo misceatur anima corpori, ut una persona fiat hominis." 17

No se puede dudar que decir "una persona" implica no sólo compenetr ación sino verdadera
unidad de ser.
Sin embargo, retoman las dudas al son del texto siguiene:

"par son corps chame!, 1' ame est liée pour un temps au monde
terrestre, dans le que) elle doit vivre et surmonter l ' epreuve de sa destinée.
" 18

Con expresiones como ésta, es como se hace dudar de la auténtica intención del Santo. Se
perfila como necesario, explicitar que el ser del hombre se sitúa en condición temporal por su
cuerpo, y esto en su modo de constitución intrínseca. Lo violento para él, es su estado de
separación que es la muerte. Ahora, si quiere subrayarse la condición de esa parte de su ser q~e
goza de inmortabda d, aún cuando en su situación temporal aparezca como breve, en comparac1on
a la subsj stencia perenne dc-1oe spiritual, debe in~istirse en el total s~r del hombre, cuya
restauració n total viene a ser el tema "REVELACTQN "(abre la oportumda d para co lmar sus

17 - " de qu é mo do puede mezclarse el alma con e l cuerpo para que una perso
na pueda ll egar a ser hombre" S .
AGUSTTN , Epístola 137, III, 11 . . .
18 - " Por su c uerpo carnal, e l
alma está ligad a po r un tie mpo al mund o te rrestre,_ en la que debe v1v1r Y remo ntar la
prueba de su destino'' C OUTURIER, Lug . Cit , C fr . Nota ( 15).
6
aspiraci ones). En el criterio de Santo, no es el bombre para un mejor estado en la separac
ión, sino
para el mejor encuent ro de dimensi ón verdadera, esto es, disfruta r de la semejan
za de Dios
percibie ndo el flujo de su comunic ación en él , y cuya activida d sólo se realiza gracias
a la parte
superior del hombre; esto es: el cuerpo es para que el hombre subsista como tal, cumplie
ndO-Su
mis.ióJJ trascend ente? Esta revalida rá todas las demás dimensi ones pertenec ientes a
su modo de
vida.
Contra la explicac ión de Fraile de que el alma no es forma, Gonzále z Alvarez dice que
en
la doctrina de San Agustín, la relación alma-cu erpo es suscepti ble de interpretarse en
una unión
substanc ial según la fommla materia -forma. Profund izar esto sería el intento del presente
trabajo.

ID.- HACIA UNA INTERPRETACIÓN DE LAS EXPRE SIONE S DIFÍCILES


Et'í LA
OBRA DE SAN AGUSTÍN.

Antes de presenta r las ideas claves de este trabajo, convien e hacer un intento
de
explicac ión a las expresio nes difíciles de S. Agustín , de modo que, al menos
, tengan la
posibili dad de ser interpre tadas como partes de un sistema coheren te.

Habría que explicar , qué significa : el hombre como alma: el alma como substancia:
y en
sus relacion es con el cuerpo; que lo posea, lo vivifique, lo use , el cierto modo
en que lo
construy e, por razón de qué pacto cuida de él.

A) El hombre como alma:


No si empre gue se habla del hombre como alma es c.on exclusió n dd cuerpo: así , cuando
Sto. Tomás presenta al hombre en la suma teológica I, q. 75 , habla del alma y hasta
la q. 76.
habla de sus relacion es con el cuerpo.
Si de todos los seres como sabemos, es la forma que polariza y absorbe la esencial idad
y
la definici ón , no lo puede ser menos el alma que, además , en relación al mundu corpó
reo tiene UD
modo de ser que lo trascien de . En este--sentido el hombre es antes el alma que e1
cu;;rpo _ El
hombre no es un cadáver , tampoco el alma sola, pero todo lo que es el hombre , cuando
realmente
existe, lo es por el alma. E l alma ve ndrfo a ser corn o el nudo v co nc emrac iun de exp
li c .iciQnes .j~
todo lo que sucede en esa cri.atura smgulaLque es eLhum_füe.

fil El alma como substancia:


La experie ncia vivísima que San Agustín tuvo las realidades espiritua ks. le J 1~)
pauu
para convenc erse de que el alma era inmortal y subsi stente, por eso conside ra mas
rim1e lJ
referenc ia a ella como substancia. Debemo s recordar el texto que ya expusim os
en e l -:¡ue se
refi ere expresa mente al compue sto como substancia, 19 lo eLJ)orque---e l :i.lm :i dueñ.1
-de '3 .
substan cialidad se la compart e al cuerpo, mientras-éste es~-iúe ntc. y la conserv~1
en si mi sma
después de la muerte. 20

g
Posee al cuerpo y usa de él.
Quizá sea esta la expresió n más difícilmente inteligible y se debe a que, para el
modo
actual de pensar, aparece con una fuert e dosis de instrnment alidad y suena a c:rns:.1 exrrinse
ca En
S. Agustín es un modo de presencia u esp__Q,Dsabilidad c.umo ..:.entro de.- fluJ u
. .k tvJ..15 ~.1s
19
.- Cfr Nota (10)
20
.- CfL Sto. TOMAS , .s·. Th. l, q 76, a 1, ad 5um
7
operaciones vitales, como alcance hasta las condiciones espacio- temporales del cuerpo. Hay que
hablar de las dos modalidades del ser que abarca la naturaleza humana, y para ambas tendrá el
alma el papel unitivo y fundamental. Entre las cosas que S. Agustín expresamente quiere saber
del alma es cómo explicarse:
"Quid habeat propium quod alternat in utramque naturam." 21

Expresamente presenta su ingerencia en ambas dimensiones del ser, pero explica la


unidad jerárquicamente. Una realidad tal, que sostiene la dimensión de totalidad haciendo
continuar su presencia esencial en las condiciones de la materialidad a través del cuerpo, eso sería
el alma, fungiendo como alma para su cuerpo. Es así instrumento el cuerpo en cuanto medio para
hacer gresente dinámicamente al alma en el plano de la materialidad. El alma diseñada
propiamente para la interioridad puede extemarse gracias a su cuerpo:

"Tu quis es?' Et respondi: 'Horno' . Et ecce corpus et anima in me


mihi presto sunt, unum exterius et alterum interius. "22

Es así como exhibe el hombre el plano de su profundidad. Un solo ser en dos


dimensiones, pero en que todo se reduce a la unidad propia de la más noble.

ill El alma vivifica:


No creo necesario extender mucho el comentario . Tres preguntas: ¿Qué significa vivificar?,
¿echar a andar un autómata por arte de magia? ¿es ésta la interpretación que se le puede achacar a
un platónico que ha aceptado la realidad material? Por esto, creo que vivificar, sólo puede
entenderse compartiendo la propia substancia, aunque no se usen ni mis palabras, ni las
escolásticas posteriores al S. X.

fil
El alma en cierta manera fabrica el cuerpo:
El cuerpo viene a ser conducto de manifestación para el alma, y así, en su dinamismo , viene a
ser controlado por ella, dígase del crecimiento , de sus expresiones , del complejo que es la
personalidad, moldeado todo bajo el impulso fundamental que llamamos alma.

E} Por qué clase de pacto cuida de él :


Expresión figurativa de una especial profundidad oculta. Quiere decir: ¿de qué tamaño son las
relaciones del alma y el cuerpo, cuando es tan estrecho el cuidado que le brinda aquella a éste?
De otro modo, ¿cuál es el sentido profundo de esta unión que lucha por mantenerse permanente y
armónica? El suspenso de las preguntas nos sugiere una insinuación del carácter profundo de la
relación. Sin querer aventurar ninguna tontería, podemos tener certeza de que significa todo lo
contrario a una unión accidental, o fortuita, o violenta.
Estas reflexiones nos preparan a entender el capítulo siguiente.

21
"qué tenga como propio que alterna en una y otra naturaleza .. " S AGUSTlN , De Ord. n , S, 17
-
22
"¿Tú qui én eres? Y respondí : un hombre y he aquí que tengo en mí prestos U!1 cuerpo y un alma, el uno exterior
-
y el otro interior" . S. .AGUSTIN, Conj. X, 6, 9_
8

IV- LAS RELACIONES ALMA- CUERPO EN LOS CAPJTULOS XV Y XVI DEL "DE
/NMORTAL/1'AT E ANJMAE."
Estos capítulos de una obra ciertamente profunda y de dificil interpretación, proporcionan
un material céntrico e importante en cuanto al modo como S. Agustín entiende las relaciones
a lma y cuerpo. Puede apreciarse cómo sin utilizar la palabra fonna sino una vez, (palabra que usa
más bien para el mundo inanimado) ,entiende muchas características de su esencialidad.
Un parentesco con las eternas razones, descubre la dimensión trascendente del alma y la
sitúa en su modo propio de ser, que se tiene que unirse al lugar que ocupa el cuerpo, no lo hace
loca lme nte ( porque su ser es de tal manera que no está sujeto a las condiciones materiales), sino
¡2.[oporc iona al cuerpo un modo de estar él , una manera-i nsólita de unidad que se ha de explicar
más adelante 23 .
A lo largo de estos dos capítulos, por cinco veces encontramos la afirmación de que el
a lma · da la especie al cuerpo, una de la características de la forma substancial, tal como la
entiende la escolástica al adoptar el aristotelismo.

"Hoc autem ordine intelligitur a swnma essentia speciem corpori


pcr arümam tribui" 24

Es verdaderamente interesante la expresión latina, pues dificilmente se le ocurre a uno


que el " per" casi invierte los papeles de instrumentalidad haciendo del alma, el medio a través del
cual, el cuerpo llague a tener especie. ¿No es acaso esto uno de los efectos de la causalidad
formal ? Ade más :
" per arninam corpus subsistit. " 25

¿No es también éste otro efecto de la causalidad formal? Y con toda claridad el " per" de la
ex pres ió n se ñala la intención verdadera del a utor: es en el alma donde el cuerpo afianza su
suhsistencia
Y ya puede concate nar ambas ideas en una sola expresión:
"corp us per ill am subsistit dantem spec iem " 26

Mas trat ándose de un a lma, es su fruto, hasta por su significado mi smo, la vita li zación de
un c uerpo.

''Nec invenitur aliquid quod sit inter summam vita.in, quae sapie nti a
et veritas est incommutabili s, et id quod ulrimurn vivifí catur, id es t corp us,
ni si vivificans anima" 27

:•) - Cfr S AGUST íN, !)e fnm orr A 111111. XV, N.


:,1
este orden se enti end e que la Esencia Suprema da la espccié al cuerpo a tra vés del alma·· Ibid
- ··[ 11
2~
- "Por el alma subsiste el cuerpo" . [bid.
16
- ''El cuerpo por ella sub siste al darle la especie". !bici
27
.- '·No puede enco ntrase algo que esté entre la suma Vicia, qu e la sabiduría y verdad inco nmut ables, y aquel lo que
se vivifica al último, es decir, rl cuerpo si no es vivifi cado por el alma" !bici
9

Aún sin despreciar la vida animal o vegetal, el concepto de vida se remonta a la Suma, a
la absolutamente sobresaliente, y es la sabiduría y Verdad inconmutables. O sea, en esto consiste
el modo de vida más perfecto. Ser verdadero infinitamente y saberse infinitamente verdadero y
no ser otra cosa que conocimiento verdadero de su ser verdadero en un infinito de plenitud que
prescinde, de suyo, todo proceso; eso es ser por excelencia la Vida ¿Qué hacer para que un
cuerpo, sin dejar sus condiciones materiales, participe de la vida? No se puede incorporar la "vida
por sí misma", en cuanto quedaría ésta degradada , admitiendo limitación de un proceso para
llegar a ser "algo". Tampoco podemos otorgarle a su corporeidad la posibilidad de llegar a
viviente, pues no todos los cuerpos lo consiguen. Es así necesario para que un cuerpo se
vi vi fique, una consubstancialización con una realidad que participe de la vida y, tratándose del
hombre, un alma racional, que participe al cuerpo su condición esencial de viviente, y decimos
"participe" como forma de ser compartida. Sólo así podemos decir con verdad, que el alma
vivifica al cuerpo.
En las líneas siguientes, claramente se ve que, una vez que ha resultado la realidad
hombre, de tal manera está presente el alma en el cuerpo y le da subsistencia, que incluso hace
que sea cuerpo y tal como es, haciéndolo ~ su especie.

"Quod si tradit speciem amima corpori, ut sit corpus in quantum est,


non utique speciem tradendo adimit. " 28

No va, pues, a perder lo que da, sino que constituirá al otro en lo que aa___y que ya le
pertenece por entero, sjendo así su esencia.
Nos adentramos ahora en el capítulo XVI, donde, en cierto modo, se continúa la
argumentación. Debemos, sin embargo, interpretar sólo aquellas cosas que se relacionan con el
tema del presente trabajo.
Empieza por explicar que el alma no puede disminuir de categoría al dar la especie pues
debe hacer de cualquier cosa al darla, que se forme a su condición y rango y no al revés. De tal
manera es el orden de la cosa que, lo que da la especie asume en su mejor rango las inferiores
implicadas en este mejor modo de ser.
Principalmente porque no dan la especie para perderla .
"Et utique cwn tradunt, non adimunt" 29
Este tipo de explicación no encuentro cómo podría caber si no se considerase la uni ón
alma-cu_erpo como _substancial, aunque el que _Ia ¡ redique no la no~bre así. El cuerpo se ha1~a
nada, s1 no rec1b1ese por el alma la especie 3 . ¿No es acaso esta una profunda relac1on
ontológica?.
Uno de los temas favoritos de S. Agustín es el de "presencia", que no es só lo un
accidental ocupar lugar, sino una verdadera implicac ión que puede adquirir varios matices, desde
el influyente hasta la relación esencial , y en este cuadro, nos explica casi fí sicamente cómo
resultan las relaciones alma-cuerpo y el cómo de su presencia de aquélla en éste :

28
• '·Porque si al darl e el alma al cuerpo la especie, para que sea el cuerpo que es, ciertamente
no pierde la especie al
darla" Ibid .
29
• "Y ciertamente al entregarlas no las pierden". lbid .
.io - Thid
10
"Anima vero non modo universae moli corporis sui, sed etiam
uniquique particul ae illius simuÍ adest" 3 1

Desde luego no se trata del mismo modo de estar de los cuerpo s con distribu
ción de partes
en el espacio , sino de una manera especia l de estar, que provoc a una
unidad con un idéntic o
centro de conver gencia esencia l para todas las partes distribu jdas en el
espacio diferenci adas en
él. No es, pues, una presen cia mecáni ca, nj tampoc o solame nte dirigida, sino
una esencia l, con un
valor total en cada parte. Un ejempl o fisico permite entend er esto.

"Cum enim quid dolet in pede, advertit oculus, loquitur lingua,


admovetur manus. Quod non fieret, nisi id quod animae in eis partibus est, et
in pede sentiret; nec sen tire quod ibi factum est absens posset. .. quia passio
quae fit non per continuationem molis currit, ut caeteras animae partes quae
alibí sunt latere non sinant; set illud tota sentit anima quod in particula fit
pedís, et ibi tantum sentit ubi fit. Tota igitur singulis partibus simul adest,
quae tota simul sentit in singulis".32

Si el alma es el último sujeto de atribuc ión de la sensación es claro que su


modo de estar
no sea ni especia l ni corpóre a, aunque esto sea propied ad de su cuerpo ,
pues toda se conmu eve
con el " punto doloros o y no comun ica el dolor a las demás partes del organis
mo. Está, porque si
no, no sentiría , pero necesa riamen te está de otra manera , y tiene claram
ente que ver con el
estímu lo recibid o en alguna parte de su cuerpo , discem iéndolo en
el punto afectad o, sin
difumi narlo por toda la continu idad material de la cantida d.
Yo me pregun to en este punto ¿cómo podría sucede r esto en una presenc ia
no s ubstanc iaJ?
Creo que esta obra y en especia l estos dos capítul os ejempl ifican claram
ente como debe
entend erse la relació n alma y cuerpo en el sistema de S. Agustín .
Tambi én creo, que si no en manera absolut a, confirm a este comentario lo
que nos habrí a
propue sto Gon zález Ál varez al decir que en el sistema de S. Agustín la doctrin
a de las relacio nes
alm a- c uerpo, era suscep tible de entend erse como uni ón substancial según
la fó rmul a materi a y
fo rm a del hjJ emorfi smo.

11
- " E l a lm a no está presente a su cuerpo al modo
de todas las mo les . si no al mi s mo ti empo en ..:acta una de las
f artícu las de aqu él" S AGlJST fN, Ob . C it , XV l, 25 .
2
- ·'C omo cuando algo d uel e en el pi e, lo loca liza
el ojo, lo exp resa la le ng ua, y lo qui ta la mano , v que no
sucederí a, si no estuviera el alm a e n todas esas partes, y lo sint iese e n
el pi e, y no podría se nt irlo si estu vi era ausente
de alli . , porque el pad ecimien to que sucede no se des li za por la co
ntinu idad de la mo le co mo las dem ás partes
animad as po r el alma que están situadas a un lado , no lo pem1 ite n; mas
aque ll o que est á en la partecilla del pie lo
s ie nte !Oda el alma e n aqu e l lugar do nd e sucede; por tant o, está toda
en tera al mi smo tiem po en todas partes, la que
toda sie nt e al rrn smo tie mp o en cada parte» lbi cl ,, Cfr !;.Q 166, 11 . 4
11

V- UNA CONFIRMACIÓN EN ALGUNOS PATRÓLOGOS.


Merece , no solamente atención, sino un puesto de honor en este breve y esforzado intento
para presentar un tema sobre la obra del obispo de Hipona, la opinión del Rev. Agostin
o Trape
O. S.A., conocido patrólogo especialista en S. Agustín y actual rector de Instituto
Patrístico
Agustiniano de Roma. La dedicación de su vida, las observaciones atinadas y una
manera de
exposic ión en que ha asimilado la atmósfera en la cual se desarrolla el drama y la sublima
ción
agustiniana, confieren peso a sus declaraciones. Siguiendo la huella del maestro dice:

"El segundo epicentro del pensami ento agustinia no es el hombre.


Agustín explora con verdader a pasión su misterio, su naturalez a, su
espiritua lidad y su libertad." 33

La atención al hombre es fundamental en el sistema agustiniano, pues es la realidad


más
inmedia ta a sí mismo. Además lo empujaba, al haberse visto comprometido hasta el
fondo más
profund o de su ser, el descubrir sus propios valores y encontrar en camino seguro
hacia la
felicidad . Debería descifrar el verdadero sentido de su destino al que se llega a través
de un
drama de fuertes contrastes y honda repercusión.

" un abismo por la multiplicidad de sentimie ntos encontra dos y las


riquezas inagotab les de la memoria, un gran problem a por el enigma del
dolor y de la muerte." 34

Palpa un a fuerza casi in fi nita queJ! uye de su_interi or, y_Ja siente mezclad a a su honda
miseri a ... 1y esto en sí mis mo! Este hombre , entre los paladeos de la nostalgia de lo
altD y el
abatimi ento del derrum be, tiene que encontrar su destino. Este hombre , es el que descubr
e el
hombre Agustín en sí mismo, y lo regala al hombre de todos los tiempos .

Pero entremo s al tema con Trapé :

·'Un aspecto particula r de este misterio es la naturalez a del


compues to humano, que nos resultaría impensa ble si no fuésemo s nosotros
mismos los que estemos compues tos de dos elemento s tan dispares como el
cuerpo y el espiritu (Ep . 137, 3, 11) ." 35

Es en nuestro ser donde experimentamos , más bien, convivimos con esa doble face ta
de
nuestro ser, " impensa ble" porque es como si dos mundos di stantes llegaran a pc-rtcncc
c-rse
mutuam ente .
Despué s de deslumb rarse con el fulgor de la trascendencia y de perci bir el va lor de
lo
inteligible, este escollo no lo llegó a resolver Platón, que de alguna manera, se ve
impelido a
33
- T ARAPE, A, San Agustin. _en patrología T IU, Vi,2, J, b El hombre
34
- fbid
_1s - Ibid .
12
borrar de la realidad a la materia. S. Agustín acept
a del platonismo la trasce nden cia y
supt:..ri oridad J 0-lo espiritual sobre el mund o mate rial ,
más concede pleno derecho a lo materi al de
oG-upa, su lugar en la rca.lida<l, y al cuerpo huma no, el
pertenecerle al alma en la reafídad hombre.

"Acerca de la unión de estos dos elementos, contrariam


ente a cuanto
a veces se esc1ibe, Agustín superó notablemente,
como ya quedó dicho
(C fµ 445 s), el espuitualismo de cuño helénico,
aunque ocasionalmente,
sobre todo en la predicación siguió adoptando su legua
je. La cárcel del alma
no es el cuerpo, sino el cuerpo corruptible (de Civ. Dei
36 13,16; In ps. 141, 18-
19)."

Asi es que la terrible trage dia del hombre no es que


tenga cuerp o, sino que lo tenga que
perder, que.nada tenga ese cuerpo para asegurar su integ
ridad. Aparece pues como cárcel, pues
aprisi'ona al hombre con el enigma sin solución de la
muerte, a la que se siente irremisiblemente
condenado, contraria a su impulso natural y a su sed de
infinito

"El alma, creada para informar al cuerpo, a éste, por


su esencia se
ordena, y no puede ser sinª dichosa (De Gen. Litt.
7,28,3 8; 12,3 5,68) , lo
cual no impide que Agustín insista en la espiritualid
ad personal del alma,
demostrando la primera con el conocimiento intuit
ivo que tiene de sí -
cuando la mente se conoce a sí misma, conoce su substa
ncia (de Trin. 1O, 1O,
13-16)- y la segunda, con la presencia en ella de las
verdades inmortales
(Solil 2, 13,24). ¿ Y si el alma parece? Parece también la
verdad"37

Así que la felicidad no se ha.._presc rito para sólo


el alma , sino para la total criatura
singu lar que es el hombre; porque ambo s, cuerpo y alma
, se han hecho para ser uno. Mas, sobre
la fragilLdad de ese cuerp o que caduca y fenece , sobre
sale señera el alma inmortal en la calidad
de su se r por s.us cara cterí stjcas espiri tuales-;--y todo
lo que cabe en esta desprogorción es el
hombre. Por esto , a pesar de que simpatiza con la filoso
fia de los antiguos y principalmente la
platónica,
"Combatió y rechazó sus grandes errores" (retrac t,
i, 1,4) como la
existencia de divinidades menores (De Civ Dei 12,
24 -26), la neces idad y
eternjdad de la creación (!bid., 11, 4-6 ; 12, 15-20 ; C.
Prisc. Et Orig. 2,8,9),
la preexistencia y el pecado de las almas (De Gen .
Ad Litt. 10, 15 ,27 ; Ep .
164, 7,20 ; 166,9,2 7), la teoría cíclica de la hi storia
, la metempsicosis (De
Civ. Dei 10,30; 12, 26) y la concepción de la unión
innatural, y, por tanto
violenta, del alma y del cuerpo (De trinit, 5,7, 11 , de
Gen. Litt. 7,27 ,38); aún
más, en algunos pw1tos adopta una posición de insóli
ta severidad, como
tachar de insensatez excluir el cuerpo de la naturaleza
del hombre (De an. Et
eius Orig 4,2,3), o delirios de grandes doctores
: Magn a magnomm
delirarnenta doctorum" (Senn . 241,6), la doctrurn de
la reencarnación.38

El haber añadido esta larga serie de ideas recha


zadas explícitamente, conobora la
percepción agustiniana del hombre, del misterioso
entrelace de alma y cuerp o, co mo de una
uni ón substancial , en que ninguno de sus elementos
pued e ser múltiple, ni temp ora lmente

ir, - !bid
37
- !bid .
1X
- TRAP E, Ob Cit. VI, IV, 2, 1.
13
precedente, ni moneda de paso, mucho menos estorbo del otro, aunque sea de categoría más
humilde como el cuerpo. Es la forma negativa de expresar la substancialidad única, pues ¿tendría
sentido oponerse a cualquiera de aquellas teorías si no se aceptase como real y completa la
unidad de ser en el hombre?
Así encontramos, en la obra de S. Agustín, las exposiciones llanas, pero también las otras,
con el platonismo de base, sensible a los volares trascendentes, vividas dramáticamente por él y
después vaciadas en esas fórmulas que impactan y que parecen exageraciones. Mas son una de
las medidas de la magnitud y el misterio de cuanto nos rodea, de la grandeza del don que hemos
recibido y el eco de todos los ecos que tienen su principio en el Verbo de Dios.
S. Agustín no sólo dice las cosas y las organiza: las contempla, se extasía en ellas y trata
de vaciarlas, en lo posible, de modo que sean representación en su excelsitud intrínseca, usando
fórmulas que van más allá de la simple repetición y explicitación.
¿Exageraciones? ¿No es más exageración el misterio del ser y la unidad hombre, que le da
cabida a éste, en la vibración de su propias potencialidades?
Quien tiene esto en cuenta, ha dado el primer paso para entender el matiz de verdad
encerrado en el testimonio del obispo de Hipona.

VI- VARIACIONES SOBRE EL TEMA.


Tema candente es éste e imposible de perder actualidad mientras exista un hombre que
pise nuestro planeta. ¿No es acaso el conocimiento propio donde se discierne el presente y
afianzará su futuro ? Además sujeto es de capital importancia por las consecuencias que pueden
traer las exageraciones en cualquier sentido. Tal resultará el mundo cuanto el hombre se conozca
a sí mismo Un espiritualismo exorbitado condenará al hombre a la frustración o a la ilusión
infructuosa; un materialismo expondrá al hombre al vandalismo, J a desrrucció n::rnutua y a_!_a
insatisfacc ión más funesta , pues también esto impJj ca la traición a.su vocación trascendente.
Tal como el hombre se reconozca a sí mismo, así construirá su mundo ~ también es bueno
señalar que es más específicamente humana su dimensión trascendente.
Que nos ayuden a valorarlo las siguientes reflexiones de Sto. Tomás:

" Finis autem proximus huma.ni corporis est anima rationalis et


operatione s ipsius : materia enim est propter fo rmam, et instrumenta propter
actiones agentis. Di co ergo quod Deus i.nstituit corpus hwnanum in optima
despositio ne secundum convenien tiam ad talem fonnarn et ad talem
·
operat10nem. ,,39

El diseño del hombre implica una orientación a su fin, desde la base, un fin intrínseco que
nos anticipa la atracción y la dimensión del extrínseco "Fin de fines ". Pero esto sólo puede
entende rse desde el punto de vista de la trascendencia.

39
- ''El fin próximo del cuerpo humano es el alma racional y sus operac iones,
puesto qu e la materia es por la for ma.
y los instrume nt os a fa vor de las acc iones del agent e Digo, por ta nt o, que Di os co nstitu yo t~I cuerpo
humano en la
n,
mejor dispos ición, según le co nve nia a tal fo rma y a tal operación" Sto T01'. 1:\ S, S. 1, q l) 1, a 3, e
14
"Necess e est dicere id quod est principium intellectuali s operatio nis,
quod dicimus animam homini s, esse quodda m princip iwn incorpo reum
et
subsistens." 40

No creo que esté en duda la import ancia y la polariz ación del alma en todo
el compu esto
humano. Mas toda ella está volcada hacia la verdad y en ella realiza su felicida
d.
Es aquí donde se hace impres cindibl e la labor del filósofo que tratará de señalar
el carru no
al reconocimiento, hasta el umbral del misteri o que persiste aún en el hombre
, criatura formad a a
imagen y semeja nza de Dios, en lo que consist e su verdad ero ser, su gloria,
y su proyec ción hacia
lo eterno. Esto nos recuerdan los Santos padres y los doctore s, que se nos
han adelant ado en la
búsque da.
Pienso que el verdad ero filósofo es aquél que sabe recono cer las briznas
de verdad donde
quiera que ésta se encuen tra. Lo han hecho los grande s como Sto. Tomás
y otros, que no han
desprec iado las aportac iones de los que les precedieron. Insisto nuevam
ente; el verdad ero
filósofo es más redento r que verdugo. Una gran humild ad y compre
nsión sobre la ya tan
maltrat ada human idad, proyectará un valor más justo a las aprecia ciones sobre
el tema, tal como
la han hecho Sto . Tomás y S. Agustín.
Siguien do el consejo del santo:

"Pero lo que reiteradamente os suplico es que reflexionéis,


examin eis y seais sinceros y que busquei s la verdad, no con la torcida
intención de combatirla, sino con la buena intención de descubr irla." 41

Hemo s sacado la conclusión sobre su pensamiento e intenciones acerca


de la materi a
tratada . Un resume n de la misma puede establecerse en los siguientes término
s:

" El hombre es un ser único que incluye en sí mismo condici ones de


materialidad y espiritualidad. Sin desprec iar el papel úni co e insustitu ible
del
cuerpo, el Santo lo piensa todo volcand o hacia Cllmplir las condi ciones
del
alma que se convierte en su realizac ión plena. Este sometimiento jerárqui
co
asegura la unjdad más que la disminu ye. Alma conesponde, como principi
o
de animac ión, cualquier ingerenci a en el mundo de la materia "

¿Di fi cultades en la comprehenció n? ... , muchas , que van desde el carácte


r materi al, (_p ues
co nocemo s de sobra la actitud del Santo con respecto a la formulación y la
termin ología :
"Bene facis, et 11011 solum approbo ,, verum etiarn moneo_ ut
semper rerum curam mag.is quarn verboru m te hebere delecte t." 42
"Tamet si minus nobis de vocabul is laboran dwn est "/_1

40
- "Es necesario decir que aquello que en el principio
de la operación intelectu al a la que nombram os alma del
hombre, es algún principio incorpóreo y subsistente" . Sto. TOMAS, S. Th. I,
41 q 75, a 2, c.
- S AGUST fN, De Cath. Eccl. II, III, 327,
42 5.
- ·'Haces bi en, y no solo lo apruebo , más aún amonest
o a que te deleite más tener cu idado de las rea lidades que de
las palabras " S AGU STTN , De quant. Animae VI, 11.
43
- " Aun qu e tenga mos que preocup arnos menos acerca
de las pa labras" S AGUST íN, Ob Cit XI. 18
15

Así mismo, la condición ardua de los problemas y, por último los vuelos y la profundidad de una
mente privilegiada.
Reconozco los limites del presente trabajo, que son muchos y que, además, podría señalar
muchas pistas para futura elaboración; vgr: el alma como principio y factor de unificación, el
cuerpo como cierta prolongación del valor del alma hacia el mundo de la materia; el
perfeccionamiento y felicidad del hombre incluyendo a su cuerpo; En fin , una antropologia
básica, quizá pudiera incluir una que otra idea genial del obispo de Hipona.
Caminando en pos del maestro de Occidente, espero haber hecho un homenaj e de
reconocimiento y congratulación a esta criatura tan singular y de la que tenemos experiencia tan
cercana, aún cundo no haya dejado de esconder sus misterios. Como hecho es innegable, pero
explicarla ... A pesar de lo que se ha dicho sobre ella, no ha dejado de padecer dudas y angustia
cuando se enfrenta a si misma, y no pocas veces padece terror al verse deleznable ; pero hay en
dla un gran tesoro escondido que es un recurso hacia la inmortalidad. ¿Quién podrá entenderlo
plenamente?

"Quia et iste alius modus, quo corporibus adherent spmtus; et


animalia fiunt omnino mirus est, nec comprehendi ab homine potest, et hoc
ipse horno est. " 44

Tal es el ser del hombre, que se admira de su propia grandeza, tal su grandeza que se hace
admirable para su penetrante modo de ser.
Una mirada al Universo nos coloca en la zona de lo indescriptible, una mirada al hombre
nos coloca al borde de lo desbordante y abismal ; después todos los esfuerzos nos colocarán
siempre en condición de exclamar :
"Grande profundum est ipse homo."45

4
J - '·Porque este otro modo, como los espíritu s se adhieren a los cuerpos y llegen a hacerse animales, es
totalmente
admira ble, y no puede ser comprendido por el hombre, y éste es el mi smo hombre" S AGUST IN. ne· C1v. Dei XX I.
10, 1
4\ .
- "El l1orn bre mi smo ts un gran abismo" . S. AGUSTI N, ('011/l!s. IV, 14, 22

También podría gustarte