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Facultad de Derecho
Lima, 2008.
A mis papás, por confiar siempre en mí.
II
“Y ya se verá en un futuro, cuando las olas de la tempestad hayan
más importantes de lo que en realidad somos, diciendo que con unos códigos
del terrorismo”.
III
Agradecimientos
Al Estudio Roger Yon & Abogados, espacio de aprendizaje, crítica y debate, en el cual la
estudio y ejercicio del Derecho penal. En especial, al Dr. Roger Yon Ruesta, cuidadoso y
exigente asesor de este trabajo, quien ha marcado una huella fundamental en mi carrera
A los profesores Percy García Cavero, Iván Meini Méndez y Miguel Giusti, por su
IV
A todos aquellos amigos que siempre me ofrecieron su apoyo y confianza en esta
A todos aquellos que de algún modo colaboraron con la realización del presente trabajo.
Dr.
Asesores
Amigos y Estudio
V
Índice
Portada I
Dedicatoria II
Epígrafe III
Agradecimientos IV
Índice VI
Introducción XII
TOMO I
Capítulo I
VI
1.4. Elección 35
Capítulo II
de la pena? 72
VII
2.2.5.1. La sanción penal en la Ilustración 144
Capítulo III
Capítulo IV
VIII
TOMO II
Capítulo V
Capítulo VI
IX
Capítulo VII
La Democracia constitucional.
de la reacción punitiva
Capítulo VIII
Plan de acción
X
Conclusiones 472
Bibliografía 484
XI
INTRODUCCIÓN
Con fecha 20 de julio de 2008, fue publicado en la sección de Normas Legales del
entre otros aspectos, establece la posibilidad de que las Fuerzas Armadas, por
en el establecimiento del orden interno y realicen acciones de carácter letal (es decir, de
exterminio) contra aquellos que participan en protestas sociales (contra el grupo que
ostenta el poder político o contra el propio sistema político), las cuales podrían originar
Se trata de una norma que, unida al artículo 283 del Código penal peruano -que entre
otras conductas sanciona la del que, sin crear una situación de peligro común, estorba el
ciudadanos. Así, el legislador considera que se trata de un grupo que no brinda al resto
XII
teniendo el Estado el “deber” de mantener la vigencia del ordenamiento jurídico y sus
lucha en su contra, desplegando la fuerza militar como demostración del máximo poder
punitivo.
Es el Derecho penal del enemigo que presenta Günther Jakobs en un caso concreto de la
realidad peruana.
propuesta del Derecho penal del enemigo como estrategia de reacción contra lo que algunos
que esta tesis asume como esencial. Como es evidente, al finalizar la tesis, se abordará la
normativa descrita en los párrafos anteriores con el objeto de aplicar el plan alternativo y
cuestionamiento teórico (el cual ciertamente genera ya una herramienta valiosa para la
propuesta que conlleve consecuencias de orden práctico, como se evidencia sobre todo
La propuesta del Derecho penal del enemigo constituye una tendencia doctrinal del Derecho
XIII
que tiene su base sociológica en la teoría de sistemas de Niklas Luhmann. Se sustenta
comisión de delitos o que reúnen elementos u ostentan una personalidad que permitiría
considerarlos peligrosos para el mantenimiento de la vigencia del orden social (es decir,
dicho en otras palabras, que se han apartado de modo al menos duradero del Derecho).
A partir de ello, Günther Jakobs cree en la necesidad de distinguir el Derecho penal del
ciudadano, que es el Derecho de las personas en el que la sanción penal cumple la función
comunicativa de mantener la vigencia de la norma, del Derecho penal del enemigo, que es el
Derecho de todos los ciudadanos que forman filas en contra del enemigo, y en el que la
pena cumple una función asegurativa, combatiendo peligros como en una guerra y
propuesta del Derecho penal del enemigo no es la mera descripción de una realidad
misma. En esa medida, la propuesta del Derecho penal del enemigo constituye la legitimación
orden axiológico y valorativo, que tiene como objeto –utilizando el supuesto sustento de
XIV
La afirmación del párrafo anterior se sustenta en distintos motivos: la teoría de Günther
Jakobs no se basa en meros tipos ideales; se trata de una teoría construida en base a
valoración; no resulta posible para el penalista limitarse a efectuar una mera descripción
de una tendencia que socava los fundamentos del ordenamiento penal democrático; la
“deber ser” del Derecho penal del enemigo y sostiene que no existe otra alternativa frente al
La tesis a la que se pretende llegar es que la teoría del Derecho penal del
intra sistémico cuanto desde un análisis que atienda a variables extra sistémicas.
Esta tesis puede subdividirse en dos grandes apartados: uno, de análisis intra sistémico
jurídico (en el que se presentan otras tres hipótesis principales). La demostración de las
Para el exclusivo fin de detallar las limitaciones, resulta determinante establecer como
En primer lugar, como un sistema cerrado y autorreferencial, sin ninguna influencia del
sistema político. En segundo lugar, como un ordenamiento en cuyo sustrato existe una
función de orden político, un motivo ‘por el que’ y ‘para el que’ existe el Derecho.
Así, las limitaciones de orden intra sistémico únicamente podrán ser abordadas y
discutidas desde la primera perspectiva. Por el contrario, una limitación que atienda a
XV
variables extra sistémicas sólo podrá ser desarrollada desde la segunda forma de
comprensión del Derecho. Por ello, resulta necesario que el análisis crítico de las
sistema jurídico es el asumido para elaborar la crítica. Como es evidente, para luego
formular las bases de una propuesta alternativa al Derecho penal del enemigo, será vital optar
postulará como primera hipótesis principal que la teoría del Derecho penal del
Luhmann. Ello en virtud a que esta última teoría postula un sistema jurídico cerrado,
generada jurídicamente (como es la propuesta del Derecho penal del enemigo), sea parte del
mismo.
principales. Para realizar este análisis, se atenderá a que el Derecho penal del enemigo
constituye una doctrina de orden valorativo que –aparentemente- podría ser defendida a
constitucional.
XVI
ii) En el marco de las teorías contractualistas de la conformación del Estado, se
iii) Desde una perspectiva policial del Derecho penal, se señala que se trata del
Frente a ello, en concreto, las tres hipótesis a desarrollar son las siguientes:
con vocación de permanencia. Así, el Derecho penal del enemigo soslaya algo que es
real: no sólo tipifica un problema social como delito, sino que genera una
legitimación del combate contra los efectos del problema social, el cual no
permanente. Al ocurrir este fenómeno, la doctrina del Derecho penal del enemigo no
clases de individuos.
XVII
- El Derecho penal del enemigo configura un modelo de Derecho penal de autor, que
figura constitucional del Estado de excepción tiene –no sólo como límite- sino
Estado (en específico, las teorías del Estado de Kant y Hobbes). Dicha
- La propuesta del Derecho penal del enemigo no entiende el contexto en el que surgen
las teorías contractualistas. Así, los supuestos ‘enemigos’ de Hobbes y Kant que
- La propuesta del Derecho penal del enemigo obvia la distinción esencial de las teorías
XVIII
constitución civil: esto es, reconocer en el enemigo una autoridad de lucha (el
la legitimidad del poder público, ya que -al excluir al enemigo de los derechos de
la persona, reduce al ser humano a una cosa. El Derecho penal del enemigo
- La aplicación del Derecho penal del enemigo genera la destrucción del Derecho del
la naturaleza del ser humano. Al respecto, debe entenderse que en una sociedad
del Estado, en las que Jakobs pretende sustentar su teoría. En dicha sociedad, el
XIX
-y sus ciudadanos- se debilitan aún más. Y justamente lo que hace el Derecho penal
del enemigo es mermar la libertad del ser humano, sustento de una sociedad regida
3. Una estrategia de lucha como la propuesta por el Derecho penal del enemigo
construir una sociedad ‘de’ y ‘para’ todos. Desde la perspectiva extra sistémica,
- La propuesta del Derecho penal del enemigo no establece límites para su aplicación.
definiría: acaso el legislador que es un ente político con enemigos naturales (sus
penal del enemigo con los postulados del politólogo alemán Carl Schmitt.
pretende hacer aparecer el Derecho penal del enemigo como algo necesario y
XX
creación de una artificiosa corriente de opinión, para así encubrir dos
para abordar las necesidades sociales; y ii) las diferencias sociales que acechan a
propuesta del Derecho penal del enemigo soslaya la atención estatal de los reales
asume, por el contrario, la idea de que se limita la general libertad de todos los
libertad.
- La propuesta del Derecho penal del enemigo no es eficaz, es peligrosa. Ello en virtud
de que tiene como objeto luchar contra los efectos del fenómeno (la
normas, informalidad) que es tarea del Estado atender. Ello genera que el
XXI
efectivamente protegidos. Es más, resulta que el problema social (que es causa
resueltos por el Derecho penal del enemigo (en el mejor de los casos, apacigua
algunos focos de peligro relacionados al segundo problema); sino que éste les
enemigo por el mismo hecho de que la propuesta del Derecho penal del enemigo lo
considera parte del estado de naturaleza y no del contrato social y, por ende, no
está sujeto a los deberes de éste último. Por otro lado, la restricción generalizada
que lo hace el propio Estado con legitimidad democrática (al menos formal,
arbitrarias.
desde una perspectiva pragmática, operativa o utilitaria (ya que sus perjuicios son
mayores que los beneficios que pretende), cuanto desde una perspectiva de legitimidad.
XXII
establecimiento y/o reforzamiento de dos instituciones fundamentales: Derecho
El plan de acción tiene como objeto evaluar, a través de un test de aplicabilidad y un test
cotidiana y que pone en riesgo la libertad de los seres humanos que forman parte del
Estado, por lo que el análisis de los lineamientos a ser planteados confluirá en una
todo problema social. Por ello, debe efectuarse un test de aplicabilidad del
jurídico.
XXIII
sometido a la justicia penal o –al menos- distinta a la protección de un bien
2. Luego de haber discriminado en qué casos puede ser aplicable el Derecho penal,
el segundo punto básico del plan de acción será determinar para qué sirve
solución final.
actuar.
Derecho penal del enemigo, ya que –si existe el Derecho penal del enemigo- éste se
XXIV
acción (y tampoco perspectivas o bases sólidas para establecerlos en algún
4. Defender la opción por el Derecho penal del ciudadano implica avalar un “Estado
que crea en el ciudadano”. Por ello, esta tesis propone entender el Derecho
también los problemas anteriores (las causas de dicha violencia). Así, Derecho
contexto normativo rija por sí mismo (es decir, que el Derecho sea Real)
como la que propone el Derecho penal del enemigo. Es claro entonces que, en la
Criminal”, que más adelante se aborda, la presente tesis acoge la premisa de que
XXV
social de prevención y, por otro lado, una estrategia jurídica de reacción, la cual
Se deber ser consciente de que tampoco puede estarse únicamente a los efectos
a largo plazo de la política social, por lo que el Derecho penal debe asumir de
los mayores focos de peligro, pero desde una perspectiva ex post, es decir,
luego de que exista una sentencia condenatoria que haya tenido como base
XXVI
una norma constitucional, con la limitación de un numerus clausus- se
establecería quiénes son los sujetos que, una vez recibida la condena,
XXVII
realista- requiere una reforma sustancial en la institución policial, que
Sin duda que la ambiciosa meta de la superación del problema social no puede ser
abarcada totalmente por el Derecho, menos aún por la materia penal. Por ello, un plan
aspectos el Derecho penal debe incidir o cómo puede éste colaborar con el
Así, el programa que se presentará considera dos funciones del Derecho penal en la
partir de ello, la legitimidad de las normas jurídico penales debe determinarse por su
entonces del legislador penal racional la elaboración de las normas bajo dichos
nuestro ordenamiento jurídico para reducir los márgenes de violencia en el orden social,
Debe tenerse siempre presente que, según Günther Jakobs, para mantener la vigencia de
la norma se requiere que exista una suficiente seguridad cognitiva, es decir que las
personas de una sociedad puedan convivir en un medio en el que conocen que la norma
no será contradicha con demasiada intensidad. Por ello, exige que para considerar a una
XXVIII
persona como tal y otorgarle el gozo pleno de los derechos fundamentales, ésta debe
expectativa de que no se apartará de modo -al menos permanente- del Derecho. Según
la presente tesis, para mantener la vigencia de la norma se requiere, por un lado, reducir
los niveles de violencia existentes en la sociedad a través de mecanismos idóneos para tal
violencia), y, por otro lado, que todos los miembros de la sociedad (incluidos los
El primer capítulo de la tesis tiene como objeto desarrollar las dos perspectivas desde las
luhmanniana del sistema jurídico como sistema cerrado y las posturas a favor de un
se postulará que, si bien una teoría con sustento en la primera perspectiva debe ser
analizada desde dicho enfoque, también es cierto que cuando una teoría pretende ser
sustentada en elementos extra jurídicos o surte efectos más allá del sistema jurídico,
El segundo capítulo de la tesis tiene como finalidad dar a conocer la materia que será
objeto de análisis: el Derecho penal del enemigo. El desarrollo profundo de los postulados
centrales de la teoría presentada por Günther Jakobs deberá ser antecedido por el
XXIX
la del Derecho penal del enemigo- ocupa un papel central), así como por una especial
mención a los postulados generales del Paradigma Expansionista del Derecho penal.
de la que parte la exposición del Derecho penal del enemigo que es objeto de análisis en la
analizarán los elementos políticos intrínsecos a la teoría del Derecho penal del enemigo. A
permanencia de un modus operandi estatal, que evoque como principio fundamental del
además la idea de que el Derecho penal del enemigo constituye una postura valorativa y
legitimadora de una legislación existente, que mantiene una peligrosa identidad con los
prohibición de que el Derecho trate como “cosas” a las personas, y su vocación por la
paz perpetua como principio fundamental para la convivencia de los seres humanos; y la
XXX
propuesta sobre la legitimidad del soberano expuesta por Thomas Hobbes en su obra
tesis, que sostiene que la teoría del Derecho penal del enemigo resulta inconsecuente con la
Günther Jakobs para delimitar quién es el enemigo y legitimar la actuación que el Estado
pragmático del Derecho penal del enemigo. A partir de ello, se procede a sustentar la
Derecho penal del enemigo no es un Derecho contra el enemigo, menos aún del ciudadano
contra los peligros, sino un real Derecho contra el ciudadano y su marco de libertades
expresado en la teoría del Derecho penal del enemigo –expuestas y demostradas en los
orden de Derecho penal mínimo, y que se enmarca en lo que el profesor italiano Luigi
bases fundamentales que deben asumirse para trazar una propuesta de acción frente a la
conglobe el pretendido derecho a la seguridad) acorde con dicho paradigma y que debe
XXXI
comprender la función del sistema penal como conjunto de mecanismos de protección
la consecuencia principal de esta tesis: la opción por un modelo del Derecho penal del
ciudadano. Asimismo, se traza una propuesta inicial de acción, la cual expone algunos
a los focos de peligrosidad que Günther Jakobs denomina “enemigos”. El desarrollo del
plan de acción se efectúa en tres partes. En la primera, se exponen algunas premisas que
segunda, se abordan los tres postulados centrales del plan y se detalla la necesidad de
última parte, se aplican los postulados del plan de acción a un caso concreto: el artículo
283 del Código penal peruano, que criminaliza la conducta de aquellos manifestantes
reglamenta la Ley Nº 29166 que establece las “Reglas de Empleo de la Fuerza por parte
de que el debate sobre el Derecho penal del enemigo se encuentra saturado, o en todo caso,
consideramos que dicha saturación es más bien obstrucción e imprecisión, por lo que
resulta urgente una toma de posición y propuesta al respecto. Se considera que no existe
peor crimen dogmático que huir del problema, más aún cuando estamos frente a un
tema no resuelto y que se manifiesta en graves peligros para nuestra sociedad. Tampoco
XXXII
resulta posible satisfacerse con la idea de que la falta de claridad en el expositor es la que
provoca la falta de claridad en los adversarios, sino que justamente debe buscarse las
incoherencias de la teoría del Derecho penal del enemigo y contar con un panorama claro y
permitan plantear directrices que, a su vez, den pie a reformas legislativas de cara a una
mejor labor preventiva del Derecho penal. Aunque resulte obvio, debe advertirse que el
presente trabajo constituye una tesis de Derecho penal para optar el título de abogado y
no una tesis de Filosofía o de Ciencia Política; sin embargo, como también es evidente, y
como uno abierto a consideraciones de orden filosófico, político, social, etc.; por lo que,
al enfrentarse al problema de lo que debe ser el Derecho penal, habrá que situarse
XXXIII
Capítulo I
A diferencia de lo mayormente postulado por la doctrina crítica del Derecho penal del
enemigo, la presente tesis tiene como objeto efectuar una valoración global de dicha
teoría, con el objeto de evaluar dos aspectos fundamentales. Por un lado, si –desde un
punto de vista intra sistémico- la teoría resulta coherente o no, es decir si desde el punto
seguridad del ciudadano frente al enemigo). Por otro lado, si las pretendidas bases
Para lograr el doble objetivo, que descarte una evaluación meramente ideológica o
emocional de la doctrina del Derecho penal del enemigo, resulta necesario abordar
1 Se pretende un alejamiento de aquellos autores a los que, según el profesor Gracia Martín, “(…) la
expresión ‘Derecho penal del enemigo’ suscita ya en cuanto se pronuncia determinados prejuicios y
precauciones motivados por la indudable carga ideológica y emocional del término ‘enemigo’”. En:
GRACIA MARTÍN, Luís. La modernización del Derecho penal y el Derecho penal del enemigo. Lima:
IDEMSA, 2007, p. 196.
prueba de las respectivas hipótesis. A partir de ello, la valoración que se realice de la
Al respecto, existen dos formas distintas de pensar 2 . Una, que entiende al Derecho
como un sistema cerrado y autorreferencial, sin ninguna influencia (más que la mera
irritación, denominada acoplamiento estructural) del sistema político. Otra, que entiende
que en la base, en el sustrato del Derecho, existe una función de orden político, un
motivo ‘por el que’ y ‘para el que’ existe el Derecho. Para que la lectura de la presente
tesis sea la adecuada, deberá tenerse presente la opción en base a la cual sean planteados
2 Cabe resaltar que hoy en día las concepciones funcionales del Derecho y su entendimiento como
“sistema” son reflejo de la influencia que ejercen las ciencias sociales (en especial, las teorías discursivas, es
decir, aquellas que consideran una norma como válida si su fundamentación puede convencer a cada uno
de los partícipes de la misma, y las teorías sistémicas) en la materia penal. Al respecto, una explicación
detallada la presenta el profesor Portilla Contreras en: PORTILLA CONTRERAS, Guillermo. La
influencia de las ciencias sociales en el Derecho penal: la defensa del modelo ideológico neoliberal en las
teorías funcionalistas y en el discurso ético de Habermas sobre selección de los intereses penales. En:
ARROYO ZAPATERO, Luis, NEUMANN, Ulfrid y Adán NIETO MARTÍN (coordinadores). Crítica y
justificación del Derecho penal en el cambio de siglo. El análisis crítico de la Escuela de Frankfurt. La
Mancha-Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla, 2003, p. 99 y ss.
3 GÓMEZ-JARA DÍEZ, Carlos. Culpabilidad y derecho penal en una teoría constructivista del Derecho
2
La teoría de sistemas parte de la idea de complejidad (entendida como todos los
subsistemas que son distinguidos por el código binario con el que ordenan sus
la doble contingencia (no sólo se espera conducta de uno mismo o del otro, sino
que también se espera que cada parte maneje el mismo criterio rector de las
justicia pues “(…) para Luhmann algo así como justicia no existe 4 ”. Según el
4 KAUFMANN, Arthur. Filosofía del derecho. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 1999, p.
471.
5 Ibid., p. 478.
3
a. La teoría de sistemas postula que todos los fenómenos sociales se
reducen a la comunicación.-
sistema que engloba todas las comunicaciones, “(…) aquel que se reproduce
estructural entre sistemas psíquicos y sociales. Ellas hacen posible que los
6 FEIJÓO SÁNCHEZ, Bernardo. La normativización del Derecho penal. ¿Hacia una teoría sistémica o
hacia una teoría intersubjetiva de la comunicación? Lima: ARA Editores, 2007, p. 24.
7 Ibid., p. 26.
8 LUHMANN, Niklas. Poltische Theorie im Wohlfahrtsstaat, Manchen/Wien, G. Olzog, 1981, p. 20.
Traducción en: GARCÍA AMADO, Juan Antonio. La Filosofía del Derecho de Habermas y Luhmann.
Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 1997, p. 113.
9 FEIJÓO SÁNCHEZ, Bernardo. Ob. Cit. 2007, p. 34.
10 El profesor Ignacio Izuzquiza entiende que la ausencia de referencia antropológica presente en la teoría
de Luhmann no es más que la forma de plantear una reivindicación del valor del sujeto humano. En:
IZUZQUIZA, Ignacio. Introducción al libro: LUHMANN, Niklas. Sociedad y sistema: la ambición de la
teoría. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica S.A., 1990, p. 33 y ss.
4
b. La sociedad se divide en sistemas, que son cerrados y autopoiéticos, y se
consiste en:
11 Según explica el profesor Darío Rodríguez, la teoría de Luhmann forma parte del paradigma
constructivista, de acuerdo al cual “(…) el conocimiento es una construcción interna de un sistema”. Por
su parte, el profesor Marcelo Arnold precisa que, para el constructivismo, “(…) la realidad se produce
desde observaciones y no preexiste a ellas (…)”. En RODRÍGUEZ, Darío y Marcelo ARNOLD.
Sociedad y teoría de sistemas. Cuarta edición. Santiago: Editorial Universitaria S.A., 2007, pp. XI - XXXII.
Al respecto, el profesor Gómez-Jara lleva a sus extremos la aplicación de la teoría de sistemas al Derecho
penal, al abogar “(…) por un concepto autorreferencial de comunicación siguiendo los dictados más
ortodoxos de la filosofía operativo-constructivista”, y al postular como sustento de un sistema jurídico
penal al constructivismo operativo, que es una corriente epistemológica y filosófica en la que se enmarca
el paradigma de los sistemas sociales autopoiéticos y en la que “(…) la referencia al sujeto se reemplaza
por la referencia a un sistema empíricamente observable, operativamente cerrado y autorreferencial”.
GÓMEZ-JARA DÍEZ, Carlos. Culpabilidad y penal en una teoría constructivista del Derecho penal.
Lima: ARA Editores, 2007, pp. 10-30.
12 LUHMANN, Niklas y Raffaele DE GEORGI. Teoría de la sociedad. México: Universidad de
5
ese sistema funcional, sino que se ‘convierte’ en su entorno. En efecto,
cada sistema funcional está clausurado operativamente y, por tanto, la
sociedad no puede ‘entrar’ dentro de dicho sistema 13 ”.
Así, según Luhmann, los sistemas operativamente cerrados son los únicos que
pueden construir una alta complejidad propia, “(…) la cual puede servir para
entorno, mientras que desde los demás aspectos se puede permitir indiferencia
gracias a su autopoiesis 14 ”.
exclusiva por él mismo y no puede ser cumplida por otro sistema, ni tampoco
sociedad con subsistemas que son “(…) cada uno de ellos cerrado y
reconocimiento, sino que “(…) cada sistema forma parte del medio de los otros
6
sistemas (…) percibe a los otros (…) como aquella parte de la complejidad social
humanos, y, por otro lado, cada sistema social (incluido el jurídico) “(…)
cerrado y autopoiético.-
que se incluye el jurídico, implica que “(…) las operaciones básicas mediante las
17 GARCÍA AMADO, Juan Antonio. La Filosofía del Derecho de Habermas y Luhmann. Bogotá:
Universidad Externado de Colombia, 1997, p. 150.
18 IZUZQUIZA, Ignacio. Ob. Cit., p. 28.
19 RODRÍGUEZ, Darío y Marcelo ARNOLD. Sociedad y teoría de sistemas. Cuarta edición. Santiago:
7
cuales estos sistemas parciales se delimitan de su ambiente se autoproducen; es
autopoiéticos 20 ”.
la siguiente conclusión:
“(…) ello en el sentido más literal: una función, y no dos o más. (…) Para la
20 Ibid., p. 166.
21 LUHMANN, Niklas. El Derecho como sistema social. En: GÓMEZ-JARA DÍEZ, Carlos (editor).
Teoría de sistemas y Derecho penal. Fundamentos y posibilidad de aplicación. Lima: ARA Editores, 2007,
p. 104.
22 Ibid., pp. 104-105.
23 GÓMEZ-JARA DÍEZ, Carlos. Ob. Cit. 2007, p. 43.
8
Entonces, en palabras del profesor García Amado, el sistema jurídico no es
Derecho formal, entendido como un sistema que crea sus propios mecanismos
Derecho cumple una única función y lo hace a partir de sus propios medios y
Aponte lo siguiente:
9
traducir en un hecho fundamental: el principio de confianza. Si el
derecho es un modelo de estabilización de expectativas sociales de
conducta, la expectativa individual es apenas una parte del juego social
del Derecho, para que éste se complete, es necesario que la expectativa
circule en doble vía: es decir, un individuo se comporta de tal manera
frente a otro, en la medida en que sabe que el otro se comportará frente
a él de la misma manera 26 ”.
Derecho, pues se trata de expectativas que no pueden ser modificadas por los
La función de la norma jurídico penal –y, en general, del Derecho penal- parte
26 APONTE, Alejandro. Derecho penal del enemigo vs. Derecho penal del ciudadano. Günther Jakobs y los
avatares de un Derecho penal de la enemistad. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la
exclusión. Volumen I. Madrid: Edisofer S.L., 2006, pp. 199-202.
27 El profesor Jakobs distingue en su Tratado las expectativas cognoscitivas de las normativas. Respecto
de las primeras, sostiene que en su caso “(…) sólo se espera de la otra parte en el contacto social que su
estado o situación siga las reglas de la naturaleza, pero no que respete las normas jurídicas” y “(…) en caso
de decepción se ha errado el cálculo y hay que volver a aprender, o sea calcular mejor pro futuro – llegar a
ser juicioso por medio de la experiencia (…)”. Respecto de las expectativas normativas, alude a que “(…)
una decepción específica en el ámbito de los contactos sociales afecta a aquellas expectativas que se
derivan de la pretensión frente a la otra parte de que respetará las normas vigentes, pudiendo la pretensión
contradecir al juicio cognitivo. (…) A una expectativa normativa no se ha de renunciar ni siquiera en casos
de decepción, sino que ésta puede mantenerse (contrafácticamente), si como fallo decisivo no se define la
expectativa del decepcionado, sino la infracción de la normas por parte del que decepciona”. Luego nos
explica que las expectativas normativas estables pueden referirse a dos ámbitos de objetos distintos: “Por
una parte es necesaria una expectativa de que todos mantengan en orden su círculo de organización, para
que no se produzcan efectos exteriores mediante los que podrían resultar dañados otros. (…) La
decepción de la expectativa conduce a delitos que se denominan delitos de dominio (…) o delitos en
virtud de la responsabilidad por organización (…). Por otra parte, es necesaria una expectativa de que las
instituciones elementales funcionen ordenadamente. (…) La decepción de esta expectativa conduce a
delitos que se denominan delitos de infracción de un deber (…) o delitos en virtud de la responsabilidad
institucional”. Ver más en: JAKOBS, Günther. Derecho Penal Parte General. Fundamentos y teoría de la
imputación. Segunda edición. Madrid: Marcial Pons Ediciones Jurídicas S.A., 1997a, pp. 10-11.
28 LUHMANN, Niklas. Ob. Cit. 2007, p. 105.
10
El profesor Gómez-Jara nos explica cómo cumple su función el Derecho penal
“El sistema jurídico emplea un código binario que ‘codifica’ todas las
comunicaciones jurídicas. A partir de ahí, toda comunicación que sea
manejada por este código será una comunicación jurídica. El código en
cuestión es el que distingue entre legal/ilegal (…). Por lo tanto (…) las
comunicaciones jurídicas son aquellas que distinguen entre legal e ilegal
y, por ende, todas las comunicaciones que distinguen entre legal e ilegal
pertenecen al sistema jurídico 29 ”.
Se trata de un código binario inherente al sistema que es el que permite que éste
alguna el sistema político (ni ningún otro sistema) en el sistema jurídico. Se trata
entre sí, más allá del acoplamiento estructural 31 , que no implica determinación.
proporcionan interpenetraciones e irritaciones. (…) Por ‘interpenetración’ debe entenderse que un sistema
autopoiético presupone las realizaciones complejas de la autopoiesis de otro sistema y puede tratarlas
como una parte del propio sistema. Así, toda comunicación confía en las capacidades de atención y
expresión de las conciencias participantes, si bien no puede intervenir en sus sistemas. Por ‘irritación’
debemos entender que un sistema autopoiético percibe en su propia pantalla perturbaciones,
ambigüedades, decepciones e inconsistencias, y lo hace en formas tales que puede continuar operando
(…)”. En: FEIJÓO SÁNCHEZ, Bernardo. Ob. Cit. 2007, p. 33.
11
Al respecto, en su libro “Complejidad y modernidad”, el profesor Luhmann
sostiene que “(...) los sistemas acoplados no son sólo diferentes, sino que son
a una paradoja: si bien es cierto que el sistema jurídico es cerrado, pues para
Luhmann, no hay derecho fuera del derecho; a la vez puede ser concebido como
autonomía, ya que el sistema actúa a partir de las excitaciones del medio. Pero
requiere ser cerrado. Así, con relación a su medio, el sistema genera una imagen
12
ámbito específico de comunicaciones 35 ”. A ello agrega que lo sustancial es que,
bajo la teoría sistémica, el Derecho cumple una única función y dicha función la
de la ética, la moral y la política, que para el subsistema Derecho sólo son ruido
“(…) el derecho debe dejar de operar sobre la base del derecho natural o
sobre la base de un supuesto consenso social; debe positivizarse, y con
ello apartarse de los aspectos morales y despolitizarse. Ningún otro
sistema opera de esta manera. Lo justo se diferencia de lo no justo a
través de decisiones que son internas al sistema legal 37 ”.
Más claro aún: “(…) los argumentos que fundamentan las decisiones legales se
derecho 38 ”.
sistema jurídico y el sistema político. A partir de ello, una crítica del Derecho
con un matiz político, como sería la crítica de la política criminal al Derecho penal
del enemigo, resultaría al menos no jurídica. Desde esta perspectiva, la mayor parte
de críticos del Derecho penal del enemigo no estarían actuando como juristas, sino
término).
13
Sin embargo, lo expuesto no implica ni siquiera para Luhmann una clausura total
respecto del medio exterior a él, sino la autorregulación por el sistema mismo de
calificarlo, por ejemplo, como delito 40 ”. Lo que sí es innegable es que, para esta
producto del propio sistema y no venir dada desde fuera. No podrá ser el
presentada por el profesor Jürgen Habermas, quien sostiene que Luhmann “(…)
de la teoría sistémica:
39 LUHMANN, Niklas. Closure and Openess; on Reality on the World of Law, en G. Teubner (ed.),
Autopoietic Law: a New Approach to Law and Society, Berlin /New York, De Gruyter, 1988, p. 342.
Traducción en: GARCÍA AMADO, Juan Antonio. Ob. Cit., 1997, p. 136.
40 GARCÍA AMADO, Juan Antonio. Ob. Cit., 1997, pp. 136-137.
41 Ibid., p. 164.
42 HABERMAS, Jürgen. Facticidad y validez. Sobre el derecho y el Estado democrático de derecho en
términos de teoría del discurso. Segunda edición. Madrid: Editorial Trotta, 2000, p. 112.
14
Estado democrático de derecho se produce de la aparición, adquisición y
empleo del poder político 43 ”.
importantes (que son aquellos que afectan al conjunto del sistema social).
que afectan al conjunto del sistema social 44 ”. En esa línea, el derecho no sería
sociales, económicas y políticas; sino que debiera limitarse a ser un mero sistema
de aplicación de normas.
externa del Derecho penal, no existe (…) una discusión sobre la validez del
15
permanente en el que se confunde la cientificidad y legitimidad del Derecho y no
general del delito, está postulando que “(…) el Derecho tiene plena autonomía
percibimos (constructivismo) 51 ”.
46 Idem.
47 Al respecto, importantes monografías son las publicadas por Juan Antonio García Amado (¿Dogmática
penal sistémica? Sobre la influencia de Luhmann en la teoría penal), Enrique Peñaranda Ramos (Sobre la
influencia del funcionalismo y la teoría de sistemas en las actuales concepciones de la pena y del delito) y
Evaristo Prieto Navarro (Teoría de sistemas, funciones del derecho y control social. Perspectivas e
imposibilidades para la dogmática penal) en: DÍAZ Y GARCÍA CONLLEDO, Miguel y Juan Antonio
GARCÍA AMADO (editores). Estudios de filosofía del derecho penal. Primera edición. Bogotá:
Universidad Externado de Colombia, 2006.
48 Debe anotarse que, desde un sector de la doctrina, existe escepticismo respecto de la fidelidad y de los
alcances y contenidos de la interpretación que de Luhmann hace Jakobs. Al respecto, ver: APONTE,
Alejandro. Ob. Cit. 2006, p. 163 y ss.
49 GARCÍA AMADO, Juan Antonio. El obediente, el enemigo, el Derecho penal y Jakobs. En: Derecho
penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen I. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 901.
50 FEIJÓO SÁNCHEZ, Bernardo. Ob. Cit. 2007, pp. 37-38.
51 Ibid., p. 38.
16
Por ello, podemos concluir concordando con la siguiente opinión respecto de la
penal han sido sintetizadas por el profesor Bernardo Feijoo, quien sostiene, en
un mero observador neutral de funciones, y estar a favor de que éste forma parte
las carencias del sistema de Jakobs “(…) no son más que una consecuencia
52 DURÁN MIGLIARDI, Mario. El Derecho penal del enemigo. Formulación y observaciones críticas en el
contexto del debate sobre la modernización y expansión del Derecho penal. En: Derecho penal del enemigo.
El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 741.
53 FEIJÓO SÁNCHEZ, Bernardo. Ob. Cit. 2007, p. 62.
17
vinculados a las características de una sociedad determinada 54 ”. Es decir,
pretende elaborar una teoría general del delito ajena a elementos valorativos y
sostiene que Jakobs ha acogido una perspectiva sistémica “(…) de acuerdo con
tenido en cuenta que las decisiones políticas básicas adquieren forma jurídica a
general 56 ”.
sosteniendo que aquello que la intervención penal debe ser, es aquello que
para esta tesis- consecuencia de la cerradura que el sistema jurídico opone a las
consideraciones de orden político, social y económico; que son las que permiten
54 Ibid., p. 76.
55 Ibid., p. 145.
56 Idem.
57 ZÚÑIGA RODRÍGUEZ, Laura. Política criminal. Madrid: Editorial COLEX, 2002, p. 120.
18
1.2. Sistema jurídico abierto.-
sostiene, bajo la misma premisa de Luhmann, que existe sociedad porque existe
postula que: “el acuerdo resultante del discurso racional expresa contenidos en
sostiene que “(…) sólo puede valer como legítimo aquello sobre lo cual están en
58 El desarrollo de la teoría del discurso y su aplicación al Derecho, en: HABERMAS, Jürgen. Ob. Cit.
2000. Una perspectiva crítica de Habermas, especialmente con referencia a que su teoría sería una de la
justicia, más no de la validez jurídica, en: GARCÍA AMADO, Juan Antonio. Ob. Cit. 1997, p. 22.
59 No se trata de un consenso fáctico, sino el que se alcanzaría si se dieran todos los presupuestos del
procedimiento racional y se respetaran todas sus reglas. Al respecto: GARCÍA AMADO, Juan Antonio.
Ob. Cit. 1997, p. 75 y ss.
60 HABERMAS, Jürgen. El Estado de Derecho democrático: ¿Una unión paradójica de principios
contradictorios? En: HABERMAS, Jürgen. Tiempo de transiciones. Madrid: Editorial Trotta, 2004, p.
150.
61 Idem.
19
medio de regulación de la convivencia en un escenario claramente político de
discusión racional.
de legitimidad del sistema, siendo que esta última no debe darse en el sistema
20
Entonces, la idea de Habermas sobre el mundo de la vida implica la necesaria
de la sociedad y en su funcionamiento.
normas jurídicas deben ser legítimas para que el Derecho cumpla su función de
integración social, lo cual hará únicamente cuando sea fruto del discurso
sostiene que “(…) una norma sólo posee validez en la medida en que, en
tenga en cuenta los intereses de todos los afectados y encarne (…) la voluntad
que todos, cada cual en su propio interés, podrían formar en común 63 ”. Se trata
21
adelante se explica), tiene orígenes claramente kantianos y rechaza la posibilidad
tratamiento diferenciado de las personas que sufren los efectos de una norma.
ciertos derechos: margen de libertad para la acción privada, libertad igual para
poder político se legitima cuando actúa como medio para establecer y proteger
“(…) la tesis general sería que el derecho es tanto más válido, tanto más justo,
lado, al paradigma liberal, que descuida las condiciones que hacen viable la
64 Ibid., p. 89.
22
elementos importantes para comprender el funcionamiento de las sociedades
penal, por mandato constitucional, debiera vincularse a dicho marco con sus
comunicación.
23
Sin embargo, para los fines de la presente tesis interesa rescatar la idea de
Ahora bien, resulta necesario atender al hecho de que, si bien se sostiene que la
24
que exista la máxima valoración del individuo y su dignidad en los demás niveles
del discurso, como es el caso del teórico político 70 . Así, si bien opera un cierto
En esa medida, resulta válido rescatar al mismo tiempo –como se hace en esta
de las normas jurídicas que forman parte de dicho sistema cuando se hace
Es más, la presente tesis parte de entender el sistema jurídico como uno abierto
teórica la validez del estudio del orden social efectuado por las tesis
70 Además debe tenerse en cuenta que el individualismo metodológico sigue siendo una corriente
influyente. Al respecto, debe recordarse que “(…) incluso algunos teóricos sociales que buscan enfoques
estructuralistas y sistémicos, se sienten compelidos a corregirlos con una infusión de individualismo70”.
En: TEUBNER, Günther. Ob. Cit., p. 27.
71 TEUBNER, Günther. Ob. Cit., p. 28.
25
Así, lo que para el profesor Teubner 72 es un defecto de la teoría de Habermas, es
sistema autopoiético, para esta tesis constituye justamente la virtud del postulado
del sistema abierto: la apertura del sistema jurídico permite que la influencia de
legitimidad del contenido de las normas jurídicas que forman parte del aludido
sistema jurídico.
En el Derecho penal, los autores que entienden al sistema jurídico como uno
sostiene que actualmente la aplicación del Derecho penal “(...) tiende a romper el
medida de lo posible 74 ”.
A partir de ello concluye que “(…) los postulados de la política criminal sirven
72 Por el contrario, para el profesor Teubner, la teoría de Luhmann “(…) trata estas paradojas de la
autorreferencialidad de manera diferente: no hay que evitar las paradojas, sino hacer un uso productivo de
las mismas”, a lo que agrega que “(…) la aplicación recursiva de las operaciones a los resultados de estas
mismas operaciones no conduce necesariamente al bloque paradójico de la paradoja o a la mera
arbitrariedad, sino que, bajo ciertas condiciones, conduce a que surjan los valores propios”. Al respecto,
cabe preguntarse cómo ocurre dicho proceso, asunto que no queda claro en la exposición del sistema
como construcción autopoiética. En: TEUBNER, Günther. Ob. Cit., p. 36.
73 El profesor K. Günther ha realizado un intento de aplicar la teoría del discurso de Habermas al
Derecho penal. Al respecto ver: PORTILLA CONTRERAS, Guillermo. Ob. Cit. 2003, p. 108.
74 BACIGALUPO, Enrique. Derecho Penal Parte General. Lima: ARA Editores, 2004, p. 73.
26
aplicación del Derecho penal 75 ”. En la misma línea, el profesor Silva Sánchez
75 Idem.
76 SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. Retos científicos y retos políticos de la ciencia del Derecho penal. En:
ARROYO ZAPATERO, Luis, NEUMANN, Ulfrid y Adán NIETO MARTÍN (coordinadores). Crítica y
justificación del Derecho penal en el cambio de siglo. El análisis crítico de la Escuela de Frankfurt.
Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla – La Mancha, 2003, p. 26.
77 BOTERO BERNAL, José Fernando. Visión crítica de la metodología de las sistemáticas teleológicas en
el Derecho penal. En: Derecho penal liberal y dignidad humana. Libro homenaje al Dr. Hernando
Londoño Jiménez. Bogotá: Temis, 2005, pp. 136-137.
78 ROXIN, Claus. Dogmática penal y política criminal. Lima: IDEMSA, 1998, p. 25.
27
Señala Roxin que su punto de partida es “(…) el esfuerzo por ‘construir la teoría
de cada una de las instituciones jurídicas debe ser, entonces, de tipo político-
criminal 80 ”.
propone un sistema abierto, el cual tiene como misión “(…) superar las
social.
79 ROXIN, Claus. La teoría del delito en la discusión actual. Lima: Grijley, 2007a, p. 42.
80 Idem.
81 BOTERO BERNAL, José Fernando. Ob. Cit. 2005, p. 143.
82 Idem.
28
Por ello es que el profesor Roxin señala que siempre ha defendido “(…) la
que los resultados concretos recién saldrían a la luz al pasar por la materia
culpabilidad:
Se trata de una dogmática que –si bien tiene un punto de partida normativo- no
29
decisiones valorativas previamente dadas del legislador y que (…) las reflexiones
contra, sino a favor del ciudadano en las zonas límite de la necesidad de pena 85 ”.
jurídico.
Ciencia del Derecho debe darse, por tanto, un ‘sistema abierto’, de modo que el
menos, se adapte a él 88 ”.
85 Ibid., p. 41.
86 Idem.
87 FEIJÓO SÁNCHEZ, Bernardo. Ob. Cit. 2007, p. 81.
88 SCHÜNEMANN, Bernd. Cuestiones básicas del Derecho penal en los umbrales del tercer milenio.
30
En su texto “La relación entre ontologismo y normativismo en la dogmática
jurídico-penal”, el mismo profesor añade que “(…) si los conceptos del sistema
jurídico deben ser deducidos exclusivamente del sistema jurídico mismo, sin
tomar conocimiento de las verdades del mundo natural y sin estar en una
decidirse los contenidos con los mismos criterios, bajo los mismos
31
últimamente incluso se percibe la existencia de pura política de intereses
que el mero decisionismo sea el que complete los contenidos de las normas
referente externo: una relación con los demás sistemas, con las necesidades de la
sociedad, en suma, con los fines del sistema político; y dichos elementos deben
ontológica, previa al Derecho, sin caer en una falacia naturalista. Sin embargo,
supuesto de hecho que está siendo valorado 93 ”. Es decir que el objeto de toda
el sistema jurídico. Por ello concluye que la valoración de una norma jurídica
32
necesariamente involucrará elementos externos a lo jurídico, principalmente
dogmática penal, pero afirma que “(…) la valoración jurídica no puede atreverse
“la interpretación de las leyes está obligada, sin excepción, a lograr una
regulación correcta y, por ese motivo, tiene que desarrollar los principios
normativos de modo tal que sean tomadas en cuenta las estructuras
ontológicas y, a decir verdad, no sólo las verdades eternas, sino también
las estructuras de la realidad social quizás variables, pero que existen
actualmente de un modo determinado 95 ”.
norma jurídica tenga coherencia interna pero ningún referente externo que lo
94 Ibid., p. 163.
95 Ibid., p. 164.
33
argumentación de un sistema jurídico cerrado permite una intervención
jurídicas).
Por ello, lo más adecuado para los defensores de un sistema abierto es reconocer
son los que evidencian la realidad que necesita ser regulada. Pero dicha
“colonización” de la política por parte del Derecho, sino que éste último sirva
jurídicas.
34
1.4. Elección.-
Al ser que la tesis que se pretende demostrar es que la teoría del Derecho penal del
Es cierto que una teoría con sustento en la primera perspectiva debe ser
analizada –en primer lugar- desde dicho enfoque. También es verdad que si
coherencia interna y que –desde una perspectiva crítica- debe ser rechazado.
35
decir desde los fundamentos de la teoría de sistemas aplicada al Derecho penal.
Asimismo, el Derecho penal del enemigo parte de una constatación fáctica, que es la
Frente a dicha situación, el Derecho penal del enemigo constituye una propuesta de
política, para fundamentar y dar sustento a sus tesis. Por ello, también es
necesario efectuar un análisis extra sistémico del Derecho penal del enemigo, al ser
que se trata de una doctrina en la que interviene no sólo el sistema jurídico, sino
una postura para plantear una alternativa al Derecho penal del enemigo, como se
trabajará en los dos últimos capítulo de estas tesis. Para ello y para el
podemos abordar una de sus aristas, cual es la apertura o no del sistema jurídico
36
En esa línea, la presente tesis acoge el postulado de que el sistema jurídico está
motivo, todo postulado o teoría del sistema penal o de la sanción penal deberá
pasar por un análisis de corte extra sistémico. Se busca así evitar la concepción
Para esta perspectiva, tiene razón entonces Silva Sánchez cuando sostiene que
pretensiones prácticas, parece claro, de entrada, que no puede optar por sistemas
propone el profesor español que “(…) sólo un sistema abierto, flexible, puede
Dicha idea encuentra sustento en el hecho de que no existe una única forma de
37
Sánchez 100 , si partimos del marco de una sociedad dada, la sistematización de las
estado de cosas, los defensores del statu quo y los propulsores de un nuevo
orden. Cada uno, tendrá una opción distinta para elaborar una determinada
institución jurídico penal. En ese sentido, no existirá una única forma de ver las
Por su parte, el profesor García Rivas sostiene que “(…) el Derecho penal es,
38
Es más, existe una clara relación entre el Derecho penal, la Política criminal y la
positivo del bien jurídico en cuestión) y de establecer quiénes responden con una
pena por ello 104 ”. Asimismo, sostiene que se trata de un problema social, ya que
“(…) la criminalidad es una cuestión que afecta a toda la Sociedad, al autor, a sus
Sociedad 105 ”.
una serie de garantías del ciudadano que cumplen el papel de límites al ejercicio
Los motivos por los que se considera que debe optarse por un concepto abierto
103 Se afirma que “(…) la disciplina que ejerce el papel de mediador entre los conocimientos empíricos de
la Criminología y los normativos del Derecho Penal, es la Política Criminal”, la cual “(…) es el ‘puente’
ineludible entre Criminología y Dogmática jurídico-penal, entre los conocimientos empíricos y los
conocimientos valorativos (…)”. Ver más en: ZÚÑIGA RODRÍGUEZ, Laura. Ob. Cit. 2002, p. 154.
104 ZÚÑIGA RODRÍGUEZ, Laura. Ob. Cit. 2002, p. 149.
105 Idem.
106 GARCÍA RIVAS, Nicolás. Ob. Cit. 1996, p. 43.
39
a. Los conflictos jurídico penales son resueltos, habitualmente, por un juez
penal, que es un ser humano que, si bien resuelve según las normas legales,
personales, por lo que está en juego la dignidad de estas personas, más aún si
tiene por qué legitimar el contenido de las normas, sino que únicamente
mismas), lo que implicaría graves riesgos. Por su parte, uno de los fines de la
40
criminal existe un mínimo común universal, de protección y de garantías,
fines del Derecho penal, que a su vez se enmarcan en los fines generales de
ser humano.
criminal:
BUSTOS RAMÍREZ, Juan. Las Funciones de la Policía y la libertad y seguridad de los ciudadanos. En:
108
41
modificación del ordenamiento jurídico de acuerdo a la variación de los
sistema que, sin perder la coherencia interna, las relaciones estructurales de sus
Real, que preste “seguridad cognitiva” al ser humano en general (al sometido a
justicia penal y al no sometido) y que permita una respuesta concreta a las causas
En esa línea, con un sistema cerrado en el que el Derecho penal sea ajeno a la
decisionismo, sino que generaría el mantenimiento acrítico del statu quo legal
42
arbitrariedad, ello sólo es posible a través de la apertura del sistema jurídico a
43
Capítulo II
ENEMIGO
Según el criterio de la presente tesis, para el análisis de un postulado jurídico penal que
problema que han sido planteados. Es decir que debemos ser conscientes, en primer
Entonces, el segundo capítulo de la presente tesis tiene como finalidad dar a conocer la
materia que será objeto de análisis: el Derecho penal del enemigo. Así, el presente capítulo se
divide en los dos aludidos momentos. En primer lugar, el desarrollo profundo de los
postulados centrales de la teoría presentada por Günther Jakobs será antecedido por el
la del Derecho penal del enemigo- ocupa un papel central), esbozándose una especial
mención a los postulados generales del Paradigma Expansionista del Derecho penal y a
sus causas. En segundo lugar, se plantearán amplia y detalladamente los principales
La primera sección de este capítulo de gran magnitud tiene como objeto brindar
Derecho penal y del estado actual del propio Derecho penal (en específico, de la
corriente del Derecho penal del enemigo, impulsada por el profesor alemán Günther
criminal se han postulado en los últimos años. Por ello, es que la presente
110 Entendemos con el profesor Ignacio Berdugo que la dogmática penal “(…) tiene la tarea de conocer el
sentido de los preceptos jurídico-penales positivos y desarrollar su contenido de modo sistemático”. En
ese sentido, “(…) la tarea de la Dogmática del Derecho penal es la interpretación del Derecho penal
positivo, si el término interpretación es utilizado en su acepción más amplia que incluye la elaboración del
sistema”. En: BERDUGO GÓMEZ DE LA TORRE, Ignacio. Lecciones de Derecho penal. Parte
General. Segunda edición. Barcelona: Editorial Praxis S.A., 1999, p. 100.
111 Se entiende, con Ignacio Berdugo, que la política criminal puede ser entendida como actividad del
Estado, que comprende el desarrollo de actividades para la determinación y consecución de los fines que
el propio Estado se haya propuesto respecto del fenómeno delictivo, o como actividad científica, que
estudia la sistematización de los medios y la determinación de los fines que se pretende lograr utilizando el
Derecho penal, así como los principios a los que se debe someter el derecho positivo. En esa línea,
sostiene que la política criminal “es una ciencia eminentemente valorativa, como ha puesto de relieve
fundamentalmente Zipf en su conocida monografía sobre el tema. Pero dicha valoración no debe abarcar
sólo la efectividad de unos determinados medios en relación a la consecución de un determinado fin, sino
que debe incidir también sobre el establecimiento de los propios principios y fines”. En: BERDUGO
GÓMEZ DE LA TORRE, Ignacio. Ob. Cit. 1999, pp. 103-104.
45
sección se limitará a analizar temas básicos (a nivel de los fenómenos que se
exclusión:
producción de una dinámica comunicativa violenta; ante los que surgen dos
fenómeno expansivo del Derecho penal, se atenderá a las causas del mismo, que
- En tercer lugar, se hará alusión a las teorías positivas y negativas que responden
46
incluso la reacción estatal no es más que mera violencia organizada y
qué es el delito (o, en otras palabras, ante qué fenómenos interviene el Derecho
Ingresar a esta discusión teórica es fundamental porque nos dará luces del nivel
sitúan las dos grandes corrientes relativas a cuál debe ser la extensión del poder
punitivo del Estado (es decir, hasta dónde debe intervenir el Derecho penal),
cuyos postulados son acogidos para elaborar la propuesta del último capítulo de
esta tesis).
47
A pesar de que quisiera vincularse la dogmática penal y la política criminal con
penalista alemán que “(…) el dogmático (sea científico o juez) debe (…)
acabar de dibujar en todos sus detalles la imagen o modelo del Derecho vigente
Por ello -si bien es cierto que la pregunta de qué es el delito (es decir, cuál es la
planteamientos que aportar. Es más, se trata de dos preguntas –a las que como
112 Al respecto, el profesor Roxin sostiene que “se puede llegar a la tesis de que el pensamiento dogmático
penal y el político criminal están estrictamente separados si se considera –lo que es correcto como punto
de partida (…)- como objeto de la dogmática jurídico penal el Derecho vigente (el Derecho tal como es),
y en cambio como objeto de la política criminal la configuración deseable del Derecho (el Derecho como
debería ser). Dogmática y pensamiento sistemático serán entonces formas de la hermenéutica, o sea de la
interpretación comprensiva de un texto previamente dado, mientras que la política criminal se preocupará
de desarrollar e imponer nuevas concepciones de los fines jurídico penales. Pero de ese modo se exagera
la diferencia (ciertamente existente) entre dogmática y política criminal”. En: ROXIN, Claus. Derecho
penal. Parte general. Tomo I. Fundamentos. La estructura de la teoría del delito. Primera edición. Madrid:
Editorial Civitas, 1997, p. 224.
113 ROXIN, Claus. Ob. Cit. 1997, p. 225.
48
que únicamente pueden ser divididas con el objeto de brindar una explicación
Sin embargo, las respuestas que pretende analizar esta sección se encuentran
calificada por Franceso Carrara como “ciencia asquerosa 114 ”. Así, debe tenerse
en consideración que “(…) el derecho penal no puede menos que reconocer esta
comunicativa violenta.-
continuación nos permite afirmar que el Derecho penal del enemigo se propone
114 ZAFFARONI, Eugenio Raúl, ALIAGA, Alejandro y Alejandro SLOKAR. Manual de Derecho Penal.
Parte General. Buenos Aires: Ediar, 2006, p. 5.
115 Idem.
49
la producción de una dinámica comunicativa violenta, que implica la
actual.
Derecho penal, que exigía que éste último fuera utilizado por el legislador
116Así, es opinión del profesor Gustavo Eduardo Aboso que “la dogmática jurídica ha puesto el acento
(…) en la superación del modelo penal garantista. De acuerdo con esto, el Derecho penal liberal,
caracterizado por la racionalidad en la utilización de los medios represivos por parte del Estado (ius
puniendi) y la preponderancia del ámbito de libertad y dignidad de la persona (.,..) cede su lugar a otro
modelo de Derecho penal orientado hacia el intervencionismo”. En: ABOSO, Gustavo Eduardo. El
llamado ‘Derecho penal del enemigo’ y el ocaso de la política criminal racional. El caso argentino. En: Derecho
penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen I. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 61.
50
una especie de panacea ilusoria con la cual ‘se quiere afrontar y resolver los
como independiente. [ya que] Hoy día para realizar cualquier actividad se
117 MOCCIA, Sergio. Seguridad y sistema penal. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la
exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 305.
118 QUINTERO OLIVARES, Gonzalo. Adonde va el Derecho penal. Reflexiones sobre las Leyes Penales
51
interrelacionadas 120 ”. Algunos la denominan Sociedad de riesgos, que aparece
decisiones que desatan los peligros rebasan la seguridad que prometen las
Schünemann sostiene:
120 LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Derecho Penal Parte General. Tomo I. Lima: Gaceta
Jurídica, 2004, p. 164.
121 Ibid., p. 165.
122 El origen generalizado de los riesgos genera nuevos problemas entre los que se encuentran: el riesgo se
debe a la suma de las acciones individuales de muchos individuos; categorías como la causalidad, la
culpabilidad y la autoría, entendidas en la forma tradicional, no resultan siempre eficaces; se produce un
efecto boomerang entre autor y víctima. En: LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Ob. Cit. 2004,
Tomo I, p. 166.
123 SCHÜNEMANN, Bernd. Ob. Cit. 2006, p. 108.
124 Ibid., p. 109.
52
incremento de las interconexiones causales, y la sustitución de los
sostiene:
Esta última cita no cierra el camino, claro está, a que existan algunos
125 DEMETRIO CRESPO, Eduardo. El Derecho penal del enemigo Darf Nicht Sein! Sobre la ilegitimidad del
llamado ‘Derecho penal del enemigo’ y la idea de seguridad. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la
exclusión. Volumen I. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 499.
126 GROSSO GARCÍA, Manuel Salvador. ¿Qué es y qué puede ser el ‘Derecho penal del enemigo’’? Una
aproximación crítica al concepto. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen
II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, pp. 32-33.
53
ii. Por otro lado, la supuesta proliferación de actividades altamente
Estado (Derecho penal del enemigo). Ello en la medida que se está frente a una
127 HASSEMER, Winfried. Crítica al Derecho penal de hoy. Norma, interpretación, procedimiento.
Límites de la prisión preventiva. Segunda edición. Buenos Aires: Editorial AD-HOC, 1998, pp. 50-51.
128 ZAFFARONI, Eugenio Raúl, ALIAGA, Alejandro y Alejandro SLOKAR. Ob. Cit., p. 17.
54
el cual puede ser fomentada la política criminal (típicamente
restauradora); aquello que vale como un bien jurídico que
requiere protección penal (y que por tanto puede ser portador de
amenaza penal) se decide mediante un acuerdo normativo social,
para el cual, nuevamente, resultan constitutivas las sensaciones de
amenaza de la población 129 ”.
violenta) y sus respectivas respuestas (Derecho penal económico y Derecho penal del
pretenderá ser combatida por el denominado Derecho penal del enemigo. Sin
55
en intensidad represiva y menor en contenido garantista) del Derecho
Derecho penal en tres velocidades 131 que efectúa el profesor Silva Sánchez:
Una segunda velocidad, que estaría destinada a “(...) los casos en que, por
131 Al respecto, una explicación valorativa de la propuesta de Silva Sánchez en: PALERMO, Omar. La
Legítima defensa: ¿Reacción contra un enemigo o protección frente a un ciudadano? En: Derecho penal del
enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 451 y ss.; quien
sostiene que Silva Sánchez no está a favor del Derecho penal del enemigo, sino que hace alusión a los límites
mínimos para el legislador en la tendencia expansiva del Derecho penal.
132 SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María. La expansión del derecho penal. Aspectos de la Política criminal en
las sociedades postindustriales. Buenos Aires: Euros Editores S.R.L., 2006, p. 183.
133 Idem.
56
organizada y el terrorismo, que amenazan con socavar los fundamentos
Los párrafos que siguen tienen como objeto establecer las principales
cuáles serían sus causas. Esta revisión resulta de suma importancia para la
presente tesis ya que, de optarse bien por legitimar o bien por cuestionar la
de los clásicos criterios limitadores del ius puniendi 135 ”. Otros, como el
57
profesor Blanco Lozano, definen este proceso como la manifestación de
- La asunción de un criterio “in dubio contra reum”, que implica que “(…)
penales. Así, se produce “(…) una transición rápida del modelo ‘delito de
intermedias 138 ”.
136 BLANCO LOZANO, Carlos. Tratado de Política Criminal. Tomo II. La política criminal aplicada.
Barcelona: Bosch Editor, 2007, pp. 98-99.
137 FERRAJOLI, Luigi. Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal. Madrid: Trotta, 1995, p. 106.
138 SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María. Ob. Cit. 2006, p. 132.
58
- La conversión del Derecho penal en un Derecho de gestión punitiva de
aun cuando ésta no sea por sí misma lesiva del bien jurídico “(…) si se
59
producir los referidos comportamientos [bienes colectivos] (…).
En la tercera fase, se trata de establecer unos indicadores
(indicios) de los que cabría derivar hipotéticamente la posible
concurrencia de riesgos para uno de esos contextos típicos
[peligro presunto] (…). En la cuarta fase, aunque no exista
sospecha concreta alguna sobre la concurrencia de los referidos
indicadores, se puede iniciar el procedimiento administrativo de
inspección 141 ”.
delincuentes (…), respecto de los cuales cabe determinar que han sido
prisión preventiva.
60
Se trata de un postulado de Derecho penal máximo como contrapartida a
maximizador:
de la expansión del Derecho penal 147 , que resulta sumamente útil para
europea. Sin embargo, a partir de la globalización, en nuestros países dichos fenómenos comienzan a ser
reales y tangibles para la ciudadanía, por lo que se trata de una postulación válida para los efectos de esta
tesis.
61
a) La efectiva aparición de nuevos riesgos.- se trata del fenómeno explicado en el
estructural, que implica “(…) que buena parte de las amenazas a que los
62
c) La institucionalización de la inseguridad.- se trata de una sociedad con un alto
sociedad con una alta dependencia entre sus individuos, lo que hace que
terceros 154 ”.
personal Sin embargo, existe una muy elevada sensibilidad al riesgo, ya que la
peligros proveniente de fuentes naturales, por lo que “(…) más bien puede
63
Por otro lado, se sostiene que “(…) la creciente sensación subjetiva de
157 FARALDO CABANA, Patricia. Medidas premiales durante la ejecución de condenas por terrorismo y
delincuencia organizada: consolidación de un subsistema penitenciario de excepción. En: Derecho penal del
enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 793.
158 MARTÍNEZ-BUJÁN PÉREZ, Carlos. Algunas reflexiones sobre la moderna teoría del Big Crunch en
terrorismo, ‘finalidades terroristas’, y conductas periféricas. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal
de la exclusión. Volumen I. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 243.
64
a determinadas manifestaciones actuales del delito se libra más en los
las actitudes punitivas de la ciudadanía, espoleada esta última por los mass-
comunicación 163 ”.
160 SÁNCHEZ-OSTIZ, Pablo. La tipificación de conductas de apología del delito y el Derecho penal del
enemigo. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen I. Madrid: Edisofer S.L.,
2006, p. 902.
161 GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Antonio. Criminología. Fundamentos y Principios para el Estudio
Científico del Delito, la Prevención de la Criminalidad y el Tratamiento del Delincuente. Primera edición
peruana. Lima: Fondo Editorial del Instituto Peruano de Criminología y Ciencias Penales. Centro de
Educación Continua, 2008, p. 516.
162 Ibid., p. 563.
163 FARALDO CABANA, Patricia. Ob. Cit. 2006, p. 763.
65
e) La configuración de una sociedad de sujetos pasivos.- respecto de dicha causa de la
la posibilidad de que el hecho que ha sufrido sea debido a una ‘culpa suya’
(…) sino porque la pena manifiesta la solidaridad del grupo social con la
66
delitos económicos radica justamente en la identificación de la víctima (…)
civil de daños, que asume el modelo del seguro, genera una disminución en
hace que el Derecho penal tome un nuevo impulso y se plantee (por las
67
Derecho penal, se suman “(…) las asociaciones ecologistas, feministas, de
sostiene:
ámbito de los delitos económicos), no puede pasarse por alto que tales
68
respecto que las asociaciones de defensa de los consumidos son producto
obvia entonces que los primeros son derechos fundamentales de todos los
estos últimos sometidos a los primeros, para que el Estado pueda cumplir
trata de factores que son impulsados, según Silva Sánchez, por dos
69
fenómenos de las sociedades postindustriales: la globalización 178
penal tiene, por primera vez, como objeto esencial de estudio delitos
178 Cabe anotar que el profesor Ülrich Beck diferencia el concepto de globalización de los de globalismo y
globalidad. Para dicho autor, es globalismo “(…) la concepción según la cual el mercado mundial desaloja
o sustituye al quehacer político; es decir, la ideología del dominio del mercado mundial o la ideología del
liberalismo”, la globalidad alude a que “(…) hace ya bastante tiempo que vivimos en una sociedad
mundial (…). No hay ningún país ni grupo que pueda vivir al margen de los demás” y significan
globalización “(…) los procesos en virtud de los cuales los Estados nacionales soberanos se entremezclan
e imbrican mediante actores transnacionales y sus respectivas probabilidades de poder, orientaciones,
identidades y entramados varios”. En: BECK, Ülrich. ¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo,
respuestas a la globalización. Buenos Aires: Ediciones Paidós, 1997, pp. 27-29.
179 SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María. Ob. Cit. 2006, p. 85.
180 Ibid., pp. 90-91.
181 Ibid., p. 109.
70
imponen fórmulas de no distinción entre autoría y participación, se genera
jurídicas, proliferan los tipos de peligro muchas veces standard, etc 182 .
relaciones laborales estables 183 ”. Al respecto, debe aclararse que –si bien
71
2.1.3. La legitimidad de la sanción penal: ¿cuál es la finalidad de la pena?.
embargo, son cada vez más las posturas que se acercan al pragmatismo del
quo vigente. Ello no implica negar que aún existen planteamientos que
decisiva importancia, más aun cuando constituye la base para dar respuesta
a qué se entiende por delito. Así, desde Arturo Rocco se entiende que
72
necesariamente también la determinación del objeto de la tutela jurídica
penal 185 ”.
estar de acuerdo a plenitud con la siguiente cita del profesor aludido, quien
señala que “(…) la sociedad actual por los enormes medios de que dispone
se halla mucho más encima de los delincuentes y los controla mejor que en
legitimidad que tiene la imposición de una pena 187 ”. Sin embargo, debe
185 ROCCO, Arturo. El objeto del delito y de la tutela jurídica penal. Contribución a las teorías generales
del delito y de la pena. Reimpresión. Buenos Aires: Euros Editores S.R.L., 2005, pp. 4-5.
186 LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Ob. Cit. 2004, Tomo III, p. 17.
187 Ibid., p. 23.
73
respecto: “(…) la palabra función para indicar sus usos descriptivos de
tipo histórico o sociológico (…), y la palabra fin para indicar sus usos
pena (en las que incluye a los tres primeros grupos) y el concepto
ideológicos de la misma.
74
sociedad y del estado 189 ”. También las teorías relativas, que son las
línea, la pena será justa cuando exista similitud entre el mal que el
expiación 191 , que traerá como consecuencia “la limpieza del delito
fundamento 192 ”.
189 ZAFFARONI, Eugenio Raúl, ALIAGA, Alejandro y Alejandro SLOKAR. Ob. Cit. 2006, p. 37.
190 Ibid., p. 38.
191 Respecto de la expiación, el profesor Burdese señala que “(…) la colectividad ciudadana se preocupa
esencialmente de que no pueda perturbarse la pax deorum, o sea la situación de amicitia entre los dioses y los
hombres, de ahí que el culpable sea sancionado a título de sacrificio expiatorio, dirigido a sanar el estado
de impureza colectiva y a restaurar la pax deorum. (…) Con ella (con la pena) se atribuía su persona
(consecratio capitis) y eventualmente también sus bienes (consecratio bonorum) a una determinada divinidad,
ofendida por su comportamiento, y se resolvía en el sacrificio del culpable y, en su caso, en la devolución
de sus bienes a la divinidad, a título de purificación expiatoria (piaculum)”. En: BURDESE. Manual de
Derecho público romano, trad. Martínez Carrión, Barcelona, 1972, p. 297; y pp. 301-302. Citado por
LÓPEZ BARJA DE QUIROGA. Ob. Cit. 2004, Tomo III, p. 26.
192 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 1995, p. 253.
75
Los dos grandes defensores de estas teorías han sido Inmanuel
utilización del ser humano como medio para lograr fines distintos
a la justicia.
193 KANT, Enmanuel. “Principios Metafísicos del Derecho”. Puebla, 1962, p. 185. Citado en: Código
Penal Comentado. Tomo I. Lima: Gaceta Jurídica, 2004, p. 234.
194 Código Penal Comentado. Tomo I. Lima: Gaceta Jurídica, p. 234.
76
general que, vía la imposición de la pena jurídica, niega la voluntad
reafirmado 195 ”.
externa a ella).
195 HEGEL, Federico. “Filosofía del Derecho. Buenos Aires: Claridad, 1955, p. 106.
196 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 1995, p. 256.
77
durable sobre los ánimos de los hombres, y la menos
dolorosa sobre el cuerpo del reo 197 ”.
Así, surgen las teorías relativas, que son aquellas “(…) doctrinas
197 BECCARIA, Cesare. De los delitos y de las penas. Con el comentario de Voltaire. Madrid: Alianza
78
especial) 200 , configurándose cuatro tipos de teorías relativas:
comunidad 201 ”.
200 Desde una perspectiva distinta, el profesor Luigi Ferrajoli distingue, con relación a las teorías
preventivas de la pena, un utilitarismo ex parte principis, que está referido “de manera realista, a la
utilidad de los gobernantes (…), o bien, de manera idealista, a la utilidad del estado entendido como sujeto
político autónomo y situado por encima de la sociedad200”, y un utilitarismo ex parte populi, que
“caracteriza a la filosofía penal de origen contractualista e ilustrado, y que tiene como referencia el
bienestar o la utilidad no ya de los gobernantes sino de los gobernados200”. Éste último utilitarismo, a su
vez, se divide en una primera versión que “ajusta el fin a la máxima utilidad posible que quepa asegurar a
la mayoría formada por los no desviados; una segunda, la que ajusta el fin al mínimo sufrimiento necesario
que haya que infligir a la minoría formada por los desviados”. En: FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 1995, pp.
260-261.
201 ROXIN, Claus. Ob. Cit. 1997, pp. 89-90.
202 Respecto de la prevención general negativa como teoría de la pena, el Tribunal Constitucional del Perú
79
advirtiendo a los ciudadanos de las consecuencias de cometer
203 VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. Derecho Penal Parte General. Lima, Grijley, 2006, p. 57.
204 BELOFF, Mary. Determinación Judicial De La Pena. Buenos Aires: Editores del Puerto, 1993. p. 63.
80
origina en la población por la actividad de la justicia penal; el
delitos; por tanto, la pena debe servir para evitar esos futuros
de esta teoría es la esbozada por Von Liszt, quien, sin ser ajeno a
mientras que para los segundos se requiere una pena que siga
81
Finalmente, se postulan las teorías de la unión, las cuales aplican
207 LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Ob. Cit. 2004, Tomo III, p. 50.
208 ZUGALDÍA ESPINAR, José M. Ob. Cit. 2002, p. 66
82
Por otro lado, se postula la teoría dialéctica de la unión, que
dialéctica de la unión:
209 LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Ob. Cit. 2004, Tomo III, p. 50.
210 LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Ob. Cit. 2004, Tomo I, p. 131.
83
Esta teoría está sujeta a la crítica de no haber especificado cómo se
211 Versión extrema de la tendencia suscrita por el profesor Zaffaroni la constituye la perspectiva
abolicionista (en la que destaca el individualismo anarquista de Max Stirner y, luego, las propuestas de
Louk Hulsman, Henry Bianchi y Nils Christie), que no considera justificado el Derecho penal y propone
su abolición. No se trata de una teoría que únicamente considere a la cárcel como desocializadora y así
postule su progresiva disolución (esta idea se acercaría más a la postura del profesor Zaffaroni), sino que
entienden como ilegítimo a todo el sistema penal. Ver más en: FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 1995, p. 247
y ss.
212 ZAFFARONI, Eugenio Raúl, ALIAGA, Alejandro y Alejandro SLOKAR. Ob. Cit. 2006, pp. 54-55.
84
cargando con todo el mal social 213 ”. Respecto de la prevención
85
anda suelto y es necesario detener, incluso antes de que cometa
cuestión de fe 219 ”.
manera:
Raúl. En torno de la cuestión penal. Buenos Aires: Euros Editores S.R.L., 2005, p. 174.
86
Así, es en todo caso el poder jurídico (y no el punitivo) el esfuerzo
nos permite afirmar que la presentación del Derecho penal del enemigo no sólo
pena estatal acorde con dicha realidad, sino que además tiene en su base
penal. Si bien es cierto que toda teoría podría ser reconducida al supuesto
221 ZAFFARONI, Eugenio Raúl, ALIAGA, Alejandro y Alejandro SLOKAR. Ob. Cit 2006, p. 58.
87
penal como un “extintor de incendios” o, lo que es peor, como un
poder de decisión.
debe partir y girar en torno a los fines de la pena, de manera que todos los
222 ROXIN, Claus. Derecho Penal. Parte General. Ob. Cit. 1997, p. 192.
223 LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Ob. Cit. 2004, Tomo I, p. 113.
88
elementos del delito deben ser reconsiderados desde ese punto de vista 224 ”.
fenómenos, pues ello exigiría aceptar una premisa ontológica. Por ello, lo
224 Idem.
225 BLANCO LOZANO, Carlos. Ob. Cit. 2007, Tomo I, p. 109.
226 LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Ob. Cit. 2004, Tomo I, p. 118.
227 Ibid., p. 119.
228 Ibid., p. 125.
89
2.1.4.1. Funcionalismo radical 229 .-
229 Debe recordarse que Günther Jakobs, máximo representante del funcionalismo radical, fue discípulo
del gran penalista alemán Hans Welzel, para quien la misión del Derecho penal era proteger los valores
elementales de la vida en comunidad. Postuló Welzel que “(...) se impide el desvalor material o de
resultado mediante la punición del desvalor de acto. Así asegura la vigencia de los valores de acto ético-
sociales de carácter positivo, como el respeto a la vida ajena, a la salud, a la libertad, a la propiedad, etc.”.
A ello agrega el máximo representante del finalismo, para quien el Derecho Penal cumplía una
significativa función de formación ética que “(…) la misión primaria del Derecho Penal no es la
protección actual de bienes jurídicos, esto es, la protección de la persona individual, de su propiedad, etc.
Pues, cuando entra efectivamente en acción, por lo general ya es demasiado tarde. Más esencial que la
protección de determinados bienes jurídicos concretos es la misión de asegurar la real vigencia
(observancia) de los valores de acto de la conciencia jurídica; ellos constituyen el fundamento más sólido
que sustenta al Estado y la sociedad”. Ver más en: WELZEL, Hans. Derecho penal alemán. Parte general.
Undécima edición. Cuarta edición castellana. Chile: Editorial Jurídica de Chile, 1997, p. 2 y ss. En la
revisión de la última edición del Manual de Derecho Penal de Welzel, que éste encargó a Günther Jakobs,
éste último se distanció de los postulados de su maestro, radicalizando el normativismo y elaborando su
propio manual de derecho punitivo. El extremo del abandono de los postulados de Welzel se da en
Jakobs al postular el Derecho penal del enemigo, materia de la presente investigación, el cual hubiera resultado
inviable en el sistema penal propuesto por Welzel, quien sostenía “(…) sería igualmente dudoso debilitar
en la actualidad el Derecho Penal de fundamento ético-social y circunscrito a tipo determinados, en
beneficio de un derecho general de seguridad”. En: WELZEL, Hans. Ob. Cit. 1997, p. 10.
230 Se trata de una teoría que encuentra raíces en Hegel, cuya teoría absoluta de la pena no difiere mucho
de la concepción de Jakobs, ya que “la diferencia estribaría propiamente en que el punto de referencia en
la fundamentación hegeliana de la pena es el concepto abstracto de Derecho, mientras que en Jakobs ese
punto de referencia viene constituido por las condiciones de subsistencia de la sociedad, de una
determinada sociedad”. Asimismo, existe un parentesco de la teoría de Jakobs con los postulados
ilustrados de Francesco Carrara, máximo representante de la “scuola classica italiana”, quien, apoyado en
postulados políticos liberales de la Ilustración, desarrolló una teoría de los fines de la pena, según la cual
“el fin de la pena no es que se haga justicia, ni que el ofendido sea vengado, ni que sea resarcido el daño
por él padecido; ni que el delincuente expíe su delito; ni que se obtenga su enmienda. Todas estas cosas
(…) pueden ser consecuencias accesorias de la pena (…), pero (…) el fin primario de la pena sería, más
bien, ‘el reestablecimiento del orden externo de la sociedad’”. En: PEÑARANDA RAMOS, Enrique,
SUÁREZ GONZÁLEZ, Carlos J. y Manuel CANCIO MELIA. Consideraciones sobre la teoría de la
imputación de Günther Jakobs. En: JAKOBS, Günther. Estudios de Derecho penal. Madrid: Editorial
Civitas S.A., 1997, pp. 24-25.
231 JAKOBS, Günther. Sociedad, norma y persona en una teoría de un Derecho penal funcional. Madrid:
de la siguiente manera: “la afirmación de que de este modo se pasa por alto al sujeto libre, no tiene nada
que ver: éste estará presente exactamente en la medida en que sea transmitido por la comunicación (en la
90
sostiene que Jakobs “(…) no acepta, entre los fines de la norma
medida que sea determinante de la auto descripción de la sociedad. (…) Sin una sociedad en
funcionamiento, faltan las condiciones empíricas de la subjetividad, (…) no hay nada más que un cúmulo
casual de individuos humanos que al carecer de algo común de carácter vinculante, no conocen mundo
objetivo. En: JAKOBS, Günther. Ob. Cit. 1996, pp. 29-32.
233 BLANCO LOZANO, Carlos. Ob. Cit. 2007, Tomo I, p. 110.
234 SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. Ob. Cit. 2003, p. 36.
235 LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Ob. Cit. 2004, Tomo I, p. 137.
236 JAKOBS, Günther. Ob. Cit. 1996, p. 18.
91
fidelidad al derecho 237 ; y, c) ejercitar en la aceptación de las
consecuencias 238 ”. Este último efecto nos genera una primera duda
autocomprobación 241 ”.
237 Se postula que en la teoría de Jakobs se han ido produciendo variantes en lo que significa el concepto
de “ejercicio de la fidelidad en el Derecho”, así “(…) en su escrito sobre ‘Culpabilidad y prevención’ tal
aspecto está fuertemente destacado, hasta el punto de que Jakobs pretende identificarlo con el entero
contenido de la prevención general que él mismo mantiene (…). En cambio en su Tratado, Jakobs expone
su concepción de la prevención general de forma más compleja y articulada. [Ahora] la función de la pena
estatal para garantizar las expectativas sociales esenciales se resume en producir ‘prevención general a
través del ejercicio en el reconocimiento de la norma’”. En: PEÑARANDA RAMOS, Enrique, SUÁREZ
GONZÁLEZ, Carlos J. y Manuel CANCIO MELIA. Ob. Cit. 1997, pp. 18-19.
238 LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Ob. Cit. 2004, Tomo I, p. 138.
239 Ibid., p. 139.
240 JAKOBS, Günther. Ob. Cit. 1996, p. 18.
241 Idem.
92
Jakobs acoge reformula así la teoría de la prevención general
positiva, que implica ahora que la pena sea “(…) una muestra de la
objetiva 244 ”.
el de culpabilidad:
242 LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Ob. Cit. 2004, Tomo I, p. 139.
243 JAKOBS, Günther. Estudios de Derecho penal. Madrid: Editorial Civitas S.A., 1997b, p. 7.
244 Ibid., p. 8.
245 Idem.
93
principio de culpabilidad, trata como cosa a la persona que va a ser
JAKOBS, Günther. El fundamento del sistema jurídico penal. Lima: ARA Editores, 2005, p. 76.
246
94
la satisfacción de las necesidades individuales. Por el
contrario, para la concepción de la persona como valor en
sí se trata de asumir la afirmación efectiva y la realización
de la libertad como fundamento de un orden social
‘discursivamente determinado’ y ‘deducido del valor’ de la
persona (racionalidad discursiva, derivaciones del orden
de ‘razones compartidas’) 248 ”.
248 BARCELLONA, Pietro. La teoría de sistemas y el paradigma de la sociedad moderna. En: Mutaciones
de Leviatán. Legitimación de los nuevos modelos penales. Madrid: Ediciones Akal S.A., 2005, p. 27.
249 PORTILLA CONTRERAS, Guillermo. Los excesos del formalismo jurídico neofuncionalista en el
normativismo del Derecho penal. En: Mutaciones de Leviatán. Legitimación de los nuevos modelos
penales. Madrid: Ediciones Akal S.A., 2005, p. 62.
250 Ibid., p. 65.
95
Finalmente, el propio Silva Sánchez alude a que el planteamiento
sistema penal hacia los fines de la política criminal, pero “(…) sin
96
parámetros interpretativos y sistematizadotes del principio “nullum
tesis:
A lo que agrega:
97
dogmática) desde la perspectiva de la política criminal. Así,
entonces, las teorías de la pena determinan las vías por las cuales
penal 260 ”.
98
circunstancias dadas o finalidades que son útiles para el individuo y
99
Claus Roxin es altamente crítico respecto de la postura de Günther
profesor Luigi Ferrajoli entre las doctrinas auto-poyéticas, para las que
100
por el fin de garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos, y
viola 268 ”.
manera exclusiva a los atentados más graves a los bienes jurídicos más
patrimonio.
conflictos sociales.
268Idem.
269 Cabe señalar que a pesar de que la doctrina de manera casi unánime lo considera parte de la
denominada Escuela de Frankfurt, el profesor Winfried Hassemer se muestra reacio a ser considerado
parte de una Escuela. En: ARROYO ZAPATERO, Luis, NEUMANN, Ulfrid y Adán NIETO MARTÍN
(coordinadores). Crítica y justificación del Derecho penal en el cambio de siglo. El análisis crítico de la
Escuela de Frankfurt. La Mancha-Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla, 2003, p. 11.
101
la estimación de la radical injusticia e inutilidad de la pena, cuya función
sosteniendo lo siguiente:
con toda clase de prejuicios (clasistas, sexistas, racistas, etc.). (…) Los
prisonizados no están presos por haber cometido ilícitos graves (…) están
presos por llevar ‘cara’ de delincuentes (…) 273 ” Ante ello, postula el
la interpretación de las leyes penales, propone a los jueces un sistema orientador de decisiones que
contiene y reduce el poder punitivo, para impulsar el progreso del estado constitucional de derecho”. En:
ZAFFARONI, Eugenio Raúl, ALIAGA, Alejandro y Alejandro SLOKAR. Ob. Cit. 2006, p. 24.
273 ZAFFARONI, Eugenio. La Filosofía del sistema penitenciario en el mundo contemporáneo.
percibido por la criminología clínica tradicional, partiendo de la base de que buena parte de las
características por ella descriptas (…) no son ‘causas’ del delito sino ‘causas’ de la criminalización. Si
102
criminalización, y añade que “(…) este trato humano tendrá muchas más
entonces que “(…) cuanto más poder punitivo autorice un estado, más
alejado estará del estado de derecho, porque mayor será el poder arbitrario
de Quiroga 279 :
logramos que la persona tome conciencia de que la criminalización obedece a esas características (…) es
muy probable que se obtenga su cooperación en la tarea de reducir estas ‘causas de la criminalización”.
En: ZAFFARONI, Eugenio. Ob. Cit. 1990.
275 ZAFFARONI, Eugenio. Ob. Cit. 1990.
276 ZAFFARONI, Eugenio Raúl, ALIAGA, Alejandro y Alejandro SLOKAR. Ob. Cit. 2006, p. 22.
277 Una postura crítica de los postulados de la Escuela de Frankfurt en: SHÜNEMANN, Bernd. Ob. Cit.
2006, p. 91 y ss.
278 SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María. Ob. Cit. 2006, p. 4.
279 LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Ob. Cit. 2004, Tomo I, p. 156.
103
- Leyes de declaración de valores: las que optan por una determinación
- Leyes con carácter de apelación moral: que tienen como objetivo crear
“necesidad de actuar”.
104
problemas de la sociedad actual, y en el que pueden rebajarse el nivel de
Escuela de Frankfurt como la teoría del Big Crunch y sostiene que estas
105
relevancia y como si fuese indiferente la técnica de tipificación
adoptada 283 ”.
Lo expuesto hasta aquí nos permite concluir que el Derecho penal del enemigo se
penal, qué utilidad puede tener para resolver los problemas sociales y cuándo su
actuación resulta legítima. Cabe resaltar que no todas las posturas hacen alusión
pretenden encontrar las causas del fenómeno criminal para luego situar al
principales aspectos del Derecho penal del enemigo presentados por el profesor
Günther Jakobs durante las últimas dos décadas. Se trata de un postulado que,
106
evidentemente, se enmarca en el panorama descrito en la sección anterior. La
El Derecho penal del enemigo constituye para el profesor Luigi Cornacchia “(…) la
varios siglos atrás 286 , pero lo que acá interesa es la teoría presentada por Günther
existen propuestas anteriores a las del penalista alemán, que aluden directamente
a un Derecho penal del enemigo. Así, vale citar a los críticos de tendencias represivas
cuyos análisis -años antes a Jakobs-, según opinión del profesor Wolfgang
285 CORNACCHIA, Luigi. La moderna hostis iudicatio entre norma y estado de excepción. En: Derecho
penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen I. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 420.
286 Al respecto, el profesor Gracia Martín precisa que “(…) el discurso actual del Derecho penal del enemigo
no ofrezca apenas nada nuevo con respecto al pasado histórico ni en los fundamentos ni en los programas
de actuación frente a determinados tipos de delincuencia”. En: GRACIA MARTÍN, Luís. Ob. Cit. 2007,
p. 212. Por su parte, el profesor Zaffaroni sostiene que “(…) desde el establecimiento del poder punitivo
hace ocho siglos, toda teoría de pluralidad de derechos penales se basó en emergencias, o sea, en
amenazas a la supervivencia misma de la sociedad, que asumían el carácter de guerras y, por ende,
reducían el derecho penal a derecho administrativo y las penas a coerción directa”. En: ZAFFARONI,
Raúl Eugenio. La legitimación del control penal de los ‘extraños’. En: Derecho penal del enemigo. El discurso
penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 1126. El mismo autor en otra obra
colectiva, en referencia al “Malleus Maleficarum” de los inquisidores Heinrich Kraemer y James Sprenger,
sostiene que “(…) la primera aparición del discurso de emergencia tuvo lugar contra el diablo, que perdía
las almas llevándolas a disentir con la autoridad (herejías)”. En: ZAFFARONI, Eugenio Raúl, ALAGIA,
Alejandro y Alejandro SLOKAR. Ob. Cit. 2006, p. 202. Para conocer una secuencia histórica del Derecho
penal del enemigo desde Atenas y Roma hasta el Medioevo, el Iluminismo e inclusive el siglo XX, ver: LUISI,
Luiz. Un Derecho penal del enemigo: el Derecho penal soviético. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal
de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 236.
107
Kaleck, “(…) han explicado mucho mejor que Jakobs el contexto filosófico y
mecanismos y las instituciones del Derecho tutelado por el Estado son utilizados
para afianzar posiciones de poder o para crearlas (…) 288 ”. Es decir que dicho
Con mayor precisión, Sebastián Cobler, según explica el profesor Kaleck, desde
sostiene que Cobler situaba a los decentes, que eran “(…) aquellos que afirman
(…) 290 ”.
287 KALECK, Wolfgang. Sin llegar al fondo. La discusión sobre el Derecho penal del enemigo. En: Derecho
penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 118.
288 Ibid., p. 122.
289 Ibid., p. 125.
290 Idem.
108
Concluyo que Jakobs, más que el creador, es, en términos de la profesora Nuria
El Derecho penal del enemigo constituye una propuesta que centra su atención
mismo. Se dirige contra las personas que el Estado puede considerar que
se han apartado -de manera al menos duradera- del Derecho y que, por
peligrosidad 292 ”.
291 PASTOR MUÑOZ, Nuria. El hecho: ¿ocasión o fundamento de la intervención penal? Reflexiones
sobre el fenómeno de la criminalización del ‘peligro de peligro’. En: Derecho penal del enemigo. El discurso
penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 523.
292 SCHEERER, Sebastián, María Laura BÖHM y Carolina VÍQUEZ. Seis preguntas y cinco respuestas
sobre el Derecho penal del enemigo. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II.
Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 919.
109
aumento y endurecimiento en la aplicación de penas privativas de libertad
y de derechos.
Günther Jakobs y que ha sufrido una clara evolución en los últimos veinte
enemigo”).
punibilidad.-
puede sorprender que sea todavía más incierto por dónde discurre el límite
293Se trata de una ponencia presentada al Congreso de los penalistas alemanes, celebrado en Frankfurt a.
M. en mayo de 1985.
110
entre la conducta previa que es aún legítimamente punible y la que no 294 ”.
emplea una posición tan radical (como la que será materia de crítica en el
presente trabajo), sino que utiliza el concepto “Derecho penal del enemigo”
un ‘enemigo’ 296 ”.
Así, entre las causas que favorecen la anticipación de la punibilidad (y, por
ende, la configuración del Derecho penal del enemigo), Günther Jakobs alude a
sostiene lo siguiente:
Así, el profesor Jakobs llega al extremo de indicar que, bajo dicho criterio,
debieran ser combatidos por medio del Derecho penal los pensamientos
penal económico. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Tomo I. Madrid:
EDISOFER S.L., 2006, p. 2.
297 JAKOBS, Günther. Ob. Cit. 1997b, p. 295.
111
peligrosos de los autores potenciales. Frente a ello, Günther Jakobs
definición de autor como enemigo del bien jurídico, una definición del
privado (lo que denomina, esfera civil interna) no es tal, acota lo siguiente:
298 Idem.
299 JAKOBS, Günther. Ob. Cit., 1997b, p. 298.
112
autogobierno 300 ”. Pero ello no significa para Jakobs que sea posible
imponer la investigación de la parte subjetiva del sujeto sin más; para ello
Jakobs: para ser sancionado, “el autor tiene que haberse introducido en
una relación cuyo control ya no puede impedir. A falta de ello, (…) [se]
113
Agrega a ello el profesor Jakobs que pueden existir situaciones en las que
resaltado es nuestro)
modo (…) que no exista peligro alguno de que se pueda infiltrar por
304 Idem.
305 Es objeto del presente trabajo sostener que Jakobs abandona definitivamente la perspectiva crítica del
fenómeno del Derecho penal de la exclusión en el texto “Derecho penal del ciudadano y Derecho penal del
enemigo” e inicia la lucha intelectual por su legitimación como medio jurídico de reacción frente a los
fenómenos criminales que pondrían “en jaque” a la sociedad.
306 JAKOBS, Günther. Ob. Cit. 1997b, p. 323.
307 JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Derecho penal del enemigo. Segunda edición. Navarra:
114
dirige contra la persona en Derecho, sino contra el individuo peligroso 308 ”.
competente:
penal” del enemigo?”, sostiene que “(…) la esencia del concepto de Derecho
penal del enemigo está, entonces, en que éste constituye una reacción de
peligrosos (…) 310 ”. El mismo autor resume el concepto del Derecho penal del
lo siguiente:
115
lugar, determinadas garantías procesales son relativizadas o,
incluso, suprimidas 311 ”.
paulatino, pero decisivo, avance del ius puniendo del Estado contra ciertas
discusión planteado por el Derecho penal del enemigo, que consiste en:
311 CANCIO MELIÁ, Manuel. De nuevo: ¿”Derecho penal” del enemigo? En: Derecho penal del enemigo. El
discurso penal de la exclusión. Tomo I. Madrid: EDISOFER S.L., 2006, pp. 356-357.
312 ABOSO, Gustavo Eduardo. Ob. Cit. 2006, p. 53.
313 APONTE, Alejandro. Ob. Cit. 2006, p. 169.
314 FEIJOO SÁNCHEZ, Bernardo. El Derecho penal del enemigo y el Estado democrático de derecho. En:
Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Tomo I. Madrid: EDISOFER S.L., 2006, p. 799.
116
Así, en palabras del profesor Luis Gracia Martín se trataría de la materia
el Derecho penal del enemigo, a los efectos de la presente tesis, resulta esencial
de aseguramiento.
constitucional y democrático.
315GRACIA MARTÍN, Luis. Sobre la negación de la condición de persona como paradigma del “Derecho
penal del enemigo”. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Tomo I. Madrid:
EDISOFER S.L., 2006, p. 1053.
117
c) Los límites del aludido Derecho penal del enemigo no son nítidamente
118
imputado de los delitos adjudicados) y temporalmente (con la
un órgano judicial (…), mientras que cuando los abusos son cometidos
ámbito 317 ”.
La teoría del Derecho penal del enemigo tiene en Günther Jakobs tres textos de
trabajo.
119
la exclusión. En la introducción de dicha obra, el profesor alemán
318 JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, p. 24.
120
penal “tradicional”, sino que sería necesario recurrir a lo que él
iii. Finalmente, el tercer texto del profesor Günther Jakobs que nos
“políticamente correcto”, ya que tratará respecto del mundo real (el del
ser) y no del mundo ideal (el del deber ser). Esta disquisición es clara
cuando afirma más adelante: “(…) que todos deban ser tratados como
para una sociedad; pero aún no se trata de una parte de una sociedad
319 JAKOBS, Günther. ¿Derecho penal del enemigo? Un estudio acerca de los presupuestos de la juridicidad.
En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p.
96.
121
artificialmente en enemigo, sino el de describir a quién el sistema
futuro ese papel 320 ”. Sin embargo, como se verá más adelante, dicho
Según criterio del profesor Feijoo Sánchez, si bien Jakobs parecería haber
Si bien existen otros textos en los que el profesor Jakobs aborda su tesis
respecto del “Derecho penal del enemigo” (el ya citado y explicado texto
122
sociedad 324 ”, entre otros), los postulados más trascendentales del discurso
se encuentran recogidos por los tres textos citados, a los que remitimos
nuestro análisis.
Así, Jakobs manifiesta que “(…) un Derecho penal del enemigo al menos
una conducta espontánea e impulsiva 325 ”. Sin embargo, las reglas no son
A través del Derecho penal del enemigo, la reacción del ordenamiento jurídico
324 JAKOBS, Günther. Dogmática de Derecho penal y la configuración normativa de la sociedad. Madrid:
Civitas Ediciones S.L., 2004.
325 JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, p. 24.
123
gran trecho hacia el ámbito de la preparación, y la pena se dirige hacia el
peligrosidad 327 ”.
que la afirmación del autor es irrelevante y que la norma sigue vigente sin
124
explicada en el apartado anterior. Esta es la función que la sanción penal
privado de cometer delitos fuera del centro de reclusión. Ello resulta muy
relativo, ya que son varios los supuestos en los que la cárcel no cumple la
empleada por Jakobs, son distintas de los ‘individuos’. ‘Personas’, en el sentido jakobsiano, son quienes
porten ‘roles sociales’ derivados de los deberes y derechos propios del mundo normativo. Entonces,
solamente estas ‘personas’ serían reconocidas como ‘ciudadanos plenos’ pues tendrían ‘competencia’ para
comunicar normativamente. El “individuo”, en cambio, no tendría roles sociales, no sería ‘ciudadano
pleno’ y, por lo tanto, no podría “comunicar” normativamente. El individuo no podría transmitir a otro
directamente su ‘subjetividad’ sino solamente lo podría hacer a través de ‘manifestaciones’, es decir de
manera ‘objetivizada’”. En: ABANTO VÁSQUEZ, Manuel. Acerca de la teoría de bienes jurídicos. En:
Modernas tendencias de dogmática penal y política criminal. Libro homenaje al Dr. Juan Bustos Ramírez.
Lima: Idemsa, 2007, pp. 44-45.
330 JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, pp. 25-26.
125
Así, en el Derecho penal del enemigo, la pena es un medio para un
tan sólo es una meta intermedia, no el objetivo principal del legislador; con
los derechos (…). El Estado no tiene por qué hacer todo que es libre de
hacer (sic), sino que puede contenerse, en especial, para no cerrar la puerta
El límite del Derecho penal del enemigo está marcado por el papel
respecto, Jakobs explica que “el Derecho penal del enemigo debe ser
limitado a lo necesario (…). En primer lugar, hay que privar al terrorista [al
enemigo] precisamente de aquel derecho del que abusa para sus planes 333 ”.
331 JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, p. 60.
332 Ibid., 2006, p. 34.
333 Ibid., p. 76.
126
Aérea 334 , de acuerdo al cual resulta lícito derribar la aeronave “que
pretenda ser usada para atentar contra vidas humanas”. Es decir, se trata
que “si (…) el Estado, en caso de extrema necesidad, incluso frente a sus
simplemente agrega que “(…) puede que el riesgo de abuso sea demasiado
334 Según refiere Jakobs, dicha norma fue declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional
Federal Alemán el 15 de febrero de 2006.
335 JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, p. 78.
336 Idem.
337 JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, p. 80.
338 Este cuestionamiento es materia de desarrollo en el capítulo seis de la presente tesis.
127
Sostiene Jakobs que la norma “(…) ha de determinar a grandes rasgos a la
sociedad, sólo entonces es real 339 ”. Su punto de partida es que los delitos
pena. Pero ello sólo ocurre cuando “(…) el autor a pesar de su hecho
Agrega el profesor de Bonn que “(…) las personas no sólo quieren tener
confianza en lo que no debe ser sólo supone una orientación con la que es
normativa).
339 JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, p. 34.
340 Ibid., p. 37.
341 Ibid., p. 38.
342 Idem.
128
Y el Estado tiene un deber al respecto: “el fin principal del Derecho penal del
es necesaria para poder ser tratados como personas 343 ”. Agrega que, al
que “(…) hay muchas reglas del Derecho penal que permiten apreciar que
129
ciudadanos tenemos el derecho a que éste no cometa delitos) no es
norma 347 ” y justamente “(…) una expectativa normativa dirigida hacia una
apoyo cognitivo prestado por esa persona 348 ”. A partir de ese momento es
expectativa normativa para pasar a la cognitiva’ 349 ”. Se trata de una cita que
346 En: JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, pp. 63-64.
347 Ibid., p. 65.
348 Ibid., p. 66.
349 Ibid., p. 67.
130
sustentado en la visión de un legislador que asume el papel de “la voz del
estatus de persona por parte del objeto de lucha. Por ello, se postula
la filosofía.
Para tal efecto, en primer lugar, recurre a Rousseau 350 y a Fichte 351 . A partir
350 Según Jakobs, Rousseau sostiene que “(…) cualquier ‘malhechor’ que ataque el ‘derecho social’ deja de
ser ‘miembro’ del Estado, puesto que se halla en guerra con éste, como demuestra la pena pronunciada en
contra del malhechor”. En: JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, p. 28.
351 Según Jakobs, Fichte sostiene que “(…) ‘quien abandona el contrato ciudadano en un punto en el que
en el contrato se contaba con su prudencia, sea de modo voluntario o por imprevisión, en sentido estricto
pierde todos su derechos como ciudadano y como ser humano, y pasa a un estado de ausencia completa
de derechos’”. En: JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, p. 28.
352 JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, p. 28.
131
del Derecho también al criminal, debido a que el delincuente “(…) tiene
A partir de ello, Jakobs concluye que, no todos los delincuentes, sino sólo
halla en un mero estado de naturaleza me priva (…) [de la] seguridad [necesaria], y me lesiona ya por ese
estado en el que está a mi lado, si bien no de manera activa (facto), sí por la ausencia de legalidad de su
estado (statu injusto), que me amenaza constantemente, y le puedo obligar a que o entre conmigo en un
estado comunitario-legal o abandone mi vecindad”. Según Jakobs, se estaría refiriendo a la cita de Kant
del pie de página 18 de su obra “Sobre la paz eterna”.
132
legítimamente proceder de modo hostil contra un ser humano en la
enemigo’ 356 ”.
Sostiene que todo sujeto que rinde fidelidad al derecho tiene derecho
a ser tratado como persona 357 . Por el contrario, quien -de manera
más relevante para la presente tesis. Explica Jakobs que el sujeto peligroso,
“(…) sea como sea que esto se produce, en todo caso, lo que es
seguro es que no sucederá en un discurso libre, sino cambiando
133
al propio terrorista, o, más bien, sus circunstancias vitales, bajo
coacción, en orden a alcanzar tal finalidad, y la aplicación de la
coacción para cambiar la vida de otro es incompatible por
definición con su reconocimiento como persona (…) 358 ”.
358 JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, pp. 70-71.
359 Ibid., pp. 47-48.
360 PORTILLA CONTRERAS, Guillermo. Ob. Cit. 2005, p. 67.
134
En opinión de los profesores Polaino Navarrete y Polaino Orts, la noción
la sociedad 361 ”.
criminal, “el Derecho penal del enemigo es Derecho en otro sentido. (…) El
es sólo coacción física, hasta llegar a la guerra 362 ”. Se trata entonces, según
361 POLAINO NAVARRETE, Miguel y Miguel POLAINO-ORTS. Derecho penal del enemigo: algunos falsos
mitos. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L.,
2006, p. 620.
362 JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, p. 34.
135
exactamente, al Estado, sus órganos y funcionarios en la lucha contra los
enemigos 363 ”.
del Derecho 364 ”; por más que desde el concepto abstracto un Estado sin
Derecho.
sostiene tres ideas. En primer lugar, afirma que “(…) el Estado no tiene
136
con base en el concepto abstracto de Estado de Derecho carece de todo
valor 366 ”. Finalmente, afirma que “(…) nadie está obligado a ejecutar
realmente todo aquello que podría hacer con buenas razones 367 ”. A partir
Derecho del enemigo debe ser limitado a lo necesario 368 ”. Según Jakobs,
que el Derecho penal del enemigo se confunda con el Derecho penal del
obra de Jakobs cuáles serían las directrices (ni siquiera cuáles los criterios
para que estas fueran determinadas) que limitarían el Derecho penal del
enemigo.
del enemigo “superfluo”, lo cual conlleva a que elementos del Derecho penal del
mal desde la perspectiva del Estado de Derecho 369 ” 370 . A partir de ello
366 Idem.
367 JAKOBS, Günther. Ob. Cit. 2006, p. 115.
368 Idem.
369 JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, p. 48.
370 Ejemplo de ello lo explica Jakobs de la siguiente manera: “lo que en el caso de los terroristas –
adversarios por principio- puede ser adecuado, es decir, tomar como punto de referencia las dimensiones
del peligro y no el daño en la vigencia de la norma ya realizado, se traslada aquí al caso de la planificación
137
concluye que un Derecho penal del enemigo superfluo es más dañino para el
Estado de Derecho y que más bien “(…) un Derecho penal del enemigo
derecho?” que sólo son ataques al Estado de Derecho “(…) hasta diez
perspectiva para ver cuándo el Derecho penal está sobre el suelo seguro
del Derecho penal del enemigo (sic), y cuándo sobre el terreno tan resbaladizo
del Derecho penal del enemigo 373 ”. Aquí se reconoce entonces el elemento de
de cualquier delito, por ejemplo de un simple robo”. En: JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ.
Ob. Cit. 2006, p. 49-50.
371 JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, p. 55.
372 Ibid., p. 82.
373 Ibid., p. 83.
138
inseguridad jurídica que introduce el Derecho penal del enemigo a la
legislación.
finalidad” lo siguiente:
procesal penal.
Explica Jakobs que el imputado es una persona que participa del proceso,
preventiva 375 ”. Más adelante, explica Jakobs que dichas medidas no tienen
lugar fuera del Derecho, pero los imputados son excluidos de su derecho:
el que el Estado intenta con ayuda de otros Estados destruir las fuentes de
139
los terroristas “(…) y hacerse con ellos, o mejor matarlos directamente,
autores 379 ”. Es así que sostiene que no es posible afirmar tajantemente que
existe un estado real de vigencia del Derecho, ya que lo que existe en todo
140
A partir de dichas consideraciones, concluye respecto de este tema que
del Derecho penal del enemigo sin ser sólo por ello ilegítima 381 ”. Insinúa que
llaman a las cosas por su nombre y no aceptan que dichas instituciones son
límites. Afirma Jakobs que “(…) subsiste una afirmación potente: todos
derechos 382 ”. Frente a dicha propuesta, Jakobs sostiene que “(…) es, con
141
factores- el comportamiento del sujeto 383 ”. A continuación, plantea Jakobs
el supuesto caso de Adolf Hitler, señalando que sería muy sencillo sostener
que éste debe ser tratado como persona una vez que ya fue reestablecida la
Entonces, quiénes son para Jakobs aquellos que deben ser tratados como
una actitud interna conforme a Derecho. Así, precisa Jakobs que “(…) la
vigorosa sentencia según la cual al menos hoy todos deben ser tratados
peligrosos 384 ”.
por parte del sujeto. Precisa que “(…) quien deba ser persona debe
“participar”, y eso significa que debe hacer su parte, esto es, garantizar
383 Idem.
384 JAKOBS, Günther. Ob. Cit. 2006, p. 96.
385 Ibid., p. 106.
142
El profesor Jakobs plantea que “(…) ser persona en Derecho es algo
cuerpo del (…) Estado, en algunos lugares, no está cubierto por una
desnudo, más aún, que debe estar desnudo en las actuales condiciones, si
143
2.2.5. Significado y finalidad de la pena estatal en Jakobs 389 .-
respectivamente.
armonía fraternal de todos los seres humanos 390 ”. En esa línea, nos
389 Un importante estudio al respecto lo efectúa el profesor Sanz Morán en: SANZ MORÁN, Ángel José.
Las teorías penales hoy. En: DÍAZ Y GARCÍA CONLLEDO, Miguel y Juan Antonio GARCÍA
AMADO (Editores). Estudios de filosofía del derecho penal. Primera edición. Bogotá: Universidad
Externado de Colombia, 2006.
390 JAKOBS, Günther. Ob. Cit. 2005, p. 17.
144
explica que Grocio 391 consideraba necesario y suficiente que se
391 Idem.
392 Idem.
393 JAKOBS, Günther. Ob. Cit. 2005, p. 18.
145
utilidad 394 ”. Por último, el profesor Jakobs considera la postura de
que no puede servir más que para matarlo 396 ”. (El resaltado es
nuestro)
otros, pero con ello (…) no se ha ganado nada con respecto al tipo
146
emociones, la sed de venganza y la ira, se encuentra en todo caso
398 Idem.
399 JAKOBS, Günther. Ob. Cit. 2005, p. 22.
400 Ibid., pp. 22-23.
401 Ibid., p. 23.
147
Luego hace alusión al ejemplo de la isla de Kant y subraya que el
vería degradada a ser tratada como una fuente de peligros (…) 403 ”.
ley 404 ”.
148
nuestra razón práctica’, -lo que sería una contradicción en sí
ser confundido entre los objetos del Derecho de cosas sigue siendo
149
tesis, es un elemento trascendental de la teoría kantiana que impide
carácter absoluto.
409 Idem.
410 JAKOBS, Günther. Ob. Cit. 2005, p. 34.
411 Ibid., p. 35.
150
finalidad de asegurar los derechos de la persona y la ejecución de la
lesión del derecho amenaza a otro con algún tipo de mal; pues con
412 Idem.
413 JAKOBS, Günther. Ob. Cit. 2005, p. 36.
414 Idem.
415 Idem.
151
autor consiente sin más cualquier amenaza: puede ser descrito
como una persona que sabe que tiene que responder de su hecho
152
Derecho’ 419 ”. En ese sentido, al parecer de Jakobs, Hegel entiende
resaltado es nuestro)
153
concepto, y mantener la fuerza de orientación, del Derecho, su
vigencia 424 ”.
en éste’ 425 ”.
lo siguiente
154
norma, y ello, concretamente, respecto de la sociedad en
su conjunto, por ello, prevención general 426 ”.
155
como persona en Derecho –pues si así fuera, sería inadmisible que
presenta los criterios para determinar cuándo actuar con una lógica
o con la otra.
156
frente a los delitos precisamente del otro determinado 432 ”. ¿Cómo
157
Capítulo III
ENEMIGO
El presente capítulo tiene como objeto probar la hipótesis de que la teoría del Derecho
penal del enemigo no resiste a un análisis de orden intra sistémico. Para ello, será necesario
establecer –en primer lugar- que la teoría funcionalista de Günther Jakobs –de la que
parte la exposición del Derecho penal del enemigo- se sustenta en la idea de Derecho como
establecerá que el Derecho penal del enemigo atiende a una concepción de sistema jurídico
abierto a valoraciones de orden político, lo que genera que resulte incoherente con el
funcionalismo sistémico.
del Derecho.
159
Desde una óptica más específica, Durán Migliardi señala que “(....) dado que sus
a través del Derecho 435 ”. Hace así alusión al carácter de sistema jurídico cerrado
encuentra el profesor Grosso García, quien sostiene que existe “(…) una
relación de in put-out put con los sistemas sociales 436 ”. Por su parte, Alejandro
“(…) es cierto que para Jakobs, como para Luhmann, existiría, por un
lado, una tajante separación entre el individuo, entendido como sistema
psíquico que opera mediante la conciencia, y la sociedad, entendida
como sistema que opera mediante la comunicación (…) y por otro lado,
la persona, diferente del sistema psíquico, constituiría el puente que
permite la conexión o el acoplamiento entre los sistemas psíquicos
(conciencias) y los sociales (comunicacionales). Sin embargo, el mismo
Jakobs ha tenido a bien aclarar expresamente que un conocimiento sólo
160
superficial de la teoría de los sistemas de Luhamnn permite advertir
rápidamente que sus concepciones (…) no son en absoluto consecuentes
con dicha teoría 438 ”.
sistemas, pero ello no implica negar que en sus postulados existan claros
es palpable en Jakobs cuando describe el hecho penal. Sostiene que éste “(…) no
clave de su teoría, significa que el Derecho tiene plena autonomía como subsistema social para otorgarle
significado o sentido a la realidad que percibimos (constructivismo)”. En: FEIJÓO SÁNCHEZ,
Bernardo. Ob. Cit. 2007, p. 38.
161
puede definirse como lesión de bienes, sino sólo como lesión de la juridicidad.
La lesión de la norma es el elemento decisivo del hecho penal, como nos enseña
Jakobs el Derecho penal tiene como objeto la lesión de una norma (lo
penal no puede cambiar los valores de la sociedad, existe otro mensaje en esta
cita de Jakobs, cual es que la valoración de los contenidos de una norma jurídico
que por tanto se le puede objetar a Jakobs es que hasta ahora ha dejado de lado como tema a tratar de
forma manifiesta el papel que en el fundamento de la culpabilidad juega la configuración política de una
162
La afirmación de esta tesis es ratificada, desde una óptica distinta, por el profesor
cerrado frente al subsistema político 444 ”. Es decir que el Derecho penal (inmerso
subsistema político.
orden político, pero que a partir del Derecho penal del enemigo se estaría abriendo a
normativa.-
sustentar los postulados de un Derecho penal del enemigo, debe claudicar al principio
determinada sociedad. Ello es una consecuencia de su perspectiva sistémica de acuerdo con la cual no
pueden existir interrelaciones entre el Derecho y la política, pero no ha tenido en cuenta que las decisiones
políticas básicas adquieren forma jurídica a través del ordenamiento constitucional. Tradicionalmente el
concepto funcional de Jakobs ha quedado incompleto y ha pecado de formalidad por su falta de
referencias al contexto político-jurídico general. Sin ello no se entiende adecuadamente la culpabilidad
como comunicación entre ciudadanos”. En: FEIJÓO SÁNCHEZ, Bernardo. Ob. Cit. 2007, p. 145.
444 FEIJÓO SÁNCHEZ, Bernardo. Ob. Cit. 2007, pp. 37-38.
163
• En primer lugar, en su texto “¿Derecho penal del enemigo? Un estudio acerca de
pretende Jakobs para la teoría que nos presenta se enmarcan en las teorías
enemigo.
una atribución del ordenamiento jurídico a aquellos individuos que cumplen con
siguiente:
164
a) El concepto de persona debe atender a un estadio de normatividad
pura facticidad, que es aquel en el que “(…) el Derecho vigente consiste en las
reglas del trato practicado a grandes rasgos entre los seres humanos 446 ”. Este
punto de partida es excluido por Jakobs ya que “(…) aquello que es practicado a
grandes rasgos puede ser mera violencia 447 ”. En segundo lugar, el estadio de
final; los derechos valen sólo en cuanto derechos para su disfrute, por lo demás,
445 Respecto del concepto de persona de Jakobs, el profesor Feijoo Sánchez sostiene que para dicho autor
“(…) desde la perspectiva del sistema jurídico únicamente interesa la dimensión normativa de los seres
humanos (…). Lo que caracteriza a la concepción normativa de Jakobs es que en su teoría del Derecho
penal nunca ha dejado de estar latente la concepción de que el sistema social exige una cierta cooperación
o prestación positiva a sus ciudadanos, que tiene que ver con la fidelidad al Derecho”. En: FEIJOO
SÁNCHEZ, Bernardo. Ob. Cit. 2006, pp. 811-812.
446 JAKOBS, Günther. Ob. Cit. 2006, pp. 97-98.
447 Ibid., p. 98.
448 Ibid., p. 97.
449 Ibid., p. 98.
450 Ibid., p. 97.
165
en cuanto nudos derechos, son inútiles 451 ”. Y en ese sentido es que para Jakobs,
ciudadano no sólo debe saber que el bien que le han hurtado es legalmente suyo,
ejemplo de que ninguna persona deja su casa abierta durante la noche porque los
una conexión entre la vigencia de la norma y la realidad social, pero Jakobs alude
que cualquier quebrantamiento convertiría en irreal a una norma 452 ”. Hasta este
propia sociedad la que decide lo que es la realidad social, que una norma “(…)
un siguiente paso: la sanción del funcionario que omite imponerla. Si ante dichas
166
reacciones no ocurre nada, “(...) la vigencia de la norma queda erosionada tanto
Derecho penal del enemigo. A pesar de las obvias dificultades (de la circularidad del
“(…) no significa que estos autores hayan dejado de ser personas (…) El
una serie de hechos 455 ”. Así, concluye que “(…) aunque la cimentación cognitiva
pena 456 ”. Se trata aun de ciudadanos, de aquellos que tienen un modus vivendi
167
Respecto del enemigo sostiene que éste es, en cambio, un adversario de la
superar a Hobbes, que “(…) hoy no debe entenderse por adversario de principio
(sólo) un adversario del poder establecido, sino que debe ser entendido como
que, según Jakobs, “(…) se han alejado en cuanto actitud, dicho con mayor
preceptos 460 ”. Aquí reside la principal contradicción: ¿no se suponía que no tenía
nada que ver el poder, menos aún el político? ¿No se entendía que la calificación
168
del enemigo debería tener bases meramente normativas y no debía ser producto
Derecho penal del enemigo “(…) está en el legislador, que configura el aseguramiento
doctrina del Derecho penal del enemigo, este consiste en la pretensión de Jakobs de
Derecho.
169
dominación estatalmente organizada consiste en ejercer el poder político sobre
distinguir los niveles de discurso en la teoría del Derecho penal del enemigo, ya que
“deber ser”.
En ese sentido, el análisis de una teoría –como es el caso de la del Derecho penal
discurso en los que uno se moviliza. Así, podrá al menos distinguirse un nivel
462 HABERMAS, Jürgen. El Occidente escindido. Madrid: Editorial Trotta S.A., 2006, p. 128.
463 Idem.
170
formas y estructuras del derecho positivo 464 ”. Distintos niveles de discurso serán
del derecho. Ninguno de los tres últimos discursos se identifica con la teoría del
derecho, que para el profesor Luigi Ferrajoli será el “(…) terreno de encuentro
entre los distintos enfoques para el estudio del derecho 465 ”. En esa línea, cada
uno de los tres niveles de discurso distintos al de la teoría general del derecho se
deriva de una divergencia deóntica, que se denomina así por estar vinculada al
“(…) expresa una tesis iusnaturalista, en caso de que se asuma una noción
ejemplo Alexy al afirmar que una norma pierde la validez jurídica cuando
–esto es, la idea de que las normas jurídicas tienen siempre algún valor
464 FERRAJOLI, Luigi. Los fundamentos de los derechos fundamentales. Segunda edición. Madrid:
Editorial Trotta, 2005, p. 290.
465 FERRAJOLI, Luigi. Garantismo. Una discusión sobre derecho y democracia. Madrid: Editorial Trotta,
2006, p. 20.
466 Ibid., p. 12.
171
moral, cualquiera que sea su contenido- en caso de que se asuma una noción
De esta distinción se deriva “(…) la función crítica de las leyes vigentes, que
172
normas de derecho positivo de un determinado ordenamiento, sea estatal o
internacional 472 ”.
efectividad.
173
ii. Falacia ético-legalista, que es la que confunde la justicia de las normas
con su vigencia y/o con la validez, y, por ello, no permite reconocer las
iii. Falacias paleopositivistas, que son las que confunden vigencia y validez
de las normas. Así, la primera asume el ser de las normas jurídicas como
iv. Falacia realista, que es aquella que confunde la efectividad con la validez,
sucede.
174
caso de la justicia, en la que se combinan valoraciones al menos de carácter ético,
político y jurídico).
inexplicable del “ser” al “deber ser” y así su incursión en una evidente falacia
Las tres razones expuestas dan cuenta de que el profesor Günther Jakobs, al
contractualistas de la Ilustración, su salto del ser al deber ser, entre otros, son
A partir de ello, toca ahora evaluar –desde una perspectiva extra sistémica- la
175
Capítulo IV
PERMANENTE
El presente capítulo tiene como objeto probar la primera hipótesis de orden extra
un modus operandi estatal, que evoque como principio fundamental del Estado la
divide en tres partes. La primera está destinada a describir los principales caracteres de la
evidenciar que el Derecho penal del enemigo no cumple con los requisitos básicos para
analizar qué es el Derecho penal del enemigo, a consecuencia de lo cual se fundamentará que
éste constituye una postura valorativa y legitimadora de una legislación existente, que
mantiene una peligrosa identidad con los principales postulados de Carl Schmitt
vinculados al concepto de lo político y a la distinción pública fundamental amigo-
enemigo.
norma o limitativo de la norma, que puede ser una norma que regula derechos
defensa del Estado y la Nación, frente a los hechos o actos que, real o
177
supuestamente, afectan el orden institucional 477 ”. Según Javier Pérez Royo, el
instrumento del que la Sociedad se dota para autodirigirse globalmente 478 ”, por
ello cuando la situación de crisis afecta al Estado, este debe proveerse de los
contexto, deben ser compatibles con una adecuada protección de los Derechos
del derecho de excepción no puede ser otra que la que tiene la excepción en el
178
del movimiento revolucionario y consecuencia inexorable de la necesidad de
abrir brechas al orden jurídico para permitir una acción defensiva de las
regímenes de excepción con postulados actuales como el del Derecho penal del
enemigo, que es justamente una estrategia de ofensiva contra los enemigos del
es, las decisiones políticas fundamentales sobre la forma de existencia de un pueblo, no pueden perder
temporalmente su vigor, pero sí las normaciones generales contenidas en leyes constitucionales y surgidas
para llevar a ejecución tales decisiones y en especial, las normas dirigidas a la protección de las libertades
públicas”. En: FERNÁNDEZ SEGADO, Francisco. Ob. Cit. 1977, p. 19.
484 FERNÁNDEZ SEGADO, Francisco. Ob. Cit. 1977, p. 18.
179
Si bien el profesor Magdiel Gonzáles sostiene que “(…) los estados de
excepción son el conjunto de actos y hechos que con aparente legalidad niegan
liberal, de la separación de los poderes del Estado 485 ”, en teoría, bajo un régimen
orden.
a) Que exista una grave amenaza contra el Estado. Al respecto, para el profesor
Así, existen al menos tres supuestos: el de aquellos Estados que no prevén expresamente la protección
excepcional de los mismos, aquellos que prevén una cláusula general de protección y aquellos que regulan
expresamente la protección extraordinaria del Estado, como es el caso peruano. Ver más en: PÉREZ
ROYO, Javier. Ob. Cit. 2003, pp. 1077-1078.
180
excepción 488 ”. Se denomina también principio de necesidad a este requisito y
medidas que se adopten con ocasión del régimen excepcional “(…) deben
Pérez Royo que “(…) no se produce una supresión total de las garantías,
sino la sustitución por otra que protege menos, pero que continúa siendo
constitucionales 492 ”.
181
“(…) la aplicación de las medidas en Estado de Excepción debe
guardar una conexión lógica o relación de causalidad inmediata
con los hechos que motivaron dicho Estado; en otras palabras,
debe existir coherencia entre los fundamentos que llevaron a
declarar el Estado de Excepción, los derechos suspendidos y las
medidas que se adopten para superar las causas que motivaron la
excepcionalidad 493 ”.
estado de excepción.
A ello Manuel García Pelayo agrega que “(…) la duración del estado de
Constitución Peruana de 1979). Lima: Asociación Acción y Pensamiento Democrático, 1990, p. 115.
496 FERNÁNDEZ SEGADO, Francisco. Ob. Cit. 1977, p. 64.
182
En el mismo sentido, el profesor Espinosa-Saldaña precisa que “(…) tanto la
amparo deben darse con una vigencia más bien limitada, aquella que permita
excepcional 497 ”.
183
Legalidad y de Retroactividad); 12 (Libertad de Conciencia y de Religión);
3. Todo Estado parte que haga uso del derecho de suspensión deberá
La presente tesis propone que la doctrina del Derecho penal del enemigo no
184
1. El Derecho penal del enemigo constituye un conjunto de normas que se
democrático de Derecho.
185
Se considera que el Derecho penal del enemigo constituye un modelo permanente
Derecho penal del enemigo no reprime el delito, sino la heterodoxia 499 ”; debe
(no ortodoxo).
Callegari y Fernanda Arruda, quienes sostienen que el Derecho penal del enemigo
186
excepcionales, tales como estado de sitio, de defensa 501 ” y no de manera
precisando dicha idea, para la presente tesis se considera que el Derecho penal
ordenamiento constitucional.
democrático de Derecho.
501 CALLEGARI, André Luis y Fernanda ARRUDA DUTRA. Derecho penal del enemigo y Derechos
fundamentales. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid:
Edisofer S.L., 2006, p. 331.
502 FARALDO CABANA, Patricia. Ob. Cit. 2006, p. 798.
187
“Al igual que el estado de excepción se justifica sobre la base del
principio de necesidad, el Derecho penal del enemigo, que desciende
del estado de excepción, se justifica sobre la base del principio de
autoconservación de la sociedad (…). Por tanto, el problema de
la introducción de un régimen especial –o del Derecho penal del
enemigo- no se puede resolver simplemente con la etiqueta de
inconstitucional, o ‘antidemocrática’; en realidad, la cuestión
fundamental sería la de establecer si este régimen especial está
destinado, sustancialmente, a proteger las instituciones
constitucionales y democráticas de agresiones externas o internas
(y si se encuentra justificado por una situación de necesidad de la
que dimana un peligro imposible de afrontar de otra manera 503 ”.
Entonces la interrogante es evidente: ¿el Derecho penal del enemigo sirve para
legislación de lucha que surge y vive al margen del Derecho. Es más, se trata
el principio del mismo que reza que “(…) no deben incorporarse al Derecho
188
“(…) Si Jakobs entiende por Derecho penal del enemigo aquel
vinculado al fenómeno moderno de la flexibilización de los
principios tradicionales del Derecho penal, no estaríamos ante
una posición en sí misma reprobable. Pero si Jakobs quiere,
aparte de lo anterior, justificar una reacción del Estado al margen
del Derecho obviamente ésta no puede admitirse bajo ningún
concepto 505 ”.
Se parte de acordar con aquellos autores que sostienen que el Derecho penal del
505 MODOLELL GONZÁLEZ, Juan Luis. El Derecho penal del enemigo: evolución (¿o ambigüedades?) del
concepto y su justificación. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II.
Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 335.
506 Algunos autores no son tan radicales y se limitan a repudiar únicamente la normalidad o regularidad de
un Derecho penal del enemigo. Así: Luigi Cornacchia, quien sostiene que “lo que se repudia es la normalidad
del Derecho penal del enemigo, que debe permanecer como un modelo perteneciente al estado de excepción,
una última ratio respecto de la misma extrema ratio del Derecho penal”. En: CORNACCHIA, Luigi. Ob.
Cit. 2006, p. 453. Respecto de la prisión provisional, ejemplo paradigmático del Derecho penal del enemigo
según el propio Jakobs, el profesor Ragués i Vallés aduce que sería admisible si se respeta una exigencia de
proporcionalidad en sentido estricto, así su necesaria legitimación sólo concurrirá si “(...) además de existir
una elevada probabilidad de reincidencia, la entidad de los bienes jurídicos en peligro puede considerarse
sensiblemente superior al daño que se origina al imputado con su privación de libertad”. En: RAGUÉS I
VALLÉS, Ramón. Prisión provisional y prevención de delitos. ¿Legítima protección de bienes jurídicos o
Derecho penal del enemigo? En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid:
Edisofer S.L., 2006, p. 724.
189
materia 507 . En todo caso, la presente tesis entiende que el Derecho penal del
enemigo entendido en los términos con los que lo presenta Günther Jakobs no
puede ser Derecho 508 , ya que “(…) lo que se está identificando como Derecho
penal, como lo entendió Jakobs, en 1985, sino la pura negación del Derecho
profesor Manuel Grosso, quien sostiene que “(…) el Derecho penal del enemigo,
Derecho penal del enemigo no es, realmente Derecho sino guerra 510 ”. En la
507 Una posición contraria es la de Miguel Polaino Orts, quien sostiene que los argumentos de la doctrina
para sostener que el Derecho penal del enemigo no es Derecho son controvertibles, pues “(…) la perspectiva
preventivo-especial no excluye, sino que presupone siempre la perspectiva preventivo-general: el enemigo
no sería peligroso si fuera un sujeto aislado sino que lo es para la Comunidad”. En: POLAINO ORTS,
Miguel. Derecho penal del enemigo. Desmitificación de un concepto. Lima: Grijley, 2006, p. 282.
508 Una posición relativa es la de Percy García Cavero, según el cual “(…) el Derecho penal del enemigo que
recurre a cláusulas generales en los tipos penales no es necesariamente ilegítimo, pues podrá admitirse
cuando sea la única forma de reprimir eficazmente dicha criminalidad y se recurra a conceptos generales
con un núcleo de significación asegurado”. En: GARCÍA CAVERO, Percy. ¿Existe y debe existir un
Derecho penal del enemigo? En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen I. Madrid:
Edisofer S.L., 2006, p. 945. Una postura distinta es la de Leo Zaibert, quien opina que “(…)
independientemente de que el Derecho penal del enemigo sea o no Derecho, ciertamente no es penal; es decir, el
Derecho penal del enemigo no es punitivo”. En: ZAIBERT, Leo. Política, ciudadanía y liberalismo: el Derecho
penal sin penas. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid:
Edisofer S.L., 2006, p. 1160.
509 GROSSO GARCÍA, Manuel Salvador. Ob. Cit. 2006, pp. 5-6.
510 Ibid., p. 7.
190
futura de nuevos hechos de esta naturaleza, ni en la reinserción
del autor, sino en la derrota del enemigo 511 ”.
alcance, como precisa Muñoz Conde, quien no cree que “(…) se ayude
El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, pp. 363-364.
191
neutraliza como ‘no persona’ (en esta tercera acepción aquí
analizada), permanece fuera de lo penal, pues no está construido
sobre el hecho, sino sobre el autor: con una diferencia que, en mi
opinión, debe subrayarse frente al Derecho penal de las medidas
de seguridad o de la criminalidad organizada 514 ”.
Así, se considera que el Derecho penal del enemigo se limita a ser una mera
defendió en el comentado texto del año 1985), como criterio para impulsar
514 DONINI, Máximo. El Derecho penal frente al ‘enemigo’. En: Derecho penal del enemigo. El discurso
penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, pp. 647-648.
515 Una posición distinta la expone Miguel Polaino Orts, quien sostiene que el hecho de que “(…) el
Derecho penal del enemigo se oriente por el paradigma del Derecho penal de autor no es per se un criterio
decisivo para rechazarlo en su integridad”, añadiendo que también las medidas de seguridad son frutos de
una tendencia similar y que no son atacadas por la doctrina que cuestiona el Derecho penal del enemigo. En:
POLAINO ORTS, Miguel. Ob. Cit. 2006, p. 279.
516 DURÁN MIGLIARDI, Mario. Ob. Cit. 2006, p. 748.
192
en esa línea- debe proveerse de herramientas democráticas para lograr su
humana 517 . Así, si bien se reconoce la importancia de las críticas que desde la
efectuado al Derecho penal del enemigo 518 , se pretende ser más específico y
dignidad humana.
517 Para algunos que sostienen una postura distinta, el Derecho penal del enemigo no anula la dignidad humana.
Así, sostienen que “(…) el concepto de enemigo es (...) relativo, potestativo y puntual. A esas
características se refiere Jakobs cuando afirma que los ‘individuos son actualmente no-personas’. Esta frase,
sacada de contexto, ha sido objeto de manipulaciones interpretativas, que han producido, a sabiendas o
no, nuevos falsos mitos: del estilo, para Jakobs el enemigo, como no es persona, no tiene dignidad, ni
derechos, ni debe ser tratado como tal, etcétera. Con ese adverbio, en cursiva, se traduce por lo común el
original alemán aktuell, pero dicha traducción puede dar lugar a malentendidos (…) porque aktuell o
actualmente no significan, en este contexto, ‘por regla general’, ni ‘hoy en día’, ni ‘en la actualidad’, sino
‘de facto’, ‘en el caso concreto’, ‘por causa y a través del acto’. Pues bien, el concepto de enemigo presenta
esos elementos definidores: a) Es relativo porque guarda relación con una situación determinada y,
además, porque no es absoluto, sino que afecta únicamente a una faceta concreta de la personalidad de ese
sujeto. b) Es potestativo porque el enemigo tiene, en todo momento, al alcance, la posibilidad de dejar de
serlo (…) c) Es puntual porque ‘enemigo’ (…) no es siempre ni de manera definitiva para todos los casos
de la realidad, sino únicamente en un caso concreto (…) d) Además, es proporcional, pues en el
tratamiento contra el enemigo no todo está permitido: se excluyen las acciones desmedidas o
desproporcionadas contra los sujetos (…)”. Si bien podría ser discutible la circunstancia de una anulación
total de la dignidad (aunque, en mi opinión, la dignidad es una sola y no puede ser compartimentada como
un objeto), no puede negarse el efecto altamente restrictivo y limitador de la misma que trae consigo el
Derecho penal del enemigo. En: POLAINO NAVARRETE, Miguel y Miguel POLAINO-ORTS. Derecho
Ob. Cit. 2006, pp. 642-643.
518 Al respecto, el profesor Gustavo Eduardo Aboso sostiene la siguiente crítica: “(…) Este fenómeno
llamado ‘Derecho penal del enemigo’ representa un claro retroceso en la defensa de los derechos y garantías de
la persona, cuya aparición y posterior desarrollo se compadece con una política criminal guiada ya no por
la racionalidad, necesidad y proporcionalidad, sino por la idea de pseudo peligrosidad permanente que
resulta operativa para una democracia populista, cuya legitimación se procura en la búsqueda del favor
segmentario, sin atender a los verdaderos orígenes de este estado de excepción que pretende imponerse
en un Estado social y democrático de Derecho”. En: ABOSO, Gustavo Eduardo. Ob. Cit. 2006, p. 78.
Por su parte, el profesor Kai Ambos sostiene que “(…) aunque se comparta con Jakobs la idea de que el
hombre es un animal peligroso e incontrolable, tratarlo como un enemigo presupone que ya no es un ser
humano, sino sólo un animal (…) y como tal, no se merece tratamiento jurídico alguno. Sin embargo, esta
consecuencia no puede deducirse desde la perspectiva de un Derecho penal de derecho fundamentales –
como aquí se defiende (…)”. Así, agrega que “la distinción entre hombres ‘buenos’ y ‘malos’, ciudadanos
y enemigos, constituye una simplificación, cuyas consecuencias no son compatibles con la dignidad
humana”. En: AMBOS, Kai. Ob. Cit. 2006, pp. 143-151.
193
Corresponde entonces hacer una breve mención al concepto de dignidad
humana 519 y tomar postura respecto del mismo. Al respecto, para la presente
María Gallego García, quien sostiene que existen dos grandes conceptos de
dignidad humana, “(…) uno que resalta la superioridad del hombre sobre las
demás criaturas (…) y otro que (…) estima que la dignidad es el valor que
Respecto del primero, éste forma parte de dos sectores de pensamiento. Por
un lado, la tradición cristina, que sostiene que “(…) el respeto que se le debe
hacia Dios 521 ”. Por otro lado, la filosofía moral kantiana, para la cual los
seres racionales constituyen los límites contra los que no debemos actuar,
acciones que supongan tratar a otra persona como mero medio 522 ”.
Diamond 523 , este pretende “(…) sobrepasar el mero dato biológico para
519 Los conceptos aquí expuestos –si bien son los mayoritariamente acogidos por la doctrina y las
Constituciones políticas del mundo occidental- no son los únicos. Cabe recordar que ya desde Tomás de
Aquino se manejaba un concepto de dignidad no universal. Así, sostuvo dicho autor que la dignidad “(…)
no la posee el hombre en cuanto ser éticamente libre, sino únicamente el hombre virtuoso. El ‘pecador’,
en cambio, carece de esa dignidad y ‘puede ser muerto {por el Estado} como un animal (velut bestia)”.
Citado por: GRACIA MARTÍN, Luís. Ob. Cit. 2007, pp. 216-217.
520 GALLEGO GARCÍA, Gloria María. Sobre el concepto y fundamento de la dignidad humana. En:
VELÁSQUEZ V., Fernando (coordinador). Derecho penal liberal y dignidad humana. Libro homenaje al
Dr. Hernando Londoño Jiménez. Bogotá: Temis, 2005, p. 246.
521 Ibid., p. 247.
522 Ibid., p. 250.
523 DIAMOND, Cora. The importante of being human. En: COKBURN, David (ed.). Human Beings.
194
centrarnos en un punto de vista biográfico, puesto que la vida humana es
más bien “(…) una actitud de solidaridad, estos es, comprender que todos
los seres humanos (…) se nos parecen y tenemos con ellos múltiples
similitudes (una misma existencia humana con la dificultad básica que nos
esto, el principio de dignidad humana “(…) prescribe que todo ser humano
pobreza). Asimismo, implica reconocer que “(…) cada ser humano debe ser
195
allá de las divergencias sobre el fundamento 528 ”. En ese sentido, resulta más
humanos 530 ”.
528 GALLEGO GARCÍA, Gloria María. Sobre el concepto y fundamento de la dignidad humana. En:
VELÁSQUEZ V., Fernando (coordinador). Derecho penal liberal y dignidad humana. Libro homenaje al
Dr. Hernando Londoño Jiménez. Bogotá: Temis, 2005, p. 269.
529 Ibid., p. 249.
530 Ibid., p. 256.
196
para desarrollar un proyecto de vida autónoma y convivir en una sociedad de
ser humano esta esencialidad, por ser un enemigo que en sus constantes y
quien acota no creer “(…) que sea legítimo ningún espacio para un Derecho
siguiente:
197
4.3. Naturaleza axiológica del Derecho penal del enemigo. Breve referencia a
Carl Schmitt.-
Una vez evidenciado el carácter permanente del Derecho penal del enemigo, y por
respecto, existen al menos dos concepciones 534 . Por un lado, la que propone que
se trata de una mera descripción de la realidad legislativa. Por otro lado, la que
La presente tesis propone que la teoría del Derecho penal del enemigo, planteada por
valorativo, que tiene como objeto –utilizando el supuesto sustento de las tesis
Una postura opuesta 535 a la de la presente tesis es la planteada por los profesores
Polaino Navarrete y Polaino Orts, quienes sostienen que “(…) ni Jakobs ni (…)
534 Una concepción más amplia es aquella que entiende el Derecho penal del enemigo como la visión del otro,
es decir que no se trata de una mera institución de rasgos penales, sino que implicaría abordar otros
sectores del ordenamiento jurídico. Así en el caso específico de la inmigración a los países desarrollados,
“(…) las medidas se orientan fundamentalmente hacia la exclusión del extranjero irregular, no sólo
físicamente del territorio nacional (…) sino legalmente del sistema de garantías534”. Ver más en:
POMARES CINTAS, Esther. La inmigración laboral del extranjero en el Derecho penal. En: Mutaciones
de Leviatán. Legitimación de los nuevos modelos penales. Madrid: Ediciones Akal S.A., 2005, p. 254.
535 En el Perú, el profesor Iván Meini propone que “(…) el Derecho penal del enemigo es (…) un esfuerzo
descriptivo de la forma como, a veces, los Estados reaccionen frente a cierto tipo de criminalidad grave”.
Ver más en: MEINI, Iván. Notas sobre el Derecho penal del enemigo y los derechos humanos. En:
MACEDO, Francisco (coordinador). Los caminos de la justicia penal y los derechos humanos. Lima:
Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2007, pp.
151-163.
198
ningún otro autor proponen un Derecho penal del enemigo. Las reflexiones de este
penal del enemigo no existe porque un autor quiera que exista, sino que ese autor
habla de unas normas de Derecho penal del enemigo que ya existen en la realidad 536 ”.
se basa en meros tipos ideales. Se asiste más bien a una evolución en sus
valoración.
otra opción, está tomando partido por la vigencia y legitimidad del Derecho
536 POLAINO NAVARRETE, Miguel y Miguel POLAINO-ORTS. Ob. Cit. 2006, p. 633.
199
1. La teoría de Günther Jakobs no se limita a describir una situación, ya que no
se basa en meros tipos ideales. Se trata más bien de una evolución en sus
desde una postura crítica frente al Derecho penal del enemigo en 1985 hasta una
Así, por ejemplo, Manuel Grosso sostiene que “(…) en 1999, (…) refunde
completo la perspectiva 539 ”. Por su parte, Kai Ambos precisa que “(…) el
537 TERRADILLOS BASOCO, J. Ma. Una convivencia cómplice. En torno a la construcción teórica del
denominado ‘Derecho penal del enemigo’. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión.
Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 1021.
538 DEMETRIO CRESPO, Eduardo. Ob. Cit. 2006, p. 491.
539 GROSSO GARCÍA, Manuel Salvador. Ob. Cit. 2006, p. 26.
200
discurso de Jakobs ha pasado de una mera descripción a un programa
peligroso 540 ”.
habla de una tendencia expansiva ilegítima sino todo lo contrario (…) 541 ”.
carece de las posibilidades críticas que ofrecía anteriormente sino que incluso
mera descripción es que toda tarea meramente teórica alude a tipos ideales (a
relevancia jurídica). Sin embargo, Jakobs no se limita a los tipos ideales, sino
Derecho penal del ciudadano o del enemigo no es razón para declarar que
540 AMBOS, Kai. Derecho penal del enemigo. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión.
201
ideales 543 ”. Pero no son tipos ideales los de Jakobs. Son tipos existentes a los
Por último, cabe aludir a la propuesta del profesor peruano Manuel Abanto,
valoración.
aquellos que expresan una realidad determinada por una norma y requieren
aprehensibles a través de los sentidos 545 . En la teoría del Derecho penal del
enemigo presentada por Jakobs existe una clara tendencia a recurrir a los
543 HÖRNLE, Tatjana. Dimensiones descriptivas y normativas del concepto ‘Derecho penal del enemigo’. En:
Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 53.
544 ABANTO VÁSQUEZ, Manuel A. Ob. Cit. 2006, p. 16.
545 Al respecto, ver: MIR PUIG, Santiago. Derecho penal parte general. Séptima edición. Barcelona:
202
En esa línea, el profesor Kai Ambos señala que “(…) Jakobs es descriptivo
de lege lata. Sin embargo, su mera caracterización como Derecho penal del
descripción de medidas de seguridad propios del Derecho penal del enemigo, sino
Así, no debe limitarse el análisis del Derecho penal del enemigo a entender como
203
Se es del criterio de que los principios -propios de un Derecho penal
mero postulado, sino que deben ser aplicados permanentemente por los
usuarios del sistema penal 548 , para eso justamente existen: para limitar el
ser un mero recopilador u observador de las leyes, tarea que podría ser
frente a la norma.
lucha que caracterizan al Derecho penal del enemigo, el profesor Juan Luis
denomina Derecho penal del enemigo podría constituir una reacción del Estado
548 El profesor Villavicencio sostiene que el sistema penal es “(…) el conjunto de agencias y sus
actividades –tanto internas como externas- que intervienen en la creación (criminalización primaria) y
aplicación (criminalización secundaria) de norma penales, concebidas éstas en su sentido más extenso
dentro de la criminalización”. En: VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe A. Ob. Cit. 2006, p. 10.
204
contraria a los principios constitucionales básicos, contraria al Estado de
Derecho 549 ”.
del poder punitivo estatal con el objeto de lograr un Derecho penal mínimo)
es latente en cada uno de sus textos. Así, sostiene que “(…) una visión
convierte al jurista en simple notario que constata una realidad, pero que ni
eléctrica 550 ”. Agrega luego a su opinión que “(…) la tesis de Jakobs sobre el
importa 551 ”.
Así lo hace Ferrajoli y propone las cuatro variables para determinar cuáles
205
Siguiendo nuevamente a Muñoz Conde, se considera que, frente a una
contraria al ordenamiento descrita 553 . Ahora bien, para la presente tesis, ésta
552Ibid., p. 367.
553 Una posición más radical, que niega la ambigüedad del discurso de Jakobs es la de Máximo Donini,
quien sostiene que “(…) más que ambigua, esta concepción me parece explosiva y orientada a una pura
legitimación de lo peor existente. No sólo eso. Lleva a sus extremas consecuencias el vicio (…) de haber
querido atribuir a la pena sólo funciones de retribución de la culpabilidad, de forma que se enmascara por
‘reproche’ también la valoración de la capacidad criminal (…) que la pena contiene al mismo tiempo553”.
Agrega que “la fórmula de Jakobs (Derecho penal del ciudadano/ Derecho penal del enemigo) no tiene
de hecho un valor puramente descriptivo, sino normativo553”.553 En: DONINI, Máximo. Ob. Cit. 2006,
pp. 638-639.
206
Eso sí, en la línea de lo expuesto por el profesor Alejandro Aponte, no
para el Derecho penal, pues involucra los límites de la acción punitiva estatal
207
las libertades fundamentales y de ser defensor del Estado Democrático de
Pastor, quien señala que “(…) si bien Jakobs sostiene que sus afirmaciones
penal del ciudadano y Derecho penal del enemigo), postula el Derecho penal del
enemigo como una categoría necesaria y legitima la existencia del “otro”, del
organizada violenta.
del ciudadano y Derecho penal del enemigo’ “(…) una clara manifestación de que
no sólo se trata del ser, sino también del deber ser. En su opinión, un Derecho
penal del enemigo no sólo es posible, sino que en determinados ámbitos puede
ser valorado positivamente 557 ”. Para ello, basta revisar los propios textos de
556 PASTOR, Daniel R. El Derecho penal del enemigo en el espejo del poder punitivo internacional. En:
Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 499.
557 HÖRNLE, Tatjana. Ob. Cit. 2006, p. 67.
208
Jakobs, en los que se evidencia que no se trata de una mera descripción de la
En las páginas 42 y 43 del texto ‘Derecho penal del ciudadano y Derecho penal
Derecho penal del enemigo. Segunda edición. Navarra: Editorial Aranzadi S.A.,
procedimiento de guerra, que tiene como objeto “(…) destruir las fuentes de
209
llamado daño colateral”. Y no expresa objeción ni cuestionamiento a dicha
posibilidad.
cuando señala:
El profesor Julio Lascano 558 también evidencia en una cita del propio Jakobs
558LASCANO, Carlos Julio. La ‘demonización’ del enemigo y la crítica al Derecho penal del enemigo basada
en su caracterización como Derecho penal de autor. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la
exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 223.
210
‘Derecho penal del ciudadano y Derecho penal del enemigo’ (segunda edición), en
Cuando un jurista hace referencia a algo que “hay que hacer” o a lo que
concreta: en este caso, defender el Derecho penal del enemigo como un medio
respecto del Derecho penal del enemigo. Por supuesto que lo hace y se trata de
A partir de ello, no puede negarse que “(…) para Jakobs existen casos en los
cuales sería legítimo recurrir a tal Derecho penal del enemigo, supuesto que el
propio autor se encarga de precisar así para evitar su uso ‘en un lugar
equivocado’ 559 ”.
211
Al sostenerse que no existe una alternativa distinta al Derecho penal del enemigo,
abiertamente.
radicaliza sus ideas en el sentido de que “(....) una ‘sociedad consciente de los
enemigo’, unas ‘reglas’ especiales distintas de las del Derecho penal del
ciudadano- dirigidas a las ‘no persona’ o sea a aquellas que se hayan apartado
enemigo en el contexto de la reforma penal venezolana. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la
exclusión. Volumen I. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 879.
212
El profesor Portilla Contreras alude a que “(…) se trata de una construcción
crítico de una hipertrofia legislativa, sino opción necesaria 564 ”, ya que “(…)
de un Derecho penal del enemigo. Ello unido al hecho de que entiende al Derecho
con alta carga valorativa y legitimante, lo cual a estas alturas no puede ser ya
negado. Es por todo ello que, siguiendo al profesor Mario Durán, “(…)
aquellos datos o rasgos que han distinguido la labor legislativa de los últimos
del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 384.
565 Ibid., p. 385.
213
aparentemente- simplemente como características propias del Derecho penal
con “(…) la más radical expresión de una etapa decisionista (…) según la cual el
Los postulados de Carl Schmitt que interesan a la presente tesis son aquellos
566 DURÁN MIGLIARDI, Mario. El Derecho penal del enemigo. Ob. Cit. 2006, p. 738.
567 GARCÍA PELAYO, Manuel. Teorías Modernas sobre la Constitución. En: Derecho Constitucional
Comparado. Madrid: Alianza, 1984, p. 300.
568 Carl Schmitt inicia su teoría a partir del rechazo de cualquier fundamentación moral del Estado, así
como de la justificación del Estado por referencia a los individuos. Además, parte de una crítica de las
instituciones del Estado liberal-burgués del siglo XIX, partiendo de la ley como norma general. Ver más
en: SCHMITT, Karl. El concepto de lo político. Texto de 1932 con un prólogo y tres corolarios. Versión
de Rafael Agapito. Primera edición. Primera reimpresión. Madrid: Alianza Editorial, 1999a.
214
comparten o respetan la identidad concreta y específica del Estado. La
función de lo político, de esa decisión originaria 569 , es pues la de agrupar
al pueblo en torno a un determinado contenido fundamental, y
defenderlo frente a los que no comparten esa identidad, ya procedan del
exterior o del interior 570 ”.
Para entender cabalmente qué es lo político según Carl Schmitt 571 , se abordará el
una decisión 572 . Así, Carl Schmitt toma como punto de partida la idea de que
569 Carl Schmitt distingue la decisión existencial de la decisión ordinaria: “La decisión existencial
determina el modo concreto de ser de una unidad política. Con su decisión, el titular del poder convierte
la situación de anormalidad/excepcionalidad en normalidad/normatividad. (…) El soberano posibilita la
recuperación de la normalidad y, con ello, la ordinaria regulación mediante normas jurídicas. (…) La
decisión ordinaria, en cambio, es producto de los titulares del poder constituido como actuaciones
normativas que desarrollan, en una situación de normalidad, el orden jurídico vigente.” En: SANZ
MORENO, José Antonio. Ordenación jurídica y Estado postliberal: Hans Kelsen y Carl Schmitt.
Granada: Editorial Comares, 2002, p. 275.
570 SCHMITT, Kart. Ob. Cit. 1999a, p. 26.
571 Una perspectiva importante respecto de la teoría política de Carl Schmitt es la de Jürgen Habermas en
su texto “La idea kantiana de la paz perpetua. Desde la distancia histórica de 200 años”. En:
HABERMAS, Jürgen. La inclusión del otro. Estudios de teoría política. Barcelona: Ediciones Paidós
Ibérica, 1999, p. 179 y ss.
572 Debe tenerse en consideración que, según observa Sanz Moreno, para Schmitt “Decidir es ‘el hecho
215
“(…) la organización interna de cada unidad política es simplemente el
y para las nuevas formas de comunidad. En: SCHMITT, Carl. Sobre los tres modos de pensar la ciencia
jurídica. Madrid: Tecnos, 1996, p. 77.
573 SERRANO GÓMEZ, Enrique. Consenso y conflicto. Schmitt y Arendt. La definición de lo político.
216
Agrega que “(…) para Hobbes, el máximo representante del tipo
siguiente:
217
2. En segundo lugar, debe explicarse que quien decide qué configura lo político
decide sobre el estado de excepción 579 580 ”. Para entender cabalmente quién
3. En tercer lugar, debe sostenerse que la decisión del soberano gira en torno al
579 Precisa Schmitt que el estado de excepción es un concepto general de la teoría del Estado y no un
decreto de necesidad o el estado de sitio como fenómenos aislados. Señala entonces que “(…) el caso
excepcional, el que no está previsto en el orden jurídico vigente, puede tal vez ser calificado como caso de
extrema necesidad, de peligro para el Estado o de otra manera análoga, pero no se puede delimitar
rigurosamente”. En: SCHMITT, Carl. Teología política. Cuatro ensayos sobre la soberanía. Buenos Aires:
Editorial Struhart & Cía, 1998, pp. 15-17.
580 SCHMITT, Carl. Ob. Cit. 1998, p. 15.
581 Ibid., p. 20.
218
decisión, y a una decisión fundamental, que es aquella relativa al estado de
excepción.
norma es fruto de una decisión y todo acto jurídico es, al tiempo, norma y
219
4. En cuarto lugar, la decisión relativa al estado de excepción se basa en la
enemigo público (hostis) (…) 588 ”. Según Sanz Moreno, “hostis” es:
585 El enemigo es para Schmitt aquel “contra el cual se inicia una Fehde (disputa, querella, contienda)”.
En: SCHMITT, Karl. Ob. Cit. 1999a, p. 133.
586 SANZ MORENO, José Antonio. Ob. Cit. 2002, p. 279.
587 Para el profesor Eduardo Aboso, en Schmitt, “(…) por lo general, el criterio de ‘enemigo político’ se
relaciona con la idea de lo extraño, lo distinto”. Se parte de un sentido de país, nación, comunidad. En:
ABOSO, Gustavo Eduardo. Ob. Cit. 2006, p. 58.
588 SERRANO GÓMEZ, Enrique. Ob. Cit. 2002, p. 22.
589 SANZ MORENO, José Antonio. Ob. Cit. 2002, p. 282.
220
Es entonces el enemigo aquel que hace peligrar o intenta destruir la
concibe[n] el orden como lo contingente, esto es, lo que en todos los casos
enemigos porque entre ellos existe un abismo, abierto por decisiones con
221
Al respecto, precisa el profesor Serrano Gómez que cada uno de los
222
El propio Carl Schmitt resume sus postulados al respecto de la siguiente
manera:
pacificación completa (…) 597 ”, para que así pueda mantenerse un estado
223
propio dentro de la unidad política no tiene ya el monopolio de lo político,
sino que es un órgano del jefe –Führer- del Movimiento 599 ”. A ello, según
seguridad 600 ”. Bajo el criterio del mismo autor, sería “(…) la creencia de
ciudadanos 601 .
caso de Schmitt:
en Alemana. Así lo denota Serrano Gómez, quien observa que “(…) bajo
224
la experiencia del nazismo, la tensión entre identidad, representación y
cerrados al exterior, que niegan y luchan contra lo foráneo. Es cierto que hoy se
postulados de Carl Schmitt. Por el contrario, los acerca aún más, pues –como se
distinción del “otro”, del enemigo, de aquel que debe combatirse para
proteger y fortalecer cada vez más “lo nuestro” (la comunidad en el caso de
una lucha entre dos concepciones diferentes: la que legitima la ‘exclusión’ de los
‘otros’ (los ‘delincuentes’, los ‘enemigos’) y la que agrupa a todos dentro de los
225
En esa medida, un sector de la doctrina considera que Jakobs opta por la
Jakobs y la teoría política de Carl Schmitt 605 . Así sostiene el profesor Kaleck:
“El Derecho penal del enemigo (…) constituye un ejemplo de cómo se utiliza
el Derecho para estigmatizar, criminalizar, incorporando el lenguaje de la
guerra desde una concepción típicamente schmittiana, y de ese modo
ejemplificar una lógica jurídica y política estrecha, incapaz de afrontar
con garantías (es decir, con legitimidad y eficazmente) la coherencia del
alcance universal de los derechos a la hora de afrontar los retos de la
multiculturalidad 607 ”.
vida) para justificar la suspensión de los principios y las reglas garantistas válidas
605 En contra de dicha opinión se encuentra el profesor Miguel Polaino Orts, quien sostiene que la
distinción entre persona e individuo de Jakobs no es peyorativa, sino garantista, pues “(…) únicamente se
describe con el concepto de individuo una situación que, socialmente, excluye a un sujeto de la
participación en un concreto ámbito social”, en ese sentido, “(…) en el sistema funcionalista de Jakobs la
noción de enemigo se desvincula plenamente de los antecedentes pseudo religiosos, políticos, bélicos, etc.
del término ‘enemigo’”. En: POLAINO ORTS, Miguel. Ob. Cit. 2006, p. 82 y ss.
606 KALECK, Wolfgang. Ob. Cit. 2006, p. 128.
607 DE LUCAS, Javier. Nuevas estrategias de estigmatización. El Derecho, frente a los inmigrantes. En:
Mutaciones de Leviatán. Legitimación de los nuevos modelos penales. Madrid: Ediciones Akal S.A., 2005,
pp. 207-208.
226
para los ciudadanos, cuando se trata de combatir determinados peligros o
Por su parte, el profesor Bernd Müssig precisa que “(…) es evidente que existe
una asociación del concepto de Derecho penal del enemigo con la declaración estatal
Así, ratifica el mismo autor que, con la teoría presentada por Günther Jakobs,
Muy descriptiva de las posiciones aludidas resulta la siguiente cita del profesor
Portilla Contreras:
227
debe ubicarse fuera de la propia Constitución, siendo, entonces, preciso
el rechazo físico e incluso el combate 613 ”.
en contextos distintos, tanto el Derecho penal del enemigo cuanto la teoría política
del enemigo de Carl Schmitt, tienen un punto en común: ambas giran en torno
228
Capítulo V
El presente capítulo tiene como objeto probar la segunda hipótesis de orden extra
sistémica de la tesis, es decir que la teoría del Derecho penal del enemigo adolece de
perspectiva. Para cumplir dicho objetivo, el presente capítulo se divide en dos partes. En
la primera, se desarrollan tres ideas postuladas por el filósofo alemán Immanuel Kant, a
614 En específico, esta tesis se refiere a las perspectivas contractualistas del Estado esbozadas por
Immanuel Kant y Thomas Hobbes, pues son las elegidas por Günther Jakobs como antecedente o
fundamento iusfilosófico del Derecho penal del enemigo. Cabe recordar, sin embargo, con el profesor
Zaffaroni, que existen varias corrientes dentro del contractualismo. Una primera posición, encabezada por
Kant y Hobbes, la cual considera que el estado anterior al contrato social (estado natural) era de guerra y
no había derechos, por lo cual éstos son creados por el contrato. Una segunda, de corte liberal, planteada
por Locke y Feuerbach que afirma que el estado previo al contrato era de paz y de ejercicio natural de los
derechos, celebrándose el contrato sólo para reasegurar su ejercicio. Una tercera posición, presentada por
Marat, que señala que el contrato se había desvirtuado, destruyendo la primitiva igualdad, por lo cual se
hacía necesario concertar un nuevo contrato sobre base igualitaria. Finalmente, William Godwin y Max
Stirner presentan una posición anarquista que, al observar que el contrato no había servido para garantizar
los derechos anteriores al mismo o que no había servido para superar la guerra, negaba la conveniencia de
un nuevo contrato igualitario y proponía su cancelación. Ver más en: ZAFFARONI, Eugenio Raúl,
ALAGIA, Alejandro y Alejandro SLOKAR. Ob. Cit. 2006, pp. 211-212. En virtud a dichas
consideraciones parece aventurada la afirmación que establece como punto común de toda teoría del
contrato social al presupuesto individualista. Al respecto, ver: DE VEGA, Pedro. En torno a la
legitimidad constitucional. En: Estudios en homenaje al Doctor Héctor Fix Zamudio. México:
Universidad Autónoma de México, 1988, p. 258.
quien Jakobs utiliza como su presunto antecedente filosófico. A continuación, se aborda
la propuesta sobre la legitimidad del soberano expuesta por Thomas Hobbes en su obra
delimitar quién es el enemigo y para legitimar la actuación que el Estado ejerce contra
aquél.
Previo al análisis que sigue, debe anotarse que llama la atención la pretendida
época y pensamiento a los que recurre Günther Jakobs. Dicho ejercicio intelectual
entre sí, ni con los postulados del autor que buscan ser sustentadas. Como se verá a
continuación, la teoría del Derecho penal del enemigo presentada por el profesor Jakobs no
Kant y una por Thomas Hobbes. La idea de efectuar una revisión de dichos
230
5.1.1. Paradigma garantista en Immanuel Kant.-
231
5.1.1.1. La proscripción de “cosificar” seres humanos.-
dignidad 615 .
615 Una opinión radicalmente distinta, con la que se disiente al considerar que debe efectuarse una
interpretación histórica de la teoría de Kant y situarla en su contexto, la expone el profesor Zaffaroni,
quien sostiene que “(…) pese a que suele señalarse a Kant como el garante del derecho penal liberal, es
mucho más cercano al despotismo ilustrado, que pretendía introducir las reformas dentro del absolutismo
y por autoridad de los déspotas (todo por el pueblo, todo para el pueblo, pero sin el pueblo)”. En:
ZAFFARONI, Eugenio Raúl, ALAGIA, Alejandro y Alejandro SLOKAR. Ob. Cit. 2006, p. 214.
616 KANT, Immanuel. Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Décimo sexta edición. Madrid:
232
las cosas. Ese “algo” evoca a lo que en la actualidad se maneja
Con el fin de delimitar al fin, que es el ser humano, del medio, que
son las cosas, debemos atender a los conceptos que Kant nos
pues, que pueda usarse como simple medio, sino que debe ser
que “(…) el que lesiona los derechos de los hombres está decidido
KANT, Immanuel. Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Décimo sexta edición. Madrid:
618
233
deben ser estimados al mismo tiempo como fines en sí, es decir,
234
autodeterminación racional 621 , “(…) el hombre deja de ser cosa
arbitrio de uno puede ser compatible con el arbitrio del otro, según
mecanismo por medio del cual se permite que los hombres sean
sólo por aquellas sin las cuales no puede existir la sociedad civil y
621 En el siguiente pasaje, se evidencia la idea de Kant respecto de la libertad individual: “Libertad –
independencia del arbitrio compulsivo de otra persona-, siempre que se concilie con la libertad de los
demás según una ley general, es este único derecho originario, el cual corresponde a todo hombre por
virtud de su propia humanidad. La libertad innata, es decir, el derecho a no ser vinculado por otros o más
de aquello a lo que uno puede también vincularlos recíprocamente; por consiguiente, la cualidad del
hombre de ser dueño de sí mismo (sui iuris), así como de ser tenido por hombre recto (iusti), siempre que,
desde el punto de vista del Derecho, no haya causado lesión a nadie; finalmente, la facultad de hacer en
relación con otros todo aquello que en sí no menoscaba los derechos de éstos, y siempre que ellos mismos
no los tomen en sus manos; asimismo, el derecho de comunicar a otros sus pensamientos, contándoles o
prometiéndoles algo, bien sea verdad y sincero, bien sea incierto e insincero (…), ya que sólo de los otros
depende el que lo quieran creer o no: todas estas facultades están ya comprendidas en el principio de la
libertad innata y no pueden verdaderamente distinguirse de ella, en tanto que miembros de una división
bajo el concepto superior del Derecho”. En: Kant, Inmanuel. Ob. Cit. 1997, pp. 55-56.
622 GONZÁLEZ VICEN, Felipe. La filosofía del Estado en Kant. En: Introducción a la teoría del
derecho. Madrid: Marcial Pons: Clásicos del pensamiento jurídico, 1997, p. 93.
623 Ibid., p. 103.
235
es susceptible de imputación. Todo objeto del arbitrio libre que
hecho (factum), y que se halla situada bajo leyes 625 ”; y que “(…) las
sólo son materia del Derecho punitivo las acciones realizadas por
236
las personas, no pudiendo la pena actuar sobre aquello que el
plano fáctico negada por Kant (argumento que podría ser utilizado
más nunca de un Derecho penal del enemigo), pero que sería ajena al
627 Kant, Inmanuel. La Metafísica de las Constumbres. Madrid: Tecnos, 1989, p. 166.
237
patrón y responde que “(…) ninguno más que el principio de
inclinarse más hacia un lado que hacia otro. Por tanto, cualquier
sujetos de imputación.
excepción.-
238
imperativo 629 ”. A continuación, explica que todos los imperativos
Hipotético sostiene:
plano ético, los hombres deben ser siempre tratados como fin en sí
239
Es más, dicha argumentación es también de aplicación a una
deber, “(…) el derecho tiene que ver con las acciones realizadas
coexistir con la libertad de cada uno según una ley universal 633 ”.
240
Al respecto, se concuerda con la tesis del profesor Luis Gracia
241
coexistencia de la libertad de todos 638 ”. A ello, citando al propio
Kant, agrega que “(…) la única meta del Estado es la salud pública
co-súbditos’ 639 ”.
242
Por último, y para reforzar aún más la posición expuesta, esta
mismo.
Al respecto, cabe citar las palabras del propio Kant, quien sostiene:
243
puede contradecirse nunca al ser transformada en ley
universal. Este principio es también su ley suprema: obra
siempre según una máxima que puedas querer al mismo
tiempo que su universalidad sea ley. Ésta es la única
condición bajo la cual una voluntad no puede estar nunca
en contradicción consigo misma, y este imperativo es
categórico 642 ”. (El resaltado es nuestro)
Para Kant, frente al actuar por deber, existen las inclinaciones que
pasaje:
244
que el uso libre del arbitrio pueda coexistir con la libertad de los
enemigo).
644
El profesor Habermas presenta una perspectiva crítica del texto “Sobre la paz perpetua”, señalando
que Kant desarrolló su teoría en el contexto y en base a la experiencia de su época, lo que no impide
reconocer que la idea de Kant no ha cesado de evolucionar. Ver más en: HABERMAS, Jürgen. La
paix perpétuelle. Le bicentenaire d’une idée kantienne. Paris: Les éditions du Cerf, 1996.
645 JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, pp. 31-32.
245
Para Jakobs, dicha cita implica concluir que Kant postuló la
ser mezclado entre las cosas, es decir, de ser tratado sólo como
ser tal.
646VAN WEEZEL, Alex. Persona como sujeto de imputación y dignidad humana. En: Derecho penal del
enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 1063.
246
cuales “(…) constituyen un presagio fatídico que nos exhorta a
247
derecho 648 ”. Ello implica concluir que para el filósofo alemán
para Kant:
248
Así, sólo a través del derecho se consigue la paz, sólo en
siguiente:
249
racional y con la proscripción de la arbitrariedad. El Estado no
humana.
652TRUYOL Y SERRA, Antonio. Presentación. En: Sobre la paz perpetua. Madrid: Editorial Tecnos
S.A., 2001, p. 16.
250
de la humanidad en nuestra propia persona. Otra cosa
muy distinta es defenderse y defender a la patria de los
ataques del exterior con las prácticas militares voluntarias
de los ciudadanos 653 ”.
el cual para Kant –se reitera- se rige por la ley universal que
arbitrio pueda coexistir con la libertad del otro según una ley
universal.
653 KANT, Immanuel. Sobre la paz perpetua. Madrid: Editorial Tecnos S.A., 2001, pp. 44-45.
251
obligación el estado de paz’, el cual ‘no puede asentarse y
252
guerra con otro debe permitirse tales hostilidades que hagan
253
ii. La guerra es un medio del estado de naturaleza, no del
de la constitución civil.
inminente).
657 Al respecto, el profesor Bernd Schünemann, en su texto “¿Derecho penal del enemigo? Crítica a las
insoportables tendencias erosivas en la realidad de la administración de justicia penal y de su insoportable
desatención teórica”, sostiene que la concepción del enemigo de Kant está orientada a la discusión sobre
la guerra justa, así: “La concepción de Kant de Derecho penal, acerca de lo cual Jakobs no dedica una
palabra, está muy lejos de toda posibilidad de hacer una interpretación en el sentido de un Derecho penal del
enemigo. Acerca de la posibilidad citada por Jakobs de la expulsión de la sociedad, Kant curiosamente no
hace referencia a ella cuando se refiere a la rebelión, que sería el clásico equivalente del actual terrorismo.
Sin embargo, justamente a la inversa, hace referencia a la expulsión de la sociedad cuando se refiere a las
relaciones sexuales con animales, las que no lesionan los derechos de otros y, por tanto, no pueden
representar una enemistad con el Derecho. Según Kant, la comisión de un delito convierte a ‘quien lo
comete en incapaz de ser ciudadano del Estado’. Pero en su concepción el Estado no reaccionaría con la
expulsión o con alguna medida protectora de la sociedad, es decir, dirigida a un fin, sino exclusivamente
con la pena retributiva. Por tanto, debe considerarse que las expresiones de Kant sobre el enemigo justo o
injusto tienen sentido sólo en relación con la pregunta acerca de la guerra justa, y en este marco se
encuentran esas expresiones en la obra de Kant citada por Jakobs ‘Sobre la paz eterna’”. Ver más en:
SCHÜNEMANN, Bernd. Ob. Cit. 2006, pp. 189-190.
254
Es por ello que asumir la argumentación kantiana –como hace
255
La cita que según Jakobs fundamentaría el Derecho penal del
256
el derecho no tiene un objetivo social trascendente, que en
257
republicana es la existencia de un régimen legal diferenciado
claro que un Derecho penal del enemigo, en los términos en los que
258
tratado como “enemigo”. Al respecto, resulta evidente que el
ciudadanas.
agrega:
663 ABELLÁN, Joaquín. Sobre el concepto de república. En: KANT, Immanuel. Sobre la paz perpetua.
Madrid: Editorial Tecnos S.A., 2001, p. 28.
664 Ibid., pp. 29-30.
259
la Constitución civil republicana) requiere de la paz. Y la
perpetua, así:
260
Así, propone Kant que se “(…) garantiza la naturaleza la paz
261
que se forje una moral útil a las conveniencias del hombre de
Estado 669 ”.
Por el contrario, el político para Kant debe ser uno moral, que
262
estando dispuestos a sacrificar al pueblo y al mundo entero, si
súbditos 672 .
263
poner término a tanto sofisma (aunque no a la injusticia
que amparada en esos sofismas) y para hacer confesar
a los falsos representantes de los poderosos de la
tierra que no es el derecho lo que defienden, sino el
poder, del que toman el tono como si ellos mismos
tuvieran algo que mandar, será bueno descubrir y
mostrar el supremo principio del que arranca la idea
de la paz perpetua: que todo el mal que la obstaculiza
proviene de que el moralista político comienza donde el
político moralista termina y hace vano su propio
propósito de conciliar la política con la moral, al
subordinar los principios al fin (es decir, engancha los
caballos detrás del coche) 673 ”. (El resaltado es nuestro)
264
conciliado en la práctica; toda política debe doblar su
rodilla ante el derecho, si bien cabe esperar que se
llegará a un nivel, aunque lentamente, en que la política
brillará con firmeza 674 ”.
un político moral.
dichos cuestionamientos:
toda rebelión, es el mayor y más punible delito en una comunidad, porque es un delito que destruye sus
mismos fundamentos. En: GONZÁLEZ VICEN, Felipe. Ob. Cit. 1997, p. 147. Para mayor detalle leer
al propio Kant, quien sostiene que “(…) si un súbdito (…) quisiera resistirse a la autoridad en ese
momento reinante, sería castigado, aniquilado o desterrado (…) según las leyes de tal autoridad, es decir,
con todo derecho”. En: KANT, Immanuel. Ob. Cit. 1989, p. 150.
265
“(…) cuando Kant se pronuncia positivamente por los
movimientos revolucionarios de su época, se enfrenta
con ellos desde el punto de vista del progreso general de
la humanidad y en relación con el fin último de ésta, es
decir, lo que hace es emitir un juicio de naturaleza
histórica acerca de un acontecer también histórico.
Consideradas, en cambio, la revolución o la resistencia al
poder, no como un hecho histórico concreto, sino
jurídicamente, es decir, como un mero concepto pensable
con categorías determinadas por la noción del Derecho,
el problema que surge es otro esencialmente distinto. (…)
Desde este supuesto, que es el supuesto mismo de la
posibilidad del Derecho, no es posible concebir un
‘derecho’ a la revolución, ya que ello equivaldría a
reconocer la existencia de un poder que, en determinados
casos, podría resistir a aquella instancia que por definición
tiene que ser suprema e irresistible para que pueda darse
en absoluto un orden jurídico 677 ”.
lo siguiente:
266
proceso dentro del ámbito formal del Derecho, Kant la
aprueba, es decir, la incorpora a su propia doctrina 678 ”.
kantiano respecto del Contrato Social. Sostiene que el origen del Estado (al
cual denomina “Leviatán”) está en el pacto por medio del cual todos los
sostiene Hobbes que el esfuerzo “(…) cuando se dirige hacia algo que
678Ibid., p. 151.
679HOBBES, Thomas. Leviatán. O la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil. Segunda
edición en español. Décimo cuarta reimpresión. México: Fondo de Cultura Económica, 2006, pp. 40-41.
267
2. Los seres humanos, en dicho contexto, gozan de plena igualdad. Así,
gloria.
de guerra latente permanente, donde cada ser humano se guía por sus
“(…) durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común
denomina guerra; una guerra tal que es la de todos contra todos 681 ”.
ley no existe: donde no hay ley, no hay justicia 682 ”. Esta afirmación
268
hace que la teoría de Hobbes no sea completamente asimilable a la
los llevan a la paz, así “(…) las pasiones que inclinan a los hombres a la
paz son el temor a la muerte, el deseo de las cosas que son necesarias
libertad, frente a los demás hombres, que les sea concedida a los demás
269
con respecto a él mismo 686 ”. Con el objeto de dar cumplimiento a la
anterior ley, se elabora una tercera, que manda a que “(…) que los
son la octava, que manda “(…) que ningún hombre, por medio de
desprecio por el otro); y la novena, que establece “(…) que cada uno
reconozca a los demás como iguales suyos por naturaleza 689 ”. Todas
las leyes, en fin, se resumen en una regla para examinarlas: “No hagas a
686 Idem.
687 HOBBES, Thomas. Leviatán. Ob. Cit. 2006, p. 118.
688 Ibid., p. 126.
689 Ibid., p. 127.
690 Ibid., p. 129.
691 Ibid., p. 137.
270
conferir todo su poder y fortaleza a un hombre o a una asamblea de
hombres, todos los cuales, por pluralidad de votos, puedan reducir sus
legislativos, policiales, etc.), pero ello tiene una razón de ser para
271
En ese sentido, la misión del soberano “(…) consiste en el fin para el
menos que lo que dure el poder mediante el cual tiene capacidad para
protegerlos 697 ”.
ser humano que se encuentre bajo su dominio sería compatible con los
Hobbes donde podamos encontrar la diferenciación de un Derecho penal del enemigo con perfiles tan
definidos que permitirían ver una anticipación del discurso del presente”. En: GRACIA MARTÍN, Luís.
Ob. Cit. 2007, p. 221 y ss.
272
A criterio de la presente tesis, Thomas Hobbes y sus postulados expuestos
siguientes motivos:
están fuera de lugar, pues donde no hay ley, no hay justicia; dicha
Hobbes, si bien puede existir una legítima opresión del enemigo; ello
273
lucha 699 que Jakobs cita como manifestación del Derecho penal del enemigo
que pretende sustentar. Así, por ejemplo son principios básicos del
699 Günther Jakobs cita del ordenamiento jurídico alemán la primera y segunda ley de lucha contra la
criminalidad económica, la Ley para la lucha contra el terrorismo, la Ley para la lucha contra el tráfico
ilegal de drogas tóxicas y otras formas de manifestación de la criminalidad organizada, la Ley para la lucha
contra los delitos sexuales y otras infracciones penales peligrosas. En: JAKOBS, Günther y Manuel
CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, p. 39-40. En el caso peruano, el Decreto Supremo Nº 012-2008-
DE/CCFFAA es un buen ejemplo.
700 HOBBES, Thomas. Ob. Cit. 2006, p. 241.
701 YACOBUCCI, Guillermo Jorge. Ob. Cit. 2006, p. 1081.
274
“El mal infligido por la autoridad pública, sin pública
condena precedente, no puede señalarse con el nombre
de pena, sino de acto hostil, puesto que el hecho en
virtud del cual un hombre es castigado debe ser
primeramente juzgado por la autoridad pública, para ser
una transgresión de la ley 702 ”.
iii. Postula Hobbes como principio del Derecho penal: “Que todo el
edición en español. Décimo cuarta reimpresión. México: Fondo de Cultura Económica, 2006, pp. 256-
257.
275
violencia y no Derecho, pues se trata de actos que –válidos o no,
relatados.
iv. Hobbes también alude al principio del daño, al sostener que “(…)
delictivo (no debe sancionar al autor por ser como es, ya que sería
276
personales. Así, si el Derecho penal del enemigo –como aquí se entiende-
gobernados.
que debe ser emitida por el soberano legítimo según Hobbes. Aquí
277
desde la perspectiva meramente jurídica, ello resultaría contradictorio
guerra civil- no hay Estado y donde hay Estado no puede haber guerra
señala:
278
4. Un argumento adicional, si bien menos convincente que los anteriores,
términos:
cuando exista una real amenaza para la subsistencia del Estado 712 (no
democráticas, así:
279
Sin embargo, no se concuerda con dicho argumento, pues Hobbes en
la ley de la naturaleza.
Derecho penal del enemigo, si bien puede manifestarse en una ley, adolece siempre de
280
situarse en el marco general de las respectivas teorías contractualistas y
siguiente:
filósofo.
714ALLER, Germán. El Derecho penal del enemigo y la sociedad del conflicto. En: Derecho penal del
enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, pp. 113-114.
281
estatalmente, acabaría definitivamente con el estado de naturaleza 715 ”. Así, la
desnaturalización.
715 HABERMAS, Jürgen. La inclusión del otro. Estudios de teoría política. Barcelona: Ediciones Paidós
Ibérica, 1999, p. 150.
716 SCHÜNEMANN, Bernd. Ob. Cit. 2006, p. 191.
282
Y justamente, las teorías del Estado de la Ilustración, que utilizan la figura
aún la pena de muerte y los castigos severos eran comunes- nunca llegaron a
que postula Jakobs no podrá ser Derecho 718 , al menos en base a los
sostiene que “(…) con la arrogancia gratuita de los nacidos después sabemos
283
A partir de ello, se evidencia la necesidad de efectuar una interpretación
“(…) las premisas sobre las que Kant basó su teoría en las circunstancias
realidad actual 720 ”, por lo que los postulados deben ser situados en su debido
realidad dos siglos posterior. Nada sería más injusto con las ideas de
Immanuel Kant.
del estado de naturaleza entre los Estados sirve de inspiración, por una
penal del enemigo presentado por Günther Jakobs en las teorías contractualistas
284
idea de Derecho como sistema cerrado y autopoiético al sistema de Derecho
Ilustración.
722Sostiene Feijóo Sánchez que, con la teoría sistémica “(…) la legitimidad del orden social ya no se busca
en el contrato social, que ha sido el referente legitimador individualista desde la época de la Ilustración
(…). La teoría del contrato social (…) no sirve para explicar los nuevos contextos sociológicos. (…) Hoy
ya no es posible explicar la gran cuestión hobbesiana sobre cómo es posible el orden social y el Estado al
igual que se hacía en los siglos XVII y XVIII (…)”. En: FEIJÓO SÁNCHEZ, Bernardo. Ob. Cit. 2007,
p. 89.
285
sistema jurídico, sino que aboga por un orden jurídico abierto a
3. La propuesta del Derecho penal del enemigo obvia la distinción esencial de las
Bastida Freixedo:
286
En ese sentido, al excluir al enemigo se le estaría colocando en la posición de
quebrantarla 725 ”.
se pasan por alto las normas, con lo cual serían, en el plano normativo
A partir de ello, se puede afirmar que tiene razón de ser la insistencia del
Derecho penal.
287
4. La aplicación de la teoría del Derecho penal del enemigo ocasiona la degeneración
Redondo, quienes afirman que “un estado inmoral tiene poca fuerza de
autoridades, y entre ellas penetran los criminales. Sin una democracia fuerte,
5. La aplicación del Derecho penal del enemigo genera la destrucción del Derecho del
288
En dicha sociedad, el Estado tiene el deber de tutelar tanto la libertad
aún más.
289
Capítulo VI
extra sistémica de la tesis, que afirma que el Derecho penal del enemigo no es un Derecho
contra el enemigo, menos aún del ciudadano contra los peligros, sino un real Derecho
en la sociedad.
Para tal fin, resulta necesario abordar dos asuntos. En primer lugar, se expondrán los
libertad de los seres humanos no cumple con los objetivos de brindar seguridad
cognitiva.
6.1. Respecto del discurso de la seguridad.-
Entre las ideas con las que pretende dar sustento al Derecho penal del enemigo, el
Es más, sostiene que la guerra contra el enemigo tiene lugar con un legítimo
enemigo:
sus ciudadanos, lo que sería fuente de legitimidad del Derecho penal del enemigo.
729 JAKOBS, Günther y Manuel CANCIO MELIÁ. Ob. Cit. 2006, p. 33.
730 Ibid., p. 55.
731 POLAINO ORTS, Miguel. Ob. Cit. 2006, p. 46.
291
El profesor Bustos Ramírez observa dicho fenómeno desde una perspectiva
un enemigo que hay que reprimir y aniquilar, y basa su legitimidad en esa propia
“(…) hay programas para discursos que no piensan porque ocultan las
preguntas fundamentales bajo una enorme información más o menos
articulada; hay otros programas para discursos penales que tampoco
piensan, porque las responden en forma grosera y primitiva; y, por
último, también hay programas para quienes critican y se ven obligados a
replantear la legitimidad y los límites del poder punitivo, para lo cual
deben pensar 733 ”.
292
4. Imputar el peligro a grupos vulnerables considerados siempre inferiores
y hasta subhumanos.
invenciones.
resolverse el problema.
forma de corrupción.
punitivo se ejerza sin límites frente a ella, o sea, que surge un poder de
excepción sólo para estos casos. Quizás sea este el paso central del discurso
de la emergencia.
presentación del poder punitivo como el único medio para conjurar el peligro
que se condice entonces con el postulado del Derecho penal del enemigo.
293
Con el objeto de comprender cómo se presenta y cuáles son las bases del
con lo que hace 735 ”. Es decir, se trata de una disciplina que cuestiona el ejercicio
crítica, sino que antes fue entendida como un problema del ser y
consecuentemente como una legitimación del poder del Estado para intervenir
como “(…) enfrentamiento formal, simbólico y directo de dos rivales –el Estado
y el infractor- que luchan entre sí en solitario, como luchan el bien y el mal (…)
compleja del suceso delictivo de acuerdo con el rol activo y dinámica que
735 BUSTOS RAMÍREZ, Juan. Obras Completas. Tomo I. Lima: ARA Editores, 2005, p. 499.
736 GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Antonio. Ob. Cit. 2008, p. 509.
294
el ‘escenario’ criminal 737 ”; subrayando el trasfondo humano y conflictual del
delito.
Cabe hacer una breve mención a la moderna criminología, que se enfoca desde
del delito, concepto que ha sido entendido de diversas formas por la doctrina:
programas de prevención:
raíz, del conflicto criminal, para neutralizar éste antes de que el propio
delito, del estudio y enfrentamiento de las causas del fenómeno criminal. Por
hecho delictivo, sino que “(…) actúa más tarde en términos etiológicos: no
737 Idem.
738 Entre los programas de prevención más representativos se encuentran los realizados en base a
determinadas ‘áreas geográficas’, a través del diseño arquitectónico y urbanístico, los programas de
‘orientación comunitaria’, de ‘prevención victimal’, de inspiración político social, de orientación
‘cognitiva’, de prevención de la reincidencia, los programas orientados a la reflexión axiológica, etc. En:
GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Antonio. Ob. Cit. 2008, p. 570 y ss.
739 GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Antonio. Ob. Cit. 2008, p. 512.
740 Ibid., p. 513.
295
paradigmático de este programa lo constituyen los planes de prevención
policial.
741 Idem.
742 GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Antonio. Ob. Cit. 2008, p. 595.
743 Ibid., p. 596.
296
creían superados (los de la criminología clásica o criminología del “ser” o de la
pero que no atiende (ni siquiera observa) a las causas profundas del problema
comportamiento 746 ”. Obvia así toda referencia a causas externas al propio sujeto
297
Al respecto, es claro el ejemplo del profesor Muñagorri Laguía respecto del
“Sólo hay que ver quiénes son los definidos como autores de las
reiteradas faltas contra el patrimonio o de hurto de uso o de lesiones,
repeticiones de ilícitos de mínima gravedad, pequeños desórdenes, de los
que parece no interesar tanto los hechos como sus autores, fácilmente
observables en la medida en que las calles vayan transformándose en
comisarías volantes. Los pobres no son productivos, no son
consumidores, no son necesarios para la rentabilidad de las empresas, ni
para el incremento de la acumulación. Se contemplan como desechos
sociales muy presentes en las calles porque no tienen otro lugar para
sobrevivir. (…) Pero la llamada ‘tolerancia cero’ consiste en ‘intolerancia
selectiva’ (…) 747 ”.
Se trata, claro está, de una mayor incidencia del Derecho penal sobre la libertad
Existen al menos tres razones por las que el pretendido derecho a la seguridad
no es un real derecho de libertad, ya que esta tesis considera que, para entender
que existe una norma que promueva la seguridad de los ciudadanos sin afectar el
jurídica (1), que asuma la realidad que pretende regular (2) y la enfrente,
747MUÑAGORRI LAGUÍA, Ignacio. Derecho penal intercultural y crisis del principio de soberanía. En:
Mutaciones de Leviatán. Legitimación de los nuevos modelos penales. Madrid: Ediciones Akal S.A., 2005,
p. 197.
298
Los postulados de seguridad del Derecho penal del enemigo no cumplen ninguno de
los tres requisitos anotados, lo que genera que una estrategia de lucha como
lucha destruye, cuando lo que se necesita es construir una sociedad ‘de’ y ‘para’
contra el enemigo, menos aún del ciudadano contra los peligros, sino un
Esta hipótesis se prueba justamente al constatar que el Derecho penal del enemigo y
el discurso de la seguridad no cumplen con los tres requisitos para ser acorde
consiste en determinar cuáles son los límites de actuación del Estado frente
(sus adversarios)?
299
Respecto de la primera dificultad, la doctrina manifiesta
tratado como enemigo. Así, se sostiene que “(…) los criterios que
el resto). En segundo lugar, que es la ley (el poder político) quien define
300
necesidades o las conveniencias 750 ”, y ello es consecuencia de la
seguridad cognitiva del ciudadano de a pie, si los riesgos de toparse con éste
pregunta que sigue es si resulta entonces posible avalar dicha “defensa del
301
discusión; sin embargo, lo que sí es evidente es que Jakobs no limita su
teoría a dicha pretendida defensa 753 , sino que tiene como objeto argumentar
que el Derecho penal del enemigo “protege” al ciudadano, lo que –como hemos
lo cual, al parecer es una tarea que no se alcanza con la mera objetividad del
categorías, aún no elaboradas por el Derecho penal del enemigo (…) 754 ”. Sin
justamente la lógica del Derecho penal del enemigo es política (de intereses y
quién no (…), sino hasta dónde se puede llegar y si el efecto disuasorio que
753 Cabe recordar al respecto el siguiente pasaje de la obra de Jakobs: “(…) hoy no debe entenderse por
adversario de principio (sólo) un adversario del poder establecido, sino que debe ser entendido como
adversario de la sociedad constituida en un régimen de libertades753”. Ver más en: JAKOBS, Günther.
Ob. Cit. 2006, p. 104.
754 BELLO RENGIFO, Carlos Simón. Las razones del Derecho penal. En: Derecho penal del enemigo. El
discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 322.
755 Y más si se trata de un enemigo interno. Al respecto, sostiene el profesor Kai Ambos que “(…) si bien
al concepto del enemigo externo no se le puede negar una cierta legitimidad, la del enemigo interno sólo
sirve a la desacreditación del contrario y a la justificación de la forma de proceder propia, sin proporcionar
una fundamentación material para la exclusión del otro. Este concepto del enemigo no tiene límites”. Ver
más en: AMBOS, Kai. Ob. Cit. 2006, p. 131 y ss.
302
se pretende imponer es útil en todos los casos 756 ”. En el mismo sentido se
Es más, Carlos Pérez del Valle, profesor que –bajo el criterio de la presente
tesis- presenta algunos argumentos a favor del Derecho penal del enemigo,
cuestiona la problemática de los límites que esta materia suscita. Así, señala
que “(…) tal vez ése es uno de los problemas esenciales del Derecho penal del
posibilidad de admitir un Derecho penal del enemigo “(…) éste habría de estar
punto de vista del respeto a los derechos fundamentales (…) 759 ”, cosa que
no sucede en la actualidad.
756 DAMIÁN MORENO, Juan. ¿Un Derecho procesal de enemigos? En: Derecho penal del enemigo. El
discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 461.
757 HÖRNLE, Tatjana. Ob. Cit. 2006, p. 76.
758 PÉREZ DEL VALLE, Carlos. Derecho penal del enemigo. ¿Escarnio o prevención de peligros? En: Derecho
penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 569.
759 DAMIÁN MORENO, Juan. Ob. Cit. 2006, p. 472.
303
como el profesor Kindhäuser expresan su preocupación y sostienen “(…) lo
definición 760 ”.
penal del enemigo, “(…) los intereses protegidos son los de aquellos que tienen
304
el poder para influir en el proceso de criminalización 762 ”. Ello es ratificado
para ello, en virtud del supuesto contrato social que ha sido roto.
305
El problema mayor de otorgar dicha atribución a quien detenta el poder es
que “(…) lo que puede comenzar como una ‘excepción’ tiene la tendencia de
democrático 766 .
pesentado por el profesor Carles Denkowski: “(…) para el Estado alemán de los años 80, el ‘izquierdista’
crítico o la persona socialmente crítica no es, en primera línea, un ciudadano. Hasta que no se haya
demostrado su inocencia es considerado un riesgo. En: DENKOWSKI, Charles. La protección estatal en
los conflictos asimétricos: ¿continúa el Derecho policial de los länder alemanes, tras el 11 de septiembre,
con el Derecho penal político antiliberal? En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la
exclusión. Volumen I. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 530.
768 BASTIDA FREIXEDO, Xacobe. Ob. Cit. 2006, p. 295.
306
- En primer lugar, no es realmente relevante qué bien concreto de los
ciudadanos se protege a través del Derecho penal del enemigo, sino que se
realidad no hay más bien protegido que el statu quo, la norma por el
racionales 769 ”.
307
tal vez en el fondo cree este Jakobs de los últimos tiempos, que la
razón de Estado es expresión suprema de la Razón 771 ”.
sostiene que tendencias como el Derecho penal del enemigo sen enmarcan en
771 GARCÍA AMADO, Juan Antonio. Ob. Cit. 2006, pp. 919-920.
772 Ibid., p. 921.
773 SCHEERER, Sebastián, María Laura BÖHM y Carolina VÍQUEZ. Ob. Cit. 2006, p. 928. En un
sentido aún más radical, el profesor Zaffaroni sostiene que “¿Quién individualizó siempre al enemigo o
extraño? El poder coyuntural. ¿Cómo lo hizo? Como le convino. ¿A quién le aplicó la etiqueta? A quien lo
enfrentaba o molestaba, real, imaginaria o potencialmente773”. Ver más en: ZAFFARONI, Raúl Eugenio.
Ob. Cit. 2006, p. 1125 y ss.
774 SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María. Los indeseados como enemigos: la exclusión de seres humanos del
status personae. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid:
Edisofer S.L., 2006, p. 1007.
308
una concepción de la emergencia basada en “(…) la idea de la primacía
tiránico del poder estatal 778 ”. Por otro lado, la razón de estado 779 , que
775 Para Ferrajoli, delitos políticos son aquellos “(…) que oponen directamente a ciudadanos e
instituciones estatales ofendiendo y poniendo en peligro, más allá de los bienes particulares concretamente
lesionados, la soberanía del estado y sus intereses políticos fundamentales”. En: FERRAJOLI, Luigi. Ob.
Cit. 1995, p. 809.
776 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 1995, pp. 807-808.
777 Ibid., p. 808.
778 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 1995, p. 809.
779 La razón de estado expresa tanto una norma de acción política cuanto una fuente de legitimación
autónoma de las decisiones y medios adoptados para tal fin, pudiendo distinguirse dos versiones de la idea
de razón de estado en el pensamiento político moderno: “(…) a) la empírico-científica del realismo
política, de Maquiavelo a Carl Schmitt (…) que se caracteriza expresamente como doctrina de la
separación entre política y moral y, más en general, entre política y valores extrapolíticos (…); b) la
filosófico-historicista del idealismo, que tuvo su máxima formulación en Hegel (…) y que (…) se
caracteriza por la confusión entre política y moral como consecuencia del carácter directamente ético
asignado al estado y de su sublimación totalitaria como ‘espíritu del mundo’”. En: FERRAJOLI, Luigi.
Ob. Cit. 1995, p. 813.
309
potencia, el fin primario e incondicionado de la acción de gobierno 780 ”.
postulado:
310
Así, a diferencia del estado de derecho, en el que los fines políticos se
justifica los medios, dado que los medios, es decir, las reglas y las formas,
784 Idem.
785 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 1995, pp. 814-815.
311
son las garantías de verdad y de libertad y como tales tienen valor para
312
Lo expuesto hasta aquí y la revelación de que existe la inminente
(que es de todos los ciudadanos) nos lleva a una primera conclusión: ¡El
hacer aparecer el Derecho penal del enemigo como algo necesario y conveniente
Entonces, la propuesta del Derecho penal del enemigo soslaya la atención estatal
313
restringe en especial la libertad de quienes considera “ciudadanos”,
reprime a los enemigos, el ciudadano será mas libre pues no tendrá mayores
Entonces, los tres elementos que evidencian que el Derecho penal del enemigo es
314
No existe ningún elemento expuesto en la presentación de Günther Jakobs
Derecho penal del enemigo. Por el contrario, el propio profesor Jakobs sostiene
desintegrador 791 ”.
por el Derecho penal como supuesta solución. Pero, ¿no será justamente la
Respecto del segundo elemento, el discurso del Derecho penal del enemigo
encubre las deficiencias del legislador a la hora de afrontar las reales causas
315
también por la incapacidad de los legisladores nacionales para recurrir, en lo
trascender a los nocivos efectos que esta relación puede conllevar, lo que
siguiente:
792 MANNA, Adelmo. Erosión de las garantías individuales en nombre de la eficacia de la acción de lucha
contra el terrorismo: la privacy. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II.
Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 258.
793 SCHEERER, Sebastián, María Laura BÖHM y Carolina VÍQUEZ. Ob. Cit. 2006, p. 927.
794 Ibid., p. 933.
316
Y ante dicha carencia de capacidad, se requiere una propuesta alternativa
Existe entonces una clara relación entre la utilización del Derecho penal del
317
novedosa, pasa por colocar el acento en el aspecto ‘intimidatorio’
de la pena y su consabido incremento 797 ”.
políticas sociales –lo que se pretende cubrir con una mera reacción penal-
sectores afectados 798 , que podrían crear las bases para el surgimiento de
ante las carencias sociales, los motivos del conflicto y la previsión ante
318
político de consolidación de las desigualdades sociales y de
fomento de la exclusión social de ciertos colectivos
ciudadanos 801 ”.
que el Derecho penal del enemigo sólo atendería a los sectores de la ciudadanía
los ciudadanos presos del temor, porque –como se ha visto en los puntos
profesor:
“Uno de los rasgos con los que se identifica al Derecho penal del
enemigo es el de su carácter simbólico, orientado más a la
pacificación momentánea de la opinión pública que a la efectiva
prevención mediante motivación, que resulta larga y costosa. En
dicho contexto, la irrupción de la apología despliega un peculiar
sentido simbólico: al gesto propagandístico propio de los
atentados terroristas, la respuesta de un Derecho penal simbólico
se adelanta al momento de la efectiva sanción, pues en términos
simbólicos puede alcanzarse ya algo con el anuncio comunicativo
de eventuales sanciones 802 ”.
del Derecho penal del enemigo es así puramente simbólica, puesto que no
319
evidencia ninguna competencia a la solución de los problemas actuales,
realidad 803 ”.
eficaz, es peligrosa. Ello en virtud de que tiene como objeto luchar contra
Estado atender.
problema delictivo no sólo no son resueltos por el Derecho penal del enemigo
segundo problema); sino que éste les agrega dos problemas adicionales. Por
que la propuesta del Derecho penal del enemigo lo considera parte del estado de
naturaleza y no del contrato social y, por ende, no está sujeto a los deberes
sociedad regida por una dinámica comunicativa violenta, que afecta no sólo
803 SCHEERER, Sebastián, María Laura BÖHM y Carolina VÍQUEZ. Ob. Cit. 2006, p. 933.
320
fundamentales restringido, al poder ser considerado enemigo en cualquier
gubernamentales arbitrarias.
Una importante evidencia de que Jakobs juega en dicho escenario (al ser
sostiene:
321
c) Con el discurso de la seguridad se sientan las bases para legitimar el statu
quo.
Respecto del primero, que sostiene que el Derecho penal del enemigo no es
eficaz sino peligroso, debe estarse a que resulta ineficaz porque la pretendida
finalidad del Derecho penal del enemigo es brindar seguridad a los ciudadanos y –
322
Es más, el problema principal no es la aludida ineficacia, sino los peligros
323
Por su parte, el profesor Ferrajoli duda no sólo de la legitimidad, sino
siguiente:
soluciones en los aspectos más frágiles del problema (las causas del crimen:
que el Derecho penal del enemigo es materializado por el propio Estado “con
sostiene:
324
política de dar respuesta a las reivindicaciones de la ciudadanía.
En semejante contexto, la labor de la política criminal como
ciencia deviene más compleja, pues se trata de valorar un
fenómeno de ampliación de los tipos delictivos y de
endurecimiento de las penas que, a diferencia de lo que sucedía
en el pasado, recibe su impulso de la opinión pública y es
ejecutado por un poder político que cuenta con plena legitimidad
democrática 811 ”.
seguridad se sientan las bases para legitimar el status quo, el profesor Durán
Migliardi precisa que la noción del Derecho penal del enemigo constituye “(…)
una justificación del status quo, una mera descripción positivista de una
811 RAGUÉS I VALLÉS, Ramón. Retos actuales de la Política Criminal y la Dogmática Penal. En:
Pensamiento penal y criminológico, Revista de Derecho Penal Integrado, año IV, N° 6. Córdoba:
Editorial Mediterránea, 2003, p. 240 y ss.
812 Debe además recordarse lo expuesto por el profesor Yesid Reyes, quien alude a que “(…) dado que la
vigencia de una norma implica un consenso social sobre la necesidad y utilidad de ella, cuando un grupo
representativo de una comunidad social desconoce su legitimidad, el Derecho penal deja de ser la
herramienta adecuada para ‘corregir’ esa clase comportamientos, en cuanto no se puede ‘reforzar’ la
vigencia de la norma a quien por principio desconoce su legitimidad. Cuando, pese a ello, se insiste en la
utilización del Derecho penal (…) lo que en realidad se pretende no es reforzar la vigencia de la norma,
sino legitimar su existencia, desconociendo con ello que el Derecho penal no es el instrumento adecuado
para la legitimación de las normas sino tan solo para reforzar la vigencia de aquellas que hayan sido
previamente definidas por el conglomerado social como legítimas”. En: REYES ALVARADO, Yesid.
Normativismo y Derecho penal del enemigo. En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la
exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 801.
325
realidad que hay que conservar o la clásica doctrina totalizadora y cerrada
políticas 813 ”.
seguridad, existe el grave peligro de legitimar abusos del Estado contra los
derechos humanos, cabe señalar que se trata del postulado más controversial
doctrina opina que “(…) lo que se esconde detrás de la noción Derecho penal
el concepto de seguridad nacional ha servido, sobre todo en el pasado, para legitimar políticas liberticidas,
lesivas de los derechos fundamentales, y que culminan en desapariciones, en la formación de ‘escuadrones
de la muerte’815”. Ver más en: MOCCIA, Sergio. Ob. Cit. 2006, p. 302.
816 Si bien es certera la impresión de Muñoz Conde, quien sostiene que el “(…) ‘Derecho penal del
enemigo’ recuerda mucho al ‘Derecho penal de autor’ que propugnaron los penalistas nazis; según el cual
lo relevante no era el hecho delictivo cometido, sino la ‘perversión’, ‘inclinación o tendencia al delito’ o
‘peligrosidad criminal’ que pudiera tener su autor”. Ver más en: MUÑOZ CONDE, Francisco. Ob. Cit.
2006, p. 345.
326
jurídico 817 , el cual poco a poco va socavando sus bases aún democráticas.
democrático genera que éste pierda dos de las más importantes bases
817 Al respecto, sostiene la doctrina que “(…) hasta hoy, en la práctica política, la calificación del contrario
como ‘enemigo’ sirve para justificar cualquier forma de medidas represivas, desde sanciones económicas
hasta la guerra interna o externa”. Ver más en: AMBOS, Kai. Derecho Ob. Cit. 2006, p. 127.
818 GROSSO GARCÍA, Manuel Salvador. Ob. Cit. 2006, p. 20.
819 Se abordará ampliamente un planteamiento sobre la libertad individual en el séptimo capítulo de la
presente tesis.
820 MODOLELL GONZÁLEZ, Juan Luis. Ob. Cit. 2006, p. 338.
327
Ahora, no puede considerarse que un autor pueda generar tales efectos.
Ello es producto del accionar del político que detenta el poder, el cual
o modelo; pero cosa muy distinta es negar que su labor pueda ser un
821 Por ejemplo, el profesor Luíz Luisi cita a Cornelius Prittwitz, profesor en Frankfurt, quien sostiene que
“‘(…) el daño que Jakobs causó con sus reflexiones y con su concepto de Derecho penal del enemigo es
visible. Los regímenes autoritarios adoptarán entusiasmados la legitimación filosóficamente altisonante del
Derecho penal y procesal contrario al Estado de Derecho’”. En: LUISI, Luíz. Ob. Cit. 2006, p. 234.
822 PASTOR, Daniel R. Ob. Cit. 2006, pp. 515-516.
823 POLAINO NAVARRETE, Miguel y Miguel POLAINO-ORTS. Ob. Cit. 2006, p. 641.
328
A partir de la prueba de las hipótesis que ha precedido, podemos concluir que el Derecho
penal del enemigo hace daño y no protege 824 . No protege porque incrementa la inseguridad.
riesgo de ser tratado como enemigo. Al respecto, debe recordarse que “(…) puesto que
el Derecho penal es un arma, en tanto en cuanto gestiona la fuerza del Estado, corre el
Además de lo expuesto hasta aquí, puede postularse que el discurso pro-seguridad que
encierra el Derecho penal del enemigo no es compatible con el derecho a la libertad, que se
entiende para esta tesis, como la posibilidad del ser humano de ser libre en la medida
que los otros también lo son. Este concepto será ampliamente detallado en el siguiente
capítulo.
824 Es evidente el caso del maltratador familiar expuesto por Polaino Orts, quien sostiene que dicho sujeto
“(…) no sólo lesiona un aspecto objetivo de lesión de bienes jurídicos sino también el aspecto subjetivo
(‘sentimiento de seguridad jurídica’) que se cifra en la ‘alarma social’ que supone el delito”. Es decir que el
Derecho penal del enemigo que contra aquél se ejerce estaría guiado principalmente por una calificación
arbitraria (denominada “motivación subjetiva”) –sin parámetros objetivos de definición- del legislador.
En: POLAINO ORTS, Miguel. Ob. Cit. 2006, p. 173.
825 DONINI, Massimo. Ob. Cit. 2006, pp. 556-557.
329
Capítulo VII
LA DEMOCRACIA CONSTITUCIONAL.
ALTERNATIVO
se manifiesta tanto desde una perspectiva pragmática, operativa o utilitaria (ya que sus
perjuicios son mayores que los beneficios que pretende), cuanto desde una perspectiva
modelo expansionista expresado en la teoría del Derecho penal del enemigo, están destinados
El desarrollo del modelo alternativo se divide en dos partes: las bases de la propuesta de
Paradigma garantista, que postula un orden de Derecho penal mínimo, y que se enmarca
El objeto del presente capítulo es determinar tres bases fundamentales para abordar en
necesidad de que el principio de las mayorías esté delimitado por la noción de los
derechos fundamentales.
que trae como consecuencia entender que la sanción penal debe estar regida por la
delimitado por tal paradigma, que es –como se verá- el opuesto a las corrientes de la
331
Democracia plebiscitaria o mayoritaria, en la que se respalda el supuesto derecho a la
libertad y seguridad como si existiera una relación de conflicto entre ambos derechos, se
postula un concepto de libertad individual acorde con la personalidad innata del ser
humano y con el derecho a la seguridad exigido por la doctrina del Derecho penal del
enemigo.
profesor Luigi Ferrajoli, una función alternativa del Derecho penal (y, en general, del
332
7.1. Primera base: el modelo de Estado como parámetro de legitimidad de la
reacción punitiva.-
punitiva (como el Derecho penal del enemigo) sin tener en cuenta el vigente modelo
Existe hoy según el profesor Luigi Ferrajoli una crisis del Estado de derecho y
incontrolabilidad creciente del poder 827 , y la cual ataca las principales funciones
826 Ver más en: FERRAJOLI, Luigi. El Derecho como sistema de garantías. Publicado en: Themis Revista
de Derecho N° 29 Segunda época. Lima: publicación de los alumnos de la Facultad de Derecho de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, 1994, pp. 119-130.
827 Ferrajoli alude a la existencia de lo que denomina el Welfare State, que se manifiesta “(…) en la
reducción del gasto público destinado a las prestaciones sociales y asistenciales del Estado con respecto a
la cantidad, por el contrario creciente, de las demandas”, lo cual “tiene el efecto de acentuar el carácter
selectivo e inevitablemente discriminador de la satisfacción de las demandas y, por ello, de engendrar, a
falta de una sólida estructura normativa y garantista, procesos degenerativos de las instituciones en sentido
clientelar y corporativo, bajo el signo de la desigualdad y el privilegio. Estos procesos (…) se manifiestan
en la disolución ulterior de las tres notas del Estado de derecho (…): en el incremento de la ilegalidad del
sistema político, en el desarrollo vigoroso del secreto en el aparato estatal y en la creciente
irresponsabilidad de la clase gobernante”. En: FERRAJOLI, Luigi. El garantismo y la filosofía del
derecho. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2000, p. 72.
828 Ibid., pp. 78-79.
829 Ibid., p. 79.
333
En fin, se trata de una crisis que reúne tres aspectos básicos. En primer lugar,
de la ilegalidad del poder 830 ”. En segundo lugar, conlleva una crisis de orden
estructural, ya que existe una “(…) inadecuación estructural de las formas del
estado de derecho a las funciones del welfare state, agravada por la acentuación
de su carácter selectivo y desigual que deriva de la crisis del estado social 831 ”.
Finalmente, existe una crisis del estado nacional, que se manifiesta “(…) en el
del poder punitivo- reaccionar con el Derecho penal del enemigo contra lo que
del papel que juega la democracia (que muchos entienden como el modelo de
democracia deliberativa. Primera edición. Primera reimpresión. Barcelona: Editorial Gedisa, 2003, p. 15.
334
Al respecto, existen dos concepciones distintas respecto de la democracia 834 y su
como rector de toda decisión política que pueda incluso involucrar afectaciones
del ciudadano.
que no la acogemos.
834 Se trata de un tema bastante amplio, ya que existen diversos postulados y clasificaciones acerca de la
Democracia. Para una mayor información al respecto, altamente ilustrativa es la clasificación de Ronald
Dworkin, quien entiende la democracia como acción colectiva y distingue la acción colectiva estadística de
la comunitaria. En: DWORKIN, Ronald. Liberalismo, Constitución y Democracia. Buenos Aires: La isla
de la luna, 2003, p. 49 y ss. Por otro lado, John Rawls enmarca la regla de mayorías en su Teoría de la
Justicia, sosteniendo que “(…) no sirve, por tanto, la idea de que lo que desea la mayoría es correcto, de
hecho ninguna de las concepciones tradicionales de la justicia ha sostenido esta doctrina, manteniendo,
por el contrario, que el resultado de la votación está sujeto a principios políticos. Aunque, en
circunstancias determinadas es justificable que la mayoría (adecuadamente definida y delimitada) tenga el
derecho constitucional de hacer las leyes, esto no implica, sin embargo, que las leyes promulgadas sean
justas”. En: RAWLS, John. Teoría de la Justicia. Segunda edición en español. Primera reimpresión.
México: Fondo de Cultura Económica, 1997, p. 325 y ss. Respecto de la teoría de la justicia de Rawls, ver:
KAUFMANN, Arthur. Ob. Cit. 1999, p. 480 y ss. Por último, el profesor Carlos Santiago Nino, quien
defiende la democracia deliberativa, clasifica las concepciones de la democracia en aquellas que suponen
los intereses de las personas como inalterables (enfoque utilitarista, de análisis económico, elitista,
pluralista y consensualista) y en aquellas que entienden la democracia como transformadora de las
preferencias de las personas (enfoques de la soberanía popular, perfeccionistas, dialógicos). Ver más en:
NINO, Carlos Santiago. Ob. Cit. 2003, p. 101 y ss.
335
democracia rige la ley de la mayoría, así “(…) la mayoría lo puede todo 835 ”.
que se constituye una y otra vez a partir de los ciudadanos y los grupos, y
minorías 838 ”.
profesor Kaufmann sostiene que la ley de la mayoría ha de estar limitada en el siguiente sentido: “(…) ella
no puede eliminar el propio principio de mayoría, y con él la democracia, y no puede abolir los derechos
humanos fundamentales, pues éstos valen pre-estatalmente, el Estado no los otorga, sino únicamente los
protege”. En: “KAUFMANN, Arthur. Ob. Cit. 1999, p. 517.
839 HÄBERLE, Peter. Ob. Cit. 2003, p. 198.
336
modelo de la Democracia Constitucional, que se expone en el siguiente
postulado:
los que Günther Jakobs sustenta su Teoría General del Delito y sus
337
restricción de las funciones y de las prestaciones públicas de naturaleza
básicas de esta primera propuesta que nos interesa abordar son las
siguientes:
338
“(…) la técnica legislativa que –en derogación de las formas de la
estricta legalidad propias del Estado de derecho y prescritas con
alguna aproximación en nuestra Constitución- consiste en la
autorización legal de poderes violentos no vinculados
rígidamente por la ley misma. (…) La ley (ordinaria) es sólo
legitimante pero no en cambio legitimada, por lo que la violencia
consentida por dicha ley aunque sea legítima con respecto a ella
no lo es respecto del modelo constitucional del Estado de
derecho 845 ”.
339
incompatibles con las exigencias de la estricta legalidad, ya que rehúyen
340
mecanismos competitivos y transaccionales del mercado no
estarían nunca en condiciones de reemplazar 850 ”.
Quizás la crítica más relevante a los fines de este trabajo esté marcada por
estatales- de control social 851 ”. Ahí el Derecho penal tiene un papel central.
ello es el artículo 1 de la Constitución Política del Perú de 1993, que consagra la defensa de la persona
humano y el respeto de su dignidad como fin supremo de la sociedad y del Estado; el artículo 2 de la
misma norma, que consagra los derechos fundamentales del ser humano; y el artículo 139, que genera una
serie de garantías protectoras del ser humano sometido a la justicia penal. Además, de manera expresa, el
artículo 43 de la norma suprema sostiene que la República del Perú es democrática y social. Ahora bien,
lamentablemente dicha norma suprema no se condice con la realidad: un importante ejemplo es el
Decreto Supremo Nº 012-2008-DE/CCFFAA, que va en contra del reconocimiento de la dignidad
humana como fundamento de toda norma y fin de toda institución. No existe entonces una Constitución
normativa en el sentido de: LOEWENSTEIN, Karl. Teoría de la Constitución. Segunda Edición.
Barcelona – Caracas: Editorial Ariel, 1979.
341
marco estatal. Sin embargo, ello es un mínimo, pero no es suficiente para
342
Desde dicha perspectiva, los derechos fundamentales son pieza fundamental
de la legitimación democrática.
de otro modo absoluto, de los vértices políticos; hacia abajo, como técnica
subjetivos 857 ”.
343
legitimación formal y legitimación sustancial o, si se quiere, entre la
profesor Ferrajoli:
344
de la determinación normativa de sus presupuestos 862 ”. Se trata entonces
estatal.
formal o (…) de mera legalidad (…). Conforme a él, una norma jurídica,
345
Ahora, con el Constitucionalismo que se propone, se produce un nuevo
Debe dejarse en claro que ello no implica acabar con la distinción entre
346
“[El paradigma paleopositivista], al carecer de normas
constitucionales rígidas y, por tanto, de separación deóntica entre
constitución y legislación, sustrae a la ciencia jurídica y a la
jurisdicción la posibilidad de formular juicios jurídicos sobre la
validez sustancial de las leyes (…). Mientras en el paradigma
paleopositivista el “ser” del derecho se identificaba con su
existencia, en el paradigma constitucional el ser del sistema
jurídico comprende también su deber ser constitucional, el cual,
si de un lado no debe confundirse con su deber ser ético-político
o externo, tampoco ha de ser considerado ajeno al ser del
derecho 870 ”.
conformidad con los mismos 871 ”. Es decir, no basta con que exista una
ley que permita la interceptación telefónica, sino que dicha ley -para ser
347
legítima- requerirá adaptarse a las exigencias constitucionales respectivas.
Constitución 873 ”.
348
siempre, más que la legitimación, la deslegitimación del ejercicio de los
derecho 875 ”.
según Ferrajoli. Recuérdese que el propio Rousseau sostiene que “(…) si tomamos el término en su más
rigurosa acepción, ni ha existido ni existirá jamás verdadera Democracia. Es antinatural que la mayoría
gobierne y la minoría sea gobernada. No podemos imaginarnos a un pueblo permanentemente reunido
para resolver los asuntos públicos, y vemos inmediatamente que no pueden ser establecidas comisiones
para su resolución sin que la forma de administración cambie. (…) Si hubiera un pueblo sagrado, éste se
349
“¿No será mejor repetir, con Kelsen, que “el concepto de
soberanía debe ser radicalmente eliminado” (…)? Ello es así
porque la soberanía es potestas legibus soluta, esto es, poder
absoluto, no sometido a límites ni reglas, y por tanto
incompatible con el modelo del estado de derecho, que excluye la
existencia de poderes absolutos (…). Y el pueblo [es] una
pluralidad heterogénea de sujetos dotados de intereses, opiniones
y voluntades distintas y en conflicto entre sí. Por eso, (…) si
queremos seguir hablando de ‘soberanía popular’, debemos
entenderla (…) como el conjunto de los poderes y contrapoderes
que son los derechos fundamentales, atribuidos (…) al pueblo
entero (…) y sobre todo, como una garantía negativa contra el
despotismo 877 ”. En esa línea, Silva Sánchez sostiene que “(…) los
derechos humanos surgieron y se desarrollan con la vocación de
ser límites a la voluntad de la mayoría 878 ”.
Así, también tiene que variar la relación entre política y derecho, siendo
la medida en que se apodera sin reglas, esto es, poder que carece de los
es concebido como ley del más débil, pues “(…) tutela al más débil que
penal 880 ”.
gobernaría democráticamente. Gobierno tan perfecto no corresponde a los hombres”. En: ROUSSEAU,
Jean Jacques. El Contrato Social. Madrid: Editorial ALBA, 2002, pp. 89-91.
877 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2006, pp. 107-108.
878 SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María. Ob. Cit. 2006, p. 1005.
879 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2006, p. 37.
880 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2000, p. 179.
350
d. Se asume la laicidad del derecho, que implica que “(…) el derecho no
moral, si cuenta con una adhesión sincera, no requiere, sino que más
derecho 882 ”.
351
constituciones rígidas introducen una dimensión sustancial, que implica
débil).
sostiene:
352
Thomas Hobbes, teórico del absolutismo, la invención de su
paradigma. (…) En definitiva, la configuración del Estado como
esfera pública instituida y garantía de la paz, y al mismo tiempo
de los derechos fundamentales, nació con Hobbes. Esta esfera
pública y este papel garantista del Estado, limitados por Hobbes
de manera exclusiva a la tutela del derecho a la vida, se
extendieron históricamente, ampliándose a otros derechos que en
distintas ocasiones fueron afirmándose como fundamentales 885 ”.
La presente tesis propone como segunda base del programa alternativo adoptar
353
Al respecto, para el profesor Bustos Ramírez lo que sucedería sería un error de
acorde con la libertad es la seguridad real, aquella que protege los derechos de
todos los seres humanos. Es más, incluso una sociedad que únicamente pretenda
concepto de seguridad acorde con la libertad de sus ciudadanos, para así evitar
354
para así manejar un concepto más concreto que delimite los ámbitos de
vigencia.
Ante ello, la labor del investigador debe consistir en plantearse una interrogante
razones por las cuales la protección de la libertad individual existe y debe existir,
fundamental”. Y, en ese sentido, por qué habría de rechazarse el Derecho penal del
enemigo.
Para llegar a dicho fundamento es necesario tener en consideración las tres ideas
siguientes:
355
viable concebir una sociedad en la que para que un derecho sea tutelado (de
supuestamente opuesto.
hombre tiene su propia visión del mundo, en base a la cual se relaciona con su
espacio. Esta es una premisa válida tanto para las posturas individualistas (el cual
concibe al hombre como creador de su espacio) cuanto para las holistas (que
consolidación).
En esa línea, cabe recordar lo señalado por el profesor Norberto Bobbio 889 ,
888 ZAGREBELSKY, Gustavo. El derecho dúctil. Ley, derechos, justicia. Madrid: Editorial Trotta, 2005,
p. 88.
889 BOBBIO, Norberto. “Sobre el fundamento de los derechos del hombre”. En: El problema de la
356
ejemplo, de la libertad individual), si desconocemos cuál es la finalidad de su
proseguir su regulación.
890 Al respecto, se ha considerado conveniente incluir la extensa nota al pie que sigue, pues debe
atenderse a que dicho conflicto es de larga data en la teoría política. Debe reiterarse lo expuesto en el
capítulo primero, cuando se hizo referencia al postulado de sistema jurídico abierto del profesor
Habermas, en el sentido de que deben distinguirse el plano de la construcción teórica, en el que puede
ser asumida la teoría crítica del aludido autor, del plano de la teoría política, que es en el que ahora se
centra la presente tesis y en el que resulta relevante discutir el conflicto entre las visiones
individualista y holista del hombre pues su resultado es determinante del contenido de las normas
jurídicas fundamentales de cara a la protección del ser humano. En suma, se trata de dos visiones
distintas de la sociedad, el hombre y la relación entre estos: el individualismo metodológico,
fundamento metodológico de las posturas que defienden la supremacía de los derechos de libertad, y
el holismo metodológico, fundamento de las posturas que se sustentan en los derechos de justicia.
Respecto del individualismo, el profesor Danilo Zolo constata el vigor actual de las posturas
orientadas a reforzar los derechos de libertad, que entienden al Estado Democrático como aquel que
consagra en una carta constitucional la autonomía del hombre como el presupuesto de ejercicio de
cualquier derecho fundamental. Así, señala que “(…) los mayores teóricos del derecho y de la política,
incluyendo a Norberto Bobbio, utilizan muy raramente la expresión ‘derechos fundamentales’. Y,
cuando la usan, lo hacen para designar, sin sofisticación formal alguna, a los principales derechos de
libertad que, a partir de las grandes revoluciones burguesas, han reconocido las constituciones
modernas como instrumentos de protección de determinados intereses, valores o expectativas
(individuales y de grupo)”. En: ZOLO, Danilo. Libertad, propiedad e igualdad en la teoría de los
“Derechos Fundamentales”. A propósito de un ensayo de Luigi Ferrajoli. En: FERRAJOLI, Luigi. Los
fundamentos de los derechos fundamentales. Madrid: Editorial Trotta, 2005, p. 77. Así, el
individualismo metodológico surge como una regla relacionada al método de las ciencias sociales, y
que resulta básica para comprender el papel del hombre en una sociedad cuya estructura básica es
sostenida por los principios de autonomía y libre determinación (constructiva y destructiva) de los
hombres. Consiste entonces en que “(…) toda explicación se limite a conceptos de primer orden, es
decir, de individuos humanos, incluyendo sus orientaciones subjetivas en la acción –sus esperanzas,
temores, creencias, deseos, y valores respectivos-, como asimismo sus expectativas referidas a las
acciones de otros individuos humanos, es decir, como contenidos de estas orientaciones subjetivas,
admiten los individualistas metodológicos la presencia de conceptos de segundo orden al interior de
un explanans social-id est conceptos referidos a personalidades colectivas en acción: grupos y clases
sociales, instituciones, naciones, ideales colectivos, etc.”. En: NAISHAT, Francisco. Las tensiones del
Individualismo Metodológico en Max Weber. Publicado en: Max Weber y la cuestión del
individualismo metodológico en las ciencias sociales. Lima: EUDEBA, 1998, p. 61. En la misma línea,
el profesor Tanaka sostiene que el individualismo metodológico es “(…) una aproximación al estudio
de la realidad social que postula el tomar como unidades básicas de análisis a los individuos y sus
orientaciones, en base a los cuales podemos llegar a agregados institucionales que pueden finalmente
desarrollar lógicas supraindividuales, que así se constituyen en límites a la acción individual”. Se
357
Al respecto, el profesor Zagrebelsky sostiene que:
“(…) todos los derechos del hombre se sitúan en dos grandes horizontes
de la vida colectiva, ambos bastante exigentes y no fácilmente dispuestos
a ceder para dejarse sitio. Horizontes, hay que añadir, que han de tenerse
en cuenta para comprender las declaraciones constitucionales de
derechos, pues, en verdad, si existe un sector del derecho constitucional
donde el análisis exclusivamente iuspositivista resulta estéril ese es,
precisamente, el de los derechos 891 ”.
status quo.
sostiene que esta postura metodológica está vinculada a la concepción de Max Weber para el estudio
de los fenómenos sociales. Ver más en: WEBER, Max. Citado por: NAISHAT, Francisco. Las
tensiones del Individualismo Metodológico en Max Weber. Publicado en: Max Weber y la cuestión del
individualismo metodológico en las ciencias sociales. Lima: EUDEBA, 1998, pp. 62-63. Sin embargo, el
Individualismo Metodológico no excluye de las explicaciones la consideración de las propiedades
individuales de carácter relacional. Respecto del holismo, se trata de una postura epistemológica que,
en términos puros, considera que las relaciones concretas entre individuos son epifenoménicas
respecto de las explicaciones sociales. Así, “(…) las categorías sociales globales –como el
capitalismo, el Estado, el cristianismo- no son traducibles a procesos de nivel individual. Los
individuos adquieren en este marco explicativo el status de “soportes” de los procesos de macronivel
(…). En suma, se postula la irreductibilidad de los enunciados acerca de fenómenos sociales a
enunciados que tengan por referente a individuos”. En: FARINETTI, Marina. ¿De qué hablamos
cuando hablamos de Individualismo Metodológico? Una discusión en torno a Weber y Elster.
Publicado en: Max Weber y la cuestión del individualismo metodológico en las ciencias sociales. Lima:
EUDEBA, 1998, p. 111.
891 ZAGREBELSKY, Gustavo. Ob. Cit., p. 75-76.
358
Para efectos del Derecho penal, dichas concepciones básicamente se resumen en
que cada norma jurídico penal (inclusive las que pretende otorgar seguridad)
al hombre como creador del orden social, y por ende de su propio destino,
como un ser que requiere el espacio y las condiciones para actuar en ese sentido
desempeñar dicho rol. Por ello merece la libertad individual –que es de por sí
Por otro lado, aquellas de corte holista, bajo las cuales existe un orden social
medida, surgen los derechos de justicia, a través de los cuales el hombre debe
plano personal de la esfera de libertad de cada sujeto, sino en el plano social del
encaminen la sociedad hacia “la justicia” y en esa medida también debe ser
359
Entonces, y bajo un sustento emparentado con esta última posición, el
siguiente:
“(…) si se les quisiera dar un valor absoluto, cada una de las dos
posiciones podría excluir a la otra mediante una doble y opuesta
reducción: de la justicia a libertad o de libertad a justicia. La primera
reducción (las sociedades justas son aquellas en las que rige la libertad) es
la propia de las concepciones radicalmente individualistas; la segunda (las
sociedades libres son aquellas en las que rige la justicia) es la propia de las
concepciones holistas 892 ”.
Ello indica que no conlleva a ninguna solución otorgar valor absoluto a los
una solución.
ambos aluden a la idea de que el derecho debe ser tutelado por el ordenamiento
360
autonomía individual –en el caso de los derechos de libertad- o de la dignidad
limitada y exige que pasemos a un segundo nivel de análisis, cual es que dicha
concepciones.
Con dichas tres ideas expuestas, es posible iniciar la explicación del fundamento
Para Isaiah Berlin, el criterio de opresión es “(…) el papel que yo creo que
Cuanto más extenso sea el ámbito de esta ausencia de interposición, más amplia
cierto. Si bien tal extensión puede implicar mayor poder para el que la ostenta,
también implicará –en una sociedad como la descrita por Hobbes, punto de
argumentación del propio Günther Jakobs- que el otro ostente menos poder, ya
que la escasez de recursos trae tal inevitable resultado. Ello no hará más que
361
generar la reacción del otro en contra del “poderoso”, quien en dicha situación
no podrá ser realmente libre, pues siempre estará acechado por “el otro”.
Por ello, el concepto de libertad que aquí se expone implica asumir como
tengo que demostrar la tolerancia. Conforme a esa medida, puede decirse que el
“(…) se debe sobre todo a aquellos cuya existencia está amenazada (…).
De ninguna manera se trata con esto de que los más fuertes, más
pudientes, sólo ‘soportemos’ a los débiles y pobres, usufructuando
nuestro predominio sobre ellos (…). Nosotros tenemos que hacer más
por esos hombres que se encuentran en la parte oscura de la vida.
Tenemos que ayudarlos a liberarse de su desgracia existencial, a fin de
que alguna vez vivan con dignidad humana 895 ”.
Así, para ser realmente libre, el ser humano debe ver al otro y asumir su realidad,
tolerancia: “actúa de tal manera que las consecuencias de tus acciones sean
362
compatibles con la mayor posibilidad de evitar o disminuir la desgracia
humana 896 ”.
Debe precisarse que aún puede asumirse un paradigma moderno para el análisis,
humana.
Hasta dicho punto puede plantearse una visión individual del hombre, que actúa
así por necesidad, para sobrevivir. Pero este hombre no se limita a recoger los
recursos indispensables para su vida, sino que suele tener un proyecto ambicioso
de vida, con metas de superación no sólo a sí mismo, sino sobre todo al otro.
Este hombre reunido con otros no podría sobrevivir –al menos en las
económico, político) genera una lucha entre individuales para satisfacer sus
intereses. Y esa lucha no se reduce a la mera satisfacción, sino al tener cada vez
363
más, al ser cada vez mejor, mejor que el otro, más “poderoso” que el otro y a
sus derechos, no sólo para poder sobrevivir el caos, sino para desarrollar su
contrato social, en el que los hombres –no por buena voluntad, sino por
acuerdo, que establece mínimos para respetar la vida y el patrimonio del otro y
los acuerdos establecidos, compondrá una nueva visión de las cosas. El hombre
que se guía sólo de sus apetitos y aversiones. Para esta segunda concepción, que
es la que afirma esta tesis, el hombre es libre en la medida que los otros
también lo son.
el otro no lo es, entonces no soy libre, pues soy esclavo de la esclavitud del otro,
del otro que aún se guía por apetitos y aversiones, las cuales las dirige hacia mi
364
un derecho sujeto a límites o más bien debe decirse que la libertad es justamente
Jakobs) ser realmente libres. Estos últimos no podrán ser realmente libres
desbordan aún más los apetitos y aversiones del otro, lo que genera que mi
según lo postulado en esta tesis) no puede ser real y esté atada a los apetitos y
Así, por ejemplo, una sociedad que abandona y convierte en marginal un sector
de los habitantes, genera que estos busquen sus propios caminos (e incurran en
365
terroristas). Si la respuesta ante dicho fenómeno es el ataque de los focos de
combatir los focos de peligro (sin límites claros, como no hay otra forma),
libertad no podrá ser limitada por decisión arbitraria del Estado o por
libertad será entonces uno que a su vez admita límites a tal figura. Lo contrario
implicaría abandonar la propia idea de libertad como fruto del pacto social. Ese
366
regla la libertad de los ciudadanos y lo hacen, por lo analizado hasta este punto,
las diversas posiciones y opciones que acucian al ser humano resultan a la postre
cual afirma “(…) la primacía del ser humano en cuanto valor ético en sí: del
898 MANTOVANI, Ferrando. El problema jurídico de la eutanasia. En: Eutanasia y suicidio. Cuestiones
dogmáticas y de política criminal. Lima: ARA Editores, 2008, p. 103.
899 Ibid., pp.103-104.
367
coinciden, y el respeto y el apoyo a la persona constituyen los fines de toda la
personalidad innata) para lograr fines externos a sí mismo. Pero no sólo eso,
sino que además es aquel ser que tiene y actúa con voluntad propia, que está
mismas posibilidades, para lograr una sociedad realmente libre. Ello no niega,
pueda ser asumida una concepción sistémica (siempre y cuando se trata de una
está exponiendo).
¿no debe acaso hacerlo con el Derecho penal del enemigo frente a las conductas que
no se enmarcan en ese escenario perfecto, sino que más bien evocan al estado de
368
Esas preguntas han buscado respuesta en la filosofía otorgando al término
positivo, se busca plantear la libertad como el atributo del hombre que es capaz
Y aquí se cierra el círculo de discusión, pues se entiende que el hombre que logra
tal capacidad es aquel que –a través de un acuerdo o pacto con el resto- logra
sino que reúnen a la multiplicidad de factores que hacen que el hombre sea
individual. Es desarrollo de lo que somos, de seres que son sus propios dueños y
al otro. Porque el ser humano no se reduce a mero sujeto que se relaciona con
369
objetos, sino que es parte fundamental de la propia “relación”. Aquí el
humanos). En esa línea, debe ser aplicada cualquier estrategia tendiente a brindar
los seres humanos, no aquel que aniquila a un supuesto enemigo para proteger a
un supuesto ciudadano (o lo que podría ser considerado aún más grave: aquél
sociedad democrática.
justicia penal.-
personalidad innata del ser humano, por lo que limita el principio de mayoría, y
370
lo hace a través de la tutela del derecho fundamental a la libertad individual. Para
que la protección de un bien jurídico sea la función del Derecho penal 901 ,
aunque es cierto que la intervención del sistema penal suele darse con
constitucionalidad.
901 Respecto de la teoría del bien jurídico, ver: ROXIN, Claus. Ob. Cit. 1997.
902 Al respecto: JAKOBS, Günther. Ob. Cit. 1997a, p. 12.
903 Respecto de la función de estabilización contrafáctica de expectativas, ver: JAKOBS, Günther. Ob.
Cit. 1997a.
371
consideraciones de orden político criminal, que esta tesis –como ya resulta
teorías, ya que, si bien es cierto que el Derecho penal a largo plazo tiene
disenso 904 ”.
la justicia penal.
un sistema penal que establezca una sanción penal que cumpla funciones
que la pena se aplica y afecta la personalidad innata del ser humano (se
372
jurídico atribuye personalidad). Sin embargo, es necesario alejarse de Kant
acogerse la idea de que la pena está llamada a cumplir una función, pero –a
una función, pero no debe distinguir funciones según seres humanos, sino
373
una instrumentalización del ser humano que lesione su personalidad
innata 905 .
del ser humano de ser libre en la medida que los otros también lo son,
905Como se detalló en el capítulo quinto, toda restricción distinta a la pérdida de la personalidad civil
(cuya mayor afectación se produce en la privación de la libertad), constituye una afectación de la
personalidad innata del individuo, aquella con la cual nadie está permitido a interferir.
374
punitiva 906 , ejercicio que se divide al menos en cinco etapas: i) al
función punitiva del Estado no es un derecho del mismo, sino una función
906 Dichas exigencias son los denominados principios limitadores del ius puniendi (derecho penal
subjetivo), que son ampliamente abordados por la dogmática penal. Al respecto, ver: BERDUGO
GÓMEZ DE LA TORRE, Ignacio y otros. Ob. Cit. 1999, pp. 55-68; HURTADO POZO, José. Manual
de Derecho Penal. Parte General I. Tercera edición. Lima: Grijley, 2005, pp. 137-182. MUÑOZ CONDE,
Francisco y Mercedes GARCÍA ARÁN. Derecho Penal. Parte General. Tercera edición. Valencia: Tirant
lo blanch, 1998, pp. 75-106; BACIGALUPO, Enrique. Ob. Cit. 2004, pp. 99-166; STRATENWERTH,
Günther. Derecho Penal. Parte General, I. El hecho punible. Buenos Aires: Fabián J. Di Placido Editor,
1999, pp. 28-38; QUINTERO OLIVARES, Gonzalo (Director). Manual de Derecho Penal. Parte
General. Navarra: Editorial Aranzadi, 1999, pp. 63-110; LUZÓN CUESTA, José María. Compendio de
Derecho Penal. Parte General. Madrid: Dykinson, 2004, pp. 41-54; CALDERÓN, A. y J.A. CHOCLÁN.
Derecho Penal. Tomo I. Parte General. Segunda edición. Barcelona: Editorial Bosch S.A., 2001, pp. 63-
90; VELÁSQUEZ V., Fernando. Manual de derecho penal. Parte General. Segunda edición. Bogotá:
Temis, 2004, pp. 22-74; JESCHECK, Hans-Heinrich y Thomas WEIGEND. Tratado de Derecho Penal.
Parte General. Quinta edición. Granada: Editorial Comares S.L., 2002; pp. 22-29.
907 VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. Ob. Cit. 2006, pp. 87-88.
375
En base a ello, concluye que de lo que se trata es de regular las diferencias
está avalado para otorgar legitimidad a una decisión que atente contra los
dicha fórmula servirán de base a los distintos límites que a nuestro juicio
376
principios como los de dignidad humana, igualdad y participación
del ciudadano 909 ”.
377
Se enfrenta con él además la cuestionada falacia politicista, que es el
378
vinculantes) 917 ”. La axiomatización y configuración del sistema garantista
son:
garantía penal que según Mir Puig “(…) requiere que la ley señale
profesor Roxin precisa que “(…) por mucho que una conducta sea
379
b) Axiomas que responden a las interrogantes de cuándo y cómo
380
c) Axiomas que responden a las interrogantes de cuándo y cómo juzgar:
sólo por los tribunales y, por otro, a que la pena se impone por los
381
√ Principio del contradictorio: No hay prueba sin defensa. Al
“(...) supone la posibilidad que tienen las partes (…) para sustentar
juzgador 928 ”.
los sistemas autoritarios, que son aquellos propios del “(…) estado
refutables 931 ”.
928 SÁNCHEZ VELARDE, Pablo. Manual de Derecho Procesal Penal. Lima: IDEMSA, 2004, p. 569.
929 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 1995, p. 104.
930 Idem.
931 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 1995, p. 98.
382
El modelo sin acusación separada; el cual “aparece en todos los
383
El sistema sin necesidad o modelo vejatorio, el cual “(…) se
juicio 939 ”.
384
El sistema sin ley (o modelo de justicia del cadí), que implica una
príncipe, de los notables, del sabio bajo el árbol o quizá del pueblo
algún culpable pueda resultar impune 941 ”. Por otro lado, “(…) los diez
385
Dichos modelos sirven a la presente tesis como referencia para medir el
ordenamiento jurídico. Ahora bien, cabe destacar el papel que juegan los
decir, aquellos que determinan el papel del juez penal, quien es finalmente
Por otro lado, para Ferrajoli, el costo de las restricciones debe ser
386
cognoscitivo o de poder mínimo, en el plano político como una
técnica de tutela capaz de minimizar la violencia y de maximizar
la libertad y en el plano jurídico como un sistema de vínculos
impuestos a la potestad punitiva del estado en garantía de los
derechos de los ciudadanos (…), una teoría jurídico de la ‘validez’
y de la ‘efectividad, como categorías distintas no sólo entre sí,
sino también respecto de la ‘existencia’ o ‘vigencia’ de las normas
(…) [y] una filosofía política, que impone al derecho y al estado la
carga de la justificación externa conforme a los bienes y a los
intereses cuya tutela y garantía constituye precisamente la
finalidad de ambos 946 ”.
vista externo’ respecto del ‘punto de vista interno’ del sistema político, es
meta-jurídicas 947 ”.
387
7.3.2. Configuración de la libertad individual en el sistema penal
cuáles son las características que debe reunir dicha libertad individual para
tesis, analizar los criterios que determinan cuándo debe ser protegida la
Luigi Ferrajoli.
388
individual como derecho fundamental. Luego, se planteará la postura
Como punto inicial, debe tenerse en cuenta que la teoría de Luigi Ferrajoli
primero nos brinda una respuesta teórica acerca de qué son los derechos
389
considerada un derecho fundamental, se utilizará la definición
filósofo italiano:
390
Aplicando dicha definición a los fines de la presente tesis, se
innata.
391
derechos sustanciales o finales), que corresponden a todas las
derechos fundamentales:
392
c. Derechos públicos (o primarios de los ciudadanos), que
en cuanto tales.
955 Idem.
956 Idem.
393
prensa, de asociación y de reunión 957 ”; y derechos sociales, que
característico 960 ”.
394
entre derechos de la persona y derechos del ciudadano es, en
personas 963 ”.
titulares con exclusión de todos los demás 964 . Así, mientras los
“derecho de propiedad”, a partir del cual se entiende tanto el derecho a ser propietario cuanto el concreto
derecho de propiedad sobre este o aquel bien. A partir de ello, se entiende con Ferrajoli que los derechos
fundamentales son universales ya que “están reconocidos a todos sus titulares en igual forma y medida”
(primera acepción del derecho de propiedad), mientras que son derechos patrimoniales los que
“pertenecen cada uno de manera diversa tanto por la cantidad como por la calidad” (segunda acepción del
derecho de propiedad). En: FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2005, pp. 29-30.
395
verticales 967 y se configuran en normas téticas 968 ; los derechos
966 La indisponibilidad implica para Ferrajoli que los derechos fundamentales “están sustraídos tanto a las
decisiones de la política como al mercado”. Ver: FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2005, p. 32. Agrega en otro
texto que “(…) la indisponibilidad de los derechos fundamentales no se refiere al ejercicio sino a su
titularidad, que no deja de existir, con independencia de lo que hagamos o queramos, dado que los
derechos fundamentales no son sino normas (téticas)”. Ver texto “Los Derechos Fundamentales en la
teoría del Derecho” en: FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2005, pp. 162-163.
967 Al respecto, Ferrajoli sostiene que “las relaciones jurídicas mantenidas por los titulares de derechos
patrimoniales son relaciones intersubjetivas (…) mientras las que se producen entre los titulares de los
derechos fundamentales son relaciones de tipo publicista (…). En segundo lugar (…), mientras a los
derechos patrimoniales corresponden la genérica prohibición de no lesión en el caso de los derechos
reales o bien obligaciones de deber en el caso de los derechos personales o de crédito, a los derechos
fundamentales, cuando tengan expresión en normas constitucionales, corresponden prohibiciones y
obligaciones a cargo del Estado, cuya violación es causa de invalidez de las leyes y de las demás decisiones
públicas y cuya observancia es, por el contrario, condición de legitimidad de los poderes públicos. Ver
texto “Derechos Fundamentales” en: FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2005, pp. 34-35.
968 Ferrajoli sostiene que mientras “(…) los derechos fundamentales son normas, los derechos
patrimoniales son predispuestos por normas (…). Podemos llamar normas téticas a las del primer tipo,
que inmediatamente disponen las situaciones expresadas mediante ellas”. Ver texto “Derechos
Fundamentales” en: FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2005, pp. 33-34.
969 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2005, p. 25.
396
públicos eran efectos de derecho público, efectos reflejos del
poder estatal.
397
“Citinzenship and Social Class” (1950) postuló la existencia de tres
398
los derechos fundamentales y la desestatalización de las
nacionalidades 979 .
(laguna primaria) y que no exista la obligación de aplicar la sanción por el defecto de la institución (laguna
secundaria). En: FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2005, p. 48.
982 La antinomia implica la existencia de contradicciones entre normas, más allá de la existencia de
criterios para su solución. En: FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2005, p. 48.
983 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2005, p. 50.
399
legislativa requerida para eliminar una laguna indebida cumple el de
ejercicio.
984 FERRAJOLI, Luigi. Los Derechos Fundamentales en la Teoría del Derecho. En: Los fundamentos de
los derechos fundamentales. Segunda edición. Madrid: Editorial Trotta, 2005, p. 189.
985 Al respecto, revisar el texto “Derechos Fundamentales”, en: FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2005, pp.
28-29.
400
a. Objeción uno: La universalidad es un concepto vacío, ya que,
particular 986 ”.
986 GUASTINI, Ricardo. Tres problemas para Luigi Ferrajoli. En: FERRAJOLI, Luigi. Los fundamentos
de los derechos fundamentales. Segunda edición. Madrid: Editorial Trotta, 2005, p. 60.
987 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2005, p. 155.
401
ciudadanos y/o el de capaces de actuar”, con lo que queda
normas.
individual.
402
b. Objeción dos: La indisponibilidad es distinta a la
a su ejercicio 989 ”.
403
democracia procedimental y a su substrato que es la discusión
siguiente:
993 VITALE, Ermanno. ¿Teoría general del Derecho o fundación de una república óptima? Cinco dudas
sobre la Teoría de los Derechos Fundamentales de Luigi Ferrajoli. En: FERRAJOLI, Luigi. Los
fundamentos de los derechos fundamentales. Segunda edición. Madrid: Editorial Trotta, 2005, p. 72.
994 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2005, p. 172.
404
“el alejamiento (…) de la noción (…) de democracia
como forma de gobierno. (…) 995 ”, a lo que agrega que no
refuta que el contenido sustancial de la democracia sea
“(…) ‘previo’ al ejercicio del poder democrático; (…)
[refuta] más bien que sea correcto u oportuno
identificarlo con una dimensión de la democracia. Esta
‘sustancia’ no es (…) ‘democracia’, sino (…) ‘estado de
derecho’, conjuntamente liberal y social 996 ”.
405
democracia 1000 ”. Aludiendo a la necesidad de que toda teoría de
1000 PINTORE, Anna. Derechos Insaciables. En: FERRAJOLI, Luigi. Los fundamentos de los derechos
406
Al respecto, Ferrajoli sostiene en su texto “Los Fundamentos
407
derecho formal (de procedimientos), sino un sistema jurídico
siguiente:
1007Ibid., p. 354.
1008 BACCELLI, Luca. Derechos sin fundamento. En: FERRAJOLI, Luigi. Los fundamentos de los
derechos fundamentales. Segunda edición. Madrid: Editorial Trotta, 2005, p. 205.
408
reacciones más intensas del terrorismo internacional
contra los países industriales 1009 ”.
riquezas 1011 .
1009 ZOLO, Danilo. Libertad, propiedad e igualdad en la teoría de los “Derechos Fundamentales”. A
propósito de un ensayo de Luigi Ferrajoli. En: FERRAJOLI, Luigi. Los fundamentos de los derechos
fundamentales. Segunda edición. Madrid: Editorial Trotta, 2005, p. 100.
1010 Idem.
1011 JORI, Mario. Ferrajoli sobre los derechos. En: FERRAJOLI, Luigi. Los fundamentos de los derechos
409
embrión de constituciones mundiales que son las distintas
convenciones sobre derechos humanos 1012 ”.
peligro mismo).
410
“En una sociedad no planificada, sólo ciertas elites
pueden disponer de los recursos políticos, económicos y
organizativos necesarios para disfrutar de las propiedades
adquisitivas de este tipo de derechos de libertad, cabe
deducir que su ejercicio produce desigualdad, pobreza y
libertad, exactamente del mismo modo que la economía
de mercado produce desigualdad, pobreza y riqueza 1014 ”.
axiológicos 1016 ”.
411
Todas las visiones holístico-organicistas niegan
justamente el concepto mismo de autonomía individual al
que remiten tanto la capacidad de obrar, como el status
de persona o el de ciudadano 1017 ”.
412
derechos fundamentales la perspectiva de una igualdad
noción 1020 ”.
ser protegida.-
413
Derecho para entender los temas fundamentales del Paradigma
fundamentales 1022 ”.
puramente convencional; ii) el fundamento jurídico, referido a la fuente y que consiste en el principio
iuspositivista del legalidad; iii) el fundamento axiológico, referido a la justificación y que admite una
respuesta de tipo asertivo sino normativo, cuya fundación racional exige la formulación de los criterios
414
deben ser tutelados como fundamentales. La revisión de dichos
protegida:
meta-éticos y meta-políticos idóneos para justificar su estipulación normativa, conforme a los fines o los
valores ético-políticos que aquéllos sean capaces de satisfacer; y iv) el fundamento histórico y sociológico,
referido al origen.
1024 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2005, pp. 332-333.
1025 Ibid., p. 333.
415
posibilidad de conjugar los derechos aparentemente
416
En esa línea, en el caso peruano, la Constitución Política
utopía”.
como del apoyo que les presten las fuerzas democráticas de los
417
normativas subordinadas a ellos 1028 ”. Y de ahí se distinguen, las
constitucional.
418
iii. La paz: se refiere a que sólo el derecho garantiza los derechos
seres humanos.
del más débil” frente a la “ley del más fuerte”, que es propia
419
rígida y universal 1031 ”. Y justamente, en la historia, “(…) todos
(…) para todos los poderes, tanto públicos como privados 1033 ”.
más débil frente a la ley del más fuerte propia del estado de
organizaciones criminales.
1031 Ibid., p. 362.
1032 Ibid., 2005, p. 363.
1033 Ibid., pp. 367-368.
1034 FERRAJOLI, Luigi. Ob. Cit. 2000, p. 123.
1035 Ibid., p. 126.
1036 Ibid., pp. 126-130.
420
2. Los poderes públicos ilegales: en general, las
de la ideología liberista.
extralegales.
421
criterio del Derecho como ley del más débil, se resuelven dos
consiste:
422
“en el hecho de que éstos (…) ofrecen criterios para
identificar no sólo qué derechos está justificado tutelar,
sino también la extensión de la clase de sujetos a los que
es justo que les sean reconocidos. (…) Los cuatro valores
(…) operan tanto por separado como de manera
conjunta: en el sentido de que cada uno de ellos es
suficiente y al menos uno de ellos (y no necesariamente
todos) es necesario para justificar los derechos
fundamentales sometidos a la prueba de la
argumentación 1040 ”.
este último el que más interesa a los fines de este trabajo, ya que
423
- Corresponder a todos los seres humanos, ya que la libertad individual
- Tener como misión primera la tutela del más débil para así limitar a los
424
Capítulo VIII
PLAN DE ACCIÓN
Una vez asumidas las tres bases para la propuesta de acción -esto es que la misma se
acorde con dicho paradigma y que debe comprender la función del sistema penal como
práctica- que expone algunos lineamientos que pudieran materializarse como un modelo
alternativo de reacción frente a los focos de peligrosidad que Günther Jakobs denomina
enemigos. Si bien la doctrina presentada por el profesor alemán posee un alto grado de
riesgo la libertad de los seres humanos que forman parte del Estado, por lo que el
análisis de los lineamientos a ser planteados se hará a partir de una norma concreta
lineamientos de acción. En la segunda, se abordan los tres postulados centrales del plan
prevención policial supervisado. En la última parte, se aplican los postulados del plan de
acción a un caso concreto: el artículo 283 del Código penal peruano que criminaliza la
de Empleo de la Fuerza por parte del personal de las Fuerzas Armadas en territorio
nacional”.
que niega el Derecho penal del enemigo), las premisas que se enumeran a
continuación son datos que deben ser tenidos en cuenta para la elaboración del
plan, ya que permitirán evitar malos entendidos o precisar algunos aspectos que
la doctrina del Derecho penal del enemigo plantea como problemática a ser resuelta:
que conviven –o, mejor dicho, sobreviven- seres humanos con visiones del
mundo, de la vida, de la moral y de las leyes muy distintas. Ello trae como
426
consecuencia la necesaria contradicción del orden vigente (que es
siguiente apartado).
2. El problema que pretende ser combatido por el Derecho penal del enemigo es la
1042 Crimen organizado es un “(…) concepto amplio que abarcaría tanto aquella de orientación política
(terrorismo) como la criminalidad organizada propiamente dicha, esto es, aquella guiada por móviles
lucrativos”. En la criminalidad organizada en sentido amplio está presente un contenido de injusto que
supera el propio del delito singular cometido. Ver más en: SÁNCHEZ GARCÍA DE PAZ, Isabel.
Alternativas al Derecho penal del enemigo desde el Derecho penal del ciudadano. En: Derecho penal del enemigo.
El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid: Edisofer S.L., 2006, pp. 861-863.
1043 Se trata de delincuentes que, en su actitud, demostrarían peligrosidad. Ver más en: JAKOBS, Günther
427
infantil o trata de personas), a la que Jakobs no hace expresa referencia y
de menores de edad).
peligrosidad. Se trata del fenómeno del riesgo y los peligros, que ha existido
sociedad en la que se inscribe. Así, tomamos como premisa que “(…) la idea
de los momentos históricos más seguros para el hombre 1044 ”. Quizás dicha
combate de la criminalidad.
1044 BLANCO LOZANO, Carlos. Ob. Cit. 2007, Tomo II, p. 101.
428
En la utilización de estas nuevas técnicas se debe ser muy cuidadoso, ya que
ser aplicadas.
enemigo y el fenómeno de lucha contra “el otro” no pueden ser negados, así
429
5. Las normas que son manifestación de un Derecho penal del enemigo tienen en
del momento presente 1047 ”. Si bien ésta última cita no es falsa, debe
formularse una precisión. Las normas de Derecho penal del enemigo surgen en el
Derecho penal del enemigo constituyen –para esta tesis- un síntoma de menor
6. El Derecho penal del enemigo no es “la maldad absoluta”. En la misma línea del
profesor Gracia Martín, nos situamos contra aquellas posturas en las que
interesados y está integrada en la sociedad estatal, y ésta en ella. Se trata de la definición elaborada por
Karl Loewenstein, quien sostiene que “(…) la constitución y la comunidad habrán tenido que pasar por
una simbiosis. Solamente en este caso cabe hablar de una constitución normativa: sus normas dominan el
proceso político o, a la inversa, el proceso del poder se adapta a las normas de la constitución y se somete
a ellas”. Se diferencia la Constitución normativa, de la Constitución nominal, que es aquella que es
jurídicamente válida, pero en la “(…) la dinámica del proceso político no se adapta a sus normas”, por lo
que “la constitución carece de realidad existencial”. También es distinta de la Constitución semántica, que
es aquella que, si bien es plenamente aplicada, “(…) su realidad ontológica no es sino la formalización de
la existente situación del poder político en beneficio exclusivo de los detentadores del poder fácticos, que
disponen del aparato coactivo del Estado”. Ver más en: LOEWENSTEIN, Karl. Ob. Cit. 1979.
430
“(…) se parte de la premisa, de carácter emocional, de que el Derecho penal del
analizar tanto desde una perspectiva intra sistémica cuanto extra sistémica
desde el plano del deber ser existen claros cuestionamientos al Derecho penal
del enemigo, desde el plano del ser se trata de un fenómeno que se está
alternativa.
Pablos cuando afirma que “(…) ninguna política criminal realista puede
de la pena, siguen cometiéndose delitos, “(…) pero, sin duda alguna, es fácil
431
suponer que se cometerían muchos más, y que devendría imposible la
siguiente idea:
prevención del delito, que –en opinión de esta tesis- no es –o no solo es- de
goza la ciudadanía son debidas al grupo político que las ha aplicado, el cual
segura 1053 ”. Así, quien detenta el poder oculta sus falencias –en políticas
432
frente al delito: la creación de una sanción penal para el problema social o la
la cita del profesor Bustos Ramírez, quien sostiene que “(…) no sólo la ley
socialización 1054 ”.
10. Ante no sólo la ineficacia (o efecto meramente simbólico) del Derecho penal
peligrosa. Así, se extrae la idea de Jakobs y sus seguidores que sostiene que la
433
porque ya no ofrece una configuración social realmente susceptible de ser
vivida 1056 ”. Ahora bien, para la presente tesis dicho postulado debe ser
cognitiva se sustenta en una adecuada política social (el afrontar las causas
del problema criminal) y no se limita a atacar los efectos (el delito o, lo que
es peor, el peligro).
Polaino Orts, defensor de la teoría del Derecho penal del enemigo conforme la
434
aislada o como instrumento principal, sin ir unido a otros mecanismos de
11. Ahora bien, la premisa anterior no significa que el Derecho penal no tenga
enemigo, ya que –si existe el Derecho penal del enemigo- éste se dirige contra
435
momento) ni especificación respecto de quién es el enemigo o cómo se
determina, y así extermina el Derecho penal del ciudadano. En ese sentido, para
idea de que la paz no se consigue con la guerra y, por ende, se vota por la
sostiene:
13. Debe tenerse en consideración que el elemento del sistema penal que está
persecución del delito. Toda propuesta de reacción ante los focos de peligro
debe tener en cuenta el papel que desempeñará el poder policial, así como
14. Una última premisa, quizás la más importante de todas, es que la prevención
paradoja del Estado como fuente de reacción y prevención del delito: “El
436
que detenta el monopolio legal de la fuerza y de la coacción, y al mismo
los contenidos del conflicto no pueden ser decididos por el Estado 1062 ”.
Para la presente tesis, el mayor problema que presenta la teoría del Derecho penal
social y de las causas del delito. Así, es cierto que “(…) el derecho queda
como construcción comunicativa (…) 1063 ”. Por ello, el presente plan de acción
tiene como objeto “abrir” el Derecho penal para enfrentar de manera inclusiva
En esa línea, los postulados centrales del plan de acción frente a la criminalidad
organizada violenta, alternativa al Derecho penal del enemigo 1064 , son los siguientes:
Mutaciones de Leviatán. Legitimación de los nuevos modelos penales. Madrid: Ediciones Akal S.A., 2005,
p. 32.
1063 PORTILLA CONTRERAS, Guillermo. Ob. Cit. 2005, p. 80.
1064 Existen varias propuestas alternativas al Derecho penal del enemigo. Una es la del profesor Aponte, quien
sostiene que “(…) antes de hacer uso ideológico de la noción de impunidad, de instrumentalizarla y
ponerla al servicio de políticas de enemistas eficientistas e irresponsables, es más consistente incorporar al
lenguaje del Derecho el problema de la impunidad. Es decir, convertirla en un problema jurídica, de tal
manera que, cuando el Derecho penal actúe (…) lo haga dentro de un contexto de actuación efectiva del
Derecho, y no como un instrumento simbólico que, a contrario sensu, sea incluso funcional a la
impunidad (…)”. En: APONTE, Alejandro. Ob. Cit. 2006, p. 203. Por otro lado, la profesora Corcoy
señala que “(…) no cabe olvidar que la ‘alarma social’ que suscita la multirreincidencia se podía evitar con
un mejor funcionamiento de la Administración de Justicia y, en particular, del control judicial de la
ejecución de las sentencias”. En: CORCOY BIDASOLO, Mirentxu. Sistema de penas y líneas
políticocriminales de las últimas reformas del Código penal. ¿Tiende el Derecho penal hacia un ‘Derecho
penal de dos velocidades’? En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II.
Madrid: Edisofer S.L., 2006, p. 392. Desde otra perspectiva, el profesor Yesid Reyes propone admitir el
conflicto y precisa que “(…) resulta preferible admitir su existencia y someterla a las reglas propias del
derecho de gentes, que intentar controlarlo a través de las disposiciones legales que conforman el Derecho
penal mediante la creación de una categoría que, como la del Derecho penal del enemigo desnaturaliza tanto la
guerra como el Derecho penal y difumina los principios de cada una de ellas dificultando su aplicación
controlada”. En ese sentido, agrega que “(…) el Estado debería reaccionar frente a comportamientos que
437
Uno: Al tipificar las conductas punibles, al establecer los criterios de imputación,
enfrentar todo problema social. Existen varias razones, de las cuales, para esta
enmarca 1066 , el Derecho penal es una reacción altamente violenta que se presta
no cumpliendo con los requisitos mínimos para ser objeto de una sanción penal, constituyen un peligro
para los bienes jurídicos. La regulación de esta clase de conductas puede hacerse por vía administrativa
(aplicación del derecho de policía, por ejemplo) dentro de los precisos límites que corresponden a esa
especialidad; a través de mecanismos como ése pueden reglamentarse, por ejemplo, los requisitos de
acceso a sitios de espectáculos públicos, los objetos que pueden o no ser introducidos a los aviones como
equipaje de mano, etcétera, sin que ninguno de esos comportamientos deba ser considerado como
delictivo”. En: REYES ALVARADO, Yesid. Ob. Cit. 2006, pp. 806-807. Esta última propuesta, en la
realidad peruana, debe ser entendida como prudencia, pues la aplicación de un Derecho de Policía pasa
necesariamente por el tamiz de la reforma de la institución y la permanente supervisión de la autoridad
judicial.
1065 MOCCIA, Sergio. Ob. Cit. 2006, p. 311.
1066 Podría sostenerse que cualquier delincuente o infractor desconoce o rechaza la legitimidad de la
norma jurídica que vulnera con su comportamiento; sin embargo, ello no implica que desconozca la
legitimidad del ordenamiento jurídico en su totalidad. Ejemplo de ello es su sometimiento a los
procedimientos legales que la ley establece. Así, consideramos que el delincuente del cual pretende
ocuparse el Derecho penal del enemigo no es el que desconoce la legitimidad de una norma, tampoco el
que desconoce la legitimidad de toda norma de convivencia, sino que desconoce la legitimidad de la
totalidad del ordenamiento jurídico para intervenir en su esfera de libertad a partir de la infracción de una
norma concreta. No se comparte la propuesta de despersonalización parcial que algunos autores observan
en la teoría de Günther Jakobs, pues ello implica la afectación de la personalidad innata del ser humano
sometido a la justicia penal, cuya protección es justamente función del sistema penal.
438
protección de la personalidad innata del ser humano sometido a la justicia penal)
y no otras.
En esa medida, ante cualquier norma jurídico penal –en especial, ante aquellas
aplicabilidad del Derecho penal. La superación de dicho test por parte de una
bien, el Derecho no es similar a un test de lógica, depende más bien del análisis y
concreto:
439
2. ¿La aplicación de la norma jurídico penal propuesta se presta a una indebida
pregunta no implica una consideración general (ya que cualquier sujeto que
Derecho), sino tener en consideración que “(…) el Derecho penal, más que
debe ser visto como aparato que, si bien es inevitable, debe ser tratado con
derecho 1069 ”.
440
en ocasiones las garantías jurídico-penales vinculadas a los derechos
fundamentales de la persona 1070 ”.
Además, debe tenerse como máxima que “(…) si bien resulta innegable que
3. ¿La norma jurídico penal propuesta se propone –como principal- una misión
que toda norma jurídico penal pretende más allá de la protección del
penal.
Debe tenerse en cuenta que el Derecho penal no es una herramienta útil más
necesariamente acompañado de una política social que ataque las causas del
441
fenómeno criminal). En ese sentido, concordamos con el profesor Daniel
“(…) desde el Derecho penal no se puede hacer casi nada para evitar la
guerra, los atentados suicidas, las masacres o las violaciones masivas de
los derecho humanos. Esta tarea corresponde a otras instancias sociales
distintas de la pena. Sólo podemos afirmar que, una vez producido un
delito, entonces debemos aplicar un Derecho penal liberal, el único
posible, a todo sospechoso y a todo autor (…) 1072 ”.
Dos: Luego de haber discriminado en qué casos puede ser aplicable el Derecho
penal 1074 , el segundo punto básico del plan de acción es determinar para
Derecho penal frente al supuesto “enemigo” es la presentada por Paul H. Robinson, quien sostiene que
“(…) las personas son fieles al Derecho, más que por la amenaza de un castigo impuesto por el Derecho,
porque temen la desaprobación de su grupo social en caso de que infrinjan el Derecho, y porque se ven a
sí mismas como entes morales que quieren hacer lo correcto según su percepción”. Al respecto, señala
que hay tres clases de sanciones informales: costes de compromiso (que amenazan los logros pasados),
costes adicionales (que implican perder las valiosas relaciones), y estigma (que es la caída en descrédito
442
qué sirve entonces el Derecho penal frente al enemigo presentado en la
erradicar un problema social. Sin embargo, sí existe una función del Derecho en
orden social. A partir de ello, la legitimidad de las normas jurídico penales debe
las normas bajo dichos parámetros y la función del teórico brindar sustento
En esa línea, el profesor Moccia sostiene que “(…) el Derecho penal subsidiario
los conflictos, según el ‘proyecto’ del sistema penal conforme a los principios de
frente a los demás). Agrega entonces que “(…) el Derecho penal, en concreto, puede influir en las normas
que mantiene un grupo social y que el individuo internaliza. La influencia del Derecho penal proviene de
su utilización como mecanismo social a través del cual se realiza la fuerza de las normas sociales, y
mediante el que se reafirma la fuerza de los principios morales internos” y alude a que “(…) las personas
tienen una fuerte predisposición a cumplir con el Derecho. Si las autoridades pueden sintonizar con esos
sentimientos, se acatarán más sus decisiones”. Hace mención a investigaciones que señalan que el nivel de
compromiso, para ser fiel al Derecho es proporcional a “la ‘legitimidad’ que se percibe del Derecho –esto
es, la percepción que tiene la comunidad, en primer lugar, de que el Derecho instituye sus creencias
morales, y, segundo, de que el Derecho surgió por medio de procedimientos adecuados llevados a cabo
por las personas apropiadas”. Esta propuesta puede llevarnos a dos conclusiones. Por un lado, que en
realidades como la nuestra en la que la legitimidad que se percibe del Derecho es muy baja (la
marginalidad, el abandono, las protestas sociales constantes son síntomas de ello) el compromiso de la
ciudadanía a cumplir con el Derecho no es palpable. Por otro lado, el Derecho penal del enemigo no es
útil para “combatir” a un terrorista, quien tiene concepciones políticas y de vida (esto último es lo más
importante) distintas a las del statu quo imperante. Ver más en: ROBINSON, Paul H. Control coercitivo
del delito vs. Control normativo del delito. ¿Por qué le importa al Derecho penal lo que los legos
consideran justo? En: Derecho penal del enemigo. El discurso penal de la exclusión. Volumen II. Madrid:
Edisofer S.L., 2006, pp. 835-844.
443
la Constitución 1075 ”. Ahora bien, se concuerda con el profesor Moccia en el
programa.
En esa medida, el Derecho penal –frente al supuesto enemigo que nos presenta
Jakobs- debe pasar por un test de funcionalidad, que mida si la norma jurídico
penal en el caso concreto está cumpliendo con una función adecuada frente al
sometido a la justicia penal, así como de los demás partícipes del proceso
(por ejemplo, la víctima). En ese sentido, “(…) no debería quedar más que
tratar con otras medidas no penales 1077 ”. Así, debe tratarse de una norma
444
jurídica que permita establecer la vigencia real y material de los derechos
toda violencia debe responderse con la no violencia, para verificar que nunca
confunda solución definitiva con solución final 1079 ”. En suma, la función que
445
3. La norma jurídico penal debe negar la excepcionalidad, porque es justamente
Laura Zúñiga sostiene que “(…) en las sociedades en las que se reconoce
una amplia gama de libertades y en las que, por consiguiente, se tolera más
baja 1081 ”.
Tres: Una vez superados los test de aplicabilidad y eficacia de la norma jurídico
implica asumir el Derecho (no únicamente penal) del ser humano 1082 , pero
exige atender el problema de violencia, sino también los demás problemas (las
parcial de la misma. Así, el presente plan de acción implica asumir que la única
1080 ABANTO VÁSQUEZ, Manuel A. Ob. Cit. 2006, p. 18.
1081 ZÚÑIGA RODRÍGUEZ, Laura. Ob. Cit. 2002, p. 176.
1082 En esa línea, el profesor Kai Ambos sostiene que “(…) al Derecho penal del enemigo debe oponerse un
Derecho penal para todos los seres humanos, esto es, una concepción humanitaria del Derecho penal que
parta del individuo y su inalienable dignidad humana en el sentido de la relación de reconocimiento
kantiana, que era libre, igualitaria, recíproca y se basaba en la dignidad humana –la autofinalidad del ser
humano”. Ver más en: AMBOS, Kai. Ob. Cit. 2006, p. 153.
446
forma de lograr que el contexto normativo rija por sí mismo (es decir, que
de reacción, más no de lucha, como la que propone el Derecho penal del enemigo.
prevención”. Sin duda que dicha meta no puede ser abarcada totalmente por el
Derecho, menos aún por la materia penal. Sin embargo, sí existen al menos dos
funciones del Derecho penal en la consecución de dicho objetivo, que son las
que implique establecer una política social de prevención y una estrategia jurídica
de reacción:
requiere que exista una suficiente seguridad cognitiva, es decir que las
447
Estado 1083 ”. Sostiene también que la creación de un sistema de gobierno
igualdad 1085 ”.
Dichas líneas escritas hace treinta años merecen hoy atención, más aún
frente a una propuesta como la del profesor Jakobs, pues aluden a una
siguiente:
1083 COTLER, Julio. Clases, estado y nación en el Perú. Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1978, p.
387.
1084 Ibid., p. 388.
1085 Ibid., p. 389.
1086 COTLER, Julio. Clases, estado y nación en el Perú. Tercera edición. Lima: Instituto de Estudios
448
Evidencia esta cita la carencia de una sociedad cohesionada en nuestro país,
violencia –es decir, del Derecho penal del enemigo- no haría más que generar
Sánchez en el sentido de que “(...) cabe formular serias reservas frente a las
cambio, del logro de dos factores. Por un lado, reducir los niveles de
1087 Al respecto, la siguiente cita resulta ilustrativa de la inexistente cohesión de la sociedad peruana: “los
enfrentamientos producidos por Sendero Luminoso con el resultado de la muerte de cerca de 70 000
personas, de las cuales 75% eran campesinos indígenas, como lo atestigua el Informe de la Comisión de la
Verdad y Reconciliación, da cuenta de la vigencia de la discriminación racial y clasista; estos crímenes se
acompañaron con dudosas concesiones al sector privado, el asistencialismo de los organismos públicos, la
corrupción y la cooptación de militares, empresarios, funcionarios públicos, periodistas y dirigentes de
organizaciones sociales y políticas. En: COTLER, Julio. Ob. Cit. 2005, p. 43.
1088 SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. Ob. Cit. 2003, p. 27.
449
fin (mecanismos que se delimitan a partir de la identificación de las causas
cultural como la planteada por el profesor Jakobs, sino más bien una ciencia
del crimen. Acudiendo a un ejemplo poco feliz, un real política criminal que
450
proveer de seguridad a las comunidades campesinas más alejadas acechadas
una propuesta como la de esta tesis es que de nada vale publicar una norma
reforma de la institución policial, que permita que sus miembros tengan una
Moccia propone:
1090 SCHEERER, Sebastián, María Laura BÖHM y Carolina VÍQUEZ. Ob. Cit. 2006, p. 931.
1091 MOCCIA, Sergio. Ob. Cit. 2006, p. 304.
451
Es decir que no es el Derecho penal, ni siquiera el mero control policial, la
Se trata sin duda de una propuesta a largo plazo que sea capaz de lo
siguiente:
Sin embargo, los ejemplos anotados evidencian que las propuestas a corto
Derecho penal simbólico que sólo opera a favor de quien detenta el poder
político.
452
b) Una estrategia jurídica de reacción
sociedad actual. Por ello, el plan de acción que se propone implica también
como objeto mitigar dichos focos de peligro o reducir sus efectos dañosos)
del fenómeno:
post, es decir, luego de que exista una sentencia condenatoria que haya
453
asume el postulado de que un acusado (el cual es siempre un ser
peligrosos.
establecería quiénes son los sujetos que, una vez recibida la condena,
1094Es aquella la percepción de la presente tesis frente a la discusión descrita por el profesor Gracia
Martín, quien sostiene que debe evaluarse primero “(…) si la condición de enemigo, con la
correspondiente pérdida de personalidad o de ciudadanía, es una de la que ya es portador el individuo en
el momento de realizar algún hecho típico del Derecho penal del enemigo (…) en cuyo caso la sentencia tendrá
un valor meramente declarativo de una situación anterior, o si, por el contrario, es una condición que se le
carga al sujeto con posterioridad, esto es, como consecuencia de la sentencia condenatoria1094”. Para
Gracia Martín, el resultado de dicho proceso será el propio Derecho penal del ciudadano, el que el ser
humano sujeto a la justicia penal ha infringido y por el que se le ha juzgado. Ver más en: GRACIA
MARTÍN, Luís. Ob. Cit. 2007, p. 246 y p. 281.
454
ordenamiento democrático y constitucional 1095 (es decir, aquellos que
humana.
sancionado arbitrariamente.
1095 Existen distintos criterios para definir a los delincuentes peligrosos (por sus hechos, por la
comprobada existencia de organización), quizás el más preciso sea el que prohíba definir la peligrosidad
en la ideología o forma de pensar distintas, ya que “(…) en la democracia, todos tienen derecho a expresar
sus propias opiniones si están dispuestos a escuchar las contrarias, pues aquélla descansa en la idea
fundamental de tolerancia recíproca”. Ver más en: GRACIA MARTÍN, Luis. Ob. Cit. 2007, p. 272.
1096 Cabe recordar que hasta la doctrina más garantista formula sus reservas en la aplicación del principio
de mínima intervención del Derecho penal ante organizaciones terroristas. Así, la profesora Laura Zúñiga
precisa que “(…) en los delitos por convicción, pese a que la idoneidad de la pena como instrumento
preventiva falla, habría que entender que en los casos en que el merecimiento y la necesidad de pena lo
recomiendan, hay que criminalizar porque está en juego la protección de la Sociedad (ejemplo el
Terrorismo)”. En: ZÚÑIGA RODRÍGUEZ, Laura. Ob. Cit. 2002, p. 185. La diferencia del postulado de
la presente tesis con el planteamiento de la profesora Zúñiga reside en que la intervención más gravosa
(nunca Derecho penal de enemigos) en contra del ciudadano más peligroso sólo es admisible, para la
455
niegan los procedimientos electorales democráticos y las decisiones a
debilitar. Eso sí, deberá existir –si desea acogerse este postulado- una
beneficios.
penal.
Claro está, nada obsta a que puedan existir ciertas normas -enmarcadas
presente tesis, en el momento de la ejecución de la sentencia condenatoria, la cual debe ser fruto de un
debido proceso con las mismas garantías de la persecución penal contra cualquier otro ciudadano menos
peligroso.
1097 Según el texto “¿Derecho penal del enemigo? Crítica a las insoportables tendencias erosivas en la realidad
456
ejemplo, a través de la justicia constitucional). Se tratarían básicamente
Así, la presente idea puede ser sintetizada en la siguiente cita del texto
profesor Habermas:
Schünemann, la tarea de esta policía de la inteligencia debería consistir “(…) en desarrollar instrumentos
para la lucha contra el terrorismo que sean contundentes, pero controlados desde la perspectiva de un
Estado de Derecho (…)”. Ver más en: SCHÜNEMANN, Bernd. Ob. Cit. 2006, p. 185.
1098 HABERMAS, Jürgen. Ob. Cit. 2006, p. 17.
457
estatales y las autoridades policiales, los controles de los flujos
económicos, y en general el rastreo e conexiones logísticas 1099 ”.
Por último, cabe señalar que estas normas preventivas buscarían ser un
458
8.3. El manifestante social como enemigo: concreción de una propuesta.-
Objeto de análisis.-
se utilizará el artículo 283 del Código penal, modificado por la Ley Nº 28820,
establece las “Reglas de Empleo de la Fuerza por parte del personal de las
En ambos casos, interesa centrar el análisis en una de las conductas que dichas
En esa línea, el artículo 283 del Código penal, modificado por la Ley N° 28820,
sanciona con una pena privativa de libertad de hasta seis años al que –sin crear
459
pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de seis
años”.
En los casos en que el agente actúe con violencia y atente contra la integridad
Nº 29166. Si bien a primera vista podría argüirse que se trata de una norma de
carácter administrativo que regula las funciones de las Fuerzas Armadas en una
situación específica, se trata de una norma con evidente relevancia penal, es más
de una norma del mal denominado Derecho penal del enemigo, ya que legitima la
especial frente a los casos de protestas sociales, que originan el cierre de vías
propiedad pública y privada, etc. Para tal efecto, la aludida norma genera, entre
460
“Artículo 7.- Participación de las Fuerzas Armadas.
El Personal Militar en cumplimiento de su función constitucional
puede ejecutar misiones respecto al orden interno de acuerdo a la
siguiente relación: (…)
c) En zonas no declaradas en Estado de Emergencia, en apoyo a
la Policía Nacional del Perú para el control del orden interno”.
- Las situaciones que determinan el uso de la fuerza por parte de las Fuerzas
sostiene:
461
utilización de la Fuerza Letal en supuestos de Intención Hostil, es decir, en
casos en los que se presume la ocurrencia de una probable agresión por parte
462
hace referencia al elemento cognitivo del personal militar, con lo que se
463
básicas de los manifestantes. El grado de impacto de la protesta
ii. Se trata de normas que se prestan a una indebida utilización por parte
la afirmación precedente:
464
En primer lugar, para la aplicación de la norma citada, basta con la
465
En tercer lugar, los supuestos en los que se avala la utilización de la
conflicto que podrían ser víctimas de los daños incidentales (en el caso
466
puede estar cumpliendo con una función adecuada frente al problema que
467
Estado como tal no es un Estado de derecho 1102 . En el segundo caso
468
pueden actuar como si existiera un Estado de Emergencia, sino que
supuestos de menor (o nula) certeza del peligro, como los que han sido
Fuerza letal para evitar saqueos y vandalismo (regla 51), etc. En todos
469
Reglas de Empleo de la Fuerza por razones relacionadas con la
por lo que resulta aplicable el plan de acción alternativo, que implica asumir el
implica descubrir y asumir las causas de la misma, para atenuarla, reducir sus
atención de las causas, para así lograr que el contexto normativo rija por sí
exista una política de atención de las causas del fenómeno. Al respecto, más
470
reemplazar a las normas de carácter militar o policial que tienen como objeto
militares y policiales.
471
CONCLUSIONES
1. La tesis del Derecho penal del enemigo, presentada por el profesor alemán Günther
han apartado -de manera al menos duradera- del Derecho y que, por ello, no
la presentación del poder punitivo como el único medio para conjurar el peligro
sistema político. Otra, que entiende que en la base, en el sustrato del Derecho,
existe una función de orden político, un motivo ‘por el qué’ y ‘para el qué’ existe
del primer modelo, el que postula un sistema cerrado. Se trata de una teoría que
económico.
análisis de orden intra sistémico cuanto desde un análisis que atienda a variables
extra sistémicas.
Luhmann. Ello en virtud a que esta última teoría postula un sistema jurídico
473
orden político, no generada jurídicamente (como es la propuesta del Derecho penal
5. Más allá de la necesidad de recurrir al postulado del sistema jurídico cerrado con
que el discurso interviene y que postula que el acuerdo resultante del discurso
racional es el que expresa contenidos con los que todos podemos estar de
acuerdo.
Ello por varios motivos. El primero es que los conflictos jurídico penales son
jurídico penal involucra seres humanos y relaciones personales, por lo que está
474
jurídica, sino que involucra valoraciones de orden político y social. Además, no
consensos sociales.
vigencia del contrato social. Finalmente, desde la perspectiva de las doctrinas del
embargo, desde esta perspectiva extra sistémica, la propuesta del Derecho penal del
475
constituye un conjunto de normas que se materializan con vocación de
permanencia, más aún cuando genera una legitimación del combate contra los
efectos del problema social, el cual no analiza ni pretende solucionar, con lo que
modelo de Derecho penal de autor, que niega la dignidad humana, mientras que
el Estado de excepción tiene –no sólo como límite- sino como objeto de
9. Se probó en esta tesis que el Derecho penal del enemigo adolece siempre de
específico, las teorías del Estado de Kant y Hobbes). Ello en virtud a varios
fundamentos. En primer lugar, la propuesta del Derecho penal del enemigo no toma
Derecho penal del enemigo obvia la distinción esencial de las teorías contractualistas,
476
enemigo de los derechos de la persona, reduce al ser humano a un medio para
satisfacer fines estatales o comunitarios (en este caso, la seguridad común). Por
lo tanto, la aplicación del Derecho penal del enemigo genera la destrucción del Derecho
del ciudadano.
10. Según la presente tesis no es correcto sostener que Immanuel Kant postuló la
varias razones. Primera, dicha interpretación choca frontalmente con Kant como
innata, que lo protege de ser tratado sólo como un medio y no como un fin en sí
del Estado y sostiene que el exterminio (medio del Derecho penal del enemigo) no
ser mantenido como cosa sagrada, por muchos sacrificios que se le imponga al
11. Tampoco es adecuada la vinculación del Derecho penal del enemigo con los
En primer lugar, si bien para Hobbes podría existir una legítima opresión del
477
enemigo, ello ocurre en el estado de naturaleza, escenario en el que no hay
cabida para el Derecho, sino para la mera violencia. En ese sentido, quizás para
postulado del Derecho penal del enemigo es contrario a una serie de principios
que el mal infligido por la autoridad pública, sin pública condena precedente, no
puede señalarse con el nombre de pena, sino de acto hostil. En tercer lugar, para
súbditos. En esa línea, si bien podría entenderse que dicho autor admite la
“Derecho” que –para lograr dicho fin- pusiera en riesgo a los súbditos
Derecho penal del enemigo coloca a los ciudadanos en la situación de riesgo de ser
sentido de que su teoría permitiría separar el Derecho penal del enemigo del Derecho
penal del ciudadano, si es que no explica cómo opera dicha separación y, es más, si
12. Se ha probado en esta tesis que una estrategia de lucha como la propuesta por el
Derecho penal del enemigo no resulta eficaz, ya que la lucha destruye, cuando lo que
478
extra sistémica, el Derecho penal del enemigo no es un derecho contra el enemigo,
menos aún del ciudadano contra los peligros, sino un real derecho contra el
de actuación del Estado frente al enemigo, la definición del enemigo está a cargo
de quien tiene enemigos naturales, esto es, de quien detenta el poder político. En
segundo lugar, la propuesta del Derecho penal del enemigo no asume la realidad, es
la carencia de políticas sociales. En tercer lugar, la propuesta del Derecho penal del
teoría del Derecho penal del enemigo, se hace necesario plantear un plan de acción
479
aspecto del derecho fundamental de libertad. El concepto de libertad así
es, entonces no soy libre, pues soy esclavo de la esclavitud del otro, del otro que aún se guía por
apetitos y aversiones, las cuales las dirige hacia mi persona que se ‘manifiesta libre’”. La
última base consiste en comprender la función del sistema penal como conjunto
14. En la presente tesis se plantea el postulado de que la función del sistema penal y
el plan de acción alternativo al Derecho penal del enemigo deben basarse en algunas
cuando este ostente una concepción de sistema abierto). Las ideas de Kant
recogidas por esta tesis son tres. En primer lugar, la idea que sostiene la
desde una perspectiva de teoría política, la plena vocación por la paz perpetua,
que debe ser considerada el fin último de la teoría del Derecho dentro de los
límites de la razón.
15. La sanción penal existe para proteger el derecho a la libertad individual, que es
480
teoría del derecho le otorga, y que se caracteriza por corresponder a todos los
seres humanos, siendo un derecho inherente al ser humano por el hecho de ser
jurídico cuya finalidad central es proporcionar la paz a los seres humanos que lo
conforman; y tener como misión primera la tutela del más débil para así limitar a
16. En base a las premisas expuestas, los postulados centrales de un plan de acción
primer lugar, debe tenerse en cuenta que el Derecho penal no es un arma eficaz
de solución del problema social, sobre todo al tipificar las conductas punibles, al
ejercicio de los derechos del justiciable. Por ello, debe aplicarse a toda norma
elementos que hagan dudar de que el público objetivo de la norma jurídico penal
481
fundamentales como medio de viabilizar la convivencia en un orden social. En
esa medida, el Derecho penal –frente al supuesto enemigo que nos presenta
Jakobs- debe pasar por un “test de funcionalidad”, que mida si la norma jurídico
penal en el caso concreto está cumpliendo con una función adecuada frente al
jurídico penal siempre deberá cumplir con las funciones de proteger los
derechos fundamentales del ser humano sometido a la justicia penal, así como
de los demás partícipes del proceso; procurar una solución definitiva y no una
también los problemas que están detrás: las causas de la violencia. Así, Derecho
normativo rija por sí mismo (es decir, que el Derecho sea Real) es a través de
el Derecho penal del enemigo. Así, el Derecho debe optar por una política social de
supervisado).
482
17. El Decreto Supremo peruano Nº 012-2008-DE/CCFFAA, que establece la
acciones de carácter letal contra aquellos que participan en protestas sociales, así
como el artículo 283 del Código penal peruano, que sanciona la conducta del
que, sin crear una situación de peligro común, estorba el normal funcionamiento
Derecho penal del enemigo. A partir de la aplicación concreta del plan de acción
política.
483
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