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RELIGION
CIENCIA
La ciencia se especializa en mas que todo en desmentir la existencia del infierno
muy pocos personajes emblemáticos de la historia refutan la idea de la creencia
del cielo y el infierno
Personajes que creían en el infierno y el cielo
Algunos filósofos como Platón o los pitagóricos hablan del concepto del juicio a los
muertos. Cada espíritu era asignado a un reino: Elíseos para los bendecidos, el
Tártaro para los condenados y el Hades para el resto. Por tanto, el Hades
como tal sería más bien un concepto griego del limbo.
EL INFIERNO Y EL CIELO EN OTRAS CULTURAS
GRIEGA Y ROMANA
La cultura griega creía en lo bueno y lo malo de cada acción por ello los héroes
alcanzaban los campos elíseos que para ellos era el cielo solo Zeus podía decidir
si un hombre alcanzaba ese lugar Los Campos Elíseos, o a veces mencionados
como las Llanuras Eliseanas, eran el lugar sagrado donde las sombras de los
hombres virtuosos y los guerreros heroicos llevaban una existencia dichosa y feliz, en
medio de paisajes verdes y floridos., por otra parte los hombres condenados
alcanzaban el tártaro y el resto de las almas se quedaban en el reino de hades
ASIATICA
Hay tres infernos importantes en las culturas asiáticas los que tienen mas
explicites en sus creencias
1. Naraka budista ( Tailandia, corea del sur y norte y Camboya): Si bien
puede pensarse que el budismo no tiene infierno –pues las
reencarnaciones, y la vida completa, están inmersas en el Samsara, la
rueda de la vida–, la verdad es que podemos encontrar lugares donde las
almas se limpian y se purifican para poder ascender a otros planos y
reencarnaciones superiores.
Quienes logren romper con las cadenas del deseo, que según esta doctrina
es nuestra fuente de sufrimiento, podrán acceder al Nirvana, estado de
felicidad absoluta. Pero quien no lo hace estará atado al movimiento
continuo de Samsara, viviendo los mismos dramas con ratos esporádicos
de felicidad, vida tras vida. Cada nueva vida se adaptará a nuevas
circunstancias, según lo determine para cada quien la ley del karma.
2. Yomi el infierno sintoísta japones
El Yomi es la región del inframundo en el sintoísmo, la antigua religión
japonesa. Literalmente significa “manantial amarillo” o “manantial sulfuroso”.
Lo representan como un lugar sombrío, subterráneo, separado del mundo
de los vivos por un río, que le da un sentido de continuidad geográfica con
la Tierra. Allí habitan los muertos y se pudren eternamente, aunque no hay
un matiz de juicio en él. Sencillamente, al morir pasamos a ese otro
estadio, a morar en las sombras para siempre, independientemente de
nuestro comportamiento.
3. Diyu, el infierno taoísta de China
Antiguamente, el taoísmo no contemplaba un infierno como tal porque no
existía el concepto de “alma inmaterial”, y por tanto, la moral era
considerada una concepción humana. Sin embargo, con la entrada de otras
religiones, el taoísmo terminó adoptando la idea del infierno, poblado de
numerosas deidades y espíritus encargados de castigar las variedades de
pecados, que podían ser verdaderamente espeluznantes.
El Diyu, que así se llama el infierno chino, es el “reino de la muerte”,
literalmente significa prisión terrenal, y es donde van los muertos a pagar
sus culpas y a renovar el espíritu para su siguiente reencarnación.
Este sitio es una mezcla de las creencias tradicionales y populares chinas
sobre las vidas futuras y la idea del Naraka, y se representa como un gran
laberinto debajo de la tierra que cuenta con distintos niveles o cámaras; allí
las almas van a expiar los pecados cometidos mientras vivían.
INVESTIGACIONES CIENTIFICAS
Todos los que han pecado sin conocer la ley también perecerán sin la ley; y
todos los que han pecado conociendo la ley por la ley serán juzgados.
Romanos 2:12pecadoleyjuicio
el Purgatorio es una gran montaña dividida en siete rellanos donde las ánimas purgan un pecado
distinto para alcanzar la cima: el Paraíso Terrenal. … La Iglesia Ortodoxa moderna no acepta la
existencia del Purgatorio… pero por tradición ofrece rezos a favor de los difuntos para alcanzar
la misericordia de Dios.