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HOSPITAL PSIQUIATRICO DE CARACAS

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA


POSGRADO DE PSIQUIATRIA
CATEDRA DE FILOSOFIA

BUDA
ANALISIS FILOSOFICO DE SU VIDA
Y su esencial legado
REALIZADO POR:
Dr. Juan Miguel Soto Sedek

“Todo lo que somos es fruto de lo que pensamos”

BUDA

“Uno debe refrenar la mala conducta del cuerpo y controlarlo. Abandonando


la mala conducta del cuerpo, uno debe adiestrarse en su buena conducta.
Uno debe refrenar la mala conducta del hablar y controlarla. Abandonando
la mala conducta del habla, uno debe adiestrarse en su buena conducta.
Uno debe refrenar su mala conducta de la mente y controlarla. Abandonando
la mala conducta de la mente, uno debe adiestrarse en su buena conducta.
Los sabios se controlan en actos, en palabras y en pensamientos.
Verdaderamente se controlan bien.”

BUDA, DHAMMAPADA

“Toda enseñanza es como una balsa: hecha para hacer una travesía, pero a la
que no hay que atarse.”

BUDA
INTRODUCCION

Kart Jaspers, psiquiatra y filósofo existencialista, estaba convencido


de que la historia de la filosofía se halla unida de manera indisoluble en su
desarrollo a las concepciones de los grandes filósofos. Y éstos deben ser
estudiados tanto a través de sus doctrinas sistemáticas como a través de su
personalidad y del ambiente de sus tiempos. Siguiendo al mismo Jaspers:
“Aspiramos a ingresar en el mundo de los grandes; a adoptar allí carta de
naturaleza, escuchando, aprendiendo y amando, para llegar en su compañía,
la mejor que podamos encontrar, a lo que nosotros mismo podemos ser.
Todos tenemos acceso a ese mundo. En él se nos responde con presteza si
acertamos a preguntar adecuadamente. Se nos muestra lo que ha sido. Se
nos incita y enseña a ser modestos. Es propio de la grandeza filosófica no
querer discípulos sino hombres que sean ellos mismos. De modo, pues, que
nuestra actitud reverente solo ha de acercarnos a ellos si nosotros mismos
filosofamos.”

Se realiza un análisis filosófico de la vida de Buda y de su legado


esencial las Cuatro Nobles Verdades y el Óctuble sendero , tomando como
base central para la realización del mismo, el estudio realizado por Jaspers
sobre Buda, que aparece en el tomo I de su obra “Los Grandes Filósofos, los
Hombres decisivos (Sócrates-Buda-Confucio-Jesús)”. La actitud que asume
Jaspers es descrita con sus propias palabras “Pudiera pensarse que quien
expone pretende colocarse en un plano superior al de los filósofos expuestos
y desde él enfocarlos críticamente. Mi convicción personal es la opuesta.
No llegamos a abarcar con nuestra mirada a los grandes; nuestra dicha
consiste en alzar los ojos a ellos. No podemos penetrarlos. Nos educamos
para comprenderlos, para que nos eduquen y nos conduzcan a nuestro propio
ser. Nos dicen lo que corresponde a nuestro interrogar y nos hablan según el
modo en que procuramos su trato. Se vuelven paradigmas, sus
pensamientos anticipan posibilidades. Conocer a esos grandes, a la vez los
más auténticos, el tratar de seguir el hilo de su pensamiento, verlos ante
nosotros nos impulsa a elevarnos. Nos vemos arrastrados a la orbita de los
filósofos que estudiamos.”… “La realidad de Buda ha de establecerse con
sentido crítico, omitiendo lo claramente legendario y los testimonios tardíos.
Sin embargo, ningún conocimiento necesario fija los límites a tal omisión.
Quien no admite sino lo imperiosamente cierto llega con sus exclusiones a
quedarse sin nada”.

DESCRIPCIÓN Y PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Buda, vivió aproximadamente entre 560-480 a. de J. C., perteneció a


una familia noble. La infancia y juventud de Gotama transcurrió en la
abundancia de goces terrenos de aquel mundo aristocrático. Se caso muy
joven y tuvo un hijo Rahula.

Según la leyenda el joven príncipe habría vivido en medio del lujo,


del ocio y de toda clase de placeres. Su padre, el rey Shuddhona, temiendo
que su hijo le dejara y renunciara al trono para convertirse en asceta errante,
le habría mantenido en la ignorancia de todo dolor y de toda penalidad un
día, sin embargo, los ojos del joven se abrieron a la triste realidad de la
condición humana. Dice la leyenda: “En su juventud, tuvo intención de dejar
la vida de familia. El rey su padre temió que estudiase la vía de la liberación
y le rodeó constantemente de los placeres de los cincos sentidos.”

Aquella dicha se desvaneció al tomar conciencia Gotama de los


hechos fundamentales de la vida humana. Ve la vejez, la enfermedad y la
muerte y se dice: no me corresponde sentir repugnancia y asco por la
repulsiva calamidad del cuerpo, pues yo también envejeceré, caeré enfermo,
moriré. “Conforme rumiaba yo estos pensamientos, perdí por completo la
alegría de vivir.” Consecuencia de ello fue su decisión de abandonar y su
patria, y su familia y toda su venturosa existencia para buscar salvación en el
ascetismo. Tenía a la sazón veintinueve años.
Fue instruido por maestros en los ejercicios ascéticos, el yoga, y
durante muchos años vivió en los bosques haciendo penitencia. Pero era en
vano la penitencia no conducían a la iluminación. Por el contrario, Gotama
se percató de que lo verdadero no se manifiesta en la mera mortificación,
comprendiendo que la pura voluntad era ineficaz. Hizo entonces algo
inaudito a los ojos de quienes profesaban aquellas creencias: ingirió
abundante alimento para recuperarlas fuerzas físicas. Entonces los ascetas
allegados a él abandonaron al renegado. En soledad practicó en adelante la
pura meditación, no acompañada del ascetismo.

Cierta noche, cuando estaba meditando al pie de una higuera,


sobrevino la iluminación. En una visión súbita y total sé presentó ante el ojo
de su espíritu cósmico: lo que es, y por qué lo es; cómo todos los seres son
arrastrados por el ciego afán de vivir por los caminos errados del alma, a
través de sucesivas reencarnaciones en la interminable trasmigración de las
almas; qué es el sufrimiento, de donde viene y cómo puede ser suprimido.

Este conocimiento se enuncia como doctrina: Ni la vida entregada a la


sensualidad y los placeres mundanos ni la vida dedicada al mortificante
ascetismo son la vida justa. Aquella es vil, ésta está plagada de sufrimiento;
ni la una ni la otra llevan a la meta. La vía descubierta por Buda es la media.
Es la senda de la salvación. Arranca de la oscura creencia que en la vida es
todo sufrimiento y que lo fundamental es librase del sufrimiento. A través
de la decisión de llevar una vida justa en el decir y en el obrar, lleva al
abismarse en grados de meditación, y así al conocimiento de lo que ya en la
originaria creencia: la verdad del sufrimiento. Solo al final del camino
recorrido es captado con plena claridad por el conocimiento. Queda así
cerrado el ciclo, consumado el proceso. Este conocimiento significa el
tránsito del sufrimiento, del devenir y perecer a lo eterno, el tránsito de la
existencia al mundo del nirvana.

Pasa siete días Gotama, ahora Buda (el Iluminado), sentado al pie de
la higuera, con las piernas cruzadas, gozando del deleite de la redención. ¿Y
después? Habiendo alcanzado por la iluminación la certidumbre de la
liberación, se propone guardar silencio. Lo que ha llegado a conocer es ajeno
al mundo. ¿Cómo iba a entenderlo el mundo? Quiere “evitarse un esfuerzo
inútil”. El mundo sigue su marcha y en su tremendo y inexorable curso a
través de períodos de cíclica destrucción y renacimiento, los ciegamente
impulsados, que no saben, son arrastrados irresistiblemente por la rueda de
las reencarnaciones, pasando por sucesivas formas de existencia. Lo que se
hace en cada existencia determina, como karma, la forma de la
reencarnación siguiente, habiendo sido determinada aquélla, a su vez, por la
existencia precedente. El mundo no cambia jamás, pero es posible la
salvación para el que sabe; el cual; liberado de ulteriores reencarnaciones,
ingresa en el nirvana. El nirvana es definido por el Maestro de Budismo Zen
Taisen Deshimaru como: “es difícil de comprender que es el nirvana con su
cerebro. El nirvana es la vuelta a la condición normal, original. Es la
condición del niño. Cristo dijo lo mismo: hay que volver a la verdadera
condición normal, original, sin karma, sin complicaciones. Contrariamente a
lo que piensen algunos, no se trata de una condición especial, particular, sino
la vuelta a las condiciones originales. Ni el chimpancé ni el niño pueden
encontrar el nirvana. El niño nace en su estado original, pero el karma lo
oscurece. Por eso tenemos que encontrar dicho estado. El chimpancé no lo
necesita, él vive también en su estado original. Únicamente el hombre, que
lo ha perdido, se vuelve complicado y debe volver a conquistarlo. Este
estado original es el espíritu de Dios o la naturaleza de Buda”.

Buda adquirió este saber en soledad. “No mantengo amistad con


ningún hombre.” Se sabía liberado. “Con ello basta; no lo predico a los que
viven entregados al amor, al odio; a ellos se les oculta la doctrina.”
Pero no consigue mantenerse en tal actitud de darse por satisfecho con
la redención ganada para sí. Lo embarga la compasión por todo cuanto vive.
Resuelve, aunque de mal grado, predicar su doctrina. No espera mayores
resultados; y más tarde, cuando su prédica alcanza tan clamoroso éxito,
vaticinará la pronta desaparición de la auténtica doctrina. Sigue, no
obstante, el camino de la predicación salvadora: “Voy a tocar en el mundo
sumido en tinieblas el tambor del no morir.”

Lo más nuclear y esencial de la enseñanza del Buda son las Cuatro


Verdades Nobles. Buda descubrió y penetró supraconscientemente las
Cuatro Verdades Nobles después de un descomunal trabajo meditacional y
las dio a conocer en su Primer Sermón, donde también habría de proponer el
Camino del Medio y desaconsejar los extremos: el de la autoindulgencia
excesiva y el de la automortificación. Buda formuló las Cuatro Verdades
Nobles: la de que hay sufrimiento, la de que el sufrimiento tiene una causa
(que es la avidez que deriva de la ignorancia y ofuscación de la mente), la de
que se puede poner fin al sufrimiento (liberándose definitivamente de la
causa que lo origina) y la de que hay un sendero para poner fin al
sufrimiento. El mismo Buda declaró: “Hasta que no tuve una visión y un
conocimiento perfectamente claros y exactos de estas cuatro verdades, no
pude tener la certidumbre de haber logrado la iluminación perfecta.” Y
entendió que muchas personas no serían capaces de percibir la profundidad
de la enseñanza, pero se dijo: “Hay algunos que no tienen los ojos
demasiado empañados, y éstos sí que podrán comprender la verdad.”

Mediante el Noble Sendero Óctuple, es posible eliminar las tres raíces


del mal que anidan en lamente (avidez, aversión y ofuscación) y propiciar
las tres raíces del bien (generosidad, compasión y lucidez). Este sabio
Sendero representa un triple entrenamiento o triple disciplina: moral,
psicomental y de desarrollo de sabiduría liberadora. En este sendero se
recogen, pues, elementos para disciplinarse o entrenarse en moralidad
genuina, en desenvolvimiento y purificación mentales, y en desarrollo de la
sabiduría. De ahí que se le denomine el Triple Entrenamiento o Triple
Disciplina. Consta de ocho factores o eslabones, que son:

 Recta comprensión.
 Recto modo de pensar.
 Rectas palabras.
 Recta acción.
 Rectos medios de vida.
 Recto esfuerzo.
 Recta atención.
 Recta concentración.

Mediante el cultivo de la genuina moralidad y la completa


purificación de la mente, se va desarrollando la Sabiduría que libera e
ilumina, poniendo así fin a todo sufrimiento, avidez, odio y ofuscación. El
entrenamiento psicomental viene dado por la práctica asidua de la
meditación, así como por el intento perseverante de permanecer más atento,
lúcido y ecuánime en la vida cotidiana.

La liberación definitiva es conocida en el budismo como Nirvana, un


especialísimo estado de libertad que escapa a toda explicación conceptual,
por lo que incluso el mismo Buda era muy parco al referirse al mismo y
declaraba:
“Eso es paz, eso es sublimidad, es decir, el fin de todo lo constituido,
el abandono de los fundamentos de la existencia, el aniquilamiento del
deseo, el desvaimiento, la cesación, el Nirvana.”

Y también:
“Hay, monjes, algo no nacido, no originado, no creado, no
constituido. Si no hubiese, monjes, ese algo no nacido, no originado, no
creado, no constituido, no cabría liberarse de todo lo nacido, originado,
creado y constituido. Pero puesto que hay algo no nacido, no originado, no
creado, no constituido, cabe liberarse de todo lo nacido, originado, creado y
constituido.”

Buda no escribió nada directamente, pero sí recogieron sus liberadores


sermones sus discípulos. Las escrituras más antiguas son las del Budismo
Theravada o Budismo del viejo cuño (considerado el más original). Están
redactadas en lengua pali. El canon Pali es la fuente más fiable para conocer
las enseñanzas budistas.

El pensamiento de Buda y su doctrina filosófica, influyo en el


desarrollo espiritual de muchos países orientales (Tibet, Japón, China,
Nepal, etc.), mezclándose e influenciándose recíprocamente con las
doctrinas o formas religiosas, en el Tibet se mezclo con el Bon que antes de
la llegada del Budismo no era más que un conjunto de ritos de tipo
chamánicos, y dio origen al Budismo Tibetano; en Japón se mezclo con el
Taoismo y el Confucianismo, para dar origen al Budismo Zen, que son las
formas de Budismo más difundidas en Occidente en la actualidad.

Se plantea en este estudio, realizar un análisis de la vida de Buda


tomando en cuenta los aspectos más significativos y controversiales de su
existencia. Teniendo en cuenta el enfoque que hace Jasper “Para alcanzar
una imagen fundamentada de buda es preciso sentirse tocado por el meollo
sensible de cuanto en los textos puede serle atribuido, no con absoluta
certeza, pero sí de un modo fundamentalmente convincente. Solo esta
vivencia capacita para ver. Es tan evidente para unos como imposible de
demostrar a quienes se empeñan en negarlo, que nos habla desde allí el
reflejo de una realidad personal, única; que donde hay reflejo debe haber
existido una efectiva irradiación”…“Aun en la maravillosa imagen mítica
del Buda suprasensible integrado en el acontecer cósmico hay acaso un
fondo de desenvolvimientos y simbolizaciones de una prístina realidad
humana.”
IDENTIFICACIÓN DEL PROBLEMA

El problema es enfocado desde el punto de vista del existencialismo.


La filosofía existencial, en general, llama al individuo a la existencia,
otorgándole así consistencia y profundidad. El individuo como existencia es
concebido en cuanto cada caso, tal como se ha de elucidar desde él mismo
en su irrepetible situación histórica; contra la nada experimentada en la
angustia, la existencia se afirma mediante la decisión de ser sí mismo,
decisión que se funda en la trascendencia que se manifiesta al pasar a través
de las situaciones límite.
Aunque el Budismo evoluciono a partir de las enseñanzas de Buda y
se institucionalizo como religión en muchos países y comunidades, esto
trajo como consecuencia la discusión actual, de ser considerado religión por
unos y filosofía por otros, en este estudio se toma la posición filosófica
como punto de partida para analizar las enseñanzas nucleares de Buda.

ANÁLISIS FILOSÓFICO

Buda, un príncipe que creció en la abundancia y con todas sus


necesidades satisfechas. Trataron de aislado de cualquier imagen de
sufrimiento pues temía que renunciara a la vida que llevaba para dedicarse a
su realización espiritual (acto común en la india). Sin embargo, con el
tiempo, el príncipe vislumbró el sufrimiento y la muerte de los seres
humanos afuera de las paredes de palacio, y el darse cuenta de esto le
despertó compasión con sus semejantes, y desagrado por los privilegios que
él mismo tenía.
Con la meta de descubrir la verdad acerca de la vida y la muerte,
Gotama decidió abandonarse casa y su familia y volver sólo cuando hubiera
conseguido un antídoto.
El hecho de renunciar a la vida que llevaba, implica que Gotama fue
invadido por la angustia de sentirse sin respuestas ante el verdadero
significado de la vida. Llevándolo a buscar respuestas. Se convirtió en asceta
(renunciante), vivió años de penitencia física, dedicado a la meditación.
Hasta que un día se dio cuenta que ese tampoco era el camino, que le daría
respuestas; ni la vida dedicada a los placeres sensuales ni la vida del asceta
lo llevaría al anhelado nirvana. Cuenta la leyenda que finalmente Gotama
llegó hasta un árbol y resolvió sentarse bajo él y meditar hasta alcanzar la
verdad perfecta. Usando una intensa concentración yóguica que había
adquirido en su anterior fase ascética y de sus primeros gurús, Gotama entró
en un estado profundo. Después de muchas horas pudo abandonar sus
sentidos, sus emociones y sus deseos. Luego entro en un estado de pura
conciencia y de darse cuenta interiormente. Finalmente entró en un estado
de éxtasis no conciente. En ese estado extático, aprendió la elusiva causa del
sufrimiento, el sendero que rodea al sufrimiento, y la naturaleza de la paz
suprema (nirvana). Ese día Gotama se convirtió en Buda (el iluminado).

Al convertirse en Buda, alcanzando el Nirvana, comprendió que ese


estado era difícilmente comprensible para el resto de los seres humanos.
Pero movido por una gran compasión y con la certeza de que el hombre
cambiaria la doctrina original, pero con la esperanza de que ha algunos
pocos le serviría para su realización, se dedico a difundir su doctrina. De la
cual lo más esencial y nuclear son la Cuatro Nobles Verdades y el Noble
Óctuple Sendero, los cuales serán analizados.

El Budismo es una filosofía fuertemente práctica que, hace hincapié


en el desarrollo moral por encima de la pura teoría.

En todo su pensamiento y enseñanza el Buda nunca pierde de vista su


misión pragmática original, que es encontrar una cura al sufrimiento
humano. La llave más importante para comprender el camino a la
iluminación es la establecida en las enseñanzas del Buda (Dharma)
conocidas como las Cuatro Nobles Verdades.

Meditando bajo aquél árbol en el Ganges, Gotama despertó a la


primera Noble Verdad, que es: Toda la vida está impregnada con
sufrimiento (dukkha). Vivir es sufrir. A primera vista esto parece una visión
profundamente pesimista, pero el Buda simplemente está afirmando que la
condición humana la acompañan una cantidad de dolores y desgracias. Por
ejemplo, la posesión de un cuerpo humano está expuestas al sufrimiento de
la degeneración (enfermarse, envejecer, etc.) y tener una familia y amigos
significa que estamos expuestos al sufrimiento de la pérdida, decepción, y
hasta la traición.

Esta perspectiva adusta no es meramente el producto de un


disposición melancólica, ya que el Buda tiene un sofisticado razonamiento
psicológico y biológico para el dolor que acompaña a toda la existencia
humana. Las avenidas por las que viajan estas experiencias dolorosas son
los cinco agregados, el cuerpo, sensación, percepción, disposición, y
conciencia.

Estos agregados de experiencia son los órganos del placer y el dolor.


Es en relación con el placer y el dolor que los anhelos pueden comenzar a
surgir. El Buda resume la Primera Noble Verdad “El nacimiento es
sufrimiento; la decrepitud es sufrimiento; el dolor, la lamentación, la pena y
la desesperación son sufrimiento; brevemente los cinco agregados de la
existencia son sufrimiento.

La Segunda Noble Verdad se mueve más allá Delmiro hecho del


sufrimiento humano, para explorar la causa de esta condición infeliz. Esta
verdad afirma que el sufrimiento es causado por el anhelo o el apego. El
Buda argumenta que las sensaciones, como los olores, sonidos, sabores,
placeres corporales, y hasta las impresiones intelectuales (ideas) entran a
través de los agregados e inevitablemente hacen surgir los anhelos. Las
experiencias sensoriales en sí mismas no son la causa del sufrimiento, ya
que éstas son, inherentemente, fenómenos neutros. la causa del sufrimiento
es, más bien, el responder apegándonos, o fijándonos a estas impresiones
sensoriales.

El Buda desarrolla la Segunda Noble Verdad: “Si por ejemplo, cuando


se percibe una forma visible, un sonido, olor, sabor, contacto corporal, o idea
en la mente, el objeto es placentero, uno se siente atraido, y, si es
displacentero uno es repelido. Así, cualquiera sea el tipo de sensación o
experiencia-placentera, displacentera, indiferente- uno aprueba y abriga el
sentimiento y se adhiere a el; y mientras lo hace surge el deseo, pero el
deseo de sensaciones significa apegarse a la existencia; y el apegarse a la
existencia depende del proceso de devenir; del proceso de devenir depende
el próximo nacimiento y del nacimiento dependen la vejez y la muerte, el
dolor, la lamentación, la pena, y la desesperación. Así es que surgen toda
esta masase sufrimiento.”
La tercera Noble Verdad afirma que la cura para el sufrimiento es el
no apego, o la cesaron del anhelo. La libertad no es la renuncia de todas las
emociones y sentimientos: es la capacidad de elevarse por encima de las
sensaciones que nos llegan. Uno sigue sintiendo dolor y placer, pero ya no
se adhiere a estas experiencias fluctuantes.

En el texto de Dhammapanda, el buda explica: “Los iluminados en


todo momento vencen en verdad todos los apegos. El santo no usa palabras
vanas en objetos de deseo. Cuando el placer o el dolor llegan a ellos, los
sabios sienten por encima del placer y el dolor”.

Cuando las percepciones sensoriales e ideas mentales fluyen a través


de los cinco agregados que convencionalmente llamamos Buda continúan
fluyendo en su curso natural sin que un ego se adhiera tratando de atraparlo.

Esto conduce a la Cuarta Noble Verdad- que más bien son ocho
verdades más presentadas como una. La cura para el sufrimiento,
caracterizada en la Tercera verdad como no apego, tiene ocho pasos o
estadios de realización practica, a la que el Buda se refiere como El Óctuple
Noble sendero. El cual es un conjunto de actitudes y actividades prescritas
que conducen a la extinción del sufrimiento es el sendero a la realización.
Las facetas de este sendero.
1. Comprensión correcta.
2. Intención correcta.
3. Habla correcta.
4. Acción correcta.
5. Forma de vida correcta
6. Esfuerzo correcto.
7. Atención correcta.
8. Concentración correcta.

Estas ocho máximas guían al buscador entre las dos trampas: la de la


indulgencia extrema por un lado y el ascetismo extremo por el otro.
Algunos de los ocho merecen ser explorado con mayor profundidad.
CONCLUSIÓN

Buda ha sido, sin duda, uno de los maestros más grandes y sagaces de
todas las épocas. Investigo como nadie, en la mente humana, y lo hizo a
través de la indagación de su propia mente. Sus valiosísimas enseñanzas
siguen siendo tan aplicables hoy en día como lo fueran hace dos mil
quinientos años, cuando las impartió incansablemente a todo lo largo de la
cuenca del Ganges. Tras su iluminación definitiva, a la edad de treinta y
cinco años, el príncipe Siddharta Gotama, ya convertido en Buda
(perfectamente realizado), movido por infinita compasión hacia todos los
seres, emprende un ministerio que se prolongará a lo largo de cuarenta y
cinco años, formando una vasta y sólida comunidad (Sangha) de monjes que
propagarán la Doctrina (Dharma). Buda, Dharma y Sangha conforman las
tres joyas, o triple gema, que sirve de refugio al que sigue la senda.

Esta penetrante visión de Buda que siempre a estado presente tanto en


el mundo oriental como en el occidental, influenciando la creación de
escuelas y sectas e influenciando a escritores y grandes pensadores y
filósofos. Particularmente creo el estudio de la vida de Buda así como el
análisis y la practica de sus enseñanzas pueden se de utilidad para aquel que
se sienta atraído por sus principios y le pueden servir para llevar una vida
más feliz, basada en los preceptos budistas de amor , bondad y tolerancia,
conducta no violenta, y la teoría de que todas las cosas son relativas, junto
con una variedad de técnicas para calmar la mente, que servirán de fuente
para encontrar la tan anhelada paz interior.
Para concluir este estudio citamos dos preceptos del Buda esenciales:
“No creáis nada concediendo fe a la tradición, incluso aunque haya siglos
que muchas generaciones y en muchos lugares hallan creído en ello.
No creáis algo por el hecho que muchos hablen de ello y lo crean o
finjan creerlo.
No creáis fiándoos en la fe de los sabios de tiempos pasados.
No creáis en lo que vosotros mismos os imagináis pensando que dios
os inspira. No creáis algo porque os parezca suficiente la autoridad de
vuestros místicos o sacerdotes consejeros. Solo tras maduro examen creed en
aquellos halláis experimentado vosotros mismos y reconocido razonable y
conforme a vuestra conducta”.
“Sea lo que sea aquello que te decidas creer, así como si te decides a
no creer, entrégate a lo que escojas sin preocupaciones y sobre todo ten fe
profunda en lo que hallas elegido”.

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