El origen de estas pandillas está fuera de El Salvador
Estos migrantes llegaron mayoritariamente a la ciudad de Los Ángeles. En un ambiente hostil, los adolescentes de estas familias fueron los primeros en unirse para protegerse de otras pandillas urbanas. La mayoría se alistó en dos grupos: el conocido como Barrio 18, de orígenes mexicanos pero que aceptó a salvadoreños y la Mara Salvatrucha 13, de esencia puramente salvadoreña. Estos dos grupos, en un comienzo aliados, empezaron a aumentar su influencia en los barrios bajos de Los Ángeles hasta que en un momento se convirtieron en rivales. Las dos pandillas se caracterizaron por su extrema violencia. Su poder fue tal en California que la solución que Estados Unidos planteó fue la extradición masiva de estos pandilleros hacia El Salvador a mediados de la década de 1990. Se estima que unos 4.000 fueron arrestados y deportados. Una solución cortoplacista. Que a la larga traería consecuencias. Estos mareros llegaron a un país pobre, devastado por la guerra y con familias rotas. El caldo de cultivo perfecto para seguir creciendo. Estas maras se hicieron con el control en las calles y comenzaron a reclutar a miles de jóvenes provenientes de familias pobres, cuya única salida era unirse a estas organizaciones, que los formaban desde adolescentes. Desde un comienzo, se exige a sus miembros fidelidad absoluta a la mara y se los entrena para cometer asesinatos, violaciones, secuestros y extorsiones. La mayoría de ellos están marcados por todo el cuerpo con tatuajes de la mara a la que pertenecen…y la traición se paga con la muerte. Barrio 18 y Salvatrucha 13, dos pandillas marcadas por la extrema violencia La rivalidad entre Barrio 18 y la Mara Salvatrucha 13 fue creciendo hasta puntos insostenibles. Los asesinatos diarios se multiplicaron en El Salvador durante los 90. Estas organizaciones comenzaron a controlar territorio donde el Estado salvadoreño no estaba hasta el punto de tener presencia en el 94% de los casi 300 municipios que conforman El Salvador. Bajo la presidencia de Francisco Flores, entre 1999 y 2004 se empezó a recurrir a la táctica de “la mano dura”. Frenar violencia con más violencia. El Estado comenzó una campaña de detenciones masivas en las que también hubo asesinatos a mareros. Una política muy cuestionada que además terminó con la vida de cientos de civiles que fueron confundidos con pandilleros o simplemente se vieron en fuego cruzado y que, además, no sirvió para poner fin a las maras. De hecho, su poder aumentó desde las cárceles, donde pudieron reorganizarse con relativa tranquilidad, ya que normalmente tenían penales exclusivos para cada pandilla. Esta situación hizo que en 2012 el Gobierno buscara una tregua a cambio de beneficios carcelarios. Algo que fue muy impopular en la población a pesar de que los asesinatos se redujeron a la mitad entre ese año y 2014. Sin embargo, el final de la tregua en 2015convirtió a El Salvador en el país más peligroso del mundo, al alcanzarse la cifra de 105 homicidios por cada 100.000 habitantes. Una situación dramática que empujó a miles de salvadoreños a huir del país por miedo. Irónicamente, las maras que se formaron en los 80 en Estados Unidos y que fueron expulsadas por su violencia, generaron una crisis migratoria 30 años después que afectó de lleno a Estados Unidos. En la actualidad los miembros de las pandillas pueden identificarse a grandes rasgos, según su jerarquía o rango dentro del grupo: Los Palabreros: lideres o jefes de una pandilla o "clica" (subgrupo de una misma pandilla), llamados así por que su palabra (decisiones) esta por sobre la de cualquier otro miembro más. Activos: miembros activos del grupo ya fueron "brincados" (iniciados) a la pandilla, y se encargan de ejecutar los planes. Aunque dentro de los Activos pueden reconocerse dos grupos más los que no han ido a la cárcel y los que ya estuvieron presos. Únicamente los miembros Activos pueden tatuarse después de solicitar el permiso del palabrero, y en todo caso se le asignan otros dos miembros activos para que lo cuiden, tal como lo haría un guardaespaldas. Los que vacilan: constituyen el grupo más grande de cada pandilla estos no se han "brincado" (iniciado) dentro del grupo por lo que son recibidos, mas no reconocidos como miembro activo del grupo. En muchas ocasiones son hermanos, amigos, conocidos o familiares de un soldado. Inactivos: son aquellos que con el permiso del palabrero se retiran de la pandilla y de su accionar, estos no pueden volver a "vacilar" con los miembros pues serían considerados nuevamente como activos, pueden retirarse por motivos familiares, económicos y sobretodo de religión (aceptar la fe cristiana) en cuyo caso debe evidenciar el cambio que dice haber comenzado. Retirados: son aquellos miembros activos que sin permiso del palabrero se dejan de reunir con los demás miembros, se alejan sin avisar y finalmente tienden a desertar de su residencia, estando en la cárcel solicitan traslado a otro penal, estos son considerados enemigos y tienden a ser perseguidos y hasta asesinados. La principal actividad lucrativa de las pandillas es las extorsiones a negocios y familias adineradas, de cada actividad están obligados a mandar una cuota a los palabreros que están en cárceles, por lo general esta cuota es fija, aunque puede variar debido a que dentro de las prisiones estos también tienen actividades propias que les generan ganancias, tales como venta de drogas y extorsiones a otos internos. Igualmente la venta de droga esta en la actualidad generando un gran repunte en las actividades de las pandillas, aunque de esta parte se tocará más a fondo en el siguiente apartado de el futuro de las pandillas.