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INDICE DE CAPÍTULOS EN ESTE PDF


Sobre los Textos Ibéricos, de Mario Gómez-Morán

31ª- Capítulos ANEXOS; Sobre algunos "bronces" de hospitalidad: LECTURA DE LA "TESERA DE LOS
VETTONES". http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/08/blog-post_27.html
Página ..................................................................... 2
32ª- BRONCES DE "AMISTAD" EN FORMA DE AVE. Capítulo ANEXO sobre las teseras hospitalarias: Parte
segunda. http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/09/blog-post.html
Página ...................................................................... 8
33ª- TESERAS CON FORMA SIMILAR A UN OSO. Capítulo ANEXO: Sobre las teseras hospitalarias; parte
tercera (I). http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/10/blog-post.html
Página ..................................................................... 21
36ª- ORIGEN Y SIGNIFICADO DE LAS REPRESENTACIÓNES ZOOMORFAS CERCANAS AL "LOBO VACCEO".
Capítulo ANEXO: Sobre las teseras hospitalarias; parte tercera (II).
http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_4611.html
Página ..................................................................... 33
35ª- ORIGEN Y SIGNIFICADO DE LAS REPRESENTACIÓNES ZOOMORFAS CERCANAS AL "LOBO VACCEO".
Capítulo ANEXO: Sobre las teseras hospitalarias; parte tercera (III) -CONTINUACIÓN-.
http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_7.html
Página ..................................................................... 48
34ª- ORIGEN Y SIGNIFICADO DE LAS REPRESENTACIÓNES ZOOMORFAS CERCANAS AL "LOBO VACCEO".
Capítulo ANEXO: Sobre las teseras hospitalarias; parte tercera (IV) -CONTINUACIÓN-.
http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/10/origen-y-significado-de-las.html
Página ..................................................................... 61
37ª- Capítulo anexo: TEORÍA SOBRE EL SIGNIFICADO Y LECTURA DE LOS DADOS PRERROMANOS HALLADOS
EN LA MESETA. http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/11/blog-post.html
Página ..................................................................... 78
Capítulos ANEXOS; Sobre algunos "bronces" de hospitalidad:
LECTURA DE LA "TESERA DE LOS VETTONES".
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en SOBRE LOS TEXTOS IBÉRICOS DE MARIO GÓMEZ-MORÁN (27/08/2012)

Esta entrada es ajena al libro que venimos comentando (TEXTOS IBEROS, que más adelante
continuaremos resumiendo, analizando y ampliando). Trabajo del que antes de presentar y tratar
sobre otro de sus capítulos, haremos un inciso presentando nuestras ideas sobre las teseras iberas.
Para ello necesitaremos varios artículos con la intención de ir dando forma a un sistema de
traducción y comprensión del lenguaje (o idiomas) prerromano de la Península. En los presentes
artículos recogeremos algunas posibles interpretaciones de palabras inscritas sobre dichas teseras iberas
(de hospitalidad, ciudadanía o familia). Siendo nuestra intención un tanto diferente a la de Mario Gómez-
Morán, quien consideraba que para entender este idioma, había que lograr hacerlo a través de
traducciones en textos de gran extensión (con más de diez palabras). Yo, por mi parte prefiero
comenzar intentando la comprensión de los "escritos" iberos muy breves y de apenas vocablos
-máxime cinco-. Con el fin de que una vez traducidas -y confirmadas- un cierto número de palabras,
podamos llegar a tener un "semi-diccionario" ibérico que nos sirva como guía. Ya que para que un
idioma sea descubierto plenamente se precisa irremediablemente constituir un diccionario, tanto
como comprender su morfología (o gramática al menos de forma generalizada).

Comenzaremos por la epigrafía más fácil de analizar, que como hemos dicho son la llamadas
"teseras hospitalarias". Tomando estas inscripciones breves, de las que se sabe eran fórmulas de amistad
o unión entre conciudadanos. Pequeñas placas de bronce utilizadas como recordatorios de pactos y
"hospicium", con las que sin duda se señalaría principalmente a una gens -a la que se unía el interesado-,
o bien un lugar en el que se fijaba un lazo (figurando en ocasiones el nombre del "asociado" o del amigo).
Pese a ello, y con el fin de facilitar más las posibilidades de interpretación, hemos aglutinado nuestro
análisis de las teseras, escogiendo primeramente tan solo las de muy breve epigrafía. Estudios que
realizaremos en sucesivas entradas.

AL LADO: Toro-verraco hallado en las


proximidades de Augustóbriga (hoy Talavera la Vieja, cercana a Oropesa). Estas esculturas eran el totem
sagrado de los vettones, tribu o gens ibera que poblaba la zona comprendida entre Lusitania (cercanías
de la actual frontera de Portugal), el Tajo y el Duero. Teniendo frontera al Este y por el Sur, con los Titios y
Belos; que gobernaban la Carpetania (hoy área de Toledo-Guadalajara etc). Siendo fronterizos por el
Noreste con los Arevacos, que poblaban la actual Valladolid -y a los Vacceos, que habitaban del otro lado
del Duero y en zonas como la actual Palencia-. Limitando los vettones al Norte -al parecer- con el rio Miño y
tribus como los Astures. Su deidad más sagrada y representada en estas moles graníticas, era el toro-
verraco; lo que marca su enorme adoración hacia el bóvido y al cerdo salvajes (posiblemente al toro
bravo y al jabalí). Evidentemente este es el ancestro más cercano a los sistemas de ganadería
extremeños y mesetarios, basados en la cría del cerdo y del toro. Economía que todavía contiene un
profundo arraigo en esta zona vettona (Extremadura, Salamanca, Ávila, Zamora y una parte de
Valladolid-Palencia).
ABAJO: Reproducción pintada de la tesera en bronce con forma de torito (o más bien de
verraco), denominada de Arcóbriga (yacimiento que hoy se halla junto a Monreal de Ariza -Zaragoza-). Ha
sido estudiada por Gómez-Moreno (1) quien la interpreta y lee como W-E-T-TA- W-A-KA : KA-R(uo) .

TESERA DE ARCÓBRIGA (también llamada de Monreal de Ariza y de Huete):

Del tipo celtibérico es un bronce plano de apenas unos centímetros, que representa el totem de esas
tribus vettonas celtíberas; tratándose sin lugar a dudas de un verraco-toro muy semejante a los que se
hallan dispersos por todo el área del Duero al Tajo y de la Lusitania a Valladolid (en la zona de
dominación fundamentalmente de los mencionados vettones, aunque también entre algunas tierras vacceas
y arevacas). La transcripción más aproximada desde los signos que hoy se consideran como
definitivos en el alfabeto celtíbero sería (separando letras o fonemas según el valor de sus caracteres):

U - E - TI - TA - ¿? - A - KA :: KA - R.

La anterior lectura presenta como interrogante un problema fácil de ver, que consiste en que el signo
quinto (que tiene forma de una "o" con una "V" encima) carece de equivalencias en el alfabeto
celtíbero. Aunque si observamos bien este carácter podemos considerar que se trata de una "N"
celtíbera (que tiene diseño de "V") escrita sobre una zona del bronce que ha quedado horadada, o en
forma de "O". Por lo que su trasliteración final sería:

U - E - TI - TA - N - A - KA :: KA - R

Como hemos repetido, uno de los problemas al enfrentarnos al ibero es comprender que se trata en
parte de un idioma escrito en forma silábica. Lo que en primer lugar confiere varias lecturas a las voces
arriba recogidas; entre las que hay, podríamos destacar: UEDITANAKA; UEDITANAGA; UEDIDANAKA;
UETIDANAKA; UETIDANAGA; UETITANAJA; UEDITANAJA; UETIDANAJA etc. Por suparte, la segunda
palabra puede ser KAR, tanto como GAR o JAR.

Por ello, en mi opinión ante cualquier vocablo ibérico hemos de actuar tal como Ventris y Chadwik
resuelven el "Lineal B" (desde el micenio, considerando que es un griego arcaico y "deformado").
Aunque en el caso peninsular hemos de pensar que se trata de un idioma mediterráneo que ha de ser
similar a otros coetáneos, e igualmente evolucionado (o ciertamente distinto -quizás protoindoeuropeo y
ligado a las lenguas anatólicas-egeas del II milenio a.C.). De tal modo, considerando Ventris que el
"Lineal B" consistía en un griego muy arcaico y antiguo, lo primero que realizó fue un estudio de
posibilidades; tras ello y por deducción intuitiva creó un método con el que se pudo llegar a
comprender el idioma (lo que su seguidor -Chadwik- estudia y explica perfectamente). De tal modo
y aplicado ese tipo de lógica intuitiva, pudieron llegar a sus primeros hallazgos (un principio que
quizás traducido al problema ibero pudiera dar resultados). Para verlo, recordemos como cuando
Ventris se encuentra con la palabra escrita en "Lineal B", "A-PO-LI-SE"; cree que puede ser "Ha-
Polis" = "He Polis" = "la ciudad" (<). Introduciendo ese término "APOLISE" en un "diccionario" por
el cual cada vez que aparece en un texto, hemos de traducirlo con ese significado (la ciudad); llegando con
ello a descubrir el sistema de escritura y lengua minoicas.

De tal manera, aplicando la misma lógica, podemos llegar a la conclusión de que el totem que vemos
en la tesera es de la tribu de los Vettónes; de ello lo que quizás hubiéramos de leer es: UETTANAKA ::
KAR (en vez de UETITANAKA :: KAR). La explicación de tal lectura reside en que en silábico no puede
escribirse "UETTANAKA", ya que la "TE" es un fonema que va unido siempre a una vocal (en la forma
TA, TI, TU, TE, TO). Debido a ello y considerando que el medio más sencillo de inscribir esa doble "TT"
es considerarla como "TI-TA", su lectura puede ser perfectamente UETTANAKA. Lo que nos
concedería una transcripción cuyo significado une la tesera a los Vettones, algo que tendría plena lógica
debido al totem que representa. Siendo así su trasliteración VETTANA-KA : KAR.

Hemos llegado a entender que la tesera puede referirse a una hospitalidad o amistad con los
vettones, tribu celtíbera que se cita por casi la mayoría de las fuentes antiguas de esta manera:
Uettones (vettones), o bien Ouettones (del griego  (2) . Todo lo que explicaría la inscripción de
este nombre de gens ibérica en el dorso de un verraco-torito prerromano peninsular. Pese a ello, nos
enfrentaríamos después a su terminación en la forma "KA" final de la palabra "VETTANA-KA". Sufijo que
claramente en el indoeuropeo y en las formas ibéricas es un locativo. Algo que puede verse en los
nombres de ciudades o regiones prerromanas hispánicas, como Salmantica o Astúrica -e incluso en
Itálica- (3) . Acerca de este final "KA" como locativo, escribe -entre otros- Carlos Jordán que su significado
corresponde a la ciudad o lugar al que pertenecen (4). Por su parte el mismo autor junto a Beltran Lloris y
Simón Cornago nos dirá algo muy parecido al expresar textualmente que: "En cinco de ellas se repite el
vocablo kar determinado por un gentilicio (libiaka, uetitanaka, uirouiaka...) -sin duda un término técnico- y
en otras dos, kortika (5) . Todo ello indicaría que nuestra tesera en la que leemos "VETTANAKA" se
traduciría como: "Tierra de Vettones" -es decir, de la provincia o región Vettona-.

Por último, nos quedaría un problema más a plantearnos y este sería el de la existencia y aliteración de
la "i" que sobra en la palabra; pues tal como la vimos escrita en un principio esta ha de leerse
"VETITANAKA". De ello, hemos de pensar (tal como a veces sucede en las conclusiones de Ventris-
Chadwik) si aquella "i" sobrante no habrá de colocarse más adelante en el mismo vocablo. Es
decir, formando "VETTANIAKA"; palabra que suena aún a más ibera y en un locativo común a todos
los peninsulares (tales como hispánica, ibérica, Salmantica, Italica, Asturica etc). Siendo esta una
última hipótesis una idea a la que no damos mucha credibilidad, pese a necesitar exponerse no fuera que
en otras ocasiones nos sucediera algo similar (la existencia de una letra omitida que puede servir en el final
de la palabra).

SOBRE ESTAS LINEAS: Dibujo mio de la Tesera del Monte Cilda, en Olleros del Pisuerga. En ella
podemos leer claramente la ciudad a la que pertenecía, con su locativo final en "KA" (TURIASU-KA =
Tarazoníca = de Tarazona), seguido de la palabra "KAR" . Siendo casi igual en su inscripción a la
anterior de Monreal de Ariza, viéndose paralelamente exactas en su redacción y cambiando solo el
nombre del lugar, que en este caso es Turiaso en vez de Vettonia (además del detalle de su grafía, que
escribe con "C" lo que nosotros hemos transcrito del ibero con "k"). Esta tesera del Monte Cildá, fechada en
el siglo I a.C. y hallada en la zona cántabra de Velika o Villegia (junto a Aguilar de Campoo), ha sido objeto
de estudio por parte de Eduardo Peralta Labrador (COMPLUTIUM, 4, 1993; pags 223-226) ver cita (8).

.
FINAL: EL PROBLEMA DE "KAR" y su claro significado en teseras latinas (como la del Monte Cildá):

Por último y tratando ya sobre la segunda voz que aparece escrita en la epigrafía que estudiamos (que
puede leerse: "KAR", "CAR", "GAR" o "JAR"), se sabe por cuantas veces ha sido encontrada inscrita
sobre teseras, que ha de tener un significado unido a la hopitalidad, amistad o alianza -a la que hacen
referencia estas piezas de bronce-. Pese a ello, acerca de esta palabra "KAR" (GAR, CAR etc) se han
escrito infinidad de teorías, destacando entre aquellas las que consideran que se trata de un sufijo
relacionado con el protoindoeuropeo "Karu" y con el vocablo vasco "gar", cuyo significado es "llama". Por
considerarse que provendría de una voz que aparecería en la epigrafía ibera relacionada con cremaciones y
honras fúnebres. Pensando muchos autores que incluso este "Car" es el origen del nombre de Caronte,
barquero que lleva a los difuntos al más allá. Interpretando su etimoligía como "CAR + IUNTE" = "señor de
las llamas". Pese a la existencia de esta teoría, hemos de expresar que Caronte es un mito de origen
egipcio, tanto como su etimología que muchos entienden como "el que brilla" nacida de la voz helena "jaron"
(); no se refiere propiamente al fulgor del fuego sino de la gracia. Ya que "alegría", y "gracia" en griego
sí se dice "jare" (). De aquí que la palabra Caronte venga de AQUERONTE () que significa en
realidad el lugar "lugubre", "desgraciado", "triste", "sin alegria" (el infierno).

Por su parte, los autores que más nos parecen acertados en la traducción de este término KAR, son
los anteriormente mencionados; en concreto Carlos Jordán quien manifiesta que junto al profesor
Ballester considera que se trata de una palabra y no de una abreviatura. Afirmando que su
etimología hay que buscarla en la raiz indoeuropea "KAR", que podemos traducir por "amor",
"amistar" y de donde proceden voces como "cariño" o "caro" ("amigo" en latín =
"carus"). Traduciendo este epíteto por el de "querido", "aliado" o "amigo"; siendo así reconicido el portador
de una de estas teseras como asociado a una gens o ciudad (tal como en el bronce se especifica como
KAR=amigo). Demostrando su teoría entre las páginas 114 a 117 del estudio que antes hemos
mencionado (6) , siendo en parte cercanas a estas las ideas que se expresan en el que conjuntamente
escribe con Beltrán y Simón (7). Finalmente diremos que otros expertos como De Hoz, consideran que esta
voz "CAR" es abreviatura de un término indoeurpeo relacionado con la palabra "cauro" cuya traducción
sería "kauro" o "kortika karuo", que significaría: "Pacto de hospitalidad" (8) .

Debido a cuanto se ha expuesto, es más que evidente que la etimología de "GAR", "JAR" o
"KAR", como término ibero (que tanto se repite en las teseras) ha de ser un sinónimo o vocablo muy
cercano a Hospitalidad. Algo que muy acertadamente Jordán relaciona con la voz "amigo" en latín
("carus"), pero que no debiéramos dejar de considerar también procediera del latino "carmen", cuya
traducción -entre otras- es "inscripción legislativa" o "conjuro". Lo que puede traducirse por "pacto"
o "ley", "conflagración" u "oráculo de amistad". Siendo quizás aquella voz "KAR" la unión entre
"carmen" y "carus" que significaría "conjuro de amistad". Por su parte, si quisiéramos buscar sus
orígenes entre las lenguas indoeuropeas, veremos que esta voz parte desde los radicales "kar-ker",
en griego pronunciada como "kear" () y cuya traducción es "corazón". Vocablo del que surgen
estas palabras con relación al amor y al cariño siendo de una igual etimología esa última (9) .

Por su parte, la traducción desde el término heleno "KEAR" () que significaría "cardiaco" "del
corazón" y "amado", nos lleva hasta el vocablo griego "KARUX" () que se significa "heraldo",
"mensajero", "anunciador"; todo lo que nos da cuenta de qué pudo significar este "KAR" entre los
iberos. A ello se suma el hecho de que igualmente en euskera "KARDINAL" sea igualmente "cardiaco" y
"crucial" (cardinal), mientras "GUR" en vascuence significa "venerado", "adorado", tanto como
"GURA" se traduce por "querido", "amado". Por último, en hitita igualmente "KARDI" y "KIR"
significan "corazón y cardinal", siendo curioso como en este idioma la palabra "KUR" también se
entienda por "territorio". Todo lo que confiere y explica finalmente el probable valor del vocablo ibérico de
hospitalidad y amistad "KAR" (que ha de ser muy cercano al que el profesor Jordán manifiesta,
entendiéndolo por "querido" o "amigo"; aunque también pudo comprenderse como "venerado", "heraldo" e
incluso "ley y conjuro de amistad").
SOBRE ESTAS LINEAS: Los llamados "Toros de Guisando" junto a la venta juradera, en el Tiemblo, se
encuentran en el límite actual entre la provincia de Ávila y la de Madrid (a su lado podemos ver una persona
para proporcionar su tamaño). Totems celtibéricos de tierras vettonas, se fechan entre los siglos VI al
III a.C.. Su uso se discute, pensando que tenían un sentido mágico, probablemente como cuidadores
de la ciudad amurallada o las necrópolis iberas. En mi opinión su sentido hubo se estar también muy
vinculado al mundo actual de la tauromaquia, como animales totémicos y simbólicos de la guerra, la
masculinidad y el valor. Siendo estos verracos además deidades muy benéficas, ya que proporcinaban
el medio de vida: La carne que comían de los bueyes y de los cerdos que los vettones criaban (sin
precisarse muchos más alimentos para estar plenamente nutridos). Hoy en día igualmente estas tierras
de Zamora, Salamanca, Ávila y Extremadura, son lugares de la dehesa; donde pasta el cerdo ibérico
y los toros de lidia, en cercados próximos al ganado morucho; ganado porcino y de reses cuya carne se
consideran algunas de las mejores de toda la Península.

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CITAS:
(1): "Miscelaneas"; LXXXV, 311.

(2): Vettones, Uettones: así citados en Plinio el Viejo, Hist. Nat. III, 4, 19 entre arevacos y vacceos y en IV;, 34,112, que los situa bajo
el Duero. El mismo autor, op.cit. XXV, 46, 84; habla de ellos como descubridores de la planta vettónica. Por su parte Ptolomeo en la
Geografía (II, 5, 1-7) los cita como Uettones entre cuyas ciudades están Lancia, Salmántica; Augustóbriga, Ocelon etc. (transcrito del
griego .

(3): El sufijo "KA" ibero como locativo esta perfectamente estudiado y fundamentado en diversas fuentes. No tenemos que aludir
siquera al nombre de infinidad de ciudades o lugares prerromanos, bastando con recordar que aún en nuestra lengua -y como recuerdo
de aquella anterior-, la voz "ca" al final de palabra indica un genitivo de lugar. Consecuentemente a la tierra de Arevacos se diría
ArevaKA, lo que dió locativos hispanos múltiples tales como de Hispania, hispánica; de Italia, Itálica o de Iberia, ibérica. En el estudio,
continuamos explicando el motivo por el cual esta tesera que estudiamos hubiera de leerse como "VETTONIACA" (UETTONIAKA) en
lugar de VETTONAKA (UETTONAKA).

(4): Carlos Jordán Cólera; Acerca del Ablativo que aparece en las Teseras de Hospitalidad ibéricas (Paleohispánica 3), 2003,
pp 113-127. Menciona como Untermann establece determinados tipos de Teseras de Hospitalidad, entre las que se distinguen
aquellas que mencionan la ciudad y que van precedidas de la sílaba "KA" (pag 113-114), citando como ejemplos "SEKOBIRIKEA"
(Segóbriga-Saelices), "LIBIAKA" (Libia-Herramélluri), "UIRIUIAKA" (Briviescas) y esta misma de Arcóbriga, la que transcriben como
"UE(N)TANAKA" , en vez de "VETTANAKA" tal como creo personalmente que es.

(5): Acta Palaeohispanica X; Palaeohispanica 9 (2009), pp. 625-668 ; ActPal X = PalHisp 9 625 REVISIÓN Y BALANCE
DEL CORPVS DE TÉSERAS CELTIBÉRICAS por Francisco Beltrán Lloris; Carlos Jordán Cólera, Ignacio Simón Cornago (páginas
628 y 629)

(6): Carlos Jordán Cólera; Acerca del Ablativo que aparece en las Teseras de Hospitalidad ibéricas (Paleohispánica 3), 2003,
-páginas 114 a 117-.
(7): Sobre la interpretación de KAR, VER TAMBIÉN Acta Palaeohispanica X; Palaeohispanica 9 (2009), pp. 625-668 ; ActPal X =
PalHisp 9 625 REVISIÓN Y BALANCE DEL CORPVS DE TÉSERAS CELTIBÉRICAS por Francisco Beltrán Lloris; Carlos Jordán
Cólera, Ignacio Simón Cornago (páginas 644, 648)

(8): Dice textualmente


Eduardo Peralta Labrador (COMPLUTIUM, 4, 1993; pag. 224) "Pueden citarse una serie de téseras celtíberas que utilizan la misma
fórmula y abreviatura que la de Monte Cildá. Una de citas esta de Fuentes Claras (Teruel), en la que se menciona un pacto en el que
una de las partes es la ciudad celtíbera de Areitorata (Muro de Agreda, Soria): arekorotika karA. Su traducción sería «hospitalidad
Arekoratica, o de Arekorata». Otra tésera del área de Medinaceli (Soria) dice tunicaei kortonicum kar («hospitalidad de los Tuinicos y
Cortonicos »)’». La encontrada en Monreal de Ariza (Guadalajara) lleva la inscripción Vetitanaca Cor («Hospitalidad Vetitanaca»). En el
ejemplar de Cabezo de Griego (Cuenca) se lee libiaca gortica car", que De Hoz prefiere transcribir libiaka kortika har («pacto de
hospitalidadde Libia»), ciudad que hay que identificar con la Libia de los celtas berones de La Rioja. Cerca del territorio cántabro, en la
misma provincia de Palencia donde ha aparecido la tésera de Monte Cildá, tenemos otro ejemplar de la antigua Pallantia vaecea
(Palenzuela) en el que se documenta".

(9): Sobre este radical "KER", "KAR" ver: Vittore Pisani: CRESTOMAZIA INDOEUROPEA, Torino, 1974. Radical 275, pag.
147= kerd, krd, (cuore), cardium.

RECOMENDAMOS CONSULTAR BLOG ANEXO A ESTE: http://sobrelostextosibericos.blogspot.com.es/


BRONCES DE "AMISTAD" EN FORMA DE AVE. Capítulo
ANEXO sobre las teseras hospitalarias: Parte segunda.
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en SOBRE LOS TEXTOS IBÉRICOS DE MARIO GÓMEZ-MORÁN (10/09/2012)

Esta entrada es ajena al libro que venimos comentando (TEXTOS IBEROS, que más adelante continuaremos
resumiendo, analizando y ampliando). Por lo que antes de presentar un nuevo capítulo de aquel. haremos un inciso
más; hoy con la intención de ir dando forma a un sistema de traducción y comprensión del lenguaje (o idiomas)
prerromano de la Península. En el presente artículo recogemos unas posibles interpretaciones de algunas palabras
inscritas sobre teseras iberas (de hospitalidad, ciudadanía o familia). Siendo nuestra intención un tanto diferente a la
de Mario Gómez-Morán, quien consideraba que para interpretar este idioma, había que lograr hacerlo a través
de traducciones en textos de gran extensión (con más de diez palabras).

Yo, por mi parte, prefiero comenzar intentando comprender varios escritos iberos muy breves y de apenas
vocablos -máxime cinco-. Con el fin de que una vez entendidas -y confirmado- un cierto número de palabras,
podamos llegar a tener un "semi-diccionario" ibérico que nos sirva como guía. Ya que considero para entender un
idioma que se precisa irremediablemente comprender un determinado número de términos, tanto como su
morfología (o la gramática, al menos de forma generalizada). Comenzaremos por la epigrafía más fácil de analizar:
Las teseras hospitalarias. Tomando estas inscripciones breves, de las que se sabe eran fórmulas de amistad o unión
entre conciudadanos.

BAJO ESTAS LINEAS: Fotografía de la tesera de Palenzuela, fechada hacia el siglo II a.C. y hallada en la
necrópolis de esta población, pertenece al Museo Arqueológico de Palencia (al que agradecemos nos permita divulgar
su imágen). En la inscripción, sin duda alguna leemos U-I-R-O-U-I-A-KA :: KAR, considerándose que esta VIROVIA
se trata de la antigua Briviescas (1)

Como característica curiosa de esta pieza se encuentra su forma, considerada por todos los investigadores como una
paloma. Ave que sin duda alguna hasta no hace muchas décadas fue uno de los motores económicos de la zona,
habida cuenta que no solo proporcionaba su carne, sino que además producía uno de los mejores fertilizantes con
sus residuos. Por lo demás la paloma podía criarse sin apenas problemas en lugares sin acceso, permitiendo la
pervivencia de grupos cerrados en aldeas, zonas amuralladas, aisladas y castillos. Quienes almacenando grano
durante el verano y teniendo agua junto a palomares, no precisaban más para sobrevivir. Ello porque cerrando la
muralla y pese a estar asediados, subsistían durante meses perfectamente, comiendo estas aves que tan fácilmente se
crían por toda la Tierra de Campos. De lo que no es de extrañar que este fuera un totem o animal venerado en la
mencionada zona palentina, desde la más remota antigüedad.
1- SOBRE LAS TESERAS HOSPITALARIAS (algunos conceptos):

Comenzamos esta segunda entrada en la que trataremos sobre las teseras de hospitalidad ibéricas
recogiendo algunas ideas que aportan los profesores Francisco Beltrán Lloris, Carlos Jordán Cólera e
Ignacio Simón Cornago. Quienes escriben las siguientes palabras sobre esas piezas de bronce
prerromanas que se sabe usadas para firmar alianzas, crear lazos de amistad o pactos (privados o
públicos): "No resulta necesario insistir aquí en el origen romano de las téseras celtibéricas, pues es
bien sabido que el empleo de pequeños objetos inscritos de bronce como credencial de un pacto de
hospitalidad es un hábito exclusivamente romano. Los symbola griegos, que cumplían una función
semejante, eran según todos los indicios anepígrafos" (2) . De tal modo y tras exponer la raiz itálica de
aquella costumbre de firmar las alianzas por medio de un molde o placa broncíneo (o de otro
material), que tan solo se perdía o destruía, si era necesario romper el pacto. Explican como en Grecia
el mismo "trueque" de cariño o fidelidad se hacía por medio de objetos que carecían de escritura y que
aunque pudieran tener que ver con las teseras, propiamente no lo eran al no estar inscritas.

Por todo cuanto concluyen de forma literal que de estas: "El único precedente claro lo suministra
Etruria, en donde se conocen hasta el momento siete téseras de hospitalidad, pero realizadas en
marfil y datadas en los siglos VII-VI a.E. (...) lo que no permiten establecer una conexión directa con
las romanas, de las que ninguna es anterior al siglo III a.E. (...) Fuera de Italia, debe subrayarse que
en el conjunto del occidente mediterráneo este hábito sólo arraigó en las regiones célticas de
Hispania, (...) frente a las cuatro piezas conocidas en Italia, las hispanas son más de cuarenta: Siete
en latín, aunque varias de ellas de inequívoco ambiente indígena y el resto en lengua celtibérica" (3) .
Párrafo en el que comprendemos que esta arraigadísima costumbre celtibérica de firmar sus alianzas en
estos trozos fundidos de bronce, hubo de tener sus antedecendes en Roma y más concretamente nacería
seguramente tras la llegada de las tropas del Imperio a suelo peninsular.

Pese a todo ello y en mi opinión personal, quizás hubiera de pensarse que pudo ser una costumbre
adquirida por los iberos al trasladarse como mercenarios a los ejércitos extranjeros y más
concretamente a campañas en las que lucharon junto a los romanos. Algo que explicaría este
compromiso seguramente de lealtad inquebrantable y relacionado posiblemente con la
"devotio" (firmándolo a través de estas teseras, que de algún modo son indestructibles). Broches o
remaches que quizás lucieran sobre los petos aquellos guerreros iberos con fines de aviso y
protección; habida cuenta de que al encontrarse con "el amigo de un amigo", se establecería una unión
que les permitiera obtener ayuda, no pelear contra ellos, o bien hermanarse con quienes eran aliados del
lugar que la tesera propia marcaba. Pues al ver otros soldados esa placa luciendo el totem, la
inscripción o la marca de una ciudad o una gens común, no dañarían ni atacarían a su portador. Por
todo lo que las teseras hospitalarias podían ser de gran utilidad, en la guerra y en la paz al igual que en
tierra propia o ajena (e incluso en campañas extranjeras)

Es decir, que se pudiera partir de la base que estos broches de metal hospitalarios y su costumbre (o
necesidad) de portarlas, quizás nació por tres motivos:

a-. El primero y como hemos dicho, consistiría en la común dedicación de muchos de los equestres o
soldados iberos de enrolarse en ejércitos extranjeros (como mercenarios). Siendo allí de gran utilidad
llevar este tipo de "insignias", ya que cuando estamos en tierras extranjeras siempre han buscarse rápidos
amigos, grupos de referencia y modos de alianzas, para conseguir los apoyos que se no tienen al vivir entre
extraños.

b-. El segundo motivo, también lo hemos mencionado y se relacionaría con la "devotio", signo o rito
guerrero peninsular por el cual se juraba lealtad al jefe hasta las últimas consecuencias. De tal
manera, si el superior moría en batalla (o la ciudad sucumbía), el deber del que había contraido esta
obligación era autoinmolarse. Estructura y costumbre militar que se ha observado también en otros pueblos
de raigambre germana o indoeuropea, quienes la cumplian a rajatabla (al igual que los
celtiberos). Fidelidad jurada hasta la muerte que probablemente pudo originar las teseras como
marca de pactos de amistad con un carácter de hermanamiento absoluto. Lo que llevaría a su
"firma" a través de un pedazo de bronce (inscrito normalmente e idestructible). Un hecho que explicaría
por qué la mayoría de las teseras contienen nombres de ciudades o tribus, indicando seguramente
un pacto de unión en una devotio de amistad entre particulares o grupos, que seguramente
consideraría al aliado como un miembro de la familia (de la ciudad o de la tribu, lo que "certificaban" con la
mencionada insignia).

c-.El tercer motivo que pudo originar u obligar al uso estas placas de hospitalidad debió ser el sistema
de organizarse entre los iberos, que como sabemos era (y es) anárquico, individualista y autárquico.
Gentes cuya idiosincrasia era en cierto modo parecida a la de los españoles de hoy (incluido "un
servidor"), teniendo una forma de vivir muy aislada y sin admitir la intervención de ajenos en sus
grupos, lo que les llevaba a constituir sociedades individualistas. Debido a lo que les fue imposible
unirse conformando grandes "masas" de forma organizada, pese a tener un invasor y enemigo común.
Estando divididos siempre en tribus, zonas y ciudades, que actuaban de forma practicamente
independiente y que en cada caso y situación debían pactar unas con otras, para llegar a sobrevivir
o superar los problemas. Hecho este que por lo demás, ha provocado las numerosísimas invasiones que
desde sus comienzos ha tenido la Penísula Ibérica. Colonizada primero por fenicios, judíos y griegos, pero
después ocupada con las armas por cartagineses, romanos, godos y árabes. Todos ancestros nuestros,
aunque en ocasiones hubieron de ser también nuestro yugo. Modo con el que consiguieron dar una
estructura política y social compacta y plenamente organizada a lo que siempre se llamó Hispania -unidad
que tristemente parece los habitantes de esta Península no consiguieron nunca hacer por sí mismos-. De
ello, que debido a esta estructura individual en que cada familia era una gens y cada ciudad suponía
un estado, se precisaría de pactos continuos y de señas para perpetuar y manifestar esas
alianzas (algo para lo que servirían los múltiples bronces firmados y las teseras que estudiamos).

AL LADO Y BAJO ESTAS LINEAS: Denario de Sekaisa (Segeda) en


plata, acuñado tras la victoria romana sobre las tropas celtíberas (entre el 133 a.C. y César Augusto).
Junto a nosotros el anverso, que muestra el guerrero barbado con torques; abajo su reverso en el que
vemos el jinete luciendo la palma y decorado de forma bella (con el caballo enjaezado y lleno de
cascabeles). Esta moneda se impone en la Segeda vencida, después de la lucha mantenida durante
veinte años entre los latinos y los íberos de la Meseta. Periodo bélico denominado Gerra Celtíbera, que se
produce a raiz de la "sublevación" de aquella ciudad contra Roma, al ampliar sus murallas
unilateralmente el 154 a.C. (sin recibir el consentimiento del Senado para poder hacerlo).Todo ello
llevó a que los generales romanos enviaran más de treinta mil hombres para atacar la Segeda recién
amurallada, huyendo sus habitantes por toda la Meseta. Recibiendo fundamentalmente el apoyo de los
Arevacos, en su capital (Numancia) donde les abriero sus puertas para que se refugiaran. Lo que
provocó una guerra de dos décadas con Roma, que en el 133 a.C. vence a los numantinos quienes
habían resistido durante veinte años la lucha y hasta el asedio del mayor ejército de su época. Los rasgos
históricos descritos manifiestan por qué debió ser absolutamente necesario e imprescindible entre
los iberos, firmar pactos o alianzas entre tribus, ciudades y gentes. Habida cuenta que las urbes,
etnias o familias, actuaban de un modo tan individual e individualista que de no unirse con otros vecinos,
pronto hubieran sido exterminados (o invadidos). Siendo plenamente comprensible la aparición entonces de
los bronces y teseras, que tenían como función "firmar" o sellar los convenios de amistad y de lealtad.
Por cuanto hemos visto y explicado, comprendemos por qué era tan importante entre los habitantes
peninsulares prerromanos crear o portar estos bronces y teseras de hospitalidad y unión (al menos
desde que comenzó la ocupación cartaginesa, segunda de la romana). Lo que firmemente creemos se
debe a la independencia (hoy diríamos autonomía) de las urbes ibéricas, ya que cada una actuaba
como una ciudad-estado -por muy pequeña que fuera-. Tomando decisiones propias y sin tener muy en
cuenta siquiera al pueblo vecino -por muy cercano que estuviera-, sin miedo a enfrentarse a un invencible
enemigo; decidiendo su forma de vida libremente y contradiciendo de modo temerario a ejércitos como el
romano. Todo lo que obligaría a pactos, solidaridad y alianzas entre gentes y ciudades; pues cualquiera
podía ser enemigo. Máxime desde la llegada de los cartagineses en que ya estaban a merced de la
suerte, pudiendo el invasor -púnico o latino- en cualquier momento atacarles y acabar con ellos.

Lo que hemos explicado es un hecho tan cierto, como probado por la Historia que nos enseña cómo
al producirse un problema entre dos ciudades iberas, o bien entre una de ellas y Roma; los que se
veían perdidos pactaban con otras gens y urbes para que les admitieran en su territorio o se
sumaran a su causa. Ello es lo que sucede con Segeda, tal como en el pié de fotos anterior escribíamos.
Población antes llamada Sekaisa y que se corresponde hoy con el Belmonte junto a Calatayud, que en el
año 179 a.C. se había comprometido a pagar tributos a Roma, tanto como a no ampliar sus murallas. Pese
a lo que en el 154 a.C. decidieron aumentar las fortificaciones y concentrar en su ciudad a más gentes de
zonas cercanas. Meses después, el Senado itálico declaró la guerra a la ibera Sekaisa (Segeda) y su
población al verse ante un ejército de treinta mil hombres huyó de sus casas dirigiéndose a tierras arevacas.
Abriendo entonces sus puertas y admitiéndolos bajo su tutela principalmente los numantinos, lo que originó
las guerras Celtibéricas que duraron veinte años (hasta el mencionado asedio y caída de Numancia).

Hechos y situaciones como los anteriormente relatados creemos que "obligaron" o motivaron que
los iberos utilizasen estas placas de "identificación de amigos", conocidas científicamente como
"teseras de hspitalidad", de las que el profesor Francisco Beltrán Lloris nos dice: (...) "el predominio
abrumador de las ciudades en los epígrafes de las téseras celtibéricas me han servido para
desarrollar la hipótesis, planteada en varios trabajos (4) (...) de que la mayoría de estos documentos
-sin descartar la posible existencia de pactos interindividuales- acreditara la concesión de la
ciudadanía local a un individuo". Concluyendo este investigador que en gran parte la función que
debieron tener era la de otorgar la condición de ciudadano de una población a un ajeno a ella. Algo
que puede asemejarse al grado actual de "hijo predilecto", pero que en la época y caso que nos atañe
(plena de guerras e invasiones) habría que referirlo a una condición de "aliado militar", o "soldado amigo
de".

Por todo lo cual vemos que estas "insignias" de bronce debieron de ser utilizadas principalmente para
reconocerse como asociado -a una urbe y hasta a una liga de ellas-. De lo que muchas fueron hechas
para llevarse colgadas en la coraza o en las vestimentas, pudiendo lucirse así principalmente las que
tienen diseño plano y engarces (en forma de "chapas" que permiten penderse). Siendo quizás en ello
muy importante el hecho de la representación del totem o seña de identidad de la gens o de la urbe;
animalito o diseño que se observaría desde lejos si el soldado la colgaba de su coraza. Provocando que
ante su visión se abrieran los lazos de amistad o hermanamiento, tanto como obligaría a no atacar nunca a
un amigo de tu grupo (o de tus asociados).
Un segundo tipo de teseras lo constituirían aquellas que no se engarzan ni permiten colgarse; las
que aunque en mi opinión tendrían una función social muy similar a las anteriores, se intuye que eran más
"privadas". Conteniendo estas un valor más profundo e íntimo en su modo de expresar la alianza;
pues habrían de guardarse o llevarse en la mano (no exhibirse). Ello explicaría por qué guardan un
mayor carácter simbólico. Lo que nos atrevemos a afirmar al ver otras de un tercer tipo, que son
mucho más complejas y que sin ser zoomorfas ni poder colgarse, guardan unas lineas muy
abstractas -lo que hace pensar hasta en unas hospitalidades nacidas de gentes de una religión o filosofía
común-. Es lo que personalmente pienso pudo ocurrír con ciertas teseras geométricas y de formas
extrañas (como la de Ágreda). Bronces que quizás debiéramos considerar más referidos a personas de
una casta, de una élite o de un templo (común) y que incluso fueran individuos que guardaban unos
conocimientos parecidos, un mismo sentido de la estética, la mística o filosófía. Habida cuenta que entre
estas esculturitas de hospitalidad con formas abstractas, las hay que tienen un complejísimo diseño
que en nada se asemejan a las simplísimas que representan animales (comunmente también sencillas
en su epigrafía). Siendo muy por el contrario complicada y enrevesada la lectura de esas otras
teseras geométrias y de las que a veces no se sabe por dónde hay que empezar o cómo han de
hilvanarse sus palabras. -En posteriores entradas ya trataremos sobre estas pequeñas esculturas de
hospitalidad con diseño cercano al constructivismo y palabras en ibero; aunque ahora concierne pasar a
tratar sobre aquellas con forma de ave-.

AL LADO: Fotografía del llamado TERCER BRONCE BOTORRITA (hallado hace


unos veinte años en la antigua Conterbia Belaiska). En imagen tomada de la portada del libro
homónimo escrito por los profesores Francisco Beltran, de Hoz y Untermann (Universidad de
Zaragoza, 1996). Obra donde expertos analizaron por primera vez esta enorme pieza brocínea,
descubriendo que se trataba de una gran lista de nombres (antropónimos). Todo ello cuadra con las
hipótesis de los que pensamos que aquellas grandes inscripciones metálicas realizadas por los
celtíberos durante la época de romanización (siglos del III al I a.C.), eran en gran parte pactos entre
familias, reyes, ligas de ciudades y poblaciones. Lo que explica que paneles como este llamado
Botorrita III, contengan más de doscientos veinte nombres de personas (en opinión de F.Beltrán, 241 voces
que corresponden con onomástica en casos nominativos).

ABAJO: Página 192 del libro de Antonio Ma. Guadán, "LA MONEDA IBÉRICA", en que se recoge la
ceca de UIROUIAS (en edición de Cuadernos de Numismática; Madrid 1980; a los que agradecemos nos
permitan divulgar la imagen). Se corresponde esta urbe que acuño las monedas que vemos en la
publicación de Guadán, con Briviescas; citada por Claudio Ptolomeo y Plinio el Viejo como
VIROVESCAs (entre los Autrigones) (6) . Observemos que las leyendas de las monedas con el nombre
de la ciudad y la epigrafía conservada en la tesera de Palenzuela es casi exacto. De lo que se deduce
su perfecta identificación y correspondencia (así interpretada por casi todos los investigadores en iberismo).
Pese a ello, la tesera contiene una conjugación con el sufijo "KA" que como ya hemos visto es un locativo
ibero que se corresponde con el mismo muy parecido conservado en latín y en castellano. Sufijo que
antiguamente conformaban palabras como Salmantica, Astúrica o Itálica y que hoy se traducirían por "de
Salamanca, o salmántico", "de Asturias, o astúrico", "de Italia, o italico". Siendo su terminación en "A" a
nuestro juicio un nominativo, femenino del singular. Finalmente el nombre de la ciudad va seguido de
"KAR" término que ya dijimos significaba: "aliado", "querido", "amigo", o "pactante". Habiendo de
traducirse la tesera de Palenzuela por "Amigo, aliado de Briviescas".

2- TESERAS CON FORMA DE AVE:

Tres son las piezas iberas de este tipo que se han "descubierto" en nuestro territorio (al menos
siguiendo la documentación que manejamos), aunque hemos de entrecomillar "descubierto", porque una de
ellas y que se considera la número cuatro, se ha estimado recientemente que es falsa. Nos referimos a la
tesera de los fondos de la Academia de la Historia, con el diseño de una cabeza de buitre (o águila) y
que hasta hace pocos años se tuvo por una placa hospitalaria auténtica. Pese a ello, finalmente ha
quedado descartada considerándose una copia, conforme los análisis de estilo y el metalográfico han
puesto de manifiesto (7). Por lo que tan solo tres son las teseras aviformes prerromanas que hasta hoy
se conocen, siendo estas: La que denominsamos de los kortoneneses, la de Palenzuela y otra
descubierta recientemente que se denomina de Torrejoncillo del rey. Comenzaremos nuestro estudio
por la primera y seguiremos por la última citada, que nos llevará a obtener algunas conclusionas más sobre
la más conocida -la del Museo de Palencia y que recogíamos ya como primera foto (ver al comienzo de este
artículo)-.

A) LA TESERA DE LOS KORTONENESES:


Por su parte, la publicación PELENDONIA "Catalogo de inscripciones con mención de unidades
organizativas indígenas" cita con catálogo A-109 una tesera de plata, fechada entre los siglos II y I a.C.,
en forma de ave y escritura occidental ibera (colección particular). Pieza que ha sido estudiada
por Untermann quien la transcribe como "kortonikum tuinikukuei kar". Tristemente, no hemos podido dar
con imagen o dibujo alguno de esta figura, por lo que nos es imposible compararla o analizar los signos, y
de ello hemos de determinarlos tal como especifica Untermann (1990, 331, N.14) en las
voces: KORTONIKUM :: TUINIKUKUEI :: KAR. Pese a que Pellicer (1984 152, N.2) altera el oden de las
lineas, leyendo la segunda palabra como primera y "Kortonikum" en segundo lugar.

Sobre el análisis de voces, Untermann traduce "Kortonikum" como un genitivo del plural, debido a que la
terminación "KUM" ya la definió en 1967 por un nombre de "gens" escrito en plural. Conclusión que
este profesor planteó hace más de cuarenta años cuando tradujo la tesera de París (ver en nuestros
blogs, interpretación ampliada de esa pieza, desde de la mencionada de Untermann). Por lo
que afirma que KORTONI-KUM se refiere a "los de Kortono", topónimo mencionado también en la tesera
de Medinaceli (Untermann, 1997; 547-549 SIC obra que vamos citando). La segunda palabra la traduce
como un nombre de persona, acompañado del sufijo KUEI; es decir "Tuinikon"+ "kuei"; haciéndolo
derivar del antropónimo Tuino y de allí: TUINO-KUEI = Tuinikonkuiei (Untermann 1990; 361-362, N.14 e
idem arriba. SIC obra vamos citando). Finalmente el tercer vocablo KAR, ya ha quedado especificado en
nuestro vocabulario y anteriores citas, traduciéndose comunmente por: "Querido", "amigo",
"aliado", "hospitium" etc. Es decir, que la traducción sería: "Tuino, el :: Aliado :: de los Kortonos".

Evidentemente, no vamos a desdecir o contradecir a Untermann, ni a cuantos otros muchos expertos que
han estudiado la mencionada tesera; aunque quizás sí podemos dar otra visión o ampliación a su estudio
(tal como sucedió en el caso de la de París). De ello parece evidente que Kortonikum, se refiera a la
mencionada ciudad ibera de Kortona, aún sin localizar y cercana a Altos del Jalón. Lugar muy próximo
al que apareció el llamado bronce de Kortona y que en su texto menciona esta urbe prerromana que
muchos relacionan con su homónima etrusca. De la que por su parte Plinio el Viejo (Hist. Nat. III, 4, 28)
expresa que se halla en el término de Cesaraugusta, entre los cincinenses y los damanitanos. Siendo
indiscutible la interpretación de KORTONI-KUM, por "de los de Kortona" o "de los kortonenses".

La segunda palabra ya nos plantea más problemas, ya que "TUINIKUKUEI" no lo vemos como un
nombre unido a una terminación declinada, sino que su final "KUKUEI" personalmente me parece un
sufijo "de conjunción" o más bien un adverbio. Es decir, que se refiera al latino "QUO" o al "CUM",
significando algo similar a "cumque" (sobre todo) o bien a "CUM QUO" (por esto, unido) o "QUO
QUE" (y por lo cual). Voces que se relacionan con la griega "koie" ( ) cuyo significado es "cómo"
"de qué" -que Vittore Pissani en su Crestomazia Indoeuropéa da como término 375, exponiendo que sus
radicales son el sánscrito "KAS" (qué), y "KATI" (cuanto, el cual); que conformarían entre otros los vocablos
italianos: "CHI" y "CHE"-. Pero que en lenguas proto-indoeuropeas también podemos encontrar, como
es el caso del vascuence, que para expresar "qué", dice "ZER", tanto como "ZEINTZU" significa
"cuales". Voces todas muy relacionadas con las anteriores, tanto como con las hititas KA, KE, KI y KAN,
que se traducen por "esto", "con", "con eso" o "el cual"; viéndose comunmente "KOM-KE" con el
sentido de: "Por esto", "con el que", "por el cual".

De lo que consideramos que la terminaciòn de la mencionada segunda palabra sería su equivalente


hitita "KOM-KE" o mejor el latino "CUM QUO" (por esto unido); lo que conllevaría a que TUINI-
KUNKUIE debiera traducirse por "Tuini", "por esto unido". Por su parte, TUINI estaría cerca de los
temas en genitivo o bien en dativo (casos latinos), aunque en este caso lo consideramos más bien un verbo
que puede proceder del vocablo indoeuropeo TUEOR. Voz que da "TEUTATIS", y "TUTUNUS" o
"TUTINUS", que eran los dioses de la protección entre los celtas y los romanos (respectivamente).
Palabras que surgen del radical indoeuropeo y protoind. "TAIU", que generaría el verbo latino "TUITIO" =
"proteger", "defeder" y que al parecer proceden del sánscrito "TAUTI", cuyo signficado es "grande",
"fuerte", "poderoso". Términos que se relacionarían con el griego "tasso" o "tattoo" (), que
se tradude por "defender", "servir", "atacar". Pero que en lenguas indoeuropeas lo veríamos como
"ZAINDU", tal como en eukera se dice "vigilar", "guardar". Voces que con seguridad se pueden
considerar muy cerca de las hititas "TANINU" que significa "poner en orden", "defender", "fortalecer"; e
incluso con "ZAHIYA", que es: "Batallar", "pelear".

Por todo lo que la citada palabra ibera "TUINI" que analizamos en la tesera, la traducirìa como
"defensor", en un caso locativo con la normal terminación en "i". De ello que aquella junto a
"KUNKUIE" (formando TUINIKUNKUIE) creo pudiera interpretarse como "defensor, unido por esto
(a)", lo que en latín se acercaría a "TUITI CUM QUO" y en griego a "tattoo koie" ( ); en hitita a
"TANINU KOM KE" o en vascuence a "ZAINDU" "ZER" . Expresiones que significarían de algún modo
"el que protege (o defiende) por (unido por)".

De tal manera y por todo cuanto decimos, la traducción de esta tesera cuyo texto reza: KORTONIKUM ::
TUINIKUKUEI :: KAR. A mi modo de ver, pudiera ser: "DE LOS KORTONENESES :: (CON ESTO)
UNIDO Y DEFENSOR :: ALIADO"

B) LA TESERA DE TORREJONCILLO DEL REY (ver imágenes contiguas a estos párrafos):


Recientemente han dado a conocer esta pieza los profesores Xaverio Ballester y Max Turiel del Dpto.
Filología Clásica de la Facultad de Filología de Valencia. En un estudio publicado en 2011 (8) , al
parecer bajo la direcciòn o supervisión del famoso catedrático Almagro Gorbea (hijo y continuador de
la obra, ilustre maestro Almagro Basch). Trabajo que realizaron en común los investigadores
valencianos, descubriendo la tesera de bronce que Max Turiel localizó en colección privada no hace
muchos años. Comenzando su análisis explicando que se trata de una estatuilla de bronce que "mide unos
5 centímetros de longitud -de la cabeza del ave hasta abajo- y unos 3 centímetros de anchura". Para
continuar explicando sobre su procedencia que "al Prof. Martín Almagro-Gorbea las observaciones
tocantes a aspectos arqueológicos, históricos y tipológicos de la pieza estudiada y el habernos
confirmado su procedencia del municipio conquense de Torrejoncillo del Rey" (9) .
Tras ello pasan a describirla como columbiforme, expresando que claramente es muy similar a la
tesera de Palenzuela; indicando a su vez que puede relacionarse con la antes mencionada de la Real
Academia de la Historia (10) . Pese a ello, no de considerarse esa última observación, habida cuenta que
profesores como Jordán y Almagro ya certifican que la mencionada placa de la Academia con diseño de
un águila es falsa (clasificada como de aleación moderna y fabricada en épocas muy cercanas a las
nuestras) -ver cita (7) -. Tras ello -Ballester y Turiel- analizan la datación de la tesera de Torrejoncillo,
fechándola a comienzos del siglo I a.C.; conforme a su texto punteado y las conclusiones que se pueden
obtener a través de las comparaciones con estudios de Almagro Gorbea (11) . Terminado todo ello,
comienza un estudio lingüistico en lo que refiere a su forma de lectura, considerando cómo debieran
interpretarse sus caracteres, transcribiéndose SEKOBIRIKES, o bien de otras formas. Pues al tener la
tesera algunas dificultades (o desperfectos) que impiden concluir cuales son sus dos últimos términos, se
inclinan finalmente por la opción que da título a su trabajo, intitulado: "PROBABLE NUEVO TEXTO
CELTIBÉRICO CON SEGOBIRIGEA" (12) .

AL LADO: Dibujo de nuestra mano de la TESERA DE TORREJOINCILLO DEL


REY (tomado desde la foto que el prof. Max Turiel hizo a la pieza y de la prueba que en su estudio se
presenta con un boceto de M.ª Dolores Sánchez de Prado). Observemos su parecido con la palomita de
bronce de Palenzuela, tras lo que planteamos una reflexión acerca de estos totems iberos. Dado que la
primera se halló en Tierra de Campos, donde las palomas y los palomares eran fuente de ingresos y
eje de su cultura (basada en los castillos y fortalezas, que resistían los asedios gracias a estas aves de
facil cría). Pero la de Torrejoncillo del rey se encontró igualmente en una zona colombófila y junto a
una población denominada Palomares del Campo, en Cuenca (a muy pocos kilómetros de Segóbriga;
junto a Saelices). Todo lo que indica que ese ave era de gran utilidad y un totem para los habitantes
iberos de las zonas en las que se hallaron estas dos teseras.

ABAJO: Figuras de ánades o aves representadas esquematicamente en forma sobreimpresa y en un


vaso cerámico de mediados del siglo III a.C. hallado en Cauca (Coca-Segovia). Imagen tomada de
la revista VACCEA, 2011 (Num V. 2012 -pag 57- ed. Universidad de Valladolid); facilitada por el
profesor Carlos Sanz Mínguez al que mucho agradecemos nos permita divulgar la fotografía. En las
páginas 57 y 58 de la citada revista, expresa el profesor Juan Francisco Blanco García el simbolismo
celtibérico de ánades, córvidos, águilas y otras aves salvajes. Destacando los llamados "patos de
Simancas", cuyo diseño se acerca a estas palomas y es parecido a las teseras de Palenzuela o de
Torrejoncillo; que tanto se asemejan a los pájaros representados en cerámicas y broches de los
Vacceos y Arevacos.
Comprendido el significado totémico de estas aves entre los iberos, tanto como habiendo visto la
inscripción de la figurita de Torrejoncillo, correspondiente a la ciudad ibera que se situaba donde la actual
Saelices. Pasaremos a comparar los signos escritos sobre la paloma, con las formas en que el
nombre de la ciudad de Segóbriga se recogía en la numismática ibérica. Aunque hemos de exponer
que la tesera realmente tiene un problema, puesto que sus dos últimos caracteres no llegan a acertarse
del todo y parece que debe leerse: SH-E-KO-BI-R-I-KE-A. No vamos a entrar en si es "GEA" o bien
"CEA"; expresando tan solo que el silábico -del signo "KE"- en todos los valores iberos ha de leerse
gutural+vocal -advirtiendo que la "CE" forma una sílaba oclusiva dental (ZE=CE que pertenece a la familia
de la "de", o "te" y no es gutural)-. De lo cual este signo penúltimo que es como una "C" recta y abierta,
se puede leer: "JA,JE,JI,JO,JU", "KA;KE;KI;KO;KU" o "GA,GUE,GUI,GO,GU". Es decir: Shekobirijea,
Shekobirikea ó Shekobiroguea (indistintamente y sin pronunciar la "U" en el último caso). Pudiendo o
debiendo ser la primera "KO", una "JO" y más bien una "GO"; pareciendo concretamente la forma
"Shegobiriguea" la más idónea, dada la forma latina del topónimo "Segóbriga". Por lo demás, al ser
la primera letra ibérica una "SH" la forma final que elegimos es la expresada de "SHEGOBIRIGUEA".

A todo ello, hemos de unir el problema del silábico; una de las claves de Ventris y Chadwik, quienes
cuando observaron una sílaba reticente en el Lineal B pensaron que se puede tratar de un problema
en su imposibilidad de escritura en forma alfabética. Nos explicamos: Si partimos de la base que el
alfasilábico ibero solo tiene BA, BE, BI, BO, BU; nos daremos cuenta que es imposible escribir
SEGOBRIGA ya que siempre habríamos de intercalar una sílaba. Es decir, que bajo esta fórmula
ibera de inscribir podemos poner: SEGOBARIGA, SEGOBERIGA, SEGOBIRIGA, SEGOBORIGA o
SEGOBURIGA; pero nunca: SEGOBRIGA. Algo que se deriva de que la "B" suelta como letra no
existe. De lo que al leerse SHEGOBIRIGA, probablemente su verdadera pronunciación fuera
SHEGOBRIGA, declinada como SHEGOBROGUEA (sin el sonido de la "u", no confundir con
SHEGOBRIGÜEA).

Por su parte, la manera de escribir esta ciudad en la numismática ibérica es "SEKOBIRIKES" (o bien
corregida sería "Shegobirigues"), de lo que suponiendo que el último signo de la tesera de Torrejoncillo
sea una "A" (y no una "S") hay que considerar que se encuentra declinada. Declinación que sería igual
o muy parecida a la forma que guarda el nombre de Conterbia Belaiska en la Tesera de París. Siendo
ella KONTEBRIA BELAISKA, escrita como E-KONTEBI:AS / BELAISKAS. Lo que en mi diccionario
adjunto a este blog (morfología y terminaciones iberas) lo relaciono con las formas de Genitivo femenino de
la 1ª en griego (AS, ), al igual que con las latinas en genitivo del plural "ES" y "US (13) . Habiendo de ser
así: Nominativo = SHEGOBIRIGUE-A ; Genitivo = SHEGOBIRIGUE-S. Por lo que, tal como decimos: La
tesera de Torrejoncillo del rey estaría declinada en nominativo del singular, femenino.

AL LADO: Ampliacion del texto de la tesera de Torrejoncillo donde se


lee claramente "SH-E-GO-BI-R-I-GUE-A". Como decimos en el párrafo anterior, el penúltimo signo que es
como una "C" abierta ha de leerse "gutural+E". Es decir: "KE", "JE" o bien "GUE" (porque "CE" pertenece a
la serie silábica "dental + E"; es decir: "TE", "DE", "ZE"). Por su parte, la primera letra, que parece una "M",
es la "SH" grecoegea. Por lo que si desamos leer el nombre de esta ciudad en su forma más parecida
a la ortografía latina y tal como estaría escrito en la tesera, ha de ser: "SHEGOBIRIGUEA" (sin
pronunciar la U).

ABAJO: Denario de plata de Segóbriga, acuñado entre el 105 a.C. y época de Augusto. Reverso, jinete
con un pilum y en exergo leyenda comunmente leida como "SEKOBIRIKES". Observemos que sus
signos son iguales a la inscripción de la paloma de Torrejoncillo, aunque en esta puede que la última letra
fuera una "A". Ello supondría una declinación en genitivo "S" en la leyenda de la moneda, mientras la de la
tesera lo estaría en nominativo, con final "EA" (posiblemente igual a la terminación de otras ciudades como
BELAISKA - CONTERBIA).

C) LA TESERA DE PALENZUELA:

Llegamos por fin al último bronce de hospitalidad prerromano con forma de ave que hemos de analizar, que
es el hallado en la necrópolis de esa población palentina. Placa igualmente con forma de paloma y
estudiada y clasificada por distintos autores, repetidamente (14) . En su inscripción, sin duda alguna
dijimos que se lee: U-I-R-O-U-I-A-KA :: KAR. Considerándose que esta VIROVIA se trata de la
antigua Briviescas, tal como casi todos los expertos expresan -ver cita (1)-. Pese a ello, presenta un
problema como es el de su forma de redacción que algunos afirman es de "derecha a izquierda",
aunque si la observamos bien, veremos que se trata de una escritura en "espéculum" (es decir, a la
inversa o para ser impresa).

Por lo que decimos, sus signos aparecen invertidos como si aquel que hubiera cicelado esta tesera
quisiera usarla para imprimir esas marcas que dictan: UIROUIAKA::KAR (marcando la leyenda sobre
arcilla, cera, escayola u otro soporte). Algo que hemos de pensar debido a que esta epigrafía de caracteres
en "espejo" deja abierta esa posibilidad, ya que no es fácil crearla. Pues si nos encontrásemos con una
cerámica que tuviera escritura invertida, siempre cabe pensar que el artesano ha calcado confundido al
revés la inscripción, haciendo un estarcido (agujeros sobre un molde). Pero cuando vemos estos
signos sobre el dorso de la paloma de Palenzuela, ya cabe pensar que estas teseras se hicieran para
imprimir. Impronta que sería usada como un sello de añillo, por apretón sobre un molde de barro (cera o
escayola); y que quizás tenía como fin enviar con "ese pasaporte" a los que se dirigían hacia
"Briviescas". Es decir, que no es una idea peregrina considerar que esta leyenda que contiene la tesera
sirviera para crear "salvoconductos" de paso o entrada en Briviescas. De tal modo, si el bronce con la
paloma estuvo en propiedad de un templo (o gobernante), aquellos quizás tenían capacidad de envíar a sus
gentes con un molde de barro que certificara la procedencia de la persona, para poder comerciar, vivir,
refugiarse o simplemente, visitar Briviescas.

Finalmente y acerca de su inscripción, diremos que el nombre de la ciudad -VIROVIA- lo consideramos


declinado en Nominativo del plural femenino (ver cita 13, tanto como lo expresado
sobre SHEGOBIRIGUE-A). Mientras el "KAR" que le sucede indiscutiblemente significa "amigo",
"aliado", "querido" y etc. (sobre este vocablo ibero "KAR" ver en blog anexo su diccionario, tanto como lo
dicho entrada anterior a esta) (15) .
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: La misma tesera de Palenzuela dibujada
por nuestra mano y recogidos sus signos iberos en la forma que se posibilita su lectura. La inscripción es
sin duda alguna: U-I-R-O-U-I-A-KA :: KAR - (AMIGO DE VIROVIA) que trata de la antigua Briviescas; ver
cita (1)-. Contiene una característica muy llamativa como es el hecho de que está inscrita en
"espéculum" (de derecha a izquierda y con todos sus signos a la inversa), lo que creemos puede
significar que se usara para imprimir por apretón. Pudiendo haberse utilizado como un molde para
hacer improntas "a modo de sello", en las que se escribiera correctamente esa leyenda "VIROVIA:KAR"
(amigo de Briviescas). De tal modo, se puede hipotetiar que los ciudadanos de Palenzuela -o de otro
lugar ibero- comprarían o pedirian a un templo (o a gobernante) esas improntas de barro o escayola,
para poder viajar a esta urbe de Briviescas y entrar como amigos -con fines comerciales, de visita o
simplemente para asentarse y buscar refugio allí-.

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CITAS:
(1):
Así es como lo leen y citan la mayor parte de los investigadores. Últimamente de ese modo mencionada por Francisco Beltrán Lloris;
Carlos Jordán Cólera e Ignacio Simón Cornago en su estudio publicado en Acta Palaeohispanica X Palaeohispanica 9 (2009), pp. 625-
668 REVISIÓN Y BALANCE DEL CORPVS DE TÉSERAS CELTIBÉRICAS CITÁNDOLA CON LA NUMERACIÓN 10 [K.25.1]
LECTURA uirouiaka.kar (uidimus) debida a L. de Castro 1977. TESERA de: Palenzuela, provincia de Palencia

(2): REVISIÓN Y BALANCE DEL CORPVS DE TÉSERAS CELTIBÉRICAS en Acta Palaeohispanica X Palaeohispanica 9 (2009);
página 625; Francisco Beltrán Lloris; Carlos Jordán Cólera e Ignacio Simón Cornago.

(3): Idem. Opus cit. (2), página 626

(4): Aquí el profesor Beltrán cita sus trabajos presentados en "Epigrafía Ibérica"
(Beltrán 2001, 2003, 2004, e.p.).

(5): REVISIÓN Y BALANCE DEL CORPVS DE TÉSERAS CELTIBÉRICAS en Acta Palaeohispanica X Palaeohispanica 9 (2009);
Francisco Beltrán Lloris; Carlos Jordán Cólera e Ignacio Simón Cornago (pag 628)

(6): Plinio el Viejo, Hist. Nat. III, 4, 27 : "entre las diez tribus de los Autrigones, solo Trito y Viroviesca" . Ptolomeo, Geograf. II, 6,
52 cita: entre los autrigones: Uiróuesca.

(7): El profesor Almagro-Gorbea, sobre esta tesera falsificada que antaño dieron por auténtica escribe en su
estudio: PRECISIONES Y CORRECCIONES SOBRE ALGUNAS TÉSERAS CELTIBÉRICAS DE LA REAL ACADEMIA DE LA
HISTORIA (Martín Almagro-Gorbea); Epigrafía ibérica, 2007: "CP-6. Tésera de bronce en forma de cabeza de águila (Almagro-
Gorbea 2003, p. 398 y s., nº CP-6; Almagro-Gorbea et alii 2004, p. 407, nº F-4;

Ballester 2004: 274-275; Jordán 2004: 311) Tésera de bronce en forma de cabeza de águila fundida a la cera perdida con 9
signos trazados con puntos en dos líneas (figs. 1-2). Esta tésera es una falsificación moderna, y que está fundida con un
metal moderno, lo que obliga a rectificar su publicación inicial en la que se consideraba auténtica, lo que abunda en las dudas
que planteaba su lectura e interpretación".

(8): El referido estudio es el publicado por Lucentum intitulado: "


PROBABLE NUEVO TEXTO CELTIBÉRICO CON SEGoBIRIGeA"; Por XAVERIO BALLESTER y MAX TURIEL (LVCENTVM XXX,
2011, páginas 117-125).

(9): Op citada en (8) SIC, página 117; donde más adelante dicen textualmente: "
Según la información obtenida, la tésera procedería de una villa romana en Torrejoncillo del Rey, población situada en la comarca del
Campo, en la provincia de Cuenca. Torrejoncillo queda en línea recta a 10 km al este de Carrascosa del Campo y a unos 8 km al Norte
de Palomares del Campo,Segobriga, de la que Torrejoncillo del Rey queda a escasos 25 km Tésera de Torrejoncillo del Rey".

(10):
Sobre lo comentado explican textualmente en la obra citada pag 118 -ver (8)-: "tiene aspecto columbiforme, representando, sin
duda, un ave y ofreciendo similitud con otra pieza procedente de Palenzuela (Palencia) con inscripción sinistrorsa -id est, de derecha a
izquierda- rezando UIROUIACa CaR (K.25.1 en la catalogación de Untermann, 1997, 713-714). También la pieza aquí presentada se
puede relacionar con otra tésera en forma de ave–pierna de la Real Academia de la Historia (Almagro–Gorbea, 2003, 398–399, CP–
17), que documentaría el uso no excepcional de las téseras aviformes".

(11): Textualmente en misma obra (cita 8) pag 119; nos dicen que a través de su: "escritura celtibérica punteada, no latina, y su
proximidad a Segobriga (cf. Almagro–Gorbea, 2003, 209–
212, nº 103–104, 383–384 CP–3, 390–391 CP–9, etc.) permiten atribuirle una cronología a partir de fines del siglo II a.C., aunque con
más probabilidad ya en la primera mitad del siglo I a.C., quizá en el contexto histórico y cultural segobrigense comprendido entre las
guerras de Sertorio y las guerras civiles".

(12):
No deseando entrar en la polémica sobre su forma de lectura, simplemente nos limitaremos a recoger textualmente y de
forma resumida lo que acerca de ello dicen en diferentes párrafos de la obra citada (8):
"
Para la tésera tauriforme (K.0.3) En efecto, la misma e idéntica lectura SECoBiRICeA era ya la aceptada sin reservas por Untermann
(1997, 540–542; K.0.3) para una de las caras de una tésera también zoomórfica —tauriforme en concreto— conocida ya por Hübner
(1893, 174–175) pero de procedencia indeterminada (Hübner 1893, 174)" -op. cit 8; pag 120- .

"segobrigja], aunque, naturalmente, caben otras posibilidades, algunas ya señaladas por


diversos autores, cuales */segobrigeia/ (uide Wodtko, 2000, 328) o incluso una */segobrigaia/, sufijo que quizá podría estar también en
el LESTERAIA del título del tercer bronce de Botorrita (K.1.3), en MUCuUCaAIU (K.13.2), NEMAIOS (K.14.1 A), NEMAIOso (K.14,2),
seceEIOS (K.24.1), SICeIA (K.1.3 II–47), TRECAIAS (K.3.3 –3) o en el etnónimo de los vacceos (Plin. nat. 3,4,19)"
- op. cit (8), pag 121-.

"A favor de aquella misma lectura de SECoBiRICeA para la tésera tauriforme estaba también la aparición de un nada ambiguo
SECoBiRICeA ( ) en una lámina de plomo, donde la inequívoca forma < > para <Ce> aparecía como correspondiente al problemático
signo penúltimo de la citada tésera. La pieza de ignota procedencia y conocida mucho más recientemente -editada en 1994 por
Fletcher y Pérez- debería presumiblemente haber zanjado la cuestión a favor de una lectura SECoBiRICeA para la tésera; sin
embargo, sólo mantuvo su solución -podría decirse- en suspenso, ya que la pieza." -op. cit. (8) pag 121-.

(13):
Referente a ello, decimos en nuestro diccionario de terminaciones y morfología lo siguiente: ***_AS: Aparece en la cuarta y en la
quinta palabra de la Tesera de París (ver entradas 4-VIII del 12). Es terminación de la ciudad de KONTEBRIA BELAISKA, escrita como
E-KONTEBI:AS / BELAISKAS. La relaciono con las formas de Genitivo femenino de la 1ª en griego (AS as), al igual que con las
latinas en genitivo del plural "ES" y "US. -en el caso citado se traducirá por: "Aualo de (la) Contrebia Belaiska" (ver estas palabras)-.

(14): Entre otros, Untermann (K.25.1 en su catalogación, 1997, 713-714).

(15): Resumimos lo dicho sobre KAR a continuación, aunque recomendamos consultar blog anexo a este:
http://sobrelostextosibericos.blogspot.com.es/

****KAR (ibérico) en latín CAR. Voz que aparece de las dos formas, principalmente en teseras. Se entiende por ello que ha de
significar "amigo", "aliado" u otra palabra con el sentido de hospitalidad que estas teseras tenían. por cuantas veces ha sido
encontrada inscrita sobre teseras, que ha de tener un significado unido a la hopitalidad, amistad o alianza -a la que hacen
referencia estas piezas de bronce-. Pese a ello, acerca de esta palabra "KAR" (GAR, CAR etc) se han escrito infinidad de teorías,
destacando entre aquellas las que consideran que se trata de un sufijo relacionado con el protoindoeuropeo "Karu" y con el vocablo
vasco "gar", cuyo significado es "llama". Por considerarse que provendría de una voz que aparecería en la epigrafía ibera relacionada
con cremaciones y honras fúnebres. Pensando muchos autores que incluso este "Car" es el origen del nombre de Caronte, barquero
que lleva a los difuntos al más allá. Interoretando su etimoligía como "CAR + IUNTE" = "señor de las llamas". Pese a la existencia de
esta teoría, hemos de expresar que Caronte es un mito de origen egipcio, tanto como su etimología que muchos entienden como "el
que brilla" nacida de la voz helena "jaron" (); no se refiere propiamente al fulgor del fuego sino de la gracia. Ya que "alegría", y
"gracia" en griego sí se dice "jare" (). De aquí que la palabra Caronte venga de AQUERONTE ( ) que significa en realidad
el lugar "lugubre", "desgraciado", "triste", "sin alegria" (el infierno).

Por su parte, los autores que nos parecen más acertados en la traducción de este término KAR, son los anteriormente
mencionados; en concreto Carlos Jordán quien manifiesta que junto al profesor Ballester considera que se trata de una
palabra y no de una abreviatura. Afirmando que su etimología hay que buscarla en la raiz indoeuropea "KAR", que podemos
traducir por "amor", "amistar" y de donde proceden voces como "cariño" o "caro" ("amigo" en latín =
"carus"). Traduciendo este epíteto por el de "querido", "aliado" o "amigo"; siendo así reconocido el portador de una de estas teseras
como asociado a una gens o ciudad (tal como en el bronce se especifica como KAR=amigo). Otros expertos como De Hoz, consideran
que esta voz "CAR" es abreviatura de un término indoeurpeo relacionado con la palabra "cauro" cuya traducción sería "kauro" o
"kortika karuo", que significaría: "Pacto de hospitalidad" .

Debido a cuanto se ha expuesto, es más que evidente que la etimología de "GAR", "JAR" o "KAR", como término ibero (que
tanto se repite en las teseras) ha de ser un sinónimo o vocablo muy cercano a Hospitalidad. Algo que muy acertadamente Jordán
relaciona con la voz "amigo" en latín ("carus"), pero que no debiéramos dejar de considerar también procediera del latino
"carmen", cuya traducción -entre otras- es "inscripción legislativa" o "conjuro". Lo que puede traducirse por "pacto" o "ley",
"conflagración" u "oráculo de amistad". Siendo quizás aquella voz "KAR" la unión entre "carmen" y "carus" que significaría
"conjuro de amistad". Por su parte, si quisiéramos buscar sus orígenes entre las lenguas indoeuropeas, veremos que esta voz
parte desde los radicales "kar-ker", en griego pronunciada como "kear" () y cuya traducción es "corazón". Vocablo del que
surgen estas palabras con relación al amor y al cariño siendo de una igual etimología esa última .

De tal modo, la traducción desde el término heleno "KEAR" () que significaría "cardiaco" "del corazón" y "amado", nos lleva
hasta el vocablo griego "KARUX" () que se significa "heraldo", "mensajero", "anunciador"; todo lo que nos da cuenta de
qué pudo significar este "KAR" entre los iberos. A ello se suma el hecho de que igualmente en esukera "KARDINAL" sea
igualmente "cardiaco" y "crucial" (cardinal), mientras "GUR" en vascuence significa "venerado", "adorado", tanto como "GURA"
se traduce por "querido", "amado". Por último, en hitita igualmente "KARDI" y "KIR" significan "corazón y cardinal", siendo
curioso como en este idioma la palabra "KUR" también se entienda por "territorio". Todo lo que confiere y explica finalmente el
probable valor del vocablo ibérico de hospitalidad y amistad "KAR" (que ha de ser muy cercano al que el profesor Jordán manifiesta,
edntendiéndolo por "querido" o "amigo"; aunque también pudo comprenderse como "venerado", "heraldo" e incluso "ley y conjuro de
amistad").

Para terminar añadiremos que entre las téseras celtíberas que utilizan la misma fórmula y abreviatura CAR o KAR, está la de
Fuentes Claras (Teruel); otra del área de Medinaceli (Soria). Siendo casi igual a la de Monte Cildá, que hemos estudiado junto a la
de Monreal de Ariza (Guadalajara) en las entradas de días 28 y 29 de agosto, 2012. Que son muy parecida a la de Saelices -Cabezo
de Griego (Cuenca)- donde se lee "libiaca gortica car", urbe que se identifica con Herramélluri, llamada Libia en época ibérica. Cerca
del territorio cántabro y en la provincia de Palencia han aparecido algunos ejemplos más con este término KAR, destacando la llamada
a veces de Briviescas o "Biróbriga" donde se inscribe "Uirouiaka-KAR"; o la de "Olaunica" donde se lee: "OILAUNIKA-KAR". En
otros textos e inscripciones se halla también ese término, destacando su aparición en bronces como el Botorrita (I).
TESERAS CON FORMA SIMILAR A UN OSO. Capítulo ANEXO:
Sobre las teseras hospitalarias; parte tercera (I).
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en SOBRE LOS TEXTOS IBÉRICOS DE MARIO GÓMEZ-MORÁN (02/10/2012)

Antes de comenzar:

Esta entrada es ajena al libro que venimos comentando (TEXTOS IBEROS, que más adelante continuaremos
resumiendo, analizando y ampliando). Por lo que antes de presentar un nuevo capítulo de aquel. haremos un inciso
más; hoy con la intención de ir dando forma a un sistema de traducción y comprensión del lenguaje (o idiomas)
prerromano de la Península. En el presente artículo recogemos unas posibles interpretaciones de algunas palabras
inscritas sobre teseras iberas (de hospitalidad, ciudadanía o familia). Siendo nuestra intención un tanto diferente a la
de Mario Gómez-Morán, quien consideraba que para interpretar este idioma, había que lograr hacerlo a través
de traducciones en textos de gran extensión (con más de diez palabras).

Yo, por mi parte, prefiero comenzar intentando comprender varios escritos iberos muy breves y de apenas
vocablos -máxime cinco-. Con el fin de que una vez entendidas -y confirmado- un cierto número de palabras,
podamos llegar a tener un "semi-diccionario" ibérico que nos sirva como guía. Ya que considero para entender un
idioma que se precisa irremediablemente comprender un determinado numero de términos, tanto como su
morfología (o la gramática, al menos de forma generalizada). Comenzaremos por la epigrafía más fácil de analizar:
Las teseras hospitalarias. Tomando estas inscripciones breves, de las que se sabe eran fórmulas de amistad o unión
entre conciudadanos.

AL LADO: Parte frontal de la llamada Tesera de Libia, pieza de bronce de unos 4


ctms. y fechada entre los siglos II al I a.C. (perteneciente al fondo de antigüedades de la Real Academia
de la Historia, a la que agradecemos nos permita divulgar su imagen -N. inventario 92-). Como podemos
observar se trata de un osezno (considerado a veces como jabalí), en postura denominada por los
arqueólogos "cenital". Figuración y tipología escultórica que, veremos, contiene un sentido religioso
o simbólico; en la que se representa en cierta postura vista desde "el cielo" al animal (que sin lugar
a dudas debió ser el totem de la ciudad -o tribu ibera- que la crea).

ABAJO: Parte dorsal o interior de la misma tesera. Se observa en ella siete remaches (tres en el centro y
uno en cada pata), tanto como a un lado escrita a punzón, una leyenda que normalmente se interpreta
como "LIBIAKA" (referida a la ciudad ibérica de Libia, que por lo común es identificada con esta urbe de
los berones -actualmente Herramélluri-). Sobre el significado de esta inscripción y el de las
representaciones de animales en posición cenital, trataremos en la presente entrada.
La tesera que hoy estudiamos, fué primeramente analizada por Gómez-Moreno, posteriormente por
Antonio Tovar y más tarde entre otros por: Almagro Basch, Almagro Gorbea y Utermann (1) . Tal
como describe Almagro Gorbea, principalmente tomando datos de Almagro Basch (2), es de origen
desconocido, siendo adquirida a principios del siglo XX por la Academia de la Historia; pero ambos
profesores creen que probablemente proceda de la zona de Cuenca, cercana a Segóbriga. Su incierta
procedencia la anota ya Gómez-Moreno, destacando que tan solo puede saberse de ella que estaba en
1903 inventariada entre los fondos de la Real Academia de la Historia (3) . Por su parte, este autor junto a
Almagro Basch la clasificaron como una piel de jabalí (4); pese a que posteriormente se ha corregido,
considerándose que se trata de la figura de un oso.

En referencia a su inscripción, en opinión de los profesores Almagro (Basch y Gorbea) "LIBIAKA" pudo
referirse a una ciudad citada con este nombre en la Geografía de Ptolomeo y que la situa junto a
Segóbriga (cuya identificación es aún dudosa). De tal modo y observando Almagro Basch que su
leyenda es muy semejante a la que lleva la tesera de los Fosos de Bayona, procedente de Villas
Viejas (Cuenca). Ello le hace suponer que la ciudad que hay escrita en la tesera es la llamada
Libiana, que menciona Ptolomeo en la Geofrafía (2.6.57) (5) . Dando como segunda opción la posibilidad
de que fuera quizás Lezuza de la Mancha, urbe citada con el nombre antiguo de "Libisosana" en la
Historia Natural de Plinio (III; 25) (6) . Por lo demás, el resto de autores interpretan modernamente que
esta "LIBIAKA" se refiere a la Libia de los Berones, de la que tambien Plinio habla (III; 24) (7) y que fue
recogida en el Itinerario de Antonino (394.2) (8) . Identificación esta que fue hecha en primer lugar por
Antonio Tovar y seguida entre otros por Utermann (9) .

Pero tras analizar los pormenores de su inscripción y clasificación, creemos fundamental interpretar
la figura que en ella aparece. Este oso o cuadrúpedo similar al lobo-oso y que muchos han considerado
hasta una piel de jabalí. Para ello, en el siguiente epígrafe analizaremos las figuras zoomorfas similares a
este "osezno" y presentadas desde arriba; un objeto de estudio que han desarrollado profundamente Sanz
Mínguez y Romero Carnicero. Siendo este último profesor quien hace no mucho publicó una obra en la que
estudia y trata sobre estas representaciones de animales cuadrúpedos vistas en perspectiva cenital.

AL LADO: Pintada por nuestra mano, una de las primeras lecturas


que se observan en la tesera y que se interpreta comúnmente como L-I-BI-A-KA. Pese a ello,
observamos cómo hay alguna duda sobre sus signos tercero y cuarto, pareciendo estar muy claros los dos
primeros y el último (es decir L-I-?-?-KA).
ABAJO: Como se puede ver, si la leemos detenidamente hay problemas de comprensión por estar
grabados a punzón sus caracteres, existiendo una posible segunda interpretación de la tesera que se
acercaría a L-I-A-R-KA. Pareciendo evidente que el tercer signo no se sabe si es una "BI" o una
"A"; tanto como su cuarto y penúltimo, puede ser tanto una "A" como una "R". De ello que las
posibilidades de lectura sean: LIBIAKA o LIARKA. En nuestra opinión y como veremos, su interpretación
ha de ser correcta tal como la ven (LIBIA-KA), aunque existe la posibilidad de que al contener un signo
penúltimo y antes de la "KA final que lo mismo puede ser "A" como "R"; pudiera pensarse en uns
segunda lectura en bustrofedón, que en sentido contrario daría "KA-R".

Es decir: Primera interpretación LIBIAKA (de izquierda a derecha). Segunda lectura KAR - AIL (de
derecha a izquierda, considerando los signos 3º y 4º como una "A" y una "R",
respectivamente). Considerando que el termino "KAR" es el más representado en estas teseras, no es
hipótesis absurda ver que estos dos signos con doble lectura pueden intentar expresar dos formas de
interpretar la tesera. Por lo demás la aparición de epigrafía ibéica en sentido especular y en
bustrófedon es un hecho manifiesto (recuérdese el bronce de Luzaga), que consideramos tuvo su
origen en la necesidad de imprimir ciertos signos o leyendas -sobre cera, barro o escayola, a modo de
sello-. Veáse lo referente a ello escrito sobre aquella con forma de pájaro hallada en Torrejoncillo, de la que
tratábamos en nuestra entrada anterior y en la que observábamos que esta estaba redactada a manera de
especulum (como un sello).

SOBRE LAS REPRESENTACIONES ZOOMORFAS DESDE PLANO CENITAL, ENTRE LOS IBEROS

Fernando Romero Carnicero y Carlos Sanz Mínguez son los estudiosos más especializados -al menos
entre los que conocemos- en el tema que tratamos, y quienes han investigado durante años el
significado de los animales totémicos así representados entre los iberos. Ambos, profesores de la
Universidad de Valladolid y arqueólogos que dirigen la Fundación de Estudios Vacceos de Pintia
-Federico Wattenberg-; han elaborado multitud de trabajos compilando estas figuras zoomorfas, con
el fin (entre otros) de dar explicación a una extraña y preciosa representación de lobo-reptil que
aparece frecuentemente en yacimientos "pintianos". Un curiosísimo diseño, del que más tarde
trataremos y que consiste en un cánido (a veces simplificado en forma de lagarto) que saca la lengua y
muerde -o lame- una "torta". El análisis y orígenes de la simbología en esta preciosa figura aparecida
entre los vacceos y que abajo recogemos en imágenes, ha hecho que Sanz Mínguez y Romero
Carnicero, lleven años estudiando representaciones ibéricas de animales similares; consiguiendo
numerosos resultados.

Concretamente es el primero quien firma un extenso trabajo editado por ambos hace menos de dos años,
en el que se analizan y recogen con esmero cuantas representaciones se conocen -pinturas de alfar,
fíbulas, esculturitas, joyas o cerámicas- con diseños similares al que tratamos. Figurando un cuadrúpedo,
cánido o plantígrado, en posición de agachado o agazapado, parado y visto desde arriba -plano
cenital-. El nombre del mencionado libro es "LAS REPRESENTACIONES ZOOMORFAS EN
PERSPECTIVA CENITAL, UN ESTADO DE LACUESTIÓN" y su autor FERNANDO ROMERO
CARNICERO (10) . En esta obra, el arqueólogo de Pintia realiza un minucioso catálogo de cuantas piezas
ibéricas hay que contienen animales similares a estos que los vacceos pintaron o esculpieron en la forma de
una piel estirada (o animal agachado) sacando la lengua. Llegando a valiosas conclusiones, que a
continuación resumimos.
Pero antes de explicar o resumir lo que expresa sobre el valor y simbología de aquellas representaciones
zoomorfas, recogemos lo que en el mismo trabajo se expone acerca de la "tesera de Libia", de la que
venimos tratando. Ya que comienza esta obra practicamente analizando la mencionada tesera, sobre
la que escribe Romero Carnicero, que: "al margen de cuál fuere su significado, cuanto ahora nos
interesa es que la tésera debió de elaborarse en la Libia de los berones" (11). Dejando bien claro y sin
lugar a dudas la identificación de Tovar, Beltrán y Utermann, quienes consideran que se trataría de esta
ciudad que hoy es la preciosa población de Herramelluri (preciada por sus magníficos "caldos"...). Sobre
el significado de estos bronces de amistad hospitalaria donde se representan animales de esa
manera, expresa: "el presunto oso de la tésera de Libia, al igual que las figuras de otros animales
sobre los que se reflejan por escrito los pactos (...) tales como toros,caballos o aves, no están
presentes en las monedas, pero ello no significa necesariamente que no simbolicen a otros dioses
(...). Tal circunstancia resulta particularmente notoria, si se quiere, en el caso de las
representaciones zoomorfas en perspectiva cenital (...) en los más variados soportes y parecen
haber gozado de una larga tradición (12).

Observemos en el párrafo arriba recogido que dice "presunto oso", algo que ciertamente es lógico, puesto
que como vemos en las imágenes recogidas, no se puede saber claramente si se trata de un
plantígrado o de un cánido (viéndose al menos, por las proporciones y el diseño del bronce, que se
trataría quizás de un osezno). Por lo demás, considera claramente que estas teseras representan de
un diós animal, sobre el que añadimos es fácil pensar que entre los cántabros o berones (gentes
cercanas a la Cordillera Cantábrica) sería el oso y que quizás en la Meseta se sustituyera por la figura
un lobo -conforme a la fauna del lugar-. Tras el análisis de la tesera de los berones (LIBIAKA), prosigue el
estudio (13) con la comparación de estas figuras de animales representadas en los broches áureos de
piezas castreñas asturianas, entre las que se destaca las diademas de Moñes (de Piloña, Asturias, en el
museo des Antiquités Nationalesde Saint Germain-en-Laye y otra en el Instituto "Valencia de Don Juan",
Madrid). Citando a Marco, escribe Romero Carnicero que en su opinión, la escena de estos animales
vistos desde arriba rodeando a soldados, "simboliza la apoteosis guerrera, expresada mediante el rito
de tránsito al Más Allá a través de la vía acuática, y refleja la religiosidad de la comunidad indígena a
la que perteneció; una exégesis" (14).

De tal manera, vemos que para Romero Carnicero, estas figuras zoomorfas vistas desde un plano
cenital tendrían un origen o gran influencia celta; en cuya oconigrafía vemos multitud de animales
igualmente representados desde un pano superior. Esculturas, pinturas o joyas con cuadrúpedos, peces
y reptiles, que en el mundo céltico se relacionan fundamentalmente con el terreno de lo
iniciático. Expresando aquella fauna "cenital" de algún modo la unión del soldado a la tierra y a la
naturaleza; lo que interpreto desde el hecho cierto de que el comportamiento de muchos de aquellos
guerreros se relacionaba con el de ciertos animales o se servían de ellos para luchar. De tal manera,
a lo escrito por Romero Carnicero, nos atrevemos a añadir en opinión propia, que muy probablemente se
tratase de animales totémicos relacionados con la guerra. Todo ello a mi juicio se corresponedría
con formas de lucha o de defensa basadas en el amaestramiento de estas fieras y explicaría así parte
de la sacralización de esos animales. Cánidos y osos (fundamentalmente) que como el soldado son para
su grupo increíblemente útiles y benéficos, aunque con el enemigo se comportan de forma
despiadada y feroz.

AL LADO: Fíbula en bronce de El Castillo (La Laguna; SORIA; perteneciente


al Museo Numantino al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En esta observamos la figura
de una piel que bien pudiera ser de lobo o de jabalí, sobre las que más tarde trataremos siguiendo lo
que de ellas explican y han estudiado los profesores Sanz Mínguez y Romero Carnicero. Por nuestra
parte, consideramos que estos animales tienen un carácter totémico relacionado con sacrificios
iniciáticos de preparación o sublimación de la guerra o de la defensa. Totems que para el ejército y las
civilizacioes guerreras, sabemos eran fundamentales; ya que todos los grupos militares, desde la más
remota antigüedad elegían un animal como estandarte o ejemplo a seguir. Entre los totems de este
tipo más frecuentes siempre se hallan los de mayor fiereza: El león, entre las culturas del desierto; el
toro, para los habitantes las de la dehesa (como los vettones), el cerdo-jabalí entre las gentes de
llanura y el cánido-lobo o el oso, que suele ser el más apreciado para los guerreros de montaña.

En nuestra opinión, para tomar una especie animal como totem han de darse varias
condiciones; uniendo el "elegido" a sus características de fiera -o a su inteligencia y astucia- el hecho
de ser de enorme utilidad para la comunidad (que por ello lo ensalza o adora). Siendo fácil comprender
que el cerdo o el toro fueron la base de la economía doméstica de los vettones y por ende su
"dios". Nos podemos plantear por qué un lobo o cánido pudo ser adorado entre los Vacceos. La
respuesta la hallaríamos en que gracias a ellos quizás, esta tribu cerealista -cuya "capital" estaba en
Pintia-, conseguía defender sus cosechas. Siendo sencillo imaginar que basta con soltar perros cerca de
los terrenos sembrados o fomentar que los lobos bajen a comer en aquellas tierras de labor suyas; para
impedir el acceso a pastores, los robos de sus cosechas y frutos, las razzias y hasta que los enemigos y
ajenos incendiaran sus campos.

ABAJO: Tesera anágrafa llamada de Las Rabas (hallada no hace mucho en el Castro que lleva este
nombre sito en las cercanías Cervatos -Cantabria- y en popiedad del Museo Arqueológico de la zona al
que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Como podemos ver, el diseño de esta pieza es casi
exacto al de la tesera de Libia (en primeras imágenes), llegando a ser igual hasta los remaches que
tiene por debajo; debido a lo que debemos concluir que se trata de un mismo modelo, aunque en este
caso no se le grabó en el dorso una leyenda de gens o de ciudad. De tal manera y viendo que en la tesera
de Libia se inscribió el nombre de aquella urbe con un punzón y que fue grabado de forma muy
posterior a la fundición de la pieza -a molde-. Puede deducirse que se fabricaban figuritas de este tipo
en bronce, con el fin de vender o dar (a urbes, templos o tribus), quienes luego las usarían como
teseras, escribiendo en ellas su clave de hospitium. Un nombre de ciudad inscrito (a buril, por puntos o con
punzón), junto a unas palabras que indicaban que el portador de aquel bronce era hijo, aliado -o
amigo- de ese grupo que para recordarlo así lo hacían constar sobre la placa o figurilla broncínea -teseras
que consideramos una especie de "pasaporte", con el fin de poder viajar, comerciar, recibir
hospitalidad, aliarse y hasta de guerrear juntos; entre los muchos y anárquicos pueblos que
conformaban aquella amalgama de gentes denominadas iberas-.

Por su parte, nos llama muchísimo la atención que la pieza que vemos, se haya encontrado en
Cantabria y en plenos montes de su Cornisa, lo que indica claramente que el animal representado es el
totem del lugar. Un oso, que como decimos, era adorado fundamentalmente por los guerreros y
gentes de poder en las zonas de Asturias y Cantabria, desde los tiempos más remotos. Fiera contra la
que luchaban los nobles aún en época visigoda y que hasta no hace tanto fue objeto de una "maquia"
muy semejante a la del toro; lucha contra el oso que debiéramos denominar "arcto-maquia" (del
griego =oso). Pues al ser nuestro origen asturiano -por lado paterno-, hemos conocido de primera
mano múltiples leyendas de cazadores que hasta principios del siglo XX, en las montañas astures mataban
al plantígrado en la ceremonia de "el abrazo". Una caza consistente en poner los cuchillos con la
empuñadura sujetada sobre el pecho, esperarando que la fiera tome a la persona para ahogarla
apretando con sus garras. Momento ese en el que la bestia se clava a sí mismo las hojas afiladas, que
sujetadas por el cazador las hace entrar con toda fuerza sobre el del plantígrado, simplemente aguantando
la empuñadura contra su tórax; dado el terrible abrazo con el que el oso -dicen- que "estruja" a la víctima
para asfixiarla (en este larde se sabe murió el mismo Favila, rey godo).

No hace tanto, Xuanon de Cabañaquinta (amigo de aventuras del Marqués de Pidal), mataba aún osos de
esta forma; arte cinegético que mucho nos recuerda desde el punto iniciático al toreo. Tanto o más,
cuando el oso es entre las gentes de montaña lo mismo que el uro (toro salvaje) fue para las de los
bosques y los llanos. Significando de algún modo el demonio y el mal por su fiereza, pero a su vez
siendo deificado por sus virtudes similares a las del guerrero y por su utilidad. Al ser ambas especies
muy benéficas para el hombre: El toro (salvaje), por cuanto su carne y pieles eran valoradísimas; de ello
que se conservara libre y se cazara -siendo este uno de los orígenes claros de la tauromaquia-. Al igual
que el oso (pardo), como animal cuya grasa y piel eran muy apreciadas, tanto como se apreciaba
esta fiera por el hecho de que una vez amaestrado, servía para divertir, defender o acompañar al
guerrero. Por todo ello, creemos que la tesera de Las Rabas (que abajo vemos), además de
ser exactamente igual a la de Libia de los berones -indicando una fabricación en común-; se
corresponde con el totem-dios de los cántabros (quizás también adorado en la Libia -Herramelluri-).

Continuando con el significado de estas figuras y como decimos, en mi consideración particular aquellas
representaciones celtibéricas en las que hay escupidas o pintadas fieras, habríamos de relacionarlo
con totems religioso-militares. Ello explicaría la proliferación en la meseta de esculturas, joyas y
pinturas cerámicas en que aparecen lobos, como expresión de un Ares-Marte, dios de la guerra. O
bien el cánido con el que se sabe los ejércitos en la antigüedad se defendían; teniendo los soldados y
equestres realas de perros de presa -a veces de lobos- para enfrentarlos a las hordas enemigas (tanto
como para cazar en los montes). Un simbolismo y significado muy similar al que hubo de tener el oso, como
el dios de la fuerza y de la lucha en la montaña, pero que amaestrado servía al soldado para
defenderse y atacar ayudado de aquella bestia (quizás fundamentalmente guarecer a sus gentes,
soltando o atando al oso junto a la tienda de campaña y a las casas). Bajo este sentido totémico y militar
veo en mi personal opinión, la enorme importancia que ambos animales tuvieron entre los
celtíberos (de la Meseta y entre los pueblos celtas cantábricos), como expresión de la fiereza y de la
defensa. Hecho este que explicaría las sucesivas representaciones en el Norte de osos y en la zona
centros de lobos, que se representarían como un "dios zoomorfo" de similares carácterísticas en las de
joyas, fíbulas y sobre todo en las teseras (pieza esta última que indica claramente una unión simbólica
entre el animal y la ciudad o tribu que concedía la hospitalidad).

Decir que el totem de cada urbe o gens ibera que "acuñaba" una tesera, era ese animal que se
representa en aquella es efectivamente arriesgado. Ello, porque en una misma tribu o polis (conforme
su población y tamaño) pudo haber diferentes animales adorados y hasta cultos con deidades muy
distintos y distantes. Pero ello no quita para poder aseverar que al menos uno de los totems (animales
sagrados) de aquel grupo que emitió la tesera, ha de ser este que en ella representan. Algo que es
tanto como escribir que las figuras zoomorfas que aparecen aún hoy en los escudos de ciudades y
provincias españolas, son sus símbolos ancestrales o totémicos -a veces imaginarios y en otras reales
(como lo es el oso en Madrid)-. Lo que expresamos es algo históricamente cierto y que
arqueológicamente pudimos comprobar al interpretar la "tesera de Arcóbriga", en la que se
representaba un verraco o toro. De ello que en su dorso pudimos entender y traducir la inscrpción
como: "DE LOS VETTONES". Todo lo que cuadra arqueológicamente, habida cuenta que es
manifiestamante conocido que los totems de la tribu ibero vettona fueron los verracos y los
toros (cuyos ejemplos en granito aún pueblan las tierras que aquellos dominaban: Desde el Tajo al Duero y
desde Lusitania a las de Arevacos y Vacceos). -Para quienes deséen consultar nuestro artículo sobre esta
tesera VER: http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/08/blog-post_27.html -

Más adelante trataremos acerca el valor totémico de estas representaciones cenitales y de la posibles
utilidades que aquellos animales deificados tuvieron; tanto como de los motivos que pudieron deificar hasta
llegar a adorar a determinadas especies. Pero previamente hemos de terminar el resumen de la obra del
prof. Romero Carnicero, acerca las de figuras zoomorfas cenitales, que veníamos sintetizando. De tal
manera, el arqueólogo de Pintia, en su ya citado libro sigue exponiendo: "que tales figuras animales
debían de tener una significación específica para aquellos que sellaban el pacto (...) para el caso de
la pieza que nos ocupa se ha indicado que pudiera representar al animal sacrificado para
sancionarlo, cuya piel, siguiendo ritos ancestrales, quedaría como testimonio del mismo" (15).
Evidentemente y a mi juicio lo que nos aquí nos dice el profesor Romero Carnicero, supone la
consecución o celebración de una ceremonia de entrega de la tesera, que podemos imaginar muy
similar o común a las de todos los pueblos en la Antigüedad en estas ocasiones.

Ritos en los cuales se mataba a la bestia o víctima propiciatoria (en este caso un lobo u otro animal en
su efigie), cuya sangre se ofrecía normalmente entre los celtas a los dioses; tanto como su grasa y
huesos se entregaban en holocausto (bien enterrándolos y más comunmente quemándolos -en la forma de
pira funeraria-). Más tarde, la piel de la bestia inmolada se extendería y dejaría secar públicamente
-posiblemente con el fin de inscribir luego en ella el pacto firmado entre los concelebrantes-. Todo lo
que nos lleva a pensar que estas ceremonias de entrega de tesera pudieran celebrarse con el
sacrificio de una víctima sustitutoria; siendo el ofrecido normalmente animal (pero que pudo llegar a
ser un humano en el caso de pactos entre ciudades), con el fin de intercambiar en la vida que se
ofrecía, la del que se adoptaba como nuevo miembro del grupo ("hijo adoptivo" o aliado). Todo lo que
cuadraría con el carácter de aquellos bronces y con los rituales celtas y medirerráneos, en cuya mezcla y
síntesis convivieron los celtíberos.

Sigue su estudio de Romero Carnicero, tratando acerca de varias fíbulas que Sanz Míguez y él han
podido catalogar como muy semejantes -o casi iguales- a la "tesera de Libia". Broches de bronce con
esa forma de cuadrúpedo, que en su mayoría proceden de Soria o de Palencia, existiendo tres muy
similares en el Museo Arqueológico Nacional (de origen desconocido). Adornos que se corresponden
con "la clásica" representación celtibérica del animal (probablemente lobo), visto desde arriba; pero que en
algunos casos más bien pudieran ser verracos o jabalíes (16) . Ciertamente, este segundo tipo de figuras
de bronce creemos que tienen un significado más bien decorativo y apotropaico, en algo diferente a
las teseras. De lo que no es extraño que representaran otros animales (no los propiamente deificados o
totems del grupo), más bien como formas de ornamentación del guerrero, o del noble -en sus fíbulas,
alfileres y colgantes-.

AL LADO y ABAJO: Fíbulas celtíberas del tipo numantino con forma de


cuadrúpedo -dibujada por mi mano, o en foto trabajada en croma desde un modelo del Museo de
Numancia-. Este tipo de fíbula, muy semejante a la que arriba hemos visto (imagen en blanco y negro) son
bastante frecuentes en la Meseta -habiendo al menos nueve-; en opinión de Sanz Mínguez su diseño
esté relacionado con el de las teseras que hemos estudiado (la de Libia y la de Las Rabas).
Correspondiendo a la representación cenital del animal, que venimos analizando. Todo lo que indica
el carácter apotropaico y el valor religioso-social de este diseño por el cual se figura al totem visto desde
una posición superior (como si se tratare de una piel o de un animal vencido).

Obsérvese un detalle importante en estas fíbulas como son sus adornos circulares, con unas "esferas"
mayores y otras más pequeñas, a la vez que todas llevan otras circunferencias concéntricas en sí
mismas. Diseños que -con toda seguridad- hablan de un carácter planetario o apotropaico relacionado
con la Luna y el Sol (e incluso con Venus, al verse claramente tres "esferas"). Evidentemente la unión de
la luz con el lobo es indudable en la Antigüedad y ello haría considerar que el animal aquí figurado
fuera este, simbolizado entre los planetas. Puesto que es sabido como en todas las culturas ese cánido
se identifica con la Luna e incluso con la luminosidad y el brillo (por sus ojos e inteligencia). Tanto
que la voz latina "lupo" y más la griega "lyko" (), proceden desde radicales que significan "luz";
del griego antiguo "like" (), que se traduce por "radiante", del que derivan voces como las europeas
"light", "luz". Siendo en idioma heleno "likea" () la "piel de lobo", y el sobrenombre Apolo (como
símbolo solar) = "nacido del Sol" ó "Like-genes" ().

Pasa el libro que seguimos del prof. Romero Carnicero posteriormente a tratar de dos bellísimas piezas con
una misma figuración zoomorfa y cenital, encontradas no hace mucho en las excavaciones llevadas a cabo
por el instituto de estudios Vacceos -que dirige él junto a Sanz Míguez-. La primera de esta es el
llamado "Vaso de los lobos", pieza cerámica vaccea hallada en la antigua Rauda (Roa) y entre unos
muros que se denominan "la casa del sótano". La otra pieza vaccea en que aparece aquel lobo -o animal
con la lengua fuera visto desde plano cenital- es el pomo de puñal de la tumba 32 de Pintia. Que menciona
del siguiente modo: "Queremos referirnos a continuación a dos piezas debidamente documentadas en
esta ocasión y procedentes de sendos yacimientos vacceos bien conocidos: El pomo del puñal tipo
Monte Bernorio de la tumba 32 de la necrópolis de Las Ruedas de Pintia (Padilla de
Duero/Peñafiel,Valladolid) y el llamado "Vaso de los Lobos" recuperado en la "Casa del Sótano" de
Las Eras de San Blas en Roa (Burgos), la antigua Rauda" (16). Ambas (la empuñadura y el vaso
cerámico) son de una delicadeza extrema en su diseño, se relacionan plenamente con las figuras de
animales cenitales, tales como las que hemos visto en fíbulas o teseras (que hemos visto, también
se representan en joyas y pinturas cerámicas).

Sobre el significado de estas figuras y en referencia al puñal del la tumba 32 de Pintia, expresa Romero
Carnicero una interesantísima idea que deseamos tomar textualmente, escribiendo: "En cuanto a su
simbolismo, aporta una interpretación en clave dumeziliana, según la cual las tres funciones
indoeuropeas, la sagrada, la guerrera y la productiva, estarían representadas aquí -respectivamente-
por las figuras zoomorfas en perspectiva cenital. Los combates singulares y los animales
naturalistas; imágenes todas ellas que remiten, respectivamente una vez más, al mundo ctónico y
regenerador, al ideal agonístico ante la vida y la muerte, y a una exaltación del renacimiento y la
fertilidad, y que, en la medida en que se presentan en estrecha conexión, adquirirían carácter
escatológico y nos estarían hablando del tránsito al Más Allá, una idea acorde con el contexto
funerario en el que se recuperó la pieza, y quizá también de la heroización de su propietario, por más
que este hubiera podido encargarla" (18).

Esta larga cita, hemos querido recogerla textual y integramente, porque en ella se da claramente la idea
de lo que podían ser estas figuras de animalitos (sagrados), vistos desde una "perspectiva
superior". Siendo aquellos unos totems simbólicamente representados, que significarían la unión del
guerrero con la vida y con la muerte. Entendiendo a estos animales como signos del Mas Allá, del
valor, de los fenómenos naturales, del nacimiento y de la muerte, de la fertilidad, de la fuerza y de
todo cuanto esconden de misterioso las especies deificadas. Ello, como seres superiores que no se
atemorizan ante el dolor, que sobreviven a los fenómenos naturales, que defienden su territorio o a
sus crías y que no se pierden ni tienen problemas de subsistir o sobrevivir en el medio
natural. Tenidos en ocasiones por verdaderos mensajeros de los dioses y en otras como el mismo diós que
nos da su alimento y sus pieles, gracias al sacrificio propiciatorio (o a su caza).

Llegados aquí, y mientras estudiamos simplemente la traducción y el posible significado ritual o


totémico de las tesera de Las Rabas y de Libiaka, nos dimos cuenta que se ampliaba un nuevo
campo a analizar en todas estas figuras de animales. Ello en relación con su simbología y posibles
significados desde el punto de vista cultural y ritual celtibérico, algo que podría amplian en mucho
nuestros análisis sobre el mundo y los textos ibéricos. Lo que "nos surgió" habida cuenta la
profundidad con la que los profesores Sanz Mínguez, y Romero Carnicero han investigado el
tema, haciéndose indispensable ampliar el presente análisis (en referencia a las mencionadas teseras con
forma de "presunto oso"). Siguiendo sus pasos hicimos un estudio propio acerca del simbolismo de
estas figuras de animales o de pieles, con el fin de poder hallar realmente qué sentido y qué ritos
pueden esconderse detrás de estas formas de cánido o de plantígrado (incluso de verraco).

Análisis de las representaciones cenitales en el mundo celtibérico que dejaremos para una próxima
entrada (por la extensión que contiene). Limitándonos en esta a presentar las preciosas piezas en que
hemos basado el mencionado estudio, en el que intentemos lograr averiguar o saber qué significan estos
cuadrúpedos celtíberos representados desde arriba (y en posición agazapada). Tras ello, para terminar el
artículo de hoy, realizaremos una breve conclusión sobre la lectura de la curiosa tesera considerada
perteneciente a Libia de los Berones (Herramelluri).

AL LADO: Detalle del "Vaso de los lobos" de Roa (dibujo mío), donde se
representa un cánido sacando la lengua sobre "una torta" (o un objeto indeterminado). Esta pieza vaccea
que fué hallada no hace mucho por el Instituto de Estudios Vacceos de la Universidad de Valladolid
-Federico Watenberg-, es de una belleza enorme y en nuestra próxima entrada la presentaremos en
fotos con el fin de analizarla (por cortesía del mencionado instituto). En el dibujo que vemos, hecho
torpemente por nuestra mano, se puede apreciar bien la figura del "lobo", en su postura y situación
similar al "oso" representado en las teseras de Libia y de las Rabas. Como decimos, en nuestro
artículo siguiente ampliaremos conceptos sobre los posibles significados de estas representaciones.
ABAJO: También pintado de nuestra mano, detalle del mango de puñal denominado "pomo de tipo Monte
Bernorio, procedente de la tumba 32 de la necrópolis de Las Ruedas de Pintia". De fecha muy
cercana al anterior vaso (siglos III o primera mitad del II a.C.) fue hallado tan solo a unos kilómetros de
distancia de aquel; los que median entre las poblaciones de Padilla de Duero y Roa de Duero. Observemos
en este diseño el precioso dibujo que llevaba damasquinado en plata el mencionado mango de arma,
en el que vemos un cuadrúpedo muy similar al anterior lobo, pero que ya parece un lagarto o sierpe,
cuya lengua igualmente alcanza un objeto redondo. De todo ello y de su relación con las teseras que
tratamos, hablaremos en nuestra próxima entrada.

CONCLUSIÓN A LA LECTURA DE LA TESERA DE LIBIA-KA:

Decíamos al comienzo de este artículo que la mencionada leyenda de "LIBIAKA" pudo referirse a una
ciudad citada con este nombre en la Geografía de Ptolomeo y que la situa junto a Segóbriga
según Almagro Basch, identificación que da este profesor debido a que su leyenda es muy semejante a la
que lleva la tesera de los Fosos de Bayona, procedente de Villas Viejas (Cuenca). Ello le hace suponer
que la ciudad que hay escrita en la tesera es la llamada Libiana, que menciona Ptolomeo
en la Geofrafía (2.6.57) aunque hemos podido comprobar que lo que realmente escribe el geógrafo es
LIBANA ( junto a una Alaba sitas ambas en la actual Cuenca). Dando como segunda
opción el profesor Almagro Basch la posibilidad de que fuera quizás Lezuza de la Mancha, urbe
citada con el nombre antiguo de "Libisosana" en la Historia Natural de Plinio (III; 25). En lo que se refiere a
la mayoría y resto de investigadores, interpretan modernamente que esta "LIBIAKA" se refiere a la Libia
de los Berones, de la que también Plinio habla (III; 24) y que fue recogida en el Itinerario de Antonino
(394.2) (tal como expresamos en citas 7 y 8) . Identificación esta que fue hecha en primer lugar por
Antonio Tovar y seguida entre otros por Utermann.

Acerca de su lectura, el referido profesor Romero Carnicero nos dice textualmente: "en la que la referencia
a esta la Libia de los berones (Herramélluri, La Rioja), según asenso de la mayoría de los estudiosos
se efectúa a través de la forma toponímica adjetivada: Libiaka .A su lectura generalizada sobre
entendiendo la palabra kar, presente en otros ejemplares, concordante con el localicio como (tesera)
Libiaca o de Libia, ha venido a sumarse recientemente una nueva propuesta: (amistad) libiense,
cuya interpretación institucional no es otra que la de ser su portador un particular o un grupo
familiar muy probable-mente, disfrutaba de la amistad de Libia(Jordán, 2003: 113-115)".

A ello y sin animo de contrariar, querríamos añadir que tal como ya expusimos en varias entradas del
presente blog -y se halla en el vocabulario del anexo a este de "textos iberos"-; es unánime la
consideración de que la terminación "iaka" es común en muchísimos locativos ibéricos (Salmantica,
Astúrica y hasta Itálica). De lo que en sí mismo, creemos que LIBIAKA es el locativo correcto de
"Libia", ciudad berona; en un "tipo" de genitivo ibérico, cuyo sentido sería similar al de un artículo y
que quizás tuviera influencias latinas (de seguro indoeuropeas). De ello que gracias a este locativo
"iaka", "lo de Italia" sea aún en nuestros días dicho "italico/ca" o "lo de Asturias" como
"astúrico/ca"; por lo que "la de Libia" o "La Libia" se pudo escribir "LIBIA-KA".
.Pero tal como Romero Carnicero escribe, parece que escondido en esta leyenda se halla el término
"KAR", tan usado en todas las teseras y que considero -como casi todos los que estudiamos lengua
ibera- proviniente de similares voces indoeuropeas con un significado cercano a "querido", "amigo",
"del corazon", "amistad" (en latín "caro", griego "ker" etc; ver esta palabra en nuestro vocabulario).
Vocablo "KAR" que se lee si entendemos que los signos que la tesera presenta son "ambiguos" y
pudieran facilitar una segunda interpretación. Esta comenzando en bustrófedon por el final y
haciéndolo de manera inversa: Entonces veríamos que claramente puede observarse: LIBIAKA (de
derecha a izquierda) y KA-R-A-I-L (karail), en sentido contrario. Lo cual no deja de esconder la
posibilidad de esta voz KAR escondida en ella.

Por su parte y para finalizar diremos, que en cuanto a la localización de la mencionada LIBIAKA,
pudiéramos también presentar la hipótesis de otros topónimos iberos con iguales o similares
nombres. En primer lugar los Libienses, que cita Plinio (Hist. Nat. III, 24), junto a Pamplona y los de
Jaca ("iacetani, libienses, pompelonenses"). Así mismo, Pomponio Mela, señala al rio
Libica desembocando en cerca de las fronteras entre el pueblo astur y el cántabro (20) y en la ciudad que
denomina Adróbrica o Adóbrica; de la que escribe, salen al Cantábrico cuatro caudales (21) . Todo
ello, nos lleva otra hipótesis en la que pensáramos la tesera correspondiera a una población que
tomara o diera nombre de este rio LIBICA (que se supone uno de los que hoy desemboca en la actual ria
de Cariño). Tanto como no hay que olvidar a los anteriormente citados "libienses", mencionados por
Plinio junto a Pamplona y que bien pudieran ser "hermanos muy cercanos" o quienes dieron nombre
a la ciudad Libia, de los Berones. Ciudad esta última situada en Herramelluri y que hemos de considerar
como hipòtesis más probable.

AL LADO Y BAJO ESTAS LINEAS: De nuevo, la inscripción en la


tesera de Libiaka, repetida y en detalle con el fin de ver cómo sus caracteres son ciertamente
confusos. Pudiendo leerse o verse LIBIAKA- KAR ??.

PASA A UN ESTUDIO SOBRE EL LOBO Y SU ICONIGRAFÍA ENTRE LOS CELTAS EN RELACIÓN CON
EL CÁNIDO VACCEO DE PINTIA Y ROA. TRES ARTÍCULOS MÁS QUE COMIENZAN EN ESTE. Ver y
pulsar en linea azul (abajo) para completar lectura:

ORIGEN Y SIGNIFICADO DE LAS REPRESENTACIÓNES ZOOMORFAS CERCANAS AL "LOBO VACCEO".


Capítulo ANEXO: Sobre las teseras hospitalarias; parte tercera
(II). http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_4611.html
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CITAS:
(1): Gómez-Moreno, 1949 (pag 311, con el número 87); Antonio Tovar, 1948 (pag. 79); Almagro Basch 1982 (Pags. 197-
209); Utermann, 1997 (pags. 542-544); Almagro Gorbéa 2001 (N.Inv. 487).

(2): Almagro Gorbea; EPIGRAFÍA IBÉRICA, Madrid 2001 (487), tomando datos principalmente desde el estudio de Almagro Basch:
TRES TESERAS CELTIBERICAS DE BRONCE, DE LA REGIÓN DE SEGOBRIGA, SAELICES (Cuenca), Madrid, Ministerio de
Cultura, HOMENAJE A CONCHITA FERNANDEZ CHICARRO, 1982 (Pags. 197-209).

(3): Almagro Gorbea (Op. cit. 2001), afirma que su inventario sería de 1913; Almagro Bach (op. cit. 1982) manifienta que es el
Número 92 de 1903 -parece que es esta última la fecha de inscripción de la pieza, en los fondos de la Academia-.

(4): Sobre su clasificación como piel de oso o de jabalí; Fernando Romero Carnicero en su obra: LAS REPRESENTACIONES
ZOOMORFAS EN PERSPECTIVA CENITAL UN ESTADO DE LACUESTIÓN; Universidad de Valladolid (editan Fernando Romero
Carnicero / Carlos Sanz Mínguez) Valladolid /2010. (Página 470) Dice textualmente: " (Untermann, 1997:542-544, K.0.4), a la que,
siguiendo a Almagro (1984: 15-17, fig. 2, lám.II) y a partir de su identificación con "una piel y la cabeza de un oso algo estilizada",
vienen refiriéndose habitualmente las publicaciones posteriores como "tésera de bronce en forma de piel de oso extendida"―sin que
falten quienes, de acuerdo con la propuesta inicial de Gómez-Moreno (1949: 311, nº. 87), prefieran identificarla con la piel de un jabalí.
La figura, de bulto redondo en el anverso, tiene cabeza trape-zoidal, cuyo inicio señalan, a modo de collar, tres líneas, y presenta
lasorejas y el hocico bien marcados; las patas, curvas, muestran en sus ex-tremos series de tres líneas paralelas también."

(5): Nuevamante; Fernando Romero Carnicero en su obra: LAS REPRESENTACIONES ZOOMORFAS EN PERSPECTIVA
CENITAL UN ESTADO DE LACUESTIÓN; Universidad de Valladolid (editan Fernando Romero Carnicero / Carlos Sanz Mínguez)
Valladolid /2010. (Página 475) Dice textualmente referido a estos hechos: "otra tésera análoga, emitida asimismo por Libia , en la
que se lee: libika kortika : kar amistad ¿pública? libiense (Jordán, 2003: 115), procedente, al parecer, del oppidum de Fosos de Bayona
(Villas Viejas, Huete, Cuenca), la antigua Contrebia Carbica, y asimismo conservada en la Real Academia de la Historia (Almagro-
Gorbea, 2003: 209-211;Almagro-Gorbea et alii, 2004: 307-308; ambos con la lectura generali-zada: tésera de hospitalidad libiaca o de
Libia ),presenta forma de toro." Por nuestra parte hemos podido ver que en la cita de Ptolomeo se dice LIBANA (); (2, 6,
57).

(6): Almagro Basch: TRES TESERAS CELTIBERICAS DE BRONCE, DE LA REGIÓN DE SEGOBRIGA, SAELICES (Cuenca),
Madrid, Ministerio de Cultura, HOMENAJE A CONCHITA FERNANDEZ CHICARRO, 1982 (Pag. 207).

(7): Plinio; Historia Natural III, 3, 24:

"Caesaraugusta, colonia inmunis amne Hibero adfusa ubi oppidum antea vocabatur Salduba, regionis Edetaniae, recipit populos LV; ex
his civium Romanorum Bilbitanos, Celsenses ex colonia, Calagurritanos qui Nascici cognominantur, llerdenses surdaonum gentis, iuxta
quos Sicoris fluvius, Oscenses regionis Suessetaniae, Turiassonenses; Latinorum veterum Cascantenses, Ergavicenses,
Graccuritanos, Leonicenses, Osidercenses;. Foederatos Tarracenses; stipendiarios Arcobrigenses, Andelonenses, Aracelitanos,
Bursaonenses, Calagurritanos qui Fibularenses cognominantur complutenses, Carenses, Cincienses, Cortonenses, Damanitanos,
lspallenses, lluberitanos, lacetanos, Libienses, Pompelonenses, Segienses". Como vemos, cita los LIBIENSES

(8): Itinerario de Antonino: Italia in Hispanias (387,4-395,4): 393,1 Calagorra m.p. XXVIIII ; 393,2 Vereia m.p. XXVIII ; 394,1
Tritio m.p. XVIII ; 394,2 Lybia m.p. XVIII ; 394,3 Segesamunclo m.p. VII

(9): Antonio Tovar (1948: 79-80) y Untermann (Untermann 1997: 542, n.º K.0.4.) .0

(10): LAS REPRESENTACIONES ZOOMORFAS EN PERSPECTIVA CENITAL UN ESTADO DE LACUESTIÓN; FERNANDO


ROMERO CARNICERO Universidad de Valladolid (editan Fernando Romero Carnicero / Carlos Sanz Mínguez) Valladolid /2010.

(11): Lo que escribe en Op. Cit (10) página 477, Romero Carnicero es textualmente: "al margen de cuál fuere su significado, cuanto
ahora nos interesa es que la tésera debió de elaborarse en la Libia de los berones; un grupo étnico al que Estrabón (III, 4, 12) se
refiere como celta, diferenciándolo claramente de los celtíberos, con los que, en cualquier caso, guardó estrechas afinidades, entre las
que merecen citarse aquí la escritura paleohispánica y las acuñaciones monetales (Beltrán, F.,2004: 112)".

(12): La cita completa es en Op. Cit. (10) pag. 476: Es cierto que el presunto oso de la tésera de Libia, al igual que lasfiguras de otros
animales sobre los que se reflejan por escrito los pactos, bien es verdad que en número igualmente reducido, tales como
toros,caballos o aves, no están presentes en las monedas, pero ello no signi-fica necesariamente que no simbolicen a otros dioses
(Abascal, 2002:29). Tal circunstancia resulta particularmente notoria, si se quiere, en elcaso de las representaciones zoomorfas en
perspectiva cenital, puesestas, de la misma manera que se ha señalado en relación con las de ja- balíes, muestran una amplia,
aunque relativa, dispersión geográfica, se presentan en los más variados soportes y parecen haber gozado de unalarga tradición".
(13): Para cuantos deseen consultarlo, el mencionado libro está liberado en la Red con el link de Academia EDU: http://uva-
es.academia.edu/FernandoRomeroCarnicero/Papers/1235166/Las_representaciones_zoomorfas_en_perspectiva_cenital._Un_estado_
de_la_cuestion

(14): OP. CIT. (10), pag. 473 la cita completa es: "interpretación del discurso narrativo de la escena (Marco, 1994b), que, en su
opinión,simboliza la apoteosis guerrera, expresada mediante el rito de tránsito al Más Allá a través de la vía acuática y refleja la
religiosidad de la comunidad indígena a la que perteneció; una exégesis"

(15): OP. CIT. (10), pag. 471 dice textualmente: "Si se ha apuntado que tales figuras animales debían de tener una significación
específica para aquellos que sellaban el pacto (Beltrán, F., 2001: 55) y propuesto diversas interpretaciones al respecto (un resumen de
las mismas en Balbín,2006: 136), para el caso de la pieza que nos ocupa se ha indicado que pu-diera representar al animal sacrificado
para sancionarlo, cuya piel, siguiendo ritos ancestrales, quedaría como testimonio del mismo(Almagro-Gorbea, 2001 y 2003: 218-
219;Almagro-Gorbea)."

(16): Citando a Sanz Mínguez escribe en Op. Cit (10) pag . 478 : "Nos centraremos en segundo lugar en un grupo de fíbulas de
bronce, de dispar procedencia, en el que, pese a la indudable uniformidad formal que ofrecen entre sí las distintas piezas, quisimos
advertir ensu día tres variantes distintas (Romero y Sanz Mínguez, 1992: 458-459,fig. 2-12 a 18, con las referencias bibliográficas
correspondientes). Incluíamos en la primera tres ejemplares, que guardan un cierto parecido con la tésera que acabamos de comentar
y que muestran cuerpo alargado, patas arqueadas dirigidas hacia adelante y rabo; dos de ellas, decoradas con círculos concéntricos,
proceden de Numancia y se custodianen el Museo Numantino de Soria (Fig. 5), de la tercera, conservada enel Museo Arqueológico
Nacional (Fig. 6), desconocemos la procedencia esta, y la que comentaremos a continuación, pudieran proceder delas necrópolis de
Palencia (Álvarez-Ossorio, 1941: 161) y aun ser una deellas el colgante palentino, con idéntico motivo, mencionado por Tara-cena
(1947: 91). Tres son también las adscritas a la segunda variante:la primera de ellas, de origen desconocido, se encuentra en el
MuseoArqueológico Nacional (Fig. 7-a)".

(17): Op, cit (10), pag.481

(18): Op, cit (10), pag. 484

(19): Op, cit (10), pag. 474

(20): POMPONIO MELA, Cor, III, 14-15

(21): ESPAÑA EPIGRÁFICA dice al respecto: "ciudad del convento lucense citada por Mela, Chor. III.1 (podría ser otra, e incluso una
ciudad desconocida), que pertenecería a la tribu de los Adovi lucenses (Plin., NH 111), como en el caso de los Coelerni" . Identificada
con la actual ria y población de Cariño.
ORIGEN Y SIGNIFICADO DE LAS REPRESENTACIÓNES
ZOOMORFAS CERCANAS AL "LOBO VACCEO". Capítulo
ANEXO: Sobre las teseras hospitalarias; parte tercera (II).
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en SOBRE LOS TEXTOS IBÉRICOS DE MARIO GÓMEZ-MORÁN (07/10/2012)

ATENCIÓN: Esta entrada es continuación de una anterior, siendo imprescindible la lectura de aquella que le
precede (de la que damos link) para una comprensión plena de la presente.

http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/10/blog-post.html

SIENDO LA QUE REFERIMOS EL COMIENZO Y DONDE SE TRATA DE:


TESERAS CON FORMA SIMILAR A UN OSO. Capítulo ANEXO: Sobre las teseras hospitalarias; parte tercera (I).
El estudio que sigue esta primera entrada y aquí empieza, consta de tres artículos concatenados
(uno bajo otro).

ANTES DE COMEZAR: AGRADECEMOS AL INSTITUTO DE ESTUDIOS VACCEOS (Federico


Wattenberg, y con sede en la Universidad de Valladolid), NOS PERMITA DIFUNDIR LAS IMÁGENES QUE
LES PERTENECEN TANTO COMO NOS PERMITA LA DIFUSIÓN Y ESTUDIO DE PIEZAS DE SU
PROPIEDAD (en particular algunas fotos que hemos obtenido desde sus archivos o de la Revista
Vaccea). Deseamos especialmente agradecer a los profesores Carlos Sanz Mínguez (Carlos Sanz
-hijo-) y Fernando Romero Carnicero , el amable trato que nos dieron en nuestra visita al yacimiento
de Pintia (Padilla de Duero). En la presente entrada (tanto como en otros artículos) hemos querido
redactar nuestras opiniones, ideas y conclusiones, basadas en los estudios, hallazgos e investigaciones de
estos arqueólogos. Interpretando sus científicos trabajos para transportalos hasta un plano simbólico del
mundo celta y de la época en que fueron creados; con el fin de poder lograr entender el significado religioso
y social de los mencionadas piezas -encontradas y analizadas por Sanz Mínguez y Romero
Carnicero (entre otros)-.

AL LADO: Imagen frontal en detalle de la figura de


cánido lamiendo una "torta" (u objeto desconocido), que se halla como motivo decorativo el llamado
Vaso de los Lobos. Crátera cerámica con asas, perteneciente a la cultura vaccea, aparecida hace unos
años en la población de Roa (Rauda, antigua). Fechado entre los siglos III o primera mitad del II a.C. y
adornado con este lobo sacando la lengua, se trata de un diseño depuradísimo de gran belleza y que se
corresponde con otros muy similares existentes en objetos hallados en Pintia. En la presente
entrada estudiaremos el posible origen y significado de esta forma que representa al cuadrúpedo
agazapado. -Agradecemos a la Revista Vaccea nos permita disponer de la imagen que divulgamos,
tomada desde: VACCEA, 2011 (Num. 5, pag. 53), concretamente del artículo "Los animales salvajes en el
imaginario vacceo", firmado por el prof. Juan Francisco Blanco García-.

ABAJO: Nuevamente una imagen del cánido lamiendo un objeto circular, del Vaso de los Lobos. Esta
vez desde perspectiva cenital, tal como se representaban esos animales entre los celtíberos, con
una intención apotropaica o de deificación del totem. En la anterior entrada estudiábamos el posible
significado de esas figuras zoomorfas vistas desde arriba, siguiendo los trabajos de los profesores Sanz
Mínguez y Romero Carnicero, quienes han analizado en profundidad el sentido de estas ornamentaciones
ibéricas. En el presente artículo, partiendo de sus teorías, pretendemos dar una interpretación
personal al posible simbolismo y orígen de esta figura: Como objetos de culto o de magia,
intentando descubrir su uso, significado mitológico y social. -La foto que vemos fue desarrollada por
nosotros en procesos "croma", con el fin de destacar el diseño de la pieza. Procede inicialmente desde un
original tomado de los archivos del Centro de Estudios Vacceos, al que agradecemos nos permita divulgar
la imágen-

Como decimos, nuestra intención en estas tres entrada contiguas es la de generar unas hipótesis que
expliquen de algún modo qué orígenes, influencias, simbolismo y hasta qué usos rituales pudieron
tener estos animales salvajes o feroces así representados. Figuras que entre los celtas y en especial los
celtíberos (como sabemos y hemos estudiado en el anterior artículo) se pintaban o esculpían en postura de
depredadores agachados, con las patas abiertas y la cabeza sobre el suelo -o un objeto-. Para desarrollar
este estudio de hoy nos será preciso disponer de un amplio catálogo de fotos e imágenes con las que poder
explicar nuestras teorías. De ello, agradecemos igualmente al Museo Nacional de Dinamarca
(departamento arqueológico de Copenhaguen) que nos permita divulgar numerosas fotos del
Caldero de Gundestrup; que -como veremos- se trata de una pieza esencial para exponer varias de las
ideas que planteamos en nuestras entradas.

AL LADO: Pira funeraria expuesta en el yacimiento llamado de Las


Ruedas, en Pintia (Padilla de Duero, Valladolid -al que agradecemos nos permita divulgar la imágen-) .
Ciudad "capital" de los vacceos, ha sido excavada desde hace decenios por el Instituto Federico
Wattenberg -fundamentalmente en la zona de su necrópolis, que vemos en imagen-. En este lugar, el
profesor Sanz Minguez y Fernando Romero Carnicero (entre otros) han creado un "centro de
interpretación" donde puede entenderse cómo era la vida en esta urbe y para aquella tribu celtíbera,
hace unos veinticinco siglos. Reconstruyendo el modo de subsistir y organizarse que tuvieron
aquellos vallisoletanos de hace dos mil años. En la foto vemos la simulación del momento previo al
enterramiento en urnas cinerarias, con una pira en la que se recuerda la forma en que los vacceos
honraban comunmente a sus difuntos (incinerándolos, para después darles sepultura en el campo que
vemos en la imagen).
ABAJO: Otra de las explicaciones o demostraciones funerarias del mismo yacimiento (Padilla de Duero,
Pintia). En ella se muestra a través de la escultura de un cadáver sobre el que se posan varias aves,
el modo de rendir tributo a los caídos en combate entre los vacceos. Cuya costumbre era dejarlos en
el campo -de batalla- para que fueran devorados por los carroñeros. De esa forma tan indoeuropea,
practicada aún por algunas tribus -como las "Parshis" que han sobrevivido hasta hoy en la India-; los buitres
y cuervos comían la carne de los guereros. Proceso a través del que se pensaba que llegaban al cielo al
reencarnarse en aquellos animales que los engullían y que se tenían por totems sagrados (símbolos
fundamentalmente solares). Lógicamente, al margen de los carroñeros otros de los devoradores de
cadáveres de guerreros fueron el lobo, tanto como el zorro, e incluso el oso -en zonas de
montaña-. Lo que explicaría la importancia de estos cánidos (o carnívoros salvajes) en toda la
mitología y religión céltica, que los identifica con deidades y patrones de conducta a seguir (como el
feroz soldado o por el hombre que mora y guarda el bosque).

Evidentemente el ritual funerario de exponer al guerrero a los animales, tiene un significado iniciático
relacionando el resto de personas que no luchan y pertenecen a un mismo grupo, con los
carroñeros (que sobreviven gracias al que da su cuerpo y vida por ellos). Aunque el origen de esta
costumbre ha de buscarse en la imposibilidad de recoger los cadáveres durante las guerras, o en las
batallas de larga de duración. Sobre este extraño tipo de honras fúnebres, Alberto Sanz (futuro
arqueólogo e hijo del antes referido profesor) nos explicó que a través del estudio y observación
de las gentes que aún hoy exponen sus muertos a las aves, se ha reconstruido el proceso de esta
ceremonia. Ya que transcurrido un tiempo y cuando ven que los carroñeros han terminado "su labor";
deben regresar los familiares (o amigos) por los restos óseos del caido, que se han partir para que
los animales terminen por consumirlos. Huesos que una vez limpios y secos se depositan en urnas -
o cistas- para ser enterrados. Proceso que al parecer hubo de hacerse dos mil años atrás, de un modo muy
semejante a como siguen hoy practicando algunas tribus indoeuropeas. Unos rituales que -por otro
lado-, tan solo podrían realizarlos los vencedores de la batalla, después de haberse retirado el
enemigo del terreno. Algo que quizás era un aliciente más para motivar al guerrero a luchar, con el fin
de recuperar los restos de sus compañeros, para rendirles homenaje.

1- EL LOBO COMO PORTADOR DEL ALMA DE LOS MUERTOS:

Habíamos estudiado en nuestra anterior entrada las representaciones cenitales de cuadrúpedos entre los
celtíberos, siguiendo fundamentalmente el libro de Fernando Romero Carnicero (1) .Obra en la que el
autor afirmaba lo siguiente acerca de aquellos cánidos, osos y animales agachados tan comunmente
figurados en las decoraciones prerromanas: "En cuanto a su simbolismo, aporta una interpretación en
clave dumeziliana, según la cual las tres funciones indoeuropeas, la sagrada, la guerrera y la
productiva, estarían representadas aquí, respectivamente, por las figuras zoomorfas en
perspectivacenital, los combates singulares y los animales naturalistas. Imágenes todas ellas que
remiten, respectivamente una vez más, al mundo ctónico y regenerador, al ideal agonístico ante la
vida y la muerte, y a una exal-tación del renacimiento y la fertilidad, y que, en la medida en que se
presentan en estrecha conexión, adquirirían carácter escatológico y nos estarían hablando del
tránsito al Más Allá" (2) .

Todo cuanto expone el profesor Romero Carnicero, se explicaría -en cierta manera- a través nuestra
hipótesis antes referida. Por la que suponemos, estas fieras del bosque hubieron de ser vistos por los
celtas como "poseedores de una parte humana". Al concebir la religión metepsicótica indoeuropea,
que los animales salvajes que comían los restos de los guerreros caidos en batallas, absorvían las
almas y cuerpos de aquellos. Gozando con seguridad el oso y el lobo, de similares atributos al de los
buitres y cuervos, en los que se pensaban los indoeuropeos pèrvivían sus guerreros. Debido a lo
que numerosas leyendas celtas narran como los más valientes y nobles se reencarnaban en esas
aves; contando los ingleses aún hoy que el rey Arturo vive entre los córvidos qua habitan la Torre de
Londres.

Lo que exponemos, además tendría un sentido muy particular cuando hablamos de depredadores; ya
que a diferencia de los pájaros -simplemente carroñeros- estos carnívoros engullen los huesos, no
dejando rastro de la víctima que devoran. Siendo así como se comprende que el lobo y el oso (capaces
de matar y acabar con el hombre) pudieron ser divinizados con un doble sentido: Primero como
totems de la fuerza o del valor y en segundo lugar, como poseedores de parte del alma humana. Por lo
demás, si los indoeuropeos afirmaron que el cuervo hablaba y podía ser amaestrado gracias a la
inteligencia adquirida al comer carne de hombres valientes. Hemos de suponer que de un igual
modo considerarían que el lobo y el oso eran inteligentes y amaestrables por el mismo motivo. Más
aún, cuando aquellas fieras bien adiestradas podían ser utilizadas como medio de defensa o
ataque contra los enemigos. Hechos estos, que indudablemente explican la deificación de esas dos
especies de carnívoros de los bosque europeos, durante las épocas precristianas.

Evidentemente la idea no es posible comprenderla desde nuestra forma de concebir la vida, en la que ni el
animismo ni la metepsicosis se contempla. Pero hemos de comprenderlo perfectamente al saber que para
los celtas las almas trasmigraban de unos seres a otros; tal como Julio César expone claramente
cuando habla de los Druidas -en su "Guerra de las Galias"- (3) . Un concepto o modo de ver la muerte y
regeneración de la vida, que para cuantos conocemos y hemos estudiado las religiones que creen
en la reenarnación, nos es tan familiar como fácil de entender. Puesto que en una gran parte de las
filosofías asiáticas -aún practicadas por miles de millones de personas-, el cuerpo no se destruye, sinó
pasa a otra "esfera" o a una "dimensión" distinta. De un mismo modo que las almas de los difuntos se
transforman en otras, pudiendo reencarnarse en uno o en varios seres de la naturaleza (comunmente
humanos, aunque hay creencias que igualmente consideran la capacidad renacer en cualquier otra especie
animal viva).

Muy ajeno a nuestros principios, la reencarnación y la metempsicosis fueron quizás los cultos más
antiguos y extendidos; tanto que se "abolió" definitivamente, considerándose anatema tras el
Concilio de Nicea (en el año 327 d.C.). Por lo que nada hemos de ver extraño ni de bárbaro en estas
creencias de los celtas, comunes en toda Europa y en gran parte de Asía hasta la llegada del
Cristianismo. Ello explicaría -como hemos dicho- algunos de los motivos para la deificación de los
depredadores carnívoros más poderosos de nuestros bosques (el lobo y el oso). Cuyo valor y fortaleza
que les atribuían nacería de comer seres humanos (en especial guerreros caidos en batalla). Partiendo
desde este concepto, podemos entender gran parte de los cultos y rituales celebraban los celtas
entorno al cánido fiero o salvaje. Perro o lobo, que por otro lado sabemos que era muy útil como
"mascota" amaestrada y entrenada para la caza, el pastoreo, la defensa y la guerra. De lo que
comprendemos por qué aquel totem canino era tenido por los guerreros indoeuropeos como uno de
los símbolos de dios y del mejor amigo. Por lo demás, ha de pensarse que estos ejércitos tenían perros
de ayuda o defensa, que adiestrarían con gran fiereza -que incluso, posiblemente cruzarían con lobos;
ya que conocida es la costumbre germana de crear razas híbridas de las que proceden géneros como el
doberman y diversos perros de lucha. Siendo este probablemente el origen de las tipos caninos
centroeuropeos cercanos al perro-lobo (llamado "policía" o "pastor alemán")-.
AL LADO: Detalle del maravilloso Cadero de Gundestrup; ´"crátera" de
plata cética, fechada en el siglo I a.C. y hallada hace unos ciento veinte años en en Dinamarca
(agradecemos al Museo Nacional danés -Arqueológico de Copenhague- nos permita divulgar su imagen).
Esta pieza que analizaremos en profundidad durante la presente entrada, contiene labradas en orfebrería
las escenas de sacrificio, ritual y religión de la época. Entre ellas se pueden ver varias imágenes de
cánidos, de apariencia tremendamente fiera y que vemos acompañando -o ayudando- a hombres. En
este caso, el que se asemeja a un perro-lobo se halla junto al dios Cernunos (o su sacerdote), en actitud
de cariño y como acercando el hocico a la cara de este. Hombre o deidad que sujeta un gran ofidio con
su mano; dominando la serpiente tomada por la cabeza.

Todo lo que contiene el extraño hecho de que estas enormes sierpes no existen (o no sobreviven) en la
zona de Dinamarca; aunque -como vemos- el hombre dios con cuernos (Cernunos) la agarra en la forma
en que aquellas deben sujetarse. Implicando la escena que vemos, la existencia entre los celtas de
estos animales exóticos, mantenidos o cuidados en cautividad (como dioses o daimones).
Observándose que toma con la mano contraria un torques enroscado, lo que habla de la significación
de la culebra relacionada con el poder y el dinero (rango que se simbolizaba entre los celtas por estos
collares, cuyo sentido es como el de las posteriores coronas).

ABAJO: Otro detalle del Cadero de Gundestrup, en el que se representa una cacería ritual de
uros (agradecemos al Museo Nacional danés -Arqueológico de Copenhague- nos permita divulgar su
imagen). Tal como explica César, estos toros gigantes y salvajes eran cazados por los guerreros
celtas quienes se adiestraban y entrenaban en estas artes, celebrando con grandes banquetes las
vivencias cinegéticas habidas con esos bóvidos. Es este uno de los orígenes de nuestra tauromaquia (al
menos en mi opinión); ya que tal como el emperador romano describe con pormenores, su caza era
uno de los grandes "deportes de riesgo" en el que se ejercitaban los soldados centroeuropeos.
Teniendo los celtas por uno de los mayores honores y trofeos, lograr matar aquellos grandes uros,
cuyos cuernos después lucían o convertíen en decorados vasos sus cazadores (como -en mi opinión-
hoy hacen los toreros, con las orejas y rabos de morlacos).
.
Todo lo que narramos Julio César lo expresa con las siguientes palabras: "se curten los jóvenes, siendo
ese género de caza su principal ejercicio; los que hubiesen muerto más de éstos, presentando por
prueba los cuernos al público, reciben grandes aplausos. Pero no es posible domesticarlos ni
amansarlos, aunque los cacen de chiquitos. La grandeza, figura y encaje de sus cuernos se
diferencia mucho de los de nuestros bueyes. Recogidos -los trofeos- con diligencia, los guarnecen
de plata, y les sirven de copas en los más espléndidos banquetes" (4) .

Sin lugar a dudas, la escena que vemos en el caldero de Gunderstrup, se corresponde a lo que el
emperador romano nos narra, aunque curiosamente se observa que tal como otros textos y la Historia
manifiestan, los celtas se ayudaban de perros para cazar (principalmente en la matanza de uros).
Canes que también se sabe adiestraban y usaban en la guerra, de donde proceden diversas razas
denominadas comunmente "perros celtas"; entre los que destaca el famoso "alano español". Raza hispana,
que al parecer fue introducida en la Península por las invasiones godas y que se mantuvo entre los pastores
o nobles de nuestro país, en estado bastante puro.
.
Siendo este alano un perro de grandes dimensiones, fiero, fuerte y muy noble, que se usaba
principalmente para cazar lobos (o toros salvajes). Cuyas características y aspecto encajan
perfectamente al menos con uno de estos cánidos de grandes dimensiones y de enorme cabeza que
vemos representados en la escena del Caldero de Gundestrup -al de abajo-. Decimos con uno,
porque el segundo tipo de "perro" es el que aparece en la zona superior, ajeno o alejado de los
hombres y tiene la apariencia de un guepardo o pantera de enormes garras e idealizada. Todo lo que
nos habla de que o bien hubiera dos tipos o razas muy específicas caninas, utilizadas para la caza del uro.
O bien, que en la imagen han querido señalar la fiereza de esta actividad incluyendo animales exóticos que
quizás los templos o los reyes daness guardaban en sus recints sagrados y palacios.

2- PERROS Y TOROS, EN RELACIÓN CON LOS CULTOS CELTAS, MITRAICOS Y LA ADORACIÓN AL


SOL

Muy interesante nos parece la imagen superior de esta parte del Caldero de danés, en la que
observamos lo que sin duda para nosotros es una tauromaquia celta ("uro venatio" -ayudada con
perros-). Caza o lucha contra el toro salvaje, que de seguro tuvo mucho que ver con el mitraismo y su
representación del año vencido frente al "Sol invicto". Simbolizado todo ello la muerte del tiempo en el
dios toro (un Cronos superado); frente al hombre, que como la luz victoriosa lo mata y hace renacer al año
-en Grecia representado en Zeus-. En cuya cosmogonía el uro actúa como un monstruo daimón, de
fortaleza sobrehumana, que debía ser cazado y muerto para que naciera el hombre-dios. El ser
humano civilizado gracias al calendario (dominio del tiempo, Cronos) admirado y deificado por ser
superior a aquella bestia de cuernos, cuyo significado hubo de ser el ciclo lunar -el modo más simple
de medir el tiempo por cuartos de Luna, en forma de astas-. Siendo esta la cosmogonía la que claramente
vemos representada en al Caldero de Gundestrup, y sobre lo que desconocemos si antes se ha interpretado
de esa manera: Como una tauromaquia, que simbolizaría el triunfo del calendario y culto solar, frente
a los ritos de la noche, nacidos del primitivo modo de medir el tiempo -Cronos- en lunas. Lo que sin
duda alguna es el origen de la religión y ritos mitráicos.

Acerca de todo ello, deseamos añadir que sin lugar a dudas, nuestra corrida de toros se asienta sobre
las bases de estas cosmogonías y rituales. Celebraciones que también se relacionan con la matanza del
cerdo o del verraco y que antaño hubo de ser también la caza del jabalí. Ceremonias cinegéticas y de
sacrificio del totem -animales más útiles o temidos- que aún hoy se realizan principalmente en
fechas próximas al Solsticio. Debido a ello, en días cercanos al 24 de diciembre (o bien al 31 de
enero) y desde la más remota antigüedad, comenzaban ciertas fiestas que se conmemoraban con
estos banquetes e inmolaciones. Festividades que en gran parte han perdurado en las llamadas
"Mascaradas" y en las "Matanzas del cerdo en Solsticio" -trasladadas a San Martín-; que en nuestras tierras
aún comienzan en los días de Navidad y se prolongan por toda la geofrafía peninsular hasta la Cuaresma.

Fiestas antiquísimas, cuyo origen estaba en el final de año y en la celebración del Sol Invicto -el 25
de diciembre-, que como se sabe fue sustituido hacia el siglo IV d.C. por la Natividad y el Primero de Año
cristianos. Pero que en épocas más antiguas conmemoraban la muerte y nacimiento del Sol (del año y por
lo tanto del tiempo); un Cronos o Saturno que debía fallecer y al que se festejaba con los ritos de
muerte del "animal daimon", o del totém principal. Y entre estas celebraciones de Nuevo Sol, sin
duda alguna hubo de estar entre los celtas esa caza del uro que cita César, tanto como en Roma se
hallaban las famosas Saturnalias (que comenzaban hacia el 17 de enero y terminaban con el año).
Fiestas de Saturno-Cronos que tras la expansión del mitraismo fueron trasladadas de fecha y llevadas junto
a los "Idus de marzo", debido a su degenerado carácter y por respeto al Sol Invicto (Mitra) que se adoraba el
25 de diciembre.
AL LADO: Detalle de la estatua de Mitra de Córdoba (procedente del
Mitreo de Cabra, fechada en el siglo II d.C.y propiedad del Museo Aqueológico cordobés, al que
agradecemos nos permita divulgar la imagen). En la imagen vemos el perro lamiendo la sangre del
animal sacrificado por el dios. Un can que siempre acompaña la figura de Mitra, representado como
"Sol Invicto" inmolando al toro y dios que nacía el 25 de diciembre (el día del Solsticio). Deidad que se
adoraba en la figura de este hombre frigio, que apuñalaba en el cuello al bóvido, mientras su perro lame
la sangre, y una sierpe -junto a un escorpión- mordían a su vez al toro moribundo. La religión mitraica
era mistérica, por lo que nada o muy poco se sabe sobre sus creencias y ritos, de lo que hemos de
interpretar sus símbolos. Aunque claramente para nosotros, aquel toro es originariamente el uro
(demonio y totem) que representaba a Cronos, al que vencía la luz (Zeus entre los griegos); siendo
en un principio el can, la sierpe y el escorpión representaciones de las constelaciones.

El mitraismo, era un culto solar de origen indoariano y por lo tanto hubo de estar muy relacionado
con las religiones celtas (indoeuropeas). Suponiendo personalmente que sus ritos en los que cada 25
de diciembre sacrificarían toros, serían muy semejantes en signfificado a aquel que vemos en el
caldero de Gundestrup; tanto como a las celebraciones de caza y banquetes que explica César en
"La Guerra de las Galias". Inmolaciónes que como repetidamente indicamos, se relacionarían con
absoluta seguridad con la caza del monstruo o del daimón (Cronos) y que entre los pueblos escitas
-más entre los celtas- era el toro salvaje. Uros atrapados con la ayuda del perro y tras cuya caza
sabemos celebraban grandes fiestas, en honor de aquellos valientes que conseguían la proeza. Unos
bóvidos gigantes y bravos, mucho mayores en peligro y tamaño que nuestros toros bravos (que al ser muy
encastados, son nobles en comportamiento); cuyos pitones se guardaban para convertirlos en vasos, que
los más ricos entre los celtas, recubrían de metales preciosos.
Observemos en la imagen, como el perro lame la sangre, a la vez que la sierpe muerde al toro.
Ambos símbolos nos los vamos a encontrar casi iguales en el Caldero de Gundestrup, donde
igualmente veremos una escena de sacrificio y un can que sorbe sangre (en este caso humana),
mientras en la figura central aparece un dios Cernunos, que sujeta la gran sierpe (símbolo del
daimón, "el tiempo" = Cronos).

ABAJO: Escena completa del Mitra de Córdoba (siglo II, procede del mitreo de Cabra; agradecemos al
Museo Arqueológico de Córdoba nos permita divulgar la imagen). La representación es claramente la de
una tauromaquia en la que el Sol Invicto (dios Mitra), mata el demonio de la noche (el toro, que como
la luna tiene cuernos). Sin lugar a dudas su culto procede y simboliza la adoración a los dioses de la
luz, que triunfan con su calendario solar (en Grecia "olímpicos" y liderados por Zeus, cuyo nombre
procede del radical indoeuropeo "diayus" = "día", "luminosidad"). Frente a los dioses de la noche,
daimónes representados en el toro que muere; que como la Luna y su calendario regido por estos
"cuernos" luminosos, son ancestrales e imperfectos (y malvados). Es decir, el triunfo del bien (la luz o
el Sol que nacía el 25 de diciembre), frente a las tinieblas que dejaban de "crecer" este día del año.

La identificación del bóvido salvaje con el demonio es inmediata por cuanto aquel animal es un
rumiante, pese a lo que embiste e intenta matar todo ser vivo de tamaño que se le acerque. Por su
parte, en nuestra opinión las cacerías de uros de las que habla César, estarían muy relacionadas con
el nacimiento y evolución del mitraismo en Anatolia; aunque luego esta religión derivaría hacia misterios
que tratarían de representar el sacrificio del toro como un deber y obligación que el hombre tiene con la
Sociedad (erradicar el mal).

Por su parte, esos cuernos de uro que menciona el emperador narrándonos que eran guardados y
ornamentados por sus valientes cazadores. Sin duda alguna se relacionan con "el cuerno de la
abundancia". Una "cornucopia" que mucho tiene que ver con el valor en batalla la superación de los
temores, origen de la abundancia y de las riquezas entre las Sociedades de guerreros antiguas.
Hecho este que relacionaría al propio Cernunos (el dios de los cuernos) con aquellas astas que lleva en su
cabeza; unos pitones que en sí mismo significarían el valor, la fiereza y la riqueza. Lo que explica
que estos pueblos (cazadores de animales salvajes con pitones) colocaran sobre sus cascos astas,
con el fin de demostrar su rango y su ferocidad. De todo ello, se comprende la representación de este
dios con los cuernos símbolo de la guerra y del valor, en medio de los más peligrosos animales en el
Caldero de Gundestrup.

3- CERNUNOS COMO CRONOS CÉLTICO:.

Cuanto tratamos y entorno al Mundo Celta, es difícil saber en qué momento histórico aquellos
hombres del Centro y Norte de Europa supieron con exactitud medir los equinocios y solsticios. Lo
que más puede hablarnos de ello es el famoso calendario de Coligny (fechado entre los siglos II y I a.C),
que es lunar y prácticamente igual al de origen persa que usaban los griegos -aunque se diferencia en
los periodos y las formas de establecer ciclos-. Por todo ello es evidente que tal como Julio César explica,
los celtas se regían por la noche, comenzando el día con las tinieblas y casi ignorando la medida del tiempo
solar. Quizás por ser los ciclos del Sol unos periodos facilísimos de conocer en el Mediterráneo (al
menos en el desierto); habida cuenta que basta poner una pértiga fija sobre el suelo y observar en ella
durante un tiempo los días de menor y mayor sombra -conociendo en tan solo unas décadas que el año
tiene algo menos de 365,25 dias aproximadamente- . Pese a ello, hay una gran dificultad de estudiar las
sombras y el ciclo anual solar en el Norte de Europa. Aunque es indudable que el contacto entre los
hombres del Norte y los del Mediterráneo fue constante, al menos desde el II milenio a.C. (a través de
gentes que subían por Danubio o de buscadores de ámbar y metales, que lo hacían costeando por el litoral
ibérico y francés). Todo ello hace pensar que de igual manera a este Caldero de Gundestrup es de gran
influencia anatólica o tracia -en el que vemos fauna mediterránea (delfines, sierpes y hasta un cocodrilo)-.
El culto solar y sus calendarios estaban extendidos entre los indoeuropeos y pueden tener mucho que ver
en estas representaciones. Lo que obliga a determinar que las religiones celtas y címbrias de la época,
también habrían de estar muy infuidas por cultos llegados desde Tracia o del mundo escita,
anatólico, griego o romano.

Por cuanto decimos, es una hipótesis admisible que el dios Cernunos fuera entre los daneses tenido
en gran parte como un Cronos (nos referimos concretamente al sacerdote con cuernos o divinidad que
aparece en el Caldero danés que analizamos). Tanto como no es extraño pensar que las voces
"Cernunos" y "Cronos" tengan un mismo origen y significado primigenio; procediendo ambos
nombres del vocablo indoeuropeo "KER" y cuyo significado es "cuerno", "corona", "penacho" o "tocado
de cabeza". Algo que podría explicarse por la identificación del cuerno con el tiempo, entendiendo el
asta como el arma o puñal (del toro o animal) que quita la vida y marca "la hora". Aunque también
pudo concebirse esta unión, debido a que para comprender el tiempo (Cronos) ha de clavarse un
"cuerno" -poste o pilar- sobre la tierra; gnomon en el que se leen las sombras y que descubre la
medida del tiempo. Paso del día, de los meses o años, que se entendía por casi todas la culturas
como una espiral celeste -el universo giratorio-, que nos iba devorando (haciéndonos viejos).

Todo lo que se expresaba en aquel monstruoso padre (Cronos o Saturno) que engullía a sus
hijos; representado por el mitraismo en una gran sierpe que se enrosca sobre el hombre y que
irremediablemente acaba con él. Un simbolo que a su vez figuraban los adoradores mitráicos con las
figuras zodiacales; meses que colocaban entorno a aquel ser humano que el tiempo devoraba (que
podemos ver en las imágenes más abajo, representado en un jóven rodeado de un gran ofidio que lo
contraía con sus anillos y que representaban el paso del tiempo, tanto como el carnero -Aries- o el
escorpión -Escorpio-).

Pero profundizando más en la idea de la simbología de este Cernunos, vemos que -como afirmamos-
es representado como el díos de las riquezas y del poder (por cuanto sostiene y luce unos preciados
torques). Por todo lo que hemos de ver en él, la figura ancestral del Zeus Meilichios griego. Una
forma ajena al verdadero Zeus e importada a Grecia desde Fenicia (a mi juicio) y que se trataba de una
deidad terrible o maléfica, adorada en la imagen de un gran ofidio. Serpiente que al parecer se
guardaba en algunos de los templos que este Meilichios tenía en determinados puertos de la Hélade.
Daimón que en verdad representaba la figura de Tifón, seguramente adorado como un Melkarte (de
aquí la derivación hasta la voz griega Meilichios). Ancestral dios del comercio y del oro púnico, pero tambien
del fuego y del sacrificio humano; que se sabe era adorado entre los púnicos y cartagineses con la entrega
infantes (o humanos). Víctimas que se degollaban ante sus familiares y que más tarde eran quemados en la
pira del pebetero sagrado de Melkarte.

Ritual de inmolación que al parecer tenía entre sus peores prácticas la de entregar directamente al
pobre infortunado a ese Meilichios, o Tifón; algo que debiò de hacerse entre algunos cultos marineros
-movidos por su gran superstición y sobre todo por un terrible atraso-. Dios Meilichios de la tormenta,
representado en una terrible sierpe o pez, al que en los momentos de incertidumbre o temporal (se
sabe) "dejaban" un ser humano, para que devolviera la calma. Costumbres antiquísimas que se
recuerdan superadas o erradicadas en tiempos olímpicos, pero cuyo recuerdo quedó en la Hélade. Bien
en la forma de santuarios de la sierpe o bien en la de algunos oráculos cuyos cultos fueron transformados y
cambiados por deidades como Apolo. Dios que acaba con Tifón (el gran monstruo sierpe) y lo entierra
en en templo de Delfos, donde desde aquel momento el adorado pasa a ser este divo del bien, de las
artes, la sabiduría y de la música. En sustitución del antiguo monstruo oracular, venerado en la
forma de serpientes u horribles animales a los que se ofrecían víctimas (en ocasiones humanas),
para apaciguar su sed de sangre y sobre todo para leer el futuro. Todo ello basado en la intenciòn de
"conocer los deseos" del demonio deificado en aquel ofidio, del que estudiando su voluntad, creyeron se
podía prever las desgracias.

AL LADO: Estatua de Cronos Mitraico, procede del Mitreo emeritense; fechado


en el siglo II a.C. (propiedad del Museo Romano de Mérida, al que agradecemos nos permita divulgar su
imagen). Representado como un hombre con cabeza de león (quizás un Hércules zoomorfo),
observamos como la sierpe del tiempo rodea al fornido "dios"; posiblemente indicando la lucha de
la fuerza contra el paso de los días y las horas. Estatuas como esta nos hacen plantearnos
que posiblemente en los templos de Mitra (secretos mitreos excavados en el subsuelo en forma de
grutas), hubiera zonas en las que se conservaran grandes ofidios exóticos y ajenos a la fauna
europea; con el fin de realizar ritos simbólicos muy próximos a los que describimos de Zeus
Meilichios. Celebraciones que pretenderían identificar el paso del tiempo con la espiral del Universo
y esta con aquellos anillos del ofidio, que se cierran poco a poco entorno a la víctima hasta estrangularla.
Todo lo que pudo mostrarse en rituales de ofrendas de comida que se entregaban en los
serpentarios al dios de la gran-culebra (al dragón). Como regalo votivo que los fieles habrían de llevar
en la forma de animales vivos, para aquella sierpe la fuera alimentada; inmolaciones que comunmente
consistían en cerditos a los que se denominaba "tifonios".
ABAJO: Estatua del llamado Cronos androdéfalo, que también procede del Mitreo emeritense y se
fecha en el siglo II a.C. (propiedad del Museo Romano de Mérida, al que agradecemos nos permita divulgar
su imagen). Vemos en esta estatua la representación de una deidad que identificamos personalmente
con el Cernunos celta; dioses que comparten sin lugar a dudas el atributo de simbolizar el control
sobre el tiempo (Saturno). Como tales son la figuración del dominio del mal (el demonio en nuestro
concepto religioso); que en este caso se enrosca sobre aquellos impasibles seres de enorme valor,
pero que en el caldero celta vemos atrapado entre las manos del cornúpeta sacerdote (o dios). Sea
como fuere, no nos cabe la menor duda de que su simbolismo en ambas civilizaciones (la romana y la
indoeuropea) relaciona el ofidio con la espiral cronológica y el clima, tanto como esta con el calendario.
Coincidiendo en ambos cultos (el mitráico y en la religión danesa) unir a todo ello la figura del toro, como el
dios-daimón a vencer para que muera el año -la progresión de las tinieblas- y nazca la luz nuevamente.

Cuanto recogemos, evidencia la relación del tiempo cronológico significado en Cronos, como la espiral de la
Vía Láctea y ella con los anillos de la gran sierpe. Monstruo de voraz apetito, que engulle inevitablemente a
sus hijos, los hombres; asimilando el tiempo a Saturno y este al horrible ofidio. Un tiempo igualmente
concebido como el climatológico, que también se sucede "por el serpentino movimiento de
planetas" y que trae las estaciones, entre las que algunas producen las peores calamidades
(causadas por la lluvia o temporales). Serpiente del tiempo climatológico que se simbolizaba las
precipitaciones torrenciales temidísimas por los antiguos que debían asentarse en los márgenes de los
ríos; al igual que en las tormentas (el terror de los marinos). Gentes que para evitar el hundimiento de
sus barcos, o la llegada de galernas y temporales a puerto, entregaban humanos a grandes
monstruos del mar (incluso a ofidios, como sucedía en la veneración de Meilichios).

Siendo este claramente el caso de Jonás, del que Las Sagradas Escrituras narra como al producirse una
tormenta mientras viajaba en un barco de gran tonelaje, los marineros que pilotaban la nave
decidieron inmolarle al dios suyo, para que apaciguara las aguas. Así fue echado por la borda y tras
ello tragado por un enorme pez, que tres días más tarde lo devolvió a tierra. Todo lo que realmente se
explica desde estos sacrificos humanos que los marineros (especialmente los fenicios) realizaban,
entregando a escualos o a grandes ofidios a pobres víctimas humanas, para apaciguar las
tormentas -a Meilichios o Melkarte y que no era otro más que Tifón (dios de las tempestad)-. El nombre
que se le daba a esos infortunados inmolados sabemos que era el de "tifonios" y en Grecia se
susutituyeron por cerditos; pese a ello se dice que hasta Pitágoras fue condenado a ese ritual,
aunque días más lo indultaron (como narran algunos de sus biógrafos -Porfirio-). Pena e indulto del sabio
que seguramente se debió al comienzo y cese de una tormenta y que sería muy similar a lo se que narra de
un modo "más poético o imaginario" La Biblia -cuando habla del pez que tragó a Jonás y que tres jornadas
después le dejó en tierra-. Refieriéndose todas estas memorias a los divos demoniacos del temporal y de
las lluvias torrenciales, que se identificaban siempre con grandes serpientes por su aspecto similar
al del agua ondulante. Que entre los judíos se denominaron Leviatán (espíritu del mal) pero que en otros
lugares fueron venerados; como por ejemplo en zonas de Mesopotamia en donde se adoraba bajo el
nombre de Tiamat.

Por todo cuanto expresamos, identificamos este dios del tiempo (climatológico y cronológico) con el
Cernunos que sujeta la gran sierpe en su mano izquierda, mientras sostiene el torques de metal
precioso en la derecha. Deidad que en gran parte se puede unir a la figura y el mito de Meilichios. Un
dios que en Grecia fue transformado en la veneración a pequeñas culebras conservadas en
serpentarios. Templos atendidos por sacerdotisas donde estas que las cuidaban daban de comer sin
ropas a sus ofidios, unos dulces hechos con leche y miel. Panecillos que ofrecían a las culebras los
fieles y peregrinos que hasta estos recintos se llegaban con el fin de consultar su oráculo. Vaticinio
que se conocía al observar el modo en que las sierpes ingerían la ofrenda depositada frente a ellas.
Pequeñas culebras que hemos de suponer ratoneras, o similares a la "bastarda" de la Península Ibérica, sin
gran peligro y a las que ofrecían esos panes de miel y leche, cuyo nombre griego es "Meil-Lichios" (de
miel y leche = ). Palabra que en mi opinión dió origen al nombre del Zeus adorado en esa
forma de ofidio. Pero cuyos orígenes -con toda seguridad- fue el Melkarte fenicio, como una forma de
Tiamat; tan similar aTifón en su apariencia como en su etimología.

Por todo cuanto hemos expresado de manera extensa, consideramos a este Cernunos que sujeta la
sierpe y se halla rodeado de animales de gran peligro una figuración de ese divo del tiempo
(climático y cronométrico), que si lugar a dudas es una forma de Cronos. Un dios, que con su hoz
castró a su padre Uranos. Lo que como repetidamente hemos explicado es una cosmogonía del tiempo
cortando el espacio (el Universo, personificado en Uranos). Expresando a su vez Cronos una adoración
de culto lunar relacionada con el cuerno y con el toro (de allí la hoz que simboliza los cuartos
lunisolares). Dios que vence al espacio (Varuna, Uranos o el Cosmos) al delimitarlo por ciclos de luz
generando un primer calendario, basado en estos cuernos del satélite nuestro de unos veintinueve
días de duración. Periodo que al ser muy cercano al ciclo de ovulaciòn de la mujer, pudo ser identificado
por los hombres como un calendario de sangre. Lo que pudo llegar al común rito de ofrecer a la Luna
sacrificios nocturnos; inmolaciones comunmente humanas, que dieron pie a las leyendas sobre
licantropía. Habida cuenta que se consideraban lobos a aquellos adoradores de la Luna y de las
noches, que mataban a sus víctimas en los ciclos lunisolares. Antiquísimos ritos que se hacían para
conseguir el beneficio de estos dioses de la noche, en los que se documenta comunmente la
antropofagia. Debido a todo lo que eran identificados con lobos aquellos que así celebraban y se
alimentaban del dolor y de la sangre sirviéndose de víctimas inocentes humanas (5) .

AL LADO: Detalle del lateral derecho y donde se halla el mencionado


Cernunos (ver más abajo) del Caldero de Gundestrup. Agradecemos de nuevo al Museo
Arqueológico Nacional de Dinamarca (departamanto y archivo de Copenhagen) nos permita divulgar
las imágenes de esta magnífica pieza cuyas dimensiones son de unos 75 centímetros de diámetro,
por unos 50 de altura. Hallado en Himmerland, dentro de una turbera y desmontado en paneles; se
supone que fue allí depositado como ofrenda entre los siglos II y I a.C.. Como podemos observar en
este detalle, hay animales exóticos representados con un estilo anatólico e incluso heleno (del tipo
escita o tracio). Llamando enormemente la atención el niño sobre un delfín, que identificamos
claramente con Dionisos salvado por estos mamíferos del mar. Igualmente podemos ver dos leones
enfrentados con un diseño semejante al de la orfebrería persa o escita; todo lo que unido al
Cernunos que sujeta un torques en la mano (al igual que ofrendaban esos collares los persas) nos
habla de una plena conexión entre Dinamarca y el mundo de Asia Menor en esta época.

ABAJO: Escena principal del mismo Caldero, donde ya vemos al Cernunos como "señor de los
animales" rodeado de un ciervo y un toro a su derecha, mientras un perro (o lobo) se le acerca y un
león mira al lado contrario. Siendo un hecho curioso que precisamente la fauna exótica
representada esté orientada hacia el sentido opuesto al dios de los cuernos (la pata y cola que
observamos en el extremo a nuestra derecha, son de los leones y el delfín de la imagen anterior).

AL LADO: Traemos como una muestra comparativa de los orígenes de estos


cultos del señor de los animales, esta escultura babilónica de barro cocido y de principios del II
milenio a.C., que representa a diosa alada de los Hititas (propiedad de la colección Norman Colvile,
Foto Warburg Institute a los que agradecemos nos permitan divulgarla). Deidad considerada Inara, la
aliada de Teshub (el dios de la tormenta) y como tal la que gobierna sobre los animales de forma
similar al Cernunos; sujetando igualmente entre sus manos los "nudos divinos" (o collares rituales).
Pese a ello, su representación como Artemisa-Afrodita, señora de los animales la identifica claramente con
Anahita, la madre de Mitra; quien casada con Mazda, engendró virgen a aquel dios que dió muerte al toro.

ABAJO: El antecedente más directo de aquellos dioses o reyes celtas que sujetaban el torques en su
mano como símbolo del Sol, es el que recogemos, representado en la puerta Este de
Persépolis (agradecemos a las autoridades del recinto de la capital persa, nos permitan divulgar la
imagen). Donde podemos observar la escultura de Ahura Mazda fechada en los siglos VI ó V a. C..
Deidad del Mazdeimso que se vincula con las religiones zoroástricas; creencias entre las que se
encuentran las que aún practican el rito de exponer sus muertos a los carroñeros (tal como hicieron
los celtas hace miles de años). Sin lugar a dudas, el Cernunos del Caldero de Gundestrup tiene
mucho que ver con este dios persa; un Mazda divinidad del cielo y el Sol, padre de Mitra junto a
Anahita. Dioses de cultos procedentes de las más antiguas religiones indoarianas (tal como ya se muestra
en el Rig Veda, donde aparecen). Unas creencias que ya estaban asentadas en Persia y en Anatolia a
comienzos del II milenio a.C. y que se extenderían por toda Europa cuando los pueblos indoeuropeos,
gracias a la aparición del hierro, fueron conquistando (o asentándose) todo el Continente europeo -desde el
Cáucaso a Jutlandia y desde Irlanda a la Península Ibérica-.
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CITAS:
(1) : LAS REPRESENTACIONES ZOOMORFAS EN PERSPECTIVA CENITAL UN ESTADO DE LA CUESTIÓN; FERNANDO
ROMERO CARNICERO Universidad de Valladolid (editan Fernando Romero Carnicero / Carlos Sanz Mínguez) Valladolid /2010

(2): Op. cit (19, pag. 484

(3): Comentario a las Guerras de las Galias ( "Bellum Gallicum" traducción directa del latín: José Goya Muniáin y Manuel Balbuena;
ORBIS -Madrid 1982-) Dice textualmente refiriéndose a los druidas (7, XIV): "Esméranse sobre todo en persuadir la inmortalidad
de las almas y su trasmigración de unos cuerpos en otros, cuya creencia juzgan ser grandísimo incentivo para el valor,
poniendo aparte el temor de la muerte. Otras muchas cosas disputan y enseñan a la juventud acerca de los astros y su
movimiento, de la grandeza del mundo y de la tierra, de la naturaleza de las cosas, del poder y soberanía de los dioses
inmortales".

(4): La cita completa que la Guerra de las Galias contiene sobre la caza de los uros entre los celtas y que consideramos un posible
origen de la tauromaquia, es la que a continuación presentamos y en la que nos dice Julio César lo siguiente: Los uros "vienen a ser
algo menores que los elefantes; la catadura, el color, la figura de toros, siendo grande su bravura y ligereza. Sea hombre o
bestia, en avistando el bulto, se tiran a él. Mátanlos cogiéndolos en hoyos con trampas -los celtas-. Con tal afán se curten los
jóvenes, siendo este género de caza su principal ejercicio; los que hubiesen muerto más de éstos, presentando por prueba
los cuernos al público, reciben grandes aplausos. Pero no es posible domesticar -los uros- ni amansarlos, aunque los cacen
de chiquitos. La grandeza, figura y encaje de sus cuernos se diferencia mucho de los de nuestros bueyes. Recogidos con
diligencia -aquellos trofeos-, los guarnecen de plata, y les sirven de copas en los más espléndidos banquetes. "Comentario a
las Guerras de las Galias" ( "Bellum Gallicum" traducción directa del latín: José Goya Muniáin y Manuel Balbuena; ORBIS -Madrid
1982-) (VI, 14).

(5): Cuanto hemos recogido en párrafos anteriores, es un resumen de algunos de nuestras publicaciones, debido a lo que no hemos
ido situando notas al pie con el fin de facilitar su lectura y habida cuenta que en estas a las que nos referimos ya se explican los
orígenes y fuentes. Para quienes deseen ampliar conceptos sobre cuanto explicamos, pueden leer un artículo mío publicado en LA
REVISTA FOLKLORE y liberado en la red: EL JUEGO DE LA OCA Y SU TOTEM ANADE (Continuación). Para su consulta pulsar
sobre la linea azul: http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.cfm?id=2357

Sobre la licantropía y el culto al lobo, ver entre otros en Grecia y Roma mitos y ritos de: Macaria (Pausanias I, 32, 6) (Aristófanes, Cab.
1151) /// Lico: (Plutarco, Paral. 23) (Juba Fragmentos históricos Griegos, III, 472, 23) /// Palámedes, que preveé oráculos a través de
la visión de lobos en el campo de batalla /// Macedón y Licaón (Hesidodo, Frag. 29) (Estrabón, VIII, 3, 29) /// APOLO; simbolizado
como Lobo; Apolo Licio o infernal, llamado Veovis /// Apolo Licio adorado en Cirene (Virgilio; Georg. Iv, 317) /// Sorano, como
Hades infernal asimilado al lobo (Virgilio, Eneida XI, 785) (Plinio Historia NAt. VII, 19) /// LETO, madre de Apolo, convertida en loba
que huye al país de los Hiperbóreos, donde pervive adorada en esta figura, mito relacionado sin duda con los de Lugh y
Dagda (Apolodoro, I, 2 2) (Higinio, Fábula 40) (Hesiodo, Teogonía, 404) /// Las Ménades como amaestradoras de lobos (Diodoro
Sículo III, 64 y IV, 3) /// Licaón como Zeus Licio de Arcadia, donde se inmolaba una víctima humana y los asistentes la
devoraban, quedando convertidos en lobos por un periodo de ocho años (Estrabón V, pag. 221) (Pausanias VIII, 2, 1 y ss) (Higino
Fabula 175) (Hesiodo, Fragmento 71) /// Marte representado como Lobo y su relación con la Loba Capitolina, que amamantó a
Rómulo y Remo /// Arcade y Licaón quien sirvió a su nietotroceado y guisado a Zeus y fue convertido en lobo por ese
ultraje (Apolodoro; III, 8,2 y III, 9, 1) (Ovidio; Metamorfosis, II, 406) (Higino; Fabula 224) /// HÉCATE representada con cabeza
cánida, como maga y hechicera /// Cultos a ARTEMISA relacionados con los perros y amaestramiento de lobos, cercanos a
Hécate y los poderes de la magia.
Finalmente, ha de citarse a Teófane madre del Vellocino de Oro, que fué transformada por Posidón en oveja para que nadie la
poseyera. Quienes llegaron a su isla para pretenderla, al no ver más que ovejas se dispusieron a matarlas y comerlas, siendo
convertidos en lobos por Posidón. Teófane y ese dios del mar tuvieron al carnero de oro, que salvó a los niños Frixo y Helene
del sacrificio ritual cuando su padre se disponía a matarlos. El carnero fue transformado en constelación y en el vellocino de
oro, tras lograr Frixo llegar volando en aquel hasta la Cólquida. Siendo así que el ciclodel Vellocino de Oro se relaciona con la
salvación del infante del ritual de imolación, dejando la historia de Teófane ver que quienens no lo practicaban eran vistos
como seres humanos licántropos (convertidos en lobos).
ORIGEN Y SIGNIFICADO DE LAS REPRESENTACIÓNES
ZOOMORFAS CERCANAS AL "LOBO VACCEO". Capítulo
ANEXO: Sobre las teseras hospitalarias; parte tercera (III)
-CONTINUACIÓN-
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en SOBRE LOS TEXTOS IBÉRICOS DE MARIO GÓMEZ-MORÁN (07/08/2012)

VIENE DESDE LA ENTRADA DE ARRIBA; ES SU CONTINUACIÓN


El orden de lectura de las entradas que le preceden es el siguiente:
1ª TESERAS CON FORMA SIMILAR A UN OSO. Capítulo ANEXO: Sobre las teseras hospitalarias; parte tercera (I).

http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/10/blog-post.html

2ª ORIGEN Y SIGNIFICADO DE LAS REPRESENTACIÓNES ZOOMORFAS CERCANAS AL "LOBO VACCEO". Capítulo ANEXO: Sobre las
teseras hospitalarias; parte tercera (II).

http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_4611.html
(es imprescindible leer previamente el artículo que hay encima -en el blog-)

AL LADO: Detalle de la escena de sacrificio del caldero de


Gundestrup (agradecemos nuevamente en Museo Nacional de Dinamarca -arqueológico de Copenhage-
nos permita divulgar la imagen). En ella vemos claramente un cánido en situación muy semejante a la
del perro de Mitra y que al parecer aprovecha el sacrificio para lamer sangre, o intentar coger
alimentos desde la crátera. Al lado de este lobo -o perro- hay un ser gigante que introduce a un
guerrero (muerto) en el gran caldero; lo que en opinión de otros es un sacerdote sacrificador que mete en
aquella tina metálica a un niño. Su sentido para muchos está relacionado con una inmolación humana,
aunque para nosotros se trataría del ritual de reencarnación o de resurección de la mitología céltica.
Religión que narra como los dioses tienen la capacidad de "cocinar" en el caldero sagrado a los
soldados caidos en la guerra, para devolverles la vida o sanarles. Una ceremonia que sin duda alguna
habla de las pócimas y medicamentos que los druidas y magos realizaban, para curar a los heridos en
combate.

ABAJO: Parte de la escena anterior completada de una lámina del caldero de Gundestrup (nuevamente
agradecemos al Museo Nacional de Dinamarca, nos permita divulgar la imagen). En esta observamos
claramente al personaje de proporciones sobrehumanas y vestido de soldado (con cota de malla, o
bien traje protegido por trenzados), luciendo coleta y que introduce a una persona en el
caldero. Algunos han identificado este momento con los sacrificios al dios Teutates, a los que se ahogaban
víctimas. Otros con un ritual de muerte de un enemigo desangrado sobre la crátera, mientras el perro o lobo
lamería su sangre. Finalmente, los hay que se relacionan la imagen que vemos con un ritual de bautismo
aunque nosotros la vemos unida a los famosos calderos mágicos de capacidades curativas y que
devolvían la vida a los guerreros muertos en combate (siendo nuestra opinión que esto último es lo
que se representa en la escena).

4- EL SACRIFICIO EN GUNDESTRUP Y SU RELACIÓN CON EL CÁNIDO:

El Caldero de Gundestrup que venimos analizando se completa con algunas placas de plata más, entre
las que destaca aquella que hemos recogido en su parte izquierda arriba y que representa un sacrificio
ritual. Tal como vemos en las otras imágenes bajo estos párrafos, su escena completa consiste en un
desfile de guerreros a caballo (clase ecuestre) bajo los que hay otra fila de infantes armados
(escuderos o simples soldados). Al lado derecho unos músicos celebran la "parada militar", tocando
el gran cuerno trompeta (karnix), mientras a nuestra izquierda vemos el personaje gigante que
introduce a un humano en un caldero, bajo el cual un perro lame lo que se supone, son las gotas de
sangre del ese muerto (o bien espera para comerlo).

Antes de comentar lo representado, hemos de explicar que el caldero entre los celtas (indoeuropeos de
todo el continente) contenía un valor religioso muy singular. Atestiguando ya Estrabón (1) que
estos pueblos del centro y Norte de Europa tenían por costumbre depositar calderos o tesoros en las
ciénagas y lagos. Lugar en el que precisamente fue hallado este de Gundestrup, tanto como muy
cerca y también entre los lodos, se encontró otro (no tan valioso) que sacaron de la turbera danesa del
lago Bra. De un mismo modo, han aparecido este tipo de "ollas rituales" entregadas al pantano o a sus
fangos, en Duchcor (Checoslovaquia), o en las orillas de Blackbum Mills y en Carlingwark lake
(Escocia). Cuanto decimos, se asocia igualmente a numerosos hallazgos de hachas, armas, joyas o
corazas, arrojadas por los celtas a las aguas y que se cuentan por centenares en toda Europa.

Por lo demás, el significado religioso de estos calderos se asocia con varios ciclos mitológicos
(irlandeses y galeses en especial), tanto como con rituales celebrados por los druidas y con los
sacrificios ofrecidos a las divinidades. Entre ellos destaca la famosa "olla" del dios gaélico Dagde,
quien poseía la "cuba inagotable", cuya miel, carnes, vinos y viandas nunca paraban de manar
desde su interior. Siendo este un verdadero "cuerno de la abundancia" con el que se festajaba a los
guerreros valientes en el "banquete final". En el Más Allá se hallaba estea "crátera de la abundancia"
inagotable y con la que celebraban las fiestas los más fieros soldados caidos en combate. Aunque
también, desde el reino de los muertos le fueron entregados a los hombres varios calderos con poderes
mágicos y curativos. Así, entre las leyendas gaélicas se halla mención de estas "tinas metálicas" sagradas,
que incluso tenían la capacidad de resucitar. Siendo muy famoso el "Caldero de Bran" soldado que
recibió esta preciada crátera en las orillas de un lago en el que fué encontrado y que posteriormente
regaló al rey de Irlanda. Crátera de Bran cuyo enorme don era el de resucitar a todo guerrero que se
introdujera y que fuera allí cocinado.

Algunos cofundidamente denominan a esta mágica olla "El Caldero de Lug", pues en verdad aquel divo
celta se tuvo por el dios de la medicina (aunque más bien debe comparársele con Apolo -por cuanto era el
patrón de la sabiduría y de las las artes-). Pero realmente era Dagda el poseedor de esta gran crátera de
metal de poderes mágicos y que en nuestra opinión está muy relacionada con la farmacopea.
Creación de pócimas, brebajes y remedios que entre los druidas se ejercía profusanmente, cociendo
vegetales y misteriosas póciones en esas ollas "sagradas". Finalmente otras historias identifican las
grandes tinas con el divo principal celta llamado Teutates (padre de todos). Al que según Lucano se
sacrificaban humanos ahogándolos -en los rios o en cubas- (2) . Todo cuanto pudiera explicar la escena
que hemos visto representada en el caldero de Gundestrup y que a continuación recogemos de forma
contrastada para observar mejor sus detalles.

AL LADO: La imágenes anteriores de sacrificio destacadas y


contrastadas para que se aprecien bien todos sus pormenores.

ABAJO: La escena completa de la placa en la que vemos el desfile de soldados (arriba ecuestres,
abajo infantes) y al lado unos músicos tocando la tuba sagrada; lures o karnix de largo cuerno en
cuya boca figuran esculpidos lobos feroces. Del otro lado, un sacerdote (o más bien un
dios) introduce en el caldero a un guerrero muerto, mientras un lobo lame su sangre.

Muchas son las teorías acerca del significado de este sacrificio , aunque la gran mayoría relacionan su
representación con la imolación humana, que historiadores y fuentes clásicas relatan muy comunes entre
los celtas (3) . Normalmente se ha visto en esta imagen un sacrificio de presos, basándose en una de las
citas de Estrabón, en la que el geógrafo historiador afirma que era costumbre de los pueblos de
Jutlandia cortar la garganta a los prisioneros, dejando se desangrasen en un caldero (4) . Narrando
concretamente como las sacerdotisas que acompañaban a sus ejércitos vestían con coronas a
aquellos infortunados a los que luego suspendían por los pies para degollarlos ellas mismas,
dejando caer su sangre en una gran crátera de centenares de litros (mientras que otras sacerdotisas de
este pueblo cimbrio, los abrían en canal para practicar con ellos la extispicina) (5) .
.

Tras leer el texto de Estrabón (ver citas 4 y 5) nos podríamos plantear que lo representado
en Gundestrup no deja lugar a dudas, tratándose de lo descrito por el geógrafo griego. Pese a ello,
muchos investigadores tienen serias dudas de que realmente sea aquel el ritual y no otros
realizados con calderos sagrados y de carácter muy distinto. Para los interesados en ello,
recomendamos un breve artículo liberado en la red y sin firmar (publicado por Terrae Antiqvae -ver cita 7-),
que realiza un resumen bastante acertado sobre las opiniones de algunos expertos en el tema.
Mencionando y defendiendo la teoría de que la iconografía del supuesto sacrificio fuera en realidad la
de un bautismo al "smith god" Tleps. Un dios herrero caucásico a cuya forja acudían las madres
llevando a sus hijos para que los introdujera en el agua de templar aceros y convertirlos así en
invulnerables (leyenda que se relacionaría con la de Aquiles). Todo ello lo justifican iconográficamente en
Gundestrup porque -según Krutas- esa pieza presenta no solo tema célticos, sino también,
"numerosos elementos del mar Negro"; es decir, de la zona en la que se desenvuelven los actuales
Osetas y antiguos Escitas. Pueblos que tenían por costumbre -aún conservada-, que la progenitoras
llevaran a su hijos a la forja, donde el herrero los sumergía en la cuba del agua de templar pidiendo a la vez
al divino Tleps por el neonato (6) . Una forma extraña de bautismo muy semejante a la que recibió el
héroe de la Iliada, cuya madré consigue de un modo muy semejante que fuera invulnerable a las
armas (a excepción de su talón que quedó fuera de las aguas estigias).

Posteriormente sigue exponiendo la autora del mencionado artículo, que: "Quizá la escena del caldero de
Gundesdrup representa a Tleps, ese dios herrero del Caúcaso o a otro semejante, en el momento de
introducir en el agua al joven que se inicia como guerrero, lo mismo que el herrero introduce a los
niños en el agua de la fragua para dotarlos de vigor, como en un bautizo, un rito de paso." (..)
"Dumezil completa la referencia a la costumbre descrita con otra en el mismo contexto de la fragua :
`Según N. Zardenscaya (...) Las mujeres encinta iban a la forja donde eran rociadas con agua
mezclada con carbones. En caso de parto dificil, hacían beber a laparturienta agua que hubiera
servido para templar una espada´ ". (7) Pese a lo bello de la idea, yo personalmente me inclinaría más
a pensar que la iconografía de esta placa de Gundestrup es lo descrito por Estrabón (la inmolación
de prisioneros) o bien una ceremonia de religión celta de resurección. Toco ello al considerar que no
es un niño el que es introducido en la crátera, fundamentalmente porque va vestido como el resto de los
soldados (con lo que es a todas luces un "uniforme" protector y un casco). Siendo su atuendo
exactamente igual al del resto de los guerreros que le rodean, e incluso al de aquel (gigante) que lo
mete en el caldero; lo que obliga a creer que tampoco ser trataría de un enemigo -preso, atado, coronado y
desarmado; como refieren las fuentes que eran estos degollados por las sacerdotisas-.

En todo ello, el principal motivo que me lleva a pensar que pudiera tratarse de una escena de dioses
indoeuropeos, es el hecho de que el sacrificador (o el que toma a la persona para introducirlo en el
caldero) es de un tamaño desproporcionado y que aquel "gigante" también tiene la misma apariencia
que los guerreros que rodean toda la recreación. Pareciendo más un dios que un sacerdote y que si
se tratara de una mujer -habida cuenta de su coleta- nunca sería una sacerdotisa de traje talar, sino
una diosa-guerrera (divinidad de la batalla o una sus oficiantes, extrañamente ataviada de soldado).
Puesto que en verdad luce una gran trenza (algo común entre ciertos militares de rango), pero su
apariencia es que está cubierto de cota de malla o bien de cuero y con un traje muy similar al del resto
de militares (no pareciendo una vaticinadora de las que Estrabón nos habla). Por lo demás un hecho
fundamental para dejar de considerar que la iconografía sea de un sacrificio se basa en que el
oficiante no porta cuchillo ni espada, ni menos su apariencia puede asemejarse a la de un sacerdote o
pitia cimbria (lo que podemos atestiguar debido a que algunas de ellas aparecen en otras placas del mismo
caldero).

Por todo lo expuesto anteriormente, yo -personalmente- me inclino a pensar que se trataría quizás de
un rito de resurección y no de "bautismo" ni de sacrificio. Justificando ello en la disposición de los
guerreros y por el tamaño y vestimenta del personaje que introduce al individuo en el caldero. Un ser
que parece sobrenatural y que preside la "parada militar" de los allí representados -"gigante" que
además ha de suponerse, es un guerrero (por su aspecto)-. Lo que me lleva a deducir que
seguramente es una figuración del banquete del Walhalla (de Odín o de Dagde), en el que se honra al
soldado para ser cocinado y reencarnado en una nueva vida. Festín reservado en el Mas Allá para los
caidos con dignidad y donde se hallaba el famoso caldero con el cual se lograba resucitar a los muertos en
batalla (llamado de Dagde o de Bran y que poseían -entre otros- el rey de Irlanda). Un hecho y mito que
-en mi teoría- claramente se relacionaría con el perro o lobo que vemos a los pies del cadáver y bajo
la crátera metálica; animal que aprovecha la oportunidad para lamer su sangre o incluso intentar
devorarlo.

AL LADO: Otra de las placas de plata del magnífico caldero, en la


que se representa a un dios, que toma con sus manos a dos hombres también vestidos de
guerreros. Estos a su vez, cada uno sujeta a un perro y bajo todos ellos hay a la izquierda un cánido
(quizás lobo) y a la derecha un pegaso. Representaciones que las identificamos con el perro y el caballo
como animales de la guerra, de lo que el dios que aparece en el centro sería el de la guerra como "el
señor de los animales" (un Thor -Taranos- cercano al Teshub anatólico, que se presenta sobre
leones, toros o caballos).

ABAJO: Otra de las láminas del mismo caldero, en la que de nuevo observamos un dios de
descomunales proporciones y que se ha identificado con el gaélico Dagde, señor del caldero de la
abundancia. A su lado, un guerrero sujeta la rueda (símbolo solar indoeuropeo por antonomasia) a
modo de arpa, por lo que podemos identificar esta figura con el Apolo celta, denominado
comúnmente Lugh (divo patrón de la sabiduría, las letras y las artes). A ambos lados, dos cánidos de
fiero aspecto que parecen lobos idealizados. Abajo, algunos grifos típicamente de estilo tracio o
anatólico (mitad caballo, mitad pájaro; que se relacionarían con la velocidad de algunos equinos y
con Pegaso). En el centro la sierpe, con cabeza de carnero; pudiera ser el llamado "Uróboros" (también
llamado, Oulowolf y Ouroboro). Dragón u ofidio que la filosofía druídica narraba habitaba bajo el
Mundo (terreno), dirigiendo el destino de los hombres, moviendo la tierra (provocando terremotos); al
cual se debían las corrientes telúricas y el nacimiento de los manantiales.

El detalle de la escena de sacrificio (hablamos de las fotos previas a las de arriba) en la que vemos
al cánido pretendiendo comer al difunto -o su sangre- creemos que nos daría una clave sobre su
iconografía. Así, por la situación de aquel ser sobrehumano (un dios) que lleva a alguien entre sus
brazos, nos lleva a deducir que lo representado en el Caldero de Gundestrup es un ceremonial de
honras fúnebres (posiblemente de un rey y quizás de aquel noble cuya familia o saga donó al lago esta
crátera). De tal manera, el lobo o perro bajo el fallecido; nos hablaría de que aquel guerrero que sujeta
el gigante, ha muerto en la lucha y debe ser devorado por los carroñeros. Tal como era costumbre
entre los celtas, quienes dejaban en el campo de batalla al más valiente para ser comido por los animales
-totems entre los que se hallaba con mayor rango el lobo-. Un depredador que al engullir al valiente
soldado cumpliría su función de reencarnarlo y enviarlo al Mas Allá. Lugar donde lo recibiría el dios
que lo introduce en el caldero para sanarlo y devolverlo a la vida (correspondiendo ello posiblemente a
lo representado en la escena que estudiamos). Mientras cuanto narramos sucede, la tropa que mandó
aquel valiente general (o rey), estaría figurada en las dos lineas de hombres armados que desfilan
apoyados por los músicos, presentando todos ellos sus respetos ante el cadáver que se encuentra en el
tránsito.

Así es como interpretamos la escena que reflejaría de manera sublimada el ritual indoeuropeo de
exposición del guerrero valeroso, que obligaba a dejarlo en el lugar donde cayó, para que pasara a
manos de los dioses tras ser devorado por las alimañas. Siendo para mí esta placa de Gundestrup
una figuración de la metempsicosis y de los rituales mortuorios idoeuropeos, en los que el cánido
cumple una función primordial: Comer al guerrero para hacerlo llegar al mundo de los muertos, donde el
dios del caldero sagrado le resucita. La otra hipótesis (la del sacrificio, que no nos convence
plenamente), obligaría a pensar que aquel que figura sobre la crátera es un prisionero ejecutado,
entregado a los lobos -o a los perros-, tras recoger su sangre en la crátera. Incluso pudiera concluirse
de lo que vemos, que quizás fueran así cocinados esos prisioneros sacrificados que menciona
Estrabón, para alimentar a los canes del ejercito que los inmolaba.

Puesto que el geógrafo griego añade que tras haberlos degollado o matado para vaticinar con sus
vísceras y sus espasmos, encendían el caldero con el fin de hervirlos. Atreviéndome a expresar como
una idea personal, que muy posiblemente también algunos de estos cuerpos de guerreros amigos,
cuando tras ser heridos morían en el campamento, se introdujeran en "una crátera de resurección"
(como expresan las leyendas celtas). Donde tras ser cocinados fueran entregados a sus más fieles perros;
en sustitución de la exposición y para que se reencarnasen en los animales. Rito que quizás es el que
vemos en esta imagen y que se completaría con la ofrenda de los restos del homenajeado a sus "amigos"
más fieles: Los canes, que entre los indoeuropeos se consideraban casi humanos y eran veneradísimos.

Acerca del valor del perro en el mundo indoeuropeo, son innumerables sus ritos, leyendas e
historias. Entre las que destaca la de uno de los héroes más importantes gaélicos cuyo nombre es el
"soldado perro", Cuchulain (de "CU" "guerrero" y "CHULAIN", sabueso). Noble irlandés,
Hijo del dios LUGH y de DECTERA, hermana del rey del ULSTER; que un día mientras vistaba a su
padre adoptivo en la casa del herrero Culann mató a la perra que guardaba la forja. Tras lo que se
comprometió a hacer él de sabueso en la hererría, hasta que un cachorro de la que había matado llegara
a la edad adulta. Pasando más tarde Cuchulain a defender solo el Ulster, en la famosa batalla de los
toros de Cualinge (expuesto en el ciclo "Razzia du toreu de Cooley"), que curiosamente comienza con el
robo de un semental de bóvido generando la invasión de Irlanda (que más tarde logra recuperar
Cuchulain). Infinidad son las historias celtas y gaélicas que se refieren a canes junto a toros y que
curiosamente cuadran o encajan con muchas de las escenas que vemos en el caldero danés, donde
ya habíamos encontrado una caza de uros y donde el animal que más se repite es el perro (o el lobo).

Unos cánidos que para los indoeuropeos fueron sagrados, habida cuenta que eran su compañero de
guerra, de guardia, defensa y caza. Tanto que se suponía que en el Más Allá, el señor del mundo de los
muertos (Arawn) tenía numerosos perros, que le ayudaban y con los que siempre compartía sus
festines. Animal que en muchos casos se tomaban por el guía ideal del viaje del difunto y que como tal
era sacrificado, para que acompañaran al fallecido en su camino hacia el Walhalla -costumbre común
a muchas culturas-. Matándose la mascota real del fallecido u otras y que en ocasiones comían los
celtas en ceremonias rituales. Todas estas costumbres sin lugar a duda son el origen de la impotante
función que aún hoy tiene en el mundo anglosajón este animal, que durante la etapa del románico y del
gótico numerosas veces aparece esculpido en la tumba del noble (indicando la fidelidad). Por todo ello, el
perro para los celtas era el símbolo de la muerte (al tenerse por el más fiel amigo que podía
acompañarnos hasta ella sin temor); de la curación (al observar que se autocuraban con su saliva,
con su alimentación, purgantes y etc); de la caza y la diversión (por su simpatía y bondad) y de la
fildelidad y la amistad.
AL LADO: Parte derecha de la escena del sacrificio, donde aparecen varios músicos
tocando lures (o kanix); largas tubas similares a las que aún se hacen sonar en los Alpes y que
llevaban tallada una cabeza de lobo fiero en su extremo o boca (también figuraban otros animales
"monstruosos" en esa parte final de la tuba; principalmente jabalís). La representaciòn de aquel hombre
gigante introduciendo en el caldero al guerrero junto a todo un ejército en parada militar, se
completa con estos músicos que acompañan el rito. Curiosamente Estrabón no habla de que los
cimbrios lucharan bajo el sonido de estos lures o tubas, sinó que cuando entraban en combate las
sacerdotisas y mujeres hacían un estruendo terrible con los escudos y objetos de cuero en sus
carromatos (8) . Por todo lo que expresamos, la escena nos hace creer que se trata de un ceremonial de
honras fúnebres.

ABAJO: Una de estas "trompetas" celtas, pero en este caso celtíbera y en forma de tuba romana
(circular). Se trata de un ejemplar hallado en Numancia y perteneciente a los fondos del Museo
Numantino (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Veamos que igualmente en su extremo
se halla el lobo fiero, de boca abierta, todo lo que lleva a pensar que el sonido de estos lures
celtíberos intentaba de algún modo imitar (o emular) el ladrido o gruñido del lobo. Como forma
seguramente intimidatoria contra el enemigo y de ánimo para los combatientes propios. En el caso de las
tubas numantinas, tanto como en el de los karnix daneses, vemos el lobo tiene un significado muy
preciso relacionado con la fiereza y la guerra. Siendo con toda seguridad un totem que concedía la
suerte (de ello que en algunos relatos, la visión de un lobo previamente a entrar en lucha, era presagio de
ganar la batalla).
Por cuanto sabemos no cabe la menor duda de que los cánidos eran los más importantes totems entre
los celtas, animal sagrado cuya deificación igualmente existía en el lobo del mitraismo persa -que
seguramente en el posterior culto de Mitra romano se convirtió en el perro que le acompañaba- (9) . Puesto
que en nuestra opinión, en todo el nuevo culto de Mitra que Roma tomó y fue reelaborando, habría
unas profundas influencias celtas. Algo que afirmamos, debido a que comunmente se cree -o interpreta-
que esta religión mistérica fué introducida por los cilicios en Roma, poco antes del año 70 a.C.. Contándose
que ello se debió al contacto con los piratas llegados desde esta costa (hoy turca) hasta Italia, que
convirtieron al mitraismo a los primeros soldados romanos. Corsarios que abundaban en el litoral de
Anatolia (llamada Cilicia) y que curiosamente llegaron a apresar a Julio César en estos años en los que su
trato con los ejércitos romanos expandiría sus creencias. Pese a ello y a la dudosa veracidad que tiene
este origen de la mistérica religión en Roma; el hecho cierto es que estos cultos tan persas y escitas
(y por lo tanto, indoeuropeos) tal como llegaron al imperio estaban impregnados de rasgos celtas -al
menos en mi opinión-. Todo lo que creemos se ve en el caldero de Gundestrup donde a mi juicio se
expresan diversas creencias de este orígen.

Por todo ello, considero a la figura central (el llamado Cernunos, que hemos estudiado en la entrada
anterior) un dios muy cercano al persa Mazda -el padre de Mitra-. Pero incluso creo poder ver a la
madre de este mismo Mitra entre los representados en el caldero; sobre todo en una de las placas,
donde hay iconografiada una clara maternidad. Es esa la que mas abajo recogemos y en la que se
observa una figura central de sacerdotisa o diosa, ataviada tal como Estrabón explicaba que se
vestían las pitonisas y magas de los cimbrios (10) . Su escena es la siguiente: Se halla en el centro una
mujer, con los pechos al aire (o muy marcados), mientras sostiene en su regazo y con el brazo
derecho, un hombre muerto. Del otro lado y a la misma altura, yace un perro y ella levanta la mano
como en actitud de lanzar una paloma. En su hombro se sienta otra mujer (de traje talar y pecho
igualmente marcado). Mientras en la parte más alta y a cada lado podemos ver: A la izquierda un
hombre que la peina y sobre este un ave (probablemente buitre o águila) y a la derecha, un perro
muerto y sobre aquel otro pájaro igual al que había sobre aquel que peinaba a la diosa.

La escena (que podemos ver más abajo en imagen) en mi opinión reflejaría: Arriba la derecha, el
guerrero muerto camino del cielo donde lo lleva el ave (el buitre que lo come) mientras este peina a
la diosa -su madre-. Igualmente el perro que yace sin vida del lado contrario, también es representado
más arriba elevándose hacia el cielo gracias al pájaro que sobre aquel se halla. En el centro, se
representaría esta diosa de la maternidad, que podemos identificar con Anahita (madre de Mitra); que
sujeta con sus brazos al soldado caído en batalla, junto a su perro. Sobre el hombro de esa diosa, de
nuevo hay una mujer y que yo identifico con la esposa del guerrero -aparece sentada encima la
diva-. Se trataría pues todo ello de la segunda parte de la historia del guerrero fallecido y que hemos
visto honrar en el caldero por sus tropas, mientras se realizaba la ceremonia de su resurección en la
crátera. Siendo esta lámina la que explica como sube al cielo junto a su perro (gracias a las aves que
lo comen); mientras peina a su madre-diosa que le recuerda ayudando a su esposa (que se sienta
sobre el hombro de la madre). Ver la representación:

AL LADO: Escena de maternidad en el caldero de Gundestrup. En


ella interpreto que se halla una diosa madre (central) que sujeta a un guerrero muerto -que ha dejado
de vivir y por lo tanto no puede alimentar en su pecho-. Del otro lado, un perro igualmente sin vida y más
al extremo -en el hombro de la diosa madre-, una mujer sentada que interpretamos como la esposa
del difunto. Sobre todos ellos, la figura del soldado muerto ascendiendo a los cielos (gracias al buitre
que lo lleva) a la derecha y peinando a su madre. En el lado izquierdo, de igual modo, sube el perro al
reino de la eternidad (también por mediación de otro ave que hay sobre aquel).
ABAJO: Fondo del caldero de Gundestrup. En este encontramos ciertamente la clave de su carácter
mitraico, al ver dentro de aquel la representación de un toro tumbado o en actitud de caer (quizás
ante un sacrificio) y que como el bóvido de Mitra tiene antes sí un animal maligno. En este caso
curiosamente es un cocodrilo el que representa al mal que lo ataca, tal como el buey de Mitra era mordido
por el escorpión y la serpiente (por lo que el dios acababará con el animal de forma rápida y noble). Tras el
toro se encuentra un guerrero, pero esta vez con la espada en mano y su perro al lado, figurando
claramente como Mitra y su inseparable can.

Finalmente quedaría tan solo por analizar el fondo del caldero para tener la certeza de que sus
escenas se refieren a una religión de tipo Mazdeista o mitráico -cuyos diferentes misterios hemos visto
representados en sus paneles laterales-. No sabemos si existen otros estudios que confirmen lo que
decimos acerca de Gundestrup, pero creemos suficientemente argumentado pensar que estas
figuraciones simbolizan ciclos de unas creencias solares de tipo indoariano; muy cercanas a las
seguidas en gran parte de Asia Menor y del Cáucaso desde el nacimiento de Zoroastro. Máxime cuando
vemos un sacrifico de tipo mitráico en su fondo, donde en la cabeza del propio toro se dibujan los
símbolos del Sol (en la frente) y de la Luna (en el morro). Bóvido al que le faltan los cuernos y que
seguramente se habrían perdido al ser de marfil (o de oro) -ver detalles en la foto última sobre este párrafo

Tras aquel gran uro de enormes testículos (como podemos ver), se halla un personaje armado con
una espada y frente a él, su perro. Ambos, pese a representarse como tumbados, se encuentran en
ademán de movimiento y más concretamente de ataque. Todo lo que habla de que se hallan a la caza
del toro, siendo el momento descrito en que "Mitra" se prepara para asestar una cuchillada al bóvido.
Ello se relacionaría con otra escena del caldero en que figuraban varios soldados matando a toros
ayudados por sus realas (ver artículo anterior y sobre este). Si aumentamos la imagen y la observamos
con detenimiento, encontraremos como el perro lleva un gran collar protector, de los usados para que
los lobos y otros animales no hagan presa en su cuello. Mientras, su dueño luce el traje de guerrero
que ya vimos en el resto de representados con armas, aunque se le observa coleta o trenza. Ello nos
lleva a pensar si se tratará del mismo personaje que había en la escena del sacrificio. Un guerrero de
proporciones gigantes, ataviado de igual forma (con trenza) y que tenía tomado a un hombre al que
ponía boca abajo sobre el caldero.

Aunque en la fotografía aumentada (ver abajo al lado) se llega a observar que aquel que imaginamos
es Mitra, parece que tuviera los pechos descubiertos y el pelo de mujer. Lo que nos llevaría a
concluir que el que oficia el ritual del sacrificio tanto como este que mata al toro, serían mujeres
guerreras o bien diosas de la guerra. Algo que cuadraría con la veneración a la madre de Mitra
(Anahita), que en mi opinión aparece en el caldero como maternidad; ya que ella es la patrona y deidad
de la guerra. Una diosa Anahita que como un Marte (o Ares) grecorromano, preside las batallas y la lucha.
Diva del combate que sin lugar a dudas hemos de identificarla con la gaélica "Diosa Blanca" y que se
identificaría con los más extraños cultos de la Luna y con los ritos de la antigua Artemisa. Deidad de
origen neolítico, adorada como la domadora o domesticadora de los animales (su señora); una
Potnia Theron venerada junto a bestias salvajes y cuyos ejemplos los tenemos en todo Oriente Medio y
Levante Mediterráneo durante el II milenio a.C.. Siendo conocidísimas entre las mujeres que oficiaban
esos cultos a las señoras de los animales; aquellas sacerdotisas -que como las de Creta- eran
domadoras de serpientes o taurómacas. Unas acrobáticas adoradoras del toro, que saltaban y apresaban
morlacos en Cnosos y en cuyo laberinto del Minotauro realizaban los ritos del astado sagrado que allí se
escondía.

De todo cuanto se deduce que el rito del toro de Minos -mitad hombre-, al que entregaban cada nueve
años varias doncellas y jóvenes, con el fin de inmolarlos al dios cornúpeta. Está completamente
relacionado con los cultos que arriba vemos en Gundestrup. No solo con la cacería de uros salvajes,
sinó también con esta representación de una Mitra mujer (como Artemisa Britomartis), que mata el
toro junto a su perro -totem de la diosa Artemis-. Una muerte del astado que se celebraba entre los
mitraicos cuando acababa el ciclo del Sol (el 25 de diciembre) y que por lo tanto se relacionaría
plenamente con la idea del laberinto. Ya que el gran laberinto, el primigenio y primero, representado
desde los megalitos, hasta los tiempos modernos, es la Via Láctea. Esa máncha de luz giratoria,
compuesta por los cuerpos celestes cuya comprensión y estudio era el secreto de los sacerdotes (ya
que permitía guiarse en los desiertos y en el mar). Por todo cuanto la victoria del toro en el laberinto
mucho tuvo que ver con los secretos del Cosmos y ello con el calendario (imprescindible para crear
una civilización). De lo que Mitra (hombre o mujer) matando el bóvido el día que comenzaba a
"resucitar la luz (fecha de su nacimiento) se relaciona plenamente con un Teseo acabando con el
Minotauro. Héroe griego que simboliza de algún modo la superación del sacrificio humano y la
liberación del hombre a través de la inmolación del toro en sustitución de aquel.

AL LADO: Detalle del fondo del caldero de Gunderstrup donde vemos que el
sacrificador (Mitra) es una mujer. Por lo tanto las creencias aquí representadas serían de tipo frigio y han
de asimilarse a las de Artemisa lidia y a los cultos de Cibeles. Figurando unos ritos similares a los
oficiados por las sacerdotisas minoicas, cuyo deber era el de dominar al toro salvaje o a la serpiente.

ABAJO: Vista general del caldero. Aprovechamos esta última imagen para agradecer al Museo de
Copenhanguen (Arqueológico Nacional de Dinamarca) que nos permita divulgarlas.
Tras cuanto hemos ido viendo, no nos cabe la menor duda de que en la Jutlandia contemporánea al
caldero de Gundestrup (siglos II al I a.C.) gran parte de las oficiantes y diosas eran mujeres. Acerca de
ello y regresando a la cita de Estrabón, podríamos pensar que consecuentemente ha de creerse que lo
iconografiado en la "placa del sacrificio", es una de esas inmolaciones de humanos, ya referidas y
realizadas por vaticinadoras (en una gran crátera). Aunque para afirmar con rotundidad esta idea -que
en principio parece tan clara- hay varios problemas: El primero la inexistencia de cuchillo en la mano de
aquella que se supone sacrificadora (de la que se observan hasta las ataduras de los zapatos, por la
minuciosidad con la que está toda su figura labrada). En segundo lugar, la imposibilidad de que aquel que
esta mujer tiene entre sus manos sea un enemigo, porque va vestido exactamente igual a ella y al
resto de los guerreros que rodean la escena. En tercer término, se nos hace muy difícil comprender la
diferencia de tamaño entre la persona que introduce en el caldero y ella misma (que parece un
gigante). Todo lo que ha hecho suponer que se trataba de una madre "bautizando" a un niño en la
cuba de templar en acero; pero que a nuestro entender se justificaría por el hecho de que aquel gigante
es la figura de un dios. Deidades que en todo el resto del caldero vemos igualmente en un tamaño
mucho mayor que el resto de los personajes (humanos).

Estos tres motivos unidos a la observación de que aquel que parece Mitra matando al toro, tiene pechos
y trenza (o pelo largo de mujer). Nos lleva a concluir que el significado de la crátera es mitraico
femenino. Debiendo pertenecer su religión a un culto muy cercano al de Cibeles y que se basaba en
la adoración de una diosa madre antiquísima venerada por mujeres en las cavernas. Cueva que
representaba los tiempos más antiguos de la humanidad, tanto como el útero materno. Claustro donde se
gestaba y nacía la luz (gracias al fuego encendido en la gruta) y luz que simbolizaba al primer
vástago. Un hijo allí concebido o salvado (en la caverna) y que en Grecia se llamó Zeus -dia, dios o
luz-; pero que entre los gaélicos fue denominado Dagda, cuyo origen es el mismo al de Zeus o a la
palabra "dios": Del radical indoeuropeo que significa la "claridad", el "dia", la "luminosidad" ("diayus").

Dagda, era el divo celta propietario del caldero mágico que nunca se agotaba y del que comían todos
los valientes guerreros (fundamentalmente tras su muerte). Crátera que dió origen a la de Bran, que
guardaba el rey de Irlanda y que concedía la vida eterna o la sanación del que en ella se introducía. Mitos y
ritos que mucho nos recuerdan a los del primer Zeus (cretense) el cual recibió de su nodriza Amaltea
(la cabra) el cuerno de la abundancia. Una cornucopia que jamás se agotaba y del cual surgían todas las
riquezas, que se completaba con el llamado "vaso de los Curetas"; una vasija metálica fraguada por
los Coribantes o Dáctilos en la que cualquiera que se bañara era curado o renacido. Por cuanto
exponemos, hemos de concluir que las creencias de la Jutlandia de Gundestrup se acercaban mucho a las
que procedían de Lidia -o Frigia- (tan próximas a las minóicas y a las micénicas).

Siendo así, creemos que lo representado en la crátera danesa es lo siguiente:

1º- Una lámina que contiene un rey coronado como ciervo (o como dios Cernunos), rodeado de
animales y como señor de estos. Monarca muy cercano a Mazda en su simbología, pero también a Cronos
y que podía ser el padre del guerrero muerto al que se dedica el caldero.

2º- Una placa en la que vemos una maternidad, de una reina (diosa) que sostiene a su hijo yacente
entre los brazos, mientras este y su perro ascienden a los cielos (a un lado aparecería la
esposa). Siendo indudablemente aquel, el soldado fallecido que se homenajea en la crátera.

3º- Otra lámina en la que figura una cacería de uros ayudada por perros, quizás como símbolo de la
guerra o como ritual sagrado. Actividad en la que pudo morir el príncipe al que se dedica el caldero.

4º- La placa llamada del sacrificio, en la que los soldados rendirían homenaje al muerto que es
introducido en un caldero de manos de una gran diosa, con el fin de resucitarle. Frente a él, sus
soldados en parada militar y el perro (o lobo) que pretende comer su sangre.

6º- Diferentes deidades (similares a Dagda, Odín o Lugh) representados en otras tantas láminas.

5º- Finalmente el fondo del caldero, que contiene una escena de mitraismo femenino y que explicaría todo
el resto de la iconografía tal como a continuación exponemos (en la siguiente entrada más abajo).
.

SIGUE EN ARTÍCULO BAJO ESTE.

VER: http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/10/origen-y-significado-de-las.html

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CITAS:
(1): Estrabón; Geog. IV, 3

(2):Lucano; Phars. I, 444 y ss.

(3): Julio César en La guerra de la Galias VI, 15, dice textualmente sobre los sacrificios humanos: "los que padecen enfermedades
graves, y se hallan en batallas y peligros, o sacrifican hombres, o hacen voto de sacrificarlos, para cuyos sacrificios se valen
del ministerio de los druidas, persuadidos de que no se puede aplacar la ira de los dioses inmortales en orden a la
conservación de la vida de un hombre si no se hace ofrenda de la vida de otro; y por pública ley tienen ordenados sacrificios
de esta misma especie. Otros forman de mimbres entretejidos ídolos colosales, cuyos huecos llenan de hombres vivos, y
pegando fuego a los mimbres, rodeados ellos de las llamas rinden el alma. En su estimación los sacrificios de ladrones,
salteadores y otros delincuentes son los más" - del libro "Comentario a las Guerras de las Galias" ( "Bellum Gallicum" traducción
directa del latín: José Goya Muniáin y Manuel Balbuena; ORBIS -Madrid 1982-) (7, XIV)-.

De una manera muy similar se expresa sobre las inmolaciones celtas Estrabón en su Geografía (IV, 5), tanto como Lucano (ver cita
anterior). Diodoro Sículo, también menciona estos sacrificios humanos como "obligados" en cada ciclo calendárico druídico que era
de un lustro (V,61)

(4): Estrabón (VII 2,3): "Se cuenta también la siguiente costumbre entre los cimbrios: Sus mujeres cunado están con ellos en
alguna expedición, eran acompañadas por unas sacerdotisas de largos cabellos y vestidos blancos, con unas capas de gasa
abrochadas al hombro un ceñidor de bronce y descalzas; que se encargaban de hacer los vaticinios. Estas, ayudadas por
espadas recorrían todo el campamento en busca de cautivos de guerra. Tras adornarlos con coronas, los conducían hasta
una crátera de bronce con una capacidad máxima de veinte ánforas (unos 600 litros aprox). Cada una de ellas se subía sobre
una escalinata que tenía a su disposición y que quedaba por encima de la caldera, degollando al prisionero que había sido
alzado, realizando predicciones por medio de la sangre que iba cayendo en el caldero".

(5): La extispicina, era el arte adivinatorio por medio de leer las entrañas de una víctima. La narra entre los cimbrios de Jutlandia
en el mismo texto de Estrabón, Geog. (VII 2,3) -VIENE DE LA CITA ANTERIOR-: "...degollando al prisionero que había sido alzado,
realizando predicciones por medio de la sangre que iba cayendo en el caldero. Otras, sin embargo, tras abrirlos en canal,
inspeccionaban sus entrañas para proclamar la victoria entre sus gentes".

(6) En el artículo que hemos mencionado se recoge la cita de Venceslav Krutas -"Los celtas" edit.SARPE 1985; pag 354- del siguiente
modo: "…Nos han contado entre los Chepsuges, que las mujeres llevaban a su hijos a la forja. El herrero los sumergía en la
cuba del agua que le servía para templar el hierro, pidiendo a la vez a Tleps, (el dios herrero ) fortificar la salud del niño."

(7) Georges Dumezil, "Escitas y Osetas", edit. Fondo de Cultura Económica; Mexico, 2006. Procede la cita del mencionado artículo
liberado en red. Para los interesados ver: http://terraeantiqvae.com/profiles/blogs/una-costumbre-del-caucaso-y-el

(8): Estrabón (VII 2,3), sigue la cita anteriormente recogida habando de como las sacerdotisas "jaleaban" el combate de los cimbrios
haciendo riudos ensordecedores desde los carromatos.

(9): Hablamos del culto a Mitra posterior y romano, habida cuenta que este religión nacida hace unos cuatro mil años en la zona del
valle indoariano, se extendió a Persia y a Anatolia hacia el 1500 a.C.. Posteriormente y tras haberla seguido los Hititas y las gentes de
Mitani, desde el siglo X a.C., gracias a Zaratustra, fué conviertiéndose en culto oficial del mundo persa, que allí la conservó hasta su
transformación o sustitución por el (nuevo) mitraismo romano.
(10): Estrabón (VII 2,3): "eran acompañadas por unas sacerdotisas de largos cabellos y vestidos blancos, con unas capas de
gasa abrochadas al hombro un ceñidor de bronce y descalzas; que se encargaban de hacer los vaticinios".
ORIGEN Y SIGNIFICADO DE LAS REPRESENTACIÓNES
ZOOMORFAS CERCANAS AL "LOBO VACCEO". Capítulo
ANEXO: Sobre las teseras hospitalarias; parte tercera (IV)
-CONTINUACIÓN-
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en SOBRE LOS TEXTOS IBÉRICOS DE MARIO GÓMEZ-MORÁN (07/10/2012)

VIENE DESDE LA ENTRADA DE ARRIBA; ES CONTINUACIÓN DE LOS DOS ARTÍCULOS


ANTERIORES
El orden de lectura del estudio completo hasta llegar a esta entrada es:

1ª TESERAS CON FORMA SIMILAR A UN OSO. Capítulo ANEXO: Sobre las teseras hospitalarias; parte tercera
(I). http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/10/blog-post.html

2ª ORIGEN Y SIGNIFICADO DE LAS REPRESENTACIÓNES ZOOMORFAS CERCANAS AL "LOBO VACCEO". Capítulo ANEXO: Sobre las
teseras hospitalarias; parte tercera (II). http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_4611.html

3ª: ORIGEN Y SIGNIFICADO DE LAS REPRESENTACIÓNES ZOOMORFAS CERCANAS AL "LOBO VACCEO". Capítulo ANEXO: Sobre las
teseras hospitalarias; parte tercera (III) -CONTINUACIÓN http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_7.html

(siendo imprescindible para comprender el presente, leer previamente las dos que hay antes -en el blog-)

AL LADO: De nuevo, detalle del fondo del caldero de Gundestrup en


el que observamos un extraño "ser" que parece un cocodrilo, junto al toro sagrado. Animal exótico
que hemos de considerar una expresión del demonio o del maligno, quizás figurando como el hijo -o
la cría- de aquel bóvido; toro salvaje que para el mitraismo significaba las tinieblas a las que daba muerte
su dios cada 25 de diciembre (resucitando el Sol). La figuración de esta rara criatura ajena a la fauna de
Jutlandia, nos recuerda al modelo que sigue el "lobo vacceo", que como veremos está representado
de un modo que ciertamente nos hace pensar se trata de un totem de la noche.

ABAJO: Imagen en detalle del cánido existente en el llamado "vaso de los lobos". Crátera cerámica
hallada en el yacimiento vacceo de Rauda antigua (hoy Roa, Burgos) y fechado entre los siglos III al II
a.C. -según, el profesor "Abarquero"- (1) . En ella podemos observar esa extraña figura de un animal
cercano a un perro que come o lame un objeto -con apariencia de dulce o pan-. Siendo muy interesante
la representación cenital del cánido, que se halla agazapado, en posición sigilosa como robando un
alimento (que lame). Otra figura muy semejante y de un diseño tanto o más bello, fue hallada en
Pintia (nos referimos al pomo de puñal, de la tumba 32); lo que nos ha llevado a intentar estudiar qué
sentido pudiera tener la iconografía de estos animales, tan depuradamente representados. Un estudio
que comenzamos basándonos en los de Sanz Mínguez y Romero Carnicero y que nos hizo llegar hasta
el caldero de Gundestrup, pleno de lobos y cánidos y en cuyo centro se halla también el "extraño
ser", con forma de reptil pero cuyo aspecto mucho recuerda al de estos lobos vacceos (todo lo que
analizamos en la presente entrada). Agradecemos al Instituto de Estudios Vacceos -Federico
Watenberg- de la Universidad de Valladolid, nos permita divulgar la foto obtenida desde sus archivos y
modificada por nosotros (con el fin de que se observen mejor los detalles a comentar).

6- EL LOBO; TOTEM DEL GUERRERO CELTA Y DEL SEÑOR DE LOS ANIMALES :

Tal como decimos, una vez analizado el caldero de Jutlandia, nos quedaría por explicar su
interpretación (conforme nuestra teoría) y su relación con otras figuras zoomorfas, para llegar
comprender algo más sobre los lobos y cuadrúpedos en la iconografía celta -e íbera-. Aunque para
exponer unas conclusiones finales, previamente hemos de explicar claramente cual es la simbología
que creemos hay escondida en Gundestrup. Crátera en la que vemos (como dijimos) una ofrenda
dedicada a un príncipe o noble muerto; a cuya memoria probablemente sus padres encargaron y
dedicaron esta magnífica obra de orfebrería -que fué expuesta y enterrada ritualmente en una turbera de
Himmerland (Dinamarca)-. De ello consideramos que se iconografía en estas placas de plata a un
guerrero que falleció (en combate o cazando uros), al cual una "diosa-madre" resucita y un "dios-
padre" protege (junto a otras deidades); mientras, sus soldados le rinden honores.

Así, en una de las planchas repujadas ya dijimos que se observaba cómo aquel soldado subía al cielo
junto a su perro y gracias a la ayuda de su progenitora -una mujer que le toma en su regazo ya muerto,
cuya imagen es cercana a la de Anahita, la madre de Mitra-. En otras láminas están diversos dioses
representados, que velarían por el valiente noble fallecido. Destacando entre ellas una grande y
central en que figura un divo coronado con los desmogues de un ciervo -figurando como
Cernunos-; quien probablemente fuera el padre de este guerrero muerto. Un monarca que porta los
torques y que se identifica con Mazda (el progenitor de Mitra), tanto como con Cronos (el tiempo). Rey o
dios que sujeta una gran serpiente en su mano y se rodea de animales extraños, evocando los cultos
frigios o mazdeistas mistéricos (al rodearse de zoología exótica o imaginaria).

Finalmente, en el centro y dentro del caldero, se halla labrada de forma minuciosa la escena de una
diosa de pecho descubierto matando al toro (con la ayuda de su perro); uro ante el cual se halla un
extraño lagarto -o cocodrilo-, como si fuera el becerro de aquel. Todo ello evoca unas creencias de
resurección en las cuales se habla de cómo el guerrero muerto es reencarnado, por medio de los
ritos celtas relativos al caldero mágico. Soldado que realmente sube a los cielos gracias a que con su
muerte, se logra acabar con a las tinieblas (matar el toro de la escena central). Uniendo en todo ello los
cultos mitraicos con la costumbre celta de cazar uros salvajes; ejercicio cinegético que vimos como
comentaba Julio César, era una de las más arriesgadas y celebradas actividades, entre las que
realizaban los guerreros centroeuropeos. Por todo ello, lo que se observa el caldero de Gundestrup, en
mi opinión sería un canto a la resurección bajo la religión de Mitra y a la vez la síncresis del
mitraismo con las costumbres celtas. Ritos indoeuropeos entre los que se hallaba la sacralización de las
cráteras mágicas con poder de resucitar, tanto como la consideración de que el modo más digno y veloz de
alcanzar un lugar en el banquete de Odín ("ganarse el Cielo"), era morir en la guerra o con valor -en la
caza-.

Jugando un papel importantísimo en todo lo descrito la representación de cánidos. Los que de


ser lobos, actuarían como "depredadores metempsicóticos", que comen el cadáver del guerrero para
así lograr su reencarnación. Mientras si son perros, figuraban en la antigua Europa como el mejor
amigo del soldado o del pastor, acompañándole en todo su ciclo de la vida y muerte (incluso en la subida
al Cielo). Estos y otros motivos, confieren sin lugar a dudas al can un papel tan preponderante como
mágico en Gundestrup, lo que es una evidencia más de la importancia de este animal en toda la
cultura celta. Algo que no excluye a los indoeuropeos asentados en la Península Ibérica que
repetidamente representan lobos (o perros). Animales que sin duda alguna relacionados con las
facultades semihumanas de las que gozan, pudiendo ser lo más útil o lo más terrible para el hombre (los
mayores enemigos y los mejores los amigos). Que en el caso de los lobos son un ejemplo de
comportamiento similar al del hombre, ya que nacen en manadas y se establecen a modo de clanes.
Abandonando el grupo al llegar a edad adolescente, buscando una compañera y comunicándose o
intentando ser admitidos en otras manadas a través del aullido. Teniendo concepto de territorialidad y
mando bajo un jefe (macho alfa, que al morir o llegar a viejo, provoca que su grupo se disperse).

Cánidos que en ocasiones son la gran alimaña del bosque, fuerte y peligrosa -atacando rebaños y
personas-. Por lo tanto, tenidos por un totem demoniaco, maléfico y de la guerra, con enorme
importancia; rango sagrado que se acrecentaría en el caso del lobo al comer los cadáveres de
soldados (cuando tras el combate eran dejados por los celtas en el campo de batalla). Por su parte, el
perro era el gran escudero o ayudante del guerrero, del cazador y hasta del pastor celta, y debido a
ello los indoeuropeos le consideraban casi un ser humano. "Humanidad" que además se observa en su
comportamiento tan cercano y familiar, al igual que en hechos tan curiosos como que el can no come
carne de su misma especie. Lo que habría sido observado también por los indoeuropeos, adoradores de
estos y a los que le atribuían tantas virtudes por haber ingerido hombres (conteniendo así en su interior
parte de nuestra alma). De este modo podía entenderse que el perro nunca pruebe bocado de un trozo
de carne procedente de un cánido, siquiera cocinada; lo que les asemeja más aún al hombre
civilizado.

AL LADO y ABAJO: Detalles del pomo del puñal de la tumba 32 de Pintia


(pintados por nuestra mano) en los que se representa un cuadrúpedo que a todas luces parece el
mismo lobo del vaso de Roa (ver arriba). Pese a ello, su aspecto es más bien el de un lagarto, tanto
como su lengua es la de una sierpe o reptil. Este "lobo-reptil" lame igualmente una especie de dulce,
que en este caso también parecería un tablero (asemejándose a un chaquete de juego); un objeto
que en el Vaso de Roa más bien es un pan. El puñal hallado -no hace mucho- por los profesores Sanz
Miguez y Romero Carnicero, fue fechado por ellos entre los siglos III y II a.C..

Explicada la simbología general que consideramos esconde Gundestrup, pasamos a otro de sus enigmas
como es el de la aparición de un "extraño lagarto" frente al toro. Raro animal que claramente se
identifica con un cocodrilo y que como la larga sierpe que también se representa en ese caldero (en
las manos del dios con cuernos), hubo de venir desde tierras muy lejanas (África,
lógicamente). Ambos "monstruos" que simbolizan el mal, están precisamente en un lugar donde
vemos que el dios los va a dominar o erradicar. Primeramente la gran culebra que Cernunos atrapa y
"ahoga" entre sus manos y en segundo lugar, este cocodrilo al que Mitra (o el que se dispone a matar el
toro) igualmente dominará -tras sacrificar el bóvido-.

Si reflexionamos acerca de lo que aquellas escenas quieren explicarnos, rápidamente habríamos de


ir a los misterios y a las religiones en las que se utilizaban estos animales exóticos y terribles, cuya
misión era la de representar al demonio. Un mal figurado en fauna peligrosa que se hacía llegar desde
tierras lejanas y que guardaban los templos o palacios; con el fin de demostrar la existencia de seres
como el denominado Tifón (Equidna, la Hidra y largo etétera). Usados en religiones y cultos
que ayudados de aquellos grandes reptiles o fieras bestias, evocaban lo terrible de la Naturaleza,
dejando de manifiesto que en la creación existían seres tales como la mitología
narraba. Unos daimones que el hombre debía controlar y a los que habían de enfrentarse, puesto
que simbolizaban fuerzas del mal a dominar (pretendiendo contentarlas cuidando y venerando a
estas horribles criaturas). Por todo lo que de sucederse grandes desgracias, epidemias o desastres
naturales; aquellos seres que representaban al demonio, eran agasajados con múltiples ofrendas
para apaciguar su sed de sangre y de dolor (entregándoles fundamentalmente humanos). Hombres que
a veces inmolaban directamente regalándolos al monstruo como víctimas; pero que en otras se
enfrentaban al daimón, luchando contra el maligno y pretendiendo vencerles. Siendo este el caso de
Mitra, Teseo o Heracles con el toro; de los celtas en su cacería de uros, o del Cernunos que vimos en
Gundestrup -apaciguando animales y estrangulando la gran sierpe-. Tanto como es aquella la simbología de
cocodrilo del caldero; un reptil que como "hijo del bóvido" va a ser muerto o desheredado de su trono, tras
matar Mitra el toro (que sacrifica cada 25 de diciembre).

De tal manera la aparición de estas bestias y seres horribles junto a los dioses, explica o deja claro el
sistema ritual de aquellas creencias, en las que había de adorarse al daimón. Aunque muchos de sus
ritos se basaban en pruebas semejantes a las mistéricas -que ya hemos explicado-, en las que el
hombre debía vencer al ser terrible. Cultos que principalmete extendieron los figios y los lidios,
consistentes en el dominio de las fuerzas de la Naturaleza, por medio de la adoración y control de sus
animales. Rituales de origen neolítico (edad de la domesticación de aquellos) y que vemos
principalmente en las religiones de la más antigua Artemisa (luego Diana) o de la Britomartis cretense; y
sobre todo en las Potnias Theron (Señoras de los Animales) del II milenio a.C.. Veneración muy primitiva,
basada en el dominio de las bestias, entre cuyos ritos existía la necesidad de adorar a los animales
buenos (como útiles), pero aún mas a los perversos (para evitar su ataque o su furia), entegando
seres vivos a aquel "monstruo" guardado en un recinto sagrado.

Pensamiento religioso que llevaría a la continua inmolación de humanos al dios toro, al cocodrilo
sagrado o a la gran serpiente -incluso dándoles infantes-. Personas con aquel triste destino y que tal
como narra la mitología en ocasiones eran salvados por "semi-dioses", o héroes. Quienes
simbolizaron a hombres que en verdad se atrevían a luchar contra los animales horribles, guardados
en los templos de esas religiones. Este fue el caso de Teseo ante el Minotauro, pero también de todos
los héroes helenos, que como Perseo o Heracles tenían que superar las pruebas de iniciación consistentes
en atrapar o acabar con toros salvajes, leones y serpientes (idealizados en hidras, grifos o dragones
terribles). Todo cuanto en verdad relata historias sublimadas de expediciones griegas, donde el héroe
llegaba hasta un lugar extraño y era ofrecido al totem demoniaco, como extranjero. Logrando acabar
o vencer a la bestia y liberar a los súbditos, de aquel monstruo (que suele simbolizar una tiranía o
reinado). Todo lo que también significa la nueva era llevada por los griegos; pero que en sí mismo esconde
estos ritos y cultos que se representaban en los templos (al menos en época Micenia) durante cada ciclo
calendárico -obligando a quienes deseaban integrarse en aquel grupo (o subir en su escala social) a
admitirlos, o bien a luchar contra la gran bestia-.
AL LADO: Imagen sometida a croma por nosotros, que contiene un sello de
anillo minoico tallado en piedra semipreciosa (onice). Representa a una mujer entre dos grifos
alados que claramente son perros con cabeza y alas de pájaro; sobre aquella diosa o sacerdotisa, el
Labrys o hacha ritual. El original del sello pertenece al Museo de Heraklion, en Creta (al que agradecemos
nos permita divulgar la imagen tratada por nosotros) y se fecha hacia 1500 a.C. -procede del palacio de
Cnosos-. En su talla vemos claramente una Britomartis, diosa de los animales (Potnia Theron) y
antecesora de la posterior Artemisa helena. Se rodea de dos perros alados con cabeza de ave, como
símbolo de estas dos especies que en el minóico eran adoradas por las sacerdotisas de Britomartis.
El perro por su fiereza y fidelidad y el pájaro por servir de guia en el mar. Sobre aquella diosa, figura el
símbolo más sagrado de la civilización de Minos: El Labrys; hacha de doble filo que significaba el progreso,
los metales y la riqueza entendida como armas y como pecunia (animales).

ABAJO: Fragmento de un escudo de bronce hallado en el santuario cueva de la gruta del monte Ida,
en Creta (fechado en el siglo VII a.C. y perteneciente al Museo Heracleion, al que agradecemos nos
permita divulgar la imágenes). En esta observamos otra "Artemisa" o Britomartis minoica como Señora
de los Animales, dominando dos panteras. Estas representaciones se refieren a los cultos de los que
hablamos, por los que se veneraba en el templo-palacio un daimón o totem animal de fiereza terrible y
que el hombre (o los sacerdotes) debían amansar o domar. Los orígenes de esos ritos sin duda se
remontan al paleolítico, en el momento que la Humanidad comenzó a domesticar los animales. Aunque ya
en el II milenio a.C. estos cultos ancestrales (fundamnetalmente conservados en las grutas) se
convirtieron en religiones mistéricas. Creencias con ceremonias de iniciación, donde el mal a
dominar era ese totem y en los que el guerrero demostraba su valor venciendo a aquellas bestias (tal
como Artemisa lo hacía). Todo lo que nos habla con seguridad de un tiempo (neolítico) en que las mujeres
fueron domesticando a los animales, haciéndose con crias y tratándolos con cariño, hasta llevarlos junto a
las cuevas. Generando con ello la ganadería, las bestias de tiro y las mascotas o animales caseros de gran
ayuda para el hombre (como el perro o el gato).
Así es como se explican las ceremonias de la tauromaquia antigua, o los guerreros que habían de
atrapar osos y lobos tan solo valiéndose de las manos, y la lucha del hombre con la serpiente
gigante (Tifón contra Apolo, o Hércules contra el León de Nemea, etc). Animales imaginarios en la
mitología pero que proceden -como hemos dicho- de aquellos que en los templos de cultos mistéricos se
guardaban para completar ritos y pruebas de iniciación. Rituales que en ocasiones tan solo
consistían en presenciar como se agasajaba a al "maligno", ofreciendo comida suculenta al daimón
(comúnemente cerdos vivos que se entregaban a la pitón o al león sagrado). Grandes totems
que normalmente guardaban los reyes tiranos con el fin de someter a su pueblo, obligando a
entregar víctimas a aquel dios aberrante que simbolizaba su fuerza y su poder. Inmolaciones en las
que aquel infeliz que allí se ofrecía era denominado "pharmacos"; voz procedente del griego "fármaco"
cuya primera acepción es la de: "Medicina", "droga", "brebaje", "remedio terapéutico" e incluso
"envenenamiento" y "pócima de brujo". Pero que en su acepción que explicamos -como "farmacos"
()- significa el medicamento que cura el grupo, como "chivo expiatorio" y que paga las
penas de todos, al ser aquel "el que se ejecuta cumpliendo el castigo que el dios impone" (o "el inmolado
para lavar las faltas del grupo").

Indicando esta palabra "pharmacos" la existencia aún en Grecia de rituales antiguos, por los que se
elegía a inocentes para ser sacrificados y en los que se hacía recaer las penas y culpas de cuantos
le rodeaban. Ello era común entre los cultos de la referida Artemisa y en especial aún se mencionan en
Esparta o Arcadia ceremonias de este tipo en tiempos muy tardíos y cercanos al dominio romano (aunque
no se ofrece ya al daimón el "pharmacos", sinó simplemente mataban entre los asitentes al pobre infeliz en
el templo). Unos inmolados en nombre de todos, que comúnmente se ejecutaban conforme a rituales
horribles, aunque a veces se entregaban a estos animales sagrados para que lucharan contra
aquellos. Por lo que tenían "alguna remota" posibilidad de salvarse si conseguían vencerlos.

Cuanto narramos tiene la importancia de constituir gran parte del origen de las religiones
mistéricas, que adoraban a totems horribles y que guardaban estos animales en sus templos. Algo
que en el caso de Grecia solía estar presidido por los santuarios de las serpientes, donde se
veneraba a aquellas con el fin de leer el futuro y de vaticinar a través del modo de comer de los
reptiles. Para lo que se acercaban los fieles hasta el oráculo de la culebra, donde compraban y
ofrendaban panes de miel y leche que eran entregados a sacerdotisas; quienes comunmente
desnudas, entraban en el sepentario y ofrecían los dulces a los reptiles. Siendo de mal augurio que los
ofidios no los comieran. Tanto que de pasar varios días sin que las sierpes de un oráculo ingirieran
alimento, toda Grecia sentía miedo pues era el peor de los presagios (costumbre que no sabemos de
dónde puede proceder, ni menos a qué principios atiende; aunque parece ser que antes de los movimientos
sísmicos muy fuertes, los reptiles cambian de conducta y quizás dejen de comer).

Como decimos, el estudio de aquellos ritos obliga a pensar que reyes y sacerdotes conservaran y
cuidaran estos extraños animales (a veces terribles) con el fin de asustar, divertir o controlar a sus
súbditos o fieles. Lo que explicaría la aparición de la gran serpiente y del cocodrilo en Jutlandia;
reptiles a los que de seguro se ofrecían sacrificios (posiblemente hasta humanos), y por lo que serían
interpretados como "el daimón". De todo ello a su vez se desprendía que aquellos seres horribles y que
ingerían hombres (hasta niños), se tuvieran por oraculares; al contener las almas comidas en su
interior. Vaticinando los oráculos con sus movimientos y comportamiento, pero sobre todo con su
manera de comer. Lo que en un principio se realizó con ofrendas de seres vivos, pero que en Grecia
sabemos hacia el siglo VI a.C. fue cambiado y sustituido comunmente por dulces o panes. Bollos de
miel y leche que se daban como votivos a los animales sagrados del templo, de lo que la veneración a
estos "tifones" en forma de culebras, era denominada de Meilichios ("miel y leche"). Monstruos a los
que comunmente se ofrecía ese panecillo, pese a que en caso de guerra, epidemias o grandes
catástrofes -climatológicas- se les entregaban los referidos tifonios (que desde el siglo VI a.C., solían
ser lechones vivos).
AL LADO: Cartel situado junto a una estela de la necrópolis de Pintia
en la que aparece la silueta del cuadrúpedo (lobo). En este se explica la sucesiva figuración de un
animal de cuatro patas que es entre los motivos vacceos (y celtíberos) uno de los mas misteriosos. Sobre el
significado y simbolismo de este diseño hablamos unos párrafos más abajo.

ABAJO: Estela de la Necrópolis de Pintia (Padilla de Duero, Valladolid), en la que podemos observar
el animal de cuatro patas representado cenitalmete. Fernando Romero y Carlos Sanz Mínguez creen
que pudiera ser esta laja que cubriera la tumba 32, en la que apareció el puñal con el damasquinado
de diseño muy parecido a este lobo (agradecemos a la dirección del yacimiento de Pintia nos permita
divulgar la imagen). Sobre ello nos dice Fernando Romero Carnicero que es: "la única decorada de entre
las de su género; nada desdeñable se nos antoja, además, el dato de que sea precisamente una figura
zoomorfa en perspectiva cenital y no otra, la que presenta grabada, lo cual no viene sino a incidir en su valor
protector y (...) no deja de ser tentador pensar, a tenor de cuanto hasta ahora sabemos y aun conscientes
de los miles desepulturas que acogió el yacimiento, que hubiera podido marcar la del individuo exhumado
en la número 32, que, como se recordará, se acompañaba del pomo de un puñal en el que se habían
grabado también tresmagníficos ejemplares de animales en idéntica perspectiva" (2) .

"Traduciendo" estas religiones mediterráneas de las que hablamos, al mundo celta (y al celtíbero) hemos
de exponer que muchas de las funciones que tuvo el león entre las gentes del África y de Oriente
Medio, en Europa le fueron asignadas al lobo (y al oso). Totems igualmente de la guerra y que por lo
tanto hubieron de ser oraculares, debiendo imaginarse que el cánido entre los celtas tuvo una función
de vaticinio, al igual que la hubo entre los helenos (tal como múltiples leyendas griegas y gaélicas
muestran). Una predicción de futuro que en el caso del lobo estuvo unida a la noche y a la Luna, astro
al que este animal se asocia en todas las culturas. Ello porque aquel aulla de forma lúgubre al reflejo
de esta luz durante las tinieblas, tanto como su gemido o ladrido se dice que advierte y pronostica de
determinadas "presencias", presagios y males. Del mismo modo, en el Mundo Antiguo se consideraba
que el perro contactaba con el Más Allá, teniendo capacidad de ver fantasmas y muertos. Lo que
creemos se debe -fundamentalmente- a de estos de pronto y durante las noches se sorprenden, ladran o
aullan. Sin poder aún explicarse bien por qué gimen o ladran; lo que muchas gentes consideran
"presencias" o "apariciones" -perceptibles para los cánidos, pero invisibles para los humanos-.
.

Estos y otros hechos hicieron del lobo y el perro animales casi humanos, a los que se rendía culto en
ceremonias nocturnas licántropas; que llegaban al sacrificio de personas (en el que se ingería a la
víctima) (3) . Rituales que sin lugar a dudas contenían un sentido de veneración al daimón y de pacto con
el maligno, para que sus adoradores protegieran y ayudaran a aquellos adeptos que aceptaban tales
liturgias horribles. Ceremonias que llegaron a pervivir hasta Época Clásica (en ocasiones), como sucedió
con en el famoso rito licántropo del Zeus Licaón de Arcadia, donde los que ingerían las vísceras del
inmolado quedaban convertidos en "lobos" durante ocho años (periodo tras el cual volvían a ser
hombres a menos que comieran de nuevo carne humana). Celebraciones y ritos que nos enseñan el valor
de estos cultos que deificaban animales fieros o terribles y cuyo fin era fundamentalmente someter y
atemorizar a los débiles; obligándoles a realizar esos actos horribles para ponerlos bajo el mando y
las órdenes de los más perversos (capaces de mantener ese tipo de religiones).

Pese a ello, estos cultos fueron modificándose y en el siglo V a.C. parece que ya el "pharmacos" era
una práctica tan denostada por los griegos, como puede serlo para nosotros la quema de herejes.
Momento en que la veneración de animales en santuarios fue quedando tan solo con un carácter
oracular; sustituyendo aquellas víctimas inmoladas por simples ofrendas de comida.
Generalizándose por entonces la entrega al dios-animal de panes y dulces votivos; algo que en el caso de
las serpientes se realizaba con en bollo de miel y leche ya descrito. De un mismo modo en los diferentes
santuarios de darían este tipo de funciones oraculares entre los que destacó como similar a la descrita la
alectromancia; consistente en la adivinación a través de la lectura y observación del picotear de las aves a
las que se situaba comida distribuida sobre un tablero cargado de letras (poniendo sobre cada símbolo un
grano).

AL LADO: Dado celtíberico de Sepúlveda, hallado en el Cerro de


Somosierra. Observemos que en una de sus caras se halla igualmente la figura del lobo
esquematizada; por lo demás el resto de lados, no presenta números, sinó figuras. En este artículo y a
continuación, propondremos la teoría de que se trata de un dado oracular de los que comunmente
había en Grecia desde tiempos de Homero. Dados que solo tenían dos marcas (normalmente en una
cara la "alfa" y en otra la "sigma" o la "omega"), y con los que se vaticinaba tirando seis veces
consecutivas. Existiendo una respuesta combinatoria para el oráculo en cada caso. Observemos
como este de Sepúlveda tiene marcado un lobo, entre lo que parecen dos medias lunas; por su parte en la
cara del lado izquierdo, aparece otra figura cenital de cuadrúpedo que pudiera simbolizar una piel (quizás
de lobo).

ABAJO: Dado muy similar al anterior y también ibérico, fue hallado en Calahorra. En este se aprecian
seis figuras muy diferentes y bien marcadas, lo que en mi opinión eran seis distintos oráculos o
suertes, a combinar tantas veces como se tirara y según del lado que ese cayera. Similares a los de
juego, los de vaticinio tenían marcas simbólicas por las que se interpretaban las distintas tiradas. Siendo
común lanzarlos cinco veces y leer en esta combinatoria lo que aquel dios decía a través del objeto de seis
caras. En el de la imagen, vemos la figura del lobo esquematizada en la izquierda.

7- EL LOBO COMO TOTEM ORACULAR: LA ADIVINACIÓN POR MEDIO DE LOS ANIMALES


CONSAGRADOS A APOLO:

Múltiples y casi infinitas fueron las formas de vaticinio en la Antigüedad (4) , cuyas religiones más
importantes practicaron por lo común la astrología (como "ciencia" mayor) y después diversas formas de
intuir los presagios. Pudiéndose destacar las fórmulas "oníricas" de mancias, basadas en la lectura de
sueños, citadas en la Biblia y practicadas en infinidad de santuarios griegos y romanos. No menos
frecuentes fueron las técnicas oraculares basadas en las aves, quizás una de las más antiguas por
cuanto el propio nombre de "auspicio" significa la lectura del sonido, vuelo y comportamiento de
estas. Siendo aquel sistema de la ornitomancia (adivinación por los pájaros) el que se practicó en uno de
los más famosos santuarios de Grecia (Dodona); cuyos sacerdotes veían el futuro a través del estudio de
las palomas -que en un roble y frente al templo anidaban-.

Algunas de estas formas de augurar llegaron hasta nuestros días y en referencia a las predicciones a
través de los animales, destacan las que se otorgaban a todos aquellos que se identificaban con
Apolo. Siendo estos: El lobo, la serpiente y el lagarto; además de la comadreja y el cuervo. Córvidos,
reptiles y cánido que hasta bien entrada la Edad Media fueron igualmente fuente de presagios; aunque
en aquel tiempo ya los cuervos y los ofidios se consideraban "bichos de mal agüero" -tanto como el
lobo, una alimaña que indicaba posibles infortunios-. De manera muy diferente, en la Antigüedad estas
inteligentes aves carroñeras (los córvidos) eran tenidos no solo por la viva imágen del dios Apolo,
sinó por señal de magníficos presagios. Al igual que sucedía con el lobo, cuyo avistamiento indicaba
siempre el triunfo de una batalla, el inicio de un buen negocio o la aparición de dinero. Del mismo
modo, el lagarto y la sierpe (atributos de Asclepio, dios de la curación y animales que ese hijo de Apolo
"heredó" desde el culto a su padre) servían para vaticinar todo tipo de situaciones; siendo
absolutamente necesario el oráculo de la culebra para conocer el verdadero futuro de toda la Hélade.

De un modo parecido, los perros tenían dones asimilados al lobo y se consideraban sagrados
conocedores del alma humana y de nuestro devenir. Siedo aquellos los que -como dijimos-
principalmente custodiaban los templos de Artemisa y en los que se tenía como presagio infalible que
todo el que allí entrara y no fuera ladrado, ni atacado por sus perros, se considerase persona en
santidad. Así se narra en la historia de Apolonio de Tiana, cuando Filostrato cuenta que habiendo llegado el
filósofo a un templo de Artemisa en Creta (posiblemente en la ciudad Xania), pudo entrar en su recinto sin
ser ladrado ni herido por los terribles canes que lo guardaban -quienes al ver a Apolonio quedaron
amansados- (5) . Ello, porque los guardianes de Artemisa eran temidos por todos, tanto que apenas
algunos se atrevían a internarse en el recinto sagrado, para compartirlo con las vírgenes que allí
habitaban. Así, por la fiereza que de ellos describen algunas fuentes clásicas, se ve que bien pudieron
tratarse de semi-lobos o bien de razas de presa y lucha (preparados por las sacerdotisas para la
guerra o la defensa). Cuidados y adiestrados en estos templos de la "señora de las bestias", donde
ya hemos explicado que se adoraba la bravura de los animales y la capacidad de los héroes -o semidioses-
de controlarlos y vencerlos.
Pese a todo, el carácter oracular fue fundamentalmente del lobo, cuyo avistamiento era siempre señal
de haber tomado contacto con el mismo Apolo (a través de uno de sus más cercanos mensajeros). De
tal manera y centrándonos en el estudio que vamos concluyendo, consideramos que la figura de este
cánido vacceo, siempre ha de asociarse a los dioses del vaticinio; deidad que entre los celtas fue
Lugh y entre los griegos Apolo. Unos divos que compartían el patronazgo sobre las artes, la sabiduría y
hasta la medicina. Pero que sobre todo destacaban como adivinos; pudiéndose considerar tanto a Lugh
como a Apolo principalmente dos arúspices y símbolos del sacerdocio más depurado (que cultivaba
la música, las letras y las artes; pero entre todas ellas las adivinatorias). De tal modo a Apolo se le
consagraba el Templo de Delfos, de una igual forma que a Lugh se le ofrecían cuantas consultas de futuro
realizaban los druidas. Siendo ambos deidades solares, que hasta compartían los animales
consagrados: El lobo, la sierpe (el lagarto) y el córvido. Cuervo, reptil y lobo tan unidos a Lug como
a Apolo y que sobre todo simbolizaban la capacidad oracular de ambos dioses.

Tanta es la identificación de ambos, que si uno se denomina Lugh, voz gaélica que indoeuropeo
significa "luz", "luminoso" "el que luce"; el otro se llama Apolo, vocablo que a mi juicio procede del verbo
griego "apolampo" () y cuya traducción es "dar destellos", "brillar", "resplandecer". Lo que
muestra que ambas deidades simbolizaban al sol en el amanecer o en su nacimiento cada 25 de
diciembre; además de su unión con el lobo cuyo nombre procede del griego "lu, luminoso" (lico).
Dioses de la sabiduría y del esplendor, que se caracterizaban por su poder profético, de lo que sus
animales (el can del bosque, la sierpe, el lagarto y el cuervo) entre griegos y celtas eran algunos de
los principales totems para conocer el futuro. Por todo lo dicho, y refiriéndonos ya al mundo vacceo,
vemos que en el puñal de la tumba 32 de Pintia aparece una "especie" de lobo figurando como una
sierpe o lagarto. Ello habida cuenta que estos tres son el símbolo del buen augurio (sobre todo del
guerrero). Unión del reptil con cánido, que en la mencionada empuñadura deja ver el significado de
los totems de Apolo o Lugh, en la representación de un ser "mitad" lobo, "mitad" lagarto y con cabeza y
lengua de sierpe. Quimera que se halla lamiendo un extraño dulce...

AL LADO: De nuevo detalle aumentado de una parte del pomo del


puñal, donde vemos que hay un cuadrúpedo que parece un lobo o un bien un lagarto. Ambos eran los
consagrados a Apolo y con un claro significado oracular. La extraña figura, en este caso aparece junto a
otros dos animales de gran importancia entre los vacceos (los cerdos o vacas). Debido a ello no
debiéramos dejar de considerar que el mencionado cuchillo así labrado fuera una daga de rituales o
sacrificios; ceremonias en las que se leyera el futuro inmolando toros o verracos al dios serpiente-lobo.

ABAJO: La empuñadura en fotografía tomada desde el libro de Fernando Romero Carnicero LAS
REPRESENTACIONES ZOOMORFAS EN PERSPECTIVA CENITAL UN ESTADO DE LA
CUESTIÓN; FERNANDO ROMERO CARNICERO Universidad de Valladolid (editado por Fernando
Romero Carnicero / Carlos Sanz Mínguez) Valladolid /2010. Agradececemos enormemente al INSTITUTO
DE ESTUDIOS VACCEOS (Federico Watenberg), nos permita divulgar y disponer de esta importante foto
donde claramente se observa que el lobo aquí representado, es una mezcla de lagarto y sierpe;
todos ellos animales de Apolo. Teniendo este la lengua de reptil sacada y lamiendo lo que parece un
dulce, objeto que como explicaremos a su vez puede ser un chaquete de la suerte (un tablero o
calendario oracular).

Siguiendo con nuestra teoría, llegaríamos al análisis de los dos dados antes recogidos en imágenes
(ver en las fotos sobre las de arriba). Objetos de juego que curiosamente no llevan números (letras en
cifra, nos referimos) y ni siquiera marcas que pudieran hacerlos considerar un dado -como tal- . Ello y
la representación del lobo-lagarto en ambos, nos ha llevado a creer que se trata de un enser dedicado a
la cleromancia (de astrágalo). Forma de adivinación a través de objetos usados en los juegos de
suertes; vaticinios que eran los más extendidos y comunes en la Antigüedad. Tanto que Cicerón
advertía de que esta baratísima manera de conocer el futuro, ya se practicaba en todo lugar y por cualquier
persona que se considerase mago (o poseedor de poderes); siendo la más fraudulenta (6) . Sobre aquellos
dados y métodos de ver los presagios narra David Hernandez de la Fuente, que el más famoso era el
llamado Oráculo de Homero. Fórmula en que se vaticinaba con dados que tan solo tenían dos
marcas (una alfa y una sigma), tirándose hasta seis veces para así adivinar el porvenir. Tanta
importancia tuvieron aquellos oráculos homéricos que en el mismo British Museum existe un papiro de
época Ptolomaíca en el que se explican minuciosamente las instrucciones de esta forma de acertar
el futuro con dados. En el que existían 216 combinaciones conforme a las posibilidades debidas a como
cayera este en sus seis tiradas; habiendo pues un número igual de vaticinios al de sortilegios que salían de
cada forma (7) .

A esta modalidad de acertar el porvenir denominada astrágalomancia y que se ejecutaba sirviéndose


de tabas u objetos similares, creo personalmente que pertenecen ambos dados hallados no hace
tanto (en Sepúlveda y Calahorra). Enseres ibéricos de los que casi todos investigadores opinan que no
parecen de juego, sinó más bien de culto o para usados en pactos. Siendo así que De Hoz y
Ballester determinan que se trata de teseras anepígrafas, posiblemente las más antiguas de nuestra tierra y
con un uso semejante a las que comúnmente fueron fabricadas en metal (8) .Mientras Beltran y Romero
Carnicero (entre otros) ven grandes dificultades en considerar estos dados como teseras, aunque
claramente observan que no tienen números, sinó marcas; todo lo que obliga a creer que se trata de
un enser para probar "un tipo" de suerte (no solo la del juego). Citando el prof. Romero Carnicero, a
Blanco , recoge así sus palabras:
"Visto lo matado de sus vértices, lo que facilitaría que rodara al ser tirado; (cree que puede ser. entre
otras posibilidades un) objeto relacionado con prácticas mágicas o adivinatorias- (9) .

Ciertamente nos quedamos con esta hipótesis, que explicaría no solo sus dibujos, sino también la
aparición del lobo; que como decimos es el símbolo de Apolo y por lo tanto el del oráculo por excelencia. Y
siguiendo con nuestra teoría acerca de estos dados adivinatorios, recogemos otra cita más de Fernando
Hernandez de la Fuente -ver cita (7) - en la que este autor escribe textualmente: "Se han conservado
también los textos interpretativos de estos oráculos que da soluciones a cada posible combinación
de tirada de cinco series (desde el 1,1,1,1,1=5 hasta la 6,6,6,6,6=30). Así para cada una de las 56
combinaciones posibles habría un dios protector". Todo este mundo se relacionaba con el
denominado Apolo Licio, que es la figura de esta deidad como lobo, reflejo máximo de aquellos
juegos de astragalománcia por medio de los cuales se hallaba el futuro lanzando tabas o dados. Pero todo
ello nos lleva hasta un número final que menciona Hernández de la Fuente y que es muy curioso: El 56;
correspondiente a los dioses que protegían el oráculo de los dados. Número que increiblemente
aparece en la representación del lobo del Vaso de Roa, cuyo pan (o tablero) que está lamiendo tiene
esta cifra de casillas -o divisiones-.

AL LADO: Detalle del Vaso de los Lobos, hallado en "la


Casa del Sótano" de la antigua Rauda (Roa; propiedad del Museo Arqueológico de Burgos, al que
agradecemos nos permita divulgar la imágen). Foto tomada desde los archivos del Instituto de Estudios
Vacceos (Revista Vaccea, número 5; pag 53) a los que agradecemos nos dejen incluirla en nuestro
estudio. En esta vemos claramente como el objeto que lame el lobo tiene 56 divisiones. Que son: 4 y 4
a cada lado -en las zonas ovales redondeadas-; mientras en el centro y claramente definidas contiene 8
filas y 6 lineas. Todo lo que hace un total de 48 (centrales) + 8 (finales) = 56. Siendo este número
precisamente el que señala el oráculo del dado, que asigna cincuenta y seis dioses para cada una de
las combinaciones al tirarlo por cinco veces consecutivas.

ABAJO: Una pieza del tesoro recuperado en el Castro de las Labradas; sito en Arrabalde, Zamora.
Detalle del broche conseguido desde una foto trabajada con croma por mí y del original tomado al
tesoro por Delibes y Esparza en 1989 (a los que agradecemos nos permitan modificar y utilizar esta
imagen). Como podemos ver en este colgante se representa igualmente un cuadrúpedo muy similar a
los anteriores. En párrafos siguientes expondremos una teoría sobre el significado de estas
representaciones en relación con el oro y las riquezas.
Como hemos dicho, no creemos que pueda ser simple casualidad que precisamente el lobo se halle
comiendo algo que está partido en 56 porciones; creyendo que todo ello se puede relacionar con el
referido vaticinio del dado. Formas de acertar el futuro muy simples y que permitían realizarse en los
bosques o lugares dedicados al Apolo ibérico (quizás Lugh), reverenciado seguramente en el cánido
salvaje (como entre los helenos y los celtas). Evidentemente, habrá quienes puedan argumentar que aquel
número de 56 es puramente casual, pero no lo creemos porque su trazo en el vaso cerámico de Roa
es demasiado perfecto. Algo muy similar a lo que ocurre en el otro objeto que lame el lagarto-cánido
del puñal de la tumba 32 (ver imágen encima de las anteriores). Donde vemos que el reptil-can está
tocando con una larga lengua lo que a todas luces parece un chaquete o damero;
tablero (seguramente de la suerte) que se divide en este caso en 4 casillas a cada lado, con otras 4 x 4 en
el centro. Es decir, 16 (fuera) +16 (dentro); un total de 32 divisiones que también nos hablan de
combinatoria, y sobre todo de astrágalomancia.

Pero no solo eso, sino que a su vez ambos números (el 56 en un tablero y el 32 en el otro) nos llevarían
a pensar en los necesarios calendarios, que comúnmente originaban estos dameros de
juego (llamados entre los griegos chaquetes). Por todo ello si hemos de interpretar astronómicamente el
primero (del Vaso de los lobos) se llegaría a la conclusión de que nos habla de la semana semita. Un
periodo de 7 días compuesto por dos "meses" lunares de 28 = 56 días; todo lo que subdividía el mensis
lunisolares de 29,5 de duración (tal como tenían los indoeuropeos). Meses y semanas persas y semitas,
igualmente seguidos y resueltos entre los celtas (conteniendo el primero 29 jornadas, mientras el
siguiente había de tener 30 días). Estas conclusiones al calendario ibérico las expreso en tanto y
cuanto sabemos que el calendario celta estaba así regulado -en meses de 29,5 días y años de 12 y 13
meses- (consecutivamente). Lo que llevaba a un total de 62 meses en que se cumplía el primer ciclo céltico
y que se corresponden con cinco años solares -momento en que reajustaban las dos jornadas sobrantes
entre ambos- (10) .

Ello creemos que puede significar este número 28 por 2 = 56 (casillas del Vaso de los lobos) y que sumarían
ocho semanas semitas -como las nuestras, de siete días-. Por su parte, el tablero que lamería el lobo-reptil
del puñal se corresponde con otros números: El 16 por dos veces, que astralmente suman exactamente el
número de días de un mes lunar más los dos y medio, que sobran al ciclo celta de cinco años. Algo que
explicamos en la cita (11) y que se resume en la idea presente: Que los objetos que lamen los lobos (o
el reptil cánido), son calendarios o chaquetes oraculares; y que estos seguramente se corresponden
con ciclos en los que se celebrarían las fiestas y los grandes festivales del bisiesto entre los
celtíberos -donde se reajustaba el calendario (festividades que en Grecia eran las Olimpiadas)-. Todo ello
uniría la figura del lobo al Lugh (celta) y a los cultos de la Luna; una de las pocas diosas que conocemos en
lengua ibérica y a la que se denominaba Noctíluca. Deidad que ha de ser la misma que "La Blanca" entre
los indoeuropeos y que la Artemisa lidia o frigia; la señora de la noche y de los animales, cuyo símbolo es el
totem más feroz y la luz lunisolar.

Aunque en todo ello nos queda resolver la pregunta del "por qué aparecen aquellos totems oraculares
lamiendo un tablero"... . Hecho este que en mi opinión se relacionaría con el Zeus Meilichios y las
ofrendas incruentas votivas entregadas al dios montruo. Divo terrible que en un caso pudo ser
un lobo y en otro un reptil; al que ya no se ofrecían humanos en las fechas de las grandes
celebraciones astrales (en los ajustes calendáricos o de "bisiestos"). Sinó se le entegaba el dulce
-quizas de leche miel- ; momento en que que quizás el mejor vaticínio fuera que el totem de Apolo
(lobo, lagarto o culebra), lo tocara con la lengua y tras ello lo engulleran. Posiblemente como una señal
de haberlo probado y "besado", antes de comerlo. Todo lo que encajaría con las formas oraculares
mediterráneas, e incluso con la representación del cocodrilo en el caldero de Gundestrup; lo que
quizás nos lleva a pensar que entre los vacceos también pudieron llegar ese tipo
monstruos (regalados o traidos desde África). Reptiles que posiblemente guardaban en palacios y templos,
como ejemplos del daimón y al que en la remota antigüedad se inmolaron humanos. Pero que ya en el
siglo III a.C., se le ofrecía el dulce de miel y de leche; que quizás en el caso del lobo vacceo es este
en el que figura grabado el calendario sagrado (conmemorando el motivo de rendir honores a aquel
dios de las tinieblas, vencido por la luz en los días que había de corregirse la medida del tiempo. La
victoria de Zeus -la luminosidad- frente a Cronos).
AL LADO: Detalle de una funda de puñal celtibérico del antiguo Museo
Cantábrico de Comillas (hoy de Cantabria, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Fechada
en los siglos IV-III a.C. y procedente de Las Cogotas, en esta podemos ver claramente como las
conteras de las armas iberas tienen un diseño que se corresponde con el cuadrúpedo. Figura que
claramente recuerda al labrys o al lingote llamado "piel de buey"; forma que se corresponde con el
símbolo de los metales y de la riqueza en la antigüedad y que es el emblema del pectoral del Tesoro de El
Carambolo.

ABAJO: Piel de un visón, tal como se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que agrademos nos
permita divulgar la imagen); para mostrar cómo el hombre antiguo curtía y preparaba sus ropas. Estos
pellejos eran (o hubieron de ser) la primera forma de moneda o ponderal de intencambio y trueque,
que se pudo medir de un modo más o menos común y regulado. Ciertamente ello ocasionaría que
más tarde las culturas cretochipriotas acuñaran los lingotes en una igual forma (de piel, pero de
buey), figurando lo que es la pecunia (la riqueza medida en animales, sus pellejos o en cabezas de
ganado). Acerca de las pieles y de su relación con las placas en las que se representan cuadrúpedos o
lobos el profesor Romero Carnicero expresa que en los pactos por medio de teseras: "se ha indicado que
pudiera representar al animal sacrificado para sancionarlo, cuya piel, siguiendo ritos ancestrales,
quedaría como testimonio del mismo" (12) .
AL LADO: Página del estudio de la prof. Mari Cruz Marín Ceballos, sobre
los lingotes de piel de buey (agradecemos a esta profesora de la Universidad de Sevilla, nos permita
incluir la presente imagen de su trabajo y divulgarla). En el dibujo podemos ver diferentes lingotes del tipo
"keftiu" -o cretenses- que durante el II milenio fueron usados para comerciar el bronce. Finalmente, a
comienzos del Hierro dejaron de utilizarse estos modelos de talento de Creta y Chipre, aunque no dejaron
de tener un valor religioso y simbólico. Significado el metal y las riquezas, tanto como conservando un
sentido apotropaico en toda la Edad del Hierro. Un ejemplo de ello son los famosos pectorales del
tesoro de El Carambolo.

ABAJO: El tesoro de El Carambolo, tal como se expone actualmente en el Arqueológico de Sevilla (al que
agradecemos nos permita divulgar la imagen). Observemos que su pectoral tiene mucha relación con
estos otros colgantes y símbolos apotropaicos con forma de cuadrúpedo. En el caso del tesoro
tartessio se trata de una piel de toro, que -decimos- corresponde con el keftiu o forma del lingote de
cobre cretochipriota. Pero que en sí mismo significa el animal salvaje cazado por el héroe. Tanto que creo
personalmente que esos pectorales tartessios simbolizan "Los bueyes de Gerión" que roba Heracles
al rey de Tartessos; toros del monarca del Sur hispano, que sublimaron en un mito los griegos
narrando como llegaron hasta las orillas del Guadalquivir para llevarse a la Hélade la plata, el oro y
el cobre de allí. Unos bueyes representados en aquellos lingotes y simbolizados en los colgantes. Broches
y joyas (con toros o lobos) y cuyo carácter sagrado procedería de contener los totems de la suerte y el
animal fiero y sagrado que concedía el honor de la victoria (el lobo de Apolo, o el toro de Heracles y de
Teseo en el Laberinto).
Finalmente añadiremos a cuanto hemos expresado, que encontramos una relación plena entre estas
representaciones de cuadrúpedos y la marca que los iberos ponían en las conteras de sus armas.
Puñales y espadas cuyas fundas estaban rematadas por un diseño igual (o muy semejante) al labrys y
al lingote "piel de buey". Forma que aparece como venerada por la cultura metalúrgica del Sur Peninsular
durante toda la Edad del Hierro (en altares, platas de templos, tumbas, joyas y hasta en los pectorales del
tesoro tartessio). Lo que se corresponde como sabemos con el lingote y con el valor de los metales,
que se medían en cabezas de ganado. Toros o bueyes (cobre, plata y oro) que vino Hércules a robar
hasta el propio Guadalquivir, desde el momento en que Kolais de Samos desembarcó en tierras de
Arganthonios, llevándose toneladas de metal precioso.

Todo cuanto exponemos, expresa el sentido apotropaico y legendario de estas formas de


cuadrúpedos que se usaban para hacer broches, colgantes o para decorar las armas. Por su parte y
en lo que se refiere al diseño del lobo-reptil (de Pintia) consideramos que mucho tiene que ver con
este tipo de formas ancestrales cuyo valor es primeramente material (por cuanto el cánido era un
animal útil para los celtas) pero sobre todo con un simbolismos astral y relativo al sacerdocio y a los
oráculos. Por todo cuanto nos aventuramos como idea final a expresar que quizás la crátera llamada "vaso
de los lobos" hubiera sido usada para hacer esos dulces de miel con leche que en las fechas sagradas se
ofrecerían al totem divino del bosque (en este caso, el lobo).

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CITAS:
(1): Francisco Javier VERA BARQUERO MORAS "Simbolismo cenital en el mundo vacceo a propósito de un recipiente de cerámica de
Las Eras de San Blas (Roa, Burgos)". Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología arqueología, LXXII-LXXIII, pp. 183-209
(2006-2007).

(2): Pag. 507 del libro: LAS REPRESENTACIONES ZOOMORFAS EN PERSPECTIVA CENITAL UN ESTADO DE
LACUESTIÓN; FERNANDO ROMERO CARNICERO Universidad de Valladolid (editan Fernando Romero Carnicero / Carlos Sanz
Mínguez) Valladolid /2010

(3): Habíamos dado ya esta cita en nuestra primera entrada, pese a lo que la repetimos con el fin de que se entienda la
importancia en el Mundo Antiguo de cuanto narramos:
Sobre la licantropía y el culto al lobo, ver entre otros en Grecia y Roma mitos y ritos de: Macaria (Pausanias I, 32, 6) (Aristófanes, Cab.
1151) /// Lico: (Plutarco, Paral. 23) (Juba Fragmentos históricos Griegos, III, 472, 23) /// Palámedes, que preveé oráculos a través de
la visión de lobos en el campo de batalla /// Macedón y Licaón (Hesidodo, Frag. 29) (Estrabón, VIII, 3, 29) /// APOLO; simbolizado
como Lobo; Apolo Licio o infernal, llamado Veovis /// Apolo Licio adorado en Cirene (Virgilio; Georg. Iv, 317) /// Sorano, como
Hades infernal asimilado al lobo (Virgilio, Eneida XI, 785) (Plinio Historia NAt. VII, 19) /// LETO, madre de Apolo, convertida en loba
que huye al país de los Hiperbóreos, donde pervive adorada en esta figura, mito relacionado sin duda con los de Lugh y
Dagda (Apolodoro, I, 2 2) (Higinio, Fábula 40) (Hesiodo, Teogonía, 404) /// Las Ménades como amaestradoras de lobos (Diodoro
Sículo III, 64 y IV, 3) /// Licaón como Zeus Licio de Arcadia, donde se inmolaba una víctima humana y los asistentes la
devoraban, quedando convertidos en lobos por un periodo de ocho años (Estrabón V, pag. 221) (Pausanias VIII, 2, 1 y ss) (Higino
Fabula 175) (Hesiodo, Fragmento 71) /// Marte representado como Lobo y su relación con la Loba Capitolina, que amamantó a
Rómulo y Remo /// Arcade y Licaón quien sirvió a su nietotroceado y guisado a Zeus y fue convertido en lobo por ese
ultraje (Apolodoro; III, 8,2 y III, 9, 1) (Ovidio; Metamorfosis, II, 406) (Higino; Fabula 224) /// HÉCATE representada con cabeza
cánida, como maga y hechicera /// Cultos a ARTEMISA relacionados con los perros y amaestramiento de lobos, cercanos a
Hécate y los poderes de la magia.

Finalmente, ha de citarse a Teófane madre del Vellocino de Oro, que fué transformada por Posidón en oveja para que nadie la
poseyera. Quienes llegaron a su isla para pretenderla, al no ver más que ovejas se dispusieron a matarlas y comerlas, siendo
convertidos en lobos por Posidón. Teófane y ese dios del mar tuvieron al carnero de oro, que salvó a los niños Frixo y Helene
del sacrificio ritual cuando su padre se disponía a matarlos. El carnero fue transformado en constelación y en el vellocino de
oro, tras lograr Frixo llegar volando en aquel hasta la Cólquida. Siendo así que el ciclodel Vellocino de Oro se relaciona con la
salvación del infante del ritual de imolación, dejando la historia de Teófane ver que quienens no lo practicaban eran vistos
como seres humanos licántropos (convertidos en lobos).

(4): Para conocerlas y para saber el significado de estas artes oraculares en la Antigüedad recomendamos consultar por ejemplo el
libro de Ciceron "Sobre la Adivinación", donde este político y orador romano que fue en sus comienzos augur, narra y expone todos los
pormenores de aquella dedicación de entonces. Vaticinios que podían realizarse de las más diversas maneras: Ornitomancia (lectura
del vuelo y comportamiento de las aves); alectromancia (comprender el signifiacado por el modo de comer de los pájaros);
licanomancia (adivinación a través del reflejo del agua); "hestiomancia" (observación del fuego y los humos); cleromancia (a través de
dados, o suertes); keraunoscopia (estudio de los rayos); hepatoscopia (estudio del hígado para saber el futuro); hieromancia de
animales (por su comportamiento); extispicina (interpretando los espasmos y las entrañas de la víctima sacrificada); y un larguísimo y
casi infinito etcétera, entre los que destacaran siempre estas artes llevadas a cabo con los animales de Apolo: El lobo, el cuervo, la
sierpe y el lagarto.

(5): Filostrato; VIDA DE APOLONIO DE TIANA VIII, 30.

(6): Cicerón en Sobre la Adivinación (I, 58); ya advierte de que esta era una forma tan extendida como poco fiable de acertar el futuro.
Hablando de que los oráculos a través de los dados no debían considerarse para nada fiables.

(7): David Hernandez de la Fuente; ORÁCULOS GRIEGOS; Alianza Ed. Madrid 2008, pag 74.

(8): POSTILLA AL DADO CALAGURRITANO (y al numantino); estudio del profesor, XAVERIO BALLESTER /en Kalaorrikos 4, 1999. En
las páginas 257-266 y Donde Bellester llega a la conclusión final de que De Hoz tiene razón, y se trataría de la tesera más antigua de
la Península (al fecharse en siglos anteriores a las comunes placas hospitalarias).

En referencia a los mismos dados escribe Fernando Romero Carnicero (Op.cit. 2), pags. 508-509: "Una sugerencia del profesor J. de
Hoz, en el sentido de que efectivamente se tratasen de téseras, llevó a Ballester (1999) a insistir sobre el particular, centrando su
atención en el área de procedencia de los hallazgos, el carácter de los signos -evidentemente no grafemáticos, aunque posiblemente
inspirados en, o imitando, el signario celtibérico, en el caso de los de la pieza de Numancia-, o la forma en que pudieron cumplir su
función de identificar a las partes contratantes del pacto; a la vista de todo ello le parece lógico interpretar estas piezas cúbicas como la
primera manifestación de las téseras celtibéricas (...) proponiéndose así su identificación con una tésera celtibérica (Ballester, 2008:
196-199). (...) (Beltrán, Jordán y Simón, 2009: 636 y 650), asume las dificultades, algunasya señaladas por Ballester, que tal
interpretación plantea" .

(9): Fernando Romero Carnicero (Op. cit. 2), pag.508: "El hallazgo descontextualizado del dado de Sepúlveda en nada contribuye a
facilitar la comprensión de su funcionalidad y significado;un intento en el que Blanco ha barajado distintas posibilidades -adorno
personal, quizá como amuleto, pues no hay que olvidar que presenta una perforación que posibilitaría su suspensión; matriz para sellar
o marcar objetos de arcilla previamente a su cocción; pieza para el juego u otras actividades lúdicas, visto lo matado de sus vértices,
lo que facilitaría que rodara al ser tirado; objeto relacionado con prácticas mágicas o adivinatorias- sin llegar a decantarse, a
falta de otros paralelos e información más precisa, por ninguna de ellas, aunque viene a descartar las dos primeras (Blanco, 2004: 136-
137)."

(10): Los datos que damos se corresponden con el calendario de Coligny y con otros hallados en el mundo celta. Formas de medir el
tiempo que curiosamente son muy parecidas al calendario al griego; tanto como ambos son casi iguales al ancestral persa -y también
muy cercano al judío aún vigente-. Por su parte, la división del mes lunar en semanas de siete días es típicamente semita y muy
posiblemente pudo llegar a la Península de manos de los fenicios (quienes lógicamente compartirían un calendario muy semejante al
hebreo, y parecido al griego).

(11): Es decir, que como el calendario celta tenía años consecutivos de 12 y 13 meses de 29,5 días cada uno; ello significa que cada
cinco años solares hay que añadir dos meses lunares. Lo que significa: (29,5 x 12 x 5) = 1770 días. De lo que si 5 años solares los
consideramos (365,25 x 5) = 1826,25; faltarían en el ciclo de 5 años solares, 56, 25 días. Periodo que para ajustarlo teniendo meses de
29,5 jornadas, hay que añadir dos meses (29,5 x 2 = 59) y luego restar en el bisiesto celta (celebrado en los lustros) 2,75 días. Lo que
obliga a que cada cuatro bisisstos haya que incluir 3 dias más; completando un calendario con cadencias de 30 años en ciclos de 5 y 6
(tal como demuestra el calendario de Coligny y Julio César comenta en "La Guerra de la Galias", cuando habla de que los druidas se
reunían cada bisiesto, que se cumplimentaba en ciclos de 5 y 6 años).

(12): Fernando Romero Carnicero (Op. cit. 2; pag 471); dice sobre las pieles, al hablar de la tesera de Libiaka con un oso: "Si se ha
apuntado que tales figuras animales debían de tener una significación específica para aquellos que sellaban el pacto (Beltrán, F., 2001:
55) y propuesto diversas interpretaciones al respecto (un resumen de las mismas en Balbín,2006: 136), para el caso de la pieza que
nos ocupa se ha indicado que pudiera representar al animal sacrificado para sancionarlo, cuya piel, siguiendo ritos
ancestrales, quedaría como testimonio del mismo (Almagro-Gorbea, 2001 y 2003: 218-219)"
Capítulo anexo: TEORÍA SOBRE EL SIGNIFICADO Y LECTURA
DE LOS DADOS PRERROMANOS HALLADOS EN LA MESETA.
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en SOBRE LOS TEXTOS IBÉRICOS DE MARIO GÓMEZ-MORÁN (24/11/2012)

Antes de comenzar:

Esta entrada es ajena al libro que venimos comentando (TEXTOS IBEROS, que más adelante
continuaremos resumiendo, analizando y ampliando). Por lo que antes de presentar un nuevo capítulo de
aquel, haremos un inciso más, con la intención de ir dando forma a un sistema de traducción y
comprensión del lenguaje (o idiomas) prerromano de la Península. En el presente artículo ampliamos
conceptos que en los anteriores habíamos definido, pretendiendo en hallar el valor y significado de los
dados ibéricos hasta hoy conocidos (con representaciones animales, o con caracteres semejantes a
números). Como venimos exponiendo, seguimos con el análisis de textos muy breves ya que nuestra
visión es un tanto diferente a la de Mario Gómez-Morán, quien consideraba que para interpretar este
idioma había que hacerlo a través de traducciones de textos con gran extensión (de más de diez
palabras). Mientras en mi opinión es mejor estudiar la epigrafía muy simple, para conformar un primer
diccionario de términos, de radicales y de terminaciones esenciales o comunes en la lengua prerromana
peninsular.

AL LADO: Chaquete de Ur, fechado en el II


milenio a.C. y fabricado en marfíl, maderas y piedras semipreciosas (propiedad del Bristish Museum, al que
agradecemos nos permita divulgar la imágen). Similar a un parchís, podemos obervar en este tablero su
carácter mágico que se hace evidente por contener ojos labrados en los laterales. Diseño que se
refiere a uno de los dioses sumerios más comunes; el de la luz que se representaba con la forma de
esos ojos humanos. Todo ello le confiere y nos habla del sentido religioso y místico que tenían los
juegos de azar en la antigüedad, que se relacionaban con los dioses y con el mundo de los espíritus o de
los muertos.

Algo fácil de comprender si entendemos que las deidades se adoraban de forma "interesada",
pretendiendo que intercedieran por los hombres ante las fuerzas de la Naturaleza y de "manera
simpática". Es decir que les pedían favores a cambio de adorarles, levantarles un monumento u ofrecerles
sacrificios. De tal manera y de un modo similar como algunos realizan hoy con los Santos (por ejemplo con
el famoso San Pancracio, al cual prometen perejil si les toca la lotería), antiguamente se solicitaba un don,
una intercesión o un favor. Que de lograrse interpretaban que el díos al que se le había pedido lo había
concedido; de lo que se erigían monumentos, estelas, esculturas o exvotos en su memoria y nombre. Por
lo que la suerte era tenida como un simple regalo de los dioses y consecuentemente en los juegos
de azar podía verse el designio de aquellos o leerse el futuro.

El tablero que vemos y del que se conservan algunas fichas, tiene dibujados dados en forma de "cinco"
y "cuatro"; se jugaba no solo con unas piezas circulares halladas, sinó que además todo parece indicar
que se tiraba un dado de seis lados para avanzarlas (siendo el juego muy semejante en diseño y forma a
los parchises o dameros actuales). Por su parte, también contiene casillas con flores y estrellas que -de
algún modo- son similares a los adornos que llevan los dados ibéricos. Y aunque no pueda haber
ninguna relación entre unos y otros objetos (los de Ur y los de Iberia), es manifiesto que en ambos
casos los juegos simbolizaban el mundo de los astros, de los totems deificados, de la suerte o de la
adivinación -que ser representan en esos pétalos y figuras estrelladas-.
ABAJO: Juego egipcio denominado Senet, procedente de la tumba de Kha en Deir el Medina (fechado
en Imperio Nuevo) y propiedad igualmente del British Museum, al que agradecemos nos permita divulgar
la imagen. Los egipcios, menos supersticiosos y mucho más espirituales que los mesopotamios,
interpretaban igualmente en este tipo de juegos los designios de los dioses. El Senet -similar a un
ajedrez o juego de Damas-, significa en idioma del Nilo "tránsito" y representaba el calendario junto a
las fases de los planetas. En aquel se simulaba el viaje de Ra (el camino hacia el cielo, tras la muerte)
figurado en sus casillas que simbolizaban el tiempo -los días o los meses-. Por su parte la voluntad divina
podía simplemente verse en aquellos que más suerte tuvieran y que con más inteligencia lo jugaran,
representado de ese modo y en el tablero, el tránsito de la vida.

De una forma muy similar, la gran mayoría de las culturas antiguas -o primitivas- han interpretado los
deseos de los dioses (o del futuro) a través de sistemas de azar. Métodos a los que solían unir juegos o
laberínticos chaquetes, en los que se podía ver el estado de la suerte o conocer el porvenir de un
consultante. Todo lo que comunmente se relacionaba con el mundo de los astros, que en forma de cartas o
dameros se representaban en aquellos juegos que no solo servían para divertirse y echar una partida, sino
también para comunicarse con los dioses. Métodos entre los que los más comunes fueron las tabas y
los chaquetes que como este Senet egipcio no solo tenían un sentido lúdico.

La entrada de hoy realmente es una continuación de las previas, en las que habíamos analizado el
significado de las representaciones cenitales de cuadrúpedos en la Iberia prerromana. Centrándonos en el
presente artículo en aquellas figuraciones del animal visto desde arriba existentes en dos dados,
hallados en las cercanías Sepúlveda y Calahorra. Por su parte, un tercer dado del mismo tipo se
encontró en Numancia, territorio que no dista mucho de los anteriores y que está igualmente en la zona
ibérica menos alfabetizada. Todo lo que identifica unas piezas y otras, cuyo estudio ahora comenzamos.
Análisis que iniciaremos dando primero unos conceptos sobre el significado de los dados en la
antigüedad y de la adivinación por medio de aquellos, para pasar posteriormente de cada uno de los
referidos cubos (el de Numancia, el de Calahorra y el de Sepúlveda).

BAJO ESTAS LINEAS: Fichas del chaquete que veíamos arriba, procedente de Ur, del II milenio a.C.,
hechas en marfíl, maderas y piedras semipreciosas (propiedad del Bristish Museum, al que agradecemos
nos permita divulgar la imágen). Observemos de estas piezas comprarándolas con otras de juegos de
tablero que han llegado hasta nuestros días; coincidiendo hasta el número que indica como
"preferido", que igualmente es el cinco (tal como ocurre en algunos como el parchís). Se ha de suponer
que al ver esa cifra ordenada en sotuer, el tablero se jugaba lanzado un dado marcado con puntos (tal como
actualmente se hace).
1.- LA ASTRÁGALOMANCIA O CLEROMANCIA (adivinación a través de las tabas o los dados):

Unificaremos ambas mancias, habida cuenta que la predicción del futuro por medio de la lectura de las
tabas o los dados, tiene un idéntico origen al de hallarla por medio del sorteo ( ). Tanto que
pudiera decirse que el cubo hecho comúnmente de hueso (de cerámica, madera y a veces de
metal;) con cuatro, seis, o más caras marcadas para jugar, desciende directamente de las habas y
piedras que metidas en un puchero se usaban para vaticinar. Aunque sobre todo el dado procede de
los huesecillos de animal que con igual función se usaban. En especial con las vértebras y tabas -de
cordero y hasta de vaca- que se lanzaban al aire, dando un significado o valor a cada uno de sus cuatro
lados en los que podían caer. Huesos de articulación llamados anatómicamente astrágalos, pero
comúnmente conocidos como tabas; de lo que la predicción de futuro valiéndose de aquellos se
denomina astragalomancia. Por su parte, augurarlo valiéndose de dados es una fórmula directamente
descendiente de aquella y que en principio tan solo variaría en el artículo usado; que en ese caso sería un
cubo u objeto artificial que cae por una cara y al que se confiere un poder mágico.

En la Península Ibérica hay manifestaciones de astragalomancia prerromana en infinidad de tumbas,


siendo muy famosas las que contenían juegos de tabas votivas y que fueron excavadas en Fuentes de
Ebro (Zaragoza) o en Carmona (Sevilla). De manera muy distinta no se han hallado entre los ajuares
ibéricos dados, algo que por otro lado resulta en cierto modo normal habida cuenta que este objeto pudiera
relacionarse más bien con la adivinación y el juego, que con el mundo propiamente funerario. Sea como
fuere, parece evidente por la cantidad de "astrágalos" encontrados en los enterramientos (algunas
con cajas conteniendo docenas), que la astragalomancia y el juego de la taba se practicaban entre los
iberos. Ciencias adivinatorias cuyo nombre se dice que divulgó el célebre escultor Polícleto, que en el siglo
V a.C. realizó una de sus obras más famosas: La llamada astragalizonta, que en griego significa "la
jugadora de tabas" (ya que , es: "vértetebra", "huesecillo" y por ende "taba y "dado").

Un entretenimiento tan común como extendido por toda la Antigua Hélade, en cuyas cerámicas y esculturas
podemos ver infinidad de mujeres y hombres "tirando" los astrágalos. Algo que en Roma también era
cotidiano y que igualmente no fue solo un juego usado para divertirse, sino también para vaticinar -
lo que se mantuvo hasta la supresión por el Cristianismo de las artes adivinatorias-. Prohibición que no
suprimió su uso lúdico, por lo que hasta nuestros días ha llegado este divertimento (infantil) y que es muy
típico de Castilla (más concretamente de Ávila). Cuyos jugadores diferencian las posturas de las tabillas
al caer en las siguientes: "Jete" (u hoyo) la cara cóncava con un hueco; "panza" (o tripa) la convexa
-inversa a la anterior-; "verdugo" (o lis) con un pico en el extremo y parte más lisa de la taba.
Finalmente "rey" (o carnero) la opuesta al verdugo, que es cóncava. Sistema que desciende
directamente del heleno quienes valoraban del siguiente modo las tiradas: 1 punto para la "jete" o
"panza", 3 si la taba caía en "verdugo" y 4 de hacerlo en "rey"; pero si se mantenía en pié de lado -lo
que era altamente difícil-, anotaba 6.

La importancia de estos objetos se comprende cuando vemos que para muchos la suerte era en la
Antigüedad sinónimo de taba o de dado. De lo que "cleros" (del griego , "sorteo") se relaciona
con "sortilegio"; palabras unidas a "herencia" y "heredero" (en idioma heleno también escrito ), pero
igualmente con el método que utilizaban en muchos de los santuarios y oráculos para vaticinar.
Habiendo sido uno de los más comunes el de introducir habas o piedras de uno y otro color en una
urna, que se sacaban a cada pregunta del fiel que hasta el templo se llegaba para consultar el augurio de
porvenir. Costumbres tan comunes hace miles de años y forma de leer el futuro tan extendida
antiguamente -antes de tomar una decisión-, que la frase de Julio César "la suerte está echada"
significa realmente una tirada de dados... . Ya que en verdad "alea iacta est" ha de traducirse como "el
dado han sido echado", del latín "âlea" (dado) y "iactus" (tirar, echar). Aunque curiosamente, "âlea"
también significa "el peligro", algo que dice mucho de cuanto a los dados se jugaban los romanos y
sobre lo que aquellos leían en estos astrálagos y cubos. Unas suertes relacionados con las "alas" de
aves (de ello "alea") y que posiblemente expliquen el dado como la flecha o el azar en el riesgo -simbologia
que puede percibirse en la terrible escena que describe el Nuevo Testamento tras la crucifixión, con unos
legionarios jugándose la túnica de Cristo por medio de ellos...-.
AL LADO: Tabas de cordero, que se usaban en la Península desde el tiempo de los
ibéros como medio de adivinación, para jugar, o como forma de ritualizar la suerte. Destacan entre
este tipo de astrálagos votivos, los hallados en Fuentes de Ebro (Zaragoza) en cuya necròpolis se
encontró un juego entero y perfectamente dispuesto en caja, en una de sus tumbas.

ABAJO: Bajorrelieve neohitita procedente de Karkemish, que representa a los hijos de Araras jugando
a los dados (tabas), fechado hacia el 760 a.C. (propiedad del Museo de Ankara, al que agradecemos nos
permita divulgar la ímagen). En esta escultura vemos a dos príncipes con los astrálagos en las
manos en una imagen que se completaría con otros dos chicos de la corte real que también juegan con
algo similar a una peonza (situados a la derecha de la escena y en lugar que no vemos). Evidentemente, el
entorno y el lugar donde se desarrolla lo que el bajorrelieve recoge, hace pensar que no se trata de artes
adivinatorias, sinó de un juego de juventud para entretenerse. Muchos piensan que los primeros en
divertirse con las tabas fueron los griegos, tanto como estos serían los que extendieron y casi inventarion la
forma de adivinar con ellas. Pero imágenes como la que vemos en este importante friso neohitita, obligan a
pensar que esos usos y juguetes vinieron de Anatolia, Egipto o de Mesopotamia; siendo los griegos quienes
los divulgaron hacia el Occidente Mediterráneo.

Los antecedentes de cleromancia más antiguos parecen remontarse hasta el Antiguo Egipto, donde
se practicaba la adivinación con astrágalos en forma de pequeños huesos marcados con signos; algo
que los griegos también hicieron poniendo las letras de su alfabeto sobre vértebras -o metatarsos-, de
animales que habían sido sacrificados para ese fin. Consecuentemente hubo muchos templos en los que se
vaticinó de esta manera, entre ellos el Oráculo hercúleo de Bura (en Acaya) donde se adivinaba con
huesecillos de omóplato o de vértrebras, que llevaban las letras y que se lanzaban como los
dados, para responder al consultante -los que posteriormente parece que fueron sustituidos por dados
cúbicos y de juego-.
En otros templos como el de Apolo en Delfos, la más antigua cleromancia que efectuaban las pitonisas
era la más primitiva y simple. Consistente en introducir en una urna piedras -o habas- negras y
blancas, respondiendo sí o no con ellas, a las preguntas de los fieles que hasta allí se llegaban para
consultar el porvenir. Método de augurar que fue atribuido a las Trías; tres ninfas del Monte
Parnasos que los autores clásicos creen eran las divas más antiguas de Grecia. Todo lo que en verdad
procedería de las supersticiones y costumbres de suertes primitivas; en la forma de sotilegios muy
simples echados por "extrañas sacerdotisas". Brujas o Pitias que como Hécate se representaban en
una mujer de tres rostros o tres cuerpos (de allí su nombre: Trías). Ritos tan arraigados como arcaicos
en las creencias de todos los helenos y que hizo común la presencia de cleromancistas en todo lugar,
evento o plaza helenas. Al igual que lo fueron entre los romanos y los etruscos. Siendo estos últimos
tan supersticiosos que no podían mover un ejército o tomar una sola decisión, sin consultar antes
los hígados, los huesos y las vísceras de animales (y hasta hombres) sacrificados para este fin.

Por su parte, la astragalomancia creemos que pudo tener un origen similar a la hepatoscopia (lectura
del povenir analizando el hígado del sacrificado) o de la antes mencionada extispicina (augurio por medio
de la visión del interior de la víctima inmolada). Ya que en ellas se sacrificaba a un animal -o una persona
en épocas más antiguas-, para utilizar sus vísceras y cuerpo para vaticinar. Todo lo que muestra
como posiblemente el origen de tan complejo y truculento arte de hallar el futuro pudo estar en la
intención de leer en los restos del ser recién sacrificado, en su tránsito entre la vida y la muerte.
Como si aquel infortunado animal (u hombre) pudiera transmitir en el momento de su fallecimiento los
misterios existentes entre ambos mundos (el que había abandonado y al que se había marchado). Algo que
se debió de interpretar de ese modo y que quizás concedió a los huesos de la víctima el poder y la
capacidad para contactar con el Más Allá; todo lo que se haría en ceremonias y ritos que poco a poco se
fueron olvidando, hasta que la astragalomancia se realizo con simples dados.

Sobre este sortilegio tirando tabas o cubos, ya dijimos que Cicerón advertía de que era una baratísima
manera de conocer el futuro y que se practicaba en todo lugar o por cualquier persona que se
considerase mago, siendo también la más fraudulenta (1). Forma de vaticinio que David Hernandez de
la Fuente en su libro sobre adivinación (2) explica que se trataba del más famoso medio de acertar el
futuro entre los griegos, cuyo método más extendido era el "Oráculo de Homero". Fórmula en que se
auspiciaba con dados que tan solo tenían dos marcas (una alfa y una sigma), tirándose hasta seis veces
para así adivinar el porvenir (3).
Sobre todo ello, ya expusimos que escribe textualmente: "Se han conservado también los textos
interpretativos de estos oráculos que da solución a cada posible combinación de tirada de cinco
series (desde el 1,1,1,1,1=5 hasta la 6,6,6,6,6=30). Así para cada una de las 56 combinaciones
posibles habría un dios protector". Lo que obliga a pensar en un panteón de cincuenta y seis deidades,
que comprendería además de los importantes y conocidos divos, diversas divinidades lares, del lugar o
particulares.

AL LADO: Dado celtíberico de Sepúlveda (dibujo que ya publicábamos en


anterior entrada), hallado en el Cerro de Somosierra. Dijimos que en una de sus caras se halla la figura
del lobo o cuadrúpedo esquematizada; por lo demás el resto de lados no presenta números, sinó
figuras. Ya hemos propuesto la teoría de que se trataría de un dado oracular de los que comunmente
también había en Grecia -desde tiempos de Homero-. Cubos que solo tenían marcas (normalmente en
una cara la "alfa" y en otra la "sigma" o la "omega"), y con los que se vaticinaba tirando seis veces
consecutivas. Existiendo una respuesta combinatoria para el oráculo en cada caso. Observemos como este
de Sepúlveda tiene marcado el lobo, entre lo que parecen dos medias lunas. Al lado y más abajo (en el
epígrafe 3º) recogemos y explicamos el valor numérico que creemos tenía.

ABAJO: Dado muy similar al anterior y también ibérico, fue hallado en Calahorra (en dibujo que
también publicábamos en anterior entrada). En este se aprecian seis figuras muy diferentes y bien
marcadas, lo que creemos pudo servir para pronosticar seis distintos oráculos o suertes a
combinar -tantas veces como se tirara y según del lado que ese cayera-. Similares a los de juego, los
dados de vaticinio tenían marcas simbólicas por las que se interpretaban las distintas caidas.
Siendo común lanzarlos cinco veces y leer en esta combinatoria lo que aquel dios decía a través del
objeto de seis caras. En el de la imagen, vemos la figura del lobo esquematizada en la izquierda.
Igualmente al anterior, a su lado y más abajo (en el epígrafe 3º) explicamos y escribimos el valor numérico
que creemos tenía.

2.- ANÁLISIS DE LOS DADOS POR DIFERENTES AUTORES:

a).-La hipótesis de que fueran teseras:

Como dijimos también en el anterior artículo, al no poder comprender el significado de los símbolos de estos
dados, hubo autores que los consideraron teseras. Siendo De Hoz -ante la propuesta de Ballester-
quien planteó esta posibilidad, que el mencionado Xaverio Balleste explicaría en su estudio sobre el
calagurritano; concuyendo que no era propiamente ese objeto de un dado y que podía tenerse como
una de las teseras hospitalarias más antiguas de la península. Así, De Hoz y Ballester determinan que
estas piedrecitas cúbicas con dibujos se trataban de teseras anepígrafas, posiblemente las más
antiguas de nuestra tierra y con un uso semejante a las que comúnmente fueron fabricadas en metal
(4) .Mientras Beltrán y Romero Carnicero (entre otros) ven grandes dificultades en considerar esos
dados como teseras (5). Y aunque claramente observan que no tienen números -sinó dibujos-, todo
ello les obliga a creer que se trata de un enser para probar "un tipo" de suerte (no solo la del
juego). Citando el prof. Romero Carnicero a Blanco, quien considera y escribe que: "Visto lo matado
de sus vértices, lo que facilitaría que rodara al ser tirado; (piensa que puede ser. entre otras
posibilidades un) objeto relacionado con prácticas mágicas o adivinatorias"- (6) .

Pese a cuanto hemos dicho, Ballester en su estudio sobre el calagurritano expone claramente la
hipótesis de que pudieran tratarse de teseras de tipo cúbicas, que comunmente aparecen en el área
cercana donde fueron hallados. Hablando de un tipo de "teseras geométricas y anicónicas" con formas
caprichosas rectangulares y cuadradas; de las que las más importantes dice se hallaron en Viana
(Navarra). Figuras abstractas que llegan a ensamblarse y que Untermann relacionaría con las manos
enlazadas (7). Explicando que el uso y utilidad de las piezas de hospitalidad cúbicas quizás fuera el de que
unas encajaran en otras o bien que se hicieran exactas en su forma y molde -para que nunca pudieran
imitarse y siempre encajaran una sobre la otra- (8). Recogiendo Xaverio Ballesté como argumento histórico
que explicaría esta abundancia y necesidad de teseras entre los iberos, la cita de Diodoro Sículo (V, 34, 1)
cuando escribe que los iberos "Son benignos y amables con los extranjeros. Todos aprecian acoger
a los forasteros que allí hacen estadía y entre ellos rivalizan el la hospitalidad, pues a quien ven en
compañía de extranjeros elogían y los tienen por amados de los dioses". Concluyendo este autor que
ambos dados son un tipo de objetos votivos relacionados con la referida costumbre (9).

b) El dado calagurritano (analizado por Ballester y Cinca): Como dijimos, el que más profundamente y
quizás primero que analiza esa pieza cúbica fue Ballester -en trabajos referidos en citas bajos estas
lineas-; llegando a la conclusión de que se trataba de una tesera hospitalaria antiquísima (al menos,
anterior al siglo I a.C.). Exponiendo en su trabajo que los objetos cuadrados hallados en Numancia o en
Prajedón (La Estacada, La Rioja -cerca de Calagurris-), tienen como carácterística la aparición de signos
extraños al alfabeto ibero. Lo que los hace ilegibles, pensando que nunca continenen números.
Caracteres que en el caso del calagurritano son mucho más simples, aunque sus extraños dibujos se
hacen inexplicables para el autor, quien ignora así su utilidad o uso. Ello unido a que ambos son de
arenisca y mucho mayores peso y tamaño que un dado común romano (normalmente fabricados en
hueso y con medidas para caber en un vaso-cubilete). Hace pensar a Ballester que ambos objetos
cúbicos hallados en Calahorra o Numancia, son teseras de amistad y no piezas para usar en el
juego (11).

Continúa observando el mismo autor que a su juicio los signos del calagurritano son mucho más
antiguos; llamándole la atención que todos estos objetos hayan aparecido en el entorno celtíbero
cercano a Numancia. Lo que habla de que pertenecen a este área que tanto resistió a Roma, algo que
se demuestra por no haberse encontrado otros similares en la Meseta (ni en la Península). Ello además se
une a otro hecho como es el que la zona no estaba muy alfabetizada en época íbera, tanto que en
aquella apenas había epigrafía hasta la llegada de los latinos -siendo la escritura más tardía que en el
resto del mundo ibero-. Afirmando con rotundidad que el el calagurritano no tiene signos silábicos o
de escritura alguna (12); aunque ambos contienen un carácter muy similar que es en forma de X o
bien de +. Por lo que concluye su estudio con las palabras siguientes: "De Hoz tenía razón: el dado
calaguritano no sería ya el dado más antiguo conocido, pero sí la tesera (o el modelo de
teseraibérica) más antigua de las conocidas (12 b).

Muy interesantes son las conclusiones que sobre el mismo presenta Ballester en otro trabajo escrito por
junto a Jose Luis Cinca (13) ; analizando los signos y llegando a unas definiciones numerológicas de
aquellos. De tal manera -desde las páginas 235 y ss.- exponen ambos profesores una teoría acerca del
valor de los caracteres que tiene este dadop calagurritano, considerando que debieran interpretarse así: El
número 1 sería el círculo (0), mientras el 2 se contendría en la cruz (+); siendo para ellos el 3 el aspa
(X). Curiosamente interpretan el 4 el lado que contiene cinco lineas (IIIII) y que para cualquiera
significaría en todo caso el 5. Mientras creen que el 6 es el que parece un doble tridente pero que ellos
definen como un astarisco atravesado por una linea (*); símbolo que se corresponde con el diseño del
lobo. Por último nos quedaría por señalar que el 5 sería para ellos el que parece un cruce de caminos en
forma de una piel extendida o de una "X" rematada y que está a la derecha en la imagen (ver dibujo)
-ATENCIÓN: Ver el valor que damos de los signos y nuestra intepretación sobre las imágenes (en las
que hemos apuntado un número junto a cada cara). Todo lo que explico al final y en el epígrafe
3º, donde exponemos comparativativamente los posibles valores analizados (junto a los de los otros
dados)-
AL LADO: Fotografía del dado hallado en Numancia, hecho en arenisca
(tal como se presenta en el Museo Numantino, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Se
fecha comumente en el siglo I a.C..

ABAJO: Dibujo mío de las seis caras y signos que contiene el referido dado numantino; podemos
observar que claramente todas ellas parecen letras o símbolos que indican numeraciones. Junto a ellas he
puesto el valor numérico que considero debió tener y que en el epígrafe 3º (al final de este artículo)
explico.

c) El dado de Sepúlveda (comentado por Ballester, Blanco y Romero Carnicero y otros):

Sobre este pequeño objeto encontrado en el Alto de Somosierra, nos dice lo siguiente Romero Carnicero -
comentando palabras de Blanco- : "El hallazgo descontextualizado del dado de Sepúlveda en nada
contribuye a facilitar la comprensión de su funcionalidad y significado; un intento en el que Blanco ha
barajado distintas posibilidades: Adorno personal, quizá como amuleto, pues no hay que olvidar que
presenta una perforación que posibilitaría su suspensión; matriz para sellar o marcar objetos de arcilla
previamente a su cocción; pieza para el juego u otras actividades lúdicas. Visto lo matado de sus
vértices, lo que facilitaría que rodara al ser tirado; sería un objeto relacionado con prácticas mágicas
o adivinatorias" (14). Añadiendo Romero Carnicero que: "independientemente de su funcionalidad y
significado, la representación zoomorfa debió de actuar de talismán, tener valor profiláctico o
protector y, cuando menos, procurar buena fortuna" (15).
d) El dado numantino -en Arlegui y Ballester- (16) :

Las conclusiones que obtienen Marián Arlegui y Xaverio Ballester acerca de esta última pieza cúbica -
también de arenisca y que más arriba hemos visto en foto y en dibujo-; es que lleva marcas mucho más
parecidas a caracteres de escritura (aunque lanzan la hipótesis de que quizás fueran una imitación de
letras, simplemente como un modo de señalizar). Hablando nuevamente de que probablemente se trate
de un tipo de "teseras geométricas y anicónicas" con formas caprichosas rectangulares y
cuadradas (17). Pensando que quizás representase el numantino números, al tener signos muy sencillos y
parecidos a la escritura ibera. Caracteres no correspondidos con otros similares de la Península, ni del
Mediterráneo antiguo. De lo que -como dijimos- el profesor De Hoz también creyó que el numantino
pudiera tratarse de una simple tesera, desestimado su catalogación como dado, por la falta de números o
letras (18) . Pese a ello, al aparecer el de Calahorra Ballester cambió en algo su juicio, pensando
posteriormente que ambos pudieran ser dados (ya que indiscutiblemente tienen marcas muy semejantes
a números).

e) La figura del lobo en Romero Carnicero y la conclusión que personalmente obtuvimos:

Previamente al análisis personal y a nuestro estudio de los tres dados, vamos a exponer algunos conceptos
sobre la figura del cuadrúpedo vista cenitalmente, que el prof. Romero Carnicero destacó, aparecía
en ellos. Haciendo referencia a la figuración de un lobo o animal visto desde arriba en los dados de
Calahorra y de Sepúlveda -a todo lo que ya hicimos alusión en anteriores entradas-. Consecuentemente
escribe Romero Carnicero que: "se ha apuntado que tales figuras animales debían de tener una
significación específica para aquellos que sellaban el pacto (19) y propuesto diversas interpretaciones al
respecto (20), para el caso de la pieza que nos ocupa se ha indicado que pudiera representar al animal
sacrificado para sancionarlo, cuya piel, siguiendo ritos ancestrales quedaría como testimonio del
mismo (21)" -cita completa en (22)-. Relacionando el autor este diseño de un cuadrúpedo con el del
colgante de el tesoro de Las Labradas (23).

Por su parte, en anteriores entradas ya vimos como en mi opinión la figura del lobo se podía relacionar
con la de los oráculos, al ser este el animal de Apolo. Todo lo que explicábamos del siguiente modo: Los
dos dados antes recogidos en imágenes (refieriéndonos al de Sepúlveda y al de Calahorra), serían
objetos de azar que curiosamente no solo llevan números -letras en cifra, nos referimos- y ni siquiera
marcas que pudieran hacerlos considerar un artículo de juego -como tal- . Ello y la representación del
lobo-lagarto en ambos, nos ha llevado a creer que se trata de un enser dedicado a la cleromancia (de
astrágalomancia). Objetos ibéricos de los que casi todos investigadores opinan que no parecen dados,
sinó más bien algo para utilizarse en el culto, las mancias o los pactos. Por lo que nos quedamos con
esta hipótesis de cleromancia que explicaría no solo sus dibujos, sino también la aparición del lobo.
Totem que como decimos es el símbolo de Apolo y por lo tanto el del oráculo por excelencia. Animal que
se relacionaba con el dios de la adivinación -denominado Apolo Licio- y deidad representada como un
cánido; comúnmente unido a aquellos juegos de astragalománcia por medio de los cuales se hallaba
el futuro lanzando tabas o dados. Todo lo que nos llevaba hasta un número final (EL CINCUENTA Y
SEIS) que increiblemente aparece en la representación del lobo del Vaso de Roa, tanto como los
oráculos de dados griegos -tal como se halla en el mencionado de Homero- (24).
AL LADO: Detalle del colgante de oro puro, del tesoro recuperado en el castro
de Las Labradas (Arrabalde, Zamora); en imagen trabajada y retocada desde el broche fotografiado en su
día por Delibes y Esparza (1989). Observemos que en su centro, el dibujo que presenta de un cánido
visto desde arriba que es igual al de los dados de Sepúlveda y Calahorra. Todo lo que claramente me
llevó a interpretar que esos cubos eran un objeto para ser usado en astragalomancia, tanto como el
colgante se trataba de un amuleto con carácter apotropaico.

ABAJO: TUMBA DE LA NECRÓPOLIS DE LAS RUEDAS PINTIA (Padilla de Duero) que al parecer
correspondía a un poderoso sexagenario -Desde fotografía tomada de la revista VACCEA 2007; N. 1,
2008 pag 65 (a la que agradecemos nos permita redivulgar la imagen de su propiedad). En ella podemos
observar un precioso puñal vacceo, cuya punta de vaina (contera) tiene la forma de cuadrúpedo o bien
de la piel extendida. Ello es un hecho que vengo observando, pues considero que se trata de un
diseño de carácter apotropaico, simbolizando quizás el animal cazado -atravesado por el cuchillo-.
Igualmente esa forma de piel se halla en múltiples objetos de metal y armas del Mediterráneo
(relacionándose con el keftiu, labrys y con el lingote pellejo de buey). Siendo mi teoría que este diseño
cercano al del una piel o cuadrúpedo visto desde posición cenital, tiene un significado mágico
relacionado con el mundo de la guerra, los metales y la suerte.

3.- INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS NUMERAL DE LOS DADOS DE SEPÚLVEDA, CALAHORRA Y


NUMANCIA:

a) Valor y significados del dado de Sepúlveda:

Comenzaremos por hablar sobre este de Sepúlveda, habida cuenta que consideramos que apenas tendría
valor numeral en sus caras (siendo principalmente un astrálago de sortilegios). De ello y como
veremos, tan solo tiene cuatro caidas o caras, como las tabas que contienen ese mismo número de
posturas. De tal manera, si partimos que el oráculo para el que era usado fue uno de Apolo y que los
totems de este dios como vaticinador eran el lobo y el cuervo, veremos en imagen arriba recogida
como tiene una primera cara que ya Fernando Romero Carnicero y otros han identificado con el
cánido. Lobo que quizás en este caso se represente entre dos cuartos (el menguante y el creciente) porque
como es sabido la Luna que da luz en la noche es la compañera inseparable del lobo -a la cual aullan estos
animales, principalmente se están solos con el fin de marcar territorio, señalar su situación y buscar nuevas
manadas-. De ello, esta cara tendría que ser la principal y su valor marcaría el 6.

A la izquierda de esta cara dibujada claramente con un cuadrúpedo, vemos una figura que pudiera
parecerse a un altar o bien a un cuervo sobre una rama. Lo que interpreto personalmente como el
segundo lado en importancia que en un dado sería el número 5 y cuya simbología en el diseño que lo
decora considero está unida al mencionado córvido (el otro totem de la adivinación en Apolo).
Finalmente, hay otras cuatro caras que son gemelas cada dos, de lo que obliga a pensar que tan solo
tiene cuatro caídas o "posturas" (por repetirse dos lados). Ello lo identificaría claramente con las tabas
que igualmente contienen cuatro lados; todo lo que nos hace pensar que se trata de un objeto usado
para adivinar de forma muy semajante a como se hacía con las tabas: Lobo, ¿cuervo?, hojas-estrellas y
aspas adornadas. Cuya traducciòn en números no tendría propiamente equivalencia, sinó más bien
concordancia con los de los astrálagos (adivinatorios).

b) Valor y significados del dado de Calahorra:

Muy diferente sería ya el de Calahorra (ver imagen), que sí parece contener una numeración. Numerales
que comenzarían de nuevo por la figura del lobo y cara principal del dado; lado más destacado y que
representa un cuadrúpedo visto cenitalmente, valiendo por ello posiblemente el 6. Tras aquel, el 5 parece
estar claro al contener un lado con cinco lineas grabadas. El 4, se correspondería a mi juicio con la
cara que contiene cuatro "caminos", o una especie de piel abierta en cuatro. Finalmente el 1 habría de
ser el círculo, tal como piensan Ballester y Cinca. Mientras sería en principio imposible dilucidar si el
aspa y la cruz son 2 ó 3, a menos que pensemos que el símbolo más simple es el de forma de cruz por lo
que este sería el primero (2) y el aspa el que le sigue, valiendo 3.

Pese a ello y como estos signos similares al aspa y la cruz, aparecen también en el dado de
Numancia, hemos podido determinar que era tal como intuimos en un principio. Concluyendo en nuestro
análisis sobre el numantino que una cruz (+) se corresponde con el 2 y se relaciona con signos griegos de
igual equivalencia. Tanto como el aspa (X), también tiene analogías con números helenos que
significan el 3. Para finalizar la interpretación de las caras del dado calagurritano -que recogemos
analizadas explícitamente en diversas imágenes-, diremos que en principio hemos de aceptar que el
animal representado sería un lobo. Lo que indica que se trataría de un objeto también con uso en la
cleromancia. Pese a ello, nos queda una duda sobre si aquel cuadrúpedo dibujado en la cara que
consideramos el 6, pudiera tratarse de una oveja. Algo que relacionaría el dado con las tabas, que se
fabricaban con estos astrálagos de oveja. Por lo que es difícil afirmar con rotundidad si lo que hay grabado
en estos cubos de Sepúlveda y Calahorra es un lobo o un cordero; animales que de ser uno u otro no
cambiarían el sentido y utilidad mágica de ellos (puesto que tanto el cánido como la oveja eran símbolos
de la adivinación).

BAJO ESTAS LINEAS: Análisis comparativo de todos los signos de los tres dados y
sus correspondencias con números en letras y signos iberos. Junto a los valores numéricos que les
hemos otorgado.
c) Valor y significados del dado de Numancia:

Por último en el caso de Numancia, ha de observarse aquel claramente presenta números figurados
como caracteres; de lo que pueden deducirse sus valores y afirmarse que es un dado -propiamente
dicho-. Pero como sus signos apenas coinciden con los alfasilábicos ibéricos, hemos de pensar que
se trata de numerales hasta hoy desconocidos, de lo que hay que buscarlos entre las cifras de otras
escrituras mediterráneas y de la época (para hallar su significado). De tal manera los analizaremos,
comenzando por la cara que lleva marcada una "X" que dijimos en el caso del calagurritano que podía
ser un 3. Consecuentemente, sabiendo que el signo "X" en alfasilabario ibero se lee como "TA",
podemos intuir que ello se correspondería con la letra griega "tau", cuya lectura numérica es
300 (trescientos). Podría corroborase el aspa como un valor del "tres", porque a su vez este
número escrito en griego es una "gamma" (), letra o signo que de algún modo se asemeja a esta
"equis" que aparece en la cara que analizamos. Todo ello, unido a que en el anterior de Calahorra nos
faltaba el 3, donde existía la señal con aspa; nos llevó a deducir que es este su valor.

Por su parte, dijimos que era lógico considerar en el de Calahorra que el círculo (0) podía ser el 1. Algo
que en este de Numancia se hallaría en la cara que lleva una "ro" ibera. Dibujo en forma de "" que
confirmaría el valor 1 porque esta letra en griego significa 100. Pero a su vez el diseño que hay en esta
cara del dado numantino es en algo similar a un "alfa" () que en indioma heleno es 1. Por todo lo que
creemos que este lado con aquel círculo con un palito ("" griega, ó "R" ibera"), ha de leerse como 1. En
cuanto al símbolo que hay en la cara pintada del lado contrario (a la izquierda) y que parece una "V",
interpreto que se trata de una "ypsilon" ibérica, que como valor "Y" griega sería 400; pero que
relacionada con la "delta" mayúscula pintada como un triángulo equivaldría a un 4 y que en griego se
escribiría "" (bastante parecida a la "V" que presenta ese lado ).

Siguiendo con el símbolo que vemos en el centro, en forma de una "C" cuadrada; creo que en ibero
puede ser leido como "bi", de lo que deduzco que se trata de una "beta" griega, o lo que es lo mismo:
Un 2. Quedarían entonces por definir el 5 y el 6, el las dos caras restantes. La primera sería aquella que
parece una "S" y que con arreglo a símbolos ibéricos se corresponderia con el sonido "ki" y que
quizás habríamos de relacionar con la letra griega de similar nombre ("Xi" ,  ó ), carácter que significa
600. Todo ello cuadraría esta "ki" ibera, en su diseño y dibujo como el de una "Z" ("zeta") helena,
(), cuyo valor es el 6. Deduciendo así que este lado que tiene como una "S" significa el 6. Siendo por
último el que tiene forma de "T", el equivalente a una "épsilon" griega que significaría 5; caracter que por
su forma en el dado se podría relacionar con la "fi" minúscula, letra que se lee en griego por 500. Por
cuanto esta cara como una "T" (que en el de Calahorra sería una cruz) se correspondería con el 5.

BAJO ESTAS LINEAS: Otro análisis comparativo de todos los signos de los tres dados y
sus correspondencias con números en letras y signos iberos (valores numéricos que les hemos
otorgado).

-Observemos se ellos que el 6 que en dos casos es la figura del lobo (o cuadrúpedo), en el numantino se
trata de una "zeta" () griega -o "ki" ibera- cuyo valor claramente es un 6.

-Por su parte, el 5 parece en Sepúlveda un altar o algo relacionado con un cuervo, mientras en Calahorra
son cinco lineas y en Numancia se corresponde con una "tau" o "fi" (de 500).

-El 4 es un modelo que se relaciona con una piel extendida o con la "Y" griega que entre los iberos se
escribía "V" (o incluso con la delta), con valor de 400 y relacionada con la "delta" (), que es 4.

-El 3, es un aspa en todos los dados, equivaliendo a la letra "ta" ibérica que quizás se corresponda con
la "T" griega cuya equivalencia es 300 o con la "G" () que es 3.
-El 2 se escribe como una "bi" ibérica y quizás se relaciona con la "beta" () que es 2. Mientras en
Calahorra es una cruz y en Sepúlveda un aspa (muy parecida a la anterior).

-El 1 finalmente es una "ro" () ibera y griega en Numancia y un círculo en Calahorra (con cierto
parecido). "R" que significaba 100, el círculo que no está muy lejos del alfa () cuyo valor es 1.

.............................

CITAS:
(1): Cicerón Sobre la Adivinación (I, 58) Habla de que los oráculos a través de los dados no debían considerarse para nada fiables.

(2): David Hernandez de la Fuente; ORÁCULOS GRIEGOS; Alianza Ed. Madrid 2008, pag 74.

(3): Tanta importancia tuvieron aquellos oráculos homéricos que en el mismo British Museum existe un papiro de época
Ptolomaíca en el que se explican minuciosamente las instrucciones de esta forma de acertar el futuro con dados. En el que
existían 216 combinaciones conforme a las posibilidades debidas a como cayera este en sus seis tiradas; habiendo pues un número
igual de vaticinios al de sortilegios que salían de cada forma.

(4): POSTILLA AL DADO CALAGURRITANO (y al numantino); estudio del profesor, XAVERIO BALLESTER /en Kalaorrikos 4,
1999. En las páginas 257-266. Donde Bellester llega a la conclusión final de que De Hoz tiene razón, y se trataría de la tesera más
antigua de la Península (al fecharse en siglos anteriores a las comunes placas hospitalarias).
(5): En referencia a los mismos dados escribe Fernando Romero Carnicero ( LAS REPRESENTACIONES ZOOMORFAS EN
PERSPECTIVA CENITAL UN ESTADO DE LACUESTIÓN; Universidad de Valladolid -editan Fernando Romero Carnicero / Carlos Sanz
Mínguez. Valladolid - pags. 508-509): "Una sugerencia del profesor J. de Hoz, en el sentido de que efectivamente se tratasen de
téseras, llevó a Ballester (1999) a insistir sobre el particular, centrando su atención en el área de procedencia de los hallazgos, el
carácter de los signos -evidentemente no grafemáticos, aunque posiblemente inspirados en, o imitando, el signario celtibérico, en el
caso de los de la pieza de Numancia-, o la forma en que pudieron cumplir su función de identificar a las partes contratantes del pacto; a
la vista de todo ello le parece lógico interpretar estas piezas cúbicas como la primera manifestación de las téseras celtibéricas (...)
proponiéndose así su identificación con una tésera celtibérica (Ballester, 2008: 196-199). (...) (Beltrán, Jordán y Simón, 2009: 636 y
650), asume las dificultades, algunasya señaladas por Ballester, que tal interpretación plantea" .

(6): Fernando Romero Carnicero (Op. cit. arriba), pag.508: "El hallazgo descontextualizado del dado de Sepúlveda en nada
contribuye a facilitar la comprensión de su funcionalidad y significado;un intento en el que Blanco ha barajado distintas posibilidades
-adorno personal, quizá como amuleto, pues no hay que olvidar que presenta una perforación que posibilitaría su suspensión; matriz
para sellar o marcar objetos de arcilla previamente a su cocción; pieza para el juego u otras actividades lúdicas, visto lo matado de sus
vértices, lo que facilitaría que rodara al ser tirado; objeto relacionado con prácticas mágicas o adivinatorias- sin llegar a decantarse, a
falta de otros paralelos e información más precisa, por ninguna de ellas, aunque viene a descartar las dos primeras (Blanco, 2004: 136-
137)."

(7): POSTILLA AL DADO CALAGURRITANO (y al numantino); estudio del profesor, XAVERIO BALLESTER /en Kalaorrikos 4,
1999. Págs. 261 y 262 (y cita 21)

(8): POSTILLA AL DADO CALAGURRITANO (y al numantino); estudio del profesor, XAVERIO BALLESTER /en Kalaorrikos 4,
1999. Pág. 262 , recoge los textos que estas llevan y son puramente iberos, muy semejantes a los inscritos en caracteres ibéricos.
Tales como: LETUNTUNOS::AUZ (Untermann, Monumenta IV) o bien TUINICUCUEI:: CORTONICUM::CAR (García Garrido y Pellicer
Bru en DOS TESERAS DE HOSPITALIDAD EN PLATA CELTIBERICAS, Kalathos 1984) y otra que pone y otra que pone
RETUKENO::USALIKUM (Untermann, Monumenta.... IV).
Aclaramos que la bibligrafía de Xaberio Ballester que vamos mencionando adjunta a su trabajo es fundamentalmente la
siguiente: Untermann; MONUMENTA LINGUARUM HISPANIORUM, BAND IV. ESCRITOS TARTESICOS, CELTIBERICOS Y
LUSITANOS, Wiesbaden, 1997 (del Band IV cita diversos capítulos que enumera como K). // Labeaga Mendiolla y J.Untermann; LAS
TESERAS CELTIBERICAS DEL POBLADO DE LA CUSTODIA, VIANA,NAVARRA. "Trabajos de arqueología Navarra 11" (1993-4) pags
45 a 53. // C. Jordán Cólera; INTRODUCCIÓN AL CELTIBËRICO, Zaragoza 1998 // F. Villar; ESTUDIOS DE CELTIBÉRICO Y DE
TOPINIMIA PRERROMANA. Salamanca 1995. // ARLEGUI MARIAN Y XABERIO BALLESTER
El dado numantino Kalathos, 16 1997, pags 231 a 221

(9): Idem. cita (7), pag. 263.

(10): Idem (7) pag. 259.

(11): Idem (7) pag. 257

(12): Idem (7) pag. 260; la cita siguiente y final procede de la página 264.

(13): Jose Luis Cinca Martínez y Xaverio Ballester;


EL DADO CALAGURRITANO. Kalakóricos 3; 1998, páginas de la 233 a la 238

(14): Citando a Blanco, 2004: 136-137; en LAS REPRESENTACIONES ZOOMORFAS EN PERSPECTIVA CENITAL UN ESTADO DE
LACUESTIÓN; de FERNANDO ROMERO CARNICERO Universidad de Valladolid (editan Fernando Romero Carnicero / Carlos Sanz
Mínguez) Valladolid /2010 (pag. 508)

(15): Fernando Romero Carnicero; Op. cit. (14),


pag. 532.

(16): ARLEGUI MARIAN Y XABERIO BALLESTER; El dado numantino Kalathos, 16 1997, pags 231 a 221

(17):
POSTILLA AL DADO CALAGURRITANO (y al numantino); estudio del profesor, XAVERIO BALLESTER /en Kalaorrikos 4, 1999. Pag.
261

(18): Idem (17), pag. 258.

(19): Beltrán, F., 2001: pag. 55

(20): Hay un resumen de las mismas en Balbín,2006; página 136.

(21): Almagro-Gorbea, 2001 y 2003, páginas 218-219

(22): LAS REPRESENTACIONES ZOOMORFAS EN PERSPECTIVA CENITAL UN ESTADO DE LACUESTIÓN; FERNANDO


ROMERO CARNICERO Universidad de Valladolid (editan Fernando Romero Carnicero / Carlos Sanz Mínguez) Valladolid /2010 pag.
471

(23): Fernando Romero Carnicero en op. Cit. (22) escribe sobre este tesoro: "En 1987 aparecía, en el zamorano castro de Las
Labradas, en Arrabalde, un segundo tesoro integrado por diecinueve joyas, entre las que merecen recordarse, pues algunas de ellas
estaban fragmentadas (...) Su localización enterritorio astur ha permitido afirmar, en cualquier caso, que su ocultación tuviera lugar con
motivo de las campañas de Roma contra cántabros y astures, es decir, entre los años 29 y 19 a.C. (Esparza, 1988-89: 513-514;
Delibes y Esparza, 1989: 128; Delibes, 1991: 23; Delibes, Esparzay Martín Valls, 1996: 36-39). OP: CIT.; Pags. 499 y 500.

(24): Todo lo que nos llevaba hasta un número final que menciona Hernández de la fuente y que es muy curioso: El 56.
Correspondiente a los dioses que protegían el oráculo de los dados. Número que increiblemente aparece en la representación del lobo
del Vaso de Roa, cuyo pan (o tablero) que está lamiendo tiene esta cifra de casillas -o divisiones-. PARA INFORMACIÓN SOBRE
ELLO, VER ENTRADAS ANTERIORES.

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