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Universidad de Guanajuato

División de Ciencias Naturales y Exactas.


Departamento de Química.
Licenciatura en Químico Farmacéutico Biólogo.
Química General.
Profesor Alan Ricardo Picos Benitez.
Alumna: Sayanny Paloma Mendoza Gutiérrez
Tema: Ensayo, Ley de las Octavas.

Guanajuato, Gto a 9 de Marzo del 2018.

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Tabla Periódica: Ley de las Octavas.
La tabla periódica es un medio de organización para los elementos que existen en
nuestro planeta, la cual es una fuente muy importante de referencia para los científicos y
profesionistas que estudian la Química, ya que ésta nos permite visualizar de una manera
más sencilla y concreta de como es que se encuentran ordenados los elementos, así como
poder consultar las propiedades de cada uno de ellos, como su número atómico, masa
atómica, valencias, incluso hasta su nombre y simbología correspondiente. Pero, todos nos
debemos de preguntar, ¿Cómo se llegó a la organización de la tabla periódica que
conocemos actualmente?
Muchos años de arduo trabajo, donde colaboraron distintos científicos y especialistas en el
área de la Química, que se empeñaron desde darle un nombre y simbología a los
elementos, así como hasta llegar al acomodo de la tabla periódica que conocemos hoy en
día.
Cabe destacar que el químico sueco Berzalius, fue quien invento un sistema sencillo para
la notación química, es decir, para identificar y nombrar a los elementos químicos de una
manera mas simplificada, sus símbolos fueron tomados de las primeras dos letras del
nombre del elemento, y solamente los elementos que sieguen del 103, en la tabla periódica,
poseen tres letras, siempre con la primera letra mayúscula, y las demás minúsculas. El
origen de los nombres de los elementos, son desde palabras latinas, griegas o alemanas,
donde su significado describe algunas de las características de dichos elementos; también
unos cuantos nombres hacen referencia a algunos científicos destacados, otros nombres
tienen que ver con el Sistema Solar y finalmente están los relacionados con la mitología
clásica, como el mercurio (Hg).
Teniendo en cuenta los elementos ya conocidos en antiguas civilizaciones como los son el
oro, plata, cobre, hierro, estaño, mercurio, azufre y carbono; de igual forma se descubrieron,
el antimonio, el arsénico, el zinc y el fosforo, y después de tiempo se descubrieron más
elementos, aproximadamente veintidós. Fue a partir de aquí que diversos científicos se
interesaron en analizar cada una de las propiedades físicas y químicas de estos elementos,
incluso en su paso, descubriendo uno o más de ellos, otros veinticinco, para ser exactos,
por diversos científicos, incluso uno solo de ellos descubriendo más de cinco; sumándolos
así, a los demás elementos ya conocidos, y debido a esto ya estaba mas que claro que era
necesario ordenar dichos elementos.
Varios científicos observaron similitudes de las propiedades químicas y físicas de los
elementos, y fue que se dieron cuenta que sería muy difícil la identificación de los elementos
para un estudio organizado de la Química, sin un ordenamiento previo de los elementos.
Fue así como comenzaron las primeras clasificaciones y ordenamientos de los elementos,
comenzando por Döbereiner, y sus triadas, que consistían en un grupo de tres elementos
con propiedades físicas y químicas similares, en donde la masa atómica del elemento
central es aproximadamente un promedio de las masas atómicas de los elementos
externos, este hecho indicaba que existían relaciones entre las propiedades de los
elementos, pero no se encontró explicación alguna que la justificara.
Posteriormente, Chancourtois, coloco todos los elementos conocidos por orden de sus
masas atómicas en una línea arrollada helicoidalmente, así pudo averiguar algunas

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coincidencias entre los elementos cuyas posiciones coincidían en vertical. Pero debido a su
complejidad, esta tabla no fue aceptada.
Mas tarde en el año de 1864, el químico británico Newlands, hizo una nueva clasificación
de los elementos, basándose en su masa atómica, observando que si los ordenaba por su
masa atómica creciente después de siete elementos, aparece un octavo con propiedades
similares al primero de la serie, formándose así grupos integrados por elementos que
compartían propiedades muy parecidas, esto es el concepto de la ley titulada como la ley
de las octavas, por su semejanza con la escala musical, donde cada octava está formada
por siete notas y la nota siguiente inicia una nueva escala.
Esta ley mostraba una cierta ordenación de los elementos en grupos, con propiedades muy
parecidas entre sí, y en periodos, como se muestra en la figura 1, tal y como también los
conocemos en la tabla periódica actual.

Figura 1. Tabla de las octavas de Newlands.


1El Ytrio cambio posteriormente su símbolo a Y.
2El Didymio se demostró que era una mezcla de dos lantánidos: praseodimio y neodimio.

Analizando detenidamente la figura 1, con respecto al acomodo de los elementos, nos


percatamos de que hay ciertas cosas que faltan, una de ellas son los gases nobles, los
cuales aparecen hasta finales del siglo XIX.
Así fue como Newlands, a pesar de proponer una sistematización de la tabla periódica casi
acertada, tuvo algunas dificultades, ya que en algunas filas se encontraban grupos de
elementos con propiedades muy parecidas entre sí, pero por otro lado, encontró que
existían otras filas de elementos donde sus propiedades eran muy diversas, no tenían nada
en común, solamente se cumplía la periodicidad hasta el calcio, y a partir de ahí, ya no
existía similitud de las propiedades de los elementos como lo proponía Newlands, siendo
hasta ridiculizado por la Cheminal Society de Londres, debido al fallo con su tabla.
Después de un tiempo, Mendeleiev y Moseley perfeccionaron esta clasificación
respectivamente, llegando así, a la tabla periódica actual.

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Referencias.
1. Izquierdo, M. (2013). Evolución Histórica de los Principios de la Química. Madrid:
Universidad Natural de Educación a Distancia.
2. Fernández, E y Fernández, J. (2012). El icono de los químicos: la tabla periódica de
los elementos. Real Sociedad Española de Química, (108), 314-321.
3. Whitten, K. (2014). Química. 10a Edición. México: Cengage Learning.
4. Bona, T. (2008). Guía Interactiva del Estudiante. León, Gto.: Rezza Editores.
5. Chang, R. (2010). Quimica. 10a edición. China: McGraw-Hill.

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