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Según Portellano (2005) existen dos estructuras que lo regula (componente cortical y extracortical).

El
componente cortical también se divide en dos áreas, la expresiva, ubicada en el polo anterior del cerebro, y la
receptiva, ubicada en el polo posterior del córtex. El área expresiva está conformada por el área prefrontal, la
cual, se especializa en generar estrategias y motivar a la persona a empezar la comunicación, el área de Broca
es la que se encarga de preparar los procesos motores (los músculos) encargados de expresar el lenguaje oral
y escrito de una manera correcta y, por último, la corteza motora primaria es la encargada de iniciar los
movimientos para vocalizar las palabras. El área receptiva del componente cortical incluye el lóbulo temporal,
en el cual se localiza el área de Wernicke y la de Heschl, se encarga de procesar, recibir y sintetizar los
sonidos, el lóbulo parietal, en el que se encuentra la circunvolución supramarginal y la angular, es la zona en
donde los estímulos recolectados por los sentidos de la vista y de la audición se integran para poder
comprender el lenguaje escrito, y el lóbulo occipital se encarga de visualizar las imágenes lingüísticas y
procesarlas para identificar la lectura y escritura. También, existen componentes extracorticales como el
fascículo arqueado, tálamo, cerebelo y tronco encefálico

Es importante considerar la estimulación que se le da al niño desde que se encuentra en el vientre, puesto que
se desarrolla el oído y los procesos cerebrales relacionados con la compresión. Al nacer la familiarización de
estos sonidos serán más fáciles de reconocer pero no se debe dejar de estimularse con afectividad, puesto que
la enseñanza, que implica emociones, es mejor adquirida e importante en el desarrollo del cerebro

La neuroeducación, ayuda a conocer en qué área del cerebro se activa el desarrollo del lenguaje. A través de
los conocimiento de la neurociencia explica, específicamente, que en el hemisferio izquierdo, hay dos área en
el cerebro, el área de Broca y Wernicke. El lenguaje hablado llega a la corteza auditiva, en donde la
información será procesada y enviada al área de Wernicke, ahí el sonido será almacenada y asociada con otra
información previa, y formando y comprendiendo el significado. En el caso de emitir una palabra, la
información del área Wernicke, a través del fascículo arqueado, se transportará al área de Broca, donde
realizará el proceso de pronunciación de las palabra, posteriormente, viaja a la corteza motora, el cual controla
los músculos para poder pronunciar.
En el lenguaje escrito, la información adquirida a través de la vista, se va alojar en la corteza visual,
donde será procesada y pasará por el giro angular, el cual traducirá lo que se ha visto (la palabra escrita) a su
versión auditiva, finalmente en el área de Wernicke se interpretará la palabra. Este mismo proceso ocurre en
la comunicación oral, escrita o de señas (las personas con problemas de sordera).
Por otro lado, en  el  hemisferio derecho se encarga del desarrollo de la prosodia, es decir, la
acentuación, esto va ayudar a identificar las emociones expresadas al momento de hablar y a regular el ritmo.

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