Universidad Nacional Arturo Jauretche

Instituto de Ciencias de la Salud

Carrera de Licenciatura en Enfermería

Enfermería en salud mental y Psiquiatría (2020)

Modulo II

En el modulo anterior hemos visto los aspectos conceptuales respecto a la salud mental. Ahora veremos
conceptos mas ligados a las formas en la que se desarrolló la atención y que características tuvieron, con el
objetivo de comprender las configuraciones donde se ponen en juego el rol del estado, las respuestas sociales
y el resguardo de los derechos humanos de todas las personas con problemas de salud mental.

Vamos a hacer un repaso a lo largo de la historia y los modos de atención.

La salud mental surge como rama científica del campo de la medicina en una época tardía con respecto a
otras especialidades. El modelo cultural de salud-enfermedad ha ido determinando la comprensión de las
enfermedades mentales; desde una concepción primitiva de la enfermedad como castigo divino pasando por
el modelo social y psicoanalítico, hasta la perspectiva más moderna: Bioquímica y genética.

Para comprender como han evolucionado los conceptos y el tratamiento de las enfermedades mentales, es
necesario realizar un repaso de forma cronológica, resaltando las épocas mas destacadas de la historia.

Antigüedad Galeno de Pérgamo (médico italiano), localizo la

razón en el cerebro y dice que las causas de la locura
En muchas sociedades, durante siglos, las
podrían estar en el organismo o en la mente.
interpretaciones de tipo espiritual o religioso han
Asumió la teoría hipocrática de los cuatro humores
sido la base de los tratamientos de los trastornos
(sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra), el
mentales. En el antiguo Egipto se reconoció la
equilibrio de los humores representaba la salud
importancia de ambientes estimulantes y
(eucrasia). La enfermedad se concebía como un
actividades recreativas para el tratamiento de
desequilibrio (discrasia) entre esos cuatro humores,
algunos trastornos del comportamiento. Algunos
que se puede diagnosticar por el pulso, la orina y las
escritos hacen referencia que el cerebro es el
inflamaciones de los órganos, cuya detección
asiento de la mente y se mencionan algunas
requiere conocimientos anatómicos previos
enfermedades mentales como la epilepsia.
EDAD MEDIA

En el mundo Occidental la enfermedad Mental

retomó la categoría de posesión diabólica. El
mayor desarrollo se da en la cultura árabe donde
se cree funcionó la primera Institución para los
enfermos mentales en Bagdad, en el año 792 d /
En Grecia Platón subraya la importancia de la
Cristo; se ensayan algunas clasificaciones de las
entrevista clínica como herramienta diagnóstica y
enfermedades mentales, e incluso propuestas de
en muchos casos terapéutica.
Psicoterapia.
La teoría de los cuatro humores de Hipócrates
comienza a dar idea de la complejidad entre el
comportamiento y la situación orgánica, en sus
obras se describen cuadros como la epilepsia, la
manía, la paranoia, el delirio toxico, las fobias y la
histeria.
Renacimiento
Época de despegue de las ciencias físicas y de la
medicina en general, no aporta sin embargo
grandes novedades para los problemas mentales.
A pesar de esto y de la continuidad de la influencia
que tenía la religión sobre el campo de la locura,
dentro del mismo cristianismo, San Juan de Dios
se opone a la violencia y contención de los locos.
Plantea formas de atención humanitaria, del
mismo modo algunos médicos reivindican el
origen natural de la enfermedad mental.
Paracelso (1493-1541), autor del tratado "Sobre
las enfermedades que privan de la razón”,
propone que las enfermedades mentales no
tienen su causa en Dios, sino en procesos
naturales, y clasifica en cinco grupos: epilepsia,
manía, locura verdadera, baile de San Vito y
"suffocatio Intellectus.
Se comienza a profundizar en la Psiquis Humana,
surgen los primeros estudios sobre Neurología y las
primeras propuestas terapéuticas apuntando al
fortalecimiento del sistema Nervioso. Sin embargo,
persiste un complejo entramado entre lo moral y lo
insano con tratamientos para la purificación
(ingesta de jabón o vinagre).
En 1409 se crea en España el primer hospital
psiquiátrico. Cabe mencionar que El Hospital Real
de Bethlem (Beckenham, Bromley, Londres)
tambien es considerado el primer hospital
psiquiátrico conocido en Europa, fundado en 1247,
y aunque ya no se encuentra en su ubicación
original, se reconoce como la primera y más antigua
institución especializada en enfermos mentales.
Entre los años 1600 y 1700 hubo un incremento del
número de personas pobres con trastornos
mentales que eran confinadas en prisiones públicas,
hospicios, casas de caridad, hospitales generales y
manicomios privados en Europa y en lo que hoy es
Norteamérica.
En 1625, el viejo continente atravesó una crisis
económica y social catastrófica, que comenzó en
España y se expandió por la región.
En este contexto, las sociedades atraviesan
profundas transformaciones en todos los planos.
Cambian las percepciones sobre la locura y la
pobreza. Como señala Galende, mientras que
durante el Renacimiento se santificaba la pobreza
(los santos hacían voto de pobreza) ya en el siglo
XVII la Iglesia hace de la miseria y la pobreza una
relación de asistencia. Fue clave, entonces, la
concesión de la responsabilidad de control sobre la
locura y la enfermedad a los Estados en formación.
Durante la primera parte del siglo XVIII la visión
predominante sobre las personas con trastornos
mentales era la de considerarlas como seres
inferiores, incurables y esto justificó las condiciones
de vida paupérrimas y el uso de medidas físicas de
contención en los lugares de reclusión.
A finales de siglo XVIII, surge la figura de Philips Pinel
(medico francés) que al hacerse cargo de un asilo en
Paris ordena quitar las cadenas a los pacientes con
los que eran reducidos.
Su obra “Tratado de la locura” clasifica las
enfermedades mentales en cuatro grupos: Manía,
Melancolía, Idiocia y Demencia y explica que el
origen es por herencia y por las influencias
ambientales, propone la creación de un cuerpo
especializado de médicos.
Una importante figura, no siempre reconocida, y
que ha tenido una influencia decisiva en Philips
Pinel, es Monsieur Jean Pussin. Algunos teóricos lo
mencionan como el primer enfermero en
psiquiatría.
Con su minuciosa observación y registros llegó a la
conclusión que el castigo, maltrato y encierro solo
empeoraba la conducta y agresividad de los
pacientes y le recomienda a Pinel modificar el trato
a los internados.
Siglo XIX
Se producen distintos avances en el conocimiento
de la enfermedad mental.
Los más importantes están vinculados al
conocimiento del SNC, Fisiología nerviosa,
Histología del cerebro y descripción de las
Neuronas.
Dentro de los clínicos se destacan Charcot: elabora
estudios sobre los fenómenos de la hipnosis, la
histeria y algunos trabajos sobre Automatismo y
Sonambulismo.
El trabajo pionero de Jean-Martin Charcot en el
tema de los trastornos mentales había ganado
reconocimiento en todo el continente. Sigmund
Freud asistió a sus conferencias teatrales durante la
cual Charcot hipnotizó a pacientes diagnosticadas
con histeria.
El hospital de La Salpêtrière, en París, albergaba
mendigas, ancianas, ciegas, prostitutas, huérfanas,
epilépticas, retrasadas mentales y criminales. Todas
aquellas mujeres que se deseaba mantener lejos del
ojo público eran recluidas allí, sin distinción entre
salud mental y criminalidad u orfandad.
En el siglo XIX fue el Instituto neurológico más
grande en Europa.
Por esta época Florence Nigthingale, destacaba la
comunicación como eje del cuidado en los pacientes
con sufrimiento mental, expresa en este sentido
“cuán bueno sería para esa gente que hubiera al
menos una persona con quién pudiera hablar con
sencillez y franqueza…”
En Estados Unidos se realizan estudios sobre la
susceptibilidad genéticas a las enfermedades
mentales.
En Alemania, se intenta relacionar el daño
estructural de determinadas zonas del cerebro, con
algunas enfermedades mortales, y se publica el
primer tratado médico de la psiquiatría.
Sobre el final de este siglo y principios del siglo XX
surgen los primeros psiquiatras que influenciaron
crucialmente en la historia de esta especialidad.
En Argentina, siguiendo con esta línea se crea en el
año 1854 el Hospital Braulio Moyano, por decreto
de la Sociedad de Beneficencia y en 1863 el asilo
para orates "San Buenaventura", que luego
cambiaría sus nominaciones hasta ser el “Hospital
Interdisciplinario Psicoasistencial José Tiburcio
Borda”. Ambos establecimientos fueron diseñados
con una lógica avanzada para la época, siendo las
primeras colonias psiquiátricas.
En 1884 se creó la Colonia de Melchor Romero, hoy
Hospital Alejandro Korn, de la ciudad de La Plata y
sus primeros treinta pacientes fueron derivados
desde el Hospicio de las Mercedes. El Hospital
funcionó a partir de 1900 como una colonia agrícola
que se autoabastecía de alimentos gracias al trabajo
de los pacientes. Los mismos realizaban esta
actividad como una indicación terapéutica.
Entre 1900 y 1920 en nuestro país, se crearon más
colonias en un intento de ampliar el número de
plazas y superar el hacinamiento y la
superpoblación de los Hospicios de la ciudad de
Buenos Aires.
En el año 1908 se inauguró en la ciudad de Lomas
de Zamora del actual Hospital Esteves que tenía
como finalidad el traspaso de las mujeres que se
encontraban sin cama en el Hospital de Alienadas.
Siglo XX
Es en este siglo cuando se inician importantes
cambios políticos, económicos y sociales. La
psiquiatría se establece como disciplina de pleno
derecho de la mano de Griesinger que, aunque
consideraba las enfermedades mentales como
causadas por una acción sobre las células
cerebrales, utilizaba el concepto del ego y se refirió
al papel de las represiones en la enfermedad
mental, al mismo tiempo que se oponía a cualquier
trato inhumano al enfermo mental.
Se forja un nuevo concepto de enfermedad mental
más ligado a una concepción orgánica y biologicista.
El referente más conocido es Emil Kraepelim
(médico alemán) quién describe por primera vez la
demencia precoz (luego conocida como
esquizofrenia) y la psicosis maniacodepresiva.
A finales del siglo XIX, y principios del XX, Sigmund
Freud comienza con trabajos sobre el relato de los
pacientes e intenta comprender al enfermo mental.
Aporta la noción del inconsciente, desarrolla el
psicoanálisis. Elabora la teoría de la personalidad y
descubre los mecanismos de defensa del yo.
Mary Davis (fundadora del American Journal of
Nursing) May Kennedy (directora de la Escuela de
Enfermería Psiquiátrica del estado de Illinois)
comienzan a publicar a partir de 1921, sobre la
necesidad de que todas las enfermeras recibieran
preparación en enfermería psiquiátrica, para
mejorar las intervenciones integrales con diferentes
tipos de pacientes en hospitales generales.
Las instituciones de internación adquirían así un
enfoque médico-científico con la introducción de
principios de la psiquiatría europea y anglosajona.
La práctica del encierro comenzó a ser cuestionada
a partir del siglo XX por el Higienismo Mental, un
modelo que pone el énfasis en las condiciones
ambientales de la enfermedad, descentralizándolo
del propio individuo para pensar sus relaciones con
el medio natural.
El Higienismo Mental no conmovió la hegemonía del
asilo, pero fue importante para la modificación de
antiguas prácticas asilares.
En nuestro país, en 1929 se creó la Liga Argentina de
Higiene Mental, que, entre otros objetivos, formuló
las primeras críticas a las condiciones de
hacinamiento y maltrato en los manicomios.
De la mano del higienismo, se dan los primeros
procesos de estatalización del cuidado de la salud,
proceso que recién comienza a consolidarse en la
década de 1940.
Por estos años, la gestión de Ramón Carrillo (1946-
1954) en el Ministerio de Salud de la Nación avanzó
en las primeras reformas en materia de salud
mental a través de la atención de enfermedades
mentales en hospitales comunes y la creación de
Centros de Psiquiatría Preventiva como órgano
técnico para la prevención de enfermedades
mentales.

La psiquiatría con su legitimación científica, y desde

las reconocidas escuelas dentro de la psiquiatría
clásica (tales como la Escuela francesa representada
por Esquirol y la Escuela alemana representada por
Kraepelin) abonaron a la construcción de la
nosología psiquiátrica, un sistema de clasificación
de síndromes y síntomas que impactaron en los
tratamientos, así como en la clasificación que aún
perdura.
Desinstitucionalización
En los años 50, surge una corriente de pensamiento
que se oponía a la exclusión social de los enfermos
y al uso de métodos terapéuticos como la terapia
electroconvulsiva, coma insulínico y lobotomía, lo
que se denominó Antipsiquiatría.
Algunos referentes de este movimiento llevaran sus
postulados al extremo afirmando que la
enfermedad mental son etiquetas impuestas por
convenio para controlar toda desviación de la
convención social (Thomas Szasz).
El descrédito de los manicomios en sus aspectos
humanitarios permitió el crecimiento del
movimiento de atención comunitaria y un proceso
de reducción del número de pacientes crónicos en
los hospitales psiquiátricos estatales.
Se reducen o cierran algunos hospitales, y se
desarrollan alternativas bajo la forma de servicios
de salud mental comunitarios. Este proceso se
conoce comúnmente como desinstitucionalización.
Es justamente por esos años, donde la enseñanza de
la enfermería psiquiátrica se hace más práctica y
comienza a centrarse en la relación persona –
persona.
Hildelgard Peplau reemplaza el enfoque biologista
por la teoría psicodinámica, destacando que el
autoconocimiento de la enfermera debía ser tenido
en cuenta para el proceso terapéutico y
comprender mejor a los demás.
Además de todo lo mencionado, en torno a 1950
hubo un avance muy importante en el tratamiento
de los trastornos mentales: el nacimiento de la
psicofarmacología moderna. Los primeros
psicofármacos fueron la clorpromazina
(antipsicótico) y el litio.
Por primera vez en la historia, los psiquiatras
disponían de fármacos que mejoraban la agitación,
las alucinaciones, los delirios y la depresión. Como
consecuencia, se redujo el tiempo de estancia en el
hospital, muchas personas con un trastorno mental
pudieron vivir en casa con su familia y en el entorno
hospitalario disminuyeron los gritos, el caos y la
violencia.
En esta confluencia se consolida la institución asilar-
manicomial que será el paradigma de la
medicalización de la locura.
Las políticas en salud mental, emergentes en este
período, propugnaban la desaparición de la
internación prolongada, promoviendo formas de
asistencia centradas en la comunidad. Su meta era
evitar los probados efectos iatrogénicos del
confinamiento y atender la enfermedad en el
contexto social de la persona, resguardando sus
derechos.
En 1953 la OMS recomendó la transformación en
comunidades terapéuticas de todos los hospitales
psiquiátricos, adoptando el modelo propuesto por
Inglaterra.
Simultáneamente se desarrollan experiencias
alternativas en diferentes países.
Sobre este proceso dice Emiliano Galende (1990):
“En los años cincuenta... se va definiendo el nuevo
reordenamiento de lo mental en el mundo.
Goffman muestra en E.E.U.U. la creación de una
nueva patología por el internamiento. Crecen en
todo el territorio norteamericano las socioterapias
y las comunidades terapéuticas. En Francia, a partir
de Saint-Alban, se promulga la reforma sanitaria y la
creación del Sector como nueva política en Salud
Mental.
En Italia se reconstruye la organización de salud e
instala las primeras comunidades terapéuticas, para
luego, con el impulso de Franco Basaglia,
desembocar en el cierre del Hospital de Trieste y la
actual ley de salud mental.
CAMBIOS A PARTIR DE 1946 EN
ARGENTINA En el área asistencial se estimuló la creación de
Centros de Salud Mental independientes o
A partir de 1946, se produce un cambio importante
incorporados a los hospitales generales como
en materia de salud pues comienza a prevalecer la
Servicios de Psicopatología. El primero en esta línea
idea de estado prestador a la vez que planificador
fue el Centro de Salud Mental Ameghino (1948),
hegemónico de la totalidad de los servicios de salud.
luego el Servicio de Psicopatología del Hospital Evita
Como se mencionó antes, el Ministro de Salud de Lanús, a cargo de M. Goldemberg (1958).
Carrillo profundiza importantes cambios a nivel de
De este modo se pretendía reducir al máximo la
la salud pública. El nuevo concepto de estado y de
internación de los enfermos y propiciar su atención
sus funciones propone abandonar la beneficencia y
por consultorios externos.
la caridad para convertir la asistencia médica en una
obligación del Estado para con los ciudadanos. La enfermedad comienza a ser pensada desde lo
Carrillo propuso designar como “enfermos sano y no desde lo enfermo. La actividad asistencial
mentales” a quienes hasta ese momento se pasa a tener mayor desarrollo en la promoción de la
nombraba como “alienados”, a fin de que se los salud y la prevención de la enfermedad. El término
tratara como “a cualquier otro enfermo”. “Higiene Mental” es reemplazado por el de “Salud
Mental” más cercano a las nuevas propuestas. Los
Este cambio en la denominación se tradujo en una
procesos de salud y enfermedad serán abordados
reorganización de los establecimientos de
como fenómenos sociales y colectivos.
internación para que los pacientes estuvieran más
cerca de sus comunidades y familias a fin de evitar Paulatinamente comienza a imponerse un criterio
la cronificación y el aislamiento social. multidisciplinario que recoge experiencias y
perspectivas valiosas para trabajar en contra del
La Secretaría de Salud Pública reposó en la
encierro impuesto por la psiquiatría manicomial.
consagración de un derecho social el de la salud,
que fue incluido en el texto constitucional Se cambia la mentalidad combinando la medicina
reformado en 1949. tradicional con la sociología. Toda vez que la
demanda de salud es concebida como una
La salud pública se convirtió en una herramienta
necesidad de la población general y los equipos
fundamental para propiciar el mejoramiento en las
logran insertarse en la comunidad (Centros de Salud
condiciones de vida de la población y de esta forma
Mental, Consultorios periféricos, Hospital de día) se
de impulsar la ampliación de la ciudadanía social.
pone en marcha una concepción diferente de la
Hasta entonces, los derechos civiles y políticos Salud Mental.
individuales excluían a aquellos sectores que no
La meta ya no será sólo asistencialista, sino que se
podían ejercerlos: pobres, pueblos originarios,
propone como programas de salud.
mujeres, niños, y locos o alienados. La ciudadanía
Los nuevos conceptos que empiezan a circular son
era privilegio del hombre blanco y burgués.
comunidad, grupo, institución, interacción, praxis.
El 11 de octubre de 1957, siguiendo la línea de estos
cambios, se crea el Instituto Nacional de Salud
Durante la dictadura de Juan C. Onganía (1966-
Mental (INSM) dependiente del Ministerio de
1970) se elaboró el Primer Plan Nacional de Salud
Asistencia Social y Salud Pública.
Mental (1967), que tomó como modelo el Programa
Los cambios fueron muchos y comprendían otro
Federal de Psiquiatría Comunitaria y la Ley Kennedy
concepto de salud y enfermedad, un nuevo rol para
de 1963 de Estados Unidos.
la psiquiatría, y modificaciones importantes a nivel
institucional. El Plan proponía la externación de los grandes
hospitales psiquiátricos y la implementación de un
sistema descentralizado de atención mediante
centros periféricos, también impulsaba el trabajo
sobre los factores patógenos de la comunidad. Estos
objetivos no se cumplieron, se mantuvieron los
hospitales psiquiátricos, siempre ligados a las
cátedras de medicina, y se crearon siete colonias
además de las seis existentes (Vainer, 2007).
La innovación en el campo de la salud mental no
provino del Estado sino de las fuerzas irradiadas a la
vida social por la resistencia y movilización.
En ese período surgió la Federación Argentina de
Psiquiatras, crítica de la función represiva y
normalizadora asignada a su profesión, se rompió
por razones políticas la Asociación Psicoanalítica
Argentina, la Revista de la Asociación de Psicólogos
de Buenos Aires publicaba las posiciones más
radicales de la antipsiquiatría, y se desarrollaron
comunidades terapéuticas.
En esta época, se destaca Enrique Pichon-Rivière
médico psiquiatra argentino nacido en Suiza,
considerado uno de los introductores del
psicoanálisis en Argentina y generador de la teoría
de grupo conocida como grupo operativo,
herramienta de suma importancia en la Psicología
social. En las universidades, los estudiantes y
algunos profesores de las nuevas carreras
transformaban las curriculas incluyendo debates
sobre la realidad de la situación de salud del país y
la necesidad de prácticas profesionales
comprometidas con ella.
Este florecimiento sucumbiría ante el terror de
estado en la última dictadura cívico-militar (1976-
1983), precedido por la acción de fuerzas
paramilitares (Alianza Anticomunista Argentina)
que se ensañaron con estas experiencias
alternativas. Mientras comenzaba un proceso de
desfinanciamiento y descentralización de los
servicios de salud en general, virando hacia una
lógica de mercado, en salud mental se
desarticularon las experiencias innovadoras, se
vaciaron las unidades académicas y muchos de sus
principales protagonistas fueron víctimas de la
desaparición o el exilio. Bajo la amenaza del terror,
los servicios de salud mental se replegaron
silenciosamente a la atención individual. No
obstante, la tradición de pensamiento en salud
mental encontró una grieta de producción en el
silencio.
Los equipos psicoasistenciales que acompañaron a
los organismos de derechos humanos, brindando
asistencia a los afectados directos por la dictadura,
produjeron teoría y prácticas sobre la atención de
los efectos del terror de estado en los sujetos y
sobre los efectos generales en la sociedad.
Con el retorno a la democracia (1983) renació el
impulso de transformación. Se elaboraron, con la
asesoría del Dr. Mauricio Goldemberg, los
lineamientos de un Plan Nacional de Salud Mental,
se impulsaron Direcciones de Salud Mental en
algunas provincias, y dispositivos como las
Residencias Interdisciplinarias de Salud Mental
(RISAM).
Las medidas de gobierno abrieron la puerta a
impulsos transformadores a los que se sumaba la
fuerza con que los trabajadores del sector salud
tomaron el ideario de Atención Primaria de la Salud,
acordado en Alma Ata (1978). La Provincia de Río
Negro inició una reforma con enfoque comunitario
que culminó en 1991 con la ley que establecería el
cierre de las instituciones de internación. Este
período aportó la confluencia novedosa entre
Atención Primaria de la Salud -con eje en su enfoque
participativo- y salud mental, dejando la semilla de
la posibilidad de su integración.
La crisis hiperinflacionaria de 1989 operó como un
disciplinador social de gran magnitud para que se
iniciara una dramática transformación de la relación
entre estado, mercado y sociedad. El ideario del
Consenso de Washington (1989) de liberar las
fuerzas del mercado, desregulando la economía y
reduciendo el “gasto” social de los estados, se aplicó
con particular rigor a una sociedad que elaboraba
las huellas de la dictadura, la Guerra de Malvinas y
la hiperinflación.
En uno de los “achicamientos” del Estado,
desapareció la Dirección Nacional de Salud Mental.
También culminó el proceso de descentralización,
sin asignación especial de recursos.
Pese a esta contramarcha, hubo actores que
siguieron impulsando reformas en salud mental.
Hubo experiencias innovadoras en algunas
provincias -por ejemplo, San Luis desde 1993- y la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sancionó la ley
448 de Salud Mental (2000).
Luego de la crisis económica, social y política en que
culminó este período en el año 2001, se redefinió
nuevamente la relación entre estado-mercado y
sociedad, y las políticas sociales con enfoque de
derechos.
Si el nacimiento de las políticas en Salud mental
estuvo fuertemente ligado a los estados sociales o
de bienestar de la posguerra y a la ampliación del
ideario de Derechos Humanos, y si Franco Basaglia
afirmaba que una política de desmanicomialización
requería de una política de empleo pleno, estaban
dadas las condiciones para pensar una
transformación en el campo.
No obstante, no se presentaba como tarea fácil en
un sistema de salud fragmentado y segmentado y
con actores corporativos poderosos. Tampoco lo
facilitaba el hecho de que las representaciones
hegemónicas sobre la locura siguieran siendo afines
con el modelo manicomial.
La contraparte es que en el campo de la salud
mental habían aparecido nuevos actores: las
organizaciones de derechos humanos y las de
usuarios y familiares, que desequilibraban la
tradicional puja corporativa anterior.
En 2007 el informe “Vidas Arrasadas” del CELS y el
MDRI publicó la situación de las personas
internadas en las instituciones psiquiátricas en el
país. Como conclusión de ese informe, que develó
existencias sumidas en graves violaciones de
derechos, se proponía crear una legislación que se
enmarcara en el “enfoque de derechos en políticas
públicas”, una propuesta del siglo XXI, la ley
Nacional de Salud Mental.

Bien, después de todo lo mencionado hay que destacar como puntos importantes, y a modo de resumen:

➢ Los derechos humanos y la atención de la salud mental no han estado vinculados en la práctica, por
lo menos durante muchos años.
➢ El criterio de atención de la enfermedad psiquiátrica fue modificándose hasta dar paso al concepto
del cuidado de la salud mental.
➢ A mediados del siglo XX, comienza a manifestarse en la Argentina, los primeros intentos de
reformulación de la atención psiquiátrica. Se destacan los nombres de Mauricio Goldenberg y
Enrique Pichón Rivière.
➢ Las experiencias reformistas tuvieron mayor impacto en los servicios de psicopatología de los
hospitales generales, avanzando por fuera del hospicio. La vieja psiquiatría se mantenía casi
inmodificada hacia el interior del manicomio y dominaba las cátedras.
➢ A partir del golpe de estado de 1976, se interrumpe cualquier posibilidad de sostenimiento y avance
en las propuestas de reforma:
-se desmantelan servicios hospitalarios.
-Se desarrollan estrategias restrictivas, autoritarias, de alejamiento de los profesionales
➢ Con el retorno de la democracia, la preocupación de los poderes del estado en relación a los derechos
humanos, adquiere una relevancia necesaria:
-Se establecen normas políticas, jurídicas y asistenciales.
-Surgimiento de ONGs con reconocimiento jurídico.
-Construcción de espacios para la discusión del tema incorporándolos a los problemas de salud,
educación, justicia, trabajo y seguridad social.
 Surge entonces un nuevo campo de práctica, desarrollo e investigación “Salud mental y Derechos Humanos”
cuyo desarrollo veremos en la próxima clase.

Para complementar el tema, le proponemos la lectura obligatoria de la siguiente

bibliografía:

*RODRÍGUEZ Jorge J. - 2009 - Salud Mental en la Comunidad,2· Ed. Cap.9 pág. 119 a
pág. 131, Washington, D.C: OPS