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Oscar Guasch (1997) Observación participante. (y1 \1 _, '- I

Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.

3
En la práctica

La observación participante es la técnica más empleada para analizar la vida


>iocial de los grupos humanos. La perspectiva holística con que la Antropología
Social aborda el estudio de las sociedades más simples marca dc tal modo la
técnica que, la etnografía, el trabajo de campo y la observación participante lle­
gan a confundirse. Desde un punto de vista teórico la observación participante
es un instlUmento útil para obtener datos sobrc cualquier realídad social; si
bien en la práctica la observación participante se emplea para obtener datos
sobre realidades a las que resulta difícil aplicar otro tipo de técnicas. Eso ocu_­
ITe, sobre todo, en los pueblos ágrafos y en situaciones sociales relacionadas
con algún tipo de desviación en las sociedades más complejas_ También es fre­
cuente su uso cuando, para entender la realidad social. se quiere primar el pun­
to de vista de los actores en ella implicados. Así resulta que la observaciÓn par­
ticipante. además de entre los pueblos primitivos. se usa para estudiar desde
dentro minOlias. grupos étnicos. organizaciones, subculturas y profesiones.
La observación participante es uno de los modos de investigación que
permite prestar mayor atención al punto de vista de los actores. Tal y como
pretenden los clásicos. se trata de que el investigador se convielta él mismo
en un nativu a través de la inmersión en la realidad social que analiza. De
este modo el investigador pretende aprehender y vivir una vida cotidiana que
le resulta ajena. Para ello se ocupa de observar, acompañar, compartir (yen
menor medida participar) con los actores las rutinas típicas y diarias que
conforman la experiencia humana. La vida cotidiana se convicI1c en el me­
dio natural en que se realiza la investigación. Es una investigación que se
pretende lo menos intrusiva posible. y para la que resulta imprescindible de­
limitar el tipo de participación que el investigador desarrolla en el campo y
en los distintos escenalios. Es preciso establecer una distinción conceptual
entre campo y escenario: se trata de una distinción similar a la qw' existe en­
tre unidat] de observación y unidad de análisis l. El campo es la realidad so­

, La "unidad de ohsefvación" es la suma de lodos los ámbitos sociales de donde se ohtienen


son analizados. La "unidad de análisis" es el sc!!mento de la realidad social al que
se exlrapolan los resultados del análisis realizado medianle los dalOs ohtenidos en la unidad de
(,hservación.

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CUADERNOS METOUOLÓGICOS 20 OUSERVACIÓN PARTICIPANTE 37

cial que pretende analizarse a través de la presencia del investigador en tos La realidad es como una escultura: puede observarse desde ángulos dis~
distintos contextos (o
escemlrios) en los que esa realidad social se manifies­ tintos. Lo mismo sucede con los fenómenos sociales: hay distintas perspec­
1.;,1. El campo tiene siempre diversos escemu·ios. aunque la relcvmH;ia de los tivas teóricas con las que contemplar la sociedad. En el caso de la observa­
distin tos escenarios para la comprensión del fenómeno social. no siempn.: es ción participante, es relevante la situación social del investigador respecto al
@misr.na 2 • .
objeto de estudio. El fin último de la observación participante es anular, dis­
Quien investiga. pese a que puede tener ideas previas respecto a lo que va minuir o (al menos) controlar mediante la inmersión en un contexto social
a eSlUdiar, depende de la información recogida en el campo para definir el ajeno la distancia social que existe entre el observador y los observados. pre­
problema social que es analizado. Inicialmente el interés por la realidad so­ cisamente para captar su punto de vista. Pero en función de esa distancia
cial que es investigada puede tener un origen personal o teól'Íco, aunque es inicial, la posibilidad de conseguir penetrar la realidad estudiada es mayor o
frecuente que sean las instancias del control social quienes al definir una si­ menor. Ser estadounidense negro, ser asiático, o ser gay, puede ser impor­
tuación como problemática motivan el interés de los científicos sociales. Con tante si quien investiga va a observar blancos. europeos o heterosexuales res­
frecuencia es el Estado quien, al precisar un conocimiento más pmfundo de pectivamente. Lascaracterístjc<!.s de la situación social del investigador me~
ciertos ámbitos de la vida social de difícil acceso. diseña las condiciones po­ diatizan la perspectiva de observación.
líticas que impulsan el interés posterior del investigador por la realidad so­ Existen prevenciones por parte de científicos sociales respecto de la faha
cial en cuestión. Sea cual sea el origen del interés primario por el problema de distancia en el campo. La etnografía clásica definida por las antropolo­
o situación social a anali7..ar. durante las primeras estancias de campo es po­ gías hegemónicas se construye precisamente en torno al mito de la distan­
sible que la investigación se convierta en algo distinto al diseño original. En cia. También la sociología defiende «que los investigadores se abstengan
la medida en que la observación participante contribuye a primar el punto de estudiar escenarios en los cuales tengan una directa participación per­
de vista de los actores sociales por encima de la perspectiva del observador. sonal o profesional» (TAYLOR y BOGDAN 1992: 36), con el argumento de
esta última puede sufrir transfomlaciones importantes tras las primeras es­ que la proximidad dificulta la perspectiva crítica. EI1 el presente manual s~
tancias de campo. defiende lo contrario. ~s la proximidad al fenómeno investigado lo que fa­
Uno de los objetivos centrales de la investigación que aplica laobse.rva· cilita el acceso al C¡lmpO y a los escenarios. No tiene demasiado sentido
ción participante es definir conceptos clave desde el punto de vista de los ac· empecinarse en convertir lo fácil en difícil. En el fondo, el discurso sobre
tores implicados en la realidad social que se estudii,l. La perspectiva de las la distancia es un intento de mantener la neutralidad política, no tanto en
personas ajenas suele estar categorizada social y culturalmente por lo que, las relaciones sociales que mantiene quien observa con los observados,
en general, es relevante comprender el modo en que los miembros se ven a sí como en las relaciones que los observados mantienen con la sociedad. Con­
mismos 3. Con frecuencia sucede que las personas ajenas definen la realidad vertirse en un miembro, o ser un miembro, se entiende como algo peligro­
social de manen!. simple y cartesiana y que los miembros de esa misma reali­ so: «cuando eso sucede el investigador puede perderse para la comunidad
dad elaboren definiciones más complejas y matizadas. Los conceptos rele­ científica para siempre; puede contaminarse por la subjetividad y por sen­
vantes que se obtienen del empleo de la observación participante. tienen que timientos personales; y su identidad científica puede ser expoliada» (JOR­
ver con el sentido con que los miembros los emplean en la vida cotidiana. Se CENSEN 1989: 62). Ante el uso frecuente de la observación participante para
trata, en suma. de conceptos definidos de forma etnometodológica 4. abordar situaciones sociales de colonización o de desviación social, la bús·
queda de la distancia pretende, en realid'-ld. neutralizar la implicación polí­
, Por ejemplo. en un estudio donde el "campo" es el mundo de las altas finanzas. es impor· dcliflvest'igador en el sentido de tomar partido por los observa~os, .
tante averíguar dónde es más imporlanle asislir: gi a consejos de administr"ción y a juntas de 'admite la empatía. pero se niega la posible denuncia pública y política
accionistas. o a otros contextos donde ese campo también se manifiesta. aunque de un modo
más infonnal: situaciones de ocio como fieslas. o práctica de dep0l1es como la hípica. el polo o situaciones sociales subalter·nas.
el golf. La distancia. social. espacial o cultural. no gprantiza que quien investiga
l En castellanu no existen equivalentes directos a insider y olllsider. El término miembm se sea hábil y sutil en la observación. En cualquier caso, y en la medida en que
usa aquí para indicar que una person..~ forrll:t p"lfle de una or~ani7_ación. una subcuhura. () de pese a s(~r recomendable es infrecuente que el investigador analice ¡-ealida­
una situación social conoce bien, en la que se siente cónH>flo, y en la que sabe dcsenvojvt:rst.:'
porque conoce los de conducta vigentes en e", contexto social. Al contrario. el término elal"s. Sin embargo. los vagabundos elaboran definiciones de su propio universo Uenas de matí·
que la persona no forma parte de la realidad soci"l en euestión. ".:s. Distinciones elaboradas tanto sobre el carácter de los vagabundos. como sobre el tipo de ae·
estigación que realizó SPRADlEY (1970) sobre la subcultum de los nómadas urba· ¡ividad que realizan. También resulta ilustrativa la complejiaad de categorías con que los colec·
nos. quedan claras estas distinciones entre el punto de vista de los miembros y de los ajenos. tivos gil)'S definen a sus miembros. [rente a la visión más reduceionista de las personas no gays
Para la policía pueden ser delincuellles y alcoJuílico5. pero IrwISe¡;,lIes para los trahajadores so· (GOASCII 1991 b).
.18 ctli\DERNOS METOf>OI,ÓGICOS 20 OBSFRVi\CIÓN l'i\RTICIPi\NTE

des sociales en las que está directamente implicado, es preciso tener en de maner-a p.-evia el campo en el que va a investigar 6 • Pero cuando no existe
cuenta diversas estl-ategiasa la horade observar y-partidpar C::Q.n el gnipo es­ un conocimiento previo del campo, la decisión respecto a la selección de los
tudiado_ Primero: es necesario seleccionar adecuadamente los escenarios de escenarios, además de con la teoría, tiene que ver con la posihilidad de acce­
interacción con el grupo; segundo, es precisodefínir el modo de acceso a ta­ ckr al mismo, con el rol que se va a desempeñar, y con el convencimiento de
les escenarios; y t~rcer(}J.Q~c.eJal.ta pre~isar el tipo de interacción social (el que el rol o los roles que van a desempeñarse permitan penetrar lo suficiente
roI) ques~ va a desarrollar en los mi~mQs. el! ese escenario para conseguir los datos deseados. Por ello es necesario
Un escenario es cualquier lugar donde se manifiesta la realidad social es­ considerar tanto los intereses como las habilidades del investigador. Es nece­
tudiada, y para cualquier realidad social existe una gran diversidad de esce­ ,>ario prever si el investigador va a ser capaz de permanecer el tiempo sufi­
narios. La perspectiva holística con que la Antropología Social abordó el es­ ciente en el escenario para conseguir la información deseada. Es preciso sa­
tudio de la cultura de los pueblos primitivos, convirtió el conjunto de la ber si el investigador puede acompañar a los actores sociales sin inmiscuirse
sociedad estudiada en escenario y confundió la unidad de observación con la (o sabiendo como hacerlo) en situaciones sociales que pueden afectarle per­
unidad de análisis: de la suma de observaciones en distintos escenarios se sonal. moral o políticamente.
pretendió comprender el conjunto de la sociedad, cuando en realidad lo que Los escenarios iniciales permiten al investigador adentrarse cada vez más
se efectuaron fueron observaciones fragmentarias y dispersas que sólo tenían en el campo. Pero de la selección primera depende buena parte del éxito de
coherencia en la mente del investigador y en su monografía posterior 5. Si ni la investigación. La selección de los primeros escenarios de campo se realiza
siquiera en las sociedades más simples es posible la presencia de quien in­ (ID función de su accesibilidad. Pretender penetrar en poco tiempo en la tras­

vestiga en todos los escenarios de campo que conforman la r"ealidad estudia­ tienda de una representación, no sólo es desaconsejable, sino que suele ser
da. la necesidad de una selección óptima de los mismos se hace evidente en difícil. Es en la selección de los primeros escenatios de campo cuando quien
la sociedades más complejas. investiga debe tener más en cuenta sus habilidades personales y su entrena­
Es difícil prever, de entrada. en qué escenarios va a realizarse el trabajo miento. Más adelante, cuando quien investiga lleva un cierto tiempo en el
de campo. Es posible que quien investiga termine por hacerlo en escenarios campo, la capacidad de adaptación a escenarios no previstos es siempre ma­
distintos a los seleccionados. Pero ello sucede cuando ya se tiene una cierta yor como consecuencia de la práctica de campo. La selección de los prime­
experiencia de campo. y mucha soltura para desenvolverse en el mismo. Lo ros escenarios tiene también que ver con opciones de carácter más teórico:
idóneo, a la hora de seleccionar los escenarios iniciales. es combinar adecua­ la selección de los escenarios que se creen más adecuados para observar el
damente lo deseable con lo posible: combinar con-ectamente la teoría con la fenómeno en cuestión. Pero si no se consigue una adecuación de carácter
práctica. La selección de un escenario debe ser tina opción teórica. Hay que práctico a los primeros escenarios, difícilmente se podrá conseguir entrar
proponer, por difícil que sea su acceso, aquellos escenarios que puedan pro­ luego en los contextos que se creen relevantes para la investigación. Esos
porcionar la calidad adecuada de información que se desea. Sólo tras definir contextos relevantes se ubican siempre en la trastienda. Aunque en toda in­
lo deseable puede señalarse lo posible. Las difícultades prácticas de acceso y vestigación con observación participante debe obselvarse el conjunto de la
presencia en los distintos escenarios de campo no deben mediatizar, de en­ representación. el juego de las intenciones, la explicación de las emociones y
trada, las opciones teóricas. las representaciones simbólicas de los actores, suelen entenderse mejor si el
La observación partícipante es un proceso poco formalizado y especial­ investigador consigue traspasar el telón y acceder a la trastienda.
mente flexible. En ese sentido, la decisión de participar en un escenario o en Pese a que la observación participante puede realizarse en uno sólo de los
otro tiene que ver con la oportunidad v la conveniencia. En las fases iniciales múltiples escenarios de campo, lo frecuente es que la misma tenga lugar en
de la investigación (y al tiempo que se revisa la bibliografía disponible) es escenarios distintos. Ello supone una multiplicidad de formas de acceso y
conveniente asistir a escenarios accesibles para ir adquiriendo familiaridad también una gama amplia de formas de presencia. El acceso al escenario de
con el universo a inve~;tigar. Es en esta fase cuando se empiezan a detectar campo depende de las características del mismo. Un escenario de campo
las posibilidades de acceso a los escenarios deseables. En ocasiones acontece puede ser opaco o transparente en función de su visibilidad respecto al públi­
que antes de formali7~'lr su participación como investigador, éstc ya conoce
lo MOLSTAO (1986) trabajó largos períodos de tiempo en un planta embotelladora anles de de­

("idir convenir la industria en su objeto de investigación. COMEI.LES (1988) trabaíó como psiquiatra
, .EI carácter atomiwdo, d"s~arrado incluso, d .. la propia experienci;, del etnógrafo sobre el ;mles de decidir convenir Sil hospital en objeto de análisis. GOASCll (t99Ib) conocía de manera
terreno. h¡lCen que la obra fina1. la farnos.a lnonografia, no puede ser t:ol1cebj(l¿, sino como un pn'via d ambient.. homosexual antes de d"cidir analizarlo mediante la observación part idpan­
relralo cspeclrográfico de la sociedad estlldiatb: algo que no "parece en la realid"d, que no pUl'­ tl". RAMBO (19R7) rile hailarina de alquiler ames de pasar a describn'la cotidianidad de tales pro­
de cxpel"Ímentarse» (CARlJir-: IY9Q: 93). ksionales.

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CUADERNOS METODOLÓGICOS 20 OBSERVACiÓN PARTICIPANTE 41

co gel1l'l-al ' , Un escenario también puede ser' ahie,-to o cerrado si sc considera 110 se consiguen los datos buscados, la autOl'idad burocrática prob<'lblemente

e! gr'ado de accesibilidad para quienes no suelen actuar en el mismo. La visi­ sea reticente a renegociar el rol del investigador en el escenario~,
bilidad de las conductas humanas, colectivas e individuales, depcnde de! lu­ El otro modo de accedel' a un escenario es hacerlo de manera l'11ClIhierta_
gar donde quien investiga se encuentra ubicado, y también del conocimiento Es ulla estnltegia especialmente recomendada cuando la realidad social que
y de la experiencia previa respecto a tales conductas, Los escenarios visibles, se estudia se oculta a los ojos del público general de forma deliberada. En es­
como, por ejemplo, la mayoría de las organizaciones, no son necesariamente lOS casos quien investiga asume su rol sin informar a los observados de! pro­

más accesibles (o abiertos) que escenarios presuntamente invisibles (como, ceso de investigación, y es una práctica que plantea serios problemas éticos
por ejemplo, ciertas subculturas desviadas) 8, Pero en general, para definir un a algunos científicos sociales 10, aunque otros argumentan que al informar a
escenario como abierto o cerrado, puede considerarse el grado de negocia­ los observados, muchos aspectos de la conducta humana quedan oscUl-eci­
ción previa requerido para acceder al mismo. dos como consecuencia de la gestión de la información que realizan las pe¡'­
Cuando los escenarios son públicos, el 'investigador puede comp0l1arse sonas.
como una persona más de las diversas implicadas en la interacción; pero En una investigación abierta quien investiga debe gestionar la tensión
cuando los escenarios comportan un cierto grado de opacidad (espacial. cul­ que su presencia produce ante los observados. En una investigación encll­
tural o legal), es preciso arbitrar algún tipo de estrategias para conseguir el bierta quien investiga gestiona la información que transmite para conseguir
acceso al escenario. Se denominan estrategias abiertas a aquellas en las que que su identidad social permanezca oculta, La etnografía clásica pretende
el investigador negocia y pacta su presencia en el escenario. Sin embargo, que los observados terminen por obviar la presencia del observador y se
sucede a veces que las estrategias abiertas impiden penetrar la trastienda de comporten como si éste no estuviera 11, Es algo poco creíble desde el punto
la actuación, en parte porque los observados pueden tener interés en ocultar de vista de la interacción social porque la presencia de un personaje ajeno al
alguna parte de la representación. Pese a que las estrategias abiertas son las escenario (aunque haya sido aceptado) condiciona siempre el desarrollo de
que plantean menos problemas éticos, en e! sentido de que no se vulnera e! la actuación. Los actores no pueden ignorar la presencia en el escenario de
derecho a la privacidad de los grupos humanos, las estrategias abiertas no un personaje que continuamente (en ese momento, o más adelante) está pi­
siempre son las más idóneas. Lo usual es negociar con algún sujeto social con diendo explicaciones respecto al sentido de la representación.
autoridad en el escenario, el tipo de rol que adopta quien investiga. Con La gestión de la tensión en la investigación abierta depende del tipo de
todo, hay que tener en cuenta que la autoridad no necesariamente ha de ser realidad social que se aborda, No es lo mismo estudiar de manera abierta
formal. El jefe de una banda de jóvenes tiene la misma autoridad para per­ una subcultura desviada que estudiar una profesión. Pero en los dos casos
mitir el acceso a un escenario que e! director de un hospit411, con la salvedad las per'sonas observadas intentan ofrecer una imagen adecuada de sí mis·
de que en el segundo caso (yen todos en los que la autoridad se estructura mos. Los profesionales pretenden mostrar que su práctica se adecua a las ex­
en torno a un cargo burocrático) se hace imprescindible definir claramente y , pectativas sociales (honestidad, rigurosidad, capacidad); mientras que las
por escrito (mediante un proyecto), los límites, el método y los objetivos de personas desviadas se suelen esforzar por hacer visibles a quien investiga
la investigación. Por supuesto, cabe la posibilidad de mentir, pero si en el comportamientos y conductas que demuestren cuán equivocada está la socie­
transcurso de la investigación se pretende variar el rol pactado porque con él dad respecto a ellos. Es pn.>bable que la colaboración de los observados ter­
mine allí donde acaba la posibilidad de correlacionar de manel"a coherente
lo que se dice con lo que se hace. La mala práctica profesional, así como los
7 Algunas actividades sociales se desarrollan en público, de manera que quien investiga
puede convenirse fácilmente ell espectador. Pero incluso las conduelas que se desarrollan en aspectos más sórdidos del grupo desviado, se intentan ocultar a los ojos de
espacios públicos pueden pasar desapercibidas a los espectadores si éstos no han sido entrena­
dos o si no conocen los códigos que les permitan detectar las conductas (es el caso del lígue
gay, de ciena prostitución, de la delincuencia. o de la compra·venta de drogas). La visibilidad -1 WIIYTE (1971) logra el acceso al glupo estudiado lllt·diante informantes <.:lavl' con c"Ít:rta
de la representación no sólo depende del escenario sino también. y sobre todo, del ojo del ob­ autoridad en el medio. GOFFMAN (19810) informa de sus actividades a la direcciún dd
servador. CA!JlHI.l (1966) Sl' comporta como paciente en su primer esmdio, v corno im "síig"dor en

• Acceder a una organizacíón puede ser relativamente sencillo. Se puede acceder a un hOBo g,undo.
pítal como paciente. a una org~nizacíón sin áni.no de lucro corno voluntario. o a una set:lH BUI.MEK (1982) considera esta estrategia como inaceptable d"sdc' UII punto dL'vista "tico.
como neófito, Pero toda organización dispone de mecanismos que garantizan que a cada uno sean cuajes sean la,.. cin:unstancias que envuelven la realidad onscrvada.
11 «Del", tenerse en c'uenta que los indígenas, al Verme constamemcmL' todos los días, deja­
se le trate como lo que es. Ser neófito, voluntario o paciente es un modo sem:illo de acceder a
los escenarios. Pero la información que se obtiene corresponde a lo que la estructura organiza· ron de jntcre~arse, alarnlarse. () autocontrolarsc por rni presencia. a la vez qUl' .vo deje de scr UIl
tiva prevé para esos roles. La dificultad estriba en conseguir franquear esas barreras organiza. elemento disturbado!" de la vida lribal que me proponía estudiar, la cual Se" había alterado con
tivas. prilllt:I-" aproximación» (MAl.lNOWSKI 1975a: 25)
~.
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42 CUADERNOS METODOLÓGICOS 20 OBSERVACIÓN PARTlCII'ANTE

quien observa. Es en estos momentos cuando se hace necesaria una buena de participación, y en consecuencia distorsionar la investigación misma. Por
gestión de la tensión que origina la dismpción flagrante de la interacción so­ dio es necesario que quien investiga desarrolle relaciones de confianza y co­
cial esperada. En esos casos es recomendable minimizar ante los observados operación con los actores presentes en los escenarios de campo. La calidad y
la importancia de lo sucedido, y dejar para conversaciones posteriores con la cantidad de la información recibida será óptima si quienes la ofrecen lo
los informantes el análisis de la dismpción. hacen desde una relación social buena respecto a quien investiga. Conocer
Todos estos problemas no se plantean en las investigaciones encubiertas. bien a los (y a las) informantes es sólo posible tras haber constmido algún
Pero aparecen otros de igual envergadura. Es en las investigaciones encu­ tipo de vínculo social con ellos. Sin ese conocimiento previo resulta difícil
biertas cuando quien investiga debe tener un buen conocimiento pt·evio de evaluar la fiabilidad de los datos que aportan. A la hora de interpretar las ac­
las reglas sociales básicas que rigen el universo analizado. Al principio de tuaciones de los observados (es decir, aquellos actores presentes en los esce­
una investigación abierta los observados pueden obviar o minimizar com­ narios con los que no existe ningún vínculo) se aplican las mismas normas
portamientos inadecuados por parte del investigador: se supone que éste de sentido común que rigen usualmente en la vida cotidiana. Si no existe
desconoce las reglas de interacción. Pero en una investigación encubierta el una relación social previa con ellos «los observadores pueden recoger indi­
investigador debe conocer las normas mínimas para gestionar adecuada­ cios de su conducta y aspecto que les permiten aplicar su experiencia previa
mente la información que de sí mismo ofrece a los demás. Un conocimiento con individuos aproximadamente similares» (GOFFMAN 1981b: 13). Pero en
que le permite definir un rol en el escenario de acuet-do con alb'Uno de los esos casos quien observa debe ser pllldente para que la aplicación del estereo­
múltiples papeles posibles en el campo: «el problema a resolver consiste en tipo no le lleve a interpretar de forma errónea el sentido de la actuación de
lograr ocupar una posición en la comunidad dentro del haz de posibilidades los actores.
culturales de la comunidad y compatible con su cstmctura social y su expe­ Son los (y las) informantes quienes aportan las claves que permiten en­
riencia histórica» (MAESTRE 1976: 60). El rol que desempeña el observador tender el sentido de la actuación de los observados. Es con los informantes
debe adecuarse, pues, a lo socialmente previsto según las nomlaS de interac­ con quienes hay que desarrollar lazos de confianza y cooperación. Los infor­
ción vigentes en el escenario. mantes (o mejor: los interlocutores) actúan 'como guías que permiten a
El conocimiento previo del campo que permite definir un rol en la inves­ quien investiga moverse en un ámbito social desconocido. Para que quien
tigación encubierta puede conseguirse mediante la revisión bibliográfica o a explora la realidad social llegue al destino deseado, es preciso que la relación
través de contactos con expertos. Pero se logra sobre todo a lo largo de las con los guías se base en la colaboración. la confianza y el respeto mutuo.
primeras estan::ias de campo en escenarios de fácil accesibilidad. En cual­ Algo que si ya es complicado conseguir en la vida cotidiana, más difícil re­
quier caso, la distinción entre investigación abierla y el/cubierta suele ser sulta de lograr en una investigación.
más ideal que práctica. Lo usual es que en toda investigación en la que se El interés por las actividades del informante y la frecuente empatía con
emplea observación participante sea abierta para unos pocos (los porteros y que el investigador las contempla, suelen acarrear el respeto hacia el obser­
los informantes) y cerrada para otms (la mayoría de los observados). vador. Pero la colaboración y la confianza son cuestiones de grado que de­
La técnica de observación participante requiere que quien observa acom­ penden del escenario concreto. Para conseguir que en escenarios cargados
pañe a los actores en su vida diat·ia. Y esa compañía puede realizarse de ma­ de tensión se mantenga el mayor grado posible de confianza y colaboración,
nera abierta (con el conocimiento, aunque no necesariamente con el bene­ quien investiga debe realizar una inversión previa de reciprocidad e inter­
plácito de los actores) o de forma enc/lbierta. Pero sea cual sea el modo de cambio con los informantes. Hay diversas estrategias para conseguirlo. Pero
participación en el escenario, éste siempre viene condicionado por las carac­ en general éstas se parecen a las que acontecen usualmente en la vida coti­
terísticas del glllpo observado. Como señala EVANS-PRITCHARD 12, es el colec­ diana. Se trata de mostrar interés por la otra persona y ocuparse de ella (ha­
tivo estudiado quien define el tipo de relaciones que se establecen con quien cerle favores) cuando ello sea preciso. En cuanto a las relaciones que se
observa. mantienen con los observados, aunque es innecesario caer bien o ser plena­
Moverse en un contexto social ajeno suele generar tensión y ansiedad. mente d.ccptado, sí es necesario que la presencia de quien investiga sea tole­
Ambos factores pueden disto,'sionar Id capacidad de ubservación y el modo t'ada al menos por el resto de las personas presentes. Ello es nec~sario sob.e
todo en las investigaciones encubiertas, en las que la elección de un rol que
11 ((Los azande no nlt' permitieron vivir como uno de ellos; lo') nuer no nle pcrnli,jeron ,-,\"ir
no se corresponda adecuadamente al escenario, puede impedir el objetivo de
sino a la manera de ellos. Entre los azand" lui lórzado a vivír fuera de la comunidad; entre los socializarse para pat-ticipa,· en el mismo.
nUl~r nle vi ohligado a ser miernbro dt: ella. Los azandc me." trataron ('onlO (l persona superioc Si en las investigaciones encubiertas se gestiona información, en las
los l111el' COl11O a un í¡!ual" (EVA~S-PHIT(I¡'\R!> 1967: 4<;). abiertas se gestiona tensión. Por ello es impot·tante aclarar a los actores el

1...
§ 1J4#jF(...lASM¡¡
CIJADERNOS METODOLÓGICOS 20 OBSERVACiÓN PARTICIPANTE 45

sentido de la presencia de quien investiga en el escenario. Pese a que no es cumpo, pero no las garantiza. Obviamente el mcjOl- modo de crear y desan·o­
imprescindible señalar todas las nnones que motivan la estancia, sí resulta 1 llar relaciones de campo surge de compartir exper-iencias a lo largo de la ob­
útil contestar siempre las preguntas de los actOl-cs. Deben scr respuestas co­
herentes y preferentcmentc las mismas para todos ellos. Si se pretende que
una persona colaborc en la investigación abierta (además de deja¡-Ie claro
que su colaboración es voluntaria y que la información es anónima y confi­
dencial), debe constatar en todo momento la sinceridad de quien investiga_
¡ selvación participante.
Las relaciones de campo se construyen día a día, y en ellas existen proble­
mas similal-es a los de la vida diaria: rechazos, celos, enfados y malos enten­
didos. Es posible que quícn investiga se encuentre con pel-sonajes sociales
que l·cchazan la relación de campo e incluso la presencia de quien investiga
La situación social de quicn observa (edad. género, clase. etnicidad) me­ el! el esccnar-io. Ello es más frecuente en las investigaciones abiel-tas, donde
diatiza tanto la observación como la interpretación posterior de los datos. y la mayoría de los actores disponen de algún tipo de información (a menudo
condiciona también las relaciones de campo_ Existen realidades a las que re­ distorsionada) sobre la actividad del observador 16. En estos casos es
sulta imposible acceder desde ciertas situaciones sociales, porque la posición lante facilitar información a las personas sobre el sentido de la presencia del
social de quien observa impide establecer relaciones de campo satisfacto­ investigador en el escenario, pero también es importante interesarse (y co­
rias 13. En la observación participante es preciso buscar puntos de contacto mentar si es posible) las razones del rechazo o de la hostilidad 17. Cabe la po­
con los informantes que permitan definir una relación de confianza mutua. sibilidad de que, tras aclarar las posiciones respectivas, el rechazo inicial sc
De entrada, y aunque no es necesario fingir estar de acuerdo con la defíni~ transforme en afán colaborador.
ción social que los actores realizan de las situaciones obscrvadas, sí resulta Otro factor que dificulta las relaciones de campo es involucrarse en dis­
conveniente mostrar una cieI1a flexibilidad y tolerancia ·hacia ellas 14. putas de carácter político entre grupos y facciones enfrentadas. En estos ca­
Otro modo de construir las ¡-elaciones de campo consiste en buscar simi~ sos, aunque sea difícil. es preciso construir una cierta neutralidad IS. La difi­
litudes biográficas entre observador y observado" El conocimiento previo del cultad para conseguirlo radica en que el obselVador puede no ser consciente
campo que se analiza suele ofrecer pistas sobre qué clase de aspectos de la de que se implica en las actividades de una determinada facción. El hecho
propia biografía conviene destacm" 15. Pero suelc ser la intuición y a veces la mismo de acceder a un escenario, puede enfrentar a grupos políticos que de­
suerte lo que revela aspectos biográficos comunes sobre los que solidificar la J licndan o rechacen la presencia del observador. ConseguÍl- desmarcarse del
relación de campo. Son aspectos que pueden tener poco que ver con la inves­ \ gnlpo que permite el acceso para acercarse al que lo rechaza puede
tigación, pero que contribuyen a creal- la sensación en el informante de que car perder la confianza del primero, y tener que renegociar el rol del investi­
el ajeno, en el fondo, no es tan distinto como parece. En cualquier caso, es gador en el escenario. Estos y otros episodios de las reladones de campo,
conveniente tener imaginación y saber adaptar (o simplemente inventar) las pueden convcrtir la observación participante en una actividad frustrante y a
experiencias propias de modo que puedan intercambiarse con los informan­ veces traumática.
tes. Revelar a los informantes aspectos de la propia personalidad que se en­ La persona que investiga en el campo pasa por una amplia gama de senti­
tienden como importantes, suele ser una buena manera de ganar su confian­ mientos que van desde la euforia a la depl-esión. La ansiedad, la desilusión. y
za. La existencia de experiencias comunes previas facilita las relaciones de b creencia de que la investigación no podrá llevarse a buen [él·mino son
también sentimicntos frecuentes 19. En el caso de las investigaciones abier­
l' Realmente hubi~ra sido difkil 4UC un blanco pudiera "ael-f" obse.vación panícípa'lIe en el
movimiento negro radical de los Mios sesenta, o que un negro haga lo propio en una banda n.· lo Aunquc posible. el rechazo a la presencia del observador en él escenario es menor en el

ciSla europea de los noventa. e"aso dl' la invesli~aci6n encuhierta; partiendo de! supuesto, claro esla. de qUé el rol de ca'lIpo
" Por ejemplo, si ¡¡ la hora de deh:ndl'r la comisión de un robo, un informante de un gmpo sclcceionado se'a e! adecuado.
radical de izquierdas il1s"l<: en 4ue «si no hubiese privilegios no habría delitus», resulta impro­ i"I Cienos colc'clivos desviados acaban por sufrir lo que puede llamarse lílliga
cedente Conlcs!ar nill UI! discurso solm: la necesidad de respelar la ley y la propit'dad privada. Ante la prolusiúfI de noticias en los medios de comunicación (que emicnden COIllO lalsas, (I
Paree€' más coh,',-enw fl'alínr una 1t'llexiúlI, d.:sd.' las propias convkciones polÍlícas, sobre' la COl1l0 mínimo dislorsionadas) y anle el inlerés que la socícdad llIuestra por su (;ondul·lil. t"["mi­
desigualdad social y sobre sus conse'clll ncias. La primera opción dinamila la relación de cam­ nan por ser rClíccntes ame cualquier inveslígadón porque temen que, finalmcnle. IOdo lo que
po_ La segunda la ha,·e posible. digan o hagan sení utilIzado en su contra.
I~ En tUl l·<..;ludio ~obri.' rniHtare::, \'ak' la p\.'na S,Kar a rdUt"ir las t.!xperiendas del obst."Ivador Cuando qUJeIl investiga. s(\ ve irnplkatlo eH disputas polilicas internas en t~1 sellO dd grupo
el1 el servicio militar; " en uno sohr<' sida n:sulla l!líll'xplicar al informante las técnicas que se 'lile im·esliga. la neulmlídad <'s (;OInplic¡¡d". La antropóloga Oiga VINI'ALES cOlllcnla que en l'S­
cnlplean para rcalil.ar St'XO mas seguro. Pese a que es inlporlanlt' st".·r Slel11pn' lOIO IIlis1110 y no loS casos sude scr úll! «ser uno rllismo», y en d caso dl" que sea inL'\'il~\hlt" 10n1ar oarltdo. hacer­
inlenlar adaplill"iOlll" la"',s al COl1ll"IO, es aconsejable disponcr de una halería personal de lo a partir dI..: ~as propüts convicciones personales.
elles' iones que puedan interesar al infortllarue. Con eso St.' logra sedimcntm" las relaciont..~.s de 1" Nigd 13AR!.!")" (1989) en ck.vc de hUllIor, v MAUNOWSKI (1989) de un modo mús es­
campo y se consigue discutir:v nHnentar tentas relativos a la invcstigacíón. tTiben sohre t'slo'-) scnlirlllenlos de fnlstnH.:ión \' desúnjmo. Un buen cjelnplo al rL'sp:clo brill­
.,

46 CUADERNOS METODOLÓGICOS 20

tas, pese a lodas las estrategias empleadas, puede resultar difícil conseguir
infonnanles y buenas relaciones de campo. También cabe la posibilidad de
que los actores releguen a quien investiga a una posición tan marginal en el
escenario, que éste se sienta incapaz de desarrollar la investigación y frustra­
do por no poder hacerlo, hasta el punto de odiar a los actores y de plantearse
abandonar la investigación. Tampoco las investigaciones encubiertas son fá­
ciles de ejecutar. La necesidad de elaborar una imagen de sí misma no acor­
de con la usual, pese al entrenamiento, es una actividad complicada y cansa­ 4
da para la persona que investiga 20. El diario de campo y la discusión de los
problemas con otros colegas, son las mejores opciones para controlar y dis­ Cinco ejemplos
minuir la ansiedad y sus consecuencias.
Como se plantea en la introducción, la participación es un problema teó­
rico menor; pero es un problema práctico de envergadura. El mayor incon­
veniente de la participación es que siempre es inespecifica. No hay recetas al El diario de campo suele s<:.r_,:~.~~?_sl,lbjetivo de los text9.~..que escribe el et­
respecto. Sólo se sabe cómo participar a lo largo de un proceso que implica ,ntlg,rafQ. En el diado aparecen frustraciones, miedos, ansias y placeres, Los
la progresiva definición del rol social del investigador en el contexto analiza­ diados son personales, a veces demasiado personales como para ser publica­
do. A menudo sucede que, cuando el investigador ha asumido un rol partici­ dos. Por eso debo agradecer especialmente la colaboración de los investiga­
pativo idóneo, ya dispone de datos suficientes para escribir su trabajo. El dores que han aportado los ejemplos para este libro. En el presente capítulo
problema de la participación es en cierto modo parecido al de la experiencia: se presentan cinco fragmentos de diarios de campo que corresponden a in­
cuando hace falta no se tiene, y cuando se tiene ya no hace falta. vestigaciones en las que la técnica principal es la observación pa¡,ticipante en
su sentido más amplio.
En el primer caso se narra toda una jornada nocturna de actividad poli­
cial en una gr'an ciudad del área metropolitana de Barcelona, en la que el in­
vestigador comparte cafés, aburrimiento y sueño con los guardianes de la
ley. Es un ejemplo de dial'io de campo clásico: el relato sirve luego para es­
cribiJ-la monografía. El segundo ejemplo detalla la rdación médico-paciente
en una consulta hospitalaria. y muestra las formas diversas en que las perso­
nas seropositivas o afectadas de sida afrontan la enfermedad. Más que un
diario en sentido estricto, se trata de un conjunto de notas de campo ordena­
das en fichas especialmente diseñadas para recoger la información que se
pmduce en el contexto de la consulta. El tercer te,to recoge fragmentos de
un libro de viajes y ejemplifica las contradicciones que la distancia social
produce en quien observa. El cuarto ejemplo cOITesponde a un diario socio­
lógico en el que lo biográfico se cruza con lo colectivo. El alltor describe en
clave personal el contexto de su propia vida, pero d objetivo del documento
da Mitiam L. !ÚPROW: .EI origen de mis ansiedades radicaba en la convicción de que nunca lIe,
garía a obtener el doctorado, y por lo tanto. nunca seria una antropóloga. Estaba segura de que
tiene que ver tanto con el testimonio y el recuerdo individual como con el
iba a fallar porque. en contra de los modelos famosos de la etnografía. no podía localizar un análisis social. El último ejemplo plantea algunos de los problemas éticos y
aut<'ntico grupo entre los gitanos [",] ¿Qué dirán los demás antropólogos -me preguntaba ano personales que enfrenta el investigador en el campo. cunndú se v,,: obligado a
gustiada- cuando aparezca en Nueva York sin d¡¡IoS; sin evidencia de una cultura tolal con sus definirse ante sus intedocutOl'es.
sistemas internos enherellles de religión v simholos?" (KAPROW 1994: 88-89).
lO La persona que hace observación panicipante encuhiena es. en térmÍnos de GOFFMAN. una
estigmatizada desacredilab/e: es portadora de un estigma por ser una investigadora y Por presen­
tarse en elconlcxto de otro modo. La gestión de un estigma (GOFFMAN 1970) supone dosÍs elc\'a­
das de concentración, capacidad de invención v mucho e,flleno, Para la persona que investiga
de manenl encllhietia suele "'1' estresanle aparentar ser lo que no se es.

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