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A continuación, observaremos lo visualizado sobre el museo que fuimos a visitar fue una
experiencia super increíble el cómo están divididas cada época y sus distintas historias que
veremos a continuación.
Historia del museo NuMu:
NuMu (Nuevo Museo de Arte Contemporáneo) es el primer y único museo
de arte contemporáneo en Guatemala, dedicado exclusivamente al apoyo,
presentación y documentación de arte contemporáneo. Fundado en el 2012, NuMu
es un espacio independiente co-fundado y dirigido por los artistas
Stefan Benchoam and Jessica Kairé.
En el 2012, nos tropezamos con un rótulo que leía "se alquila". Firmamos el contrato
por un año al día siguiente y desde ese entonces hemos presentado una serie
diversa de exposiciones y proyectos interdisciplinarios.
Objetivos:
La primera operación fue elevar la superficie de área verde que el edificio toma a
nivel de suelo y llevarla a la cubierta consolidando un mirador superior de libre
acceso, bajo el cual se desarrollará el Museo. Esta cubierta se inclina levemente,
una mitad hacia la calle, con vista al Cerro San Luis y la otra mitad inclinada hacia
el cerro San Cristóbal y el rio Mapocho en el nor-poniente, generando una plaza de
contemplación y descanso en la que su pendiente recuerda en cierta forma al
“Campo de Siena” en Italia (imagen 1) reconociendo de esta forma el entorno
inmediato y los hitos geográficos circundantes.
La tercera operación quizás la más importante y que viene a articular todos los
puntos anteriores, es la disposición de un sistema de pasarelas y senderos públicos
que se emplazan perimetralmente en los intersticios que se producen entre el
museo y el andamiaje estructural, evocando en cierta medida la Torre de Agua de
la Corporación Amereida en Ritoque (imagen 2). Este sistema de rampas es de libre
acceso y genera un paseo público e independiente que relaciona el Paseo de los
Plátanos, el Parque y este nuevo mirador superior. De esta forma se crea un
recorrido que hace que la experiencia de transitar hacia y desde el parque sea
memorable, generando distintas relaciones visuales e interactuando en ciertos
puntos con el museo propiamente tal, integrándolo al circuito y entregando nuevos
puntos de vista de la geografía del valle de Santiago.
Clásica
Una segunda tumba abovedada, datando del 600-650 DC fue descubierta dentro de
la estructura adosada a la Estructura O14-04 (Rich 2008; Rich, Matute, y Piehl
2007). El gran número de bienes funerarios, incluyendo veintenas de adornos de
jadeíta, el cuerpo envuelto en textil y descansando sobre una piel de jaguar, y las
vasijas finamente pintadas, indican que es la tumba de un gobernante de Waka’. La
identidad del gobernante sigue siendo desconocida, ya que pocas inscripciones
monumentales de este periodo (c. 554-657 DC) han sobrevivido. La tumba recuerda
al Entierro 37 en su disposición y contenido. El enterramiento primario fue el de un
adulto descansando sobre una banca funeraria de mampostería (Piehl 2008:195).
En algún momento durante el periodo Clásico Tardío (post-750 DC), la tumba fue
re-ingresada y un niño de aproximadamente siete años de edad fue colocado sobre
la cerámica que había sido puesta anteriormente en el pasillo al oeste de la banca.
La gran semejanza de la cerámica de los Entierro 37 y 39 crea un vínculo más entre
ellos (WP0350 y WP0366 del Entierro 37; WP0211, WP0206 y WP0214 del Entierro
39; Figura 9a). Fueron hechos de la misma fuente de arcilla y usando la misma
fórmula para la pasta, y probablemente en el mismo taller. Si esto es verdad, el taller
estaba produciendo tanto vasijas monócromas como polícromas que luego fueron
colocadas dentro de las dos tumbas reales. Todas las vasijas del Entierro 39 son
productos locales, y sus diferencias químicas principales se deben a la variabilidad
en la cantidad de desgrasante carbonatado. Un cilindro Saxche/Palmar (WP0219;
Figura 9b) es una vasija que no tiene desgrasantes carbonatados de dolomita, cuya
composición química recuerda la de varias vasijas provenientes de los Entierros 8,
20, 21, 22, 38, y específicamente del Entierro 37 (Grupo químico 2). Los grupos
químicos 6 y 7 incluyen diez vasijas polícromas con baja a mediana cantidad de
desgrasante carbonatado. Suficiente variación en la composición indica que fueron
hechos de diferentes fuentes de arcilla, lo que implica varias recetas y/o diferentes
talleres. El Grupo 6 puede englobar los productos de un solo taller, todas las vasijas
siendo el tipo Zacatal Crema Polícromo (WP0201, WP0215, WP0200, y WP0216;
Figura 9c). Las vasijas del Grupo 7 incluyen fuentes Mataculebra y Palmar Naranja
Polícromo (WP0211, WP0206, y WP0214), un cilindro polícromo (WP0220), y un
cuenco Canoa Inciso (WP0209), los dos últimos compartiendo la misma receta de
pasta y por ende tal vez provenientes del mismo taller (Figura 9d). El Entierro 39 es
famoso por la especial concentración de veintitres figurillas representando una
escena narrativa de una corte maya real del periodo Clásico (Figura 10). También
son notorias por ser objetos con desgrasantes carbonatados, ya que la mayoría de
las figurillas de las Tierras Bajas Mayas tienen bajas proporciones de desgrasante
carbonatado. Las figurillas se dividen en cuatro grupos químicos, los cuales
corresponden con las diferencias en la apariencia de las figurillas, como también
con su ubicación dentro de la escena narrativa. El círculo exterior de las figurillas
presenta a personas de la realeza que asisten a esta ceremonia, interpretada como
la resurrección de un rey muerto actuando como el Dios del Maíz. En el centro se
encuentran figurillas ligadas al mundo sobrenatural.
Postclásica
El período Postclásico Temprano, definido entre 900 d.C. y 1,200 d.C., es de suma
importancia, ya que simboliza la continuidad de la Civilización Maya después del
colapso Clásico. Aparte de las Tierras Bajas del Norte no se conocen muchos sitios
de esta época, seguramente por los efectos de muchas migraciones fuera del Petén.
Sin embargo, no hay evidencia que hayan ocurrido movimientos masivos de
personas en las Tierras Altas, lo que sugiere que las poblaciones mayas actuales
son descendientes de los mismos grupos que se asentaron antes del Postclásico.
En este aspecto hay que contextualizar a los sitios Mayas dentro del ámbito
mesoamericano, porque el Postclásico Temprano es la época llamada “tolteca”,
donde predominó un estilo artístico “internacional”, plasmado en arquitectura,
cerámica y escultura. Sin embargo la palabra tolteca tiene un fuerte significado
mitológico, ya que tula o tollan es el nombre del lugar de origen de muchos pueblos.
Por lo tanto, esta influencia tolteca debe entenderse como un proceso similar a lo
que sucedió con los Olmecas durante el Preclásico Medio y con los Teotihuacanos
en el Clásico Temprano, y no como conquistas o migraciones provenientes de un
solo lugar. De cualquier forma lo que es claro en este período es la desaparición del
sistema monárquico del Clásico, el cual fue remplazado por gobiernos basados en
confederaciones y/o concejos, donde el linaje fue la unidad básica de la
organización sociopolítica. La concentración de poblaciones en las Tierras Altas del
Norte se debió en gran parte al auge de la ruta comercial que rodeaba la península
de Yucatán, transformando considerablemente los patrones económicos. Por
ejemplo, es notorio que el jade decayó como elemento de lujo, el cual fue
relativamente reemplazado por el oro, la turquesa y otros materiales provenientes
del noroccidente de Mesoamérica.
Finalmente, el Postclásico Tardío representa el último momento de la cultura Maya
prehispánica, el cual inicia en 1,200 d.C. y termina con los diferentes procesos de
conquista a lo largo de toda la región. Este período se caracteriza por la
desaparición de los grandes estados territoriales en las Tierras Bajas, ya que el
territorio se fragmentó en muchas provincias, regidas por capitales de menor escala.
Al contrario, en las Tierras Altas se consolidaron entidades políticas fuertes, que
lograron una expansión territorial sin precedentes, a tal grado que conquistaron e
integraron varias etnias distintas bajo su control. Sin embargo, los conflictos entre
estos grupos fueron aprovechados por los conquistadores como medio efectivo para
su eventual derrota y dominación en el siglo XVI. Al mismo tiempo, los grupos Mayas
de la Costa del Golfo gozaron de un período de prosperidad, gracias a su dominio
de las rutas marítimas y al contacto directo que tuvieron con los aztecas. Es por ello
que lograron enfrentar a los españoles con un alto grado de resistencia.