Está en la página 1de 11

Universidad Mariano Gálvez de Guatemala

Facultad de Ciencias de la Administración


Escuela de Hotelería Turismo y Gastronomía
Nombre del Curso: Historia de la cultura de Guatemala
Nombre del Catedrático: Giovanni Vidal
Sección:” B”

“Visita a museo o sitio arqueológico”

Nombre del Alumno: Kleiber Alexander Reyes Revolorio


Número de Carné:2325-22-5205
Sección:” B”
Fecha de Entrega: 08-08-2022
Índice
“Visita a museo o sitio arqueológico” ................................................................................................. 1
Introducción: ............................................................................................................................... 3
Historia del museo NuMu:........................................................................................................ 4
Objetivos: ..................................................................................................................................... 5
Descripción de las salas de exposición que se encuentran dentro del museo. ....... 6
Preclásica ................................................................................................................................. 6
Clásica ....................................................................................................................................... 8
Postclásica ............................................................................................................................... 9
Introducción:

A continuación, observaremos lo visualizado sobre el museo que fuimos a visitar fue una
experiencia super increíble el cómo están divididas cada época y sus distintas historias que
veremos a continuación.
Historia del museo NuMu:
NuMu (Nuevo Museo de Arte Contemporáneo) es el primer y único museo
de arte contemporáneo en Guatemala, dedicado exclusivamente al apoyo,
presentación y documentación de arte contemporáneo. Fundado en el 2012, NuMu
es un espacio independiente co-fundado y dirigido por los artistas
Stefan Benchoam and Jessica Kairé.

Hace más de ocho años, iniciamos conversaciones acerca de la riqueza de la


escena artística en Guatemala, sobre la necesidad de establecer un museo en el
país - el primero que pudiera apoyar plenamente a artistas contemporáneos,
pensadores y productores culturales - Asimismo, dar vida a una organización que
abriera sus puertas al intercambio internacional y ofreciera programación accesible
para la comunidad local.

En el 2012, nos tropezamos con un rótulo que leía "se alquila". Firmamos el contrato
por un año al día siguiente y desde ese entonces hemos presentado una serie
diversa de exposiciones y proyectos interdisciplinarios.

El espacio físico del NuMu mide aproximadamente 2 x 2.5 metros y es en forma de


huevo, ya que fue originalmente diseñado como un kiosko para la venta de huevos.
A través de los años, esta icónica estructura se ha incrustado en el paisaje urbano
de la ciudad de Guatemala, y es único en su clase. El minúsculo espacio del NuMu
invita a los artistas a desarrollar proyectos específicamente pensados para el sitio,
que de otra manera no podrían realizarse.

Estamos comprometidos a continuar fortaleciendo nuestro programa público


y a continuar presentando exposiciones de algunos de los artistas contemporáneos
más interesantes alrededor del mundo.

El NuMu cuestiona qué es un museo, en general, y que conlleva ser un museo


contemporáneo en el siglo 21 en los contextos de la ciudad de Guatemala
y la escena de arte internacional.
Al centro de nuestra misión, se encuentra un interés genuino por ofrecer
el apoyo necesario para realizar proyectos artísticos de gran valor, a pesar
de la carencia de instituciones locales así como financiación privada
y gubernamental hacia las artes. Creemos que al presentar una programación
dinámica que combina proyectos locales e internacionales, estamos creando un
espacio para desarrollar colaboraciones. Para nosotros, el NuMu representa una
oportunidad para unir a las personas para experimentar, cuestionar
y compartir.

Objetivos:

La primera operación fue elevar la superficie de área verde que el edificio toma a
nivel de suelo y llevarla a la cubierta consolidando un mirador superior de libre
acceso, bajo el cual se desarrollará el Museo. Esta cubierta se inclina levemente,
una mitad hacia la calle, con vista al Cerro San Luis y la otra mitad inclinada hacia
el cerro San Cristóbal y el rio Mapocho en el nor-poniente, generando una plaza de
contemplación y descanso en la que su pendiente recuerda en cierta forma al
“Campo de Siena” en Italia (imagen 1) reconociendo de esta forma el entorno
inmediato y los hitos geográficos circundantes.

La segunda operación fue plantear este mirador superior sobre un sistema


constructivo en base a una retícula estructural de marcos de madera laminada, lo
que genera un andamiaje de soporte permeable y liviano capaz de interactuar con
el parque y albergar las distintas partes del programa. El uso de madera además
reconoce la extensa historia de arquitectura maderera propia de Chile y le otorga al
conjunto una identidad local propia.

La tercera operación quizás la más importante y que viene a articular todos los
puntos anteriores, es la disposición de un sistema de pasarelas y senderos públicos
que se emplazan perimetralmente en los intersticios que se producen entre el
museo y el andamiaje estructural, evocando en cierta medida la Torre de Agua de
la Corporación Amereida en Ritoque (imagen 2). Este sistema de rampas es de libre
acceso y genera un paseo público e independiente que relaciona el Paseo de los
Plátanos, el Parque y este nuevo mirador superior. De esta forma se crea un
recorrido que hace que la experiencia de transitar hacia y desde el parque sea
memorable, generando distintas relaciones visuales e interactuando en ciertos
puntos con el museo propiamente tal, integrándolo al circuito y entregando nuevos
puntos de vista de la geografía del valle de Santiago.

Descripción de las salas de exposición que se encuentran dentro


del museo.
Preclásica
El material cerámico recuperado en el sitio Cerro de los Muertos revela una larga
ocupación de este asentamiento, que va desde el Preclásico Medio hasta el Clásico
Terminal. Sin embargo, gran parte de los tiestos corresponden al periodo Preclásico,
principalmente al Preclásico Tardío. Cabe mencionar que la cerámica de Cerro de
los Muertos ya ha sido clasificada con base al sistema tipo-variedad, lo que ha dado
como consecuencia que ahora se conozcan los periodos de ocupación cronológica
en el asentamiento. En la actualidad se están realizando estudios de la composición
química de las pastas y análisis estilísticos detallados acerca de las formas de las
vasijas y las decoraciones. Se considera que los resultados de estos estudios
pueden ser empleados de manera complementaria al sistema tipo-variedad. Estos
estudios permitirán llegar a entender un poco más acerca de la manufactura de la
alfarería de la cuenca del río Candelaria. Es decir, se pretende llevar a cabo un
estudio de la cerámica que incorpore aspectos cronológicos, de la tecnología de la
manufactura y de las relaciones regionales e interregionales que pudo haber tenido
Cerro de los Muertos con respecto a los otros asentamientos vecinos y distantes.
Sin embargo, en este trabajo sólo presentamos los dados preliminares que se han
obtenido con base en el estudio cronológico de la cerámica de Cerro de los Muertos.
Concretamente nos dedicamos al periodo Preclásico y a las probables relaciones
que el asentamiento mantuvo con respecto a otros sitios del área Maya. Al igual que
otros sitios de la región de Candelaria, Cerro de los Muertos presenta una ocupación
incipiente pero importante durante el Preclásico Medio. Los grupos cerámicos
diagnósticos de este periodo son: Joventud, Pital, Chunhinta y Achiotes. Estos
grupos se caracterizan por presentar un acabado de superficie ceroso de color rojo
(grupo Joventud), crema (grupo Pital) o negro (grupo Chunhinta). También se ha
reportado una gran cantidad de fragmentos sin engobe (Figura 2b) que muestran
un alisado burdo (grupo Achiotes) o bien, pueden tener estrías leves (tipo Zapote
estriado). Las formas más frecuentes son los cuencos de grandes dimensiones, de
paredes ligeramente rectas y divergentes o curvas y divergentes con el borde
saliente; hay también cuencos de silueta compuesta y, ollas de forma globular con
el cuello corto y de paredes ligeramente curvas y divergentes. Con respecto, a las
decoraciones de dichas vasijas es posible mencionar que la mayoría muestra como
decoración el engobe de color rojo, crema o negro, aunque algunas veces muestran
una decoración de líneas incisas y profundas que se realizaron antes de aplicarse
el engobe. La decoración incisa se presenta a modo de líneas en sentido horizontal
que se extienden en el borde saliente de los cuencos (Figura 2a). En el periodo
siguiente (Preclásico Tardío), al parecer aumentó la actividad de ocupación en Cerro
de los Muertos. La evidencia de este dato se manifiesta tanto en la arquitectura
como en la cerámica. En lo que respecta a la cerámica se puede mencionar que se
incrementa la cantidad de los tiestos así como el repertorio de tipos y variedades.
Los grupos cerámicos más comunes son: Sierra, Polvero, Flor y Achiotes. El grupo
Achiotes está presente en el periodo anterior y continúa en uso durante el Preclásico
Tardío. Es evidente que hasta el momento no se tienen los argumentos necesarios
para establecer cuales son las características propias del grupo Achiotes del
Preclásico Medio y cuales son las del Preclásico Tardío. Por otra parte, en las
cerámicas con engobe destaca principalmente el grupo Sierra. Entre los tipos más
diagnósticos están el Sierra rojo, Altamira Acanalado, Ciego Compuesto y Hongo
Compuesto. En el grupo Sierra predominan las formas de cuencos de paredes
rectas y divergentes con el borde directo o ligeramente saliente; los cuencos de
silueta compuesta con el reborde medial o labial, los cuencos de paredes abiertas
curvas y convergentes; cuencos miniatura, las cazuelas, las ollas y las formas de
hongo. En la mayoría de estas formas de vasijas predomina la decoración de un
engobe monocromo de color rojo, el cual es característico del grupo Sierra (Figura
2c-d). Otras decoraciones son las líneas acanaladas en sentido horizontal que se
extienden en las paredes exteriores de los cuencos (tipo Altamira Acanalado).
También están presentes las cerámicas sin engobe y las decoraciones de estrías
en las paredes exteriores de los cuencos, y las vasijas en forma de hongo 1104
(mushroom stand) decoradas con una superficie exterior sin engobe que al mismo
tiempo muestra impresiones de uña. Otros grupos cerámicos abundantes son Flor
y Polvero (Figura 3), los cuales se caracterizan por las formas de cuencos de
paredes rectas y divergentes o ligeramente curvas y divergentes con el borde
directo o saliente. También están presentes los cuencos o platos de silueta
compuesta con reborde medial. En algunas ocasiones el reborde medial muestra
impresiones dactilares o ligeras ondulaciones que simulan almenas. En ambos
grupos predomina la decoración de un engobe monocromo y ceroso, en el caso del
grupo Polvero el engobe es de color negro y en el grupo Flor es el color crema-bayo.
Específicamente en el grupo Flor predominan los tiestos con un acabado de
superficie que combina dos colores (rojo y crema) que fueron clasificados como
parte del tipo Mateo Rojo sobre Crema. Sin embargo, existe una peculiaridad en
estos tiestos debido a que la decoración rojo y crema no se presenta de manera
uniforme o formando diseños geométricos o de líneas. Esta decoración de bicromía
se muestra en las paredes exteriores abarcando una parte de color bayo que se
extiende desde la base hasta casi la mitad de altura total de la vasija, en tanto que
el resto de las paredes exteriores solo muestra un acabado de color rojo. En lo que
respecta a las paredes interiores éstas solamente exhiben un engobe rojo (Figura
5). Esta característica de la diferencia del color es abundante en la cerámica del
Preclásico Tardío de Cerro de los Muertos y según los datos cerámicos recopilados
no es frecuente en los sitios del Petén guatemalteco-campechano. Este es un dato
importante que se debe desarrollar más a detalle con estudios relacionados con la
tecnología de producción de vasijas y, por supuesto, también rastreando esta
decoración en los sitios cercanos pertenecientes a la cuenca del río Candelaria,
debido a que tal vez se trate de algo propio de la región en comento. Con base en
este supuesto existe la posibilidad de que Cerro de los Muertos y probablemente
otros sitios de la cuenca del río Candelaria hayan participado en una moda cerámica
que incluye formas, decoraciones y acabados de superficie ampliamente
distribuidos en el área Maya durante el Preclásico Tardío. Pero la producción de
esta alfarería en esta zona tuvo una peculiaridad de acuerdo a las diferencias de la
tecnología cerámica que presenta. Retornando al grupo cerámico Sierra, se puede
mencionar otro dato importante relacionado con la parte final del periodo Preclásico:
para el final de este momento empiezan a registrarse los cuencos de cuatro
soportes, huecos, de grandes dimensiones y de forma globular (conocidos como
mamiformes), o bien, los soportes pequeños y sólidos en forma de botón (Figura 4).
Estas características algunas veces son asociadas a la faceta terminal del
Preclásico y a los inicios del Clásico Temprano, lo que algunos autores han
denominado Protoclásico. El término Protoclásico ha sido objeto de diversas
discusiones y definiciones (Brady et al. 1998). Sin embargo, en este escrito no
trataremos a detalle esas definiciones, solamente nos interesa enfatizar que
algunas de las cualidades o modas cerámicas que se tienen como propias del
Protoclásico están presentes en la cerámica del grupo Sierra de Cerro de los
Muertos. Las evidencias que indican la presencia del Protoclásico posiblemente no
se encuentran en todos los sitios del área Maya. Además, algunas veces estas
modas cerámicas se presentan con engobes característicos del Preclásico y otras
veces se asocian más a los engobes lustrosos que se expandieron en el Clásico
Temprano. En el caso de la cerámica de Cerro de los Muertos se puede mencionar
que estas modas cerámicas que identifican al Protoclásico se presentan con
engobes preclásicos, especialmente del grupo Sierra, lo que permite sugerir que el
repertorio “Protoclásico” de Cerro de los Muertos se encuentra asociado a la moda
cerámica temprana que marca la etapa de transición entre las tradiciones
preclásicas y el umbral que marca el surgimiento de la tecnología lustrosa en la
zona de estudio.

Clásica
Una segunda tumba abovedada, datando del 600-650 DC fue descubierta dentro de
la estructura adosada a la Estructura O14-04 (Rich 2008; Rich, Matute, y Piehl
2007). El gran número de bienes funerarios, incluyendo veintenas de adornos de
jadeíta, el cuerpo envuelto en textil y descansando sobre una piel de jaguar, y las
vasijas finamente pintadas, indican que es la tumba de un gobernante de Waka’. La
identidad del gobernante sigue siendo desconocida, ya que pocas inscripciones
monumentales de este periodo (c. 554-657 DC) han sobrevivido. La tumba recuerda
al Entierro 37 en su disposición y contenido. El enterramiento primario fue el de un
adulto descansando sobre una banca funeraria de mampostería (Piehl 2008:195).
En algún momento durante el periodo Clásico Tardío (post-750 DC), la tumba fue
re-ingresada y un niño de aproximadamente siete años de edad fue colocado sobre
la cerámica que había sido puesta anteriormente en el pasillo al oeste de la banca.
La gran semejanza de la cerámica de los Entierro 37 y 39 crea un vínculo más entre
ellos (WP0350 y WP0366 del Entierro 37; WP0211, WP0206 y WP0214 del Entierro
39; Figura 9a). Fueron hechos de la misma fuente de arcilla y usando la misma
fórmula para la pasta, y probablemente en el mismo taller. Si esto es verdad, el taller
estaba produciendo tanto vasijas monócromas como polícromas que luego fueron
colocadas dentro de las dos tumbas reales. Todas las vasijas del Entierro 39 son
productos locales, y sus diferencias químicas principales se deben a la variabilidad
en la cantidad de desgrasante carbonatado. Un cilindro Saxche/Palmar (WP0219;
Figura 9b) es una vasija que no tiene desgrasantes carbonatados de dolomita, cuya
composición química recuerda la de varias vasijas provenientes de los Entierros 8,
20, 21, 22, 38, y específicamente del Entierro 37 (Grupo químico 2). Los grupos
químicos 6 y 7 incluyen diez vasijas polícromas con baja a mediana cantidad de
desgrasante carbonatado. Suficiente variación en la composición indica que fueron
hechos de diferentes fuentes de arcilla, lo que implica varias recetas y/o diferentes
talleres. El Grupo 6 puede englobar los productos de un solo taller, todas las vasijas
siendo el tipo Zacatal Crema Polícromo (WP0201, WP0215, WP0200, y WP0216;
Figura 9c). Las vasijas del Grupo 7 incluyen fuentes Mataculebra y Palmar Naranja
Polícromo (WP0211, WP0206, y WP0214), un cilindro polícromo (WP0220), y un
cuenco Canoa Inciso (WP0209), los dos últimos compartiendo la misma receta de
pasta y por ende tal vez provenientes del mismo taller (Figura 9d). El Entierro 39 es
famoso por la especial concentración de veintitres figurillas representando una
escena narrativa de una corte maya real del periodo Clásico (Figura 10). También
son notorias por ser objetos con desgrasantes carbonatados, ya que la mayoría de
las figurillas de las Tierras Bajas Mayas tienen bajas proporciones de desgrasante
carbonatado. Las figurillas se dividen en cuatro grupos químicos, los cuales
corresponden con las diferencias en la apariencia de las figurillas, como también
con su ubicación dentro de la escena narrativa. El círculo exterior de las figurillas
presenta a personas de la realeza que asisten a esta ceremonia, interpretada como
la resurrección de un rey muerto actuando como el Dios del Maíz. En el centro se
encuentran figurillas ligadas al mundo sobrenatural.

Postclásica
El período Postclásico Temprano, definido entre 900 d.C. y 1,200 d.C., es de suma
importancia, ya que simboliza la continuidad de la Civilización Maya después del
colapso Clásico. Aparte de las Tierras Bajas del Norte no se conocen muchos sitios
de esta época, seguramente por los efectos de muchas migraciones fuera del Petén.
Sin embargo, no hay evidencia que hayan ocurrido movimientos masivos de
personas en las Tierras Altas, lo que sugiere que las poblaciones mayas actuales
son descendientes de los mismos grupos que se asentaron antes del Postclásico.
En este aspecto hay que contextualizar a los sitios Mayas dentro del ámbito
mesoamericano, porque el Postclásico Temprano es la época llamada “tolteca”,
donde predominó un estilo artístico “internacional”, plasmado en arquitectura,
cerámica y escultura. Sin embargo la palabra tolteca tiene un fuerte significado
mitológico, ya que tula o tollan es el nombre del lugar de origen de muchos pueblos.
Por lo tanto, esta influencia tolteca debe entenderse como un proceso similar a lo
que sucedió con los Olmecas durante el Preclásico Medio y con los Teotihuacanos
en el Clásico Temprano, y no como conquistas o migraciones provenientes de un
solo lugar. De cualquier forma lo que es claro en este período es la desaparición del
sistema monárquico del Clásico, el cual fue remplazado por gobiernos basados en
confederaciones y/o concejos, donde el linaje fue la unidad básica de la
organización sociopolítica. La concentración de poblaciones en las Tierras Altas del
Norte se debió en gran parte al auge de la ruta comercial que rodeaba la península
de Yucatán, transformando considerablemente los patrones económicos. Por
ejemplo, es notorio que el jade decayó como elemento de lujo, el cual fue
relativamente reemplazado por el oro, la turquesa y otros materiales provenientes
del noroccidente de Mesoamérica.
Finalmente, el Postclásico Tardío representa el último momento de la cultura Maya
prehispánica, el cual inicia en 1,200 d.C. y termina con los diferentes procesos de
conquista a lo largo de toda la región. Este período se caracteriza por la
desaparición de los grandes estados territoriales en las Tierras Bajas, ya que el
territorio se fragmentó en muchas provincias, regidas por capitales de menor escala.
Al contrario, en las Tierras Altas se consolidaron entidades políticas fuertes, que
lograron una expansión territorial sin precedentes, a tal grado que conquistaron e
integraron varias etnias distintas bajo su control. Sin embargo, los conflictos entre
estos grupos fueron aprovechados por los conquistadores como medio efectivo para
su eventual derrota y dominación en el siglo XVI. Al mismo tiempo, los grupos Mayas
de la Costa del Golfo gozaron de un período de prosperidad, gracias a su dominio
de las rutas marítimas y al contacto directo que tuvieron con los aztecas. Es por ello
que lograron enfrentar a los españoles con un alto grado de resistencia.

También podría gustarte