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Arte africano

El arte africano es un conjunto de manifestaciones artísticas producidas por los pueblos


del África negra a lo largo de la historia.

El continente africano acoge una gran variedad de culturas, caracterizadas cada una de ellas
por un idioma propio, unas tradiciones y unas formas artísticas características. Aunque la
gran extensión del desierto del Sahara actúa como barrera divisoria natural entre el norte de
África y el resto del continente, hay considerables evidencias que confirman toda una serie
de influencias entre ambas zonas a través de las rutas comerciales que atravesaron África.

En numerosas tribus indígenas de África, el arraigo de la tradición artística autóctona ha


permitido el mantenimiento de diversas manifestaciones estéticas hasta épocas
relativamente recientes. De hecho, es precisamente a partir de principios del siglo XX
cuando este arte comienza a ser apreciado en Occidente, primero por los representantes de
la vanguardia y después por museos y público en general. Hay grandes diferencias
estilísticas de unas zonas a otras, encontramos desde figuras y máscaras esquemáticas a
piezas muy naturalistas. Aunque casi todas tienen en común la simetría, el darle mas
importancia a la cabeza y torso y mucho menos a las piernas, que se suelen representar
cortas y con menos detalle que el resto de las partes del cuerpo.

Arte musulmán
El arte islámico (musulmán) nace para expresar la nueva religiosidad musulmana. El islam
nace en la península arábiga y desde las primeras predicaciones, hacia el 612 hasta el fin de
los Omeyas en el 750, cuando dominan desde la península ibérica hasta el río Indo, han
pasado tan solo 138 años. Por ello, el arte islámico ha adoptado influencias de diversas
culturas, y elementos artísticos diferentes. Sin embargo, es un arte, fundamentalmente,
religioso lo que le da una sorprendente unidad.

Destaca la arquitectura sobre las demás artes, y la mezquita y los palacios sobre las demás
construcciones. La decoración es muy abundante. Pero son escasos los motivos figurativos
y se fundamentan en los abstractos: vegetales, geométricos y caligráficos.

En ocasiones, para designarlo también se aplica incorrectamente el término arte árabe.


Este error procede de una inexacta utilización de su significado puesto que de las dos
acepciones del término árabe, una es étnica, y por lo tanto aplicable a los naturales de
Arabia, mientras que la otra es lingüística, estando en relación con aquellos que hablan la
lengua árabe. El arte musulmán o arte islámico de la Península Ibérica recibe la
denominación de arte hispanomusulmán.
La era islámica, Héjira, comienza el año 622, fecha en que Mahoma marcha de La Meca a
Medina huyendo de la intransigencia mostrada por su predicación. A partir de esa fecha,
junto a la fe religiosa, surgieron unas nuevas actitudes sociales y políticas que, en menos de
un siglo, se expandieron desde el golfo de Bengala hasta el océano Atlántico.

Arte de China
Estas formas de bronce y jade muestran por primera vez uno de los principios esenciales
del arte chino: la síntesis entre el espíritu creador artístico y la función social y jerárquica a
la que estaban destinados desde su concepción. El primero de ellos se mostraba en la
exquisitez de las formas, en el origen de los temas decorativos tomando como paradigma
las fuerzas de la naturaleza y su acción sobre el espíritu humano, y en el gran conocimiento
técnico de los materiales que ha caracterizado todas las formas artísticas.

Como complemento tanto la diversificación de las formas como la iconografía con la que se
adornaban correspondían a los principios de jerarquización social y uso ritual que
caracterizó los inicios de la civilización china con la Dinastía Shang y la Dinastía Zhou. En
esta última dinastía surgen las escuelas de filosofía que profundizando sobre la relación del
individuo con su entorno y la consideración social del mismo, establecerán los fundamentos
teóricos sobre los que siglos más tarde se desarrollaría la teoría china del arte.

Nos referimos fundamentalmente al taoísmo y al confucianismo, sin por ello afirmar que
existe una clara división entre lo que algunos consideran arte taoísta como manifestación
disgregada de un supuesto arte confuciano.
Arte persa
El arte persa es el desarrollado en la zona de influencia cultural persa desde la Prehistoria
hasta el año 1925. Ha tenido destacados ejemplos en muchos medios, incluyendo la
arquitectura, pintura, tejido, cerámica, caligrafía, la metalurgia, la escultura y la
mampostería.

Desde Armenia y Kurdistán hasta el Indo. Desde el Imperio aqueménida (550 a. C.–330 d.
C.), durante la mayor parte del tiempo, un Estado amplio, de habla iraní, ha gobernado
zonas similares a los límites actuales de Irán y a menudo regiones mucho más amplias, lo
que a veces se llama el Gran Irán, donde un proceso de persianización cultural dejó
resultados que perduraron más allá del dominio político persa. Se corresponde con los
actuales territorios de Irán, Afganistán, Tayikistán, Azerbaiyán, Uzbekistán, Baluchistán,
las áreas tribales del Pakistán y las regiones colindantes.

Este artículo abarca el arte de Persia hasta el año 1925, cuando tuvo lugar el fin de la
dinastía kayar; para arte posterior, véase arte contemporáneo y moderno de Irán, y para la
artesanía tradicional véase arte de Irán. La arquitectura iraní es cubierta por ese artículo.

Arte maya
El arte maya se refiere al arte material de la civilización maya que se desarrolló en el este
y sureste de Mesoamérica a partir del Preclásico tardío (500 a. C. - 200 d. C.) y que floreció
en el periodo Clásico (200 d. C. - 900 d. C.). Incluye estructuras arquitectónicas, esculturas
de piedra, piezas talladas de madera, modelado de estuco, pinturas, murales, escritura y
libros, cerámica, piedras preciosas y otros materiales de escultura y decoración corporal.
Existían muchos estilos artísticos regionales, que no siempre coincidieron con los límites
cambiantes de las entidades políticas mayas. La cultura olmeca, tolteca y la de Teotihuacan
tuvieron una influencia significativa en el arte maya.

El arte maya precolombino conoció una prolongada fase posclásica que terminó en el siglo
XVI, cuando los trastornos asociados con la conquista española destruyeron la cultura
cortesana maya y pusieron fin a su tradición artística. Las principales formas de arte
tradicional que siguen en uso en la actualidad son la producción de tejidos y el diseño de las
casas de los campesinos.
Arte de Japón
El arte de Japón (日本美術 Nippon bijutsu?) es una expresión de la cultura japonesa,
desarrollado a lo largo del tiempo en diversos períodos y estilos que se han ido sucediendo
de forma cronológica, en paralelo al devenir histórico, social y cultural del pueblo japonés.
La evolución del arte nipón ha estado marcada por el desarrollo de su tecnología, siendo
una de sus señas distintivas el uso de materiales autóctonos. Como en el arte occidental, las
principales manifestaciones artísticas han tenido su origen en la religión y el poder
político.1

Una de las principales características del arte japonés es su eclecticismo, proveniente de los
diversos pueblos y culturas que han arribado a sus costas a lo largo del tiempo: los primeros
pobladores instalados en Japón –conocidos como los Ainu– pertenecían a una rama
caucásica procedente del norte y este de Asia, llegados posiblemente cuando Japón aún
estaba unido al continente. El origen de estos pobladores es incierto, barajando los
historiadores diversas hipótesis, desde una raza uralo-altaica hasta un posible origen
indonesio o mongol.

Arte del Antiguo


Las expresiones artísticas egipcias más antiguas se clasifican en las siguientes etapas:
Periodo Neolítico (5300-4000 a. C.), periodo Badariense (4400-4000 a. C.), Nagada I -
Amratiense (4000-3500 a. C.), Nagada II - Gerzeense (3500-3200 a. C.) y Nagada III
(3200-3000 a. C.)

En estos periodos predomina la pintura decorativa (en cerámicas) o simbólica (en tumbas) y
pequeños objetos de carácter utilitario y mágico. Destacan las vasijas de piedra, las "mazas"
y "paletas" votivas, como la de Narmer.
Asombra la perfección, delicadeza y monumentalidad del arte egipcio, con un estilo único y
característico que surgió durante las primeras dinastías y permanece "casi" inalterado en
cuatro milenios de la nueva cultura.

El arte del siglo XVII


Abarca todo el siglo XVII y parte del XVIII. Contrasta con el renacimiento y se
caracteriza por lo irregular y lo complejo que es. Constituye la respuesta estética de
las circunstancias religiosas (guerras de religión y contrarreforma), políticas
(absolutismo) y económicas (mercantilismo).

Los arquitectos fueron requeridos por los monarcas absolutos para construir
mansiones que fueran el reflejo de su enorme poder, por ejemplo, el Palacio de
Versalles. El Protestantismo, surgido en el siglo anterior, se opuso al Catolicismo,
dispuesto a defender sus dogmas. La Iglesia Católica mostraba una fastuosa
decoración que tuvo como objetivo oponerse de forma consciente y voluntaria a la
austeridad de los templos protestantes, en los que no había imágenes. Las obras de
arte eran encargadas por la nueva burguesía y reflejaban un sentimiento más
intimista y cotidiano (retratos, temas domésticos, flores…)

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