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ARTÍCULO
LA ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL Y EL DESARROLLO COMUNITARIO COMO
EDUCACIÓN SOCIAL.
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FICHA DEL ARTÍCULO
Caride Gomez J. A. (2005). LA ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL Y EL
DESARROLLO COMUNITARIO COMO EDUCACIÓN SOCIAL. 16.
Descriptores:
Cultura, Animación sociocultural, desarrollo comunitario, democratización
cultural, participación activa, desarrollo integral de la persona, comunicación, diversidad
cultural, etnocentrismo.
SINTESIS
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ANÁLISIS CRÍTICO
Caride, centra la cultura como la base sobre la que nos desarrollamos. Para ello,
en su artículo sobre la ASC y el desarrollo comunitario establece una diferencia de dos
conceptos fundamental para sus intervenciones: democratización cultural y democracia
cultural. La primera entiende a los ciudadanos como simples consumidores de cultura,
mientras que la segunda los considera actores de su propia cultura. “La democracia
cultural los considera creadores-productores de una cultura singularizada, e incide más
en los procesos que en el producto en sí”. (Caride, J.A., 2005, p.77). La ASC sitúa en sus
principios la democracia cultural, ya que la considera una de las bases esenciales para
el desarrollo de la persona, donde el pluralismo y la participación de la gente den lugar
a un mayor compromiso por parte de la ciudadanía. Al vivir en un mundo globalizado,
en constante contacto por redes sociales, nos enfrentamos a una sociedad multicultural
con muchas diferencias entre las culturas sin embargo, estamos continuamente
conectados entre nosotros por lo que la justicia y el respeto deberían ser las bases de
nuestras relaciones sociales, sin embargo a raíz de este pluralismo cultural, han surgido
diferentes ideologías que han apostado por la democratización de la cultura propia,
desde una perspectiva etnocentrista dejando de lado las culturas no hegemónicas. Este
hecho es a mi parecer, contraproducente por lo que una de las luchas que debemos
iniciar desde la ASC y la Ed. Social es el combatir esta intolerancia al prójimo, todo ello
a través de la acción socioeducativa.
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La educación intercultural es una oportunidad de enriquecimiento de las
personas a través del intercambio y la interacción con los valores y modos de vida de
las culturas con las que convivimos. Su acción socioeducativa debe estar centrada en
la participación activa de los grupos minoritarios en todos los ámbitos y espacios
sociales. Para ello se deben seguir unas estrategias metodológicas que promuevan el
respeto, la igualdad y la justicia social.
También el poder político del estado tiene la importante labor de formar a los
profesionales que posteriormente van a dedicarse a aumentar el valor cultural del
territorio. Una vez exista ese profesional, se podrá educar a la ciudadanía en la
formación de un pensamiento crítico con perspectiva intercultural. La ASC por su parte,
suscita la reflexión crítica, la organización y la participación activa de las personas en
su desarrollo. Centrándose en el contexto en el que se interviene, así como en su
comunidad local.
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En otro orden de las cosas, el autor realiza una importante diferenciación de las
bases de la ASC y del Desarrollo comunitario para así poder conceptualizar la primera.
La principal diferencia es que la ASC se centra en la metodología, haciendo así a la
persona participe de su propia identidad cultural, mientras que el desarrollo comunitario
se enfoca en la finalidad. No obstante, ambas tienen como objetivo mejorar las
condiciones de vida de las personas para así, transformar su realidad social
incorporando lo educativo en la sociedad. Es así, como Caride pone en relevancia las
prácticas socioeducativas basadas en el conocimiento de las culturas y en el contexto
en el que se desarrollan las comunidades.
CONCLUSIONES
Uno de los aspectos que me gustaría volver a resaltar en este apartado debido
a su relevancia, es la necesidad de establecer un vínculo efectivo con la política,
considero que en este ámbito se tiene muy poco en cuenta lo social quedando este
renegado a la mera beneficencia y al simple asistencialismo al que les debemos nuestro
origen, pero que sin embargo distan mucho de nuestro deber como profesionales de lo
social. Por ello, considero que para que una política social este al servicio de la sociedad
en la que vivimos, debería estar creada por profesionales que se dediquen a ejércela,
teniendo así en cuenta los contextos de las personas a las que van dedicadas. Una vez
que sean establecidas dichas políticas sociales, se podrá proceder a la elaboración de
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unas estrategias metodológicas basadas en la practicas educativas de éxito que
fomenten la cultura.
Por último, me gustaría sugerir que en la profesión del educador social debería
hacerse mayor hincapié en la educación intercultural, ya que vivimos en una sociedad
globalizada y multicultural y no debemos pasar por alto este hecho que nos tiene que
servir para enriquecernos y desarrollarnos como personas y profesionales.
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BIBLIOGRAFÍA
Tuts M., Martínez L. Pozo J.( 2005) Formación en educación intercultural para
asociaciones juveniles. CONSEJO DE LA JUVENTUD DE ESPAÑA