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El documento analiza el potencial de las políticas sociales para influir en los comportamientos demográficos de una manera que respete los derechos individuales y las preferencias de las parejas. Argumenta que las políticas sociales pueden mejorar la calidad de vida y el control demográfico de forma independiente a la dinámica económica. También discute el papel de los científicos sociales y los poderes locales en la elaboración de políticas sociodemográficas.
El documento analiza el potencial de las políticas sociales para influir en los comportamientos demográficos de una manera que respete los derechos individuales y las preferencias de las parejas. Argumenta que las políticas sociales pueden mejorar la calidad de vida y el control demográfico de forma independiente a la dinámica económica. También discute el papel de los científicos sociales y los poderes locales en la elaboración de políticas sociodemográficas.
El documento analiza el potencial de las políticas sociales para influir en los comportamientos demográficos de una manera que respete los derechos individuales y las preferencias de las parejas. Argumenta que las políticas sociales pueden mejorar la calidad de vida y el control demográfico de forma independiente a la dinámica económica. También discute el papel de los científicos sociales y los poderes locales en la elaboración de políticas sociodemográficas.
El trabajo analiza la potencialidad del uso de políticas sociales al
servicio de una política referida a los comportamientos demográficos.
Abandona así una polémica larga y estéril respecto de las perfidias o las virtudes casi mágicas de las políticas de población. Se muestra la coincidencia entre los intereses del país, según las expresiones de los gobiernos nacionales, y los deseas de las parejas, lo que permite dejar de lado una concepción que asociaba las políticas de población con imposiciones y arbitrariedades de intereses espúm. En lugar de eilo se adopta una persona que parte de los derechos de las personas a elegir sus conductas reproductivas y su residencia en lugares especifico del territorio nacional. Un lugar importante en el trabajo, lo ocupa la argumentación que muestra la potencialidad de las políticas sociales para asegurar a los individuos tanto el acceso a una mayor calidad de vida como al ejercicio efectivo del derecho a regir su comportamiento demográfico. Junto con ello, se muestra la posibilidad de una autonomía relativa de lo social y de lo cultural respeto de lo económico que permite la realización de políticas sociales y de población con relativa independencia de la dinámica económica. El documento también discute el papel de los científicos sociales en la elaboración y ejecución de las políticas sociodemográficas, preservando la soberanía del poder político para fijar los objetivos y medios que hacen parte de aquellas políticas. Finalmente, el papel del poder central versus el papel de los poderes locales, y las ventajas comparativas de estos últimos, en la elaboración y ejecución de políticas en general, y sociodemográficas en particular, es un aspecto que el trabajo considera de vital importancia para ser tenido en cuenta en el ejercicio del poder en relación a los hechos económicos, sociales y demográficos. Art. 1.- El Ecuador es un estado social de derecho, soberano, unitario, independiente, democrático, pluricultural y multiétnico. Su gobierno es republicano, presidencial, electivo, representativo, responsable, alternativo, participativo y de administración descentralizada. La soberanía radica en el pueblo, cuya voluntad es la base de la autoridad, que ejerce a través de los órganos del poder público y de los medios democráticos previstos en esta Constitución. El Estado respeta y estimula el desarrollo de todas las lenguas de los ecuatorianos. El castellano es el idioma oficial. El quichua, el shuar y los demás idiomas ancestrales son de uso oficial para los pueblos indígenas, en los términos que fija la ley. La bandera, el escudo y el himno establecidos por la ley, son los símbolos de la patria. Art. 2.- El territorio ecuatoriano es inalienable e irreductible. Comprende el de la Real Audiencia de Quito con las modificaciones introducidas por los tratados válidos, las islas adyacentes, el Archipiélago de Galápagos, el mar territorial, el subsuelo y el espacio supra yacente respectivo. Art. 3.- Son deberes primordiales del Estado: 1. Fortalecer la unidad nacional en la diversidad. 2. Asegurar la vigencia de los derechos humanos, las libertades fundamentales de mujeres y hombres, y la seguridad social. 3. Defender el patrimonio natural y cultural del país y proteger el medio ambiente. 4. Preservar el crecimiento sustentable de la economía, y el desarrollo equilibrado y equitativo en beneficio colectivo. 5. Erradicar la pobreza y promover el progreso económico, social y cultural de sus habitantes. 6. Garantizar la vigencia del sistema democrático y la administración pública libre de corrupción. Art. 4.- El Ecuador en sus relaciones con la comunidad internacional: 1. Proclama la paz, la cooperación como sistema de convivencia y la igualdad jurídica de los estados. 2. Condena el uso o la amenaza de la fuerza como medio de solución de los conflictos, y desconoce el despojo bélico como fuente de derecho. 3. Declara que el derecho internacional es norma de conducta de los estados en sus relaciones recíprocas y promueve la solución de las controversias por métodos jurídicos y pacíficos. 4. Propicia el desarrollo de la comunidad internacional, la estabilidad y el fortalecimiento de sus organismos. 5. Propugna la integración, de manera especial la andina y latinoamericana. 6. Rechaza toda forma de colonialismo, de neocolonialismo, de discriminación o segregación, reconoce el derecho de los pueblos a su autodeterminación y a liberarse de los sistemas opresivos.
Aunque las mujeres han logrado avances notables en muchas
profesiones, la política no es una de ellas. De hecho, en todo el mundo, las mujeres han brillado por su ausencia en la adopción de decisiones y en la formulación de políticas públicas. Con ocasión de la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en la Ciudad de México en 1975, se recordó a la comunidad internacional que la discriminación contra la mujer seguía siendo un problema persistente en numerosos países; y aunque se exhortó a los gobiernos a desarrollar estrategias para promover la participación igualitaria de las mujeres, su participación política todavía no se identificaba como una prioridad. Desde entonces, aunque ha habido un creciente interés por la representación de las mujeres y sus repercusiones para las estructuras de toma de decisiones, esa mayor atención no ha producido resultados inmediatos. Por ejemplo, en 1975 las mujeres representaban el 10,9% de los parlamentarios de todo el mundo; diez años más tarde ese porcentaje solo había aumentado un punto porcentual, hasta el 11,9%. Sabemos que la participación de las mujeres influye en la política. Las mujeres aportan a la política puntos de vista, aptitudes y perspectivas diferentes que ayudan a conformar el programa político. Los cambios en la manera en que funcionan los parlamentos reflejan la influencia positiva de la presencia de las mujeres: una mejor forma de expresarse y comportarse; un orden de prioridades diferente de las cuestiones y políticas; la sensibilidad hacia las cuestiones de género en todos los aspectos del gobierno, especialmente en la elaboración de los presupuestos; y la introducción de nueva legislación y cambios a las leyes vigentes. La participación de las mujeres en la toma de decisiones de gobierno está dando una visibilidad política importante a los derechos de las mujeres en todo el mundo. Aunque las mujeres no son un grupo homogéneo, tienden a apoyar a otras mujeres y han contribuido a incorporar los intereses y las preocupaciones de las mujeres a los programas parlamentarios. Una de las preocupaciones más importantes es la violencia contra la mujer. Aunque no es un problema limitado únicamente a las mujeres, no es casualidad que hayamos visto como se presta cada vez más atención a la eliminación de todas las formas de violencia contra la mujer.