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doi: http://dx.doi.org/10.16925/pe.v12i19.1326
BY NC ND
BY NC ND
Diferencias individuales en razonamiento deductivo: una revisión narrativa 25
Newstead, Handley, Harley, Wright y Farrelly, 2004). conocimiento. Posteriormente, se abordarán otras
No obstante, resulta oportuno aclarar que la distin- variables de menor desarrollo pero igual relevancia
ción entre estos dos sistemas rige para un conjun- en el actual debate: aquellas relacionadas con el desa-
to de teorías de doble procesamiento, de las cuales rrollo, el género y la cultura de las personas.
no todas son convergentes (Newstead, 2000; Evans y
Stanovich, 2013). Diferencias individuales
Por otro lado, dicha teoría asume que con fre- en razonamiento deductivo
cuencia ambos sistemas tenderían a trabajar en con-
cierto. En tales circunstancias, el sistema heurístico Una cantidad sustancial de literatura científica ha
actuaría por defecto, proporcionando conclusiones establecido que, con frecuencia, las respuestas de
rápidas, frugales y correctas. Pese a lo anterior, tam- las personas en tareas de razonamiento serían pro-
bién puede ocurrir que el sistema heurístico actúe de pensas a desviarse de la actuación considerada nor-
modo preponderante, ofreciendo respuestas sesga- mativa (Stanovich y West 2000; Stanovich, 2012). El
das a situaciones que requerirían un razonamiento hecho de que las personas evalúen probabilidades de
más detenido. En tales oportunidades, ambos sis- modo incorrecto, no calibren correctamente sus gra-
temas entrarían en conflicto. Dado el mencionado dos de creencia, dejen afectar sus decisiones por un
caso, el sistema analítico necesitará actuar anulan- contexto irrelevante y muestren muchos otros sesgos
do la respuesta del sistema heurístico, ofreciendo a en el procesamiento de la información, sería un claro
cambio una respuesta más adecuada. Así, el sistema ejemplo de ello (Gilovich, Griffin y Kahneman, 2002;
heurístico supondría operar con rapidez y de forma Baron, 2008; Stanovich, 2012). En este sentido, obser-
automática, al tiempo que las operaciones del sistema var cómo responden las personas ante determinadas
analítico serían más lentas y exigentes de los recur- tareas controladas conforma lo que comúnmente se
sos computacionales de la persona (De Neys, 2006). conoce como “modelos descriptivos”. Dichos mode-
De la mano de lo anterior, desarrollos científi- los son el objetivo de la mayor parte de la psicología
cos recientes (Stanovich y West, 2000; Evans, 2003; empírica. En contraste con los modelos descriptivos
Newstead et al., 2004; Seoane et al., 2007; Avery, —los cuales se ocupan de la conducta observada—,
Smillie, y de Fockert, 2013) plantean una correlación los “modelos normativos” expresan estándares de
directa entre la capacidad de la memoria operativa y rendimiento cognitivo. Se argumenta que cumplir
la eficacia del procesamiento analítico, y medidas de estos estándares sirve para optimizar la precisión de
inteligencia general. Ligado a este punto, se encuentra las creencias y eficacia en las diferentes tareas estu-
el campo de investigación que relaciona las diferen- diadas (Stanovich y West, 1998).
cias individuales y el razonamiento, a partir de los in- Durante muchos años, el eje central en el campo
fluyentes aportes de Stanovich y West (2000). de la heurística y los sesgos en el razonamiento huma-
La afirmación según la cual las personas apren- no giró en torno a demostrar cómo los modelos des-
den y piensan de modos diferentes parece un asun- criptivos de la conducta humana a menudo diferían
to bastante evidente (Sternberg, Grigorenko y Zhang, de los modelos normativos. En este contexto, nume-
2008). Sin embargo, el estudio de las diferencias in- rosos estudios han detectado la existencia de ciertas
dividuales en el ámbito de la psicología del razona- tareas de razonamiento en las que todas las personas,
miento ha pasado de ser un aspecto prácticamente sin una formación o instrucción especial, ofrecían —
obviado, a ser uno de los temas que mayor investi- casi invariablemente— igual respuesta (Stanovich,
gación ha generado en las últimas décadas (Galián, 2012). Pese a ello, lo que ha sido ignorado dentro del
Carranza, Escudero, Ato y Ato, 2006). Por diferen- campo es que, si bien con frecuencia la persona pro-
cias individuales, se entiende aquellas variables atri- medio tiende a demostrar un exceso de confianza al
buibles a las características propias del sujeto, más elegir las opciones inadecuadas en las tareas de se-
allá de las relacionadas con el contexto y contenido lección, al cometer la falacia de la conjunción, y así
de la tarea. En este marco, el propósito de la presen- sucesivamente en cada uno de los experimentos con-
te contribución es realizar una revisión de aquellas siderados clásicos dentro de la heurística, algunas
diferencias identificadas como mayormente relevan- otras personas, sin embargo, son capaces de ofrecer
tes. En primer lugar, se analizan dos de las variables la respuesta normativa estándar, es decir, la respues-
más antiguas dentro del campo: aquellas relaciona- ta esperada (Stanovich y West, 2000). En otras pala-
das con las habilidades cognitivas y la disposición al bras, de lo que se ha hecho caso omiso en este gran
Diferencias individuales en razonamiento deductivo: una revisión narrativa 27
debate de la racionalidad, es de la existencia de dife- de memoria de trabajo es bien conocida por predecir
rencias individuales entre personas (Stanovich, 2012). niveles de rendimiento en una amplia gama de tareas
Se ha privilegiado lo nomotético sobre lo idiográfico cognitivas, y por poseer un vínculo directo con la teo-
(Barlow y Nock, 2009). ría de doble procesamiento (Barrett, Tugade y Engler,
Tal como fue señalado, el estudio de las diferen- 2004). Por su parte, los estudios ligados al desarro-
cias individuales en el ámbito de la psicología del ra- llo evolutivo también han sido reveladores. Un claro
zonamiento se ha convertido en un tema de creciente exponente de ello ha sido el hallazgo de ciertas habi-
interés en la actualidad. Pese a la vigencia que el de- lidades de pensamiento analítico que se desarrollan
bate todavía conserva, numerosos avances han sido con la edad y serían favorecedoras del rendimiento en
posibles. A continuación, se ofrece un breve recorri- pruebas de inteligencia general. Pese a ello, reciente-
do por estos. mente se ha afirmado que sería la habilidad, y no la
edad, el predictor más importante en el razonamien-
Dos niveles de análisis en diferencias to analítico (Evans, 2008).
individuales: nivel algorítmico y nivel No obstante lo afirmado hasta aquí, existen al-
intencional gunas tareas en la literatura heurística y de sesgos
que al parecer carecerían de cualquier forma de aso-
Desde sus inicios, el estudio de diferencias indi- ciación con la capacidad cognitiva (Stanovich y West
viduales en razonamiento deductivo estuvo funda- 2000). Es decir, pensar de forma racional significa
mentalmente ligado a procesos cognitivos, estudia- adoptar metas apropiadas, tomar medidas adecua-
dos por investigadores del procesamiento de la in- das dadas las metas y creencias de uno, y tener creen-
formación interesados en las bases cognitivas de la cias acordes con la evidencia disponible (Stanovich,
ejecución de tests (Stanovich y West, 1997). Dichos West y Toplak, 2013). De este modo, si bien las prue-
teóricos consideraban que estas bases subyacían a la bas de inteligencia medirían muchos de los aspectos
denominada inteligencia psicométrica general. En considerados importantes en torno al pensamiento,
la actualidad, esta postura tiene aún numerosos ad- no es posible decir, sin embargo, que evalúen comple-
herentes. Desde esta perspectiva, la variación en la tamente su grado de racionalidad. Así, la inteligencia
habilidad cognitiva supone diferencias individuales estaría muy ligada a ciertos aspectos del pensamien-
en la eficacia de procesamiento, pero diferencias a to racional pero, débil o nulamente, vinculada a otros
un nivel que los teóricos de la ciencia cognitiva de- (Stanovich et al., 2013).
nominan algorítmico (Seoane et al., 2007). Siguiendo En este punto, adquieren especial relevancia
esta línea, la magnitud de la correlación entre el des- las comunicaciones de Stanovich y West (2000) y
empeño en una tarea de razonamiento y la capacidad Stanovich (2012), que, a través de una gran variedad
cognitiva, proporcionaría una pista empírica sobre la de tareas de la literatura heurística, declaran haber
importancia de las limitaciones algorítmicas al mo- encontrado ciertas disposiciones de pensamiento ca-
mento de explicar las discrepancias entre los modelos paces de predecir la varianza entre los modelos nor-
descriptivos y normativos (Stanovich y West, 1998). mativos y descriptivos, una vez que los efectos de la
La capacidad cognitiva ha sido uno de los cons- inteligencia general han sido controlados. De este
tructos más estudiados dentro de la psicología. modo, frente al primer enfoque, surgen nuevas pro-
Décadas de investigaciones empíricas han mostrado puestas desde las que se señala que, para entender los
correlaciones directas entre esta y otras medidas de procesos que subyacen al razonamiento humano, es
rendimiento psicológico (Macpherson y Stanovich, necesario tener en cuenta variaciones tanto a nivel
2007). Así, pareciera que —al menos en grado mode- algorítmico, como a nivel intencional (Seoane et al.,
rado— las discrepancias entre el rendimiento real y 2007).
los modelos normativos serían explicadas por la va- En un intento por identificar las disposiciones
riación en las limitaciones computacionales a nivel de pensamiento mencionadas, Stanovich (2012) pro-
algorítmico de las personas (Stanovich y West, 2000). pone la siguiente lista: comprensión epistemológica,
En paralelo al estudio de la vinculación entre la voluntad de cambiar de perspectiva, voluntad de des-
eficacia en el razonamiento analítico y medidas de in- contextualizar, disposición a considerar alternativas,
teligencia general, científicos cognitivos han investi- apertura activa de pensamiento, necesidad de cogni-
gado dos estrechos correlatos: la memoria de trabajo ción, y necesidad de cierre. Según este autor, dichas
y la edad de desarrollo (Evans, 2008). La capacidad disposiciones reflejarían ciertos tipos de preferencias
28 Artículos de revisión temática Pensando Psicología / Volumen 12, Número 19 / abril 2016
cognitivas, como, por ejemplo, la tendencia a reco- embargo, podrían ser afectadas por la práctica a largo
pilar información antes de arribar a un resultado, la plazo. Un análisis más exhaustivo de esta propuesta
disposición a pensar ampliamente acerca de un pro- puede encontrarse en Baron (1991).
blema antes de resolverlo, o la tendencia a pensar en En contraste con el nivel algorítmico, el nivel
las consecuencias futuras antes de actuar (Stanovich intencional se distinguiría por ser de condición más
y West, 1998). En consecuencia, las disposiciones de maleable. En este sentido, Baron (1985) explica que
pensamiento serían consideradas como característi- aunque no es posible mejorar la memoria de traba-
cas psicológicas sustentadoras del pensamiento y la jo por medio de la instrucción, es posible en cam-
acción racional (Stanovich, 2012). bio decirle a una persona que invierta más tiempo
Por su parte, Sternberg et al. (2008) definen los en la resolución de un problema, antes de resignar
estilos o disposiciones como las variaciones indivi- su solución. Así, las disposiciones de pensamiento se-
duales en los enfoques de las tareas que pueden ha- rían aquellas estructuras reflexivas capaces de servir
cer una diferencia en la forma y eficacia con que una como mecanismos explicativos de las diferencias a un
persona percibe, aprende o piensa. Es decir, para estos nivel de análisis intencional, vinculadas con objeti-
autores dichas disposiciones no serían una habilidad vos y valores de las personas e indicadoras de tenden-
en sí, sino más bien, el modo en que uno se inclina a cias de autorregulación pragmática (Stanovich, 2012).
usar sus propias habilidades. Asimismo, cuando ha- Desarrollados ambos niveles de análisis, se
blan de diferencias individuales en estilos de pensa- comprende cómo las diferencias individuales en ra-
miento, lo hacen en términos de variaciones entre zonamiento deductivo pueden surgir de una amplia
dichos estilos, pero sin referirse a lo que es mejor o variedad de factores cognitivos (Stanovich y West
peor entre ellos. De este modo, ningún estilo sería 1998, Seoane et al., 2007). Dichos factores, si bien
bueno o malo en sí, sino más bien materia de ajus- en ocasiones pueden no actuar de manera comple-
te entre la persona y la tarea en cuestión. Por último, tamente predecible, lejos se encuentran de perte-
ofrecen una lista de ciertas características que com- necer a un grupo de variables meramente azarosas
partirían estas disposiciones. Así, explican que las (Stanovich, 2012).
personas pueden diferir en el nivel de fuerza con que En la actualidad, aunque se sostiene que la ra-
se aferran a un estilo, así como en el grado de flexi- cionalidad es un constructo más amplio que la inte-
bilidad con que utilizan los mismos. De este modo, ligencia, se considera que esta última forma parte de
mientras algunas personas tendrían fuertes inclina- la primera (Stanovich, 2012; Burgoon, Henderson y
ciones por algunos estilos, otras tendrían preferen- Markman, 2013). Tal como ha sido remarcado, para
cias más bien débiles. Asimismo, mientras algunas ser racional, una persona no solo debe tener sus
podrían alternar fácilmente entre estos, otras no po- creencias bien calibradas, sino además, debe actuar
drían hacerlo. Finalmente, señalan que las disposi- de manera alineada con estas. Ambas propiedades
ciones no solo tendrían la propiedad de socializarse, pertenecen al nivel intencional. Al mismo tiempo, la
sino que, además, podrían sufrir variaciones a lo lar- persona debe contar con una maquinaria de nivel al-
go de la vida. gorítmico adecuada. Es decir, tener las habilidades
Al realizar una síntesis de lo hasta aquí expues- necesarias que le permitan llevar a cabo sus metas,
to, es posible decir que en el estudio de diferencias procesando el medio ambiente de manera tal que el
individuales en razonamiento analítico, dos han sido desarrollo de creencias adecuadas derive en la elec-
los niveles de análisis principalmente desarrollados: ción del mejor curso de acción (Stanovich, 2012). Así,
El nivel algorítmico o de capacidades cognitivas, y el las diferencias en el pensamiento racional podrán
nivel intencional o de disposiciones de pensamien- surgir tanto a causa de diferencias a nivel algorítmi-
to. El primero de estos niveles referiría al tipo de pro- co (inteligencia), como a nivel intencional (disposi-
ceso cognitivo relacionado con la base cognitiva de ciones de pensamiento).
las pruebas de inteligencia. La velocidad de percep- Debido a la creencia según la cual las disposi-
ción, la precisión al discriminar la información, la ca- ciones de pensamiento y la capacidad cognitiva di-
pacidad de memoria de trabajo y la eficiencia en la fieren en su grado de maleabilidad, será importante
recuperación de la información almacenada, serían para investigaciones futuras determinar la propor-
ejemplos de estas capacidades. Según la concepción ción relativa de influencia que cada nivel posee so-
de Baron (1985), dichas capacidades no podrían me- bre el pensamiento racional (Stanovich y West, 1997).
jorarse a corto plazo por efecto de la instrucción; sin Este último punto reviste especial interés, dado que
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en la medida que mayor sea la proporción de influen- que la persona evaluada, dicho sesgo no se produci-
cia atribuible a las disposiciones de pensamiento, ma- ría, confirmando de este modo la hipótesis enuncia-
yor serán las posibilidades de mejorar el pensamiento da. Finalmente, los autores plantean que el sesgo no
crítico por medio de la instrucción y, en consecuen- excluiría, sin embargo, otras explicaciones, y que bien
cia, de disminuir las diferencias entre individuos podría darse el caso de un condicionamiento mixto
(Baron, 1985). entre este sesgo y otras limitaciones de tipo concep-
tuales o de procesamiento.
Otras variables de interés en el estudio Un segundo fenómeno hallado en la niñez pro-
de diferencias individuales: desarrollo, viene del área del razonamiento relacional, dentro
género y cultura del cual también ha sido demostrada cierta comple-
jidad por parte de los menores al momento de reali-
Desarrollo zar este tipo de tareas. En relación con ello, ciertas
investigaciones señalan cómo las palabras y el len-
Muchos son los interrogantes que se han disparado guaje ayudarían a los niños a comprender y hacer
en torno al desarrollo y la manera en que este es ca- uso de relaciones en diferentes niveles. Rattermann,
paz de condicionar el razonamiento humano. Pese Gentner y DeLoache (1990), por ejemplo, han demos-
a ello, dos focos de interés principal resultan fácil- trado que etiquetar una serie de objetos que variaban
mente distinguibles. Por un lado, los psicólogos cog- en su tamaño (como papá, mamá y bebé) ayudaban
nitivos han centrado su atención en el estudio de las a los preescolares a razonar acerca de las relaciones
diferencias que se manifiestan a temprana edad, es de tamaño. También Herbert y Heyne (2000) resaltan
decir, el período durante el cual la capacidad de ra- la importancia del lenguaje en el desarrollo del razo-
zonamiento comienza a florecer. Por el otro, algunos namiento inferencial. Según estos autores, las pala-
teóricos han detenido su observación en las diferen- bras no solo permitirían que el niño relacione nuevas
cias que aparecen durante la adultez mayor, período tareas con estructuras relacionales conocidas, sino
en el que dichas capacidades comienzan a declinar. que además posibilitarían la conexión con ideas pre-
En relación con los estudios de razonamiento viamente adquiridas, y facilitarían el paso de repre-
realizado con niños, uno de los fenómenos que ma- sentaciones más concretas a otras de carácter más
yor atención ha recibido es el relacionado con la atri- abstracto.
bución de falsas creencias en terceros. Razonar sobre Además de las palabras, otros contextos demos-
lo que otras personas creen resulta esencial para la traron ser facilitadores de tareas relacionales en pe-
interpretación de la acción humana. Pese a ello, una queños. Tal es el caso de ciertas situaciones o eventos
extensa cantidad de literatura científica ha detectado familiares, como el ir al cine o salir de compras a un
cierta dificultad por parte de los pequeños a la hora supermercado (Son, Smith, Goldstone y Leslie, 2012).
de evaluar creencias ajenas, sobre todo cuando estas Los desarrollos en esta línea sugieren que el razona-
difieren del propio punto de vista o refieren a conte- miento relacional derivaría de ciertas representacio-
nidos falsos (Birch y Bloom, 2003). nes, como esquemas de eventos (Schank y Abelson,
Una de las líneas más fuertes de investigación 1995). Por ejemplo, el ir de compras a un supermer-
plantea que dicha limitación podría ser explicada cado tendría una estructura común que se captura-
por un fenómeno al que denominan maldición del ría en el esquema salir de compras, a través de una
conocimiento (Birch y Bloom, 2007). Dicho fenóme- variedad de experiencias específicas de ir al super-
no consistiría en la tendencia a dejarse influenciar por mercado (Son et al., 2012). Dichos esquemas podrían
el propio conocimiento, al momento de juzgar los co- definirse como entidades cognitivas, de carácter abs-
nocimientos de una tercera persona más ingenua o tracto, capaces de ordenar y estructurar emociones,
ignorante que uno mismo. Según estos autores, se tra- percepciones y experiencias. Asimismo, estos esque-
ta de una propensión encontrada también en adul- mas se organizarían en espacios ocupados con dife-
tos, pero que en los pequeños se expresaría de forma rentes unidades de conocimiento, las cuales resultan
exagerada. Asimismo, explican que esta tendería a necesarias para dar respuesta a situaciones estructu-
manifestarse sobre todo en forma asimétrica, estan- ralmente similares (Schank y Abelson, 1995).
do limitada a los casos en los que el niño posee ma- Siguiendo la hipótesis propuesta, cabría espe-
yores conocimientos que la persona a la que evalúa. rar que la evocación de una estructura-evento fami-
Por el contrario, cuando el menor es más ignorante liar resultase de mayor utilidad en la promoción de
30 Artículos de revisión temática Pensando Psicología / Volumen 12, Número 19 / abril 2016
interpretaciones relacionales, que una menos cono- cultad a edades avanzadas para filtrar información
cida. Pese a ello, la evidencia parece demostrar que irrelevante en el procesamiento de datos. Dicha di-
si los niños evocan un recuerdo demasiado específi- ficultad llevaría a sobrecargar los recursos de la me-
co en lugar de una historia-esquema más general, po- moria de trabajo y, en consecuencia, a reducir su
drían tener dificultades al momento de aplicar dicho rendimiento (Wild-Wall et al., 2011). Este debilita-
esquema al presente problema relacional. Es decir, miento, asimismo, fomentaría la utilización de for-
para que los niños puedan beneficiarse de la utiliza- mas más implícitas de procesamiento. De este modo,
ción de esquemas en tareas relacionales, estos deben los adultos podrían volverse más expertos en su uso
saber lo suficiente acerca de la estructura de eventos y, en consecuencia, tender a confiar más plenamente
como para hacer uso inferencial al respecto. Sin em- en el mismo (Peter et al., 2007).
bargo, no deben contar con demasiada especificidad Matsuyoshi, Osaka y Osaka (2014) encontra-
en el delineamiento de la misma, dado que ello difi- ron también una disminución en la capacidad de la
cultaría la aplicación relacional a nuevos problemas memoria de trabajo visual, tanto en adultos jóvenes,
(Brown, Kane y Echols, 1986). En convergencia con como en los de mayor edad. Sin embargo, refirieron
este punto, investigaciones provenientes del área de que los del primer grupo eran capaces de superar más
la atención explican que cuando el foco de la misma rápido esta dificultad si eran provistos de un tiempo
ha sido dirigido hacia alguna característica concreta, adicional para terminar la tarea. Por último, Wild-
resulta extremadamente difícil para los niños superar Wall et al. (2011) hallaron un decaimiento en el ren-
esta inercia atencional si les es solicitado el cambio a dimiento cognitivo tanto en la mediana, como en la
otra diferente (Kirkham, Cruess y Diamond, 2003). tercera edad. Sin embargo, comprobaron que los par-
Finalmente, si bien este fenómeno no sería en absolu- ticipantes más jóvenes eran capaces de ajustarse con
to exclusivo de un estadio temprano (confundir de- mayor flexibilidad a la resolución de tareas en aque-
talles concretos y relaciones abstractas hace difícil el llos momentos en que la memoria de trabajo se en-
razonamiento relacional incluso para algunos adul- contraba sobrecargada.
tos), su fuerza y frecuencia serían mayores en los ni- Pese a la evidencia poco optimista presentada
ños más pequeños (Son et al., 2012). hasta aquí, existen, no obstante, ciertos estudios con
Dirigiendo ahora la mirada hacia el segundo eje mayor esperanza al respecto. William, Dunlop y
de interés, esto es, el de adultos mayores, se reconoce Abdi (2012), por ejemplo, se interesan por los cam-
una tonalidad diferente en torno a sus hallazgos. En bios vinculados a la comprensión del lenguaje. En sus
este sentido, los estudios han centrado su observación estudios, estos autores manifiestan que algunos adul-
en los cambios y pérdidas que acontecen con la edad, tos mayores serían capaces de analizar información
más que en la documentación de destrezas adquiri- semántica y comprender representaciones lingüísti-
das. Así, la asociación entre una marcada declinación cas complejas tan bien, o incluso mejor que adultos
en la memoria de trabajo y procesos de aprendiza- más jóvenes, en aquellos contextos en los que dicha
je, y el incremento de la edad, ha quedado bien esta- comprensión no depende de la memoria operativa.
blecida a lo largo de una extensa evidencia empírica. Asimismo, señalan que la capacidad para generar in-
Wild-Wall, Falkenstein y Gajewski (2011), por ejem- ferencias globales permanecería estable a lo largo de
plo, explican que una degradación del sustrato neu- la edad, al no encontrar diferencias significativas en-
ral relacionada con la edad habría sido encontrada tre los jóvenes de edad universitaria, los adultos de
en el lóbulo frontal, lo cual puede estar relacionado mediana edad y los de edad avanzada. Finalmente,
con un déficit observado en la memoria de trabajo. concluyen que los cambios en habilidades verbales,
También Peters, Hess, Västfjäll y Auman (2007) de- en particular, mostrarían un patrón de aparición más
nuncian diferencias en adultos mayores vinculadas tardío, así como una mayor variabilidad en su edad de
al procesamiento deliberativo y afectivo (en apar- aparición y su tasa global de cambio.
tados anteriores, sistema analítico y heurístico res- En trabajos relacionados, Nyberg et al. (2003)
pectivamente). Sin embargo, señalan que el deterioro declaran de manera optimista que no todas las for-
en el primer sistema sería innegable con la edad, al mas de memoria se ven igualmente afectadas por el
tiempo que los cambios en el segundo serían apenas paso de tiempo. Así, mientras la memoria episódica y
perceptibles. la memoria de trabajo serían consideradas dos de los
Una hipótesis ampliamente aceptada en torno mayores exponentes tendientes al deterioro, la me-
a este fenómeno es el hallazgo de una creciente difi- moria primaria o la memoria procedimental habrían
Diferencias individuales en razonamiento deductivo: una revisión narrativa 31
de sufrir pocos cambios con la edad, al tiempo que la muchas de las investigaciones vinculadas a diferen-
memoria semántica presentaría gradientes positivos. cias de género hayan tenido lugar muy temprano en
Por último, Nyberg, Lövde´n, Riklund, Linden- el desarrollo. Dado que los recién nacidos han tenido
berger y Bäckman (2012) ofrecen evidencia respecto menor tiempo de interacción con el ambiente, se cree
de una marcada heterogeneidad en el envejecimien- que las diferencias encontradas en este punto serían,
to cerebral. Así, mientras algunas personas manifes- presumiblemente, atribuibles a un origen biológico
tarían un visible deterioro cognitivo a muy temprana (Halpern et al., 2007). Sin embargo, este supuesto no
edad, ciertos subgrupos de adultos mayores mostra- sería del todo compatible con la literatura biológica,
rían poco o ningún cambio cerebral, junto con un la cual establece que para muchas especies las dife-
rendimiento cognitivo intacto. Según estos autores, la rencias de género no serían evidentes en la infancia,
evidencia estaría señalando diferencias sustanciales sino por el contrario, harían su aparición más bien
en el rendimiento cognitivo durante la tercera edad. tarde en el desarrollo (Halpern et al., 2007).
Estas se materializarían tanto en la naturaleza, como Según Halpern (2004), dentro del campo de las
en el grado del cambio efectuado, dejando incluso habilidades cognitivas, resulta extremadamente difí-
abierta la posibilidad a ciertos casos en los que dicho cil hablar de influencias biológicas e influencias am-
rendimiento se mantendría inalterable. bientales como dominios separados, dado que estas
Pese a que los interrogantes en torno al proceso continuamente se encuentran interactuando y modi-
de envejecimiento todavía son numerosos, los autores ficándose entre sí. En consonancia con ello, Johnson
explican que estas diferencias serían el resultado de la et al. (2008) señalan que la cuestión de diferencias
interacción tanto de los genes entre sí, como de los ge- de género en procesamiento cognitivo conforma un
nes con el contexto. Es decir, además de los determi- conjunto de preguntas enmarañadas, dado que su
nantes genéticos señalados, los factores ambientales y análisis dependería de la evaluación de múltiples fac-
ciertas opciones de estilo de vida desempeñarían un tores, tales como el tipo de habilidades que están bajo
papel fundamental en el mantenimiento cerebral y el estudio, la manera en que se evalúan dichas habilida-
consecuente rendimiento cognitivo durante la vejez des y el momento evolutivo examinado, entre otros.
(Nyberg et al., 2012). Considerando, por ejemplo, el aspecto del conte-
nido, tres han sido las habilidades cognitivas fun-
Género damentalmente estudiadas: habilidades verbales, vi-
suoespaciales y cuantitativas (Halpern et al., 2007).
No sin especial intención ha sido dejado para último Derivado del postulado de inteligencias múltiples
lugar la discusión en torno de las diferencias vincu- (Gardner, 2001), pareciera haber un acuerdo ge-
ladas al género y la cultura de las personas. Tal como neral según el cual los hombres tenderían a obte-
sucede en aquellas áreas en las que entran en juego di- ner mejores resultados en ciertos tipos de pruebas,
ferencias entre grupos demográficos, se trata aquí de mientras las mujeres los superarían en otras diferen-
hallazgos tan interesantes como controvertidos. La- tes (Johnson et al., 2008). Numerosas investigacio-
mentablemente, al entrar en este terreno, gran parte nes respaldan estos hallazgos. Uno de los primeros
de la literatura científica se carga emocionalmente, meta-análisis realizados dentro del área (Maccoby y
resultando a menudo en conclusiones poco claras o Jacklin, 1974) ha encontrado que a partir de la ado-
ambivalentes (Johnson, Carothers y Deary, 2008). lescencia las mujeres tenderían a desenvolverse me-
Tomando en primer lugar los desarrollos ligados jor en pruebas de tipo verbal, mientras los varones
al género, muchas de sus investigaciones han estado obtendrían mejores resultados en pruebas de tipo
direccionadas por el interrogante de si las diferencias cuantitativas o visuoespaciales. En un estudio más
en habilidades cognitivas entre hombres y mujeres reciente, Dekker et al. (2013) encontraron que las ni-
verdaderamente existen y, en tal caso, en qué mo- ñas tendían a superar a los muchachos en velocidad
mento del desarrollo se vuelven evidentes (Halpern de procesamiento en tareas que involucraban núme-
et al., 2007). Otras líneas han dirigido su atención ros y alfabetos, mientras los niños eran más rápidos
con respecto al grado en el que estas diferencias se- en tareas relacionadas con medidas simples. Otros es-
rían explicadas por factores innatos, o por el contra- tudios, en cambio, resaltan la ventaja de los varones
rio, atribuibles a características del contexto (Dekker, al momento de evaluar el razonamiento matemático.
Krabbendam, Aukje, deGroot y Jolles, 2013). Estos Mills, Ablard y Stumpf (1993) presentaron evidencia
últimos interrogantes explicarían el hecho de que respecto de diferencias de género en razonamiento
32 Artículos de revisión temática Pensando Psicología / Volumen 12, Número 19 / abril 2016
matemático ya desde el segundo grado de nivel pri- influyente en la velocidad de procesamiento, al me-
mario (entre alumnos superdotados intelectualmen- nos en torno a ese período del desarrollo (Dekker et
te), al tiempo que Robinson, Abbott, Berninger y al., 2013). En congruencia con estos hallazgos, otros
Busse (1996) informan de su existencia aun antes del estudios habrían manifestado diferencias tanto a ni-
jardín de infantes. vel estructural como funcional, en áreas del cerebro
Pese a todas las diferencias encontradas, para involucradas a funciones cognitivas (Clements et al.,
Halpern et al. (2007) una pregunta importante que 2006). Así, un mayor volumen de materia blanca en
debe realizarse es el grado en el que las distintas ra- los varones estaría asociado a un mejor rendimiento
zas, grupos étnicos y pueblos de todo el mundo mues- espacial, mientras una mayor simetría bilateral en las
tran el mismo patrón de resultados. De este modo, mujeres estaría asociada con un mejor procesamien-
aunque las diferencias de género en habilidades cog- to del lenguaje.
nitivas sea una cuestión muy compleja, para estos au- Finalmente, Halpern et al. (2007) resumen la
tores el hecho de que existan algunas pruebas en las complejidad del fenómeno de género explicando que,
que las mujeres en todos los grupos raciales y étni- en definitiva, habría ciertas diferencias entre los ce-
cos tiendan a sobresalir, y algunas tareas en las que rebros masculinos y femeninos que serían incenti-
los hombres en todos los grupos tiendan a predo- vadas desde un inicio por las hormonas prenatales,
minar, hace que resulte verdaderamente difícil para algunas otras que serían estimuladas por la acción de
cualquier teoría única, tales como la motivación, el las hormonas que aparecen más tarde en el desarro-
aprendizaje, o la biología, explicar dicha diferencia. llo, y algunas más que serían atribuibles a las diferen-
Considerando, por otro lado, el momento evo- tes experiencias de vida, incluyendo la del ambiente
lutivo en el cual estas evaluaciones son llevadas ade- prenatal.
lante, nuevos matices entran en escena. Según Spelke Tal como fue enunciado desde un principio, la
(2005), numerosos estudios coinciden en afirmar que cuestión de diferencias de género en habilidades cog-
los desarrollos cognitivos relacionados con el razo- nitivas continúa atrapada en el debate entre el deter-
namiento cuantitativo y el conocimiento de objetos minismo biológico y el condicionamiento ambiental.
se desarrollarían igualmente bien en niños y niñas Lamentablemente, no existe un factor único capaz
durante la primera infancia. Asimismo, agrega que de explicar por sí mismo todas las diferencias encon-
por lo general se requerirían muestras muy gran- tradas. Pese a ello, la evidencia general parece dejar
des para detectar diferencias durante los primeros en claro que ciertas diferencias de género existen, y
años de vida. Por otro lado, en un estudio a gran es- serían, de hecho, factibles de corroborar. Una revi-
cala realizado por Camarata y Woodcock (2006), se sión de la evidencia recolectada, pertinente para esta
ha demostrado que la magnitud de las diferencias de discusión, se presenta en Colom, Espinosa, Abad y
género en la velocidad de procesamiento estaría alta- García (2000), y Dekker et al. (2013).
mente influenciada por el rango de edad observado.
Según los resultados obtenidos por estos autores, la Cultura
ventaja de las niñas sería relativamente menor en ni-
ños pequeños (nueve años y más jóvenes), mayor en Por último, se aborda la cuestión de la cultura, eje
adolescentes jóvenes (10-13 años de edad), y aún más tanto o más controvertido que el anterior. Diversas
grande en adolescentes mayores (14-18 años de edad). posturas coexisten en relación con la temática: desde
Sin embargo, la misma desaparecería casi por com- aquellos que proponen que las diferencias en inteli-
pleto en estudiantes universitarios y adultos jóvenes gencia entre razas y etnias se deben exclusivamente a
(17-34 años de edad). Respaldando la evidencia ante- factores genéticos (Rushton y Jensen, 2005); pasando
rior, estudios de neuroimagen demostraron que los por los que plantean que dichas diferencias son en
cambios en el desarrollo durante la adolescencia se- realidad un mero producto de la interacción social
rían diferentes para varones y mujeres, al existir un (Sowell, 2005); llegando incluso hasta los que pro-
relativo retraso en el desarrollo del cerebro del varón ponen que estas no existen, tratándose únicamente
respecto del de la mujer (Dekker et al., 2013). Al pa- de una transferencia inapropiada de ciertas pruebas
recer, el volumen total del cerebro alcanzaría su pico y test a diferentes culturas (Sternberg, Grigorenko, y
máximo más tarde en los varones (14,5 años), que en Kidd, 2005).
las mujeres (10,5 años). Esto estaría sugiriendo que, Bender y Beller (2011) manifiestan que el estudio
junto con la edad, el género sería un posible factor intercultural es algo no solo posible, sino deseable, si
Diferencias individuales en razonamiento deductivo: una revisión narrativa 33
lo que se quiere es explorar la diversidad cognitiva. realización de investigaciones sobre los términos de
Sin embargo, consideran que se trata de una proble- la cultura respectiva, y la toma obligada de múltiples
mática sumamente compleja. Algunas de las dificul- perspectivas.
tades que aparecen en escena surgen de lo que Medin, Mencionadas las anteriores limitaciones, es po-
Bennis y Chandler (2010) dieron en llamar las des- sible continuar con ciertos hallazgos dentro del área.
ventajas propias del campo. Una de estas desventajas En términos generales, estos refieren a característi-
consistiría en la tendencia a dejar a una de las cul- cas más bien vagas que a resultados determinantes.
turas comparadas sin marcar, convirtiéndola así en Knight y Nisbett (2007), por ejemplo, han encontrado
el estándar respecto del cual las otras se desviarían. que los asiáticos estarían inclinados a razonar y per-
Como consecuencia de esto, las peculiaridades de la cibir de una manera más holística, a hacer hincapié
cultura sin marcar terminarían siendo puntos cie- en relaciones y similitudes entre objetos y eventos, y
gos culturales. Otra de las desventajas consistiría en a deslizarse en un amplio campo perceptual. Los oc-
la tendencia a considerar otras culturas (y en ocasio- cidentales, en cambio, tenderían a razonar de forma
nes conjuntos enteros de culturas) como más homo- más analítica, a focalizar en un objeto central y a ra-
géneas que la propia, y en consecuencia como más zonar utilizando reglas y categorías. Los autores ex-
homogéneas de lo que realmente son. Esto resulta plican que estas tendencias estarían arraigadas en las
evidente, por ejemplo, cuando todos los nativos ame- diferentes prácticas sociales de cada región. En este
ricanos son equiparados a los indios, o cuando a chi- sentido, se sabe que los asiáticos del este son más de-
nos, japoneses y surcoreanos se les conoce como los pendientes entre sí, y tienden a centrar su atención en
asiáticos. Finalmente, una tercera desventaja estaría el mundo social y el campo como un todo. Por su par-
dada por la existencia de una confianza excesiva en te, los occidentales suelen ser menos dependientes, y
la equivalencia de las tareas a través de las culturas. tendientes a focalizar su atención en un objeto único
Esto estaría suponiendo al menos dos preocupacio- (Knight y Nisbett, 2007).
nes: por un lado, la preocupación por cómo se entien- Hasta el momento, el estudio de la variabilidad
den estas tareas y cómo habrían de ser interpretados cognitiva derivada de diferencias culturales se ha li-
en diferentes contextos culturales; por el otro, la pre- mitado principalmente a comparaciones entre países.
ocupación respecto de qué revelarían finalmente los Sin embargo, dado que las naciones son productos re-
datos obtenidos (Bender y Beller, 2011). En relación cientes de complejos procesos históricos, no es posi-
con esto, Hunt y Carlson (2007) agregan que las pun- ble decir que pertenezcan a entidades completamente
tuaciones de las pruebas muchas veces son tratadas homogéneas (Knight y Nisbett, 2007). Así, no sería
como indicadores infalibles de la capacidad cogniti- raro encontrar diferencias entre algunas subculturas
va, al ser interpretadas como una característica inva- de una misma nación. Estos autores, asimismo, apun-
riable del sujeto. Lo que muchos investigadores suelen tan que las comparaciones intra-nacionales tampoco
olvidar, sin embargo, es que el subconjunto de habi- deberían limitar su estudio a diferentes regiones, dado
lidades evaluadas viene finalmente determinado por que las diferentes clases sociales también pueden di-
una decisión social, por lo que esta considera que es ferir en sus prácticas. Comparaciones entre diferentes
importante, y por el propósito de la prueba en sí. Una niveles sociales en Estados Unidos, por ejemplo, de-
revisión más extensa sobre este problema puede ha- mostraron que diferentes interacciones entre padres
llarse en Burgoon et al. (2013). e hijos influirían en la forma en que los niños adquie-
Las desventajas propias del campo serían en- ren el conocimiento (Andersen, 1986). Por su parte,
tonces el resultado de presunciones que los investi- Allan (1979) declara que a lo largo del mundo ha en-
gadores tendrían sobre su campo y sobre las reglas contrado que individuos que pertenecían a clases so-
del juego. El problema residiría en que tales presun- ciales menos favorecidas tenían un mayor contacto
ciones actuarían aumentando la distancia psicológica con su familia, se percibían con una menor autoefi-
entre los investigadores y los sujetos de la investiga- cacia y reportaban un menor locus de control interno.
ción, y por tanto, dificultando la toma de perspecti- Esto quizás relacionado al hecho de que efectivamen-
va (Bender y Beller, 2011). Pese a lo enunciado, Medin te solían tener menos oportunidades de elección y au-
et al. (2010) afirman que dichas desventajas podrían todirección en sus vidas. La socialización de niños de
ser controladas. Para ello, sin embargo, se requeriría clases más favorecidas, en cambio, estaba relaciona-
un esfuerzo constante en el marcado del grupo sin da con una enseñanza más independiente, mayor po-
marcar, la colaboración con el grupo investigado, la sibilidad de autodescubrimiento y mayor tendencia a
34 Artículos de revisión temática Pensando Psicología / Volumen 12, Número 19 / abril 2016
enfatizar en la obediencia (Knight y Nisbett, 2007). Si gemelo podría causar divergencias en la trayectoria
esto es así, cabría esperar que los individuos pertene- de su cognición. Sin embargo, estas observaciones se-
cientes a clases menos favorecidas sean relativamente guirían dejando abierta la pregunta respecto de qué
más interdependientes (dado que sus prácticas so- aspectos del medio ambiente serían los responsables
ciales estarían asociadas a un mayor sentido de per- de dichas influencias (King y Suzman, 2008).
tenencia con los demás miembros de su entorno), y Por último, desde una posición ciertamente
tengan una orientación más holística en sus hábitos moderada, Hunt y Carlson (2007) alertan sobre la
cognitivos (Knight y Nisbett, 2007). conveniencia de ajustar dentro del campo las expec-
Como ha sido expuesto, diversas líneas de in- tativas a los resultados encontrados. Para estos auto-
vestigación intentan dar cuenta del fenómeno cul- res, si hubiera alguna característica única dentro del
tural. Desde un punto de vista constructivista, por área capaz de explicar las discrepancias entre los di-
ejemplo, se postula que las culturas son tradicio- versos grupos, esta sin duda habría sido encontrada.
nes de pensamiento y práctica, y que formar parte Señalan, sin embargo, que es probable que la discre-
de una implica impregnarse de una gran cantidad de pancia entre diferentes culturas se deba a múltiples,
representaciones culturales (esquemas, categorías, pequeños y sutiles efectos sociales, muchos de los
procedimientos, metas) conscientes e inconscientes cuales están relacionados con las prácticas de los gru-
(Weber y Morris, 2010). Desde este modelo, las re- pos en cuestión (actitudes hacia la educación, efectos
presentaciones guiarían las sentencias y resoluciones indirectos de las prácticas de salud, grados relativos
de problemas, al tiempo que restringirían la atención, de solidaridad familiar, etc.). Si bien la suma de estos
la búsqueda de evidencia y el proceso de inferencia. pequeños efectos podría ser causal de un gran efecto,
Asimismo, la activación de estas representaciones es- la tarea de identificar y hacer frente a una multitud de
taría relacionado con su aplicabilidad y accesibilidad, pequeñas causas sería sin duda mucho más compleja.
lo que a su vez dependería de cuán reciente ha sido En cualquier caso concluyen que, si en verdad una va-
la experiencia y de la frecuencia de su uso (Weber y riedad de pequeñas causas son las que se encuentran
Morris, 2010). covariando con la capacidad cognitiva, pretender dar
Para estos autores, la noción de que las repre- cuenta de dicha variación desde un único modelo ex-
sentaciones no son algo que permanezca siempre ac- plicativo sería una empresa sumamente ambiciosa
tivo, permitiría a su vez la comprensión de cómo los (Hunt y Carlson, 2007).
individuos policulturales son capaces de desenvol-
verse en más de una cultura sin mezclar sus sesgos o Discusión
prejuicios. Asimismo, la premisa de que las represen-
taciones son dinámicas, posibilitaría a la psicología A lo largo de este artículo, ha sido abordada la cues-
cultural apartarse de algunos supuestos simplificado- tión de diferencias individuales en razonamiento de-
res o estereotípicos. ductivo. Para el tratamiento de la temática, se han
Desde una orientación más biológica, estudios considerado dos de las principales teorías vinculadas
con gemelos monocigóticos (idénticos) y dicigóticos al campo: por un lado, la Teoría de Modelos Mentales
(fraternos) han intentado desentrañar en qué medi- (Johnson-Laird, 1983; Johnson-Laird y Byrne, 1991, ci-
da características fenotípicas complejas (como el ren- tado por Johnson-Laird, 2010). Por el otro, la Teoría de
dimiento de la memoria, la personalidad…) serían el Doble Procesamiento (Stanovich y West, 1997, 2000;
producto directo de los genes, del medio ambiente Evans, 2003). La mmt postula que el razonamiento
compartido o de influencias ambientales no compar- es un fenómeno semántica y sintácticamente impul-
tidas (King y Suzman, 2008). Dentro de este marco, sado, en lugar de un proceso basado en reglas lógi-
algunos genetistas conductuales demostraron que cas, y que los sujetos razonan manipulando modelos
muchos rasgos complejos (como aquellos ligados a mentales. Estos serían representaciones semánticas
la cognición) serían resultado de una heredabilidad de objetos y situaciones del mundo real, elaboradas
sustancial (aproximadamente el 50% de la variación por los sujetos a partir de la información descrita en
sería explicable genéticamente), atribuyendo el por- las premisas, así como también de su propio conoci-
centaje restante a efectos ambientales de diversa ín- miento del mundo (Johnson-Laird, 2006). Las teorías
dole (Finkel, Reynolds, McArdle y Pedersen, 2005). ubicadas dentro del marco del doble procesamiento,
Estos datos estarían apoyando la concepción de que en cambio, coinciden en plantear dos sistemas di-
el relativo enriquecimiento del medio ambiente de un ferentes para explicar el razonamiento humano en
Diferencias individuales en razonamiento deductivo: una revisión narrativa 35
lugar de un único mecanismo universal de inferen- exclusivamente tratadas. Por el contrario, se deja
cia. Así, dentro de estas teorías se asume cierto con- abierta la posibilidad a que futuros trabajos puedan
senso a la hora de hablar de un sistema 1, o sistema contribuir desde diferentes enfoques. La condición
heurístico, caracterizado como intuitivo, rápido y de narrativa del presente artículo puede considerarse
bajo consumo atencional; en co-existencia con un una limitación en cuanto a su capacidad explicativa,
sistema 2, o analítico, descripto como reflexivo, lento dado que para decidir sobre el valor de la evidencia
y de alto consumo atencional (Schroyens et al., 2000). serían necesarios nuevos estudios que combinen los
En este contexto, el propósito de la presente resultados de las diversas investigaciones realizadas,
contribución fue realizar una revisión narrativa de para cada una de las variables propuestas. Sin em-
aquellos trabajos que abordan la temática bajo es- bargo, contribuciones de esta naturaleza podrían rea-
tudio. Para ello, fueron relevados aportes clásicos lizarse por medio de futuros trabajos metanalíticos
(Stanovich y West, 2000) y algunos recientes (Avery (Schmidt, 1996; Grissom y Kim, 2005; 2012).
et al, 2013; Restrepo 2015). Inicialmente se trataron
las variables relacionadas con las habilidades cogniti- Referencias
vas, y la disposición al conocimiento. Posteriormente,
se analizaron aquellas otras vinculadas con el desa- Allan, G. A. (1979). A sociology of friendship and kinship.
rrollo, el género y la cultura de las personas. London: Allen & Unwin.
En coherencia con lo argumentado desde cada
una de estas áreas, se concluye que el estudio de dife- Andersen, E. S. (1986). The acquisition of register variation
rencias individuales en cognición y razonamiento de- by Anglo-American children. En B. Schieffelin y E.
ductivo pertenece a un terreno sumamente complejo, Ochs (Eds.), Language socialization across cultures (pp.
atravesado por una multitud de factores intervinien- 153-161). Cambridge: Cambridge University Press.
tes. Las experiencias tempranas, las limitaciones bio- Avery, R. E., Smillie, L. D. y de Fockert, J. W. (2013). The
lógicas, la política educativa y el contexto cultural role of working memory in achievement goal pur-
serían solo algunos de los factores en juego (Halpern suit. Acta Psychologica, 144, 361-372. doi: 10.1016/j.
et al., 2007). actpsy.2013.07.012
Embarcar una empresa de síntesis exhaustiva Barlow, D. H. y Nock, M. K. (2009). Why can’t we be more
sobre esta problemática escapa sin dudas el alcance idiographic in our research? Perspectives on Psy-
de este trabajo. Se considera, sin embargo, que esfuer- chological Science, 4(1), 19-20. doi: 10.1111/j.1745-
zos tendientes en esta línea podrían contribuir a una 6924.2009.01088.x
mejor comprensión del campo. Se sugiere para próxi-
Baron, J. (1985). Rationality and intelligence. Cambridge:
mas investigaciones comenzar por identificar puntos
Cambridge University Press.
comunes entre las diferentes teorías, a fin de delinear
una base común de partida. Se propone asimismo la Baron, J. (1991). Beliefs about thinking. En J. F. Voss, D. N.
consideración de otras variables relevantes en razo- Perkins y J. W. Segal (Eds.), Informal reasoning and
namiento, como es el caso de la experticia y rasgos education (pp.169-186). Hillslade, nj: Lawrence Erl-
de la personalidad, excluidas en esta oportunidad baum Associates.
por razones de espacio. En relación con este punto, Baron, J. (2008). Thinking and deciding. New York: Cam-
si bien la evidencia general sugiere cierta vincula- bridge University Press.
ción entre factores cognitivos y rasgos de la persona- Barrett, L. F., Tugade, M. M. y Engle, R. W. (2004). Indi-
lidad (Restrepo, 2015), se considera que el desarrollo vidual differences in working memory capacity and
de una línea que profundice con relación a estos y dual-process theories of the mind. Psychological Bulle-
las diferencias en razonamiento, sería del todo inte- tin, 130(4), 553-573. doi: 10.1037/0033-2909.130.4.553
resante. Finalmente, tal como fue expuesto, el traba-
jo ha centrado su atención en dos de las principales Bender, A. y Beller, S. (2011). The cultural constitution
teorías dentro del campo. A pesar de existir otras teo- of cognition: taking the anthropological perspec-
rías ligadas a razonamiento, como es el caso de la psi- tive. Frontiers in Psychology, 2, 1-6. doi: 10.3389/
cología de la prueba planteada por Rips (1989; 1994), fpsyg.2011.00067.
no fueron incluidas en esta oportunidad por no en- Birch, S. A. J. y Bloom, P. (2003). Children are cursed: An
contrarse dentro de las mismas un tratamiento espe- asymmetric bias in mental-state attribution. Psycho-
cífico en torno a la temática. Con este último punto, logical Science, 14(3), 283–286. doi: 10.1111/1467-
empero, no se pretende cerrar el análisis a las teorías 9280.03436.
36 Artículos de revisión temática Pensando Psicología / Volumen 12, Número 19 / abril 2016
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