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En un giro que nos deja un poco perplejos, Jesús no inicia de una vez su predicación, sino que se
dirige al desierto en donde permanece cuarenta días en ayuno y al fin tuvo hambre y fue
tentado200 por Satanás.
Jesús fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. La expresión “sin pecado”
significa “aparte del pecado”. En todas las tentaciones que Cristo soportó, no había nada dentro
de Él que respondiera al pecado. No había ninguna debilidad pecaminosa. Fue tentado en todo
según nuestra semejanza, porque tenía deseos y apetitos humanos, pero hay mucha diferencia
La tentación de Jesús.
entre los deseos humanos y los deseos malos, que son cultivados y adquiridos por el hombre
mismo; es decir, no nace con ellos, sino que en vez de satisfacer los deseos normales y naturales
conforme a las reglas de Dios, salen de estos límites para corromperlos y satisfacerlos conforme
a las incitaciones del diablo. Cristo Jesús tuvo todos los deseos y apetitos normales y naturales,
pero no adquirió ningún deseo o apetito carnal. Siempre estaba resuelto a hacer la voluntad de
Dios207.
Los deseos malos son creados y cultivados por el hombre desde la juventud por medio de imitar
el ejemplo de otros, por la asociación con gente mundana, por varios medios de comunicación
carnales. Entonces, una vez corrompido el corazón, el hombre es susceptible a la tentación del
diablo descrita en Santiago 1.14. Recuérdese siempre lo que se dice de Cristo en Hebreos 1.9:
“Has amado la justicia, y aborrecido la maldad”208.
Existe un error en el calvinismo que enfatiza que en Romanos 8.3, cuando habla de la
“semejanza” de la carne de Jesús le hacía diferente de los demás sers humanos y no toman en
cuanta Hebreos 2.17 que dice que debía ser en todo semejante, así que si todos los hombres
nacen pecadores, entonces Jesús nació pecador. La Biblia enseña que el hombre nace sin
pecado, pero en Romanos 8.3 Pablo habla de “carne de pecado” porque todos los hombres han
pecado, usando su cuerpo como instrumento de pecado209. Cristo vino en semejanza de “carne
de pecado”, pero nunca usó su cuerpo como instrumento de pecado. Algunos suponen que fue
necesario que Jesús tuviera deseos carnales para ser nuestro ejemplo, pero Dios es nuestro
ejemplo210 y sin embargo no tiene que tener nuestras debilidades. Cristo fue tentado para
dejarnos el perfecto ejemplo de cómo vivir y de cómo resistir al diablo. No vino para saber cómo
sería vivir como un hombre, pues ya sabía todo lo que hay en el hombre211.