Está en la página 1de 2

El bautismo de Jesus

Mateo 3.13-17 Marcos 1.9-11 Lucas 3.21-22


13 
Entonces Jesús vino de Aconteció en aquellos días,
21 
que Jesús vino de Nazaret de Aconteció que cuando todo el
Galilea a Juan al Jordán, para
Galilea, y fue bautizado por Juan pueblo se bautizaba, también Jesús
ser bautizado por él. 14 Mas
en el Jordán. 10 Y luego, cuando fue bautizado; y orando, el cielo se
Juan se le oponía, diciendo: 22 
subía del agua, vio abrirse los abrió,  y descendió el Espíritu
Yo necesito ser bautizado por cielos, y al Espíritu como paloma Santo sobre él en forma corporal,
ti, ¿y tú vienes a mí? 15 Pero que descendía sobre él. 11 Y vino como paloma, y vino una voz del
Jesús le respondió: Deja una voz de los cielos que decía: cielo que decía: Tú eres mi Hijo
ahora, porque así conviene Tú eres mi Hijo amado; en ti amado; en ti tengo complacencia.
que cumplamos toda justicia. tengo complacencia.
Entonces le dejó. 16 Y Jesús,
después que fue bautizado,
subió luego del agua; y he
aquí los cielos le fueron
abiertos, y vio al Espíritu de
Dios que descendía como
paloma, y venía sobre él. 17 Y
hubo una voz de los cielos,
que decía: Este es mi Hijo
amado, en quien tengo
complacencia

¿Por qué se bautizó Jesús? Si este era para arrepentimiento, él no lo necesitaba ya que no cometió pecado. Pero hay tres
puntos importantes que deben ser considerados:

a. Era la inauguración de su ministerio, su ordenación, dejaba la vida hogareña y se convertía


en el Cordero de Dios.

b. Como un acto público de identificación con su pueblo190.

c. Para aprobar públicamente que la obra de Juan el Bautista procedía de Dios.

Jesús enseñó que el bautismo de Juan era del cielo191 y que era según ―los propósitos‖192 de Dios. Mateo 3.14 dice
que Juan se oponía a bautizar a Jesús. Nunca hubiera esperado tal cosa, porque él sabia, por lo menos, del maravilloso
nacimiento de Jesús y es muy probable que sabía mucho acerca de su vida. Lucas describe la amistad entre la madre de
Juan y la madre de Jesús. Elisabet, siendo pariente de María, sin duda contaba a Juan lo que ella sabía acerca de Jesús.
Aunque Juan no tenía hasta ese momento confirmación divina que Jesús era el Cristo193, así que él ―se le oponía‖
cuando llegó para ser bautizado de él, porque creía que tal acto sería muy humillante para Jesús.
Juan quería bautizar a los fariseos, saduceos e intérpretes de la ley que se arrepintieran y no siempre podía194 y no
quería bautizar a Jesús, pero este insistió en que lo hiciera. La humildad de Juan se ve claramente en esta ocasión, pero
léase con cuidado lo que Jesús dice de él en Mateo 11.7-15. Son palabras impresionantes de alabanza de este gran
profeta de Dios. El bautismo tuvo que ver con la ―justicia‖ de Dios. Todo el pueblo, aun los publicanos,
aceptaron el plan y las demandas de Dios. Admitieron que era justo y correcto que ellos se arrepintieran y se bautizaran
para remisión de pecados. Dios es justo en lo que requiere y cuando ellos aceptaron este plan de Dios se hicieron justos.
Pero los fariseos y los intérpretes de la Ley rechazaron la justicia de Dios. Rechazaron su propósito de salvarles de sus
pecados. No querían admitir que eran pecadores. Confiaban en ser el pueblo especial de Dios.

Ahora bien, Jesús no tenía pecado, pero era muy importante que apoyara el plan de Dios para la salvación. Desde el
tiempo de su niñez Jesús estaba sujeto195. Aunque era Hijo de Dios, aprendió la obediencia. Guardó perfectamente la
Ley de Moisés, bajo la cual nació y bajo la cual vivió y murió. El bautismo de Juan no era parte de la Ley de Moisés, pero
era un precepto de Dios dado por su profeta. El bautismo de Juan fue uno de los mandamientos positivos de Dios que
para tanta gente no importan. Cristo estaba resuelto a obedecer este mandamiento positivo de Dios. Iba a mostrar la
obediencia absoluta, aunque no tenía pecados. En lugar de buscar excusas para no bautizarse Él hizo caso omiso de la
―salida‖ lógica que tenía, ya que no había pecado, como también de la oposición fuerte de Juan, insistiendo en que
“conviene que cumplamos toda justicia”. ¡Qué ejemplo tan glorioso ha dejado para nosotros!

Nosotros no somos sumergidos simplemente para imitar a Jesús. Él no fue sumergido para obtener la remisión de
pecados, porque no tenía pecados, pero nosotros sí tenemos pecados; así es que nosotros somos sumergidos para la
remisión de pecados como los demás que llegaron al bautismo de Juan196 y como la gente que fue sumergida el día de
Pentecostés197.

También podría gustarte