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Lección 3, Soteriología

EL ARREPENTIMIENTO

Este principio se refiere a un cambio de mentalidad o propósito, un cambio sincero y

cabal de la disposición ante el pecado. Podemos señalar tres elementos específicos.

El elemento intelectual

Involucra un cambio de perspectiva en cuanto al pecado, a Dios y a uno mismo. El

pecado se asume no como una debilidad, un acontecimiento desafortunado o un error,

sino como una culpa personal: “Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está

siempre delante de mí” (Sal. 51:3).

El elemento emocional

El arrepentimiento del pecado provoca una sensación de angustia. Pablo dice en una

carta: “…habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por

nuestra parte. Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para

salvación…; pero la tristeza del mundo produce muerte” (2 Cor. 7:9, 10).

El elemento voluntario

Debe existir el ejercicio de la voluntad de arrepentimiento para ser verdaderamente

efectivo. Esto significa una vuelta interna del pecado y una vuelta de corazón sincero

hacia Cristo para ser perdonados. Ese “cambio de dirección” implica lo siguiente:
Confesión del pecado

“Por tanto confesaré mi maldad, y me contristaré por mi pecado” (Sal 38:18). “He pecado

contra el cielo” (Lc. 15:21).

Separación del pecado

“El que encubre sus pecados no prosperará; más el que los confiesa y se aparta

alcanzará misericordia” (Pr. 28:13). “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus

pensamientos” (Is. 55:7).

Volver a Dios

“…para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios;

para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados…” (Hch. 26:18). No sólo

debemos dejar el pecado sino acercarnos a Dios (1 Tes. 1:9).

Frutos del arrepentimiento


La acción del arrepentimiento trae consigo dos frutos primordiales:

1.- La confesión del pecado

“Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aún alzar los ojos al cielo, sino que se

golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador” (Lc. 18:13).

2.- La restitución por lo mal hecho

“Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: he aquí Señor, la mitad de mis bienes

doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado” (Lc.


18:9). Esta enseñanza no constituye el arrepentimiento, más bien es el fruto

del arrepentimiento.

Es muy importante señalar la diferencia entre arrepentimiento y remordimiento. Es

común encontrar personas que se equivocan al pensar que se han arrepentido cuando

sólo es un acto de remordimiento. En tal caso, existe una especie de dolor por fallar, pero

no hay cambio ni fruto de arrepentimiento, sino una sensación de incomodidad que pasa

en breve tiempo.

LA FE EN DIOS

Junto con el arrepentimiento para recibir la salvación está la fe en Cristo, resulta

cuestionable cuál de estos elementos precede al otro en experiencia. Lo que sí sabemos

es que ambos son necesarios para nuestra salvación.

La salvación por medio de la fe

Este principio es ampliamente proclamado en las Escrituras, aquí algunos ejemplos.

✓ “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe” (Ef. 2:8).

✓ “El que creyere y fuere bautizado, será salvo” (Mr. 16:16).

✓ “Cree en el Señor Jesús Cristo, y serás salvo” (Hch. 16:31).

✓ “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de

ser hechos hijos de Dios” (Jn. 1:12).


✓ “Mas el que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe es cortada

por justicia” (Ro. 4:5).

✓ “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor

Jesús Cristo” (Ro. 5:1).

✓ “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen

fe para preservación del alma” (Heb. 10:39).

✓ “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida

eterna; y no volverá a condenación, más ha pasado de muerte a vida” (Jn. 5:24).

LA JUSTIFICACIÓN

La justificación por fe es la verdad fundamental de la provisión salvadora de Dios para

los pecadores culpables y perdidos. Este concepto se relaciona con la regeneración:

aquello que ocurre en el corazón del creyente, la impartición de vida, y en tal sentido es

la solución al problema de la muerte espiritual. A su vez, la justificación significa ser

declarado justo ante los ojos de Dios, es un término legal que presenta al pecador ante

el tribunal de Dios para recibir condenación por los pecados que ha cometido, y en lugar

de ser condenado es judicialmente pronunciado “no culpable”, pues Dios lo declara justo.

La justificación se ha definido como “el acto de Dios por el cual declara justo a aquel que

cree en Cristo”. No quiere decir que el pecador sea justo, sino que es declarado justo por

su fe en el sacrificio de Cristo Jesús. Dice Pablo: “Creyó Abraham a Dios, y le fue contado

por justicia” (Ro. 4:3).


La justificación, es más que el perdón o dispensación de pecados, es más que

el remuevo de la culpa y la condenación. La justificación, es el reconocimiento o depósito

a favor de la cuenta de uno, la perfecta justicia de Cristo: “Mas por Él estáis vosotros en

Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación…” (1 Cor. 1:30).

“Al que no conoció pecado por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos

hechos justicia de Dios en Él” (2 Cor. 5:21). La justificación libera al pecador de la ira, y

lo acepta como justo ante los ojos de Dios. Al justificar al pecador, Dios lo pone en la

posición de un hombre justo, como si nunca hubiera pecado y por ello es salvo.

El método de la justificación

Dios debe ser “el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” (Ro. 3:26). Esto no

significa que Dios pase por alto el pecado, quiere decir que hay un plan divino. ¿El

hombre es justificado por su propia rectitud y sus buenas obras? No (Ro. 4:2-5, 11:5-6).

¿El hombre es justificado porque guarda la ley? No (Ro. 3:19, 20, 23; Gál. 2:16, 3:10). El

hombre es justificado por su fe en Cristo Jesús.

El don de la gracia

¿Qué es la gracia? Deriva del griego charis, del que procede “carismático”; gracia

significaba originalmente “belleza” o “conducta hermosa”; después se utilizó para

referirse a cualquier favor que uno otorga a otro, en especial cuando el receptor no

merecía dicho favor. En este sentido, la justificación no se obtiene por obras ni puede

ser merecida, sólo se recibe por la gracia de Dios: “…siendo justificados gratuitamente

por su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Ro. 3:24); “…para que
justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza

de la vida eterna” (Tit. 3:7).

El sacrificio sustituto de Cristo

El perdón de Dios se sustenta en la justicia, la pena por nuestros pecados fue pagada

por Cristo Jesús: “Quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero,

para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia” (1 P. 2:24). “Al

que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos justicia

de Dios en Él” (2 Cor. 5:21). Dios puede perdonar el pecado porque la ley ha sido

guardada cabalmente y la sentencia de la infracción ha sido cancelada: Cristo pagó por

nosotros y guardó con perfecta obediencia la ley, “…así como por la desobediencia de

un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de

uno, los muchos serán constituidos justos” (Ro. 5:19). Por esto Cristo toma nuestro

pecado, este intercambio es el que ofrece Dios a los que creen en Cristo Jesús.

ACTIVIDADES

1. De acuerdo con el diccionario VINE que significa “arrepentimiento”.

2. ¿Cuáles son las partes del arrepentimiento bíblico?

3. ¿Por qué es importante distinguir entre el arrepentimiento y remordimiento?

4. La justificación es “el acto de Dios por el cual declara ________ a aquel que cree

en Cristo”.

5. La justificación libera al pecador de la ______, y lo acepta como ______ ante los

ojos de Dios.

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