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Controversias y Concurrencias

Latinoamericanas
E-ISSN: 2219-1631
revistacyc.alas@gmail.com
Asociación Latinoamericana de
Sociología
Uruguay

Vejar, Dasten Julián


Colonialidad, precariedad(es) y extractivismo Forestal en la Araucanía
Controversias y Concurrencias Latinoamericanas, vol. 9, núm. 15, julio-diciembre, 2017,
pp. 71-86
Asociación Latinoamericana de Sociología

Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=588666485006

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Colonialidad, precariedad(es) y extractivismo Forestal
en la Araucanía

Dasten Julián Vejar


Universidad Católica de Temuco,
Temuco, Chile

Resumen Abstract
Coloniality, precariousness and forest
E l extractivismo y el colonialismo resultan ser
estructuras determinantes de las economías
y de las sociedades en América Latina. Las
extractivism in Araucanía.
consecuencias de estas formas de depredación
son asociadas en la literatura, mayormente, a
los impactos ecológicos y culturales, así como
E xtractivism and the colonialism turn out to be
determining structures of the economies and
the societies in Latin America. The consequences
a las resistencias colectivas y territoriales a of these forms of predation are linked in the
la imposición de proyectos específicos. En relevant literature, mainly, to the ecological and
este artículo pretendemos dar una mirada cultural impacts, as well as to the collective and
a las implicancias que el extractivismo y el territorial resistance to the imposition of specific
colonialismo cobran para la realidad laboral y projects. In this article I intend to take a look at the
la conformación de formas de trabajo precario. implications that extractivism and colonialism
Analizamos el caso específico de la región de la have for actual labor reality and the conformation
Araucanía considerando el caso del sector forestal of forms of precarious work. I analyze the
y la expansión de las plantaciones de monocultivo particular case of the Araucanía region considering
como política neocolonial de reproducción de the reorganisation of the forestry sector and the
precariedades. expansion of monoculture plantations as a neo-
colonial policy of reproduction of precariousness.
Palabras claves: extractivismo, trabajo, pre-
cariedad, araucanía Keywords: extractivism, labor, precariousness,
araucanía

D o s s ier Tra n s for mac iones del Mu ndo del Trabajo . . .


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1. Introducción racialización de la localización y reproducción de
los proyectos extractivos.
La condición periférica-dependiente y semicolo-
En este capítulo analizaremos la relación sim-
nial de la economía chilena se refleja y reafirma
biótica existente entre la precariedad laboral y el
a partir de su dependencia de los ciclos de cre-
modelo extractivo, proponiendo el caso del sector
cimiento de la economía mundial, especialmente
forestal en la Región de la Araucanía (Chile). Para
por la demanda internacional de los commodities.
ello, en una primera parte expondremos la corre-
Esta ‘dependencia exportadora’ implica un cont-
lación entre el extractivismo y la “invención” de la
enido contradictorio para los modelos de desar-
Araucanía como una construcción política-colo-
rollo que han marcado la historia de la configura-
nial. En una segunda parte describiremos algunas
ción de las relaciones sociales en Chile (Salazar y
de las características del “modelo forestal”, a par-
Pinto, 2002).
tir de una caracterización de su proceso produc-
La situación periférica de Chile en el espacio del tivo, dando centralidad a la calidad de las formas
sistema mundo capitalista (Wallerstein, 2004), de empleo que se asocian al sector. Finalmente
en su espacialidad e historia, introduce una cu- presentamos algunas reflexiones respecto al futu-
estión a la conformación de lo que hemos llama- ro de nuestro programa de investigación y a los
do “sociedades precarias”: una forma de relación estudios comparados que consideren el trabajo
socio-histórica que delimita su génesis, reproduc- como una relación a tomar en cuenta en la repro-
ción y ampliación de los contornos de las relaci- ducción del extractivismo.
ones sociales capitalistas, instituyendo procesos
2. Extractivismo y Trabajo(s)
de asalarización, pauperización, vulnerabilidad
y marginalidad como residuos propios de coer- El extractivismo ha cobrado una amplia revisión
ción y coacción social. Aquí fenómenos como la teórica y conceptual, a partir del reconocimien-
sobre-explotación del trabajo, la expulsión soci- to de sus diversas expresiones en el continen-
al y la colonización del no-trabajo, así como de te (Gudynas, 2013; 2015; Svampa, 2011; 2016;
degradación intensiva del medio ambiente, se Acosta, 2016). Para nuestro caso, entenderemos
interceptan como estrategias de poder, “desarrol- como extractivismo “un modo de apropiación de
lo” y “crecimiento” enfocadas en la conquista y la la naturaleza que se caracteriza por una extrac-
acumulación de capital. ción de grandes volúmenes o intensiva, que son
esencialmente destinados a la exportación como
En este marco, economías extractivas como
materias primas, o como productos de escaso
la chilena se han consolidado como parte de la
procesamiento” (Gudynas, 2013). Este modo de
estratégica del “modelo de desarrollo” exportador
apropiación tiene un carácter depredador, ya que
(Salazar y Pinto, 2002), de reprimarización de la
destruye ecosistemas, relaciones hombre/natura-
economía (Svampa, 2012), y como expresión del
leza, redefine los territorios, consume fagocita-
modelo de acumulación periférico dependiente
riamente las culturas locales y aniquila diversas
en América Latina (Acosta, 2016). Este modelo
formas de vida.
que tiene su origen en el periodo de la colonia,
muestra cierta heterogeneidad en el caso de los Por otro lado, y a otra escala, el extractivismo tam-
diversos países de la región, pero exhibiendo cier- bién supone y configura una forma específica de
to marco de homogeneidad respecto a los mode- Estado y de ciudadanía (Salazar, 2015, p. 244), en
los de justificación, depredación, explotación y cuanto el estado garantiza las condiciones objeti-

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Colon i a lid ad , pre c ar ie d ad ( es ) y ex t rac t i v i s mo Fores ta l en l a A rauc a n í a
vas para la reproducción, normalización y fomen- cimiento para los centros globales (Vitale, 1999),
to de la lógica extractiva, cercando los contornos y en una política de colonización y conquista de
de la acción/participación y decisión ciudadana. América Latina. Consiguientemente, la “moder-
Ello involucra el consentimiento y subordinación nización” de las economías latinoamericanas bajo
de criterios de regulación y protección del ecosi- el presupuesto de la industrialización, ya como
stema, así como una vulnerabilidad de las perso- estados-nación, significó un nuevo aliciente
nas, en pos de la mejora de competitividad y de durante el siglo XX para producir nuevos encla-
“costos de oportunidad” al capital extractivo. ves extractivos, así como la conformación y con-
Dentro de estos costos de oportunidad en la in- solidación de una clase trabajadora proletarizada
troducción de la extracción proliferan “formas y en la minería, hidrocarburos, etc.
modelos de producir”, formas atípicas de empleo, Esta estrategia de expropiación y despojo,
dinámicas de valorización de la fuerza de traba- históricamente ha involucrado desplazamientos
jo y condiciones específicas del proceso y el lugar forzados, conflictos socio-territoriales, genoci-
de trabajo que se encuentran marcadas por una dios indígenas, guerras civiles, así como lo que
dualidad: mientras se da forma a una clase obre- el profeso Aníbal Quijano (2000) reconoce como
ra asalariada que asume una posición comparada el “colonialismo interno”. Esta tradición históri-
‘privilegiada’ (en beneficios económicos, negocia- ca de la dependencia es hoy acrecentada por el
ción colectiva, etc.), esta misma se ve expuesta a la constante y acelerado crecimiento de la deman-
precariedad del trabajo, el riesgo a la vida/salud, da de materias primas y sus altos precios a nivel
la flexibilidad laboral y la alta intensidad de los global. La inversión extranjera y las estrategias del
procesos productivos. neoliberalismo le otorgan un nuevo componen-
Las condiciones de trabajo y las relaciones de po- te sobre-dependiente a la reproducción de dicho
der que configuran estas formas de trabajo no han modelo (Acosta, 2016), acelerando sus impactos
sido focos relevantes en el estudio del extractivis- y requiriendo cada vez una mayor elasticidad de
mo, pese a que este modelo posee un profundo las condiciones y costos de producción.
arraigo y una larga tradición en la realidad lati- Esta elasticidad se ve reflejada en las innumerab-
noamericana (Svampa, 2011). A la vez, los enfo- les consecuencias sociales, territoriales y ambi-
ques sobre el extractivismo parecen descuidar, la entales aparejadas al extractivismo. Algunos de
mayoría de las veces, el proceso que forja a una los registros de estas consecuencias pueden ser
importante fracción de la clase trabajadora lati- identificados en abruptos cambios demográficos
noamericana, la cual ha sido estudiada desde el (migraciones, desplazamientos, enfermedades,
foco de los estudios sindicales, de las relaciones natalidad, etc.), en conflictos en las relaciones hu-
industriales y/o de su relación con la politización manas y territoriales, transformaciones culturales
y los partidos políticos, pese a que constituye un y sociopolíticas; crisis de la legitimidad estatal, de
engranaje estratégico en la modelación del ex- su aparato y proliferación de la acción de movi-
tractivismo y de la reproducción del modelo de mientos sociales; y en la cristalización de (nue-
acumulación de capital. vas) formas imaginarias y simbólicas asociadas a
Históricamente, la producción de los modelos de la pugna entre los intereses del capital extractivo
acumulación originaria (en las indias), convirtie- y a sus resistencias colectivas.
ron a la extracción en una estrategia de enrique- En el marco del extractivismo, la estructura so-

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cial se ve remecida por la lógicas de “saqueo” y tualidad el neoliberalismo puede ser entendido
“devastación” (Acosta, 2016), y supone la articu- como una actualización de las estrategias de las
lación de diversos actores para la promoción de clases dominantes por implantar un régimen de
resistencias, formas de adecuación, modelación, expoliación de carácter global (Silver, 2005; Har-
absorción y/o extinción (Merlinsky, 2013: 19 – 60; vey, 2007; Mezzadra & Neilson, 2013). Para ello
Gudynas, 2014). Mientras que, por otra parte, se el neoliberalismo integra selectivamente las diná-
consolidan procesos de asalarización, modelos micas y marcas históricas de precarización, racis-
productivos, economías locales y cadenas de pro- mo, vulnerabilidad y violencia normalizadas en
ducción que se anexan verticalmente a las diná- los regímenes de poder anteriores (Harvey, 2014),
micas extractivas. potenciando la coerción sobre los espacios de (re)
Como ha sido ampliamente debatido, el extracti- producción.
vismo se funda en un “paradigma del desarrollo”, En el caso de Chile, los llamados “sectores estraté-
vinculado al crecimiento económico y a una lógi- gicos” de la economía nacional – como la mi-
ca de acumulación originaria (Acosta, 2016). En nería, la industria del salmón, la agroindustria y
este punto, la instalación de un imaginario (idea la actividad forestal -, han dado un salto significa-
de desarrollo) que transgrede las culturas y formas tivo en su posicionamiento a nivel global gracias
de vida no-extractivas, supone una demarcación a: las políticas de desregulación laboral, comer-
racializada y jerarquizada de la población para cial, tributaria y ambiental, acompañados de una
el poder. A la vez, le acompaña una permanente política de subvenciones al sector privado, recur-
mención de estrategias y tecnologías de “supera- sos en investigación y transferencia tecnológica,
ción de pobreza” (y un concepto de pobreza), así “formación de capital humano”, infraestructura y
como la “inserción laboral” como mecanismo de promoción internacional de sus productos.
integración social y de satisfacción de las necesi- El neoliberalismo, en este paradigmático com-
dades de fuerza de trabajo del capital. portamiento, ha reforzado los soportes de la acu-
Este “paradigma del desarrollo” es complementa- mulación de capital fundada en el extractivismo,
do con una cosificación de la naturaleza y una rei- modelando diversas esferas sociales asociadas al
ficación de la relación de dominación con (y “sob- proceso de producción y reproducción del mo-
re”) la misma, en cuanto articula la justificación delo. En el emblemático caso de la aplicación de
para un proceso de desterritorialización y reterri- las políticas del Consenso de Washington, puede
torialización centrada en los intereses del capital distinguirse cómo el extractivismo se nutre de
y en su lógica de permanente expansión. Como lo una funcionalidad orientada al refuerzo de los la-
han señalado diversos autores (Harvey, 2007; Alt- zos de dependencia y a una particular forma de
vater, 2007; Federici, 2011), el objetivo central de concebir el trabajo, la vida y la naturaleza: una
este movimiento metabólico es una permanente particular forma predatoria (Antonelli, 2016) que
expansión de los “límites (de acumulación) del solidifica un acoplamiento entre los intereses del
capital” y la generación de sociedades, relaciones capital transnacional, los núcleos exportadores y
sociales, subjetividades que se encuentren subor- las políticas de estado.
dinadas a las estrategias de monetarización, pri-
vatización y rentabilidad.
Como soporte a este modelo extractivo, en la ac-

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3. Extractivismo y colonialismo en la Araucanía Así es como la invasión y la colonización dio
Como hemos discutido en otros textos, una de paso a una transformación intensiva del terri-
las esferas que el extractivismo modifica al des- torio. Desde entonces, los patrones de tenencia
territorializar la producción ha sido “el trabajo” y uso de tierra han sufrido grandes transforma-
(Julián, 2014). En la Región de la Araucanía, el ciones: des-posesión de los pueblos originarios;
lugar desde el cual situamos nuestra reflexión, las formación y consolidación del latifundio agrario
relaciones laborales se han encontrado histórica- y pecuario; reforma agraria y reconfiguración
mente marcadas por el carácter colonial, intercul- de la propiedad privada, formación de coopera-
tural y multirracial de la región (Pinto, 2015). tivas; contra-reforma agraria y formación de un
mercado de tierras para usos agropecuario y fo-
La invasión colonial del estado chileno al pueblo
restal; re-concentración de la propiedad agrícola;
mapuche a fines del Siglo XIX, el proceso de colo-
políticas de reparación y devolución de tierras
nización, el despojo, la ocupación del territorio y
ancestrales a comunidades indígenas, etc., todas
la reinvención económica-productiva de la zona,
consolidando el modelo forestal como eje del cre-
han dado forma a la configuración del territorio
cimiento económico regional.
que ha congeniado una compleja red de elemen-
tos políticos, culturales, simbólicos e históricos En la actualidad, la profundización de esta lógi-
en la definición de la cultura del trabajo regional ca por medio del extractivismo y el alto número
(Bengoa, 2003; Pinto, 2015; Nahuelpán, 2016). de proyectos energéticos (hidroeléctricas, termo-
Este conjunto de relaciones han sido centrales en eléctricas, etc.), más bien apuntan a una profun-
la generación de la eficiencia y la potencia sim- dización del “colonialismo interno” (González,
bólica de las culturas laborales (Reygadas, 2002) 2006) y la expoliación de los “recursos naturales”
y en la configuración socio-espacial de los terri- del territorio. La Araucanía está caracterizada
torios. por ser: i) una región con un alto porcentaje de
población mapuche (33%); ii) la presencia de dis-
Al ser el movimiento obrero, como en la mayoría
tintas formaciones sociales y culturales; iii) una
de los países de la periferia colonial, tributario de
economía sin significativa presencia de grandes
los modelos extractivos y de los procesos de in-
empresas industriales; iv) una fuerza ocupada
dustrialización inducidos (Salazar y Pinto, 2002),
concentrada, principalmente, en los sectores ser-
su gestación en el territorio de la Araucanía, re-
vicios, comercio y la actividad agropecuaria, y v)
cién ocupada en 1873, será lento y estará más ori-
una región donde convive un proceso de concen-
entado a la expansión de la frontera del trigo, y a
tración de la tierra y el agua con una serie de pe-
la introducción de relaciones de trabajo agrícolas
queñas propiedades en posesión de comunidades
(Bengoa, 2015; Inostroza, 2015).
y particulares.
Por otra parte, la colonización de colonos euro-
El crecimiento de la industria forestal en pocas
peos a fines del siglo XIX, la migración trasnfron-
décadas se ha sostenido sobre la base de un im-
teriza, la diáspora mapuche (Marimán, 1997) y
portante subsidio estatal a la forestación, la pri-
el carácter agrícola de la región desde comienzos
vatización de los derechos de aguas y la re-con-
del siglo XX han configurado una especial rela-
centración de la propiedad rural. Por su parte, la
ción entre lo urbano y lo rural, que disloca las
estructura productiva del sector se caracteriza por
construcciones identitarias y biográficas en rela-
una alta concentración de la propiedad forestal y
ción al trabajo.
de la industria primaria de aserraderos y plantas

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de celulosa, las que están integradas verticalmen- taciones es de las grandes empresas con un 74%
te. Dos conglomerados empresariales –CMPC y y un 26% de pequeños y medianos propietarios.
ARAUCO- controlan cerca del 70% de la super- Mientras que para el caso del eucaliptus, el total
ficie plantada, generando el 75% del valor de las corresponde a 211.729 hectáreas, de las cuales los
exportaciones (INFOR, 2015). pequeños y medianos propietarios controlan un
A estos antecedentes se suman la concentración 68% del total de sus hectáreas plantadas.
vertical, la cual se extiende incluso a algunas En síntesis, podemos señalar que la expansión del
de las funciones logísticas críticas, como son el sector forestal estará caracterizada por diversos
transporte y la actividad portuaria, limitando el factores:
desarrollo empresa de menor tamaño y nuevos 1) La vulnerabilidad territorial de los lugares
emprendimientos forestales, las que, insertas en plantados. La densidad de las plantacio-
un mercado concentrado, tienen problemas para nes se encuentra en correlación con altas
hacer rentables sus plantaciones y más bien se ven tasas de desempleo y pobreza (Fuenzali-
absorbidas por las grandes empresas del sector. da y Quiróz, 2012), así como un déficit
En este contexto es que el extractivismo forestal histórico de regulaciones de las activida-
se instala como un enclave que geográficamente des productivas por parte de una “cultura
supera las fronteras de la institucionalidad ad- sindical”.
ministrativa estatal de la división regional. Su 2) Institucionalidad estatal de acorde a las
prolongación alcanza la región de Coquimbo (al necesidades de las empresas. Una lógi-
norte) hasta la región de Magallanes (al sur), te- ca de monopolización y de extinción del
niendo su foco de concentración en el número de recurso agua, sumado a la desregulación
hectáreas en la región del Biobío y la Araucanía. ambiental, la permisividad respecto a
En el caso de la Región de la Araucanía, las planta- los impactos ecológicos, culturales y so-
ciones forestales pasaron de las 419 mil hectáreas cio-productivos en las zonas plantadas. A
en 2013 (cerca del 4% del total de la región), a ello le acompaña las obras de infraestruc-
483.482 mil en diciembre de 2014, mientras que tura, conectividad y un subsidio econó-
las reservas de bosque nativo en la Araucanía re- mico (incentivo) de parte del estado por
presentaban en 2013 296.732 hectáreas, (2,1% del plantación forestal.
territorio regional), para reducirse a 272.552,9 3) Un estado operando en función del subsi-
hectáreas en 2014. Los bosques en Chile cubren dio y promoción del sector: la serie de be-
15.637.223 hectáreas (20,7% de la superficie to- neficios al sector forestal provienen desde
tal). El total es de 75,6 millones de hectáreas. De comienzo del siglo XX, pero se han radi-
estas, el bosque nativo representa cerca de 13,4 calizado con la introducción de Decreto
millones de hectáreas, y la Plantación forestal 2,7 No. 701 durante la dictadura militar, la
millones. cual ha subvencionado un 75% de los cos-
Esta distribución de las plantaciones forestales es tos asociados a las plantaciones de pino y
diferenciada de acuerdo a la especie plantada y al eucaliptus desde el año 1974.
tamaño de las empresas. Si bien en la Araucanía 4) Una fuerza de trabajo vulnerable para asu-
el pinus radiata posee un total de 257.055,8 hec- mir el consentimiento: mientras las relaci-
táreas, la hegemonía de la propiedad de las plan- ones y economías de subsistencia se ven

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cercadas y amenazadas materialmente del trabajo por cuenta propia en la región, obser-
por las relaciones de extracción, las posi- vamos que el ingreso medio mensual es de 106
bilidades de generación de ingresos y de mil pesos (US$161), mientras que a nivel regional
reproducción presionan activamente para el trabajo por cuenta propia tiene un ingreso pro-
entrar en dinámicas de dependencia (asa- medio de 197 mil pesos (US$300).
lariadas o no) de la actividad silvícola. Además, es posible visualizar en la región un alto
En relación a estos cuatro factores, la gran may- nivel de analfabetismo (6,7%) y de escasa capa-
oría de los ingresos en la región son de carácter citación de la fuerza de trabajo (promedio de 9,8
insuficiente. Podemos señalar que cerca de 96.000 años de estudio). Estas cifras obviamente no con-
personas ocupadas – entre los asalariados y no dicionan como único factor explicativo los bajos
asalariados –perciben ingresos menores o iguales ingresos, sino que invitan a observar en profun-
a $169.050 pesos (257 US$), lo cual correspon- didad un hecho específico como el significado de
de al sueldo mínimo líquido para el año 2014 ($ la formación, reproducción y normalización de
210 mil pesos –US$ 320 – menos el 19,5% de de- condiciones de pobreza y desigualdad. Con res-
scuentos Legales). El puesto que ocupa la Región pecto a esto último, no debemos olvidar que en
de la Araucanía a nivel nacional, en referencia al la región se pagan mensualmente 198 mil sub-
porcentaje de personas que perciben estos niveles sidios familiares, los cuales actúan en definitiva
de ingresos de su población ocupada, es decir un como foco asistencial ante la insuficiencia de los
22,1%, la encuentra en el último lugar (15), des- ingresos privados y/o la imposibilidad de tener
pués de las regiones de Los Lagos y Los Ríos, en un (buen) empleo (CASEN, 2015).
los lugares 14 y 13 respectivamente. Los datos antes mencionados muestran una pro-
En cambio, si se realiza un listado de las regiones blemática en cuanto a las características de la va-
ordenado según el Promedio del Ingreso Ocupa- lorización del trabajo, los niveles de ingreso y las
cional Principal, La Araucanía se debería colocar dificultades de las condiciones de bienestar social
en el lugar 14, en donde se revela que es la segun- en la Araucanía. Este contexto hace presuponer
da región con el promedio de Ingresos más bajo que las relaciones laborales se encuentran mar-
($314.938 o US$479) a nivel nacional, dejando en cadas por dinámicas de difícil correlación entre
el último lugar a la Región del Maule ($300.385 los intereses de sus actores, generando ciertas
o US$457). La relación de género vuelve a ser tensiones en el espacio de trabajo y en el espacio
inequitativa en los ingresos, ya que en la Región público.
las mujeres tienen un ingreso promedio mensual Por otra parte, a nivel de seguridad y protección,
($287.432 o US$437) menor que el de los homb- de los 260 mil asalariados a nivel regional, 129
res ($332.587 o US$505). mil (49% de los asalariados) se encuentran pro-
De todas formas la insuficiencia de ingresos (por tegidos por una mutual de seguridad, frente a
el trabajo) se presenta como una condición est- una alta accidentabilidad en la región que registra
ructural de la región. Las cifras señalan que un 5289 accidentes de trabajo y 870 de trayecto en el
37% de los trabajadores se encuentra bajo un in- año 2014 (SUSESO, 2015). De la misma forma,
greso de 180 mil (US$ 237). Por ejemplo, consi- 188 mil trabajadores (72% de los asalariados), se
derando el trabajo cuenta por cuenta propia en el encuentran afiliados a cajas de compensación, de
sector de la agricultura, el cual representa el 37% los cuales 136 mil son hombre. Solo 171 mil (65%

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ALAS Controversias y concurrencias latinoamericanas Vol 9, Num 15 -Julio-Diciembre- 2017 www.sociologia-alas.org [ 77 ]
de los asalariados) están protegidos y cotizando (92 mil) representan un 38,4%, es decir, 99.235
por la ley 16.744 (SUSESO, 2015). Tomando en personas, exhibiendo un considerable grupo de
cuenta que en la región son 452 mil los ocupados trabajadores/as en condiciones de incertidumbre
(INE, 2015) se grafica una compleja situación de laboral. A ello habría que agregar que de los asala-
desprotección e inseguridad que a la vez influye riados 10,3 mil trabajan con un contrato honora-
indirectamente en la calidad del trabajo no asa- rio (un acuerdo civil de prestación de servicios),
lariado. lo cual representa el 11% del empleo en el sector
La estructura de las unidades de producción seña- público.
la que son 196 mil las personas que se desempeñan En el caso de las prestaciones laborales, la situa-
en empresas de menos de 5 personas, mientras ción no deja de reflejar problemas en la calidad del
que son 160 mil quienes trabajan en empresas de empleo. Solo un 71% señala poseer vacaciones, lo
más de 50 trabajadores (CASEN, 2015). De estos que equivale a 183.402 asalariados/as, mientras
últimos, son 125 mil quienes trabajan en grandes que un 78,8% declara recibir pago por días de en-
empresas, es decir, en empresas de más de 200 fermedad. O sea, son cerca de 77 mil trabajado-
trabajadores. Aun así hay que agregar que son res (69 mil asalariados) que no posee derecho a
56,4 mil quienes trabajan como subcontratados y vacaciones, mientras que a 58 mil no les pagan
más de 3 mil como trabajadores de temporada. los días por enfermedad y no se encuentran en el
Los asalariados representan el 58,7% de todos los Fondo Nacional de Salud (FONASA) o en las In-
ocupados, lo que según el Instituto Nacional de stituciones de Salud Previsional (ISAPRE), ni de-
Estadísticas (2015) representa la cifra más baja a scuentos del Instituto Nacional Previsional (INP)
nivel nacional, aunque la con mayor dinamismo y o en la Asociación de Fondo de Pensiones (AFP).
variación anual (6%) a nivel nacional. En el caso Sumado a ello, son cerca de 72 mil trabajadores
de la división por sexo, los asalariados hombres que no cotizan seguro de cesantía y 63 mil no tie-
son mayoría (63,6%), mientras que las mujeres ne permiso de maternidad, mientras que 243 mil
tienen una participación del 36,4%. Los asalari- dice no contar con un servicio de guardería infan-
ados se concentran principalmente en el sector til. De esta forma reconocemos que el núcleo sa-
de Comercio al por mayor y menor, con un total larial de la región tampoco es una garantía de se-
de 42.713 personas, seguido del sector Enseñanza guridad y protección en el trabajo y que más bien
con 38.796 y Agricultura, ganadería, caza y silvi- hay una zona extendida de “faltas de garantías
cultura con 36.533 asalariados (INE, 2015). sociales” que el trabajo no suple en la actualidad,
Por otra parte, en referencia a la calidad de los generando altas zonas de indefensión e inseguri-
empleos, la Encuesta de Caracterización Socioe- dad social.
conómica (CASEN, 2015), señala que del total de Por otro lado, los tipos de contrato son muy va-
asalariados en la región de la Araucanía, solo un riados. Se exhibe que son 15 mil los trabajadores
83,1% cuenta con contrato escrito (214.882 asala- y trabajadoras por temporada, así como 27 mil
riados). El total de contratos que tienen una dura- que trabajan por obra y faena, 15,5 mil limitados
ción indefinida o sin plazo de término es de un a menos de tres meses. Dentro de estos contratos
61,6%, lo que equivale a cerca de 160 mil, mien- precarios, existe además un 26,1 mil que se supo-
tras que los contratos o acuerdos de palabra (30 nen contratados y 2,8 mil que se encuentran en
mil) y los contratos de tipo definido o a plazo fijo situación de un remplazo. Finalmente hay 3,2 mil

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personas que no saben qué tipo de contrato tie- pesinado y de la “campesinización” del pueblo
nen (CASEN, 2015). mapuche, a través de su proletarización en fundos
Habría que agregar que la región de la Araucanía y haciendas, el despojo de tierras y la política de
es la que presenta una de las más bajas tasas de reducciones (Órdenes, 2016).
sindicalización (6,2%) y de cobertura de nego- En nuestro caso, hemos orientado nuestro tra-
ciación colectiva (3,7%) a nivel nacional y que bajo de investigación a estudiar una relación de
en cuatro años (2010 – 2014) se presentaron 29 carácter precaria con el trabajo, que involucra una
prácticas antisindicales justificadas y sancionadas revisión socio-histórica de las mutaciones de las
por la institucionalidad laboral. formas de trabajo y una cartográfica de las formas
Por último cabe señalar que la particularidad de de empleo y trabajo que conviven en un territorio
la región es que el 29 % de su fuerza ocupada es de como la Araucanía. Este ejercicio desafía las ge-
origen mapuche, población la cual representa el neralizaciones, dando cuenta de la multidimensi-
32% del total (309 mil personas). El mapuche en onalidad de las causas y consecuencias de su (re)
la Araucanía, considerando los datos de CASEN producción en diversos estudios de casos que se
2013, tiene un ingreso promedio de $251 mil (US$ articulan con el concepto de precariedad y trabajo
381) y una mediana de $200 mil (US$303). Como precario, pero situando el debate en un territorio
destaca la Fundación SOL (2015: 12), en Chile “se donde el extractivismo ha forjado la dinámica y
puede constatar que el 13,7% de los trabajadores heterogeneidad del trabajo.
que pertenecen a pueblos originarios viven en un Los principales sectores extractivos en Chile se
hogar que se encuentra en situación pobreza por caracterizan por ocupar, junto a núcleos de tra-
ingresos, porcentaje que casi se duplica si sólo si bajadores estables, los que llamaremos „núcleos
consideran los ingresos autónomos (26,1%)”. duros“ de las empresas, a „masas flotantes“ de
Esta realidad exhibe un complejo escenario de trabajadores en condiciones precarias, sea bajo la
precariedades que combinan diversas expresio- forma contractual de la subcontratación (minería
nes de discriminación, desigualdad y poder en las y bosques) o de la temporalidad limitada (agri-
relaciones de trabajo. Lo que pareciera una con- cultura y fruticultura).
dición estructural de la región se combina con un Esta concentración en sectores extractores expor-
legado histórico que se materializa en la introduc- tadores (minería, forestal, fruticultura y salmoni-
ción del extractivismo maderero y forestal en un cultura), como motores del crecimiento econó-
largo proceso de colonización y exterminio. mico no se manifiestan en términos de empleo
4. La Araucanía y el trabajo en el extractivismo. para el caso forestal. De los cerca de 423 mil tra-
bajadores en la región de la Araucanía, solo 5.930
Para aproximarnos empíricamente al análisis
(apróx.) tienen un empleo estable en el sector fo-
de la transformación del trabajo y el proceso de
restal. Mientras que del total de 12 mil trabajado-
precarización social en contextos extractivos
res que participan de esta industria, el 84% no
queremos centrarnos en el caso de la industria fo-
obtiene ingresos salariales mayores a los 300 mil
restal en Chile, particularmente en la región de la
pesos mensuales (US$440). Mientras que la tasas
Araucanía.
de desempleo de la región es de un 8,5% (INE,
La cultura del conflicto laboral y del trabajo estu- 2017) y la tasas de pobreza multidimensionalidad
vo asociada en el Siglo XX a la realidad del cam- es de un 27% (CASEN, 2015).

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La Región de La Araucanía cuenta con aproxi- cualitativos a las formas de trabajo en el sector
madamente con 402 mil ocupados. Los ocupados forestal han estado mediados por la relación con
pueden ser divididos y clasificados en: a) tra- organizaciones sindicales, lo cual supone un acer-
bajadores por cuenta propia (137 mil), b) emp- camiento a un núcleo asalariado de las empresas
leadores (15 mil), c) trabajadores domésticos o principales del sector en la provincia de Malleco
personal de servicio (14 mil); d) 9,25 mil fami- (zona norte de la Araucanía).
liares no-remunerados, d) trabajadores asalari- En este trabajo hemos realizado 19 entrevistas
ados (260 mil). A esta estructura de la ocupación a dirigentes y trabajadores en el sector (Julián,
podemos sumarle 35 mil desocupados, los cuales 2017), así como una encuesta auto-aplicada a 9
han oscilado en los últimos 5 años entre los 40 mil sindicatos miembros de una federación de traba-
y 34 mil. jadores forestales en Malleco. Con esta organiza-
Estos datos (CASEN, 2015) exhiben desde ya una ción hemos trabajado colaborativamente desde
matriz del trabajo bastante heterogénea, donde el año 2015 en procesos de negociación, semina-
conviven diversas formas de empleo, trabajo y rios y talleres de formación sindical, e incluso en
desocupación. Cada una de estas sub-categorías cortes de ruta, bloqueos y tomas de las plantas de
del trabajo (asalariado, cuenta propia, etc.), invo- producción (Julián y Alister, 2016; Julián, 2017).
lucra en sí mismo una amplia complejidad inter- Estas organizaciones exhiben un diagnóstico
na, a la vez que la predominancia de categorías crítico en sus condiciones de trabajo, basado en:
ocupacionales asociadas a la (in)suficiencia
1) el régimen de subcontratación en el
económica e inseguridad (social).
sector: la proliferación de formas de
Por ello, al comenzar este análisis, nos interro- subcontratación ha significado una
garnos por la eficiencia de los mecanismos de división entre los trabajadores de la
exclusión/integración social, genera nuestra pri- empresa principal y los de una serie de
mera aproximación a las zonas y dimensiones de procesos que, pese a estar vinculados a la
la precarización social en la Araucanía. Sin em- actividad principal de la empresa, vuelven
bargo, es necesario es considerar una distinción más frágiles y dependientes sus formas de
relacionada al proceso de producción en el sector trabajo.
que, en su diferenciación interna, requiere distin-
2) los procesos de negociación colectiva
tas características de la fuerza de trabajo, lo cual
se encuentran caracterizados por
también involucra diversas condiciones de traba-
negociaciones que combinan estrategias
jo y remuneración.
de presión y de boicot, con formas
Al trabajar con una base de datos como la de la institucionalizadas en la firma de
Encuesta de Caracterización Socioeconómica contratos colectivos. Hay un aprendizaje
(CASEN), podemos encontrar interesantes datos empresarial a no desafiar la capacidad
con respecto al empleo, el trabajo y la vida más- y capital colectivo de los trabajadores
allá-del-trabajo (De la Garza, 2011). Ello significa forestales, quienes han obtenido mayores
integrar situaciones de cualificación, sexo, raza, poderes de negociación, lo cual en muchas
núcleo familiar, localización, etc., en referencia a ocasiones se ve reflejado en su nivel de
un panorama ampliado de las formas de trabajo. remuneraciones, más no en condiciones
Podemos destacar también que los acercamientos generales.

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3) La intersección de las identidades trabajo asignado (especialmente entre los
mapuches y las obreras: la presión sobre los 50 y 55 años de edad).
pequeños productores, el desempleo y los Estos cinco componentes se encuentran presentes
conflictos territoriales generan un proceso en las percepciones de trabajadores del sector que
contradictorio en la absorción de fuerza presentan trayectorias de 6 a 10 años de trabajo
de trabajo. La racialización del sector, la en el sector. Lo más jóvenes (entre 18 y 29) tienen
asalarización y reconversión productiva una mayor heterogeneidad de percepciones, li-
de los territorios se encuentran mediados gadas incluso a reafirmaciones de autonomía e in-
por un conflicto político, histórico dependencia respecto a los padres. Estas percep-
y territorial entre las comunidades ciones se ven ligadas a un diagnóstico común de
mapuches y las empresas forestales. Ello la falta de interés en una proyección laboral en el
involucra el ejercicio de ciertos estigmas sector, sumado a expectativas e intereses vincu-
en la construcción de las identidades de lados a actividades más-allá-del-trabajo, supo-
trabajadores en el sector, especialmente niendo resistencias a narrarse desde el trabajo e
en los provenientes de comunidades intentando contar escenarios paralelos de identi-
mapuches (Julián, 2017). ficación.
4) La proliferación de consecuencias ecológicas De todas formas, estas identidades cruzadas se
con impactos en los entornos de vida de suman a procesos de sindicalización, desafiando
los mismos trabajadores. Se identifica los dispositivos disciplinares en el trabajo y en
una constante amenaza a las condiciones el régimen empresarial, asumiendo los riesgos
del medio ambiente, visibilizando las del despido con desinterés por perder el empleo
faltas de regulaciones de parte de la y con mayor radicalidad en los repertorios/dis-
institucionalidad estatal. Es la indefensión cursos. A la vez, un elemento importante en estas
del trabajador y del medio ambiente en su configuraciones de sentido del trabajo son las re-
invisibilidad para los marcos regulatorios laciones de homosociabilidad en el sector, donde
y para los objetivos político-estatales de la masculinidad se constituye en un ejercicio de
protección y seguridad. legitimación y de construcción-de-sí-mismo en un
5) Cultura laboral del desecho: un factor contexto de hostilidad climatológica, precarie-
constitutivo en las trayectorias laborales dad, riesgo y de aislamiento (Pávez y Hernández,
de los trabajadores forestales, es la 2014).
percepción de condiciones de trabajo Aquí también es importante destacar la red de
orientadas a la explotación discapacitante, identificaciones que pone al trabajador proveni-
una precariedad permanente y ente de zonas rurales con el espacio asalariado y
multisistémica de invalidación. Este el lugar de trabajo industrial como un lugar de
hecho se grafica en condiciones que tensión y encuentro con la modernidad capita-
no resguardan su salud, integridad y lista. El ejercicio de la subordinación en el sector
seguridad, volviéndolos desechos de se encuentra mediado por las lógicas campesin-
la actividad productiva, con biografías as e indígenas en la construcción de ruralidades
laborales accidentadas, acortando sus altamente complejas que suponen un boicot a la
años de trabajo y expulsándolos cuando racionalización capitalista (Bengoa, 2016). La re-
ya no pueden cumplir la intensidad del

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ALAS Controversias y concurrencias latinoamericanas Vol 9, Num 15 -Julio-Diciembre- 2017 www.sociologia-alas.org [ 81 ]
sistencia individual es parte de un imaginario cul- el futuro.
tural que enfrenta la extracción como “actividad Nuestra línea de información contempla antece-
de otro”, ajeno a la significación y afirmación del dentes que ratifican y confirman la tendencia a la
trabajador. debilidad de la calidad del empleo y la predomi-
Finalmente, las identificaciones con la cultura nancia de la precariedad laboral como fenómeno
mapuche suponen un complejo intento narrativo en el sector. De todas formas, la espacialidad de
por dar cuenta de las especificidades del conflic- la precariedad y el extractivismo aportan antece-
to, la posición del trabajador en la depredación dentes no explorados por la sociología del trabajo
ambiental, y la integración de las percepciones en América Latina, referentes a las formas de so-
de las comunidades mapuches, la sociedad civil cialización que se reproducen en contextos ext-
y las organizaciones medioambientales respecto ractivos, especialmente considerando las particu-
a las consecuencias y daños que genera el sector laridades culturales, económicas y biográficas de
forestal en la región. los sujetos del trabajo.
Esta complejidad de hechos supone un desafío a Esta situación nos interroga sobre las condiciones
los repertorios de acción colectiva y a las subjeti- en que una cultura del trabajo puede reproducirse
vaciones de los trabajadores forestales, en la con- y conservarse en la relación entre los actores de las
junción de un régimen de precariedad(es) que relaciones laborales (Cárdenas, Link y Stillerman,
exacerban la indefensión y al dependencia econó- 2012). Especialmente, cuando la precariedad pa-
mica de los sujetos. La depredación extractiva los rece ser la fuente de la relacionalidad intercultural
sume en un escenario de disputas por la dignifi- constitutiva de la región, y cuando los imagina-
cación de su trabajo, la reafirmación de sus au- rios del trabajo, suponen la imbricación de una
toconstrucciones narrativas en sus biografías, las configuración social racializada y marcada por el
consecuencias del sector para las comunidades ejercicio y predominancia de un legado colonial
locales y los desafíos político-culturales de repro- (Mignolo, 2003).
ducción de las estructuras racializadas de poder. Creemos que esta serie de cuestiones instan en
5. Conclusiones definitiva a preguntar a la investigación social
El extractivismo supone una lógica de “marca(- por su sentido práctico, por sus criterios éticos,
ción)” de las vidas, los relatos, las personas, sus su “compromiso” político y su organicidad (o no)
relaciones sociales, etc. (Butler, 2004). En esta di- en el análisis, estudio y debate de la precariedad
rección es que hemos asumido operacionalizar la laboral. De cierta forma, las exploraciones del ex-
lógica del extractivismo no sólo desde posiciones tractivismo desde este tipo de enfoques prácticos
del conflicto social, marcos de regulación y/o de invitan a una “reconstrucción teórica inteligente”
crisis socioambientales (Gudynas, 2009; Svampa, de las realidades del trabajo en América Latina,
2016), sino de conflictos subjetivos con narra- desafiando los presupuestos estandarizados de las
ciones-de-sí-mismos, de actores que se encuen- interpretaciones de moda.
tran en tensión en la <<fijación>> de una iden- A partir de este trabajo y de las perspectivas de
tidad-cerrada (“mapuche”, “obrero”, “hombre”, los estudios empíricos y los debates teóricos
etc.), y en el ejercicio de intersección/invisibiliza- sobre la(s) precariedad(es), queda planteada la
ción de sus subjetividades en la máquina-de-pro- inclusión de la precariedad como un elemento
ducir depredatoriamente el pasado, el presente y sustancial para el estudio del mundo del trabajo

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en matrices teóricas poscoloniales o en estudios puches del Sur. Catalonia, Santiago.
referentes al extractivismo desde el punto de vista Bengoa, José (2016), La emergencia indígena en
y la contradictoria posición de “los productores” América Latina. Fondo de Cultura Econó-
directos de sus efectos y consecuencias negativas: mica. 3ra. Edición. Santiago, Chile.
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Butler, Judith, (2004) Precarious life: the powers
La visibilización de estas condiciones de trabajo of mourning and violence. London-New
y las polimórficas subjetivaciones que involucran York, Verso.
el trabajo en estas actividades, territorios y ten-
Cárdenas, Ana, Link, Felipe y Stillerman, Joel,
siones/conflictos, involucran una dimensión del
(2012) “¿Qué significa el trabajo hoy?” en
extractivismo que pueden interrogar sobre su
Ana, Cárdenas, Felipe Link, y Joel Stiller-
sustentabilidad, sus consecuencias y de las cont-
man (ed.) ¿Qué significa el trabajo hoy?
radicciones internas que presentan estas indust-
Continuidades en una sociedad global.
rias a la hora de producir-precariedad.
Santiago de Chile: Catalonia. Pp. 17 – 37.
Aquí es donde reconocemos la persistencia de las
CASEN (2015), Encuesta de Caracterización Soci-
sociedades precarias en América Latina, como
oeconómica. Ministerio de Desarrollo So-
un nuevo foco de estudio histórico, antropológi-
cial. Santiago, Chile.
co, sociológico, económico, geográfico y político.
Esta innegable imbricación de relaciones de po- Chérrez, C., C. Padilla, S. Otten y M.R. Yumbla
der, despojo e indefensión suponen una agenda (2011), Cuando tiemblan los derechos: ex-
de mayor data y de cooperación entre investi- tractivismo y criminalización en América
gadores/as dispuestos/as reconocer el papel de Latina. OCMAL (Observatorio de Con-
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Dasten Julián Vejar
Dasten Julián Vejar es Dr. en Sociología por la
Friedrich Schiller Universität de Jena (Alemania).
Es investigador del Proyecto “Cartografía de
la(s) precariedad(es) laboral(es) y las relaciones
laborales de la Zona Centro Sur de Chile”
(FONDECYT; 2016 – 2019) y Investigador del
Proyecto “Cambio transnacional, desigualdad
social, intercambio cultural y manifestaciones
estéticas: el ejemplo de la Patagonia” (DAAD;
2015 – 2018). Recién el publico el artículo “Una
invitación a la sociología pública. La investigación
Social y la precariedad laboral en Chile” (2017) en
el Revista Austral de Ciencias Sociales.

Institución:
Universidad Católica de Temuco,
Departamento de Sociología y Ciencia Política

Dirección:
Manuel Montt 56,Temuco, Chile

Correo electrónico:
djulian@uct.cl

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