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doi: 10.11144/Javeriana.mys19-39.hlrd
Mem.soc / Bogotá (Colombia), issn 0122-5197, 19 (39): 107-126 / julio-diciembre 2015 / 107
Bueno, los intereses en Boquerón son infinitos, porque es que Boquerón los megaproyectos mineros, lo cual borra cual-
tiene unas reservas carboníferas demasiado grandes. Ese es el motivo quier duda sobre el interés estratégico en la zona
por el cual van a reasentar a Boquerón, porque al gobierno no les y deslegitima cualquier pretensión garantista de
interesa que la gente se muera por contaminación. las autoridades ambientales del Estado4. En tér-
Es lo que menos les interesa [sic]. minos académicos, el Estado decretó lo que la
antropología crítica denomina «transferencias
Líder comunitario de Boquerón1. poblacionales»5, es decir, la orden e intervención
del Estado en la movilización masiva y operacio-
El corredor minero del Cesar es un espacio recep- nalizada de poblaciones a través de tecnologías
tor de las más extensas e intensas dinámicas de burocráticas de despojo con el objetivo de satis-
extracción minera en Colombia: ocho empresas facer una organización territorial particular, im-
extraen más de 40 millones de toneladas de car- poner una nueva cultura económica, facilitar la
bón anuales de tan solo cinco municipios que extracción de recursos y alcanzar metas estratégi-
no reciben los supuestos beneficios económi- cas, todas estas dentro de la lógica del desarrollo
cos de la actividad minera2. Uno de los efectos extractivista, un fenómeno que no se da exclusi-
más críticos de esta dinámica se materializó en vamente en Colombia6.
2010 cuando el Ministerio de Ambiente decretó El modo de producción y distribución en Améri-
el «reasentamiento involuntario» de tres pobla- ca Latina ha privilegiado en las últimas tres dé-
ciones del corredor carbonífero, fundamentado cadas el lucro acelerado para la empresa privada y
en el hecho de que los niveles de material parti- se ha alejado de los intereses del ser humano y del
culado de carbón en la atmósfera superaban los ambiente del lugar7. Desde las políticas de ajuste
límites máximos permisibles y ponían en ries- estructural impulsadas por el Consenso de Wash-
go la salud humana3. Así, la medida se sustenta ington en la década de los ochenta, pasando por
bajo el deber constitucional del Estado de pro- la creación y aprobación de marcos normativos y
teger la salud de sus ciudadanos. Sin embargo, la planes de desarrollo orientados a la exportación de
contaminación generada por la explotación ma- minerales globalmente demandados (oro, carbón,
siva de carbón por actores transnacionales des- cobre, litio y coltán), América Latina se ha carac-
de 1995 fue previsible desde que se aprobaron terizado por seguir la senda del extractivismo, un
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Las teorías estructuralistas han dilucidado algunas La expansión geográfica de las dinámicas de acu-
respuestas a esta pregunta basadas en el análisis de mulación primitiva20 en las zonas cercanas a Bo-
la clase social, específicamente al postular que los querón es visible y empíricamente comprobable
fenómenos que suceden en la escala local (como la a través de nuevas tecnologías satelitales como
degradación de la tierra y la deforestación) están Google Earth. Las imágenes digitales de los ta-
directamente ligados con transformaciones en la jos mineros de carbón de la zona centro del
economía política a nivel nacional y global14. departamento muestran la magnitud y la degra-
En el ámbito global, la transferencia de los costos dación de la capa orgánica y la proximidad de las
medioambientales a las comunidades más mar- pequeñas poblaciones que deben afrontar los re-
ginalizadas está relacionada con la expansión del siduos y emisiones tóxicas de la extracción. La
sistema-mundo moderno-colonial15, en particular intensificación del capitalismo, por otra parte, se
con la teoría de la acumulación bajo el modo de ha venido produciendo gracias a dos fenómenos
producción capitalista desarrollada por Marx. Se- paralelos. El primero es que el incremento en las
gún esta perspectiva, «el capitalismo está aboca- «necesidades» energéticas globales han impulsa-
do a expandirse mediante una intensificación de las do la extracción carbonífera hasta los miles de
relaciones en los centros de producción capitalis- millones de toneladas anuales exportadas por
ta y una ampliación geográfica de dichas relaciones Colombia, lo que incrementa de forma geomé-
en el espacio»16. Debido a sus contradicciones in- trica los impactos ambientales sobre los terri-
ternas, el capitalismo debe intensificar los deseos torios intervenidos. El segundo fenómeno es la
y las necesidades de las poblaciones (para así ex- pérdida de actividades autosostenibles como la
pandir sus redes de circulación mediante el inter- agricultura, la pesca y la caza a raíz de la minería
cambio de mercancías y penetrar cada vez más la a gran escala. El fin de estas actividades ha for-
vida social, convirtiendo las actividades humanas zado/inducido a miles de familias a hacer parte
en «trabajo social abstracto»)17. Sin embargo, esta de circuitos de circulación de capital a través de
teoría no «pretende predecir con exactitud dón- la compra de alimentos producidos por la agro-
de, cuándo y cómo se van a producir dichas inten- industria, y a proletarizar su trabajo empleándose
sificaciones; estas constituyen el tema de análisis en compañías mineras u otros sectores económi-
históricos concretos»18. Frente a este escenario, el cos para poder acceder al papel-dinero que, ade-
análisis de la transformación territorial de Boque- más de convertir su esfuerzo en «trabajo social
rón se vuelve necesario no solo para mostrar dón- abstracto», les permite acceder a mercados en los
de, cuándo y cómo se intensifican las relaciones cuales antes no era necesario participar.
comerciales o se expande espacialmente el capital, En el ámbito nacional, situaciones como el inmi-
sino qué consecuencias específicas conllevan estas di- nente desplazamiento de Boquerón se dan por-
námicas para la vida de personas y grupos concretos19. que, dependiendo de quién tiene el poder de
expresar sus propios intereses y el conocimien-
to de quién es considerado legítimo, se regularán
14 Kristina Dietz, «Researching Inequalities from a Socio-ecolo- las relaciones de la sociedad con la naturaleza21 y
gical Perspective», desiguALdades.net International Research
Network on Interdependent Inequalities in Latin America, n.°
74 (2014): 11. http://www.desigualdades.net/Resources/Wor-
king_Paper/74-WP-Dietz-Online.pdf?1411372033 (consultado el ecológica, se hace más pertinente analizar las transformaciones te-
25 de noviembre de 2014). rritoriales y su impacto en la vida de comunidades específicas como
15 Immanuel Wallerstein, The Capitalist World Economy: Essays (Cam- Boquerón para poder entender los impactos de la minería a gran es-
bridge: Cambridge University Press, 1979); Walter Mignolo, Local cala en toda su complejidad. Anthony Giddens, The Consequences
Histories/Global Designs. Coloniality, Subaltern Knowledges, and of Modernity y Paul Virilio, Speed and Politics, citados por Arturo
Border Thinking (Princeton: Princeton University Press, 2012), 19. Escobar, Territorios de diferencia: Lugar, movimientos, vida, redes,
16 David Harvey, «La geografía de la acumulación capitalista: recons- trad. Eduardo Restrepo (Popayán: Envión Editores, 2010), 48-49.
trucción de la teoría marxiana», en Espacios de capital: Hacia una 20 Definida como aquella obtenida a través de la apropiación de
geografía crítica, trans. Cristina Piña Aldao (Madrid: Akal, 2007), 274. la riqueza común (common wealth) o fuera del proceso de pro-
17 Harvey, «La geografía», 274; Michael Hardt y Antonio Negri, Impe- ducción capitalista. Ver David Harvey, «El “nuevo” imperialismo:
rio (Buenos Aires: Paidós Surcos 3, 2005). acumulación por desposesión», Socialist Register, n.° 40 (2004):
18 Harvey, «La geografía», 274. 113; Michael Hardt y Antonio Negri, Commonwealth (Cambridge:
19 Más aún, en épocas en las que se dice que la modernidad tiende Harvard University Press, 2009), 137-138.
a subsumir el lugar al espacio y a desterritorializar la vida social y 21 Dietz, «Researching Inequalities», 16.
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deberían responder el Estado y la academia fren- presentar a Boquerón como lugar, con especial
te al nuevo desafío del desplazamiento forzado atención a la relación mutuamente constituti-
por minería a gran escala en Colombia? va entre la historia de la región Caribe, los eco-
Ya que «la manifestación más interesante de los co- sistemas naturales y las prácticas productivas, las
nocimientos geográficos surge de observar el or- festividades y las creencias de la comunidad; 2)
denamiento y la forma espacial en movimiento», establecer cómo los regímenes de tenencia y uso
pues el espacio debe considerarse un marco diná- de la tierra a lo largo de la segunda mitad del si-
mico en la constitución de la vida física, ecológica, glo xx permitieron la desmantelación de algunas
social y político-económica27, este artículo inten- de las más representativas prácticas culturales de
tará dar una perspectiva interdisciplinar desde las Boquerón mediante el deterioro progresivo de
ciencias sociales a los aspectos diacrónicos del te- los ecosistemas que daban sustento a la comu-
rritorio de la zona centro del Cesar a través del nidad; 3) desarrollar algunos lineamientos para
caso de la comunidad de Boquerón. Comenza- motivar a los sectores académicos de historio-
remos en la época de la Colonia con el asenta- grafía y ciencias sociales para que establezcan un
miento de haciendas en la región durante el siglo método crítico y multidimensional que estudie
xvi, rápidamente tornándonos a la tensión en- los impactos producidos por la minería a gran es-
tre los desarrollos latifundistas promovidos por cala en el país. Al realizar una aproximación teó-
la Constitución Política de 1886 y la simultánea rica al caso de la comunidad de Boquerón en el
formación de pueblos, como Boquerón, que go- Cesar intentamos avanzar la idea de que la his-
zaron por muchos años de sabanas comunales torización de los lugares construidos por las co-
antes de la progresiva parcelación y «empresari- munidades locales es una estrategia fundamental
zación» de la tierra. Al movernos hacia mediados para resistir el despojo y el desplazamiento for-
del siglo xx, describiremos cómo las fuerzas de zado causados por el extractivismo en Colombia.
atracción poblacional del dinamismo algodone-
ro y arrocero coexistieron con la actividad gana- Boquerón como «lugar»
dera y las formas colectivas de propiedad agraria.
Esta situación cambió radicalmente con el co- El devenir histórico del territorio
mienzo de la explotación carbonífera en 1995 y
se agravó con la promoción estatal de la minería El establecimiento de las poblaciones de Becerril,
a gran escala en 2002, pues significó el desmon- La Jagua de Ibirico y El Paso constituyó el en-
te de pequeñas propiedades y el acaparamiento torno social e histórico del cual emergió la co-
de tierras característico de industrias extractivas munidad de Boquerón. Entender la historia
como la minería de carbón a cielo abierto. Así, regional permite la comprensión integral del ori-
demostraremos que los regímenes de uso, tenen- gen, la raíz y las condiciones materiales de las
cia y aprovechamiento de la tierra dieron vida a prácticas culturales del corregimiento bajo es-
Boquerón y ahora lo obligan a abandonar este te- tudio, muchas de las cuales son fruto del inter-
rritorio. Sin embargo, como construcción social, cambio, la simbiosis y la interrelación constante
dichos regímenes no son inevitables y pueden ser con los asentamientos aledaños. El devenir his-
modificados, especialmente cuando indagamos tórico de estos poblados ejemplariza la noción
si la minería realmente justifica el desplazamien- técnica de territorio y territorialización, es de-
to de comunidades que hacen parte del patrimo- cir las demarcaciones de fronteras, la espaciali-
nio cultural de la nación (una verdadera fuente zación de la inclusión y la exclusión social, y la
de utilidad pública e interés social). manifestación del poder político28. Sin embar-
Para desarrollar estas premisas, dividimos este artí- go, en medio de las confrontaciones condicio-
culo en tres secciones principales que buscan: 1) nadas por las formas de ocupación del territorio,
las prácticas de vida en estos tres lugares crearon
27 David Harvey, «Identidades cartográficas: los conocimientos geo-
gráficos bajo la globalización», en Espacios de Capital: Hacia una
geografía crítica, trans. Cristina Piña Aldao (Madrid: Akal, 2007), 241. 28 Dietz, «Researching Inequalities», 18.
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las zonas de pastoreo en el centro del Cesar has- distancia existía un camino real ampliamente fre-
ta los puntos de exportación de carnes en Santa cuentado que servía de corredor de productos en
Marta, en una ruta de tránsito comercial/cultural la ruta El Paso-Codazzi. Con el paso del tiempo,
que pasó a ser intervenida para satisfacer intere- grupos familiares procedentes de distintos para-
ses extractivos35. En medio de estas poblaciones jes se sumaron a la conformación poblacional de
(Becerril, La Jagua de Ibirico y El Paso), fami- la comunidad. Una segunda migración de perso-
lias afrodescendientes migrantes de Becerril fun- nas que se integraron a las costumbres y formas de
daron a Boquerón, un poblado que fungió como vida de los habitantes que fundaron el poblado se
punto intermedio, lugar de tránsito y circulación estableció en el corregimiento entre 1930 y 194040.
entre estas tres poblaciones, convirtiéndose en re- La principal actividad económica de sostenimiento
ceptora y eje comunicante de tradiciones y prácti- en la zona era el cultivo manual de diversos pro-
cas de relacionamiento con el territorio. ductos agrícolas del grupo de los almidones. La
agricultura se combinaba con el pastoreo de ani-
La construcción dialéctica de Boquerón males de crianza, mientras que la caza de ani-
males de monte y la recolección de frutas de los
A diferencia de la noción técnica de territorio, el árboles cercanos se realizaba para complementar
concepto de lugar implica aquellas localizaciones la dieta. La pesca también era una práctica re-
socialmente construidas, coyunturales y llenas de currente en los caños y arroyos que rodeaban el
experiencias históricas y significados sociales36. poblado, los cuales eran ricos en diversas espe-
Boquerón captura en sí mismo las complejida- cies ícticas y sobresalía la presencia abundante de
des del concepto de lugar pues, según las narra- caimanes de aguja y de caimanes porro41. Boque-
ciones realizadas por los ancianos del pueblo y rón era surcado en la parte norte por las aguas de
algunos de sus descendientes, la comunidad se los ríos Tucuy y Maracas, y en la parte sur por el
integró armónicamente siguiendo un conjunto caño Paujil. Este último era utilizado por sus ha-
de prácticas de producción, alimentación, recrea- bitantes para hacer jornadas diurnas y nocturnas,
ción, esparcimiento, creencias religiosas y mitos individuales y colectivas, de captura de peces que
que definieron su forma particular de «ser, saber permitían no solo la alimentación del pescador
y hacer» colectivamente37. La fundación de Bo- y su familia, sino la repartición de los exceden-
querón tuvo dos lugares y momentos de ocupa- tes entre el resto de personas de la comunidad42.
ción del territorio: un poblado original que fue Ubicados a una distancia más lejana se encontra-
levantado en el punto conocido como la Ciéna- ban los ríos Sororia y Calenturitas, los que tam-
ga, a una distancia de 200 metros de la ubicación bién eran visitados para las faenas de pesca43.
actual del corregimiento, y un segundo asenta- Las prácticas de sostenimiento económico se fun-
miento relocalizado por algunos de los primeros damentaban en las posibilidades proveídas por el
fundadores y por sus hijos38. entorno natural e interactuaban con la creativi-
El primer lugar de ubicación de Boquerón fue un dad humana para la generación de alimentos de
punto de convergencia en un camino de herra- compleja preparación. Así, era posible producir
dura que permitía el tránsito de personas y carga platos típicos que constituían la base alimentaria
al interior de las haciendas ganaderas que cubrían de los habitantes del poblado. Desde desayunos
buena parte del territorio que hoy en día inte- compuestos por arepas de queso y leche cuajada,
gra los municipios de Becerril del Campo, La Ja- pasando por almuerzos y cenas que incluían viu-
gua de Ibirico y El Paso del Adelantado39. A poca da de pescado, sancochos de animales de mon-
te, ajiaco de morrocoy con panela y arroces con
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participaban en la danza eran denominadas «pi- otros destinos. Dichas familias buscaban capaci-
landeras». En la fiesta, el pilón se sacaba en la no- tación, vivienda digna, servicios públicos, diver-
che del viernes antes de carnaval y se pasaba de sificación de ocupaciones y fuentes de empleo55.
casa en casa para que cada familia le pusiera algo Esta percepción es clara en el testimonio de un
de dinero, en señal de buenos augurios y prospe- líder comunitario boqueronero:
ridad. Los hombres se vestían de mujeres y las
mujeres se disponían alrededor del pilón en señal En el año 1987 llegó Drummond, fue la primera
multinacional que llegó a nuestro territorio. Nosotros,
de estar en la labor de limpieza del maíz. La mú- en el momento de la llegada de Drummond, hicimos
sica era amenizada con un conjunto de gaitas y fiesta, lanzamos cohete, porque fue una alegría total.
tamboras53. En pocas palabras, el baile del pilón Los viejos de esa época nos decían: «Hombre, llegó la
oportunidad para ustedes los jóvenes, para que tengan
era un escenario de fortalecimiento comunitario.
una vida diferente, trabajen en una empresa, van a te-
Dado que la danza del pilón es una de las tradi- ner un sueldo fijo, van a sostenerse mejor, van a educar
ciones más representativas de la costa Atlánti- sus hijos mejor, y va a ser muy fácil para ustedes» Hoy
ca, debido a que el maíz y el arroz son productos en día creo que en Boquerón hay dos o tres personas
nacidas en Boquerón que trabajan en Drummond,
típicos medulares para la elaboración de prepa- después de veinti y pico de años [sic]56.
raciones que han sustentado la alimentación de
varias generaciones, esta fiesta ha sido un ele- No obstante, aunque el imaginario de progreso aso-
mento central para la formación de conciencia ciado a la llegada de empresas transnacionales
e identidad y de subjetividad política54 (aunque haya sido tan marcado en las etapas iniciales del
la danza del pilón becerrilero fuese muy distin- despliegue minero, varios factores han cambia-
tiva en Boquerón por incluir cánticos y un ritmo do las percepciones locales: varias décadas de vo-
propio que lo diferenciaban de otras expresiones racidad carbonífera, daños ecológicos y pasivos
musicales en torno al pilón). Sin embargo, estas ambientales57, y la decepción comunitaria por la
celebraciones experimentaron un declive pro- falta de oferta de empleo (previsible, pues la mi-
gresivo debido a las restricciones en las posibi- nería es una industria intensiva en capital y no
lidades comunales de acceso, uso y disfrute de trabajo humano).
la tierra y de los recursos naturales derivadas de Con el paso de los años, la composición poblacio-
la instalación de la propiedad privada como es- nal de Boquerón ha estado sujeta a notables varia-
tructura predominante de relacionamiento con el ciones provocadas principalmente por el conflicto
territorio a la largo de finales del siglo xx. Di- armado que ha afectado a la región y por la ope-
cho cambio estructural transformó la disposición ración extractiva a gran escala, que han hecho de
material de estos recursos (la tierra ahora parce- la comunidad un lugar de asentamiento de fami-
lada y subdividida y los recursos naturales acapa- lias tradicionales, pero a su vez de recepción de
rados, contaminados o extinguidos) y dio lugar a población flotante, migrantes transitorios y per-
nuevos anhelos personales y familiares sustenta- manentes58. Este ha sido un factor decisivo en
dos en la idea de acumulación de bienes y dinero la alteración de canales y dinámicas de interac-
como sentido de la vida. ción social. González advierte las rupturas en va-
Los habitantes de las poblaciones rurales perci- lores comunitarios de solidaridad, confianza, y la
bieron la llegada de la minería como un foco
productivo y generador de desarrollo. Este ima-
ginario favoreció la migración de familias asen- 55 Grupo focal con ancianos de la comunidad de Boquerón, entrevis-
tadas de forma tradicional en Boquerón hacia los tados por los autores, Becerril, 17 de octubre, 2012.
56 Líder de la comunidad de Boquerón, entrevistado por los autores,
municipios de la Jagua de Ibirico y Becerril, entre Valledupar, 26 de agosto, 2014.
57 Fierro Morales y López Camacho, «Aportes a la conceptualiza-
ción», 170-172.
53 Taller de intercambio cultural entre el Consejo Comunitario de 58 Una situación se ha venido acelerando luego de la orden de «re-
Negritudes de Boquerón Casimiro Meza Mendoza y el Consejo Co- asentamiento involuntario» decretada por el Estado Colombiano.
munitario de la Organización Popular Campesina del Alto Atrato Ver Miguel Barrios, «La sospechosa explosión demográfica de Bo-
(Cocomopoca) y reconstrucción de prácticas afrodescendientes querón», El Heraldo [Barranquilla], 23 de noviembre, 2014. http://
en Boquerón, Boquerón, noviembre, 2012. www.elheraldo.co/cesar/la-sospechosa-explosion-demografica-
54 Harvey, «Identidades cartográficas», 244 de-boqueron-175012 (consultado el 26 de noviembre de 2014).
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territorio, entre ellas haciendas, plantaciones, ha- y excluyente de propiedad del campo que preva-
tos y minas65. Lo anterior permitió la configura- leció en el país, las dinámicas y consecuencias del
ción progresiva de una estructura agraria cerrada, conflicto armado son obstáculos que impidieron
jerárquica y excluyente que estableció divisiones (e impiden), en la práctica, la reestructuración
insalvables entre propietarios de la tierra, ocu- sustancial del régimen de propiedad y de dere-
pantes y trabajadores rurales66. chos en la ruralidad. Además, a partir de 2002, el
Las primeras décadas del siglo xx, caracterizadas Estado colombiano decidió profundizar políticas
por el surgimiento de movimientos sociales de económicas sustentadas en la explotación a gran
base campesina-trabajadora, plantearon entre sus escala de recursos minero-energéticos y en la
exigencias de transformación política la altera- producción agroindustrial. En esta tarea, el Esta-
ción de la estructura agraria y el reconocimien- do afianzó los derechos de propiedad concentra-
to de derechos sobre la tierra67. Las acciones que dos en actores privados, entre quienes sobresalen
emprendieron se tradujeron en presiones efecti- las empresas transnacionales mineras interesadas
vas sobre el régimen político del momento que, en el desarrollo de proyectos extractivos.
motivado por la necesidad de apaciguar el clamor Para mediados de la década de 2000, la estructu-
de reivindicación, dieron lugar a la aprobación de ra de tenencia, uso y aprovechamiento producti-
la Ley 200 de 1936 de reforma agraria, que in- vo de la tierra se caracteriza por varios factores.
tentó por vía de disposiciones normativas consa- Primero, ocurrió el desmonte de las pequeñas
grar medidas para reducir la franja de exclusión propiedades, minifundios o parcelaciones con
imperante en la ruralidad, sin que se alcanzaran capacidad de autoabastecimiento productivo y
cambios considerables68. Posteriormente, se emi- alimentario; en su lugar se robustecen los esque-
tieron normas asociadas a la ampliación de la mas de grandes extensiones de tierra, latifundios,
frontera agrícola, la adecuación de tierras, la ti- minas a gran escala y plantaciones71. Segundo, las
tulación y ampliación de resguardos indígenas y formas de economía campesina son subvalora-
la adjudicación de baldíos69. Si bien estas leyes no das política y económicamente, y con estas sus
resolvieron la inequitativa distribución de la tie- tradiciones, conocimientos colectivos y prácticas
rra, ni rompieron el esquema de grandes propie- culturales asociadas a la tierra; en contraposición,
dades, en ellas se incluyeron ciertas medidas en se da prevalencia al uso masivo y la explotación
favor del fomento de economías campesinas ba- tecnificada de recursos naturales72. Esta posi-
sadas en el trabajo familiar y colectivo que res- ción es emblemática de lo que Ulloa ha deno-
pondía a las dinámicas sociales del campo70. minado la geopolítica vertical del subsuelo, la cual
Aunque las emergentes normas de ampliación de tiene «el objetivo de controlar tanto el territo-
derechos de acceso a la tierra y las figuras allí rio como lo que hay debajo de él, independien-
contempladas adquieren relevancia al ser puntos temente de quienes lo habitan». Tercero, se han
formales de ruptura con el esquema concentrado incrementado las figuras que conducen a la «em-
presarización» de la propiedad y explotación de
la tierra, entre las que sobresalen la formaliza-
65 Luis Eduardo Nieto Arteta, Economía y cultura en la historia de
Colombia (Bogotá: Ediciones Tercer Mundo, 1962). ción de derechos de propiedad sobre predios
66 Pierre Glohodes, Las luchas agrarias en Colombia (Bogotá: Edito-
rial La Carreta, 1974).
67 Miguel Urrutia, Historia del sindicalismo en Colombia (Bogotá: Edi-
torial La Carreta, 1976). 71 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud), Colom-
68 Salomón Kalmanovitz, Desarrollo de la agricultura en Colombia bia rural: Razones para la esperanza. Informe Nacional de Desa-
(Bogotá: Editorial La Carreta, 1978). rrollo Humano 2011 (Bogotá: Offset Gráfico Editores, 2011).
69 Aprobadas por medio de las Leyes 100 de 1944, 135 de 1961, 5 de 72 Rocío Rubio Serrano, «Los actores políticos frente al agro colom-
1973, 41 de 1993, 70 de 1993, y 160 de 1994. biano», Cuadernos de Tierra y Justicia, n.° 8 (2002): 3-53. http://
70 Figuras como la Unidad Agrícola Familiar, las Sabanas Comunales, www.kus.uu.se/CF/Cuaderno_08.pdf. (consultado en octubre de
las Tierras de Comunidades Negras, las Zonas de Reserva Campe- 2014). Ver, también, Astrid Ulloa, «Geopolíticas del desarrollo y la
sina y el Subsidio Integral de Reforma Agraria fueron una puerta confrontación extractivista minera: elementos para el análisis en
de entrada para reconocer los modos de vida y producción de los territorios indígenas en América Latina», en Extractivismo minero
habitantes de la ruralidad. Darío Fajardo Montaña, «Tierras, poder en Colombia y América Latina, ed. Bárbara Göbel y Astrid Ulloa
político y reformas agraria y rural», Cuadernos de Tierra y Justicia, (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia/Ibero-Amerikanis-
n.° 1 (2002): 4-42. ches Institut, 2014), 447.
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alteración de los usos del suelo77. Estas situacio- cuales han disminuido las posibilidades de la ac-
nes superan el ámbito económico y se inscriben tividad agrícola80.
en la reconfiguración de las relaciones sociales, Los efectos de estos regímenes de propiedad de la
culturales y territoriales. tierra y la expansión del capital mundial a tra-
La afectación sobre los ecosistemas que sostenían vés del extractivismo se han manifestado en Bo-
la agricultura de la comunidad de Boquerón es querón a través de lo que los volúmenes técnicos
de especial importancia pues, como se ha visto, de la Contraloría General de la República deno-
la relación mutuamente constitutiva de la comu- minan «conflictos e impactos socioambientales».
nidad con su entorno natural dio surgimiento a Sin embargo, el impacto de la minería transna-
ese lugar y a la comunidad desde finales del siglo cional sobre Boquerón debe ser entendido desde
xix. La coincidencia y sumatoria de varios fac- un enfoque dialéctico que no se restrinja a la no-
tores interrelacionados explican la pérdida pro- ción de impacto o conflicto socioambiental, sino
gresiva de la agricultura y del tejido social. Por que coloque en el epicentro de análisis la noción
un lado, extensiones significativas de tierra cul- de desterritorialización, ya que la degradación del
tivable, antes empleadas en el desarrollo de ac- entorno natural necesariamente implica la degra-
tividades productivas de autosostenimiento, han dación de las prácticas culturales de las poblacio-
sido concentradas y dedicadas de forma preva- nes afectadas por la contaminación ecosistémica.
lente a la actividad minera, al establecimiento de La desterritorialización implica transformacio-
sembradíos de palma africana, con algunas po- nes culturales experimentadas por una comuni-
cas excepciones de fincas en las que conserva la dad a partir de la limitación en el acceso y uso de
actividad agrícola o ganadera. Por otro lado, las la tierra y de los recursos naturales, en especial del
grandes magnitudes de la extracción minera han agua. Para el caso de Boquerón, estas limitacio-
generado una significativa reducción de la ferti- nes han sido impulsadas por las compañías mine-
lidad, y la capacidad productiva y regenerativa de ras y han contado con el aval del Estado.
las capas superficiales del suelo78. Paralelamente Antes de la consolidación de la actividad minera, el
a la afectación dramática del medio biótico (aire, agua era tomada de forma directa de los cauces
agua, coberturas vegetales, fauna y flora)79, han superficiales y subterráneas que circundaban la
surgido fenómenos de erosión, deforestación, comunidad de Boquerón, y en tiempo de verano
acidez excesiva e incluso desertificación, los era depositada en piletas para asegurar un acceso
permanente y continuo al recurso que facilitara
las labores domésticas de limpieza, de prepa-
ración de alimentos, de empleo en actividades
77 Véanse Juan David Velasco, «Negociando la tierra: empresas ex-
tranjeras, minería a gran escala y derechos humanos en Colom- productivas de sobrevivencia, entre otras. La des-
bia», Estudios Socio-Jurídicos 16, n.° 1 (2014) sobre el acapara- viación de los ríos, el vertimiento de sustancias
miento de tierras por parte de Drummond; Gamarra, «La economía
del Cesar»; Geoamérica, «Programa de aprovechamiento soste-
contaminantes, las variaciones en la dirección y
nible de carbón en la zona central del Cesar. Aplicando la Eva- la potencia del cauce, provocadas por la extrac-
luación Ambiental Estratégica». http://www.simco.gov.co/pasc/ ción carbonífera, generaron una dinámica antes
docs/PASC.pdf (consultado el 17 de junio de 2013).
78 Ver Fierro Morales y López Camacho, «Aportes a la conceptualiza- desconocida de uso y acceso al recurso consisten-
ción», 149. te en escasez de agua potable para las actividades
79 La crisis de la agricultura, el surgimiento de enfermedades con-
génitas en animales superiores que precipitan su muerte, la desa-
de sobrevivencia y la afectación en proporciones
parición de animales de monte antes apetecidos para las cacerías considerables de la pesca. Para los actores insti-
ante la alteración de sus ecosistemas de vida, la afectación de la tucionales y corporativos involucrados en el pro-
recolección ante el descapote de los bosques y, por último, la re-
ducción de las faenas de pesca son factores determinantes que ceso de extracción minera, el agua es concebida
inciden en la ostensible transformación de las prácticas culturales como un recurso que si bien posee múltiples usos
de la comunidad, cuyos modos tradicionales de vida se han visto
trastocados de manera profunda. Hoy, Boquerón padece de índices
posibles y servicios ambientales asociados, su uso
elevados de desnutrición que afectan principalmente a la población
infantil. Ver Programa Mundial de Alimentos, Naciones Unidas et al.,
Informe Conjunto de Misión a las Veredas El Hatillo y Plan Bonito 80 Ver la estimación de dichas pérdidas en Ministerio de Ambiente,
(El Paso), y Boquerón (La Jagua de Ibirico) en el Departamento del Vivienda y Desarrollo Territorial y Universidad de los Andes, Valo-
Cesar. http://bit.ly/1FkPztK (consultado en octubre de 2014). ración Económica Ambiental.
Historizar el lugar para resistir el desplazamiento por minería de carbón / Ximena González / Diego Melo / 121
los agentes sociales para resistirlas. Por un lado, cumplir oportunamente el deber de protección
las tres fuerzas estructurantes utilizan estrate- de los derechos de los habitantes de la región.
gias de deslocalización específicas para cambiar En cuanto a la tecnociencia, la falta de una con-
la producción de la localidad en su favor85: el ca- cepción dialéctica de la geografía de la región
pital, mediante procesos de acumulación (inten- y su inadecuada historización de los lugares de
sificación y ampliación geográfica); el Estado, las comunidades locales que deben enfrentar los
mediante discursos como el desarrollo y la repre- grandes consorcios mineros han permitido la des-
sentación (manifestadas en la noción de «utili- localización de los lugares. En tanto ninguno de
dad pública» del subsuelo y la militarización de los cuatro volúmenes de la Contraloría ha reali-
las áreas mineras) y el diseño e implementación zado un trabajo cualitativo de historización de los
de los regímenes de tenencia y uso de la tierra; y lugares, la producción tecnocientífica de este ór-
la tecnociencia, mediante discursos economicis- gano de control ha carecido de un entendimien-
tas (como los estudios de costo/beneficio o de to integral del territorio87. Un primer paso para
conservación de la biodiversidad). que la tecnociencia pueda desligarse de su fun-
El Estado, en particular, ha cumplido un rol crucial ción deslocalizadora es incorporar técnicas histo-
en la configuración del corredor minero del Ce- riográficas que permitan apreciar la complejidad
sar como lugar epicentro del extractivismo. Por dinámica y cambiante del territorio, las regiones
tanto, el Estado es un actor provocador de los y, sobre todo, los lugares. Así, deja de concebirse
impactos ambientales, de la transformación del el espacio como sitio exclusivo de producción y
paisaje y de la pérdida de prácticas culturales. Su entra a entenderse como lo describe Arturo Es-
papel ha consistido en sentar las bases del mo- cobar con el concepto de «territorio-región»88, es
delo extractivo, por medio de la aprobación de
políticas públicas, marcos normativos y decisio-
nes administrativas que impulsan la explotación 87 Varios estudios, sin embargo, han apuntado hacia el análisis críti-
co de los regímenes de tenencia y uso de la tierra en Colombia y
corporativa a gran escala. En particular, el Esta- sus implicaciones más localizadas respecto de los municipios de
do ha celebrado los contratos de aporte y con- donde se extrae el carbón en el Cesar. También han documen-
cesión minera con compañías privadas que fijan tado las implicaciones geológicas y los impactos irreversibles de
la explotación a cielo abierto y el impacto del polvillo de carbón
las obligaciones y cláusulas que regulan la explo- en la salud humana. Los volúmenes más recientes han cuestio-
tación por tajo y por empresa y ha promovido la nado la transparencia en los sistemas de rendición de cuentas y
la compensación que dan las compañías al Estado por las exter-
concentración progresiva de la propiedad priva- nalidades generadas en Cesar. Rodrigo Negrete, «Derechos, mi-
da en manos de las compañías. Aprobó y reali- nería y conflictos. Aspectos normativos»; Fernando Vargas, «Mi-
za seguimiento con capacidades limitadas y sin nería, conflicto armado y despojo de tierras: impactos, desafíos
y posibles soluciones jurídicas»; Mauricio Cabrera y Julio Fierro,
mayores requerimientos técnicos a las licencias «Implicaciones ambientales y sociales del modelo extractivista
y planes de manejo ambiental86. Además, ordenó en Colombia»; Guillermo Rudas y Jorge Espitia, «Participación del
Estado y la sociedad en la renta minera»; Jesús Olivero Verbel et
el «reasentamiento involuntario» de las comu- al., «Implicaciones de la minería del carbón en el ambiente y en la
nidades rurales circundantes al corredor mine- salud humana: Una aproximación abreviada al estado del arte», en
ro al constatar daños ambientales con efectos en La Minería en Colombia: Derechos políticas públicas y gobernanza,
(Bogotá: Imprenta Nacional de Colombia, 2013). Fernando Var-
la salud humana ya que omitió por varias déca- gas, «Propiedad sobre el subsuelo y los recursos mineros: aportes
das su deber de prevenirlos adecuadamente y de comparativos para el caso colombiano»; Guillermo Rudas, «Revisi-
tando el debate sobre renta minera y government take: el carbón
a gran escala en Colombia», en Contraloría General de la Repúbli-
ca, La minería en Colombia: Daños ecológicos y socio-económicos
y consideraciones sobre un modelo minero alternativo (Bogotá:
Imprenta Nacional de Colombia, 2014). Julio Fierro, «Análisis in-
85 Escobar, Territorios de diferencia, 49. Específicamente, en favor tersectorial sobre la minería de carbón en el departamento del
del lucro de las compañías que se genera de la plusvalía del «tra- Cesar: Un enfoque desde la perspectiva del riesgo»; Álvaro Pardo,
bajo social abstracto» y la comercialización de recursos naturales «Análisis de los contratos de Drummond Limitada en el depar-
no renovables como el carbón que no pagan compensaciones tamento del Cesar», en Contraloría General de la República, La
proporcionales al daño ambiental, social y cultural; y en favor de minería en Colombia: Control público, memoria y justicia socio-
las rentas del Estado y la imposición de un modelo extractivista de ecológica, movimientos sociales y posconflicto (Bogotá: Impren-
dudosa fundamentación técnica y representatividad democrática. ta Nacional de Colombia, 2014).
86 Entendidos como instrumentos administrativos que habilitan la 88 Según Arturo Escobar y su estudio etnográfico de los movimientos
intervención sobre el territorio. sociales partícipes en la construcción del Pacífico colombiano como
Historizar el lugar para resistir el desplazamiento por minería de carbón / Ximena González / Diego Melo / 123
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Cómo citar este artículo
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chas campesinas en Colombia: Una mirada